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1 EXÉGESIS CIENTÍFICA Y LECTIO DIVINA José Mª Melero Martinez. Lección inaugural en el ITDA. 15-X-2012. 1. Introducción. En los últimos años asistimos, en el área católica, a un prometedor crecimiento en el nivel de la exégesis bíblica, que se hace cada vez más científica, así como a la práctica de la lectio divina 1 . Podemos preguntarnos: ¿cuál es el motivo de este doble crecimiento?, y ¿cuál es la relación entre la exégesis científica y la lectio divina? Nos situamos para responder a esta pregunta en el campo de la exégesis bíblica católica 2 . Siguiendo las etapas de su desarrollo, veremos sus características, precisaremos las exigencias y focalizaremos la metodología. Después veremos la evolución verificada en el campo católico en la aplicación de la lectio divina, especialmente en los últimos decenios 3 . 1 GILBERT, M., Il Pontificio Istituto Biblico. Cento anni di storia (1909-2009), Editrice Pontificio Istituto Biblico, Roma 2009; SWETNAM, J. H., Le persone del Biblico (1909-2009), Editrice PIB, Roma 2009; AA.VV., Parole del Centenario (1909-2009), Gregorian&Biblical Press, Roma 2010. 2 URIBARRI, G., “La “exégesis teológica” según el Sinodo” en: Razón y Fe 259 (2009) 193-206; ID., “Para una racionalidad de la exégesis. Diagnóstico y propuesta” en: EstBib 65 (2007) 253-306; ID., “Exégesis científica y teología dogmática. Materiales para un diálogo” en: EstBib 64 (2006) 547-578; APARICIO VALLS, C-PIE NINOT, S., (eds.) Commento alla Dei Verbum. PUG, Roma 2011; PIE NINOT, S., “Vers una teologia della Paraula de Déu” en: Revista Catalana de Teología 34 (2010) 541-555 y 36/2 (2011); BERTULETTI, A., “Esegesi biblica e teologia sistematica” en: ANGELLINI, G., (ed.), La Rivelazione attestata. La Bibbia fra Testo e Teologia. Racolta di Studio in onore del Cardinale Carlo Maria Martini, Arcivescovo di Milano pero il suo LXX cumpleanno, Milano 1998, 133-157. 3 VANNI, U., “Exégesis científica y lectio divina. Dos realidades inseparables”, Jornada de estudio. Universidad Eclesiástica san Dámaso, Madrid, 12 Marzo 2012. La presente lección seguirá muy de cerca esta conferencia del profesor de la PUG.

Exégesis científica y Lectio divina

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EXÉGESIS CIENTÍFICA Y LECTIO DIVINA

José Mª Melero Martinez.

Lección inaugural en el ITDA.

15-X-2012.

1. Introducción.

En los últimos años asistimos, en el área católica, a un prometedor crecimiento en el nivel de la exégesis bíblica, que se hace cada vez más científica, así como a la práctica de la lectio divina1. Podemos preguntarnos: ¿cuál es el motivo de este doble crecimiento?, y ¿cuál es la relación entre la exégesis científica y la lectio divina?

Nos situamos para responder a esta pregunta en el campo de la exégesis bíblica católica2 . Siguiendo las etapas de su desarrollo, veremos sus características, precisaremos las exigencias y focalizaremos la metodología.

Después veremos la evolución verificada en el campo católico en la aplicación de la lectio divina, especialmente en los últimos decenios3.

1 GILBERT, M., Il Pontificio Istituto Biblico. Cento anni di storia (1909-2009), Editrice Pontificio Istituto

Biblico, Roma 2009; SWETNAM, J. H., Le persone del Biblico (1909-2009), Editrice PIB, Roma 2009;

AA.VV., Parole del Centenario (1909-2009), Gregorian&Biblical Press, Roma 2010.

