5
42 13 de diciembre del 2014 ARQUITECTURA NEOANDINA FENÓMENO DE ALTURA ESCRIBE: ÁLVARO ARCE VALDEZ / [email protected] / @AARCEVAL / FOTOS: VÍCTOR ZEA SALÓN KORY THICA. Inaugurado el 2008 en el El Alto, Bolivia. SALÓN EL REY ALEXANDER I. Abrió en verano del 2013 y le pertenece a un sastre boliviano.

FENÓMENO DE ALTURA - maquispe.files.wordpress.com · artista y arte es lo que debe - mos ofrecerÓ, a ade. CO LORES DE L IN TERIOR Las estructuras de Mamani PUN O DE FIEST A. El

  • Upload
    vobao

  • View
    218

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: FENÓMENO DE ALTURA - maquispe.files.wordpress.com · artista y arte es lo que debe - mos ofrecerÓ, a ade. CO LORES DE L IN TERIOR Las estructuras de Mamani PUN O DE FIEST A. El

42 13 de diciembre del 2014 ARQUITECTURA NEOANDINA

FENÓMENO DE ALTURAESCRIBE: ÁLVARO ARCE VALDEZ / [email protected] / @AARCEVAL / FOTOS: VÍCTOR ZEA

SALÓN KORY THICA. Inaugurado el 2008 en el El Alto, Bolivia.

SALÓN EL REY ALEXANDER I. Abrió en

verano del 2013 y le pertenece a un sastre boliviano.

Page 2: FENÓMENO DE ALTURA - maquispe.files.wordpress.com · artista y arte es lo que debe - mos ofrecerÓ, a ade. CO LORES DE L IN TERIOR Las estructuras de Mamani PUN O DE FIEST A. El

43 13 de diciembre del 2014

L as terrazas ubi-cadas en la sexta cuadra del jirón Cahuide, en Ju-liaca, ostentan el

raro privilegio de ser el mira-dor perfecto hacia ‘La Octava Maravilla’. El monumento en cuestión –un salón de even-tos– es la reciente creación de Freddy Mamani Silvestre (43), un arquitecto boliviano ayma-ra entre cuyas pretensiones jamás estuvo pisarle los talo-nes al Coliseo de Roma o el Taj Mahal, pero cuyos edificios le han pintado el rostro a su ciu-dad natal, El Alto. “Eran luga-res tan grises y aburridos que deprimían”, relata Mamani. “Lo que trato es de inyectarles un poco de vida”. Construir ‘La Octava Maravilla’ –cuyos dueños promocionan como “el mejor lugar para contraer nupcias en el sur peruano”– le de-moró alrededor de tres años.

El resultado final: una mole de seis pisos con vitrales aceituna-dos, candelabros en forma de pas-tel importados de China y molduras que asemejan una mariposa en pleno vuelo.

Mamani –hijo de un maes-tro albañil y una tejedora de la comunidad de Catavi– es el artífice de un fenómeno urba-nístico que solo se parece a sí mismo y que podría generar un calambre al ojo a los más renombrados arquitectos.

Pisar el interior de sus obras es como ser devorado por un caleidoscopio o despertar en la fábrica de chocolate de Willy Wonka. Hay quienes lo rechazan por su estilo ‘kitsch’ o, peor, ‘decorativo’; otros más indulgentes lo tildan de ‘cohe-tillo’, en alusión al polvo pica-pica de colores que reparten antes de los bailes en Bolivia. Para Freddy Mamani, sin em-

bargo, el término neoandino es suficiente para capturar su estilo; un licuado de tonalida-des inspiradas en los textiles aymara y patrones tiahuanaco. Dibuja vigas en los techos que evocan las costillas de un dra-gón, frisos anaranjados como ojos de búho o zócalos que tra-zan garras de cocodrilo.

Hay focos LED desperdiga-dos incluso en los baños y pa-sajes que remedan el casco de una oruga. Para algunos pue-de parecer el fantástico país al final del hoyo por el que atra-viesa Alicia en la novela. Pero para quienes viven en Juliaca o El Alto es el salón de bodas soñado o el fondo ideal para un quinceañero. Y no escati-man cuando se trata de cele-brar en un local con el sello de Mamani.

