Fin Del Relato Progresista progresita en América latina

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Salvador Schavelson aborda en un pequeño artículo el momento actual (2015) en relación al agotamiento del modelo desarrollado por los gobiernos denominados progresistas en Amérivca Latina, pues tanto a la izquierda como a la derecha de ese centro ocupado por le progresismo, se advierte la emergencia de fuerzas críticas y contrarias, que están respondiendo com movilización social.

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  • :: portada :: Amrica Latina y Caribe ::

    22-06-2015

    El fin del relato progresista en Amrica LatinaSalvador SchavelzonLa Razn (Bolivia)Sustituyendo clase trabajadora y movimientos sociales o indgenas por familia y clase media, el progresismo y la izquierda en el poder dejan de serlo por el camino de la seguridad y el consumo de nuevos nacionalismos desarrollistas

    Se puede hablar de final de ciclo para los gobiernos progresistas en Amrica Latina? Cuando hacepoco se sucedieron triunfos electorales en Uruguay, Brasil, El Salvador y Bolivia, la preguntapareci disiparse. Pero ella vuelve por otros caminos. No necesariamente el de tambin recientesderrotas en grandes ciudades o regiones de Brasil, Ecuador, Argentina o Bolivia. stas han tenidocierto peso simblico, pero parecen remitir a un nuevo equilibrio ms que a la interrupcin delapoyo a nivel nacional. Lejos de las urnas, ms bien, un posible momento de cambio todavaindeterminado parece sentirse en el agotamiento de un modelo y en la transformacin interna de lanarrativa poltica progresista, plurinacional o bolivariana.

    Tanto a la izquierda como a la derecha del espacio poltico en que los gobiernos progresistas seestablecen como centro, asistimos una reorganizacin de fuerzas y movilizacin en varios pases. Elmapa de la situacin poltica no es homogneo ni puede generalizarse, pero cierta inquietud setransmite desde la razn "gobernista", trmino utilizado en Brasil para referirse a la defensamilitante del gobierno, que no asume ni la ms mnima crtica. En ese pas, despus de las primerasmedidas de gobierno que siguieron al triunfo por mnima diferencia en las elecciones de octubre de2014, el "gobernismo" muestra una notable dificultad para sostener el "relato" en que se sustenta.

    De hecho, quizs sea Brasil donde el problema del fin de ciclo se muestra con mayor claridad. Alfinal, las movilizaciones opositoras de cuo expresivamente conservador en Argentina y Venezuelase vienen sucediendo sin que el apoyo hacia los gobiernos deje de ser firme y probablementesuficiente para ganar otra eleccin. Fuertes movilizaciones campesinas e indgenas en Ecuador yBolivia, por otra parte, no horadan hasta ahora el voto mayoritario de Morales y Correa. En Brasil,las ltimas mediciones de abril y mayo sobre imagen positiva de Dilma Rousseff llegaron al 7% enuno de los grandes institutos y en cerca de 10% en otros. Lula da Silva, probable candidato para2018, no deja de ser afectado por el descontento. Es que, adems de una oposicin indignada, lacrtica al gobierno alcanz rpidamente la masa de votantes propios. Para el "gobernismo" mscnico, sin embargo, el neoliberalismo es una fase ya dejada atrs y la falta de popularidad se debeexclusivamente, tanto a una crisis en la que no tienen responsabilidad, como al trabajo de losgrandes medios.

    BRASIL. En realidad, la popularidad de Dilma Rousseff ya haba sido baja en el estallido de junio de2013 y durante la copa del mundo, dos momentos en que la indistincin del PT (Partido de losTrabajadores) con el poder empresarial y los partidos conservadores con los que cogobierna, o dela oposicin, se mostraban evidentes desde las calles. Esta imagen de frente conservador, donde elprogresismo se integra, es la base de la situacin poltica que quiebra el relato.

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  • En sentido opuesto, la eleccin presidencial de 2014 permiti al PT recuperar sus votanteshistricos en una notable polarizacin del electorado, que elimin a Marina Silva asocindola alneoliberalismo, y a Aecio Neves a fuerza del foco en lo social. Un voto desencantado, sin embargo,fue seguido por una verdadera indignacin frente al armado del gabinete de ministros y lasprimeras medidas. La Presidenta asumi polticas de ajuste y austeridad, en sentido notablementecontrario de lo prometido en la campaa electoral que todava resonaba en los odos.

    Por intermediacin de Lula, el PT incorpor al responsable econmico del programa de laoposicin, y dio lugar a un recorte de gastos que pesara especialmente sobre la clase trabajadora yla educacin. Otro nombramiento de impacto fue el de Katia Abreu en el Ministerio de Agricultura,homenajeada tiempo antes por los pueblos indgenas con el premio de "Miss Motosierra de Oro",por su papel en la defensa de crmenes ambientales y el avance del agronegocio sobre tierrasindgenas, dos causas de amplia sensibilizacin en la ciudad.