2 URIBARRI, G., “La “exégesis teológica” según el Sinodo” en: Razón y Fe 259 (2009) 193-206; ID., “Para

una racionalidad de la exégesis. Diagnóstico y propuesta” en: EstBib 65 (2007) 253-306; ID., “Exégesis

científica y teología dogmática. Materiales para un diálogo” en: EstBib 64 (2006) 547-578; APARICIO

VALLS, C-PIE NINOT, S., (eds.) Commento alla Dei Verbum. PUG, Roma 2011; PIE NINOT, S., “Vers una

teologia della Paraula de Déu” en: Revista Catalana de Teología 34 (2010) 541-555 y 36/2 (2011);

BERTULETTI, A., “Esegesi biblica e teologia sistematica” en: ANGELLINI, G., (ed.), La Rivelazione

attestata. La Bibbia fra Testo e Teologia. Racolta di Studio in onore del Cardinale Carlo Maria Martini,

Arcivescovo di Milano pero il suo LXX cumpleanno, Milano 1998, 133-157.

3 VANNI, U., “Exégesis científica y lectio divina. Dos realidades inseparables”, Jornada de estudio.

Universidad Eclesiástica san Dámaso, Madrid, 12 Marzo 2012. La presente lección seguirá muy de cerca

esta conferencia del profesor de la PUG.

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2. La exégesis científica, hoy.

La exégesis, entendida como explicación de la palabra de Dios, ha existido siempre en la historia de la Iglesia. Están las primerísimas explicaciones de los Padres apostólicos, de toda la Patrística griega y latina, las del Medioevo, las de los tiempos modernos. Baste señalar, a título de ejemplo, a Orígenes, Juan Crisóstomo, Agustín o Tomás de Aquino para encontrar exposiciones y explicaciones sugerentes de muchos textos bíblicos. Es una exégesis a la cual se puede acudir con verdadero interés y provecho4 .

Pero no es lo que llamamos en nuestro lenguaje de hoy una exégesis científica. Esta denominación, siempre en campo católico, se impone a partir de 1943.

2.1. Divino afflante Spiritu (Pio XII, 1943). Representa un salto cualitativo también respecto a los documentos eclesiales precedentes. Teniendo en cuenta el alto nivel de la investigación alcanzado en el estudio de los textos antiguos por las universidades civiles, la Encíclica aplica esta metodología a la investigación bíblica: desde el examen de la transmisión de los textos (crítica textual), al estudio del ambiente histórico en que nacieron, de su arqueología, de los aspectos literarios, de los diversos géneros de los escritos y el estudio minucioso de los aspectos lingüísticos. En definitiva todo aquello que se practicaba en el estudio de los textos profanos, debía ser trasladado al área de los estudios bíblicos. El discurso de Pio XII es particularmente alentador, tanto por la referencia a la actividad fatigosa y comprometida de quienes se dedican a la exégesis, como por la acogida por parte del pueblo de Dios de los resultados

4 SIMONETTI, M., Lettera e/o Allegoria. Un contributo alla storia dell´esegesi patriótica, Agustinianum,

Roma 1985; GARGANO, G. I., Il sapore dei Padri della Chiesa nell´esegesi biblica. Una introduzione, San

Paolo, Cisinello Balsano, 2009; DEL COVOLO, E., Lampada sui miei passi. Leggere la Parola como i nostri

Padri, Elledici, Torino 2008; ID., La Bibbia e i Padri, Tau Editrice, Todi 2011; REVENTLOW, H. G., Storia

dell´interpretazione biblica. I-IV, Edizioni Piemme, Casale Monferrato 1999***.

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propuestos por ellos. Así lo reconoce Benedicto XVI “esta Encíclica fue verdaderamente un hito importante para la exégesis católica”.

