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1 Expresión por el Lenguaje. Docente: Sebastián Pedrozo Alumno: Jorge González Primero B CIEP - JUNIO 2013

Expresión por el Lenguaje 2013

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Expresión por el Lenguaje.

Docente:

Sebastián Pedrozo

Alumno:

Jorge González

Primero B

CIEP - JUNIO 2013

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INDICE.

1. ¿Qué es ser niño? Jorge y la cigüeña que viene de París……………………………. 3

2. ¿Qué es literatura? Jorge y el Gato de Cheshire…………………………..…………… 5

3. Sobre la Literatura Infantil y Juvenil Jorge y el zorro……………………………………………………... 7

4. Algunos mojones para entender la LIJ Jorge, Jonathan Flint y los piratas………………………………... 11

5. Una posible pedagogía de la Literatura. Jorge y el consejo de gaviotas…………………………………….. 14

6. Preguntas, respuestas y nuevas preguntas. Tupac Amaru y las venas abiertas de America Latina………….. 17

7. Comentarios finales. La tortuga y el cazador………………………………………………. 28

8. Referencias Bibliográficas ……………………………………….... 29

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1.¿Qué es ser niño?

A la hora de comenzar a hacer este trabajo, mi intención es poder conjugar experiencias personales, autores, relatos, personajes, escenas, junto con algunas preguntas que me hago en voz alta, con algunos conceptos leídos y también con nuevas preguntas a responder, en otros momentos del recorrido.

Lo primero que pienso es que “ser niño” es algo muy diferente, de acuerdo al momento histórico, social y cultural del cual estemos hablando.

Desde épocas donde era impensable “la categoría niño”, pues era impensable la categoría “sujeto”. Las personas simplemente formaban un mosaico único con la naturaleza y con su trabajo. Cada persona y cada núcleo familiar era “esclavo” de las singulares formas de supervivencia y organización y distribución de tareas.

Pasando por momentos históricos, donde los niños son vistos, simplemente como “adultos petizos”, es decir, se les habla, se les trata y se les enseña como si fueran adultos.

Hasta otros momentos fundacionales, donde disciplinas como la Psicología colaboran a construir el concepto de niñez, como algo diferente de la etapa adulta. Una etapa del crecimiento y desarrollo de las personas, con validez en si misma.

“Cada niño es un ser único e irrepetible, no existe n dos niños iguales. Cada niño tiene su particular forma de com unicarse, de relacionarse con las personas y de aprender del ent orno que le rodea. Cada niño tiene sus propios ritmos y velocid ades de crecimiento y de aprendizaje. Cada niño tiene sus p ropias formas de conocer el mundo, de comunicarse y de expresarse . Cada niño tiene necesidades e intereses singulares.” 1

Dentro de esta concepción de lo que entendemos por “ser niños”, nos parece fundamental como Educadores Iniciales poder reconocer a cada niño es su singularidad y en su cualidad de “sujeto de derecho” (y también de obligaciones). Y como niños, poder gozar del derecho a que los adultos nos narren historias, nos lean textos, y nos vayan transmitiendo con el ejemplo “que la lectura es un placer que nos merecemos” y “que es posible instalar y enseñar el placer de la lectura” 2

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“Lo que el docente de nivel inicial debe enseñar a sus alumnos es a apreciar la Literatura. Para ello se hace imprescin dible, en primera instancia, elegir auténtica literatura y vincular a los chicos con ella” 3

Feliz de aquellos niños, a quienes los adultos, hayan podido destinar su energía y su tiempo, para contarle historias, cuentos y leyendas.

Somos de alguna manera, lo que nos relatan, nos narran y nos leen; y además, seremos también, lo que relatamos, lo que narramos, lo que leemos y escribimos a nosotros mismos y a los otros.

Jorgito- Mamá, Mamá, contame otra vez como llegué a l mundo!

Madre - Bueno, resulta que la señora cigüeña salió volando con un bebé en el pico, y como venía d e Paris, que es de donde vienen los bebes, tuvo que vo lar mucho mucho. Entonces cuando llegó a este ba rrio, estaba medio perdida, y no sabía que casa esta ba esperando un bebé. Y Entonces vió donde está la v irgen en el porche de casa y dejó el paquetito suav emente en la glorieta. Entonces yo me desperté y me a cerqué por que escuchaba a un bebé que lloraba. Y e ntonces veo que dentro de unas sábanas está un bebé chiquito que lloraba y tenía hambre. Entonces le preg unté a la cigüeña:

Madre: - ¿Y este niño?

Cigüeña: - Bueno, a mi me hicieron un pedido, y yo vengo a dejar este niño en esta casa.

Madre - ¿Pero ud. Esta segura que es para aquí? Nosotros no recordamos haber pedido n ada.

Cigüeña.: - Si, si, señora la dirección es la corre cta.

Madre.: - Bueno, muchas gracias. Que bebé más boni to!

Jorgito – Mamá, mamá, contámela de nuevo……

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2.¿Qué es literatura?

“Alicia - Gato, ¿podrías decirme qué camino tomar desde aquí? Gato- Eso depende en gran medida de donde quieras ir. Alicia - Eso no me importa mucho…

Gato - Entonces da igual, no tienes problemas con el camino que escojas.

Alicia - …Con tal de que llegue a alguna parte… Gato - Oh! Seguro que lo harás…. Con tal de que camines lo bastante……

Pensamos que el Gato de Chesire es un buen personaje para intentar responder esta pregunta. En principio por que el diácono anglicano Charles Lutwidge Dodgson, más conocido como Lewis Carrol , escribió Alicia en el Pais de las Maravillas como consecuencia de una historia inventada en ocasión de un viaje en barca por el Río Támesis, donde una jovencita de apenas 10 años de edad llamada Alice Liddell quedó fascinada por las historias que contaba el autor. Podemos afirmar con mucha vehemencia que allá por el 1862, el autor no estaba pensando enseñarle nada a nadie, que la categoría “niño” como la entendemos ahora aún no existía, que la ONU no había hecho la Declaración universal de Derechos Humanos, y que menos que menos existía el término “Literatura Infantil y Juvenil”.

Sin embargo el autor escribe una de las obras más imponentes de la Literatura Universal.

