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problemas teológicos 2 . Un examen de estos estu- dios está por fuera de los propósitos del presente trabajo. Nos interesará solamente explorar la for- ma cómo algunas de las ideas religiosas de New- ton han podido incidir en su filosofía natural. FINES ULTIMOS DE LA CIENCIA Y PROBLEMAS DE METODO EN LA OBRA DE l. NEWTON* José Granés S. 1. Dios, mundo y filosofía natural Para comprender el significado que Newton le atribuía a las diversas actividades intelectuales que emprendió con extrema dedicación y profun- didad a lo largo de su vida y que abarcan campos disímiles y en apariencia contradictorios como son la matemática y la física, la química y la alqui- mia, la historia y los estudios cronológicos de acontecimientos históricos y la teología, conviene tomar en cuenta un hecho que con frecuencia se pasa por alto al estudiar su obra científica: la pro- funda religiosidad del autor de los Principia. Car- los Solís, valorando esa religiosidad arraigada, in- tenta en la introducción a su edición en español de la Optica una explicación del interés, en ocasiones casi obsesivo, de Newton por cada uno de estos di- versos temas señalando cómo es posible detectar un mismo impulso que alienta el trabajo intelec- tual siempre minucioso y metódico en estos cam- pos contradictorios. Este impulso subyacente se- ría "la misma fe en la existencia de un conocimien- to original corrompido y perdido luego, sólo acce- sible a quien sepa desentrañar las claves del texto, refiérase éste al atomismo de los 'filósofos feni- cios', a la revelación bíblica, a las imágenes alquí- micas o al propio libro de la naturaleza, escrito por el creador y que, por lo tanto, contiene las cla- ves de la verdad"l. Todos estos esfuerzos en te- mas tan disímiles acercarían al hombre, por caminos distintos, a un mejor conocimiento del Creador. El espíritu religioso, que se origina en su primera infancia y es estimulado seguramente por las vici- situdes de la misma, lleva a Newton, ya en la ju- ventud yen la madurez, a emprender durante lar- gos años estudios sistemáticos de determinados * Con ligeras modificaciones, el texto de este artículo se presentó como ponencia en el Coloquío Newton, realizado en Medellín entre el6 y ellO de Octubre de 1986. 1. Newton 1., Optica, Ediciones Alfaguara, Madrid. 1977. Intro- ducción de Carlos Solis, p. xix. Un aspecto central de esta incidencia reside en la concepción de Newton sobre la relación del Crea- dor con el mundo natural. El problema de las for- mas de intervención de Dios en el mundo es preci- samente una de las cuestiones centrales que se de- baten en la conocida correspondencia de 1715- 1716 entre Leibniz y el discípulo de Newton y de- fensor de sus posiciones, Samuel Clarke. La carta de Leibniz dirigida a la princesa Carolina de Gales que da origen a la correspondencia señala en efec- to cómo "Sir Isaac Newton y sus seguidores tienen también una opinión muy extraña con relación a la obra de Dios. Según su doctrina Dios Todopo- deroso debe darle cuerda a su reloj de vez en cuando pues de lo contrario dejaría de moverse. No tuvo por lo visto suficiente previsión para ha- cer que su movimiento fuese perpetuo ... Según mi 2. Descontando lecturas asistemáticas sobre temas religiosos en su primera juventud, el estudio a fondo de obras teológicas por parte de Newton data de los años 70 y al parecer se prolonga ininterrumpida- mente durante cerca de 15 años, hasta 1685, cuando de lleno se con- centra en la elaboración de los Principia. Según lo revelan los volu- minosos manuscritos teológicos que dejó, Newton abordó el estudio de ciertos temas -por ejemplo las profesías, tema particularmente importante para los propósitos de su propia concepción religiosa- con una extraordinaria voluntad de sistematicidad y de rigor, carac- terística por lo demás de casi todas las tareas que emprendió. Su con- cepción religiosa era, a la luz de la ortodoxia cristiana, herética e in- fluida por el arrianismo, corriente que consideraba falsa la diviniza- ción de Jesucristo y hacía de él tan solo un profeta más. Newton con- siderada al catolicismo romano como el "gran apóstata" yen esto se identificaba con las numerosas sectas puritanas de la Inglaterra de su tiempo. (Véase, Westfall Richard S., "Newton's Thelogical Manus- cripts" en Contemporary Newtonían Research, D. Reidel Publishing Company, 1982 pp. 129-141) Vale la pena mencionar cómo la última frase de la Optica contiene una velada alusión a la corrupción de la fé a través del culto a los santos ("héroes muertos") y la adoración de la trinidad ("falsos dioses"): "no cabe duda de que, si el culto a falsos dioses no hubiese cegado a los paganos, su filosofía moral habría ido más lejos de las cuatro llamadas virtudes cardinales y, en lugar de en- señar la transmigración de las almas y adorar al Sol, la Luna y los hé- roes muertos, nos habrían enseñado el culto al verdadero Autor y Be- nefactor, del mismo modo que lo hicieron sus antecesores bajo el go- bierno de Noé y sus hijos, antes de que se corrompiesen" (Optica, op. cit. p. 350). 11

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problemas teológicos2. Un examen de estos estu-dios está por fuera de los propósitos del presentetrabajo. Nos interesará solamente explorar la for-ma cómo algunas de las ideas religiosas de New-ton han podido incidir en su filosofía natural.

FINES ULTIMOS DE LA CIENCIAY PROBLEMAS DE METODOEN LA OBRA DE l. NEWTON*José Granés S.

1. Dios, mundo y filosofía natural

Para comprender el significado que Newton leatribuía a las diversas actividades intelectualesque emprendió con extrema dedicación y profun-didad a lo largo de su vida y que abarcan camposdisímiles y en apariencia contradictorios comoson la matemática y la física, la química y la alqui-mia, la historia y los estudios cronológicos deacontecimientos históricos y la teología, convienetomar en cuenta un hecho que con frecuencia sepasa por alto al estudiar su obra científica: la pro-funda religiosidad del autor de los Principia. Car-los Solís, valorando esa religiosidad arraigada, in-tenta en la introducción a su edición en español dela Optica una explicación del interés, en ocasionescasi obsesivo, de Newton por cada uno de estos di-versos temas señalando cómo es posible detectarun mismo impulso que alienta el trabajo intelec-tual siempre minucioso y metódico en estos cam-pos contradictorios. Este impulso subyacente se-ría "la misma fe en la existencia de un conocimien-to original corrompido y perdido luego, sólo acce-sible a quien sepa desentrañar las claves del texto,refiérase éste al atomismo de los 'filósofos feni-cios', a la revelación bíblica, a las imágenes alquí-micas o al propio libro de la naturaleza, escritopor el creador y que, por lo tanto, contiene las cla-ves de la verdad"l. Todos estos esfuerzos en te-mas tan disímiles acercarían al hombre, porcaminos distintos, a un mejor conocimiento delCreador.

