FINALES ABIERTOS O FINALES CERRADOS EN LAS … · ecuatorianas ^A tus espaldas y ^Ratas, ratones y rateros _, se recurrió a observación y análisis minucioso del material. Partiendo

Informe Técnico de Investigación Fredi Zamora

Qualitas. Vol. 11: 4-21. Junio 2016.

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FINALES ABIERTOS O FINALES CERRADOS EN LAS PRODUCCIONES DE CINE ECUATORIANO “A TUS ESPALDAS” Y

“RATAS, RATONES Y RATEROS”

Fredi ZAMORA-AIZAGA1 Autor para correspondencia: [email protected]

1 Escuela de Comunicación y Producción en Artes Audiovisuales,

Universidad Iberoamericana del Ecuador 9 de Octubre y Colón, Quito- Ecuador

Manuscrito recibido el 30 de agosto de 2015. Aceptado, tras proceso de revisión, el 3 de marzo de 2016.

Resumen El cine ecuatoriano ha experimentado una vertiginosa acogida a nivel nacional en los últimos años, la producción cada vez más creciente de proyectos que logran llegar al público nos permite pensar que va de la mano de la calidad. La realización de estos productos audiovisuales, llegan a espectadores que también observan otros filmes especialmente realizados en los estudios de Hollywood y otros que llegan desde Europa y otros sectores de nuestro continente. Es importante conocer qué busca el cine nacional, qué quiere contarnos y por qué debemos ver estas producciones. Sin duda las respuestas a estas interrogantes, las conoceremos descifrando la gramática de cada filme y sobre todo, entendiendo los finales, en donde, probablemente se encuentren los mensajes o fábulas, resueltas en imágenes, que a veces de forma oculta

Finales abiertos y finales cerrados en las producciones de cine ecuatoriano


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nos plantean sus creadores. La pregunta que se aborda en el presente trabajo es: ¿qué tipo de final, cerrado o abierto, se plantea en las películas ecuatorianas “A tus espaldas” y “Ratas, ratones y rateros”? Para ello se analizan dos hipótesis: los finales abiertos son los que prefieren los cineastas ecuatorianos; el cine ecuatoriano es solo para intelectuales. A la vez que se abordan estas cuestiones, se buscan descifrar los mensajes que despiertan en el espectador estos filmes, cuál es la lectura que provocan, cómo llegan y cómo impactan en el público. Palabras clave: cine ecuatoriano; final abierto; final cerrado; A tus Espaldas; Ratas, ratones y rateros. Abstract The Ecuadorian cinema has experienced a dizzying host nationwide in recent years, the increasingly growing production of projects that fail to reach the public makes us think that this growing in quantity is also in quality. The realization of these audiovisual products, reach viewers who also experiment with other films especially made in Hollywood studios and others coming from Europe and other parts of our continent. It is important to know what to look the national cinema, what this cinema wants to tell us and why we see these productions. No doubt the answers to these questions are related with the grammar of each film and above all, understanding the end, where, messages or fables are, resolved in images. The question addressed in this paper is: what kind of end, closed or open, it is proposed in the Ecuadorian films "A tus espaldas” (Behind your back" and "Ratas, ratones y rateros” (Rats, mice and petty thieves)? To do this two hypothesis are analyzed: the open endings are those who prefer the Ecuadorian filmmakers; the Ecuadorian film is only for intellectuals. While these issues are addressed, we analyze decrypt messages that



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arise in the viewer of these films, reading what they cause, how they come and how they impact on the public. Keywords: Ecuadorian films; open end; closed end; A tus espaldas (At your back); Ratas, ratones y rateros (Rats, mice and petty thieves).

Forma sugerida de citar el presente trabajo:

Zamora-Aizaga, F. (2016). Finales abiertos o finales cerrados en las producciones de cine ecuatoriano “A tus espaldas” y “Ratas ratones y rateros”.

Qualitas 11: 4-21. ISSN: 1390-6569.

