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Febrero 2012
ANÁLISIS DE LA OBRA LAS IDEAS Y LA BATALLA DEL CHE, DE FERNANDO MARTÍNEZ HEREDIA
Yunior Aguirre Fonseca
Resumen
El presente trabajo aborda la batalla del Che en función del desarrollo económico y social de Cuba en corto período de la Revolución Cubana tras el triunfo de la misma, así como su intención de extender la lucha a otras regiones del orbe. Se muestra el apego del Che a los postulados del marxismo originario, posición que hacen de su concepción en relación a la transición al socialismo, la más acertada y coherente creada desde Cuba, junto a las ideas de Fidel Castro, según el mi opinión y la propia del autor de la obra analizada. Se ofrecen criterios irrefutables sobre la convicción del autor de “El socialismo y el hombre en Cuba” en relación a la importancia de la conciencia en la transición al socialismo, sobre la posición filosófica del autor, a través de algunos de sus criterios sobre aspectos centrales, como la planificación y la importancia del modelo económico que él sostiene, sus diferencias respecto al cálculo económico, el gran debate que desde Cuba se desarrolló y su alcance internacional. La insistencia en las fuerzas de la conciencia, tanto por parte del Che, como por el autor de “Las ideas y la batalla del Che”, es presentada en el trabajo mediante la insistencia en la importancia del carácter popular del proceso de construcción de la nueva sociedad, vale decir, del establecimiento de un genuino régimen de poder popular, como señalara el importante investigador cubano Carlos Tablada. El trabajo es en síntesis un acercamiento a un tema central: la posición del Che como revolucionario cubano y latinoamericano. Palabras Claves: Planificación, transición socialista, Revolución, Che, Cuba, vanguardia, cambio, conciencia, moral, debate.
Paratexto
2
Realizar un análisis de una obra tan importante como lo es sin dudas la
presente no es tarea fácil, se trata de una obra escrita por uno de los más
importantes ensayistas del momento, según el criterio del eminente filósofo
cubano Rigoberto Pupo. La selección realizada constituye un conjunto
orgánico estructurado en tres capítulos, reflejo de una lúcida y coherente
posición del autor sobre un tema central: la labor del Che como revolucionario
cubano y latinoamericano.
De manera que asistimos al análisis de una obra útil no solamente en las
actuales circunstancias , sino también para futuras generaciones , por cuanto
en todo momento sugiere una práctica militante , un significante de ruptura con
el pensamiento socialista tradicional, teologizante y de visión marxista
deformada. Dos son los aspectos por lo que digo que Las ideas y la batalla del
Che no es un texto común: uno, por el contenido que atesora; dos, nos somete
a una búsqueda constante en el pensamiento marxista originario. Además, no
creo que sin pensar un tiempo de revolución pueda entenderse lo aportado por
el Che al proceso cubano.
La concepción del Che constituye una suerte de “utopía realista, sustentada
en la cultura del ser y la existencia humana para bien de todos1”.Una especie
de vía revolucionaria en detrimento de la evolución progresiva conservadora
del Status quo del capitalismo. La vía revolucionaria enfrenta dos grandes
escollos nos alerta Fernando: uno, el inmenso poder cultural de la dominación
capitalista, poder que llevó al filósofo italiano Gianni Battimo a señalar: “en la
medida que nos relacionamos con occidente, la modernidad vale para todos”.
El segundo está asociado al primero, me refiero a la habilidad de la clase
burguesa para cooptar movimientos, ideales, proyectos, poder, y libertad, que
no es más que hegemonía en sentido lato del término. Es la misma idea que
sostiene el filósofo cubano Jorge Luís Acanda en su trabajo Gamsci y la
Filosofía de la Praxis, cuando se refiere a la incapacidad de la izquierda en
América Latina en décadas pasadas. De ahí la importancia de no dejarnos
arrebatar la memoria histórica.
1 Pupo, Rigoberto: Praxis, enajenación, cultura, en Filosofía Marxista, t .II, Ed. Félix Varela, La Habana, 2009, pp.229 – 256.
3
Al tratar el pensamiento del Che existe una arista que me parece ineludible, me
refiero a lo que Martí llamó el mejoramiento humano. Insistiré en este planteo.
Resulta obvio que tal actuar del Che responde a un fenómeno de la realidad
objetiva, no es únicamente la cubana , es la latinoamericana , la de África, Asia
,en fin , se trata de la lucha contra toda forma de alienación en cualquier parte
que se produzca. Además, no es el Che un revolucionario que se oriente a una
lucha vaciada de contenido, por lo que no está ajeno a la historia de la
humanidad hasta ese momento. Apuntaré sintéticamente parte de lo referente
al proceso histórico de América Latina por ser el escenario principal de la
batalla del Che, aunque no el único.
Lo acertado será no absolutizar el mejoramiento humano respecto al combate
por cambios radicales profundos, de la misma manera que es un error
establecer poderes de grupo en nombre del cambio social.
La historia anterior al siglo XX y la de éste se formaron en la llamada ideología
del “progreso”, que alude a una concepción burguesa de la civilización, según
sus representantes conducirían a nuestra región al avance, progreso en sentido
estricto, según sus exponentes. Tal ideología fue asumida por el Marxismo en
un franco proceso de lo que Fernando llama “nuestro turno histórico”. A partir
de finales del siglo XIX, la ideología del progreso avanzo más como obstáculo
que como progreso en sí. El programa de acción de las clases proletarias no
puede ser el mismo de las burguesas, será a lo sumo una adecuación a los
dictados de la segunda. Para Fernando la “ciencia” de la burguesía es, el
evolucionismo y el positivismo. Las promesas de ayuda que las clases
burguesas prometían desde las décadas del sesenta al ochenta del siglo XX
básicamente fueron incumplidas, por lo que tal concepción cayó en un
insondable descrédito.
Ya no existe la llamada alianza para el proceso, el capitalismo ya ni siquiera
puede hacer promesas, ha visto agotado sus modelos sociales y económicos.
“El proceso profundamente perverso por el cual la libertad prometida fue
convertida en liberalismo, ha llevado en la actualidad a las mayorías a la
indefensión social la impotencia política, y a formas extremas de miseria
material y espiritual2”.
2 Martínez Heredia, Fernando: En el Horno de los 90, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2005, Pp. 85 -
4
En rigor, parece ser el inmenso poder de los grupos económicos y de las
propias élites de poder lo que marca la diferencia entre los países llamados del
primer mundo con sus homólogos de la periferia. Podemos referir al respecto,
el miedo por la pérdida de empleo, al regreso a una dictadura, a que reine una
cultura de “la indiferencia, la resignación y la fragmentación”. En décadas
pasadas ganaba terreno la cultura de la indiferencia de unos contra otros, y de
asumir “la forma coloquial de un sálvese quien pueda”, continúa indicando el
académico.
Che, hoy mismo se nos presenta como importante porque su actuar está a la
altura de las necesidades, las urgencias y los retos del futuro. Ser
antidogmático lo convierte ante los ojos de algunos en un extraño personaje,
cuando interiorizo su legado, no lo asumo como el de un letrado que busca la
plenitud de su vida en una suerte de academicismo, entiendo que se trata de
un hombre de acción muy apegado a los principios del marxismo originario, con
un alto sentido de la disciplina, la ética y el humanismo. A mi juicio es el
hombre ideal que cumple con esa genial frase de Fidel cuando expresó: “El
ejemplo crea virtudes, crea espíritu revolucionario.”
Analizando los esfuerzos a favor del mejoramiento humano, opino que,
solamente a través del establecimiento de poderes populares como expresión
real de la voluntad general se podrá hablar seriamente de mejoramiento
humano. Aunque los descalabros de la izquierda han aportado no poca dosis
de experiencia de considerable valor. Martínez Heredia advierte, que lo
acertado es “combinar bien los cambios de los individuos, con los de las
sociedades”, sin esa dialéctica del cambio, entiendo que no habrá resultados.
El predominio dígase mayoritario del capitalismo, no puede evitar los logros
sociales, o sea, emancipatorios de sectores importantes. En cuanto a lo
conseguido, el deber ser que se está demandando es extraordinario, aunque
justo es apuntar que los ciudadanos perciben los obstáculos puestos por orden
internacional vigente. Producto de los conflictos en la región se han producido
cambios en el funcionamiento de las instituciones sociales, los cuales han
tenido que ser reconocidos por los grupos de poder. Así el modelo democrático
existente ha ganado en legitimidad, aunque su realización en sentido general
tiende al formalismo.
