276
7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 1/276 Acueductos romanos en España Carlos Fernández  Casado Consejo Superior de  I ti i Ci tífi

Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

Embed Size (px)

Citation preview

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 1/276

Acueductos romanos

en EspañaCarlos Fernández Casado

Consejo Superior de I t i i Ci tíf i

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 2/276

Acueductosromanos en EspañaCarlos Fernández Casado

Textos Universitarios · 42

Esta segunda edición del libro Acueductos Romanos en España sale a la luz 36 años después de la pri-

mera, que publicó el Instituto Eduardo Torroja a partir de seis artículos aparecidos en la revista Informes 

de la Construcción, entre los años 1968 y 1972. La edición se hizo mediante una tirada adicional de los 

artículos de la revista, que se reunieron posteriormente para componer el libro; por ello, no estaba pagi-

nado y no tenía índices. Hoy en día este libro es un clásico de la Ingeniería Romana en España.El libro de Acueductos se inició después del de Puentes romanos, y se terminó antes. Los seis artículos que 

lo forman se publicaron en cuatro años. Es por ello un libro más homogéneo en todo su desarrollo que el de 

Puentes romanos. Es el primer estudio sistemático de los acueductos romanos españoles, y en su momento 

trató de ser exhaustivo.

La razón que llevó a su autor a parar el libro de los Puentes romanos y  concentrarse en el de Acueduc-

tos fue el encargo que le hizo el Ministerio de Obras Públicas de redactar el «Proyecto de Reparación y  

Consolidación del Acueducto de Segovia», que se terminó en 1967 y al que dedicó mucho tiempo y esfuer-

zo. Este proyecto le llevó a estudiar todos los acueductos romanos españoles conocidos en ese momento, 

y el estudio se incluyó en dicho proyecto. Posteriormente dio lugar a los artículos que formaron el libro. 

El epilogo de este libro se refiere precisamente a las obras correspondientes al mencionado proyecto del 

acueducto de Segovia, a cuya asistencia a la dirección de obra dedicó también mucho tiempo y esfuerzo. 

En él se reflejan las polémicas que se desataron por la intervención realizada en el acueducto, como ocu-

rre siempre que se interviene en una obra histórica de la importancia del Acueducto de Segovia, declarado 

Patrimonio de la Humanidad en 1985.

Dado el peculiar origen del libro, se ha tratado en esta nueva edición de reproducir lo más fielmente 

posible la primera, es decir, hacer prácticamente un fascímil de ella. Sin embargo, problemas de edición 

han llevado a introducir cambios de formato y composición, e incluso de organización de capítulos, pero 

siempre con la idea de reproducir lo más fielmente posible el trabajo del autor, tanto en el texto como en 

la expresión gráfica.

Pensamos que este libro, a pesar de los años transcurridos desde su publicación, sigue siendo un refe-

rente básico para el estudio de los acueductos romanos españoles.

 Leonardo Fernández Troyano

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 3/276

Carlos Fernández Casado

Acueductos romanos 

en España

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 4/276

Reservados todos los derechos por la legislación en materia de Propiedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, inclui-do el diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o trans-mitirse en manera alguna por ningún medio ya sea electrónico, quí-mico, mecánico, óptico, informático, de grabación o de fotocopia, 

sin permiso previo por escrito de la editorial.Las noticias, asertos y opiniones contenidos en esta obra son de 

la exclusiva responsabilidad del autor o autores. La editorial, por su parte, sólo se hace responsable del interés científico de sus publica-ciones.

Segunda edición

Catálogo General de Publicaciones Oficiales http : //www.060. es

© De la presente edición: CSIC 

© Herederos de Carlos Fernández Casado

ISBN: 9788400087074 ÑIPO: 653 07 126 7

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 5/276

í nd i ce

Presentación de la segunda edición.................................................... 9

Prólogo........................................................................................................... 11

Capítulo I

Los acueductos romanos......................................................................... 17

Los acueductos de los romanos ........................................................... 17

 Acueductos de la ciudad de Roma....................................................... 18

 Acueductos españoles............................................................................ 23

 Acueductos en otras provincias romanas............................................ 27

Documentos relativos a los acueductos romanos en general...........  28

Capítulo II

 Acueducto de Tarragona......................................................................... 29

Conducción de aguas............................................................................. 29

Historia..................................................................................................... 29

Descripción.............................................................................................. 31

Problemas arqueológicos........................................................................ 40

Problemas ingenieriles........................................................................... 44

Problemas estéticos................................................................................ 47

Documentos relativos al acueducto de Tarragona ............................ 49

Capítulo III

 Acueducto de Segovia.............................................................................. 53

Introducción ........................................................................................... 53

Descripción.............................................................................................. 56

Historia del acueducto .......................................................................... 63

Problemas arqueológicos........................................................................ 88

Problemas ingenieriles........................................................................... 94

Problemas estéticos................................................................................ 104

Documentos relativos al acueducto .................................................... 106

Capítulo IV 

 Acueducto de Mérida............................................................................... 117

Conducciones.......................................................................................... 117

Descripción de los acueductos ............................................................. 126

Problemas arqueológicos........................................................................ 137

Problemas ingenieriles 143

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 6/276

Descripción del acueducto.................................................................... 160

Historia..................................................................................................... 170

Problemas arqueológicos........................................................................ 175

Problemas estéticos ................................................................................ 177

Documentos relativos al acueducto.................................................... 181

Capítulo VI

 Acueductos de Itálica................................................................................ 187

 Acueductos de Almuñécar.................................................................... 189

Conducción de aguas a Granada......................................................... 198

 Acueductos de Baelo .............................................................................. 200

 Acueducto de Gades............................................................................... 202

Documentos relativos a los acueductos.............................................. 204

Capítulo VII

Otros acueductos...................................................................................... 207

 Acueducto de Toledo.............................................................................. 207

 Acueducto de Barcelona........................................................................ 219

 Acueducto de Alcanadre........................................................................ 230

 Acueducto de Pineda.............................................................................. 238

 Acueducto de Sadaba............................................................................. 243

 Acueducto de Chelva ............................................................................ 244

 Acueducto de Valencia de Alcántara................................................... 248

Documentos relativos a los acueductos .............................................. 253

Capítulo VIII

Conclusiones............................................................................................... 257

Resumen de las conclusiones obtenidas en este trabajo...................  257

 Acueducto de Tarragona........................................................................ 255

 Acueducto de Segovia............................................................................ 259

 Acueductos de Almuñécar y Baelo....................................................... 260

 Acueductos de Barcelona..................................................................... 261

 Acueductos de Mérida.......................................................................... 262

 Acueducto de Toledo.............................................................................. 264

 Acueductos de Sevilla e Itálica............................................................ 264

 Acueductos de Valencia de Alcántara, Pineda y   Alcanadre.............  266

Epílogo pragmático................................................................................ 266

índices........................................................................................................... 275

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 7/276

Presentación de la segunda edición

Esta segunda edición del libro Acueductos Romanos en España sale a la luz 36 años des-pués de la primera, que publicó el Instituto Eduardo Torroja a partir de seis artículosaparecidos en la revista Informes de la Construcción, entre los años 1968 y 1972. Hoyen día este libro es un clásico de la Ingeniería Romana en España.

La primera edición se hizo mediante una tirada adicional de los artículos de larevista, que se reunieron posteriormente para componer el libro; por ello, no estabapaginado y no tenía índices.

El libro de Acueductos se inició después del de Puentes romanos, y se terminó antes.

Los seis artículos que lo forman se publicaron en cuatro años. Es por ello un libro máshomogéneo en todo su desarrollo que el de Puentes romanos. Es el primer estudio siste-mático de los acueductos romanos españoles, y en su momento trató de ser exhaustivo.

La razón que llevó a su autor a parar el libro de los Puentes romanos y concentrar-se en el de Acueductos fue el encargo que le hizo el Ministerio de Obras Públicas deredactar el «Proyecto de Reparación y Consolidación del Acueducto de Segovia», quese terminó en 1967 y al que dedicó mucho tiempo y esfuerzo. Este proyecto le llevóa estudiar todos los acueductos romanos españoles conocidos en ese momento, y elestudio se incluyó en dicho proyecto. Posteriormente dio lugar a los artículos que for-maron el libro.' El epilogo de este libro se refiere precisamente a las obras correspon-dientes al mencionado proyecto del acueducto de Segovia, a cuya asistencia a la direc-ción de obra dedicó también mucho tiempo y esfuerzo. En él se reflejan las polémicasque se desataron por la intervención realizada en el acueducto, como ocurre siempreque se interviene en una obra histórica de la importancia del Acueducto de Segovia,declarado Patrimonio de la Humanidad en 1985.

Dado el peculiar origen del libro, que es una recopilación de artículos de una revis-ta lo que le da un carácter singular, se ha tratado en esta nueva edición de reprodu-cir lo más fielmente posible la primera, es decir, hacer prácticamente un fascímil deella. Sin embargo, problemas de edición han llevado a introducir cambios de forma-to y composición, e incluso de organización de capítulos, pero siempre con la ideade reproducir lo más fielmente posible el trabajo del autor, tanto en el texto como enla expresión gráfica.

Una labor importante que ha sido necesario realizar para esta nueva edición, ha sido

la recuperación de la documentación grafica del libro, a partir de los archivos de foto-grafías del autor. Agradecemos a Amaya Sáenz Sanz su dedicación a este trabajo que hapermitido encontrar la mayoría de los originales utilizados en la primera edición.

También agradecemos la labor realizada por Pedro M. Sánchez Moreno, maquetador de esta nueva edición que, además de hacer un excelente trabajo, sus investiga-

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 8/276

Prólogo

Se reúnen aquí seis artículos publicados en la revista Informes de la Construcción a par-tir del mes de enero de 1968. El tema había sido preocupación mía desde muchosaños atrás, por haber realizado trabajos de ingeniería en las cercanías de alguno de losacueductos, y ya en 1949 había publicado en Archivo Español de Arqueología un artí-

culo sobre la «conducción de aguas romana de Sexi (hoy Almuñécar)». Recientemen-te he tenido una actuación intensa y directa en la restauración y consolidación delacueducto de Segovia, obra que ha tenido buena y mala prensa, más mala que buena,pero que se desarrolla actualmente por sus pasos previstos y contados en el proyectocorrespondiente.

 Al reunir estos artículos, cuyo texto no ha sufrido modificación, la dirección dela revista me pide un prólogo de presentación, y como su aparición uno a uno ha sidopremiosa e irregular por culpa exclusivamente mía, quiero para remate demorar lo

menos posible este encargo, dando descanso a los realizadores de la revista en el esfuer-zo continuado de empujar a los autores hacia la letra de molde.Por estos motivos he utilizado un trabajo en curso, aprovechando el acueducto

romano, que se caracteriza por su sencillez magnífica, resultando ejemplar para elplanteamiento de cómo abordar del modo más general las relaciones del hombre conuna obra artística, aunque refiriéndonos de origen a la obra arquitectónica. Partimosdel supuesto, que por ahora dejamos como tal, de la existencia en todo acto huma-no de una raíz estética sea el acto teórico, práctico opoyético. Distinguimos en lo artís-

tico de la obra lo estético, lo cual en cierto modo es revalorizar la etimología de lostérminos, y damos a lo estético su carácter más general, ya que, en nuestro supuesto,si lo estético no aparece en la obra es que se ha malogrado, o resulta tan reducido queha quedado oculto por otros aspectos. Y esta consideración nos encauza en el méto-do preciso para abordar la cuestión que nos hemos planteado, pues vamos a analizarlos aspectos de toda obra arquitectónica, teniendo a la vista nuestro acueducto, esdecir, poniéndolo, en frente como objectum, o mejor,poniéndonos nosotros ante él. La premura a que hacemos alusión al comenzar va a acentuar el carácter de provisio

nalidad de los resultados, ya que nuestra meta lejana es nada menos que obtener uncuestionario para poner a prueba las distintas teorías que tratan de la estética de la

 Arquitectura y quizás llegar a unas ciertas precisiones en la esencia de la cosa estéti-ca. Para esto se necesitaría llegar en nuestro análisis a desgajar sus distintos aspectosutilizando las coyunturas naturales de tal modo quecobren unacierta independen-

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 9/276

 Acueductos romanos en España

constructor de estructuras, donde el rectificar después de una realización no es tansencillo.

El primer aspecto con que nos aparece la obra es como objeto físico: amontona-miento ordenado de piedras regularizadas que no son volúmenes sino masas quepesan. Es preciso destacar desde el principio esta cualidad física del pesar, para tener-la en cuenta no como cualidad negativa, servidumbre de lo arquitectónico, sino comocualidad positiva de encaje en lo cósmico, donde la obra queda sometida a las accio-nes meteóricas y regida por las leyes físicas, pero además en relación de homogeneidad con lo humano. Tenemos un cuerpo y la obra tiene corporeidad y también nos regu-lan las leyes físicas. En este mismo sentido tenemos otra condición impuesta por la

obra al desarrollarse en tres dimensiones, que nos obligan a compenetrarnos con ella,desplazándonos en torno y dentro para aprehenderla adecuadamente, pues entonceslas longitudes se covierten en distancias y los ritmos de sus volúmenes vibran al ade-cuarse al tiempo de nuestro caminar. La obra arquitectónica no es perspectiva, nisiquiera una superposición infinita de ellas con gradación de importancia, hay unaspecto físico único donde está la unidad total de la obra.

 Y esta unidad es además de total, previa, pues si particularizamos en la realidadfísica de la obra nos vamos a encontrar que nuestra obra arquitectónica es un objeto 

artificial, lo cual para un griego sería una cualidad perturbadora, pero a nosotros nos va a proporcionar un aspecto positivo. La obra no emergió por naturaleza sino quedebe su existencia a un plan, un principio aparte de la fisis, que estuvo en la mentedel hombre que la proyectó imaginando todas sus cualidades físicas, entre las cualessu geometría, que incluso pudo haberla definido en su iconografía representada enplanos. Esta geometría previa es el objetivo de nuestra contemplación desde diversasperspectivas, pues es preciso que nos adueñemos de la corporeidad de la obra, la cualse nos puede escapar diluida en superficies externas y volúmenes interiores. En el caso

del acueducto, la corporeidad manda y se destaca rotundamente.La obra ha ido siendo finalidad primero, intención después y por último término 

de un acto poyéctico colectivo, entre cuyos participantes se destacan el promotor ycreador o inventor de la misma, y este aspecto de la potencialidad que se actualizadebe estar siempre presente en nuestra relación con ella. Estestatus nacens debe actua-lizarse en la recreación por parte del contemplador que la disfrute, pues la obra poneen comunicación humana a ambos personajes, pudiendo el segundo de ellos ser elmismo, en general los mismos, para los cuales fue destinada, o bien cambiar por ser

distinta la utilidad que les reporta.Queremos insistir sobre este caracter de utilidad que aparece esencial en la obra

de arte, pues normal y arbitrariamente se escamotea, dándole un tono negativo yenfrentándole con el disfrute estético como incompatibles y contrarios. Toda produc-ción estética de cierta envergadura sea pictórica escultórica y no digamos arquitec-

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 10/276

Prólogo

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 11/276

 Acueductos romanos en España

considerarse único propietario de su obra. No hay necesidad de recurrir a la visiónactual de las buenas inversiones que son las adquisiciones de obras artísticas. Pero

mirando sin prejuicios resulta más útil un templo que un acueducto, pues sin elempleo lujoso del agua que éstos transportan se ha pasado la humanidad durante unagran parte de su existencia, pero desde sus primeros tiempos ha tenido necesidad deconstrucciones culturales para ponerse en relación con la divinidad.

Decíamos que la obra de arte establece necesariamente una comunicación huma-na que se desarrolla a lo largo del tiempo, teniendo así realidad histórica y como talabierta siempre hacia el futuro para sucesivos enriquecimientos por las generacionesque van pasando por ella, pero también a la destrucción por las acciones meteóricas

 y el vandalismo de sus utilizadores que la convierten en objeto de uso indebido, hastael caso extremo de convertir sus sillares en cal para nuevas construcciones. Esta menesterosidad de la obra nos obliga a cuidarla, intervenir para compensar la pérdida decualidades resistentes; en lo mínimo asegurar su estabilidad, que es la última expre-sión de su corporeidad, como también la nuestra estar en pie, pues en horizontalidadreposaremos bajo la tierra. En nuestra intervención máxima podemos devolverle suprístina realidad, como es el caso en la Stoa de Atalo en Atenas, donde se ha restitui-do el monumento a sus condiciones iniciales, permitiéndonos sumergirnos en el

ambiente material inmediato de los griegos que la utilizaban. A pesar de las protes-tas de los detractores de esta obra, que son los más entre los que opinan de ella, cree-mos que es el esfuerzo más logrado para acercarnos a los griegos, recogiendo un aspec-to por mínimo que sea de la ciudadanía de Atenas, que es el modo más auténtico dereconquistar nuestro pasado.

La comunicación se establece porque el autor se expresa en su obra, ésta es en parteun autorretrato, y queda en ella como el faraón en su tumba, acompañado de repre-sentaciones de las cosas que la han rodeado en vida, pero estas representaciones sonsimbólicas y es preciso una hermenéutica para descifrar el mensaje que nos transmi-ten, tanto más difícil cuanto más alejados estemos de su origen. Es preciso un granesfuerzo intelectual para captar el contenido que hay depositado en las formas, en lossímbolos, en los detalles decorativos. El idioma en que están escritos precisa de unasemántica y una semiótica complicada. Se ha dicho siempre que la Arquitectura es elarte que refleja de modo más fiel el espíritu de una época y  esto aparentemente está encontradicción con la rigidez de su materia y con la abrumadora cantidad de mediosmateriales que hay que movilizar en energía y dinero, por ejemplo, para plasmar cual-quier obra. Pero precisamente tenemos aquí una nueva relación de homogeneidadcon nosotros mismos, la disyunción fondoforma que desde distintos aspectos apa-rece en la evolución de la Estética novecentista y perdura en la del presente siglo, hayque desterrarla al ponerla en correlación con nuestra unidad funcional de alma y cuer-

Y t f l h bí d tid l h i l b

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 12/276

Prólogo

materia y por otro serenidad en el ánimo, habiendo traspasado algo biológico nues-tro a lo cósmico.

La obra permanece y queda ofrecida a nuestros sentidos: al de la vista, que puedeapreciar sus líneas, superficies y volúmenes, y en colaboración con el del tacto su cor-poreidad, al sentido del equilibrio que coteja su estabilidad, al kinestésico que regu-lará nuestros recorridos de penetración, que nos llevarán si hay compenetración a unacenestesia positiva. La arquitectura es el arte que más sentidos ejercita, primero suautor ha de «poner sus cinco sentidos» en tensión para moldear imaginativamente laobra, y lo mismo ha de hacer el contemplador si quiere aprehenderla plenamente.Nos aparece otra vez la relación intersubjetiva y ahora de modo más próximo ponien-

do en relación directa los órganos sensoriales de ambos, los del creador preparan loscampos perceptivos, para que pueda captarlos el contemplador recreando la obra ensu totalidad. Pero en la obra no se depositan sentimientos, los cuales brotan en cadaocasión de las percepciones encauzadas por la inteligencia semiente llegándose así aun consentimiento indirecto, lo cual, entre otras cosas, invalida la teoría estética dela empatia (einfühlung), con sus refluencias sucesivas desde el espectador a la obra yde ésta, que no puede retener sentimientos, al espectador.

Creemos que el consentimiento estético entre autor y espectadores inagotables,

está montado sobre la estructura elemental del mecanismo humano de impresiónexpresión que condujo espontáneamente a la obra dando además su fruición inicialdel creador de'algo real, y después cada vez que lo expresado en la obra produceimpresión estética en un espectador, a ésta le acompaña la fruición correspondientea haber aprehendido una realidad. Esta realidad física artificial que es la obra resultaasí fuente inagotable de estos sentimientos de placer y dolor como los calificaría Kant,donde el contemplador se sumerge con una satisfacción desinteresada, exenta de ape-tito como corresponde a una finalidad sin fin.

Sirva este prólogo, que es de un trabajo sobre acueductos de puente, nunca tanceñida la metáfora, hacia futuras aclaraciones y aplicaciones del programa que enun-cia, previa la corrección de sus deficiencias e inexactitudes. Y quiero terminar dandolas gracias a los Editores de la Revista por su consumada paciencia, a todos los que mehan suministrado datos y fotografías, en especial a mi amigo el profesor García Belli-do, que me ha puesto en la pista de algunos de los acueductos, y a Xavier Zubiri cuyaamistad y magisterio son mis dos más firmes pilares para edificar en lo teórico.

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 13/276

Vista en escorzo del

acueducto del diablo o

de las Ferreras

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 14/276

I

Los acueductos romanos

Los acueductos de los romanos

El tema del puente romano se enriquece al considerar las obras de fábrica que en lasconducciones de agua(ductionis aquaej soportan el canal sobre el terreno mediante arca-das (arcuationibus), obras que denominamos acueductos, tomando el sentido estrictode la palabra, que también puede aplicarse a toda la conducción en sentido general.Esta especialidad del puente: el acueducto, es típicamente romano, y no sólo porquesurge en Roma como solución a problemas planteados por primera vez en su suelo, sinoporque representa una de las realizaciones donde el genio romano se manifiesta de unmodo más cumplido, siendo, por un lado, eficaz instrumento para el logro de sus obje-

tivos inmediatos más propios, y por otro lado, meta perfecta a la necesidad de todo pue-blo de encontrar una expresión propia a través de las artes plásticas.

 Anteriormente, en Oriente y Grecia, se había resuelto el problema de la conduc-ción de aguas para abastecimiento de ciudades y para desagüe de lagunas. Los roma-nos heredaron las técnicas correspondientes de estos pueblos, así como las de sus ante-cesores los etruscos, y las aplicaron primero para el segundo fin de los indicados, endesagüe de terrenos pantanosos y en el de saneamiento de su propia ciudad. De losartificios que hoy día empleamos en la construcción de abastecimientos, poseían

desde el principio el canal a nivel superficial o enterrado en galería, y después el sifónque fue invención de los griegos. El acueducto sobre arcadas que se repiten monóto-namente a cientos y hasta más de un millar, fue la invención romana.

El problema del acueducto aparece cuando ya están resueltos los del puente y losdel arco honorífico o triunfal, y toman de aquél la repetición del motivo y de éste la

 verticalidad y monumentalidad solemne. A su vez, el acueducto reacciona sobre elpuente, imponiéndole la rasante horizontal que el agua exigió a su coronación, rom-piendo con la geometría ritual de simetría a dos vertientes y, en consecuencia, con la

 variabilidad de luces de los arcos, estableciendo la igualdad de todos ellos, lo cualtiene su virtud en el aspecto constructivo.

En una construcción utilitaria y rural, consiguen una realización monumental eimperial que expresa del modo más adecuado el poderío de Roma, manifestando enla propia capital la grandeza de sucesivos pretores y emperadores en competencia y

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 15/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 16/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 17/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 18/276

Capítulo I. Los acueductos romanos

Restos del acueductoterminal del Aqua Claudiacon los refuerzos de larestauración de los Severos.Superpuestos los restos desu canal y los de la AnioNovo. Según (3)

La cuarta se denominó Aqua Tépula, construida en 125 a. C. con un recorridosubterráneo de 17.745 m. Esta es la última construcción de época republicana, puesla siguiente, que es la Julia, se llevó a cabo por Agripa, en 33 a. C., que, aunque alprincipio fue prolongación de la anterior para recoger nueva fuente (la fons Giulia),cuya agua se incorporó a la de aquélla, después abandonaron ambas la canalizaciónprimitiva, construyéndose una nueva que llevaba el caudal total, si bien al llegar aRoma se volvíán a separar, es decir, se hacía una partición en proporción de las apor-taciones. En esta nueva traída, ambas conducciones superpuestas se montan sobre elacueducto final de la Marcia, que como ya hemos indicado tenía 9.578 m.

Sigue a la anterior, en el mismo orden cronológico que venimos utilizando, el Aqua Virgo, que se realizó también por Agripa, inaugurándose en el año 19 a. C., con reco-rrido de 20.875 m, y una obra sobre arcadas de 1.036 m. Todavía, durante el imperiode Augusto se hace una nueva traída de aguas, la Alsietina, con 32.814 m de recorri-do y 530 en obra elevada, longitud que se repartía en acueductos aislados.

Tenemos después la Aqua Claudia, octava de las doce que aportaban sus aguas aRoma en la última época del Imperio. Se empezó por Caligula, en el año 38 a. C., yse terminó por Claudio, en el 52 d. C., con toda magnificencia, teniendo un acue-ducto de 9.600 m que remataba los 68.680 m del recorrido total. Esta conducción fuerestaurada en múltiples ocasiones, la primera a los 30 años de servicio, por Vespasia-no, y 10 años después, por Tito, aunque deben referirse a reparaciones en la zona altasubterránea. El acueducto termina, con cerca de 10 km de arcadas sencillas, todo enopus quadrata, ha dado fisonomía al paisaje de los alrededores de Roma en la zonacorrespondiente, y ha sido objeto de sucesivas modificaciones con obras de refuerzoen primera época, y de despojo vandálico después. Probablemente el miedo a la ruinapor los efectos de los terremotos, determinó un refuerzo muy importante en épocade Tito, primero, y de Septimio Severo y Caracalla, después. La primera consistió enel apeo de los arcos por otros interiores concéntricos, de fábrica de ladrillo, que redu-cen notablemente la luz ya reducida de origen, ya que, además, la fábrica de ladrillo

se prolonga en pilastras adosadas a los pilares primitivos. Esto se complementó enciertas zonas mediante arcos inferiores de apeo que transforman la ordenación de un

21

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 19/276

 Acueductos romanos en España

solo piso de arcadas en otra de dos pisos. En la segun-da reforma, que corresponde a los Antoninos, se maci-zó con obra de ladrillo en vano entero, dándose el caso

curioso en las ruinas actuales, que de la opus quadra-ta queda sólo la impronta de sus sillares con su rústi-co almohadillado en la oppus lateritia del relleno pos-terior. En este acueducto es de gran interés un ramalconstruido en tiempo de Nerón dentro de la urbe,conocido por arcos neronianos o celimontanos, por-que abastecían la zona próxima al monte Celio, ter-minando en el templo de Claudio, con un recorridode unos 2 km en arcada simple y doble, trayecto quehoy día está casi todo en pie. Este ramal se restauró en

diversas ocasiones por los Severos y se prolongó hasta el Palatino de Domiciano, tam-bién con doble arcada de ladrillo. En esta conducción hay, además, un acueducto dearcadas dobles con cinco arcos superiores y tres inferiores, pero es de los Severos.

Empezada también por Caligula y terminada por Claudio, tenemos la conduc-ción del Anio Novo, que se tomaba del mismo río Anio, calificándose entonces denueva ésta y de vieja la anterior, que ya hemos indicado. Tiene 86.876 m de longitud,pero, en la zona final, su canal quedó superpuesto al de la Claudia, utilizando elmismo acueducto terminal.

La conducción Trajana, para servir a la región Transtiberina, recogía tres aporta-ciones con longitudes hasta de 11.700 m, y tenía luego trayecto único de 32.500 m.

La caja estaba construida en fábrica mixta de reticulada y ladrillo, y los acueductos,que son siempre de pequeña altura, a excepción del que salva al Valle de la Trave, enfábrica de ladrillo. El Aqua Alejandrina, que viene a continuación y es la última, sedebe al emperador Alejandro Severo, en 226 d. C. Tiene varios acueductos de arcoselegantes en uno o dos pisos, como el del Valle de Marranella, con 52 arcadas.

Restos de arcadas del Aqua Trajan en el valle deLa Trave

 Acueducto de la conducción Aqua Alexandriana. Según(3)

22

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 20/276

Capítulo I. Los acueductos romanos

 A partir de la construcción del ramal de la Claudia donde están los arcos neronia-nos o celimontanos, todos los acueductos o reparaciones de los anteriores que se aco-meten son de fábrica de ladrillo.

Con respecto a nuestro tema de los acueductos españoles, tiene interés el estu-dio de los acueductos de la ciudad de Roma, que pueden servir de pauta cronológi-ca para la fijación de la fecha en los nuestros, tan huérfanos por falta de documen-tación. Hay que prescindir de los construidos durante la República, pues está claroque en dicha época no iban a invertirse los caudales del erario público en beneficiode ciudades en comarcas no incorporadas definitivamente. En cambio, durante elImperio, uno de los problemas que se plantearon en primera época fue este de laincorporación, transformando las poblaciones rurales en urbanas, y uno de losmedios más eficaces fue el de proporcionarles las ventajas de este tipo de vida a tra-

 vés de obras públicas utilitarias, de las cuales, la que más directamente afecta al ciu-

dadano, es la traída de aguas.Tenemos así el recuerdo de los emperadores constructores, lo que nos da una

clave para proponer atribuciones en obras cuyos antecedentes directos se descono-cen. Este criterio y el de las referencias directas de fábricas y detalles estilísticos delas propias construcciones, son los únicos caminos para la cronometría de las mis-mas. Además, cada país tiene su grupo de emperadores benévolos por diversas razo-nes, la primera de las cuales es la cuna; así, en España tenemos a Trajano y Adriano;el primero, además, gran constructor de obras públicas, y el segundo, un apasiona-do de la arquitectura, a la que contribuyó directamente en los edificios y urbaniza-ciones de la villa Adriana y en otras obras importantes, como el Panteón y el tem-

plo de Venus en Roma. En España tenemos también como favorecedor a Augusto,que estuvo en ella cuando las guerras cántabras, que le ocuparon muy personalmen-te, pues con la terminación de las mismas inauguró su etapa de paz en el Imperio(Pax Augusta).

A cueduc t os españo l es

Para el estudio de los acueductos españoles no poseemos datos fidedignos ni referen-

cias de época que nos orienten en su cronología. Tenemos que recurrir, como acaba-mos de indicar, a los métodos deficientes de las particularidades estilísticas y de exa-minar las épocas favorables de protección imperial. Nos contentaremos con hacer unaordenación sucesiva, complementada con hipótesis más o menos verosímiles parareferir al emperador correspondiente cada uno de ellos.

 Vamos a estudiar con algún detenimiento nuestros cuatro acueductos monumen-tales: Tarragona, Segovia y los dos de Mérida, Milagros y San Lázaro, de los cualeshemos obtenido un cierto acopio de datos y referencias. Después trataremos el con-

 junto muy interesante de acueductos de Almuñécar, que se conservan útiles en laactualidad, para dedicarnos como final a recoger todo lo que existe en la realidad y

en los libros de los de Sevilla, Toledo, Chelva, Barcelona, Granada, Calahorra, Cádiz,Blanes, Ciudad Rodrigo, etc.

23

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 21/276

 Acueductos romanos en España

La idea del acueducto de una sola fila de arcadas es repetir con regularidad monó-tona el tema del puente con su bóveda sobre pilares, ya muy afinados en éste, y másal pasar a una construcción que no ha de sufrir los embates de la corriente. Inclusose conserva en alguno de ellos el tema del arquillo auxiliar de aligeramiento de tím-panos. En cambio, el agua aquietada en la caja que lo corona exige la rasante hori-zontal, que se impondría después al puente.

Esta necesidad de conseguir la horizontalidad al cruzar un barranco lleva al acue-ducto de dos pisos e, incluso, al de tres, con la idea de nivelar por etapas, idea quedebió traducirse en el sistema constructivo de subrayar la horizontalidad al ir coro-nando parcialmente la construcción en la cornisas de remate de pisos intermedios.

 Así, tenemos en Tarragona y en Segovia, pero la idea fue evolucionando hasta termi-nar subrayando la verticalidad, con lo cual los pilares ordenan todo el edificio, losarcos quedan en segundo plano, y las cornisas de coronación de sus impostas se inte-

rrumpen entre cada dos pilares. Esto ocurre en los dos acueductos de Mérida, y espe-cialmente en el de los Milagros, con sus pilares de planta cruciforme, que acentúansus contrafuertes de arriba abajo. Menos acentuado en el de San Lázaro, donde el pisoinferior sirve de basamento, todo de sillería toscamente almohadillada en arcos, enju-tas y pilares, mientras que los pilares continúan de sillería para arriostrarse en el segun-do piso por arcos de ladrillo. En el de los Milagros, sólo es de sillería un arco, el delprimer piso en el vano central de los tres que están dentro del cauce del río Albarregas,cuyos pilares moldean basamentos con tajamares adosados en triángulo.

En los acueductos de Almuñécar tenemos las cuatro soluciones del problema quese ordenan en el sentido descendente de la corriente, ya que en este mismo sentido

crece su altura.El primer acueducto, el del Barranco de Torrecuevas, es un puente que soporta la

caja, con sus arcos de medio punto ligeramente alzados sobre el terreno, y los tímpa-nos partidos por los arquillos de aligeramiento. El segundo que, con los restantes,forma serie en tres barrancos sucesivos cada vez más profundos, es una fila de arcadascon sus arcos y pilares escuetos; en el segundo de esta serie de arcos tienen la mismaluz, pero sus pilares son de mayor altura y quedan arriostrados por un nivel inferiorde arcos que se intercalan como si se hubieran añadido después por precaución antela excesiva esbeltez, mientras que en el último acueducto la parte inferior se nivela enun primer piso que forma como un muro a su vez aligerado con arcos de luz menor,sobre el que arrancan los pilares que soportan arcos de la luz normal, los cuales se con-tinúan a ambos lados en arcadas directamente apoyadas sobre el terreno.

En los dos primeros acueductos mencionados, Tarragona y Segovia, tenemos elmismo tipo de fábrica opus quadrata, asentada a hueso, sin núcleo interno de hormi-gón ni conglomerante alguno entre los sillares, mientras que en los de Mérida lossillares, también asentados a hueso, dejan un espacio interno relleno con opus cemen ticiae. El almohadillado, cuando existe, se limita por plano en espesor y se recerca entodo el contorno con regularidad.

La terminación de paramentos en Segovia es más expresiva por el abultamiento

del almohadillado, y la altura de hiladas difiere menos que en Tarragona. En éste, lasdovelas tienen un paramento notablemente más liso que el resto de la fábrica, siendo

24

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 22/276

Capítulo I. Los acueductos romanos

siempre su estereotomía bastante regularizada. El número de dovelas oscila de 19 a21. Existen dos tipos de arenisca que a veces se alternan contrastando en textura ycolor. Su aspecto es idéntico al de la fábrica del llamado Pretorio en la ciudad, pueses contemporáneo. Las molduras que acentúan todas las separaciones entre elemen-

tos diferentes y  subrayan la coronación por pisos son muy toscas en Tarragona ymucho más afinadas en Segovia, pero donde la diferencia resulta verdaderamenteimportante es en los pilares inferiores, pues el aumento de sección que en ambos serealiza por escalonamientos de sus dos dimensiones hace esbeltos a los segovianos,mientras que da una gran tosquedad a los tarraconenses.

En Mérida se tiene un dominio perfecto de la estereotomía, especialmente en el delos Milagros, con la acentuación del contrafuerte, en el cual los sillares están más nor-malizados. Lo arcos no son de medio punto, ya que, aunque el intradós arranca teóri-camente a nivel del diámetro horizontal que subraya una cornisa, su boquilla no se desa-rrolla de un modo total hasta no independizarse de los pilares, existiendo unos triángulosiniciales con hiladas de sillares o ladrillos dispuestos horizontalmente, de tal modo queestas zonas de arranque más bien constituyen salmeres que trozos de arco propiamentedicho. Cuando se trata de arcos de piedra, estos salmeres proceden de sillares horizon-tales que penetran dentro del pilar. Los verdaderos arcos, sean de piedra o de fábrica deladrillo, resultan así arcos rebajados como en el puente de Alconétar.

En Mérida tenemos, además de la fábrica de ladrillo en los arcos, la intercalaciónde la misma en fajeados horizontales de los pilares que atraviesan en todo el planohorizontal el cuerpo del pilar. Estas hiladas decorativas y de ajuste de niveles y traba-zón de paramentos es la única concesión a la opus lateritiae en estos monumentales

acueductos, cuando ya en los de Roma esta fábrica había eliminado definitivamentea la opus quadrata. También hay que citar el carácter evolucionado de sus molduras.En España se emplea poco la fábrica de ladrillo en la construcción de puentes y

acueductos, aunque entre los primeros pueden citarse el de Carmona, el de Alnázcollar, etcétera, y en los segundos, el acueducto de Sevilla, conocido por el nombre de

 Arcos de Carmona, que correspoxrde a una conducción que viene de las proximida-des de Alcalá de Guadaira, primero enterrada, luego sobre muro y después en largasalineaciones de arcadas de un solo piso, algunas de las cuales se conservan íntegras.

 Al llegar a la zona urbanizada desaparece, pues ha sido destruida por las edificacio-nes, conservándose un trozo reconstruido con dos pisos de arcadas, que tienen los

tímpanos aligerados.La fábrica de los acueductos de Almuñécar es muy pobre, lajas de pizarra, tanto

en bóvedas como en pilares. Pero su riqueza expresiva supera esta limitación y, porejemplo, las molduras, que son simplemente de hiladas en saledizo, superponen una,dos o tres, según la importancia de su función, e incluso son de dos vuelos, según laimportancia del elemento que coronan.

Por las razones que hemos apuntado, creemos que el orden cronológico de los cua-tro acueductos principales es el de la sucesión en que los hemos ido enumerando. Elprimero, además, lo aseguramos en prioridad por la atribución a Augusto, muy vero-símil como justificamos en su estudio particular. El segundo lo ponemos en parangóncon el Aqua Claudia, por su estilo, como también veremos en su momento, mientras

25

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 23/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 24/276

Capítulo I. Los acueductos romanos

sta del acueducto dent du Gard con la adiciónl puente construido ensiglo XVII ocultando

s arcadas inferioresmanas. Según (9)

de tres pisos, así como el Pont du Gard, aunque en éste los arcos superiores son de luzmucho más reducida. El de Toledo pudo ser también de tres pisos y, sin duda alguna,de dos.

Acueduc tos en o t ras p rov inc ias romanas

Se han estudiado muy poco los acueductos romanos, a excepción de los de la ciudad

de Roma, que tienen tres tratados monográficos importantes (2), (3) y (4). Hemosprocurado reunir toda la información existente sobre los construidos en otras pro-

 vincias romanas, con el objeto de relacionarlos con los nuestros para sacar de ello todala utilidad posible, por lo cual las referencias aparecerán cuando corresponda. En elartículo de hoy nos referimos al conocido por: Pont du Gard, que hace competenciaal de Segovia por monumentalidad y buen estado, y que hemos de poner en relaciónmuy directa y en competencia con nuestro acueducto de Tarragona.

27

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 25/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 26/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 27/276

 Acueductos romanos en España

 /   i , , i T- - i i i r   Vista desde la laderasus artes, tenia la caja completamente destrozada, bn esta misma obra se da la rere derecha del barranco de

rencia de que en dichas condiciones que hacían difícil el tránsito a pie a lo largo de lasFerreras

la coronación, por el vértigo correspondiente a su gran altura en el centro, alguienapostó que lo pasaría a caballo, y lanzado a ello encontró un quiebro de la solera enla zona central, frente al cual el caballo se detuvo sin que le forzara a proseguir todoel tesón del caballero puesto en las espuelas y  en la voz, por lo cual se apeó y  le vendólos ojos, consiguiendo de este modo ganar la apuesta. También se atribuye esta haza-ña de cruzarlo a caballo a la reina Isabel II cuando lo visitó. Hoy está interceptada lacaja con sendas verjas de hierro en sus extremidades para evitar el paso.

En las fotografías que se publican en el libro ya citado de Puig y Cadafall, que sonde este siglo, siguen apareciendo destrozados los cajeros, así como una parte de la cor-nisa corrida del primer piso, pero hoy está completamente restaurado, existiendo dosmuretes continuos de mampostería que forman caja en su coronación, absorbiendolos restos antiguos, que destacan por su color más oscuro.

Es monumento nacional número 874.

Vista desde aguas abajo

30

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 28/276

Capítulo II. Acueducto de Tarragona

Descr ipc ión

La obra consta de dos pisos de arcadas, siendo 11 en el inferior y 25 en el superior, y

se corona a una altura máxima de 26 m, con una longitud total de unos 200 m, en laque se cuentan las extremidades sobre muros.Los arcos son todos de la misma luz, 5,90 m, con irregularidades de ±15 cm de

luz, que deben corresponder a 20 pies romanos, alcanzando la distancia entre ejes depilares 7,95 m, es decir, unos 26 pies.

Las luces de los arcos superiores se conservan en los inferiores, pero, en cambio,la anchura de las bóvedas aumenta ligeramente, ya que, descendiendo desde la caja,la latitud del monumento aumenta por escalones de medio pie, cada vez que se pasapor una de las cornisas que ordenen horizontalmente la superposición de elementosarquitectónicos.

El tramo anterior de canal excavado en la roca se enlaza con la caja del acueduc-to mediante fuerte curva y rápido desnivel sin regularizar una y otro, apareciendo enel fondo restos de opus signinum del revestimiento que continúa en todos los trozosde la caja antigua que existen sobre el acueducto.

Las bóvedas superiores con 1,86 m de anchura (6 pies) se despiezan en 19 ó 21dovelas, destacando siempre una en clave y adosadas a hueso, con perfecta regulari-dad en los planos radiales de juntas. Las dovelas de arranque de cada dos arcos adya-centes forman un solo sillar pentagonal, especialmente cuidado y con labra más finaque los restantes. El trasdós de las dovelas se ajusta a las caras de los sillares de tím-panos, para lo cual las líneas horizontales correspondientes a las hiladas de estas zonas

definen los vértices del contorno poligonal que recortan las dovelas en su trasdós.Esto debió obligar al retoque de las dovelas ya colocadas cuando se procedía a colo-

car los sillares de tímpanos, existiendo algunas con entrantes especiales para recibirlas salientes de los sillares correspondientes. En casi todos los arcos, las segundas dove-las, a partir de arranques, se prolongan para llegar al contacto con la simétrica delarco adyacente, que le había precedido, lo cual nos indica la dirección en que avan

Dobie página siguiente  zaba la construcción. También se observa, aunque con menos frecuencia, esta mismaGrabado del Voyage disposición en las terceras dovelas.pittoresque de l’ Espagne, , , . . ., . , ...e A. de Laborde [2] espacio de tímpanos se enjuta con cuatro o cinco hiladas de sillares que enra-

san a nivel de trasdós de clave, corriendo una cornisa a todo lo largo de la obra, quese prolonga en las zonas terminales sobre muros. Esta cornisa es una hilada en vola-dizo, que da una simple moldura rectangular con menos altura que todas las demás

ESCALA

Alzado general

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 29/276

..........

■_K 

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 30/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 31/276

 Acueductos romanos en España

TAR R AGONA R OMANA

f ' íilr y ú 'J /

D. Sol erano.

 ÄCSHIlIBtDKSTO ® ® S G M ® o

Litografía de la obraTarragona monumental [4]

Grabado de la obra CrónicaGeneral de España [5]

Acueducto de Tarragona.

36

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 32/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 33/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 34/276

Capítulo II. Acueducto de Tarragona

Las cornisas de coronación de pilares, que son también de arranques de bóvedas,alinean dos o tres sillares, llegando excepcionalmente a cuatro en alguna de sus caras.Los sillares de cornisas corridas son bastante irregulares en longitud y no guardancoincidencia con ninguna alineación vertical.

En cuanto a la labra de superficie, se observa mayor finura en las dovelas y espe-cialmente en las de arranques comunes a dos arcos adyacentes. Las enjutas de arcosinferiores aparecen también más planas que las de caras de pilares donde se observandos tipos de labra: unas con almohadillado recercado y otras casi planas. De vez encuando existen sillares con un almohadillado muy saliente, generalmente en carascuadradas. Pero el almohadillado tiene la acentuación máxima en las cornisas, donde,como ya hemos indicado, las dimensiones son bastante irregulares, siendo algunascuadradas. En ningún caso se observan sillares aislados en vuelo.

Los muros triangulares que encuadran la ordenación en arcadas son de opus incer-

tum, con estructura cementiciae interna y con paramentos de mampuestos de cantorodado, más acusados que en la caja que los corona.Entre todos los acueductos españoles que consideramos, es el de fábrica más sen-

cilla {opus quadrata, sin opera cementiciae), y la luz de los arcos es la normal entre losde gran número de vanos. El diseño es clásico desde los primeros ejemplares de suespecie, aunque los pilares inferiores con el doble escalonamiento tan repetido denuna nota de tosquedad poco frecuente en obras de altura análoga. Esto es un deta-lle de falta de‘dominio (arcaísmo) en el proyecto básico, que se conjuga con el de

Vista en escorzo desde . . r i n · - ,el fondo del barranco simplicidad de las cornisas en lo que se refiere a detalles. La misma solución con una

39

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 35/276

 Acueductos romanos en España

Prob lemas arqueo lóg i cos

Salvo la remota referencia a la estancia deAugusto en Tarragona en 2625 a. C., que haservido de base a la suposición que aventuramosal final del párrafo anterior, no encontramosdato ni noticia que nos permita datar el monu-mento.

La verosimilitud de nuestra atribución ha deapoyarse en razonamiento simple y en considera-ciones breves sobre las características técnicas y

estilísticas del monumento.El razonamiento a que aludimos tiene como

premisa el no situar la obra de la conducciónantes del principado de Augusto, pues cuando laconquista de las provincias era la tarea a realizarfuera de Italia, la obra pública que correspondees la calzada de penetración primero, y de con-solidación después, del territorio que habría deconstruir el Corpus del Imperio. Mientras estono fuera una realidad, no podía el Estado roma-no derrochar sus caudales en beneficiar algo no

tosquedad todavía más acentuada, encontramos en el acueducto de Constantina y noen el de Cherchell, ambos en Argelia.

Recuerda en simplificación máxima y a escala reducida al Pont du Gard, que ser- vía a la conducción para abastecimiento de Nimes, en el cruce de dicho río. Se dice

que este acueducto fue el primero donde se utilizó la superposición de arcadas; estáfechado, sin gran seguridad, hacia el 18 a. C., y su construcción fue llevada a cabopor Agripa, el lugarteniente de Augusto.

En las distintas reparaciones se han encajado sillares enteros, se han rellenado loshuecos de algunos con canto rodado y con ladrillos, y en los menos se ha enlucido elparamento con mortero de color rosa.

Es lógico que fuera Tarraco una de las ciudades más importantes en el comienzodel imperio romano, la primera que tuviera una conducción de aguas de importan-cia, y resulta muy verosímil que se lo deba directamente a Augusto, quien tuvo enella su cuartel general cuando las guerras cántabras, en los años 2625 a. C., y la con-virtió en capital de la provincia, honrándola con el sobrenombre de Triumphalis, enrecuerdo de la feliz terminación de la campaña, quedando nuestra ciudad con la desig-nación oficial de Colonia Julia Urbs Triumphalis Tarraco. César la había elevado alrango de colonia en el año 45 a. C., inmediata-mente después de la batalla de Munda, dándo-le el apelativo de Julia.

Vista en escorzo desdeel fondo del barranco

40

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 36/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 37/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 38/276

Capítulo II. Acueducto de Tarragona

Las cornisas del acueducto de Tarragona son las más simples que pueden idearse,simple resalto de una hilada de sillares, mientras que en Pont du Gard se introducenlisteles, cuartos de cículo y cavetos.

Reduciendo a cifras las suposiciones, a partir de las fidedignas del 2625, estancia

de Augusto en Tarragona; la de 33 a. C., ejecución del Aqua Julia; la del 19, corres-pondiente al Aqua Virgo; y la del 16, fecha de la muerte de Agripa; podemos situarnuestro acueducto al final de los años 20, que va bien, además, con la fecha del 18que se atribuye, no sabemos con qué fundamento, al Pont du Gard.

 A propósito del Pont du Gard, es preciso deshacer un malentendido que parecederivarse de las referencias que a él se hacen en publicaciones modernas. Esta obrafue construida por los romanos exclusivamente como acueducto, quedando un mar-gen de anchura entre la plataforma del primer piso y los pilares del segundo, quepodía servir para el paso de caminantes. En el siglo XVII se adosó un puente cons-truido íntegramente por los ingenieros franceses para la carretera correspondiente. Se

ona central de máximatura: alzado

43

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 39/276

 Acueductos romanos en España

Zona central de máximaaltura: escorzo

adosaron sus pilares a los romanos y se amoldó el tablero al primer piso del acueduc-to, aunque con un ligero decalaje, puesto que el paso romano es horizontal, y la pla-taforma moderna tiene rasantes simétricas a dos vertientes.

Prob lemas i ngeníen les

Con arreglo a nuestras hipotéticas deducciones, en este acueducto se aplica por pri-mera vez la solución de la superposición de arcadas para elevar una plataforma, sobreel suelo, a una altura que se considera superior a la que permiten los elementos estruc-turales disponibles directamente, o a lo que aconseja la utilización económica de lafábrica que va a emplearse. Esta idea de la superposición habría de ser muy fecunda,especialmente en la arquitectura de nuestro país.

Es el segundo paso en el desarrollo de soluciones del acueducto propiamente dicho.

La primera es la de repetición de arcadas con altura variable, de la cual, la primera apli-cación extraordinaria está en la zona terminal de Aqua Marcia, que se desarrolla en más

44

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 40/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 41/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 42/276

Capítulo II. Acueducto de Tarragona

costados en voladizo, formando de este modo una sencilla cornisa. Sobre ella se repi-te la misma ordenación, ahora completamente regularizada y volvemos a coronar conidéntica cornisa, sobre la cual se asienta la caja que es la coronación definitiva.

Un defecto de esta disposición, que resalta con más fuerza en este acueducto y enel de Segovia, en lo que no existe aglomerante que dé monolitismo a los tímpanos,es el de apoyar los pilares superiores sobre el enjutado de los tímpanos, que rellenan-do los triángulos curvilíneos entre bóvedas parecen ejercer un efectocuña contra ellas.

 Acentúa la impresión de castillo de naipes que da la superposición de arcadas, lo cualles llevó a reforzar de un modo excesivo los pilares centrales en su zona inferior. Estadisposición la tenemos en unos cuantos acueductos de un solo piso: Chelva, en Espa-ña; Constantina, en Argelia; etc.

La evolución morfológica de la idea de superposición empujada por esta insatis-facción del aspecto que da su traducción más sencilla, acentuando las horizontales,

condujo, en la serie de acueductos españoles, a la acentuación de las verticales, orga-nizándose los pilares como tema principal, relegando los arcos a un enlace entre ellosa diversas alturas. El ejemplar más perfecto de la serie es el acueducto de los Mila-gros, de Mérida, ordenado en tres pisos.

Daremos los tres dibujos y fotografía del acueducto denominado Pont du Gardsobre el río de este nombre en la conducción de Nimes, para que puedan comparar-se su estructura y sus fábricas con las de nuestro acueducto. Pueden apreciarse lassemejanzas en'la estereotomía y en el terminado de los sillares. Probablemente fue-ron los mismos ingenieros, los constructores de ambos, y parece lógico suponer pos-terior al Pont du Gard, obra de mucha mayor envergadura y mejor resuelta.

Prob lemas es té t i cos

La superposición de arcadas en un acueducto de tipo viaducto, como es el que ahoraestudiamos, nos recorta en el segundo piso una faja de cielo, en la cual puede dise-ñarse con toda libertad el festoneado de la arcada múltiple superior, ya que, ni desdela zona inferior las cimentaciones mandan, ni en las zonas laterales los triángulos deenlace al terreno, tienen importancia frente a la longitud de la banda rectangulardonde ha de inscribirse el ritmo monótono de arcos y pilares superiores.

Son 25 arcadas en total, de las cuales las cuatro extremas de un lado pierden porcompleto sus pilares y sólo 11 reposan sobre la plataforma artificial que les propor-ciona el piso intermedio, aunque si éste hubiera sido prolongado hasta el terreno porambos lados pudiera haber recogido casi dos arcadas más por cada lado. Este pisoqueda cortado bruscamente, mientras que la cornisa superior se prolonga hasta morirmaterialmente en el terreno.

En este ejemplar se adoptan proporciones que habrán de conservarse por lo menosen los otros acueductos españoles de doble arcada superpuesta. Así, en los huecos supe-riores se combina un cuadrado con un semicírculo, es decir, altura =vez y media la luz,

 y se da a los pilares la tercera parte del ancho del vano, porporción esta última que seafinará en Segovia, donde es la cuarta parte. El ático que corona el monumento y que

47

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 43/276

 Acueductos romanos en España

responde escuetamente a la altura de caja es la cuarta parte de la luz. Ésta resulta 30pies, aunque la real se aproxima más a 5,90, en las que hemos medido directamente.

En el piso inferior los arcos se conservan iguales, no así en Segovia, donde son demenos diámetro, pero sí en los dos pisos de Mérida, y los pilares de altura muy varia-ble se van engrosando de modo discontinuo por aumento de sus dos dimensiones.Esta idea se realiza en casi todos los acueductos, exceptuando los Milagros, donde lospilares se mantienen con sección constante en la altura; pero en el caso de Tarrago-na, la realización ha sido bastante tosca, por la brusquedad de los incrementos suce-sivos de sección que les quitan esbeltez.

Con respecto a un puente tenemos esa libertad expresiva que hemos indicado parael piso superior. Se trata de un problema puramente geométrico, sin condicionadopor parte del caudal o de la cimentación del cauce; no hay luces desiguales y dentrodel perfil triangular o rectangular de cualquier valle rectificamos su geometría, dejan-

do por debajo del piso intermedio la zona de alturas diferentes. Además, el ático quecorona toda la obra resulta más estabilizador que el petril del puente, ya que sus pro-porciones responden directamente a las de la caja cuando ésta tiene suficiente impor-tancia, o se le da la altura conveniente cuando, como ocurre en Segovia, ésta tienedimensiones muy reducidas. Además, esta coronación es precisamente el objetivo dela obra, que aparece así exaltada en su solemene elevación con una adecuación per-fecta de jerarquías en orden ascendente, pues aparece la caja en alto dando la conti-nuidad de su horizontal que serena, y a la par estabiliza, el primer piso de arcadas ensu perfección geométrica de ritmo liberado, y el segundo piso en un tercer nivel dondelos arcos se aparean con los superiores, los pilares se desigualan, reproduciendo la

 variación de altura, y se engruesan de modo diferente según el valor de ésta, acen-tuando su función portante por el aumento de corporeidad en escalones bruscos.

Como ya hemos indicado anteriormente, para los romanos, que buscaban en lamonumentalidad de sus construcciones un cauce eficaz a su obstinada voluntad deimposición de poder, fue el acueducto uno de sus logros más perfectos. Se imponenal espectador en sus tres dimensiones: altura fuera de la escala humana, longitud queunas veces es verdaderamente colosal en alineaciones de kilómetros y siempre se alar-ga por la vibración rítmica de sus arcadas, y espesor que da una esbeltez de verdade-ro alarde, como ocurre en Segovia. Son elementos característicos en el paisaje dondeestán incrustados con una referencia remota a su fontanal origen en las llanuras secas

 y otra muy directa a su utilitario destino. Incluyen en sus dimensiones físicas unacuarta dimensión, la tempórea, hecha distancia al origen, por el fluir del agua y a suiniciación por el nombre del emperador, constituyendo un monumental reloj de agua,dando en quinarios de agua utilizable el transcurso del tiempo, que se transfundía ala vital necesidad de los ciudadanos, contribuyendo a su romanización.

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 44/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 45/276

 Acueductos romanos en España

que sobrevenga, y de este modo, no solo quedarían plenamente soco-rridos, sino que lograría esta memorable Ciudad (que no es sombra de lo que fue), volver en parte a su antiguo lustre y esplendor, consi-guiéndose igualmente para mayor gloria de nuestra Nación, que salga de entre el olvido y obscuridad de los tiempos, una fábrica de las más 

útiles y suntuosas, que emprendieron los Romanos, que aún en el día es la admiración de cuantos la ven, desde que por mi dirección se empezó a descubrir y limpiar parte de ella».

(Continúa refiriéndose al acueducto en Tomo X, Carta VI, núms. 67, 68, 69 y 71.)

67. He ido en su compañía a reconocer una de las antigüedades más importantes de esta ciudad, cuya existencia, si se verificase, sería pre-ferible a cuantas hoy permanecen en ella. Es el antiguo acueducto romano, que camina hasta Tarragona desde Pont de Armentera, 

 junto a un monasterio de Cistercienses llamado Santas Cruces, cerca del río Gayá, donde tenía su origen, siendo su curso de seis o siete 

leguas. El Hospitalet, que es un paraje a donde llegamos, distante cuatro leguas de Tarragona, suministraba caudal abundante a dicho acueducto, además del que traía hasta allí, cuya dirección se recono-ce en diferentes sitios, a veces superficial, a veces profundizado en la tierra y en parajes atravesando largas distancias de peña viva trasfo rada.

68. Las aguas del Hospitalet, que parte nacen en la Encomienda de la Orden de San Juan, y parte junto al caserío que llaman de Torre llés, se introducen ahora en un barranco, y por el término de Vall moll van a parar al río Francolí, llamado antiguamente Tulcis. Este  viaje lo hemos hecho, no solamente por satisfacer nuestra curiosi-dad, sino también los deseos del ilustrísimo señor arzobispo don Joa-quín de Santiyán y Valdivielso, quien sepa usted que se ha propues-to la restauración total de esta obra importantísima para Tarragona, y la empresa tiene ya su principio con tan buenos auspicios, como que habiendo representado dicho prelado a su majestad para que protegiese esta obra, que a sus expensas quiere efectuar, ha tenido las contestaciones más favorables que a nombre de su majestad le ha enviado el excelentísimo señor conde de Floridabianca en 10 de Marzo de 1782.

69 Según el fervor y constancia del señor arzobispo, no dudo que perfeccionará su ardua y costosa empresa, en cuyo caso será, sin duda, en esta parte un verdadero restaurador de la gran Tarragona, 

reducida hoy a un esqueleto de lo que fué, habiendo carecido de las aguas, que antiguamente entraban abundantemente en dicha ciu-dad por este y otros acueductos que tenía. Desde luego, podrán con-tar sus vecinos con el beneficio de beber agua buena y salir de la penuria en la que ahora se hallan, bebiéndola de algibes, y a veces corrompida, pues aunque tienen un profundísimo pozo en la ciu-dad, donde la hay manantial, es casi nada la que sube por medio de una máquina, y poco agradable; tendrán los vecinos proporción y  facilidad para establecer fábricas, para regar terrenos y otros mil beneficios. El señor arzobispo habrá hecho una limosna universal y  permanente, benéfica a los presentes y venideros, y será el único entre tantos y tan grandes prelados como ha tenido esta iglesia, que 

haya tenido y perfeccionado uno de los mayores bienes que son ima-ginables.

(El día 5 de Julio de 1783, después que se escribieron la primera vez estas cartas, falleció, con gran sentimiento de Tarragona y de todo el arzobispado, este benéfico prelado; y aunque dejó caudales para continuar la restauración del acueducto, acaso no bastarán para su conclusión total; lo que no hubiera sucedido su su vida hubiese sido 

más larga; pero es muy de creer que, hallándose la obra muy adelan-tada, no falten por un camino u otro, medios de concluirla.)

71. El puente que llaman de las Ferreras es un soberbio residuo del antiguo acueducto de que he hablado. Consiste en una fábrica de dobles arcos para salvar una hondura entre dos colinas y llevar  nivelada el agua. A proporción que se eleva el terreno, se disminu-

 ye la elevación de los arcos; los inferiores, como que ocupan para- je más estrecho, son once, y los de encima, veinticinco; son de pie-dras sillares. La altura de esta magnífica obra es de treinta y dos 

 varas y media; lo largo de doscientas treinta y cinco, y lo ancho, dos y media.

