Federico Guillermo Nietzsche.ppt

1

Federico Guillermo Nietzsche(1844-1900)

Vida y obras

Nació el 15 de octubre en Röcken. Su padre, Karl Ludwig, era el párroco protestante del lugar. Su abuelo y bisabuelo paternos habían enseñado teología; su abuelo y bisabuelo maternos habían sido pastores.

No obstante, en sus obras manifiesta máximo aborrecimiento a sacerdotes y teólogos.

Historia de la filosofía cotemporánea Tercero de filosofía

2

Vida y obras

Su padre murió a los 36 años, de una caída de escalera. Casi inmediatamente la madre abandona Röcken con Nietzsche y su única hija menor, Elisabeth, y se traslada a Naumburg, al lado de su suegra, donde permanecerá hasta el fin de su vida. Allí pasó Nietzsche su niñez, en ambiente familiar exclusivamente femenino, con su madre y hermana, la abuela y tres tías.


3

Vida y obras

De niño gustaba de los juegos y amistades infantiles, pero ya despuntaba en él la melancolía y tendencia a la soledad, que será la constante de su vida.

En 1858 ingresa a la escuela de Pforta. En los seis años que pasó allí, adquirió los fundamentos de su formación científica, la base de su saber humanista y el dominio del latín y el griego. No fue tan afortunado en lenguas modernas, italiano y francés, que sólo conseguirá hablar mal; y más vacía será aun su formación científica.


4

Vida y obras

En cambio, se apasiona por la literatura y la historia. Junto a ellas surge ya desde niño su gran pasión por la música, que tan decisiva influencia ejercerá sobre su vida.

En esa escuela despertó su espíritu crítico y rebelde a los valores recibidos, que ya no le abandonará. También comenzó en él la preocupación crítica por el problema religioso.

Fue educado en la fe luterana y en la observancia de las prácticas cristianas del medio familiar.


5

Vida y obras

En la confesión del Ecce Homo, Nietzsche declara que no ha consagrado atención a los problemas de Dios, la inmortalidad del alma, etc., desde la más tierna infancia, y que el ateísmo era para él algo que le venía por instinto. Asimismo manifestó que nunca había sido sinceramente cristiano.

En una disertación de 1862 repudia expresamente los prejuicios cristianos, fuertemente enraizados por la influencia de los padres y la educación, los cuales trata de extirpar por racional motivación.


6

Vida y obras

Se dirigió a Bonn. Allí se matricula en octubre de 1864 en teología y filología. En teología, por deseo vivo de su madre, que le quería orientado a la carrera eclesiástica, siguiendo la tradición familiar. Para filología le habían recomendado sus profesores de Pforta, en vista de sus excepcionales cualidades. Al fin del primer semestre abandonó la teología, siguiendo sólo la filología.


7

Vida y obras

En sus primeras vacaciones criticó violentamente el cristianismo por primera vez delante de la familia, rehusando la comunión pascual.

En 1865 se trasladó a la universidad de Leipzig siguiendo a su profesor Ritschl. Bajo su influencia, que le inició en un riguroso método científico, de corte positivista, se consagró a estudios profundos de filología clásica.


8

Vida y obras

No obstante su dedicación a la filología, Nietzsche no se sintió satisfecho. Su reflexión se orientó a la filosofía.

Su gusto por la filosofía brotó con ocasión del descubrimiento de Schopenhauer. El encuentro con él fue un verdadero acontecimiento en su vida, pues la influencia de este genio fue decisiva en su pensamiento.


9

Vida y obras

Junto a Schopenhauer fue de gran influencia en él la lectura de la obra de Lange, Historia del materialismo, en que conoció las doctrinas materialistas. Pasó después al estudio de Kant, a través de su discípulo Kuno Fischer. De ello sacará la consecuencia de que la cosa en sí es una ilusión y que el tiempo de la metafísica, como conocimiento de una verdad suprasensible o absoluta, ha pasado. Nietzsche termina así su carrera universitaria con una sólida formación filológica y una concepción filosófica basada en puro naturalismo.


10

Vida y obras

A los veinticuatro años fue nombrado profesor de filología en la universidad de Basilea.

Otra influencia en su vida fue Wagner. Durante tres años acudió a Tribschen los fines de semana y entretenía con él largos coloquios sobre filosofía y arte. Nietzsche se apasionó por Wagner y su música.


11

Vida y obras

Wagner era rebelde y radical, seguidor del panteísmo ateo de Schopenhauer, que había estado en contacto con las tendencias revolucionarias de la izquierda hegeliana, especialmente con Feuerbach. En su obra El arte y la revolución desarrolla un nuevo programa de arte y de vida, cuya única ley sería la fuerza de la voluntad libre.


12

Vida y obras

Las fricciones llegaron pronto, por efecto de la rivalidad y carácter independiente de ambos genios. Nietzsche presentará más tarde como causa principal la conversión de Wagner al cristianismo. Wagner, en efecto, abandonó el radicalismo pagano de su primera época y se inclinó hacia el catolicismo.