“Aún recuerdo las sensaciones corporales y auditiva s, cuando con 6 años estaba acostado en el piso, en el corredor d e la casa de mis abuelos, que era el lugar donde yo me escabullía a leer, a la hora de la siesta. Recuerdo el color amarillento de las hoj as de ese viejo libro de la Colección Robin Hood y recuerdo el olor a humedad de sus hojas. Recuerdo que el traductor pedía disculpa s por que había

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algunos “guiños” que solo eran entendibles en el id ioma y la cultura en la cual fue escrito originalmente el lib ro. Recuerdo que fue la primera vez que me interesé por aprender “otro idioma”. Y recuerdo el terror que me producía ese g ato que desaparecía hasta que solamente se veía su sonrisa… .. un gato que estaba loco…. Pero que hacía comentarios y pregunta s muy interesantes…… y recuerdo el miedo que me provocaba n la reina de corazones….. que mandaba decapitar a todo el mun do…….

Recuerdo volver una y otra vez a seguir la lectura del libro…. pues con mis pocos años aun no podía leer un libro así d e un tirón…. era una actividad casi compulsiva…, pues yo también había caído fascinado como lo había hecho Alice ante las histor ias del Sombrerero Loco, el conejo que miraba la hora en su reloj de mano y esas extrañas “ceremonias del té”.”

…Recuerdo de grande, universitario ya, haber escrit o un poema para una querida amiga festejando su “no cumpleaños ”…. 4

Bueno, creemos que Literatura es una de las artes donde los seres humanos nos comunicamos a través de nuestra sensibilidad. El autor pone su sensibilidad en juego a la hora de escribir. El lector pone la suya a la hora de leer. Los adultos y educadores que oficiamos de mediadores, ponemos la nuestra a la hora de narrar y de leer textos. Los ilustradores ponen su sensibilidad a la hora de dibujar. Y en la lectura y la escucha se va produciendo ese fenómeno de multiplicación y parici ón de nuevos sentires y significados. En una especie de “comunión pagana”, en donde cada vez es una primera vez, en cada texto que es leído o es escuchado, por lectores y escuchas singulares, en lugares geográficos singulares , en momentos históricos singulares y en momentos personales también singulares.

“un texto literario implica plurisignificación, es decir que el sentido de un texto se construye por la interacción de quie n lo lee o lo escucha, como en el caso de los chicos del jardín. No existe un solo sentido. Siempre esta la posibilidad de disens o en la construcción de ese sentido., en el que entran en j uego la imaginación, la sensibilidad, la reflexión crítica, potenciadas por el trabajo con el lenguaje que el texto literario exhi be, y que lo hace sugerente, flexible, múltiple.” 5

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Creemos que Literatura es eso…. Sensibilidad que circula …. Que nos comunica…. que nos penetra….. que nos transforma…… algo tan olvidado en los Programas Escolares en todo el mundo……la sensibilidad. La literatura: un camino de retorno a casa.

No es necesario enseñar nada, ni comunicar sermones moralizantes, ni enseñar como una planta se alimenta, ni cómo comportarse ante un semáforo.

Creemos que la Literatura propiamente dicha es para todas las edades. Uno puede leer “20 Poemas de amor y una canción desesperada” en cualquier momento de su vida; siendo niño, siendo púber, siendo adulto o siendo viejo. También “Crónica de una muerte anunciada”. También “Las manzanas del Sr. Peabody”.

3.Sobre la Literatura Infantil y juvenil.

Jorge – ¿Qué significa domesticar, zorro? Zorro – Significa “Crear lazos”. Jorge - ¿Cómo es eso? Zorro – Pues significa que tú eres para mí único en el mundo. Y yo soy para ti único en el mundo tam bién…… Jorge – Ah! Ya entiendo… creo que conozco a un niño que me ha domesticado… Voy en busca de él . Zorro – Está bien, pero antes de irte explícame que Significa el término “Literatura Infantil y Juv enil”

Si tuviéramos que pensar en el término Literatura Infantil y Juvenil lo primero que tenemos para decir es que nos parece un concepto válido y que se utiliza por parte de los Autores, los Editores, los Lectores, Los mediadores. Pero ¿cómo ponerlo en palabras? En principio decir que es una construcción histórica, que acontece y que surge luego de instituida la categoría “niño” en la sociedad. Niños y niñez reconocida como etapa evolutiva diferente a la adultez. Y dentro de esa categoría “otra” todavía escondida y no del todo reconocida “la juventud”, la adolescencia. Los niños son sujetos de derechos y también son consumidores de productos. Entonces los editores, publicistas, e ilustradores comienzan a producir “productos” para ser consumidos por esta franja etárea.

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La industria de los libros no escapa a los códigos de las industrias de la ropa, los juguetes y la música. Incluso hay “catálogos” y “codificaciones” que “sugieren” “franjas de edades para la lectura”. Pensamos que hay autores que simplemente escriben, quizás pensando en los niños, pero escriben también, pensando en qu e lo que hacen sea apto y leíble para todas las edades. Roy dice: “Escribo pensando en los niños, pero trato de que lo pueda leer

cualquiera, sin importar su edad”.6

Susana dice: “me es difícil encasillar o definir: Qué es escribir para niños.

Yo escribo y dibujo y dejo la teoría para los especialistas y los críticos, ellos

se pasan buscándole la vuelta a las palabras, a veces encuentran cosas o

significados que no coinciden en nada con lo que quisimos hacer, es su

mundo, no el mío. Lo mío es más sencillo.”7

Pensamos que la Literatura es una sola. Y que cuando hablamos de LIJ

“estamos hablando de un sub conjunto de textos, de un territorio

específico, que si bien transitan los niños, se necesita de la

participación activa de mediadores que oficien de puente entre los

pequeños y los textos”.8

Entonces nos preguntamos:

En el caso de existir una diferencia entre la LIJ con la Literatura para

adultos ¿cuál o cuáles serían?

Volvemos a reafirmar que para nosotros existe una sola LITERATURA,

como manifestación artística, que se crea y se recrea cada vez que un

texto es narrado o leído.

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Si entendemos a la LIJ como un subconjunto de textos donde aparecen las

figuras de los mediadores y se pone en juego también las edades de los

receptores podemos mencionar algunos tópicos que vale la pena tener en

cuenta.

Si es verdadera literatura, estamos hablando de una obra que invitará, que

desafiará, que perturbará a sus receptores. La idea siempre es que “toque

nuestra sensibilidad”, “nuestra razón”, “que nos suceda algo”. Que nos

invite a viajar con nuestra imaginación, que nos sitúe en dimensiones

imaginarias o reales, que nos permita una reflexión crítica y por sobre

todas las cosas que nos produzca placer su narración y su lectura.

Si es literatura, pues entonces tratemos que no subestime a los lectores, y

mucho menos si se trata de niños, que no utilice diminutivos, que no

explique todo lo que sucede, que prescinda de los “había una vez…” y “en

un lugar muy lejano” y “el vivieron felices para siempre” y que se abstenga

de enseñar a los niños a ser “buenos y políticamente correctos”.

