CUADRO SINÓPTICO DE LA PELÍCULA El sueño eterno

TÍTULO El sueño eternoDIRECCIÓN Howard HawksDIRECCIÓN ARTÍSTICA Carl Jules WeylPAÍS EEUUAÑO 1946DURACIÓN 114 min.GÉNERO ThrilerREPARTO Humphrey Bogart (Philip Marlowe), Lauren Bacall (Vivian Sternwood), Martha

Vickers (Carmen Sternwood), John Rigely (Eddie Mars), Charles Waldron (General Sternwood), Regis Toomey (Bernie Ohls), Peggy Knudsen (Mona Mars).

GUIÓN William Faulkner, Leigh Brackett y Jules Furthman sobre la novela The Big Sleep, de Raymond Chandler.

PRODUCTORA Howard Hawks para Warner Brothers.PRODUCCIÓN Jack WarnerMÚSICA Max SteinerDIRECTOR MUSICAL Leo F. ForbsteinFOTOGRAFÍA Sid HickoxDECORADOS Fred M. McLeanEFECTOS ESPECIALES E. Roy Davidson y Warren E. LynchVESTUARIO Leah Rhodes

TEMA La extorsión a través del chantaje, pornografía, sexo, drogas, coches robados, juego, esto es, una crítica a la yet set californiana (ricos mediocres con vidas mediocres) por un antihéroe contemporáneo que representa Philip Marlowe.

ARGUMENTOUn día de otoño, en la ciudad de Los Ángeles, el detective privado Philip Marlowe se ha acicalado para una cita importante. Su entrevista en la mansión del general Sternwood, un anciano millonario con dos hijas guapas y conflictivas. La menor, Carmen, casi una adolescente, vive una estúpida vida entre la droga, el juego, el sexo y el chantaje; la mayor Vivian es soberbia, mal educada y provocativa. También se mueve en el límite que separa lo legal de lo ilegal, ha tenido varios matrimonios extraños. Marlowe conocerá pronto a la pequeña…. El general, en estado terminal sobrevive dentro de un invernadero de orquídeas a una temperatura permanentemente elevada. Allí Marlowe, bebiendo coñac frío y sudando escucha el encargo: deberá hacerse cargo de unas notas de chantaje encubierto a causa de unos pagarés de su hija Carmen. De pasada, le habla de un personaje que será crucial en la película Rusty Regan desaparecido misteriosamente.

EL GUIÓNBasada en una novela de Raimond Chandler y adaptada al cine por un grupo de los mejores guionistas de Hollywood, con un premio nobel a la cabeza, William Faulkner, la película va marcando una serie de diferencias con su antecedente literario que la convierte en algo autónomo y tan valioso como la novela. Por ejemplo, casi todos los asuntos “fuertes” sexuales han sido obviados en la película. El hombre que hace el chantaje que da origen al caso, Arthur Gwyn Geiger –Libros raros y ediciones de lujo-, es en la novela, un notorio homosexual que tiene un pequeño chalet donde vive con su joven amante Carol Lundgren y donde hace fotografías pornográficas. Su negocio “libros raros” es en realidad un negocio de libros obscenos que sirve a una serie de selectas personalidades de la ciudad a las que, hace chantaje. El nombre clave de estos ciudadanos está en una libreta de la que se apodera Marlowe. En la película esto no queda claro, como tampoco el negocio de libros lujuriosos y se elude la carga política que pudiera tener la lista de ciudadanos escogidos –se intuye cargos políticos y destacados empresarios- que aparecen en la libreta. Marlowe descubre a Carmen Sternwood en la casa de Geiger, drogada y totalmente desnuda tras someterse a una sesión de fotografías con destino a los clientes del dueño de la casa (Eddie Mars). En la película, Carmen está vestida con un quimono chino. Por cierto, que en la novela, cuando Vivian Sternwood ve la foto de Carmen desnuda, le dice a Marlowe: “Tiene un bonito cuerpo ¿verdad? … Debería ver el mío”. Precisamente, el trabajo más importante de los guionistas de la película fue la reconstrucción de la personalidad de Vivian Sternwood a la que se reivindica para que pueda tener una aventura con Marlowe, lo cual no ocurre ni remotamente en la novela. En ambas, película y novela Vivian actúa protegiendo la personalidad psicótica y asesina de su hermana y evitando que el viejo general llegue a enterarse. Sin embargo, Marlowe afirma en alguna ocasión que ella “es buena para un fin de semana pero nada más”. Además está el abismo de las clases sociales que es muy importante para Chandler: Marlowe dice, en un pasaje de la novela, que cada vez aguanta menos a los ricos. En la obra literaria, cuando llega el final y la nostalgia, Marlowe piensa en Mona Mars, la cantante de cabaret casada con un gánster y no en Vivian. En la película, el personaje de Mona Mars apenas aparece y no se explica demasiado. No obstante, es la pasión entre Vivian y Marlowe lo que da vida a la película. El hecho de estar recién casados en la realidad hace de la