LIENZO EN BLANCOEn cuestión de una década ha cons-truido un total de 60 proyectos que salpican como ‘hongos eléctricos’ lo que antes era una ciudad are-nosa y esquelética como El Alto, pero que ahora es la de más rápido creci-miento económico

y demográfico en Bolivia. Empieza donde termina La

Paz, afuera del plato hondo que acoge la capital bolivia-na, y se abre camino a 4 mil m.s.n.m. por el desierto alti-plánico con su millón de ha-bitantes. Entre sus pobladores hay la idea de que la ciudad soporta todo, lo que ha sido aprovechado por los emergen-tes para crear sus propias mi-nas de oro.

Y son justamente los nue-vos poderosos de El Alto –transportistas, agricultores y comerciantes aymara, entre otros– los que encuentran en el trabajo de Mamani un sím-bolo de estatus, respaldados

FENÓMENO DE ALTURA

El arquitecto boliviano Freddy Mamani ha remecido los cánones arquitectónicos con su estilo urbanístico neoandino y los mal llamados ‘cholets’. En medio de la polémica, una de sus creaciones ya se alza en suelo peruano.

SALÓN MONTECARLO. Sus galerías comerciales

se estrenaron a mediados del 2013 en El Alto.

“Mi trabajo ha servido para que los aymara revaloricen su identidad y no tengan miedo de defender sus raíces”, dice Mamani.

Page 3: FENÓMENO DE ALTURA - maquispe.files.wordpress.com · artista y arte es lo que debe - mos ofrecerÓ, a ade. CO LORES DE L IN TERIOR Las estructuras de Mamani PUN O DE FIEST A. El

44 13 de diciembre del 2014

al mismo tiempo por el brillo de su abanderado insigne, Evo Morales, el primer indígena en gobernar el país sureño.

“Siempre hubo aymaras adi-nerados, pero eran tímidos. Les daba temor y vergüenza evidenciar sus raíces”, indica Mamani. Y agrega: “Lo que está sucediendo ahora es una inesperada revalorización de nuestra identidad, en la que mi arquitectura ha jugado un papel esencial”.

Hoy sus clientes son capaces de pagar entre US$300 mil y US$600 mil por los mal llama-dos ‘cholets’, término que saca de quicio a Mamani, pero que refleja las nuevas aspiraciones de los emperadores de El Alto: residencias con techo a dos aguas en el pico del edificio, que sus propietarios acondi-cionan con jacuzzi, ascenso-res, pisos de mármol y demás extravagancias.

PURO COLOR. La arquitectura de Mamani es una mezcla de colores de textiles aymara y patrones tiahua-naco que dibujan figuras de animales. Sus diseños cambiaron para siempre el rostro de El Alto, en Bolivia.

MAESTRO ALBAÑIL. Freddy Mamani ha desa-rrollado en cuestión de una década un total de 60 proyectos en Bolivia y tiene otros 12 en agen-da, que incluyen obras en Brasil, Chile y Perú.

Page 4: FENÓMENO DE ALTURA - maquispe.files.wordpress.com · artista y arte es lo que debe - mos ofrecerÓ, a ade. CO LORES DE L IN TERIOR Las estructuras de Mamani PUN O DE FIEST A. El

45 13 de diciembre del 2014

El verano pasado inauguró una de sus obras más ambi-ciosas, el salón ‘Rey Alexan-der I’, propiedad de Alejandro Chino, un sastre de origen rural que viste a diputados y personajes de la farándula boliviana. Como buen apasio-nado del fútbol, Alejandro le

solicitó a Mamani que inclu-yera una cancha techada de césped artificial en el último piso. La esfera central luce tatuada con un imponente Juventus; no por el equipo de Turín, sino porque es la marca de su fábrica.

“El gasto valió la pena”,

confiesa Alejandro, el sastre, orgulloso dueño de un tem-plo de la farra donde cada fin de semana tocan emblemas del folklore boliviano y hasta Dina Páucar, en ocasiones es-peciales.

Alquilar el salón ronda los US$1.500 un sábado y en tem-

porada baja. Los días muertos es utilizado como parada tu-rística por El Alto. “Estamos hablando de la creación de un artista y arte es lo que debe-mos ofrecer”, añade.

COLORES DEL INTERIORLas estructuras de Mamani

PUNO DE FIESTA. El salón de eventos ‘La Octava Maravilla’, en Juliaca, demoró tres años en levantarse y

costó un aproximado de US$350 mil.