1. INTRODUCCIÓN Si los creadores del cine pudieran ser testigos de su impresionante desarrollo y de la importancia del cine dentro de la sociedad actual, seguramente lamentarían no ser partícipes de cómo este arte puede influenciar en la vida de los ciudadanos del mundo en la actualidad. En nuestro país el cine ha experimentado un progreso que era inimaginable hace pocas décadas; es que su estructura y dinámica le permiten contar historias que sin querer imitar a la naturaleza sobrepasa sus límites, hasta llegar incluso al espectador como una realidad casi tangible: hay momentos que parece más bien que es la vida la que pretende parecerse cada vez más al cine. Considero que el cine ecuatoriano camina los senderos trazados por grandes creadores que enriquecen y siguen escribiendo páginas sobre este arte que alguien lo pensó como efímero y destinado a desaparecer. El cine ecuatoriano es ya un material de estudio y de investigación permanente.



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El cine para su realización convoca a un grupo humano de artistas y técnicos, todo este equipo entiende que el cine es arte, pero que depende de la técnica para su existencia, los avances tecnológicos van de la mano con el proceso de creación que exige cada vez más talento y técnica. Pensar en el cine sin un sustento de investigación es absurdo. Sólo la mentalidad de aficionados o de genios nos conduciría a hacer cine apoyados solo por el propio talento. En todo el proceso de realizar un filme se manifiesta este sustento investigativo y sobre todo en la elaboración de los finales del film, en donde encontramos la razón, el motivo o propósito que busca el director o productor para la realización del producto cinematográfico. El presente artículo intenta descubrir y descifrar los mensajes que transmiten dos películas ecuatorianas, desentrañar posibles mensajes en ellas y determinar si sus creadores buscan o no comunicar algo o dar enseñanzas para “salvar al mundo”. Se procurará revelar cuál es la lectura que, como espectadores, debemos sacar de nuestro cine: será que estamos realmente enfrascados en la civilización del espectáculo y el objetivo solo es hacer divertir al público sediento de circo o al contrario, el cine ecuatoriano es solo para intelectuales, únicos que pueden descifrar esos signos visuales. El cine que, por supuesto, fue siempre un arte de entretenimiento, orientado al gran público, tuvo al mismo tiempo en su seno, a veces como una corriente marginal y algunas veces central, grandes talentos como cineastas que pese a las difíciles condiciones en que debieron trabajar (por razones de presupuesto y dependencia de las productoras) fueron capaces de realizar obras de gran riqueza, profundidad y originalidad, y de inequívoco sello personal. Actualmente, conforme a la inflexible presión de la cultura dominante



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que privilegia el ingenio sobre la inteligencia, las imágenes sobre las ideas, el humor sobre la gravedad, la banalidad sobre lo profundo y lo frívolo sobre lo serio, el cine ya no produce creadores como Ingmar Bergman, Luchino Visconti o Luis Buñuel (Vargas, 2012, p. 47). Es necesario despertar en los realizadores de artes audiovisuales un concepto claro sobre los compromisos y riesgos que acarrea escoger determinadas imágenes, especialmente en los finales de sus productos, ya que éstas serán claves en el momento de transmitir mensajes. Finalmente, el material llegará al espectador, dueño de la verdadera interpretación que se dé a la película. Por tanto, además de la imaginación, la creatividad, los efectos, los planos, la interpretación, etc., que trabajan en función de la propuesta del director, se debe considerar que las imágenes deben estar sujetas a los conceptos mentales que podrían provocar en el espectador. El cine ecuatoriano inicia un camino en medio de una geografía todavía llena de obstáculos y es ineludible cimentar estos pasos con ideas y pensamientos acordes a nuestra cosmovisión de la vida. Es imperioso recalcar que deben ser respetadas las propuestas de los creativos, puesto que cada director local es un ser humano único, nos une y nos hace especiales el ser ecuatorianos y estar cobijados por una misma historia y cultura. 2. METODOLOGÍA Para descubrir cuáles son los mensajes de los creadores de las películas ecuatorianas “A tus espaldas” y “Ratas, ratones y rateros”, se recurrió a observación y análisis minucioso del material. Partiendo de descifrar el contenido semiótico del lenguaje cinematográfico utilizado en ambos filmes, elemento que como el sonido, la luz, la fotografía y la interpretación suelen arrojar pistas para acercarnos a la definición más acorde a la propuesta de sus creadores.



