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Volumen 6, Número 6 , 2012 43 Fecundación in vitro en Costa Rica, ejercicio de poder y negación de derechos In vitro fertilization in Costa Rica, an exercise of power and denial of rights Gustavo Gatica López [email protected] Universidad Nacional 1 Recibido: 15 de abril, 2012 Aprobado: 18 febrero, 2013 1 Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto “Una contribución para el estu- dio de lo religioso en Costa Rica” de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión (EECR) de la Universidad Nacional. Resumen El presente artículo discute la no- ción de poder en el marco de las relaciones entre una institución específica y la opinión pública. Teniendo en cuenta que la no- ción de poder es una construcción teórica que se refleja en relaciones sociales, económicas, políticas o culturales, se analiza el caso de la posición recientemente ejercida por la jerarquía católica costarri- cense , a propósito de la discusión de la fecundación in vitro en Cos- ta Rica. Asumimos como punto de partida la existencia de un dis- curso religioso conservador que ejerce de distintas formas poder, que tiene una intencionalidad y que tiene la capacidad de influir en decisiones personales y colec- tivas. [p. 43 – p. 67]

Fecundación in Vitro en Costa Rica - Gustavo Gatica

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Trabajo que discute un delicado tema ético

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  • Volumen 6, Nmero 6 , 2012 43

    Fecundacin in vitro en costa Rica, ejercicio de poder y negacin de derechosIn vitro fertilization in costa Rica, an exercise of power and denial of rights

    gustavo gatica [email protected]

    universidad Nacional1

    Recibido: 15 de abril, 2012aprobado: 18 febrero, 2013

    1 este artculo se ha elaborado en el marco del proyecto Una contribucin para el estu-dio de lo religioso en Costa Rica de la escuela ecumnica de ciencias de la Religin (eecR) de la universidad Nacional.

    Resumenel presente artculo discute la no-cin de poder en el marco de las relaciones entre una institucin especfica y la opinin pblica. Teniendo en cuenta que la no-cin de poder es una construccin terica que se refleja en relaciones sociales, econmicas, polticas o culturales, se analiza el caso de la posicin recientemente ejercida

    por la jerarqua catlica costarri-cense , a propsito de la discusin de la fecundacin in vitro en cos-ta Rica. asumimos como punto de partida la existencia de un dis-curso religioso conservador que ejerce de distintas formas poder, que tiene una intencionalidad y que tiene la capacidad de influir en decisiones personales y colec-tivas.

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    palabras clavepoder, fecundacin in vitro, dis-curso eclesial, dominacin.

    abstractThis article discusses the notion of power in the context of re-lationships between a specific institution and public opinion. bearing in mind that the notion of power is a theoretical construc-tion being reflected in the social, economic, political or cultural relations, we analyze the position

    the costa Rican catholic hie-rarchy has recently taken on the discussion about in vitro fertiliza-tion in costa Rica. We assume, as a starting point, the existence of a conservative religious discourse exercising different kinds of power, having intentionality, and being able of influencing personal and collective decisions.

    Keywordspower, in vitro fertilization, ec-clesial discourse, domination.

    la prctica o el ejercicio del poder se ejerce de diversas formas. Se acepta que es un fenmeno de fuerza, de coaccin y de coercin fsica o psicolgica. el ejercicio del poder desde una institucin tendra la capacidad e intencionalidad de mover voluntades, determinar criterios, modificar opiniones, encauzar decisiones. Nos interesa en el presente artculo, discutir el concepto o la no-cin de poder como categora que muestre las relaciones entre una institucin especfica y la opinin pblica. como estrategia metodolgica, situaremos el anlisis en un marco geogrfico y temporal definido: costa Rica en los meses comprendidos entre septiembre del ao 2010 y septiembre del ao 2011.

    Teniendo en cuenta que la categora de poder es una construc-cin terica que se refleja en relaciones sociales, econmicas, polticas o culturales, ser de inters analizar cmo se expresa en la posicin ejercida por la jerarqua catlica costarricense, a pro-psito de la discusin de la fecundacin in vitro en costa Rica. asumimos como punto de partida la existencia de un discurso religioso conservador que ejerce de distintas formas poder, que

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    tiene una intencionalidad y que tiene la capacidad de influir en decisiones personales- individuales y colectivas (de pas).

    Recuperamos el aporte de Foucault que sugiere que en las re-laciones entre dominacin y sometimiento, el punto nodal de atencin ha de ubicarse all donde la intencin se hace prctica real y efectiva, es decir, donde se concretiza o materializa. en el caso que nos ocupa, la Iglesia catlica ejerce un tipo de poder que, si bien hoy da no apela explcitamente a extremos teol-gicos como la condenacin de quienes piensan y se expresan de forma distinta y frontal a posiciones ortodoxas mantenidas por la jerarqua eclesial, ejerce un tipo de poder que se hace real y efectivo. esto lo convierte, a nuestro criterio, en un grupo de poder con intereses claramente definidos.

    el poder como categora de anlisis

    una categora que evidencia un marco de relaciones de influen-cia en la discusin del proyecto de Fecundacin in Vitro (en adelante FIV), en costa Rica es la de poder. el poder es prima-riamente un fenmeno de fuerza, de coaccin y de coercin, ini-cialmente fsica y luego psicolgica. duverger dir que el poder siempre busca ser aceptado; es ms, desea hacerse amar y re-verenciar por intermedio de los sistemas de creencias es muy posible que las creencias sean un elemento original del poder que haya existido antes de la fuerza todo poder descansa am-pliamente en las creencias (1976:523). en un anlisis coinci-dente, legendre de su parte dir que la obra maestra del poder es hacerse amar (citado por Tamayo, 2007: 104).