De la actividad docente de Nietzsche en Basilea provienen sus primeros escritos, que constituyen la producción del llamado periodo estético. El primero y más importante es El origen de la tragedia sacado del espíritu de la música (1871).


13

Vida y obras

Al final de su estancia en Basilea pertenece la obra Humano, demasiado humano (1878-1880). Este libro pertenece al segundo periodo de la evolución de Nietzsche, racionalista y positivista, influenciado por los ilustrados franceses y por los positivistas ingleses. Las figuras de referencia no son ya Schopenhauer y Wagner, sino Descartes y Voltaire.


14

Vida y obras

A este libro lo llamó «libro de crisis», aludiendo a su estado mental y su enfermedad corporal; y también de liberación, en el que trata de liberarse de todos los dogmatismos, de todos los prejuicios recibidos, para entrar por sí mismo en la comprensión de la realidad. En él comienza a introducirse en los temas teóricos sobre el ser.


15

Vida y obras

El año 1879 es decisivo en la vida de Nietzsche, en el que tuvo que renunciar a su cátedra y abandonar Basilea. El motivo fueron las continuas crisis de su enfermedad. Estas crisis le ponen al borde de la desesperación, e incluso habla del suicidio. En este año presenta la dimisión de la cátedra. Una pensión anual le es concedida por la ciudad de Basilea, que será la base de su sostén económico y le permitirá dedicarse enteramente a su misión de escritor.


16

Vida y obras

Una nueva etapa comienza a sus 35 años. Nietzsche, enfermo física y espiritualmente – en los círculos de Bayreuth se habla ya de su trastorno mental –, se lanza a la aventura de una vida errante, solitario y abandonado de la mayoría de sus amigos.

Después escribió la obra Aurora, que acumula reflexiones sobre temas dispares e incoherentes, y cuyo fondo común es la rebelión contra la moral y el cristianismo que la sostiene. Por otro lado, exalta los “valores” del egoísmo y los instintos naturales de fuerza y poder que van a configurar la nueva moral.


17

Vida y obras

En el verano de 1881 vuelve Nietzsche a Suiza. Tiene allí la famosa revelación caminando por el lago de Silvaplana, en que le viene la inspiración de Zaratustra y la idea del eterno retorno.

En abril de 1882 tiene lugar el encuentro con Lou Salomé, la joven judía rusa de 21 años, ya incrédula desde su primera juventud y discípula apasionada de Freud. Nietzsche se enamoró de ella.


18

Vida y obras

A partir de este acontecimiento vuelve a recobrar el amor a una vida normal en familia y sociedad, y trata de reemprender nuevos estudios en las ciencias para dar una base sólida a su concepción del eterno retorno.

Sin embargo, la ilusión de una vida nueva duró muy poco. Lou rechazó la petición de matrimonio que Nietzsche le hizo por mediación de Rée – con quien más tarde se casó – y se separó de él por fin en Leipzig. Tras la ruptura sobrevienen en él días de depresión, evocando de nuevo el suicidio.


19

Vida y obras

En sus continuas mudanzas aparece siempre la presencia y el trato con numerosas amigas. Pero siempre se mostró refractario a un matrimonio estable, y sólo manifestó el deseo de una unión a la moderna por dos años.


20

Vida y obras

Su gran obra Zaratustra consiste en una serie de discursos del sabio o profeta persa sobre los más variados temas, yuxtapuestos en confuso desorden. Nietzsche lo calificó como «una extraña suerte de homilía moral», o un quinto evangelio. Algo de parodia evangélica tiene en sentido negativo, ya que el profeta persa se yergue, como un doble o personificación del propio autor, proclamando «la muerte de Dios», el eterno retorno y la afirmación del superhombre, con la destrucción de todos los valores morales y sociales.


21

Vida y obras

Nietzsche exaltó este libro como su obra maestra y una de las más grandes creaciones de la historia, una especie de libro santo que habría de reemplazar a la Biblia.


22

Vida y obras

No obstante, su propósito de pasar varios años en silencio para madurar su gran obra teórica – tuvo el deseo de escribir su pensamiento filosófico de modo sistemático –, el último año de su vida lúcido, 1888, es el más productivo.


23

Vida y obras

En este año escribió El caso Wagner, en que vuelve a la carga contra su antiguo maestro; El ocaso de los ídolos, del que dirá más tarde que es un libro excepcional; Nietzsche contra Wagner. Documentos de un psicólogo; El Anticristo, que por su título, y más aún por el subtítulo – Ensayo de una crítica del cristianismo –, condensa sus más violentos ataques al cristianismo; y el Ecce Homo, su último relato biográfico y de defensa y exaltación de sí.


24

Vida y obras

Al final del año 1888 se decide a redactar su obra teórica planeada en cuatro libros. Sólo pudo dejar varios planes de la misma y el acervo de 1066 sentencias que había acumulado. El título de esta sistematización completa y orgánica de su filosofía debería llamarse La voluntad de poder. Ensayo de una transmutación de todos los valores. Su hermana Elisabeth y su fiel amanuense Peter Gast, ordenaron a su modo este legado de Nietzsche y lo publicaron como su obra póstuma.