5
Baste decir que las formas más feroces de represión institucional son cada vez
más inaceptables. Justo es decir, que en América Latina la tendencia se inclina
más a la reforma que al cambio total. La brecha material existente entre el
capitalismo desarrollado y el llamado tercer mundo, está signada por la
presencia prácticamente en todos los países de cierto número de procesos,
relaciones e instituciones que son típicos de los países centrales. Lo anterior se
complejiza por la consiguiente” homogeneización de las conductas, de los
consumos deseados y de los valores”, para hacer efectivo tal proceso los
medios de comunicación desempeñan un rol determinante.
Si bien lo que he venido señalando fue una realidad en América Latina hasta la
década de los noventa del siglo pasado, a partir de ese momento el llamado
cambio de época se comenzó a notar , ya no son los tiempos de Carlos Andrés
Pérez en Venezuela, Guillermo “el gordito” Endara en Panamá, los gobiernos
totalmente entregados a las transnacionales en Bolivia fueron derrumbados por
los sectores originarios y los campesinos, todo indica que tanto tiempo de
engaño y retrocesos eran abortados por los legítimos dueños de los países. Se
trata de una sanción a los que siempre sobraron mucho, en detrimento de los
que siempre necesitaron todo.
He abordado telegráficamente parte de las condiciones en que se encuentra
hoy la lucha por establecer una sociedad más justa en el área, a ello “el Che
pensador revolucionario puede ayudar mucho”.
Revolución social y cultural. La labor del Che y F idel
La formación cívica del Che en no poca medida es el desencadenante de su
lucha por los pobres de la tierra, cierto que sus viajes por América marcaron
una huella en la conciencia de aquel joven que prefirió entregarse al estudio de
los procesos sociales ante que sumergirse en la politiquería.
Las polémicas con intelectuales de la época, a mi juicio muestran la habilidad –
virtud – del Che al igual que lo ha hecho Fidel por más de 50 años, de poder
conjugar la interpretación teórica con el ejercicio de la praxis revolucionaria
rumbo al socialismo. Lo anterior es lo que más se conoce de aquel proceso en
el cual el Che fue uno de los protagonistas. Sería un grave error reducir algo
tan trascendente a una simple polémica. El legado del Che se enmarca en el
6
proceso desarrollado desde Cuba, vale decir de transición al socialismo, tras el
triunfo Revolucionario de enero de 1959, su aporte a aquella batalla lo
encuentro asociado a una muy acertada concepción del pensamiento marxista
originario, fuertemente ceñido a la realidad cubana.
La existencia en el bregar diario del Guerrillero de América, de un interés
declarado de construir el socialismo en Cuba, es algo que me parece una
verdad de Perogrullo, mas es necesario insistir en ello, tomando en cuenta
que: El abandono del pensamiento guevariano dañó la capacidad y el hábito
de pensar con cabeza propia, algo tan vital para el comunista. De tal abandono,
el pensamiento social como elemento cohesionador de la dinámica político
social, sufrió un evidente descalabro.
A la muestra los principales ideales presentes en el pensamiento marxista, a
su puesta en práctica, su concepción en relación al camino, las especificidades
y los desafíos a enfrentar por la transición socialista en Cuba, todo ello visto
desde una perspectiva latinoamericana y mundial, a todo lo anterior Che
dedicó su pensamiento, y lo mejor de sus cualidades de conductor
revolucionario. Dentro de los ideales de su pensamiento se pueden referir
entre otros los siguientes:a) la lucha contra la explotación política y económica
del imperialismo sobre los países subdesarrollados; b) el internacionalismo
entendido como una forma eficaz de contrarrestar la influencia imperialista; c) y
lo que considero el principal aporte del Che a la experiencia cubana, esto es, la
aplicación creadora del legado de los clásicos del marxismo a la transición
socialista cubana.
En relación con el primer aspecto es sugerente el argumento indicado por el
destacado economista y académico cubano Osvaldo Martínez cuando en su
obra “Crisis global y pensamiento del Che sobre economía internacional”
señaló:
“Quizás la mejor manera de aproximarnos al núcleo de su pensamiento, para
establecer, a partir de ahí, el engarce con la parcela dedicada a la economía
internacional, sea la de definir al Che como un genuino ejemplar revolucionario
comunista que aplicó creadoramente el marxismo - leninismo a nuestra
realidad, comprendió de modo profundo el fenómeno del subdesarrollo y la
7
explotación imperialista en el Tercer Mundo y actuó en total coherencia con su
pensamiento”3.
El triunfo de un movimiento revolucionario en Cuba, contra todo pronostico, fue
el resultado de la voluntad de un pueblo y una vanguardia que decidieron no
seguir viviendo como hasta entonces, la posesión de la vanguardia
revolucionaria frente a la inconformidad declarada del imperialismo ofrecieron
el rumbo al proceso cubano. Es acertado apuntar que, el ejemplo de dignidad
brindado por los actores del proceso revolucionario cubano marcó pautas y es
referente para nuestro continente y el mundo, fue, - y de hecho sigue siendo -
una forma de ver, de discernir las posiciones dentro del espacio político de la
región.
De manera que, fue le apego al marxismo originario, y no la militancia en
organizaciones partidistas el vehículo utilizado por el guerrillero Argentino -
Cubano y del resto de la vanguardia revolucionaria en su formación teórica, es
decir, por buscar una realidad diferente a la del reino del dinero y las
mercancías. Es apreciable en el pensamiento del Che, el ser ajeno a las
“camisas de fuerzas militantes, el joven Ernesto se salva de palabras sagradas
y ritos, prohibiciones de lectura, clasificaciones filosóficas y distribuciones de
premios castigos a autores, corrientes de pensamiento, ideologías y posiciones
políticas”, nos indica, con su habitual claridad de ideas, el autor de El ejercicio
de pensar.
El pensamiento guebariano rompe con las ideas conservadoras, reformistas y
de adecuación al orden social existente en Cuba hasta 1958. La tarea de las
clases más revolucionarias de aquel momento, era sin duda alguna,
transformar la realidad existente en el país. Un país golpeado por el dominio y
saqueo primero de España, y posteriormente del gobierno norteamericano,
aunque es conocido la dependencia y saqueo norteamericano con anterioridad.
Necesitaba la isla romper con tal poder, y así poner en marcha el programa
revolucionario presentado en La Historia me absolverá. Las nacionalizaciones
de tierras y empresas, de parte de la red de comercial del país, y servicios
fueron las primeras acciones de la dirigencia revolucionaria. Así se le estaba
perdiendo el miedo a la propiedad privada, ya que ésta nunca respetó a la
3 Martínez, Osvaldo: Crisis global y pensamiento del Che sobre economía internacional, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2009, p. 3.
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clase trabajadora. Se estaban desencadenando las fuerzas de un pueblo
agobiado por tantos años de alienación.
a) El entusiasmo popular evidenciado en la gran movilidad popular en torno a la
defensa del país, abnegación ante las penurias de un país que había perdido
su principal abastecedor; b) la confianza en el liderazgo de Fidel y la
vanguardia; c) la gran seguridad del pueblo en su propio poder, a mi juicio, por
el nivel de conciencia política alcanzada y las tradiciones de lucha del pueblo.
Es significativo el hecho de ser un grupo de jóvenes los protagonistas de
aquella empresa de transformación de realidades , y de enfrentar aspectos
nuevos como el tipo de organización económica a establecer , unido a ello un
elemento también revelador fue , la posición teórica de Fidel y Che. Si de
posición teórica se trata, es imposible obviar dos aspectos. El primero es la
polémica protagonizada por Che, junto a “figuras de la intelectualidad
internacional, donde figuraban teóricos de la talla de Charles Bettleheim, Ernest
Mandel, Arghiri Enmanuel y otros”. El segundo aspecto está asociado al
primero, pues se refiere al gran movimiento cultural en torno a Pensamiento
Crítico con: “una influencia notable en los primeros planes editoriales de
ciencias sociales del Instituto Cubano del Libro, creado a la sazón. Además de
numerosos clásicos de la filosofía y el pensamiento premarxista, fueron
publicados relevantes pensadores contemporáneos como Max Weber, Georg
Lukács, Charles Wright Mills, Louis Althusser, Augusto Cornu, Isaac Deutscher,
Galvano Della Volpe, Herbert Marcuse y otros4.
Conciencia y plan en la transición socialista
La insistencia en el valor de la conciencia entre los actores sociales conduce a
tomar en cuenta varios aspectos fundamentales: a) la persistencia en la época
de la transición de relaciones económicas mercantiles; b) como resultado de
4 Alonso Tejada, Aurelio: El laberinto tras la caída del muro, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2006, pp. 223 – 225.