El espíritu religioso, que se origina en su primerainfancia y es estimulado seguramente por las vici-situdes de la misma, lleva a Newton, ya en la ju-ventud yen la madurez, a emprender durante lar-gos años estudios sistemáticos de determinados

* Con ligeras modificaciones, el texto de este artículo se presentócomo ponencia en el Coloquío Newton, realizado en Medellín entreel6 y ellO de Octubre de 1986.

1. Newton 1., Optica, Ediciones Alfaguara, Madrid. 1977. Intro-ducción de Carlos Solis, p. xix.

Un aspecto central de esta incidencia reside en laconcepción de Newton sobre la relación del Crea-dor con el mundo natural. El problema de las for-mas de intervención de Dios en el mundo es preci-samente una de las cuestiones centrales que se de-baten en la conocida correspondencia de 1715-1716 entre Leibniz y el discípulo de Newton y de-fensor de sus posiciones, Samuel Clarke. La cartade Leibniz dirigida a la princesa Carolina de Galesque da origen a la correspondencia señala en efec-to cómo "Sir Isaac Newton y sus seguidores tienentambién una opinión muy extraña con relación ala obra de Dios. Según su doctrina Dios Todopo-deroso debe darle cuerda a su reloj de vez encuando pues de lo contrario dejaría de moverse.No tuvo por lo visto suficiente previsión para ha-cer que su movimiento fuese perpetuo ... Según mi

2. Descontando lecturas asistemáticas sobre temas religiosos en suprimera juventud, el estudio a fondo de obras teológicas por parte deNewton data de los años 70 y al parecer se prolonga ininterrumpida-mente durante cerca de 15 años, hasta 1685, cuando de lleno se con-centra en la elaboración de los Principia. Según lo revelan los volu-minosos manuscritos teológicos que dejó, Newton abordó el estudiode ciertos temas -por ejemplo las profesías, tema particularmenteimportante para los propósitos de su propia concepción religiosa-con una extraordinaria voluntad de sistematicidad y de rigor, carac-terística por lo demás de casi todas las tareas que emprendió. Su con-cepción religiosa era, a la luz de la ortodoxia cristiana, herética e in-fluida por el arrianismo, corriente que consideraba falsa la diviniza-ción de Jesucristo y hacía de él tan solo un profeta más. Newton con-siderada al catolicismo romano como el "gran apóstata" yen esto seidentificaba con las numerosas sectas puritanas de la Inglaterra de sutiempo. (Véase, Westfall Richard S., "Newton's Thelogical Manus-cripts" en Contemporary Newtonían Research, D. Reidel PublishingCompany, 1982 pp. 129-141) Vale la pena mencionar cómo la últimafrase de la Optica contiene una velada alusión a la corrupción de la féa través del culto a los santos ("héroes muertos") y la adoración de latrinidad ("falsos dioses"): "no cabe duda de que, si el culto a falsosdioses no hubiese cegado a los paganos, su filosofía moral habría idomás lejos de las cuatro llamadas virtudes cardinales y, en lugar de en-señar la transmigración de las almas y adorar al Sol, la Luna y los hé-roes muertos, nos habrían enseñado el culto al verdadero Autor y Be-nefactor, del mismo modo que lo hicieron sus antecesores bajo el go-bierno de Noé y sus hijos, antes de que se corrompiesen" (Optica,op. cit. p. 350).

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opinión la misma fuerza y vigor permanece siem-pre en el mundo y se limita a pasar de una parte dela materia a otra según las leyes de la naturaleza yel bello orden pre-establecido,,3. En este pasajeLeibniz alude a la opinión de Newton, expresadaen la "cuestión 31" de la Optica, según la cual lamateria no sólo posee un carácter pasivo que leimpide cambiar su estado de movimiento por símismo -es decir, sin la intervención de "principiosactivos" externos a ella- sino que además va per-diendo gradualmente su movimiento debido aprocesos de fricción. Sin la providencia constantede Dios, manifiesta en esos principios activos quereponen el movimiento perdido, el mundo termi-naría convertido en una masa inerte e inmóvil4.La idea leibniziana de un mundo armónico quemantiene indefinidamente su curso gobernadopor las leyes que desde la creación le habrían sidoimpuestas entraña, al excluir la intervención di-recta de Dios en su gobierno, el peligro de ateis-mo. Esta es la insinuación que repetidamente apa-rece en las cartas de Clarke, en el debate epistolaral que hemos hecho referencias.

Esta concepción newtoniana sobre la interven-ción de Dios en el mundo ayuda a comprender la

3. Alexander H. G., The Leibniz-Clarke correspondence, Univer-sity of Manchester Press, 1956pp. 11-12.

4. La cita de la Optica es la siguiente: "La Vis Inertiae es un princi-pio pasivo gracias al cual los cuerpos persisten en su movimiento o re-poso, reciben movimiento en proporción a la fuerza que lo imprime,y resisten tanto como son resistidos. Con este principio solo, nuncahabría movimiento en el mundo. Se requiere otro principio que pon-ga los cuerpos en movimiento y, una vez en movimiento, otro princi-pio es necesario para conservar el movimiento. En efecto, de las di-versas maneras de componerse dos movimientos se desprende contoda certeza que no hay siempre la misma cantidad de movimientoen el mundo". Después de citar ejemplos de cómo el movimientopuede perderse por fricción o por la inelasticidad de los cuerpos quechocan, continúa Newton: "Así pues, ... se presenta la necesidad deconservarlo [el movimiento 1y reclutarlo mediante principios activoscomo la causa de la gravedad ... De no ser por estos principios, loscuerpos de la Tierra, de los planetas, de los cometas, del Sol y de to-das las cosas que en ellos se encuentran se enfriarían y congelarían,tornándose masas inactivas". (Optica, op.cit. pp. 343-345. La bastar-dilla es nuestra).

5. Por ejemplo, en su primera respuesta a Leibniz, Clarke dice losiguiente: "La noción de un mundo como una gran máquina mar-chando sin la interposición de Dios tal como un reloj continúa andan-do sin la asistencia del relojero, es la idea del materialismo y del hadoy tiende en realidad (bajo la pretensión de hacer de Dios una inteli-gencia supramundana) a excluir la providencia y el gobierno de Diosdel mundo. Y, por la misma razón que un filósofo puede representar-se todas las cosas desarrollándose desde la creación sin ningún go-bierno o interposición de la providencia, un escéptico podrá fácil-mente argüir más lejos aún en el tiempo y suponer que todas las cosashan marchado desde la eternidad (como marchan ahora) sin ningunacreación verdadera y sin Autor original alguno sino tan sólo con loque tales autores denominan naturaleza omni-sapiente y eterna".(The Leibniz-Clarke correspondence, op. cit. p. 14. La bastardilla esnuestra).