Dice Graciela Montes:

“… la moralina suele alejar a los niños de los cuentos que le están

destinados. El cuento triunfa y educa en un sentido más profundo,

cuando satisface necesidades vitales, por que ayuda al niño a vivir,

porque le cuenta la vida…. remitiéndose a las situaciones más

elementales: estar solo, ser chiquito, sentirse desprotegido, sufrir

injusticias y querer sobrevivir”9

Teniendo en cuenta la edad de los pequeños, podemos señalar algunos

elementos que frecuentemente aparecen en obras designadas como “LIJ”.

• Los más pequeños (nivel 2) disfrutarán mucho los “Libros-álbum”

donde las obras sean “para mirar”, con un acento muy fuerte en las

ilustraciones y las imágenes, los colores, los tonos, los ritmos y si es

posible algún nivel de “sonoridad”.

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• Para nivel 3 años ya es posible manejar pequeñas historias simples,

que se puedan repetir y memorizar, que en general tienen como

figura a un protagonista central, que muchas veces es un animalito,

que va viviendo situaciones y experiencias por adición y por

repetición. En estas edades es muy importante la función

mediadora de los educadores y adultos en general.

• Para nivel 5 se sugieren textos con varios personajes simples, con

roles muy bien definidos. La unidad y coherencia témporo-espacial

puede ayudar al disfrute del texto. Las ilustraciones deben de ser

claras, pudiendo ser de menores tamaños y mayores detalles. Ya

existe el reconocimiento de algunas palabras y hay mucho placer

descifrándolas.

• Los niños de 9 a 12 años pueden disfrutar de texto combinado con

dibujos al estilo “historietas” y darse el placer de saborear alguna

novela corta de pocos capítulos.

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4. Algunos mojones para entender la

literatura infantil y juvenil.

Jorge está aterrado. Permanece escondido dentro de un barril de manzanas, pues los piratas de “La Hispani ola” son todos asesinos y ladrones. De pronto John Silver se acerca al barril buscando Ron. Cuando levanta la tapa, se encuentra a un pequeño p olizón que estuvo escuchando toda la conversación acerca d el amotinamiento planeado. Entonces a punta de garfio lo empuja fuera del barr il y le dice:

Silver.: - Si quieres conservar tu vida, pues cuént anos sobre algunos autores que nos ayuden a entender la Litera tura Infantil ý Juvenil!

Como condición que nos diferencia de las demás especies animales gozamos de la capacidad de Lenguaje. Esto es, la posibilidad de comunicarnos a través del habla. A través de un sistema de signos lingüísticos que nos permite codificar y decodificar palabras, conceptos, emociones y sentimientos, estados de ánimo, etc.

Y además, ese néctar tan volátil que es la palabra, tenemos la posibilidad de registrarla, de almacenarla, de reproducirla y de compartirla a través de la escritura y todos los maravillosos medios de comunicación que hemos creado.

Entonces nos preguntamos, ¿cuándo habrá acontecido la primera narración, el primer relato? Y arriesgamos: Cuando aún nos encontrábamos dentro de las cavernas, sentados en ronda alrededor del fuego, cocinando un mamut recién cazado.

Quizás en el momento de la “sobremesa”, ya hubiera “un narrador” que contara con un poco de veracidad y otro poco de fantasía (como todos los cazadores) las peripecias transitadas para cazar una presa tan importante y tan sabrosa.

Y allí ¿no habría niños escuchando?

Y cuando un niño, luego de haber mamado, se sumerge en esa frontera última de la vigilia ¿no habría una “madre” humana, que aún estando descubriendo las posibilidades del habla, estuviere “arrullando” y “acunando” a ese cachorro humano?

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Quizás luego aparecieran los juglares, llevando las noticias en formas de rimas, para no olvidar, y agregándole “componentes personales” para enriquecer las historias, que ya tenían un pié en la realidad o el otro en la fantasía y creatividad del orador.

Hay registros de cuentos escritos, en lenguas de Asirios y babilonios, que tienen más de 4.000 años de antigüedad.10

En 1668 La Fontaine hace una recopilación de las Fábulas de Esopo y se las envía al hijo mayor de Luis XIV estando convencido que el “genero fábulas” es muy adecuado para que los niños aprendan a distinguir el bien del mal .

En 1697 Charles Perrault hace una recopilación de cuentos y narraciones de la tradición oral y publica “Los cuentos de mi madre la oca” donde aparecen 11 cuentos: “Griselides”, “Los deseos ridículos”, “Piel de Asno”, “La bella durmiente del bosque” , “Las hadas”, “Cenicienta” , “Caperucita roja” , “Barba azul” , “El gato con botas”, “Pulgarcito” y “Riquete el del copete”.

Los hermanos Grimm, Jacob y Wilhelm , publicaron su primer libro de relatos populares en 1812. Se trataba de una compilación de historias antiguas y folklóricas de la tradición oral de su región.

Hans Christian Andersen , danés, publica en 1835, 1838 y 1843 Historias de Aventuras para niños. Allí aparecen: El patito feo, El traje nuevo del Emperador, La sirenita, El soldadito de Plomo, La princesa y el guisante.

Con Andersen por primera vez aparecen los cuentos de autor , pues hasta ahora lo que existían eran compilaciones. Basta decir que los textos de Andersen has sido traducidos a más de 80 idiomas.

Desde 1967 todos los 2 de abril , se celebra el Dia Internacional del Libro Infantil, en honor al nacimiento de Hans Christian Andersen y cada año un país miembro de la IBBY (International Board on Books for Young People) edita un cartel y comunica un mensaje a todos los niños del mundo.

En 1865 Lewis Carrol escribe las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas siendo una obra mayúscula del “nonsense” inglés de la época Victoriana. Un “nonsense” contrario a la razón que se expresa en juegos de palabras “sin sentido” y en metáforas literarias.

En 1881 Carlo Collodi comienza a publicar en el “Giornale per i Bambini” las aventuras de un muñeco de madera llamado Pinocho que originalmente finaliza en el momento que los asesinos ahorcan al muñeco. Sin embargo, en un ejemplo claro de colaboración entre un autor y sus lectores, los niños protestaron ante semejante final, lo que provocó su modificación.

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En 1918 Horacio Quiroga publica “Los cuentos de la Selva”.

En 1930 Francisco Paco Espinola publica “Saltoncito”.

En 1944 Juana de Ibarbourou publica “Chico Carlo”.

En 1945 Juan Jose Morosoli publica “Perico, 15 cuentos para niños”.

En 1959 en la revista “Pilote” se publican por primera vez unas historietas realizadas por René Goscinny (guión) y Alberto Uderzo (dibujos) llamadas Astérix el Galo .