(3) BARON DE BURGOING: Un paseo por España.  177795. Edi-ción J. García Mercadal, p. 1062.

«... los vestigios de un acueducto de seis a siete leguas de recorrido, de cuya restauración se habló en 1.782».

(4) J.TOWSEND: Viaje a España hecho en los años 17867. Edición  J. García Mercadal.

El acueducto lleva el agua a la ciudad desde siete leguas de distancia  y atraviesa un profundo barranco sobre un puente que tiene 700 pies de largo y más de 100 de alto. Tiene por abajo 11 arcos y arriba 25. Ha sido reparado a costa del último arzobispo.

(5) SOMORROSTRO: El acueducto de Segovia, 1820. Descripción de acueducto de Tarragona en la página 13.

(6) CEA BERMÜDEZ: Sumario de las antigüedades romanas que hay en España. Madrid, 1832, pág. 7.

El agua iba a esta capital desde cerca del monasterio Cisterciense de Santas Creus, distante de ella cuatro leguas. El Puente de las Ferra-ras está situado a una legua de Tarragona hacia el norte, entre dos collados, y consta de dos órdenes de arcos, unos sobre otros. Lo largo de todo el trozo es de 235 varas y lo alto por el medio de 32 72, de las cuales 20 ' / 2 pertenecen a los arcos inferiores y 12 a los superio-res, que tienen de espesor 2 '/2.

Cerca del Circo máximo descollaba un suntuoso edificio, tenía 425  varas de largo y 225 de ancho. Se encuentran entre sus ruinas bóve-das de piedras muy grandes... Rodeaba este gran edificio un acue-ducto, y otro pasaba por delante de la puerta principal.

(7) MADOZ:Diccionario Geográfico (1849)

TomoXIV, pág. 650.

TARRAGONA Acueducto.

Llámase en Tarragona Puente de las Ferreras, el respetable monumen-to a que nos referimos, que tomaba las aguas del río Gayá, 1,5 leguas 

al E. de la ciudad cerca de Altafulla, conduciéndola hacia la parte de la Secuita y por la casa de campo llamada la Tallada, en la que residía

50

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 46/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 47/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 48/276

Il l

Ac uedu cto de Segovia

I n t r oducc i ón

El acueducto de Segovia es el más airoso de todos lo que construyeron los romanos,duradero como muy pocas construcciones, podría seguir cumpliendo su misión pri-maria de llevar agua rodada y libre, aunque, para befa y escarnio de romanos, sopor-

te una tubería con agua encerrada a presión, teniendo a sus pies otra enterrada, y tam-bién a presión, y ambas atentando contra su perseverancia. Afortunadamente, en plazobreve ambas tuberías quedarán sin agua y la superior desaparecerá, con lo cual el monu

Vista aérea del acueducto mentó va a ostentar con seguridad su gallardía ya inútil a la sed, pero ejemplar,de Segovia

53

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 49/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 50/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 51/276

 Acueductos romanos en España

No conocemos su filiación y sí muy poco de su historia, pero vamos a reunir loque de él hay y lo que de él se ha escrito para luego aventurar algunas hipótesis vero-símiles.

Descr ipc ión

La conducción de aguas para abastecimiento de Segovia no es de las más importantesentre las que construyeron los romanos, pues tiene una longitud de unos 18 km y sucaja es de 30 x 30 cm (l x 1pie, aproximadamente). Tomaba el agua en el nacimientodel río Frío, cerca de la fuente de la Fuenfría, que da nombre al río y al puerto de pasode la Sierra por ese lugar, derivándola mediante presa romana, que fue reconstruidacuando los Reyes Católicos. Desciende en canal abierto contorneando laderas rocosasde unos 9 km para llegar al pinar de Balsaín, cruzando la carretera que fue camino realde San Ildefonso junto a la antigua venta de Santillana, y ya desde allí enterrada por elllano, y advertida por una serie de registros, cuya fábrica parece del siglo XV, llega hastauna construcción elevada denominada el Caserón, que debió ser castellum aqua de laprimitiva conducción. A partir de esta construcción iba la conducción sobre muro hastala segunda caseta o desarenador que describimos más adelante. Hace unos quince añosse cambió la urbanización de esta última zona destruyéndose una parte de esta prime-ra alineación sobre muro, que arranca ahora junto a la carretera de La Granja, marcán-dose el comienzo mediante un sencillo monumento formado por dos sillares cilindri-cos labrados ricamente con una alusión al acueducto representado al modo de escudo

de la ciudad, realizado en cuero o pergamino y sostenido por dos brazos que surgen enla parte superior. Estos sillares son lo que cita Somorrostro como encontrados cerca dela ermita de San Matías en el camino a La Santa Cruz, y se colocaron aquí en 1951,apoyándolos sobre una combinación de sillares de caja imbricados con otras piedrasprocedentes de la demolición del trozo anterior.

El muro ha quedado en alineación de unos 140 m de longitud con 1,38 m de grue-so, soportando en coronación la antigua caja, cubierta moderadamente por unaarqueta para alojar la tubería metálica que va a lolargo de todo el acueducto. La caja está formada porsillares de 45 x 70 cm exteriores, con el rebajo de 30

x 30 cm, aproximadamente, que corresponde a lacanal, siendo ligeramente curvas las superficies exter-nas para empotrarse mejor en la manipostería quelos envuelve, apareciendo en algunos trechos al exte-rior por haberse desprendido esta fábrica.

Este tramo de muro desemboca en la caseta quealberga al desarenador de la conducción romana, conestanque de 4,25 x 2,18 m en planta y 2,60 m de pro-fundidad, revestido por seis hiladas de sillares roma-nos. Llega el canal por uno de sus ángulos y sale porel centro del lado opuesto, teniendo además un

 Arranque actual de la zonadescubierta.- Sillarescilindricos del siglo XVIIcon emblema delacueducto y sillares en Uprocedentes de la caja

56

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 52/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

aliviadero en este lado, habiéndose regulado el funciona-miento mediante compuertas, pues aparecen las guías delas mismas en el canal de salida y en el de desagüe. La case-ta tiene una planta interna de 7,70 x 4,75 m y  se cubre conbóveda apuntada en cañón, probablemente reconstruc-ción de la primitiva. Al exterior dos sillares de la parte bajadenuncian su procedencia romana.

 A este desanerador sigue otro tramo de muro de 65 mde longitud y  1,85 m de latitud que al cambiar de aline-ación se convierte en arquería con seis arcos destacados,aunque los dos primeros casi levantan desde el mismosuelo, no llegando el inicial al medio punto. Las lucesoscilan de 2,20 a 2,40 m y los macizos de 1,40 a 1,50 m,

aproximadamente, dando una relación de vano a maci-zo de 1,60 m. Son de tosca arquitectura, pero ostentan ya algunas características de la arquería de coronación:dovelas de arranques formando salmer común a dosarcos y aparejo con algunas dovelas que traban de para-mento a paramento. Una cornisa elemental corona laarquería constituida por una hilada de sillares en ligerosaliente a nivel de claves. También aparece el ático decoronación que ha de conservarse a lo largo de las arca-

das paramentando con una manipostería muy deficiente. Este ático, que lleva los silla-

res de la canal justamente encajados en su coronación y en el centro, se remata consillares transversales a ambos lados de dicha canal, que asoman con ligero saliente alos paramentos para formar la cornisa de remate. Actualmente la caja se recrece pol-los desgraciados muretes de ladrillo a que tantas veces nos referiremos, los cuales cam-bian de altura de un modo irregular.

Sillares de caja embebidosen la mampostería del muro

Zona sobre muro acontinuación deldesarenador 

 Arco inic ial de todala ordenación

Primera alineaciónsobre arcos

■MMkj

57

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 53/276

 Acueductos romanos en España

Esta alineación quiebra en pilar de ángulo de 2,75 m de longitud, con desviaciónhacia la izquierda y dando paso a la segunda alineación de veinticinco arcadas que seinicia con seis muy parecidas a las anteriores; pero en la VII encontramos nuevo esti-lo, probablemente de una reconstrucción total, donde los arcos son ligeramente peral-tados y apuntados, con sillares menos abultados y con menos meteorización que enlos romanos, manifestándose claramente marcas de cantero muy variadas que se apre-cian incluso en las fotografías. Se pueden considerar tres clases de estas marcas, seña-

les sencillas con trazos rectos asimilables a letras V, L, y también cruz con un puntodestacado; luego, meandros, aspas y alfas casi siempre giradas 90° y, por último, estrellas

58

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 54/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

Marcas de canteroen un arco de

reconstrucción delArco apuntado de la reconstrucción siglo XVdel siglo XV

Arco reconstruido en alineación tercera

 Alineación tercera

de varios trazos, V con brazos curvos y círculos prolongadosen tangentes paralelas o con cuernos. La cornisa sobre arcos semantiene en simple hilada de sillares toscos hasta el arco XX,donde aparece moldurada con toda la complicación definiti-

 va, habiéndose perdido en un largo trecho del paramento ladoexterno. Cambia la cornisa de coronación de pilares en la zonareconstruida, apareciendo esta última con dos toros superpues-tos y un talón a partir de la pila VIII.

Las cinco últimas arcadas de esta alineación no son apun-tadas, sino que más bien tienden a formar carpanel; han sidoreconstruidos los arcos dejando algunas dovelas en arranques.Tienen menos signos de cantero y más simples, un punto pro-fundo, tres puntos en triángulo, C, ángulo con punto y cruz,

apareciendo algunas en las boquillas, cosa que no acontece enlas arcadas anteriores.Las luces de los arcos oscilan en los 4,90 m y los macizos

alrededor de 1,30 m, llegándose a una luz de 5,10 m, proba-blemente la mayor del acueducto, en el arco XXIV, ligeramen-te carpanel con sección de arranque de 1,33 x 1,00 m, sobrepilar de 1,41 x 1,57 m.

La nueva alineación se inicia quebrando también a laizquierda sobre pilar de ángulo de 1,85 x 1,30 m y consta decuarenta y cuatro arcadas. En las primeras aparecen nuevas

marcas de antero, una especie de B una Y en horca, tres pun-tos en triángulo equilátero y un círculo con dos diámetros per-pendiculares prolongados. Del arco cuarto al octavo tenemosuna reconstrucción total con sillares relabrados de superficielisa y cornisa de coronación trapecial que ostenta su fecha de

Zona primitiva en tercera alineación

59

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 55/276

Acueductos romanos en España

1868. Deben de ser a los que se refiere el editor del Somorrostro (2.aedición) en notaal pie de la página 5, diciendo que estaban cubiertos con mampostería por estar rui-nosos. También deben corresponder a esta reconstrucción los XIV y XV, ya que, aun-que no aparece la fecha, el estilo es idéntico. Las arcadas IX a XII también están recons-truidas; las marcas de cantero son más complicadas y aparecen también en lasboquillas con gran tamaño, repitiéndose mucho una especie de esvástica con brazo

suplementario y también una M. Las arcadas XVI y XVII están reconstruidas con silla-res y dovelas pequeños, marcándose en la bóveda con más tizón la clave y los riño-nes. En todas estas reconstrucciones se han afinado las proporciones, pues la luz estáalrededor de 4,80 m y el macizo en 1,30 m. A partir de la XVIII parecen todas roma-nas con simples restauraciones parciales en tímpanos, destacándose la cornisa clásicadel acueducto en la coronación de pilares, pero con una simple hilada saliente en lacornisa corrida sobre arcos.

El pilar del ángulo que separa esta alineación de la última que quiebra hacia la dere-cha, es decir, al contrario de las anteriores, es una hermosa construcción con planta casicurva en sus dos frentes y desarrollos de 5,50 y 3,80 m el extremo externo e interno, res-pectivamente. Su dimensión transver-sal es de 1,90 m, que se conserva en lospilares superiores de la arquería doble.El último pilar de la arquería sencillatiene 1,30 x 1,90 m, siendo la alturatotal hasta coronación unos 14 m.

En la zona principal del acueducto,con arcadas superpuestas en dos pisos,tenemos cuarenta y cuatro hasta llegar

a la muralla. Ésta interrumpe la seriede arcadas que debía prolongarse en

IzquierdaDos arcos de lareconstrucción de 1868

Derecha Arcada reconstruida enalineación tercera

 Arcada reconstruida en elsiglo XVIII

60

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 56/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 57/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 58/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 59/276

 Acueductos romanos en España

Esta lápida se había perdido cuando Hübner realizó la exploración para su Cor-pus Inscriptionum Latinorum, pues aunque la recoge con el número 2.751, la copia deSomorrostro y advierte en nota: frustra quaesivi. En el Corpus aparece otra inscrip-ción con el número 2.746, que no hemos encontrado en la actualidad, en la cual

anota:pilaepontios aut aquaeductos quinque.  Por último, recoge una tercera lápida,inscripción número 2.739, que copia equivocado según el P. Fita, quien da la versiónexacta que copiamos en otro lugar, y que tiene en la parte inferior tres arcadas delacueducto rebajadas de su plano. Según el P. Fita los caracteres se ajustan a la épocade los Flavios, lo que obliga a considerar la construcción del acueducto en el siglo I.Esta lápida, situada en el primer torreón de la muralla a la izquierda saliendo de lapuerta de Santiago, sigue estando en el mismo sitio, así como otra cercana descubier-ta por el P. Fita en el segundo torreón, que tiene también la marca de tres arcadas delacueducto, quedando muy poco de la inscripción. Por último, creemos haber descu-bierto en el último lienzo aparente de la muralla, en la zona que mira al Clamores,

una quinta lápida, ya casi completamente gastada, con la inscripción borrada, en laque parece existir la marca de tres arcadas, en la zona inferior, guardando proporciónla zona que ocupa y la que debería ocupar la inscripción, análoga a la de las otras dosque hemos reconocido.

El mismo Somorrostro indica que «también se han descubierto entre las ruinas dela ermita que fue de San Matías, que estuvo en el camino Real que sube cerca del con-

 vento de Santa Cruz hacia la puerta de San Juan, dos capiteles de grandes columnasde piedra berroqueña, en los que está de pequeño relieve los arcos y pilares del acue-ducto y sobre ellos unos robustos brazos de hombre que indican sostener la cornisa

que había sobre las columnas». Estas piedras estaban en 1861 en el Museo Provincial y hoy día encabezan el origen de la conducción al descubierto, donde se colocaronrecientemente (año 1951). Por su estilo parecen pertenecer al siglo XVI o XVII.

El primer problema histórico que nos plantea es fechar la construcción, y antesemejante falta de fuentes no queda más que recurrir al análisis de sus fábricas y deta-lles estilísticos y comparar con los de las construcciones similares en Roma, de las cua-les tenemos filiación segura.

Como indicamos en los problemas arqueológicos, creemos que el parecido de lasfábricas de pilares y arcos y algunos detalles menores, lo pone en parangón con elacueducto terminal del Aqua Claudia, que es de la época inicial de dicha conducción,

 y aunque más esbelto y artístico el nuestro, parece tener la misma filiación. Su cons-trucción dataría entonces de alrededor de los años centrales del siglo I. Recordaremosque el acueducto citado del Aqua Claudia tenía cerca de 9 km sobre arcadas, aunquesólo de un piso, y que su construcción comienza en los años 38 por Caligula y ter-mina en el 52 con Claudio.

El segundo problema histórico que plantea el monumento está en que, no sien-do Segovia ni colonia romana ni capital de convento jurídico, cómo tuvo protecciónoficial o caudales propios y organización para acometer tamaña obra. En cuanto amedios humanos, es de suponer que fueran los mismos ingenieros que actuaron enla capital del Imperio los que llevaran a cabo semejante construcción, pues era preci-

so estar muy experimentado en tales menesteres para diseñar y llevar a feliz término

64

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 60/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

proyecto que hoy día impresiona, y que seguramente impresionaba mucho más enaquella época.

El aislamiento, que parece indicar esta falta de referencias, debió valerle a nuestromonumento el resistir invasiones de bárbaros y sarracenos. Segovia en época visigó-

tica asciende a Silla Episcopal por los años 527, lo que indica que ya no debía ser taninsignificante. Sus cronistas coinciden en asegurar, sin fundamento aparente, quehasta la incursión de Alimenón, el rey de Toledo del romance de Moratín, que asolóla ciudad en 1071, el acueducto no había sufrido destrucción. En cambio, todos estánde acuerdo en atribuir al último rey de Toledo la ruina de 36 arcos en la alineacióndesde «la Concepción a San Francisco», que es la última de arcada sencilla.

 Al entrar Alfonso VI, poco después, y reconquistar definitivamente Segovia, sedan por destruidos dichos arcos, y al levantar este monarca sus murallas empleó pie-dras del acueducto, muchas de ellas de la cornisa desaparecida, que todavía se ven y

se veían, como dice Somorrostro, «especialmente en los lienzos y cubos que hay desdeel paseo del Rastro hasta la puerta de San Andrés». Los cronistas indican que desdeesta época hasta la restauración de los Reyes Católicos, el acueducto sufría la ruinade los arcos indicados, aunque nos inclinamos a creer que esta destrucción no era tanimportante y que la caja pudo repararse provisionalmente con canales de madera,pues debió servir en la Edad Media, como indica Ximénez de Rada.

En las ordenanzas para «guiamiento del agua» de Enrique IV se insertan disposi-ciones de Juan II, de las que parece deducirse que el agua llegaba hasta la ciudad alta,

 y esto debía ser por los años 1440 y siguientes, según apunta Somorrostro, cuando yaposeía dicho monarca el señorío de la ciudad.

La gran reparación del acueducto se debe a los Reyes Católicos, debiendo traersea colación que fue Segovia la primera en aclamar reina de Castilla a Doña Isabel.Somorrostro transcribe una serie de documentos que existían en el archivo del monas-terio del Parral referentes a dicha reparación, pues fue el prior de este monasterio de

 jerónimos el administrador de las obras, ya que, si bien la reina autorizó al Regimien-to de la Ciudad para «echar repartimiento en la ciudad y su tierra», no se fio del des-tino que habrían de dar a los caudales reunidos, y mandó que todo pasase por manodel prior Fr. Pedro de Mesa, al que luego sucedió, naturalmente, Fr. Gonzalo de Frías.

Tuvo como maestro de obras a un religioso del mismo convento, Fr. Juan de Esco vedo, montañés, aunque criado desde pequeño en Segovia. Según el padre Sigüenza,

en su historia de la Orden de San Jerónimo, «era de padre carpintero y estudió mate-máticas y  supo mucha geometría, y de allí vino a ser grande arquitecto».

La tramitación de todo el expediente de las obras se desarrolló del modo siguien-te: el concejo y regidores de la ciudad de Segovia habían informado a los reyes DonFernando y Doña Isabel «cómo la puente seca y cauceras por donde viene el agua yentra en la dicha ciudad, y las puentes de los ríos que están cerca de ella y por su tie-rra, los adarves de ello con sus torres estaban muy mal reparados, y mucho de ellocaído y otro para caer y que a causa de ello hay mengua de agua en ella», y pedían«que les mandase dar licencia e facultad para que pudiesen repartir por los vecinos

moradores de la dicha ciudad e de los lugares de su tierra, los maravedís que parareparo de la de los dichos puentes, y cerca y adarve fuesen necesarios». Los reyes, por

65

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 61/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 62/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

madera y de ellas podridas y gastadas, y cada año se gastaban en ellas muchos dine-ros, y non podían durar, por cuanto el agua las podría y gastaba, y mucha del aguase perdía, y non entraba a la dicha ciudad, salvo poco y que non podía abastecerla;por lo cual se acordó que se hiciesen de piedra como dicho es».

Hay que tener en cuenta que, además de la reparación de «la puente seca», se llevóa cabo una verdadera ampliación de la distribución, pues, como dice el padre Sigüenza, «Nivelóse el agua e hiciéronse los repartimientos por sus conductos, abriendo loscanales para esto a trechos. Dieron agua a los monasterios y a los tintes, y a otras casasparticulares que allí llaman mercedes y hay agua para todo; porque entra un grandegolpe por lo ancho de los canales que pasan por los muros de la ciudad; y por den-tro de ella va debajo de las calles por caños tan anchos, atravesándola toda, que pocomenos puede ir un hombre dentro, y llegan hasta el Alcázar, que está en el otro extre-mo a la parte de poniente».

Se reparó toda la conducción con una obra importante en «la presa de Riofrío,donde se toma el agua para la ciudad, con el reparo de la cacera y hacer los pontonesen ella, ascendiendo a 76.500 maravedís».

El cuidado de la conducción viene desde Juan II, ya que en la «ordenanza de lareina doña Juana sobre el acueducto de Segovia, su conservación, conducción y repar-timiento de las aguas de 1505» se recogen provisiones de Juan II y Enrique IV sobre

 vedamientos de ganados que pastan en los alrededores del caz y los pasos de carrete-ras en los canales por encima de la cacera, así como estableciendo penas contra «lospuercos que hozaren o bebieren o estuvieran echados en la madre del agua». Eviden-temente el agua llegaba a la ciudad en el siglo XV, pero lo que no está claro es que

pasara sobre la puente seca, cosa que ya se establece en las ordenanzas de Doña Juana,al definir la conducción «desde donde nace hasta donde perece que es en el nuestrodicho Alcázar», para indicar el oficio «de un maestro de cantería e de betún que tengacargo de visitar dicha cacera».

En los siglos XVI, XVII y XVIII todos los viajeros ilustres dedican sus alabanzas almonumento, haciendo notar su condición admirable de tener sus piedras sin arga-masa que las una. Pedro Medina en su libro de las Grandezas Memorables de España.

El Navagero, en su Viajepor España, del año 1527, dice: «no hay cosa más bellani más digna de ser vista que un bellísimo acueducto antiguo cuyo igual no he vistoen Italia ni en España», y lo compara con el anfiteatro de Verona, «al cual, desde luego,se asemeja mucho por lo grueso de los pilares y la altura de los arcos», cosa muy ati-nada, pues precisamente dicho anfiteatro es obra también de la época de Claudio yexiste una marcada analogía en las fábricas.

 Valdés, en su Diálogo de las lenguas, al referirse a un auditor de patrañas, toma ejem-plo en las compuestas acerca del acueducto «como sería decir que el conducto del aguaque está en Segovia que llaman puente, fue hecho por Hispan, sobrino de Hércules;habiéndolo hecho los romanos, como consta por algunas letras que el día de hoy se ven».

El Duque de San Simón, en su Viajea España, de 1721, se refiere a «ese soberbioacueducto construido por lo romanos, que parece de una sola piedra y que sin haber-

se echado a perder todavía, lleva el agua de la montaña vecina por toda la villa», ydice respecto a la fábrica, «en donde no aparece señal de ninguna clase de enlace».

67

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 63/276

 Acueductos romanos en España

En el anónimo conocido por el VagoItaliano, de 1759, refieriéndose a los pila-res, consta: «todos ellos están construidos de gruesas piedras encuadradas muybien unidas sin cal ni mortero, únicamente puestas las unas junto a las otras».Del mismo modo, en el Nuevo viaje en España de J. F. Peyroni (177273), esta-blece: «Segovia es famosa por su acueducto, es una obra ligera, atrevida y dema-siado costosa. Las piedras están puestas una sobre otra sin ninguna mezcla de cal

 y canto».Ponz la calificó de «obra de romanos» y ridiculiza las atribuciones a Hércules, His-

pan, o a los autores del Templo de Serapis, «obra insigne que, por su forma, grandio-sidad y solidez, la creo de los romanos». «La construcción no puede desmentir suedad, poco más o menos, al que está acostumbrado a ver puentes y acueductos roma-nos», y vuelve luego sobre el asunto de la trabazón entre sillares diciendo: «que laspiedras sillares de que está formada esta grande y útilísima obra jamás tuvieron mez-

cla de cal ni otra cosa que las uniese, apareciendo por todas las caras como puestasunas sobre otras», y termina su admiración preguntando: «¿Qué máquinas de ningu-na otra invención hubieran resistido a tantos centenares de años, a tantas guerras,terremotos y otras calamidades?»

Bosarte, en su Viajeartístico a Segovia, de 1802, dice: «reúne las tres cualidades delestilo más difíciles de juntar en toda bella arte, que son la simplicidad, la elegancia yla grandiosidad». En otro lugar insiste en que «sus formas, su disposición, su carác-ter sólido y macizo, y al mismo tiempo lleno de grandiosidad y hermosura, lo ponenal nivel de las mayores obras que se construyeron en España en el ramo de la arqui-tectura. Ella está hecha de manera que ha resistido por muchos siglos a todos los rigo-

res de las estaciones y violencias atmosféricas y al mismo tiempo a todo el furor delos conquistadores y los bárbaros» y, por último, asegura que «la puente de Segoviapromete durar hasta el fin del mundo».

Laborde, en su Itinéraire descriptifde LEspagnede 1816, dice de él: «nada hay mássingular, ni más magnífico en Segovia que el puente o acueducto que sirve para con-ducir y distribuir las aguas a diferentes pozos algibes y fuentes de la ciudad. Él sóloes capaz de acreditar la grandeza de los romanos y debe mirarse como el monumen-to antiguo más suntuoso del orbe».

El jesuíta P. Francisco Masdeu — Historia Crítica—dice: «en todo el mundo noqueda tal vez una obra de este género tan entera y perfecta, que no ha cedido en tan-tos siglos a las inclemencias del tiempo ni a las invasiones de los bárbaros».

Pedro Medina (Sevilla, 1548) dice que «entre los edificios principales hay unapuente que hoy permanece firme y entera de obra en gran manera magnífica pordonde viene el agua a la ciudad. Este edificio de esta puente es muy singular así enaltura como en largura y en la postura de las piedras, muy grandes sin mezcla algu-na, betún ni otra materia». También puntualiza que «según una crónica fue hechapor mandato del Emperador Trajano».

El padre Mariana dice del acueducto: «es maravilloso tanto por su altura comopor su obra», y lo atribuye al emperador Trajano. También es de la misma opinión

el padre Masdeu. El marqués de Mondéjar, en sus Disertaciones eclesiásticas, se limi-ta a atribuirlo a los romanos, siendo de la misma opinión Ponz, Bosarte y Laborde.

Izquierda[6] Plano geométrico del

 Acueducto de Segovia. A. de Laborde, 1812

Derecha

[6] Perspectiva delacueducto de Segovia. A. de Laborde, 1812

68

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 64/276

   [   2   ]   G  r  a   b  a   d  o

   d  e

   L  a

   E  s  p  a   ñ  a

   S  a  g  r  a   d  a ,   d  e

   F   l   ó  r  e  z   (

  s  e  g  u  n   d  a

  e   d   i  c   i   ó  n ,  s   i  g   l  o

   X   I   X   )

  ¿   t   f   Λ   /  e   ’   T   /   i   l  u  x   i   (   f  e

   f

   K  r  <   i   /   i  s

   /  n  e  n  c  a  r  r   j   /

   &   /

 .   /   £   / ,   /

   /  ·   / ,   /

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 65/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 66/276

 VISTA iPOR LA PLAZA DEL A20GUE.JQ

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 67/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 68/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 69/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 70/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 71/276

Grabado

delSomorrostro

(primera

edición,1842)

Acueductos romanos en España

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 72/276

   G  r  a   b  a   d  o

   d  e   l   S  o  m  o  r  r  o  s   t  r  o

   (  p  r   i  m  e  r  a

  e   d   i  c   i   ó  n ,

   1   8   4   2   )

Capítulo III. Acueducto de Segovia

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 73/276

 -   J   I   f   * .

Acueductos romanos en España

L á í í i l i 8 a ' 2 . a= l . Case ta f ren te á S an G a b r i e l .= 2 . P ri nc ip io d e lo s a r cos .= 3 . A ng ul o p r i mer o .. Angulo segundo á la Concepcion.= 5 . Angulo tercero á San Francisco.— 6. Cartela y nicho à oriente.. La mu ralla y entrad a á la Ciudad.= 9 . Escala para med ir el Acueduc to.

13

L á m i n a 3 / = l l y 12 So ta ba nc os del p u e nt e. ” 13. Escala p ar a m e di r los S ota ba nc os .De la lámin a 2 .’= 8 . Planta del Acu educ to .=10 . Escala para la p lañía.

76

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 74/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 75/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 76/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 77/276

 Acueductos romanos en España

© I R E A 3 S O M A K A < $ ID E © T S J C T A T S 3 © O V I A .

[8] Grabado de DavidRoberts (1837)

piso intermedio. También se encontraron en dicho reconocimiento cuatro nichosrellenos de tierra en los espacios correspondientes de este ático, limitados por los dosparamentos y los tres pilares que lo interceptan, inclinándose dicho maestro a supo-ner que habían servido como sepulturas.

Durante las guerras civiles del siglo XIX se habilitó un fortín en lo más alto delacueducto, según cita el editor de Somorrostro, quien además consigna que en 1856sirvió para colocar los alambres del teléfono que iban hasta el edificio del GobiernoCivil de la provincia.

 A juzgar por los grabados que se conservan del siglo XIX, tuvo una arqueta sobre-saliendo de la coronación a eje del pilar central. También parece que en cierta oca-sión se colocó una cabeza de madero, como aparece en el escudo de la ciudad, y que-dan actualmente unos vástagos de acero empotrados en la fábrica que pudieronsostener el armazón de la citada cabeza.

En fecha que no merece ser rememorada, se colocó una tubería metálica de enchu-fe y cordón que sustituye en función hidráulica a la caja, pasando el agua a presión

80

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 78/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 79/276

 Acueductos romanos en España

Grabado de Van Halen

Grabado de G. Doré

Litografía de Van Halen en España Pintoresca y Artística

EspañaPnilpresr.ay ¿rlislica.

 J\ ,EÎUÎE1D]ÎUËÏ,(0) 1 1

82

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 80/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

Variantes delgrabado deDavid Roberts

(KJ k/áegSW

83

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 81/276

 Acueductos romanos en España

A Paris.cLez Gide — London R. Jeanine

[9] Grabado de J. Taylor(Siglo XIX)

de una a otra vertiente. Para proteger esta tubería de los peligros de su desnudez, seconstruyeron unos desconsiderados muretes de fábrica de ladrillo, cubriéndose entreambos con pizarras para formar cámara. Estas pizarras se han ido deshaciendo ycayendo al fondo de la caja, pues se circula, aunque con dificultad, a todo lo largodel monumento. A las pizarras se agregan cascotes de la fábrica de ladrillo de los muretes muy mal rematados por el interior. No se comprende cómo esta situación ha per-durado hasta nuestros días, siendo un atentado contra la estética del monumento,

contra su espíritu de conducción de agua rodada, y contra su integridad, por el peli-gro que supondría la rotura de la tubería, simplemente al helarse el agua que condu-ce o fallar una de las juntas. Aunque esto no ha ocurrido, contra toda previsión quese debiera haber hecho, sin embargo, la existencia de dicha tubería ha sido la princi-pal causa de deterioración de las bóvedas de la arquería superior, pues dicha tuberíatiene fugas, cuyo caudal, unido al de las aguas de lluvia, no corre por la caja, ya queel cuerpo de la tubería impide la limpieza y arreglo de la canal, que desnivelada y obs-truida por cascotes y trozos de pizarra ni con este exiguo caudal puede.

Una falsa alarma sobre las condiciones de estabilidad del acueducto, motivada porun informe adverso al recalce de dos pilares con objeto de ampliar en un vano la zonaútil a la circulación de vehículos, ha dado lugar a la redacción de un proyecto de

84

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 82/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 83/276

 Acueductos romanos en España

86

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 84/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

Superior 

Vista del acueducto deSegovia. Litografía del año1808

Inferior Fotografía actual

refuerzo y consolidación del monumento*, en el cual hemos tenido parte principal. Al analizar los problemas ingeníenles del acueducto nos referiremos a las medidas deseguridad que se proponen en el mismo, pero anticipamos que las dos más impor-tantes son la de poner fuera de servicio la tubería enterrada y la de desmontar la tube-ría superior con sus muretes.

*Este proyecto nos fue encargado por la Dirección General de Obras Hidráulicas del MOP, con la dirección del ingeniero de la Confederación del Duero don Augusto Ramírez y del arqui-tecto conservador del monumento, don Anselmo Arenillas. El proyecto ha sido aprobado con el 

informe favorable de la Dirección de Bellas Artes y de la Academia de Bellas Artes, y va a ser rea-lizado en plazo breve por la Dirección General de Obras Hidráulicas.

87

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 85/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 86/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

Restos del gran acueductoterminal del Aqua Claudiacon las restauraciones yrefuerzos de la época de losSeveros. En la foto final seve el contramolde de sus

arcadas en la fábrica deladrillo posterior (3)

Si nos movemos en el siglo I, el hecho de ser fábrica sinargamasa nos autoriza a retrasar la fecha buscada, ya queeste modo de construir siempre en opera quadrata, direc-tamente heredado de los griegos, queda sustituido en lo

propiamente romano por lastructura cementiciae, es decir,de piedra menuda necesariamente conglomerada y para-mentada, bien con la misma opus quadrata, o bien másnormalmente en las obras públicas con opus incertum uopus reticularum y posteriormente con opus lateritiae, queen Roma sustituye casi definitivamente a las demás y espe-cialmente en el ramo de los acueductos, a partir de losarcos neronianos o celimontanos de la ampliación del

 Aqua Claudia. En todos los puentes romanos que hemos visto su fábrica interna, encontramos un núcleo de hormi-

gón vertido entre paramentos y sillería o sillarejo, sistemaconstructivo que aún se emplea hoy, cuando se ejecutanobras de fábrica de hormigón con revestimiento de silleríao manipostería. Es indudable que emplear sillares con tizo-nes de más de 2 m en una obra de ingeniería revela notener a punto el tipo de fábrica mixta que se empleó de unmodo definitvo ya desde la segunda mitad del siglo I d. C.

Para fijar la fecha dentro del siglo I que vamos acotan-do hay que seguir las construcciones de los acueductos de

Roma y de las provincias más favorecidas que en loscomienzos del Impero son precisamente Hispania y Galia. Ya en época republicana tenemos al menos dos acueduc-tos con superestructura de arcadas: el de la Appia, con60,00 m de longitud, y el de la Marcia, con quince arcadasde 3,50 m de luz. Pero hay que esperar a Augusto paraencontrar uno de los acueductos colosales: el tramo finalde la Julia, con 9578 m de longitud; también hay otroimportante en la Vérgine, con 1.036 m.

Dejando a un lado el Aqua Alsietina, también de la

época de Augusto, con acueductos cortos aislados totali-zando hasta 530 m, nos encontramos con el Aqua Clau-dia, empezada por Caligula en el 38 de Jesucristo y termi-nada por Claudio en el 52, en la cual el acueducto terminaltiene 9.600 m de longitud de arcadas sencillas de 6,50 mde luz y pilares rectangulares de 4,50 x 3,90 m construidosen opus quadrata, con el terminado tosco e irregular quecaracteriza, en general, la labra de sillería en puentes yacueductos y, en especial, la de nuestro acueducto de Sego-

 via. Otra conducción se llevó a cabo casi simultáneamen-te, que también inauguró Claudio, y se denomina Annio

89

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 87/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 88/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 89/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 90/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

Esta inscripción del lado de Segovia significa la imposición del poderío del empe-rador que ha construido la obra a los segovianos que la disfrutan. En la otra cara debíacorresponder la imposición de los dioses de Roma a los mismos segovianos. Sin másreferencias es verdaderamente difícil intentar la transcripción de esta última.

Un detalle estilístico interesante es el de las molduras correspondientes a las cor-nisas que separan los diferentes elementos arquitectónicos, coronando los pisos ysubrayando los arranques de arcos y los ensanchamientos de pilares inferiores. EnTarragona es un simple rectángulo correspondiente a una hilada de sillares que avan-za en voladizo por ambos frentes. Así comienza en Segovia, pero definitivamente lacornisa romana está moldurada con gran refinamiento, aunque la meteorización haredondeado las aristas y existen tres modelos diferentes graduando su importanciasegún la situación. La comisa más evolucionada se compone de arriba a abajo de lassiguientes molduras: banda vertical o inclinada según los casos, listel, talón, listel y a

 veces otra banda vertical. La altura total equivale a la de un sillar.Los sillares normales de pilas o relleno no tienen recerco ni anatirrosis; en cambio,ésta es normal en las dovelas de los arcos en borde interno. La terminación de las caras

 vistas tiene un desbastado menos cuidadoso que en Tarragona (Augusto) y tambiénmenos que en Alcántara (Trajano). No hay grandes sillares netamente salientes ex pro-feso, como en Pont du Gard. El terminado es a pico en direcciones inclinadas.

zquierdaLápida sepulcral (?)otalmente desgastada quese encuentra en el último

ramo de muralla visible enel paseo del Salón

DerechaDetalle de la lápidaepulcral

93

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 91/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 92/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 93/276

 Acueductos romanos en España

i]____ O____ II

 y quizás en duración para el monumento, pues este gran dintel así constituido, alendurecer su aglomerante, aunque la compacidad de la fábrica no sea muy buena, haconstituido una gran viga continua que traba las arcadas y da estabilidad a toda la ali-neación.

De este modo, el equilibrio deficiente, de castillo de naipes que inquieta a prime-ra vista se ha convertido con el tiempo en la estabilidad sana de un doble pórtico con

Reproducciónfotogramétrica delas arcadas centrales.Lado de la Virgen.ESTEREOTOPO

96

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 94/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

Reproducciónfotogramétrica delas arcadas centrales.Lado de San Sebastián.ESTEREOTOPO

dintel superior que deja sin papel estructural a los arcos, los cuales sólo en su etapainicial trabajaron como tales. Somos de opinión de atribuir a este magnífico dintel lapervivenda de monumento tan esbelto y le damos el papel principal en la estabili-dad del conjunto. Por eso a la hora de proyectar una consolidación del monumentono hemos dudado al proponer que la primera obra positiva que debe realizarse es dara este dintel su total consistencia inyectando mortero para rellenar sus huecos.

97

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 95/276

Acueductos romanos en España

Vista desde el exterior de laciudad antes de ladescongestión de las casaspróximas

Vista desde la muralla dellado de la Virgen

", ¿ » f r '»·

98

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 96/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

corzo desde la plaza deloguejo

99

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 97/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 98/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

es la única operación positiva que plantea problemas arqueológicoartísticos, y amboscomo siempre en conflicto, pues de un lado debe diferenciarse qué es lo antiguo yqué es lo actual, pero de otro lado debe alterarse lo menos posible la apariencia sere-na del conjunto.

En la labor de consolidación proponemos además inyectar las enjutas de arcos supe-riores e inferiores para dar trabazón a la retícula de horizontales y verticales, en la cualdichas enjutas forman los nudos. Al convertir la doble arcada múltiple en retícula

Detalle de las arcadascentrales

101

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 99/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 100/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

Arcada XXXII. Despiezocorrecto en bóvedas ypilares. Obsérvese lasituación del agujero paraintroducción de la garra deelevación ajustado de unmodo diferente en cada

dovela. En la coronación seaprecia un escalonamientode los muretes añadidos

La esbeltez de los pilares superiores considerados en su construcción primitiva no

es muy grande; resulta ser de 1: 4,5 en dirección transversal y de 1 : 5 en la longitu-dinal, donde no tiene que resistir acciones de viento. Como hemos indicado, estospilares han experimentado una pérdida de cualidades estables, primero por aumen-to de altura al perderse la hilada que coronaba el piso inferior, y segundo, y con másimportancia, al estar comida en parte la base de apoyo cuando se han arrancado silla-res que penetraban dentro de dicha base. En los pilares inferiores la esbeltez máximaes de 1: 8,5.

La carga de compresión que existe en los pilares no pasa de 8 kg/ cm2para las con-diciones más desfavorables de viento. En cambio, la carga transmitida al suelo llegaa 7,5 kg/ cm2en las mismas condiciones, y esto resulta algo fuerte, aunque dada la

naturaleza del terreno de cimentación —granito a un lado y arenisca al otro no ha

103

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 101/276

 Acueductos romanos en España

 Arcada XXXVII. Acumulación deincorrecciones en pilarizquierdo. Obsérvese lacolocación desordenada desillares en cornisa superior

y la desaparición de unazona en la inferior 

producido ningún asiento apreciable, pues en el peor de los casos la carga admisibleen superficie es de 10 kg/ cm’ según ensayos recientes realizados ex profeso.

El problema planteado por la cornisa de la segunda arquería parece indicar que laconstrucción se terminó apresuradamente y estando ya preparados de antemano lossillares de la misma se asentaron por gentes no expertas en el oficio de cantero y conpésimo control.

Prob lem as es tét i cos

El éxito más importante del acueducto en las versiones de los alrededores de Roma

es el ritmo monótono de sus arcadas perdiéndose en el horizonte. Tenía que impre-sionar profundamente a todo viajero que llegaba a la ciudad imperial este imponente

104

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 102/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

rcadas XXVI, XXVII YXVIII. Obsérvense lasstintas condiciones de

ustentación del pilaruperior 

despliegue de arcos y pilares que traen a la ciudad el mensaje de la naturaleza. Comohemos indicado 'anteriormente no podía ser más eficaz propaganda política de la gran-deza del Estado romano para el propósito de captación de los ciudadanos de las pro-

 vincias, que la de estos artificios tan útiles por un lado y tan magnificientes por otro.

Para cualquier provincial los acueductos de Roma, con longitudes de cerca de 10 kmininterrumpidos, eran una exaltación de la urbe por excelencia, pero lo que teníanen su propia ciudad habían de ser una recordación persistente de las ventajas de per-tenecer al imperio romano.

 Además de estos logros en la impresión que el espectador recibe del acueducto,los ingenieros romanos consiguieron dar la pauta de una edificación en pura corpo-reidad. En las discusiones sobre la paternidad del acueducto de Segovia, alguno delos cronistas basaba su posición contraria a la asignación a los romanos en que noaparecían los órdenes arquitectónicos clásicos en su organización. Pero precisamen-te los órdenes dórico, jónico y corintio que utilizaron los romanos en las superpo-siciones de arcadas de sus edificios urbanos eran herencia griega directa, y no se lesocurrió llevarlos a los acueductos de arcadas superpuestas, donde podrían haber ado-sado columnas y pilastras como en las fachadas de los teatros y anfiteatros. Propor-cionaron medios puntos y rectángulos en vanos y macizos con sobriedad verdade-ramente romana y dieron una corporeidad con auténtica desnudez sin descuidar unaordenación y una delimitación de elementos verdaderamente humana. No existeconfusionismo alguno, las cornisas definen los límites de cada una de las partes, ylas proporciones de los distintos elementos se van afinando a través de las realizacio-nes sucesivas. No hay más que comparar los pilares de Tarragona con los de Sego-

 via, para ver cómo se han afinado inteligentemente conservando la idea inicial deensanchamientos sucesivos.

105

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 103/276

 Acueductos romanos en España

Documentos re la t i vos a l acueduc to

Re fe renc ias h is tó r i cas y l i t e ra r ias

(1) FR. ENRIQUE FLÓREZ: España Sagrada. Tomo VIII. Tratado XXII. De la Iglesia de Segovia. Cap. I, pág. 63. De las antigüe-dades y situación de la ciudad.

1. Es Segovia una de las antiquísimas ciudades de España, no tanto por lo que muestra el nombre y las menciones de los historiadores y  geógrafos, cuanto por el insigne monumento del acueducto, que muestra tan notable antigüedad, que no es fácil calificar su origen. 

 Algunos le defieren a Hércules, otros al emperador Trajano, y aun no pequeña parte de la gente vulgar juzga haber sido fábrica del diablo.

2. La misma variedad de opiniones es prueba de no haber cosa cier-ta. Por lo que mira a Hércules no descubrimos más principio que la 

noticia de haber estado figurado en el pilar donde hoy está la ima-gen de San Sebastián, y éste es un principio indiferente, que sólo prueba tiempo de la gentilidad en que los españoles antiguos pudie-ron dedicar aquella obra a la memoria de Hércules.

3. En lo que toca a Trajano es muy dificultoso reconocerle por autor, por no haber vestigio de inscripción romana en obra de tanta longi-tud y tan bien conservada; sabiendo por otra parte el genio que pre-

 valecía en las obras de aquel emperador sobre dejar en ellas perpetua-do su nombre, en cuya consecuencia hubo quien le llamaba yerba parietaria; y en el puente de Alcántara de España, compuesto de seis arcos, se pusieron diversas inscripciones en que quedó repartido su nombre. No habiendo pues, memoria alguna de romanos en el acue-

ducto de Segovia, no tenemos fundamento para reducirle a Trajano, ni a otro emperador. Sin que baste hallar otras obras de aquel tiem-po que tengan semejanza con ésta; pues o se diferencian en el modo con que interiormente están unidas las piezas, o será dificultoso reba-tir al que diga haber aprendido los romanos de éstas y otras obras más antiguas, v. gr.; las pirámides de Egipto, de quienes escribe Colme-nares, en el cap. 1de la Historia de Segovia, que tenían mucha seme-janza con la fábrica de este puente, según las descripciones que se han hecho de su trabazón y grandeza de piedras y sillares; añadiendo otra no mala reflexión, de que el acueducto segoviano es de diverso orden de arquitectura que el usado por los romanos, pues no es de orden dórico, jónico, corintio, toscano, ni compuesto, sino de otro no conocido; y, por tanto, parece hay fundamentos para no reconocer-le por obra de romanos, sino de tiempo más antiguo.

4. De este argumento, tomado por el orden de arquitectura, no ha podido juzgar el público, por cuanto ninguno se ha atrevido a estam-parle. Colmenares se detuvo por la grandeza de la obra, como expre-sa en el lugar citado. El Cl. P. Monfaucont, en el tomo 4, p. 2, cap. 10 de su Antigüedad ilustrada, se queja de no haber podido adqui-rir el diseño; pero después en el tomo 4 del suplemento, pág. 102, dice que se le envió M. Legendre, cirujano del rey católico, con una descripción en español de que se valió el referido padre. Pero el dise-ño que le enviaron fue solo de diez arcos sin medida de escala, sin 

la debida proporción entre los arcos, omitiendo las cornisas inferio-res de los pilares, y faltando a la proporción de los superiores con los

inferiores, sin arreglarse a la hechura del zócalo, ni a la línea inferior, que no es recta más que en los tres arcos del centro, y añadió en la parte superior del pilar que está en medio de la mayor altura una cabeza de mujer entre dos flores, escribiendo por debajo esta inscrip-ción; C A B EZ A D E E X T R E M A D U R A ; lo que no es así, pues sobre la canal por donde corre el agua no hay lo que allí se figura.

5. Nosotros damos aquí el dibujo total con exactitud por diligencia de D. Juan Saenz de Buruaga, doctor complutense del colegio mayor  de S. Ildefonso, magistral de la santa iglesia de Segovia, después obis-po de Lugo, y hoy arzobispo de Zaragoza, de quien me valí por amis-tad contraida desde la universidad de Alcalá; y tomó tan a su cuen-ta este negocio, que a poco tiempo de la súplica me favoreció con el 

expediente; habiéndose valido para esto de un sujeto muy hábil y  facultativo, que es arquitecto de aquella santa iglesia y se llama D. Domingo Gamones, cuyo nombre es digno de perpetuarse por  habernos dado lo que ningún otro, sin buscar más interés que el de servir al público, y ya que ignoramos el nombre de su primer artífi-ce sabremos el del primero que ha conseguido delinear esta fábrica.

6. Aquel gran acueducto se llama vulgarmente Puente, siendo su des-tino opuesto al uso de semejantes fábricas, pues éstas se ordenan a dar  paso a las gentes sobre las aguas, y aquélla a conducir las aguas sobre sí, dejando paso franco por debajo. Lógrase este beneficio por medio de unos arcos de piedra que sostienen un canal formado de las mis-

mas piedras en la conformidad del tránsito que todos los demás puen-tes ofrecen a las personas en el pavimento de la superficie convexa de los arcos; de suerte que como en los puentes comunes sirve el suelo y  los antepechos para piso y seguridad de los caminantes, aquí se orde-na uno y otro para el curso y dirección de las aguas.

(2)  ANTONIO PONZ:  Viaje a España. Carta VI, 1781, págs. 45, 46, 47, 48, 49 y 50.

45. Vamos ahora a algunos de los monumentos de la remota anti-güedad que se conservan en Segovia, y, en primer lugar, al famoso acueducto; obra insigne, que por su forma, grandiosidad y solidez, la creo de los romanos, sin detenerme ahora en contradecir las razo-

nes que alega Colmenares para probar que no lo es, sino de los remo-tísimos tiempos de Hispan, o de Hércules, etc. Ni tampoco me detengo en que Licinio Larcio la mandase construir, o que se hicie-se imperando Trajano, pues pudo fabricarse antes o después, siendo siempre obra de romanos, contra lo cual no prueba lo que dice Col-menares de no reconocerse en ella ninguno de los órdenes de arqui-tectura usados de los romanos; pues distinguiéndose éstos por sus ornatos, faltando ellos, y siendo obra llana, como eran las de esta naturaleza, aun en Roma misma, es flaco argumento el que se funda en la falta de dichos órdenes.

46. La construcción no puede desmentir su edad, poco más o menos, al que está acostumbrado a ver puentes y acueductos roma-

nos. Pero dejando esta disputa, vamos a la grandeza y utilidad de este insigne monumento.

106

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 104/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

47. A tres leguas de esta ciudad se forma un riachuelo de diferentes fuentes, que nacen en la parte occidental de la cordillera de Riofrio, cuyo nombre tiene también el riachuelo, del cual, según Colmena-res, «se escota una hila real de agua de una cuarta de alto y dos de ancho, medida común del cuerpo de un hombre». Va por acequia 

descubierta hasta la distancia de quinientos pasos antes de llegar aSegovia, donde hay un arca de piedra cubierta para deponer la arena  y otras inmundicias. Luego, desde el primer arco, que con el canal le da Colmenares cinco varas y dos tercios de altura, continúa miran-do al medio día sobre setenta y cinco arcos hasta el convento de San Francisco, en donde ya la altura es de treinta y nueve pies; forman-do allí un recodo, toma su dirección de oriente a poniente sobre dos órdenes de arcos para atravesar el valle y plazuela llamada el Azogue 

 jo, donde, según el citado Colmenares, toda la altura es de ciento dos pies, y los arcos de todo el acueducto en número de ciento cin-cuenta y nueve, siempre en dos órdenes y nunca en tres, como dijo Navagero.

48. En dicho paraje del valle y Azoguejo hay algunos edificios arri-mados a los mismos pilares del puente, que sin ellos, ciertamente, haría un objeto más grandioso en tan grande altura. Creen algunos, 

 y uno de ellos el autor de la Historia de Segovia, que las piedras silla-res de que está formada esta grande y útilísima obra, jamás tuvieron mezcla de cal ni otra cosa que las uniese, apareciendo por todas las caras de acueducto como puestas una sobre otra. Bien habrá podi-do el tiempo consumir en las junturas de las piedras, después de tan-tos siglos, cualquier mezcla que las haya unido; pero dejando esto y  si tuvieron o no plomo por lechada, y si las bóvedas de los arcos estu-

 vieron barreadas de hierro, al modo del templo de Sérapis, en Egip-

to, y, últimamente, si los que fabricaron este puente fueron los mis-mos autores que hicieron aquel templo, como Colmenares conjetura (Historia de Segovia, páginas 8 y 9); dejando, pues, esto como cosas de menor importancia y muy diversas de lo que voy a decir tocante a la utilidad de esta gran obra, ¿dónde se señalará otra que mejor  haya cumplido desde el siglo en que se hizo, aunque sólo sea desde el de Trajano, con el fin que la motivó? ¿Qué máquinas de ninguna otra invención hubieran resistido a tantos centenares de años, a tan-tas guerras, terremotos y otras calamidades? Acuérdese usted de lo que le dije del artificio de juanelo en Toledo. Compare usted los gas-tos que en él se harían y su total inutilidad con lo que este acueduc-to pudo costar, aunque excediesen de mucho a aquéllos (que tam-

bién podemos dudarlo), y hallaremos la diferencia en el modo de pensar y poner en práctica sus pensamientos los hombres de aque-lla edad con los que después vinieron. Aunque cada piedra de esta obra costase mil pesos, los tiene, a mi parecer, muy bien ganados.

49. Los pilares, según Colmenares dice, tienen ocho pies de grueso por su frente y once por sus lados interiores, y toda esta máquina lleva nivelada el agua hasta lo más alto de la ciudad, introduciéndo-se por las murallas y atravesándola de oriente a poniente hasta el 

 Alcázar por un conducto cubierto, de donde salen en el camino repartimientos para el uso de casas, conventos y para el del público.

50. Habla el Naugerio o Navagero de este acueducto en su Viaje por  

España, año 1527. Diré en castellano lo que él dice en su lengua ita-liana, hablando de Segovia: «No hay cosa más bella ni más digna de

ser vista que un bellísimo acueducto antiguo, cuyo igual no he visto ni en Italia ni en España...; todo él es de piedra dura, como el anfi-teatro de Verona, al cual, desde lejos, se asemeja mucho por lo grue-so de los pilares y la altura de los arcos, que son en algunas partes tres, unos sobre otros (se equivocó Navagero, porque no son sino 

dos órdenes de arcos)... Se van elevando éstos según baja el suelo, y  en lo más bajo, donde hay como un valle, es altísimo, fundado con muy gruesos y anchos pilares; y allí creo yo que estaba la calle prin-cipal, porque allí, en lo alto del acueducto, se reconoce que había en cada lado una estatua; parece también que hacia aquel espacio donde estaban las estatuas había dos sepulcros, acaso de los que hicieron el acueducto. Ahora, en lugar de aquellas estatuas, han puesto algunos santos; pero el resto del acueducto permanece entero, y no le faltan sino pocas piedras en lo alto; no se reconoce unión alguna de cal, y  a la verdad, es digno de ser tenido por una de las cosas maravillosas de España». Es de creer que en tiempo de Navagero se reconociesen mejor que ahora las señales que dice de sepulcros y estatuas.

(3) MIÑANO: Diccionario geográfico estadístico 1827. Segovia, tomo  VIII, pág. 192.

 Acueducto. El acueducto, cuya antigüedad no se puede fijar entre las investigaciones de los tiempos, según las expresiones de que usa el canónigo don Andrés Gómez de Somorrostro, individuo corres-pondiente de la real academia de la historia, que le describió con sin-gular maestría y erudición, es acaso el edificio más útil que dedicó la antigüedad a las glorias de la arquitectura. No hay español ni extranjero, sea sabio, rústico, agricultor o artesano, que no se admi-re o asombre al contemplarlo; aquellos pilares tan elevados y tan robustos, aquellos arcos tan majestuosos y tan sencillos, aquellas pie-

dras tan grandes y tan estrechamente unidas; aquel color cárdeno y  sombrío, que está anunciando su antigüedad; su longitud que se aproxima a 3.000 pies; la abundancia de agua que entra en la ciu-dad por la cima; todo esto, reunido a la grandeza de la obra, preci-sa a exclamar a cuantos le miran, ¡qué ánimos tan heroicos tenían los hombres para emprender obras sublimes cuando le hicieron! Tiene su principio en las fuentes que dan nacimiento al pequeño arroyo que llaman Riofrío; pero los trabajos de la arquitectura sólo comienzan desde el Caserón, que es un torreón muy fuerte y muy  antiguo, situado al principio del camino que sale de la ciudad al real sitio de San Ildefonso. Los arcos empiezan a corta distancia de la Caseta que está enfrente del convento de San Gabriel, de Francisca-nos descalzos, desde la cual sigue una gruesa pared de manipostería, sobre la que está colocada la canal que corre por toda la obra arque-ada hasta llegar a la plazuela de San Sebastián. Continúa hasta el seminario conciliar, y desde aquí, ya cubierta y bajo del piso de las calles, lleva el agua al real Alcázar que, como hemos dicho, está al extremo de la ciudad, en la parte occidental. Desde dicho punto de la Caseta hasta el primer ángulo que mueve 6 arcos, tiene 25 pies castellanos de elevación y 216 de longitud. Desde aquí al segundo ángulo que mueve frente a la iglesia de la Concepción, hay 25 arcos con 28 pies de elevación, y 553 de longitud. Sigue desde aquí la obra corriendo de E a O, y llega a tercer ángulo que mueve junto al con-

 vento de PP, Franciscanos, en una tirantez de 44 arcos con 44 pies de elevación en el pilar doble que mueve, y 973 de longitud. En esta

107

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 105/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 106/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

dimensiones que se expresan. Para que el agua tenga movimiento más acelerado, se dio a toda la obra el declive correspondiente, que no se percibe con facilidad; este declive es en razón de un pie por  cada 100 de longitud; de manera que desde el punto de la caseta hasta el último arco hay 29 pies de declinación, y así es que camina el agua con bastante rapidez.

Los pilares que sostienen los arcos son todos cuadrados o cuadrilon-gos; su grueso en el orden inferior es de 11 a 12 pies y 7 a 8 de fren-te, excepto en el pilar del ángulo de San Francisco, que tiene 22 pies de frente; pero no hay uniformidad en estas dimensiones porque 

 varían a proporción de su mayor elevación, de suerte que algunos pilares sólo tienen 7 Ί2pies de fondo y 4 '/, de frente: esta desigual-dad es tan artificiosa e imperceptible que se oculta a los ojos más perspicaces. Según van elevándose se disminuyen los gruesos y fren-tes a cada 16 pies por medio de una cornisa o pequeña imposta que corre en el primer orden de arcos que hay desde San Francisco a la muralla, y forma un adorno muy sencillo y agradable. También 

corría esta imposta toda la base del segundo orden, sin que haya que-dado de ella más que lo que aún persevera bajo los pilares del mismo; se observa también alguna desigualdad en el grueso y frente de estos pilares, que también la tienen todos los demás del acueducto, y a proporción de esta desigualdad es el hueco de un pilar a otro, pues en algunos es de 14 pies, en otros de 15 y en otros de 16; pero con el mismo artificio y disimulo, que hace casi imperceptible estas varia-ciones; siendo estos huecos menores en los primeros arcos que son los más bajos y pequeños. Sobre los arcos se ven todavía muchas pie-dras en línea que forman una cornisa, lo cual adornó en lo antiguo toda la obra de sillería, y al arranque de los arcos tienen los pilares sus boceles y filetes; algunos de estos pilares se ven empezados a for-

mar sobre las mismas piedras de la grande cantera, que se descubre en el piso por donde va el acueducto: otros están introducidos bajo la superficie de 14 pies, siendo lo que hay oculto de la misma fábri-ca y figura que lo descubierto: estos pilares que serán de 8 ó 10 de los más elevados descansan sobre un gran banco de arena que hay  entre los dos cerros que forman el valle, por donde atraviesa el acue-ducto; así es que desde la primera piedra fundamental de estos pila-res hasta el último punto de la canal que está en la altura, tiene el edificio en este sitio 116 pies de elevación.