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posición del autor de los Principia con respecto alas leyes de la naturaleza. De posiciones como ladefendida por Leibniz se seguiría que la ley natu-ral es expresión de la razón divina plasmada en laobra misma de la creación. Desde este punto devista, la ley debería constituir explicación sufi-ciente de los fenómenos naturales6. Por el contra-rio y paradójicamente -ya que con los Principiaemerge con fuerza, tal vez por primera vez en lahistoria del pensamiento, la ley natural como ra-zón profunda del comportamiento de la naturale-za- para Newton la ley matemática no siempreagota la explicación de los fenómenos. Tal es elcaso, por ejemplo, de la ley de la gravitación uni-versal que constituye sin duda el eje fundamentalde los Principia. Como se evidencia en esta obra elpoder explicativo de la ley matemática de la gravi-tación es enorme. Newton muy seguramente esta-ba tan convencido de la certeza absoluta de estaley como lo estuvieron de hecho los físicos newto-nianos del siglo XVIII. Sin embargo esta ley mate-mática nunca constituyó para el autor de los Prin-cipia la explicación completa del fenómeno de laatracción entre cuerpos. Como es bien sabido,Newton se opuso con vehemencia a las interpreta-ciones que querían hacer del poder de atracciónuna propiedad o cualidad intrínseca de los cuer-pos 7. Tales explicaciones equivaldrían a introdu-

6. Un ejemplo particularmente explícito de esta concepción loconstituye la obra del joven Kant, Historia Natural y Teoría Generaldel Cielo (1755). En esta obra las leyes no sólo dan razón de los fenó-menos sino que permiten explicar incluso la evolución de la materiadesde el caos inicial al todo armónico del universo organizado. "Lamateria que es la sustancia de todas las cosas, dice Kant, se halla liga-da a ciertas leyes y abandonada libremente a ellas tendrá que produ-cir necesariamente hermosas combinaciones. No tiene libertad dedesviarse de ese plan de perfección. Encontrándose pues sometida auna intención suprema y sabia, necesariamente tendrá que habersido colocada en tales condiciones armoniosas por medio de una cau-sa primordial que la determina, y existe un Dios porque hasta en elcaos la naturaleza no puede proceder de otra manera que regular yordenadamente". Vemos pues que según Kant la ley natural. expre-sión de la razón, divina, contiene en ella misma una finalidad y un de-signio de orden y armonía. (Véase, Kant 1.Historia Natural y TeoríaGeneral del Cielo. Lautaro, Buenos Aires, 1946, pp. 29-30

7. Probablemente una de las declaraciones más vehementes deNewton oponiéndose a este tipo de interpretación de la gravedad,aparece en una de las cartas al clérigo Richard Bentley en el inter-cambio epistolar que sostuvo con él en 1693. Dice Newton en su ter-cera carta: "Es inconcebible que la materia bruta e inanimada deba,sin la mediación de alguna otra cosa que no es material, operar sobrey afectar otra materia sin contacto mutuo como debe ocurrir si la gra-vitación, en el sentido de Epicuro, es esencial e inherente a ella. Yesta es una de las razones por las cuales deseo que no me adscriba lagravedad innata. Que la gravedad deba ser innata, inherente y esen-cial a la materia de tal manera que un cuerpo pueda actuar sobre otroa distancia a través del vacío sin la mediación de ninguna otra cosapor medio y a través de la cual su acción y su fuerza puedan transmi-tirse del uno al otro es para mí un absurdo tan grande que no creo queningún hombre que posea en asuntos filosóficos una facultad compe-tente de pensamiento pueda jamás caer en él. La gravedad debe ser

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cir "principios activos" en la materia misma altiempo que la ley matemática vendría a ser unadescripción de la forma de acción de esos princi-pios cerrándose así el ciclo explicativo. Dando porsentado que la atracción es debida a causas exter-nas a la materia, Newton buscará, más allá de laley matemática, explicaciones tanto físicas comometafísicas para la gravitación. Un ejemplo bas-tante elaborado de explicación física es el que seexpone en la "cuestión 21" de la Optica en base aun éter de densidad variable, creciendo progresi-vamente a partir del Sol. Las dificultades que en-traña este tipo de explicación son evidentes, sien-do probablemente la violación de la reciprocidaden el efecto de atracción (ley de acción y reacción)la mayor de ellas. Las explicaciones de tipQ meta-físico, apenas insinuadas en ciertos pasajes de susobras publicadas, hacen referencia a "espíritus su-tilísimos"H o simplemente a "principios activos"<¡.Detrás de estas explicaciones se adivina la bús-queda de las formas de acción del Ser Supremo enla producción, entre otros, del efecto de atracciónentre los cuerpos.

La finalidad más alta de la empresa científica resi-de para Newton, en efecto, en el mejor conoci-miento del Creador que a través de ella puede lo-grarse. Así lo expresa en un célebre texto de laOptica en el cual toca de nuevo el problema delas causas de la gravitación para insinuar una vez

causada por un agente actuando constantemente según ciertas leyes;pero que este agente sea material o inmaterial es algo que dejo a laconsideración de mis lectores" (véase "Letters from Newton to Ben-tley" en l. Newton Papers and Letters on Natural Philosophy, ed. byI.B. Cohen, Harvard University Press. Cambridge Mass., 1958 pp.302-303. Los subrayados son nuestros). Nótese en este pasaje el én-fasis de Newton en el carácter posiblemente inmaterial del "agente"causante de la gravedad.

8. Esta referencia ocurre en el último párrafo de los Principia. Des-pués de haber afirmado en el párrafo anterior no haber podido en-contrar la causa de la gravitación y no "fingir hipótesis" al respecto(hypotheses nonfingoJ. dice Newton: "Podríamos ahora añadir algosobre cierto espíritu sutilísimo que penetra y yace latente en todos loscuerpos grandes, por cuya fuerza y acción las partículas de los cuer-pos se atraen unas a otras cuando se encuentran a escasa distancia yse ligan en caso de estar contiguas ... " (Newton I. Principios Mate-máticos de la Filosofía Natural, Editora Nacional, Madrid 1982. Es-colio General p. 817. La bastardilla es nuestra). Es muy probableque en esta referencia a "espíritus sutilísimos" se esté manifestandola influencia de Henry More para quien el "espíritu" no solamenteera una entidad real y extensa como la materia sino que además ac-tuaba sobre esta última produciendo la cohesión, la atracción gravi-tacional, las fuerzas magnéticas y muchos otros efectos "no mecáni-cos" (véase, Koyré A. Del mundo cerrado al universo infinito, SigloXXI, Madrid 1979, Capítulo VI).

9. Optica, op. cit. "cuestión 31" p. 346.

más que éstas no pueden ser m materiales mmecánicas:

" ... [filósofos de Grecia y Fenicia latribuyeron tácitamen-te la gravedad a una causa distinta de la materia densa. Fi-lósofos posteriores borraron de la filosofía natural la con-sideración de tal causa, imaginando hipótesis para expli-car mecánicamente todas las cosas y relegando a la meta-física todas las demás causas. Sin embargo el objetivo bá-sico de la filosofía natural es argumentar a partir de los fe-nómenos, sin imaginar hipótesis, y deducir las causas apartir de los efectos hasta alcanzar la primerísima causaque ciertamente no es mecánica. Y no sólo para develar elmecanismo del mundo, sino fundamentalmente para re-solver estas cuestiones y otras similares: ¿Qué hay en loslugares vacíos de materia y cómo es que el Sol y los plane-tas gravitan unos hacia otros sin que haya entre ellos mate-ria densa? .. "IO.