9
las mencionadas relaciones , se aprecia que , el predominio del egoísmo y el
individualismo no ofrecen oportunidad a la fraternidad ; c)la creencia en que
poder , dominio , interés, individualismo y egoísmo constituyen un corolario
“natural”, o sea, algo que no se debe tratar de cambiar; d)la condición de
subdesarrollado de los países del llamado tercer mundo, por su grado de
dependencia económica, no integración nacional , sensación de la existencia
de una dirigencia foránea del país en cuestión ; además de una suerte de
colonialismo interno del que nos habla el sociólogo mexicano Pablo González
Casanova en su obra La democracia en México.
La justicia social dimanante del nuevo régimen debe ser el termómetro principal
del individuo en la época de la transición, aunque justo es advertir las
especificidades de ello en el caso cubano, por la agresividad imperialista. El rol
del sujeto es terriblemente importante, ante dos enemigos, uno, la mencionada
agresividad foránea, dos, la situación del país tras el triunfo revolucionario,
con la pérdida de personal técnico, pérdida del principal abastecedor del
mercado cubano, ante la declaración del bloqueo a Cuba por el gobierno de
EE.UU.
Che muestra su apego al marxismo originario al retomar a Marx en Elementos
Fundamentales para la crítica de la Economía Política (1857 – 1858). Asume
así una concepción de la riqueza absolutamente contraria a la idea burguesa,
para él el tiempo de trabajo no puede ser la medida de la riqueza, sería más
bien, el estado de alienación del obrero al trabajo. De ahí su rechazo al
“socialismo sin moral comunista”. La moral comunista la encuentro en total
consonancia con la idea del Che de convertir la sociedad en una gigantesca
escuela para las masas trabajadoras y la clase de vanguardia, vale decir,
educar a las primeras y autoeducarse la segunda.
La conocida aseveración de Fernando: el poder debe ser siempre un
instrumento del proyecto y estar siempre al servicio de él, es central en lo que
vengo tratando. La relación dialéctica de un poder político estatal, institucional,
ideológico y económico, pero todo ello en todo momento identificado, vale decir
desarrollado y reproducido constantemente en lo que debe ser su razón de ser,
es decir, en la sociedad, es la clave del resultado alcanzado por el Che en
aquellos pocos años. Y así lograr transformar el trabajo “en un deber social,
una actitud y un hábito nuevos”.
10
La economía socialista debe ser dirigida consciente mente
Fernando aborda además la concepción de vanguardia del Che.”Vanguardia no
solamente como concepción de la lucha por el poder como suele creerse”. En
la óptica del Che la vanguardia no es un grupo de ilustrados estrategas,
aunque se necesita obviamente talento para ser parte de ella. La vanguardia
existe producto del consenso general de la sociedad, es la prueba de la
posibilidad de un cambio en el seno de ésta, precisamente la vanguardia es la
principal responsable de tal cambio, “es un servicio a la sociedad en transición
más que un mando sobre ella”. El autor de Si breve indica que,”la vanguardia
en la transición contrae el compromiso de ser la organización que exprese el
poder y el proyecto de los oprimidos, explotados y humildes “, es decir,
interpreta el sentir, la aspiración y los más altos fines de las mayorías.
Es evidente la actitud de sospecha del Che ante las “modernizaciones” propias
que encierra el llamado cálculo económico, él no relaciona la centralización
con la mecanización del individuo, alega que son conceptos carentes de
vínculos mutuos. Califica a la mecanización como obstáculo de “todo
desarrollo”.Exigiendo el rol de los trabajadores, es decir, en la concepción del
Che es ineludible la labor de los trabajadores como conductores y nunca más
como conducidos. No es ocioso insistir en que, la apuesta por una transición
socialista tras la conquista del poder político, desde su mismo inicio es una
utopía. Utopía por varias razones, menciono las esenciales: socialización
progresiva de las fuerzas productivas, las relaciones sociales de producción, el
poder político, y todos los aspectos de convivencia social y cultural que sean
pertinentes para ese fin.
El señalamiento de las deformaciones que ya estaban en desarrollo al
momento de la incorporación de la isla en 1972 al Consejo de Ayuda Mutua
Económica (CAME), aunque ya antes se habían producido hechos
lamentables, ofrece claridad de lo sucedido en las fallidas experiencias
“socialistas”, algo que es un buen síntoma para la edificación de un proyecto
de poder popular original. De modo que, es obvia la utilidad del pensamiento y
11
el legado del Che para la construcción de una sociedad socialista, para la
liberación de los pueblos dominados por el colonialismo, el imperialismo y sus
formas de alienación. Su pensamiento constituye desde todo punto de vista, la
antítesis de la idea – intención – hasta cierto punto logrado desde los centros
de poder de establecer un gobierno global, por lo que según el propio Martínez
Heredia:
“Cuando el Che es recuperado, queda enseguida en el centro de la terrible
situación que padece el mundo actual, preso entre dos realidades
contradictorias: por una parte, el colosal crecimiento que han experimentado
loas capacidades humanas y de las sociedades, los conocimientos científicos y
los adelantos convertidos en objetos que son fabricados y vendidos en masa;
por otro el colosal crecimiento que han alcanzado la centralización del poder
económico y del poder a secas5”.
El académico ha tocado la cuestión del poder en sus dimensiones
fundamentales, justo es decir, que en el contexto actual neoliberalismo,
capitalismo, la globalización y otras categorías pierden espacio ante la
cuestión crucial de marras, es decir, el poder. Algo importante en el texto es, a
mi juicio, el balance de la situación mundial, o sea, de la realidad en torno al
socialismo en las décadas del sesenta y los derroteros posteriores. Se trata de
una obra útil no solamente en las actuales circunstancias, pues constituye una
herramienta para futuras generaciones, por el contenido liberador de sus
ideas, al sugerir una práctica militante, de ruptura con el llamado socialismo
realmente existente.
Si fuera necesario una comparación entre el poder económico y el poder a
secas se podría asegurar: Ambos excluyen a las mayorías ya que son
instrumento, medio y fin de exiguas minorías; su carta de “legitimidad” es ser
antidemocrático, aquí el poder económico se iguala al poder a secas. Si el
primero puede destruir la arquitectura económica de un país en cuestión de
horas, el segundo siempre que lo considera necesario se convierte en
5 Martínez Heredia, Fernando: Las ideas y la batalla del Che, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2010, p. 1.
12
genocida, violador de toda norma de Derecho Internacional vigente, lo anterior
lo encuentro en la propia obra de Fernando. Ante la actual incertidumbre sobre
la factibilidad del socialismo hoy necesitamos de análisis relistas, alejados de
todo dogmatismo, de toda creencia en un camino evolutivo hacia el socialismo,
por lo que son sumamente necesarias empresas académicas – ilustradas -
como la desarrollada por él durante toda su carrera académica.
El autor del texto asegura que, una tarea transformadora de realidades como
sin lugar a dudas es la construcción del socialismo, para ser tal, tendrá la
inexcusable misión de ser portadora de una lógica y una cultura diferente a la
del capitalismo, buscar en todo momento un nivel de participación popular, en
que los ciudadanos transformen en beneficio propio las estructuras del
universo social, al tiempo que se transformen a sí mismos.
En rigor, la propuesta del Che defendida por el autor en análisis es un proyecto
de liberación total de los ciudadanos y sus pueblos, no solamente a instancia
nacional, sino a nivel continental. Se trata del establecimiento a nivel societario
de una estrecha relación Estado – Sociedad Civil capaz de articular el sistema
hacia una permanente transformación. El carácter anticapitalista y
antimperialista fue el contenido usufructuario del triunfo en enero de 1959. La
revolución triunfante lejos de encontrar el problema nacional resuelto, en lo
adelante – como aseguró Fidel –, todo sería tal vez, más difícil:
“enfrentamiento a los dos enemigos fundamentales, el imperialismo, la
burguesía cubana y la falta de viabilidad previsible en condiciones de tantas
debilidades y factores adversos; disponer de los recursos materiales principales
del país para servir con ellos a sus tareas; y tomar posición del aparato
simbólico nacional”6.
El alcance del proceso revolucionario que triunfa en 1959 fue, en puridad, una
muestra de la asunción en el caso cubano de los verdaderos ideales de
revolución mundial, es decir, se identificó con los principios centrales de
Marxismo originario. El proceso cubano fue punto de referencia en la
6 Ibídem, p. 3
13
concreción del pensamiento del Che, al convertirse en protagonista de la
última contienda militar, para establecer un nuevo régimen social en el país. El
Che se entrego si límites a tal causa , la misma que le permitió revelar sus
dotes de cuadro excepcional de la Revolución , por su ejemplo en el ejercicio
diario de la militancia comunista; la que se formó con el trabajo diario , el
ejemplo diario y la persuasión diaria .