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pareja de Bogart/Bacall algo especial: los diálogos chispeantes, las miradas, los encuentros y desencuentros, la espontaneidad, la frescura… dotan a la cinta de la gracia que le falta por la complejidad de la trama policial. La película hay algunos elementos de violencia que la novela no tiene. Por ejemplo, la paliza (“el repaso”) que recibe Marlowe en un callejón por un par de matones de Eddie Mars y, sobre todo, la muerte ametrallado del propio Mars. En la película, esta condición de culpable debe verse y sentirse para que su castigo final quede más justificado. En particular, el frío crimen cometido por el matón Canino en la persona del pequeño Harry Jones haciéndole beber un vaso de whisky con cianuro, que señala claramente los métodos del gánster.

EL DIRECTORA lo largo de su vida profesional, Howard Hawks cultivó varios de los géneros con mayúsculas del cine americano: comedia, western y el Thriller. En todos los casos, alejado de influencias externas y especialmente europeas. Pere Gimferrer, ha escrito: “Su producción extensa, ininterrumpida y varia constituye la manifestación quizá más acabada del clasicismo cinematográfico americano”. Nacido en Goshen (Indiana) el 30 de mayo de 1896, estudio ingeniería mecánica en Cornell y quizá de esos años le vino la afición que siempre mantendría por los coches y los aviones, a los que dedicó, ya como director, algunas de sus películas. Desde los 16 años fue piloto y sirvió en la Army Air Corp durante la Primera Guerra Mundial y llegó a trabajar como diseñador y constructor de modelos de aviación en una empresa. Hacia 1922 vuelve a Hollywood y comienza su carrera como profesional y cineasta. Leonardo Di Caprio ha inmortalizado a este personaje en la película de Scorsese El aviador. Dirigió cuarenta películas y participó en una gran cantidad como productor, guionista, argumentista, supervisor o codirector. Se puede decir que es el inventor del cine de gánsteres al dirigir Scarface (Scarface, el terror del hampa, 1932), película inspirada directamente en la persona real y contemporánea de Al Capone. Alcanzó una absoluta perfección del género con El sueño eterno. Descubrió a Lauren Bacall para el cine y creó la pareja inolvidable de Bogart y Bacall, a los que dirigió en Tener o no tener. También le cabe el honor de haber alcanzado una notable altura literaria en el cine adaptando obras de grandes maestros de la novela como Hemingway, Anila Loos o Raymond Chandler y dando cabida como adaptadores y guionistas a escritores de la talla de William Faulkner (hizo cinco guiones para Hawks), además a algunos de los mejores guionistas de su tiempo como Ben Hetch, John Huston, Billy Wilder, Leigh Brackett y Jules Furthman. Mantuvo una fidelidad especial con sus actores favoritos: John Wayne para el western, Cary Grant para la comedia y Humphrey Bogart para los Thrillers. Consiguió algunas de las obras maestras del cine de todos los tiempos. Entre las comedias: La fiera de mi niña (Bringing up Baby, 1938), Sólo los ángeles tienen alas (Only angels have wings, 1939) y Luna nueva (His girl Friday, 1940), las tres protagonizadas por Cary Grant y Los caballeros las prefieren rubias (Gentleman Prefer Blondes, 1953). En el Western destacan Río Rojo (Red River, 1948), Río Bravo (1958) y El Dorado (1966). En el policial dejó su huella personal en Tener y no tener y El sueño eterno. También cultivó géneros diversos, como el cine de aventuras en ¡Hatari! o el histórico Tierra de faraones (Land of the Faraohs, 1955), con guión de William Faulkner. La Academia de Hollywood le tributó un homenaje en 1974 con un Oscar de honor a toda su carrera.