El acercamiento, a través de la filosofía natural, aesa "primerísima causa" no sólo tiene repercusio-nes en el campo del conocimiento. También,como lo afirma Newton en el último párrafo de laOplica, incide en el terreno de la ética al posibili-tar una mejor comprensión de nuestros debereshacia Dios y hacia nuestros semejantes 11.

Cuando la ciencia logra llegar como en los Princi-pia a sus estadios de elaboración más avanzados,aquellos en los cuales las proposiciones se enlazanestrechamente en un sistema coherente y las leyesalcanzan validez universal, las fronteras entre laciencia y la metafísica se desdibujanl2. Detrás dela ley universal hay que adivinar entonces, yen loposible demostrar, la acción del Ser Supremo. Eneste estadio las leyes matemáticas están ya porfuera de toda duda y la ciencia se acerca a lo abso-luto. El logro de este acercamiento es a los ojos deNewton la finalidad más elevada de la ciencia.

10. Ibid. "cuestión 28" p. 319.

11. Ibid. "cuestión 31" p. 350. La cita textual es la siguiente: "Nosólo la filosofía natural se perfeccionará en todas sus partes siguiendoeste método [método de análisis y síntesis), sino que también lafUo-sofía moral ensanchará sus fronteras. En la medida en que conozca-mos por filosofía natural cuál es la primera causa, qué poder tiene so-bre nosotros y qué beneficios obtenemos de ella, en esa misma medi-da se nos aparecerá con la luz natural cuál es nuestro deber hacia ella,así como hacia nosotros mismos". (La bastardilla es nuestra).

12. C1arke, portavoz de Newton en su polémica con Leibniz, se em-peña también en desvanecer estas fronteras. En su segunda respues-ta a Leibniz se opone a los materialistas que suponen la constituciónde nuestro mundo tal y como pudo surgir "de meros principios me-cánicos de materia y movimiento, de necesidad y destino". "Losprincipios matemáticos de filosofía por el contrario, continúa Clar-ke, muestran que el estado de cosas (constitución del Sol y los plane-tas) es tal que no pudo haber surgido más que de una causa inteligen-te y libre". "En tanto que consecuencias metafísicas se siguen de-mostrativamente de principios matemáticos, concluye, los principiosmatemáticos pueden (si se lo considera conveniente) ser llamadosprincipios metafísicos" (véase The Leíbniz-Clarke Corresponden ceop. cit. p. 20).

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11. Las formulaciones sobre método.La tensión entre el anhelo de certezay la conciencia de incertidumbre.

Pero antes de alcanzar esos elevados fines la cien-cia tiene que trabajar lo fenoménico. En este tra-bajo, que arrastra la incertidumbre de todoquehacer humano, los problemas de método ad-quieren pertinencia. Los frutos del trabajo coti-diano de la ciencia pueden resultar erróneos obien provisionales y perfectibles y cobra entoncessentido la tarea de definir criterios que orienten lalabor del hombre de ciencia. Pero en Newton laincertumbre se manifiesta incluso a un nivel másfundamental. En su correspondencia con Bentleyexpresa en efecto una duda radical sobre la capa-cidad de la mente humana para comprender losmodos reales de operación del mundo físico."Aquellas cosas que los hombres entienden pormedio de frases impropias y contradictorias, diceNewton, pueden algunas veces ser reales en la Na-turaleza sin contradicción alguna"13. La naturale-za puede no ser, en otras palabras, totalmenteasequible a la razón humana. El anhelo de la cer-teza absoluta, de la aproximación al Creador através de la comprensión nítida de su obra podríaverse frustrado de raíz -esa es la duda presente enNewton- por una incapacidad insuperable de larazón.

A causa tal vez de esa conciencia de incertidum-bre frente a los anhelos de un conocimiento abso-luto, muchas de las formulaciones sobre proble-mas de método en la obra de Newton darían piepara pensar, paradójicamente, en una imagen dela ciencia según la cual toda aspiración a la certezaabsoluta ha desaparecidol4. Ilustraremos este as-

13. Tercera carta de Newton a Bentley (Feb. 1693) en 1. Newton'sPapers and Letters on Natural Philosophy, op. cit. p. 304. Como loseñala Perry Miller en su estudio introductorio a las cartas esta ideaexpresada por Newton sobre la posibilidad de incongruencias entrelos procesos de la mente humana y aquellos que ocurren en el mundonatural probablemente no fue comprendida por el mismo Bentleypara quien el sistema newtoniano era "claro, racional y simple y po-día traducirse de inmediato y completamente a declaraciones afir-mativas sobre teología natural" (Ibid. p. 276). La posición de New-ton es también ajena a las interpretaciones de su sistema en la Ilustra-ción que hacen de éste una verdad indiscutible sobre la constitucióndel universo y una prueba más del poder ilimitado de la razón paracomprender la naturaleza. Newton tal vez no fue tan newtonianocomo algunos de sus seguidores del sigloXVIII lo hubiesen deseado.

14. Estas dos facetas aparentemente contradictorias del pensamien-to newtoniano -su anhelo de alcanzar a través de la ciencia lo absolu-to, por una parte, y sus formulaciones cautelosas sobre el carácter deverdad de las aserciones logradas por medio de los procedimientospropios de la ciencia, por otra- han motivado entre muchos estudio-sos de la obra del sabio inglés juicios encontrados sobre el significado

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pecto examinando algunas de las formulacionessobre método compuestas por Newton en dos mo-mentos distintos de su investigación sobre proble-mas de la física. Primero, las reflexiones metodo-lógicas que suscita la polémica alrededor del tra-bajo de Newton sobre la óptica de los colores en1672. En segundo lugar nos detendremos en las"reglas para filosofar" que abren el tercer libro delos Principia cuya primera edición data de 1687.

1) La polémica sobre los colores de la luz

La cautela que hemos insinuado en las formula-ciones sobre método se manifiestan desde los pri-meros escritos públicos de Newton en el célebredebate que suscitó en 1672 su primer trabajo so-bre la óptica de los colores en la Royal Society. Eneste debate se expresa ya con toda su fuerza la ten-sión entre la aspiración a la certeza y la concienciade incertidumbre. Polemizando con Hooke, paraquien el propósito principal de la investigación delos fenómenos naturales -en este caso del fenóme-no de aparición de colores cuando la luz blanca esrefractada por el prisma- no es el de alcanzar unateoría necesaria sino tan sólo el de llegar a la for-mulaciqn de una "hipótesis" sobre la naturalezadel fenómeno en cuestión que permita explicar demanera cualitativa las observaciones y los experi-mentos realizados, Newton señala cómo por estecamino no sería posible esperar certeza alguna enlas conclusiones de la ciencia. Consciente de quevarias "hipótesis" sobre la naturaleza de la luzpueden, a est~ nivel cualitativo, explicar de mane-ra equivalente los fenómenos observados, New-ton optará por "rechazarlas todas" y por tratar laluz "abstractamente" como un ente compuesto de"rayos" que se refractan de manera distinta pero