Sobre los tres pilares más altos del primer orden hay un sotabanco o cartela que tiene 60 pies de longitud y 6 de altura, formado por  tres hiladas de piedras colocadas cobre la cornisa que ya hemos cita-

do, en términos que los tres pilares del segundo orden que corres-ponden a aquéllos son tanto más cortos, cuanta es la elevación de este sotabanco, en cuyas piedras se advierten con mucha claridad tres líneas de agujeritos con alguna variedad en la distancia de uno a otro, cuyas señales se presentan a uno y otro lado de la fábrica, y  se cree sirvieron para sujetar las letras que debió haber, por cuanto el maestro D. Antonio Ortiz, que reconoció toda la obra en el año de 1807, sacó algo de plomo de alguno de estos agujeros. En el pilar  del centro del segundo orden, que afirma sobre el sotabanco, hay  por ambos frentes un nicho en el que según el historiador D. Diego Colmenares, hubo antiguamente estatuas de Hércules; pero en el día representan imágenes de Nuestra Señora del Carmen por el lado 

del Azoguejo, y de San Sebastián por el· opuesto, colocados allí en

21 de marzo de 1520 por el ciudadano de Segovia Antonio de la Jar dina, ensayador de la casa de la moneda y a su costa. Toda la piedra de este edificio es de una misma especie, a saber: berroqueña de grano grueso, blanca en el fondo con muchas vetas negras y después de pasar algún tiempo se pone cárdena y oscura, lo que hace apare-cer la obra más venerable, y causa en los que la miran cierta impre-

sión religiosa de antigüedad; admite pulimento como si fuera már-mol: los sillares están sólo labrados a pico; son generalmente cuadrilongos, y algunos tan grandes que tienen seis pies de longitud 

 y el correspondiente grueso y altura: todos presentan en la obra algún frente, de manera que pueden contarse las piedras que hay en el edificio. Los lechos de las piedras y sobrelechos, y las piedras entre sí tienen tan exacta unión, que parece incomprensible cómo pudie-ron ajustarse tan estrechamente; no tienen trabazón alguna de hie-rro, argamasa, cal o arena que forme mezcla, sobre cuya particulari-dad ya no queda duda alguna, como se manifiesta en algunos parajes, donde falta algún sillar, y se probó más de lleno cuando en el año de 1815 al golpe de un carro que conducía un cañón de grue-

so calibre, salió un sillar bien grande de su lugar, y todos vieron el interior del pilar sin que se descubriese en él mezcla alguna de cal, ni otro cuerpo extraño que enlazase los sillares; y sin ésta ni otra mez-cla alguna volvió a ser colocado en el paraje de donde había salido. Las obras que se encomiendan a la inmortalidad (dice elegantemen-te el Sr. Bosarte en su viaje artístico a esta ciudad) por los que saben encomendarlas, no necesitan de estos grillos para estarse quietas[...] La presente reúne las tres cualidades del estilo más difíciles de jun-tar, que son la simplicidad, la elegancia y la grandiosidad.

 A pesar de la solidez de este monumento, no pudo librarse del todo de la ruina que traen consigo las guerras: 36 arcos de su parte orien-

tal fueron destruidos; y daban paso los moradores a las aguas enla-zando el espacio arruinado con postes y canales de madera hasta que el regimiento de esta ciudad acudió a la reina doña Isabel, y esta señora por real cédula dada en Tarazona a 23 de febrero de 1484, otorgó que se hiciesen las obras necesarias, mandando para ello echar  un repatimiento a la ciudad y su tierra, y que todo pasase por mano de Fr. Pedro de Mesa, religioso del Parral, como así tuvo efecto. Se reedificaron los 36 arcos que estaban caídos en el intermedio del segundo al tercer ángulo que hemos citado arriba en una extensión de 780 pies, imitando en lo posible la obra primitiva; pero se advier-te tanto la diferencia, que en esta parte fue necesario ya en el año de 1807 tapiar y sostener cuatro arcos que aparecen notablemente des-

nivelados, cuando los anteriores están desafiando a la eternidad; y  esto mismo hizo exclamar al mariscal Ney cuando llegó a ver el trozo reedificado: «aquí principia la obra de los hombres!» Por fortuna los arcos tienen aquí poca altura y es más fácil atender a su conserva-ción. Esta reedificación se hizo bajo la dirección de Fray Juan Esco 

 vedo, religioso del mismo convento del Parral, que en esto dio prue-bas de suma inteligencia, concluyendo toda la obra en 1489. No debemos concluir este punto sin hacer mérito de la justa providen-cia adoptada por el rey y comunicada por el Dr. D. Pedro Cevallos en 25 de setiembre de 1806 al intendente de Segovia, para que se derribasen 30 casas pegadas al edificio en diferentes puntos, que ade-más de ser muy perjudiciales a su conservación, presentaban gran 

deformidad y obstruían el paso de gentes y carruajes; y aunque todavía

109

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 107/276

 Acueductos romanos en España

hay algunas casas demasiado próximas, presenta sin embargo el acue-ducto toda su grandeza y suntuosidad. El vulgo admirado suele darle el nombre de puente del Diablo, y en algunas escrituras antiguas sele llama la puente seca, o simplemente la puente, confundiendo así denominaciones impropias de su fábrica y objeto.

«Yo creo, dice el erudito Cortés, hablando de este acueducto, que habiendo Teodosio nacido en Coca, un sentimiento de gloria y  patriotismo pudo moverle a dejar cerca de su patria un monumen-to eterno de su poder, a lo que no pudo mover a otro emperador  alguno la ciudad de tan rebajada jerarquía como Segovia, que no fue colonia, ni convento jurídico, ni famosa por sus hechos historiales; 

 y Teodosio se manifestó capaz de empresas tan grandiosas como Tra- jano.» Si bien es verdad que tampoco a nosotros nos satisface la reducción de esta magnífica obra al imperio de Trajano, hecha sin más razón que constar lo inclinado que fue este emperador a la erec-ción de monumentos, tanto, que por lo frecuente que es su nombre en ellos, hubo un distinguido anticuario que lo llamó yerba parie-taria; tampoco estamos mejor por la conjetura del Sr. Cortés. Para nosotros lo más probable es que pertenezca al imperio de Vespasia-no, español no menos insigne que aquéllos y que concedió los dere-chos del Lacio a toda la Península, por cuyo decreto quedaron todos los españoles elevados a la ciudadanía romana; además consta que se esmeró en darles mejoras grandiosas, y les proporcionó cuantos bienes cupieron en su alcance.

Licinio Larcio, pretor en la España citerior, se afanó entonces por el bien público; era amigo y discípulo de Plinio el mayor, y a nadie con 

más justicia puede atribuirse este admirable monumento, así por las cualidades personales que aquel distinguido pretor como por su época en que podía contar para proteger las poblaciones españolas 

 y las artes en ellas, con todo el ahinco del gran Vespasiano. También fue enviado por entonces a la Bética en clase de Cuestor, el citado Plinio, lo que fue considerado como una de las muestras más dis-tinguidas de la singular predilección y favor del emperador. Con esta ocasión pudo aquel insigne naturalista estudiar particularmente la España, acumulando noticias para su portentosa historia; ¿dejaría de conocer muy especialmente a Segovia, si llamaba la atención entonces la fábrica de su acueducto? No es de extrañar que no lo mencionase Plinio, mayormente siendo obra de su tiempo, como 

hemos dicho lo hubiera sido el silencio de los escritores que le pre-cedieron, historiando bastante detalladamente las cosas de los espa-ñoles y su conquista por la república romana si hubiera existido entonces. Plinio cumplió el objeto de su obra nombrando a Sego-via entre los pueblos que iban a ventilar sus pleitos al convento jurí-dico de Clunia, y diciendo que era población arévaca; los otros no hubieran llenado su deber de historiadores exactos, callando una cir-cunstancia tan remarcable y que tanto debía servir para formar una idea exacta de los antiguos españoles. Harduino quiere que la ciu-dad citada por Plinio fuese otra Segovia que califica de Urbécula, pero ha sido engañado por el error introducido en la numeración de los grados que la da Ptolomeo. Aún cuando fuese cierto que hubie-

sen existido dos Segovias en la región de los arévacos, pues también Ptolomeo coloca en esta región la que menciona, a ser igualmente

cierta la conjetura de Harduino, que ésta fuese Urbécula, la mencio-nada por Plinio, debió ser la más considerable, y por consiguiente la que nos ocupa. Pero repetimos fue un error de Harduino la supuesta existencia de dos Segovias en esta región; pues ni Plinio, ni Ptolomeo, ni el Itinerario Romano mencionan más de una. Es ver-

dad que la demarcación de Ptolomeo, cuyos copiantes han adulte-rado también el nombre Segovia de diferentes modos, no conviene a la actual Segovia, determinándola en los 13° 30’ longitud, 42° 25’latitud; pero la longitud está totalmente errada, pues Segovia era la más occidental de todas las ciudades arévacas; y la que estaba amenor longitud: debe corregirse 11 por 13. Admitiendo las gradua-ciones de Ptolomeo tales como aparecen, sería establecer el notable desacierto de que Segovia hubiese estado en la misma longitud que 

 Varia, la más oriental de las ciudades beronas; lo que sería contra-dictorio a la misma doctrina de Ptolomeo, según la que las ciudades arévacas estaban no al E de los berones, sino al S. de éstos y de los pelendones. Por consiguiente, es preciso decir con el respetable Fló 

rez, que sólo se puede citar a Ptolomeo para sostener que Segovia era arévaca; mas no para puntualizar su situación.

Segovia fue una de las mansiones militares del camino que describe el Itinerario Romano desde Mérida a Zaragoza por la Lusitania. Quien guste ver con mayor extensión las antigüedades romanas des-cubiertas en esta ciudad, puede acudir al citado Diego de Colmena-res y D. Andrés Gómez de Somorrostro en su obra titulada: El Acue-ducto y otras antigüedades de Segovia. De sus inscripciones, solas tres son geográficas, pertenecientes a una de Uxama, otra a Interannium 

 y otra a Cauca, mencionándose en ellas estas poblaciones por sus gentilicios. Las demás no ofrecen cosa que interese a la geografía ni a la historia.

(5) A. GÓMEZ DE SOMORROSTRO:El acueducto y otras antigüe-dades de Segovia, 1861.

El acueducto continúa su curso por el canal o conducto de mani-postería, entra ya al sitio de los Cañuelos donde empiezan a distri-buirse algunas aguas, y sigue hasta la segunda Caseta, o sedimento, en que el agua se purifica de las arenas, y está colocada la Caseta fren-te al Convento de San Gabriel de Franciscanos descalzos. Hay desde el Caserón hasta este punto dos mil setecientos sesenta pies.

Sigue desde esta segunda Caseta una gruesa pared de manipostería, sobre la que está colocada la canal o tajea que corre por toda la obra 

arqueda, hasta llegar a la plazuela de San Sebastián; continúa hasta el Seminario conciliar, y desde aquí, ya cubierta y bajo del piso de las calles, llega esta canal, que es de grandes sillares de piedra cárde-na y tiene una cuarta de ancho y un pie de profundidad, hasta lle-

 var el agua al real Alcázar, que está al extremo de la ciudad en la parte occidental. A cortísima distancia de la Caseta da principio la obra de los pilares y arcos, que tiene desde dicho punto hasta el primer  ángulo que mueve seis arcos1, veinte y cinco pies de elevación y dos

1 Las med idas de que se da no tic ia en la desc ripc ión del acueduc to se han

tomado con toda exacti tud por D. A ntonio O rtiz , maestro de obra  y   fontanero

 pr in ci pa l de es ta ci ud ad . Los pie s so n caste lla no s; tre s de ést os ha ce n una va ra de

Castilla.

110

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 108/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

cientos diez y seis de longitud. De aquí al segundo ángulo, que mueve frente a la iglesia de la Concepción, hay veinte y  cinco arcos, 

 veinte y ocho pies de elevación, y  quinientos cincuenta y tres de lon-gitud. Sigue desde aquí la obra corriendo de a oriente a poniente, y  llega al tercer ángulo, que mueve junto al convento de PP. Francis-

canos; y tiene esta tirantez cuarenta y cuatro arcos, cuarenta y cua-tro pies de elevación en el pilar doble que mueve, y novecientos setenta y tres de longitud. En esta parte del acueducto están los arcos, que se reedificaron a los principios del reinado de Doña Isa-bel la Católica. Comenzó el arquitecto a formar los que estaban caí-dos un poco más arriba del convento de la Concepción, y edificó treinta y seis arcos en la extensión de setecientos ochenta pies 2.

Es verdaderamente un esfuerzo del arte el ángulo que mueve frente aSan Francisco: el pilar que le forma hace una curva, con la que varía la dirección del acueducto de madiodía a norte, con una pequeñísn clinación a occidente: tiene veinte y dos pies de frente y cuarenta y  cuatro de elevación. Aquí es donde se pasma el hombre mirando esta grande obra, y encanta el espíritu y valentía de los arquitectos que la ejecutaron: aquí es donde comienzan los dos órdenes de arcos, que siguen hasta la muralla por donde entra el acueducto en la ciudad. En el primer orden hay cuarenta y  tres arcos: el primero está destruido sin duda muchos años hace, y por alguna bárbara mano. En el segun-do hay cuarenta y cuatro: la elevación es en proporción al declive o inclinación que toma el cerro para descender a la plaza del Azoguejo, 

 y el que vuelve luego a tomar desde aquí para subir hasta la muralla. En el arco por donde se entra a la calle de San Antolín, tienen los pila-res noventa y un pies de elevación: en la plaza del Azoguejo, que es el sitio de mayor altura, ciento y dos pies; y en el último pilar junto al 

muro sesenta y dos. Este pilar es doble que los demás; y desde San Francisco hasta la muralla, donde se ha conservado enteramente la obra antigua, hay novecientos ochenta y seis pies de longitud.

Sobre los tres pilares más altos y más fuertes, que hacen frente al  Azoguejo y a la parte opuesta, hay colocado un sotabanco o cartela, que tiene sesenta pies de longitud y  seis de altura, formada por tres hiladas de piedra, colocadas sobre una sencilla cornisa, que en lo antiguo seguía coronando todo el primer orden de arcos y ahora no permanece más que debajo de la cartela y los pilares del segundo orden. En el pilar del centro de la cartela por ambos lados opuestos hay un nicho de frente cuadrilongo, en el que dice el historiador 

2 Inmediatos al C onven to de la C oncepción hay cuacro a rcos cub ie rtos con

mam postería por estar ruinosos. Sensible es que permanezcan e n este estado hace

tantos años. Nos consta que la Junta de Monu me ntos H istóricos y Artísticos de

esta provincia, tom and o en con sideración estas razones, ha tratado en varías oca-

siones de proceder a la reedificación de estos arcos, después de h aber consu ltado

el dictam en facultativo de arquitectos e ingenieros de conocida reputación sobre

el peligro que podría resultar al resto del monu me nto y unánim em ente han decla-

rado no haber peligro alguno para proceder a su reedificación. Aprovechamos esta

ocasión para rogar a los individuos que co mp onen la Junta (entre los que tiene la

honra de contarse el que escribe estas lincas) y el activo y celoso señor Gob erna-

dor de la provincia, Sr. D. Félix Fanlo, redoblen sus nobles esfuerzos y procuren,

venciendo los obstáculos que puedan oponerse, reedificar estos arcos; en lo que

les resultará una noble gloria y merecerán la gratitud de Segovia y los elogios de

los aman tes de las artes y de este precioso m onu me nto. (No ta del editor.)

Colmenares que hubo antiguamente estatuas colocadas de Hércu-les. En las piedras del sotabanco se advierten con mucha claridad tres líneas de agujeritos exteriores, y con alguna variedad en la dis-tancia de un agujerito a otro: hay piedra que tiene dos y otras que tienen tres, cuatro y hasta ocho agujeros, los que describen tres líne-

as, las dos más altas casi iguales, y corren de un extremo a otro de la cartela, y la más baja sólo ocupa la mitad de la extensión en el cen-tro. De alguno de estos pequeños agujeros sacó algo de plomo el maestro Don Antonio Ortiz cuando los reconoció en el año de mil ochocientos siete. Forma también el sotabanco cuatro nichos que no se ven: los dos cuadrilongos, desde el pilar del centro a los pila-res inmediatos, y los otros dos nichos pequeños. El maestro Ortiz, que los reconoció también entonces y los halló llenos de tierra, habiéndolos desocupado de ella, se inclina a que los dos huecos más largos parecen y son muy a propósito para sepulcros.

Seguía la obra primitiva hasta dentro de la muralla, pues que todavía se conservan cuatro arcos, de los que parecen los dos últimos muy  semejantes a la obra antigua; y por el último de éstos dos bajan aún algunas piedras de la misma calidad, que denotan el descenso del canal por donde iba el agua. Este arco está frente a la calle que baja a laparroquia de San Sebastián; y el resto hasta la muralla y obra antigua es una pared de mampostería, en la que hubo algún otro arco que aún se conoce. Causa sentimiento mirar los hermosos y grandes sillares que formaban estos arcos, puestos por cimientos de la muralla, como se advierte al bajar por el postigo de Santa Columba. El número de estos arcos debía ser por la medida de proporción ocho o nueve: su elevación veinte pies, y la longitud desde donde entra el acueducto en la muralla hasta el último arco ciento noventa y tres pies. De manera 

que la obra del puente de Segovia, o famoso acueducto, era en su pri-mera construcción de ciento y setenta arcos; su menor elevación fren-te a San Gabriel diez y siete pies; su mayor elevación en el Azoguejo ciento dos pies, y en el extremo dentro de la muralla diez y ocho. Entoda la obra, desde San Gabriel hasta el último arco, se ve en lo alto una pared de mampostería, en la que está metida la canal, y va inclui-da en las dimensiones que se expresan. La longitud, desde el punto de la caseta de S. Gabriel hasta el último arco frente a S. Sebastián, es de dos mil novecientos veinte y un pies.

Para que el agua tuviese movimiento mas acelerado dieron a toda la obra el declive o declinación correspondiente, que no se percibe con facilidad. Este declive es en razón de un pie por cada ciento de lon-gitud: de manera que desde el punto de la Caseta hasta el último arco del puente hay veinte y nueve pies de declinación, y así es que camina el agua con bastante rapidez.

Los pilares que sostienen los arcos son todos cuadrados o cuadrilon-gos: su grueso en el orden inferior es de once a doce pies, y siete aocho pies de frente: pero no hay uniformidad en estas dimensiones, porque varían a proporción de su mayor elevación; de suerte que algunos pilares sólo tienen siete pies y medio de fondo y cuatro y  medio de frente. Esta desigualdad es tan artificiosa e imperceptible que se oculta a los ojos más perspicaces. Se disminuyen los gruesos 

 y frentes de los pilares, según van elevándose, a cada diez y seis pies 

de elevación, por medio de una cornisa o pequeña imposta, que corre en el primer orden de arcos que hay desde San Francisco a la

111

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 109/276

 Acueductos romanos en España

muralla, y forma un adorno muy sencillo y agradable. También corría esta imposta toda la base del segundo orden de arcos, sin que halla quedado de ella más que lo que aún persevera bajo los pilares del segundo orden. Se observa también alguna desigualdad en el grueso y frente de estos pilares, que también la tienen los demás de 

todo el acueducto. A proporción de esta desigualdad es el hueco que forman los arcos, o la distancia de un pilar a otro; pues en algunos es el vano de catorce pies, en otros de quince y en otros de diez y  seis, pero con el mismo artificio y disimulo, que hace a estas varia-ciones pequeñas casi imperceptibles, siendo estos huecos de los arcos menores en los primeros, que son los más bajos y pequeños. Sobre los arcos se ven todavía muchas piedras en línea, que forman una cornisa, la cual adornó en lo antiguo toda la obra de sillares: ahora no hay más que algunas de las antiguas piedras, y otras que, sin haberlas dado la forma de aquéllas, se colocaron allí cuando se res-tableció el acueducto. Al arranque de los arcos tienen los pilares sus boceles y filetes. Ya se ha dicho y conviene repetir que la canal o tajea 

está empotrada en una pared de mampostería, que tiene de seis asiete pies de elevación, y va incluida en las medidas que se han expre-sado en la altura del acueducto. Algunos pilares se ven empezados aformar sobre las mismas piedras de la grande cantera que se descu-bre en el piso por donde va el acueducto: otros están introducidos bajo la superficie catorce pies, como lo ha visto el maestro Ortiz en los que sostienen la cartela, que están en la plaza del Azoguejo, sien-do lo que hay oculto de la misma fábrica y figura que lo descubier-to. Estos pilares, que serán ocho o diez de los más elevados, descan-san y tienen su cimiento sobre un grande banco de arena que hay  entre los dos cerros, que forman el valle por donde atraviesa el acue-ducto: así es que desde la primera piedra fundamental de estos pila-

res hasta el último punto de la canal, que está en la altura, tiene el edificio en este sitio ciento diez y seis pies de elevación.

Toda la piedra de este edificio es de una misma especie, a saber, berroqueña, granigruesa, blanca en el fondo, con muchas vetas negras; y después de pasar algún tiempo se pone cárdena, y oscura; lo que hace aparecer al puente más venerable, y causa cierta impre-sión de antigüedad en los que le miran. Admite pulimento como si fuera mármol; y así se reconoce en algunos cercos de las puertas y  chimeneas, que en tiempo del rey don Felipe II se pusieron en algu-nas piezas del real Alcázar, que son de piedra de esta misma calidad. La cantera estaba sin duda en el mismo sitio donde existe el acue-

ducto: así es que se ven bajo algunos pilares piedras sin labrar de la misma cantera, que extiende sus ramificaciones hacia San Antolín y  por otros parajes inmediatos al convento y calle de San Francisco. Teniendo allí piedra a propósito, era regular hacer uso de ella, y no ir a buscarla a otra parte, con el costoso dispendio de la conducción.

Los sillares sólo están labrados a pico: son generalmente cuadrilongos  y algunos tan grandes, que tienen seis pies de longitud, y el correspon-diente grueso y altura. Todos presentan en la obra algún frente; de manera que pueden contarse las piedras que hay en el edificio. Los lechos de las piedras y sobretechos, y las piedras entre sí, tienen tan exacta unión, que parece incomprensible cómo pudieron unirse y ajus-tarse unas a otras tan estrechamente. No tienen trabazón alguna, como 

se manifiesta en algunos parajes del acueducto en que falta algún sillar,  y se manifestó más de lleno cuando en el año de 1815a golpe de un

carro fuerte, que conducía por frente de la escuela de San Francisco un cañón de grueso calibre a la real Maestranza de Artillería, salió un sillar bien grande de su lugar: todos vieron entonces, y yo también vi, el interior del pilar, sin que se descubriese en él mezcla alguna de cal, ni ripio, ni otro cuerpo extraño que enlazase y uniese los sillares; y sin 

esta ni otra mezcla alguna volvió a ser colocado el sillar en el mismo paraje de donde había salido. «Las obras que se encomiendan a la inmortalidad (dice muy oportunamente el señor Bosarte en su Viaje artístico a esta ciudad) por los que saben encomendarlas, no necesitan de estos grillos para estarse quietas, y el profundo arquitecto que pro-

 yectó esta obra, se gobernaba por principios más delicados. En efec-to, el estilo con que está ejecutada reúne las tres cualidades del estilo, más difíciles de juntar en toda bella arte, que son la simplicidad, la elegancia y la grandiosidad».

«En los pilares o machones el puente se advierte desde luego que unas piedras salen más que otras: esto, que en un principiante sería un crimen, debemos mirarlo como gala del arquitecto que hizo este puente. La diferencia de salida de algunas piedras respecto de otras es de dos pulgadas hasta quince. En algunos edificios antiguos se ve tal cual piedra que sale de la línea del plomo, como en el puente de Garda, el cual es un resto del acueducto antiguo, que llevaba el agua al anfiteatro de Nimes. Aquello quedó así por no haberlo acabado de cortar, y aun las dejaron a propósito para que viesen los venide-ros lo que quedaba por hacer; pero la salida de las piedras en el puen-te de Segovia no tiene remedio, ni admite perfección común».

ESTADO ACTUAL DEL ACUEDUCTO

La puente de Segovia promete durar hasta el fin del mundo; pero 

contra tan heroica bravura son muchos los enemigos que están empeñados en su ruina, y que tarde o temprano vendrán a dar con ella en tierra; cerbatanas, casas adyacentes, tiendas, bodegas, ataja-dizos para habitaciones de gente pobre, y en ellos parras, puestos de carbón y otras cosas. El abuso de las casas no es de ahora; porque la que sirve de nevería, o botillería, no es moderna, como se echa de 

 ver en el adorno de su fachada, que es gótico, y perteneciente a los tiempos de D. Enrique III y D. Juan II. Puede ser que otras sean tan antiguas como aquélla, aunque con sus renovaciones lo estén disi-mulando. Sobre todo, el enemigo más temible que tiene el acueduc-to, es aquel en que menos se piensa, quiero decir el fuego. Las habi-taciones, por humildes que sean, necesitan fuego; y si se hace contra las paredes de la habitación, llegará indefectiblemente a caldear los sillares; y en este caso es inevitable la ruina del edificio.

Tal era la disposición en que se hallaba en 1802, cuando el señor  Bosarte hizo su viaje a esta ciudad, y tenía sobrada razón para escribir  de esta manera. La parte más hermosa del acueducto se hallaba afea-da y oscurecida con las casas que estaban situadas entre los pilares y  debajo de los arcos más elevados y magníficos, ocultando la vista más sorprendente y más hermosa del edificio por toda la extensión en que se presentan los dos órdenes de arcos. El fuego, el humo de las chime-neas, las bodegas, las excavaciones, las armaduras de los tejados, y las aguas, hielos y nieves estaban perpetuamente lidiando contra la soli-dez y firme construcción del acueducto. La oscuridad de aquellos 

tiempos, o el olvido de las leyes, y tal vez una compasión, o toleran-cia mal entendida, dieron ocasión a que se construyesen semejantes

112

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 110/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 111/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 112/276

Capítulo III. Acueducto de Segovia

Dibu jos

[1] B. MONFAUCON: Antigüedad ilustrada. Τοπίο 4.° París, 1724. Diseño de Mr. Legendre, físico del rey Don Felipe V =supl. p. 102, pl. XLIII. No lo reproducimos pues no tiene nada que ver  con el monumento «más que lo general de ser un dibujo de 

pilares y arcos», parece que reproduce el escudo de la ciudad, pues tiene la cabeza característica de éste.

[2] FR. ENRIQUE FLÓREZ: España sagrada.  Tomo 8. Edición 1.a, 1752. Diseñó el arquitecto de la iglesia catedral don Domingo Gamones, que dibujó la obra en una tira monóto-na con todos sus arcos y pilares, sin hacer más distinción que la de las alturas y cuerpos de estos últimos, siguiendo aproxi-madamente el movimiento del terreno. Edición 3.a, 1860, pág. 64. Es un dibujo distinto sin indicación de autor, dis-puesto en una sola plana en tres trozos superpuestos siguien-do también el declive del terreno, pero sin introducir distin-ción en el dibujo de las arcadas. Lit. Alemana de F. Kraus. Fuencarral, 20. Madrid.

[3] DIEGO DE VILLANUEVA, 1757, arquitecto de la R. A. de S. Fernando. Tres láminas estampadas en Madrid. Grabó dos Her-menegildo Víctor de Ugarte. Una de ellas es el dibujo en alza-do de las seis arcadas principales por el lado de San Sebastián con el siguiente relato al pie: «Elevación del célebre Aqueduc to de Segovia obra de los griegos y de las más antiguas de Euro-pa; es su longitud (sin contar un gran trecho que camina el agua por una calzada o dique) de 2.400 pies castellanos». Sigue con referencias del dibujo. Dimensiones 40,5 x 28,0.

El segundo está rotulado al pie con «Vista del aqueducto de Segovia por la plaza de Azoguejos». Es el que utiliza con peque-ñas variantes PONZ, y da lugar, además, a una serie de mayo-

res alteraciones.El tercer grabado está rotulado Vista del aqueducto de Segovia por un lado del convento de San Francisco y reproduce cuatro arcadas dobles que dejaban ver las casas correspondientes a la extremidad del lado aguas arriba.

Láp idas f une ra r ias con la ma rca de l acueduc to

Núm. 2.751 del C. I. L. Tomada directamente del Somorrostro.

SULPICIAE MATERNAE 

SULP. AN XXIX 

S. T. T. L.Estaba, según Somorrostro, «desprendida de la muralla que hay enaquella parte que llaman la Ronda y mira al arroyo Clamores», esdecir, entre el Alcázar y la puerta de S. Andrés.

Núm. 2.739 del C. I. L., rectificada después por el P. Fita. 

TANCINO  AMAONI CUM ANIO  AN. LXXX 

S. S. SISEstá en el primer torreón de la muralla a la izquierda saliendo por la puerta de Santiago (ver foto).

[4] ANTONIO PONZ: Viaje de España, utiliza el segundo de los anteriores, pero con ligeras variantes, especialmente en las figu-ras que lo adornan.

[5] D. PEDRO J. DE LA FUENTE ORTIZ, 1796. Diseños en grande 

que se conservan en los salones de la Academia de San Fernando.[6] ALEXANDRE DE LABORDE: Voyage pittoresque et historique de 

lEspagne, París (18051816). Lámina integrada por una pers-pectiva del acueducto desde la plaza del Azoguejo con la igle-sia de Santa Colomba a la izquierda y un dibujo en alzado de las tres arcadas principales rotulados al pie en:

«Perspectiva del aqueducto de Segovia y plano geometral del aqueducto de Segovia, respectivamente». En la primera figura la leyenda: Six del, y Benoist sculps, y en la otra: Moulinier del, 

 y N. J. Rousseau sculps.

[7]  A. GÓMEZ DE SOMORROSTRO, 1820, en su libro citado en las referencias literarias publica cuatro dibujos. En lámina 1.a, 

antes del texto, un alzado de las cuatro arcadas principales; en lámina 2.a, de la página siguiente, el alzado de todo el monu-mento desde el desarenador dividido en tres trozos superpues-tos; y en lámina 3.a, junto a la página 31, la planta y detalles de los sotabancos o cartelas con la indicación de los agujeros correspondientes a las inscripciones, esto último ejecutado por  el coronel del cuerpo de Artillería don Joaquín de Góngora.

[8] DAVID ROBERTS (1837). Tres grabados: dos con la leyenda de «Segovia», en los que se ve al fondo el acueducto, y el otro con la leyenda: «Great roman aquedut at Segovia», con indicaciones al pie: Drawn by David Roberts a la izquierda, y a la derecha: Engraved by con los nombres de JamesH. Allen, J. Cousen y J. C. Armyta ge, respectivamente. Están publicadas en Londres por Robert Jen-

nings & Co. 68 Cheapside; el tercero de estos grabados da lugar a una serie de variantes de los cuales reproducimos algunos.

[9]  J. TAYLOR. Grabado 19,80 x 12,50. J. Tayor delt. Skelton Sculpt. Leyenda: «Aqueduc de Ségovie. Aqueduc of Segovie». Edición: A. Paris chez GideLondon R. Jennings.

Núm. 2.746 del C. 1. L.

 AMEJUNAE. PI  AETIS, CAEC  AN Q. F. A. E.

L. V. S. L. T. T. L.Estaba en el postigo de San Juan, que hoy día está inutilizado.

Descubierta por el padre Fita,

Q. CAELIO  AM ///////

Μ ///////S. T. T. L:

Está junto al segundo torreón de la muralla a la izquierda, saliendo por la puerta de Santiago (ver foto).

Por último, creemos haber descubierto una quinta lápida con la hue-lla de tres arcos del acueducto, en el último lienzo visible de la mura-lla en el paseo del Prado. Está muy desgastada y no se distingue letra alguna (ver fotos).

115

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 113/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 114/276

IV 

Acueductos de Mérida

C onducc i ones

El abastecimiento de agua a Mérida (Emérita Augusta) se realiza al final de la roma-nidad por tres conducciones completamente independientes, de épocas distintas ycon organización muy diferente, por las condiciones técnicas que caracterizan a cadauna. De ninguna de ellas se tiene conocimiento documental, asideros epigráficos, oreferencias literarias de su época, y sería muy interesante poder establecer la antigüe-dad de las conducciones, ya que esto arrojaría bastante luz para la datación de lasobras monumentales correspondientes.

Se designan estas conducciones por Cornalvo, Proserpina y RabodeBuey o delas Tomas, no correspondiendo estos nombres a nada romano. La designación de Cor-nalvo, que aparece en la Edad Media, se refiere al aspecto del fondo seco del embal-se que tiene forma de creciente y relumbre blanquecino, debido al sedimento salino.El nombre de Proserpina se tomó de la invocación a esta deidad en una lápida encon-trada cerca de la presa correspondiente, pero sin relación alguna con ella. Las dos

designaciones de la tercera se refieren a la disposición ramificada que tiene la conduc-ción en su origen, por aportación sucesiva de las tomas de distintos manantiales.Dos de las conducciones comienzan reteniendo agua en un embalse mediante su

correspondiente presa de fábrica, habiéndose mejorado en ambas la aportación porPáginas 112113  trasvase de agua de los valles inmediatos. En una de ellas, Cornalvo, la canal es muyDos vistas aéreas delacueducto de Los Milagros

117

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 115/276

 Acueductos romanos en España

larga pues resultan más de 20 km, siendo casi toda enterrada, mien-tras que en Proserpina sólo tenemos 6 km y va por la superficie.

En la tercera se toma el agua de manantiales próximos a la ciu-dad y, por tanto, la longitud de conducción es bastante reducida,pero le correspondía un acueducto muy importante para cruzarel valle de Albarregas, a cuyas ruinas, de sólo dos tramos, se les

denomina de San Lázaro.Parece ser que la conducción de Proserpina era para fines indus-

triales, lo cual justifica su realización en canal superficial sin cubrir;en cambio, tanto Cornalvo como RabodeBuey van enterradas engalería con obras elevadas únicamente al cortar depresiones impor-tantes, dos en aquélla y una en ésta. Estaban balizadas por regis-tros a distancias iguales, que son muy exactas en la última.

La canal de Cornalvo, que, como ya hemos dicho, va casi todaen galería subterránea, comienza captando aguas subálveas en suzona alta, donde está el nacimiento del Albarregas, con encharcamientos, primero, y cauce relleno de sedimentos, después. Se con-servan algunos registros que actualmente sirven de pozos para cap-tar el agua de la galería. Al quedar francamente en ladera despuésde pasar el pueblo actual de Trujdíanos, va más superficial y queda

aparente en algunas vaguadas, elevándose sobre arcos en las dosúltimas. En la penúltima, que es la de Cañoquebrado, denomina-da así precisamente por los restos que aparecen de la conducción,debió haber una obra de varios arcos, puesto que la rasante se des-pega francamente del terreno, aunque sólo quedan los murostriangulares de ambos extremos, extendiéndose el de aguas arribadiscontinuamente en unos 60 m hasta remontar los 4 m en coro-

nación. Del otro lado queda la caja a la vista en curva con longi-tud inferior a 10 m, volviendo en seguida a enterrarse.Por esta vaguada sube la carretera del pueblo de Valverde, desde

la general de Extremadura, quedando estos restos muy próximosdel km 2 delamisma La fábrica es un hormigón degruesos can

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 116/276

Obra en la vaguada de Cerro Gordo  Asomos de la canai Ferrocarril

 Alineación final

Carretera

Zona final de la conducción de Cornalvo

 Alineacióndesenterrada Ruinas de S. Lázaro  Acueducto del xv Desarenador Ruinas de la canalCloaca del anfiteatro

  -,

Zona final de la conducción de Rabo-de-Buey

Ruinas último pilar 

Carretera y2 L ·- ; vfa romana

Ermita de S. Jorge

Depósito terminal

Puente romano del Albarregas

Río Albarregas

Milagro gordo Desarenador 

Zona final de la conducción de Proserpina

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 117/276

Acueductos romanos en España

Obras visibles en la conducción de Cornalvo

Obra en la vaguada de Caño Quebrado

 Asomo con muro y alcantarilla en la vaguada de Cerro Gordo

120

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 118/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 119/276

Acueductos romanos en España

Final del acueducto del siglo XV que terminóllevando el agua encañada

Conducción de Rabo-de-Buey. Restos de la canal romana y de la cañería del XV en laexplanada de Manuel Guerrero

Restos de la canalromana

 Alineación hacia elanfiteatro con fuente yarquería de distribución

La canal hacia el

anfiteatro antes dedesenterrarla

Fuente y pilón de laalineación recientementedesenterrada

Cabeza de león de la fuente

122

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 120/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 121/276

 Acueductos romanos en España

la primera parte de la alineación sobre muros.Después de salir del acueducto se ha perdido entoda la zona que corresponde a las edificacionesactuales del cuartel de Artillería, reapareciendo enla explanada de Manuel Guerrero con pocos ves-tigios in situ, y largos trozos volcados por el suelo,terminando en una larga alineación recta que sedirige hacia el anfiteatro y que se encontraba par-cialmente enterrada hasta hace pocos años. Al rea-lizar excavaciones en la denominada «Casa delAnfiteatro» se desenterró todo este trozo de laconducción que iba entre muros bastante profun-dos, apareciendo una cabeza de león —adosada al

muro del lado de la ciudad que servía de fuentepública con el pilón correspondiente, y a conti-nuación una arqueta rectangular para distribuciónde parte del agua hacia la población. Tambiénsuministraba a la citada Casa del Anfiteatro, y elresto se dirigía a este anfiteatro, que tenía una clo-aca de desagüe muy importante, conservada en laactualidad. El anfiteatro debía servir parcialmen-te de naumaquia llenando el foso que existe entodos los monumentos análogos y que se utiliza-

ba para albergar fieras y guardar enseres, quedan-do cubiertos a nivel de la arena con tablas cuandose utilizaban propiamente. En Mérida tenemos elfondo y paredes revestidas deopus signinum conlas aristas entrantes defendidas por cordones encuarto de círculo del mismo revestimiento, lo cualdenota que estaba asegurada su estanqueidad. Estamisma conducción debía servir, como ya hemosindicado, al circo, ya que desde el final del acue-

ducto quedaban muy próximas las cárceres y ade-más existen en las dos extremidades de la espinaestanques circulares revestidos de opus signinum que servían a fuentes y quizás surtidores.

La tercera conducción, la de Proserpina, quecreemos lo es así en orden cronológico, teníacomo final el gran acueducto, denominado de LosMilagros por la asombrosa magnitud y verticali-dad de sus pilares, y llegaba a él desde el embalsede cabecera después de recorrer unos 6 km en

canal superficial cortando varios barrancos enobra elevada seguramente sobre arcos.

Conducción de Proserpina. Final de la obra en la vaguada III: al fondo se ve lacabeza de la obra de la vaguada II

Cambio de ladera en el puerto de Garija

Ruinas del canal formando múrete de contención entre dos niveles de terreno

 ÈmmmË

12 4

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 122/276

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

Pilar en equilibrio inestableactualmente restaurado

Conducción de Proserpina. Entrada del canal en el desarenador de cabeceradel acueducto de Los Milagros

Vista lateral del desarenador con la cámara de limpia anexa

El primero de los pilares subsistentes delacueducto de Los Milagros

Vista del desarenador y primera zona sobre muro del acueducto de Los Milagros

H J r 

125

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 123/276

 Acueductos romanos en España

Las más importantes de estas obras debían estar en las tres primeras vaguadas quese atraviesan después de abandonar la correspondiente a la cerrada por la presa. Estas

 vaguadas tienen poca pendiente y hubieran dado lugar a un gran contorneo y, por ello,se cortaron con tres obras de las que no quedan nada más que los arranques en muro

de fábrica; pero como en el corte recto la rasante del canal llega a tomar cotas de 15 m,es lógico que la obra se haya desarrollado sobre arcadas (arcuationibus) en la zona cen-tral. Además, no quedan restos de un cimiento corrido que hubiera correspondido amuro continuo y, en cambio, hay señales de remoción del terreno en puntos interme-dios como si hubieran rebuscado los sillares de apoyo de los pilares. Las zonas trian-gulares que hoy permanecen están desprovistas de los paramentos, que debieron serde sillería (opus cuadrata), a juzgar por algunos sillares remanentes.

La conducción, en canal sobre el terreno, terminaba en el acueducto de Los Mila-gros, pasando previamente por el desarenador que es una arqueta de 3,60 x 3 m inte-riores con salida superior en vertedero y desagüe de fondo con cámara de compuer-tas. Desde esta cámara sale sobre muro en una longitud de 32 m hasta tomar alturasuficiente para elevarse sobre arcadas. Del acueducto quedan los espléndidos restos detres alineaciones que luego estudiaremos y el pilar de ángulo del último quiebrooculto en un patio actual con unos 6 m de altura. La última alineación marcada en labifurcación de la caja sobre este pilar se debía dirigir a un depósito terminal como enCornalvo, que nosotros situamos en la explanada existente delante de la ermita de San

 Jorge, en la que se aprecia la coronación de los cuatro muros que la delimitan. Ya hemosdicho de esta agua que se le asigna una dedicación a fines industriales, que serían moverpequeños molinos situados en casas dentro de la ciudad.

Por la hipótesis de utilización del agua que hemos establecido y por detalles delanálisis directo de las fábricas que luego indicaremos, aventuramos una cronología verosímil para las conducciones. Primero, la de Cornalvo, destinada al uso domés-tico, que empezó sin el embalse, el cual correspondería a una ampliación posterior.Luego, la de las Tomas, también para ampliar este servicio y dar ocasionalmente aguaal anfiteatro y al circo, y, por último, la de Proserpina, destinada a usos industriales.

Descr ipc ión de los acueduc tos  

Acueduc to de Los M i l ag ros

El acueducto de Los Milagros se eleva, primero, en muro a partir de un desarenadormuy sencillo, al cual llega el canal, también sobre muro, en alineación de 32 m, dejan-do debajo la cámara de las compuertas para desagüe del mismo. La primera alineaciónde arcadas, que eran sencillas, aparece después de un tramo de muro quebrado con15,60 y 23 m de longitud, sucesivamente, y en ella se conservan únicamente tres pila-res rectangulares, al tercero de los cuales llamaban «el milagro gordo» por la situación

en equilibrio inestable de un cuerpo superior apoyándose sobre otro inferior a travésde una superficie muy disminuida por la pérdida de sillares en la base del superior.

126

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 124/276

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

Paso de Albarregas

Este pilar se restauró en 1956 y se completaron los sillares que faltaban, asegurando asísu estabilidad. Entre el primero y el segundo de los pilares conservados falta otro, yentre el segundo y el tercero, nueve.

Sigue a continuación un intervalo sin vestigios de 123,50 m, en cuyo transcursoel terreno baja lo suficiente para que las primeras arcadas que aparecen sean ya conpilares de contrafuertes, que es el tipo normal. Hay una primera tirada sin pérdidade pilares de 26 m, a distancias oscilando entre 7,30 y 7,55 m, con una longitud totalde 178,50 m. Los que ocupan los lugares 9 y 10 en la tirada corresponden al paso delarroyo Albarregas, lo que se acusa al tener su base ensanchada con tajamares porambos lados, en diedro aguas arriba y plano transversal agua abajo, siendo además elarco inferior el único de sillería de todo el acueducto. La altura del monumento llega

Primera zona de laalineación principal dearcadas compuestas:únicamentela correspondiente a los dospilares de la izquierda esdoble, las demás sontriples. La novena es la depaso del Albarregas quetiene el borde inferior ensillería.- Vista desde aguas

arriba del Albarregas

Segunda zona de laalineación principal dearcadas: se aprecia labóveda de sillería quecorresponde al paso delAlbarregas

127

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 125/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 126/276

Coronación de los pilares ybóvedas superiores: se vela alineación seguida de lacornisa de coronación, losarcos superiores destacadosdesde arranques y cómo elcontrafuerte debía terminaren prisma triangular. Seaprecia el salmer de losarranques de las bóvedas

ntermedias

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

En la alineación más importante, paralela a la vía romana, que también cruza el Albarregas mediante puente de la misma época, hay seis pilares, los 13 al 20 en la orde-nación general, enlazados todos por arcos superiores, habiéndose perdido en cambiolos intermedios. También se enlazan por arcos superiores los de la otra alineación núme-ros 27 al 33, pero éstos conservan además los arcos intermedios entre el 22 y el 24.

129

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 127/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 128/276

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

Arcada correspondienteal paso de Albarregas: conla única bóveda de sillería.Falta la bóveda del tercerpiso, pero se ve un sillarde la cornisa saliente quecoronaba el contrafuerte

continúan subiendo, aunque reducen su saliente en disminución triangular hasta anu-larse en la próxima cornisa que señala el nivel superior de las bóvedas y que, de estemodo, corría recta a lo largo de todo el monumento. Hasta aquí lo que nos patenti-zan los restos actuales; después debía venir el cuerpo de coronación con un ático demayor altura que la correspondiente a la caja, como ocurre en Segovia. En el grabado

131

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 129/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 130/276

Capitulo TV. Acueductos de Mérida

Núcleo de un pilar del quese ha desprendido elcontrafuerte transversal: seve la alternancia de cincohiladas de piedra y cincode ladrillo y cómo estas

últimas cortan lamampostería internadel núcleo

 Acueducto de Los Milagros.Detalle del arranque de lasbóvedas

Restos del último pilar deángulo

Detalle del basamento de

a pila dentro del rioAlbarregas con tajamarriangular hacia aguas arriba

133

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 131/276

 Acueductos romanos en España

Una de las características más notables de los dos acueductos de Mérida es la uti-lización de la fábrica de ladrillo para las bóvedas y combinada con la sillería para lospilares. En los pilares de Los Milagros se alternan cinco hiladas de sillares con cincode ladrillo, jugando además con las cornisas de sillería como elementos de articula-

ción entre los distintos órganos de la estructura. Así definen los tres planos de arran-ques de bóvedas limitadas a los núcleos de pilares y  además los planos superior einferior del ático de coronación, en este segundo tangente a las bóvedas superiores y  en el superior definiendo la coronación del monumento. Los fajeados de ladrillo secircunscriben también a los núcleos de pilares en los dos cuerpos inferiores, mientrasque invaden los contrafuertes en el superior. En los dos cuerpos bajos señalan la altu-ra de claves de bóvedas.

Las bóvedas, a excepción de la inferior en el tramo de paso del Albarregas, sonde fábrica de ladrillo, que completa todo el cañón del medio punto solamente en

las del piso superior, quedando recortadas por los planos internos de los pilaresen los otros dos pisos. De este modo, las bóvedas superiores obstentan las boqui-llas completas en sus frentes y  son verdaderas bóvedas de medio punto, mientrasque las de los pisos inferiores son bóvedas rebajadas, pues el despiezo de ladrillosen dirección radial, que indica su modo de trabajar en bóveda, no comienza hastapoderse destacar en todo el espesor de la boquilla, con lo cual quedan sendos trián-gulos curvilíneos en ambos arranques, que se aparejan como salmeres, primero conladrillos dispuestos horizontalmente prolongando uno de los fajeados del pilar, ydebajo mediante la prolongación de los sillares inmediatos de las dos hiladas adya-centes de la sillería del pilar. No parece existir norma única para el relleno de los

semitímpanos de estas bóvedas, ya que en algunos sitios aparece fábrica de ladrillo,en otras manipostería y en otras sillería. Siempre pasa una hilada por encima de lasclaves.

En el único arco de sillería tenemos 9 dovelas perfectamente recortadas con jun-tas radiales a hueso, recercadas y con almohadillado discreto. También se trata de unarco estructuralmente rebajado, disponiéndose los correspondientes salmeres, median-te prolongación de cuatro hiladas de la sillería de los pilares adjuntos. El enjutado delos medios tímpanos laterales se hace prolongando también las hiladas de silleríade los pilares inmediatos. El espesor de las bóvedas es menor que el del núcleo de lospilares, pues sus paramentos se retranquean en medio pie por cada lado. Hay ademásotra hilada por encima de claves.

Acueduc to de San Lázaro

Las dos arcadas subsistentes de este acueducto corresponden a una alineaciónintermedia con cambio de dirección en el lado de aguas abajo, y aunque sólo ten-gamos un pilar normal, el intermedio, podemos deducir la pauta de ordenacióndel acueducto.

En la ordenación de dos pisos el inferior constituía un basamento de sillería per-fectamente destacado en todas sus manifestaciones, sobre el cual se instalaba el segun-

do piso con pilares y arcos organizados al modo clásico, vigente desde las primerasrealizaciones en nuestro país.

134

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 132/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 133/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 134/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 135/276

Acueductos romanos en España

Únicamente durante la época de TrajanoAdriano se utilizó el arco rebajado. Elfenómeno, creemos se debe al ingeniero Apolodoro de Damasco (puente del Danu-bio y foro de Trajano) y al propio Adriano, quien lo empleó con delectación en plan-

tas y alzados.Otra relación muy notable con la arquitectura adriánea reside en el empleo dehiladas de ladrillo como trabazón entre los paramentos y el núcleo de hormigónde los pilares, que fue empleada por los romanos desde primeras épocas, y tuvo inclu-so su designación primitiva: opus vitatemixta, que es un caso particular de alternan-cia de fábrica en hiladas completas, combinando en otros casos sillares lisos y sillaresalmohadillados e incluso llevando la alternancia al adovelado de arcos. Estos artifi-cios son muy frecuentes en la arquitectura de Adriano, como por ejemplo en las fábri-cas de muros de la Villa Adriana, recortando con hiladas de ladrillo la superficie delaopus reticulatum.

Las razones técnicas de la utilización de estas trabas de ladrillo en la sección trans-versal de un pilar son, además de esta función de trabazón muy interesante, en espe-cial cuando se utilizan conglomerantes que tardan en tomar consistencia, las de rea-justar niveles, corrigiendo los errores acumulados en el empleo de hiladas de silleríade gran espesor, mediante hiladas delgadas de ladrillo en las que se puede jugar conel espesor de llaga para restablecer la horizontalidad.

Izquierda Acueducto de San Lázaro.Dibujo de Ponz [1]

Derecha Acueducto de San Lázaro.Dibujo de Laborde [5]

iSl j

!Ji P n ° ■ ■ I · "·η Ρ.·η°.......

........■ ¡l l•'  k - s w ü

...

3o p 10e-----

< y   j

 yfr

138

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 136/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 137/276

 Acueductos romanos en España

140

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 138/276

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

Modulación del acueducto de San Lázaro

141

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 139/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 140/276

Capitulo IV. Acueductos de Mérida

Página anteriorAcueducto de San Lázaro.Dibujo de Laborde [4]

arranque del arco intermedio, es decir, la que prolonga las cinco hiladas horizontalesdel salmer.

Los contrafuertes no quedaron bien trabados con el núcleo, pues se han despren-dido íntegros, arrancando al desprenderse parte del hormigón de aquél, viéndose queno existe traba directa entre los sillares de paramento de uno y otros, e inclusoque algunos sillares del núcleo se prolongan dentro de él, estrangulando la zona dehormigón que los une. En los costados de los contrafuertes el ritmo es 2323, corres-pondiendo las de tres a los perpiaños del frente y las de dos a los isodomos del mismo,estando uno a soga y otro a tizón. Éste es siempre más del doble de la soga, con locual no coinciden juntas verticales en estos costados. En el núcleo el ritmo es igualpor los dos costados, con sillares en número de uno o dos, de los cuales uno se intro-duce algo dentro. A partir del primer piso el ritmo cambia en el núcleo, pues apare-ce el de 1212 claro y con el tipo de labra más plano la altura de hiladas se reduce y

no hay coincidencia con las de contrafuertes. En el interior queda a sogatizón conbastante regularidad y con ocho sillares como norma.Según las referencias de El Idrisi en la coronación del acueducto había una galería

que permitía el tránsito por su interior, incluso de caballerías cargadas. Pudiera ser quela caja, que de por sí no necesitaba ser mayor que la de la conducción, se llevaba en gale-ría visitable, la cual se utilizaría en la Edad Media como comunicación desde el campoa la ciudad; pero creemos que esto es una fantasía, aunque sí pudo utilizarse, sin cubrir,para el paso dé peatones. El ático de coronación del acueducto es más importante quela caja, ya que, como ocurrió en Segovia, se aumentó su apariencia para darle mayormonumentalidad.

En estos acueductos se aprecia la persistencia del empleo de la sillería para la cons-trucción de los acueductos. En Roma hacía muchos años que se había adoptado elladrillo, que aquí entra en parte mínima y sólo en las zonas donde puede facilitar laconstrucción, como son las bóvedas y los fajeados para regularizar niveles en pilares.En España tenemos únicamente un acueducto de fábrica de ladrillo (mejor dicho,teníamos, pues se ha derribado en fecha muy reciente), el de Sevilla, popularmenteconocido por Los Caños de Carmona, que destaca en todos los grabados antiguos dela ciudad.

Prob lemas ingen íen les

El ingeniero romano frente al problema del acueducto, procedió como el ingenieroactual frente a cualquiera de los problemas de ingeniería de la construcción: por suce-sivos avances conseguidos a lo largo de la serie de realizaciones correspondiente; aun-que con las limitaciones más angostas, que le impusieron las circunstancias condicio-nantes de la ingeniería romana.

Estas circunstancias podemos reflejarlas en tres aspectos representativos de la acti-tud del ingeniero romano: ausencia del ímpetu de dominación de la Naturaleza por

sí misma, que se apoderará del ingeniero en los albores del Renacimiento; falta deaudacia al tener escasas posibilidades científicas donde fundamentar su hacer, su técnica;

143

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 141/276

 Acueductos romanos en España

 Acueducto de Los Milagros[6 ]

 y poca intensidad del aguijón de lo económico, que será el principal acicate de la inge-niería actual.

El dominio político es el motor primero que mueve todo el artificio, poco com-plicado, de la técnica romana, cuyo repertorio de problemas es muy limitado. Unode éstos, en el sector hidráulico, es el de abastecimiento de aguas a las grandes urbes,

 y en él puede decirse que llegaron a todas las soluciones que se emplean en la actua-lidad: embalses de almacenamiento, torres de toma independientes del cuerpo depresa, canal de conducción con sus desmontes, túneles y todas las obras de fábrica

del canal, muros, acueductos propiamente dichos, sifones con sus salidas de aire,arquetas de rotura de presión, aliviaderos, desarenadores, depósitos compartimentados, arquetas y red de distribución, e incluso, en cabecera, pequeños trasvases paraaportar cauces nuevos al embalse.

El caso concreto del acueducto es un ejemplo de limitación de posibilidades y deevolución progresiva hacia un tipo clásico. Como ya hemos indicado anteriormente,hereda las posibilidades constructivas del puente y en cierto modo las expresivas delarco honorífico, pero, al no tener que luchar con el río durante construcción y a lolargo de su vida, su problema se simplifica, ya que la distribución de vanos no vienecondicionada por motivos naturales, y se llega a la repetición monótona, con inva

riancia de luz, que además permanece alrededor de los 5m en todos los acueductosque sean propiamente tales (Pont du Gard y el acueducto desaparecido de Toledo

144

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 142/276

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

son, en realidad, puentes), luz que viene determinada por facilidad constructiva. Estaluz se halla limitada por dos pilares que se coronan en arco de medio punto, forman-do la arcada básica, la cual se repetirá ajustándose en cada caso a la máxima altura ya la variabilidad impuesta por las condiciones geométricas del barranco que salva.

La actitud del ingeniero romano ante la Naturaleza cuando va a construir su acue-ducto es la de imponerle al máximo una regularidad geométrica. Al resolver el pro-blema con alturas cada vez mayores introdujo una variante fundamental a la idea pri-maria de simples arcadas: la de subdivisión en pisos impuesta por el aumento deesbeltez de sus pilares. Podía haber aumentado luces, que conducirían a mayor sec-ción de pilares y, por consiguiente, reducción directa de esbeltez (no hay que olvidarque el puente de Alcántara, con sus pilares de 50 m de altura, se corona por encimade todos los acueductos), pero se decidió por subdividir el pilar, subdividiendo al pro-pio tiempo el ímpetu de la obra, ya que la idea del acueducto de varios pisos respon-de a la de realizar la obra por etapas, llegando a conquistar niveles sucesivos, para noafrontar directamente la elevación en toda la altura. En origen se trata de superponerun puente sobre otro, pero además consiguen el logro de una nueva regularidad, ladel puente superior cuyos pilares conservan su altura en la mayor parte de la longi-tud que le corresponde.

De acuerdo con esta idea, lo más corriente en los acueductos de varios pisos eslimitar los pilares de cada uno entre el nivel de coronación del piso inferior, y el dearranque horizontal de los dos medios puntos que los enlazan, enjutando toda lasuperficie de tímpanos con hilados de sillares aplantillados, que se coronan con unaen vuelo tangente a las claves de los arcos y que subraya a todo lo largo el nivel de

cada piso. Sobre la del último va directamente la caja, o se interpone un ático maci-zo cuando la caja es de altura reducida.

El acueducto de San Lázaro representa la realización más perfecta de esta idea,como término final de la evolución del tipo. El cuerpo inferior es como un basamen-to sobre el cual se alza el segundo con diferente tratamiento en los sillares de pilas ydiferente fábrica de bóvedas: sillares con relieve muy cuidado, resaltando además ladovela de clave en piso bajo, y fábrica de ladrillo con boquilla total arriba. Una cor-nisa especialmente cuidada marca la separación de pisos, pero los sillares de los pila-res, aunque cortados por la cornisa, se continúan en ambos pisos, desde el inferior,con planta rectangular, al superior, cruciforme, obtenida recortando los ángulos dela inferior. Las enjutas de tímpanos no rompen la continuidad vertical.

En cambio, Los Milagros representa el máximo logro de la otra solución y, ennuestra opinión, la máxima perfección conseguida en el tema acueducto. Precisamen-te la verticalidad se acentúa donde la subdivisión inicial se ha llevado al máximo roma-no de tres pisos (en algún acueducto del siglo XIX se ha llegado hasta cuatro pisos).Los pilares arrancan desde el suelo conservando su sección transversal hasta la coro-nación de las últimas bóvedas, las cuales desarrollan plenamente su medio punto enfábrica de ladrillo con las boquillas totales aparentes, como en el de San Lázaro. Encambio, las bóvedas intermedias, también en fábrica de ladrillo, quedan recortadas

por los pilares, y sus boquillas se organizan radialmente sólo en dos tercios del desa-rrollo correspondiente al medio punto. Quedan, por consiguiente, los arcos intermedios

145

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 143/276

ueductos romanos en España

Vista del Acueducto principal en Mérida. Dibujo de Laborde [3]

146

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 144/276

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

147

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 145/276

eductos romanos en España

del Puente de Albaregas. Dibujo de Laborde [2]

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 146/276

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

149

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 147/276

Acueductos romanos en España

reducidos en su papel estructural a simples arriostramientos de los pilares, aunqueesto no hubiera sido necesario dado el cuerpo de los mismos que no hace peligrosasu esbeltez. Como ya hemos resaltado en la descripción de las arcadas intermedias,los pilares prolongan sus tres hiladas, que van sobre el plano de arranque teórico delos medios puntos, para formar salmer que rebaja el arco activo en la proporción dedos tercios, aproximadamente.

Esta variante en el elemento arco, tan encajado en el medio punto, de máximaexpresión para el romano por su acabada redondez, la encontramos en ambos acue-ductos de Mérida y ésta ha sido la razón más poderosa que nos ha llevado a atribuír-selos al emperador Adriano, tan devoto del arco rebajado en sus construcciones, espe-cialmente las de la villa Adriana, y nos ha llevado a emparentarlos con el puente deAlconétar, donde el arco rebajado se destaca desnudo, mientras que en los acueduc-tos se enmascara, pues la geometría aparente se conserva, aunque no la estructura

expresada por la ordenación de hiladas. Es de recordar que uno de los puentes másnotables de la antigüedad fue el construido de madera sobre el Danubio, cuando laconquista de Rumania por Trajano, por el famoso Apollodoro de Damasco. Este inge-niero, constructor también de puertos, terminó durante el imperio de Adriano ydebió haber rivalidad entre ambos en esta esfera de sus actividades, ya que el empe-rador lo mando ejecutar. Al emperador Adriano debe Atenas uno de sus acueductos.