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El trabajo se centró en el abordaje de los finales de las películas, puesto que las últimas imágenes de una película suelen ser aquellas en las que el director plasma su pensamiento y propuesta personal en torno a lo que llamaremos mensaje o fábula. Los cineastas son conscientes de la amplitud de posibles interpretaciones que pueden generar sus trabajos y son consecuentes de este poder que otorga el cine, incluso buscan despertar en el público una suerte de apertura para que, en complicidad con el autor, pueda crear su propia interpretación. De esto se desprenden un sinnúmero de significados, a veces tan indescifrables para el mismo creador que no alcanza a entender la dimensión y el compromiso que adquiere con sus obras. El espectador mira el film bajo su propia formación, resultado de su experiencia de vida. Basta mencionar, por ejemplo, que la telenovela mexicana “Los ricos también lloran” (Banquells, 1979), tuvo un impacto impresionante cuando se estrenó en 1992 en la Ex-Unión Soviética, la protagonista Mariana (interpretada por Verónica Castro) pierde a su hijo en un momento de desesperación y dedica su vida a volver a encontrarlo, lo cual tiene su desenlace cuando la familia vuelve a encontrarse. Castro invitada a Moscú en una entrevista con público tiene la oportunidad de escuchar a sus fans y una humilde mujer rusa se acerca con ternura, la abraza y le dice frente a las cámaras “Yo viví lo que usted padeció cuando perdió a su hijo, puesto que yo perdí a mi hijo en la guerra de Afganistán”. Cuántos signos, cuántos significados emocionales e incluso intelectuales despertaron esta telenovela que para muchos no es más que un enlatado carente de profundidad, vacío y trivial. Los signos visuales son nuestros mientras los maduramos; después, en la pantalla, pertenecen al observador que será el encargado de darle la interpretación que quiera; por eso la preocupación del productor de signos visuales. Recordemos, por consiguiente, que se entiende por finales abiertos y



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finales cerrados, para ayudarnos a interpretar los signos visuales del material fílmico escogido. Un final cerrado suele tener un mensaje único, el cual debe ser entendido con absoluta claridad, puesto que el autor ha centrado el tema en algo concreto que debe ser descifrado por el observador, por lo tanto, la obra no permite posibilidad ni libertad a otras interpretaciones. Por otra parte, para definir a un final como abierto es recomendable considerar a estudios como los de Eco:

Una obra así entendida es sin duda una obra dotada de cierta "apertura"; el lector del texto sabe que cada frase, cada figura, está abierta sobre una serie multiforme de significados que él debe descubrir; incluso, según su disposición de ánimo, escogerá la clave de lectura que más ejemplar le resulte y usará la obra en el significado que quiera (haciéndola revivir, en cierto modo, de manera diferente a como podía haberle parecido en una lectura anterior). Pero en este caso "apertura" no significa en absoluto "indefinición" de la comunicación, "infinitas" posibilidades de la forma, libertad de la fruición; se tiene sólo una rosa de resultados de goce rígidamente prefijados y condicionados, de modo que la reacción interpretativa del lector no escape nunca al control del autor (Eco, 1962, p. 34).

Para el presente análisis, se consideraron los principales lineamientos propuestos por Eco para abordar y comparar las películas mencionadas. 3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Las películas ecuatorianas “A tus espaldas” y “Ratas, ratones y rateros” han sido tomadas para este estudio por la importante acogida generada en el público y porque sus temas giran alrededor de la realidad social



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ecuatoriana. Las dos obras cinematográficas parten de un género muy importante en Latinoamérica como es el realismo social. Vale la pena señalar que en el filme “A tus espaldas” (Jara, 2010) estrenada en 2011, se rompen el estigma de muchos cineastas ecuatorianos de considerar al realismo social como un género exclusivamente dramático, puesto que fusiona con éxito momentos cómicos con dramáticos lo que provoca como resultado mayor dramatismo en el espectador. Debemos recordar que a este género del realismo social se lo ha dado en llamar también cine de la marginalidad El cine de la marginalidad constituye un discurso que conduce a darle espacio a aquellos seres que de una manera u otra han sido invisibilizados dentro de la sociedad latinoamericana, éstos son el elemento fundamental dentro de la narración cinematográfica, sus personajes toman protagonismo y recrean a través de la ficción un mundo del que no puede deslindarse la problemática social, política y económica del medio y por supuesto estas nuevas culturas, que sin ser reconocidas como tales, subsisten y se niegan a seguir siendo marginales. Algunos estudiosos del cine como León mencionan al respecto:

El cine de la marginalidad muestra una transustanciación permanente de las polaridades topológicas que componen toda narración: lo privado y lo público, el hogar y la calle, la familia y la pandilla, el ciudadano y el delincuente, lo moral y lo inmoral. De ahí que la marginalidad sea representada como la producción de una visualidad que pone en evidencia los mecanismos de exclusión a parir de los cuales se estructura la interioridad de las instituciones sociales. La imagen del marginal -esa mancha indescifrable- aparece como un síntoma de aquello que es imperceptible para las instituciones sociales. La subcultura de la calle se presenta como una especie de trauma inconsciente en la



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mirada de la sociedad productiva e integrada que solo es capaz de ver aquello que describe un orden coherente y racional (León, 2006, p. 14).