RAYMOND CHANDLERRaymond Thornton Chandler nació en Chicago el 23 de julio de 1888. El peso de su obra en la novela negra y en el cine ha sido muy grande. El escritor Javier Comas compara esta influencia de “revolucionaria” con la de otros grades creadores: Orson Welles, en el cine, Judy Garland, en la canción, William Sorayan en la literatura, Charlie Parker en el jazz, Tex Avery en los dibujos animados y Will Eisner en el cómic: “Compruébense al efecto los saltos de estilo, desde los ya clásicos Howard Hawks, Fritz Lang y John Ford hasta el autor de Ciudadano Kane, o desde los establecidos Louis Armstrong, Count Basie y Duke Ellington hasta el saxofonista inventor del bop; quizá la prueba más contundente, lo que separa a los cartoons disneyanos de los realizados por el surrealista y violento Tex Avery, quién hizo pronunciar al conejo Bugs Bunny la pregunta simbólica del estupor intelectual del momento, What´s up Doc (¿qué pasa, doctor?)”. Su niñez transcurrió en Inglaterra. Después regresó a los Estados Unidos, a la ciudad de Los Ángeles, donde residió casi el resto de su existencia. Allí conoció a la que sería su esposa, Pearl Cecily Bowen, 18 años mayor que él, casada con un pianista. En 1917, Chandler se enroló con un hijo del compositor en las Fuerzas Armadas para ir a luchar a Europa, cosa que nunca ocurrió ya que el armisticio llegó cuando no había terminado el período de instrucción. A su vuelta a Los Ángeles y tras la muerte de su madre, en 1924, se casó con Cissy, que ya se había divorciado. Tras su ingreso en el mundo de los negocios del petróleo, Chandler se convertirá en un alto ejecutivo con alta reputación en los medios financieros, este brillante porvenir fue arrojado por los suelos sin piedad –mujeres y alcohol por medio- por el insatisfecho futuro novelista que siempre conservará una especial aversión a las clases altas con las que compartió juventud. Expulsado de forma poco ortodoxa del negocio del petróleo y sin posibilidad de ganarse la vida, Chandler comienza a escribir relatos policiales en las publicaciones baratas llamadas pulp, especialmente Black Mask, y Dime Detective. Comienza con historias cortas que luego alarga hasta lo que se llaman long stories o novelettes. Desde 1932 hasta 1939 escribirá decenas de relatos en los que va perfilando su estilo peculiar –cínico, canallesco, individualista, irónico “con la muerte lenta como filosofía última de una acción en la que la violencia cobra toda su dimensión”, según Ramiro Cristóbal Muñoz. Su primera novela larga The Big Sleep se publica a fines de la década de los treinta. Lo hace con el editor Alfred Knopf, el mismo de las novelas de Dashiell Hammett. Chandler ha esperado a tener más de cincuenta años para iniciarse en la literatura importante. Con El sueño eterno nace su personaje Phiplip Marlowe, protagonista de otras seis novelas largas y otra inacabada: Adiós muñeca, La ventana alta, La dama del lago, La hermana pequeña, El largo adiós, Playback y La Historia de Poodle Spring, varias de ellas llevadas al cine en más de una ocasión.