Las opinionesFREDERICK COOPEREx decano de la Escuela de Arquitectura de la PUCPLa producción de Mamani carece totalmente de valor arquitectónico y reposa más bien sobre una forma deco-rativa, producto de la crisis educativa en Bolivia. Hay un disfuerzo en la búsqueda de esa concurrencia de materiales estridentes, colores chirriantes y de una extravagancia estética que no le hace justicia al Tiahuanaco, sino que son una afrenta hacia su legado. Lo penoso es que este modelo se repite en plazas y parques de la sierra peruana, donde la ignorancia alumbra monumentos ridículos con velos progresistas.

ELISABETTA ANDREOLIAutora del libro ARQUITECTURA ANDINA DE BOLIVIA

Mamani extrae algunas formas del arte andino. Ocupa la cruz andina, la yuxtaposición diago-nal de los planos, la duplicidad, la repetición, el círculo y hace de todo esto un tema de estiliza-ción. Esa es su fuente. Las facultades de arquitectura están con mucha envidia y cargan el peso de formular una marca propia contemporánea y que sea boliviana en esencia, cosa que sí sucede en El Alto. Mamani no trabaja con la esté-tica de la élite boliviana, por eso la consideran pintoresca y poco seria. Pocos entienden que esta tendencia puede ser parte de la identidad de este país.

Page 5: FENÓMENO DE ALTURA - maquispe.files.wordpress.com · artista y arte es lo que debe - mos ofrecerÓ, a ade. CO LORES DE L IN TERIOR Las estructuras de Mamani PUN O DE FIEST A. El

46 13 de diciembre del 2014

suelen tener cinco o seis pisos de elevación, bajo el concepto de ‘todo en uno’, con habita-ciones destinadas también a galerías comerciales, almace-nes, oficinas y departamentos para la renta.

Mamani denota una debili-dad por el yeso y la pintura al óleo en los interiores. Sobresa-len en sus diseños las fachadas de vidrio teñido, las figuras geométricas en tercera dimen-sión y las referencias preíncas que provienen de la civiliza-ción ancestral de Tiahuanaco, cuyos vestigios yacen a 71 ki-lómetros de La Paz desde hace mil años.

EL CONQUISTADOR Lo que alguna vez Niemeyer hizo por Brasilia o Gaudí por Barcelona, Mamani lo está consiguiendo por El Alto: re-plantear una ciudad entera.

En el colegio era popular entre sus amigos como el ar-quitecto Freddy Mamani, des-pués de que su profesora le pidió que contara frente a la clase aquello en lo que quería laborar para ganarse el pan.

Aprendió a levantar paredes como fiel lazarillo de su padre y, salvo un breve paréntesis en el servicio militar, ahondó sus conocimientos con estudios en Ingeniería Civil. El resto fue pura inspiración.

Hacía sus bosquejos a mano y lo curioso es que todavía opera de esa manera: lápiz y borrador, sin computadoras.

Como único respaldo exhibe una camioneta Toyota pick-up destartalada y un celular que zumba como abeja, más una

cuadrilla de 200 hormigas obreras y cinco hermanos que lo apoyan en los quehaceres de su empresa contratista. “La humildad es clave para que el equipo no se resquebraje por envidias”, explica.

Lo tienta en un futuro no muy lejano intervenir plazas, estaciones de buses y buleva-res en El Alto. Hasta construir un puente que corra por deba-jo de las piernas de unas esta-tuas gigantes de Manco Cápac y Mama Ocllo.

Por lo pronto, esta versión aymara de Miguel Ángel, como le han apodado, tiene 12 pro-yectos en el tintero repartidos por El Alto y Copacabana (en Bolivia), Brasil, Chile y el Perú, donde ha clavado la mirada en Puno, Ayacucho, Arequipa y el emporio de Gamarra.

‘La Octava Maravilla’ es solo el primer campanazo.

Fan page: SomosUN RECORRIDO POR LAS CREACIONES DE MAMANI EN:

TEMPLOS DE FARRA. Cada edificio demora hasta cuatro años en levantarse. Mamani utiliza yeso y pin-tura al óleo para los interiores. Abajo: sus salones de eventos son escenario de matrimonios y quinceañeros.

LAS CIFRAS

60 edificios ha construi-do Freddy Mamani en

distintas ciudades de Bolivia en los últimos 10 años.

600 mil dólares puede llegar a costar

un estructura de seis pisos con un ‘cholet’ encima y los mejores lujos.

1.500 dólares es el precio

que hay que pagar si uno quiere alquilar los salones de eventos diseñados por Freddy Mamani.

200 obreros reparti-dos en brigadas

trabajan para la constructora de Mamani. Unos levantan muros y otros los decoran.

FRED

DY M

AMAN

I