La personalidad, el ejemplo y el magisterio intelectual y revolucionario que
Fernando nos ilustra, constituye un reto , por la atracción del Che hacia las
ideas del marxismo originario, fue él un intérprete de realidades, un buscador
constante del ideal socialista. Ello se evidencia en su falta de afinidad hacia las
formaciones políticas existentes en su país, y como prefiere en detrimento de
ello, la lectura de los clásicos del marxismo como su vía de formación.
Según Fernando las batallas libradas en los primeros meses y años del poder
revolucionario fueron decisivas, además de que permiten comprender el
pensamiento de Fidel y el Che. Lo anterior es acertado por la razón siguiente:
lo realizado por el Gobierno Revolucionario, sin olvidar a los elementos
conservadores de la primera formación, fue a los ojos de incrédulos una utopía
de marca mayor. Siento la obligación de indicar que , cuando se tata del
aspecto referido al sostenimiento, avance y fortalecimiento de la revolución
naciente, la esencia es ubicar todas las estructuras del universo social en su
justo lugar y misión, esto es, lograr el reconocimiento del pueblo a la política del
gobierno, además de identificar los elementos contestatarios que desde
dentro pretenden abortar el proceso , vale decir a la estructura que cambiará
definitivamente el orden social cubano.
A tal avance se pude acceder mediante la subversión del orden social existente
hasta entonces, algo solamente posible mediante la praxis revolucionaria,
desde esta óptica las masas juegan un papel terriblemente importante. Puestas
en marcha las fuerzas sociales pronto aparecerá un duro escollo, digo duro
escollo, por tratarse de una ideología que pronto será oficial. Ideología que
encontrará respuesta en un importante grupo de intelectuales, que están al
tanto tempranamente de las deformaciones de la mencionada ideología , a la
vez que conocen también las ideas más esclarecidas del marxismo originario ,
así, saben que es la praxis revolucionaria y no el reformismo el arma de las
clases humildes , para junto a la vanguardia realmente revolucionaria marcar
14
el camino de la nación en detrimento del continuismo acostumbrado por los
grupos de poder existentes hasta ese momento.
De modo que, la creatividad y la imaginación serán centrales en el proyecto de
la isla, además de la audacia y la capacidad de interpretación del momento
histórico. Opino que la respuesta al triunfo de enero de 1959, desde la
contrarrevolución, puso a prueba la moral, capacidad de respuesta a cada
acción enemiga, tanto interna como externa, aunque ambas esferas guardan
estrecha relación. Unido a lo anterior , la moral alcanzada en la etapa
insurreccional , corroborada por los papeles diarios desempeñados por los
protagonistas , en una palabra , por su ejemplo , fueron conocidos más allá de
las fronteras del país , aspecto que permite a la Revolución Cubana ganar
simpatías entre los sectores revolucionarios del continente y otras latitudes.
La situación de un país en revolución social, como bien nos recuerda
Fernando, es el contexto real en el que tanto Che como Fidel librarán su
batalla frente a un enemigo que no escatimaba vías de hostigamiento y
destrucción en la isla, enemigo que dicho sea al pasar, en ese momento ya
cuenta con cómplices en el área, los que harán todo lo posible en contribuir al
descalabro del proceso cubano de transformaciones.
Las simpatías hacia la Revolución Cubana, de parte de países de América
Latina, las violentaciones de lo que no parecía posible dentro del espectro
político cubano - al menos para los que observaban con reservas al nuevo
gobierno - , constituyó un factor determinante en los rumbos de la Revolución
. La colaboración cubana en el área con hechos reales, en los procesos
emancipatorios contra el colonialismo y las dictaduras contribuyó a semejante
actuar. La situación internacional en que se desarrollaba el país, el
internacionalismo, la defensa y sostenimiento del proyecto social y la teoría e
historia del marxismo, asegura Fernando, que fueron aspectos todos
integrados por el Che a su concepción teórica. El Che desempeñó papeles
protagónicos desde los primeros tiempos en esa política de la Revolución, no
solamente en nuestro continente, Asia y África también fueron escenarios
donde su labor se hizo notar.
El corolario positivo de aquel periodo, desde el punto de vista político, lo
aprecio entre otros aspectos en que, a pesar de la asimilación del marxismo de
15
factura soviética, y en menor medida del marxismo originario, se conservó en
todo momento una orientación de la revolución en torno a la transición.
La virtud de hombres como Che, está entre otras cosas, en ser útiles, no
solamente en el presente, sino también para el futuro, por resultar subversivos
para los grupos de poder a nivel internacional, incluso para todo rezago
burgués que pueda pervivir en un país determinado, para ello su legado es de
un valor inestimable.
Asumo la idea del Che referida a que, la construcción de un sistema social
basado en la economía solamente jamás conducirá al socialismo, y en los
países subdesarrollados únicamente un poder de transición socialista
permitirá los logros cualitativos en la economía. Che no escinde política de
economía, tendencia que pervive en algunos escenarios. Persistió en la idea
de que la política sea un puesto de mando sobre la economía, al tiempo que
atacó al burocratismo como deformación que es consustancial a la formación
de intereses de grupos.
Posición filosófica y conceptos fundamentales.
El autor aborda un tema crucial del pensamiento del Che: la búsqueda de la
concepción teórico filosófica a poner en práctica. El guerrillero de América,
como ya dejamos anotado ha desarrollado una gran polémica sobre economía
“práctica”, pero “fundada teóricamente”, en busca del socialismo y el
comunismo. Un aspecto central en la visión del Che reconoce que: “la
economía en la transición socialista solo parcialmente se explica por sí misma,
y es imposible hacerla operar con arreglo a leyes propias7”.
En la polémica del Che con Bettleheim el primero acude a una importante obra
de Marx , se trata del prólogo de Contribución a la crítica de la Economía
Política de 1859: en la concepción del Che no existe lugar a la creencia en un
paso del capitalismo al socialismo producto de la evolución , o cuando las
fuerzas productivas que se han desarrollado en el seno del capitalismo ya no
quepan literalmente en él , o a través de una suerte de determinismo social que
7 Martínez Heredia, Fernando: Las ideas y la batalla del Che, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2010, p.65.
16
considera la posibilidad de un cambio de régimen social producto de una
desconexión entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción8.
Por lo que la posición del Che en aquel momento era, en mi criterio, la más útil,
y lo sigue siendo hoy, al asumir una “posición filosófica que privilegia la acción
consciente y organizada como creadora de realidades sociales, una filosofía
marxista de la praxis”. Posición que condena al marxismo desde su corriente
dominante de origen soviético. En tal sentido, Che, Fidel y el resto de la
vanguardia ponen en práctica un marxismo en, por y para la lucha en Cuba, y
además para la revolución latinoamericana.
Sin embargo, siento la necesidad de tomar en cuenta que: aprecio lógicamente
la posición socialista del grupo de vanguardia, más los factores adversos ponen
a prueba a la misma, o sea, aquí la necesidad de un cambio en la mentalidad
de los productores es esencial, poner siempre los intereses colectivos por
delante de los intereses individuales, así como desarrollar los nuevos
administrativos de las empresas que a partir de ese momento, producirán en
beneficio de la sociedad toda.
El factor subjetivo en la transición desempeña un rol esencial, Fernando con
su agudeza característica apuesta por una vanguardia que responda de
manera coherente a su condición. Y recuerda a Lenin cuando en su obra “Dos
tácticos de la socialdemocracia en la revolución democrática”, donde el genio
ruso apunta: “la cuestión consiste en ver si sabremos enseñar algo a la
revolución”.
A todas luces, enseñar algo a la revolución se convierte en parte central de la
razón de ser del Che, y cuando Lenin indica, “que la revolución nos aleccionará
y aleccionará a las masas populares”, pienso en los retos más que en los
beneficios, pues entiendo el papel del hombre en la transición asociado a la
tarea de crear, dar lo mejor de sí, es desde la óptica del Che, la batalla por
“crear un hombre nuevo, con una nueva conciencia”.
La conciencia se convierte desde esta perspectiva en un imperativo categórico,
es la convicción resuelta a la búsqueda de nuevas realidades, de una nueva
cultura:
8 Ibídem, p.66.
17
“La conciencia no es - no queda otro remedio que insistir – la antítesis de la
economía, ni de la “materia”. Para el Che la conciencia es la palanca
fundamental, el arma para lograr que las fuerzas productivas y las relaciones
de producción dejen de ser medios para perpetuar las dominaciones”9.