Prob lemas es té t i cos

Los dos acueductos de Mérida son, como ya hemos establecido, términos finales enla serie evolutuva correspondiente a este tipo construtuvo. Sus problemas técnicosestán perfectamente dominados tanto en el diseño general como en los detalles y, porconsiguiente, en ellos transparece sin limitaciones la intención de sus autores. En susmoles de piedra y ladrillo que cumplen a la perfección su función utilitaria han que-dado plasmadas las virtudes del ciudadano romano: lagravitas, laponderatio, laordi-natio, laaequalitas, \ά fidelitas, etc. El ingeniero romano podía descansar plenamen-te en su obra. Es uno de los casos más logrados de armonía entre obra y autor.

IzquierdaPuente de Alconétar:al desaparecer los sillaresde las caras aparece elhormigón de relleno.Obsérvese el gran tizónde los sillares del tajamar 

DerechaPuente de Alconétar:el corte longitudinalde la pila muestra la traviesaintermedia que enlaza losparamentos y los rellenosde hormigón en los cuatroalvéolos que limitan lasfábricas de sillería en seco

150

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 148/276

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

Todos los artificios técnicos han ido depurándose para cumplir mejor las funcio-nes hidráulicas, resistentes, etc., pero al mismo tiempo destacando sus posibilidadesexpresivas, que permiten al que los depura encauzarlas hacia su integración en un

organismo que responda además a la necesidad del que construye de expresarse y deconsuno expresar su época.En primer lugar, la regularidad geométrica frente a la irregularidad natural donde

se asienta, lograda en la repetición de vanos iguales, coronados por bóvedas idénticasque se sustentan sobre pilares, los cuales han de acomodarse a la desigualdad de altu-ras. En un segundo logro, nueva regularidad en los pisos superiores al poder ajustarla altura constante de sus pilares, por lo cual se puede componer con toda indepen-dencia el tema de las arcadas superiores. Ya hemos visto que en los acueductos espa-ñoles tenemos siempre en éstas un contorno interior que recorta en el cielo la figurade un semicírculo sobre un cuadrado.

En todos ellos la situación de los elementos geométricos que tienen papel en eltrazado se subraya mediante cornisas que son simples sillares salientes en Tarragona,

 y se afinan en molduras de talón y listel en los de Mérida.Pero el logro definitivo del acueducto de Los Milagros es el de volver a la idea pura

inicial, unos pilares que se elevan para que, sobre las bóvedas que los enlazan y cie-rran los vanos, se sustente la caja. Quedan los arcos intermedios en función estruc-tural de apeo, no necesaria como demuestra su conservación hasta nuestros días. Ven-cen la timidez inicial de construir por etapas, que no era nada romana.

Tenemos un logro particular en este terreno de los estético de nuestros acueduc-tos emeritenses, al incorporar en su campo realzando su expresión los artificios téc-

nicos correspondientes a la alternancia de fábricas de sillería y ladrillo. Es evidenteque el motivo inicial de que las bóvedas sean de ladrillo reside en su facilidad cons-tructiva, y el de los fajeados de la misma fábrica en pilares es rectificar la horizonta-lidad de las hiladas, pero al integrar todo ello en el conjunto y afinar las proporcio-nes relativas de números, espesores y superficies, queda el artificio elevado a un nivelsuperior que es el estético.

Esta feliz armonía lograda tuvo trascendencia histórica, pues impresionó a losconstructores árabes; y cuando realizan una de sus construcciones más importantes,la Mezquita de Córdoba, la llevan en su imaginación, despertando de nuevo la idea

de superposición de pilares y arcos de apeo y la de alternancia de fábricas que apli-can en este caso no a los pilares, sino a las bóvedas de los arcos. Pero es curioso ano-tar cómo en este traspaso de ideas una coñstrucción tan reposadamente estable comoel acueducto romano, da paso a una de las construcciones más aquilatadas e inesta-bles que se hayan construido.

151

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 149/276

 Acueductos romanos en España

Documentos re la t i vos a l acueduc to  

Referencias históricas y literarias

ACUEDUCTOS DE MÉRIDA

(1)  IDRISI: Descripción de España  (1154). Trad. A. Blázquez. Madrid, 1901.

Entre estas construcciones citaremos al O. de la ciudad una gran puenteacueducto de gran número de altas arcadas, cuyo tablero ofrece ancho paso. En la fábrica del remate de la obra se ha dis-puesto un pasillo abovedado que pasa en comunicación el interior  de la ciudad con la extremidad del puente: se puede circular sin ser visto. Por el interior de este túnel abovedado va una tubería que llega hasta la ciudad. Hombres y animales pasan por encima de estas arcadas, que están sólidamente construidas y son de una cali-

dad notable.(2)  AL HIMYARI: Lapeninsule ibérique au moyen age d’aprés le kitab 

ar rawdalmitar. Trad. E. Levy Provençal. Leyden, 1938, pág. 121.

Había cerca de la puerta, dirección O., 360 arcadas sólidamente construidas cada una de las cuales tenía 50 codos de desarrollo.

(3) IDRISIAL HIMYARI:—Copiamos la segunda referencia, que es común a ambos, pág. 212 (Después de la descripción de la «casa de la cocina»).

El modo de conducir el agua al palacio era muy curioso: por medio de un acueducto formado por torres de fábrica que se denominan pilas (argatat). Éstas, un número muy grande, subsisten todavía, sin haber sido destruidas por el tiempo; mantenidas sobre el suelo en sus basamentos. Unas son bajas; otras, altas, según el nivel del terre-no; las más altas pueden tener hasta un tiro de flecha (cien codos según Idrisi); están alineadas en recta. El agua circulaba sobre estas pilas por dentro de conductos construidos al efecto para ello. Estos conductos están hoy arruinados e inútiles, pero los pilares permane-cen en pie, dando la impresión al que los mira de ser de una sola pieza, de tal modo están bien aparejados y unidos.

(4) GASPAR BARREIROS: Corografía de algunos lugares que están en un camino (Viaje de Badajoz hasta Milán, 1542).

Tenían en esta ciudad (Mérida) dos acueductos, de los cuales aún 

ahora están los arcos enteros en muchas partes de buena y lustrosa arquitectura; uno de ellos traía agua (según algunos dicen) para beber en el verano cuando faltaba la del Guadiana, la cual venía de una alberca que está a una legua poco más o menos de la ciudad donde fue desbaratado y preso Don García de Meneses [...] Llaman ellos albercas a unos lagos que tienen hechos de las aguas del invier-no, con las que mueven en el verano, en los que se recoge grandísi-ma cantidad de agua; es palabra análoga que en nuestra lengua quie-re decir lago.

De estos acueductos aparecen muchos arcos levantados junto a la ciu-dad en el punto del río llamado Albarregas, cuya continuación sigue 

adelante y queda atrás por los campos, balizada por vestigios de los dichos arcos. Había otros por donde venía agua a dicha ciudad de una

fuente que está a media legua de Mérida, en un valle llamado hoy   valle de Mari Pérez por el lugar de los cuales viene al presente la misma agua a la plaza por otros acueductos nuevos, puesto que en algunas partes faltan ya los antiguos, bien diferentes unos de otros, especialmente estando ambos tan próximos, con lo que más clara-mente se muestra su desigualdad porque en unos hay grandeza de pie-dras con artificio y majestad de la obra y en los otros ninguna cosa de éstas. Viene esta agua a la plaza a una fuente descubierta que revien-ta por cuatro o cinco caños, la cual es muy buena; la del río no es teni-da comúnmente por tal, y así es de creer porque si no no hicieran los romanos tanto gasto en traer agua de tan lejos teniendo el río en la puerta, puesto que muchas cosas hacían ellos más por grandeza y por  nobleza de la tierra que por necesidades de la vida humana.

(5) CEANBERMÚDEZ: Antigüedades romanas en España, págs. 385 y 397.

 Acueductos.También son dos y también se asegura que los mandó edificar el mismo emperador. Se descubren las ruinas del primero cerca del puente de Albarregas; su dirección es del septentrión al mediodía. Su canal es de 3 pies de ancho, de 3,5 de alto, su mayor  grueso no pasa de 11, y la mayor altura sube a 91, en dos y tres órde-nes de arcos, unos sobre otros. El segundo entra en la ciudad por el oriente y venía de muy lejos por el norte, dando vueltas y revueltas. La canal es de 2 pies de ancho, de 4 pulgadas de hondo y de 4 pies 

 y 10 dedos de grueso. Luego que daba vista a la ciudad comenzaba a elevarse sobre grandes arcos, para suplir la desigualdad del terreno hasta muy cerca de la naumaquia, a la que proveía de agua. Perecie-ron todos sus arcos menos dos, y los nuevos con que quisieron reem-plazarlos son de una arquitectura grosera. Éste es el acueducto que examinó Pedro Esquivel, en el que echó sus medidas e hizo grandes observaciones para averiguar el tamaño del antiguo pie español. Y  fuera también de esta ciudad, como una legua lejos, es también digna de consideración otra obra asimismo romana y particular. Es un fortísimo murallón de piedra y argamasa que tiene más de 20 

 varas de alto y más de 100 de largo, y sirve para contener el agua llo- vediza y la de los arroyos inmediatos, formando un gran estanque al que llaman Albuhera en Extremadura. En los extremos del mura-llón hay dos torres que nombra Bocines: tienen escalones para bajar  hasta lo profundo del estanque a fin de desaguarle y limpiarle.

Otro murallón y otra albuhera, mayores que las dichas también obras de romanos están en la dehesa de Cornalvo, distante 2 leguas 

 y al oriente de Mérida. Contienen un fuerte torreón y trozos de gra-dería o asientos en el murallón desde los cuales quizá se verían com-bates navales sobre el espacioso estanque como en las naumaquias.

Muy cerca de esta dehesa hay una pradera que, por sus muchos 

manantiales, llaman del Borbollón, y en la que se descubrieron años pasados varias cañerías subterráneas en comunicación de unas a

152

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 150/276

Capitulo IV. Acueductos de Mérida

otras, tan cómodas y espaciosas que puede andar por el interior de ellas un hombre derecho. Es creíble que se construyesen con el obje-to de llevar las aguas a esta especie de naumaquia de Cornalvo.

(6) CAMPOMANES: Itineario real. Madrid, 1761. Examen de las medidas itinerarias de España V, pág. LXXIII.

Midió Esquivel los intervalos de las arcas, o lumbreras del acueducto de Mérida y halló había ciento y quarenta lumbreras. Continúa luego Morales dando razón individual de esta medida de Esquivel, así:

«El Maestro Esquivel, mirando estas lumbreras, consideró cómo esta-ban todas a igual distancia. Pasó adelante imaginando que tendrían aquellas distancias algún número cierto de pies que el artífice les daría. Midió por esto una distancia con cordel, y halló que tenía cincuenta 

 varas justas y lo mismo tenían todas las demás. De aquí entendió cómo en nuestra vara hay algunos pies al justo y ellos forzosamente han de ser tres; pues más, ni menos no les sufre la disconformidad y  entendió también cómo el artífice había puesto las lumbreras a cien-

to y cincuenta pies. Y de todo resultó saber con certidumbre que un pie antiguo español tenía tercia de nuestra vara castellana al justo, que era ser un poquito menor que el pie romano.»

(7) MIÑANO: Diccionario geográfico, 1827.Tomo 6.°, pág. 17.

Los Milagros de Albarregas, restos de un acueducto romano que conducía las aguas a la ciudad para sus fábricas y otros usos.

(8) MORENO DE VARGAS: Historia de la ciudad de Mérida. Méri-da, 1663. Capítulo IX: De otros edificios romanos hallados en Mérida, pág. 77.

Muchos son los acueductos, y encañaduras de agua, que en contor-no de Mérida se hallan, que venían a la ciudad, de los cuales son 

muy señalados los dos que pasan por lo alto del río Albarregas, y se reconoce por los fragmentos de sus atenores, que son de sillería y  argamasa; traían cantidad de agua del grueso del cuerpo de un hom-bre. El uno viene encañado desde el valle que llaman de MariPérez, una legua de la ciudad a la parte del septentrión, por un edificio el más célebre que los romanos hicieron en España, como lo testifica el Maestro Esquivel, referido por Ambrosio de Morales (en las Antig. de España, f. 33), que por mandado del señor rey don Felipe II vino a sólo describirle, y halló que debajo de tierra tiene 140 arcas, que los antiguos llamaron castillos, en los cuales el agua se va recogien-do como en esponjas, tomándola de los manantiales profundos que por allí hay, procedidos del agua llovediza que a ellos se trasmina y  

resumen porque la disposición de la tierra no consiente que corra a otra parte. Tienen estas arcas sus gradas y escalones de piedra por  donde se baja a limpiarlas, y la encañadura y acueducto que viene por debajo de tierra es tan ancho y alto que puede muy bien ir por  él una persona en pie; de esta manera llega al cerro que llaman Rabo deBuey, y desde allí venía descubierta hasta llegar a la ciudad sobre altísimas columnas y arcos de admirable y suntuoso edificio, del cual sólo han quedado dos arcos que están junto a la ermita de San Láza-ro, y algunos fragmentos del atenor por donde corría el agua, que era de argamasa fraguada de piedras muy pequeñas, más duro y eter-no que si fuera de peña, como se ven por los que hay y permanecen hasta ahora en la cerca de don Cristóbal de Contreras Sotomayor, 

regidor. Y porque este acueducto romano en' lo que estaba descubierto

sobre la tierra está del todo acabado por lo haber destruido a mano los godos y moros, se hizo otro por los cristianos, y se fundó sobre muchos y altos arcos hasta llegar a tomar la altura del cerro, donde está la ciudad, en la arca que llaman del contador, adonde se vuelve a entrar debajo de tierra, y el agua se divide hoy en dos partes, una que vuelve a bajar al pilar del Arrabal, y otra que entra en la ciudad 

por la puerta de Santa Eulalia y va al pilar de la plaza, cuyos residuos se aprovechan y conducen a otros pilares del servicio de las iglesias parroquiales, y otras partes adonde el agua es necesaria, porque es mucha y abundante.

Cría esta agua algún sarro y tova, y por esta causa los atenores del acueducto y encañadura hecha por los cristianos se han ido apretan-do y cerrando de modo que no dejaban correr toda el agua, y así, para remediar este daño se hizo otra nueva encañería sobre la anti-gua el año 1623, por acuerdo de la ciudad, y a su costa e instancia de su gobernador don Antonio de Pazos Figueroa, caballero de la Orden de Santiago. Veinticuatro de Jaén (digno heredero de la noble 

sangre, valor y rectitud de sus mayores, hijo de don Rodrigo de Pazos Figueroa, oidor de Granada, nieto de Juan Rodríguez de Pazos, que fue hermano mayor de don Antonio de Pazos, presidente de Casti-lla y obispo de Córdoba), asistió a esta obra, y a la de la fuente que hizo en la plaza, quitando la antigua que en ella estaba, y dejó comenzados los miradores de la Audiencia vieja, que después acabó el gobernador don Diego Hurtado de Mendoza, caballero de la Orden de Santiago, su sucesor; a las cuales obras asistimos don Rodrigo de Cárdenas Portocarrero, é yo Bernabé Moreno de Vargas, como regidores comisarios de ellas. Algunos entienden que el agua que por este acueducto traían los romanos, de la cual hoy se sirve la ciudad en las dos fuentes referidas, entraba en la naumaquia de que 

habernos hecho mención en el capítulo antecedente, y no es así, por-que el haber llegado a aquel sitio fue por tomar altura para desde allí derivarla a las fuentes que entonces tuvieron, por ser agua procedi-da de limpios manantiales y buena para beber, y no la habían de gas-tar en la naumaquia, pues para ella tenían otro caño de agua que le entraba por la parte del oriente y venía del sitio que llaman el Bor-bollón, conducida por las tierras de Ureña, cuyo atenor y caja mues-tra haber traído muy gran abundancia de agua, de la cual ansí mismo se aprovechaban en el Circo Máximo cuando en él se hacían fiestas navales, como queda dicho, y la que sobraba en la naumaquia pasa-ba por un sumidero que tenía en lo profundo de ella al castillo y  almacén de agua que estaba en Guadiana, adonde llaman ahora 

el Chorrillo, como luego diremos, sirviéndose primero de ella en los baños que tuvieron allí cerca, los cuales duraron hasta el tiempo de los godos y moros, y hoy se conserva con nombre de la calle de los Baños la que allí está, y se han descubierto los rastros de su edi-ficio y de las encañaduras del agua. Y la que venía por el otro acue-ducto principal y grande, que era para beber, entraba en la ciudad por la puerta principal que ahora llaman de la Villa, por donde hoy  ansí mismo entra, y corre por la calle de Santa Eulalia.

El otro acueducto viene desde la Albuhera, de la cual se tratará luego;  y para atravesar el río Albarregas, por ser su sitio muy bajo, fue nece-sario encañarle sobre columnas y arcos de extraña grandeza y sun-tuosidad notable, pues tienen de altura 32 varas. El edificio es de 

cantería de piedras de grano y ladrillo, y es tan soberbio e insigne

153

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 151/276

Acueductos romanos en España

que le llaman Los Milagros, como que su obra fuese milagrosa y  semejante a los siete milagros del mundo. Por este acueducto traían el agua de Albuhera, y otras que a él refogían en el camino, y la entraban en la ciudad por lo alto del sitio adonde ahora está el Cal-vario, en que hay ruinas de la caja o almacén adonde el agua para-

ba, y desde allí la repartían a los molinos que había dentro en la ciudad, para cuyo ministerio los romanos tenían el Albuhera, y juz-garon era mayor grandeza de su poder que el agua viniese a moler-les el trigo a sus casas que no llevarlo casi una legua fuera de la ciu-dad, adonde está el Albuhera. Ansí mismo el residuo de esta agua servía para batanes, tintoreros y zurradores, porque del mismo acue-ducto se conoce que eran tan copiosa que había para todo esto y para regar sus jardines.

(9)  ANTONIO PONZ: Viaje de España. Tomo VIII. Madrid, 1778, pág. 112.

12. Los aqiieductos de Mérida no eran inferiores en su grandeza y mag-

nificencia a los de la misma Roma, y lo demuestran claramente sus rui-nas. No sabemos quántos tendría; pero las mismas ruinas manifiestan que había dos muy principales, y pasaban a la ciudad por encima del río Albarregas, sobre pilares, y arcos; cuya dirección era desde la Albuhera, casi una legua distante de la ciudad, y desde una dehesa más a septentrión en igual distancia. De primero, que tenía su principio en la Albuhera, queda, si no me engaño, treinta y siete pilares, que llaman vulgarmente Los Milagros, algunos con tres órdenes de arcos unos sobre otros; la mayor altura que se reconoce hoy desde el suelo hasta donde venía el encañado, pasa de treinta varas; dicho encañado era capaz de traer gran copia de agua, pues su ancho es de tres pies, y aún más su alto. La materia de estos edificios, los más célebres según el dic-

tamen del Maestro Esquivel referido por Ambrosio de Morales1, de quántos los Romanos hicieron en España, es un fortísimo argamasón, cubierto en lo exterior con hiladas de ladrillo cocido, y de cantería almohadillada, cuyas piedras son de un tamaño prodigioso.

13. Del otro aqüeducto quedan dos arcos junto a la ermita de San Lázaro fuera de la ciudad, y son semejantes en la construcción a los referidos. Salvaba con sus pilares y arcos la hondura por donde corre Albarregas hasta cerca de la naumaquia: pereció la fábrica de este intervalo, que es bastante grande, a excepción de los dos arcos que he dicho. Se ha suplido con otros, que no corresponden en cosa nin-guna a los antiguos, pero últimamente sirven de llevar la agua a 

Mérida y, por consiguiente, es obra útilísima. Parte del antiguo con-ducto o canal por donde venía el agua se reconoce cerca de Mérida, por anivelar allí el terreno con los arcos; y es menester verlo para creer la fortaleza de su argamasa.

14. En este aqüeducto es donde dice Morales citado arriba que el Maestro Esquivel, de orden de Felipe II, hizo sus operaciones para examinar el tamaño del verdadero pie español, y halló en su princi-pio ciento y quarenta arcas para recoger el agua de profundos manantiales. Se baxaba a ellas por escalones; y los conductos subte-rráneos son tales, que un hombre de buena estatura puede caminar  por ellos comodísimamente. Hablaré más adelante de esto.

(Entre las páginas 114 y 115 se inserta el grabado correspondiente a los dos arcos del acueducto de San Lázaro.)

(10) JOSÉDEVIU: Antigüedades de Extremadura. Madrid, 1852, págs.26 , 27 y 2 8 .

Muy cerca del último se hallan Los Milagros de Albarregas, obra de la misma época, cuyo nombre da el vulgo a los portentosos pilares que aún se levantan con magestad, restos de un acueducto también 

romano que conducía de N. a S. el agua a la ciudad: apenas llega, cerca de ella se pierde y ya no vuelve a descubrirse, lo cual da a enten-der que, o Mérida se extendía hasta los actuales vestigios del acue-ducto, o que desapareció la porción de lo que éste falta: de todos modos da a conocer la anchura de su canal, que es de 3 pies, y otros 3 pies y 8 dedos de alto, siendo el mayor grueso de todo el conduc-to (que es desigual) unos 11 pies. Su materia es argamasa cubierta de cantería y algún ladrillo, llegando su elevación por parages a 91pies, con dos y tres órdenes de arcos unos sobre otros.

 Aún se conservan algunos de los grandes depósitos que surtían de aguas y de delicada pesca a la Ciudad. La llamada actualmente Char-

ca de la Albuhera, antiguamente Lago de Proserpina, a distancia de una legua al N, y la titulada de Cornalvo, eran del número.

El segundo acueducto entra por el oriente, y procede de bastante lejos al N, viniendo a manera de culebra. Su canal es de 2 pies de ancho y 4 de alto, y el grueso del todo son 4 pies y 10 dedos. Ape-nas daba vista a la población elevándose sobre grandes arcos, que supliendo la desigualdad del terreno por donde corre el río Albarre-gas, le traían a descansar inmediato a la naumaquia, cuyo depósito alimentaba. Ya no quedan tampoco sino dos de los arcos primitivos, pero arcos que el curioso no se cansa de admirar. Aquí, en este acue-ducto es en donde ha sido averiguada la casi exactitud del pie roma-no con el actual de Burgos, pues como hubiese en él 140 arcas o res-

piraderos por donde los labradores de la inmediata campiña pudieran tomar el agua para beber, y de una a otra mediase una dis-tancia igual, infirió el Maestro Esquivel que estas distancias debían tener una medida fija y determinada. Efectivamente, echado un cor-del, halló próximamente 50 varas de una lumbrera a otra, o sea 150 pies.

Los romanos se singularizaron mucho por el aplomo y magestad de sus construcciones; mas en punto a acueductos fueron incompara-bles, siendo muy de notar que jamás eternizasen sus obras como nosotros, pues lo que empezaban lo concluían, y pronto. Acueduc-tos bien memorables nos dejaron en España, y acueductos grandio-

sos por todas partes en que podían servir a la comodidad pública. Ocúrrenos en este momento varios, y entre ellos el que Augusto mandó fabricar para proporcionar aguas abundantes a una ciudad del Epiro, que le debió, como Emérita, su existencia, y cuyos monu-mentos, levantados bajo una misma inspiración y gusto, tienen igual fecha (unos 22 a 25 años a. C.). Vencedor en Accio, le ocurrió edi-ficar sobre su costa, buen testigo del triunfo, un pueblo cuyo nom-bre correspondiera a la idea de tan célebre acontecimiento. No bien lo pensó, cuando fue hecho como por encanto; pues surgió de entre aquellas tristes playas la famosa Nicopolis (ciudad de la Victoria), apareciendo desde luego embellecida con la ostentación de otra Roma, así como nuestra Emérita al propio tiempo; siendo muy de 

observar también que las medallas que empezaron a acuñarse allí, contienen en su anverso un edificio, torreado, muy semejante al que

154

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 152/276

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

ostentan en el reverso las Eméritas. Y como Nicópolis necesitase de aguas puras y copiosas, fue traído en poco más de dos años todo un río desde 70 millas (unas 15 leguas) por la cañería más vistosa y sóli-da que puede imaginarse, a través de barrancos, montañas y preci-picios, como es de ver todavía. Dos cosas pasman, sobre todo, a los curiosos: la argamasa y consistencia de aquella obra de romanos, rebelde todo aún a los medios comunes de destrucción y el delica-do nivelamiento de todo el acueducto; en fin, no cabe mayor per-fección que la que él revela en medio de su estado ruinoso actual.

(11) A. G. SOMORROSTRO: El acueducto de Segovia, pág. 17.

23. El señor Ponz acompaña a su descripción, y otras particularida-des que añade, un dibujo de estos dos arcos, que sin duda eran de los del orden inferior, y tres pilares, de los que en dos se ve el arran-que de los arcos y las impostas o cornisas que adornaban la fábrica: hermosísima debía ser ésta y sería cosa muy agradable ver los dos o tres órdenes de estos arcos, que se dilataban por espacio de una legua, pero la materia y forma de su construcción fueron bien diferentes de las del acueducto segoviano, en el que ni había en lo interior, ni la hay en el día, argamasa alguna, ni los sillares están almohadilla-dos, ni tienen las fajas de ladrillo, que tan agradable vista causaban en los acueductos de Mérida. Los pilares tampoco disminuían sus gruesos según se elevaban, como sucede con los del acueducto de Segovia, en donde hay los dos órdenes de arcos. La arquitectura de los de Mérida es exactísima, y no presenta las pequeñas desigualda-des que se advierten en algunos sillares, que sobresalen de los demás en el de aquí; y las cornisas que adornan a aquéllos, son en mi jui-cio más finas y bien acabadas que las del nuestro: pero éste aún per-manece, y aquéllos casi enteramente han desaparecido. Mucho hicie-

ron para su destrucción los árabes devastadores, en sus primeros años de la conquista y dominación. También el tiempo destruye mucho; y aunque la construcción y argamasa con que estaban formados los acueductos de Mérida, fuese tan fuerte y dura, como justamente dice el señor Ponz; más dura y más fuerte es la piedra berroqueña y la fábrica sin argamasa, que es como está hecho el acueducto de Sego-via. Acaso durarían todavía, en todo o en parte, los acueductos de Mérida si hubieran tenido la misma materia y la misma construc-ción. Si la mano destructora de los árabes no hubiera caído tantas veces sobre la capital de la Lusitania, y ésta hubiera conservado des-pués de su reconquista el alto lugar que ocupó en la dominación romana y gótica, tal vez veríamos todavía los acueductos romanos: 

pero aún en esto fue tan desgraciada Mérida, porque trasladada su sede metropolitana a Galicia, y reducida a una corta población su inmenso vecindario, no ha podido sostener su antigua grandeza, ni tiene en el día quien pueda sacar de entre los escombros el innu-merable cúmulo de grandezas, que en otro tiempo la ennoblecieron. Para dar un bosquejo de algunas de ellas, permítaseme insertar aquí una carta, que me dirigió en contestación a algunas ilustraciones que le pedí sobre Mérida el laboriosísimo y curioso coronel del Real Cuerpo de Artillería don Joaquín de Góngora.

26. Acueducto. Los restos de acueductos romanos no son de menos consideración y magnificencia: subsiste un trozo en dirección del E ala naumaquia, que parece se componía de dos órdenes de arcos, sien-do el primero almohadillado de piedra berroqueña, del que subsisten

dos arcos completos, e iguales al parecer; y el segundo orden, de mucha mayor elevación que el primero, es compuesto en sus pilares de hiladas de piedra branca, y de trecho en trecho una faja de ladri-llos tan encarnados como el bermellón. Subsisten tres pilares de este orden y sólo en dos de ellos los arranques de sus arcos, pareciéndo me que en la altura total y sus proporciones podrán ser con corta diferencia las que tiene el acueducto de Segovia en el paso que hay  desde la carnicería de San Francisco a la puerta de su iglesia.

27. Otros restos de acueducto subsisten al N de la población, como lo indican una porción de pilares de la misma arquitectura que los anteriores, pero de mayor elevación por el desnivel del terreno. Pare-ce por los arranques de sus arcos que era compuesto de tres órdenes; 

 y en elevación y proporciones serán con corta diferencia las que tiene el acueducto de Segovia a la entrada en la calle de San Antolín; pero no puedo dejar en olvido la agradable vista con que los hermosea la faja de ladrillos sumamente encamados, que de trecho en trecho hacen parte de los pilares.

(12) G. FERNANDEZ PÉREZ:Historia de las antigüedades de Mérida. Badajoz, 1857.

Cañería que llaman de Los Milagros: desde esta charca o gran lagu-na que en el día surte a un lavadero de lanas y molinos harineros y  fecunda una hermosa vega, tomaba el agua la cañería de los roma-nos, de que voy hablando. En su salida tenía dirección al poniente, 

 y volviendo hacia el mediodía costeaba la sierra que llaman de Cari  ja, en cuyo valle se ve aún el cauce y arcos que allí se formaron: daba  vuelta al oriente pasando por la huerta que llaman de la Calera, por  donde viene aún en largos trozos sobre la superficie de la tierra, y al fin serpenteando y haciendo una multitud de semicírculos por las 

faldas de los cerros, que confunden en su dirección, viene a montar  la altura de la calzada de Mérida, desde donde corría otra vez hacia el mediodía, para entrar en la ciudad pasando el valle del arroyo 

 Albarregas, sobre los famosos arcos que llaman de Los Milagros. Estos arcos daban principio en la misma altura de la calzada, donde había, y subsiste una grande arca de depósito. Desde allí hasta la bajada al valle, sólo existen aislados tres postes de la cañería, pero muchos cimientos y torreones por el suelo. En el valle permanecen aún seguidos veinte y seis postes o pilares, cuya mayor altura es de treinta varas, y todos se trababan entre sí con tres órdenes de arcos, que cuasi todos están quebrados, y sólo se descubren sus principios 

 y arranques. El grueso de cada poste o pilar es de cinco varas en cua-

dro, y todos estaban reforzados con su estribo por uno y otro lado, que empezando por un macizo de dos varas de ancho y tres de largo o saliente, suben en disminución hasta el último arco o base de la canal. Toda esta obra es de grandes piedras de sillería que forran su argamasa interior, y de trecho en trecho hay unas hiladas de cuatro o cinco ladrillos. Después de estos veinte y seis pilares, hay un vacío como de noventa varas, donde no existe pilar alguno, pero luego empiezan otros siete seguidos, que pierden la dirección recta y suben costeando la altura a la ciudad, volviendo un poco a la derecha, y el primero de estos postes es más grueso que todos los demás, y a quien el vulgo llama el Milagro gordo; pues como en él hacían empuje y  

 violencia las aguas para volver su inclinación a la derecha, se le dio más consistencia, y cinco frentes para trabar con él la unión de los

155

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 153/276

Acueductos romanos en España

que declinan de la línea recta. En lo que resta de esta altura hasta la ciudad, no hay más que un poste o trozo de muro que por allí sos-tenía la cañería, y desde él tuerce otra vez ésta hacia la derecha y línea recta al poniente. Este último poste dista del muro romano como unas cuarenta varas y parecía que desde allí iban a entrar ya las aguas 

en la ciudad; pero haciendo una excavación en el invierno de 1829, por bajo de la ermita del Calvario en el camino que va al puente de Albarregas, aparecieron en el mismo camino a un lado y a otro cimientos de piedras sillares sumamente grandes; y examinados, sevio que eran cimientos de postes de la misma cañería, que se pro-longaba aún otras cien varas hacia el poniente en línea recta y para-lela con el muro, e iba a desaguar en la ciudad por el costado occi-dental de la ermita del Calvario; por manera, que en aquel punto del camino formaría la cañería unos arcos de entrada de siete varas de anchura en rectitud, y a cuarenta de distancia de las puertas de muro. En esta cañería observó que trae en todo su curso una direc-ción tan tortuosa y tomando vueltas por las alturas, que aproximán-dose en una de ellas a la vista de la ciudad, y pudiendo entrar en ésta sin tanta prolongación, se le hace retroceder y costear por las faldas de otras alturas, andes de llegar a la de la calzada: lo cual se hizo, según entiendo, consultando a la mayor utilidad; pues cuando más terreno y alturas corría, más vegas y casas de campo fecundaba con sus riesgos en todas sus líneas. Ella venía toda al descubierto y a la faz de la tierra, exceptuando el paso por los valles donde se constru-yeron pequeños arcos.

Sobre los últimos arcos de dicha cañería corrían y se ven aún piedras de grano, formando cornisa de media caña que sobresale media vara por uno y otro lado, y sobre la base de esta cornisamenta estaba colo-

cado el gran canal de argamasa por donde iba el agua. Además de la hermosura que presentaba esta cornisa, servía para que pudiesen andar por ella de pie los hombres encargados de limpiar el canal. En el día sirve esta cañería para nidos de cigüeñas, y no sin razón se le denomina Los Milagros de Albarregas, porque parece prodigioso que se conserven estos restos con tanta solidez y firmeza despues de die-ciocho siglos de existencia. El agua que venía por ella sólo servía para la limpieza y surtido de molinos, fábricas y batanes que había den-tro de la ciudad, como dice Moreno Vargas, y con este fin corría por  todo alrededor del muro por un canal que en él había abierto; ade-más de que las diferentes direcciones, y como ramales que al pare-cer salían de esta cañería en su largo y tortuoso curso, inducen a 

creer, según he dicho, que se repartía también de esta agua para los riegos, y usos de la población, casas de campo y fábricas que pudie-se haber por aquellos sitios.

Otra cañería que dicen de San Lázaro: ésta es la que llaman de San Lázaro, que está frente a la anterior y en línea paralela a la distancia como de mil y cien varas agua arriba del arroyo Albarregas. Esta cañería era más suntuosa que la anterior, y uno de los más celebres edificios que fabricaron los romanos en España y como el fin de ella era surtir del agua que había de beber el pueblo, se construyó con más esmero y hermosura con respecto a su objeto más noble. En el día se surte la ciudad de Mérida de esta misma agua, cuya calidad en sí es excelente, y viene de tres cuartos de legua de distancia, desde 

el valle que llaman de las Tomas, sito a la parte del N. En aquel valle está la primera arca o depósito en que se reúnen las aguas de dos

ramales excavados en la tova, o terreno natural: el uno con direc-ción a N. de más de veinte varas de largo, y el otro con dirección al NO., como de nueve varas, los cuales suministran agua en abundan-cia, especialmente el último, por el que se filtra más copiosa. En dicha arca da principio un cañón de bóveda, subterráneo y bastan-

te profundo con capacidad de poder andar un hombre por él, y de trecho en trecho hay otras arcas que dan luz, y se entra por ellas a limpiarlo. Viene en cauce o cañón haciendo varios semicírculos por  terreno bajo y en una distancia de cuatro mil trescientas doce varas en que hay pasantes de cien arcas hasta la altura próxima a la ciu-dad, que llaman RabodeBuey, donde empezaban los arcos de la cañería. Todo este cañón subterráneo es el mismo y en la misma dis-posición en que lo fabricaron los romanos, quienes le dieron una dirección tan prolongada y circular con el objeto sin duda de que trasmanasen a él y se recogiesen todas las aguas que filtran por su terreno, y que nunca escasean; además de otras que le entraban por  otra cañería, que venía a desaguar en él desde los montes de Cam 

pomanes, de que hablaré después.En dicha altura de RabodeBuey y hasta cuyo punto llega el referi-do cauce o cañón cubierto, hay una grande arca de depósito, y desde ella empezaba a formarse la famosa cañería y soberbios arcos que transmitían el agua al descubierto por cima del valle y arroyo de 

 Albarregas hasta la otra altura de la ciudad donde estaba la nauma-quia, y en la distancia de más de mil ochocientas varas. Esta cañería fue destruida por los godos cuando sitiaron la ciudad, dominada por  los romanos; y por los restos que de ella han quedado, se conoce lo hermoso y magnífico de su obra. Junto al pilar de San Lázaro exis-ten dos excelentes arcadas de cantería, que llaman Almohadillada, y  de una arquitectura igual a las del puente, que tiene cada una cinco 

 varas de ancho, otras cinco de alto y tres de grueso o fondo, y sobre su cornisamenta de media caña se levantan tres postes de ocho o más 

 varas de altura hasta los arranques de los arcos superiores que soste-nían el gran canal. Por ellos pasa en el día el camino real de Madrid, 

 y por ellos entraba también, en tiempos de los romanos, la calzada o vía militar que venía desde Córdoba, Toledo y la Mancha; por cuya razón, sin duda, debiendo traer por este punto la cañería una línea oblicua, cortando diagonalmente el camino, según lo manifiesta su dirección, para formar más vistosa la entrada se le dio en este sitio una línea recta, y en ella se construyeron los dos arcos con la mages tad y hermosura que aún presentan. Por la altura que por estos arcos 

llevaba la cañería, se conoce que por lo bajo del valle y sitio del arro- yo, debió ser más alta que la otra de Los Milagros.

Existen también tendidos por el suelo, y en la línea de esta cañería de San Lázaro, multitud de trozos del canal que había sobre ella, for-mado de argamasa tan sólida, que ni el tiempo, ni el hierro han podido desbaratarlos. Pasan de cuarenta los que se ven bajando por  RabodeBuey a Albarregas; y subiendo desde el pilar de San Láza-ro hasta la neumaquia, se cuentan en su línea más de ciento de dife-rentes tamaños, habiendo muchos de seis a ocho varas de largo, y  todos con la canal perfectamente conservada, que tiene tres cuartas de ancho y media vara de alto en su hueco, barnizado todo su inte-rior de argamasa muy fina con moldes de media caña en los costa-

dos del centro. Esta cañería termina con dirección a la naumaquia, donde efectivamente entraba, y se valían de ella cuando se necesitaba

156

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 154/276

Capítulo IV. Acueductos de Mérida

llenar el baño o estanque; pero su uso común era el de surtir las fuen-tes, para lo cual se separaba un ramal, que se descubre en un trozo de cañería romana que se ve aún con dirección al pueblo, contigua 

 y en la misma línea que trae la que surte en el día, pues para suplir  la falta de la antigua se fabricó otra moderna, que tomando el agua 

en el arca o depósito en que concluye el cauce romano en la dicha altura de RabodeBuey, la conduce por atanores hasta la altura de enfrente que domina la ciudad. Esta cañería moderna es de mani-postería; no tiene la altura de la romana, y aunque obra ordinaria, y  con remiendos, es de mucha utilidad.

Tercera cañería que venía del Borbollón; hay otra tercera cañería que venía del Borbollón. Es el Borbollón un fuente o gran manan-tío que hay sobre las alturas de los montes que llaman de Campo manes, distantes dos leguas de Mérida hacia la parte de oriente, donde tomaba el agua esta cañería, que viene subterránea, y se ven aún descubiertas algunas de sus arcas, por donde se baja, en bastan-te profundidad, al cañón formado de piedras, igual al que he referi-

do en la cañería anterior. En algunos parages, o sitios bajos, sobre-sale la cañería a la faz de la tierra, y en otros, como en Caño Quebrado, y el caño que llaman de las Vicarías, existen rotos los arcos, y muro de la misma cañería; la cual se presenta también al descubierto, y sobresale un poco de la tierra al acercarse a Mérida como a doscientos pasos del muro, trayendo una dirección recta a

Dibu jos

[1] PONZ. Madrid, 1778. Dibujo de los dos arcos supervivientes del acueducto de San Lázaro inserto entre las páginas 114 y 115 del 

tomo VIII, encuadrado y con el número 114 en paginación.[2] LABORDE: «Vista del acueducto principal en Mérida». Las 

referencias al pie son: Dutrully delineavit, Baugean aqua forti  y Dequevauviller sculpsit.

[3] «Vista del puente de Albarregas». Aparece en segundo término parte del acueducto de Los Milagros y especialmente a la dere-cha en el horizonte la ermita de San Jorge con su Calvario, en cuya explanada debe estar enterrado el depósito terminal. Junto a ella el pilar de quiebro para la última alineación que conducía hasta dicho depósito. Las indicaciones al pie son: Liger deline-avit, Baugean aqua forti y Dequevauviller sculpsit.

[4] «Vista de una parte de los aqueductos en Mérida». Las indica-ciones que constan, además del título, también en francés y en

la naumaquia, donde entraba por la parte del mediodía. Como esta cañería viene por las alturas que dominan a la ciudad, y no tiene que 

 vencer valle alguno para acercarse a ella, no hubo necesidad de for-mar arcos como en las anteriores: entra subterránea en el muro; y en las diferentes vueltas y círculos que forma en su curso, camina más 

de tres leguas de tierra, en cuya larga distancia no sería extraño que surtiese de aguas a otros pueblos, casas de campo y hermosas pose-siones que habría en un suelo tan a propósito como el que coge sulínea todo al oriente de Mérida. En el día está obstruida y sin uso; mas como siempre recibe alguna agua en su madre, y subsiste el cauce, o conducto subterráneo, podría suceder muy bien que por  muy ciego que esté de tierra y broza, se filtre y se comunique por él parte de la misma agua que produzcan los veneros y manantíos que se encuentran por todo aquel terreno, y que sea cierto lo que algu-nas gentes dicen, que el agua del pilar de la dehesa de Albarregas es filtración de esta cañería. Contiguo a una fuente que hay en dicha dehesa se ven fundamentos muy sólidos de argamasa, que demues-

tran no haber sido de poca consideración el edificio que sostenían. El abandono con que hoy se miran estas obras, es mayor que el empeño y celo de los romanos en fabricarlas.

(Tiene dos láminas, una con inscripciones y en la segunda aparece además del teatro y del anfiteatro la «Cañería moderna que llaman de San Lázaro, sustituida a la antigua de los romanos».)

inglés, son: Alex de la Borde del, en el centro; Baltard aqua forti  y Pedoux Sculp. Sus dimensiones son: 27 x 34,50 cm.

[5] «Plano geometral del Aqueducto en Mérida y del Puente de  Albarregas». Figuran de izquierda a derecha el alzado de los dos arcos subsistentes del acueducto de San Lázaro en su estado real; detalle de la cornisa y de la sección transversal del puente de Albarregas y un alzado de la reconstitución de tres arcadas del acueducto de Los Milagros, con escalas gráficas diferentes para cada uno de los acueductos. Damos únicamente los alza-dos de ambos acueductos a la misma escala, que es diferente de las del dibujo.

Las indicaciones son: Molinier delineavit y Dornuer sculpsit.

[6] Grabado de la Crónica General de España. Provincia de Bada-

 joz, pág. 49.

157

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 155/276

 V 

umilladero de la Cruzel Campo, templeteudéjar (1482) que

parece relacionado conacueducto en todos

s grabados que seonservan

Acueducto de Sevi l la

C onducc i ón

La conducción de agua a Hispalis arrancaba en Alcalá de Guadaira recogiendo unosmanantiales que llevaba a la ciudad en canal cerrado, el cual empieza enterrado conregistros uniformes distribuidos cada 100 pasos aproximadamente, e iba surgiendo a

la superficie, primero sobre muro, para terminar sobre arcadas en el tramo final.La presencia de manantiales de agua abundante en la región de la actual Alcalá deGuadaira, fuente perenne la llamó Rodrigo Caro, que parece estar relacionada con elnombre primitivo de esta villa, Hienipa según opiniones no del todo autorizadas, debióincitar a los romanos a utilizarlas en el abastecimiento de una de sus ciudades másimportantes en nuestro país, como era Hispalis. Hay que tener en cuenta que aunquedisponían de las aguas del Betis, los romanos, como en otros muchos casos de ciuda-des en análogas condiciones, necesitaban de una conducción de agua potable directa,máxime en este caso donde los manantiales se encuentran tan próximos, a unos pocoskilómetros, mientras que, por ejemplo, en Toledo fue preciso acudir a las aguas del

Guadalerzas, a distancia de 75 km, y en Cádiz, a las del Guadalete, con recorrido aná-logo. Ya sabemos las grandes distancias que tuvieron que recorrer en las conduccionesde Roma.

En toda la primera zona enterrada se reconocen las lumbreras, muchas de ellasdescubiertas, e incluso parte de la galería enterrada, al realizarse la explanación de laactual carretera, debiendo ser unas y otra obra inicial. En cambio parece ser que des-pués había una zona indecisa donde la canal descubierta tenía una traza divagante

para acudir al servicio de algunos molinos, hastadoce según las descripciones más antiguas.

Entraba el acueducto en Sevilla por la puerta deCarmona, ya que según los grabados antiguos que-daba lindando con la vía romana CordubaHispalis,que venía en último trayecto desde dicha ciudad, lacual dio nombre a la puerta y de rechazo al acueduc-to que se ha conocido siempre por «los Caños deCarmona».

El acueducto terminaría en algún depósito regula-dor dada la importancia de su caudal, a juzgar por lasdimensiones de su caja, 1,20 x 0,60 m. Según las refe-

rencias de la crónica almohade de Abensáhibasala enel año 1187 se construyó un estanque o depósito en

159

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 156/276

Acueductos romanos en España

Conjunto de cincoarcadas, único restoque se conservacompleto de lascuatrocientas y picoque tuvo el acueducto.Restaurado en 1951

Lo que resta delacueducto de Hispalis.Conjunto de las cincoarcadas completas enzonal final

la calle Mayor. Después seguiría enterrada para alimentar a las fuentes de la ciudad,y en la misma crónica se indica que hubo que desviarla al construir la Mezquita, dán-dole un cauce más amplio y mejor. Según el cronista Peraza, dividía la ciudad en dos,yendo a terminar hacia la puerta del Arenal.

Descr ipc ión de l acueduc to

El acueducto propiamente dicho debió tener inicialmente una longitud de más de 4km, ya que estaba perfectamente claro su arranque cuando hicimos las fotografías detoda la zona existente en el año 1956. Debió llegar más allá de la puerta de Carmo-na, ya que la muralla se construyó posteriormente. Esta puerta corresponde a la inter-sección de las calles actuales de Menéndez Pelayo y Luis Montoto, la primera obte-nida como ronda al derribar la muralla y la segunda al encerrar entre casas la carreterade entrada en Sevilla procedente de Carmona, que empezó siendo la vía romana CordubaHispalis.

Conjunto de otras cincoarcadas con la coronación dela caja desmochada, únicoresto de las doscientasarcadas que existían hacemuy pocos años

160

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 157/276

Capítulo V Acueducto de Sevilla

161

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 158/276

 Acueductos romanos en España

'T/e-auÍa c/cüa, G ¿lia, cu, cSov7<?¿t(L·, ( >cr/?if<i¿e c /r f/a cyC nc/tzlit/frU i^

Dos grabados de la mismaserie del siglo XVIII [3] y [4]

162

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 159/276

Capítulo V. Acueducto de Sevilla

Grabado de la «CrónicaGeneral de España».

rovincia de Sevilla [7]

rabado de G. Doré [5]

163

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 160/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 161/276

Acueductos romanos en España

 Al ir asomando la caja de un modo natural por mantenerse en descenso suave el

nivel del terreno hacia Sevilla, iba sobre muro de unos centenares de metros, hasta quela altura de éste permitía su aligeramiento mediante arcos que eran de la misma luz entoda la zona que observamos 3,90 (13 pies). La anchura del muro era de 1,80 m (6 pies).

Los arcos se prolongaban en pilares que primero eran rectangulares de 0,85 x1,80 m, hasta que habiendo crecido la altura tomaban fuste en los frentes, mantenién-dose la latitud constante en alzado hasta que en una segunda superación de alturatomaban fuste en las cuatro caras. En el único vestigio que hoy se conserva tienenuna base de 0,85 x 2,10.

Toda la obra es de opus testacea, empleándose ladrillos de 27 x 13,5 x 5 cm, y llagade alrededor de 2 cm. Los aparejos son muy simples, en las boquillas de los arcos se

aparejan un ladrillo a soga con otro a tizón, alternando juntas en dovelas sucesivas;en los frentes de tímpanos y caja las hiladas van alternativamente a soga y a tizón entoda su longitud, y en los frentes normales de pilares alternan hiladas de tres a sobay cinco a tizón.

IzquierdaFotograbado de España: susmonumentos y artes. 1884

Derecha Acueducto y paso sobre el

Tagarete. (Fotografía queacompaña al Acta de la

 Academia)

Trozo de la hoja de Sevilladel plano 1:50.000 delInstitu to Geográfico

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 162/276

Capitulo V Acueducto de Sevilla

Grabado de Villamil [6]

La latitud de la obra en tímpanos y caja se mantiene en 1,85 m, y lo mismo en lazona de muro, enrasando paramentos que se subdividen por dos cornisas muy sim-ples en ligero saliente, la superior de cuatro hiladas separando la zona de caja de lostímpanos y la inferior tres hiladas, separando coronación de pilares y arranque debóvedas. Las boquillas de éstas quedan perfectamente enrasadas con tímpanos y tie-nen las líneas de trasdós de las adyacentes tangentes de arranques, mientras que dejandos o tres hiladas de tímpano entre clave y cornisa.

Quedan sólo cinco pilares con sus correspondientes arcos como los que acabamosde describir, pero hace pocos años existían unos 200. En la zona final, según los gra-bados del XIX, las pilas se reforzaban mediante contrafuertes; también parece quealgunos arcos tenían luces mayores, como indica el grabado de Villamil. Existía unazona de dobles arcadas superpuestas que debía corresponder al paso del arroyo Taga-rete, cuyo cauce se cubrió sirviendo la depresión correspondiente para implantar lalínea férrea en su prolongación hacia Cádiz. En esta zona la vía romana también sal-

 vaba el mismo arroyo con puente de varios vanos en dobles arcadas superpuestas,como se ve en la foto que acompaña al acta de la Academia y en el grabado de las

Crónicas de España que reproducimos. A esta zona de doble arcada corresponde laotra reliquia del acueducto que se restauró en el año 1951, según reza en lápida que

167

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 163/276

 Acueductos romanos en España

conmemora dicha feliz iniciativa. Se superponen las dosarcadas, cumpliéndose en la superior la norma invarian-te en todos los acueductos españoles de este tipo desuperponer un medio punto sobre un cuadrado en lasilueta interna de esa arcada. Se aligeran los tímpanosintermedios entre los arcos principales que tienen lamisma luz y espesor que en el resto otros arcos escarza-dos estribadas contra sus riñones. Se da la anormalidadde que el piso inferior tiene menor latitud que el supe-rior, pues la separación de pisos se establece mediantecornisa de cuatro hiladas que van en saledizos sucesi-

 vos, permitiendo de este modo aumentar la anchura delos pilares superiores. Existe otra cornisa coronando la caja con cuatro hiladas de igual

saliente y muy reducido. Una particularidad notable es la existencia de un atanor que va embebido en macizo de ladrillo sobre la coronación del primer piso, atravesandolos pilares del segundo.

La cimentación de los pilares es también de fábrica de ladrillo en planta rectan-gular con aumento de latitud en ambas dimensiones.

La configuración de esta zona del acueducto con el entrelazamiento de arcos que pare-cen propios del mudéjar ha debido fomentar la atribución de esta obra a los árabes.

 Al retocar la rasante del paso de la calle de Luis Montoto sobre el ferrocarril apa-recieron arcadas enterradas entre los muros de las rampas de acceso a dicha obra. Cree-mos que no son las arcadas del acueducto, sino las del puente de paso del Tagarete

por la vía romana, ya que definiendo la alineación de la calle la puerta de Carmona,es natural que se implantara ésta sobre la propia vía romana y su puente. Además,como parece seguro que esta segunda reliquia del acueducto no ha cambiado de lugar,su alineación queda fuera de la superficie ocupada por la plataforma del paso actual.

Este acueducto aparece destacado en varios grabados de los siglosXVII, XVIII yXIX, 

que dan la vista de Sevilla desde Triana o desde San Bernardo. Los más antiguos deellos son los de la colección CIVITATES ORBIS TERRARUM, que dedica tres folios a nues-tra ciudad y en dos de los cuales, que reproducimos, aparece el acueducto con la corres-pondiente leyenda de Caños de Carmona.

Según Madoz constaba de 410 arcos, aunque enépoca romana serían más, ya que se hizo antes que lamuralla; en el año 1918, fecha del informe de la Acade-mia de la Historia, eran 401, y cuando lo vi por vez pri-mera debía estar reducido a la mitad, ya que llegaba sólohasta la altura de la Cruz del Campo, que está a mediadistancia entre el arranque de los arcos y la calle deMenéndez Pelayo, que corresponde a la ronda actualobtenida al derribar la muralla. La zona final, que era depilastras con contrafuertes de bella prestancia, como

aparece en el grabado de Villamil, se debió derribar conla puerta de Carmona, lo que debió ocurrir a finales de

 Arquetas de la conducciónpuestas al descubierto alconstruir la carretera a

 Alcalá de Guadaira. Se veel pozo de la arqueta y unode los hastiales de la cajadel canal (fotos actuales)

Casilla de la Hacienda de laRed del Agua (ver detallede la hoja del 50.000).Construcción del XVIII quedebía servir para desviar elreparto de agua entre losmolinos y la ciudad. En unade ellas se ve la coronaciónhemisférica de referenciapara una de las lumbrerasde visita (fotos actuales)

168

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 164/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 165/276

 Acueductos romanos en España

siglo. Un segundo derribo correspondería al cubrimiento del río Tagarete,que queda debajo del ferrocarril actual, y a él se refiere el señor Gestoso enel acta de la Academia verificándose otro derribo importante al prolongarel ferrocarril de M.Z.A. hasta Cádiz, ya que atravesaba dicha obra en la zonade mayor altura, donde debió estar la zona de arcada doble. Al construir elpaso sobre este ferrocarril, implantado sobre la obra antigua de paso delTagarete, se enterró entre los muros que contienen las rampas de acceso unaobra romana, pero debe ser el puente de la calzada, también con arcadassuperpuestas, que aparece en la fotografía que ilustra el acta de la Academia

 y en el grabado de las Crónicas de España que reproducimos.

His to r i a

No tenemos referencia directa de época romana relativa a nuestro acue-ducto. Las primeras noticias escritas son de época almohade, cuando evi-dentemente se hizo una reparación importante del mismo y una desvia-ción para abastecer el palacio de la Bohania que luego aparece en todos lossucesivos otorgamientos del agua primero como Huerta de Benhoar yluego como Huerta del Rey, la cual figura así en los grabados antiguos cercadel acueducto junto al poblado en torno a la iglesia de San Bernardo yfrente a la Cruz del Campo. Hoy día este palacio se ha convertido en elColegio de Porta Coeli, donde se conservan restos de desviación del canala que aludimos.

Resulta casi incontrovertible que la conducción y con ella el acueduc-to, es decir, la obra sobre arcos es romana, primero porque ya existía enépoca almohade, y anteriormente sólo los romanos han sido capaces deacometer una obra de tanto empeño. Ya hemos indicado que la zona dearcadas, sin contar la obra sobre muros, tendría unos 4 km de longitud, yes preciso descender hasta época actual para que se construyan puentes defábrica de tal envergadura. Alineaciones rectas mantenidas con la constan-cia y regularidad que destacan en la conducción solamente puede ser obrade romanos.

Basta comparar las arcadas del acueducto principal con las del ramalcorrespondiente a la Huerta del Rey, que muestran una construcción ver-daderamente deficiente, y apuntadas no por arte ojival sino por pobrezatécnica. Los detalles arqueológicos de aparejos, ladrillos, etc., y la homo-geneidad con otras obras de ingeniería romana de la región, remachan,como luego veremos, esta conclusión, que repetimos nos aparece incon-trovertible.

La crónica de Abensáhibasala nos indica el año en que se llevó a cabola restauración del acueducto 567 de la Hégira, es decir 1189 d. C.—y elingeniero que la realizó, el malagueño Hach Yaij, el mismo que «tendió

un pasadizo sobre el río, con el puente construido con mucho arte y apo- yado sobre vigas de sólida cimentación para que por él pasaran la gente de

Gran alineación de canal emergido queempieza sobre muro y termina sobre arcadas(fotos antiguas)

Dos vistas de la zona de asomo de lacoronación del canal tomadas hacia aguasabajo y aguas arriba respectivamente

170

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 166/276

Capítulo V. Acueducto de Sevilla

Vistas laterales de la granalineación desde el lado dela carretera y desde el ladointerno, respectivamente

Zona primera y segunda dearcadas (fotos antiguas)

Sevilla y los habitantes del Alfaraje y además los ejércitos que salen de expedición».Es el primer puente de Triana, que luego se convirtió en un puente de barcas, suce-sivamente recompuesto hasta la mitad del siglo XIX, en que se construyó el actual.

Como se desprende de esta crónica, el ramal a La Bohaira (la significación de estapalabra es charca) corresponde a la obra original de Abu Yacub Yusuf, indicando cla-ramente que, guiados por indicios superficiales de la construcción enterrada primiti-

 va, dieron con el caudal que por ella circulaba, dejando sin agua a la ciudad, limitán-dose luego a restituir la principal haciendo las reparaciones correspondientes. Despuésdesviaron y mejoraron el cauce de distribución dentro de la ciudad al encontrarlo enlas excavaciones de la Mezquita, o sea, en el emplazamiento de la actual catedral, cons-truyendo además un depósito para regularizar el suministro en la calle Mayor.

En el siglo XVI, Pedro Medina, en el libro de las Grandezas Memorables de Espa-ña da como existentes 430 arcos de ladrillo.

Madoz indica que existían 410 arcos y era el año 1848. En el informe de la Aca-demia de 1918 los arcos eran 401 y la longitud 1.636 m, correspondiendo a la zonade doble arcada 71 huecos, pero advierte que «sufrió ya el derribo de una parte sinprotesta de nadie».

Cuando Sevilla pasa a poder de los reyes españoles, van apareciendo documentos refe-rentes a nuestra conducción, empezando por el que suscribe Fernando III que otorga «algenovés Misero Cajizo el arrendamiento vitalicio de los molinos de la acequia de Gua-daña con el cargo de tener reparados sus muros y puertas contra las avenidas del Gua-dalquivir». Otorgamiento análogo se hace a la ciudad por Alfonso X en 1254, con indéntica carga, estableciéndose de los molinos que «eran nueve poblados e cinco derribados»,

añadiendo las obligaciones por parte del Concejo «de hacer venir el agua a los sus pala-cios de la Alcázar e a la huerta de Benhoar, e a dos fuentes en Sevilla e que repare los

171

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 167/276

Acueductos romanos en España

«33BRHHR caños de Santa María e loscaños de la Alcázar».

Desde entonces figuran

en las Ordenanzas de Sevillalos títulos de los Alcázares yAtarazanas y se repite la pro-piedad de los catorce moli-nos de la ciudad y «su obli-gación de llegar el agua a laAlcázar y Huerta del Rey».