    Al mismo tiempo, los gestos hacia los mercados no sirvieron para neutralizar manifestaciones decientos de miles que pedan la destitucin de Dilma, que con un discurso anticorrupcin sealiza laposibilidad de un cierre del ciclo por el camino ms conservador. Estas voces que salieron a la callese expresan tambin en un congreso donde aumenta la influencia de la bancada "de la Bala, elBuey y la Biblia (BBB)", con control de la Cmara de Diputados y con mucho ms influencia sobre elgobierno que los movimientos sociales. Sectores conservadores en la base del gobierno y laoposicin consiguieron que el gobierno frenara iniciativas educativas antihomofbicas en curso, yse preparan esta semana para aprobar una enmienda constitucional que reduzca a 16 aos la edadde la mayora penal, despus de haber aprobado la generalizacin de la tercerizacin, antesrestringida, para todos los sectores de la economa.

    Habindose alejado del proyecto de cambios que lo llev al poder, sin capacidad para movilizar nipara frenar institucionalmente reformas conservadoras, y siendo partcipe de las mismas enalgunos casos, como el del deterioro de los derechos del trabajo, el fin de ciclo se da con elprogresismo en el comando, que incluso podr volver a ganar desde un enfrentamiento electoralcon los sectores con los que, en realidad, cogobierna.

    MODELO. Aunque una derrota en Venezuela o Argentina sera significativa para la liga depresidentes del espacio que inaugur Chvez en 1999 y que hoy gobierna varios pases, el fin deciclo pasa por la aceptacin de un modelo conservador, evaluado como condicin necesaria para laestabilidad y continuidad poltica. Las encuestas y el clculo electoral determinan as el proyectopoltico, que tiende al culto de lo institucional y la tecnocracia, aunque mantenga un discurso queconstruye su electorado a partir del nfasis en lo social. En Argentina, en ese sentido, elkirchnerismo se dispone a defender en la campaa a un candidato que nunca goz de su confianza,pero que se acepta por medir mejor en las encuestas. Daniel Scioli, lanzado polticamente porCarlos Menem, demuestra que el peronismo sigue siendo ms que el kirchnerismo y se presentadesde posiciones polticas que no se diferencian de las de sus rivales del espacio conservador.

    La vieja poltica tambin se introduce en el MAS de Bolivia, desde una visin hegemonista que loempea hace tiempo a recurrir a figuras mediticas o recicladas de la oposicin, como si lasdecisiones electorales y acuerdos no tuvieran consecuencias en la gestin y rumbo poltico. As, se

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  • abandonan objetivos que vayan ms all de la ocupacin de las instituciones, sustituyendo lamovilizacin popular por la incorporacin de posiciones, visiones y demandas del enemigo, dejandoatrs los tiempos que siguieron a la eleccin de Evo Morales en que hubo intentos de proponerreformas ms contundentes o cuestionar la forma y funcionamiento del Estado, ms all de quienocupara el silln.

    La imposibilidad de regeneracin y vuelta a los orgenes, por otra parte, se limita desde la propiadinmica del sistema poltico, que financia las campaas desde el sector empresarial; o en ladependencia estatal de ingresos producto del peor desarrollo y el extractivismo, base tambin dealianzas espurias con caudillos locales y capital multinacional, sin responsabilidad ni horizonte msall de la bsqueda del retorno ms rpido posible de las inversiones. Buena parte de las polticassociales son fruto de estos ingresos, por lo que la marca y popularidad de estos gobiernos se asociantimamente con estos tipos de explotacin econmica sumamente dependiente del preciointernacional y con consecuencias ecolgicas desastrosas.

    En un balance, deben destacarse medidas importantes, como el avance en la articulacin regional;la declaracin de inconstitucionalidad de las leyes de impunidad de la dictadura y la asignacinuniversal por hijo en Argentina; algunos elementos de las constituciones de Bolivia y Ecuador;negociaciones soberanas de la deuda; reduccin de la pobreza y la intervencin social y deinfraestructura en barrios. El final de ciclo tambin se relaciona con la interrupcin de esasagendas, sin embargo, con un aumento de la pobreza en Argentina, y de la desocupacin en Brasil,adems de los lmites de las luchas emprendidas, que no incorporan en el reconocimiento dederechos y defensa de garantas a las periferias y pueblos indgenas que enfrentan grandes obras yexpulsin de territorios. Algunos tabs de esta poca se rompieron con negociaciones de pactosbilaterales en Ecuador, y con el encarcelamiento de opositores en Venezuela. El balance tambin esnegativo en la prometida industrializacin y salida del modelo de economa primaria dependientede precios de commodities.

    DESARROLLO. A la hora de hablar de modificaciones estructurales de la desigualdad y la matrizeconmica, los gobiernos progresistas parecen transformados por el poder y las instituciones, antesque lo inverso. Mientras recetas ortodoxas anuncian nuevamente su llegada, alejan definitivamentela posibilidad de fortalecer procesos que desde el Vivir Bien apuesten por otro desarrollo. Al mismotiempo, un nuevo marco ideolgico, asumido por buena parte del progresismo para encarar la fasepoltica actual, garantiza popularidad y la permanencia en el poder, pero a costo de abandonarprincipios anticapitalistas y demandas venidas de las movilizaciones que abrieron el ciclo polticoprogresista. Esto es claro si vemos el avance de tres elementos: la ideologa del consumo, elconsenso del desarrollo y la agenda poltica trada por sectores religiosos.

