4
Fedor Dostoievski, encarna en su obra la cuestión referente a la realidad misma, trata de vincular una problemática tan cercana que pueda ser identificada y vinculada con cada una de las personas que se acercan a su obra el autor habla de si mismo, buscando una situación que genere una identidad propia en el lector, que esa interpretación de la lectura sea una vertiente importante que se vincule propiamente tal con la imagen que tiene este del retrato que Dostoievski muestra y encarna a través de su obra. 1 La pregunta que el presente trabajo busca vincular y responder, se refiere a la idea las cosas se conforman como tales en cuanto son vividas por el hombre, tesis que tiene un asidero importante en la obra de Dostoievski, quien vincula de manera importante la idea de la naturaleza propia del ser humano y la idea de conciencia, que al final nos lleva a hacer o no hacer las cosas: “Una conciencia demasiado clarividente es (se lo aseguro a ustedes) una enfermedad, una verdadera enfermedad. Una conciencia ordinaria nos bastaría y sobraría para nuestra vida común; sí, una conciencia ordinaria, es decir, una porción igual a la mitad, a la cuarta parte de la conciencia que posee el hombre cultivado de nuestro siglo XIX y que, para desgracia suya, reside en Petersburgo, la más abstracta, la más «premeditada» de las ciudades existentes en la Tierra (pues hay ciudades «premeditadas» y ciudades que no lo son). Se tendría, por ejemplo, más que de sobra con esa cantidad de conciencia que poseen los hombres llamados sinceros, espontáneos y también hombres de acción” 2 1 Catedra de literatura contemporánea 2 Dostoievski, Fedor. Memorias del subsuelo. P 3

Fedor Dostoievski

Embed Size (px)

DESCRIPTION

trabajo

Citation preview

Page 1: Fedor Dostoievski

Fedor Dostoievski, encarna en su obra la cuestión referente a la realidad misma,

trata de vincular una problemática tan cercana que pueda ser identificada y vinculada

con cada una de las personas que se acercan a su obra el autor habla de si mismo,

buscando una situación que genere una identidad propia en el lector, que esa

interpretación de la lectura sea una vertiente importante que se vincule propiamente tal

con la imagen que tiene este del retrato que Dostoievski muestra y encarna a través de

su obra. 1

La pregunta que el presente trabajo busca vincular y responder, se refiere a la

idea las cosas se conforman como tales en cuanto son vividas por el hombre, tesis que

tiene un asidero importante en la obra de Dostoievski, quien vincula de manera

importante la idea de la naturaleza propia del ser humano y la idea de conciencia, que al

final nos lleva a hacer o no hacer las cosas:

“Una conciencia demasiado clarividente es (se lo aseguro a ustedes) una enfermedad, una verdadera enfermedad. Una conciencia ordinaria nos bastaría y sobraría para nuestra vida común; sí, una conciencia ordinaria, es decir, una porción igual a la mitad, a la cuarta parte de la conciencia que posee el hombre cultivado de nuestro siglo XIX y que, para desgracia suya, reside en Petersburgo, la más abstracta, la más «premeditada» de las ciudades existentes en la Tierra (pues hay ciudades «premeditadas» y ciudades que no lo son). Se tendría, por ejemplo, más que de sobra con esa cantidad de conciencia que poseen los hombres llamados sinceros, espontáneos y también hombres de acción”2

Es esta conciencia la que no nos permite vivir y obrar, conciencia que nos

mantiene en ascuas entre el hace mantenernos en ascuas entre el hacer y el no hacer, que

nos remite a este espacio, que nos limita lo natural la conocimiento a lo real, estamos

obligados a actuar de manera “racional” lo que nos obliga a tener una conciencia más

amplia y lo que nos mantiene entre el hacer y no hacer, este mundo al que el hombre se

vincula se va dando en función de esta relación en la obra de Dostoievski:

“Pero lo esencial- y esto pone fin a la cuestión- es que todo se realiza de acuerdo con las leyes fundamentales y normales de la conciencia refinada, y mana de ella directamente, tanto, que es por completo imposible no sólo cambiar, sino, generalmente, reaccionar de algún modo. La conciencia refinada nos dice, por ejemplo: «Tienes razón, eres un canalla». Pero el hecho de que yo pueda comprobar mi propia condición canallesca no me consuela lo más mínimo de ser un canalla”. 3

Este cuestionamiento se hace patente y se realiza en función a la pregunta

1 Catedra de literatura contemporánea2 Dostoievski, Fedor. Memorias del subsuelo. P 33 ibídem. P 4.

Page 2: Fedor Dostoievski

interna y formativa del hombre, que busca responderse o en la lógica más

existencialista, busca “ser”, busca encontrarse. En la obra Memorias del subsuelo,

podemos observar como este hombre se pregunta por la razón y el como explicarse

diversas cosas y mantenerse en tanto la idea de una definición propia en cuanto el

entiende que es, pero analiza y se da cuenta que este espacio esta dado no por esta

relación más bien natural, sino que, por una construcción mucho más avanzada y que

mantiene un proceso intelectivo más amplio, una razón mucho más desarrollada que

Dostoievski denomina como la “conciencia refinada”.

Uno de los cuestionamientos que también es presentado se refiere la idea de

que ese obrar y esa conciencia no solo es designada por uno mismo sino que se vincula

además con un aparato superior que genera sus propias reprimendas morales y se

vincula con la idea de la ley de la conciencia:

“Mi cólera está sometida a una especie de descomposición química, en virtud precisamente de esas malditas leyes de conciencia. Apenas distingo el objeto de mi odio, he aquí que éste se desvanece, los motivos se disipan, el responsable se volatiliza, el insulto deja de ser insulto y se presenta como obra del destino, como algo semejante a un dolor de muelas, al que todo el mundo está expuesto. y entonces mi único consuelo es romperme los puños contra la pared. En la imposibilidad de encontrar las causas primeras, renuncio, pues, a mi venganza con un desdén afectado. ¡Ah, si tratase uno de abandonarse a sus sentimientos, ciegamente, sin reflexión alguna, sin buscar ninguna razón, alejando de sí toda conciencia”4

la idea que presenta Dostoieski está muy vinculada con la idea de romper con

está lógica establecida a través de la conciencia constante, constructora de realidades,

conciencia limitante que limita este obrar del hombre y a la vez a través de esto limita

su realidad y la construcción de su mundo, de su espacio, de su sociedad.

“Yo deseo vivir dando satisfacción a todas mis facultades vitales y no únicamente a mi facultad de razonar, que no representa, en suma, sino la vigésima parte de las fuerzas que hay en mí. ¿Qué sabe la razón? Únicamente lo que ha aprendido (nunca sabrá más, seguramente. Esto no es un consuelo, pero no hay que disimularlo)”.5

La búsqueda de esa libertad por sobre este espacio de lo normado, sobre este

espacio de lo racional que no permite la creación de nuevos mundos, de las nuevas

realidades que superan el espacio de lo físico y intelectual, que se centran en el espacio

que busca plasmar Dostoievski con la realidad, es el mismo cuestionamiento que hacia

4 Ibídem. P 85 ibídem. P 11.

Page 3: Fedor Dostoievski

las últimas páginas llevará al autor a reflexionar.

“Me encantaba esta agitación de la vida cotidiana. Pero, aquella tarde, el bullicio sólo sirvió para irritarme más de lo que estaba. No podía dominarme. Algo se despertaba en mi alma, torturándome, sin que yo lograra aplacarlo. Volví a casa, completamente desorientado. Tenía la sensación de que pesaba un crimen sobre mi conciencia”.6

6 Ibídem. P 45.