En 1968 Francisco Paco Espínola publica “ Don Juan, El zorro”. (tres fragmentos de novela).

En 1989 Roy Berocay publica “Las aventuras del Sapo Ruperto” .

En 1990 Susana Olaondo publica “La tía Merelde”.

En 1993 Roy Berocay publica “Pateando lunas”.

En 1993 Magdalena Helguera publica “Ha desaparecido” .

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5. Una posible Pedagogía de la Literatura.

Las gaviotas están todas en la playa realizando una formación de círculo. Están esperando que Jorge gaviota retorne de sus vu elos nocturnos. La formación en círculo esperando a una gaviota, so lo puede significar dos cosas…… un gran reconocimiento y agradecimiento o un gran c astigo. Gaviota – Mi querido Jorge, este consejo de gaviota s en la playa a tomado una decisión. Pero antes de comunicá rtela te vamos a realizar una pregunta: ¿Cómo pensarías una actividad de Literatura para tr abajar con niños de nivel inicial?...

Pensando en poder articular los conceptos y categorías problematizados en el curso, nos surgen algunas interrogantes, que pueden resultar orientadoras de las decisiones que tomemos.

¿Lo que estoy eligiendo para compartir es Literatur a?

¿Qué autor elijo? ¿Por qué lo elijo? ¿Para trabajar con que edades?

¿Qué posibilidades tengo de realizar una actividad con el texto elegido según el particular grupo de niños que coordino?

Entonces nos proponemos tener muy presente a las familias de los chicos y les pedimos a través del cuaderno viajero que nos compartan algún cuento, alguna narración que les hayan contado o les hayan leído cuando pequeños.

Y recibimos lo que cada familia comparte. Nos parece fundamental a la hora de trabajar en Educación Inicial tener siempre presente la Dimensión Comunitaria. Es decir, poder construir un espacio habitable para todos. No solamente para los niños, sino que también sea habitable para sus familias y para la Comunidad toda.

Como nos pensamos siendo un “Jardín de puertas abiertas” nos planteamos la posibilidad de invitar a las familias a que vengan a narrar historias y leernos cuentos.

Identificamos y elegimos a una familia en particular, que ha compartido con nosotros algunos libros y autores; entre ellos Susana Olaondo y también algunos libros escritos en Alemán. Pues Mamá Claudia es descendiente de Alemanes.

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Y vamos tomando decisiones….

Elegimos “Una Pindó, de Susana Olaondo”

¿Por qué elegimos esa autora? Pues porque es uruguaya, porque es contemporánea, porque es autora y además es ilustradora. Y obvio, ilustra sus propios libros. Y además tuvo la generosidad y la humildad de responder nuestras torpes preguntas.

¿Por qué elegimos “Una pindó”? Porque coordinamos un grupo familistico de niños de nivel 2 y nivel 3 años. Porque el libro tiene unas ilustraciones hermosas. Sus colores son vivos y llamativos. Y porque la autora ama a las plantas y a los animales. Igual que nosotros y nuestro proyecto educativo.

La elegimos por que el salón donde aprendemos es el “salón de las hormigas”, entonces la hormiga es “nuestro animal totémico” para el presente 2013.

Elegimos “Una pindó” porque cuenta una historia , vivida a través de un personaje central , que es un animalito , que le suceden las mismas cosas que le pueden suceder a un niño (sentirse perdido).

Elegimos la obra, pues Susana maneja de forma exquisita, la narración de una retahíla, donde se va generando un efecto de acumulación y de repetición que inferimos les va a agradar mucho a los niños.

Elegimos “Una pindó” pues nos parece muy plástica para proponer actividades lúdicas donde poner en juego diálogos, escenas y personajes evocando la narración escuchada. Y porque nos permite la posibilidad de crear e inventar nuevas y diversas peripecias .

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Actividad: Una Pindó en el Centro Educativo.

Objetivos: Compartir un momento de disfrute en torno a la lectura de la obra “Una Pindó, de Susana Olaondo”

Supuestos teóricos: Por las razones expuestas anteriormente, suponemos que el texto elegido será del agrado de la mamá que lo leerá y de los niños que lo escucharán.

Recursos: Un ambiente de aula apropiado: Salón con alfombra, formación de ronda, un grupo de niños, una mamá y el texto.

Actividad:

• Invitamos a una mamá a leer el texto.

• Luego le vamos a pedir a los niños jugar “dramatizando” una escena del cuento.

• Los niños elegirán personajes, distribuirán roles y realizarán los diálogos.

• Finalmente terminaremos la dramatización con un gran baile de todos los animales.

Evaluación:

• En un momento de cierre, nuevamente en ronda, vamos a pedirle a los niños que nos expresen que fué lo que más les gustó de la actividad.

• Le vamos a pedir a la mamá narradora que nos cuente como se sintió.

• Todos le vamos a agradecer su participación como Madre lectora.

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6. Preguntas, respuestas y nuevas preguntas.

Estoy leyendo, que en realidad Colón no “descubrió” América, como me contaron en la escuela. Tampoco bajó de las carabelas con esos hermosos ves tidos de cumpleaños, que aparecen ilustrados en los cuadr os. Bajaron con la cruz y la espada y también con la p ólvora. Los millones de indios no se extinguieron como los dinosaurios. Fueron rapiñados, saqueados, ultrajado s, asesinados. Es tan real lo que leo, está tan bien c ontado que parece real. El autor hace una investigación cuasi arqueológica, revisando diarios, bitácoras y regist ros de tesoros. Y además enuncia y explicita las fuentes e n las citas al final de cada capítulo. La Puta Madre! Me siento estafado!!!!!!! En la escuela me mintieron alevosamente! Me contaron la historia vista y escrita por los gan adores. Nunca me la contaron vista por “los nadie”. Me siento muy enojado, estoy enfurecido, tengo lágr imas de bronca en los ojos. Sin embargo siento un pequeño hálito de esperanza. El autor también me relata: “los tambores traen bue nas nuevas, los conquistadores no son inmortales…” 11

……… Tupac Amaru está sitiando Cuzco, por primera vez en la vida los conquistadores tienen miedo. Y de repente el he rmano indio hace una pausa y me pregunta: Tupac – Si tuvieras la posibilidad de hacerle algun as preguntas a algunos autores. ¿A quienes elegirías y que preguntas les realizarías?

Y si tenemos la posibilidad de elegir… le preguntaría a Roy, a Susana, a Magdalena y a Vero. A pesar de sus múltiples actividades Roy, Susana y Magdalena se hicieron un espacio para responderme. Aquí van las preguntas y las respuestas.