“Crear riqueza con la conciencia, y no conciencia con la riqueza”, dirá Fidel en
enfática frase. La vanguardia será en este sentido, el grupo más informado,
preparado, minoría más avanzada políticamente, (…) “las mayorías dice el
autor deben ser cada vez más capaces de producir ellas mismas los cambios y
de aprender a gobernarlos”. Es claro que el anterior planteo provoca cierta
alergia dentro de los sectores no identificados con la transición, es decir, con
los sectores no identificados con los menos necesitados, el Che y Fidel fueron
el mejor ejemplo de cuadro revolucionario del período.
Para identificar mejor el terreno que toco, me permito una breve visita a una
obra poco visitada en los últimos tiempos, me refiero a la obra de Engels “Anti
Duhring”.En primer lugar quiero dejar sentada – de tan buena mano – su
concepción sobre el socialismo, que según el autor de Dialéctica de la
Naturaleza reza: “El socialismo moderno no es más que el reflejo ideológico de
este conflicto real, su proyección ideal en las cabezas, ante todo de la clase
que sufre directamente sus consecuencias: la clase obrera”. La intención de mi
consulta busca reafirmar el apego de la obra del Che a la concepción marxista
sobre el socialismo.
El Che vivió muy cercano a la clase que sufría directamente las
consecuencias de la situación social de aquel momento, como a la clase desde
la que cumplía sus responsabilidades, toda vez que la voluntad del núcleo
verdaderamente revolucionario de la Revolución en aquel momento era
expresión de la voluntad general. El humanismo es tratado por el Che siempre
desde su perspectiva crítica, militante, distante de toda interpretación simplista,
en una palabra, un humanismo revolucionario en sentido estricto. No es la
belleza de las palabras, o el tono poético lo que me ciñe a un criterio, sino, la
veracidad, su contenido, su carácter desalienador, ser producto del pensar con
cabeza propia, reflejo de la realidad objetiva, por tanto si seguimos la
9 Ibídem, p. 79.
18
insistencia del Che en el papel de la conciencia, se puede apreciar la validez
de la concepción de Engels en su pensamiento.
De modo que, la posición del Che, su insistencia en las fuerzas de la
conciencia me permite advertir su visión consecuente con la ideología del
Marxismo originario.
(…)”Che trabajó, escribió, divulgó, estudió como conseguir mayores y mejores
resultados en la construcción del individuo, con una honestidad, una lucidez y
un espíritu autocrítico difícilmente igualables. Es esencial comprender el
sentido de su combate diario por el futuro comunista, uno de los requisitos de
articulación conceptual, y de lo conceptual con la vida, sin el cual no
estaríamos hablando nunca de su pensamiento10”.
Reafirmando el proyecto de una verdadera filosofía de la praxis, no creo que
Fernando aborde de forma ingenua la concepción del Che sobre la
transformación del hombre a través del trabajo, “conseguir que la gente que
trabaja y se sacrifica llegue a sentir que sus horas de trabajo forman parte de
su vida”.
Lo anterior es una muestra evidente de la atención prestada por el Che al
hombre, como recurso esencial, primero y determinante en la transición, sin él,
es hasta un engaño hablar de construir una revolución de tipo socialista. Opino
que, es la propia doctrina revolucionaria lo que mueve al Che, en tal sentido se
aprecia en su actuar una suerte de lo que Mariátegui llama creación Heroica,
por tanto hablar del Che, es hablar del revolucionario que encuentra la
satisfacción en la libertad, en el respeto a la dignidad humana, la dignidad
plena del hombre diría Martí. No ver al Che en medio de una lucha semejante,
es por así decirlo, no conocerlo nunca.
Al Che le toco desarrollar aquella gran batalla por el establecimiento de una
línea económico – política en las condiciones de la transición, en medio de tan
adversas circunstancias discutió y trabajó sin poner nunca en tela de juicio el
destino de la revolución, demostrando con ello el valor del debate y la discusión
con sentido crítico, elevado rigor teórico, demostrando además su posición
antidogmática. Pues como ya sabemos, es un régimen de poder popular, y no
una clase ilustrada distribuidora de recursos, lo que diferencia al socialismo
10 Ibídem, p. 75.
19
régimen del dinero, a tal aseveración dedicó Che gran parte de su preciado
tiempo, estas ideas son tratadas con más detenimiento a lo largo del trabajo.
Ante tantos aspectos adversos, el Che insiste en la importancia de la
conciencia, las fuerzas de la conciencia son en su visión el primer aspecto a
mover dentro de los sujetos, sin ese factor no existe el hombre real, que
tomará como suya la tarea de la Revolución .Sin conciencia social – ciudadana
– opino que no habrá actor social verdadero. Al tomar el camino de la
revolución Che está abrazando la causa, su causa, la nuestra, por la que dará
hasta su propia vida.
El otro aspecto capaz de brindar un amplio quehacer dentro del análisis de la
obra del Che que realiza Fernando es la planificación .Planificación
centralizada que según sus ideas tendrá la inexcusable misión de constituir
una alternativa económica al modo de producción capitalista. La planificación
socialista será la opción liberadora de las cadenas de la acumulación
capitalista. No habrá planificación verdadera sin conciencia verdadera. Dentro
de la transición, tanto la declaración de los avances, como el señalamiento de
los retrocesos, son decisivos en ese nuevo modo de vivir. El alejamiento de los
patrones de la sociedad capitalista, el acercamiento al nuevo modo que se
busca construir, necesita la constatación en el contexto social, o sea, su grado
de realización. De ahí la importancia del sujeto en la transición, tanto en su
actuar público como privado.
En consecuencia, para el Che la significación de la conciencia, la importancia
que reviste el rol de los hombres en el curso de los procesos, la constancia, el
ejemplo y el resto de los aspectos constituyen un todo relacionado. Él parte de
la tesis de un cambio radical de las relaciones sociales, esto es, de las
relaciones del obrero con su trabajo, la necesidad de cambiar el antiguo
carácter anárquico del obrero ante el trabajo, cambio posible entre otros
aspectos, por el nivel cultural y de conciencia que el obrero va alcanzando, así
como por el grado de identificación - ejemplo – de la vanguardia con la clase
más agobiada por el trabajo diario, sin olvidar el estado de satisfacción de las
necesidades básicas del obrero.
Fernando pone en tela de juicio la aparente indiscutida misión económica del
socialismo, es decir, la satisfacción de las necesidades cada vez más
creciente, según la versión socialista de toda Europa del este y la URSS. Si tal
20
proceso se produce alentado por patrones de consumo – propios del
capitalismo - , la carrera del desarrollo para el socialismo será un fracaso. La
conciencia económica socialista, creada en el propio proceso de la transición,
digo creada, en virtud de que sea una conciencia convertida en acto ideológico
de carácter permanente, algo determinante a este respecto.
En la misma línea de análisis aparece el asunto de la estimulación material
individual-“el fondo del problema le llama Martínez Heredia”-, en puridad parte
esencial del objetivo de la batalla del Che es precisamente la defensa de los
intereses colectivos ante la pervivencia de elementos individualistas y egoístas,
por lo que en su concepción estímulo material directo y conciencia son
términos antitéticos.
Si bien es cierto que lo anterior nos conduce a la formación de lo que el Che
llamó un hombre nuevo, Che no pierde en ningún momento ese referente tan
necesario que es el pueblo. Aquí entramos en la dicotomía entre la
estimulación moral y la material, si presentamos las posiciones sin matices
podemos ser victimas de ataques desde el gremio contrario, de manera que no
es él un iluso, al punto que advierte:
“(…) pensar que un país entero va a responder a estímulos superiores teniendo
hambre, eso a mí me parece un sueño (…) hay una cantidad de necesidades
que son vitales y esas hay que satisfacerlas, si no la satisfacemos, difícilmente
podamos avanzar”11.
La estimulación moral debe ser el factor propiciador de un cambio de la
conciencia en las personas, cambios que son ineludibles en opción de una
sociedad en transición socialista. La nueva aptitud ante el trabajo será el
resultado de una serie de factores precedidos por el ejemplo y la voluntad de la
clase de vanguardia, sin esa especificidad el proceso perderá la perspectiva y
no conducirá al socialismo.
Aquí, como he apuntado en otra parte, y siguiendo la obra de Fernando no
servirá de mucho adaptarse a las condiciones del momento, o a las
11 Alonso Tejada, Aurelio: El laberinto tras la caída del muro, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2006, p. 342.
