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fin de la edad media. el siglo XVI Historia del libro. dahl, Svend. La impresión con tipos móviles en China y en Europa. En China se usaba la impresión en madera y en el siglo XVI comenzó el uso de los tipos sueltos de barro cocido y más tarde de metal. Cada signo gráfico individual se tallaba en un tipo y las hojas del libro se componían con todos estos tipos sueltos y cuando se había realizado la impresión se podían separar los tipos y ser reunidos de nuevo en otras páginas. Este método no obtuvo una amplia aplicación en China; en Europa, por el contrario, se opera con un alfabeto compuesto por un corto número de letras, pudo el arte de imprimir con tipos sueltos convertirse en un descubrimiento de sentido revolucionario para toda la producción bibliográfica. Para libros de mayor volumen el método xilográfico resultaba demasiado incómodo. Pero con el descubrimiento de los tipos sueltos y de un instrumento para fundirlos, quedaban abiertas a la producción del libro perspectivas grandiosas y completamente diferentes. La invención se realizó con absoluta independencia de los modelos orientales y fue debida al alemán Johann Gutenberg. Gutenberg inventa el instrumento para fundir tipos. Gutenberg pertenecía a la respetable familia burguesa de Gensfleisch, de Maguncia, nacido en 1400. Es verosímil que Gutenberg recibiese aprendizaje como grabador o como orfebre; pero por las contiendas que devastaron su ciudad natal en 1420 entre los artesanos y familias burguesas, abandonó su ciudad y se sabe que en 1434 residía en Estrasburgo. Existe base suficiente para

Fin de La Edad Media

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fin de la edad media. el siglo XVI

Historia del libro. dahl, Svend.

La impresión con tipos móviles en China y en Europa.

En China se usaba la impresión en madera y en el siglo XVI comenzó el uso de los tipos sueltos de barro cocido y más tarde de metal. Cada signo gráfico individual se tallaba en un tipo y las hojas del libro se componían con todos estos tipos sueltos y cuando se había realizado la impresión se podían separar los tipos y ser reunidos de nuevo en otras páginas. Este método no obtuvo una amplia aplicación en China; en Europa, por el contrario, se opera con un alfabeto compuesto por un corto número de letras, pudo el arte de imprimir con tipos sueltos convertirse en un descubrimiento de sentido revolucionario para toda la producción bibliográfica.

Para libros de mayor volumen el método xilográfico resultaba demasiado incómodo. Pero con el descubrimiento de los tipos sueltos y de un instrumento para fundirlos, quedaban abiertas a la producción del libro perspectivas grandiosas y completamente diferentes. La invención se realizó con absoluta independencia de los modelos orientales y fue debida al alemán Johann Gutenberg.

Gutenberg inventa el instrumento para fundir tipos.

Gutenberg pertenecía a la respetable familia burguesa de Gensfleisch, de Maguncia, nacido en 1400. Es verosímil que Gutenberg recibiese aprendizaje como grabador o como orfebre; pero por las contiendas que devastaron su ciudad natal en 1420 entre los artesanos y familias burguesas, abandonó su ciudad y se sabe que en 1434 residía en Estrasburgo. Existe base suficiente para suponer que se trataba de la impresión y que Gutenberg en 1438, se encontraba trabajando en su invento

El motivo de inspiración para los tipos móviles se lo proporcionaron los hierros de los encuadernadores, que eran en realidad también una especie de “tipos sueltos”, que podían constantemente ser unidos y separados de nuevo; se conocen encuadernaciones, que datan de las primeras décadas del siglo XV, con inscripciones impresas con tipos de metal sueltos.

Un año más tarde consiguió que Johann Fust le prestase 800 florines para la adquisición de herramientas y otro material necesario para la impresión de una Biblia latina (1456). Se produjeron desavenencias entre Gutenberg y Fust, su socio capitalista, cuyo resultado final es

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desconocido; Gutenberg, sin embargo, tuvo que devolver el primero de los préstamos con los intereses y parte de su material pasó a la propiedad de Fust.

La difusión de la imprenta. Las primeras imprentas.