    La propaganda "gobernista" presenta el crecimiento en ndices de consumo como acceso demillones a la clase media. Adems de abandonar agendas campesinas, indgenas y obreras, ladiscusin deja de lado la revisin de prioridades en la economa y la forma de distribucin quecontina beneficiando mayormente a los ms ricos. Tampoco complementa el acceso al consumocon un acento en el acceso a salud, educacin y transporte de calidad, que permanecen ajenos alas mayoras.

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  • La llegada del papa Francisco al Vaticano, das despus de la muerte de Chvez, ya cosechretrocesos en la legislacin progresista, frenando cambios en el Cdigo Civil argentino, y dandolegitimidad a la ruptura de gobiernos con luchas de minoras que histricamente la izquierdadefendi, cortando incipientes avances en algunos pases. La transformacin que convirti aBergoglio de autoridad de una iglesia conservadora que cierra muestras de arte o no asume unaposicin crtica durante la dictadura, a lder del progresismo, no habla solamente de una operacincomunicacional, sino tambin del fin de ciclo del progresismo como lo conocimos hasta ahora.Consumo y agenda conservadora se conectan con la incorporacin de un punto de vista estatal ehiperpresidencialista, articulando con identidades polticas nacionalistas, con sus variantesbatllistas (doctrina poltica y econmica iniciada por Jos Batlle y Ordez) en Uruguay, peronistaen Argentina, emenerrista en Bolivia, cuando no de las propias dictaduras, si nos enfocamos en elmodelo desarrollista adoptado.

    Quizs deba tomarse en serio la propuesta de fundar una nueva internacional liderada por el papaFrancisco, presentada por Gianni Vattimo y aplaudida por actores del progresismo "gobernista"nucleado en el Foro por la Emancipacin y la Igualdad, en marzo de 2015 en Buenos Aires. RafaelCorrea, en esa direccin, asumi este ao una defensa sobreactuada y repentina contra lo quellam "agenda abortista", para impedir la regulacin legislativa de este tema, y de "ideologa degnero" contra derechos de minoras. El posicionamiento se suma a sus ya clsicas diatribas contraambientalistas e indgenas.

    CONSERVADORES. La poltica que interviene en los antagonismos sociales, raciales y de mpetudescolonizador, es as sustituida por valores conservadores desde una idea de confraternizacin yconciliacin, que en el fondo deja de lado la lucha contra la desigualdad, ms all delasistencialismo que encuadra y desmoviliza a los sectores populares desde el paternalismo estatalo religioso.

    El nuevo horizonte viene acompaado de un tratamiento de la disidencia como radicalismocontrario a los intereses de la nacin. En el plano geopoltico, el aumento de la represin ycriminalizacin de disidentes se articula con la visin hacia oriente, acercndose en el discurso y laeconoma a regmenes autoritarios como el de Rusia y China, tambin ya desprovistos de unhorizonte anticapitalista y emancipador.

    Sustituyendo clase trabajadora y movimientos sociales o indgenas por familia y clase media, elprogresismo y la izquierda en el poder dejan de serlo por el camino de la seguridad y el consumode nuevos nacionalismos desarrollistas. Este movimiento es claro en Nicaragua, donde DanielOrtega y el sandinismo regresan al gobierno en 2007. El acercamiento con la iglesia que lo enfrenten los 70 se da junto a la aprobacin de una ley que prohbe el aborto en cualquier situacin. Afinales del 2014, el congreso aprueba tambin, sin debate ni socializacin de informacin, una leyque da origen a la construccin de un canal interocenico, cediendo derechos soberanos por 50aos a una empresa china, reprimiendo y criminalizando campesinos y poblaciones que serndesplazadas. El ciclo poltico tambin se interrumpe cuando la poltica del desarrollo acerca agobiernos bolivarianos, progresistas o de izquierda a las gestiones nacionalistas y liberales delPer, Colombia o Mxico, sin distincin en la instrumentalizacin del poder estatal para garantizarun modelo para nada progresista.

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  • Ms que un horizonte anti o post extractivista como alternativa de poder en un nuevo ciclo, vemosaparecer nuevas derechas con discursos renovados "para la gente" y "post-ideolgicos" con labandera que perdi la izquierda de la tica contra la corrupcin. Sin participacin y bsquedas deotra poltica que conecten luchas territoriales con luchas en las ciudades, el nuevo ciclo acabarcediendo lugar a un rgimen autista e individualista que combine o alterne un nacionalismo socialde discurso religioso y un republicanismo individualista de discurso antiestatal indignado.

    Fuente: http://www.la-razon.com/suplementos/animal_politico/fin-relato-progresista-America-Latina_0_2292970735.html

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