21
circunstancias, será necesaria una “formación revolucionaria que supere a la
correspondiente con el nivel económico alcanzado”, de no ser así
irremediablemente se reproducirá el estado de cosas existentes. La solución
estará básicamente en la capacidad y el interés de los ciudadanos en imponer
su voluntad a través de la laboriosidad, la creatividad y las iniciativas,
instrumentos fundamentales ante las limitaciones impuestas a los pueblos que
buscan su independencia, y por las propias limitaciones que se impone un
pueblo en busca de una transformación real y efectiva.
El Che no ofreció espacio a la duda en cuanto a la postura del comunista, era
imagen y acción fundidas en un mismo ser. Para él la actitud comunista era
esencial en la transición, determinante me atrevo a agregar. Me parece
fundamental un planteamiento que puede parecer obvio: los razonamientos
realizados por el Che se deben ver primeramente a la luz de su formación
teórica, interpretación de piezas claves dentro de la obra de Carlos Marx, y lo
que puede parecer más obvio aún: a tales razonamientos arribó principalmente
por su condición revolucionaria.
Como hemos dejado explícito, Che en ningún momento escinde la conciencia
dentro de proceso de la transición. Observo la conciencia en él, como un
aspecto a crear, conciencia que para ser tal, tendrá que ser de forma
voluntaria, espontánea desde las masas, como una certeza y una creencia
producto de la fe en el mejoramiento humano, de esa manera plantea él que
se debe promulgar el trabajo voluntario.
Al exigir “tajantemente que no se compela a nadie a realizarlo, porque eso lo
desnaturalizaría”. Además de que a través de su acostumbrada vista larga
señale que, no se convierta el trabajo voluntario en “una solución acomodaticia
de todo problema de fuerza de trabajo, de desorganización o tolerancia con lo
mal hecho”. Y exige el reconocimiento a los destacados en tal esfuerzo.
Tan lejos llegó a ver el Che, que en su momento planteó el problema de los
precios en un régimen revolucionario que comienza a influir en el terreno
económico, declarando al precio de las mercancías como uno de los más
serios problemas que enfrenta la economía socialista.
Opino que, al analizar el aporte del Che al proceso revolucionario cubano, se
debe tomar en cuenta la perspicacia con que él supo interiorizar todas las
22
limitaciones de las ideas que sostenía la Economía Política del Socialismo.
Hablo de una economía política como actividad intelectual, pero necesitada de
vincularse con la práctica social, sin esa articulación la teoría se convierte en
un producto estéril, es decir, cuando la teoría no asume, o dicho más
claramente, no se identifica con un basamento real, se convierte en mera
palabrería.
De manera que, la distorsión de la teoría de Marx, o sea, una interpretación
errónea, y en ocasiones acomodaticia, además de un abandono de la teoría
marxista – leninista “originaria”, privó a la URSS y al movimiento revolucionario
mundial de un debate que puedo haber sido fructífero, pues la URSS se había
convertido en un inmenso laboratorio social.
De modo que, en vez de propiciar instrumentos a favor de los procesos
sociales como parte de una genuina cultura socialista la Economía Política del
Socialismo “al uso”, era compilada en manuales “vulgarizadores carentes de
toda riqueza contrapuesta a de los pensamientos de los revolucionarios”. La
problemática de la utilización de manuales en la formación teórica , no
aprecio principalmente el hecho de servir de material teórico a poner en
práctica en un contexto totalmente diferente, la principal dificultad está, en mi
criterio, en la fuerte deformación que tal teoría sufrió.
Sobre las clasificaciones realizados contra el Che “él responde”, pienso de la
mejor manera: una concepción del proyecto social a construir, es decir,
socialista y comunista, concepción que se conoce como Sistema
Presupuestario de financiamiento, que en su opinión debe ser estudiada en su
conjunto, a mi juicio por las implicaciones internas que encierra, por el conjunto
de actores sociales necesarios en la transición.
En cuanto al sistema económico defendido por Che es menester examinarlo
en su justo contexto, esto es, como contrapartida de la autogestión o cálculo
económico. Por lo que es un error tratar de analizarlo adecuándolo al dominio
de la autogestión, nos alerta el profesor Martínez Heredia. La diferencia
fundamental entre ambos sistemas de dirección económica, opino que está en
su alcance social, su capacidad movilizadora de la conciencia, Che defiende
el Sistema Presupuestario de Financiamiento no como proyecto en sí, se trata
de una estrategia general dentro de la transición . En virtud de ambos sistemas
23
económicos es justo indicar, nos aclara Carlos Rafael Rodríguez, que ambos
coincidían en que sin planificación no puede haber socialismo”12.
De modo que, sin la participación de los trabajadores: es imposible hablar de
convivencia, de socialización de las fuerzas productivas y las relaciones de
producción, es decir, al margen del lugar que ocupan los trabajadores en tal
proceso. Fernando llama la atención sobre la conciencia revolucionaria y la
participación, declarándolas como las dos armas más poderosas que tiene el
régimen socialista para enfrentar y vencer las insuficiencias y los enemigos, en
ellas reside la fuerza mayor de la Revolución Socialista.
Analiza las relaciones entre centralización y participación a través de sus
funciones .Trataré de discernir la propia interpretación del autor al respecto:
para el caso de la centralización es necesaria una descentralización dentro de
la propia centralización, con la finalidad de que las decisiones no se tomen
todas al más alto nivel. Dentro de los objetivos de la centralización, en mi
criterio, es fundamental el control sobre “las claves de la economía”.Para el
Che, la centralización no es de ningún modo un conjunto de prerrogativas en
manos del Estado que hace inoperante al sistema político, todo lo contrario, se
trata de un control estatal organizado como actividad de dirección y control
estatal permanentes.
En segundo lugar, el aparato conceptual de su específica posición teórica,
entiendo que permite en primera instancia acercarnos al pensamiento político -
económico del Che. Su posición teórica constituye la base fundamental de su
acción política, es decir, de su praxis revolucionaria. Es una muestra fehaciente
del desarrollo de las ideas y el pensamiento del revolucionario latinoamericano,
su claro apego al Marxismo – Leninismo originario, muestra del carácter
orgánico de su pensamiento, de esa necesaria correspondencia de lo formal y
lo material ineludible en el pensamiento social transformador.
En tercer lugar, alude Fernando a una concepción dialéctica de la transición, de
carácter histórico concreto, que relacione aspectos tan importantes como: el
funcionamiento del poder político y sus impostergables relaciones con la
“participación popular y de los trabajadores”, con vistas a la “creación y
desarrollo de una democracia socialista”.
12 Carlos Rafael Rodríguez: Sobre la contribución del Che al desarrollo de la economía cubana, en Cuba Socialista, no.33, mayo – junio de 1988.
24
El debate en la sociedad socialista
Con este epígrafe Fernando introduce el análisis en la tercera parte del texto.
Se trata de uno de los temas a los que el autor ha dedicado más tiempo en sus
estudios del sobre el socialismo, por lo que el lector encontrará a un autor
dueño total de exposición, apenas se ve obligado a citar un pasaje o utilizar
una nota al pie. Estaré obligado hacer breve a los efectos del objetivo en
cuestión, además de no ser mi propósito contar o discernir todo el texto, mi
objetivo es otro: incitar al pensamiento.
Si durante la transición el objetivo central es la subversión de los resultados
que hasta ese momento han tenido los vínculos mercantiles, la reproducción de
la vida en la sociedad,” el poder político y la hegemonía de la burguesía”, para
ello el factor subjetivo tendrá que ser determinante, ya que tal levantamiento
será fruto de la acción consiente y organizada, o no habrá cambio alguno; el
proceso tendrá que ser cada vez más masivo y profundo. Así, el papel de la
participación ciudadana dirigiendo y conociendo efectivamente los procesos
sociales es una condición ineludible, sin la cual nunca estaremos hablando de
socialismo. Por todo lo anterior, el debate es sumamente necesario entre
revolucionarios, entre estos y los que no los son. La falta de un pensamiento
propio y transformador en la sociedad, es una clara evidencia de una
disfuncionalidad del sistema.
“El debate es inevitable por los condicionamientos reales, pero más importante
es que el debate desata las fuerzas propias del socialismo, las que sí posee”.
Es en mi criterio, el arte de la creatividad en función del cambio necesario en la
época de la transición, entiendo que la creatividad es justamente la antítesis de
la resignación, esa indudable arma que la izquierda ha obsequiado a la
derecha. Es el motor impulsor del desarrollo de las fuerzas que debe desatar
el régimen socialista. La participación se enriquece en la diversidad, “que lucha
por objetivos comunes de avances y satisfacciones para todos.” El polo
opuesto de la participación es una dogmatización y empobrecimiento del
pensamiento. “La congelación del desarrollo y el retroceso del pensamiento
social en el socialismo perjudican al conjunto de la sociedad socialista”.