25

Vida y obras

También hay que resaltar su voluminosa correspondencia, que le sitúa entre los grandes virtuosos de este género literario.

La vida consciente de Nietzsche se extinguió al comienzo de 1889. Olvidó la dirección de su domicilio, se firma «Dionisos», o «el Crucificado», se desdobla su personalidad, pues afirma «yo soy Dios», un criminal, un monstruo, una diosa, César, varios personajes vivientes…


26

Vida y obras

Overbeck, amigo suyo, lo trasladó a Basilea, donde, internado en la clínica psiquiátrica de la universidad, el diagnóstico es de parálisis progresiva, causante de la locura. El 13 de enero la madre recoge al enfermo, que, después de un primer tratamiento en Jena, es llevado a Naumburg al cuidado suyo y, a la muerte de ésta, en 1897, a Weimar, cerca de su hermana. El 25 de agosto de 1900 muere sin haber recobrado la razón, y es enterrado en Röcken.


27

Vida y obras

El origen de la enfermedad y locura de Nietzsche la encuentran los investigadores en una tara hereditaria y en la infección juvenil de sífilis, que provocó su parálisis. Esta enfermedad era de tipo nervioso y cerebral, o psíquico: ataques violentos de dolor de cabeza, con náuseas y vómitos, que le tenían postrado y le producían una ceguera pasajera; en el aspecto mental, las profundas alternativas de depresión melancólica y exaltación de alegría; de pronto se siente gravemente enfermo, y al poco le vienen días de lucidez en que declara que su salud es perfecta.


28

Vida y obras

Algunas manifestaciones de su desequilibrio psíquico: el egoísmo anormal y la megalomanía: Nietzsche habla continuamente de sí mismo, de sus escritos, de sus sentimientos, de las cosas y acontecimientos en cuanto a él le afectan. Le halaga en extremo tener admiradores y sólo atiende a las adulaciones de los suyos, en especial de su fiel Peter Gast, mientras que le irritan las críticas de otros, con quienes pronto rompe. La suprema valoración que hace de sí mismo, presentándose ante el mundo como figura única en la historia, el destructor de todos los valores pasados y creador de un mundo nuevo, en fin como algo divino.


29

Pensamiento filosófico

Lo dionisíaco y lo apolíneo y la decadencia de la cultura: En la obra El origen de la tragedia desde la música,

trata de sentar los fundamentos de su metafísica estética, ya que el arte, y no la moral, es lo que se considera como actividad esencialmente metafísica del hombre.

Establece la división y contraste entre el espíritu apolíneo y el espíritu dionisíaco, los dos elementos constitutivos del arte y del alma griegos. Ambos venían simbolizados en las dos divinidades griegas: Apolo y Dionisos.


30


Lo dionisíaco y lo apolíneo y la decadencia de la cultura: Dionisos es el dios del vino y la embriaguez,

representa la alegría desbordante del vivir, que lleva sin trabas morales hasta la embriaguez y el éxtasis. Apolo, en cambio, el dios de la belleza y de las formas, el dios adivinador.


31


Lo dionisíaco y lo apolíneo y la decadencia de la cultura: Ambos dioses simbolizan las fuerzas elementales y la

esencia misma de la naturaleza humana. Lo dionisíaco representaría el caos de la naturaleza, el mundo de la cosa en sí, y lo apolíneo, el mundo de la apariencia y del fenómeno.


32


Lo dionisíaco y lo apolíneo y la decadencia de la cultura: Sócrates habría luchado contra el espíritu dionisíaco

del arte anterior y sería el causante de la decadencia del helenismo. Sería el modelo del nuevo tipo del hombre teórico que, introduciendo la razón crítica y el espíritu lógico en lugar de la sabiduría instintiva, se habría opuesto a las fuerzas creadoras del instinto y de la emoción dionisíaca, en que se basaba el arte antiguo.

Su discípulo Platón continuó esta tendencia destructora.


33


Lo dionisíaco y lo apolíneo y la decadencia de la cultura: La influencia de Sócrates creó el tipo de hombre

teórico, del hombre de ciencia moderno, que trata de someter a leyes y conceptos inmutables las fuerzas de la naturaleza y los instintos primarios de la vida, simbolizados en lo dionisíaco. Sócrates fue el primer hombre teórico que atribuyó al saber, a la investigación de las causas y de la verdad, a la actividad razonadora o lógica, el ser la vocación más noble del hombre.


34


El principio vitalista: Consiste en la exaltación infinita de una vida natural,

en toda la potencia ilimitada de sus fuerzas e instintos, sin trabas ni normas que puedan estorbar el impulso desbordante del torrente de vida.


35


El principio vitalista: Exalta la vida en sus fuerzas elementales, en todos

los instintos primitivos de una vitalidad sensible e irracional. Esta vida se entiende como seguimiento de los instintos de la vida animal. El hombre se distingue del ser animal en que quiere con más conciencia lo que el animal quiere ciegamente.


36


El principio vitalista: La vida tiene valor en sí misma, y no hay que

buscarle otro sentido y explicación fuera de ella. Es un valor absoluto, al cual se subordinan todos los demás valores, pues todo debe ponerse al servicio de la vida. Ataca a los estoicos, quienes querían sujetar la vida imponiéndole una norma: vivir conforme a la naturaleza.