PHILIP MARLOWEPara hablar de Marlowe, comenzaremos por la escena en la que conoce a Carmen Sternwood (escena nº1). De Philip

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Marlowe, el lector lo sabe casi todo. El especialista Salvador Vázquez de Parga da noticia de una carta, escrita en 1951, por Raymond Chandler a un admirador, en la que responde a una pregunta sobre las características físicas y morales del detective. Según esa comunicación, “la fecha de nacimiento de Philip Marlowe es incierta; en algún lugar se dijo que contaba con 38 años, pero también se afirma que tenía 42. Nació en la localidad californiana de Santa Rosa, al norte de San Francisco. Jamás habló de sus padres y al parecer no se le conocen parientes vivos. Estudió un par de años en la Universidad. No se sabe cómo llegó a Los Ángeles. Allí trabajó, primero, como investigador de una compañía de seguros y después en la oficina del fiscal del distrito. La pérdida de este empleo fue motivada por causas ocultas, pero se deja entrever que tuvo su origen en un exceso de celo profesional para desvelar cosas que no convenía a sus superiores que salieran a la luz pública. Mide algo más de 1,80 y pesa 82 kilos, tiene el pelo castaño oscuro y los ojos marrones”. Pero más allá de estos datos biográficos lo que de verdad interesaba a Chandler era el carácter moral de su policía privado (escena nº2, Marlowe conoce a Vivian Sternwood). Marlowe es un ser desencantado del mundo, seguramente porque su inteligencia y sus dotes de observación le hacen ver la corrupción generalizada en la que vive la sociedad americana y el abuso de los poderosos sobre los débiles y sabe que no puede hacer gran cosa para evitar esto. No obstante, pelea duro para desvelar la verdad sin hacerse ninguna ilusión por los resultados. Es, según Ramiro Cristóbal Muñoz, romántico y lleno de piedad por la gente, incluidos algunos delincuentes menores (escena nº3, en la Acme Book Shop). Comprende lo que es la lucha por la vida y que el pequeño delito es, a veces, la única opción de supervivencia para muchas personas. Tiene un despacho pequeño y modesto, un automóvil desvencijado y un déficit continuo en su cuenta corriente (“estaba tan baja que podía pasar por debajo un pato”, dice una vez). Se defiende de todo esto con un cierto optimismo personal hacia su propia existencia. En ocasiones, cuando no hay más remedio, con la ración más pequeña que puede de plomo y puños. En cuanto a su ideología, está clara; en una conversación con su amigo Bernie Ohls, dice: “El delito organizado no es más que el lado sucio de la lucha por el dólar”. Ohls le pregunta: “¿Cuál es el lado limpio?”. Y Marlowe contesta: “Nunca lo he visto”. En el cine lo interpretaron varios actores, nunca el que le hubiera gustado a Chandler que era Cary Grant. Bogar fue el primero y, seguramente, el mejor. No obstante, fueron Philip Marlowe en la pantalla, además de Bogart, Dick Powell, Robert Montgomery, James Gardner, Elliot Gould, George Montogomery y Robert Mitchum.

RECLAMADO POR HOLLYWOODCuando estaba a medias del ciclo de sus novelas largas, en 1943, recién publicada La dama del lago, Chandler fue reclamado por Hollywood. Se hicieron algunas películas basadas en sus novelas, pero la de mayor calidad fue El sueño eterno, su primera novela larga. Sin embargo, el motivo de su parada en Hollywood y la obligada parada en su producción literaria fue la redacción del guión de la película Perdición (Double Indemnity), una novela de James Cain que Chandler escribió con el director Billy Wilder. En Hollywood comenzó su vida de bebedor y mujeriego. Para escapar de ella compró en 1946 una casa en La Jolla, se refugió en ella y liquidó casi totalmente todo contacto con el exterior. Esa última etapa del escritor es la más prolífica en su trabajo y también la más radical. Ramiro Cristóbal Muñoz cita El largo adiós: “La gente era golpeada, robada, estrangulada, violada, asesinada. La gente se sentía hambrienta, enferma, aburrida, desesperada en su soledad o por el remordimiento o el miedo, enojada, cruel, enfebrecida, estremecida por sollozos”. Cissy, su esposa, falleció el 12 de diciembre de 1954, y cinco años más tarde, el 26 de marzo de 1959, Raymond Chandler moría en su casa de La Jolla.