Cuando Fust entró en posesión de parte del material de Gutenberg, inició él mismo una imprenta en asociación con otro alemán, Peter Schöffer, antiguo copista y dibujante de iniciales en París que había trabajado en el taller de Gutenberg. Schöffer fue el alma de la empresa, mientras Fust fue tan solo el capitalista, y después de la muerte de éste continuó Schöffer solo la imprenta durante un largo período, hasta su muerte en 1503. Schöffer fundió sus propios tipos, y superó a Gutenberg en precisión y solidez; tampoco se limitó a utilizar el material tipográfico de Gutenberg.

Los talleres tipográficos más antiguos mostraban el mismo aspecto que nuestras imprentas hasta que la introducción de las máquinas cambió su carácter. El recinto se encontraba dominado por las grandes prensas de madera de roble, fijas al suelo y al techo. La platina se prensaba sobre la hoja de papel colocado sobre la composición; la prensa funcionaba por medio de un pesado huso de madera y se necesitaba una fuerza considerable para obtener la requerida presión.

La composición se realizaba a mano igual que en la actualidad. Se la entintaba con la ayuda de un par de almohadillas de cuero con manijas, llamadas balas, análogas a las empleadas para los libros xilográficos. Gutenberg desarrolló poco a poco un ingenioso sistema de escritura que no sólo incluía las siglas y letras dobles conocidas de los manuscritos, sino también una forma especial de tipos.

Los libros impresos más antiguos

Muchos de los libros impresos más antiguos son de gran importancia artística, debido en particular a que se encuentran apoyados en la tradición de los manuscritos medievales. Los primeros impresores tomaron como modelos los manuscritos; de acuerdo con éstos grababan los tipos, imitaban exactamente la confección de la página y en aquellas cosas en que no era posible el auxilio de la imprenta -la ejecución de iniciales y otras ornamentaciones-, buscaron las colaboraciones de los viejos métodos y admitieron la paleta de los iluminadores. De esta forma lograron en grado asombroso trasladar por completo la apariencia del códice de pergamino medieval al libro impreso y producir obras que no desmerecen en belleza junto a los manuscritos iluminados.

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La Biblia de Gutenberg suele llamarse de las 42 líneas, porque éste es el número de líneas por columna que suele haber en sus páginas, pero también se le conoce por la Biblia de Mazarino, ya que el, primer ejemplar de que se tuvo noticia fue descubierto en la biblioteca de aquel cardenal francés.

Otra famosa edición de la Biblia, la llamada de Schellhorn, de 1459, tiene 36 líneas por columna; se conservan sólo 13 ejemplares. Fue impresa en Bamberg, quizá por Gutenberg; en todo caso, se emplearon tipos utilizados por él.

Otra obra célebre atribuida por muchos a Schöffer, en 1460, es el Catholicon de Johannes Balbus, especie de diccionario impreso con una peculiar letra pequeña.

Introducción del grabado en madera. Los libros ilustrados más antiguos.

Los libros impresos comenzaron a alejarse del ejemplo de los manuscritos y se pasó a imprimir ilustraciones en el texto, en vez de dibujarlas después de haber sido éste impreso. Ya era conocida la impresión de ilustraciones por los libros xilográficos. Estas ilustraciones grabadas en madera fueron incorporadas rápidamente a los libros impresos con tipos sueltos, de forma que las planchas en las que se habían grabado las ilustraciones se incorporaban a la columna y se imprimían a la vez que la composición.

El primer impresor de quien se tiene noticia que empleó el grabado en madera en sus libros fue Albrecht Pfister, de Bamberg, quien se ganaba la vida con las ilustraciones de láminas de santos, naipes y otros impresos xilográficos grabadas en madera. En 1461 publicó el Edelstein (Piedra preciosa), colección de fábulas en alemán.

Un paso en la progresión desde el primitivo grabado en madera al período de Durero está representado por la Biblia de Colonia de 1478, la más famosa de las Biblias ilustradas que a lo largo del tiempo han hecho época en la historia del arte del libro. Sus ilustraciones, el grabado en madera y el rico sombreado conceden forma material a las figuras.