37


El principio vitalista: Implica la aceptación de los goces de la sensualidad,

de los instintos egoístas de dominación, de lucha y crueldad, de los riesgos y dolores que lleva consigo la vida. Debe ser no una actitud resignada de los males de la vida, sino aceptación activa y creadora, que abandona toda renuncia, todo intento de fuga frente a la vida.


38


El principio vitalista: Tal concepción de vida activa, como un conjunto de

fuerzas creadoras, lo transforma pronto Nietzsche en el otro concepto equivalente de voluntad de poder.

Para él la vida es el valor absoluto y fontal, ya que el hombre en su vivir es creador de valores. Nietzsche condena todos los valores hasta ahora recibidos: la cultura moderna, las filosofías, la ciencia, las instituciones y, sobre todo, la moral, Dios y el cristianismo, porque aniquilan los instintos de la vida.


39


El principio vitalista: El ideal ascético y el sacerdote ascético que predica

la mortificación de la sensualidad y del orgullo son implacablemente fustigados como contrarios al vigor y fuerza viril de una vida animal. El ideal ascético significa la vida contra la vida, una contradicción en sí mismo. Dios mismo es enemigo de la vida, porque niega todas las aspiraciones de la vida, y la moral cristiana representa la insurrección contra la vida, la negación de la vida.


40


Estructura cósmica: El mundo para Nietzsche es un conjunto de fuerzas

cósmicas, que están en continua agitación de acciones y reacciones en equilibrio inestable, produciendo siempre formas nuevas, y que siguen un proceso circular, una eterna repetición de ciclos.

La negación de tal círculo eterno llevaría a la hipótesis de un Dios creador a través del encadenamiento de causas y efectos, lo que es rechazado a priori como fantástico.


41


Estructura cósmica: Se opone a la noción de un todo ordenado. Supone

la negación de todo entramado de causas y efectos, y de toda finalidad, porque la causalidad no existe, ni las causas finales. Todo el movimiento cósmico está regido por la necesidad fatalista, por el azar o el destino.


42


El devenir y la negación de la metafísica: Si las fuerzas del mundo están en perpetuo

movimiento, en continuos cambios y transformaciones, es que todo evoluciona y deviene, no hay nada inmóvil en él.

Este devenir se extiende a lo espiritual, a todos los conceptos y formas reales, todos los cuales están en devenir.


43


El devenir y la negación de la metafísica: Sabe Nietzsche que Heráclito fue el primero que

concibió el mundo en continuo devenir. Por eso siente veneración por él. Observa que es Hegel quien desarrolló la teoría del devenir dialéctico. Por este motivo dedica grandes elogios a Hegel.


44


El devenir y la negación de la metafísica: Sin embargo, esto no implica su aceptación total de

Hegel. El punto de su mayor enemistad es que su concepción del espíritu absoluto realizándose en la historia, no son más que una teología disfrazada, y por ello sigue aprisionado en el cristianismo.


45


El devenir y la negación de la metafísica: En el principio cartesiano «pienso, luego existo»,

creen muchos que se tiene una evidencia o conciencia inmediata de un sujeto o sustancia que es el yo pensante. Se quiere deducir del hecho de pensar la realidad del sujeto que piensa. Pero esto es dar por verdadero a priori la creencia en la idea de sustancia, de un sujeto que piensa. Para Nietzsche, en cambio, lo único que aparece en la conciencia es la actividad de pensar.


46


El devenir y la negación de la metafísica: De ahí procede a la negación de toda suerte de

realidades ontológicas: sustancia, cosa, materia, accidente, alma. La conciencia inmediata es sólo de los hechos o fenómenos del pensar, del sentimiento, etc. El pensar es el que pone tanto el sujeto como el objeto, como condiciones del mismo en virtud de una necesidad lógica de la razón.


47


El devenir y la negación de la metafísica: Las ideas de sustancia, de ser,… nacen todas de

nuestro sentimiento del sujeto. La primera sustancia es el yo como sujeto, al que atribuimos como al agente todas nuestras acciones. Después proyectamos esas nociones a los fenómenos exteriores. Son presuposiciones de la razón sin base en los datos de la experiencia. Estas nociones ontológicas tienen un origen psicológico en la interpretación errónea que hacemos de las acciones y pasiones, o de los cambios de nuestro devenir interior.


48


El devenir y la negación de la metafísica: Nietzsche proclama que no tenemos experiencia

alguna de las causas. Su origen está en la convicción subjetiva errónea que hacemos de nuestra actividad interior. El sentimiento de fuerza y resistencia que experimentamos al obrar, lo interpretamos como una causa. La voluntad de hacer algo la tomamos como una causa, porque la acción sigue, y la hacemos responsable de ella. Luego proyectamos al exterior la misma interpretación, inventando un sujeto actor de todo lo que sucede. Por lo tanto, no hay ningún tipo de causa: ni eficiente ni final.


49


El devenir y la negación de la metafísica: Combate toda finalidad en el mundo y todo obrar

finalista en el hombre. Sólo la necesidad ciega y el azar serían los principios del gobierno del mundo.