HUMPHREY BOGARTHijo del doctor Belmont de Forest y de la pintora Maud Humphrey, el futuro actor nació en Nueva York, el 25 de diciembre de 1899. Trató de ser cirujano como su padre pero fue expulsado de la Facultad de Medicina de Andover (Massachusetts) por su carácter “agitado e incontrolable”. Su éxito en el teatro fue El bosque petrificado (The Petrified Forest), una obra del autor Robert Sherwood que representó primero en Boston y luego en Nueva York. Su amigo Leslie Howard hizo todo lo posible para que la productora Warner Brothers, que había comprado los derechos para el cine, incluyera a Bogart en el reparto, y precisamente en el mismo papel que había hecho en el teatro: el gánster Duke Mantee. No fue tarea fácil ya que la Warner prefería a Edward G. Robinson (que luego haría un papel muy similar en Cayo Largo), y Howard tuvo que amenazar con retirarse del proyecto si Humphrey no trabajaba. Al fin, Bogart, a las órdenes de Archie Mayo, compartió protagonismo nada menos que con Betty Davis y Leslie Howard, obteniendo su primer éxito en 1936. El segundo hijo con Lauren Bacall, se llamó Leslie Howard Bogart. La gran oportunidad le llegó de la mano de su amigo John Huston, un guionista, hijo de un actor, que quería iniciarse en la realización. La ocasión para ambos llegará con la adaptación al cine de El halcón maltés, la famosa novela de Dashiell Hammett, dirigida por Huston en 1941 e interpretada por Bogart en el papel del detective Sam Spade. En esa película, el actor realiza su estilo propio cuya imagen la resume el crítico Ephraim Katz: “solitario, seguro de sí mismo, reflexivo, sardónico, escéptico y cínico” (escena nº 6¸Marlowe y Carmen Sternwooid son sorprendidos por Eddie Mars en la casa de Geiger). La película obtuvo un gran éxito y la crítica la elevó a la categoría de obra maestra. Pero lo mejor estaba por llegar, y eso fue la película Casablanca, de Michael Curtiz, estrenada en las mismas fechas en las que se produjo el desembarco aliado en el norte de África y con un público sensibilizado por la guerra y que acudió masivamente a ver la película. Después, Tener o no tener y El sueño eterno, ambas de Howard Hawks. En la primera de estas dos últimas películas conocería a una debutante, Lauren Bacall, de la que se enamoró aunque aún seguía casado con Mayo. En enero de 1945 se estrenó Tener o no tener y en marzo Bogart consiguió el divorcio. Bogart y Bacall se casaron en la granja Malabar el 21 de mayo de 1945 y un año más tarde, en agosto de 1946, se estrenó El sueño eterno que consagró a la pareja. Después de la guerra, tanto Bogart como Bacall entraron en una etapa de discusión con su productora, la Warner Brothers. Estas diferencias terminarían con la marcha de ambos en 1951 y con la creación de una productora propia llamada Santana. También en esos tiempos llegó la vergonzosa puesta en marcha del Comité de Actividades Antiamericanas. Bogart y Bacall formaron parte de los 10 de Hollywood que fueron a Washington a protestar del mencionado comité. Aún vendrían algunas de las mejores películas de Bogart: El tesoro de

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Sierra Madre (The Treasure of Sierra Madre, 1948), Cayo Largo (Key Largo) ambas con su amigo John Huston y, sobre todo, La reina de África, también de Huston, con la que gana un Oscar de interpretación y aún conseguirá una candidatura por su papel en El motín del Caine (The Caine Mutiny, 1951), de Edward Dmytyk. Su última película antes de fallecer de un cáncer de esófago en 1957 fue Más dura será la caída (The Harder They Fall, 1956), de MarK Robson, en la que comparte protagonismo con Rod Steiger. La revista Hollywood Reporter dijo a propósito de esta actuación: “Bogart es quien domina la película, dando más de lo que da el guión, consiguiendo su mejor interpretación desde El bosque petrificado”.