    para bourdieu, ocurren una serie de interacciones entre agen-tes que estn mediadas por la posicin que ocupan dentro de las estructuras de poder que estn definidas objetivamente por

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    unidades territoriales al interior de un pas. as, un territorio designado con un nombre, es no solo una abstraccin, sino un lugar en donde ocurren dinmicas de relaciones mediadas por el poder local que guarda una autonoma de los poderes centrales. dir este autor:

    no se puede concebir la relacin entre lo nacional y lo local, el centro y la periferia, como la de la regla universal y la apli-cacin particular, la concepcin y la ejecucin. la visin que se tiene desde los centros de poder, que lleva a percibir las reli-giones y los cultos perifricos (geogrfica o socialmente) como rituales mgicos se impone de manera insidiosa a la ciencia social, y sera fcil mostrar que muchos usos de la posicin entre centro y periferia (o entre universal y parroquial), amn de eliminar bajo las apariencias de la neutralidad descriptiva los efectos de dominacin, tienden a establecer una jerarqua entre los dos trminos opuestos: as, las acciones perifricas se piensan como mera aplicacin mecnica de las decisiones centrales y la administracin local no tiene otro objeto que ejecutar rdenes o circulares burocrticas; o bien, sin que una cosa excluya la otra, se las puede concebir como resistencias del inters privado o el particularismo social (provinciano) a las medidas centrales (bourdieu, 2002: 145).

    esta idea de descentralizacin del poder tambin la encontramos en el pensamiento de Foucault como veremos ms adelante. el planteamiento que nos remite a la descentralizacin del poder, reconoce que la realidad no opera de forma mecnica ni unidi-reccional (vertical). por el contrario, asume la dinamicidad y las interacciones entre actores e instituciones con diversas cuotas de poder ubicados en centros y periferias2. Tal lectura, contribuye

    2 Si bien bourdieu ha sealado las interacciones entre centro y periferia que ocurren dentro de las estructuras de poder, en el caso particular de la Iglesia catlica, persiste un fuerte centralismo que se expresa de diversas formas. por ejemplo, en el plano

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    asimismo a fundamentar un cambio en la cosmovisin que his-tricamente ha postulado la hegemona de centros de poder po-ltico, econmico, cultural. hegemona que se ha traducido en distintas formas de colonialismo.

    la utilizacin que hace bourdieu de la idea de centros de poder resulta sugerente. Siguiendo este planteamiento, la visin que se tiene desde los centros de poder, puede imponerse en distintos mbitos y de la ms variada naturaleza: acadmicos, culturales, polticos o religiosos. el escenario puede cambiar mientras que la dinmica de relacin de poder sigue siendo la misma. una visin se impone. Tal visin que emerge de un centro de poder puede ser deliberadamente construida y legitimada en funcin del inters que persiga mantener. para el caso que nos ocupa, la construc-cin de una visin matricial de sociedad fundada por ejemplo en la familia, puede ser expresin de una posicin conservadora que apele a la urgencia de defender un valor fundamental, ante la perspectiva de poner en riesgo las bases fundamentales de la sociedad3. en este caso, habra una instrumentalizacin del con-cepto de familia, en tanto habra un inters desde un centro de poder por mantener la hegemona de un discurso religioso o fortalecer una creciente posicin jerrquica.

    doctrinal, los documentos romanos, son los que orientan en la prctica muchas de las expresiones de religiosidad de los fieles. asimismo, en el plano administrativo, el nombramiento de los obispos, es una decisin que si bien afecta a los miembros de cualquier dicesis (que pude estar situada a miles de kilmetros del Vaticano), se toma en este ltimo lugar, con base en propuestas que han sido enviadas por la nunciatura apostlica del pas en donde ocurra tal eleccin.

    3 este tipo de ideas son afirmadas con frecuencia por la jerarqua eclesial catlica. as leemos recientemente que los obispos de la conferencia episcopal de costa Rica, asumiendo nuestro deber de ensear al pueblo de dios para que esta permanezca en la verdad de la revelacin, presentamos algunas consideraciones orientadas, princi-palmente a la proteccin de la dignidad del matrimonio, base esencial de la familia y valor importantsimo que tiene que ser defendido de toda amenaza que ponga en peligro su solidez. Contra las sociedades de convivencia. mensaje de la conferencia episcopal de costa Rica. la Nacin, 23 de noviembre del 2011. pgina 35a.

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    Siguiendo los planteamientos de bourdieu, nos encontraramos dentro de lo que denominara un campo de objetividad. en ste se identifican productores y consumidores que ocupan posicio-nes diferentes y acumulan volmenes distintos de capital propio del campo respectivo. lo anterior da lugar a relaciones medidas por el poder. uno de los campos de objetividad sealados por bourdieu es el religioso, espacio en el que se tranzan bienes de salvacin. en este campo (una suerte de mercado religioso) acuden oferentes y demandantes de bienes de salvacin. los oferentes o cuerpo de especialistas que son a la vez detentadores exclusivos de la competencia y conocimiento de saberes secretos, se en-cuentran en una posicin dominante respecto de los demandantes que buscan acumular y concentrar algo de capital religioso den-tro de un campo religioso.

    en este orden de ideas, duverger seala que las creencias ope-ran como un factor explicativo central en el ejercicio de poder, incluso se anteponen a la existencia de consensos. Siguiendo a este autor, diramos que quien tiene la posibilidad de modificar o alterar las creencias individuales o colectivas, ejerce el poder sin apelar necesariamente a la violencia. de forma concreta asumi-mos que la Iglesia como institucin es un espacio de poder y la religin se convierte en un bastin para ejercer poder.

    esta descripcin que puede parecer terica tiene implicancia en la realidad cotidiana, sobre todo en espacios donde se dilucidan decisiones que afectan a colectivos. en nuestra opinin, la reli-gin modifica creencias pero tambin orienta decisiones de in-dividuos. as, la religin en su ms sencilla expresin: cuerpo de creencias, es instrumentalizada por las iglesias a favor de in-tereses que le son convenientes dentro de sociedades especficas.