Es claro que para convertirse en un verdadero ciudadano es necesario
formarse como tal, solamente con el estudio para la formación y discusión sin
secretos entre revolucionarios se fortalecerá la construcción del socialismo. En
25
una reunión de los cuadros de su ministerio, el Che muestra su rechazo a todo
lo que atente contra una necesaria libre emisión del pensamiento en la
transición, vale decir del pensamiento, ante la pobreza por la que este transitó
en las últimas décadas. Tomo apenas dos líneas de su criterio en aquella
oportunidad…” No es posible destruir las opiniones a palos y precisamente es
lo que mata todo el desarrollo, el desarrollo libre de la inteligencia.” Un actuar
así no es digno de la transición y mucho menos del socialismo, cuando son
precisamente los capitalistas los que mejor saben hacer esto.
Aquí matar el libre desarrollo de la inteligencia, equivale a impedir el libre
desarrollo del socialismo, que es en mi opinión autoexcluirse o autoexcluir al
sujeto, de lo que Rousseau llamó El Contrato Social. Mirando la validez de los
argumentos de Martínez Heredia, diría que una transición sobre la base de
polémicas y de rupturas es absolutamente necesaria; no defender esta idea,
es por así decirlo abrir las puertas al reino del dogmatismo, nada es mejor que
el para formar una suerte de “escuela de párvulos, con su maestro dueño de
todas las preguntas y todas las respuestas”, es decir, un evidente catecismo.
La transición socialista tiene que ser una violentación total de ese estado de
cosas.
El debate, como sabemos es el principal indicador de la vitalidad de los
procesos sociales, la prueba de su carácter transformador, creativo,
revolucionario. Ningún proceso social se hará genuino por la simple
adscripción a una ideología a secas, sino por el nivel de enriquecimiento
constante de la misma, por eso considero de valor incalculable el aporte del
Che a la transición socialista.
Cuando interiorizo el contenido de lo que para el Che significa la planificación
centralizada, el aspecto central lo aprecio en el carácter subversivo de la
definición, o sea, su base en lo social, es el deber ser de la sociedad socialista,
definición que estimula a desencadenar las fuerzas sociales de la sociedad en
transición, vale decir, las que sí posee. No quiero agotar esta parte sin
auxiliarme del ex director de Pensamiento Crítico: “Che comprendió la máxima
importancia de los hechos económicos en las sociedades” (…).Lo comprendió
tanto, y vio tan bien lo que el socialismo se juega en ello, que pensó y
argumentó, defendió y practicó la tesis de que, para avanzar al socialismo y al
comunismo, la economía debe ser gobernada conscientemente”. Aquí la
26
conciencia se refiere a: conciencia de transformar todas las formas sociales de
existencia hasta ese momento, sustituirlos por nuevas y diferentes a las del
capitalismo, se trata en el lenguaje de Marx, de superar el estado de cosas
existente hasta ese momento.
La polémica económica
El resultado de la polémica económica desarrollada por el Che, según el autor,
fue producto de la conjunción de factores favorables que se manifestaron en
nuestro país:” cultura económica elevada como resultado de una fuerte
integración del país a los centros del capitalismo mundial, cultura política e
historias de lucha revolucionaria sólidas, unido al patriotismo popular y
radicalismo político,” a lo que se suma el arraigo de las ideas marxistas y
socialistas desde la revolución del treinta hasta la revolución iniciada en el
Moncada, en esta última la persona de Fidel es de un valor extraordinario. Por
lo anterior, más la historia de colonialismo y neocolonialismo no es difícil
advertir que hablamos de siglos de dependencia económica y política, o sea,
de imposición.
De modo que, la construcción de un proyecto genuinamente nacional se hace
absolutamente necesaria, opino que los propios problemas de la Economía
Política del Socialismo y del Marxismo- Leninismo le hicieron un gran favor a
los teóricos participantes de la discusión mencionada arriba, es decir, en la
medida en conocían de ellos le resultaba más ventajoso poder enfrentarlos con
argumentos sólidos “ el Che tuvo una participación ejemplar en tal debate”, así
como “en la elaboración teórica de las posiciones cubanas, siempre unido a
Fidel. ”
Privilegio de la acción consiente y organizada, posición filosófica que privilegia
la praxis, o carácter dominante del polo subjetivo tales son las formas de
denominar la concepción defendida por el Che según el académico cubano.
“Más allá de la polémica por la implantación de uno u otro sistema económico,
era la existencia y el alcance de nuevo poder lo que estaba en juego, la
capacidad de hacer cambios trascendentales y de reproducir la vida social, la
defensa frente al enemigo, la creación de nuevas relaciones e instituciones, y
la formulación de un proyecto que tuviese a la altura de los ideales y los
27
sacrificios.” Es importante señalar que, es éste un criterio compartido por
intelectuales de la talla del sociólogo cubano Aurelio Alonso.
Este proceso comenzó a estar distinguido con las relaciones de Cuba y la
URSS, tales relaciones con rapidez alcanzaron gran distinción, y la imposición
del Marxismo- Leninismo y la Economía Política del Socialismo, que en lugar
de plantearse los problemas internos, planteaba soluciones sin sustento
alguno. “Lo grave es que esa ideología y ese cuerpo teóricos eran propuestos
como los que respondían a una revolución socialista”.
Para comprender lo anterior el autor introduce una pregunta que me parece
fundamental: ¿Cómo se relacionaban el poder y el proyecto en el seno de la
revolución? . El resultado fue una victoria política de carácter general al no
poner en peligro el rumbo de la revolución. Además de la conocida polémica
como fueron publicados un grupo de relevantes pensadores contemporáneos,
clásicos de la filosofía y el pensamiento marxista. El significado de la discusión
teórica que desde Cuba se levantaba era de un peso enorme, se estaba
rescatando el verdadero papel de la ideología marxista, del debate, y su
componente más importante, el pensamiento.
Es tal la pasión con que el Che se entregó aquellos debates, que me parece
como si con ello tratara además el resto de los aspectos de la transición
socialista. Las armas que el Che cree necesaria a tal efecto las encuentro muy
relacionadas con los otros aspectos de la transición socialista. “Por tanto, hay
que acudir a la profundización del análisis, a la teoría y el debate de las ideas
económicas y sociales, como parte de la lucha socialista”. Fernando también
examina la postura del Che en los debates, es decir, su prudencia, la
delicadeza al tratar algunos temas, en ningún momento pierde el Che lo que
opino es el referente fundamental en el caso cubano: la unidad revolucionaria.
Lo más puro de mis esperanzas de constructor
A todo el conjunto de argumentos irrebatibles que Fernando sostiene sobre la
labor del Che como constructor de la nueva sociedad, le sumaré algunos
criterios sobre lo que más me llama la atención al respecto. Realmente fue
encomiable su labor en todos los terrenos en los que trabajó, destacó por su
28
ejemplo, capacidad y constancia, o sea, por la dedicación a construir una lógica
diferente a la del reino del dinero, el egoísmo y el individualismo. ”Ese polo
práctico de lucha por el socialismo formado por el Che en todas las
responsabilidades que desempeñó (…), dejaron una fuerte huella en nuestro
proceso”.
De modo tal que, la suma de ese polo práctico junto al constante
enriquecimiento y adecuación del legado del marxismo originario, constituye el
complemento de la acción del Che en el proceso cubano, él como Fidel –
sabiendo que en lo adelante todo sería tal vez mucho más difícil – no se
concentro solamente en su labor de dirección , que por sus méritos y capacidad
le tocaba, hizo lo que corresponde al verdadero revolucionario , sus
conocimientos de la teoría marxista los puso a en función de la revolución,
partiendo - en su opinión – desde el primer día.
La instauración del nuevo poder era la expresión de la necesidad del cambio en
la sociedad cubana, cambio que no se haría esperar. La legitimidad desde el
inicio siempre fue en ascenso, toda vez que los protagonistas del nuevo poder
exhibían un prestigio que sí poseían , producto de años de lucha contra el
antiguo régimen, por otra parte la radicalización de los mencionados cambios
hacia su aporte a la mencionada legitimidad del proceso.
