Ficha 4 YO SOY EL CAMINO, LA VERDADY LA VIDA

Paso 1¿QUÉ DICE EL TEXTO BÍBLICO?

1.1. Proclamamos la Palabra

Con voz clara y fuerte se proclama Juan 14, 1-7, la partidade Jesús. Para la lectura del pasaje se puede proceder:

1. Una persona lee todo;2. cada uno de los presentes lee un versículo,

Es fundamental una lectura pausada, detenida, atenta del pasaje bíblico.

Juan 14, 1-7

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141No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. 2En la casa de miPadre hay lugar para todos; si no fuera así, ya lo habría dicho; ahora voy aprepararles ese lugar. 3Una vez que me haya ido y les haya preparado el lugar,regresaré y los llevaré conmigo, para que puedan estar donde voy a estar yo.4Ustedes ya saben el camino para ir adonde yo voy. 5Tomás le dijo: Pero, Señor,no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino? 6Jesús le respondió:Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar hasta el Padre, sino pormí. 7Si me conocieran, conocerían también a mi Padre. Desde ahora lo conocen,pues ya lo han visto.

Palabra de Dios.

1.2. Compartamos la vida

• ¿Qué cosas te preocupan?• ¿Cómo enfrentas tus grandes inquietudes?

1.3. Escuchamos a Dios

Cada persona lo vuelve a leer detenidamente, escuchando aDios que habla, y lo marca con:

a. El signo de interrogación (¿?) cuando no se entiendealguna palabra, frase o acontecimiento, yb. lo subraya ( ___ ) cuando estime que esa palabra ofrase encierra el tema central.

Antes de poner en común los signos, compartamos la vida para prepararnos aentender el mensaje de Jesús.

A. Compartiendo los signos…

Ahora es el momento de poner en común los dos primerossignos:

a. El de interrogación (¿?), es decir, lo que no entendí, y

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b. el subrayado ( ___ ), es decir, aquello que me parece eltema central.

Unos a otros nos ayudamos a explicar lo que algún hermano no comprende y juntosdefinimos cuál es el tema central de Gén 2,4b-9.15-17. No siempre lo que aparecea primera vista es el tema central del texto. Podemos ayudarnos con las notas y elvocabulario de las diversas versiones de la Biblia.

B. Compartiendo el mensaje…

“Yo soy el camino, la verdad y la vida” es el pasaje bíblicoque se encuentra en el lema de la V Conferencia del EpiscopadoLatinoamericano y del Caribe que se celebró en Aparecida, Brasil este

año. Por eso, lo hemos escogido, paranuestra reflexión, en este mes de laBiblia. La afirmación se encuentra en elcontexto de los discursos de despedidade Jesús, iniciados en 13,1, y la inquietudcreciente de los discípulos por su prontapartida. En los versículos inmediatamenteanteriores, (ver 14,36-38) se habíaexpresado con dramatismo esta inquietudcuando Pedro, seguramente alarmado, lepregunta a Jesús: “Señor, ¿adónde vas?”.Tal intranqui l idad aumentóconsiderablemente con el anuncio queJesús hace de la próxima negación dePedro. Por eso este llamado a la fe, a la

confianza y que resuena con tanta vigencia también para nosotros hoy, tieneuna respuesta del mismo Jesus: “No se inquieten. Crean en Dios y creantambién en mí”. La confianza firme en las promesas, la bondad y fidelidadde Dios y de Jesús es la que debe ahuyentar el desaliento y evitar ladesesperanza.

Los vv. 2-3, siguen reforzando esa confianza. Jesús habla de la meta, deaquello que le espera a la comunidad creyente y que constituye su propio

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objetivo: la casa de su Padre. Es decir, Jesús comparte su propio hogar conlos creyentes. Juan describe esta realidad final con tres acentos maravillosos:

1. “Hay lugar para todos”, es decir, cada creyente encontrará en Dios elamor pleno, la felicidad eterna: todos seremos plenos de acuerdo a nuestrascaracterísticas personales. Se trata, por decirlo así, de la plenitudcomunitaria y, a la vez, personalizada.

2. No se trata sólo de que nos espera la “casa de su Padre”, lo cual yaes más que suficiente, sino que en ese amor del Hijo de Dios por nosotros,es Jesús mismo quien prepara, arregla, acomoda la casa para sus amigos,para nosotros. Con esto, Juan está adelantando una afirmación posterior:para los seres humanos. No hay otraposibilidad de llegar a Dios si no espor Jesús, pues él es quien, porderecho propio, tiene libre acceso a lacasa de su Padre (ver v.6).

3. Pero preparar la casa tampoco essuf iciente para Jesús, sino queademás, en un gesto l leno dedelicadeza y ternura, él se va aencargar de v eni r a buscarpersonalmente a cada uno de losdiscípulos para conducirlo a la casadel Padre.