que la ciencia tenía para Newton. Ralph M. Blake por ejemplo, en suestudio sobre la teoría newtoniana del método científico, ignora losaspectos "metafísicos" de la obra de Newton y concluye que éste halogrado "emanciparse completamente" de cualquier idea que pre-tenda hacer del conocimiento de la naturaleza una ciencia absoluta ydefinitiva. "Su franco abandono de la posibilidad para la ciencia na-tural de cualquier certeza y finalidad absolutas" harían de Newtonun pensador que en su concepto de la ciencia se acercaría de algunamanera más a nuestra propia concepción que a la de su época. ZevBechler por el contrario, criticando estos intentos frecuentes de"modernizar" a Newton o de hacer su apología dejando de lado lasfacetas de su obra que desde una perspectiva moderna pueden pare-cer oscuras e irracionales, sostiene que "la metafísica es el punto departida y también el objetivo final de la física de Newton". Incluso laidea de una "ciencia autónoma", según Bechler, se encontraría enNewton tan solo en un sentido muy limitado: "La imagen de la físicay la metafísica como un solo bloque indivisible era inevitable para él[Newton) ... ". (Véase Blake Ralph M. "Sir Isaac Newton's theory ofscientific method" The Philosophical Review vol. XLII (1933No. 5pp. 453-486, también Bechler Z. "Sorne issuesof newtonian historio-graphy" en Contemporary Newtonian Research, D. Reidel Publis-hing Company, Dordrecht, 1982pp. 1-20).

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cumpliendo siempre, cada uno de ellos, la ley ma-temática de la refracción 15.Dejando así de lado elproblema de la naturaleza física de la luz -proble-ma ciertamente importante pero sobre el cual noes posible emitir sino conjeturas probables- New-ton elabora una "teoría matemática" de los colo-res. Esta teoría le permite diseñar experimentoscon propósitos precisos estableciendo al mismotiempo las magnitudes físicas o geométricas signi-ficativas que deben ser medidas.

En el fondo, aunque Newton no lo reconozca ex-plícitamente, las principales fuentes de certeza enla investigación sobre los colores vienen a ser, poruna parte, la coherencia interna de la "teoría ma-temática" que toma como uno de sus principalesfundamentos la ley de la refracción y, por otra, lacoincidencia de las previsiones teóricas con los re-sultados de experimentos y observaciones inter-pretados claro está a la luz de la teoría. Sin embar-go, a los ojos de Newton, el método que debe se-guirse en el estudio de los fenómenos -y que difie-re marcadamente de las observaciones al azar querealiza Hooke sobre numerosos efectos y de las"hipótesis" que compone para explicarlas- es a lavez una fuente de certeza y una delimitación de lamisma.

Newton, exagerando la faceta empírica de su tra-bajo, presenta en sus formulaciones metodológi-cas de la época las proposiciones de la teoría comoexplicitaciones analíticas de "propiedades de lascosas" --en este caso de la luz y de los colores- ob-tenidas directamente a través de la experimenta-ción. En una segunda etapa esas proposicionesbásicas deben permitir la comprensión de nuevosfenómenos y el diseño de experimentos. Este mé-todo, que en las reflexiones de 1672 se encuentraapenas esbozado, es el que muchos años despuésen los Principia y en la Oplica se denominará de"análisis y síntesis,,16. Es de interés anotar cómoNewton en las formulaciones metodológicas -ya

15. Newton insiste de manera recurrente, en este debate sobre la óp-tica de los colores, en la imposibilidad de lograr conclusiones ciertasorientando la indagación hacia la elaboración de "hipótesis" explica-tivas de la naturaleza del fenómeno. En su respuesta a la revisión queHooke hizo de su primer artículo dice por ejemplo: " ...Yo sabía quelas propiedades de la luz que he expuesto eran susceptibles en algunamedida de ser explicadas no solamente por aquella [hipótesis de laluz como flujo de partículas] sino por muchas otras hipótesis mecáni-cas. Por esta razón opté por declinarlas todas ypor hablar de la luz entérminos generales, considerándola abstractamente como alguna uotra cosa propagándose a partir de los cuerpos luminosos en todas di-recciones y en línea recta, sin determinar qué es esa cosa ... " ("NeW-ton's answer to Hooke" en Isaac Newton's Papers ... op. cit. pp. 118-119).

16. En una carta a Pardies, escrita en el trascurso de la polémica,Newton esboza así su posición metodológica, contrastándola con la

sea con el propósito de presentar, para efectos deldebate, su teoría como emanando muy directa-mente de la observación y del experimento o biencon la convicción de que tal era en efecto el caso-deja de lado un factor decisivo: el papel de la leyde la refracción como principio teórico previo queorienta toda la indagación experimental y a la luzdel cual se interpretan las observaciones 17.

A pesar de que Newton considera su "doctrina"de los colores como una "teoría matt:;mática" en lamedida en que la luz es tratada "abstractamente"como mezcla de "rayos" dejando de lado la natu-raleza física de éstos, el grado de certeza que leatribuye no es en modo alguno el de la "demostra-ción matemática". Los principios de la teoría delos colores tienen su origen en la física y su certezano puede por lo tanto superar la de los experimen-tos que, según la concepción metodológica deNewton, se encuentran en su base. Esta diferen-ciación nítida entre l~ certeza de la matemática,que se fundamenta en la aceptación de los axio-mas y en el rigor de la demostración lógica, y la de

de Hooke: " ... debe observarse que la doctrina que he expuesto conrelación a las refracciones y a los colores consiste sólo en ciertas pro-piedades de la luz sin referencia a ninguna hipótesis por medio de lacual esas propiedades puedan ser explicadas. Porque el método me-jor y más seguro de filosofar parece ser, primero inquirir diligente-mente las propiedades de las cosas por medio de experimentos y des-pués proceder más despacio a las hipótesis para explicarlas. Porquelas hipótesis deben servir sólo en la explicación de las propiedades delas cosas pero no deben ser supuestas en su determinación ... Porquesi la posibilidad de hipótesis se toma como la piedra de toque de laverdad y realidad de las cosas, no veo cómo pueda lograrse la certezaen cualquier ciencia ya que numerosas hipótesis pueden ser inventa-das que parecerán superar las dificultades. Por lo tanto se ha conside-rado aquí necesario dejar de lado todas las hipótesis como ajenas alpropósito [de la investigación]... " ([bid. p. 106. La bastardilla esnuestra).