El rey Fernando IV, en1310, confirmó al Convento de San Francisco de Sevilla la merced que debió haberotorgado Alfonso X de una cierta cantidad de agua, procedente de los Caños, dedu-

ciéndose que el agua de la conducción era propiedad de los Reyes, los cuales hicie-ron otras muchas donaciones, yendo a los Reales Alcázares el agua que no iba a par-ticulares. En el siglo XIX aparece otra vez propiedad del Concejo, quien decide, conaprobación del Gobierno, dedicar el agua al uso exclusivo del abastecimiento de Sevi-lla, suprimiendo todos los molinos «para llevar el agua en derechura a la ciudad, yconseguir que al aumentar el agua que se supone entraría en la ciudad, repartirla yvenderla a muchas más casas que no la tenían». Esta obra parece que se empezó hacia1830, pero se dificultó al «derivar parte de lo recaudado para gastos extraordinarioscon motivo del cóleramorbo». Ya se había propuesto cosa análoga en 1607 por elarquitecto Luis Montalbán, que fue comisionado por la ciudad para nivelar el agua

y estudiar el aprovechamiento económico de la misma. Al suprimir los molinos que obligaban a un contorneo irregular de la conducción

en acequia descubierta, se debió restituir la primera conducción romana, pues la uti-lización para fines industriales debió ser medieval y de la época del primer desarrollode los aprovechamientos hidráulicos, coincidiendo con una disminución del interéspor la utilización del agua en fines primarios. Las obras de reparación más importan-tes debieron realizarse alrededor de la llamada Hacienda del Agua, donde existe unaconstrucción rectangular cubierta con cúpula graciosa de arquitectura sevillana que

Detalles de las arcadasbajas (fotos antiguas)

Resto conservado de ladestrucción total delacueducto. Ha sidoderribada la caja

172

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 168/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 169/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 170/276

Capítulo V Acueducto de Sevilla

de tal modo que, según todavía atestiguan los muti-lados restos de sus cimientos, el plano vertical del ejedel acueducto quedaba casi en coincidencia con el defachada de una de la alineaciones. Simplemente con

haberlo dejado empotrado en dichas edificaciones,dando así un basamento gracioso en la simple repe-tición de sus arcadas, o bien haberlo dejado dividien-do una de las calles interiores ordenando las circula-ciones y valorando el conjunto con un verdadero ejeespaciotemporal en la historia de la ciudad.

Causa indignación comparar la desorientadacampaña de prensa que desató la proyectada inter-

 vención para reforzar el acueducto de Segovia con el solo propósito de aumentar susposibilidades de subsistir y el silencio total ante la vandálica destrucción de este otromonumento romano.

 Y ha sido tan auténticamente vandálica, que no hemos podido encontrar ni unladrillo abandonado de los millares que tuvieron que salir en el derribo. Y para mayorbefa de romanos en las cinco arcadas que se han conservado, respondiendo quizás aaquella proposición de la Comisión Provincial de Monumentos «de un número demetros del monumento que de común acuerdo sea determinado», se ha suprimidola caja, quedando así el pobre vestigio descabezado y sin sentido. Parece que en estedesaguisado no ha tomado parte la Comisión de Monumentos, pues según me comu-nicaba un vecino de la zona, «se dieron tanta prisa en derribar, que cuando llegaron

los de monumentos, no quedaba ya nada en pie».

Prob lemas arqueo lóg i cos

Como informa la Academia en el acta de defensa, desgraciadamente inútil, el acue-ducto era una de las pocas construcciones que quedaban de los romanos en Hispalis,

 y se encontraba entonces en casi su comple-ta supervivencia. En construcciones de ladri-llo era también excepcional, pues aunqueexisten varios puentes y el acueducto de Itá-

lica en la región bética, se encuentran redu-cidos a ruinas en sus últimas fases, como leocurre a este último, o se encuentran en luga-res difícilmente accesibles. Nuestro acueduc-to paralelo a la carretera de Sevilla a Alcaláde Guadaña, que es también la de Sevilla aGranada, lucía toda la constancia de unaobra lineal.

Puentes romanos de ladrillo en la Bética. Cercanías de Andújar 

abado del siglo XIX [81

175

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 171/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 172/276

Capítulo V Acueducto de Sevilla

Demolición de los arcosde coronación del paso dela vía romana sobre el arroyoTagarete al hacer elacondicionamiento del pasosobre el ferrocarril enla calle de Luis Montoto(1966)

en paralelismo con una obra también de dobles arcadas para el paso de la carreterasobre dicho barranco, obra que debería ser romana, pues estaba en el paso de la víaromana de acceso a Sevilla. Como ya hemos indicado, esta obra debe ser la que sehalla enterrada y desmochada entre los muros del paso sobre el ferrocarril en la calleLuis Montoto.

El diseño se complica por la silueta doble de las arcadas, la cual se aligera, además,

al recortarse los tímpanos mediante arcos de aligeramiento circulares, pero rebajadosque se intestan en los riñones de los arcos superiores y de los inferiores. El entrelaza-do que de este modo forman arcos de arcada y arcos de aligeramiento dan la impre-sión de una obra de estilo árabe o mudéjar, lo que seguramente reforzó la idea de atri-buir todo el acueducto a los árabes. Pero no hay que olvidar que también los romanosaligeraron los tímpanos de sus puentes y sus acueductos (Almuñécar y Baelo) conarcos intermedios, aunque siempre de medio punto. La arquería volvería a ser senci-lla después del barranco de Tagarete, pues así terminaba en la puerta de Carmonacomo claramente aparece en el grabado de Villamil.

Prob lemas es tét i cos

El planteamiento que hace la Academia enjuiciando el monumento desde el puntode vista estético, nos da pie para hacer unas consideraciones sobre el problema de lasobras de ingeniería. Utiliza todo el encadenamiento de tópicos novecentistas en lasdisyunciones: materialideal, contenido y forma, útil y bello, arte y técnica, etc.

Comienza por establecer: «No se trata, es cierto, de una obra de arte», afirmaciónque traducida, por ejemplo, al francés, sería un contrasentido. Continúa dando lasrazones de este aserto, que acredita a los romanos, pues «el arte reservábanlo, con

acuerdo, para donde había de hablar al espíritu y a los ojos». No se sabe por qué unacueducto, o cualquier obra de ingeniería, con su imponente corporeidad, no ha de

177

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 173/276

 Acueductos romanos en España

tener, así, a priori, nada que decir a los ojos, aunque sean cosas desagradables, y pol-lo tanto la idea de equilibrio repetido y perdurable es algo que dice al espíritu, cap-tador de ritmos.

El acueducto de Sevilla se desarrollaba paralelo a la vía romana de llegada a la ciu-dad del Betis y destacando entonces en el paisaje casi llano y en descendencia haciala urbe, servía de introductor al viajero orientándole, acompañándole la sucesión depilares, más repetidos que la miliarias, pues los arcos casi marcaban sus pasos, dandouna anticipación de lo ventajoso de la civilización creada por el genio de Roma. Leatemperaban para pasar de lo rural a lo urbano.

Según el informe, el romano reservaba el arte «para los templos, anfiteatros, termas y demás construcciones urbanas» y nuestro monumento no podía clasificarse entreellas, pues «trátase de una obra de ingeniería como las murallas, las cloacas y los cita-dos pantanos, puentes y calzadas». De esta manera quedan excluidos de modo irreme

sible del recinto acotado para el Arte todos los demás acueductos romanos, como Sego- via, Mérida, etc., y los puentes como Alcántara, Mérida, etc., pues en todos ellos,«como tal obra de ingeniería, su mérito evidente está en el esfuerzo que supone su vastaconstrucción, en su magnitud, en la regularidad de su trazado y en la sencillez de suforma». Claro está que todas estas cualidades que enumera, pueden considerarse yadentro de una regulación estética, y para asegurarlo insiste en que «estas cualidades noderivan de pobreza de conceptos, o de medios del constructor, sino de admirable pre-

 visión y economía en el empleo de tales medios para llegar al fin propuesto».Este problema de relación entre utilidad y belleza, que tantas veces se plantea y

generalmente se desenfoca desde el comienzo, bien alejándolas infinitamente una de

Restos de la derivación para abastecimiento de laHuerta del Rey (La Bohalra), en época musulmana.Entrada actual a la Huerta del Rey

178

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 174/276

Capítulo V. Acueducto de Sevilla

otra hasta el punto de hacerlas incompatibles, o por lo menos muy mal avenidas, obien considerando la primera como única fuente de la segunda en el caso de nuestrasconstrucciones ingeníenles.

Como ya decíamos al comenzar uno de los últimos planteamientos del tema, ha

quedado encuadrado dentro de la más acendrada esquisitez de una pseudofilosofíade las postrimerías del siglo. En cuanto a una cierta actividad es tachada de utilitaria,se rasgan las vestiduras los conspicuos si alguien intenta tratar sus productos con cate-gorías estéticas. Frente a lo profesional, primero el amateurismo; frente al trabajo yel esfuerzo, el ocio y la bohemia; frente a la entrega profesional el hoby; frente a loclaro y racional, la vaguedad mística.

Quizá esto, en el campo de la ingeniería, obedeció a la falta de dominio en las téc-nicas constructivas de final de siglo y creemos que también puede ser una reaccióndefensiva contra la horrenda demostración que la revolución industrial trajo al mundoal materializar sus concepciones arquitectónicas y urbanísticas, sin que fuera la máqui-na, a pesar de sus ruidos y humos, la responsable de todo este crimen contra la estéticauniversal, pues el único responsable era el naciente empresario capitalista dispuesto aexplorarlo todo a través de la máquina; materias primas, energías, hombres, mujeres,niños, etc. El error ha quedado saldado cuando otros empresarios con mentalidad másclara, han visto que era rentable el dar entrada a la estética en sus construcciones, en susambientes, en sus jardines, pues la alegría, la salud y aumento de vitalidad que trae con-sigo, permite úna más adecuada utilización de las energías laborales.

Frente al planteamiento en antinomia que todavía perdura en algunos sectoresactivos con mentalidad retrasada, queremos sacar a relucir el primer planteamiento

del tema, primero en lo que respecta a la cronología, y además primario y verdade-ramente transcendental, pues tuvo la gracia de venir implicado en el planteamientooriginario de otro tema mucho más imponente: el de la Idea en Platón.

En su diálogo, Hippias Mayor, cuyo tema es precisamente la belleza, se trata deinquirir qué es lo que hace bellas a las cosas que lo son, averiguar no cuáles son lascosas bellas, que es el primer escape a que recurre el sofista: una bella muchacha, unabella yegua, una bella lira, sino aquello que puede estar incluso en objetos como lospucheros de barro o las cucharas de madera que Sócrates enfrenta al distinguidorepertorio de su interlocutor. No sólo el meollo del diálogo, sino los detalles secun-darios en la actuación de los personajes, resultan preciosos para un replanteo firme

de nuestro tema; el asco y los aspavientos que se perfilan en las reacciones de Hip-pias y la mordaz ironía de Sócrates al centrar el tema en las cosas vulgares de la vida,para hacerle convenir en que también pueden ser bellas si están hechas «por un buenalfarero, y son lisas, redondas y bien cocidas, como estas bellas marmitas de seismedidas hechas a torno«. A lo largo del diálogo se pasa revista a todo aquello quepuede hacer bellas las cosas, llegando a tantear una serie de definiciones, que no sonconclusivas, pero que llegan a circunscribir el área dentro de la cual se encuentra elobjeto investigado, obteniendo así una «definición aporética», según Zubiri. Estasdefiniciones parciales han vuelto a surgir desperdigadas en los últimos tiempos yaplicadas precisamente a la estética de la arquitectura: el material, la adecuación al

fin, la conveniencia con la función, la utilidad y, por último, el ser agradables a la

179

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 175/276

 Acueductos romanos en España

 vista o al oído, fórmula ésta, la última del diálogo, que termina con una frase pro- verbial: «la belleza es difícil».

Frente a una circunscripción a priori de los sectores de objetos fabricados por elhombre que pueden ser bellos, debemos enfocar el problema desde el hacer mismo.

En toda actividad humana podemos distinguir siempre una técnica y un arte sólo dis-tinguibles en matiz, ya que, en definitiva, estos dos conceptos son derivados del grie-go tekné, que no tuvo primitivamente un sentido de hacer sino de saber. El hacer bienlas cosas, que es el aspecto técnico, no conduce necesariamente a hacerel bien, aun-que hay una cierta predisposición hacia ello, y del mismo modo, el hacerlas con arte,no quiere decir que se trate de una bella arte, pero también hay una cierta versión aconseguirlo. En el caso de producción de objetos materiales que tienen una concre-ción plástica, el simple hecho de tomar relieve los define en formosidad, lo cual obli-ga a considerarlo o formosos o deformes, al surgir en el aire del mismo modo quedandentro de ser airosos o torpes, al destacar a la luz del día y hacerse luminosos, han deser alegres o tristes. Hay una gradación en estas cualidades que tiene que apreciar elcontemplador de las obras, pero esto no quiere decir que sean puramente subjetivas;

 ya vemos cómo al aparecer plásticamente quedan sujetas a una valoración, pero esteaparecer no es natural, es un hecho artifical en el cual ha puesto su empeño el autorde la obra. El grado en que haya intervenido, que depende en primer lugar de la cate-goría del objeto a producir, su corrección en el modo de hacerlo: ha de dominar latécnica (el buen alfarero) y utilizando los medios técnicos disponibles (hechos atorno). Comprometido con todos sus sentidos y facultades no tiene más remedio quedespertar un eco en los sentidos y facultades del que lo contemple, que en último tér-

mino es interesarlo estéticamente. No hay que olvidar que aéstesis significa sensación.

180

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 176/276

Capitulo V. Acueducto de Sevilla

Re fe renc ias h is tó r i cas y l i t e ra r ias  

A c u e d u c t o d e S e v i l l a

(1)  Crónica de Abensáhibasala según el Padre MELCHOR M. 

 ANTUNA: Sevilla y sus monumentos árabes. El Escorial, 1930.

 A él se debe (Abu Yacub Yusuf) la conducción de aguas por una ace-quia para el abastecimiento de los habitantes de Sevilla y para su 

 Alcázar.

Se cuidó la traída de agua para regar su plantío. Fuera de la puerta de Carne, en la vega, y sobre la calzada que conduce a esta ciudad, había una antigua acequia que la tierra había ocultado, quedando convertida en una línea de piedra en la tierra, pero sin que se supie-

ra lo que significaba esta señal. Allá se encaminó el ingeniero de Hach Yaix, que cavó en torno del mencionado vestigio, y he aquí que era resto de una tubería (¿o canal?) por la cual era conducida el agua antiguamente a Sevilla, obra de los primeros reyes de los anti-guos romanos; continuó sin interrupción las excavaciones con los mineros y jornaleros que con él estaban y con los cientos de obreros y criados, hasta que llegó a excavar en la antigua fuente llamada por  los habitantes de Sevilla y de sus distritos la fuente Algapar, nombre que llevó en tiempos pasados, y he aquí que el agua que había en aquella fuente no era un manantial, sino una abertura en el camino del antiguo acueducto.

Cesó de correr el agua que surtía a los habitantes cuando llegaron excavando a la citada fuente y entonces comprendió Yaix que había dado ya con el acueducto y continuó trabajando hasta que encon-tró el canal de la corriente en las proximidades del castillo de Ché ber [...] y niveló el terreno desde este lugar y condujo por él el agua hasta la Bohaira. El príncipe de los creyentes experimentó alegría por ello y más tarde dio orden de que la hicieran correr y llegar hasta dentro de Sevilla a los Alcázares, para que de ella bebiera la gente y  la utilizaran con el más completo aprovechamiento mediante una acabada obra de ingeniería.

Mandó el sultán construir un estanque o depósito para el agua den-tro de Sevilla, en la calle Mayor, y fue conducida allí el agua el sába-

do 15 de la Segunda del año 567, con autorización del Miramolín hijo de Miramolín que Alá esté de él satisfecho. Sonaron los timba-les por la conducción del agua y fue festejada con alegría su llegada al depósito.

El canal o conducto de agua de la ciudad pasaba en su curso subte-rráneo por los sitios de emplazamiento de la mezquita (que cons-truía Abu Yacub Yusuf) y se le desvió de allí con más ancho cauce y  más segura corriente por un amplio conducto.

(2) PEDRO DE MEDINA: Libro de gmndezasy cosas memorables de  España. Capítulo XLIV. Sevilla, 1548.

Entra en esta ciudad por la parte de Levante un golpe de agua dulce tan gruesa como un hombre, el cual viene de más de cuatro leguas por debajo de tierra por minas hondas, hèchas a mano, y como llega

Documentos relativos al acueducto

cuando algo más de una legua de la ciudad, parece el agua sobre la tierra, y de allí desciende haciendo una vuelta casi en arco, donde hay muchos molinos de pan que con esta agua muelen y luego torna su corrida hacia la ciudad y llega así, cuanto un cuarto de legua della.

 Y de allí viene por cima de una puente de cuatrocientos y treinta arcos de ladrillo, bien labrados, sobre sus pilares gruesos y altos de tres estados. Y así llega a la ciudad y por encima del muro entra, por  

 junto a la puerta que dicen de Carmona, y ahí se reparte por toda la ciudad, en iglesias y monasterios, plazas, calles y casas de caballe-ros, donde hay pilares, fuentes y caños de la dicha agua en mucha 

cantidad, de que gran parte de la ciudad bebe. También se bebe del agua del río de Guadalquivir, que es muy buena; el cual pasa junto a la ciudad por la parte de poniente, donde las naos llegan a diez pasos del muro della, a la Torre de Oro, que es junto al muelle donde las naos cargan y descargan sus mecaderías.

(3) PABLO ESPINOSA DE LOS MONTEROS: Antigüedades y gran-dezas de Sevilla,  1627, fol. 1289.

Copia de Pedro Medina, pero da sólo 250 arcos en cuarto de legua. Consigna que estaba en servicio para fuentes públicas, alcázares, igle-sias y monasterios, siendo el precio de la paja de agua, módulo uni-tario del suministro, 1.300 ducados.

(4) FRANCISCO DE BUENDÍA YPONCE: Las aguas de Sevilla, 1765.

En la ladera de una de las montañas de este pueblo (Alcalá de Gua daira) e inmediato a Santa Lucía, está una lumbrera, por la cual se baja a ocho varas de profundidad y se camina directamente como otras treinta hacia dicha ermita, en cuyo centro hay un sitio de figu-ra esférica a manera de vaso de horno cortado a pico, en cuyo cen-tro se forma un triángulo equilátero, a cuya izquierda está una cavi-dad como de media vara de diámetro que inclina al centro de la tierra en forma diagonal, por donde sale un impetuoso torrente de aguas que llena casi toda la cavidad del agujero: se notan además otros dos manantiales capaces, por los cuales no viene ni la mitad 

del agua que por el primero; toda esta agua junta sigue por el acue-ducto que está en la montaña abierto a pico, se le van introducien-do otros manantiales, y llegando al pueblo recibe más, oyéndose por  las lumbreras que sirven de pozos a las casas. La más famosa es la que llaman la Mina, sitio digno de admirarse por sus puras aguas y  su diferencia en un reducido distrito. Se notan en él, lo primero el cañón principal de las aguas que traemos descolgadas de las monta-ñas: lo segundo otra corriente como a distancia de más de dos varas de altura, que viene por una superficial atagea, y que aseguran los naturales tener su origen y manantial en la plaza, según se había visto en algún tiempo; esta es la que viene por las casas de la calles de la Mina: lo tercero otro manantial que llaman de la Cueva, y estando a el mismo plan, y no muy distante, se ignora su origen y principio, pero son distintas aguas y de diferente naturaleza; se juntan estas dos

181

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 177/276

 Acueductos romanos en España

en un como embudo o cubo y muele una piedra trigo: y cayendo se  juntan con la de la Mina principal o general acueducto.» (El mar-quesado de la Mina tomó su título de ella por gracia de Carlos II, en 1681).

Continúa esta mina formando tornos, con la profundidad de cua-renta o cincuenta varas (?) a proporción de lo más alto o bajo del terreno, hasta que pasado el lugar junto a un pilar empieza la obra del atanor de albañilería, teniendo como dos pies de ancho; su fábri-ca es de adobes de a tercia en cuadro y  grueso de tres pulgadas; la rosca del cañón está formada de frente, cortados los adobes con el salmer y sin mezcla; siguiendo así cubierta hasta cerca de la Hacien-da de la Red, en donde se vierte y descubre sobre la superficie de la tierra, advirtiendo que hasta el término de lo cubierto va el agua cua-tro varas más baja de dicha superficie, y al descubrirse sube por un cañón a buscar la altura según el empuje que lleva de la montaña, en cuyo tránsito se cuentan ochenta y cinco lumbreras sin proporción en las distancias. Puesta ya el agua a la vista en un canal terrizo ancho 

de tres varas con vallados y árboles a uno y otro lado, camina forman-do ángulos y tortuosidades, sirviendo de surtimiento a nueve moli-nos conocidos por el Aguila, Javara, Asembrín, Tejadillo, Torreblan ca, la Jara, el Fraile, Pico y Sabayuela, propios de la ciudad.

 Junto a Torreblanca se reúne un gran refuerzo de aguas de un manantial antiguo y arruinado distante un tiro de bala; llega en fin la cañería a la Cruz del Campo, entra en un canal de albañilería de dos pies de ancho y contribuyendo a la izquierda para el molino de 

 Alcobeiba, y para regar las huertas del Rey, siguen las aguas sobre los 410 arcos llamados caños de Carmona (que con más razón dicen otros escritores deberían llamarse de Guadaira). Antes de llegar a la 

ciudad se proveen los pilares de la Calzada, S. Agustín y S. Bernar-do, y ya junto a la puerta de Carmona caen las aguas en un pilón de piedra, donde están todos los marcos del repartimiento para las cañe-rías de la ciudad: Todas las sobrantes van a los Reales Alcázares por  su marco, siguiendo por la muralla que va a la puerta de la Carne.

(5) Dr. LEANDRO JOSÉ DE FLORES: Noticias del castillo de Alca-lá de Guadaira y de sus dos antiguas parroquias con algunos hechos históricos pertenecientes a la misma villa y castillo. De los naci-mientos, acueductos, río, molinos y panadería. Sevilla, 1834, cua-derno 2.°, artículo X, pág. 47.

Llámase Alcalá Hienipa, voz púnica, que corresponde a la latina pagus, y quiere decir agua subterránea según unos, o tierra de muchos manantiales de agua según otros.

Son tantos los manantiales de esta Villa, tanta el agua subterránea de ella, que no parece pueda alcanzarlo la diligencia humana, a no ser que le fuera dado caminar por debajo de tierra con la misma faci-lidad que sobre ella. Cada día se van manifestando muchos en donde antes no los había, y ya Méndez Silva contaba en su tiempo cincuen-ta fuentes copiosas, y otros autores sesenta nacimientos de agua clara, dulce y saludable, sin hacer mención de la mucha que corre por los pozos del pueblo, por las huertas, molinos y otras posesiones que tienen lo necesario para su uso y aún sobrante. Hablemos en parti-cular del acueducto que va a Sevilla y entra en ella por los caños de 

Carmona. No se contentaron (dice Pedro Serrano, en suHistoria de  Alcalá de Guadaira) los que emprendieron tan grande y admirable

hazaña con el agua que espontáneamente daban las fuentes, sino que con trabajo hercúleo taladraron grandes sierras y formaron de sus escondidas venas y mineros un río artificial debajo de tierra, tan abundante e impetuoso que muele doce molinos, y después de pro-

 veer en su entrada de Sevilla a las huertas del Rey a los alcázares y  

 jardines Reales, entra por cima de las murallas de la puerta de Car mona, como quien triunfa de tantas dificultades.

Siendo este acueducto tan conocido y público, tratan de él muchos escritores críticos e históricos; sólo citaré por ahora al Dr. D. Fran-cisco de Buendía y Ponce en la oración inaugural que hizo a 24 de octubre de 1765, en la Sociedad Médica de Sevilla, que se halla impresa en el tomo 1.° de las Memorias Académicas de dicha Socie-dad, en que lo describe todo desde su origen y aún dio un plan topo-gráfico del curso de estas aguas, comparándolas después con otras de la ciudad, como químico y médico.

D. Luis Vélez de Guevara hizo en sus poesías este elogio de la ciu-

dad:«Veinte y tres mil casas tiene, 

 y es el agua en abundancia tan grande que pienso hay  tantas fuentes como casas.Tan hidrópica es su sed o su vecindad es tanta que un río entero se bebe sin que al mar le alcance nada, que es el dulce Guadaira que el muro a Sevilla asalta por los caños de Carmona, 

cuyas aguas porque nunca a pagar tributo salgan a el mar, dentro de sus muros las hace Sevilla hidalgas».

Sobre quienes fueron los autores de este famoso acueducto, varían los escritores, dándole unos más y otros menos antigüedad. Rodri-go Caro, después de admirar y celebrar esta grande obra, dice ser de los cartagineses o romanos, pues los moros no hicieron obras gran-des y suntuosas; en lo que me parece equívoco Caro, pues según 

 Ambrosio de Morales en las antigüedades de Córdoba, y otros auto-res que cita, los Reyes moros de ella hicieron puentes y soberbios 

edificios, y llevaron a la ciudad gran cantidad de aguas de dos leguas  y media, taladrando y horadando sierras y montañas, levantando lumbreras como torres muy espesas para sustentar a la misma mon-taña y que no se hundiera la obra; las condujeron a veces por valles 

 y aun por ríos, levantando puentes, y dando rodeos para que entra-sen por lo más alto de la ciudad. Parece describirse aquí el acueduc-to de Alcalá: por lo que otros autores convienen en ser obra de moros.

D. Pablo Espinosa de los Monteros, en su tomo primero de las anti-güedades y grandezas de Sevilla, fol. 128, dice, que los caños de Car mona fueron fabricados por los moros, y que el manantial de Alca-lá, del grueso de un cuerpo de buey ha estado allí de esta forma desde 

el tiempo de los romanos y antes, sin que haya memoria de sus prin-cipios, ni haya sido menor.

182

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 178/276

Capítulo V. Acueducto de Sevilla

D. Diego Ortiz de Zúñiga, en sus anales de Sevilla, año de 1246, núm. 3, dice, que los Moros fabricaron el largo y fuerte conducto de las aguas; núm. 20, que los caños de Carmona es lo más recibi-do ser obra de Moros, aunque no faltara curiosidad que les brujulea mayor ancianidad; núm. 21, que el conducto de las aguas en su mag-

nitud parece más obra de Romanos que de Moros; pero su materia toda ladrillo arguye más semejanza a los segundos.

Otros han observado que aun en esta obra de ladrillos se ven peda-zos de formáceos, como llama Plinio, u hormazos, obra romana, y  que Sevilla no había de carecer de ornamento y comodidad del agua de Alcalá en tiempo de los Romanos, teniendo teatro, anfiteatro y  otras obras magníficas de solo lujo y placer.

No obstante todo lo dicho, consta que el moro Jucef Abu Jacub, en el año de la Hégira 567 (1172 de d. C.), hizo conducir el agua desde el castillo de Gabir hasta la entrada en Sevilla, gastando sumas inmensas, según la historia de los Árabes en España publicada en el 

año 1820 por D. José Antonio Conde, tom. 2.°, cap. 49, fol. 380;  y en la noticia de la Arquitectura y Arquitectos de España por  D. Eugenio Llaguno, tom. 1.°, fol. 27, del prólogo, donde se dice expresamente que Jucef Abu Jacub hizo conducir el agua desde Alca-lá de Guadaira hasta la misma Sevilla.

 Ahora bien, teniendo presente lo que escribí del tiempo de los Godos y Moros, que éstos acabaron la obra, principiada por aqué-llos en el año segundo del reinado de S. Hermenegildo, me llama aquí la atención que Abu Jacub hizo conducir el Agua desde el cas-tillo de Gabir hasta Sevilla; comprobándose por esto que ya en su tiempo el conducto de las aguas estaba al parecer junto, o próximo al Castillo, y no en sus principios más allá del pueblo en el camino 

de Sta. Lucía.

Considerando ya las aguas en Sevilla, dice su historiador Espinosa, se vende cada paja en mil trescientos ducados; y los molinos que muelen con ellas, además de la provisión de la ciudad, pasan sus ren-tas de diez mil ducados cada año.

El Rey S. Fernando dio al Genovés Misero Cajizo en arrendamien-to vitalicio los molinos de la acequia de Guadaira con cargo de tener-le reparados los muros y puertas contra las avenidas de Guadalqui-

 vir, y con el mismo gravamen los dio a la ciudad el Rey D. Alonso, diciéndose en un privilegio del año 1254 eran nueve poblados e cinco derribados. El Rey D. Sancho confirmó el privilegio de 

D. Alonso su padre a la ciudad y dice que por ello sea tenido el Con-cejo de Sevilla de hacer venir el agua de los caños a los sus palacios de la Alcázar e a la huerta de Benhoar, e a dos fuentes en Sevilla eque repare los caños de Sta. María e los caños de la Alcázar. En otro privilegio se le habían concedido mil maravedises cada año en el amojarifazgo para adobar e labrar los caños de la Villa.

En las Ordenanzas de Sevilla, título de los Alcázares y Atarazanas, se repite la propiedad de los catorce molinos de la ciudad y su obliga-ción de llevar el agua a la Alcázar y huertas del Rey: y para remediar  la mengua del agua, la Reina Doña Isabel en 1479 mandó «que el 

 Asistente y el Alcalde de los Alcázares con dos o tres oficiales del 

Cabildo viesen los privilegios, arreglasen los marcos a la moneda que corría al tiempo de su concesión, no permitiesen que persona alguna,

Orden o Monasterio ensanche los marcos, ni quiebre o forade los caños so graves penas; que vean también el agua que se toma en la 

 villa de Alcalá y desde allí por el campo; que hagan zulacar y adobar  las atageas y atanores y todos los otros lugares por donde se va o des-perdicia el agua; y que dichos caños se han de reparar de la renta de 

los molinos a costa de la ciudad, y no de los que tienen parte en el agua: que el Asistente y Alcaide de los Alcázares entiendan en la dis-tribución y repartimiento del agua que entra en la ciudad».

Zúñiga, año 1310, dice, que el Rey D. Fernando el IV aprobó al Convento de S. Francisco de Sevilla la merced que refiere haberle hecho D. Alonso el Sabio su abuelo, de un barcelonés de agua de los caños, que corresponde a 30 pajas, cuya merced era la más antigua que había visto, y quedó, concluye, esta agua de los caños propia de los Reyes que repitieron otras muchas donaciones, y cuanta no esta-ba dada a particulares iba a los Reales Alcázares.

Otras mercedes y gracias se concedieron por los Reyes sucesivos; y  

he visto una relación muy circunstanciada de todos los repartimien-tos y cañerías que tiene Sevilla con los marcos de lo que pertenece acada una de las casas, así de comunidades como de particulares y alas fuentes públicas, fecha en 22 de agosto de 1607 por el veinticua-tro, Felipe Pinelo y Francisco García de Laredo, Jurado, con el arqui-tecto Luis de Montalbán; éste informó a la ciudad, habiendo veni-do a esta Villa a anivelar el agua, que se perdían ochenta pajas por  la huerta de Sta. María y otras partes, y propuso debía Sevilla com-prar unos molinos (que discurro serían los de Adufe, Águila y Zaca-tín) que tenían cien pajas de agua, hacer seis mil ducados de renta, 

 y echando otra canal, vender cien mil ducados de agua.

Cumpliendo la ciudad con las cargas y obligaciones que tiene sobre 

el agua y molinos, paga anualmente, según su último reglamento de propios, al guarda de los caños, al del arca principal del agua, al cañe-ro mayor, los reparos de las fuentes y cañerías, y la limpieza en las tablas del descubierto y Valdeleón.

Tal ha sido el cuidado y atención de los Reyes y Concejos sobre estas aguas y caños de Alcalá. Si llega a ejecutarse el proyecto pendiente en el día de llevar cubierta la cañería y en derechura a la ciudad desde la hacienda de la Red, cuyos planos, dicen, están aprobados por el Gobierno, con fondos que ya se están recaudando, formada una 

 junta de los cuerpos y autoridades principales, y encargado para la obra de Alcaide de los Reales Alcázares, entonces, aunque se pier-dan los molinos de los caños, su producto podrá sacarse de la mayor  cantidad de agua que se supone entrará en la ciudad, repartiéndose 

 y vendiéndose a muchas más casas que no la tenían.

 Al tiempo que esto se imprime, se ha principiado ya la obra junto ala hacienda de la Red, a pesar de haberse aplicado por Real orden la tercera parte (y aun más) de lo recaudado, para gastos del cólera morbo en Sevilla.

(6) MADOZ: Diccionario geográfico. Tomo I, páginas 358 y 361. 1848.

El acueducto que conduce las aguas a Sevilla y se denomina los Caños de Carmona no está todo cubierto, como se dirá más detenidamen-

te, pero es admirable el trabajo que debió costar el abrirle paso por  escarpadas montañas y no lo es menos el nacimiento abundantísimo

183

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 179/276

 Acueductos romanos en España

de las aguas en la famosa mina término de Alcalá junto a la ermita destruida de Sta. Lucía.

Se introduce en la obra llamada los Caños de Carmona hecha por  el Ayuntamiento de Sevilla, a cuya ciudad va a pasar entrando por  la puerta nombrada también de Carmona. Camina el agua por 410 

arcos, pero mientras va a la vista un canal terrizo de 3 varas de ancho da movimiento a 9 molinos harineros.

(7) PEDRO DE MADRAZO: España: sus monumentos y artes. Bar-celona, 1884, pág. 158.

Se trajo a Hispalis por medio de un acueducto el caudal fresco y cris-talino de los manantiales de la Alameda que nacen en el término de 

 Alcalá de Guadaira mirando a Carmona. Sale el agua de minas abier-tas desde el tiempo de los fenicios o cartagineses en un escabroso cerro al pie de una antigua y arruinada fortaleza y se recoge en la famosa fábrica que lleva el nombre vulgar de Caños de Carmona. El acueducto recorre las dos leguas que hay desde Alcalá a la capital, 

desapareciendo a trechos bajo tierra, asomando en otros por entre los olivares y encaramándose desde que llega a una milla de distan-cia de Sevilla sobre largas filas de sólidos y elegantes arcos de ladri-llo sobrepuestos unos a otros. No tiene este artificio de grandeza y  magestad que el de Segovia, pero es de mayor extensión y en algu-nos puntos ofrece escenografías encantadoras, combinándose sus líneas con la frondosidad de las alamedas y huertas que rodean la población hacia el Humilladero y la Cruz del Campo. (Véase la lámina Caños de Carmona.)

(8) El antiguo acueducto hispalense conocido con el nombre de Caños de Carmona. «Acta de la Academia de la Historia». Publicada en el Boletín de la Academia de la Historia, tomo LVIII, pág. 518.

La Comisión que suscribe, nombrada para dictaminar, conforme pide la superioridad, acerca del antiguo Acueducto hispalense, cono-cido con el nombre de Caños de Carmona, ha examinado previa-mente los informes y elementos de juicios remitidos a la Academia.

Dos son los informes: uno, de la Comisión provincial de Monumen-tos de Sevilla, suscrito por el digno Vicepresidente de la misma, D. 

 José Gestoso y Pérez, y otro del señor Inspector de Bellas Artes, enviado por el señor Ministro para apreciar el caso, en vista de la moción hecha por la Academia; al cual segundo informe acompaña copia del acta de la Junta celebrada el 9 del corriente por aquella Comisión, en que se inserta el primero, aprobado en la misma por  

unanimidad, y una tarjeta postal con vista fotográfica parcial del  Acueducto, más un artículo inserto enEl Liberal, de Sevilla, fecha 9 del corriente mes.

En todos estos escritos se sustenta un mismo criterio apoyado con  vivos encarecimientos en la razón alegada, y el propósito manteni-do por el Ayuntamiento de Sevilla, de realizar obras de urbanización 

 y ensanche, para las cuales, dado el plan de las mismas, se conside-ra obstáculo el Acueducto, cuya demolición se intenta; y ante el con-flicto surgido, por virtud de las reclamaciones que en nombre de los intereses históricos y arqueológicos hizo la Academia, propone la citada Comisión de Monumentos, como medio de transacción entre 

esos intereses y los que se alegan como del vecindario de Sevilla, que sea permitida la demolición del Acueducto, pues que, a su juicio, es

obra vulgar, sin rasgos artísticos, desprovista de interés arqueológi-co, y solamente sea conservado, como recuerdo del sistema de con-ducción de aguas a que responde el monumento, un trozo del mismo, «del número de metros que de común acuerdo sea determi-nado» por aquel Ayuntamiento y por la Comisión.

Muy doloroso es a esta Academia tener que sustentar un criterio de todo punto contrario al de aquella Comisión, y tener que lamentar  no haya sido ella quien levantara primeramente la voz, ante la Aca-demia, del peligro que corría aquel antiguo Acueducto.

Mas, atendiendo tan sólo a los intereses que a esta Academia impor-tan, somete a la superioridad las razones en que se fundan, para creer  debe ser respetado dicho monumento, como otros varios lo han sido en parecido caso.

 Absorben de tal modo la atención de los curiosos los múltiples recuer-dos árabes y de la Reconquista, que dan a Sevilla particular fisonomía entre las ciudades españolas históricomonumentales, que nadie apenas 

se acuerda de Hispalis, famosa colonia romana de la provincia Bética. Y ¿qué monumentos restan de Hispalis? Unas cuantas columnas que  verosímilmente pertenecieron al pórtico de un templo subsistentes en la calle de los Mármoles; las dos gallardas columnas que apare-cen hoy a la entrada de la Alameda de Hércules; las murallas recons-truidas en parte por los árabes, y el Acueducto que motiva este infor-me, también reparado por los árabes y en épocas posteriores, y que es, sin duda, el más considerable de los monumentos citados.

El pueblo romano, primero que desarrolló en nuestra Península de un modo completo y homogéneo una civilización importante, esta-bleciendo fácil sistema de comunicación por medio de las sólidas 

calzadas, cuyos restos conocemos, y de cuyo plan admirable forma-ban parte los puentes, que atendió el abastecimiento de aguas de las ciudades por medio de magníficos pantanos y gigantescos acueduc-tos, algunos de los cuales, como el que motiva este informe, prestan todavía servicio, bien merece de la moderna cultura, en testimonio de constante reconocimiento a tanto beneficio civilizador, la con-servación de tales monumentos de utilidad.

 Además, la importancia histórica de los Caños de Carmona, no está solamente en ser vivo testimonio del progreso y el poderío de los romanos; está también en el aprovechamiento que de él hicieron los árabes, según testimonio oportunamente recordado por el Sr. Ges-

toso, del historiador granadino IbuAbdelHalsin, de que en tiem-po de El musmenin Jusuf AbuJaende, en 1172, se restableció y  regularizó la traída de aguas de Alcalá de Guadaira a Sevilla, y está en las reconstrucciones o reparos siguientes; pues de todo ello resul-ta el mudo reconocimiento a la obra romana de utilidad pública, siempre respetada y aprovechada a través de los tiempos.

 A la importancia histórica únese la arqueológica, pues si en éste como en otros muchos monumentos imprimieron su huella distintas gene-raciones y tiempos, en este caso es muy de notar que dichas repara-ciones no han desfigurado la fisonomía primera del monumento, sino que todas fueron hechas con arreglo al trazado romano.

No se trata, es cierto, de una obra de arte; que los romanos el arte resérvanlo, con acuerdo, para donde había de hablar al espíritu y a

184

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 180/276

Capítulo V Acueducto de Sevilla

los ojos: para los templos, anfiteatros, teatros, termas y demás cons-trucciones urbanas; trátase de una obra de ingeniería como las mura-llas, las cloacas y los citados pantanos, puentes y calzadas, en las que lo principal era la solidez y el fin utilitario. Como tal obra de inge-niería, su mérito evidente está en el esfuerzo que supone su vasta 

construcción, en su magnitud, en la regularidad de su trazado y en la sencillez de su forma, que no arguye pobreza de concepto o de medios del constructor, sino admirable previsión y economía en el empleo de tales medios para llenar el fin propuesto.

El Acueducto hispalense, según declara el Sr. Gestoso en su infor-me, consta hoy, aparte la obra subterránea y magnífica de su alumbramiento, de una construcción que se desarrolla en una lon-gitud de 1.636 metros; en una serie de 401 arcos de medio punto, sobre pilares cuadrados, siendo sus fundamentos de hormigón y  lo demás de ladrillo toscamente enlucido, y mostrando en parte, donde la desigualdad del terreno lo pide, doble arquería de 71 huecos.

Bastarán estas cifras para dar a entender la importancia del monu-mento que, si como se dice en el informe de la Comisión sevillana, sufrió ya el derribo de una parte «sin protesta de nadie», cosa doble-mente lamentable, no puede admitirse que sea ahora derribada otra parte, y considerable del mismo, para no conservar más que un trozo como muestra, pues que dicha importancia está en la totalidad por  las razones expuestas en orden a su interés histórico y arqueológico.

No es admisible, para el caso, que a causa de dichas' reparaciones, hijas de las visicitudes de los tiempos, haya desmerecido tal fábrica. ¿Por ventura se halla cabal la fábrica romana del acueducto de Segovia,

Dibu jos

[1] G. HOVFNAGLIUS: Civitates Orbis Terrarum. Sevilla, 1693. Libro IV, folio 2. Vista desde la margen derecha del Guadal-quivir, apareciendo del otro lado y hacia Oriente la obra final del acueducto, arrancando a la altura de la Cruz, hoy denomi-nada La Cruz del Campo. Está advertida con el número 9, al que corresponde en la leyenda: Caños de Carmona. Se aprecia también la Puerta de Carmona, numerada con la cifra 33. Tam-bién es interesante apreciar la situación de la Huerta del Rey, a la cual se llevó un ramal de la conducción por Jucef Abu Yacub.

[2] G. HOVFNAGLIUS: Civitates Orbis Terrarum. Hispalis: Libro V, folio 7. Otra vista de Sevilla desde San Bernardo, donde aparece una parte de los arcos del acueducto, con su designación de Caños de Carmona.

[3] «Veduta della Citta di Siviglia Capitales della Andaluzia». Gra-bado del siglo XVIII.

[4] «Seville in Spain». Grabado de la misma serie que el anterior. Cortesía del Sr. Collantes de Terán.

 y no se ven en ella arcos apuntados, correspondientes a una repara-ción y llevada a cabo en tiempos de los Reyes Católicos? ¿Acaso no fueron reconstruidas las murallas romanas de León, después que las hubo destruido Almanzor? ¿No lo fueron también las de Barcelona? Inútil es presentar más ejemplos, ni recordar que la Academia, aten-

ta a su fin, supo defender tantos y tales preciosos restos de la histo-ria patria.

 Adúcese, como causa principal y casi única, de la que se dice nece-sidad de derribar el Acueducto hispalense, la proyectada urbaniza-ción o ensanche que desea llevar a cabo el Ayuntamiento de Sevilla; 

 y sin olvidar que en este respecto la llamada a informar es la Acade-mia de Bellas Artes, importa decir que más propio sería y más aco-modado a exigencias y respetos de la cultura, supeditar y armonizar  a la conservación de un monumento que tantos títulos tiene, para ser respetado el proyecto de urbanización, que no tomar como base de éste el derribo de fábrica tan insigne.

Tales son las razones por las cuales cree la Comisión que suscribe, debe la Academia insistir respetuosamente ante la superioridad para que sea conservado íntegro el Acueducto hispalense; y si por acaso estas manifestaciones no hallaran eco en la superioridad, que, por  consideraciones de otro orden y siempre respetables, creyera opor-tuno o necesario tomar otro partido, a la Academia cabría siempre la satisfacción de haber cumplido el deber ineludible de velar por la conservación de los restos arqueológicos que son, a la vez, preciosos documentos históricos.

Esto es cuanto creen oportuno, los que suscriben, manifestar a la  Academia, sometiéndolo a su fallo.

[5] Spanish pictures. «Aqueduct near Sevilla». London, The Reli-gions Tract Society.  Illustrations by Gustavo Doré and other  eminent Artist, pág. 15. Alrededor de 1874. Zona terminal del acueducto.

[6] V I L L A M I L : «Puerta de Carmona», en Sevilla, Corresponde a la entrada del acueducto, cortado por la muralla de la ciudad. Es la zona de arcadas de mayor altura, donde los pilares se refor-zaban mediante contrafuertes transversales que llegaban hasta la coronación de la caja. Leyendas: O. P. de Villa Amil. Dibu-

 jo: Jules Arnont Lit. Paris chez A. Hauser. Bouler, des Italiens, 11. Imp. Lemercier Bernard et Cie. a Paris. Dimensiones: 38 x  30 cm.

[7] Crónica general de España. Provincia de Sevilla.

[8] Grabado de la parte final de los Caños de Carmona. Grabado del siglo XIX. Fot. Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla (tomado del Repartimiento de Sevilla, por Julio Gonzá-lez. Tomo I, pág. 479).

185

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 181/276

 VI

Acueductos de I tá l ica*

Restos del acueducto en lasalida del arroyo Agrio

Podemos relacionar la conducción de aguas de Hispalis con la de Itálica, aunque enésta las ruinas actuales han seguido un proceso lento de degradación, siéndolo yadesde que se ocupan en ellas los arqueólogos renacentistas, pero tenemos tambiénuna opus testacea revistiendo núcleos de opus cementiciae con enlucido en la caja deopus signinum. La caja tenía una anchura de 0,40 m a 0,48 m.

Habla de él Rodrigo Caro en 1636: después tenemos una descripción de Ceballos

en 1783, y, por último, Matute. En la actualidad se han ocupado del mismo Collantesde Terán, en su Catálogo de Monumentos de la provincia de Sevilla, y García Bellido, enel tomo II de la Biblioteca Archaelógica, dedicado a la Colonia Aelia Augusta Itálica.

Las fuentes de abastecimiento se encuentran a unos 40 km de distancia en la Rive-ra de Buerva, próximo al lugar denominado Tejeda. Iba normalmente en canal des-cubierto sobre el terreno, elevándose sobre arcadas en los pasos de cauces de algunaimportancia, de los cuales quedan restos en el arroyo Agrio, en el del río de los Frai-

les y en el del río Guadiamar. La conducción terminaba en sudepósito situado encima del anfiteatro.

El arroyo Agrio y el río de los Frailes forman un horcajo

cerca de Aznalcóllar, entre la actual carretera y el ferrocarrilminero. El canal los franqueaba sobre arcadas, dando lugar ados obras que debieron ser importantes especialmente en el pri-mer paso, donde la altura de rasante sobre el fondo del río llegaa la decena de metros. Hoy quedan únicamente los pilares deun vano y después un muro triangular para volver a encajarseen el terreno. En esta zona de muro, para dar paso a las aguasde la ladera, abrieron una pequeña alcantarilla que se conserva.

En el río de los Frailes los restos se reducen a cinco pilarescarcomidos, ostentando los muñones correspondientes a los

arranques de los arcos. Parece deducirse que tenían 2,90 m(unos 10 pies) de luz y 0,71 m (2,5 pies) de grueso de bóveda,arrancando las boquillas desde el plano horizontal de corona-ción de pilares con separación de 0,48 entre trasdoses de losadyacentes, con lo cual se tiene una pila de 1,50 m (5 pies); elgrueso total es de 1,50 a 1,60 m.

* Debemos hacer constar nuestra gratitud a los señores Collantes de Terán, padre e hijo, por  las referencias directas a estos acueductos, y por la compañía del segundo de estos señores en nues-tra visita a los del río Agrio y arroyo de los Frailes.

187

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 182/276

 Acueductos romanos en España

En el río Guadiamar las ruinas se reducen a un paredón que emerge desde el esca-lón correspondiente al cauce mayor del río y que debió ser el límite de la zona dearcadas. El muro continúa disminuyendo de altura hasta que el canal que lo corona-ba se asienta sobre el terreno, continuando luego a nivel como en los demás trozosde conducción que se conservan. También, como en el muro de acompañamientodel acueducto sobre el arroyo Agrio, aparece una alcantarilla en medio punto para

dar paso al agua que podía circular a lo largo del muro, por cortar éste el desagüenatural.Este acueducto debía ser importante dada la longitud desde el paredón hasta la

ladera opuesta, donde parece que el canal se enterraba en túnel. Queda a unos 500 m

Fotografías superioresRestos del acueductoen la salida del arroyo

 Agrio

Fotografías InferioresRestos del acueductoque existió en el pasodel río de los Frailes

Restos del acueducto queexistió en el paso del ríoGuadiamar y murallasdespués del paso del ríoGuadamlar 

188

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 183/276

Capítulo VI. Acueductos de Itálica

aguas abajo del puente actual del ferrocarril minero y a menos de 1km de la cortija-da de la Pisana, propiedad del duque de Alba, que se extiende en toda la comarca.Según nos comunicaron los habitantes de esta cortijada, hay otros restos de paredo-nes en el meandro que hace el río contorneando la eminencia donde se asienta el cor-tijo y, además, una conducción encañada en bloques de arenisca cilindricos perfora-dos, cañería que ha surtido de bebederos para el ganado vacuno de la finca, recortadaen trozos y dando fondo al extremo sobre el terreno. Debieron aprovecharse algunosmanantiales que afloraban en la ladera, para incorporarlos a la conducción principal,a medida que las necesidades de mayor caudal lo exigían.

A c u e d u c to s d e A l m u ñ é c a r *

Vista del acueductos II queenen superposición dercadas

* Sobre la conducción romana de aguas de Almuñécar escribimos con este mismo título, en

el 1949, un artículo en el Archivo de Arqueología, número 77, de donde tomamos casi todo lo quefigura en este trabajo.

 Almuñécar, la antigua Sexi, conservaba hasta hace pocos años, la conducción romanaen toda su integridad que, además, es de las más representativas de los romanos en estarama de la ingeniería, ya que se suceden en la conducción, la galería enterrada, el canalsobre muros, seis obras singulares sobre arcadas, túnel para cortar una pequeña divi-soria, arquetas, sifón y depósito terminal. De estos dos últimos elementos se había per-dido toda referencia cuando iniciamos estos estudios allá en el año 1931, pues aunqueestaban patentes las ruinas del depósito, se las denominaba «Cueva de Siete Palacios»,

 y se suponía que fueron caballerizas dealguna edificación importante. En cuantoal sifón no se tenía idea de su existencia,

pues aunque el comienzo de la galería haquedado visible por destrucción de sufábrica a nadie se le había ocurrido pensaren dicha solución para franquear la depre-sión final de su recorrido y, en cambio, seaventuraba la hipótesis de un gran acue-ducto con longitud de más de un kilóme-tro y altura máxima de 40 m.

Sexi o Saxetanum fue colonia fenicia, yen época romana aparece como mansiónde la vía CastuloneMalaca. Se caracterizópor la fabricación delgarum y de otras con-servas de pescado (en esta zona de la costaabundan el atún, emblema de sus mone-das y, además, la caballa y el pez espada).Se han encontrado restos abundantes de las

189

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 184/276

 Acueductos romanos en España

tinas para fabricación de estos productos, fabrica-ción que requieren gran cantidad de agua dulce, y

éste sería el motivo principal que dio lugar a laconstrucción del acueducto.

C o n d u c c i ó n

Las aguas se traían desde unos manantiales que debían existir en el río Verde, de Almuñécar, en la zona denominada La Angostura, que hoy no afloran a la superficiepor haber subido el nivel del cauce a consecuencia de la sedimentación de acarreos.

 Viniendo desde aguas arriba, el primer vestigio seguro de la conducción correspon-de al cruce del barranco del Olivillo, donde asoma el múrete de protección, con un

registro, oculto por un gran rosal. En el año 1931, la primera vez que recorrimos laconducción, existía un múrete análogo en el barranco anterior, conocido por el de

 Antequera; pero quedó enterrado bajo los aluviones removidos por las grandes lluviasdel año 1940. Desde el barranco de Antequera hasta La Angostura tenemos un primercontrafuerte de conglomerados, que la conducción salvaría en túnel, y después unaladera escarpada, que se extiende hasta el barranco de El Tumbo. En esta ladera es muydifícil encontrar huellas y únicamente, al llegar a este último barranco, aparecen encorto trecho la cubierta de la galería, sin que sea posible apreciar si es obra romana.Pasado el barranco de El Tumbo, que tendría que cruzarse en galería enterrada, la con-ducción de la acequia actual, que parece sustituir a la obra antigua, aprovecha un

pequeño salto para central hidroeléctrica, con lo cual seguramente ha desaparecidotodo interés por conservar la obra antigua desde aquí hacia aguas arriba.

La conducción se lleva en canal cubierto (canalis structilis confornicatus). Va enterra-da, excepto en los pasos de barrancos, donde aflora sobre muretes que la protegen (subs-tructionibus), cuando son insignificantes, o en obra destacada sobre arcadas (arcuatio-nibus), cuando son más importantes. Los registros (castella) son circulares, con unos 85cm de diámetro interior, y van colocados a la entrada y salida de las obras destacadas,en los pasos de barrancos y en puntos intermedios, generalmente con cambios de direc-ción, promediándose a distancias de unos 100 m. Tienen poca altura, pues el canal, en

las zonas de terreno flojo, va muy somero, llegando a aflorar en las laderas rocosas. Vansituados en el eje, formando cuerpo con los hastiales del canal.

Vistas del acueductos IIque tiene superposiciónde arcadas

190

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 185/276

Capítulo VI. Acueductos de Itálica

PI.ANTA ELEMENT OSDE

LA CONDUCCIÓN

La Angostura

Situación probable delmanantial

C A N A L

»»ftTORREJJ EL MO NJ E (COLUMBARIO)

i l i« O

 MAR MEDITERRANEOE S C A L A G R Á F I C A

2 5 0 5 0 0 7 5 0 1 0 0 0

=f=f= iO

~ 1''~~n

,4 5 .5 0 .4 5

E N T E R R A D O

15/   \ j 5

.5 0

1.25

SOBRE ARCADAS

R EGIS TRO

ARQUETA TERMINAL

GALERIA DEL

S I F Ó N

.5 0

X1.15

I 70

Ψ  Tubería

de 15 cm.

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 186/276

   i  n

 Acueductos romanos en España

ca r ac t e ríst i cas d e los acued uc t os 

ACUEDUCTO DE TORRECUEVAS

ÍSI.20

SECCION TRANSVERSAL

ACUEDUCTO I I I

ACUEDUCTO II

ACUEDUCTO I

/01 > 7 0

SECCIÓN TRANSVERSAL

ACUEDUCTO I I

5 »0 15 ______ 30 _____ 75

Luces de los arcos

principales ; 4.90

secundarios : 2.80

192

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 187/276

Capítulo VI. Acueductos de Itálica

 Acueducto de Torrecuevas

Izquierda Acueducto semienterrado

Derecha Acueducto del primer

barranco del río Seco

Partiendo del barranco del Olivillo, donde encontramos el primer vestigio, se pasael barranco siguiente, con muro, y en seguida encontramos la obra destacada más larga,el acueducto para salvar el arroyo de Torrecuevas. Vuelve a aflorar la conducción en las

tres vaguadas que siguen, correspondiendo a la primera una obra de cuatro arcos,semienterrados actualmente. En la segunda aparece muro, y en la tercera, una obra dedos arcos, muy desfigurada por reconstrucciones sucesivas. En la próxima vaguada, laconducción abandona la ladera del río Verde para cruzar, mediante túnel (specus sub tena) de unos 350 m, el contrafuerte que separa este río del Seco, y tomar la ladera deeste último. Este cambio de ladera evita un rodeo no muy pronunciado, alineándosea lo largo del río Seco, en una enfilación más directa hacia Almuñécar.

 Al aparecer'en río Seco, sale el canal justamente al nivel del cauce, y como éstebaja con gran pendiente, se despega en seguida, y después de desarrollarse en unaamplia vaguada, cruza el barranquillo siguiente mediante arco muy pegado a la lade-

ra. Continúa en muro sobre esta ladera abrupta, y sale después a terreno suave, donde,para no contornear la ondulación de tres vaguadas, se alza en tres obras elevadas. Laimportancia de estos acueductos va aumentando sucesivamente, pues el primero esde seis arcadas sencillas, el segundo tiene diez arcadas, de las cuales tres se repiten endos pisos, y el tercero consta de once, con basamento aligerado, también por arcos,en las cinco centrales.

 A unos 100 m de la salida del tercer acueducto, el canal cambia de dirección enángulo recto, pues se termina la ladera del contrafuerte en que se apoya, y a los 200 mremata en una arqueta circular, con cubierta en bóveda esférica, que parece de cons-trucción musulmana. Entre esta ladera y el promontorio donde está el depósito hay

193

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 188/276

 Acueductos romanos en España

una distancia de 1.100 m y un descenso de 9, habiendo una depresión intermedia,cuyo punto más bajo queda a 38 m por debajo del punto final de la conducción. Estadepresión se salva mediante tubería en sifón, que arranca de la arqueta indicada,

 yendo a buscar la zona más elevada del cruce, que forma un verdadero cordón deenlace entre ladera y promontorio, por donde iba el camino antiguo y va ahora lacarretera hacia Granada.

Relacionadas con la conducción debían estar las dos obras, actualmente arruina-das, que se encuentran en sus proximidades. Una era un albercón rectangular, de 27X 4 y 2 m de altura, que conserva casi intactos tres de los muros del recinto, ejecuta-dos con hormigón de piedra menuda (opus signinum), con encuentros redondeados,que cita Vitrubio para estas obras. La otra corresponde a un pequeño depósito rec-tangular, de 7 m de longitud, cubierto en cañón, del cual parte un canalillo para riego.La explanación del camino actual obligó a derribar una parte de la obra, quedando

la bóveda cortada a un tercio, aproximadamente, del arranque. Casi igual a este depó-sito existe actualmente otro completo, junto al camino antiguo de la costa, en unbarranco entre Salobreña y Almuñécar, cerca del mar.

A c u e d u c t o s

Los acueductos propiamente dichos, o sea, las obras donde el canal se levanta sobrearcadas, son siete, aunque uno de ellos no merece sertenido por tal, pues consta de un arco reconstruidode un modo muy descuidado y casi enterrado actual-

mente. Otra obra de un solo arco, adosado a unescarpe de la ladera del río Seco, tiene poca impor-tancia, y tampoco es de gran interés el acueducto, yacitado, en la cuenca del río Verde, con dos arcos de4,90 m, flanqueados por otros dos de 2,80 m.

 Acueducto del segundobarranco de río Seco

194

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 189/276

Capítulo VI. Acueductos de Itálica

195

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 190/276

 Acueductos romanos en España

Quedan únicamente cuatro acueductos de cierto interés: tres, formando serie,en las últimas vaguadas de la ladera del río Seco, que denominaremos I, II y III, endirección aguas abajo, y el del arroyo Torrecuevas, en la parte primera de la con-ducción. En los cuatro se aprecia una verdadera normalización de sus dimensiones

características, siendo la luz de los arcos principales 4,90 m, y 2,80 m la de los arcossecundarios, que son los del piso bajo, cuando hay dos pisos, y algunas veces los delas arcadas extremas. Los pilares son de sección cuadrada, de 1,80 x 1,80 m, y cuan-do su altura pasa de los 5 m (aproximadamente el triple de su dimensión transver-sal), se enlazan entre sí por intercalación de un segundo cuerpo en la zona inferior.Este cuerpo inferior, en el acueducto II, se reduce a un simple refuerzo y apuntala-miento mediante arcos secundarios de la zona baja de los pilares, los cuales quedandestacados de arriba abajo con su dimensión normal. Por el contrario, en el acue-ducto III, el cuerpo inferior forma un verdadero basamento que interrumpe seis

pilares, y queda aligerado por tres huecos rectangulares rematados en arcos de laluz menor, debajo de las tres arcadas centrales.El acueducto I tiene un solo piso, y consta de cuatro arcos de luz normal y dos

laterales de luz reducida. El acueducto II consta de nueve arcadas de luz normal,con otra de luz secundaria en uno de los extremos, arriostrándose los cuatro pila-res centrales en la forma que hemos indicado. El acueducto III, último de la con-ducción, tiene nueve arcadas principales, flanqueadas por dos de luz secundaria. Laelevación sobre el fondo de la vaguada, sucesivamente creciente en los tres acue-ductos de la serie, se compensa en éste cortando los seis pilares centrales mediantebasamento limitado precisamente por los paramentos de los dos pilares laterales

que de él arranca.En sección transversal puede seguirse una perfecta regulación de espesores, par-

tiendo de las bóvedas, donde el ancho es 1,45 m, que aumenta hasta 1,80 m al pasara la pila, conservándose este espesor hasta el cimiento de los acueductos I y II. En esteúltimo, el cuerpo de arriostramiento se remete de nuevo hasta el ancho de bóvedas,mientras que en el acueducto III el basamento aumenta de ancho a 2,30 m, desde lahorizontal de arranque de los arcos inferiores.