2.2. Se creó progresivamente una nueva mentalidad que hizo emerger y constatar la utilidad de este tipo de exégesis. La Constitución Dei Verbum (1965) absorbe y favorece ulteriormente este hermoso crecimiento. Dirigiéndose explícitamente a los “exégetas católicos” la Constitución les pide que “estudien y expliquen con métodos adecuados las divinas Letras” (23). La DAS había indicado los campos. Ahora se trata de continuar. “El sagrado Sínodo exhorta a los hijos de la Iglesia que cultivan las ciencias bíblicas para que… sigan realizando con todo su afán… la obra felizmente emprendida” (23)5. “Para descubrir la intención del autor, hay que tener en cuenta, entre otras cosas, los géneros literarios”…”La Escritura se ha de leer e interpretar con el mismo Espíritu con que fue escrita”…”A los exégetas toca aplicar estas normas de trabajo para ir penetrando y exponiendo el sentido de la Sagrada Escritura, de modo que con dicho estudio, pueda madurar el juicio de la Iglesia” (DV 12). Es la crítica textual, la historia de las formas (literarias), la historia de la redacción y la historia de la tradición, los así llamados métodos histórico-críticos6.

2.3. Otro paso importante en la exégesis científica está constituido por el documento de la Pontificia Comisión Bíblica titulado La interpretación de la Biblia en la Iglesia (1993). Se trata de un documento muy conocido que, acogiendo la doctrina madurada en los dos grandes documentos magisteriales (DAS, DV), y teniendo en cuenta por una parte su aplicación (que continuaba introduciéndose en la Iglesia) y por otra los nuevos hallazgos que en el campo del análisis literario se estaban desarrollando en el campo de los estudios literarios, indica los diversos métodos que, incluso

5 ALONSO SCHÖKEL, L., La palabra inspirada. La Biblia a la luz de las ciencias del lenguaje, Herder,

Barcelona 1969; ID., “Argument d´Escriture et théologie biblique dans l´enseignement théologique” en:

Nouevelle Revue Théologique 91, 4 (1959) 337-354; ALFARO, J., “El tema bíblico en la enseñanza de la

teología sistemática” en: Gregorianum 50 (1969) 507-542; RAHNER, K., Curso fundamental sobre la fe,

Herder, Barcelona 2000.

6 ZIMMERMANN, H., Los métodos histórico-críticos en el Nuevo Testamento, BAC, Madrid 1969; ALONSO

SCHÖKEL, L-ARTOLA, A. M., La Palabra de Dios en la historia de los hombres. Comentario temático a la

Constitución “Dei Verbum”, Universidad de Deusto-Ediciones Mensajero, Bilbao 1991.

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entrecruzándose, pueden ser aplicados para captar hasta el fondo, hasta en sus matices, lo que viene expresado, inculcando o quizá solo sugerido por la maravillas de la Palabra de Dios. A partir de esta línea emerge el máximo de la “cientificidad propia de la exégesis de la Palabra”7.

Una mirada al amplio documento de la PCB permite percibir el auténtico alcance de la exégesis bíblica, que se refiere a la Palabra de Dios: métodos de análisis literario (retórica clásica, retórica bíblica, análisis narrativo, análisis semiótico), acercamientos basados en la tradición (acercamiento canónico, recurso a las tradiciones interpretativas judías, historia de los efectos del texto), acercamiento a través de las ciencias humanas (sociológico, de la antropología cultural, acercamiento psicológicos y psicoanalíticos), acercamientos contextuales (acercamiento liberacionista, acercamiento feminista). Está finalmente la lectura fundamentalista, expuesta en la historia y valorada críticamente.

El punto de partida es el “método histórico crítico” indispensable para recoger los elementos históricos que le afectan, los aspectos diacrónicos. Los exégetas están de acuerdo en la exigencia de comenzar el acercamiento a cualquier texto bíblico con los “métodos histórico-críticos” que constituye una base irrenunciable. Una exégesis científica, como hoy se entiende normalmente, añade a los elementos fundamentales del método histórico-crítico, una interpretación literaria que sea capaz de captar todo lo que expresa el texto, situando el resultado en un contexto “canónico” que acoja toda la Escritura como Palabra de único Dios 8.