“A TUS ESPALDAS” Decir que el tema del film “A tus espaldas” gira alrededor de la falta de autoestima, es una interpretación. El personaje central es Jorge Chicaiza Cisneros, el cual desde niño sufre el desamparo que provoca la migración; alguien podría decir entonces que el tema del film es la migración. Analizando la historia, recordemos que el personaje principal, es abandonado de niño por su madre, igual que muchos ecuatorianos que vivieron situaciones similares, se siente huérfano no únicamente por la ausencia de sus padres, sino especialmente por la orfandad de una historia de país, de una sociedad que le ayude a sentirse alguien importante y necesario, esto lo obliga a adquirir otros patrones de conducta, a asimilar y adoptar otras culturas, pretendiendo incluso ser parte de ellas. Ya de adulto, para lograr alcanzar sus objetivos Jorge Chicaiza decide tomar algunas decisiones; cambiarse de nombre a Jordi Lamotta Cisneros, dejar el sur de la ciudad para vivir en el norte de Quito y, sobre todo, tener un auto “tuneado”, estas medidas, son las soluciones que encuentra, pero desgraciadamente tal como sucede también en la realidad, ninguna de estas decisiones lo conduce a ser mejor persona y menos a ser realmente feliz. “A tus espaldas” nos presenta a un hombre en una actitud que solo refleja su propia inseguridad en medio de un mundo cambiante y cruel que le exige mucho para ser aceptado y paradójicamente le exige más para ser amado, esta incapacidad de ser aceptado en el medio y peor aún encontrar amor “si continúo siendo yo mismo”.



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La historia del ecuatorianito que nació en el sur de la ciudad de Quito, parece un tema cursi pero es la verdadera tragedia, este es el destino de nuestro héroe, nunca aprendió a vivir y necesitará algo más que una bella mujer y cambiarse del sur al norte de la ciudad para ser alguien. En esta constante lucha por sobrevivir, nuestro héroe intenta cambiar el estigma con el que nació, pero parece ser solo un juguete del destino con lo que los dioses nos demuestran su poder o como decía Epicuro “dioses, si existen, están demasiado ocupados y son demasiado importantes para emplear su tiempo en controlarnos y en estar pendientes de nuestras vidas”. Al final de la película podemos ver al personaje, que por primera vez tiene en sus manos la llave maestra para abrir su futuro y no lo deja escapar, el horizonte está abierto desde el balcón de un lujoso departamento en la playa; solo atina a ver el mar que, como la vida, no sabe que le depara, lejos de su ciudad, pero sobre todo lejos de la “Virgen del Panecillo” que siempre le dio la espalda. Probablemente ahora suene con mayor sentido las palabras de Greta el personaje de Jenny Navas “La oportunidad que estaba pidiendo a la vida le llegó”. Según muchos críticos “A tus espaldas” propone a la “identidad” como el tema central de la película, se dice que Tito Jara habla de una negación de la identidad (Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, 2013, p. 6). Sin duda el no reconocernos como personas con una nacionalidad, con un pasado concreto, el no aceptarnos como ecuatorianos, el pretender adoptar costumbres ajenas no nos hace ciudadanos del mundo, Tito Jara de manera acertada reconoce nuestra debilidad como nación, pero sobre todo como seres humanos, los cuales vivimos angustiados en un mundo cambiante y cada vez más violento, en el cual no aprendimos a vivir. Nuestra manera de subsistir es a través de la mentira, de la supuesta