17. Sin embargo Newton debía ser consciente del papel de la ley dela refracción en la orientación de su estudio. Para percatarse de ellobasta leer el primer párrafo de su célebre artículo de 1672: "Al co-mienzo, observar los vívidos e intensos colores así producidos [por elprisma] constituyó una diversión muy agradable; pero después de unrato aplicándome a considerarlos de manera más circunspecta mesorprendí de verlos en forma oblonga, la cual de acuerdo con las le-yes de la refracción recibidas yo esperaba que debería ser circular"("Newton's theory about light and colors" en Isaac Newton's Papersand Letters on Natural Philosophy, op. cit. p. 48). En adelante el es-fuerzo de Newton se centrará en disolver esta aparente contradicciónmanteniendo como puntal incuestionable la ley de la refracción. Esposible también, claro está, que Newton haya considerado esa leycomo un producto directo de la observación. Pero aún en tal caso noes menos cierto (aunque Newton no quiera o no pueda reconocerlaexplícitamente) que en la investigación sobre los colores esa ley ac-túa como un principio, formulado de manera universal y separadopor lo tanto de la experiencia, que permite el análisis de lo observa-ble bajo una perspectiva particular que en este caso resulta fructífe-ra. Esta perspectiva le permite a Newton llegar finalmente a 13pro-posiciones que constituyen el núcleo de su teoría. Las proposicionesfundamentales establecen que la luz blanca es una mezcla de "rayos"cada uno de los cuales cumple estrictamente la ley de la refracciónpero posee una refrangibilidad determinada que es diferente paracada "rayo". A cada "rayo" se le asocia además un color diferente.

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la física que no puede ir según Newton más allá desu fundamento empírico, se expresa a propósitodel debate sobre los colores en una importantecarta al secretario de la Royal Society:

"Finalmente he observado una expresión casual, que insi-núa una mayor certeza en estas cosas de la que yo he pro-metido, a saber la certeza de la demostración matemática.He sostenido en efecto que la ciencia de los colores eramatemática, y tan segura como cualquier parte de la ópti-ca; pero, ¿quién ignora que la óptica y muchas otras cien-cias matemáticas dependen tanto de las ciencias físicascomo de las demostraciones matemáticas? Y la absolutacerteza de una ciencia no puede ser mayor que la certezade sus principios. La evidencia con que he afirmado lasproposiciones de los colores procede de los experimentosfísicos y, por lo tanto, no son más que físicas. En conse-cuencia, las proposiciones mismas no pueden ser estima-das más que los principios físicos de una ciencia. Y si esosprincipios fuesen tales que en base a ellos un matemáticopudiese determinar todos los fenómenos cromáticos quelas refracciones pueden producir y se demostrase de quémanera y en qué medida esas refracciones separan o mez-clan los rayos, a los cuales son inherentes originalmentevarios colores, yo supongo que la ciencia de los colores hade ser matemática y tan exacta como cualquier parte de laóptica" 18.

En la filosofía natural la certeza -si nos atenemosa las declaraciones de Newton- sólo puede prove-nir de la fase analítica, aquella en la cual a partirde la observación y de los experimentos se "dedu-cen" los principios. La teoría, aunque es mate-mática en el sentido particular expresado porNewton, no posee necesariamente una certeza ab-soluta como sí puede ocurrir con los sistemas de lamatemática pura. Incluso, por el hecho mismo desu referencia a la experiencia y de su supuesto fun-damento empírico, la evidencia científica puedeser examinada en detalle y cuestionada. Los mo-dos de ese cuestionamiento no pueden ser sin em-bargo arbitrarios; deben ajustarse, ellos también,a los críterios metodológicos que rigen la indaga-ción: "Por lo tanto, dice Newton, la manera deexaminarla [la teoría] es considerando si los expe-rimentos que propongo prueban aquellas partesde la teoría a las cuales se aplican; o bien llevandoa cabo otros experimentos que la teoría pueda su-gerir para su examen". 19

18. Carta de Oldenburg, secretariado de la Royal Society. Citadopor Burtt en Los fundamentos metafísicos de la ciencia moderna,Editorial Sudamericana p. 242.

19. "A Series of Queries propounded by Mr. Isaac Newton ... " enIsaac Newton's Papers and Letrers on Natural Philosophy op. cit. p.93 (La bastardilla es nuestra). Dada la importancia de este textolo citamos a continuación completo:

"Permítame insinuar Sr. que no puedo considerar efectivo para ladeterminación de la verdad el examinar las varias maneras por lascuales un fenómeno puede ser explicado, excepto cuando puede ha-cerse una enumeración perfecta de todas esas maneras. Como Ud.sabe, el método apropiado para inquirir las propiedades de las cosas

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"El método mejor y más seguro de filosofar", elmétodo de "análisis y síntesis" -que Newton de-fiende en contraposición a la metodología laxa deun Hooke que colecciona observaciones sin crite-rios racionales rigurosos e inventa hipótesis paraexplicar grosso modo esos efectos- es una garan-tía de verdad, puesto que pretende extraer losprincipios directamente de la observación y delexperimento, pero también es fuente de incerti-dumbre ya que lo observado y lo experimentadono sólo admiten siempre una afinación y una pre-cisión crecientes sino también interpretaciones di-versas que justamente el esfuerzo teórico trataríade delimitar. Es precisamente el poder de delimi-tación de la teoría, que no se reduce a los procesosde interpretación sino que se traduce también enuna demarcación y jerarquización estrictas delcampo de la experiencia pertinente para la investi-gación, lo que diferencia radicalmente el trabajode Newton de las "historias naturales" del empi-rismo científico de su tiempo. Sin embargo la deli-mitación que introduce el esfuerzo teórico siem-pre guarda un cierto grado de arbitrariedad y porlo tanto también un cierto grado de cuestionabili-dad e incertidumbre.

2) Las reglas para filosofar

La cautela en las formulaciones metodológicas-que pretenden señalar pautas para llegar a la ver-dad pero dejan siempre un espacio abierto a laduda- es tal vez aún más patente en las obras demadurez. Por el lugar significativo que ocupan enlos Principia, orientando la delicada transiciónentre la elaboración teórica de carácter esencial-mente matemático (libros I y 11)Yel "sistema delmundo" (libro 111), las "Reglas para Filosofar"son de particular importancia para nuestra refle-xión. En el libro I de los Principia, tomando comofundamento los tres "axiomas o leyes de movi-miento", Newton analiza matemáticamente lascaracterísticas de posibles movimientos cuandolos cuerpos interactúan según fuerzas que varíanen proporción inversa al cuadrado de la distancia

es deducirlas de los experimentos. Yo le señalé que la teoría que pro-puse se hizo patente no infiriendo talo cual cosa porque no podía serde otra manera, esto es, deduciéndola no de una refutación de supo-siciones contrarias sino derivándola de experimentos que concluíanpositiva y directamente. Por lo tanto la manera de examinarla es con-siderando si los experimentos que propongo prueban aquellas partesde la teoría a las cuales se aplican; o bien llevando a cabo otros expe-rimentos que la teoría pueda sugerir para su examen". Nótese cómo apesar de la tendencia de Newton a exagerar su propio empirismo pre-sentando la teoría como "duducida" de los experimentos, en las últi-mas líneas de esta cita reconoce el poder de la teoría para organizarla experiencia o por lo menos para sugerir experimentos relevantes.