Las hipótesis metafísicas son frutos del engaño y del error, basadas en el mismo fundamento de las religiones.


50


El devenir y la negación de la metafísica: Sostiene que la metafísica es la ciencia que trata de

los errores fundamentales del hombre, pero como si éstos fueran verdades fundamentales.

El hombre quiere refugiarse en el más allá en vez de construir el porvenir.


51


Fenomenismo y perspectivismo: Nietzsche rechazó la distinción kantiana entre la

cosa en sí y el fenómeno. Es una distinción falsa y contradictoria, pues el mismo Kant admitió que no cabía relación alguna de causalidad entre la pretendida cosa en sí y el fenómeno. Kant no tenía derecho a hablar de una cosa en sí, de una realidad absoluta, puesto que, según toda su crítica, nuestro conocimiento no puede extenderse más que a los fenómenos sensibles. No existe ninguna cosa en sí, como no existe ningún absoluto o incondicionado, y si existiera no podría ser conocido.


52


Fenomenismo y perspectivismo: Rechazada la realidad de la cosa en sí, no queda más

que la realidad de los fenómenos. Para Nietzsche la apariencia es la realidad, mientras que el llamado mundo de la realidad en sí es el mundo falso y aparente.


53


Fenomenismo y perspectivismo: Para Nietzsche la apariencia es la realidad, es lo

verdaderamente existente, lo que constituye el mundo real, mientras que el llamado mundo de la realidad en sí es el mundo falso y aparente.

Las causas en sí no existen, lo que se nos aparece es la verdadera realidad. Lo que se conoce son las impresiones del exterior sobre los sentidos, la manera como somos afectados en nuestras sensaciones y pensamientos por ese mundo de las fuerzas exteriores.


54


Fenomenismo y perspectivismo: Esta concepción del conocer relacional,

esencialmente relativista y subjetivizante, puede también llamarse perspectivismo.

El perspectivismo lo entiende Nietzsche como una interpretación subjetiva que realiza el intelecto cognoscente sobre sus sensaciones. Conocer es interpretar los hechos, evaluar las cosas según la manera como somos afectados. Interpretar es subjetivizar, pues las cosas no tienen naturaleza en sí independientemente de nuestra interpretación y subjetividad.


55


Fenomenismo y perspectivismo: Tal visión es diferente en los distintos individuos. De

ahí que nuestras verdades de perspectiva son peculiares a nosotros mismos; y pretender que estas interpretaciones y estos valores humanos sean valores generales es una de las más grandes locuras del orgullo humano.


56


Antropología materialista: Sólo por el procedimiento de la razón, que

inmoviliza este mundo en devenir, tenemos el conocimiento del individuo como una interpretación o visión perspectiva que se construye de meras apariencias. Es igualmente falsa la idea de especie, porque los individuos no son totalmente iguales, pues se encuentran en diversos grados del proceso de evolución.


57


Antropología materialista: La estructura ontológica del hombre es la de ser un

cuerpo viviente. El cuerpo confiere unidad a toda la combinación de fuerzas vivientes del individuo, el fenómeno más rico e inmediato, el que suple con creces al antiguo concepto de alma o espíritu. El cuerpo es el que constituye nuestro verdadero ser, no el alma.


58


Antropología materialista: Las actividades espirituales son explicadas por la

doctrina de la evolución. La vida misma nace de lo inorgánico en virtud de combinaciones especiales de fuerzas múltiples.


59


Antropología materialista: Nietzsche critica de Darwin la interpretación que ha

dado de las leyes evolutivas: ha exagerado la influencia de las circunstancias exteriores; no ha visto que lo esencial en el proceso evolutivo es la enorme fuerza creadora de formas del interior al exterior de la vida misma, que utiliza las circunstancias exteriores. Lo esencial es la fuerza creadora, que es manifestación de la voluntad de vivir.


60


Antropología materialista: Este cuerpo viviente del hombre está compuesto de

fuerzas inferiores y superiores que son las fuerzas biológicas y psicológicas, reducidas a la unidad por la voluntad de poder.


61


Antropología materialista: Nietzsche enumera los impulsos, instintos, pasiones,

sentimientos y afectos, así como las fuerzas cognoscitivas de los sentidos, imaginación y memoria, la inteligencia como actividad creadora del pensamiento y de las ideas, que, con su función interpretativa del testimonio de los sentidos, produce esa falsa objetividad de la realidad ontológica y sus categorías, el cual es el mundo de la apariencia.

Todas esas fuerzas y funciones están al servicio de la vida animal con sus instintos.


62


Antropología materialista: Entre los grandes errores menciona la exagerada

estimación de la conciencia, como si el progreso del hombre radicara en el progreso de la conciencia. Al contrario, la conciencia es algo secundario, destinado a desaparecer dejando su puesto al automatismo de los centros nerviosos y de los instintos.


63


Antropología materialista: Nietzsche cree que la vida inconsciente, el saber

instintivo, son superiores a lo consciente. Razón y pensamiento no constituyen un orden de

actividad cognoscitiva distinto del conocimiento sensible. Sólo difieren como grados de mayor perfección.