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astucia y lo que es más grave de nuestra propia aceptación del autoengaño, el cual se convierte en el sustento de una existencia frágil y melancólica. El no aceptar nuestras raíces nos condena al autoexilio, a ser extranjeros en nuestro propio país. Pero esta naturaleza de autoexiliados no nos es exclusiva, la encontramos en todo el mundo, basta leer a los creadores del teatro del absurdo: Becket, Ionesco, Arrabal, entre otros. Son largas las interpretaciones que nos despierta este film y las lecturas que se desprenden de sus signos, pero hay quienes podrían considerar a la película de Jara con un final cerrado, cuando la etiquetan con un solo tema dominante, es decir en este caso la “identidad”; sin embargo, se puede observar en la película otras lecturas, otros temas que para determinado público puede ser lo más importante, por ejemplo: la ambición o la falta de autoestima. En el film el protagonista alcanza su objetivo, podríamos hablar de un final feliz, pero éste es apenas el inicio de nuestro camino a descifrar las posibles interpretaciones del film; por lo tanto, se puede hablar de un final abierto con varias interpretaciones que nacen al momento de confrontarlo con nuestra experiencia personal. El final feliz está planteado, pero solo sabemos que éste es el inicio de una nueva etapa de vida del personaje, no sabemos lo que el destino le depara, lo único que está claro es que nuestro héroe moderno, nunca supo vivir bien y ahora puede ser el inicio de un nuevo autoengaño… Será que Jara nos quiere decir que el dinero no nos garantiza la felicidad, pero como criticarle a alguien como el personaje y pedirle que rechace algo, que pudiera nunca más volver a golpear su puerta. Solo Shakespeare nos podría decir, lo que es más elevado para el espíritu de este ser humano. Esta interpretación es absolutamente personal, si veo otra vez el film, no garantizo que tenga la misma interpretación. ¿Cuántas lecturas más pudiera despertar en el espectador la película “A



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tus espaldas”? El autor probablemente no imaginó lo que ha estimulado en cada uno de nosotros, no es posible saber a dónde puede llegar y llevar el film, en la vida de cada persona. El público va al cine a divertirse no a recibir lecciones de vida: pero ¿hasta dónde nos transporta el cine y cuanto más podríamos hablar de la retórica de la imagen y su capacidad de persuadir a las personas sobre lo que es bueno y lo que es malo? ¿sobre lo que es bello y lo que es feo, lo que significa ser ganador o perdedor? La pregunta que me surge finalmente es: ¿cuánto puede cambiar el cine a nuestras vidas? “RATAS, RATONES Y RATEROS” “Ratas, ratones y rateros” del cineasta ecuatoriano Sebastián Cordero (Cordero, 1999), nos cuenta una historia urbana, en donde se enfrentan dos mundos: el de Salvador, joven serrano desesperado por descubrir el mundo y todas las posibilidades que aparentemente la vida le está negando y el de Ángel, su primo, ex convicto costeño que en base a su experiencia le ofrece la posibilidad de ser el medio para alcanzar esos sueños. La historia tiene varias aristas en las que se ponen de manifiesto la desesperación por el dinero, las drogas y la prostitución como soluciones para vivir. Debemos citar como uno de los temas centrales que se desprenden de este film, la incapacidad del ser humano para ser feliz, el tema recurrente para el espectador es la pérdida de la inocencia. La inocencia que va muriendo a medida que pretendemos descubrir la vida en una ciudad donde la violencia, las drogas, la delincuencia no dan cabida a la bondad, la solidaridad y la confianza puesto que éstas han perdido la batalla y son parte del absurdo, el resultado finalmente es que ser bueno no tiene sentido. Los personajes son hijos de una sociedad que ya ha tomado las decisiones, antes de nacer ya estaban condenados a ser las supuestas



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víctimas de una sociedad injusta, en la que no hay espacio para alcanzar los bienes materiales que hábilmente se han repartido entre pocos; una sociedad que tampoco les dará oportunidades para alcanzar bienes espirituales como el amor, el cual se descubre de manera caótica y desenfrenada. Siendo estas últimas las pérdidas más dolorosas: personajes que pierden sus verdaderos valores que los identificaban como humanos. Podríamos considera a la película de Cordero con un final abierto, puesto que primero no hay un “final feliz”, o por lo menos no hay un final como el que estamos acostumbrados a ver en el cine norteamericano, donde aparentemente siempre triunfa el bien. Algunas personas del público solo se percatan de haber llegado al final de la película, de súbito, al ver los créditos en la pantalla o cuando ven levantarse a su vecino de la butaca. La trama no divide con facilidad a los personajes en buenos y malos. Parece que falta algo, acaso nos falta el final y la pregunta que se hace el espectador es “ahora quien me cuenta el final o yo mismo debo cooperar con el autor y darle un final o mejor, me espero a la segunda parte. Seguramente esa es la mejor respuesta, es una saga, esperemos a ver qué pasa en la segunda parte”. El dramaturgo, poeta y director teatral alemán Bertolt Brecht, plantea un tratamiento distanciado, crítico y reflexivo sobre el arte, provocando que sea el público quien brinde sus propias respuestas. Umberto Eco haciendo referencia a Brecht dice:

