Filosofia de La Muerte

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Marco Teorico

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  • NOTAS SOBRE UNA VISIN FILOSOFICA DE LA MUERTE

    Velez, J. (1995). El Hombre: Un Enigma. Colombia: CELAM Pg. Cita Tema 417 Superficialmente la muerte parece negar a la vida y por

    tanto quitarle sentido, pues, si al morir, el hombre perece o se acaba, y simultneamente prev su futura muerte, no podra existir tranquilo, pensando que no puede vivir ms, y que su ser se va a acabar, sin saber adems cundo ni cmo va a sobrevenir ese momento decisivo de su vida.

    418 La muerte, sin embargo, debe dar la respuesta definitiva de si mi existencia tiene sentido, de si vale la pena ser en el mundo, ser con los dems, ser histrico, ser tico (hacer el bien moral), o si ms bien todo eso carece de sentido y es intil, puesto que con la muerte todo se hundira en la nada. Si la muerte no me da luz en este problema, el aburrimiento, sensacin del "sin-sentido", me llevar a la parlisis en la vida, pues cuando no se tiene una meta, un por qu vivir y un para qu, el nimo de vivir se estanca, no hay impulso ni para continuar viviendo ni para actuar.

    418 Por lo mismo que la vida es lucha incesante por no morir, la vida carecera de sentido si la muerte fuera un final desastroso, una ruina, y esa misma lucha no tendra razn de ser ni habra para qu vivir.

    419 La muerte puede considerarse: *Como cada en el vaco o hundimiento de todo ser o de todo viviente y particularmente del hombre. v' Como ruptura del vnculo entre el alma y el cuerpo. "Corno separacin de un alma que comenzara una nueva vida subsistiendo sin cuerpo. "Corno hecho trgico que acaba con la vida biolgica, pero a la vez, como hecho natural, porque el cuerpo se va deteriorando inexorablemente y las facultades mentales se, van apagando con los aos. "Corno pena por el pecado, de acuerdo a la revelacin. "Corno constitutivo existencial, segn Heidegger, que nos hace vivir autnticamente para que as "vayamos madurando para morir". "Corno prtico al final del camino y del tnel, que se abre a la luz de la vida definitiva.

    Consideraciones de

    la muerte

    419 El problema sobre la muerte no es saber en qu consiste morir, cundo, cmo y por qu mormos, sino qu significa la muerte para nosotros que debemos realizamos como seres "con otros en el mundo".

    Problema de la

    muerte: el

    significado.

  • 420 la nica descripcin fenomenolgica posible de la muerte ser una aproximacin conciencial del morir mismo, para ver en la conciencia nuestra cmo la presentimos; tambin para ver qu nos dice anticipadamente, al escudriar en ella aquel sedimento de memoria colectiva, algo muy hondo en la naturaleza humana y que de ninguna manera es despreciable como si fuera producto de prejuicios transmitidos.

    Fenomenologa de

    la muerte

    420 Para Heidegger, el hombre es "ser para la muerte", porque como "existencia o Dasen", su ser consiste en estar siempre ante la nada o posibilidades de ser, las que como tales, no son. Entre esas posibilidades, la ltima y definitiva realidad es la muerte, que por lo mismo anula toda posibilidad de vivir ms, hasta tal punto que ya no importa qu suceder ms all de la muerte. No obstante, insiste el filsofo existencialista, la muerte ha de ser asumida y preparada por la existencia "autntica", como algo propio e intrnseco del "ser para la muerte", no como algo que le adviene de fuera, a modo de golpe de tijera en el hilo de la vida, segn la leyenda grega de las parcas. Por eso, el u quehacer autntico del existir" consiste en madurar para la muerte. Lstima que consideraciones tan positivas se empaen, al eludir buscar el sentido clave de la muerte, que nos remite al ms all; todo ello debido a que el autor se cerr desde su obra inicial ("Ser y Tiempo") a la trascendencia del "Dasein".

    421 Para Sartre, con su "ontologa fenomenolgica" que ve la conciencia como no ser, la muerte se vuelve negacin de todas las posibilidades y hace absurda a la vida, la que a: su vez no tiene razn de ser, porque es pasin intil, es perseguir una meta que se aleja ms y ms o que no pasa de ser ilusin. Expermentar fenomenolgicamente la existencia, no es ms que llevar hasta sus ltimas consecuencias esa gratuidad o "estar de ms", vivenciando la nusea hasta el paroxismo que lleva a vomitarla; as todo intento de solucin de una conciencia que se trascienda o pretenda salir de s amando a otros aqu o en otra vida es vano, pues el amor es un absurdo. Como no hay .explcacn para la existencia, tampoco para la muerte. Sin embargo, al final de su vida, en tres entrevistas (1980) confiesa que la existencia tiene una esperanza, sin concretar en qu se funda.