Además hay que subrayar que sólo una “lectura creyente” responde adecuadamente a la cientificidad típica, requerida para comprender y explicar la Palabra de Dios, Palabra que mantiene su trascendencia incluso cuando se expresa mediante un autor humano. Serán indispensables,

7 GRECH, P-ALETTI, J. N.-OUELLET M-SIMIAN-YOFRE, H., L´interpretazione della Bibbia nella Chiesa. Atti

del Simposio promosso dalla Congregazione per la Dottrina della Fede, Roma, Settembre 1999, Librería

Editrice Vaticana, Vaticano 2001; SÁNCHEZ CARO, J. M., Palabra de Dios y teología, UPSA, Salamanca

2010, pp. 21-74; ID., “La Biblia, libro sagrado. Teología de la inspiración en los últimos diez años, en:

Salmanticensis 48 (2001) 81-121; ID., “De la “Introducción general a la Sagrada Escritura” a la “teología

de la Biblia”. Una propuesta metodológica, en: Salmanticensis 56 (2009) 5-48.

8 SANECKI, A., La Biblia: entre historia y teología. La exégesis canónica de B: S. Childs, BAC, Madrid 2012.

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siempre para una exégesis científica tal y como la requiere la Palabra de Dios, aquellas luces que mediante la intervención de la Iglesia se enciende en el interior de la Palabra escrita.

2.4. El último documento magisterial en materia bíblica, es la exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini (2010), no habla explícitamente de la cientificidad técnica de la exégesis. Su intencionalidad es prevalentemente “pastoral” pero resalta particularmente, la insistencia en otros elementos que, aunque superan el aspecto estrictamente técnico, pertenecen igualmente al cuadro de las exigencias de la exégesis científica de un texto bíblico y la hacen, como hemos indicado antes, una “lectura creyente”.

Las características de esta lectura quedan ampliamente ilustradas. La primera y más importante está constituida por entronque “cristológico”. Se retoman las bellas palabras de san Buenaventura: la clave para la comprensión adecuada de la Palabra es “el conocimiento de Jesucristo del que se derivan, como de una fuente, la seguridad y la inteligencia de toda la sagrada Escritura. Por eso, es imposible adentrarse en su conocimiento sin tener antes la fe infusa de Cristo, que es faro, puerta y fundamento toda la Escritura” (VD 29). En esta situación actual, Cristo viene entregado a la Iglesia por la acción del Espíritu; de ello se sigue que será el Espíritu quien caracterizará nuestra interpretación cristológica de la Palabra de Dios: “Es el Espíritu Santo, que anima la vida de la Iglesia, quien hace posible la interpretación auténtica de las Escrituras” (VD 29). Todo esto implica, como ya apuntaba de DV, una continuidad estrecha entre los exégetas y la vida eclesial: “La interpretación de la Sagrada Escritura exige por eso… la participación de los exégetas en toda la vida y la fe de la comunidad creyente de su tiempo” (VD 29)9.

Desde Pio XII hasta nuestros días emerge un cuadro complejo y sugerente de la exégesis científica que la Iglesia propone. Sólo mediante este tipo de exégesis es posible alcanzar el ideal fascinante indicado en DAS: el exégeta debería ser capaz de captar incluso los matices (“minima

9 APARICIO VALLS, C, L´Ermeneutica della Sacra Scrittura nella Chiesa, en: APARICIO VALLS, C-PIE NINOT,

S., Commento alla Verbum Domini, Gregorian&Biblical Press, Roma 2012, pp. 75-84.

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quaeque”, “aún lo más mínimo” (EB 547) de un texto, que, en cuanto inspirado e inspirante, está en contacto permanente con Dios.

3. La lectio divina. La lectio divina aparece en la exhortación postsinodal Verbum Domini

en los nª 86-87 y hasta 17 veces en todo el documento. Es una escucha “aplicada” que se realiza mediante una “lectura” que es lectio divina y que pertenece a la divinidad, más aún es propia de la divinidad.

¿Qué nos dice? ¿Cómo se explica?. La respuesta no es sencilla y nos empuja a una profundización. “Divina” en un contexto cristiano, nos dice que la acción de leer indicada en la “lectio” supera el nivel humano y se sitúa en el campo inalcanzable de la trascendencia.