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    una lnea argumental que nos interesa traer a colacin es la que remite a las relaciones que establecen los creyentes con las re-ligiones, los sistemas de valores y de ejercicio de poder que s-tas promueven. al respecto, giner (1974), haciendo un anlisis desde la sociologa de la religin ha sugerido que:

    el creyente vive la religin como fenmeno total, que afecta el sentido ltimo de su vida. por esa razn es difcil aislarla de los otros sistemas sociales a los cuales va ligada. una religin repre-senta, para sus miembros, una sacralizacin de la vida, desde las relaciones sexuales hasta el hecho de la muerte finalmente, la religin tambin regula la actitud de sus fieles respecto del poder secular (1974: 191)4.

    esta sacralizacin de la vida supone a su vez, asumir una perspec-tiva de la vida acorde a los valores fundamentales que promueve la religin, evidentemente sobre ello hoy da habrn matices. de esta cuenta, podremos encontrar personas y grupos que los asuman de forma radical, hasta otros que establecern negocia-ciones para asumir alguna parte de aquella sacralizacin que no problematice prcticas discordantes de la vida cotidiana con los postulados religiosos que en principio se han asumido.

    Siguiendo el anlisis de giner, si la persona creyente asume la religin de forma tal que le ayude a configurar su sentido ltimo de la vida o al menos que introduzca en su vida, valores a partir de los cuales negocia su posicionamiento frente a diversos acon-tecimientos sociales, es de esperar que la religin ejerza un tipo de poder en el individuo y no de poca monta!

    4 el clsico anlisis de Weber a la tica que subyace a la tradicin protestante y su vinculacin con el capitalismo podra expresar la sacralizacin de la vida a la que se refiere giner, en tal caso, referida a las actividades econmicas de las personas creyentes.

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    este poder ejercido por la religin institucionalizada no est exento de contradicciones. en el caso de la religin catlica, Tamayo (2007) ha llevado a cabo una slida crtica a las contra-dicciones que surgen entre el discurso de promocin y defensa de los derechos humanos que lanza la Iglesia catlica, con sus propias prcticas en la materia. ms an, de forma implcita, Ta-mayo establece algunos indicadores que muestran por ejemplo, cmo esta Iglesia tiene un notable dficit en la ratificacin de instrumentos internacionales de proteccin de derechos huma-nos que lo ponen muy por debajo de pases como cuba, china, Irn o Ruanda en el listado de pases que no ratifican aquellos instrumentos. derivada de tal prctica, Tamayo se pregunta cmo es posible que se predique a un dios que es, al mismo tiem-po, tan amoroso como intolerante (2007: 19). ms an dir este autor, la interrogante que han de realizarse los catlicos es si el dios del cristianismo, Jess de Nazaret, entendi el ejercicio del poder como forma de limitar y hasta anular (en cuestiones im-portantes) los derechos humanos (2007:150).

    desde una perspectiva ms amplia, mucho ms all de lo pu-ramente religioso Foucault cuestiona: qu tipo de poder es susceptible de producir discursos de verdad que estn, en una sociedad como la nuestra, dotados de efectos tan poderosos? en cualquier sociedad, las relaciones de poder atraviesan, carac-terizan, constituyen el cuerpo social, y estas relaciones de poder no pueden disociarse, ni establecerse, ni funcionar sin una pro-duccin, una acumulacin, una circulacin, un funcionamiento del discurso. No hay ejercicio de poder posible sin una cierta economa de los discursos de verdad que funcionen en, y a partir de esta pareja. estamos sometidos a la produccin de la verdad desde el poder y no podemos ejercitar el poder ms que a travs de la produccin de la verdad (1995:139-140).

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    como dinmica, en opinin de Foucault, el poder circula en los actores y en los discursos que estos producen. ac opera lo que el autor francs llama una cierta economa de los discursos de verdad, que podra analogarse al funcionamiento terico de la economa: hay una produccin, consumo y una acumulacin de ganancias y ahorros (poder) que algn grupo hace suyo (idea que tambin aparece en bourdieu). la economa del poder, como hecho dinmico entonces, no se detiene sino est en constante transformacin de acuerdo a los contextos en los que se desarro-lla y los temas de los que se apropia y se instala.

    Foucault mismo nos alerta acerca de tres hechos que se derivan de las relaciones entre dominacin y sometimiento, relaciones que evidentemente son de poder5. en primera instancia dir que no se trata de escudriar las formas reguladas y legitimadas del poder en su centro, sino ms bien en sus bordes, en sus extremos y sus confines. ello nos lleva a ver las expresiones que adquiere en instituciones ms locales, ms cercanas a los individuos.

    en segundo lugar, llama la atencin acerca de no ubicar el cen-tro de la discusin o el foco de atencin en lo que llama la in-tencin o la decisin (expresado a travs de interrogantes como quin tiene el poder y qu intencin tiene?) sino de establecer all donde la intencin se hace prctica real y efectiva. con otras palabras, nos sugiere volver la vista ah donde el discurso deja de serlo para convertirse en prctica real. este anlisis resulta valio-so y abre la puerta para convocar a lo que hoy se llaman grupos de poder fctico. Tales grupos articulados a partir de intereses clara-mente definidos, ejercen distintos niveles de influencia y poder en centros de toma de decisin, en la opinin pblica o en la gestin de la autoridad. estos grupos pueden ser de distinta naturaleza o

    5 Vase al respecto: Foucault michel (1974). Microfsica del poder. editorial planeta. barcelona. especialmente las pginas 125-152.