En los tres acueductos se delimitan con toda claridad los distintos elementos fun-cionales y estructurales que los integran. Sirven para ello pequeñas cornisas de lajasde pizarra dispuestas en saledizo, acusando la delimitación con mayor o menor vigor

al disponer una, dos o tres filas en saliente sucesivo. Así, para indicar el nivel corres-pondiente a la solera del canal, se emplea cornisa de tres lajas; en los arranques de losarcos se dispone una sola laja, reservándose la de dos para marcar la separación entrebasamento y pilares superiores en el acueducto III.

En el acueducto del arroyo Torrecuevas existen 17 arcos de luz tipo y dos de luzsecundaria, que encuadran uno intermedio de los normales, por cuyo vano pasa-ría, probablemente, el arroyo. En este acueducto se mantienen también las carac-terísticas fundamentales de los anteriormente descritos: luz de los arcos, dimensio-nes de la caja, secciones de las pilas, ancho de las bóvedas, etc.; pero se introduce

el artificio del aligeramiento de tímpanos sobre las pilas, empleado por los roma-nos con cierta frecuencia en puentes (entre los españoles tenemos los de Mérida,

196

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 191/276

Capítulo VI. Acueductos de Itálica

Cangas de Onís, Pola de Gordón, etc.). En acueductos aparecen los arquillos dealigeramiento en los de Baelo que tratamos más adelante. La relación geométrica ynumérica entre los elementos directores de la traza puede verse en el esquema: lasclaves de los arquillos se nivelan con las de los principales, la mitad de la flecha de

éstos da la altura total de aligeramiento, y su ancho, 60 cm, es la tercera partedel espesor de la pila.

Prob lemas ingen íen les y a r t í s t i cos

Desde el punto de vista ingenieril estos acueductos constituyen una buena lecciónque nos han legado los ingenieros romanos. La magnitud de las obras no hace alcaso, pero sí el modo de realizarlas. Ya hemos insistido sobre la regularidad de lostrazados, la clara ordenación de sus partes y la precisa delimitación de los distintos

elementos. Las soluciones empleadas revelan un dominio completo del problema,pues, en contraste con su sencillez, está su variedad. Así, en la duplicación de pisos,para diferencia, relativamente pequeña, en altura, se pasa de acentuar la verticali-dad, solución típica en los acueductos de nuestro país, a subrayar la horizontali-dad, que es más frecuente en obras fuera de España. No se pueden alegar razonesutilitarias para justificar los aligeramientos del acueducto de Torrecuevas, pues másque ahorrar fábrica, complican la construcción. Además, hay que tener en cuentala naturaleza, poco agradecida, del material empleado. Se trata de una pizarra de lacual no puede obtenerse un sillarejo regular. Para el aparejo del arco se emplean

 verdaderas lajas, con longitudes hasta 70 cm, las cuales se incrustan de un modo

desigual en las rudimentarias hiladas horizontales de los tímpanos. En éstos seemplean mampuestos de una escuadría más correcta.En el enlace irregular de mampuestos del tímpano y de seudodovelas de la bóve-

da se observa en algunos de los arcos el contorno peraltado que da a la boquilla laforma de creciente en lugar de anillo circular, disposición que se observa tambiénen el acueducto de Alcanadre sobre el Ebro, aunque con mayor estereotomía eneste caso.

Otra de las particularidades dignas de subrayarse es la persistencia de la invarian-te que ya hemos señalado en otros acueductos de arcadas superpuestas, que es la super-posición del medio punto sobre un cuadrado en la silueta que recorte en el cielo la

arcada superior.En cuanto al problema estético, es verdaderamente aleccionador el comparar los

diseños de las cuatro obras tan cuidadas y homogéneas entre sí, con la fábrica tanpobre e irregular con que después fueron ejecutadas y que, naturalmente, tuvo pre-sente el ingeniero cuando las concibió. La aparición de los acueductos que resultainesperada al recorrer el terreno, tan majestuosos y tan bien encajados los de las tresúltimas vaguadas, y tan alegre en su despliegue de arcos y arquillos a escala másreducida el del barranco de Torrecuevas, serenan el ánimo del que tiene la fortunade encontrarlos, y dejan la huella indeleble de lo que es el decoro construyendo yel sentido de dignidad humana al introducir un artificio en lo recóndito de la Natu-raleza.

197

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 192/276

 Acueductos romanos en España

Conducc ión de aguas a Granada

Nuestro compañero y querido amigo don Francisco Abellán, conocedor de los pro-blemas hidráulidos antiguos y modernos de la provincia de Granada, además de los

 viales, habiendo sido Jefe en la Confederación del Guadalquivir y Jefe de Obras Públi-cas de Granada, ha recorrido en distintas épocas una posible conducción de aguasdesde la fuente que da nombre a Deifontes, cuya designación es claramente romana

 y constituye, además, un lugar de gran belleza natural con su pequeña alberca de cuyofondo se ven emerger las aguas.

 A lo largo de un recorrido de más de 30 km, pues va contorneando las vaguadassalvándolas a veces con obras de fábrica pequeñas de arco o dintel, llegaba a Grana-da por el mismo sitio que la actual carretera de Jaén a un nivel donde existe ahorauna gran explanada que parece justificar una piscina limaria.

Las fotos que se acompañan fueron tomadas por dicho Ingeniero en ocasionesdiferentes. Como puede apreciarse en ellas, existen fábricas romanas con sillares debuena escuadría y dovelas bien aparejadas en los arcos. Las obras están recrecidascon fábricas posteriores, lo que demuestra que ha estado en uso en épocas muydiversas. Hay algún arco de ladrillo que parece de reconstrucción y una manipos-tería de canto rodado grueso que destaca notablemente de todo lo anterior. Véase,por ejemplo, la alcantarilla encuadrada entre muros de acompañamiento en la cual

198

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 193/276

Capítulo VI. Acueductos de Itálica

m f

ios sillares de la arcada tanto en estri-bos como en bóveda indican una fábricaromana típica apareciendo dos recreci-mientos de la manipostería de cantorodado que elevan notablemente elnivel. También se aprecia el grado deerosión del barranco que ha descarna-do una ladera dejando descalzado elmuro de ese lado.

Cuando hicimos un recorrido jun-tos en 1945, llegando a algunos de lospasos de la conducción, unas obrashabían desaparecido, otras habían sufri-

do mucho, como le ocurría al acueduc-to de dos vanos que reproducimos, delcual quedaba únicamente el pilar cen-tral y restos de los muros.

199

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 194/276

Acueductos romanos en España

Acueduc t os de Bae l o

En relación y en contraste con el abastecimiento de agua de Sexi, tan maravillosa-mente conservado hasta nuestros días, podemos poner las ruinas del que existió enla ensenada de Bolonia y que sirvió a la localidad denominada Bello, por P. Mela;Baelo, por Plinio, y Bellone Claudio, en el itinerario de Antonino, donde figurabacomo mansión VII de la Vía MalacaGades.

Era otro de los establecimientos costeros dedicados a la pesca y transformación desus productos en salazones y salsamentas. Debió de estar muy floreciente en épocaromana, despareciendo totalmente en la Edad Media, pues al organizarse la pesca delatún en almadrabas, cedió su puesto a la vecina localidad de Zahara, establecida comosu nombre indica por los árabes y muy en auge el siglo XVI, bajo el dominio del duquede Medina Sidonia, teniendo referencias literarias

de ser paso de la picaresca de entonces, viniendo deallí la frase de «por atún y a ver al duque». Hoy estesegundo pueblo tiene una vida lánguida, concentra-das todas las actividades de la zona en Barbate, pue-blo en la desembocadura del río de su nombre, ydotado de factorías modernas para la misma indus-tria de las salazones.

Las ruinas de Bolonia, conocidas por los arque-ólogos desde el Renacimiento, fueron exploradasen una serie de campañas que comenzaron duran-

te la primera guerra mundial y duraron hasta 1921por un equipo de arqueólogos franceses y españo-les dirigidos por Pierre Paris y con subvencionesdel Institut des Hautes Etudes Hispaniques, deParis; de la Hispanic Society, de Nueva York, y dela Junta de Ampliación de Estudios de Madrid.Tomó parte también P. Bonsor y el español C. Margelina.

Los resultados de las excavaciones se publicaronpor dicha Comisión en Fouilles de Belo, obra en dos

tomos, el segundo de los cuales se dedica exclusiva-mente a la necrópolis. En el primero se dan las noti-cias de los acueductos que han servido de base anuestro estudio.

Las excavaciones dieron óptimos resultados, sedescubrieron tres templos en agrupación de tipocapitolino, una calle porticada, una fuente monu-mental y una construcción muy desarrollada parala industria de las salazones, así como una gran

necrópolis romana de importancia sólo superadapor la de Carmo.

Pilar que se conserva juntoal arroyo Alparriate (Foullesde Baelo)

Modulación del acueducto de Baelo

200

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 195/276

Capítulo VI. Acueductos de Itálica

1c A . η,-'■ ■ · Λ * κ ·$ ϋ ϊβ

P rf :

Restos de los acueductos dea conducción del cerro deSan Bartolomé. (Grabadosomados del libro Foulles

de Baelo)

Eran dos acueductos los que abastecían a Belo,a juzgar por los restos que exploró esta Comisión.Uno de ellos, poco interesante para nuestro tema,pues no ha dejado y seguramente no debió tenerobras sobre arcadas tenía la captación en la laderade la montaña que cierra al Oeste el gran circo deBolonia lo utilizaba el molino de los Caniscales, alque daba fuerza, descendiendo por el río Coloradopara llegar a la ciudad, pues hay restos intermedios,pero no en la zona final, y probablemente termina-ba en la gran cisterna cuyas ruinas están en el cen-tro de la ciudad con bóveda de sillares, derrumba-da cuando las excavaciones, que no se pudo

explorar por haber caído los restos dentro y no dis-poner de medios eficaces para retirarlos. Desembo-caban también en esta cisterna otras aportacionescomo la del regato del Reatillo, pues han dejado suhueco al atravesar la muralla.

La otra conducción era más importante y teníaobras de fábrica en varios de los barrancos que atra-

 vesaba, las cuales, en la época a que nos referimos,se encontraban muy próximas a desaparecer comodenuncian las fotografías que reproducimos toma-

das del libro ya citado. Tenía su origen en el cerrode San Bartolomé, que corona la punta de las Palo-mas al Este de la ensenada de Bolonia. El primertrozo baja con bastante pendiente encañado de unmodo original, pues se han utilizado tamborescilindricos horadados, de los que se labraban enuna cantera próxima, la cual debió tener bastanteactividad en preparación de sillares y fustes decolumnas, y según el parecer de los arqueólogos, no

sólo con destino a la edificación en la ciudad, sino que se embarcaban para un tras-

lado marítimo a otros puntos.Después se descubren restos del canal que daban pie para suponer que se desarro-

llaba a cielo abierto, encontrándose restos de acueductos en los tres arroyos que atra- viesa en su recorrido: el arroyo Pulido, el Cantarranas y el río Alparriate (antiguoyZz/ men Belo). Atravesaba la muralla en las proximidades de una fuente monumental quese desenterró en las excavaciones y que se encontraba próxima al foro, dominándo-lo. En el paso había una puerta en el interior de la muralla que daba acceso a un pozorectangular con paredes enlucidas de mortero y que debía ser un registro de la con-ducción subterránea. Alimentaba indudablemente la fuente citada, aunque no debía

ser su única finalidad, pues parece demasiada obra para un resultado tan modestocomo se dice en la Memoria.

201

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 196/276

 Acueductos romanos en España

El acueducto del arroyo Pulido tenía arquería de varios vanos, conservándose res-tos de pilas con sus arquillos de aligeramiento y los arranques de los arcos.

El del arroyo Cantarranas conservaba sólo dos pilas muy escuetas, una de ellascompleta con su arquillo y con atisbos de las bóvedas que arrancaban tangentes a las

pilas trasdós en paramento externo; la otra está cortada por bajo del arquillo y pare-ce más gruesa, quizás se trata de un cambio de alineación.

Las ruinas más importantes, pero menos numerosas correspondían al paso delarroyo Alparriate, donde existía una pila enhiesta, aunque con bastante desplo-me, y otra volcada y atravesada sobre el río, que formaba represa en la corriente.La pila enhiesta mostraba su arquillo de aligeramiento y también la indicación delas bóvedas que, como acabamos de indicar, salen de los pilares, quedando susboquillas cortadas por éstos. Las líneas del pilar en sencillez absoluta llegabanhasta el remate que es la caja, quedando las bóvedas con las boquillas rasadas como

en los acueductos de Mérida. Lo mismo que en éstos el pilar es el elemento fun-damental y oculta una parte del arco, para lo cual sobresale en los frentes aprisio-nando en el interior los salmeres de la bóveda. No se dan dimensiones de arcos ypilas y tampoco de la caja, pero se establece que su interior está revestido del enlu-cido clásico de las obras hidráulicas con sus medios boceles protegiendo los rin-cones.

En cuanto a la fábrica se establece que pilares y arcos son de manipostería conglo-merada entre paramentos de hiladas irregulares de sillares pequeños con ligera talla,excepto en las esquinas.

Lo mismo que en Almuñécar, tenemos el uso del material pétreo local, aquí con

mayores posibilidades que allí, pero con un diseño que sobrepasa en cuidado tantolas posibilidades del material como la importancia de las obras. Parece deducirse delos restos que fueron fotografiados que la luz de arcos en los acueductos bajos es doblede la anchura de pila y que los arcos y arquillos coronan sus trasdoses en el mismoplano horizontal, a partir del cual correspondía el cuerpo de coronación con el canalposiblemente descubierto. Parece también que el arquillo cerraba su hueco en el pilara media altura del hueco del arco principal. Los frentes de ésta, así como sus enjutasquedan retranqueados respecto de los paramentos de pilares que se muestran en resal-to hasta coronación. Parece deducirse un diseño análogo al del acueducto de Torrecuevas, en Almuñécar.

Ac ueduc t o de G ades

El abastecimiento de la ciudad de Gades supone una conducción de las de mayor lon-gitud en España. El agua venía de unos manantiales en la zona de Tempul, de dondeluego se ha surtido la ciudad de Cádiz y la de Jerez de la Frontera, reforzadas en laactualidad mediante el embalse de Bornos, en el río Guadalete.

De esta conducción, que se dirigía desde el comienzo hacia Cádiz, no hemos teni-

do la fortuna de encontrar vestigios. Descendía de la sierra por un barranco que sedenomina de los Arquillos, donde debieran quedar restos de algún acueducto y debe

202

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 197/276

Capítulo VI. Acueductos de Itálica

cortar la carretera de Jerez de la Frontera a Medina Sidonia, cerca de donde existe uncastillete elevado sobre una colina dominante. En la zona llana de las salinas habrádesaparecido totalmente, después pasaba por el antiguo puente de Zuazo, yendo apresión en todo el recorrido del istmo a nivel casi del mar.

 A su llegada a Cádiz desembocaba en unos depósitos rectangulares que existíanen el pasado siglo junto a la Puerta de Tierra y que desaparecieron al urbanizar la zonacuando el derribo de la muralla.

Según Orozco, «las arcas o albercas eran siete, cada una de 200 pies de largo y 70de ancho, las cuales comenzándose tan arrimadas al lienzo nuevo del muro de la Puer-ta de Tierra, que sobre una de ellas se fabricó no ha muchos años la ermita de San

 Jorge y el Matadero antiguo».Según Pedro de Medina las albercas «eran cuatro dentro de la ciudad; tienen a dos-

cientos pies en largo y sesenta de ancho; están juntas que no hay más que una grue-

sa pared entre una y otra están rasas con la tierra; las dos tienen a más de un estadode hondo y las otras menos, que la arena las ha cegado».En el siglo XVI, Felipe II encargó al P. Fr. Ambrosio Mariano «que viera y tantea-

ra aquella cañería para tantear su conducción a la ciudad de Jerez».En el año 1786 se intentó, por el conde de O’Reilly, reparar la conducción y poner-

la de nuevo en uso. Fueron nombrados los ingenieros de Puentes y Calzadas D. Joa-quín Perosini y D. Enrique Duborniel, los cuales reconocieron el terreno y presenta-ron los presupuestos de gastos para la obra aprovechando los restos y construyendootros nuevos.

También se reconoció en los últimos años del siglo XVIII por el arquitecto

mayor de Cádiz don Pedro Ángel Albisu y por D. Rafael Esteve, arquitecto de Jerez. Ponz indica que el reconocimiento para restablecer y reedificar el acueduc-to se había hecho siete u ocho años antes de la descripción que hace en el capítu-lo VI del tomo 17.

El último descubrimiento de vestigios tuvo lugar en el año 1928 y era una galeríacon sillares colocados en seco en la calle de San Juan de Dios que corre por delantedel muro del primer recinto fortificado de Cádiz.

Los restos de la tubería a presión que venía a lo largo del istmo por donde el anti-guo arrecife después de haber pasado el puente de Zuazo que fue reconstrucción delpuente romano que calificaba a la mansión de la calzada «Ad Pontem», realizada en

el siglo XVI a expensas de un caballero apellidado con tal nombre. Según Madoz, elnivel, que se reconocería en algún punto, era «19 p. 3 puig. y 5 1. sobre la pleamarequinocial».

 Ya Suárez de Salazar dice que él mismo vio los caños, «que eran de piedra brutaencajados en unas ruedas grandes también de piedra para mayor seguridad de losacueductos». Estas piedras horadadas más grandes servían de anclajes para que no selevantara la tubería por efecto de la presión.

El arquitecto D. Rafael Esteve, en la Memoria de su reconocimiento expone tam-bién que reconoció una piedra horadada recogida con plomo, para formar tuberías.

Recientemente, D. César Pemán dio cuenta de la aparición de otros trozos detubería de este tipo, en el Archivo de Arqueología.

203

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 198/276

 Acueductos romanos en España

Documentos re la t i vos a l os acueduc tos

Re fe renc ias h is tó r i cas y l i t e ra r ias  

A c u e d u c t o s d e I t á l i c a

(9) GARCÍA BELLIDO: Colonia aeliae augusta italica. Tomo II.Biblioteca Archaeologica. Madrid.

Itálica tuvo su traída de aguas necesaria no sólo para el consumo nor-mal de su población, sino también para el de sus dos grandes termas. De este acueducto hay aún restos bien visibles en varios puntos de su recorrido; parece tomaba sus aguas en el término de Escacena del Campo, asiento de la antigua Tucci, a unos 40 Ion al O de Itálica y, más concretamente, en lugar llamado Tejada. Fue ya identificado por  los arqueólogos del Renacimiento, singularmente por Rodrigo Caro. Pero quien lo estudió más a conciencia siguiéndolo a pie a través del 

campo, desde sus fuentes hasta su entrada por los «Baños de la Reina Mora», al O de Itálica fue Zevallos en el mes de mayo del año 1783. Extractaremos los párrafos más luminosos de su texto.

«Las fuentes de Tejada nacen en lo bajo de un valle que viene del norte, a medio día donde estuvo aquella antigua población. Luego que brotan las aguas, forman lagunas, que quieren ocultar su surgente [_]y desde ellas advertí los principios del Aqiieducto. Seguí por todo el día los muchos pedazos que restan de esta gran obra. Nota-mos las muchas veces que se ocultan bajo los cerros, que se atravie-san en su viage y los valles y parages bajos donde vuelven a aparecer  pedazos de la misma fábrica[...] En algunos sitios, como al pie del monasterio de Retamar[...], se manifiesta la fábrica del Aqüeducto, que es de pilastras y arcos rebajados, sobre los cuales dura todavía el encañado de las aguas, dirigiéndose hacia Itálica. Dura esto por un tramo muy largo por lo más bajo de la dehesa de las Dueñas: sigue su viage hacia la Pisana, durando la arcada hasta la orilla del río que corre al oriente de dicho cortijo: la corriente del agua ha derribado algunos arcos, y la mitad del último que ha quedado está para caer  dentro del mismo río. A la orilla oriental de éste no prosigue el Aqüe-ducto sobre arcos, sino sobre un murallón sólidoj...] Subí encima de él y vi el encañado, que conserva todavía el estuco que le dieron[...] No tiene media vara cabal en cuadro, y está descubierto al cielo y al aire. Este paredón sigue desapareciendo según que va subiendo el 

terreno, hasta que se pierde o sume dentro dél, como le sucede en otros sitios antes y después[...] Otro día fui al cortijo que llaman de  Villadiego, donde noté[...] algunos vestigios, pues[...] hacienda catas a la distancia que tienen los otros arcos y pilares, hallé fácilmente las cepas o bases de los que allí hubo[...] Después no se encuentran[...] hasta el cortijo de San Nicolás, como a tres milllas o a media legua de Itálica[...] Otra tarde después fui con unos obreros a un sitio de la misma Itálica, llamado aquí vulgarmente los Baños[...] Hice cavar y encontré el Aqüeducto y el mismo cauce, de igual tamaño 

 y cuadro que el que estuve viendo cerca de la Pisana. La fábrica de este Aqüeducto es siempre semejante desde Tejada hasta la muralla de Itálica. Es tan igual en dimensiones, en forma y en 

materiales, que parece haberse hecho en un día de una misma mano[...] El calibre de la fábrica se reduce a hormazos, de los que los

romanos aprendieron de los antiguos españoles, macizos de piedra, granza, cal y arena líquida. Las dos superficies de este muro están reves-tidas de una pared de cada lado fabricada de ladrillos cortados y ras-pados por la frente[...]

(10) JOSÉ HERNÁNDEZ DÍAZ, ANTONIO SANCHO CORBA-

CHO, FRANCISCO COLLANTES DE TERÁN: Catálogo arque-ológico y artístico de la provincia de Sevilla. Tomo IV, pág. 172.

Sobre la Cañada de Conti y la Ramira, que une los dos cortijos de este nombre al sur del término de Genera, se encuentra el Cortijo de Cha-morro. La parte de la finca comprendida entre la cañada y el límite del 

término con Olivares recibe el nombre de Las Cañerías, debido a que allí se encuentran los restos del acueducto que desde el término de Esca-cena del Campo (Huelva) surtía de agua a Itálica (Santiponce). Por lo que hace al término de Gerena dichos restos son especialmente visibles en la llamada Haza del Pozo de las Cañerías, donde el conducto ape-nas sobresale de la tierra unos 80 cm, haciendo una curva de gran radio 

 y penetrando en el término de Olivares. La obra (Dib. 98) consiste en un macizo de derretido de 1,40 m de anchura, en cuyo espesor se abre el canal de 60 cm de luz, no conservando de su altura total más que unos 45 cm por término medio; se halla enlucido interiormente por  una doble capa de opus signinum con un grosor total de 3 cm. Otros diferentes trozos de esta conducción, que afloran de cuando en cuan-

do, permiten seguir su trazado al costado sur de la Cañada de Conti y  la Ramira hasta la vía férrea, donde, penetrando luego también por este lado en término de Olivares, atraviesa el Guadiamar por un puente, del que quedan los restos en el cauce del río.

Entre los restos del acueducto de Itálica y el caserío del Cortijo de Chamorro se encuentra la Haza de Villar; sobre una pequeña eleva-ción aparecen restos de construcciones romanas: muros de derreti-do, cimientos y  materiales sueltos; ladrillos, tegulae, asas y fragmen-tos de vasijas de gran tamaño.

(11) HERNÁNDEZ DÍAZ SANCHO CORBACHO COLLANTES 

DE TERÁN: Conducción de agua a Itálica. Catálogo arqueoló-gico provincia de Sevilla, pág. 199, tomo I.

Inmediato al puente del ferrocarril de las Minas de Aznalcóllar sobre el río Agrio o Crispinejo, al sitio llamado «El Chaparral», se encuen-tran bastantes trozos de uno de los acueductos que iban a Itálica. Trátase de un canal de hormigón de 1,50 m de espesor, teniendo el conducto del agua 50 cm de anchura; va formando recodos en ángu-lo siguiendo los accidentes del terreno y elevándose paulatinamen-te. En «Las Dueñas» vuelven a parecer los restos del acueducto ya levantado sobre arcos con roscas de ladrillo, cuyos pilares y arran-ques de las archivoltas se conservan unas veces en pie y otras caídas hasta llegar al río Guadiamar, en cuyo cauce quedan rastros del puente que daba paso a la conducción de aguas, por lo que aquel 

sitio es denominado de «los Arquillos«. A la opuesta margen del río continúa el acueducto ya fuera del término de Aznalcóllar.

204

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 199/276

Capítulo VI. Acueductos de Itálica

(12) EDRISI: Descripción de Africa y España. Versión deR. Dozy y  M. J. de Golge (Leyden, 1886). Págs. 242 y 243.

«Esta última villa (Almuñécar) es de mediana importancia, pero her-

mosa. Se pesca con abundancia y se recogen muchos frutos. En la mitad de esta villa existe una construcción cuadrada, parecida a una columna, ancha en su base, estrecha en su coronación. En dos de sus caras hay una acanaladura, reuniéndose ambas y prolongándose de abajo a arriba. Junto al ángulo formado por uno de estos lados existe un gran estanque rebajado en el suelo y destinado a recibir las aguas traídas desde una milla de distancia por un acueducto com-puesto de numerosas arcadas, construidas en piedras muy duras. Los hombres enterados de Almuñécar dicen que en otros tiempos el agua ascendía a la coronación del obelisco y descendía en seguida por el lado opuesto, donde había un pequeño molino. Sobre una monta-ña que domina el mar, todavía se ven en la actualidad algunos ves-

tigios, pero nadie conoce su antiguo destino.»(13) IBN AL JATIB: Descripción de Almuñécar  (13131374), en su 

Historia de la Dinastía Nazerita según Simonet (Descripción del reino de Granada, 1860). Pág. 63.

«La llama puerto y parada de las naves, fundación y morada de las sierras de Jesucristo, fortalecida por un castillo inexpugnable. Dice

 A c u e d u c t o s   d e   B a e l o

(15) CEANBERMÚDEZ: Antigüedades romanas en España.  1832, 

pág. 232.

(En la descripción del despoblado de Bolonia, que reduce a Julia Tra-ducta, situando la Bellone Claudia del Itinerario en el despoblado de Bullón.)

Se proveía de un manantial de agua que todavía brota en el cabo de Las Palomas y se conducía por un magnífico acueducto, del que no existen más que trozos de paredones de arcos y arcaduces.

(16) E. ROMERO DE TORRES: Catálogo monumental de España. Provincia de Cádiz. Madrid, 1934.

 A c u e d u c t o   d e   G a d e s

(18) PEDRO MEDINA: Libro de las grandezas y cosas memorables de España. Madrid, 1548.

El otro edificio fue una puerta, por donde pasaba el agua dulce que  venía a la ciudad, y caía en cuatro albercas que hoy parecen: son estas cuatro albercas dentro en la ciudad; tienen a doscientos pies en largo 

 y sesenta en ancho; están juntas que no hay más que una gruesa pared entre una y otra; están rasas con la tierra: las dos tienen a más de un estado de hondo y las otras menos, que la arena las ha cegado. El agua 

 venía a estas albercas desde más de diez leguas por un edificio de pie-dras grandes de casi seis palmos cada una y todas redondas y por  medio horadadas: tres palmos por donde el agua corría; todos eran 

de piedra recia blanca y fuerte; agora parecen algunos pedazos desde edificio con muchas de estas piedras asentadas como venían encima

A c u e d u c t o s   de  A l m u ñ éc a r

que su alcázar era de ingeniosa fábrica y con arcadas abiertas, su mez-quita puesta en un lugar eminente. Su antiguo monumento arqui-tectónico, parecía una lima puesta perpendicularmente o un pilar  derecho y sus esquinas eran de piedras labradas: parecía que había 

hecho con el tiempo pacto para su seguridad y era semejante por su mucha elevación a la torre de Heman.»

(14) AL HIMYARI: Descripción de Almuñécar en el kitab ar rawd al mic tar. Según E. Levi Provençal(La Peninsule Iberique au moyen âged’aprés le Kitab ar Rawd al Mictat). Leyden, 1938, pág. 225.

«Se hallan muchas ruinas antiguas; los antiguos habían construido conducciones de agua y elevaron monumentos, algunos de los cua-les subsisten. En las cercanías de la fortaleza, por el lado Norte, llama la atención una importante torre de agua («daimas») edificada con sillares, cuadrada en la base y terminada en punta a una altura de unos cien codos. El agua que viene a desembocar en este edificio 

tiene escape por un aliviadero («manfas») en la coronación. En la cara Norte de esta torre, de arriba a abajo, se ha tallado en su anchu-ra una especie de goterón, que permitía al agua saliente del rebosa-dero llegar hasta el suelo: este dispositivo prueba que el agua con-ducida hasta la torre provenía de un punto situado a un nivel superior al del monumento.»

Los acueductos, de los que en varias partes quedan algunos res-tos, no acusan haber sido como los famosos y monumentales de 

Segovia, Mérida y Tarragona. Además, carece de importancia lo que de ellos queda en pie. Publica una de las fotografías que reproducimos.

(17) P. PARISBONSOR & MERGELINA: Feuilles de Be/o. Tomo I, 1923. Tomo II, 1926. Bibliothèque de l’Ecole des Hautes Étu-des Hispaniques. Fascículo VI. E. de Boccard. París.

De este libro hemos sacado toda la información que damos de los acueductos.

de la tierra. Así mesmo parece la puente en lo más angosto de brazo de mar cuanto tres leguas de la dicha ciudad al levante y junto a este puente es una gran torre fuerte que fue hecha para guarda de la puente. Esta torre se llama del León y la puente se llama de Zuazo. Están derribados los arcos; los pilares parecen, cosa es notable, en largura y hondura, porque por aquí el agua donde ella está tiene quince brazas de hondo y con muy gran corriente.

(19) GERÓNIMO DE LA CONCEPCIÓN: Emporio de el orbe. Cádiz ilustrada. Amsterdam, 1690.

Careció en todos tiempos efta Ifla para fu mantenimiento, de aguas 

dulzes: por que le vezindad de la falobre de el mar, contraminando las venas de la tierra, le malifica los pocos pozos, que tiene aunque

205

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 200/276

 Acueductos romanos en España

entre ellos ay algunos de muy buena, y faludable calidad. Para repa-ro pues de efta falta tan nociva a ifta tan populofa, emprendió el ánimo grande de N. Balbo la cañería, y aqueducto, por donde defde Tempul a las Sierras de Xerez fe traxeffe el agua a la Ciudad, con tra 

 verfia de mas de onze leguas. Y por fer la tierra afpera, peñafcofa, y  

defigual, es obra de mucha cofta, como se veë de los pilares, y arcos, por donde fe encaminava por los lugares baxos, y llanos, de unos fuertes paredones de argamafa, con un encañado de piedras encaza das unas en otras, de que fe defcubren oy bañantes veftigios.

 Yaze Tempul en los términos de Xerez de la Frontera, onze leguas diftante de Cádiz, fuente tan lozana, y abundante, que naciendo alas faldas de la Sierra, que llaman de las cabras, arroja defde fu ori-gen poco menos de media azequia de dulces aguas. Defde aquí comienza la cañería, ya trecho de tres leguas, por ocafion de una quiebra grande, fe levantaron unos arcos de ladrillo, de que tomó aquella tierra el nombre de los Arquillos. Corre defpués por la Mefa de Bolaños junto a la Cartuxa, y entrando en el Arrezife, y atrave fando por las viñas de Puerto Real, fe mete por unos arcos en la Puente de Zuazo, defde donde continúa la cañería por la playa de el

Medio día, hafta defcargar fus aguas en las arcas grandes, o algibes, que en la Puerta de Tierra fe fabricaron para efte efecto, y de allí fe repartía a toda la Ciudad.

Eran eftas arcas, o albercas fíete, cada una de 200 pies de largo, y 70 de ancho, las cuales començavan tan arrimadas al Lienço nuevo de el muro de la Puerta de Tierra, que fobre una de ellas fe fabricó no ha muchos años la Hermita de S. Roque, y el matadero antiguo. 

 Afirma Salazar, que cada día fe defcubren ruinas, y veftigios de efto caños en las fábricas de las Salinas de la Ifla de León, que eftá a la parte de el Oriente, y que a la de el Poniente fe manifieftan entre las aguas las arcas, y algibes, donde fe recebía el agua, y que el mifmo 

 vio los caños, que eran de piedra bruta, encaxados en unas ruedas grandes también de piedra, para mayor feguridad de los aqueduc tos. Cuya admirable fábrica y coftofo artificio ponderó aquel futi lingenio del Ve P. Fr. Ambrofio Mariano, uno de los primitivos Padres, que iluftraron con fxi prudencia, y virtud la Reforma de N. Se-ñora de el Carmen, cuando por orden del el Sor Rey D. Felipe II, 

 vio, y tanteó por admiración aquella cañería, para difponer fu con-ducto a la Ciudad de Xerez.

206

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 201/276

 VII

Otros acueductos

El abastecer de agua a Toledo ha sido siempre de capital importancia, dada la cate-goría de la ciudad a lo largo del tiempo y las dificultades naturales que su situaciónestratégica plantea.

La soluciones al problema en las diferentes épocas han respondido siempre a estascaracterísticas de planteamiento y han acusado no sólo el nivel técnico del momen-to, sino también la actitud humana frente a lo que son los ríos en su fluencia.

 Acueducto de Toledo

Ruina Ruina Restos canal

Restos del acueductoobre el Tajo

 Ar tif icio de Juanelo

Ruina

207

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 202/276

cueductos romanos en España

Ruina Grabado de Laborde [60]Ruina

 Ar tif icio deJuanelo

VISTAdr U ΙΊΓΙΙΛ Π ilrTOl.KDI) liim.idn He la* Ollll .l.A S d tl TAJO

Fotoplano con la trazadel acueducto (marcadode trazos) y la cueva deHércules (obsérvese queambos están en la mismaalineación)

Cueva de Hércules

08

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 203/276

Capítulo VII. Otros acueductos

Los romanos dieron la pauta que pudiéramos decir actual, ya que a ella se ha vuel-to a través de los siglos. Causa verdadera admiración que teniendo un río tan cercafueran a buscar el agua para sus necesidades vitales a tanta distancia, siendo necesa-rio esfuerzo de imaginación, aún en nuestra mentalidad, para relacionar unos manan-tiales a 50 km de alejamiento y sin correspondencia geográfica directa con la ciudad,

cuando hay al pie de ésta, y como causa determinante de su existencia, un río de talcategoría, que debería ser pantalla infranqueable para buscar soluciones más allá desu contorno.

Evidentemente que este problema no se planteaba de nuevo en cada caso del abas-tecimiento de una ciudad al borde de río importante, caso muy frecuente en estaépoca, sino que en Roma se había resuelto de una vez para todas. Además los inge-nieros romanos, con su implantación todavía más arraigada a las distancias en el sis-tema de sus calzadas, que les daba cauce muy apropiado a las vivencias de su orgulloimperial, no debían tener inercia alguna para este movimiento de la imaginación quele llevaba a docenas de millas a la redonda, para, en definitiva, imitar en el artificio

de su obra lo que es un río en la Naturaleza.Los ingerieros árabes, que heredaron de los romanos tanto la red de calzadas comolos sistemas de riego, no estaban capacitados, ni a nivel técnico ni a nivel imaginati-

 vo, para semejantes empresas. Además mientras que los ingenieros romanos conside-raban como ideal para su comportamiento con el agua mantenerla lo más posible,como dice Vitrubio, «en perpetua equalitate», y tenían cierto horror al surtidor como

Ruina

209

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 204/276

 Acueductos romanos en España

espectáculo no natural, los árabes en su trato con el agua llevaron este artificio de«movimiento violento» de abajo arriba, a su máximo esplendor y refinamiento. Así,el artefacto de la rueda hidráulica elevando el agua del río a la ciudad se encuentrarepetido en gran número de casos y fue utilizado en dos de las ciudades más impor-tantes de la Hispania musulmana: Córdoba y Toledo. Creemos que las referencias delos geógrafos árabes Edrîsî y Al Himyari se refieren más a esta rueda y al puente deAlcántara que al acueducto romano.

De esta época nos ha quedado la palabra «azacán», designación de los aguadoresque elevaban afanosamente el agua del Tajo a lomo de asno, gremio que no ha desa-parecido hasta fecha muy reciente, cuan-do se puso en servicio el abastecimientoactual. Queda el verbo azacanarse.

En el Renacimiento llega a su máxima

exaltación el artificio con el que instalóJuanelo en el mismo lugar que estuvo larueda árabe y a poca distancia del acueduc-to romano, que debió ser excelente cante-ra para la obra fija de estos dos artificios.El movimiento continuo de la rueda árabese torna alternativo y basculante, y en lugardel agua rodada, siguiendo las leyes de lagravedad, tenemos el agua forzada a elevar-se, y cambiar sucesivamente de dirección,

aunque forzada no por impulso externo,sino por el propio ímpetu que lleva en sufluir el río.

 A principios de siglo, cuando se amplióla dotación de aguas a Toledo, pensando ensus habitantes y los turistas que la visita-ban, se recurrió a los manantiales próxi-mos, entubando su caudal, y pasando elTajo por los dos puentes clásicos. Al deAlcántara le correspondió la del Olivar deSanta Ana, y al de San Martín de la Pozuela. Por esta época se instaló una turbinahidráulica elevadora, aprovechando los res-tos del edificio que albergó el artificio deJuanelo.

Modernamente se ha vuelto a la solu-ción de los romanos, aunque ampliandosu visión en el embalse de cabecera, lo cualha motivado ir a buscar el agua a otro

cauce con mayores posibilidades en esesentido que el utilizado por los romanos,

Restos de la presa deLa Alcantarilla enLos Yébenes, en el ríoGuadalerzas

De arriba abajo

Vista desde aguas abajo

Vista desde la ladera derechaaguas abajo

Ruinas del muro y torre de toma

210

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 205/276

Capítulo VIL Otros acueductos

Restos de sillería en el paramento de aguas arriba

Restos del muro en estribo derecho

Detalle de la fábrica en la torre de toma

pero también a una distancia análoga. La única innova-ción introducida ha sido el uso intensivo de los sifonespara salvar las depresiones, innovación no absoluta, ya quelos romanos no ignoraron el artificio del sifón, herenciagriega que les sirvió en algunos abastecimientos: Aspendos, Lion, Angitia, Alatri, Patare, etc., y en nuestro paísen el de Sexi (Almuñécar) y en el de Gades.

Un estudio completo de estos tres modos de enfrentar-se con el problema de abastecer de agua a Toledo está enmis programas de rebusca histórica, desde hace variosaños, pero no es el momento de rematarlo en la presenteocasión.

Conducc ión

La conducción comienza en el lugar denominado Los Yébenes y tomaba el agua del embalse creado por la presacuyas ruinas se conocen actualmente y en época medievalpor La Alcantarilla. Cerca hay restos de sepulturas prehis-

tóricas, algunas antropomorfas, excavadas directamente enla roca granítica que aflora por toda la zona.

211

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 206/276

 Acueductos romanos en España

La presa era del mismo tipo que todas las romanas en España, con muro de fábri-ca defendido del empuje del agua mediante terraplén adosado al paramento lado del

 valle. Su ruina se debe seguramente a que este terraplén empapado empujó contra elmuro en un desembalse rápido, ya que éste se volvió hacia aguas arriba. (Para másdetalles, véase mi artículo: «Las presas romanas en España», R. O. P ., junio 1961.)

La toma se hacía por una torre acuaria cuyas ruinas enhiestas destacan su volu-men todavía; y el canal se desarrolla por la margen izquierda sobre el terreno, o sobremuro, en las primeras zonas, para no excavarse en el granito. En las primeras alinea-

ciones existen restos de una obra con arcada, y cerca de la carretera actual de Sonseca a Navahermosa había una obra más larga, en una vaguada de cierta importancia,de cuya obra no quedan pilas ni arcos solamente los muros de acompañamiento quelas encuadraban.

En su recorrido hasta la ciudad no debía haber obras de consideración, pues loscauces son de poca importancia. La longitud de canal hasta el gran acueducto sobre

Restos del canal deconducción

IzquierdaPaso en arco junto a lapresa

DerechaMuros de acompañamientode acueducto en El Trampla

IzquierdaMuros junto al camino deMazarambroz

DerechaCanal sobre muroconservando un cajero

212

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 207/276

Capitulo VII. Otros acueductos

Fotografías superiores

Últimas ruinas del canal de

conducción

Restos del canal junto al camino de Ajofrín

el Tajo para entrar en la ciudad viene a ser de unos 55 km. En la primera mitad delrecorrido se sigue dicho canal bastante bien, pues se rastrean restos formando muretes de contención de tierras y los triángulos de muros de acceso a las obras de pasode cauces, con algunos indicios de las arcadas que los enlazaban.

Estos restos los perdimos a partir de las cercanías de Layos, donde hay ruinas inde-pendientes de las de la conducción. Además, Miñano cita en su Diccionario Geográfico

Restos del canal en zona de obra de paso Restos de una obra de paso en el arroyo de la Viñuela

213

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 208/276

 Acueductos romanos en España

Ruinas romanas cerca deLayos

el paso del acueducto romano por su término. En estepueblo han aparecido objetos romanos en distintas oca-siones. A partir de este pueblo las labores agrícolas vansiendo más importantes, el terreno es bastante arcilloso, ypor consiguiente de peor cimentación para el canal, y losmotivos de destrucción para igualar el terreno y para apro-

 vechamiento de materiales han debido ser más eficaces.También el gamberrismo rural tenía mejor asidero paradesahogar su hostilidad hacia toda construcción perdurable.

Puede decirse que desde dicho pueblo no aparecen res-tos notables, o por lo menos son difíciles de encontrar hastallegar a las ruinas denominadas «Horno de Vidrio», quecorresponden a una caseta de 4,60 x 3,50 m, para perderaltura, ya que consta de dos arquetas a niveles con diferen-cia de 3,70 m enlazadas por un pozo cilindrico de 0,52 mde diámetro realizado en la fábrica. El canal debía accederen arcadas al nivel superior, saliendo por la arqueta infe-rior que corresponde al nivel del terreno. Esta construc-ción queda enfrente del Monasterio de la Sisla, que debió

nutrirse de los sillares faltos en la romana. A partir de esta obra, que está a unos 2 km del paso

del Tajo, vuelven a aparecer restos del canal. Uno impor-tante, con salida para desagüe, existe en el barranco de laDegollada, y las últimas alineaciones en la ladera dondese asienta el castillo de San Servando, hoy desaparecidaspor las obras de explanación para acceso a la AcademiaMilitar, determinaban el nivel de la coronación del acue-ducto que estamos estudiando. Aprovecha las condicio-nes óptimas de esta ladera, pues entra en la ciudad a su

cota máxima, exceptuando la colina del Alcázar, que dejaa su izquierda.

Resto del relleno entre tímpanos de laenjuta en ladera derecha

Superior e inferior El «Horno de Vidrio». Dos vistas de la torre acuaria para pérdidade nivel

214

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 209/276

Capítulo VII. Otros acueductos

Depós i t o t e rm ina l

Este canal termina en un depósito de aguas, como en las conducciones actuales, queestá a unos 250 m del final de nuestro acueducto. Este depósito lo hemos localizado, a

nivel de dicha zona de paso, en la manzana que forman la calle de San Ginés, el calle- jón y la plaza del mismo nombre que puede verse en el plano áereo, siendo sótano subdividido de unas casas de poca importancia que debieron apoderarse del solar que resul-tó al destruir la iglesia de San Ginés. La iglesia debía estar construida aprovechando losmuros y apoyos intermedios del depósito, el cual se conocía, desde los más lejanos tiem-pos en que cronistas hayan hecho descripciones de la ciudad de Toledo, como la «cuevade Hércules», relacionándolo con todas las fantasías existentes sobre la fundación de laciudad y la pérdida de España cuando la invasión musulmana.

 Así, por ejemplo, el doctor Salazar de Mendoza dice: «Túbal, primer fundador deEspaña y de Toledo, la labró, si bien Hércules la reedificó y aumentó mucho y de éltomó su nombre, y los romanos la perfeccionaron y engrandecieron del todo.» Fran-cisco de Rojas, en su Historia de la imperial, nobilísima, ínclita y esclarecida ciudad de Toledo (1554), dice que «está la cueva de Hércules en esta ciudad, casi en lo más altode ella, en la iglesia de San Ginés y la Puerta dentro de la misma iglesia». Con rela-ción a su fábrica dice que «es rara por la compostura de arcos pilares y piedras menu-das que tiene labradas, de que está adornada». Se preocupa mucho sobre el uso quedebió tener está cueva y recoge las opiniones que sobre ello ha habido, desde las dis-paratadas de que «sirvió de habitación al rey Hércules y en ella leía la magia a lossuyos», hasta la más utilitaria de que «sirvió en tiempo de los romanos de cloaca o

madre por donde desaguaban las inmundicias de la ciudad y que en la cueva habíaotras mangas particulares por las calles para el servicio de las casas». Cita la inscrip-ción de la lápida dedicada a la diosa Cloacina por L. Massidio Longo, Procurador delas riberas del río Tajo y de las cloacas de Toledo, la cual se incrustó en el muro sep-tentrional del puente de Alcántara cuando la restauración musulmana.

También hay las opiniones de atribución a templo dedicado a Hércules o bien alas divinidades infernales en tiempo de los romanos, apoyando esta última en que «laobra es de romanos, como puede apreciarse por los pilares y arcos con piedras media-nas bien labradas». Como se ve en cuanto se analiza el aspecto interno del monumen-to, se encuentra encajado en obra romana.

En cuanto a la pérdida de España, el mismo autor recoge la leyenda de que en lasparedes había «unos lienzos escritos y pintados con rostros de árabes con sus tocados,a caballo, y con lanzas, por alcanzar con su ciencia que España había de ser destrui-da por esta gente y que mandó cerrar este palacio (Hércules), diciendo que ningunolo abriese, porque no viese tanta calamidad en sus días».

Este hermetismo de la cueva defendido por prohibiciones más o menos reales haseguido hasta nuestros días. El mismo Francisco de Rojas cuenta una exploración rea-lizada en el año 1546 por deseo del cardenal D. Juan Martínez Siliceo, «quien mandólimpiarla y que se previniesen algunas personas de mantenimientos, linternas y cor-deles, y juntos todos entraron en la cueva y a media legua hallaron unas estatuas debronce sobre una mesa como altar [...]; pasaron adelante y dieron con un gran golpe

215

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 210/276

 Acueductos romanos en España

de agua que, por el ruido que hacía, con la gran fuerza que corría y no tener con quépoder pasarla, les aumentó el miedo que habían empezado a cobrar y, resolviendo nopasar adelante, se volvieron a salir a tiempo que cerraba la noche, tan despavoridos yespantados de lo que habían visto y tan traspasados de la frialdad de la cueva, que latenía muy grande, y el aire, que era muy delgado y frío por causa de ser verano cuan-do entraron, enfermaron todos y algunos de ellos murieron».

Existe la leyenda del tesoro escondido: «Había en la cueva un gran tesoro escon-dido bajo tierra que dejaron enterrado los reyes, un perro que vela día y noche tienela llave, a los que llegan cerca de ello les muestra los dientes» tal perro, estaba rodea-do de huesos que correspondían a los osados ciudadanos que a través de los sigloshabían querido rescatar el tesoro y fueron devorados por el animal. Esto lo cuenta elmismo cronista, referido a un pobre obrero que, desesperado por no poder alimen-tar a su familia, se armó de valor y consiguió llegar hasta el perro, retrocediendo inme-

diatamente para salir despavorido, contando a voces lo sucedido y muriendo a laspocas horas. Cuenta también que un muchacho, huyendo de la persecución de suamo, entró corriendo en la cueva y fue a salir después de un gran recorrido a la ori-lla del Tajo.

Este tabú, que protege de visitas este lugar, persiste en la actualidad, pues cuandohace unos diez años pretendí hacer el estudio correspondiente, que tenía planeado demuchos años atrás, conseguí en primera instancia que me dejaran asomarme al sóta-no de una de las casas de la referida manzana número 1del callejón de San Ginés,

216

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 211/276

Capítulo VII. Otros acueductos

pudiendo comprobar que, efectivamente, era fábrica romana, pues en el cuartuchoque correspondía quedaba el arranque de uno de los arcos de la crucería que debecubrir el conjunto, apreciándose sillares por debajo de los revocos. Pero al día siguien-te, cuando envié a un fotógrafo y a unos auxiliares que tomaran medidas, se negaronlos vecinos a facilitar las llaves para abrir la puerta correspondiente. El temor de quesean desalojados de sus viviendas, debe mantener en guardia a los habitantes de lasmismas. No sé si este mismo instinto defensivo ha hecho circular la noticia, más tene-brosa que todas las anteriores, de que durante la gran epidemia del cólera de finalesdel siglo pasado se utilizaron algunos de los compartimientos de la cueva, que fue-ron tapiados herméticamente, para almacenar cadáveres.

La atribución a depósito de aguas romano surgió en mí al leer las referencias deFrancisco de Rojas y localizar su situación, cuando hace unos veinte años empecé aestudiar el acueducto. Esta referencia a pilares y arcos con fábricas de sillería, y el deta-

lle de galerías que parte de allí y que deben pertenecer a las arterias principales de lared de distribución, me dieron la confirmación de que, dada su situación, debíaser el depósito terminal que estaba buscando y que era indispensable en una obra tancompleta como es la de este abastecimiento.

Toledo, que es un compendio de la historia de la arquitectura española, está faltode monumentos de época romana; este depósito podría servir para subsanar esta defi-ciencia y está pidiendo su exploración y restauración, que es además compatible conla existencia de'las casas que ocuparon el hueco de la iglesia de San Ginés.

Acueduc to

Para la reconstitución de nuestro acueducto disponemos de algunos datos: el del lugarexacto donde se erigía, el de su nivel superior fijado por la llegada del canal en lade-ra izquierda, el del arranque de uno de los arcos del paso inferior en ladera izquier-da, los arranques de dos pilares en las márgenes del río y un triángulo de tímpanoscorrespondientes al primer piso de arcadas en la orilla derecha. La alineación del acue-ducto prolongada pasa muy cerca del lugar dela cueva.

El ingeniero geógrafo Sr. Rey Pastor, her-mano del insigne matemático del mismo ape-llido, hizo una reconstitución del alzado delacueducto partiendo de dichos datos y utilizan-do un levantamiento topográfico directo delperfil del cauce. Supone una ordenación dearcadas en tres pisos partiendo de la seguridadcasi total del trazado en piso inferior con tresarcos de unos 28 m de luz. Sobre éstos colocaotros dos pisos en los que la luz de las arcadas

Ruina del acueducto correspondiente al hormigón de relleno

en el arranque de un arco de ladera izquierda. Se observanlas huellas que han dejado los sillares del chapado

217

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 212/276

 Acueductos romanos en España

queda reducida a la tercera parte conpilares esbeltos en el piso intermedio

 y muy enanos en el tercero. En estareconstitución se ve clara la imposi-

ción de la silueta del Pont du Gard,con sus tres niveles y triplicación delas arcadas en coronación, aunque enéste se mantienen las mismas lucesen los dos pisos inferiores.

Nosotros hemos tanteado unanueva reconstitución manteniendo lasluces en el segundo piso, con lo cualllegamos perfectamente al nivel supe-rior; y añadiendo una altura suple-mentaria para la coronación y unespesor de clave de 1,20 m, obtene-mos aproximadamente en la siluetade las arcadas superiores la superposi-ción del semicírculo sobre cuadrado,que, como ya hemos comprobado enlos casos estudiados de acueductoscon dos pisos, es como una invarian-te de los ejemplares españoles.

La luz, muy próxima a los 30 m, que corresponde a este acueducto, le da una impor-tancia extraordinaria, pues está en la meta de los arcos de puentes o acueductos roma-nos. En nuestro país sólo el puente de Alcántara llega a ella. En acueductos extranje-ros el máximo corresponde a Pont du Gard, cuyo vano central sobre el cauce tiene26,50 m. En puentes el máximo ha sido el de Narni, hoy arruinado, que llegaba a 34m; el arco principal de Orense, con 37,80 m, aunque dudosamente romano, y el deMartorell, que puede ser una reconstrucción medieval englobando en uno dos arcosromanos. El de Ceret, récord medieval, tiene 45 m.

La solución de tres pisos nos parece forzada, y sobre todo cargar los arcos de28 m con dos pilas intermedias que

transmitirían una carga importanteno tiene consistencia estructural niestética, ya que en Pont du Gard, altriplicar en el tercer nivel el núme-ro de arcos, no se trata en realidadde un nuevo piso de arcadas, sinomás bien de aligerar el zócalo supe-rior, motivado por una rectificaciónen el nivel de paso del canal, que erademasiado importante para dejarmacizada la diferencia de altura.

Ladera derecha en la zonadonde se apoyaba elacueducto. Los restos delpilar en el borde del cauceestán bajo las aguas

Resto de tímpano

Resto de pilar sumergido

Vista del intradós delarranque del arco,desprovisto de la sillería

que lo paramentaba

218

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 213/276

Capítulo VII. Otros acueductos

Del acueducto que abastecía la ciudad de Barcino han quedado dos arcadas gemelasemparedadas en el torreón de la muralla que forma uno de los bastiones de la Puer-

ta de Arcediano. Se descubrieron al derribar en los años cincuenta las casas adosadasal mismo, restaurándose a continuación mediante una reparación externa del para-mento de dicha torre y un trabajo de demolición interna hasta dejarlas libres del relle-no de fábrica irregular que las aprisionaba en el grueso de la muralla. Por último, enel año 1957 se reconstruyó una arcada completa en prolongación de la que aparecíaen el torreón, que sirvió de modelo, subiendo el nuevo pilar sobre la cimentaciónauténtica, también descubierta al derribar las casas.

Referencias de este acueducto nos dan: Cean Bermúdez, Almerich y la Carta Arqueológica de Barcelona. El primero indica la existencia de «fragmentos de un acue-ducto a la entrada de la calle de Capellanes», así como la de «un arco muy elevado en

dirección a la catedral» y de «otros vestigios del mismo acueducto en la montaña dela Colserola».

 Almerich, en su Historia deis Carrers de la Barcelona Vella, en el artículo corres-pondiente a la calle de Los Arcos, dice que ya en el siglo XIII el sitio era conocido porla denominación de Puente de la Moranta, porque allí existía un trozo del acueduc-to, cuyas arcadas fueron quedando absorbidas por los edificios que se construyeronal formar la calle, que se denominó «deis Ares», por esta causa. También se la conocía

La puerta del Arcedianoantes de derribar las casasdel lado izquierdo (según

Florensa: Las murallasromanas de Barcelona)

 Acueducto de Barcelona

219

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 214/276

Acueductos romanos en España

por la «del horno de los arcos» por existir un horno en dicha calle, pero, según elmismo autor, desde el siglo XVI se quedó con el nombre actual. Según el mismo cro-nista, las aguas procedían de «los Agudells».

En la Carta Arqueológica de la provincia de Barcelona se hace referencia al topo-

nímico de la calle dels Arcs y se cita que en escrituras antiguas del siglo X sobre ven-tas de lotes de terrenos cerca de la puerta de la plaza Nova se habla dearchos anti-cos, opere antico factos y archis priscis unde o lim aqua consuerit decurrere. También serecoge la cita de Carbonell en su Chroniques de Espanya (Barcelona, 1547) referen-te al acueducto, que traducimos: «gran conducción de agua que, elevada sobre bóve-das en Los Ares, venía del río de Betulo que se denomina Besos, del cual se encuen-tran ruinas en muchos lugares especialmente entre el camino que va a Horta y elque va a San Adrián, y dentro de la ciudad en la calle llamada «la volta de la eure» ya llamada «lo malcuinat», y en las torres de la puerta de la Plaza Nova, que son ahoradel Arcediano». De aquí se deduce en la citada Carta Arqueológica que el agua setraía del Besos. También se establece que Bosarte vio en el siglo XVIII restos del acue-

ducto.Explorando las casas de la calle de Los Arcos descubrimos en el año 1967 en una

de la acera de los pares, cuya alineación estaba aproximadamente en la dirección delacueducto que define la arcada aparente en la muralla y la reconstruida recientemen-te, una pilastra empotrada en el muro del zaguán de la casa número 3. Esta pilastraostentaba sólo uno de sus paramentos transversales y quedaba muy próxima a la facha-da, pues parecía quedar oculta la cara correspondiente a la calle únicamente por elrevestimiento de sillarejo de la fachada. La pilastra se perdía al interceptarla el techo,ya que los arranques de los arcos debían estar más arriba. Estuvimos revisando el bajonmediato de la misma casa —que acababa de desalojarse por traslado del estableci-

miento «Casa Marzal», que allí estuvo instalado, quedándome convencido de quea distribución de huecos en fachada era incompatible con las posiciones que debíancorresponder a los pilares del acueducto, a partir del que habíamos descubierto.

Habiendo dejado para otra visita a Barcelona el estudio completo de las posibili-dades de encontrar más vestigios del acueducto, hemos tenido la mala fortuna de queal llegar dicha ocasión, en el pasado año de 1970, la casa de la calle de Los Arcos sehabía derribado, desapareciendo, sin dejar rastro, la citada pilastra. Actualmente sóloqueda en la acera de los impares de dicha calle el edificio, en restauración, propiedaddel Real Círculo Artístico. También era de una entidad cultural el edificio derribado,actualmente solar para estacionamiento, y produce verdadero dolor el contraste de

que mientras están decorando rabiosamente aquel edificio para darle carácter anti-guo, liquidaran sin darse cuenta el pasado de la calle derribando el último vestigiodel acueducto que le dio el nombre. En compensación, creemos que esta mismaexploración, siguiendo la alineación del acueducto, pero hacia el interior de la ciu-dad antigua, nos ha deparado otras pilas de nuestro monumento encajadas en la paredde la capilla de acceso a la catedral, pasando por el claustro, desde la calle de SantaLucía. Parecen sucederse en la pared de la izquierda, entrando, tres fajas verticalescorrespondientes a paramentos de pilas, con intercalaciones de fábrica posterior deldoble de su latitud, o bien aislando hornacinas que forman altares.

Fotoplano donde aparecenla puerta del Arcediano,la calle de Los Arcos yla plaza de Capellanes

220

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 215/276

Capítulo VII. Otros acueductos

La torre de la puerta del Arcediano en la cual quedaron englobadasdos parejas de arcadas del acueducto romano, de las cuales aparece una(según Florensa: Las murallas romanas de Barcelona)

Los restos destacados a que nos hemos referido y queson los únicos que actualmente se conservan, son la parejade arcadas paralelas gemelas que quedaron aprisionadas alconstruirse la muralla. Una de las pilas delimita el salientede la torre con respecto al lienzo de la muralla, quedando

 visible en los dos paramentos perpendiculares, y su aristaes también arista de la torre, siendo paramento transversalde ésta el longitudinal de aquél, y a la inversa en la corres-pondencia de los otros dos. En el paramento frontal de latorre, separado únicamente por medio metro de relleno demanipostería posterior, aparece el paramento de otra pila,que corresponde al acueducto gemelo del anterior. Luegola torre continúa revolviendo en cuarto de círculo su fábri-ca externa y formando con su simétrica la puerta de entra-da, que primitivamente se coronaba por un medio puntoentre ambas.