Emerge así una posibilidad más profunda: no sólo el contenido percibido y anunciado pertenece a la trascendencia de la Divinidad, sino que a ella atañe también la percepción y el anuncio de la Palabra. Hay un contacto vivo con la trascendencia, podríamos decir “vis divina”, que está presente en la Palabra y se extiende a la percepción-lectura que le afecta. La Palabra es portadora de trascendencia. El contacto con Dios que la convierte en “palabra inspirada” no es como un certificado externo de autenticidad, sino que entra dentro de la Palabra y a ella queda permanentemente adherido. La Palabra se hace y permanece, así, inspirada e inspirante, con un dinamismo del todo propio. Como tal es percibida y anunciada por la lectio: el contacto directo que la lectio tiene con la Palabra portadora de trascendencia, hace que esta lectio sea llamada ella misma divina. Se realiza a través de la Palabra como ósmosis entre la trascendencia de Dios y la inmanencia del ser humano. Esta es la lectio divina.

Gradualmente se van concretando las fases según las cuales se puede desarrollar la lectio divina: indicadas separadamente –recogimiento, lectura del texto bíblico (Orígenes), puesta en común (Isidoro de Sevilla)-, las fases de la lectio quedan formuladas por el cartujo Guijo II (1188) en una carta a sus hermanos de religión, conocida posteriormente con el título de Scala Paradisi. Los peldaños eran cuatro: lectio, meditatio, oratio, contemplatio. Con el pasar de los años se produjeron diversos añadidos

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complementarios. El cuadro más amplio, la scala más larga comprende en total siete: statio, lectio, meditatio, oratio, contemplatio, collatio, actio.

Pio XII, además de ocuparse de la exégesis científica, recomendó insistentemente la práctica, colectiva e individual, de la lectio divina. La recomendación fue acogida y bajo el impulso de los documentos de la Iglesia DV y VD, se asiste hoy a un desarrollo creciente, cada vez más difundido. Es verdaderamente una primavera en la Iglesia de hoy.

Para emprender la lectio divina se requiere antes de su comienzo, en la persona que la quiere practicar, una decidida separación de sus ocupaciones precedentes: se requiere la statio, el recogimiento necesario para subir a la Scala Paradisi.

1) La lectio “lectura” es el primero de los cuatro peldaños indicados por Guijo II consiste en la primera relación directa entre el texto-Palabra y la persona o personas. Define la lectio en estos términos: “la lectura es el estudio atento de la Escritura hecho con un espíritu totalmente entregado a comprenderla”. El texto, inspirado e inspirante, pasa del estado yacente en que se halla, a interpelar directamente al lector-oyente.

2) La meditatio, meditación consiste en “una operación de inteligencia que se concentra, con la ayuda de la razón, en la investigación de las verdades escondidas”. El texto de la Palabra de Dios es acogido y aferrado en todo su alcance. Habla a nuestra inteligencia, habla a nuestra sensibilidad. Nos hace gozar, nos hace temblar, nos abre perspectivas de belleza inexpresable, nos sacude, nos estimula, nos atemoriza y nos consuela.

3) Es entonces cuando nuestra lectio se convierte en divina, es la oratio, la oración “consiste en dirigir en fervor el corazón a Dios para evitar el mal y llegar al bien”. La oración que brota en ese momento es del todo particular. No se trata de una petición, sino de una dilatación de corazón como dice el Salmo 119, 23 “Correré por el camino de tus mandatos, cuando me ensanches el corazón”; una dilatación del corazón hacia Dios, realizada suscitando en nosotros un “fervor” intenso, un máximo de amor. Semejante fervor amoroso nos pondrá en contacto con Él y nos permitirá

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comprenderlo, porque a Dios se le entiende también, y yo diría que sobre todo, con el corazón. Este contacto cálido con Dios nos permitirá acoger e interiorizar adecuadamente sus palabras inspiradoras, llenas de trascendencia, palabras que ya hemos escuchado y comprendido. “Se harán realidad” en nosotros, desplegando su potencialidad trascendente “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed yo le daré de la fuente del agua de la vida gratuitamente” (Ap 21, 6).

