3. Teniendo en cuenta las condiciones actuales del país, la filosofía debe seguir cuestionándose sobre la realidad social y la libertad de pensamiento. ¿Por qué sobre la realidad social? Porque Colombia cada vez ha tenido peores políticas y los que sufren las consecuencias son los habitantes. Las personas pobres que nacieron en familias pobres, suelen vivir en condiciones deplorables, ambientes llenos de violencia, de terror… no es una buena calidad de vida, bueno si es que a eso se le puede llamar “vida”. Dentro de la realidad social del país, son afortunadas las familias que logran tener una buena vivienda, comida etc. Porque con un solo paso en falso, se puede venir abajo todo lo que muchos construyen a diario con su esfuerzo y dedicación.

¿Por qué sobre la libertad de pensamiento? Porque en Colombia hasta el pensamiento esta monopolizado, no puede haber buenas ideas que no agraden a unos pocos, es todo o nada. Por el solo hecho de razonar, y de pensar, muchas personas son asesinadas y privadas de su preciada libertad, por ese hecho todos los días se realizan manifestaciones físicas e ideológicas para frenar las barreras de pensamiento que nos han impuesto; Incluso en algunos colegios está prácticamente prohibido pensar en otras cosas que no sean los deberes escolares, los profesores, la clase de matemáticas etc. Si bien la educación es la base de ciudadanos de bien, entonces lo que los colegios están logrando, no es mas que crear ciudadanos de “no tan bien” reprimiendo sus pensamientos y excluyendo cualquier tipo de ideología que no coincida con la que ya esta impuesta. Por otra parte, el poder conservador que aun tiene Colombia hace que constantemente en los hogares hayan discusiones por no pensar “igual” por tener “cucarachas en la cabeza” por tener ideas tan “retrogradas”. Claro, porque si el colombiano se niega a rezar el padre nuestro, es tildado de sacrílego, impío, hereje, pagano y demás.

La situación de Colombia con respecto al pensamiento y a la sociedad, va en detrimento, se manejan métodos contradictorios y cada vez son más las caras tristes que se miran en las calles. Para saber la función de la filosofía colombiana en base a la realidad social y la libertad de pensamiento en Colombia en la actualidad primero debemos saber cual es la realidad actual del país. Observamos violaciones a los derechos humanos por doquier: secuestros, matanzas, abusos sexuales, robos, y las condiciones indignas que viven algunos colombianos. Resumiendo: la realidad social actual de Colombia es una injusticia social que es común en países tercermundistas, las personas son ambiciosas y se encuentran en una constante inconformidad, los colombianos buscan una felicidad material, “quisiera tener tal cosa”, y cuando se la obtiene al no sentirse feliz busca otra meta material convirtiéndose en un ciclo que solo consigue egoísmo y un darwinismo social en donde el colombiano solo depende de si mismo, promoviendo una hipocresía y una falsa amistad con los otros que solo son usadas como intereses propios. La filosofía colombiana debe hacer caer en cuenta que los bienes materiales nunca nos van a dar la felicidad (esto siempre lo ha dicho la religión católica a sus feligreses), hacer ver lo que verdaderamente necesitamos, quitarnos el hambre de poder, pero primero crear un ambiente de justicia para que el poder deje de ser una necesidad; segundo, para que haya libertad de pensamiento la filosofía colombiana trabajara en quitar el miedo a expresar nuestros pensamientos, un miedo irracional que se basa en el temor que a los otros nos les agrade lo que digamos o hagamos, pero el hecho de liberarnos de este miedo no significa que vamos a poder hacer lo que se nos venga en gana, sino que aumentara el

valor de la honradez en la sociedad colombiana; y la tercera función de la filosofía colombiana es hacer que los colombianos sientan amor por lo que hacen, por lo que poseen y por lo que viven; esto se aplica en Colombia significativamente en el amor que sentimos hacia la familia y los amigos, una unión incondicional que nos ayuda a soportar las injusticias de la actualidad