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ROY BEROCAY. ¿Qué relatos y cuentos te narraron en tu niñez? El que me contaba cuentos era mi abuelo. Todo un personaje. Pero los inventaba el. Tenía un personaje que era una rana. ¿Qué libros leíste siendo niño? Leía mucho, los clásicos infantiles o juveniles como Tom Sawyer, Julio Verne y demás. Pero también muchas historietas. ¿Cuál es tu opinión sobre el término “literatura in fantil y juvenil”? Es un término nomas. No tengo opinión. Si tuvieras que describir con tus palabras LIJ ¿Cóm o la definirías? Es literatura para niños y jóvenes. No entiendo muy bien por donde va la pregunta. ¿Lo que tu escribes es “para niños” “para todas las edades” “para niños y también lo adultos pueden leerla”? Escribo pensando en los niños, pero trato de que lo pueda leer cualquiera, sin importar su edad. ¿Qué autores sientes han dejado huella en tu estilo de escritura? El primero Quiroga, luego Bradbury, Hermann Hesse, leí cientos de autores, pero procuro escribir a mi modo. ¿Podes compartir como surge el personaje “Sapo Rupe rto”? El sapo surgió un día en que uno de mis hijos encontró uno en P. Del Plata. Le puse nombre y esa noche invente un cuento con el personaje. Ahora que hay una versión de “El Sapo Ruperto en Hi storietas. ¿Primero surgió el texto y luego las ilustraciones o como fue el proceso? Creo que lo primero es crear la situación. Luego escribo el guión y lo paso al dibujante. ¿Qué importancia tiene para ti que las obras para n iños puedan ser “ilustradas”? No le doy una gran importancia, pero creo que ayudan cuando se trata de niños más chicos.

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¿Qué opinas del género “historietas” al estilo de A sterix y Obelix, Luke Lucke? Me gustaban, pero las leí de grande. Creo que eran más para adolescentes que para niños. De chico leía historietas de superhéroes, mis favoritos eran Flash, Batman y Spiderman. ¿Puedes compartir como fue para ti la experiencia d e “El país de las cercanías”? Fue mucho trabajo. Tuve que leer muchos libros, reunirme con historiadores, probar, corregir, cambiar. Por momentos se me hizo muy cuesta arriba, pero al final quedé contento de cómo quedó. ¿Qué importancia tienen para ti el “acto creativo” y “el trabajo y la disciplina” en tu quehacer como autor? El acto creativo es algo permanente. Uno está todo el tiempo pensando, mezclando lo cotidiano con lo artístico y de pronto llegan ideas. Hay que tener cierta disciplina para escribir. No me cuesta escribir, porque al trabajar mucho como periodista adquirí una disciplina. Lo que me cuesta bastante es obligarme a sentarme y arrancar cada vez. Es como que cada vez me cuesta un poco más. Por eso siempre me estoy comprometiendo con entregar nuevas cosas dentro de un plazo determinado. Así me obligo a escribir y terminar las cosas. Si no, estaría años dando vueltas. ¿Te planteas “una rutina de trabajo” para escribir o es más “nómade y libre” tu proceso de escritura?

Cuando tengo una historia y el compromiso de hacerla, suelo escribir todos los días. Me levanto a las ocho, hago café, prendo la máquina, me pongo música en los auriculares y arranco. Por lo general hasta el mediodía. Así, hasta terminar. Pero no planeo de antemano qué voy a escribir. Trato de descubrir las historias a medida que avanzo. Esa primera escritura es bastante libre. La segunda es la que es más trabajo. Espero esto te sirva y disculpa mi demora. Saludos!

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SUSANA OLAONDO. ¿Qué relatos y cuentos te narraron en tu niñez? Pocos, muy pocos, a lo mejor no supe insistir lo suficiente. Los que recuerdo (además tengo mala memoria) El poema de Lorca de los lagartos y El traje del emperador, del que recuerdo hasta las ilustraciones. ¿Qué libros leíste siendo niña? Recuerdo las canciones de Mª Elena Walsh más que sus textos, me parecían geniales todo ese juego del sin sentido, la adoraba y la serie de Enid Blyton también me atrapaba. ¿Cuál es tu opinión sobre el término “literatura in fantil y juvenil”? Si tuvieras que describir con tus palabras LIJ ¿Cóm o la definirías? Me es difícil encasillar o definir: Qué es escribir para niños. Yo escribo y dibujo y dejo la teoría para los especialistas y los críticos, ellos se pasan buscándole la vuelta a las palabras, a veces encuentran cosas o significados que no coinciden en nada con lo que quisimos hacer, es su mundo, no el mío. Lo mío es más sencillo. ¿Lo que tu escribes es “para niños” “para todas las edades” “para niños y también lo adultos pueden leerla”? Creo que es para niños pero con un guiño al adulto, nunca escribo pensando en la niña que fui o en los posibles lectores, escribo y más que nada dibujo por necesidad vital. ¿Qué autores sientes han dejado huella en tu estilo de escritura? Difícil respuesta, en la ilustración te diría que Quino fue El Maestro pero sin duda somos la suma de lo que leemos o vemos. ¿Qué importancia tiene para ti que las obras para n iños puedan ser “ilustradas”? Muchísima sobre todo cuando se trata de los más chicos, la lectura de imágenes también es una lectura y la practicamos desde que nacemos. Primero están las imágenes acompañadas de una rayitas negras que siempre aparecen sin tener importancia pero que van despertando la curiosidad del texto. Un día descubren que esas rayitas dicen algo, encierran un mundo, el del cuento y si son lo suficientemente breves y las pueden leer solos se logra la maravilla de saber leer. Uno de los logros más importantes de la primera infancia.

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En tu labor de ilustradora ¿primero recibes los tex tos y luego los ilustras? ¿o puede suceder de forma simultánea el trabajo-cre ación de autor e ilustrador? Y cuando tu eres autora e ilustradora ¿ Cómo se va dando ese proceso?

Si bien recibo muchas propuestas para ilustrar yo no soy ilustradora profesional o ilustro textos de otros, solo hago mis libros y por lo general siempre se me ocurren primero las imágenes y después el texto.

Si no conoces a Meleté, fijate y vas a ver unas hormigas que acompañan el texto hasta el final. Salió de casualidad, yo estaba viendo una película francamente mala, sin ganas (más que embolante) y empezaron a pasar por la pantalla una interminable fila de hormigas, las que cuando llegué a mi casa las incorporé inmediatamente al cuento que estaba creando pasando a tener un protagonismo importante.

¿Es posible lograr un equilibrio de comunicación 50 % y 50% entre los textos y la ilustración del mismo?