64


Antropología materialista: Nietzsche se rebela contra la libertad como base de

la moralidad. Es uno de los grandes errores inventado por los teólogos para hacer a la humanidad responsable y culpable, y así mantener su dominación con la amenaza de penas y castigos.


65


Antropología materialista: Rechaza el determinismo causal, sea del mundo

físico, sea el determinismo de la providencia o de la causa primera. Pero lo ha reemplazado por otro determinismo más vago, que es el de la fatalidad. El azar es el que domina y mueve todo el caos de este mundo.

A pesar de ello, Nietzsche proclama a todos los hombres plenamente libres en su pensar y en su obrar de todas las trabas de la moral y de todos los valores recibidos. Postula una absoluta libertad para el bien y el mal.


66

La moral, los valores y el superhombre. La realidad última

El problema de la moral: Nietzsche ve en la moral la fuerza terrible y

engañadora que ha corrompido a la humanidad entera. Él es el primero en darse cuenta de esta tragedia. Por eso se presenta como el primer centinela que da la voz de alerta. Quiere subvertir todas las valoraciones morales recibidas y establecer nuevas tablas de valores.


67


El problema de la moral: En el prefacio de la Genealogía de la moral, confiesa

que a los trece años, cuando ya se hallaba obsesionado sobre el origen del mal, surgió en él con fuerza irresistible su idea sobre los prejuicios morales como un a priori inmoralista. Y su solución fue hacer a Dios padre del mal. En otro lugar retrotrae a los doce años este a priori inmoral, con su extraña imaginación de la Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo y Dios diablo. Y en una poesía inédita exclama: «Bueno y malo son los prejuicios de Dios, dijo la serpiente, y huyó rápida».


68


El problema de la moral: La actitud inmoralista se impone en Nietzsche como

un a priori contrario al imperativo categórico de Kant, y al imperativo de Dios.


69


Origen del bien y del mal: Nietzsche persigue su método genealógico por un

doble modo: el primero es el punto de vista etimológico, y el segundo es el del origen histórico de las nociones del bien y del mal.


70


Origen del bien y del mal: Respecto del primero, descubre que ha habido una

transformación de ideas respecto de las primitivas designaciones de lo bueno y lo malo en todas las lenguas. Porque lo bueno significaba originariamente lo distinguido en el rango social, lo que era noble y privilegiado. Y de modo paralelo se terminó por transformar las nociones de vulgar, plebeyo, bajo en la de malo.


71


Origen del bien y del mal: Por tanto, en la original semántica de lo bueno y lo

malo aparece la distinción contrapuesta de dos castas de hombres. Los señores, los jefes, los poderosos llaman bueno a todo lo que es manifestación de su poder, a lo que es noble.

En cuanto a la segunda vía, la histórica, distingue dos periodos en la evolución de la moral:


72


Origen del bien y del mal:1. Uno es el periodo premoral, que es el periodo

prehistórico. Este periodo coincide con la condición individualista, anárquica y preestatal del hombre primitivo. «Los animales siguen sus impulsos y afectos; nosotros somos animales». En este estado, el apetito del placer o de evitar el displacer del individuo era la norma suprema del obrar. En tal situación los hombres mataban a otros, si era preciso, cuando los demás eran obstáculo para la satisfacción de las necesidades de conservación. Tales acciones, llamadas ahora malas, eran motivadas por el deseo del placer o de rehuir el dolor. Por tanto, no eran malas moralmente.


73


Origen del bien y del mal: En tal condición natural, el hombre obra siempre

bien. Nosotros no acusamos de inmoralidad a la naturaleza cuando nos envía una tormenta. Siguiendo su instinto de conservación, «todo lo que hace el hombre siempre hace bien, es decir, siempre hace lo que le parece bueno» para engendrar un placer o evitar un dolor, pues todo placer en sí mismo no es ni bueno ni malo.


74


Origen del bien y del mal:2. El segundo periodo es el de la moral de las

costumbres. Esta surgió con la aparición del Estado, cuando los hombres se reunieron en sociedad.

El Estado apareció cuando un individuo o un grupo de individuos sometieron a la masa de los débiles y les impusieron por la fuerza una ordenación de la sociedad. A la vez nace la moralidad, en virtud de la coacción que subyuga a los débiles y que con el tiempo se convierte en costumbre.


75


Origen del bien y del mal: «La moralidad no aparece sino después de la

coacción; es más, durante algún tiempo no es más que una coacción a la que los hombres se someten por evitarse disgustos. Más tarde se convierte en una costumbre, y luego en una libre obediencia, hasta que, por fin, llega a ser instinto; entonces, como todo lo que es habitual y natural desde largo tiempo, es placentero y toma el nombre de virtud».


76


Origen del bien y del mal: Esta moralidad exigía que se observasen

prescripciones sin pensar en sí mismo en cuanto individuo. Y por ello lo bueno ya no es el placer egoísta, sino lo que es útil para la comunidad.

Igualmente, la idea de lo malo se ha transformado: «ser malo es… practicar la inmoralidad, resistir a la ley tradicional».