4) El cuarto peldaño: “La contemplatio, por así decirlo, consiste en la elevación del alma, que se alza por encima de sí misma hacia Dios, saboreando los gozos de la eterna dulcura”. La acogida de la Palabra de Dios produce una cierta elevación en el nivel interior. Su relación de reciprocidad con Dios crece en intensidad. Aumenta el amor que, como ya hemos observado, permite percibir una afinidad, asombrosa y creciente, con Dios que es amor. Permaneciendo aún en la dimensión de la fe, el cristiano se siente sin embargo más cerca de Dios. Y la reciprocidad con Él en un amor creciente, podrá provocar a veces en el cristiano una sensación dulcísima de bien, como un anticipo del gozo eterno. El creciente amor a Dios acerca a Dios hacia nosotros y nos permite percibir como nuestro vecino de casa, “Respondió Jesús y le dijo: “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él” (Jn 14, 23).

Este genial esquema propuesto por Guijo II constituye un esquema básico permanente para el desarrollo de la lectio divina. Según las exigencias concretas puede ser modificado y ampliado. A menudo en la Scala Paradisi se ha añadido un quinto peldaño, la collatio, para responder a la necesidad de confrontar y compartir. Carlo María Martini se detiene, en la exigencia de la actio, la acción, la obligación de poner en práctica tras la experiencia de la lectio divina. Son también posibles otras variantes, de las que obtendríamos un modo de escucha distinto10.

10 CALDUCH BENAGUES, N., Saboreando la Palabra de Dios. Sobre la lectura orante o creyente (lectio

divina), Verbo Divino, Estella 2012; ID., “Exégesis, teología y hermenéutica bíblica en la Verbum Domini,

en: Phase 302 (2011) 109-121; MARTINI, C.M., Al alba te buscaré. La escuela de oración, Verbo Divino,

Estella 1995 (org. It. Milano 1994); ID., Para vivir la Palabra, PPC, Madrid 2000 (org. It 1996); BIANCHI,

E., Orar la Palabra, Monte Carmelo, Burgos 2000 (org. It. Milano 1974), 2008 la ed. Nº 23; ID., Le parole

della spiritualità, Milano 1999; SECONDIN, B., La lectura orante della Parola. “Lectio divina” in comunità

e in parrochia, Messagero, Padova 2001; CONTRERAS MOLINA, F., Leer la Biblia como Palabra de Dios.

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Para concluir: se puede comprobar con gozo cómo la lectio divina se está hoy difundiendo más cada vez a nivel de diócesis, de parroquias, de grupos y personas individuales, además de los monasterios donde siempre ha reinado. Está en crecimiento, como lo está la exégesis científica.

4. Relación recíproca entre exégesis científica y lectio divina.

Los documentos eclesiales que ya hemos mencionado insisten todos ellos en una estrecha relación entre la exégesis científica y la lectio divina. Pio XII insiste en la exégesis científica en el sentido pleno del término, dirigida al provecho de los fieles, que se alcanza mediante las diversas prácticas, entre las cuales se recomienda particularmente la lectio divina.

La Constitución Dei Verbum insiste particularmente en el paso de la exégesis científica a la praxis pastoral –y la lectio divina pertenece a esta categoría-, hasta el punto de no distinguir al pastor del exégeta. El dualismo indicado por F. Dreyfus entre “exégesis en la Sorbona y exégesis en Notre Dame”, para quien la Iglesia necesita una exégesis espiritual y no una exégesis universitaria, semejante a la de la Sorbona, no es sostenible tras un examen atento al texto de la Constitución. La Dei Verbum inculca que la Iglesia, para comprender la Palabra de Dios en toda su riqueza, necesita precisamente de una exégesis que antes pasa por la Sorbona, la exégesis científica, entendida naturalmente en el sentido de la cientificidad específica de la Palabra de Dios. De aquí la repetida insistencia en un estudio serio, ya por parte del exégeta, ya por parte del agente pastoral, hasta el punto de que más de una vez el texto de la Constitución parece no distinguir las dos funciones. El exégeta es también el servidor de la Palabra que él anuncia.