No sé si 50% y 50% exactísimo pero se puede arrimar a algo que vale la pena, muchas veces si no se llega al menos se intenta como a todo en la vida.

¿Qué opinas del género “historietas” al estilo de A sterix y Obelix, Luke Lucke? Algunas geniales y otras no tanto pero es un género muy valioso si se usa bien. ¿Qué importancia tienen para ti el “acto creativo” y “el trabajo y la disciplina” en tu quehacer como autor?

En mi caso el trabajo creativo es todo. Me cuesta imponerme horarios. Tengo una carpeta como un banco de imágenes o ideas que se van concretando a medida que van madurando, algunas se transforman en un cuento, otras cambian tanto que dan lugar a otro cuento ni parecido al original y otras quedan en nada.

¿Te planteas “una rutina de trabajo” para escribir o es más “nómade y libre” tu proceso de escritura? Creo que ya está contestada arriba, Nunca me planteo escribir como rutina es una necesidad que me satisface mucho en las buenas y en las malas, lo bravo es cuando se te instala una nube negra que no deja salir las cosas que siempre están en nuestra cabeza. Pero en Montevideo, por suerte, siempre hay mucho viento.

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MAGDALENA HELGUERA

1. ¿Qué relatos y cuentos te narraron en tu niñez? Si te referís a la narración oral, me contaban historias de familia. Del papá de mi abuela María que se vino de España a los 14 años, solo en un barco con un jamón, de cómo se conocieron mis padres y cómo se le declaró él a ella debajo de un laurel rosa (este era uno de los cuentos preferidos de mi mamá ☺), de cómo nací, cosas así. Mi abuela tocaya (Magdalena) me enseñó muchos juegos de dedos, dichos, cuentos de nunca acabar (como el del gallo pelado, que me daba mucha rabia, je). Si te referís a la lectura, me leían muchos cuentos de colecciones como Sigmar y Pequeño libro de oro (recuerdo Federico y Catalina, El perrito sin dueño, Pelusitas –que no era cuento sino breves poemas, años más tarde vi uno idéntico y se lo compré a mi hija mayor, y fue con el primer libro que se “largó a leer” sola-) y también unos romances como “Rosalinda” (que me encantaba) de una colección de libros españoles que tenían de todo un poco (además de romances, canciones tradicionales y rondas preciosas, traían unos cuentos horrorosos, de esos para asustar niños para que se porten bien, con nene al que lo pisaba un auto por desobediente, y cosas así). Un cuento que me fascinaba, de los primeros que me leyeron siendo muy chiquita era Las fantasías de Naná Manur. De este libro recordaba apenas el nombre de la protagonista y que se trataba de un “libro juguete”, con cabeza, brazos y piernas; hace pocos años lo redescubrí en pantalla, tras una búsqueda intencional y esforzada en Internet. (La pena es que estaba a la venta, usado, pero en España, y me quedé con las ganas).

2. ¿Qué libros leíste siendo niña? De todo. Primero los mismos libros que me leían antes de poder hacerlo sola, luego una serie llamada “Mis cuentos de hadas”, seguí a partir de los ocho o nueve (y no paré como hasta los catorce) con Enyd Blyton, Luisa Alcott –especialmente Mujercitas–, y muchos otros de la colección Robin Hood y la editorial Molino. Leí muchos libros de mi madre y abuelas, y también (pese a la clasificación por géneros que imperaba entonces) muchos de mi padre y abuelos. Tenía la colección Biblioteca Billiken en la que había adaptaciones (muy buenas) de clásicos como Romeo y Julieta, La vida es sueño, Ivanhoe. Y libros de piratas, de cow-boys, de hombres de la selva (Tarzán, sobre todo), que eran considerados libros “de varón”, pero ante el machacón “no tengo nada para leer”, me los daban igual. Leía también muchas revistas, Billiken, Anteojito, historietas de La pequeña Lulú, Archie, etc. Y también libros y revistas de manualidades, que me fascinaban, porque de chica me

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pasaba fabricando cosas con lo que hoy día se lama “materiales de desecho”, que por los sesenta y setenta eran mucho más escasos y valorados que ahora. Leí algunos libros de uruguayos, no muchos: Perico y Chico Carlo en la escuela (eran “libros de lectura”), Piquín y Chispita y Juan el Zorro de Serafín J. García (comprados en la Feria del Libro y el Grabado), El niño y el bosque de Cecilia Mérola Sóñora (regalo de alguien a quien no recuerdo pero mucho agradezco, en un cumpleaños), Las aventuras de Juan Platita de Julio Barreiro, prestado por la profe de declamación a la que nos mandaban con mi hermana porque “éramos tímidas”, je.

3. ¿Cuál es tu opinión sobre el término “literatura infantil y juvenil”? Es más cómodo (por la sigla LIJ que suena tan bonita) que decir “para niños y jóvenes”, pero menos acertado, porque suele confundirse con los textos escritos por niños y adolescentes, que no son literatura en todo el sentido de la palabra. (Este es un tema que da para largo).

4. Si tuvieras que describir con tus palabras LIJ ¿ Cómo la definirías? Está integrada por la literatura cuyo “lector ideal” o “lector modelo” (conceptos de la teoría literaria como el narrador, escenario, yo lírico, etc.) es un niño/a o adolescente, y por las obras literarias escritas para adultos o para público en general que fueron adoptadas por los lectores más jóvenes y hoy suelen publicarse en colecciones dedicadas a ellos. Ante todo, es literatura. No son libros didácticos.

5. ¿Lo que tu escribes es “para niños” “para todas las edades” “para niños y también lo adultos pueden leerla”?

Te copio un fragmento de la ponencia que acabo de presentar en el 5to. Encuentro de IBBY de literatura infantil y juvenil, que se refiere exactamente a eso:

¿Qué significa escribir para niños y jóvenes?

Puede resultar muy práctico –y también un poquito demagógico– decir o

decirse que la literatura es una sola, que uno no escribe para ninguna edad en

especial, que ya se ocupará de decidir el editor a quién o a quiénes les venderá

nuestra obra. De un plumazo solucionamos muchos problemas –o se los pasamos a

otros–, y uno queda bien con Dios y con el diablo.

Es verdad, obviamente, que para niños y jóvenes se escribe –o se debe

escribir– con la misma pasión, seriedad y disfrute que para adultos. Todo lo que

antes expresé al respecto vale para cualquier escritura literaria. En las obras para

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niños hay que ocuparse de la coherencia, de la verosimilitud, de la consistencia entre

el carácter y peripecia vital de los personajes y sus formas de hablar y de actuar, del

ritmo, la cadencia y la música de las palabras. Escribir para niños requiere entrega y

pasión por crear, y también pericia en el manejo del lenguaje. Ni más ni menos que

en cualquier otra obra literaria.