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y en proporción directa al producto de las masas.En particular, Newton examina las condiciones devalidez de las tres leyes de Kepler para los movi-mientos planetarios. El libro fse caracteriza por laexploración libre -aunque matamáticamente ri-gurosa- de diversos problemas hipotéticos que enel contexto de este libro no pretenden tener aúnuna relación estrecha con situaciones observablesdel mundo real. 20 En el libro In -"Sistema delMundo"- se procederá a contrastar los datos as-tronómicos sobre los movimientos planetarios-"fenómenos", como los llama Newton en este li-bro- con las conclusiones matemáticas alcanzadasen el libro 1. Esta contrastación será el punto departida de un proceso de generalización muy au-daz que culminará con el enunciado de la ley de lagravitación universal. Las "reglas para filosofar"que abren el libro ni pretenden señalar pautasque orienten y justifiquen este proceso.

Las dos primeras reglas se refieren a la atribuciónde causas para explicar fenómenos21

:

Regla 1:"No debemos para las cosas naturales admitir más cau-sas que las verdaderas y suficientes para explicar susfenómenos" .

A manera de explicación Newton añade a conti-nuación del enunciado: "Dicen sobre ello los filó-sofos: la Naturaleza no hace nada en vano y esvano mucho cuando basta con poco. Pues la Natu-raleza es simple, y no se complace en causas su-perfluas para las cosas". Redactada como conse-cuencia de la primera regla, la segunda dice:

20. Bernard 1. Cohen ha destacado, como una de las característicasmás notables del "estilo newtoniano" de los Principia, la capacidadde su autor para tomar distancia frente a las situaciones reales elabo-rando en forma relativamente libre "constructos matemáticos" idea-les que, al introducir condiciones adicionales, pueden hacerse cadavez más complejos acercándose así gradualmente a situaciones rea-les (véase 1. Bernard Cohen La revolución newtoniana y la transfor-mación de las ideas cientificas, Alianza Universidad, Madrid 1983,especialmente el capítulo 3). El mismo Newton señala en la intro-ducción al libro 111de los Principia: "En los libros precedentes he ex-puesto principios de filosofía, no tanto filosóficos como matemáti-cos, sobre los cuales resulta posible fundamentar nuestros razona-mientos en asuntos filosóficos ... Es preciso aún demostrar a partir deesos mismos principios la constitución del sistema del mundo (1.Newton Principios matemáticos de la filosofia natural, Editora Na-cional, Madrid 1982, p. 655).

21. [bid. p. 657. Estas dos reglas son las únicas que figuraban en laprimera edición de los Principia (1687). La tercera regla se introduceen la segunda edición (1713) y la cuarta en la tercera edición (1726).Para un estudio comparativo sobre las sucesivas formulaciones de lasreglas tanto en los manuscritos como en las ediciones de los Princi-pia, véase Koyré A. "Les Regulae philosophandi" en Etudes newto-niennes Gallimard 1968, pp. 317- 329.

Regla 11: ."Por consiguiente, debemos asignar tanto como sea POSI-ble a los mismos efectos las mismas causas".

Estas dos reglas apuntan a la unificación de losprincipios teóricos. Como se ve, están redactadasa la manera de preceptos metodológicos para elhombre de ciencia sin que aparezca en el enuncia-do mismo ninguna pretensión ontológica. La ex-plicación de la primera regla introduce sin embar-go, a manera de justificación del precepto, la sim-plicidad de la naturaleza. Conviene anotar tam-bién la atenuación que introduce el "tanto comosea posible" de la segunda regla. Con esta atenua-ción, que Newton introdujo en la segunda edició~de los Principia, se admite implícitamente la POSI-bilidad de resultados de la ciencia que no sean aca-bados, que no constituyan verdades definitivas,que no coincidan exactamente con las "causas ver-daderas" según las cuales obraría la naturaleza.

En el libro ni de los Principia Newton utiliza estasdos reglas en particular para justificar la asigna-ción de una misma fuerza, la fuerza de la grave-dad, a la acción que mantiene la Luna en su órbitaalrededor de la Tierra y a la fuerza que hace caerlos cuerpos cerca de la superficie terrestre22. Usa-rá también la regla n (en la Proposición V Teore-ma V del libro In) para afirmar, con base en la si-militud de las características esenciales de los mo-vimientos de los planetas alrededor del Sol y de laLuna alrededor de la Tierra, que la misma causa-la fuerza de la gravedad- actúa entre el Sol, losplanetas y los satélites.

La regla In se refiere no ya a la asignación de cau-sas como las dos anteriores sino a la atribución decualidades universales a los cuerpos:

Regla III:"Las cualidades de los cuerpos que no admiten intensifica-ción 'ni reducción, y que resultan pertenecer a todos loscuerpos dentro del campo de nuestros experimentos, de-ben considerarse cualidades universales de cualesquieratipos de cuerpos".

La regla manifiesta nuevamente el sesgo empiris-ta de las formulaciones sobre método de Newtonque ya hemos señalado. En la explicación que si-

22. Véase la proposición IV teorema IV del libro 111de los Principia.Después de comparar la aceleración de la Luna en su órbita circularcon la aceleración de la gravedad y de mostrar que la relación de esasaceleraciones varía inversamente como la relación de los radios alcuadrado, Newton concluye: "En consecuencia (por las reglas I y 11),la fuerza por la que la Luna es retenida en su órbita es precisamentela misma fuerza que comúnmente llamamos gravedad ... " (Princi-pios ... op. cit. p. 670).

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gue a la regla el autor aclara: "Pues como las cuali-dades de los cuerpos sólo nos son conocidas porexperimentos, debemos considerar universal todocuanto concuerda con ellos, y aquellas que no sonsusceptibles de disminución no pueden ser supri-midas. Ciertamente, no debemos abandonar laevidencia de los experimentos por sueños y ficcio-nes vanas, ni tampoco alejarnos de la analogía dela naturaleza, que es acostumbradamente simpley siempre consonante consigo misma,,23.

Como aplic<;lción de la regla Newton muestracómo podría llegarse a la idea de la gravitaciónuniversal:

" ... si consta univt:rsalmente por experimentos y observa-ciones astronómicas que todos los cuerpos situados en tor-no a la Tierra gravitan hacia ella ... ; que del mismo modola Luna. con arreglo a su cantidad de materia. gravita ha-cia la Tierra y que. por otra parte. nuestro mar gravita ha-cia la Luna. como todos los planetas unos con respecto delos otros ... debemos como consecuencia de esta regla ad-mitir universalmente que todos los cuerpos sin excepciónestán dotados de un principio de gravitación mutua"."·

También en el libro JII. Newton hará uso de estaregla para justificar en particular la extensión delpoder de atracción de la Tierra a todos los cuerpossin excepción (Proposición VI, Teorema VI, Co-rolario 11,Libro 111).