LAUREN BACALLDe joven la llamaban “la mirada” (The Look). Los menos amigos la llamaban “molino de viento” por su forma de mover brazos y piernas”. Betty Joan Weinstein Perske, nacida en New York el 16 de noviembre de 1924, llegó al cine y llegó a ser Lauren Bacall desde muy abajo: fue acomodadora en el Saint-James Theater mientras hacía unos cursos de interpretación en la New York Academy of Dramatic Art. Modelo publicitaria para Harper´s Bazaar y Miss Greenwich Village en 1943, pasaría un duro aprendizaje antes de ser contratada por la Warner Bros. Fue precisamente la aparición en la revista mencionada la que tuvo que ver con su contrato: la esposa de Howard Hawks vio su fotografía en la portada de Harper´s y convenció a su marido para que llamara a aquella modelo y le diera trabajo. Su gran oportunidad la obtuvo en 1944 con la película Tener o no tener, del propio Howard Hawks. De entrada, su papel en la película subía notablemente de nivel al ser incluida en el reparto como protagonista; a continuación, estaba el prestigio del director, uno de los grandes de Hollywood y el gran guión de la película basado en una novela de Ernest Hemingway y adaptado por otro peso pesado de la literatura, William Faulkner. Por si fuera poco, su compañero de rodaje era Humphrey Bogart, un actor que venía de rodar el Sam Spade de El halcón maltés y el Ricki de Casablanca. El broche de oro de este acontecimiento laboral y artístico fue la relación sentimental que comenzó entre ambos protagonistas y que duraría 13 años, hasta la muerte de Bogart en 1957. Aún haría dos películas más con su marido: La senda tenebrosa (Dark Passage, 1947) de Delmer Daves, y Cayo Largo (Key Largo, 1948), de John Huston. La actuación conjunta de Bacall y Bogart ha pasado a la antología de las parejas con química en Hollywood y los diálogos y las réplicas entre ambos, en general, provocativos, están en la mitología del cine. Especialmente recordado es el famoso: “Si quieres algo, no tienes más que silbar. ¿Sabes cómo se hace?” de Tener y no tener (escena nº 4, Vivian Sternwood llama a la policía desde el despacho de Marlowe y escena nº 10, Vivian y Marlowe confiesan estar enamorados, de regreso de la casa de juegos de Eddie Mars).

CONCLUSIÓNA Howard Hawks acabó por atragantársele El sueño eterno. Cualquiera que conozca las novelas de Raymond Chandler no culpará de la complejidad de la trama a la pareja de actores. Ya se encarga Chandler de hacer imposible el seguimiento lineal de sus historias y quizá El sueño eterno, la primera novela que publicó cumplidos los 51 años, en 1939, sea el paradigma esencial de ese especial lío. Leer a Chandler, además de disfrutar con sus diálogos extraordinarios, siempre exige una atención especial al seguimiento del argumento, lo cual resulta, a veces, imposible porque Chandler y sus personajes hacen lo que les da la gana. Poco importa la lógica de los acontecimientos e incluso dejarse olvidado a mitad de camino a algún que otro personaje que, no sabemos por qué aparece y desaparece arbitrariamente con el único objetivo de volver loco al lector y tratar de encontrar esa pieza en el puzle general. Inútil, no hay hueco. El sueño eterno es una película que se ve, se escucha y se siente con auténtico placer. Mucha parte del mérito lo tiene el protagonista literario: Philip Marlowe, el prototipo del detective privado. Bogart logró una imagen tan potente como imborrable. Bogart es todos los detectives privados que son y serán.

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