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    estar volcados a intereses dismiles y podran ir desde grupos ecle-siales, empresariales-econmicos, gremiales, crimen organizado nacional y transnacional. el poder que poseen si bien no est ins-titucionalizado, transita de la intencin a la prctica real que se vuelve efectiva cuando, el nivel de influencia logra determinar acciones especficas que responden a sus intereses de grupo.

    en el caso que nos ocupa, giner (1974) establece, siguiendo a george, ciertas correlaciones entre el sistema de valores de la Iglesia catlica Romana y las estructuras de clase y poder en que se ha hallado inserta a travs de los siglos. as, una forma de acercarse a los centros de poder que en algunas ocasiones ha sido demasiado explcito- es a travs de santificar a personajes, ganndolos si se quiere, para sus propsitos. de acuerdo a giner, la prctica de hacer santos a algunas personas, se ha decanta-do por seleccionar a personajes que perteneceran a lo que hoy llamaramos clase alta. haciendo un rastreo en la historia de la Iglesia, el socilogo espaol muestra que entre el siglo I y el siglo XX, el porcentaje de santos provenientes de la clase alta es superior al 78%, es decir cuatro de cada cinco santos declarados por la Iglesia pertenecan a este grupo, situacin contraria a los que proceden de la clase baja, misma que solo representa el 5% del total de santos oficiales de esta Iglesia.

    Tal prctica, no parece haber sido olvidada por las jerarquas lo-cales costarricenses. as puede recordarse que unas semanas des-pus de la proclamacin de la presidenta electa de la Repblica la seora laura chinchilla, el obispo de cartago se apresur a declararla hija predilecta de la Virgen de los ngeles. a falta de la posibilidad de convertirla en beata, le otorg una distin-cin que usualmente no se otorga a mujeres que, provenientes de sectores populares, mujeres que por dems, bien podran ha-ber dedicado toda una vida a promover la devocin a la Virgen

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    patrona de costa Rica. el tema va ms all de la proclamacin de hija predilecta a la presidenta de la Repblica, el tema nos remite a la reciprocidad que esperan quienes han hecho tal de-signacin. como suele decirse no hay almuerzo gratis.

    Finalmente, Foucault nos alerta acerca de no considerar el po-der como un fenmeno de dominacin masiva y homognea de un individuo sobre los otros, de un grupo sobre los otros, de una clase sobre las otras; sino tener bien presente que el poder, si no se lo contempla desde demasiado lejos, no es algo dividido entre los que lo poseen, los que lo detentan exclusivamente y los que no lo tienen y lo soportan en otros trminos, el poder transita transversalmente, no est quieto en los individuos (1995:143).

    en nuestra opinin, el poder tiene distintas direccionalidades se-gn los intereses especficos que pueda tener y las circunstancias en las que se expresa. por una parte, adquiere una lgica-dinmi-ca vertical entre sometidos y dominantes, distinguindose bien a unos y otros con roles y papeles claramente definidos. por otra parte, el poder adquiere una lgica-dinmica horizontal entre actores con pesos simtricos, operando una suerte de democra-tizacin del poder entre actores ms iguales entre s. Tal distin-cin permite asegurar el continuum del ejercicio y monopolio del poder sin subvertir las diferencias que lo sostienen.

    un proceso de aos las expectativas que se transforman

    el 3 de febrero de 1995 fue firmado el decreto presidencial No. 24029-S, que autorizaba la prctica de la fecundacin in vitro (FIV) y regulaba su ejercicio en costa Rica6. este decreto, entre

    6 el decreto presidencial se encuentra disponible en: http://www.google.co.cr/#sclient=psy-ab&hl=es&source=hp&q=la.+gaceta/

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    otras cosas, defina las tcnicas de reproduccin asistida como todas aquellas tcnicas artificiales en las que la unin del vulo y el espermatozoide se logra mediante una forma de manipulacin directa de las clulas germinales a nivel de laboratorio (artculo 2). Tal tcnica solo se autorizaba entre cnyuges (artculo 1). Tambin prohiba la inseminacin de ms de seis vulos y dis-pona que todos los embriones tendran que ser depositados en el tero materno, estando prohibido el congelamiento, preser-vacin o descarte de embriones (artculos 9 y 10). asimismo, el decreto prohiba las maniobras de manipulacin del cdigo gentico del embrin, toda forma de experimentacin sobre el mismo y la comercializacin de clulas germinales (vulos y es-permatozoides) para ser destinados a tratamientos de pacientes en tcnicas de reproduccin asistida homlogas o heterlogas (artculos 11 y 12).

    posteriormente, el 15 de marzo del ao 2000, la Sala constitucio-nal, a travs de la sentencia nmero 2000/02306, anul el decreto presidencial 24049-S. el argumento de la Sala constitucional sea-l que la prctica de la fecundacin in vitro implicaba una elevada prdida de embriones, directamente causada por la manipulacin consciente y voluntaria de clulas reproductoras. con base en ello, declar su inconstitucionalidad y por consecuencia se suspenda la prctica de la FIV en costa Rica.

    con esta sentencia, muchas parejas que por razones naturales estaban imposibilitadas para fecundar, vieron anuladas sus op-ciones al menos en el pas- de utilizar una tcnica artificial para lograr la fecundacin y tener descendencia. esta decisin judi-cial daba inicio a un proceso legal que, agotadas las instancias nacionales, se ventilara ante el Sistema Interamericano de de-rechos humanos. el proceso en marcha avanzara lentamente. por otra parte, el tiempo se convertira en el principal enemigo

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    de matrimonios que al pasar de los aos, perderan la posibilidad biolgica de convertirse en padres y madres de familia, espec-ficamente porque las mujeres superan la edad de reproduccin. desde el momento que dicta sentencia la Sala constitucional han pasado ms de diez aos. para algunas de estas familias, la lucha por utilizar la FIV se ha transformado en una exigencia por la reparacin de los derechos que les han sido negados durante estos aos, como ha sido planteado ante la comisin Interame-ricana de derechos humanos (cIdh).