La finalidad última es “para que puedan estar donde voy a estar yo” (v. 3). Laconsumación de la salvación consiste en la eterna comunión con Cristo, enestar con Jesús junto a Dios.

El v. 4 cambia la perspectiva de la meta al camino, a lo que le sigue laincomprensión de Tomás. Tomás no sabe ni adónde va Jesús ni tampocoel camino. Es este despiste el que da la ocasión para la afirmación centraly solemne de Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puedellegar hasta el Padre, sino por mí”. Esta afirmación es tan densa, tanconcentrada, que hay que irla explicando por partes.

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a. “Yo soy” es una expresión soberana, magnífica. Es una fórmula derevelación utilizada por Dios en al Antiguo Testamento en múltiples lugares;el más conocido es el imponente “Yo soy el que soy” de Ex 3,14. Con estafórmula, Juan quiere poner de relieve la importancia única y exclusiva deJesús, que se corresponde con el “nadie puede llegar hasta el Padre,sino por mí” del final de este versículo. ¿Quién de nosotros puede decircon toda propiedad “yo soy” si nuestro ser es pasajero y no somos dueñosde él? Sólo Dios puede hacerlo.

b. El camino: esta imagen tiene varios sentidos. Por una parte, caminoincluye la idea de que el ser humano busca una orientación para dirigir lavida. Cuando preguntamos por el camino, estamos preguntando por elsentido y finalidad de nuestra existencia. A esto se suma el problema decuál será el camino correcto, porque entre tantas ofertas de falsa felicidades posible equivocar el camino y perderse. En el mundo greco-romano, alque Juan pertenecía, el tema de la salvación era candente. Juan presentaa Jesús como la gran respuesta, tanto paralas esperanzas judías de salvación comopara el anhelo de salvación de los gentileso no-judíos, porque sólo Jesús viene de Diosy vuelve al Padre. Esto lo hace ser el granrevelador y mediador de Dios y por esto enel encuentro con él está la salvación del serhumano. Con la revelación de Dios en Jesús,queda resuelto el problema del ser humanoacerca del camino.

Hay otro sentido del término camino, que essumamente importante: si Jesús es elcamino, también la fe, en cuanto respuestahumana a la revelación, hay que entenderlacomo camino. La fe es, pues, algo vivo,dinámico, un movimiento que se adueña de la vida de los creyentes y laconvierte en un caminar permanente en el que el modelo es el camino delJesús terrestre: sus opciones, su forma de vida, lo que aceptaba, lo que

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proponía y lo que rechazaba. El camino de los creyentes se traza sobre elcaminar de Jesús. Son sus disposiciones, actitudes y opciones las quedebemos ir haciendo nuestras para aplicarlas y actualizarlas a las diversas

y complejas situaciones que nos toca viviren nuestro aquí y ahora. La preguntacreyente no es “¿Qué voy a hacer?” sino“¿Qué haría Cristo en esta circunstancia?”

c. Verdad: para entender este términoen el sentido joánico hay que recurrir alconcepto de verdad que maneja el AntiguoTestamento (en hebreo emet), donde susignificado es el de fidelidad, lealtad. Estetérmino expresa, en primer lugar, laabsoluta fidelidad de Dios en su obrar, ensu revelación, en sus mandamientos.Verdad, significa, la credibilidad absolutade Dios frente al ser humano, de talmanera que nosotros podemos confiar

incondicionalmente en su Palabra, en sus promesas y lealtad. Estafidelidad de Dios es la roca sólida donde los seres humanos podemosapoyar nuestra existencia. Ella es en realidad la única seguridad quepodemos tener en nuestra vida. Ahora bien, la afirmación central delevangelio de Juan está en que esa lealtad de Dios sale al encuentro delos seres humanos en Jesús y los libera. Libera a los creyentes de lasaprehensiones y angustias de la existencia, de las tantas vecesexperimentada inconsistencia de la vida. Es, por eso, que en otro pasajecélebre de Juan, Jesús afirma: “Si permanecen fieles a mi palabra, ustedesserán verdaderamente mis discípulos; así conocerán la verdad y la verdadlos hará libres” (8,31-32). Jesús nos libera de la inconsistencia de nuestraexistencia y del sin sentido.

d. Vida: es un concepto central en el evangelio de Juan, tanto así quepuede ser llamado “el evangelio de la vida”. Ocupa el lugar que en losevangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) tiene el tema del Reinado

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de Dios. Vida en Juan es vida plena, que va mucho más allá de la vidabiológica e, incluso, de la calidad de vida: es plenitud de vida que sólo selogra en la comunión con Dios, porque en realidad la única vida verdaderay plena es la de Dios, puesto que Él es la vida y la fuente de toda vida,por eso, como decíamos recién, sólo Él puede decir “yo soy”. Vida,entonces, es más bien el ofrecimiento que Dios hace de su propia vida alos seres humanos. Jesús tiene esa vida porque la posee en su calidadde Hijo en comunión con el Padre y con el Espíritu Santo. Y es, justamentepor esto, que la vida definitiva y plena de Dios no sólo está en un “másallá”, posterior a la muerte, sino que podemos empezar a vivirla desde yaaquí por la fe en Jesús, quien nos la comunica.

e. En Jesús se entiende el único acceso genuino al Padre. Él es el Hijode Dios que ha hecho el camino de descenso a la condición humana y,por tanto, puede hacer el camino de regreso al Padre, pero ahora, contodos nosotros, llevándonos a cuestas, como un buen pastor.