Si examinamos la poética teatral de Bertolt Brecht, encontramos una concepción de la acción dramática como exposición problemática de determinadas situaciones de tensión; propuestas estas situaciones, la dramaturgia brechtiana, en sus expresiones más rigurosas, no elabora soluciones: será el espectador el que saque las conclusiones críticas de lo que ha visto. También los dramas de Brecht terminan en una situación de ambigüedad (típico, y máximo entre todos, el Galilea); salvo que aquí ya no es la suave ambigüedad de un infinito entrevisto o



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de un misterio sufrido en la angustia, sino la misma concreta ambigüedad de la existencia social como choque de problemas irresueltos a los cuales es preciso encontrar una solución. La obra es aquí "abierta" como es "abierto" un debate: la solución es esperada y deseada, pero debe venir del concurso consciente del público (Eco, 1962, p. 57).

Recordemos la imagen final de la película; Ángel el personaje protagonizado por Carlos Valencia abandona a su cómplice herido en una casa de salud, él toma el rumbo de su propio destino, se cree dueño de su vida, solo piensa en su bienestar, sabe que lo único que conoce con claridad, es que algún momento puede morir, cree que los demás tienen la vida comprada o por lo menos más fácil; él es la víctima, el resto son sus verdugos. Seguramente, al igual que en el film “A tus espaldas”, lo que están pidiendo a la vida ya les llegó y no lo van a dejarlo escapar. La última secuencia se llena con un manejo del claroscuro y una música ensordecedora en la que Salvador tiene tiempo para salvarse una vez más y evadirse de la realidad. El único testigo es la ciudad, cómplice de sus delitos y el cielo que no da paso fácilmente a un nuevo amanecer: el día tardará en llegar. La reflexión que me queda, es que el personaje hizo lo que muchos hacemos diariamente: abandonar en situaciones difíciles a nuestros hermanos, a nuestros compañeros, pensando en nuestro beneficio o mejor aún en los intereses de la empresa, del partido político, de la institución o de la familia. Hay que tomar la decisión, pensamos, sobre todo si lo que estamos pidiendo a la vida es satisfacer nuestras necesidades económicas. La obra de Cordero tiene un final abierto, pero no por eso abstracto ni con mensaje incierto; creo que podemos descifrar que lo que busca el creador del film seguramente es despertar en el espectador reflexión y crítica.



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Como observadores debemos llenar esos espacios vacíos que han quedado para que sean completados con nuestra propia lectura, el discurso cinematográfico de Cordero es claro, no nos quiere dar lecciones de cómo vivir mejor. Pero, nos muestra vida en el cine y de ahí seremos nosotros los encargados de decidir si su película se parece en algo a la nuestra, a la realidad que construimos en esta ciudad en este país, ubicado en el centro del mundo. Es cierto que los signos, en este caso las imágenes, generan más signos y lo importante del cine probablemente no sea dar lecciones y menos que éstas sean evidentes, eso sería un panfleto y se aleja del arte, pero los mensajes están ahí, a veces ocultos pero descubriendo al director y su cosmovisión del mundo y de la vida. 4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES El cine impresiona a los sentidos y en consecuencia al pensamiento y a la forma de vivir de los espectadores; es el arte de nuestra época y de una manera concreta refleja la costumbre, las aflicciones y el pensamiento de una generación. El cine es una de las diversiones que más convoca a la población en general, es una industria que genera elevados ingresos económicos a nivel mundial, pero también demanda un importante capital para su producción; es un medio poderoso que llega a todo público de una manera vertiginosa, siempre está cargado de mensajes, en algunas películas es evidente y en otras el mensaje se encuentra oculto. El cine ecuatoriano ha iniciado un proceso de desarrollo importante por lo tanto es material de análisis y de investigación en sus aspectos artístico y técnico, y fundamentalmente en su aspecto conceptual.