Calle de Los Arcos Plaza de CapellanesRestos del acueducto

221

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 216/276

Acueductos romanos en España

Detalles de la estructura enalzado y sección transversal(Acueductos II y I)

a cu e d u c t o d e Ba r c el o n a  

El ángulo de la torrederecha de la puerta del

 Arcediano con la arcadaauténtica del acueductorestaurada y otrareconstruida sobre

cimentación auténtica(Acueducto II)

222

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 217/276

Capítulo VII. Otros acueductos

Cuatro vistas del acueductoII con la arcada auténticarestaurada y una másreconstituida

223

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 218/276

Acueductos romanos en España

Pilar-imposta eintradós debóveda delacueducto I

Pilares de ambos

acueductos,vistos del ladociudad (l-ll)(se observa unode ellos conel paramentopicado)

 Arranque de bóveda delacueducto II (el másmoderno)

Fotos del InstitutoMunicipal de Historia deBarcelona. Excavaciones,marzo 1960

Zona baja de los pilares de la foto a la izquierda (se observa la pequeña distanciaque separa a ambos acueductos)

224

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 219/276

Capítulo VII. Otros acueductos

Quedan así visibles al exterior dos conjuntos de restos:

 A) Dos paramentos en ángulo recto de un pilar, formado el ángulo de la torre enla parte inferior; las dos terceras partes de la boquilla de una de las bóvedas quesustentaba y el tímpano de la misma prolongándose por los cajeros del canal,todos ellos enrasados en el paramento transversal que delimita la torre. La arca-da inmediata, con sus tímpanos y cajeros, se construyó en 1957 sobre el cimien-to auténtico, según ya hemos indicado.

B) El paramento transversal de un pilar gemelo del anterior que pertenecía alacueducto paralelo, apareciendo en el paramento torre casi adosado a su com-pañero.

Paramento frontal y corte

por arranques de bóveda,hasta la caja por el planodel paramento transversalen acueducto II, visto desdeel lado de fuera (Foto delInstituto Municipal deHistoria de Barcelona)

225

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 220/276

 Acueductos romanos en España

 Además, en el interior de la torre, gracias a la labor de derribo de la fábrica quelos envolvía, han aparecido las dos arcadas que corresponden a los restos exterioresque hemos descrito. Estos pueden visitarse desde la casa del Arcediano descendien-

do al sótano, y tenemos que hacer constar la amabilidad con que siempre hemos sidorecibidos en dicha casa, donde además nos proporcionaron las fotografías interioresque muestran los pilares y bóvedas de las dos arcadas recuperadas, tomadas durantelos trabajos de desescombro.

D e s c r i p c i ó n

De estos datos se deduce que el acueducto debía tener longitud importante, por lo menosla correspondiente al recorrido desde la calle de Capellanes, la de Los Arcos y PlazaNueva, para llegar con una altura importante a la zona donde queda emparedado por lamuralla y teniendo que prolongarse por ambos lados para llegar a nivel del terreno.

También se deduce que es doble, o sea, integrado por dos alineaciones de arcadasparalelas muy próximas, a unos 0,45 m (l */2pies), y cada uno de ellos formado porpilares cuadrados de 1,55 m (5 pies), con bóvedas de 3,10 m (10 pies) de vano; esdecir: con una relación de vano a macizo de aproximadamente 2.

Los pilares de ambos tienen paramentos de sillarejo con hiladas horizontales dediferente altura, repitiéndose la misma fábrica en tímpanos y en la coronación quecorresponde a los cajeros del canal. En uno de ellos es más cuidada que en el otro,mejor talla y mayor tizón, pero donde existe gran diferencia es en las bóvedas, pues en

aquél está constituida por dovelas trapeciales de buena escuadría distribuidas longitu-dinalmente en tres hojas independientes con juntas seguidas de 0,50 m de anchura

Los dos pilares de fotosanteriores, vistos desdearriba lado ciudad romana.

 Aparecen cortadoslos tímpanos y picadoel paramento

226

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 221/276

Capítulo VII. Otros acueductos

media, interrumpidas por la dovela de clave, que va de paramento a paramento. En elotro acueducto las dovelas, muy estrechas, unas treinta y cinco en total, con espesoresentre 15 y 20 cm y en una sola hoja en cada uno de los paramentos, con anchura desólo 15 cm, apareciendo en el resto del intradós mampostería concertada (opus incer-tum). La boquilla, muy bien aparejada, tiene un espesor de 0,50, con lo cual las quearrancan de un mismo pilar dividen en tres partes aproximadamente iguales el espe-sor del mismo, quedando entre ambas un espesor del tímpano de la misma latitud queambas. Los cajeros tienen una altura de 1,10 m y la caja es de 0,75 x 0,75 m.

Los tímpanos se coronan por el ático correspondiente a la caja, intercalando entreambos una impostilla de pequeño espesor y saliente, tangente a la coronación deboquillas. Existe un segundo resalto en paramentos, que es la última hilada del pilar,con triple altura que las demás, correspondiéndole también aumento en las otras dosdimensiones. El núcleo está relleno de un modo uniforme con opus cementiciae de

cantos gruesos, distinguiéndose también la calidad en cada uno de ellos. El interiordel canal está revestido con un enlucido del opus signium característico en todos losacueductos.

Prob lemas a rqueo lóg icos

Como en casi todos los acueductos que hemos estudiado, no existe ninguna referen-cia documental que permita datar los dos que ahora nos corresponden. Sólo referen-cias estilísticas y límites temporales de deducción elemental, como, por ejemplo, laconsideración de que ambos son anteriores a la construcción de la muralla, la cual

corresponde al tránsito del siglo I I I al I V d. C.De este tipo de relaciones temporales tenemos también la noticia datada de la

construcción de unas termas a expensas de Lucius Minicus Natalis y su hijo, que cons-ta en una lápida de mármol conservada hoy en el Museo de Arqueología de Barcelo-na y cuya inscripción se recoge en el Corpus con el número 5.145. Sobre estas termasse construyó la basílica de San Miguel, que fue una de las primeras iglesias dondehubo culto cristiano en Barcelona y se derribó en el año 1868, descubriéndose enton-ces la lápida citada y un hermoso mosaico con motivos de tritones, hipocampos ydelfines, conservado también en el mismo Museo. Al hacerse el derribo se compro-bó que una de las capillas, quizás la principal, era un frigidarium, muy parecido al delas termas de Arlés. La iglesia de San Miguel ocupaba parte de la plaza actual delmismo nombre, que se amplió con el derribo, y se encuentra en la prolongación delacueducto. Los Minicius pertenecen a los tiempos de Trajano y Adriano (el padrellegó a cónsul y el hijo a tribuno de la plebe), y en dicha lápida se hace referencia alemperador Adriano.

En otra lápida del siglo I I (Corpus, 4514), donde salen a relucir éstas u otras ter-mas de la ciudad, se conmemora un feliz acontecimiento de cierto ciudadano hacien-do donación de aceite para su uso en los baños un determinado día. Florensa, en laobra ya citada de las Murallas romanas, apunta que la construcción de estas termas

podría ir aparejada con la construcción o reconstrucción del acueducto. Nosotrostambién creemos que son dos sucesos relacionables, y que la posibilidad de abrir

227

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 222/276

Acueductos romanos en España

unas termas supone la mejora del suministro de aguas a la ciudad y podría ser la deconstrucción del primer acueducto, dada la época en que nos movemos, pues por elcorrecto estilo de bóvedas de sillería con dovelas de escuadría clásica ordenadas entodo el ancho pueden pertencer muy bien a la época de Trajano, aunque caigamos

en la topicidad de hacer a este emperador padre de otro acueducto más.En cuanto al otro acueducto, que en su descripción ya lo hemos considerado como

posterior y de fábrica más incorrecta en todos sus elementos, encontramos parecidocon los de Fréjus y de Lyon, que aunque no datados se refieren siempre a los siglos IIo III. Su ejecución con bóvedas de dovelas tendiendo a lajas, que se utilizaron comomolde aparente y sólo en paramentos, rellenando después el núcleo con maniposte-ría en hiladas horizontales, señala ya un proceso muy avanzado en la evolución delconcepto de bóveda, cuyo modelo clásico, no imita-do en este particular, lo tenían a la vista en el acue-ducto inicial. Este proceso de evolución de las bóve-das lo hemos analizado detenidamente al tratar de losacueductos de Pineda y Alcanadre y lo comprobamosen los restos de la fábrica interior del acueducto deToledo. En el caso actual como ya hemos adverti-do—destaca la perfección constructiva del que haquedado oculto al no prolongarse, como deberíahaberse hecho al reconstruir la arcada nueva de sugemelo. La idea de esta prolongación ha sido acerta-da, pues ha definido la naturaleza del monumento,

que hubiera quedado desapercibida, con la sola pre-sencia de un pilar y parte de la bóveda incrustadas enla muralla. Se ha dado gracia al ambiente romano de

 Acueducto romano deFréjus (Francia). Fotos deMaurice Pezet: Sur lesTraces d'Hercules

 Acueducto romano deBarbegal (Francia). Fotosde Maurice Pezet: Sur lesTraces d’Hercules

228

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 223/276

Capítulo VII. Otros acueductos

 Acueducto romano de Lyon(Francia)

esta zona, al destacar el tema de uno de los monumentos más representativos de nues-tros antecesores los romanos, pero se enriquecería esta evocación completándola conel gracioso acompañamiento de su gemelo, dando un ejemplo de lo que es el arte dela arquitectura ingenieril, donde manejando un repertorio de temas tan reducido,como es el de la arcada coronada con un canal, se pueden introducir variantes, queexpresan además fielmente las condiciones constructivas de la época.

 Acueducto romano de

Fréjus (Francia) (segúnH. P. Eydoux: La France

 Antique

229

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 224/276

 Acueductos romanos en España

Acueduc t o de A l canad r e 

Descripción

La conducción de agua a que corresponden los restos del acueducto de Alcanadre ser- vía a la ciudad romana de Calagurris, hoy Calahorra. El agua procedía de unosmanantiales en el término de Estella, y aunque no hemos conseguido fijar ningúnpunto del trazado parece que pasaba por un barranco, que se denomina de Los Arqui-llos, donde debió existir obra elevada. También debe tener alguna relación con ella elactual pueblo de Los Arcos.

El paso del Ebro de esta conducción era el acueducto que estudiamos, cuyas rui-nas de la margen izquierda es lo único que aparece en la actualidad, ya que no se divi-san restos ni en la orilla derecha ni en el propio cauce. Esto último es natural, pues

agua abajo, a unos 1.200 m, se ha construido en este siglo una presa de derivaciónque eleva el nivel de las aguas, por lo cual los restos que deben existir de los pilaresdentro del cauce quedan sumergidos en toda época.

Estas ruinas que señalan el trazado y que son el único vestigio que conocemos dela conducción (*) se encuentran en el tramo de río entre los pueblos de Alcanadre (mar-gen izquierda) y Lodosa (margen derecha), mucho más próximas del primer pueblo,al que ha dado nombre, pues alcanadre en árabe significa puente, como alcántara.

El acueducto de Alcanadre era en realidad un puentesifón, siendo su caja, quedebía estar cubierta por bóveda de medio punto, una galería visitable, donde las aguas

 venían encauzadas en tuberías cerámicas que las encañaban a presión. Hoy día no

queda resto alguno de estas tuberías y muy poco de las paredes de la galería, perodebemos esta referencia al ilustre arqueólogo D. Blas Taracena, quien nos recomen-dó en 1943 el estudio de esta obra, en la cual le resultaba muy extraño el hecho sin-gular de la abundancia de tuberías en las inmediaciones. También debemos al Sr. Taracena las tres fotografías que reproducimos, que pueden datarse en los años veinte yen las cuales se aprecia notable diferencia del estado de las ruinas, al compararlas conlas fotos que hemos obtenido en marzo del pasado año (1970).

 Actualmente las ruinas alinean hasta seis arcadas de las quince que aparecen en lasfotos antiguas, empezando por unas casi enterradas con menos de medio punto y alas cuales le siguen otras que apenas lo completan, quedando en las últimas supera-do este contorno en intradós al continuarse por verticales que destacan pilares inci-pientes, sin que se marque separación entre ambos elementos arco y pilar. Las restan-tes ruinas son verdaderamente informes, se hallan bastante removidas y algunas

 volcadas. Junto al acueducto existe un camino que llega hasta el río, en una zona de saca de

arenas que ha trastornado toda la zona que debía corresponder a la obra, por lo cualha desaparecido todo rastro. Como ya hemos indicado, pudieran existir restos de laspilas dentro del cauce, pero actualmente siempre sumergidas.

(*) Existen vestigios de la llegada del canal a Calahorra, según se indica en el Archivo de Arqueología.

230

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 225/276

Capítulo VII. Otros acueductos

Fotoplano de la zona dondese encuentran las ruinas delacueducto

Ruinas del acueducto

era a

rcos

Ebro

Carretera a Alcanadre Ferrocarril

Carreteraa Lodosa

231

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 226/276

Acueductos romanos en España

 Acueducto de Alcanadre

Tres fotografías del acueducto tomadas en los años veintepor el arqueólogo D. Blas Taracena

Detalle de la zona según elmapa de Coello

Ruinas del acueducto.

Estructura en alzado ysección transversal

232

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 227/276

Capítulo VIL Otros acueductos

Acueducto de Alcanadre. Fotografías actuales de las ruinasconservadas. Vista de conjunto

 Arqueta de toma de presión

Tramo inicial, que se conservaPrimeras arcadas

Conjunto de arcadas  Arcadas de mayor altura

233

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 228/276

 Acueductos romanos en España

La alineación de arcadas aparece a 7 m del borde de la carretera de Lodosa a Los Arcos, en dirección ligeramente oblicua, quedando el muro donde se iniciaba la ele- vación sobre el terreno cortado por la carretera, pues aparece al otro lado de ésta, reco-nociéndose a poco un ensanchamiento que pudiera corresponder a una arqueta de

comienzo de obra, quizás con arranque de las tuberías. A ésta le precede un trozo decanal o galería, lo cual no puede distinguirse porque quedan únicamente la solera yarranques de muros, que desaparecen al irse enterrando aquél conforme va subiendola ladera. Esta termina en una terraza de erosión que está a unos 100 m de altura sobreel nivel del río. Parece lo más lógico que el canal se introdujera en túnel para salir enalguno de los barrancos producidos por erosión, pudiendo así orientarse en direcciónnoroeste, que es la que le corresponde tomar para dirigirse hacia el origen, por elbarranco de Los Arquillos.

Las dimensiones de las arcadas son: luz, 4,50 m (15 pies), a excepción de las pri-

meras semienterradas, que no llegan al medio punto y cuyo vano oscila de 3 a 4 m.Las pilas tienen 1,10, siendo de 2,25 la latitud única entre paramentos. La anchurade la galería es de 1,00 m (3 V2pies), con sendos muretes de 0,60 (2 pies). El espesorde las dovelas oscila alrededor de 10 cm (‘/3pie).

P r o b l e m a s a r q u e o l ó g i c o s

Como nos ha ocurrido en todos los acueductos estudiados, no tenemos fuente docu-mental que nos permita fijar ni aproximadamente la fecha de su construcción. En éste,además, no existen referencias de ninguna época, salvo las que aparecen en el mapa de

Coello correspondiente a Logroño, aunque equivocada, pues figura como: «acueduc-to arr. llamado los Arcos de los Moros». Las únicas orientaciones para su encaje pro-ceden de las ruinas mismas, pues incluso su correlación estilística con los restos de otrasobras análogas no nos sirven, ya que tampoco estas últimas han sido datadas.

Por lo pronto observamos una diferenciación total de sus fábricas con las de losacueductos de primera época. Nada más alejado, por ejemplo, de la fábrica segoviana, con hermosos sillares rectangulares y dovelas con proporciones poco alejadas delcuadrado, que este sillarejo tan alargado, especialmente en lo que se refiere a dovelas,las cuales además se caracterizan por su irregularidad tanto en soga como en tizón,pues se ordenan expresamente para dar boquillas en creciente de arranques a clave.

Pero la distancia estilística es mucho mayor al comparar estructuras internas; en Sego- via tenemos una fábrica exclusivamente de sillares asentados directamente unos sobreotros sin aglomerante que los enlace y rellene los huecos, mientras que en Alcanadreel sillarejo es un revestimiento superficial que sirve de molde a una fábrica internacementiciae que se aglomera con mortero de cal, sin establecer distinciones en estenúcleo entre bóvedas y tímpanos y entre tímpanos y pilas.

Desde los sillares asentados a hueso, que es herencia de la arquitectura griega,donde sus dimensiones son distintas según la hilada que corresponde en el alzado deledificio, y que, además, reciben nombre según su específica situación: «eutinteria»,

«ortostatos», etc., en el caso particular de los templos, a lo propio de la arquitecturaromana, con sus grandes muros y bóvedas, en los cuales se distinguen estructuralmente

234

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 229/276

Capítulo VII, Otros acueductos

235

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 230/276

 Acueductos romanos en España

 Acueducto de Alcanadre. Detalle de los aparejos en los frentes

Estado de la coronación

Escorzo que muestra la superposición de las fábricas

Detalle de la fábrica interna

superficie y relleno, se tiene un ciclo completo en concepción ytécnica. En la actualidad se ha ido más allá, dejando el hormigónal descubierto, lo cual se ha verificado sólo muy recientementetanto en los edificios como en las presas y puentes, habiéndoseutilizado durante mucho tiempo este procedimiento romano decapa externa de ladrillo o piedra para lucir y además servir deencofrado a un núcleo interno de hormigón.

Naturalmente que esta técnica actual que comentamos no hanecesitado entroncarse directamente con la romana, separada poruna solución de continuidad de varios siglos, ya que además alllegar a ello no necesita de un lento proceso evolutivo, sino quede partida es más sencillo establecer este reparto de funciones,pues para dejar el hormigón al descubierto hay que construir ver-daderamente bien.

De todos modos existe, en este punto, una diferencia muynotable entre la técnica romana y la actual, ya que no era posible

una estructura constructiva puramente de hormigón debido a quelos conglomerantes de aquella época eran de un endurecimiento

236

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 231/276

Capítulo VII. Otros acueductos

muy lento. Los cementos actuales adquieren consistencia en un período mucho máscorto que las cales empleadas por los romanos, las cuales se caracterizan por esa con-dición de tardar años en consolidarse, frente al mes característico para definir la resis-tencia de nuestros hormigones. Por este motivo las fábricas romanas de hormigón noson inicialmente resistentes, sino relleno,plementeria. Sus muros, y con más motivosus bóvedas, necesitan de una estructura resistente específica que soporte en prime-ra época al peso de toda la construcción. Son los anillos internos de ladrillo que seconstruyen inicialmente en la bóvedas, así como las trabas entre paramentos de sille-ría en los muros.

Esta idea de elementos activos y pasivos reaparece en la arquitectura medieval,donde, como se abandonó la construcción con hormigón, se da la paradoja de quetanto los elementos activos nervios como los pasivos plementeria—son resisten-tes, puesto que estos últimos son también de sillarejo, aunque menos cuidado que la

sillería de los nervios; pero, como adquieren formas aptas para resistir a compresión,se incorporan desde un principio a la función resistente, reforzando notablemente lacapacidad del esqueleto formado por los nervios. Esto se ha comprobado en todoslos hundimientos más o menos naturales de las bóvedas góticas y muy particularmen-te en las destrucciones bárbaras de los bombardeos modernos.

Para completar esta breve comparación de las fábricas donse se ha utilizado el hor-migón, recordaremos la notable transición de la palabra cemento, que hoy día es sinó-nimo de conglomerante, mientras que empezó en Roma como caementa, u opus cae-menticiae, que significan, respectivamente, piedra partida, y fábrica en que ésta seemplea.

Las anteriores consideraciones nos sirven para llevar la fecha de nuestro acueductoal siglo II, mediado por lo menos. Su construcción es bastante buena, el intradós de losarcos está muy aquilatado y terminado con gran regularidad en el enrase de los dos para-mentos, que, como ya hemos indicado, no ostentan ningún resalto. También la rela-ción de vano a macizo denota dominio, pues resulta de 4,50, con un espesor de pilasde alrededor de 1m, cifras que indican un gran avance dentro de la morfología de lospuentes, con los cuales hay que establecer relación, mejor que con los acueductos.

Buscando otras obras análogas fuera de nuestro país encontramos en la conducciónde Fréjus, que alimentaba la colonia de Forum Julii, en la Galia narbonense, nueve acue-ductos. Tenemos en ellos una fábrica de sillarejo cuyo alargamiento se hace máximo enlas dovelas. Están dispuestas en un aparejo muy regularizado, formando chapado conpoca trabazón respecto del resto de la fábrica del pilar. El sillarejo de los tímpanos pasapor entre los arranques de las bóvedas para formar el pilar sin discontinuidad.

También en el acueducto de Barbegal, cuyas aguas se explotaban en uno de losprimeros aprovechamientos industriales que se conocen, pues daba movimiento a unconjunto de molinos de harina dispuestos en cascada y en dos grupos, aprovechan-do la pendiente de la ladera. En esta obra existen también paramentos planos sin mol-dura alguna con boquillas de sillares radiales muy alargadas y dispuestas en crecien-te perfecta, pero de poco espesor independientes del resto de la estructura de la

bóveda, por lo cual en muchas zonas se han desprendido del paramento, como ocu-rre en Alcanadre.

237

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 232/276

 Acueductos romanos en España

También tenemos características análogas en alguno de los acueductos de Lyon,cuyas ruinas ostentan las boquillas desprendidas íntegramente en grandes trozos, mos-trando las capas internas de la bóveda con piedras en forma de lajas dispuestas radial-mente, destacando del relleno de tímpanos, cuyo hormigón se ha ido colocando porhiladas horizontales sin discontinuidad.

Acueduc t o de P i neda

De este acueducto existe una monografía muy completa publicada por el InstitutD'Estudis Catalans en el año 1936, de la que es autor D. Francesc Prat i Puig y sedenomina L 'aqiieclucteRoméde Pineda. El actual Ayuntamiento de Pineda, muy celo-so de la pertenencia del acueducto —lo tiene en gran estima, nos facilitó la visita a

las ruinas en el pasado año (1970) y nos propor-cionó fotografías actuales de las mismas. Tam-bién damos las fotografías que nosotros obtuvi-mos en dicha visita en comparación con las dedicha monografía, de la cual hemos sacado, ade-más, la mayor parte de los datos que publicamos.

Según Prat i Puig la conducción tomaba lasaguas de unas fuentes existentes en la Riera dePineda a la altura de Can Bafí, mediante presade poca altura en un estrechamiento del cauce,

produciendo un pequeño embalse que servíapara dar una alimentación continua al canal.Este se desarrolla en la ladera izquierda de laRiera y debía ser cubierto, yendo unas veces amedia ladera y otras sobre muros, destacándoseal aire en tres acueductos. El primero de un soloarco, hoy arruinado, en el barranco de la Fontdel Ferro, cuyo vano era de 3,12 m. Los otros dosmás importantes, son: el de Can Cua, con lon-gitud de 29,30 m, en el cual se abrirían unas sietearcadas de las cuales sólo permanecen cuatrocompletas, y el de Can Palau, del cual quedanrestos de seis pilares de un lado y el arranque dela bóveda correspondiente en el lado opuesto.

Se conservan restos de la conducción con bas-tante regularidad, en longitud de unos 5 km,como puede verse en el plano que tomamos dela monografía indicada, desapareciendo total-mente en dos largos intervalos, en los cuales

supone el autor de la monografía que la conduc-ción debe estar enterrada por pasarlos en túnel.

Planta de la zona, segúnPrat i Puig

238

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 233/276

Capítulo VII. Otros acueductos

 Alzado y sección transversalde la estructura

6 p

u

4P

 Acueducto de Can Cua.Tres vistas del acueducto.Fotos: Ayuntamiento dePineda

Los restos desaparecen definitivamente en la explanada que existe junto a la carrete-

ra de la costa y frente al actual pueblo de Pineda, donde estaría la villa romana a la cualdebían servir las aguas según el mismo autor.

Las dimensiones internas del canal son de 0,30 x 0,50  y  está revestido con un recu-brimiento de opus signinum, característico de las obras romanas en contacto con agua.Las aristas inferiores se redondean, pero no tienen los cordones característicos en cuar-to de círculo. El canal tiene una pendiente media del 1% y debía aportar un caudal de

unos 15 litros por segundo. (Datos de Prat i Puig.)En el acueducto de Can Cua, como ya hemos indi-

cado, existían cuatro arcadas derecha y una caída,habiendo desaparecido otras cuatro o cinco que faltanpara completar el espacio entre muros. Se conserva tam-bién el final del muro en la otra extremidad. Hoy díasiguen las cuatro arcadas, aunque más deterioradas. Sehan perdido piedras en el intradós de las arcadas y jus-tamente en el plano axial como si estuviera construidoen dos mitades, faltando en zona central a todo lo largo.Han desaparecido los restos de la quinta arcada que

239

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 234/276

Acueductos romanos en España

Acueducto de Can Cua. Pilar extremo conservado

Vista desde aguas arriba

Vista general

Detalle de la fábrica Vista desde aguas abajo

240

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 235/276

Capítulo VII. Otros acueductos

Detalle de la zona centralde una bóveda

Tramo del muro en la conducción

 Arcada intermedia

 Arcada finalCanal sobre el muro. Se observa claramente el revestimientointerno de opus signinum

241

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 236/276

 Acueductos romanos en España

aparece derribada en las fotos antiguas y también ha quedado enrasada la coronación,no descubriéndose restos de la caja.

Los pilares tienen sección ligeramente trapecial, pues se nota en todos una lige-

ra disminución de latitud hacia aguas abajo del torrente. Su espesor se mantienealrededor de 1,22 m (4 pies), mientras que las latitudes varían desde 1,80 a 1,75 m(6 pies) agua arriba y de 1,77 a 1,70 m en paramento aguas abajo. Sus alturas vanaumentado desde 2,35 a 3,10 m, siendo las luces también crecientes en el mismosentido: 3,03 +3,24 +3,50 +3,71. Al pasar a las bóvedas los arranques se remetencon respecto a los paramentos de pilares, siendo las luces de: 3,42 +3,44 +3,70 +3,85. Como los niveles de coronación de pilas y el de trasdoses de bóvedas se man-tienen fijos, los perfiles de los arcos pasan del medio punto a ser ligeramente elíp-ticos, aunque con muy poco rebajamiento, pues la disminución de flecha corres-pondiente es de 10 cm en el más afectado. Los espesores de bóvedas aparentes son

de: 0,60; 0,75; 0,92 y 0,98 m, aunque en realidad no se trata de verdaderas bóvedasdestacadas del relleno de tímpanos, sino que éstas han constituido una primera cos-tra de lajas orientadas más o menos en dirección radial con profundidades muy

 variables, pero aumentando de clave a arranques. Esto se hace escalonadamente yen correspondencia con los niveles de reparto para el relleno de tímpanos, lo quepuede verse en el detalle de la sección longitudinal según el dibujo de Prat i Puig,donde aparece claramente esta disposición y resulta especialmente aleccionador elmodo de cerrar la bóveda con cuña destacada que llega hasta el nivel superior delrelleno de tímpanos.

El acueducto de Can Palau fue más importante por tratarse de una depresión más

larga que debió alinear unas 17 ó 20 arcadas, de las cuales no queda ninguna, y la mues-tra más importante es el arranque de una en el mismo muro de extremidad situadoaguas abajo en el canal. Se observa la misma disposición constructiva por fajas hori-zontales que establecían cortes del paramento incluso en las bóvedas, con la única dife-rencia que las lajas internas se disponen radiales antes que en las bóvedas del otro acue-ducto, ya desde los 60 cm, cosa que no se consigue en el otro hasta la tercera capa.

En toda la fábrica de ambos, tanto de las pilastras como de los tímpanos y bóve-das, impera la construcción por capas de 50 a 60 cm, estableciéndose a veces planosde nivelación mediante lajas de poco espesor y en el primero aparecen también enestos planos agujeros de unos 5 cm que debieron servir para amostrar las dos carasdel molde ampliando la contención con planchadas o zapatas de madera.

En la fijación de fecha hay que avanzar al siglo I I y probablemente al I I I , pues losdetalles de la ejecución de la fábricas denotan una evolución de la técnica construc-tiva que sólo encontramos en los últimos siglos de la arquitectura romana. El autorde la monografía, tantas veces citada, señala el hecho de encontrarse, en la zona dondedebió estar la villa romana, cerámica romana desde el siglo I al I V , pero con mayorabundancia en los del I I y I I I .

242

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 237/276

Capítulo VII. Otivs acueductos

 Acueducto de Sadaba

Dos vistas de los pilares yuna del canal encajado en

roca. Fotos: Galiay (16)

Las ruinas de este acueducto son30 pilares en los que se superponensillares mal escuadrados y de altu-ras muy diferentes en pila únicacon planta decreciente de abajoarriba, coronados por otro ligera-mente desbordante del inmedia-to y que lleva el cajeado del canal.El número primitivo de pilas debióser mucho mayor, teniendo encuenta la longitud de la depresión

existente. El canal tenía que ser de madera, ya que no cabe un enlace mediante arcosentre pilares. Esta solución era más corriente en puentes donde un tablero de made-ra se podía siempre tender entre pilas a distancias de 4 a 9 m, que son las norma-les en los puentes romanos de luces medias.

Es monumento nacional junto con las ruinas de las termas próximas, teniendo elnúmero 1.085. Quedan también restos del canal encajado en el terreno. La distanciaentre pilares es aproximadamente de cuatro metros y la canal tiene una sección útilde cuarenta y  dos por veinte centímetiOS, según J. Galiay.

La conducción venía del arroyo Arbas de Luesia, donde existe una pequeña presade derivación casi enterrada aguas abajo de Malpica y debía de servir a la antigua ciu-

dad de Atiliane o Aquae Atilianae que se menciona como XI mansión en la vía roma-na de Astúrica a CésarAugusta. Hoy es el despoblado de Clarina donde se encuen-tran restos de construcciones romanas; las principales parecen ser de unas termas,habiendo también en los alrededores una tumba que por la inscripción debió ser dela familia de los Atilios.

Puede asimilarse al de Segovia por la falta de conglomerante. También parecen serde la misma época las ruinas denominadas de Los Bañales.

No hemos podido realizar una visita al terreno, habiendo tomado los datos ante-riores de los trabajos que aparecen en la bibliografía.

243

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 238/276

 Acueductos romanos en España

Ac ueduc t o de C hel va

De la conducción de agua a Loura (actual Liria) quedan en las cercanías del pue-blo de Chelva (a unos 5 km) las ruinas de dos acueductos, uno de los cuales sirvióen época moderna de puente. Quedan también trozos de la canal y dos túneles,aparte de una gran trinchera a la salida de uno de los acueductos. Parece que lasaguas se tomaban de los manantiales llamados los Chorros de Tuexar, pasando apoco la rambla, denominada actualmente de los Arcos o de Alcotás, por uno de losacueductos que tenía seis arcos los cuales no se conservan. Seguía el canal excava-do en la roca y se llega al segundo acueducto compuesto de tres arcos con dos pila-res centrales cimentados en el cauce pero sobre roca, lo cual ha permitido que seconserve casi en su totalidad y pueda utilizarse como puente. La altura máximallega hasta 33 m con una anchura en lo alto de 2,10 m. Los pilares son escalonados

como en Tarragona y la obra es de optis cuadrata. A la salida de este acueducto seha tajado en toda la altura un picacho de unos 25 m en lugar de pasarlo en túnelque hubiera tenido alrededor de 50 m de longitud. Esta peña se llama actualmen-te la Serrada por el corte tan singular. Los túneles tienen ventanas para facilitar laconstrucción. También se conserva alguna zona de canal a media ladera con muropara cimentar el cajero externo.

Grabado de Cavanilles [5]

244

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 239/276

Capítulo VII. Otros acueductos

Plano y   detalles geometrales (leí Acueducto ile CH E liV RS.

Plan et details géomeíranx de l'A uéduc de CHELVES. J Plan and geometrical details of tlie Aqueduct of ( 'HELVES.

Acueductos de ChelvaGrabado de Laborde [2]

Página siguiente

 Acueductos de ChelvaGrabado de Laborde [3] y [4]

vu/ í t'MMa/ U.

245

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 240/276

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 241/276

Acueductos romanos en España

Acu educ t o de Va l enc i a de A l cán t a r a

Todo lo que publicamos sobre este acueducto, fotografías, datos y antecedentes, lodebemos a la amabilidad de dos valencianos o valentinos, amantes de las tradicionesde su ciudad, señores Avila y Diéguez, a los que hemos acudido por no haber llega-do a tiempo en el estudio de la obra, al no poder encajar el viaje necesario y que nodesistimos de realizar más adelante.

Según estos señores, la Valencia de Alcántara actual es la Valentia que fundó «JunioBruto, cónsul en España, dando tierras y una ciudad llamada Valentia a los que bajoViriato combatieron», según la cita de Tito Livio. La falta de documentos epigráfi-cos hacen que no se haya zanjado la discusión entablada con los partidarios de la atri-bución de dicha cita a la Valencia capital de la provincia y reino del mismo nombre.

Precisamente una de las alegaciones que estos señores aducen para defender su

tesis es precisamente la existencia de esta conducción de aguas, con acueducto impor-tante y cuyos restos atestiguan que fue construido por los romanos, lo mismo queotros dos puentes que se encuentran en las proximidades.

La conducción traía las aguas de la fuente de San Pedro, con un trayecto de unos8 km y sobre obra elevada únicamente en una longitud de 124,50 m para salvar elarroyo Peje, debiendo terminar en la zona denominada La Charca, donde hubo efec-tivamente una laguna artificial que, en opinión del señor Avila, debió ser la piscinalimaria terminal, la cual existía hace cincuenta años, según se comprueba en la fotografía

Estado actual delacueducto: los restos dela obra romanacorresponden a los arcosque aparecen en la zonaextrema a la derecha dela foto. Los arcos de la zonabaja se construyeron cuandola reforma del siglo XIX.Fotos: E. Diéguez

248

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 242/276

Capítulo VII. Otros acueductos

que publicamos propiedad de este señor. Esta charca al extenderse la ciudad por dichazona fue desecada y terraplenada. La conducción en la actualidad termina en la plazaprincipal, pues fue desviada casi en ángulo recto al llegar a las murallas de la ciudadcuando la gran reforma del acueducto a finales del siglo XIX.

El acueducto propiamente dicho se encuentra a una distancia de 1Ion aproximada-mente de la ciudad y como ya hemos dicho salva la depresión del arroyo Peje, habien-do enrasado su coronación sobre él a unos 18 m sobre el fondo del cauce. Esta altura seconsiguió elevando la obra sobre arcadas que según Viu que lo describe, aunque some-

ramente, eran 17, lo que se compruebapor los restos de basamentos de las pilasque debieron alcanzar una altura máxi-ma en el centro de 12 m. Sobre estas pilasse voltearon los diecisiete arcos corres-

pondientes con una luz de 5,50 m segúnse mide en los existentes. La boquilla deestos arcos se marca perfectamente des-tacando 29 sillares bien labrados y per-fectamente aparejados en dirección ra-dial con almohadillado cilindrico quemuchos conservan con poco deterioro.El tizón es poco regular (por términomedio es de 50 cm) y no queda muy per-filada la línea de trasdós de la boquilla, la

cual, como ocurre en todos los acueduc-tos romanos, enrasa (exceptuando el

ista frontal de la zona deábricas romanas: el rematen pendiente correspondela galería visible de labería del sifón.otos: E. Diéguez

sta de tres de las arcadasriginales: se aprecianas boquillas con dovelasen aparejadas y conmohadillado en salientelindrico

249

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 243/276

Acueductos romanos en España

ESCALA GRAFICA

relieve del almohadillado) con el plano correspondiente al paramento de tímpanos.Estos son de manipostería (opus incertum), pero ordenados por hiladas especialmenteen el paramento Sur, que es el mejor conservado. La latitud de la bóveda es de 1,20, quese consigue mediante dos dovelas con longitudes distintas. Viu indica que sobre estasarcadas había otras 20 pequeñas para aligerar la obra sobre las principales y debían estarsobre las claves de los arcos aunque con luces muy reducidas: 1,50 m. Quedan dos deellas en el muro de acceso de aguas arriba.

Las pilas son de sección rectangular que va aumentando por escalones, empezan-do con mayor sección que la de arranque de los arcos, pues tienen 2,40 en sentidolongitudinal por 1,80 m en dirección transversal. Son de sillería tosca y bien dispues-ta en hiladas horizontales con almohadillado irregular que parece tener recercado enalgunos, quedando muy salientes en los que están a tizón que tienen frentes casi cua-

drados. Se encuentran muy rejuntados, pues han debido ser objeto de varias repara

 Alzado según datosfacilitados por los señores Ávila y Diéguez

ciones.

Zona de fábricas romanas:se aprecian tres arcadascompletas con boquillasperfectas, el paramento detímpanos bien aparejado ylas pilas con retallossucesivos en las dosdirecciones. Fotos:E. Diéguez

250

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 244/276

Capítulo VII. Otros acueductos

Las tres arcadascompletas y dos anillos dealigeramiento: obsérveseel perfecto trasdosado delas bóvedas y el buenaparejo de los tímpanos

Detalle de una pila: ostentael paramento a norte másdeteriorado por los agentesmeteorológicos, pero seaprecia el almahodillado delos sillares. Foto: E. Diéguez

Según Viu la obra en su tiempo había sido «mil veces restaurada» y eso se indicatambién, según mis informadores, en todas las referencias del siglo XIX. Pero la granrestauración que transformó radicalmente la obra se llevó a cabo en los últimos añosde dicho siglo, de la cual salió completamente cambiada, no quedando de los roma-nos más que tres arcadas principales completas y dos menores, una cuarta con el arco

roto en la zona de clave, el arranque de unquinto arco y unas cuantas pilas más o menosrecortadas. Estas últimas están macizadasentre sí de fábrica que soporta la galería visi-table por donde va la tubería del sifón quesustituyó a la canal romana.

La causa de esta transformación debió serrestaurar la conducción de aguas a la ciudad

que estaría casi interrumpida en el acueductocon hundimientos importantes en la zona demayor altura, por lo cual en lugar de volver aerigir la obra para obtener circulación naturalde «agua rodada» decidieron rebajar niveles,salvando el cauce mediante un puente de dos

 vanos que definió la alineación horizontal delsifón enlazándola con las dos partes de la con-ducción, que se conservaban en buen estado,por sendas alineaciones rectas en rampa y

pendiente, respectivamente. La tubería del

251

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 245/276

 Acueductos romanos en España

Laguna denominada “ La Charca",actualmente desaparecida, quepudiera haber sido depositada alfinal de la conducción. Foto: Ávila

sifón se alojó en una galería visitable que termina en dos cabezas de sifón y se cubrecon un tejadillo a dos aguas. Debieron conservar todo lo que buenamente servía dela obra romana y además utilizaron la piedra para construir los muros que sostienen

la galería así como las paredes de la misma.En la decisión de utilizar la solución de sifón debió influir la mayor sencillez deejecutar los muros con relación a las arcadas, la disminución del volumen total deobra y quizá también la de dar una lección de ingeniería al disponer un sifón queparecía más moderno que la conducción sobre arcadas, sin acordarse de que este arti-ficio del sifón lo poseyeron los ingenieros romanos, quienes no lo inventaron pero loheredaron de los ingenieros griegos.

La categoría en las fábricas en este acueducto, tanto en boquillas como en para-mentos de tímpanos y de pilares nos aconsejan referirlo al siglo I y dentro de su pri-mera mitad, teniendo en cuenta además el tipo de almohadillado. También va en esta

misma dirección el tipo de pilas retalladas en ambas direcciones con una tosquedadtípica en Tarragona y en los de Chelva por ejemplo. Es curioso el detalle de los arqui-llos de aligeramiento sobre las claves de los arcos principales cuando en los puentesestaban sobre pilas, pero hay que tener en cuenta que aquí se trataba no de aligerarlos tímpanos sino la fábrica sobrepuesta a las arcadas, que muy bien pudo ser un recre-cimiento motivado por elevación de la rasante después de haber puesto en marcha laobra del acueducto.

252

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 246/276

Capítulo VIL Otros acueductos

Re fe renc ias h is tó r i cas y l i t e ra r ias  

 Acu educ to de T oledo

(1) PEDRO DE ROJAS: Historia de la imperial, nobilísima, indita y  esclarecida ciudad de Toledo, Capítulo XIV, pág. 95. Toledo, 1654.

Está la cueva de Hércules en esta ciudad, casi en lo más alto de ella, en la Iglesia de San Ginés, y la puerta dentro de la misma Iglesia y  

 va por debajo de tierra por la ciudad hasta salir de ella más de tres leguas... La puerta que tenía en la Iglesia se cerró por justas causas. Es rara su fábrica por la compostura de arcos, pilares y piedras menu-das que tiene labradas, de que está adornada...

El año 1546 dieron cuenta de esta cueva memorable al Arzobispo el Cardenal D. luán Martínez Siliceo... Y deseoso este gran prelado de 

examinar lo que había en ella, mandó limpiarla y que se previniesen algunas personas de mantenimientos, linternas y cordeles y juntos todos entraron en la cueva; a menos de media legua hallaron unas esta-tuas de bronce sobre una mesa como altar, y que mirando una de ellas, como estaba sobre su pedestal, se cayó, e hizo mucho pavor y espan-to a los poco experimentados y unos aventureros por el gran ruido que hizo al caer, pero cobrando ánimo pasaron adelante y dieron con un gran golpe de agua que por el ruido que hacía, con la gran fuerza con que corría y no tener con qué poder pasarla, les aumentó el miedo que habían empezado a cobrar, y resolviendo no pasar adelante, no repa-rando con el miedo y turbación eu que podían buscar por otra parte paso sin tocar el agua, se volvieron a salir a tiempo que cerraba la 

noche tan despavoridos y espantados de lo que habían visto y tan tras-pasados de la frialdad de la cueva, que la tenía muy grande, y el aire, que era muy delgado y frío, por causa de ser verano cuando entraron, enfermaron todos y algunos de ellos murieron.

Capítulo XV, pág. 97

 Varias y curiosas y dignas de tenerse a la memoria son las opiniones que hay sobre los usos de esta cueva.

La primera sea, que esta cueva sirvió de habitación al rey Hércules  y que en ella leía la Magia a los suyos, donde puso unos lienzos escri-tos y pintados con rostros de árabes con sus tocados, a caballo, y con lanzas, por alcanzar con su ciencia que España había de ser destrui-da por esta gente y que mandó cerrar este Palacio, diciendo que nin-guno lo abriese porque no viese tanta calamidad en sus días.

La segunda opinión que siguen otros autores es que esta cueva fue templo dedicado a Hércules.

Otros son de opinión que esta cueva sirvió en tiempo de los romanos de cloaca o madre, por donde desaguaban las inmundicias de la Ciu-dad, y que en la cueva había otras mangas particulares por las calles para el servicio de las casas (refiere a propósito de esto todo lo que con-cierne a cloacas en Vitrubio, Casiodoro, luán Bautista Alberti, y de la inscripción de la lápida que existe en el muro septentrional del puen-te de Alcántara dedicada a la diosa Cloacina por L. Massidio Longo, Procurador de las riberas del río Tajo y de las cloacas de Toledo).

Documentos relativos a los acueductos

 Algunos hombres doctos se persuaden que esta cueva sirvió en tiem-po de romanos de templo a los dioses, guiados de que la obra es de romanos y que los pilares y arcos con piedras medianas, bien labra-das, denota haber sido templo dedicado a los dioses infernales citan a Lelio Giraldo...

Otra opinión bien curiosa hemos topado en autores doctos y leídos, que juzgan que esta cueva sirvió de cementerio así para enterrar los difuntos cristianos, como para juntarse a sus oraciones, misas y ser-mones por miedo de las persecuciones gentílicas.

No faltan autores graves que afirman que en esta cueva se leía la 

Magia y supersticiones diabólicas de este género.Ultimamente muchos juzgan sirvió esta cueva de salir por ella en tiempo de perderse la ciudad y entrar enemigos en ella y van muy  conformes a razón por ser tan larga como se ha referido que tenía más de tres lenguas, es el uso más conforme a ella, que sirviese de este ministerio.

(2) AL HIMYARI: Kitab arrawd almictar: la peninsula ibérica enla edad media. Traducción de Levi Provençal, pág. 157. Tole-do. Leydem 1938.

En la extremidad del puente se encuentra una rueda elevadora (nacu ra, que se levanta en el aire a una altura de 90 codos y eleva el agua 

hasta el tablero del puente; el agua circula desde allí por un canal dispuesto en la superficie del puente y penetra en la ciudad misma.

(3) E L E D R I S I : Descripción de Áfiicay España.

Tiene sobre el Tajo un puente, de admirable fábrica y de un solo arco; y el agua corre por debajo de él con la violencia de un torren-te. En uno de sus extremos hay una (noura) rueda que hace subir las aguas a 90 codos de altura; llegadas éstas a la parte superior del puen-te, corren por encima de él en la misma dirección y entran en la ciu-dad (Traducción de Blázquez).

Eleva el agua hasta el tablero del puente: el agua circula por un canal dispuestos en la superficie del puente y penetra en la ciudad (Tra-ducción LeviProvençall).

(4) NAVAGERO: Viaje por España. Carta 2.a, página 880, 1527.

 A poco de entrar el río entre los montes se ven ruinas de un antiguo edificio hecho para sacar el agua del río y elevarla hasta la ciudad afin de abastecerla con comodidad; el César ha ordenado que se renueve aquel artificio para que la ciudad tenga esa ventaja, pero car-gando Toledo con el gasto que dicen será más de cincuenta mil duca-dos; se ha encontrado persona que dice podrá hacerlo y por lo que he entendido la cosa está en buen camino (no se trataba deluanelo Turriano, que fue quien después lo hizo). Más arriba del lugar de que hablo se descubren las ruinas de un acueducto muy antiguo que 

 venía por los montes del lado allá del río, y pasando el río entrada

253

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 247/276

 Acueductos romanos en España

en ella; tal vez lo que se descubre a la margen del río no sería sólo acueducto sino también puente; lo cierto es que por aquella parte y  camino se encuentran canales que con maravilloso artificio condu-cían el agua, hallándose trozos por espacio de algunas millas y cono-cidos en la fábrica que son obra de los antiguos.

(5) CEAN BERMUDEZ: Antigüedades romanas, pág. 118.Los de un prolongado acueducto que llevaba el agua a la ciudad desde el puerto de Yébenes por espacio de siete leguas, como lo demuestran los cimientos de los arcos en el paraje que llaman los Siete Cantos, y en otro sitio cercano al monasterio de la Sisla. No lejos de él están las ruinas de un castillo llamado Horno del Vidrio 

 y se conoce que fue en lo antiguo una torre acuaria, y más adelante las de otro donde nace una fuente cuyas aguas se pierden en el Tajo.

Hay además en esta metrópoli una profunda cueva, la llaman de Hércules y de San Ginés, de la cual se cuentan mil patrañas y pare-ce haber sido una de las cloacas de Toledo.

(6) A. PONZ: Viaje, tomo I, carta I, pág. 71.

Hay cerca de esta máquina hidráulica (artificio de Juanelo) de la una  y de la otra parte del río y en frente del Alcázar, ciertas reliquias de antigua fábrica, que muestran haber sido puente sobre el mismo río, que desde el monte inmediato llevaba el agua nivelada y sin ningu-na violencia ni artificio, excepto el del puente hasta la altura del 

 Alcázar [...] Yo he reconocido el conducto en la ladera de los mon-tes vecinos y aún hay un castillo acuario no lejos del convento de la Sisla. Los romanos que no se pegaban de sutiles invenciones ni de pensamientos tan sublimes si en ellos no hallaban toda la realidad, solidez y permanecía que querían en sus obras públicas, se dejaron 

de cuentos y trajeron el agua de donde he dicho [...]; todavía que-dan espantosas fábricas que fueron de tales acueductos.

Sin embargo, nunca pasaron aquellos hombres grandes en proveer-la de agua (Roma) con máquinas de esta naturaleza y tuvieron por  más acertado edificar aquellos suntuosos y firmes acueductos.

Tomo I, carta V. pág. 86.

Este acueducto empezaba de ciertas sierras que llaman el Puerto de  Yébenes, buscando los parajes más fáciles a su nivel por espacio de siete leguas, entraban sus aguas por el paraje que ahora llaman de Doce Cantos y antiguamente de Doce Cauces en frente del cual a una y otra parte del Tajo se ven grandes frogones de los cimientos sobre que se levantaron series de arcos, como en el acueducto de Segovia, nivelando las aguas hasta lo más elevado de Toledo. Este acueducto se reconoce en unas de seiscientos pasos junto al camino que llaman de la Plata en la falda de aquellos cerros y es una canal

 A c u e d u c t o   d e   B a r c e l o n a

(10) C E A N B E R M U D E Z : Antigüedades romanas en España, pág. 15. 

Los fragmentos de un acueducto a la entrada de la calle de Capella-nes, y en un arco muy elevado con dirección a la catedral y a la mon-

taña de Colserola, donde se descubren vestigios del mismo acueduc-to que parecen haber tenido comunicación con el anterior arco.

como de media vara de ancho y una tercia de hondo formada de una fuerte argamasa. Junto al camino desde Toledo al monasterio de la Sisla se ven a trechos frogones de esta argamasa que parecen pilares de arcos y en este sitio hay un conducto por donde va agua al Ciga-rral o Casa de Campo de los padres trinitarios calzados que, clara-

mente, debe ser de construcción romana.Entre la ermita de Santa Ana y el referido monasterio de la Sisla exis-te todavía un castillo o torre acuaria a cuyas ruinas llama el vulgo el Horno del Vidrio. Más adelante, como a seiscientos pasos del monasterio, se encuentra otro, y allí nace a borbotones una copiosa fuente que hoy se pierde en el Tajo por el arroyo de Val de la Dego-llada. El padre Andrés Buriel y D. Francisco Palomares, con las noti-cias que tenían, reconocieran dicho acueducto hasta su principio, el año 1753, y encontraron por el camino que llevaban diferentes cas-tillos a manera de los referidos y muchos trechos grandes del con-ducto en partes por la ladera de la sierras y en partes levantado sobre paredones, conociéndose muy bien la atarjea o canal en donde más 

ancha y en donde menos... la estampa hecha por debajo que formó dicho D. Francisco Palomares, quien me comunicó individuales noticias de todo y de las fuentes que se encaminan al acueducto y  son las del Castaño, y tres cuartos de legua más distante, la del Roble, que es muy caudalosa. El paredón, que aquí se representa arruinado en parte, tiene de largo ciento veintisiete varas y de ancho tres varas y dos tercias.

(7)  J. MORALEDA Y ESTEBAN: Elagua en Toledo. Toledo, 1908.

(8) P. FUIDIO: Carpetania romana, pág. 71. Madrid, 1934. 

Separados unos 200 m del pantano, en el lugar del arranque se ven 

unos arcos, que salvando un barranco se convierten en un canal a flor de tierras de 0,50 x 0,60 m.

 A unos 300 m antes de llegar al Tajo quedan restos de arcos semi deshechos...

Hubo intentos de restauración del pantano y del acueducto en tiem-po del Emperador Carlos V con su ingeniero Juanelo Turriano...

(9)  J. CARO BAROJA: Norias, azudas y aceñas. Madrid, 1954. (Refe-rencias a la rueda hidráulica de Toledo.)

En el San Martín del Greco (Galería de Arte Wáshington), vista de Toledo con una gran rueda hidráulica.

En el San José y el Niño Jesús (Museo de San Vicente), aparece la rueda que hizo Juanelo bajo el Alcázar. Figura 31, página 131.

En un cuadro atribuido a Mayno (Museo de SanTelmo S. S.), pai-saje fluvial con gran rueda que puede ser la de Toledo.

( 1 1 ) L . A L M E R I C H : Historia del carrers de la Barcelona vella. Volu-men I, pág. 23. Carrer del Arcs. Barcelona, 1949.

Tenía en el siglo XIII unos arcos que sostenían un acueducto que con-

ducía el agua de los Agudells y de la Collcerola al interior de la ciu-dad. Como estos arcos formaban puente, el sitio era conocido por el

254

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 248/276

Capítulo VII. Otros acueductos

Puente de la moranta; pero al construirse edificios y formarse calle, el pueblo lo denominó «carrer dels arcs». En 1348, por el hecho de exis

 A cueducto de Pineda

(12) PRAT I PUIG: ÜAqiieducte romé de Pineda. Instituto d'Estudis Catalans. Barcelona, 1936.

Debemos a la amabilidad de nuestro amigo Víctor Hurtado, erudi-to en cuestiones de arqueología romana (cofundador del Miliario

 A cueducto de Sadaba

(13) Catálogo de monumentos españoles declarados nacionales arquitec-tónicos e históricos. Madrid, 1932, tomo II, página 460. Una foto.

SADABA: Ruinas de los Bañales. Conjunto de muros y arranques de bóvedas formando departamentos que parecen convenir al edifi-

cio de unas termas romanas. Acueducto.

(14) R. MELIDA: Monumentos romanos en España. Sadaba.

En el despoblado donde por los vestigios se supone existió la anti-gua Atiliana o Aquae Atilianae, parecen justificar este nombre los restos de un acueducto. Subsisten unos veinte pilares de sillería y fal-tan los arcos que sustentaban el canal.

(15) SAYAGUES:Estudios geográficos, Agosto 1944, pág. 599.

[...] por los restos que allí se encuentran debió ser una suntuosa pobla-ción [...] y la robustez colosal de las 30 columnas que todavía se con-servan, restos del gran acueducto que desde el río Arba de Luesia 

traía las aguas a la ciudad; acueducto que nacía en el mencionado

 A cueducto oe Chelva

(17) CEA BERMÚDEZ: Antigüedades romanas en España. Artículo 2, pág. 72.

 Al nordeste y en la jurisdicción de Chelva y en la rambla llamada de los Arcos permanecen los restos de un acueducto que levantaron los romanos para conducir el agua a Liria. Con este mismo objeto se construyeron dos puentes: el uno lo arruinaron las avenidas, pero se conserva un arco de los seis que antes tenía; subsiste el otro íntegro entre la peña Cerrada o Serrada, dividida en dos, que consta de dos 

pilares fundados sobre peña viva con sillares y mortero que los une —desde la base o cimiento de estos pilares que sostienen tres arcos hay cien palmos; éste tiene de largo 165 a 10 m de ancho.

(18) A. J. CAVANILLES:Historia natural del reino de Valencia. Madrid, 1797, tomo II, págs. 656.

«9.° Hacia el nordeste de Chelva en la rambla llamada hoy día de los Arcos, y antiguamente de Alcotás según la opinión de Don 

 Vicente Mares, se conservan monumentos de un aqüeducto que los Romanos hiciéron para llevar aguas á Liria. Creen los de Chelva, y  afirman muchos, que las aguas debían ir á Murviedro; pero la ins-pección sola del terreno lo contradice: porque el aqüeducto se ter-

minaba antes de llegar al Villar de Benadúf, y las aguas debieron

tir un horno se le denominó «del horno de los arcos»j pero ya en los siglos XVI y XVII se quedó con la denominación actual.

extravagante), el ejemplar de esta monografía que ha sido básica para nuestro trabajo.

río y en el que se observan perfectamente el muro y pared que ser- vía para represar y desviar las aguas. Foto: Pilastras de acueducto romano de la ciudad de Clarina (término de Uncastillo).

(16) GALIAY: La dominación romana en Aragón.  Zaragoza, 1946, 

pág. 122.GALIAY 

Las excavaciones del plan nacional en los bañales de Sadaba (Zara-goza). Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas. Madrid, 1944.

[...] a poca distancia de Sadaba, término municipal de Uncastillo. Tan sólo se conservan 32 pilares de los setenta y tantos que lo for-maron para atravesar la depresión del terreno poco antes del lugar  donde era utilizada el agua, que venía a cielo abierto desde el río 

 Arba de Luesia, distante algunos kilómetros. Aguas abajo del pue-blo de Malpica se encuentran la presa que derivaba el agua, ya medio 

enterrada, a la que llaman los del país el puente del Diablo.

correr hácia el campo de Liria, entre el quai y las llanuras de Mur- viedro media la cordillera de montes que corre por la Cuevasanta, Olocau, Portaceli y Naquera. Quedan aún de aquella obra magní-fica dos puentes, dos minas, dos trozos de canales, y mas de un quar-to de legua de roce, componiendo todo media hora de camino. Empiezan las obras en la falda septentrional de los cerros contiguos á los Chorros de Tuexar, de donde se cree tomaban las aguas, que hiciéron pasar sobre la rambla para que pudiesen correr por la falda 

de los montes opuestos, que yacen á la izquierda de dicha rambla. Para esto levantaron el primer puente, que se componía de seis arcos, sobre los quales estaba el canal de las aguas las repetidas avenidas robaron los cimientos de esta obra, que se ha ido arruinando, y sola-mente se conserva un arco hácia la izquierda de la rambla. Por esta 

 y á la altura correspondiente al puente destruido seguía el roce ó canal excavado en la peña, que se extendía hasta el segundo puente. Gran parte del canal está hoy destruido, porque los Chelvanos han convertido en viñas aquella loma; pero en los sitios fragosos inme-diatos al segundo puente se ve la excavación de cinco á seis palmos de ancho, la qual sirve de camino para llegar sin riesgo al puente, aunque con bastante incomodidad por los muchos arbustos y male-

za que allí crece. Este segundo puente, que he procurado copiar en

255

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 249/276

 Acueductos romanos en España

la estampa adjunta, se conserva íntegro á pesar del tiempo y de las ave-nidas; porque el cimiento de la obra es peña viva, sobre la qual apo-

 yan dos pilares que sostienen los tres arcos del puente. Todo se com-pone de sillares, y el mortero que los unía forma con ellos un cuerpo sólido. Cien palmos hay desde la base de los pilares hasta lo alto del 

puente, el qual en su mayor altura tiene 165 palmos de largo, y diez de ancho: de estos cinco y medio forman el canal, y lo restante en dos partes iguales las paredes para contener el agua, la qual por este medio pasaba al ribazo opuesto del barranco, donde hallaba un monte de 80 palmos de altura, y 145 de espesor; que era preciso taladrar ó romper. No quiso el director de aquella obra abrir mina para atravesarle, como hubieran hecho los actuales Valencianos de Crevillente y Novelda, acostumbrados ya á obras de esta naturaleza: tomó el partido de abrir  desde lo alto del monte una zanja de seis pies de ancho, empezando esta costosa operación por las dos faldas oriental y occidental del monte, dexando entre las excavaciones opuestas como 30 palmos, por  medio de los quales se conservaba la unión del monte. En estos 30 

palmos solamente mandó abrir la mina de comunicación, y nos dexó

pruebas de no haber sido el mejor arquitecto, pues consumió sin nece-sidad el tiempo y los caudales. Llámase al presente aquella peña la «Cortada» o «Serrada», por las zanjas y cortes que se observan. Ape-nas se atraviesa la mina y se sale hácia la parte oriental se presentan 

 varios montes, y sobre uno de ellos declinando al sur la torre de Cas-

tro. Para continuar el aqüeducto era preciso atravesar el monte mas septentrional, y para llegar á él empezáron los obreros á ladear el que habían taladrado, siguiendo el nivel y canal excavado como 135 pal-mos en una peña dura caliza, de cuya naturaleza son aquellos montes. Estos 135 de canal están á descubierto, y aun se conserva el muro que contenía las aguas para que no se derramasen por la cuesta. Síguese áeste canal una mina de 160 palmos excavada en el monte, la qual tiene nueve palmos de alto, y seis de ancho; sale luego á descubierto, y con tinúa en forma de canal 140 palmos, ladeando la torre de Castro, desde donde las aguas iban á dar, como dice Mares, encima el Villar  de Benadúf. En la última mina abriéron los obreros varias ventanas para facilitar sin duda el desmonte y limpia interior, arrojando por  

ellas lo que arrancaba el pico.»