Todo lo dicho hasta aquí y en especial su ser Hijo de Dios y, por tanto, suíntima relación con Dios Padre, es la que aparece expresado en el v. 7 yque se puede resumir en la siguienteformulación: conocer a Jesús es conoceral Padre. Pero falta todavía una aclaraciónimportante: “conocer” en la Biblia no sereduce al conocimiento intelectual, sino quese refiere más bien a “tener experiencia de”,a “entrar en comunión con”. El conocimientodel otro es fruto de la unión con él. Los hijosconocemos a nuestros padres ¡porque sonnuestros padres! Y los padres conocen asus hijos ¡porque son sus hijos! Y no porqueunos hayan hecho un curso sobre los otros.Es el conocimiento que brota de ese vínculopor la experiencia de compartir la vida. A eso nos invita Jesús: a compartirsu vida, a vivir su vida. Si realizamos el encuentro con Jesús, lo realizamosa la vez con el Padre por la comunión íntima que hay entre ellos.

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Conocer, como hemos dicho con otras palabras, es “vivir la vida de”, “compartirla vida de”. Si vivimos la vida de Jesús compartimos la vida de Dios Padre ysi ellos son la VIDA entonces la comunión con ellos nos otorga vida plena yen abundancia desde ya, es decir, aquí y ahora, la que se ratificará comoalgo definitivo cuando Jesús venga a buscarnos para llevarnos a la casa delPadre que él mismo ha preparado para cada uno de nosotros.

En síntesis, hemos sido creados por Dios que es la fuente de la vida, yhemos sido creados para la vida que es la invitación que nos hace laTrinidad de Dios a participar para siempre de su propia vida que consisteen la fiesta y la alegría del amor eterno.

Paso 2¿QUÉ NOS DICE EL SEÑORPOR SU PALABRA?

2.1. Con la ayuda de signos…

Con la luz que nos dio el mensaje, volvamosa leer en silencio el texto bíblico, escuchando a Dios que

nos habla… y marco el texto con:a. un signo de exclamación (¡! ) cuando el mensaje de Dios

interpela mi vida;b. un asterisco (*) cuando percibo que esa palabra o personaje

o acontecimiento me mueve a orar (pedir, dar gracias, alabar...), yc. una palabra al margen de mi Biblia que me indique

un cambio de conducta.

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2.2. Compartiendo la interpelaciónde la Palabra...

Dejo que la enseñanza de Jesús me interpele para que su Palabra se cumpla enmí (ver Lc 4,21). Esa interpelación del Señor la comparto, explicando dónde ypor qué puse el signo de exclamación.

Luego, compartamos juntos la meditación a la luz de algunas de las siguientespreguntas:

• ¿Qué relación hay entre la Pascua de Jesúsy la preparación de la morada en el cielo?

• ¿Qué hay que hacer para entrar en la “morada”de Jesús?

• ¿Qué provoca en mí la oración de Felipe:“Señor, muéstranos al Padre y nos basta”.

Paso 3¿QUÉ LE DECIMOS AL SEÑORMOTIVADOS POR SU PALABRA?

Me detengo ahora en las palabraso frases marcadas con asterisco (*).

Asumiendo lo meditado y teniendoen cuenta nuestra vida, la Iglesia yla sociedad con sus necesidades yesperanzas me inspiro en esaspalabras o f rases para pedi rperdón, alabar, dar gracias aDios…

Hacemos nuestra oracióncomunitaria y disfrutamos de la pazy la presencia del Señor que ahoranos envuelve.

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Paso 4

¿A QUÉ CONVERSIÓN Y ACCIONESNOS INVITA EL SEÑOR?

Revisemos ahora las palabras quepusimos al margen de nuestro textobíblico para indicar acciones que elSeñor nos está pidiendo. Compartamospor qué escribimos esa palabra,expl icando cuál será nuestrocompromiso hasta la próxima vez quenos reunamos.

Terminamos este encuentro con laPalabra del Señor con una oración yun canto y -si se estima conveniente-un momento de conv iv encia paracompart i r la mesa en fami l ia ocomunidad.

Especial del mes de la Biblia en www.iglesia.cl