    Segn el Informe No. 25/04 de la comisin Interamericana de derechos humanos (cIdh)7, el 19 de enero de 2001, el Sr. ge-rardo Trejos Salas present una denuncia ante la comisin Inte-ramericana de derechos humanos contra costa Rica, en la que alega la responsabilidad internacional del estado costarricense por la sentencia nmero 2000/02306, del 15 de marzo de 2000, dictada por la Sala constitucional de costa Rica, que declar la inconstitucionalidad del decreto presidencial nmero 24029-S, del 3 de febrero de 1995, que regulaba la prctica de la fecunda-cin in vitro en este pas8. en opinin de las personas demandan-tes (de ellas diez mujeres), la sentencia de la Sala constitucional de costa Rica violentaba artculos de la convencin americana de derechos humanos, entre otros la obligacin de los estados de respetar los derechos, respetar el derecho al reconocimiento de la personalidad jurdica, derecho a la vida, a la integridad personal, garantas judiciales. asimismo, argumentaron que se violentaban derechos del protocolo adicional a la convencin americana en materia de derechos econmicos, Sociales y cul-turales y de la convencin Interamericana para prevenir, San-cionar y erradicar la Violencia contra la mujer.

    7 comisin Interamericana de derechos humanos. Informe No-25/04 Peticin 12,361 Admisibilidad Snchez Villalobos y otros contra Costa Rica. 11 de marzo de 2004. Wash-ington d.c.

    8 Informe No. 25/04 Nmero 1.

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    para un pas como costa Rica que se presenta en distintos fo-ros internacionales como promotor del respeto a los derechos humanos, la recepcin de la denuncia presentada por parte de la comisin Interamericana de derechos humanos, constitua ya un traspi y pona en entredicho el discurso de compromi-so pleno por la defensa de los derechos humanos. Tal denuncia pondra como se ver ms adelante, en tensin por un lado, el reconocimiento del derecho a la vida segn lo establecido en los instrumentos de proteccin internacional que el pas ha ratifica-do; y por otro, una posicin fuertemente conservadora de diver-sos actores polticos de cara al reconocimiento de los derechos violentados- y con una actitud que pareciera de complacencia ante el discurso religioso de la jerarqua catlica.

    Segn el procedimiento establecido por la convencin ameri-cana de derechos humanos (artculo 48), la comisin Intera-mericana a partir del da 6 de febrero del ao 2001, recibi los alegatos de las personas peticionarias y del estado costarricense. el da 2 de octubre de ese ao, las peticionarias comunicaron a la comisin Interamericana que renunciaban al procedimiento de solucin amistosa del conflicto. con esto, la comisin Inte-ramericana, de acuerdo al artculo 49 de la convencin ame-ricana, elaborara un informe con una narracin de los hechos y conclusiones. posteriormente el 11 de marzo del ao 2004, la comisin Interamericana de derechos humanos anuncia la ad-misibilidad de la denuncia contra costa Rica.

    en su Informe de Fondo N 85/10 la comisin Interamericana de derechos humanos, seal que con la sentencia No. 2306-2000 de la Sala constitucional, viol los artculos 11.2, 17.2 y 24, en relacin con las obligaciones establecidas en los artculos 1.1 y 2 de la convencin americana sobre derechos humanos. en el Informe, se le solicita al estado costarricense que legisle

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    para permitir la prctica de una tcnica de FIV y transferencia embrionaria que concilie los derechos a la salud, a fundar una fa-milia, a tomar decisiones de pareja en un ambiente de intimidad y a procrear respetando el valor de la vida y la dignidad humana. de este Informe fue notificado el estado costarricense el 23 de agosto del ao 2010. una vez notificado, se elabor un proyecto de ley enviado a la asamblea legislativa, al que se le asign el No. 17,900.

    el proyecto de ley defina la FIV como una tcnica de reproduc-cin asistida que involucra la fertilizacin del gameto femenino por el masculino en forma extracorprea y que consiste en la extraccin de vulos de los ovarios de la mujer y la fertilizacin de los mismos fuera de su cuerpo para ser posteriormente re-in-troducidos en l. la prctica de la fertilizacin in vitro queda autorizada a partir de la vigencia de esta ley (artculo 1).

    el procedimiento de FIV, segn lo establece el texto, puede apli-carse a cnyuges o convivientes (artculo 2). Segn se podra interpretar, el legislador ampla la posibilidad para que la tcnica pueda ser utilizada por personas que viven en unin de hecho, aspecto que entrara en tensin con la doctrina eclesial catlica que considera el matrimonio como base para la generacin de la prole9.

    el artculo 10 del proyecto establece la prohibicin para la reduc-cin o destruccin de vulos fertilizados, la experimentacin, su comercio, y cualquier otro trato lesivo que atente contra la vida

    9 al respecto el cdigo de derecho cannico seala que la alianza matrimonial, por la que el varn y la mujer constituyen entre s un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma ndole natural al bien de los cnyuges y a la generacin y educacin de la prole, fue elevada por cristo Seor a la dignidad de sacramento entre bautiza-dos. canon 1055, numeral 1. Texto disponible en: http://www.vatican.va/archive/eSl0020/__p3T.hTm