    421 Para el marxismo la muerte no ha de preocupar o perturbar la vida; el hombre slo tiene sentido en cuanto "ser social" que vive para el futuro histrico de la sociedad; esperar, por consiguiente, un ms all; una inmortalidad

  • personal, no cabe en la mente colectivista del materialismo histrico, ni cabe buscarle sentido a la muerte. Y sin embargo, en sta, como en las anteriores teoras, se le exige al hombre una actitud de valenta, la que es absurda porque exige afrontar el sinsentido de la muerte y contrara el ansia innata de un ms all; as esas soluciones dejan sin respuesta el problema de la muerte, porque consideran el amor como un "sin-sentido".

    422 Para los dualismos, tanto de Platn como de los racionalistas (Descartes, Spinoza o Lebniz), aunque no hagan propiamente fenomenologa, la muerte, es tajante separacin de cuerpo y alma, y por lo mismo, liberacin de lo corporal, considerado como rmora, crcel o sepulcro, mquina, modo de extensin de la nica sustancia divina , mnada extensa , y de todas formas, impedimento para el espritu. Tampoco estas interpretaciones satisfacen, pues como ya vimos en :

  • enfocaron a la luz del amor. 423 Hoy para muchos filsofos y telogos, despus de

    profundizar sobre las ltimas consecuencias de un hilemorfismo coherente, como ya expusimos, parece "casi inconcebible" pensar en una forma sustancial del cuerpo que pueda subsistir con su mismidad de ac en la otra vida, sin informar una materia, obviamente espiritualizada. Santo Toms sostena que el alma separada conservaba en la otra vida "una trascendental relacin al propio cuerpo", lo que Rahner explica llamndola "relacin acsmica", como parte que es del todo csmico. "

    423 De todos modos, para los modernos pensadores la muerte afecta a todo el hombre y no slo al cuerpo; tesis sta que se opone a la concepcin dualista, y que de ninguna manera quiere decir que el espritu humano muera, sino que con la muerte todo el hombre pasa a otra manera de existir. La muerte, segn lo dicho antes, consistira en una purificacin anloga a la que se da cuando se quema una sustancia: de semejante manera, la muerte hara de fuego, mediante el cual, el espritu materializado o "encarnado", que durante esta vida ha ido espiritualizando la materia (toda sensacin es mutua accin de espritu y materia como lo es toda inteleccin), deja como residuo la' materia fsica que ya pasa a descomponerse, y que sera el cadver, el cual no se identifica con el cuerpo animado sustancialmente por el espritu.

    424 La muerte impacta o compromete no slo al cuerpo sino tambin al alma; o mejor, es un evento que sucede o afecta a todo ser humano, que es unidad sustancial. Por tanto, la inmortalidad no puede ser para solo un coprincipio, como si para el otro no dijera nada.

    424 Con la muerte, el hombre no se acaba; verdad hondamente sentida y conviccin indiscutiblemente universal.

    425 Tampoco satisface la interpretacin de los "reencarnacionistas" pues hacen consistir la inmortalidad en muertes sucesivas (cuntas?) no definitivas. Por otra parte, esa teora tiene varas objeciones: lgicamente niega la libertad humana, pues el hombre tendra necesariamente que salvarse a fin de cuentas y no podra empearse en no realizarse; o tendramos que admitir muertes indefinidamente numerosas, lo cual tampoco es inmortalidad.

    425 Hoy, ante tantas vicisitudes e incertidumbres, y despus de reflexionar sobre la unidad intrnseca del alma como forma sustancial del cuerpo, en lo que tanto hemos

  • insistido, parece ms congruente recurrir a una va filosfica antropolgica que busque en la raz de la dimensin metafsica del hombre, la razn de su inmortalidad.