 A c u e d u c t o   d e   V a l e n c i a   d e   A l c á n t a r a

(1) JOSE DE VIU: Antigüedades de Extremadura. TomoI.Madrid, 1846. 

El famoso acueducto que trae las ricas aguas de la fuente de San Pedro desde una lengua a las puertas de la población, venciendo muchas dificultades, entre ellas salvando un barranco por medio de un puen-te de 17 arcos y otros 20 pequeños por más aligerar la obra. La lon-gitud del puente es de 390 pies y su altura 90 m. Los arranques de los arcos principales son de pura construcción romana, y lo restante, 

mil veces restaurado, es posterior. Entre el arco noveno y décimo empezando a contarlos por el SO. hemos notado una muy rara ins-cripción con caracteres desconocidos sobre una piedra destrozada, por lo cual creemos ser perteneciente a otro edificio anterior.

(2)  JOSE BUENO: «El acueducto romano». Diario «Hoy», ed. Cáceres, 22 agosto 1968.

Sólo quedan tres arcos grandes completos, uno casi completo, otro con cinco dovelas, y tres arcos pequeños deformados, uno casi cega-do. Pilastras se conservan más, aunque no totalmente completas. Los arcos más monumentales y esbeltos desaparecieron bárbaramente degollados en el siglo pasado para montar el sifón. Los arcos mayo-res formaban una longitud total de 124,5 m y una altura máxima de 18 m.

Doble orden de arcos: 17 grandes de un diámetro de luz superior alos 5,50 m y 27 pequeños de 1,50 m superpuestos a los anteriores; pilastras de forma piramidal y planta cuadrada.En los diámetros de los arcos grandes se observa una progresión arit-mética a 3 cm de base.

Dibu jos

[1] A. DE LABORDE:  Voyage pittoresque et literaire de l’Espagne. París 180516. Tramo del Tajo desde la ladera de S. Servando. 

Se observan las ruinas del edificio donde estuvo el artificio de  Juanelo y las de la fábrica triangular del acueducto en la misma ladera junto a la puerta de [...] La leyenda dice: «Vista de la ciudad de Toledo tomada de las orillas del Tajo». V. del Tello del Fortier aqua forti. Cazenave sculpsit.

[2]  A. DE LABORDE:  Voyage pittoresque et literaire de lEspagne. «Plano y detalles geometrales del acueducto de Chelves. Plan-ta y alzados de los dos acueductos».

[3]  A. DE LABORDE: Voyage pittoresque et literaire de l’Espagne. «Deta-lles pintorescos del acueducto de Chelves». Moulinier delineavit

Baugean aqua forti Langlois sculpsit. Vista desde aguas abajo del acueducto de tres vanos.

[4]  A. DE LABORDE:  Voyage pittoresque et literaire de l’Espagne. «Detalles pintorescos del acueducto de Chelves». Moulinier  delineavit devilliers jeune aqua forti—. Dequevauviller. sculpsit. Vista desde aguas arriba del acueducto de tres 

 vanos.

[5]  A. J. CAVANILLES: Historia Natural del Reino de Valencia. Madrid, 1797. «Acueducto y peña cortada en el término de Chelva». A. J. Cavanilles d. d.T. L. Enguidanos sculp. Dim.: 24,5 x 15 cm. Vista desde aguas abajo del mismo acueducto de los grabados de Laborde. Tomo II, pág. 6465.

256

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 250/276

 VIII

Conclusiones

Resumen de l as conc lus iones ob ten idas en es te t r aba jo

 Al terminar el análisis de los acueductos romanos que existen en España, nos encon-tramos con el siguiente balance: dos acueductos imponentes perfectamente conser-

 vados, Tarragona y Segovia, acompañados por los de la serie de AJmuñécar, menosimponentes pero en las mismas condiciones de conservación, ya que además seencuentran en servicio. Vienen después las ruinas hermosas de los dos de Mérida, queconservan algunas arcadas aunque ninguna íntegra; y finalmente restos de otros quela acción persistente de los agentes meteóricos y la más eficaz del gamberrismo ibé-rico ha reducido a ruinas, algunas verdaderamente informes. Desde que los constru-

 yeron los romanos poco hemos hecho en su favor y mucho en contra. Basta recordarque la implantación del ferrocarril supuso algunas arcadas del acueducto de Los Mila-gros, y la expansión reciente de Sevilla, la extirpación total de más de doscientas arca-das, dejando para recuerdo adecuado a este vandalismo cinco de ellas descabezadas yotras cinco más completas, pero reforzadas con hierros a la vista innecesarios.

Salvo la enumeración de sus características geométricas llevadas a diseños que se

han completado por fotografías actuales y la recopilación de lo que estos monumen-tos han inspirado en el arte del grabado y en la literatura de viajes, poco más hemosconseguido aportar a su conocimiento. Es difícil que en un tema tan importante y  tanclaramente definido como el que hemos elegido pueda haber tal escasez de datos departida, pues se reducen a los que sus fábricas y estructuras puedan proporcionarnos.No existen ni fuentes epigráficas ni referencias geográficas o literarias coetáneas.

Tampoco hemos podido utilizar el paralelismo con obras existentes en otros paí-ses, pues a excepción de Pont du Gard, que es uno de los pocos datados y hubierapodido servir para Tarragona, los demás acueductos a que hemos recurrido son tanhuérfanos como los nuestros.

Las referencias literarias, modernas en la mayor parte de los casos, se limitan a rati-ficar su atribución a los romanos, y en los menos asignárselo a algún emperador, peroesto último sin ningún fundamento, y en general a Trajano. Lo único que podemossacar de estas referencias es el estado del monumento cuando se describe y las recons-trucciones que se habían llevado a cabo en fechas próximas.

La conclusión a que llegamos es que sólo el análisis estilístico directo de fábricas yestructuras nos puede llevar a una ordenación temporal y en alguno a encajarlo en deter-minada época o emperador cuando la arquitectura es muy clara. Esto aparece en el cua-dro resumen que adjuntamos y que vamos a justificar resumiendo, ratificando yampliando las razones que en el estudio particular de cada uno de nuestros acueductos

257

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 251/276

 Acueductos romanos en España

hemos esgrimido, bien recogiéndolas de estudios anteriores o bien poniéndolas enmarcha por nuestra cuenta.

Acueduc to de Tar ragona

Este acueducto inicia la serie sin duda alguna, y lo hemos asignado a Augusto porrazones estilísticas casi seguras y razones históricas de bastante verosimilitud.

Estas últimas se fundan en la estancia de Augusto en Tarraco, al establecer en ella sucuartel general para dirigir personalmente las guerras cántabras que, terminada con éxitoen 25 años a. de C., le lleva a honrar la ciudad con el título de Urbs Triumphalis, hacién-dola además capital de una de las dos provincias hispanas, a la que da nombre.

Siendo Augusto uno de los emperadores constructores de acueductos a través de su

lugarteniente de Agripa, de lo cual se tiene constancia en el caso del Pont du Gard cons-truido por aquellos años, parece lógico que en paralelo con los honores indicados, con-cediera a la ciudad el don de una conducción de agua, munificencia la más romana deun emperador, siendo hoy su acueducto la más gloriosa vinculación de Tarragona a laromanidad.

En cuanto a razones estilísticas el monumento se encaja en época augústea. Su sobrie-dad en diseño geométrico que llega a rudeza en la moldura rectangular y en la pila, ele-mento el más específico de un acueducto, todavía no dominado en esta época por esca-sez de ejemplares realizados. La labra de los sillares con almohadillado plano pocoacentuado y recercado ancho en algunos de ellos, es

idéntica a la de los sillares del puente de La Alcantari-lla, en la vía romana de HispalisGades, cerca de laactual estación de ferrocarril del mismo nombre, en elcual tenemos una inscripción de Augusto que le daautenticidad. El acabado de los sillares se gradúa segúnla zona a que pertenecen, de mayor finura en las dove-las y máxima en la común a cada dos boquillas adya-centes y, en cambio, de mayor tosquedad en pilares,donde aparecen especialmente abultados los sillares atizón de forma cuadrada, sin que lleguen a quedar tan

Fábricas

 Alzado

258

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 252/276

Capitulo VIII. Conclusiones

Fábricas

destacados como en Pont du Gard, acueducto que puede servirnos de patrón. El almo-hadillado está especialmente cuidado en los sillares de cornisa que sobresalen del para-mento sin ostentar moldura alguna, y en cambio está suprimido en el intradós de bóve-das. Todas estas características responden al opus cuadratura del IV período, dentro de

los cinco que considera G. Lugli (Técnica Edilizia Romana, Roma, 1957), que le asignauna cronología de 36 a. C. 41 d. C., siendo representativas las de los puentes de Rimi-ni y Narni entre otros.

La caja es deopus incertum muy característica en la parte que no ha sido rehecha,como se comprueba en las extremidades sobre muro y en las prolongaciones de loscajeros del canal.

Acueduc to de Segov ia

En este acueducto, que clasificamos por edad en segundo lugar, las razones históri-cas tienen menos peso, pues no encontramos hechos concretos que las abonen y úni-camente dan margen a elucubraciones dentro de lo verosímil, que en definitiva afian-zan las razones estilísticas, las cuales en cambio desde el principio son verdaderamentesólidas.

 Así la datación dentro del imperium de Claudio está fundada en el parecido conla conducción Aqua Claudia en diseño y en detalles constructivos. Además de estehecho concreto, aducimos que este emperador, siguiendo la trayectoria de Tiberio,en su política exterior, puso empeño en acentuar la romanización de algunas regio-

nes de su Imperio creando colonias o tratando de elevar a urbana la vida rural de pue-blos existentes, desde las cuales por irradiación tuviera eficacia en las zonas menoscivilizadas. La construcción de una conducción de aguas era un atractivo hacia for-mas de vida más agradables, imponiendo además de modo contundente el poderíode Roma por la monumentalidad del acueducto, que es una verdadera proliferaciónde arcos triunfales y lo sigue siendo en nuestros días.

 Además debemos recordar que el espí-ritu reformador de Claudio penetró entodos los sectores de la vida pública, desdela Administración, hasta el lenguaje y natu-

ralmente en Arquitectura produjo un esti-lo propio que no trascendió de su época.Resulta característico el empleo de la opus quadrata,  sin un excesivo cuidado en laestereotomía de sus sillares, que ademásaparecen con una terminación deliberada-mente tosca. Este tipo de acabado es carac-terístico de las obras de ingeniería, donderesulta siempre apropiado expresar las con-diciones de solidez de las mismas, pero estealmohadillado rústico con superficie curva

259

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 253/276

 Acueductos romanos en España

destacada e irregular, se encuentra también enlas construcciones suntuarias de este período,como la Porta Prenaestina (o Magiore) y eltemplo de Claudius Divus, ambos de Roma,

 y en el pórtico de Claudio, en Ostia, así comoen el Aqua Vérgine, el otro acueducto de Clau-dio. También encontramos el mismo aspecto deconjunto, y concomitancias de detalle, en pila-res y arcos de las arcadas del teatro de Aosta yen las del anfiteatro de Verona que se constru-

 yeron también en dicha época. G. Lugli (Téc-nica Edilizia Romana, Roma, 1957), conside-ra este estilo particular deopus quadrata como

del VI período de dicha fábrica con precisión de fechas: 468 d. C. El último perío-do de la misma es el VII, que ocupa el intervalo 68200 d. C.En el acueducto segoviano se comprueba que esta apariencia tosca es premedita-

da y obtenida por labra, ya que los sillares correspondientes a las hiladas de cimenta-ción de los pilares, separadas de las otras por un ensanchamiento que no se atiende ala norma de los retallos vistos, aparecen simplemente desbastados y más irregulares,pero más planos, es decir, sin almohadillado.

 Alzado

Acu educ t os de A l m u ñéca r y Bae lo

En estos acueductos estamos ante la misma carencia de fuentes que nos proporcio-nen alguna pauta para su filiación, ya que todo lo que vamos buscando es empera-dor para atribuírselo o para renovar la dedicación.

En Almuñécar el conjunto tan completo supone un dominio avanzado en laingeniería de las conducciones de agua, puesto que prescindiendo de la obra de cap-tación, que debió ser simple al tratarse de un río con caudal reducido, salvo en ave-nidas, tenemos: canal enterrado, canal sobre muros, acueductos en sentido restric-to que van desde un arco simple hasta serie de arcadas de dos pisos, galería en túnelpara cambio de valle, arquetas de visita, arqueta de cabeza de sifón, sifón impor-

tante con tubería cerámica, depósito de agua terminal y galerías de distribución.Tenía también en el final del sifón, al llegar al depósito, una chimenea de aireación(columnaria) que tanto llamó la atención de los visitantes, a juzgar por la impre-sión que perdura en las narraciones de los geógrafos árabes quienes no se explica-ban su destino.

En uno de los acueductos de Almuñécar y en los tres de Baelo se aligeran los tím-panos con arquillos como en los puentes, donde, además de servir al aumento deldesagüe, aligeraban la pesadez de las enjutas, aunque aquí sólo cumplen este segun-do objetivo. Este detalle arquitectónico lo habíamos asignado a época republicana en

nuestro estudio de los puentes romanos, pero puede haber quedado rezagado ya queen ambos casos, como decimos, es puro motivo estético.

260

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 254/276

Capítulo VIII. Conclusiones

Nuestros acueductos atestiguan una gran maestría en el diseño, como ya hemosdetacado en el artículo correspondiente, maestría que se ha mantenido en la cons-trucción a pesar de la pobreza del material disponible, en Almuñécar especialmente,cuya pizarra con estratificación de poco espesor no proporciona mampuestos correc-

tos, los cuales además son muy desiguales, habiéndose utilizado verdaderas lajas paraaparejar los arcos, cuyas boquillas, que no lo son propiamente, tienden a una formade creciente, como ocurre también en Alcanadre y de una manera todavía más irre-gular en Pineda del Mar.

El agua, tanto en Almuñécar como en Baelo, era fundamental para la industria de lassalazones, las cuales debieron ser prósperas desde los comienzos del Imperio, por lo quenos parece muy adecuado que los acueductos se construyeran a principios del siglo I.

Acueduc t os de Ba r ce lona

De estos acueductos existen pocas referencias en crónicas modernas y sólo hemosrecogido las que figuran en el artículo correspondiente. Lo habíamos reconocido enla arcada embebida en el muro de la torre, antes de que se hubiera destacado con lareconstitución del arco que le antecede, pero no teníamos noticia de su duplicaciónhasta penetrar en el interior de la torre en 1962, cuanto ya se habían efectuado lostrabajos de desémparedamiento.

Como ya indicamos, los dos pilares y bóveda auténticos del acueducto más anti-guo pasan desapercibidos al público, aunque se muestra al exterior el paramento trans-

 versal de una de las pilas enrasado con el frontal de la torre. La diferencia de edadentre ambos resulta evidente dadas las características de las estructuras y fábricas. Unabóveda de 15 dovelas perfectas que ocupan toda la boquilla, ordenadas en tres ani-llos adosados que macizan todo el volumen, frente a bóveda de 35 dovelas aparentes,muy estrechas y de poco tizón, que son en realidad un recubrimiento de los paramen-tos simulando el elemento constructivo antiguo, pero que sólo ha servido como caralateral para completar el molde que forman los tímpanos de sillarejo y el intradós de

 Alzado

Fábricas

261

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 255/276

 Acueductos romanos en España

opus incertum, y contener el hormigón o más bien la manipostería hormigonada queconstituye el núcleo de toda la obra desde cimientos a fondo de caja. En los pilareshay menos diferencia de condiciones, pues estos elementos dan menos de sí en suevolución técnica y existe un mimetismo natural entre los de ambos al adoptarse departida el mismo diseño; pero no obstante, se observa en el primero mayor regulari-dad en la escuadría de sus sillares y en la altura de las hiladas.

En cuanto a la datación de cada uno de ellos creemos que el primero debe ser delsiglo I y, precisando más, de la primera mitad del mismo por la fábrica de las bóve-das totalmente de sillería. En cuanto al otro podríamos ponerlo en relación con lalápida del siglo II (Corpus 5145) que citamos en el artículo correspondiente sobre laconstrucción de unas termas, que muy bien podía haber sido la causa de la amplia-ción del acueducto. Esta lápida es de la época de Adriano.

A cueduc t os de M ér i da

En este caso nuestros puntos de apoyo históricos han sido más endebles. Hemos par-tido de la asignación del puente de Alconétar a Adriano, considerando la filiaciónhispánica de este emperador y su viaje por la península en el que recorrió la vía de laPlata, donde además hay varios miliarios suyos. Emperador, arquitecto y constructorde obras públicas, es muy verosímil que dejara el puente en uno de los pasos másimportantes de dicha vía y también en segunda instancia que dejara un acueducto enuna de las ciudades más importantes del país, aunque no fuera la de su provincia héti-

ca. Pero detrás de todo esto, y dándole mayor fundamento, está el arco rebajado quese manifiesta rotundamente en ambas obras, por lo cual consideramos que este tipode arco premeditadamente encajado en una de ellas y destacando en la otra como moti-

 vo fundamental, sólo tiene cabida en el imperio de Adriano. Casi todos los cronistasdel puente de Alconétar lo relacionan con el que construyó de madera sobre el Danu-bio, Trajano, el otro emperador hispano, con ocasión de la campaña contra los daciosque condujo a la romanización de su país, hoy Rumania. Y con el emperador aparecesu ingeniero Apollodoro de Damasco, que siguió construyendo con Adriano.

El recurso técnico en el caso del puente de madera que salvó el Danubio, debiópetrificarse en el caso de Alconétar, ayudado por las enseñanzas derivadas de la ruinade los arcos de medio punto que muestran cómo la eficacia estructural de una bóve-da no coincide con la de su geometría. Así se llegó al arco circular rebajado, que tuvoplena vigencia estética con Adriano, como lo demuestra su variada utilización tantoen el Panteón como en la Villa Adriana, las dos geniales realizaciones arquitectónicasde este período, que siempre hemos considerado como una etapa de la misma signi-ficación que El Amarna egipcio dentro de la arquitectura romana devota plenamen-te del medio punto, etapa que se cierra al desaparecer el emperador helenizado y suingeniero griego.

En el caso del puente la atribución a Adriano queda reforzada por la perfección

de su arquitectura finamente desarrollada en los temas tan repetidos de arco y pilar.De los arcos sólo nos quedan los de menor abertura que estaban sobre la margen derecha

262

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 256/276

Capítulo VIII. Conclusiones

zquierda  San Lázaro

Derecha

Los Milagros. Arcadacorrespondiente al paso delAlbanegas, con la únicabóveda de sillería. Falta labóveda, pero se ve un sillarde la cornisa saliente quecoronaba el conjunto

para acceso en rampa a la obra principal, pero en pilas han quedado dos completas yrestos de otras varias que en su diseño y detalles de realización nos muestran una delas cumbres en la arquitectura de los puentes*.

En nuestro acueducto el arco estructural se destaca rebajado sobre la pura geo-metría de su intradós, que es de medio punto. La corporeidad de los pilares impo-niendo su verticalidad rompen el festoneado de los arcos clásicos en los acueduc-tos romanos, pero además los segmentos de boquilla que se recortan en losarranques van aparejados en salmeres, es decir, con hiladas de ladrillo horizontales,hasta que las dovelas pueden ya disponerse radiales en todo el espesor de dichaboquilla. La sillería de sus paramentos, especialmente en la zona inferior, tanto por

aparejo como por acabado de superficie y la fábrica del relleno, tienen característi-cas muy semejantes a los de las zonas correspondientes en los pilares del puente conel cual lo hermanamos.

Dada la importancia de Mérida, ciudad que funda César como Colonia Emérita,no sería lógico esperar a un emperador del siglo II para que tenga su abastecimientode aguas, pero hay que tener presente que una de las tres conducciones, la que viene

* Ya que nos referimos a este puente de Alconétar, llamaremos la atención sobre el hecho de que su emplazamiento lia quedado sumergido por el embalse de la presa de Alcántara, pero se han 

salvado las ruinas de la margen derecha, que son las más valiosas, montando de nuevo sus sillares al borde del lago artificial que se ha formado.

263

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 257/276

 Acueductos romanos en España

de Cornalvo, no exigió que su canal fuera llevado sobre arcadas, más que en trechosmuy cortos e incluso la presa correspondiente pudo haberse construido en una segundaetapa, captando en la primera las aguas subalveas del Albarregas, sin necesidad deembalse regulador por encima del terreno. La conducción queda al nivel del río desde

el comienzo.

Acueduc to de To ledo

Este acueducto está dentro de la totalidad de la conducción de aguas a Toletum desdeel río Guadalerzas, en el lugar de Los Yébenes, actualmente denominado de «LosPaderones». Por consiguiente, conservamos para su datación: los restos de la presa,los de muros y obras de fábrica de la conducción, sus propias ruinas, muy pobres, ylas del depósito de aguas que fijamos en las denominadas desde antiguo «Cuevas de

Hércules».Por lo entrevisto en las Cuevas, la única ocasión en que me ha sido posible forzar

su recinto, se trata de una construcción de sillería con arcos de hermosas y bien apa-rejadas dovelas. En el otro extremo la presa nos da también una fábrica de sillares degran aparato en su paramento de aguas arriba, pero combinada con una estructuracomplicada de manipostería y hormigón en sandwich formando el cuerpo de lamisma. Los restos de la conducción no nos dicen gran cosa por su fábrica: opus incer-tum bien trabajada al exterior con relleno de hormigón o manipostería de bastantemortero al interior: pero en cambio como diseño la torre de toma y la torre acuaria

de escalonamiento nos denotan una situación avanzada en la ingeniería de las con-ducciones de agua, como asimismo nos lo indica la propia presa para formar el embal-se. Esta tiene además la misma sección transversal y análogas características en plan-ta que las de la presa de Proserpina, en Mérida, que siempre se ha atribuido a Trajano,aunque se nos ocurre que también pudiera ser de Adriano, para quedar en paralelocon el acueducto de los Milagros.

Creemos, por consiguiente, que a uno de estos emperadores debe atribuirse elacueducto que ahora nos ocupa, el cual aporta bien poco al mostrarnos unos frego-nes mínimos y no ostentar ninguno de sus sillares, pero las hermosas dimensionesque tenían a juzgar por la impronta que dejaron en el salmer conservado y el arran-

car éste con cierta oblicuidad, más la magnitud del empeño patentizada por la altu-ra que tuvo y por la amplitud de sus arcos, casi de la misma luz que los de Alcánta-ra, parece que dan su ratificación a nuestro aserto.

Acueduc tos de Sev i l l a e I t á l i ca

Quedan aislados entre las pocas realizaciones de obras de ingeniería de fábrica deladrillo. Como ya hemos indicado en los acueductos de Roma, el ladillo sustituyó ala sillería a partir de las prolongaciones del Aqua Claudia realizadas por Nerón. Es

un material más manejable que la sillería y además abundante en Roma y de excelente

264

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 258/276

Capítulo VIII. Conclusiones

Lo que existía hace uros años

Lo que existe en la actualidad

calidad, muy apto para las bóvedas de pequeña luz y para servir de molde a la opus cementiciae. En esta región de la Bética donde estuvieron los dos acueductos resulta-da también muy apropiado.

Del acueducto hispalense puede decirse que las pocas referencias modernas quede él se tienen van contra su romanidad, pero no hay más que comparar sus arcadas

con los restos de la derivación ejecutada por los musulmanes para abastecer el pala-cio del rey—La Bohaira—para convencerse de que no pudo ser «obra de moros». Nadamás hemos podido colegir.

En este repaso de actualización de nuestros acueductos vuelve a reavivarse nues-tra indignación contra la vandálica y mejor dijéramos vandalusiana destrucción de lomucho que quedaba del mismo. Una estructura tan limpia de arquitectura, con sumonotonía de bóvedas y caja, animada por el juego de las alturas de sus pilares, ha

 venido a parar en un malaventurado resto de cuatro arcadas desamparadas, con sufuncionalidad decapitada, pues el ímpetu del arrasar ha hecho desaparecer la caja quelas coronaba. No se comprende lo que se ha querido significar con esas cinco arcadas

sin cabeza, pues realmente son una invocación a la barbarie.La eficacia de la destrucción ha sido tanta que no ha quedado en los alrededores

ni un ladrillo suelto, que hemos buscado inútilmente para guardarlo no como reli-quia, sino como muestra de dimensiones.

Los acueductos de Itálica, como ya expusimos en el artículo correspondiente, hanquedado reducidos a míseras ruinas donde no se aprecian formas, aunque se com-pruebe que fueron de arcadas. Al desaparecer la ciudad, nadie se ocupó de cuidarlos

 y el vandalusismo casi acabó con ellos, aunque no de un modo tan radical como enel de la capital. Sirven para justificar las lamentaciones de Rodrigo Caro, ilustrearqueólogo a la par que poeta.

265

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 259/276

 Acueductos romanos en España

IzquierdaPineda

Acu educ tos de Va lenc ia de A l cán ta ra , P ineda y A l canadreDerecha

 AlcanadreEstos tres acueductos tienen una silueta y una repartición de volúmenes análoga enlo que se refiere a arcadas principales, aunque en el primero la existencia de un recre-

cimiento cambia totalmente el aspecto. Se ha llegado a la máxima simplificación en volúmenes que se delimitan entre los dos planos paralelos de sus paramentos, ningu-na cornisa que destaque separaciones y, en cambio, en silueta el mismo remetimien-to de las bóvedas con relación a los paramentos transversales de las pilas. Éstas, en elprimero, donde eran bastante altas (hasta 18 m), se escalonan a niveles fijos para aco-modarse a la irregularidad del cauce.

Un detalle interesante es que en ambos acueductos se aprecia una premeditadaeuritmia al disponer los arcos con luces que aumentan en unos centímetros a medi-da que van siendo más altas las arcadas. Esto ha sido observado por los dos atentosestudiosos de ellos, el señor Bueno, en Valencia de Alcántara, y el señor Prat y Puig,

en Pineda, detalle mucho más de resaltar por su contraste con cierta tosquedad en lasterminaciones de las fábricas. Estas son más cuidadas en el primero, donde quedatodavía aparente la boquilla de los arcos, pero con una forma en creciente como en

 Alcanadre y en Almuñécar. En Pineda, realmente la boquilla ha desaparecido y laradiación de lajas se diluye en las zonas de tímpanos sin marcarse el trasdós, lo quetambién se advierte en el de Valencia de Alcántara. Todo ello da la visión de que elparamento es un encofrado, lo que acusa cierto ruralismo como invariante en cons-trucciones locales de mediana envergadura, que tanto puede aparecer en construc-ciones del siglo I, donde encajamos Valencia de Alcántara y Almuñécar, como persis-tir en el siglo II, donde hemos situado la de Alcanadre e incluso en el III que

asignamos a la de Pineda.

Epí logo p ragmát i co

Nues t ra re lac ión con uno de los acueduc tos

 Volviendo al tema de lo poco que hemos hecho en pro de los acueductos desde quelos construyeron los romanos, podemos concretarlo al caso del acueducto de Segovia,

que se conserva en condiciones de utilización. La zona principal, con arcadas de dospisos y la zona más alta de las de un solo piso, han estado siempre íntegras. En cambio,

266

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 260/276

Capítulo VIII. Conclusiones

el resto de las arcadas simples debieron destruirse en gran número durante la EdadMedia, destrozo que se achaca a Alimenón de Toledo, pero se reconstruyen en refor-ma total por los Reyes Católicos. El siglo XIX debió ser época de arreglos de ciertaenvergadura en esta misma zona de arcadas simples medio tapadas por casas, que al

ser derribadas debieron dejar desamparadas algunas de ellas que se reconstruyeronen grupos de hasta cinco desde cimientos. El agua debía circular llevada a trechos porcanales de madera, ya que los pilares permanecerían siempre útiles.

El atentado más bárbaro que le ha correspondido fue la colocación de una tube-ría dentro de la canal, que se encajó utilizando la herencia de otra obra todavía másbrutal en idea, que fue la de convertir su caja en fortín lineal recrecida por dos muroscoronados de almenas, que formaban trinchera y observatorio. Hay que imaginarselo que hubiera resistido el acueducto a un ataque con artillería mínima. Dicha tube-ría con sus fugas y la obstrucción que produjo en el libre correr de las aguas al atas-car el fondo del canal con el obstáculo de su propio cuerpo, y el de los cascotes de la

obra adicional de sus paredes, ha producido una gran deterioración en las bóvedassuperiores al permitir la filtración del agua de lluvia y la de fugas, a través de la fábri-ca permeable del ático para salir al exterior entre las dovelas de arcos superiores rezu-mando siempre y formando carámbanos en invierno. Esto ha sido fatal para el gra-nito que se ha deteriorado a fondo formándose caries entre dovelas que penetran haciadentro aumentando el huelgo entre las mismas, que hubieran podido llegar a des-prenderse o asentar en bloque por no estar conglomeradas entre sí, comprometien-do la estabilidad de todo el acueducto en su zona principal de doble arcada.

 Además, si comparamos estas bóvedas superiores con las del piso inferior, destaca

la mejor construcción y comportamiento de estas últimas, cuyas dovelas son más gran-des, más regulares y mejor aparejadas, no pudiendo concluirse si la mejor silueta queofrecen se debe a disposición de origen o a menor deformación a lo largo del tiempo.

Otro deterioro importante corresponde a los pilares superiores muy esbeltos deorigen (sección 1,90 x 1,20 m, altura 4,50 m), con aparejo sencillo y regular, alternan-do hileras de tres sillares a soga con respecto a los frentes de la obra, con otras de cua-tro a tizón en frente de a dos. Esta traba tan correcta, con sillares que hacen de perpiaños en el espesor de 1,20 m en hiladas alternas, se ha perturbado, bien inicialmentepor error de construcción, o a lo largo del tiempo por partirse dichos sillares princi-pales, habiéndose llegado en algunos pilares a la rotura de todos los perpiaños, con

lo cual quedan desintegrados en dos adjuntos con 0,60 m de latitud cada uno, queda una esbeltez de 1: 8, impropia en una construcción de fábrica sin clonglomerante. Además, los sillares se asentaron entre sí sin la mínima perfección típica de la fábri-ca de sillería y con el agravante de que cada pilar descansa en las enjutas de las arca-das inferiores, donde, aparte de apoyarse sobre los sillares correspondientes con lamisma deficiencia indicada, en algunos casos se ha empeorado la transmisión de car-gas a consecuencia de la desaparición de la mayor parte de los sillares de la hiladacorrespondiente al nivel de la cornisa intermedia, de los cuales sólo han quedado losretenidos por pisarles los pilares, pero en ciertos casos la rapiña ha arrancado algunosque estaban debajo pero poco retenidos, con lo cual se ha disminuido la base de

apoyo, incrementándose el perjuicio por haber quedado la transmisión excéntrica.

267

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 261/276

 Acueductos romanos en España

Dos dibujos anónimos en losque se aprecia la bárbara ydesatentada obra realizadasobre la coronación delacueducto cuando las guerras carlistas. En el superior

se aprecia el almenado delos muros añadidos paraconvertir la canal en adarvey en el inferior, la caseta quedebía servir de cuerpo deguardia (los dibujos seencuentran en las vitrinasdel claustro de la catedral deSegovia)

268

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 262/276

Capítulo VIII. Conclusiones

Ilustraciones de periódicos

269

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 263/276

Acueductos romanos en España

Resulta evidente que las cualidades deficien-tes de origen y la pérdida de condicionesresistentes por deterioro, exigen una contri-

bución urgente para restaurar sus cualidadesresistentes. Pero si además se mejoran estascualidades: miel sobre hojuelas.

Se comprende, con esta simple descrip-ción de deterioros, que el acueducto ha per-dido virtualidad resistente y  no se compren-de cómo haya quien pueda afirmar, con todairresponsabilidad, que el monumento nonecesita ayuda y que puede durar otros vein-te siglos sin ningún arreglo. Esto se ha repe-

tido por personas aparentemente solventes enla encuesta que puso en marcha la campañaperiodística contra nuestro proyecto de res-tauración y consolidación del acueducto, yhasta hubo quien se rasgó las vestiduras porel atentado que suponía consolidar esta obrade romanos con hormigón —¡la fábrica roma-na por excelencia!—y barras metálicas, de lascuales ya se habían servido los griegos en elPartenón para mejorar la resistencia de susdinteles. Para cotejar lo que hacemos con loque se ha realizado recientemente en Italiadamos un detalle de la solución utilizada enel refuerzo de los muros del anfiteatro deVerona, construcción que parece ser tambiénde la época del emperador Claudio.

 Afortunadamente la consolidación está enmarcha, se ha recalzado ya la cimentación deun pilar que estaba prácticamente descalzo,

envolviéndola en un cerco de hormigón arma-do prolongado hasta 5 m de profundidadmediante una pantalla de pilotes de pequeñodiámetro, inyectando mortero de cementoentre los sillares de la zona encepada.

Los pilares superiores dudosos se inyecta-rán también con mortero de cemento paraasegurar su monolotismo especialmente en loque se refiere a sección transversal y, además,se ensanchará la base de apoyo restablecien-

do la parte de cornisa que les pertenece comozócalo. De este modo no sólo restauramos

Tres fotos actuales del acueducto: la superior durante el derribo de los muretessuperiores, que avanza de derecha a izquierda, y las otras dos con la coronaciónrestaurada a la época romana

270

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 264/276

Capítulo VIII. Conclusiones

IzquierdaLas losas primitivas decoronación, con los muretes

sobrepuestos y tuberías,durante las obras desaneamiento, derribo ydesmontaje. Junio 1970

DerechaLa canal restaurada,ostentando la coronaciónromana

sino que mejoramos las condiciones iniciales resistentes de estos elementos esencia-les en el equilibrio del conjunto.

En esta dirección de mejorar condiciones iniciales se van a inyectar, o mejor dicho,rellenar con mortero desde coronación parte de las enjutas de ambas arquerías paraconsolidar los nudos de retícula que forman, encauzando así las posibilidades resis-tentes del conjunto hacia su funcionamiento como pórtico múltiple rectangular dedos dinteles, más satisfactorio que el de superposición de arcadas evocador de la ines-tabilidad de los castillos de naipes.

En las bóvedas superiores se proyecta afianzar su enlace con el dintel superiormediante anclajes por barras radiales introducidas en perforaciones a lo largo de losplanos de contacto de las dovelas segundas y terceras a ambos lados a partir de la de

clave. Después de introducir las barras se hará una inyección por sus mismas perfo-raciones para proteger las barras y mejorar la fábrica en su entorno.De este modo, después de conseguir una fijeza de nudos que asegura la estabili-

dad del conjunto afianzamos ésta en las zonas parciales correspondientes a los arcossuperiores que ya hemos visto se encuentran deficientes, al fijar mediante los ancla-

 jes indicados dos puntos intermedios (riñones) de su directriz, con lo cual, dado elacuñamiento entre dovelas que proporciona la forma circular, no existe posibilidadfísica de que alguna de ellas se desprenda.

Es extraordinaria la situación de equilibrio inestable en que se encuentra el amon-tonamiento ordenado de sillares que constituye el piso superior de este acueducto, ya

que, si cualquiera de los que forman su contorno se desprendiera, daría lugar al des-prendimiento sucesivo de todos, es decir, a la ruina del conjunto.

 Y esta sensación de inestabilidad se acrecienta al comparar su silueta con la quetuvo el acueducto de los Milagros, pues lo que, siendo similares en longitud y altura,la relación de macizos a vanos es notablemente diferente, acusando extraordinariaesbeltez en el de Segovia. En estas condiciones la actitud del que tiene que afrontaruna consolidación por otro lado inaplazable del mismo es verdaderamente compro-metida. Hemos aplicado la norma categorial del ingeniero: causar la mínima pertubación en lo establecido. Al pie de la letra esto sería dejarlo como está, que es lo que opi-nan algunos insensatos, pero en separarse lo mínimo de ellos está la sensatez. Retocarlo menos posible; si no es absolutamente preciso no desmontar ni un sillar, dejar las

271

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 265/276

Acueductos romanos en España

a c u e d u c t o d e Lo s M i l a g r o s    M ér i d a 

mismas condiciones de flexibilidad a los cambios de temperatura, para lo cual intro-ducir el mínimo de inyección en sus fábricas que limitamos a nudos y pilares defec-tuosos y especialmente que el refuerzo interior no aparezca en la superficie. Con estecriterio planteábamos en obras el problema de reparar sillares, y yo decía que no sepodía sustituir ninguna dovela de arcos superiores, lo cual interpretado en sentido físi-co por uno de los encargados de la obra, excitó su amor propio de especialista duchoen montar y desmontar arcos de monumentos, medievales y renacentistas. Natural-mente que se podría desmontar todo el acueducto para volverlo a montar, porque laausencia de conglomerante lo hace posible como en ningún otro caso, pero pocas vecesesta operación tiene probabilidades de productir la ruina de 44 arcadas.

Una de las tareas más gratas y emocionantes de las que me han correspondidocomo ingeniero, ha sido la de intervenir en la restauración de esta magnífica obra demaestros antecesores, los ingenieros romanos. Ha sido ocasión de recreación, en elmás punto sentido de la palabra, al restituir parte de lo que habían destruido y eliminarlo que habían añadido nuestros antepasados, especialmente durante los siglos XIX yXX, y contribuir a que nuestros sucesores puedan admirar y disfrutar tan excelsomonumento. Y así, una de las mayores satisfacciones que he experimentado comorestaurador, ha sido ver cómo al derribar los muretes que daban una coronación falsay atentatoria a la dignidad del acueducto renacía la verdadera silueta del mismo,vibrando en el ritmo de toda la obra, donde, a causa del desbaste tosco premeditado

Solución del refuerzo de los muros del anfiteatro de Verana, Ing. R. Morandl

272

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 266/276

Capítulo VIII. Conclusiones

Segovia

Comparación de la silueta

romana actualizada recientemente y la que ha ostentado durante casi un siglo,al tener que soportar adiciones desatentadas

273

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 267/276

Acueductos romanos en España

 Arcos PilasParticulari-dades

Localidad Epoca Fábrica  Arcadas tipoLuz Dovelas

núm. Sección  Alzado Altura Cornisa

Tarragona  Augusto Sillería Dobles y  sencillas

20P 19 Rectangular  Escalonadas 26 Rectangular 

Segovia Claudio Sillería Dobles y  sencillas

16P, 14P 17, 15 Rectangular Escalonadas Compuestas y   varias

Barcelona I Siglo I Sillería Simples Sillarejo 10P 15 Rectangular Constante Rectangular 

Baelo Siglo I Sillería Simples Rectangular Constante  Arquillos en tímpanos

Almuñécar  Siglo I SillarejoPizarra

Simple Doble 16P, 9P Rectangular Constante 123 lajas salientes

Valencia de Alcántara

Siglo I Sillería Simple 18P 29 Rectangular  Escalonadas No  Arquillos sobre claves

Chelva Siglo I Sillería Simple 28P 19 Rectangular Escalonadas Rectangular 

Sevilla Siglo I Ladrillo Simple Doble 15P8P Rectangular  Fuste 3 hiladas

Itálica Siglo I Ladrillo Simple 10P Rectangular 

Mérida: S. Lázaro

 Adriano Sillería y  Ladrillo

SimpleDoble

12,5 _ Rectangular Cruz

Constante Listel y  Cimasio

Milagros Hormigón Triple 15P Cruz Constante 76P

Toledo Siglo II Sillería Simple

Hormigón Doble 90P

Alcanadre Siglo II SillarejoManipostería

Simple 15P — Rectangular  Constante No

Barcelona II Siglo II SillarejoManipostería

Simple 10P 35 Rectangular  Constante Rectangular 

Pineda Siglo III Sillarejo Simple 1113P Rectangular  Constante No

de sus sillares, no hay ninguna línea que aspire a rectitud en todos los contornos posi-bles de su silueta.

 Y frente a esto anoto dos cosas verdaderamente extrañas: 1), que los puros segoianos que no quieren tolerar ni cemento, ni hormigón, ni hierro en las entrañas del

monumento, hayan tolerado esta irrespetuosa sobreposición en lo más noble delmismo: su coronación; y 2) que la algarabía que se desató ante la noticia de su repa-ación no se haya serenado definitivamente en este hecho que acabamos de resaltar,

que no haya sido noticia para la misma Prensa que vibró con tanta indignación porl posible atentado contra el Arte y la Historia: la restitución del acueducto de Sego-ia a su primitiva belleza y realidad.

74

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 268/276

índices

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 269/276

Indice onomástico

I nd i ce onom ás t i co

Abderramán III, 29

Abellán, Francisco, 198Abensáhibasala, 170, 181

Abu Yacub Yusuf, 171, 181

Adriano, 23, 26, 137, 138, 150, 227, 262, 264

Agripa, 21, 40, 42, 258

Al Himyari, 152, 205, 210, 253

Alberti, Juan Bautista, 253

Albiñana, J. F., 51, 52

Albisu, Pedro Ángel, 203

Alcedo, Antonio, 49

Alfonso VI, 65

Alfonso X, 171, 172, 183

Alimenón de Toledo, 65, 267

Alien, James H., 115

AlMakkari, 29

Almerich, L., 219, 254

Alonso el Sabio; véase Alfonso X

Ambrosio Mariano, P. Fr., 203, 206

Antonino, 22, 90, 200

Antuna, padre Melchor M., 181Apollodoro de Damasco, 138, 150, 262

Appio Claudio, 19

Arenillas, Anselmo, 87

Armañac, D. F., 29

Armytage, J. C., 115

Arnont, Jules, 185Ashby, Th., 28

Augusto, 19, 21, 23, 25, 4043, 77, 88, 89, 93, 94, 154,258

Ávila, 248, 250, 252

Barreiros, Gaspar, 152

Blake, M. E., 28

Blázquez, 253

Bofarull, A., 51, 52

Bonsor, P., 200

Bosarte, 68, 78, 109, 112, 220

Brambilla, 85

Buendía y Ponce, Francisco de, 181, 182

Bueno, José, 256, 266

Burgoing, barón de, 50

Buriel, Andrés, 254

Caligula, 21, 22, 64, 89

Campomanes, 153

Caracalla, 19, 21, 90

Carbonell, 220

Cárdenas Portocarrero, Rodrigo de, 153

Carlos V, 254

Caro Baroja, J., 254

Caro, Rodrigo, 159, 182, 187, 204, 265

Casiodoro, 253

Cavanilles, A. ]., 255, 256

Cea Bermúdez, 50, 152, 205, 219, 254, 255

César, 40, 263

Cevallos, Pedro, 109, 113, 114, 187, 204

Claudio, 19, 21, 22, 42, 64, 67, 88, 89, 90, 92, 94, 259,

260, 270

Coello, 234

Collantes deTerán, Francisco, 185, 187, 204

Colmenares, Diego de, 77, 106, 107, 109, 110, 111Conde, José Antonio, 183

Contreras Sotomayor, Cristóbal de, 153

Cortés, 110

CosíoPijoan, 28

Cousen, J., 115

Da Vinci, Leonardo, 12

Daremberg & Saglio, 45, 51

Diéguez, E., 248251

Doré, Gustavo, 82, 163, 185Dozy, R., 205

Duborniel, Enrique, 203

Enrique III, 112

Enrique IV, 65, 67Escovedo, fray Juan de, 65, 66, 109

Espinosa de los Monteros, Pablo, 181, 182, 183

Esquivel, maestro Pedro, 152, 153, 154

Esteve, Rafael, 203

Eydoux, H. P., 229

277

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 270/276

 Acueductos romanos en España

Fanlo, Félix, 111

Felipe II, 112, 153, 154, 203, 206

Fernández Pérez, G., 155

Fernando el Católico, 65, 183

Fernando IV, 172, 183

Fita, padre, 64, 88, 92, 115

Flavios, 26, 64, 88, 90

Florensa, 219, 221, 227

Flores, Leandro José de, 182

Flórez, Fr. Enrique, 34, 49, 62, 106, 115

Floridabianca, conde de, 50

Floridabianca, marqués de, 49

Frías, Fr. Gonzalo de, 65

Frontinus, S. ]., 28Frutos, D ., (sacerdote de Segovia), 77

Fuente Ortiz, D. Pedro J. de la, 115

Fuidio, P., 254

Fulgosio, F., 51, 52

Galiay, J., 243, 255

Gamones, Domingo, 106, 115

García Bellido, 15, 187, 204

García de Laredo, Francisco, 183

García de Meneses, 152García Mercadal, J., 50

Gerónimo de la Concepción, 205

Gestoso y Pérez, José, 170, 184

Golge, M. J. de, 205

Gómez de Somorrostro, Andrés, 50, 56, 6066, 74, 75,

77, 78, 80, 88, 107, 110, 115, 155

Góngora, Joaquín de, 115, 155

González Alameda, Antonio, 113

González, Julio, 185

Guadalupe, maestro Juan de, 66

Guerrero, Manuel, 122

Hach Yaij, 170

Harding, J. D., 85

Plarduino, 110

Hermenegildo, 183

Hernández Díaz, José, 204

Hertuleyo, 63

Hippias Mayor, 179Hispan, rey, 68, 77, 106

Hovfnaglius, G., 185

Hübner, 64

Hurtado de Mendoza, Diego, 153

Hurtado, Víctor, 255

Ibn al Jatib, 205

IbnuGhalip, 29

IdrisialHimyari, 143, 152

Isabel II, 30

Isabella Católica, 65, 108, 109, 111, 183

 Jardina, Antonio de la, 77, 109

 Juan II, 65, 67, 112

 Juana, reina, 67 Juanelo Turriano, 210, 254

 Jucef Abu Jacub, 183, 185

 Junio Bruto, 248

 Jusuf AbuJaende, 184

Kant, 15

Laborde, Alexandre de, 31, 34, 52, 68, 115, 143, 146,

148, 157, 245, 256

Legendre, M., 106, 115Levi Provençal, E., 152, 205, 253

Lezaeta y Zúñiga, Mateo, 113

Licinio Larcio, 63, 77, 106, 110

Llaguno, Eugenio, 183

Lucius Minicus Natalis, 227

Lugli, G„ 28, 259, 260

Madoz, 50, 108, 168, 171, 183, 203

Madrazo, Pedro de, 184

Marcius, Q., 19

Mares, Vicente, 255

Margelina, C., 200

Mariana, padre, 68

Martínez Siliceo, Juan, 215, 253

Masdeu, P. Francisco, 68

Massidio Longo, L., 215, 253

Matute, 187

Mayno, 254

Medina, Pedro de, 67, 68, 171, 181, 203, 205Mela, P., 200

278

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 271/276

Indice onomástico

Meléndez, Ambrosio, 113

Melida, R., 255

Méndez Silva, 182

Mesa, Fr. Pedro de, 65, 109

Metelo, 63Miguel Angel, (pintor), 12

Mifiano, 107, 153, 213

Miramolín, 181

Misero Cajizo, 171, 183

Mondéjar, marqués de, 68

Monfaucon, B., 115

Monfaucont, P., 106

Montalbán, Luis de, 172, 183

Moraleda y Esteban, J., 254

Morales, Ambrosio de, 77, 153, 154, 182

Moreno de Vargas, Bernabé, 153, 156

Nasa, E., 28

Navagero, 67, 107, 253

Nerón, 22, 45, 90, 264

O’Reilly, conde de, 203

Orozco, 203

Ortiz de Zúñiga, Diego, 183Ortiz, Antonio, 78, 109, 110, 111, 113

Palomares, Francisco, 254

Parcerisa, 86

Paris, Pierre, 200

ParisBonsor & Mergelina, P., 205

Parker, 28

Pazos Figueroa, Antonio, 153

Pazos Figueroa, Rodrigo, 153

Pemán, César, 203Peraza, 160

Pérez, Tomás, 114

Perosini, Joaquín, 203

Peyroni, J. F., 68

Pezet, Maurice, 228

Picard, G., 52

Pifferrer, P., 51, 52

Pinelo, Felipe, 183

Pirro, 19

Platon, 179

Plinio el Mayor, 63, 77, 110, 183, 200

Pons de Icart, 49, 52

Ponz, Antonio, 49, 68, 106, 115, 154, 157, 203, 254

Prat i Puig, Francesc, 238, 239, 242, 255, 266

Ptolomeo, 110Puebla, doctor, 66

Puig y Cadafall, 29, 30, 52

Pujades, 49

Quintana Palla, 66

Ramírez, Augusto, 87

Ramos, Domingo, 51

Rey Pastor, 216, 217

Reyes Católicos, 56, 65, 66, 267

Rico te, Agustín, 113

Roberts, David, 79, 80, 81, 83, 115Rodríguez de Pazos, Juan, 153

Rojas, Francisco de, 215, 217

Rojas, Pedro de, 253

Romero de Torres, E., 205

Rovira, J. A., 29

Sadaba, 255Saenz de Buruaga, Juan, 106

Salazar de Mendoza, 206, 215

San Simón, duque de, 67

Sancho Corbacho, Antonio, 183, 204

Santiyán y Valdivielso, J. de, 29, 49

Sayagues, 255

Schulten, A., 29, 52

Septimio Severo, 21, 90

Serlio, 45

Serrano, Pedro, 182Sertorio, 63

Severo, Alejandro, 19, 22

Severos, 21, 22, 26, 89, 90, 137

Sigüenza, padre, 65, 66, 67, 77

Simonet, 205

Sixto V., 19

Sócrates, 179

Suárez de Salazar, 203

Sulpicia, 63

Sulpicio, 63

279

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 272/276

 Acueductos romanos en España

Taracena, Blas, 230, 231

Taylor, J., 84, 115

Teodosio, 63, 77, 110

Tiberio, 94, 259

Tito Livio, 19, 21, 63, 248

Towsend, J., 50

Trajano, 23, 26, 68, 90, 93, 106, 110,137, 138, 150, 227,

228, 257, 262,264

Ugarte, Hermenegildo Víctor de, 115

 Valdés, Francisco, 67, 88

 Valdivielso, 29

 Van Deman, E. B., 28 Van Halen, 82

 Vélez de Guevara, Luis, 182

 Vespasiano, 21, 77, 88, 110

 Villamil, 167, 168, 177, 185

 Villanueva, Diego de, 77, 115

 Viriato, 63, 248

 Vitrubio, 194, 209, 253

 Viu, José de, 154, 249, 250, 251, 256

Wam Baumberghen, Francisco Javier, 78, 113, 114

Ximénez de Rada, Rodrigo, 63, 65, 77

 Ydrisi, 205, 210, 253

Zubiri, Xavier, 15, 179Zúñiga, 183

280

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 273/276

Indice de acueductos y topónimos

índice de acueductos y topónimos

 Ad Pontem, 203

 Aelia Augusta Itálica, Colonia, 187 Alatli, 211

 Albarregas, puente de, 119, 148, 157

 Alcanadre, 230

— , acueducto de, 197, 228, 230238, 264, 274

 Alcanlavill, puente del, 41

 Alcántara, puente de, 93, 106, 139, 145, 178, 218, 264

 Alcantarilla, embalse de la, 211

— , presa de la, 210

— , puente de la, 258

 Alconétar, puente de, 25, 137, 139, 150, 262, 263

 Almuñécar, acueducto de, 11, 2326, 177, 189197, 202,

205, 257, 260, 266, 274

 Alnázcollar, 25

 Alparriate, acueducto del río, 201, 202

 Andújar, puentes romanos, 175

 Angitia, 211

 Anio Novo, 19, 21, 22, 89

 Anio Vetus, 18, 19

 Aosta, teatro de, 260 Aqua Alejandriana, (Roma), 19, 22, 28

 Aqua Alsietina, (Roma), 18, 21, 89

 Aqua Appia, (Roma), 18, 19, 89

 Aqua Atilianae, (Roma), 243, 255

 Aqua Claudia, (Roma), 19, 2123, 25, 26, 28, 42, 64, 88

90, 259, 264

 Aqua Julia, (Roma), 18, 20, 21, 26, 43, 89

 Aqua Marcia, (Roma), 1821, 28, 44, 45

 AquaTépula, (Roma), 18, 20, 21, 28

 AquaTrajana, (Roma), 19, 22 Aqua Vérgine, (Roma), 18, 260

 Aqua Virgo, (Roma), 20, 21, 26, 28, 43

 Arcos de Carmona, 25

 Argelia, 47

 Aspendos, 211

 Astúrica a CésarAugusta, vía romana, 243

 Atenas, acueducto de, 150

 Atiliana; véase Aqua Atilianae

 Atiliane; véase Aqua Atilianae

 Azmalcóllar, puente romano, 176

Baelo, acueducto de, 177, 197, 200202, 205, 260, 261,

274Barbegal, acueducto de, 228, 237

Barcelona, acueducto de, 23, 219229, 254, 261, 274

Bellone Claudia, 200, 205

Bética, 184, 265

Blanes, 23

Bolonia, 205

Cádiz, 23, 159

Calagurris, 230

Calahorra, 23, 230

Can Cua, acueducto de, 238, 239, 240

Can Palau, acueducto de, 238, 242

Cangas de Onís, 197

Cantarranas, acueducto de, 201, 202

Cañoquebrado, 117, 118, 119, 120, 122, 157

Caños de Carmona, Los, 143, 159, 183, 184, 185

Carmona, puente romano, 25, 176, 200

Cartago, acueducto de, 26

CastuloneMalaca, vía, 189Cauca, 63, 110

Chelles, 26

Chelva, acueducto de, 23, 47, 244247, 252, 255, 274

Cherchel, 40

Ciudad Rodrigo, 23

Claudio, pórtico de, (Roma), 260

Claudius Divus, templo de, (Roma), 260

Clunia, 110

Constantina, acueducto de, 26, 40, 47

CordubaHispalis, vía romana, 159, 160, 168Cornalvo, conducción de, 117, 118, 119, 120, 122, 126,

154,264

Cornalvo, murallón de, 152

Cueva de Siete Palacios, depósito, 189

Cuevas de Hércules, 208, 215, 264

Danubio, puente del, 138, 262

— , río, 150

Deifontes, 198

Diablo, puente del; véase Tarragona, acueducto de,

281

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 274/276

 Acueductos romanos en España

Ebro, acueducto del, 230

Écija, puente romano, 176

Efeso, 26

Emérita a Astática, vía romana de, 63

Emérita Augusta; véase Mérida

Ferreras, puente de las; véase Tarragona, acueducto de

Font del Ferro, barranco de la, 238

Forum Julii, 237

Fréjus, acueducto de, 228, 229, 237

Gades, acueducto de, 202, 203, 205, 211

Galia, 237

Gard, puente de, 26, 27, 40, 42, 43, 4547, 52, 93, 112,144, 218, 257, 259

Gordo, cerro, 118, 120

Granada, 23

— conducciones de agua, 198, 199

Hispalis a Gades, vía romana de, 41, 258

Hispalis, acueducto de, 159, 160, 184, 187

Horno de Vidrio, 214, 254

Itálica, acueducto de, 187, 204, 264, 265, 274

 Juanelo, artificio de, 18, 107

 Julia Traducta, 205

 Julia Urbs Triumphalis Tarraco, Colonia, 40

Liria, 244, 255

Lodosa, 230

Lyon, acueducto de, 18, 211, 228, 229

Maison Carré, (Nimes), 90, 92

Marcia, 41, 89

Marranella, valle de, 22

Martorell, puente de, 218

Mérida a Zaragoza, vía romana, 110

Mérida, 117, 154, 263

— , acueducto de Los Milagros, 2326, 47, 48, 117, 124,

125, 126134, 137, 139, 145151, 154157, 257, 264,

271, 272, 276

— , acueducto de San Lázaro, 23,24, 118, 119, 134151,154,156

— , alcantarilla romana, 139

— , anfiteatro, 124

— , Circo Maximo, 153

— , puente de, 178

Moranta, puente de, 219

Narni, puente de, 218, 259

Nimes, anfiteatro de, 26, 47, 52, 112

Numancia, 63

Orense, puente de, 218

Panteón, 23, 262

Patare, 211Patras, 26

Pineda, acueducto de, 228, 238242, 255, 266, 274

Plata, vía de la, 262

Pola de Gordón, 197

Porta Prenaestina, 260

Proserpina, 117, 118, 124, 126

— , conducción, 123, 125

— , lago, 154

— , presa, 264

Pulido, acueducto de arroyo, 201, 202

RabodeBuey, 117, 126, 156

— , Piscina limaria, 123, 128

— , Tercera Cañería que venía del Borbollón, 157

— , conducción de, 117, 120, 122, 123, 153, 156, 157

Rimini, puente de, 259

Roma, acueducto de, 18, 25, 27, 28, 46, 89, 105, 143,264

— , conducción de, 26, 46, 89, 159

Sadaba, acueducto de, 243, 255

Saxetanum; véase Sexi

Seco, acueducto del primer barranco del río, 193, 196

— , acueducto del segundo barranco del río, 194, 196

— , acueducto del tercer barranco del río, 195, 196

— , vaguadas de la ladera del río, 196

Secovia; véase Segovia

Segovia, 23, 24, 25, 27, 4648, 63, 93, 105, 137, 143,

234, 257, 271, 273, 274— , abastecimiento de, 56

282

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 275/276

Indice de acueductos y topónimos

— , acueducto de, 11, 50, 53116, 155, 178, 185, 205,

243, 259, 266, 272

Serapis, Templo de, 68

Sevilla, acueducto de, 23, 25, 143, 159185, 257, 264,

274Sexi, 11, 189, 211

— , abastecimiento de agua de, 200

Sifón, 211

Tarraco, 29, 40, 41,46, 258

Tarragona, acueducto de, 17, 2327, 2952, 88, 93, 105,

137, 151, 205, 252, 257, 262, 278

Termes, 63

Toledo, acueducto de, 18, 23, 26, 27, 46, 144, 159, 207

218, 228, 253, 264, 274

— , depósito terminal, 215

Tomas, las; véase RabodeBuey

Torrecuevas, acueducto de, 193, 196, 197, 202

— , arroyo, 196

— , barranco de, 24

Trajano, foro de, 138

Trave, valle de la, 22

Tucci, 204

Túnez, acueducto de, 26

Urbécula, 110

Uxama, 63, 110

 Valencia de Alcántara, acueducto de, 248252, 256, 266,

274

 Valentia, 248

 Venus, templo de (Roma), 23

 Vérgine, 89

 Verona, anfiteatro de, 67, 107, 260, 270, 272

 Vicarías, 157

 Villa Adriana, 137, 138, 150, 262

 Yébenes, los, 210

Zuazo, puente de, 203, 205, 206

283

7/26/2019 Fernández Casado, Carlos - Acueductos Romanos en España

http://slidepdf.com/reader/full/fernandez-casado-carlos-acueductos-romanos-en-espana 276/276