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    y la dignidad humana. este mismo artculo seala que solo en caso de que los vulos fertilizados posean calidad deficiente, que limite su reproduccin celular normal y su viabilidad futura, de acuerdo con los criterios tcnico-mdicos, o aquellos que pre-senten enfermedades genticas o cromosmicas incompatibles con la vida, diagnosticadas mediante el estudio de blastmeras del vulo fertilizado, se podrn desechar y no preservar para su posterior transferencia.

    un trmino que pudo resultar problemtico y controversial fue el utilizado por los legisladores para referirse al producto del embarazo (artculos 6 y 7) al que se le reconocen, entre otros, los siguientes derechos: la vida, la salud, la integridad fsica, la identidad gentica, biolgica y jurdica, la gestacin en el seno materno, el nacimiento, la familia, la igualdad.

    Finalmente debe sealarse que, segn se lee en la exposicin de motivos del citado proyecto de ley, esta iniciativa tena como propsito cumplir con las medidas a las que se comprometi el estado costarricense al responder el Informe de la comisin In-teramericana de derechos humanos. as, el da 14 de junio del ao 2011 en votacin de plenario la asamblea legislativa re-chaz el proyecto en discusin.

    el rechazo al proyecto de FiV: posicin de la jerarqua catlica

    a travs de distintos mensajes, la jerarqua eclesial catlica re-chaz el proyecto de FIV que se discuti en la asamblea legisla-tiva. esta oposicin fue asimismo apoyada por el papa benedicto XVI. con ocasin de la presentacin de las cartas credenciales del embajador de costa Rica, el tristemente recordado Fernando Snchez, ante la Santa Sede, el pontfice seal en su mensaje:

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    Fecundacin in vitro en Costa Rica, ejercicio de poder y negacin de derechosIn vitro fertilization in Costa Rica, an exercise of power and denial of rights

    No podra ser de otra manera en Vuestra patria, acreedora del particular inters de la Santa Sede en este contexto, la au-toridad pblica ha de ser la primera en buscar lo que a todos beneficia, obrando principalmente como una fuerza moral que potencie la libertad y el sentido de responsabilidad de cada uno. y todo esto, sin menoscabar los valores fundamentales que ver-tebran la inviolable dignidad de la persona, comenzando por la firme salvaguarda de la vida humana. en este mbito, me com-place recordar que fue precisamente en Vuestro pas donde se firm el pacto de San Jos, en el que se reconoce expresamente el valor de la vida humana desde su concepcin. as pues, es de-seable que costa Rica no viole los derechos del nasciturus con leyes que legitimen la fecundacin in vitro y el aborto (discur-so del papa ante el embajador de costa Rica ante la Santa Sede 03 de diciembre del 2010)10.

    el mensaje pronunciado por el pontfice tambin hace refe-rencia al proceso de negociaciones que actualmente el estado de la ciudad del Vaticano lleva a cabo con el estado costarri-cense para la renovacin del concordato entre ambos estados. como quiera que sea, el pontfice hace un llamado para que no se apruebe la fecundacin in vitro. Tal mensaje fija la posicin de la Iglesia institucional sobre un asunto de poltica domstica costarricense. Tal prerrogativa no parece ser lo usual en procesos similares de aceptacin de cartas credenciales por parte de otros estados. es ms, no se considera oportuno y podra generar algn tipo de conflicto innecesario que una nacin extranjera, indique

    10 en este orden de ideas Tamayo apunta que de la misma manera que la Iglesia no suscribe ciertos derechos que la comunidad internacional considera obligatorios para todos los ciudadanos del mundo, esa misma Iglesia pretende que determinadas nor-mas de su moral particular se constituyan en obligaciones igualmente vinculantes para todos (2007, pgina 66). asimismo seala este mismo autor que por ello se comprende que la Santa Sede no firmase, por ejemplo, la declaracin sobre la uti-lizacin del progreso cientfico y tecnolgico en inters de la paz y en beneficio de la humanidad (2007: 67).

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    lo que tendran que ser las decisiones internas sobre temas parti-cularmente sensibles al interior de un pas.

    precisamente, unos das despus del pronunciamiento del men-saje del pontfice y ante las repercusiones que el mismo tuvo en el pas, un periodista del peridico la Nacin consult al arzobispo metropolitano acerca del proceso impulsado por la comisin Interamericana de derechos humanos, para que el pas adecuara su legislacin en la materia a los estndares inter-nacionales de proteccin de derechos humanos. acerca de ello, el arzobispo seal que la presin al pas, la ejerca la comisin Interamericana y seal que:

    la cIdh est ejerciendo presin sobre el gobierno de costa Rica para que sus recomendaciones sean acatadas, y las presio-nes no siempre nos llevan a soluciones ticas, mdicas o jurdi-cas viables11

    la intervencin del eclesistico sugiere que hay una presin de parte de la comisin Interamericana. este rgano es una de las dos entidades del sistema interamericano (junto a la corte Inte-ramericana de derechos humanos) para la proteccin y promo-cin de los derechos humanos en las amricas12. lo que no sea-la el arzobispo y parece pasar desapercibido por el discurso de la jerarqua catlica es que hay un compromiso asumido por el pas por adecuar la legislacin nacional a la normativa internacional, de forma tal que no contravenga instrumentos internacionales que tutelan los derechos humanos. en virtud de ello, la presin

    11 disponible en: http://www.nacion.com/2010-12-16/elpais/NotasSecundarias/el-pais2623870.aspx

    12 la comisin Interamericana surge al amparo del artculo 106 de la carta de la or-ganizacin de los estados americanos (oea), ratificada por costa Rica el 10 de octubre de 1948. esta comisin tiene como funcin principal, la de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos.