La exhortación postsinodal Verbum Domini insiste repetidamente en la relación esa que llamamos exégesis científica y su actualización en la

Claves teológico-pastorales de la lectio divina en la Iglesia, Verbo Divino, Estella 2007, reimpr. 2009; DEL

COVOLO, E., Lampada sui miei passi: leggere la Parola como i nostri Padri, Elledici, Torino 2008;

GARGANO, I., Iniziazione alla “Lectio divina”, Edizioni Dehoniane Bologna, Bologna 1992; MASSINI M., La

lectio divina. Teología, espiritualidad, método, Madrid 2001; MESTER, C., Hacer arder el corazón.

Introducción a la lectura orante de la Palabra, Verbo Divino, Estella 2006..

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praxis pastoral. Y el discurso se hace insistente: “Los aspirantes al sacerdocio ministerial están llamados a una profunda relación personal con la Palabra de Dios, especialmente en la lectio divina… El Sínodo ha encomendado que se ayude concretamente a los seminaristas a ver la relación entre el estudio bíblico y el orar con la Escritura (VD 82). Podemos decir que la compenetración entre la exégesis científica y la actualización es uno de los temas recurrentes en la Exhortación.

Estos importantes documentos nos dicen y nos inculcan una relación estrecha entre exégesis científica y lectio divina; nos aparece ante todo como una relación de reciprocidad necesaria. Para captarla podemos ahora verificarla de cerca partiendo, ya de la exégesis científica, ya de la lectio divina.

El proceso de la exégesis debe tener presente la reciprocidad que abra la puerta a la lectio divina. Esto implica un diálogo entre el exégeta y el agente pastoral, un diálogo que debería llegar a ser tan estrecho que hiciera pensar –como parece insinuar la Dei Verbum-, que el exégeta es él mismo quien después presenta la exégesis a la actualización pastoral. Si no se hace esta la Biblia sería palabra solamente humana.

Pero existe también una reciprocidad que afecta directamente a la lectio divina. Cuando, en el ámbito de esta lectio, se evita o se minimiza un contacto serio con la exégesis, el contenido que se propone degenera fácilmente en fantasía o arbitrariedad, en la esterilidad de un devocionismo emotivo, incluso en banalidad. Y con esto rehuye la anhelante auto-exposición a la Palabra de Dios, con los efectos asombrosos e imprevisibles que sólo la plena Palabra de Dios puede provocar; y se desliza fatalmente hacia la pobre palabra sólo humana. El Papa ha denunciado la falta de una hermenéutica de la fe, sin la cual se desarrolla una hermenéutica positivista que niega la posibilidad de que Dios se comunique en la historia11. La Iglesia

11 RATZINGER, J-BENEDICTO XVI., Jesús de Nazaret, Madrid 2007; AZZARO, P.L., Gesù di Nazaret

all´Università. Il libro di Joseph Ratzinger-Benedetto XVI letto e commentato negli Atenei italini, Librería

Editrice Vaticana, Vaticano 2012; PERA, M., “Gesù Nazareno, Gesù Cristo e il método storico”, pp. 31-61.

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es la casa de la Palabra es decir el lugar de encuentro personal y comunitario con la Palabra encarnada12

En una perspectiva constructiva: la exégesis científica y la lectio divina tienen una necesidad irrenunciable la una de la otra, se reclaman y completan mutuamente, sin jamás solaparse. La exégesis científica pone al hombre en contacto con la maravilla de la Palabra de Dios tal como la expresa el autor humano, con las riquezas infinitas que comporta para la mente y el corazón, hasta los minima quaeque de que habla Pio XII.

12 MARTINELLI, P., “L´interese teologico fondamentale della XII assamblea generale ordinaria del Sinodo

dei Vescovi sulla Parola di Dio nella vita e nella missione della Chiesa”, pp. 9-39 (lo citado p. 27) en:

APARICIO VALLS, C-PIE NINOT, S.,(ed.), Commento alla Verbum Domini, PUG, Roma 2012; CARBAJOSA, I.,

De la fe nace la exégesis, Verbo Divino, Estella 2012.

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