Es evidente el aporte del Che al proceso de industrialización del país, “ya no
inauguraba chinchales solamente”, la responsabilidad con que desarrollo las
actividades que desempeño, la emulación que estableció en su ministerio, el de
Industrias, opino que, fue una muestra de su intención declarada de cambiar
las relaciones de los trabajadores con los medios de producción , era en
puridad , dar riendas sueltas a las fuerzas de la conciencia en detrimento de las
fuerzas del egoísmo y el individualismo.
Che sabe que para un país en condiciones de subdesarrollo la industrialización
es un aspecto central, y llama a aprovechar los adelantos relativos de la fase
monopolista del capitalismo dejados por las empresas imperialistas que
operaban en Cuba. Pienso en la objetividad que entraña el hecho de que “el
incremento de la productividad del trabajo tenga más fuerza de “ley del
socialismo “que la satisfacción creciente de las necesidades”.
Toda vez que, para un país en transición es sumamente vital el impulso de la
productividad, es la muestra en no poca medida, de una independencia
29
económica, de la credibilidad del país ante la comunidad internacional, se trata
de una evidencia del funcionamiento del país. El Che no excluye como ya
apuntamos a los que piensan diferente a él, los involucra en el desarrollo del
país. No es táctico, ni acertado excluir a alguien de la construcción del
proyecto, además de que entre los que pensaban diferente, estaban parte de
los que sí sabían hacer andar las máquinas y administrar empresas.
El grado de conciencia alcanzado en aquellos años, la profundidad de los
debates en el orden teórico fueron admirables, entiendo que esa experiencia es
un reto para cualquier proceso revolucionario que pretenda la construcción del
socialismo, el Che fue muy lejos en tal objetivo. El rescate de manera real y
efectiva de aspectos como el trabajo voluntario es muy saludable en las
actuales condiciones, en las ramas de la economía que lo permita o sea
necesario. Opino que, para él el trabajo voluntario es parte de una estrategia
socialista para transformar la cultura de la dependencia del salario, en una
cultura en la cual la productividad por y para la sociedad sea el referente
principal de la acción del sujeto, no es de ningún modo convertir al obrero en
un lobito de la producción. Ya en Apuntes Críticos a la Economía Política del
Socialismo a dicho que:” No se toma en cuenta el hecho de que cada sistema
económico conlleva una moral propia”.
Precisamente la lógica del nuevo sistema tiene que ser el reflejo de ello, nueva
moral, nueva conciencia. Considero además, que el trabajo voluntario es
medio de realización de la conciencia, de lucha contra la individualización de
las personas. En El Che en la Revolución Cubana es muy enfático y sostiene
que: “La ciencia es, sin embargo, un arma, que puede ser utilizada bien o mal,
y que se utiliza bien cuando está en manos del pueblo, y se utiliza mal cuando
no pertenece al pueblo”. Es en mi criterio, el revolucionario en su justa medida:
el revolucionario del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.
En todo aquel proceso el Che alcanza resultados incuestionables. No será todo
lo deseado, mas el espíritu, la laboriosidad y el entusiasmo de aquellos días
fueron loables. En otro orden, el Sistema Presupuestario de Financiamiento era
el modo de organización de la sociedad, ante un cambio tan radical producido
efectivamente. La epopeya cubana de aquel momento fue una entrega tanto de
parte de la vanguardia en el poder, como del propio pueblo que hacia suyo el
30
proceso. La participación está en el centro de lo que tratando hasta aquí, vale
decir participación, que equivale a protagonismo popular.
Conclusiones
Apunto algunos aspectos que me parecen centrales en la concepción de Che
sobre la transición, con la finalidad de resumir lo que he tratado.
a) La construcción de un sistema diferente al del capitalismo, a través de lo que
acertadamente el autor de En el horno de los 90 llama la transición socialista,
transición que como se aprecia a lo largo del texto tendrá la inexcusable misión
de no reproducir los postulados del régimen estalinista tan indecorosamente
desmoronado, sin olvidar el saldo positivo de toda la experiencia soviética.
d) La importancia de una planificación verdaderamente socialista, esto es, que
no se rija por los cánones mercantiles, y no utilice las armas melladas del
capitalismo en busca del camino necesario. A esto y más dedica Fernando la
presente obra.
c) La concreción de las ideas del Che a través de su actuar como dirigente
político de la Revolución Cubana, aunque es evidente que tal actuar lo
desarrollo no sólo a instancia de gobierno , sino que fue el ejemplo diario lo que
coronó la obra de joven comunista, además de su audaz mezcla de
conocimiento teórico y praxis revolucionaria.
d) La intención de hacer valer las ideas del Marxismo originario no solamente al
marco estrictamente nacional, ya que el internacionalismo fue un aspecto
consustancial al pensamiento y a la acción del guerrillero de América.
No albergo la menor duda en que fue ese apego a los postulados más lúcidos
del Marxismo originario, y aplicado creadoramente lo que le permitió al Che
haber llegado tan lejos en el proceso de la transición socialista en Cuba, su
natural inclinación a la lucha constante, cuando otros hubiesen preferido el
acomodamiento que puede propiciar la dirigencia política, cuando es política
solamente, pero no revolucionaria. De modo que, la propuesta del Che resulta
tan trascendente por su contenido desalienador, al proponerse un rumbo hacia
el socialismo y el comunismo.
Así, en total consonancia con lo abordado por el autor, estimo que la
propuesta socialista desarrollada por el Che resulta la más útil, por conjugar de
31
manera creadora su concepción teórica con el ejercicio de la praxis
revolucionaria. El verdadero valor de su propuesta está, como he apuntado
arriba, en no adecuarse a las circunstancias, sino constantemente insistir en no
limitarse a reproducir el estado de cosas existente, algo que sería fatal para el
proceso revolucionario.
Su ética, el humanismo, la responsabilidad, la capacidad para enfrentar las
tareas, el ejemplo diario hicieron del Che un líder, que para seguirlo, insisto,
necesariamente había que ser revolucionario, hoy con toda claridad afirmo que
se necesita ser revolucionario para desarrollar una carrera tan difícil como la
desempeñada por él, al ser el sacrificio y no el acomodo y la oratoria, o el
dominio del arte de la política lo que caracterizó su accionar.
Historiograficamente hablando el texto que en Cuba fue puntero en el rescate
del pensamiento del Che es El pensamiento económico de Ernesto Che
Guevara , del importante investigador Carlos Tablada Pérez , a la sazón
premiado en el concurso Casa de las Américas en 1987, en 1989 vió la luz otro
importante texto , premiado igualmente con el premio Casa, se trata de: Che ,
el socialismo y el comunismo, y dicho sea al pasar, el texto que he analizado
de manera sintética es precisamente el libro de 1989 pero revisado y preparado
con más elementos en mano. Unido a los ya mencionados, aparecen de Maria
del Carmen Ariet Che: su pensamiento político (Editorial pueblo y Educación;
La habana, 1988, y Orlando Borrego su Che, el camino del fuego, en
2001(Imagen contemporánea, La Habana, 2001).
Igual significación merecen el conjunto de publicaciones que en todo el mundo
se publicaron en la década del noventa. De autores cubanos y extranjeros. Un
verdadero torrente de ensayos dirá Aurelio Alonso en su texto referenciado
aquí. Publicaciones todas que destacan por su rigor, caudal informativo que
aportan, me atrevería a señalar incluso por su gran valor historiográfico, al
menos personalmente disfruto ensayos como: Che, pensador de la praxis de
Fernando Martínez. Desde todo punto de vista, Las ideas y la batalla del Che
es un nuevo esfuerzo del autor por hacer liberar las fuerzas del pensamiento,
sus indudables armas liberadoras, no me canso de decir que el pensar con
cabeza propia, es absolutamente necesario para crear una lógica totalmente
diferente a la del Capitalismo, de crear una sociedad en la que:”El libre
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desenvolvimiento de cada uno, sea condición del libre desenvolvimiento de
todos”.
Bibliografía.
1. Alonso Tejada, Aurelio: El laberinto tras la caída del muro, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2006, pp. 223 – 225.
2. Carlos Rafael Rodríguez: Sobre la contribución del Che al desarrollo de
la economía cubana, en Cuba Socialista, no.33, mayo – junio de 1988.
3. Martínez Heredia, Fernando: En el Horno de los 90, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2005, Pp. 85 -
4. Martínez Heredia, Fernando: Las ideas y la batalla del Che, Ed. Ciencias
Sociales, La Habana, 2010.
5. Martínez, Osvaldo: Crisis global y pensamiento del Che sobre economía internacional, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 2009, p. 3.
6. Pupo, Rigoberto: Praxis, enajenación, cultura, en Filosofía Marxista, t .II,
Ed. Félix Varela, La Habana, 2009, p.230.