77


Origen del bien y del mal: El hombre ha entrado así en una moral externa. Su

calificación de bueno o malo nada tiene que ver con un bien o mal exigido por un imperativo inmanente.

Las categorías de lo bueno y lo malo varían según las costumbres de los distintos pueblos.


78


Moral de los señores y moral de los esclavos: Moral de los señores:

El hombre noble y poderoso, en quien la vida se afirma en plenitud de fuerza y agresividad, es el creador de valores. Encuentra como bueno, o noble, todo lo que halla en su propia persona, todo lo que le honra; y decide que lo que le es perjudicial es malo en sí.


79



La fe en sí mismo, el orgullo de sí mismo, una hostilidad fundamental a los de rango inferior y profunda ironía frente a la abnegación pertenecen a la moral noble, que es justamente opuesta a la moral de la compasión, del sacrificio, del desinterés.


80



Es totalmente extraño el principio de que tenemos deberes para con nuestro semejantes…; respecto de los seres de rango inferior… se puede obrar arbitrariamente, como nos dicte el corazón.


81


Moral de los señores y moral de los esclavos: Moral de los esclavos:

Nace en el alma de los oprimidos e impotentes, de los asalariados y dolientes. La actitud fundamental de éstos es de pesimismo y desconfianza.

Comienzan por negar, por condenar los valores y cualidades de los nobles.


82


Moral de los señores y moral de los esclavos: Moral de los esclavos:

Honran la compasión, la mano complaciente y servicial, el corazón compasivo, la paciencia, la diligencia, la humildad, la amabilidad, pues éstas son las cualidades útiles para mitigar el peso de la existencia.

Una vez denigrado el señor como malo, proceden a alabar las cualidades que sirven para suavizar la existencia de los que sufren.


83


El resentimiento y la rebelión de los esclavos: La moral de los esclavos procede de una inversión en

la apreciación de los valores de los nobles; es, esencialmente, una moral negativa.


84


El resentimiento y la rebelión de los esclavos: La masa de los pobres y envilecidos esclavos, en

virtud de su número y de su astucia, se convierte en una fuerza avasalladora.

En este combate entre los dos ideales y las dos castas que los sustentan, hubo una primera época en que comenzó con empuje irresistible la insurrección de los esclavos por obra de un pueblo paladín de la casta de los impotentes: el pueblo judío.


85


El resentimiento y la rebelión de los esclavos: La lucha se hizo más palpable y adquirió todo su

vigor en la enemistad entre Roma y Judea. El pueblo romano, representante de la casta de los señores, consideraba al pueblo judío como opuesto a su ideal pagano y que odiaba al género humano, y que este odio a la humanidad lo transmitió al cristianismo.


86


El resentimiento y la rebelión de los esclavos: Nietzsche proclama que dicha rebelión judaica se ha

continuado por el cristianismo bajo otro signo peligroso de seducción y de atracción fascinante, bajo ese símbolo de la santa cruz, esa horrible paradoja de un Dios crucificado, ese misterio de una inimaginable y última crueldad, la crueldad loca de un Dios que se hace crucificar por la salvación de la humanidad.


87


El resentimiento y la rebelión de los esclavos: La lucha judeo-cristiana por la transmutación de

todos los valores de la moral de los señores terminó con la victoria.

De la influencia nefasta que ejerce el cristianismo con su moral y los instintos de obediencia brota la enfermedad y decadencia de la cultura europea.


88


El superhombre: Rasgos del superhombre: el hombre terreno y

materialista, la afirmación de la vida corporal; que ama el cuerpo con sus instintos y desprecia el alma con sus ilusiones ultraterrestres; es el creador de valores, porque el hombre es el que pone los valores en las cosas.


89


El superhombre: No es un individuo singular, sino un símbolo. Es el

tipo de la nueva raza noble de hombres del porvenir que se han superado a sí mismos y vendrán a transformar el mundo y sus valores.


90


El superhombre: Superarse significa suplantar al viejo Dios que ha

muerto. «No hay hombres superiores; todos somos iguales, un hombre vale lo que otro hombre; ante Dios todos somos iguales», Zaratustra apostrofa a sus hombres superiores: «¡Pero si ese Dios ha muerto!... Hombres superiores, ese Dios ha sido vuestro mayor peligro…, ahora queremos nosotros… que viva el superhombre».


91


El superhombre: Exhorta a despreciar a los débiles y míseros, a los

pobres que predican la resignación, la humildad, la prudencia; a superar esas pequeñas virtudes, que son falsos valores, y elevarse por encima del populacho mediante la fuerza, valentía y altivez, aun a costa del mal o daño hecho a esas gentes. Porque el hombre debe hacerse mejor y más malo. El mayor mal es necesario para el mayor bien del superhombre.


92


Transmutación de todos los valores: Las cosas exteriores son indiferentes o neutras. Todo

depende del modo como sus fuerzas impresionen a nuestro sentimiento. Nuestro conocimiento es una apreciación de la utilidad de las cosas para nosotros. Así descubrimos el valor de las cosas, o mejor creamos los valores en ese mundo aparente y perspectivista.