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En Ecuador no se puede hablar aún de una industria cinematográfica, por lo tanto el cine ecuatoriano no apuesta aún por lo comercial (sin descartar que este tema es importante), pero parece apostar por el cine arte, por el cine de autor, en donde visualizamos propuestas más cercanas a la manera de concebir y entender el mundo a través de la pantalla. “Ratas ratones y rateros” y “A tus espaldas”, son dos películas ecuatorianas en las cuales encuentro que sus directores no pretenden dar lecciones de vida, de buenas costumbres o discursos de denuncia social. Tampoco es evidente un afán proselitista en busca de concienciar a la gente sobre un determinado problema. Las películas “Ratas, ratones y rateros” y “A tus espaldas”, cada una a su manera, poseen mensajes fuertes, sobre cómo es la vida de hombres que coinciden en una misma ciudad, pero que viven sus propios conflictos, que pertenecen a clases sociales distintas, o más bien a otras culturas, con realidades disímiles. Pero imaginemos que los personajes estuvieran viviendo el mismo problema y en un lugar idéntico, la realidad es que lo enfrentarían de diferente manera, simplemente porque son seres humanos únicos e irrepetibles. La decisión final del destino está en sus propias manos. No considero que el cine ecuatoriano sea solo para intelectuales, cada espectador asimila el film de acuerdo a su sensibilidad y por supuesto a su nivel intelectual pero sobre todo como dueño de una cultura que le permite disfrutar y reflexionar sobre lo que ve en la pantalla. Las interpretaciones de estos dos filmes pudieran ser numerosas, la mía es personal; de hecho el cine mismo es una experiencia personal, es un diálogo con cada espectador. Por lo tanto, los finales son abiertos y despiertan tantas interpretaciones como espectadores hayan presenciado el film.



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Creo que la clave para descifrar los signos de estos dos filmes está en la propia película, pero aun así, no es suficiente, es necesario adentrarnos un tanto en el pensamiento de los creadores: no basta ver su película, la fotografía, la iluminación, el sonido, las tomas, el movimiento de la cámara, etc. Es necesario conocer la filmografía y, porque no, la biografía de sus creadores. Los signos que se reproducen consecuentemente generan más signos, como resultado el significado de una imagen puede tener un sinnúmero de definiciones. El observador tiende a asociarla con su propia vida, con sus experiencias personales e incluso con el estado de ánimo que tiene ese momento. El Director o creador de imágenes lo que finalmente ha terminado haciendo es expresar, en la pantalla grande, su percepción de la vida; su cine es el resultado de lo que le duele, no solo como director sino sobre todo como ser humano y eso es lo que plasma en su papel con su pluma y posteriormente con la cámara y sus equipos de posproducción. Yo como espectador, sentado en la butaca, veo lo que quiero ver e interpreto como mi alma y mi inteligencia me autorizan, pero camino a casa, después de digerir el film un poco más se inicia el proceso de descifrar el mensaje, de entender qué me quiso decir el director y por qué quiso decírmelo precisamente a mí? 5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Banquells, R. (Dirección). (1979). Los ricos también lloran. Guión Rodena, I. Protagonistas: Verónica Castro, Rogelio Guerra, Rocío Banquells. Televisa. México.

Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión. 2013. Análisis de contenido del cine ecuatoriano. Revista Zoom. Quito: CCE.

Cordero, S. (Dirección y guión). (1999). Ratas, ratones y rateros.



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Fotografía Matthew Jensen. Protagonistas: Carlos Valencia, Marco Bustos, Cristina Dávila. Cabeza Hueca Producciones.

Eco, U. (1962). Obra abierta. Buenos Aires: Proyectos Editoriales y Audiovisuales CBS, SA.

Jara, T. (Dirección y guión). (2010). A tus espaldas. Fotografía Álvaro Durán. Protagonistas: Jenny Nava, Gabino Torres, Nicolás Hogan. Escalón Films. Quito.

León, C. (2006). El cine de la marginalidad: realismo sucio y violencia urbana. Quito: Universidad Andina Simón Bolívar/Abya Yala/ Corporación Editora Nacional.

Vargas, M. (2012). La civilización del espectáculo. Madrid: Ed. Alfaguara.

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