    425 En efecto, como expone Gastaldi (28, p. 354-356), cada hombre por ser "alguien" (ser consciente o persona) frente a Dios, demuestra que merece garantizarle su inmortalidad, pues sin sta no se tiene una vida en plenitud. Por otro lado, slo con la inmortalidad se verifica esa " llamada" del Creador a toda "persona", con la que se distingue de las cosas. Adems, la inmortalidad demuestra que Dios no se relaciona con el hombre por ventaja propia sino por amor, pues la creatura nada le aade a El: el amoroso plan divino slo busca unir al hombre con el amor eterno. Por consiguiente, unas relaciones tan profundas del ser humano con su Creador no valdran, si Dios slo amara por un tiempo, como se aman las cosas perecederas. Ms an, si el amor humano exige y busca la perennidad del amado, sin que pueda obtenerlo por s solo, Dios, amor infinito, debe querer la perennidad de la persona humana. Cmo se realizar esa comunin, es objeto de esperanza que slo la fe, y no la razn filosfica, puede asegurar y decir cmo y en qu grado realiza Dios ese amor eterno.

    426 Acabamos de ver que el hombre, "ser para la muerte" no tiene sentido sino trascendindose, como tampoco lo tiene, ni como "ser en el mundo" ni como "ser con los otros" ni como ser histrico ni como ser tico, sino "trascendndose" o sobrepasndose a s mismo; es decir, no se realiza sino superndose. Encerrado en su inmanencia, en el crculo de su propio yo, se vuelve un absurdo, un "estar dems", sin saber por qu ni para qu vive, como conclua el existencialismo cerrado de Sartre.

    426 Ahora bien, para sobrepasarse a s mismo, el hombre, que es, en cuanto persona, un valor en s, presupone otro valor distinto de l, que simplemente l mismo no lo posee sino que lo experimenta ser impulsado hacia adelante, a superarse, a ir ms all. Este valor superior al hombre, no puede ser otro ser contingente, particular o finito, ni tampoco la sociedad misma, pues ninguno de ellos satisface el ansia indefinida de conocer ms ser y de participar de ms bondad; por consiguiente, se requiere un bien infinito que no es el hombre mismo ni creatura alguna.

    427 As pues, sin un Valor absoluto, entendido como aqul que no es limitado o condicionado, y por tanto, no creado, es decir, sin Dios, el hombre no se explica, porque su ser y su

  • obrar quedan sin sentido. Esto se confirma al reflexionar que, cuando s rechaza a Dios, el hombre se hace dolos, es decir toma como valores absolutos a las cosas, personas o instituciones. Y la razn es obvia: vimos, y lo confirma la propia experiencia, que la naturaleza humana, se frustra cuando busca como fin ltimo esos dolos: y tambin lo confirma la historia reciente de la humanidad, pues ni la raza absolutizada por el nazismo, ni la sociedad colectiva aclasista como fin supremo para. el marxismo, ni la nacin absolutizada por la ideologa de la seguridad nacional, ni el progreso o desarrollo material e indefinido proclamado como meta segura del capitalismo "ilustrado", lograron darle al hombre una satisfaccin siquiera humana.

    427 Si el trmino de esa relacin que es religacin con un Ser supremo, no existiera realmente, es decir, si el Absoluto no se diera como alguien real, el hecho religioso incontrovertible no tendra explicacin. En otras palabras, siendo la dimensin religiosa una tendencia natural del hombre, ("el hombre espera por naturaleza algo que trasciende su naturaleza"), no se realiza como ser humano, sino trascendendose, es decir, orientndose a otro T que polarice esa relacin; no puede ser ese t un trmino tambin en vas de realizacin, pues un t finito no satisface al hombre. Slo un T que plenifique las ansias de ser y bondad, y que no es otro sino Dios o el Absoluto,

    Garca Cuadrado, Jos ngel (2010).Antropologa Filosfica. Una Introduccin a la Filosofa del Hombre. 5ta Ed. Espaa: EUNSA

    Pg. Cita Tema 237 ante la muerte, donde se advierte que la vida se

    escapa por completo al control del hombre: nadie me pregunt si quera venir al mundo y nadie puede hacer nada para quedarse en l 1. La muerte en el hombre no slo es un hecho que se presenta al trmino de la vida, sino que se anuncia a travs del dolor y de la enfermedad a lo largo de la

  • existencia.

    238 Ciertamente quienes sostienen un materialismo o naturalismo antropolgico estricto la muerte slo supone la diso- lucin de la propia individualidad volviendo a la materia donde surgi 7. El miedo a morir slo es el reflejo del instinto bsico de autoconservacin propio de todo viviente.