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    citada por el obispo, no es ni ms ni menos que el recordatorio que la comisin le hace al pas para que asuma los compromisos que de forma voluntaria acept. Tomando en consideracin que la adecuacin jurdica que se solicita a costa Rica tiene como parmetros, instrumentos de proteccin de derechos humanos, no se esperara que tales cambios vayan en contra de soluciones ticas, mdicas o jurdicas viables, simplemente porque desde una tica civil son soluciones viables y respetuosas de los dere-chos humanos!

    de su parte, la conferencia episcopal de costa Rica se lamenta-ba en marzo del ao 2011 que la comisin especial, creada en la asamblea legislativa, no haya considerado la participacin de aquella en la discusin a pesar de que:

    Nosotros, quienes por nuestra tarea pastoral estamos llamados a discernir y acompaar las realidades y los acontecimientos pre-sentes, insistimos en realizar un aporte a la discusin legislativa desde el rico acervo de la antropologa cristiana, de la tica y del magisterio eclesial; con la certeza de que, estos valores y principios, compartidos por la inmensa mayora de los ciudada-nos costarricenses, deben ser atendidos y considerados en este delicado proyecto13.

    parece ser que los obispos invocan que los aportes a la discusin legislativa que ellos pueden hacer como pastores son los valores y principios compartidos por la inmensa mayora de ciudadanos. de ello se sigue que sus aportes, recogen el sentir de la mayora costarricense14. por tanto, los legisladores, al no convocarlos se

    13 mensaje con ocasin de la cIa. asamblea ordinaria de la conferencia episcopal de costa Rica, llevada a cabo del 7 al 11 de marzo del ao 2011. pgina 3.

    14 convendra ac recuperar el anlisis que lleva a cabo Tamayo. en un contexto en el que los pastores se autolegitiman para discernir y acompaar los acontecimientos presentes (el proyecto de FIV), hay una apelacin en ltima instancia al poder del

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    privan de escuchar una voz autorizada, a una voz que tiene el po-der de discernir y dar claridad a una discusin de esa naturaleza. Tal lamento no fue echado en saco roto, pronto tuvo respuesta.

    unas semanas despus, la conferencia episcopal present su po-sicin ante la comisin de asuntos Jurdicos de la asamblea legislativa acerca del proyecto de ley 17,900 (ley de FIV). argumentaron entre otras razones que la discusin acerca de la defensa de la vida desde el momento de la concepcin, no es un tema estrictamente religioso, aunque algunos quieran llevar el debate a este terreno. as las cosas, la jerarqua catlica trat de desligar la discusin acerca de la defensa de la vida de la dimen-sin religiosa, para ubicarla en el plano del reconocimiento de derechos que toda persona posee. para ello, en ese mismo mensa-je, los obispos recuerdan el artculo 4 de la convencin ameri-cana de derechos humanos que seala que Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. este derecho estar protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepcin. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente. Resulta que ahora la jerarqua domstica de la Iglesia catlica invoca uno de los artculos centrales de la convencin americana cuando el estado de la ciudad del Vaticano, ni siquiera ha ratificado la de-claracin universal de los derechos humanos. con ello parecen decir: hagan lo que digo pero no lo que yo hago.

    la participacin de los obispos catlicos recoge, segn el comuni-cado emitido por ellos, un aporte a la discusin legislativa desde

    que han sido investidos y que viene de dios. dir Tamayo: no olvidemos nunca que no es evidente la existencia de dios, pero s es evidente la utilidad de dios pero este dios, cuya existencia no es evidente, tiene una utilidad que s lo es, pues argumentos como la voluntad divina, el respeto a la religin y a lo sagrado, el miedo reverencial a lo santo, resulta de suma utilidad para legitimar el poder y otros intereses que nada tiene que ver ni con dios ni con lo sagrado. Sobre todo, dios es sumamente til para justificar y potenciar la mentalidad sumisa, Qu cosa ms digna y mejor puede haber que someterse a lo que dios quiere y a lo que a dios le agrada? (2007, pgina 149).

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    Fecundacin in vitro en Costa Rica, ejercicio de poder y negacin de derechosIn vitro fertilization in Costa Rica, an exercise of power and denial of rights

    el rico acervo de la antropologa cristiana, de la tica y del ma-gisterio eclesial, con la certeza de que, estos valores y principios, compartidos por la inmensa mayora de los ciudadanos costarricenses, deben ser atendidos y considerados en este delicado proyecto. Ta-les principios a los que hacen referencia, debe decirse, son cono-cidos por este cuerpo de especialistas, aunque no necesariamente por quienes no son especialistas. por tanto, estos principios, son ofrecidos por este cuerpo especializado del cual, la jerarqua forma parte. de fondo se establece una sutil distincin entre los distintos actores que forman parte de la estructura eclesial, distincin que suele aparecer con frecuencia.

    al respecto puede recordarse que el 10 de octubre del ao 2011, el peridico la Nacin publicaba los resultados de una encues-ta en la que, el 41% de las personas, considera que el estado no debe tener una religin oficial, mientras que el 27% opina que s. un da despus, el vocero de la conferencia episcopal cuestion acerca de si el grueso del pblico sabe realmente lo que es un estado laico. Segn la nota recogida por el mismo pe-ridico el da 11 de octubre, el vocero indic: lo que pregunto es si la gente entiende qu es el estado laico... este es un tema muy de lite, muy acadmico, muy intelectual, muy de nota prolaical. dicho con otras palabras, a decir del vocero de la conferencia episcopal, la discusin sobre el estado laico es una discusin de personas ilustradas, por tanto no del pueblo llano. es una discusin de expertos y no de nefitos. es una discusin en la que slo algunos podran tener una palabra que decir. Tal posicin mostrada por el vocero de la conferencia episcopal expresa, en lo inmediato una suerte de desacreditacin de la encuesta en tanto, aquellos a los que se hizo la consulta, po-dran no entender bien lo que se les est preguntando quizs no sean muy de lite, acadmicos o intelectuales, segn sus propias palabras-. en lo mediato, muestra una difusa caracterizacin de