Otros grandes libros ilustrados de las últimas décadas del siglo XV son la narración del viaje a Tierra Santa de Bernhard von Breydenbach (de Erhard Reuwich, 1486); el libro sobre plantas medicinales Gart der Gesundheit (Hortus Sanitatis, Jardín de la Salud, 1485), por Schöffer y Reuwich; y la famosa Weltchronik (Crónica Universal) de Hartman Schedel en 1493. Los dibujos son debidos, entre otros, al maestro de Durero, Michael Wohlgemuth.

Desarrollo de la imprenta en Italia. Establecimiento de la letra romana. La ornamentación de Ratdolt.

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Poco después del saqueo de Maguncia los adeptos al arte de la imprenta aparecieron en otros países: Italia. La primera que los atrajo y en 1465 dos discípulos de Schöffer, Conrad Sweynheim y Arnold Pannartz, establecieron una imprenta en un convento de Subiaco, cerca de Roma, y emplearon letra gótica.

La letra romana (antiqua) tiene formas redondeadas sin ángulos ni aristas y por ello es más sencilla d grabar y de más fácil lectura que la gótica. Su estilo antiguo la hace más clara y elegante, pero también más sobria, y carece de la plenitud, la vida y la alegría que caracterizan a muchos de los tipos góticos y que armonizan tan cabalmente con el vigoroso grabado en madera.

El gran centro comercial de Venecia ofrecía óptimas oportunidades para una fecunda actividad y en ella encontramos a los hermanos Johann y Wendelin de Spira (con los sonetos de Petrarca), y al grabador francés Nicolás Jenson, quien, para su uso personal diseñó otro tipo de letra romana, que le ha proporcionado fama y también ha sido imitada una y otra vez, especialmente por tipógrafos ingleses y americanos, en los tiempos más recientes.

La página inicial de los libros queda encerrada completamente en una amplia orla renacentista y con brillante fantasía se varían los motivos: columnas y jarrones, hojas de acanto y de vid, animales fantásticos, cabezas de personajes y máscaras, etc.; a ello hay que agregar las más bellas iniciales, en blanco sobre fondo negro, enmarcadas con un rectángulo.

La importancia de los libros de Ratdolt se basa en sus elementos puramente decorativos e imprimió muchos libros ilustrados y ostenta el mérito de haber sido el primer impresor que intentó la difícil impresión.

Desarrollo de la imprenta en otros países.

El arte de la imprenta llegó a los otros países, aparte de Alemania e Italia, en los años posteriores a 1470. En los Países Bajos los primeros libros fueron impresos en Utrecht. Los libros holandeses, como los alemanes, se encuentran impresos con diferentes variantes de letra gótica, tiene típicas formas redondeadas y se llama por ello gótica redonda (rotunda).

El más famoso de los impresores belgas primitivos es Colard Mansion, de Brujas; originalmente librero y copista, en 1475 utilizó letras grabadas según manuscritos flamencos. El primer impresor inglés, William Caxton, fue en sus comienzos mercader en paños, pero más tarde se aficionó a la literatura y se convirtió en un experto traductor.

En contra de lo que pudiera suponerse, la imprenta no se estableció en Francia hasta 1470, en que dos profesores de París invitaron a tres alemanes, Miguel Freiburger, Ulrich Gering y

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Martín Krantz, a fundar un taller tipográfico en la Sorbona, con el encargo de que imprimiesen una serie de textos latinos, necesarios a la Universidad.

Maestros alemanes introdujeron en España el arte de imprimir. Juan Párix de Heidelberg, imprimió en Castilla y en Segovia (1472) las actas de un sínodo celebrado en esta ciudad.

El primer impresor establecido en la Alemania del Norte fue Lucas Brandis; otros miembros de la familia Brandis trabajaron después y diseñaron un tipo especial de rotunda gótica. Johann Snell, fue el primer impresor no sólo de Dinamarca, sino también de Suecia. Años después volvió otro impresor de Lübeck, Bartholomäus Ghotan, a establecerse en Suecia, donde imprimió un misal para la diócesis de Strängnäs (1487).

El arte de la imprenta llegó a Copenhague hacia 1489 con el antes citado holandés Gotfried Van Os, que allí se llamó Gotfred af Ghemen y que allí trabajó hasta su muerte en 1510. Primero imprimió un donato, más tarde, Den danska Rimkronike “La crónica rimada danesa”, 1495, el primer libro impreso en danés.