Pero el hecho es que quien escribe para otros, como quien habla, canta, baila

o actúa para otros, está llevando a cabo un acto de comunicación, está construyendo

o intentando construir un vínculo interpersonal, y a menos que uno sea muy

egocéntrico o que tenga severos problemas mentales, cuando hablamos con otro

miramos a ese otro, nos fijamos quién es, tenemos en cuenta sus palabras, sus gestos

y sus acciones y no hablamos del mismo modo con todo el mundo. La escritura para

otros es también, en cierto modo, una forma de diálogo, y es muy difícil que jamás,

en ningún momento de la escritura, imaginemos a ese otro que deseamos y

esperamos que en algún futuro cercano o lejano llegue a ser nuestro interlocutor.

Tal vez la conciencia de para quién se escribe, en muchos casos, no esté

presente desde el comienzo. A mí me pasa. Empiezo sin saber bien para quién

escribo, pero a medida que el texto avanza un lector cada vez más definido se va

haciendo presente, tomando forma y ocupando su lugar junto al narrador o el yo

lírico, los personajes y los temas.

En mi caso, quien se hace presente en la mayoría de los casos, es un niño, una

niña o un adolescente. No sé bien por qué. Tal vez porque pienso mucho en los niños

y en los jóvenes, porque me atrae su mundo, porque tengo muy presente a esa niña y

a esa adolescente que alguna vez fui y a la que algún día me juré no traicionar

jamás. Los niños fueron desde el comienzo mis interlocutores más confiables. Con

ellos y ellas aprendí a abrirme sin temer a la burla, a la sanción social, a la sospecha

que los adultos que intentan hurgar como paparazzi en la ficción en pos de los

secretos más íntimos de los autores. Me gustó ese lugar al que siempre me dan

ganas de volver; me gusta también que a otros les guste lo que hago, lo cual también

me da motivos e impulso para regresar allí cada tanto y salir con un libro nuevo.

Los niños y los mayores en muchas cosas son iguales y en muchas otras son

diferentes. Escribir para niños y jóvenes, por lo tanto, también en muchos aspectos

es igual y en otros es diferente a escribir para adultos. No se trata solo de elegir

algunos temas que puedan interesarles más que otros, de lograr un ritmo ágil y de

dar lugar a la imaginación, a la risa y al juego. Si se escribe para lectores cuya

experiencia de vida es corta, y cuya competencia lectora y maduración cognitiva

están aún en formación, hay que pensar también qué esfuerzos deberá hacer para

acceder al sentido, dónde encontrarán una baranda a la que asirse y dónde los

llamará el desafío del salto al vacío Escribir para ellos exige tener especial cuidado

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con los pasajes que puedan resultar enojosos, difíciles o angustiantes y cuidar que las

estructuras gramaticales complejas o las peculiaridades del léxico no construyan

barreras infranqueables para una lectora o lector poco experimentado.

Pero aclaro: cuidar no significa evitar toda estructura sintáctica compleja,

todo vocablo desconocido, toda dificultad o toda tristeza. Los niños, niñas y

adolescentes son personas muy ricas, cambiantes, complejas y llenas de matices. Lo

suyo no es la chatura. Un niño al que se deja ser niño no evitará nunca las

dificultades o los desafíos que le presenta una aventura interesante como puede ser

la aventura de leer un gran libro. El libro para niños o adolescentes, más que ningún

otro, exige el equilibrio entre la accesibilidad de lo conocido y el desafío de lo nuevo;

es un equilibrio muy delicado, inestable, no el equilibrio de lo estático sino el de lo

que se mueve. Nunca sabremos con total certeza si lo hemos logrado, pero es nuestra

tarea seguir intentándolo.

Con esto no quiero decir que los libros para niños o adolescentes estén

prohibidos para adultos. Ya se ha repetido hasta el cansancio que los buenos libros

para niños gustan a cualquier edad. Algunos prefieren expresarlo diciendo que estas

obras literarias son también para los niños. Yo prefiero decir: primero para los niños.

Los más chicos y los más jóvenes son los privilegiados de la mayor parte de mi obra;

aunque los lectores adultos son también bienvenidos si están dispuestos a adaptarse

a sus reglas particulares, si son capaces de ponerse en segundo lugar en la fila.

6. ¿Qué autores sientes han dejado huella en tu est ilo de escritura?

Te digo algunos, aunque supongo que me olvido de un montón, en especial de aquellos de los que no soy consciente que me influyeron: Quiroga, Mª Elena Walsh, Anna Frank, Gabriel García Márquez, Juana de Ibarbourou, Ema Wolf, Graciela Montes, Graciela Cabal, Roy Berocay.

7. ¿Qué importancia tiene para ti que las obras par a niños puedan ser “ilustradas”?

En algunos casos –los libros álbum- la ilustración es imprescindible, porque ofrece parte de la información (o toda, en algunos casos). Es una barbaridad narrarle o leerle un libro de estos a los nenes sin mostrar las imágenes. En otros casos una ilustración de calidad enriquece y embellece el libro, aunque no agregue mucho al texto preexistente, que por sí solo podría “defenderse”. Y en otros casos la ilustración es tan mala que hasta puede estropear un buen texto. Más vale prescindir de ella.

Creo que a los nenes hay que leerles libros con y sin ilustraciones, para valorar ambos códigos, juntos y separados. En el último caso tal vez convenga

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hacerlo cuando ya saben que escuchar cuentos es apasionante. Yo les solía decir, por ejemplo: “este libro tiene pocos dibujos y muy chiquitos, los pueden ver ustedes después cuando miren/lean el libro solos, pero yo ahora no los voy a mostrar porque no los podrían ver todos. No me digan ‘a ver’, esta vez cada uno tiene que mirar para adentro y dibujar el cuento dentro de su cabeza”.

8. ¿Qué opinas del género “historietas” al estilo d e Asterix y Obelix, Luke Lucke?

¡Me encantan esas dos! ¡Y también Tintín! Son obras de gran calidad, con un fuerte peso intertextual y muchas referencias culturales, tanto en el texto como en la ilustración. Yo las descubrí de grande, no sé si me hubieran gustado tanto de chica.

9. ¿Que importancia tienen para ti el “acto creativo” y “el trabajo y la disciplina” en tu quehacer como autor?