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    quienes s son actores legtimos para la discusin: los expertos y, evidentemente: la jerarqua eclesial es uno de esos actores.

    la discusin en torno al estado laico, a la fecundacin in vitro o temas eclesiales, est atravesada por una dicotoma entre quie-nes opinan: a favor y en contra. para la Jerarqua esta dicotoma es favorable en tanto desde ah, le permite desacreditar a quienes no son expertos. hacia dentro de la Iglesia, tal dicotoma no existe pues est totalmente suprimida la crtica.

    en nuestra opinin, al presentarse de la forma como lo han he-cho: como expertos que iluminan, pero que a la vez recogen los principios y valores de la mayora de los costarricenses, los obis-pos y la Iglesia Jerrquica, acta como un grupo de poder fctico que se legitima a s misma. como indicamos al inicio de este trabajo, si bien las formas de coaccin no son grotescas como la amenaza a una condena o a una excomunin, hoy da la je-rarqua eclesial, apela a formas refinadas a partir de las cuales, no solo procura mantener una cuota en el ejercicio del poder, sino que mantiene sus intereses15. para el caso que nos ocupa, privilegiando una lectura religiosa conservadora en la discusin en torno a la FIV.

    para el presente documento, se procur identificar discursos que de forma explcita sealaran o mostraran un cierto nivel de in-fluencia y de ejercicio de poder de parte de la jerarqua eclesial catlica. Tales discursos o documentos explcitos que manifes-taran lo anterior no se encontraron. esto puede sugerirnos (as-pecto sujeto a discusin) que ello no ha de entenderse como una

    15 Tamayo, se encarga de recordarnos a este respecto que si en algo Jess fue intran-sigente es precisamente en todo lo que se refiere al ejercicio de un poder que entra en conflicto con la vida, la dignidad y los derechos del hombre. Jess se opuso a semejante poder aun sabiendo que se trataba del poder religioso. ms an, se opuso precisamente porque lo que estaba en juego era el poder religioso (2007: 150).

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    Fecundacin in vitro en Costa Rica, ejercicio de poder y negacin de derechosIn vitro fertilization in Costa Rica, an exercise of power and denial of rights

    ausencia de estrategias para el ejercicio del poder. Quizs ocurra la prctica sealada por Foucault que nos alertaba que al anali-zar las relaciones de sometimiento-dominacin-poder, el centro de atencin haba que ubicarlo no en las intenciones que pueden anunciarse sino en las intenciones que se convierten en prcti-cas reales o efectivas.

    Sugerimos que en el caso de la prctica de la jerarqua eclesial catlica costarricense ocurre precisamente ello: es claramente eficaz pues logran su cometido: ejercer de forma refinada un nivel de influencia en las voluntades individuales (de quienes toman decisin) y en las voluntades colectivas (generando opinin y mecanismos de presin de diversos grupos). esto hara a la jerar-qua catlica en la prctica un grupo de presin que ejerce poder fctico.

    Tomando como referencia la discusin en torno a la FIV, habra que hacer notar que los discursos eclesiales mostraron una clara oposicin al proyecto de ley que se discuta en la asamblea le-gislativa. el proyecto en mencin finalmente no fue aprobado. una explicacin que proponemos es que pudo darse, dentro de un grupo de legisladores, un temor de asumir el costo poltico en un pas que se declara confesionalmente catlico- de enfren-tarse a la Iglesia catlica. asumir una oposicin en un tema en el que la Iglesia ha asumido una posicin conservadora, implica-ra un costo electoral que ni los partidos polticos ni los legisla-dores estaban en disponibilidad de dar. una posicin como esta, tendra centrada su atencin ms en el clculo electoral que en la conveniencia de adoptar la legislacin interna a los estnda-res internacionales de proteccin de derechos humanos. en tal escenario, uno de los actores que ha salido ganando es la Iglesia catlica que ha visto reforzada su posicin y se consolida, como un grupo de poder fctico.

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    comisin Interamericana de derechos humanos (cIdh). Informe No. 25-04. Peticin 12,361 Admisibilidad Ana Victoria Snchez Villa-lobos y otros contra Costa Rica. 11 de marzo de 2004. disponible en: http://www.cidh.org/women/costaRica.12361sp.htm http://www.cidh.oas.org/comunicados/Spanish/2011/91-11sp.htm

    decreto presidencial No. 24029-S discurso del papa. Recuperado desde: http://www.iglesiacr.org/2011/

    documentos/comunicados/388-discurso-del-papa-al-nuevo-em-bajador-de-costa-rica-ante-la-santa-sede.pdf

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    Fecundacin in vitro en Costa Rica, ejercicio de poder y negacin de derechosIn vitro fertilization in Costa Rica, an exercise of power and denial of rights

    hacia una autntica educacin sexual. Recuperado desde: http://www.iglesiacr.org/2011/documentos/comunicados/388-discurso-del-papa-al-nuevo-embajador-de-costa-rica-ante-la-santa-sede.pdf

    presin de lvaro murillo. disponible en: http://www.iglesiacr.org/2011/documentos/comunicados/391-

    presion-de-alvaro-murillo.pdf