93


Transmutación de todos los valores: Los valores los puso el hombre en las cosas…; sólo

por la estimación hay valores. Los más fuertes y dominadores son los que tienen derecho a crear los valores. Porque la medida y principio de esta creatividad o evaluación es la afirmación de la vida en la plenitud de sus instintos.


94


Transmutación de todos los valores: La verdad objetiva no existe. “En este mundo traidor

nada es verdad ni mentira”. Predicó toda suerte de vicios: libertad sexual, el

matrimonio disoluble o libre, la enemistad, la guerra, con toda suerte de violencias y agresiones a los débiles, en favor de la afirmación de una vida que da rienda suelta a los instintos.


95


El ateísmo. Dios ha muerto: En un texto de Humano, demasiado humano se dice: «La parodia más seria que yo he oído es esta: En el

principio era el absurdo, y el absurdo era Dios y Dios era el absurdo».


96


El ateísmo. Dios ha muerto: Nietzsche declara que no se necesitan pruebas para

tener la convicción de que Dios no existe. Basta para ello la experiencia de que Dios y la moral son enemigos de la vida, han extraviado los instintos de la vida y traído la decadencia en el mundo.


97


El ateísmo. Dios ha muerto: «El concepto de Dios ha sido inventado como

antinomia contra la vida; en él se resume, en unidad espantosa, todo lo que es dañino, venenoso, calumniador, toda la enemistad contra la vida».


98


El ateísmo. Dios ha muerto: El ateísmo significa para Nietzsche la liberación de

todas las trabas de la moral que impiden la libre expansión de los instintos de la vida, el estado futuro de los espíritus libres. Ha alabado el ateísmo absoluto como la última fase de la evolución de los hombres que buscan la verdad.


99


El ateísmo. Dios ha muerto: La muerte de Dios es contrapuesta por Nietzsche al

nacimiento del superhombre. «Dios ha muerto, ahora queremos nosotros que viva el superhombre».

Dios no es una última realidad existente, sino mera imaginación, engaño e ilusión de los hombres impotentes.


100


El ateísmo. Dios ha muerto: El miedo creó a los dioses. «Toda religión ha nacido

del miedo y de la necesidad, y es por estas vías de la razón extraviada como ella se ha introducido en la existencia».


101


El ateísmo. Dios ha muerto: La admiración hacia esos hombres nobles y

orgullosos, a la vez que el sentimiento de la propia debilidad e impotencia, provocaron la proyección en seres divinos el ideal de grandeza que no tendrían la fuerza para realizar y les llevaron a venerarlos.


102


El ateísmo. Dios ha muerto: El hombre ingenuo ha interpretado los fenómenos

extraños de su psicología con ayuda de entidades personales.

«El hombre, que no se atreve a imaginar en sí la causa de ese sentimiento, imagina, por tanto, una personalidad más fuerte, una divinidad que viene a sustituir a su propia persona en un caso dado».


103


El ateísmo. Dios ha muerto: Los sacerdotes y fundadores de religiones habrían

explotado tales sentimientos de miseria e impotencia de la masa de los débiles, para crear, con el sentimiento de culpabilidad y pecado ante sus males, la necesidad de un redentor, de una religión expiatoria y de un Dios que ayudara a su indigencia.


104


La lucha contra el cristianismo: Jesús era un judío rebelde que, de haber llegado a la

madurez, habría predicado, como Nietzsche, la subversión de la moral.

«El cristianismo ha sido y es aún hoy la más grande desgracia de la humanidad».


105


El eterno retorno: Nietzsche enseñó que la única realidad es la vida en

devenir, que el alma individual es tan mortal como el cuerpo. Sin embargo, sabe muy bien que el hombre quiere una vida eterna.


106


El eterno retorno: Esta vida que tú vives actualmente, tendrás que

revivirla infinita serie de veces, con cada dolor y cada alegría, cada pensamiento y cada suspiro, con la misma secuencia y el mismo orden.

Este es un pensamiento desesperante para la masa que no ama la vida, pero exaltante para el que ama esta vida terrena lo suficiente para quererla tal cual es.


107


La voluntad de poder: Nietzsche negó la voluntad como facultad

psicológica del alma, que tampoco existe. Su noción de voluntad comprende todas las fuerzas, impulsos e instintos vitales y psíquicos, de conocimiento, de emociones, pasiones y acciones, y, sobre todo, de instintos.


108


La voluntad de poder: «¿Qué cosa es lo bueno? Todo lo que eleva en el

hombre el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo. ¿Qué es lo malo? Todo lo que proviene de la debilidad. ¿Qué es la felicidad? El sentimiento de lo que aumenta el poder, de haber superado una resistencia…; no contento, sino mayor poderío; no paz en general, sino guerra; no virtud, sino habilidad».


109

Pensamiento Filosófico

1. Lo dionisíaco y lo apolíneo y la decadencia de la cultura.

2. El principio vitalista

3. Estructura cósmica

4. El devenir y la negación de la metafísica

5. Fenomenismo y perspectivismo

6. Antropología materialista


110

Documents

Federico Guillermo Nietzsche.ppt