Te respondo otra vez con fragmentos de mi última ponencia:

En dos décadas de intensa escritura, muchas preguntas –nacidas de adentro o

venidas de afuera– han dado vueltas en mi cabeza. ¿Escribo porque no puedo vivir sin

escribir o escribo porque hay gente a la que le gusta lo que hago? ¿Se puede asumir la

escritura como profesión sin sujetarla al yugo de la obligación y la rutina? ¿La disciplina de

trabajo enriquece la escritura o le corta las alas? ¿Hasta dónde debo defender lo que escribo

y cómo lo escribo sin caer en la intransigencia o en la soberbia? La lista podría seguir mucho

más y, como suele ocurrir, el número de respuestas es mucho menor que el de preguntas.

Si hay algo que tengo claro, a pesar de todo, es que baso mi escritura en en dos

pilares básicos: el compromiso conmigo misma y el compromiso con mis lectores. Mi primera

responsabilidad es ser fiel a mí misma, a las historias y a los personajes que creo, y fiel al

lenguaje, con su potencialidad enorme, que nos ofrece infinidad de posibilidades pero

también nos exige que hagamos buen uso de ellas. La escritura más auténtica, creo, surge

del disfrute de dejar salir lo que al escritor le preocupa, le entusiasma, le entristece o le

divierte, de las ideas locas que le bailan en la cabeza, de los intentos de dar respuestas a sus

preguntas o a las de otros y de ensanchar los límites de su vida y de su mundo

extendiéndolos hacia otros mundos imaginarios. De la capacidad de dejarse llevar por ese

goce, de que el escritor o escritora, sea cual sea la edad de sus lectores, escriba lo que le pide

el cuerpo o le pide el alma, depende en gran parte la fuerza de lo escrito.

…………………………………………………………………………………………………………………………………

…………..

Sin esta primera fidelidad a uno mismo creo que es difícil ser fiel a los lectores.

Parece casi imposible que una obra pueda convencer a los lectores si no convence primero a

su autor. Pero también existen obras cuya escritura le ha proporcionado placer y

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satisfacciones al autor o autora, y que resultan completamente insoportables para cualquier

otra persona. Aquí, por desinterés o por impericia, ha fallado el segundo fundamento de la

escritura. Si se pretende entregar a otros lo escrito, no podemos limitarnos a ese disfrute

personal que a veces funciona como catarsis o terapia psicológica gratuita. Si se espera que

otras personas lean lo que escribimos hay que pensar también en ellos, nuestros potenciales

lectores. Hay que trabajar con el lenguaje, con la estructura, revisar lo escrito, releer,

reescribir, decidir si las palabras elegidas en primera instancia y el orden en que se fueron

acomodando expresan de la mejor manera posible lo que se quiere decir, podar y dejar

afuera, aunque duela, aquellos pasajes en los que tal vez “se nos fue la moto” y no tienen

nada que ver con la historia contada, o aquellos parlamentos que no son coherentes con la

idiosincracia de los personajes; analizar si involuntariamente no hemos copiado a otros o no

nos estamos copiando a nosotros mismos; guardar el texto y olvidarlo por un tiempo para

luego volver a él haciendo el esfuerzo de leerlo como si fuera de otro, con toda la autocrítica

de la que logremos munirnos. Un buen libro de literatura no depende solo de la técnica, pero

depende también de la técnica en el manejo de esa riquísima materia prima que es el

lenguaje. (Y el dominio de la técnica exige también, por supuesto, mucha lectura, pero dije

que hoy iba a hablar de la escritura, así que vuelvo a ella).

10. ¿Te planteas “una rutina de trabajo” para escri bir o es más “nómade y libre” tu proceso de escritura?

Ay, escribo cuando puedo, generalmente cuando logro robar tiempo a otras tareas. No pudo darme el lujo de elegir días u horarios. Tengo algunas rutinas de trabajo, muy pocas, como anotar las ideas que van apareciendo en momentos en que no puedo sentarme a escribir (que son la mayoría) para desarrollarlas en alguna ocasión propicia, cuando esta ¡felizmente! llega, si no hay nada que me esté pidiendo con urgencia ser escrito, me pongo a revisar esas anotaciones para ver qué me dan ganas de escribir. A veces puedo reconstruir el entusiasmo inicial en esa idea, muchas veces no.

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7. Comentarios finales. La tortuga gigante camina lentamente. Lleva sobre su caparacho a su amigo el cazador. Se van contando historias bajito, para no sentirse tan solos. En un momento de su recorrido, se encuentran con un grupo de jóvenes estudiantes de Educación Inicial y un profesor excéntrico. Tortuga.: - Mi amigo cazador, debemos tener cuidado. Este profesor le está metiendo ideas raras a los muchachos. Los está obligando a investigar, a confrontar, a no dar nada por válido. A construir y de-construir los conceptos y los saberes. Y los está invitando y desafiando, a darse el permiso de crear y de confiar en ellos mismos. Con disciplina, con rigurosidad y sobre todo con pasión por lo que hacen. Si seguimos así, los educadores van a compartir y van a narrar y leer a los niños cuentos, poemas e historias que verdaderamente valgan la pena ser contados y leídos. Cazador.: - Si, mi amiga. Tenés razón. Y todos los personajes que hemos nacido desde el corazón y la sensibilidad e inteligencia de los autores estaremos eternamente agradecidos. Tortuga. : - Ahora que recuerdo. ¿Alguna vez te conté la historia del Sapo más famoso de Parque del Plata? Resulta que ese verano había llovido mucho y las ranas y los sapos hacían fiestas en cada cuneta. Entonces…….

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8. Referencias Bibliográficas. 1. Centro Educativo Integral. Proyecto Educativo de Centro. 2013.

2. Profesora Lía Shenck. Expresión por el Lenguaje. Teóricos 2013.

3. Alicia Zaina. Por una didáctica de la literatura en el Nivel Inicial en

Recorridos Didácticos en la Educacion Inicial. Bs. Aires. Paidos. 2000

4. Alumno Jorge González. Testimonio de mi experiencia como lector. 1974.

5. Alicia Zaina. Por una didáctica de la literatura en el Nivel Inicial en Recorridos Didácticos en la Educacion Inicial. Bs. Aires. Paidos. 2000

6. Roy Berocay. Respuestas a las preguntas del alumno. 2013

7. Susana Olaondo. Respuestas a las preguntas del alumno. 2013

8. Ferro (1995) en Alicia Zaina. Por una didáctica de la literatura en el Nivel Inicial en Recorridos Didácticos en la Educación Inicial. Bs. Aires. Paidos. 2000

9. Graciela Montes. El cuento infantil. Centro Editor de América Latina. Bs. Aires 1977

10. Romina Rossini y Dolores Calvo en “Origen y evolución del cuento infantil”.

11. Alumno Jorge González. Testimonio de mi experiencia como lector. 1985.