23. lbid. p. 658. En la explicación que sigue al enunciado de la regla.Newton la aplica para mostrar cómo a partir de propiedades talescomo la extensión. la dureza, la impenetrabilidad. la movilidad, lainercia de los cuerpos objeto de nuestra experiencia podemos inferirestas propiedades para todos los cuerpos. Koyré ha señalado el ca-rácter polémico y anticartesiano de esta regla. Según ella. la mismaextensión de todo cuerpo sería un resultado empírico y no como loquería Descartes una propiedad esencial y prácticamente equivalen-te a priori a la materia misma (res extensa) (Véase Koyré. op. cit. pp.320-321. La voluntad anticartesiana de Newton se manifiesta aúnmás explícitamente en el borrador de una quinta regla que se abstuvosin embargo de publicar: "Todó lo que no deriva de las cosas mismassea por los sentidos externos, sea por la sensación de los pensamien-tos (cogitaciones) internas, debe ser tenido como hipótesis. Así. yosiento que pienso, lo cual no podría Ilcurrir si no sintiese al mismotiempo que existo. Pero yo no no siento que idea alguna sea innata. Yno tomo por fenómenos lo que se deJa conocer de nosotros por loscinco sentidos externos sino también aquello de lo cual, pensando.tenemos la intuición en nuestros espíritus; cosas tales como: existo.creo. entiendo, recuerdo, pienso. quiero. no quiero. tengo sed. ten-go hambre. gozo, sufro etc. Y lo que no puede scr demostrado a par-tir de los fenómenos. ni se sigue de ellos por un argumento funda-mentado en la inducción. lo tengo por hipótesis". (lbid. p. 324).

24. Esta explicación podría dar pie (como efectivamente ocurrió) ainterpretaciones de la gravitación como cualidad interna o innata a lamateria. Sabemos que Newton siempre se opuso a esta concepción yprobablemente por eso agregó a continuación. en la tercera edición:"Para nada afirmo que la gravedad sea esencial a los cuerpos. Por laFuerza ínsita sólo entiendo su fuerza inercial. que es inmutable",(Prinripios ... op. cit. p. 659).

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Al igual que las dos anteriores, la regla III quierejustificar como resultado de lo empírico un proce-so de universalización que necesariamente escapaa las condiciones de lo experimentable. En el es-fuerzo mismo por fundamentar la ley universal dela gravitación como consecuencia de lo empírico,se descubre la limitación de una tal fundamenta-ción al tener que introducir una regla de razona-miento que precisamente la postule. En realidadlas reglas dan muestra de la enorme capacidad dereflexión del autor de los Principia sobre su propiaobra. Indican la preocupación del autor por la va-lidez de sus generalizaciones y la conciencia delenorme salto en ellas implicado. Representan unintento de justificar el salto que no logra en reali-dad sino ponerlo de relieve al tener que postularen la regla lo que no puede salir de la empiria.

La cuarta regla es, como dice Koyré, la regla debuena conducta y de prudencia del empirismoconsecuente:

Regla IV:"En filosofía experimental debemos recoger proposicio-nes verdaderas o muy aproximadas inferidas por induc-ción general a partir de los fenómenos, prescindiendo decualesquiera hipótesis contrarias. hasta que se produzcanotros fenómenos capaces de hacer más precisas esas pro-posiciones o sujetas a excepciones".

Hacia el final de la Optica Newton volverá sobreel contenido de esta regla en una explicación delmétodo de "análisis y síntesis". Con mayor con-ciencia aún de las limitaciones del método y de lanecesaria incertidumbre que lo acompaña, New-ton escribe:

"y. aunque los argumentos a partir de observaciones y ex-," perimentos por inducción no constituyen una demostra-

ción de las conclusiones generales. con todo. es el mejormodo de argumentar que admite la naturaleza de las cosas.y ha de considerarse tanto más fuerte cuanto más generales la inducción".":>.

25. Oplica. op. cit. p. 349. Dada la importancia de este aparte de laOptica, reproducimos todo el texto: "Como en lasmatemáticas. en lafilosofía natural la investigación de las cosas difíciles por el métodode análisis ha de preceder siempre al método de composición. Esteanálisis consiste en hacer experimentos y observaciones. en sacar deellos conclusiones generales por inducción y en no admitir otras ob-jeciones en contra de estas conclusiones que aquellas salidas de losexperimentos u otras verdades ciertas. pues las hipótesis no han deser tenidas en cuenta en la filosofía experimental. Y, aunque los ar-gumentos a partir de observaciones yexperimentos por inducción noconstituyan una demostración de las conclusiones generales. contodo. es el mejor modo de argumentar que admite la naturaleza delas cosas y ha de considerarse tanto más fuerte cuanto más general esla inducción. Si de los fenómenos no surge ninguna excepción. lasconclusiones pueden proclamarse en general. Pero. si algún tiempodespués surgiese alguna excepción de los experimentos. habrán decomenzar a proclamarse con las excepciones pertinentes. Con estemétodo de análisis podemos pasar de loscompuestos a sus ingredien-

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La Regla IV y el aparte de la Oplica que hemos ci-tado destacan la conciencia por parte de Newtondel carácter de provisionalidad que poseen mu-chos de los resultados de la labor científica. Se di-ría, al leer estos textos, que su autor ha abandona-do toda aspiración a la verdad absoluta y que con-cibe la empresa de la ciencia como una permanen-te labor de afinación y rectificación sin límite. Sinembargo en el siguiente párrafo de la Oplica -elúltimo del libro- Newton, como si no quisiera de-jarnos olvidar el significado y la finalidad profun-damente metafísicos que a sus ojos tiene el traba-jo de la ciencia, nos habla del conocimiento de la"primera causa", al cual debe conducir la labor dela filosofía natural y de los posibles efectos de eseconocimiento sobre el comportamiento moral delos hombres2ó. De igual manera en el Escolio Ge-neral que cierra su máxima obra, se extiende so-bre la necesaria existencia de un "ente inteligentey poderoso" bajo cuyo consejo se habría origina-do "este elegantísimo sistema del Sol, los planetasy los cometas" y que a su vez rige todas las cosas"no como alma del mundo sino como dueño de losuniversos". 27

lB. La armonía como criterio de certeza.

En realidad encontramos en Newton un propósitoconstante de hacer que la ciencia, por lo menos ensus conclusiones más generales, pueda subordi-narse a finalidades metafísicas. La filosofía natu-

tes y de los movimientos a las fuerzas que los producen; en general.de los efectos a las causas y de estas causas particulares a las más ge-nerales. hasta que el argumento termine en la más general. Este es elmétodo de análisis. El de la síntesis. por su parte. consiste en supo-ner las causas descubiertas y establecidas como principios y en expli-car con ellos los fenómenos. procediendo a partir de ellas y demos-trando las explicaciones". En el prefacio a la primera edición de losPrincipia Newton expresa de manera resumida el programa de"análisis y síntesis" para la mccánica en los siguientes términos:" ... toda la dificultad de la filosofía parcce consistir en pasar de los fe-nómenos de movimiento a la investigación de las fuerzas de la Natu-raleza y luego demostrar los otros fenómenos a partir de esas fuer-zas" (Principios ... op. cit. p. 2(0).

26. Optica op. cit. p. 350. Véase también la nota (11).

27. En el Escolio General de los Principia Newton intenta mostrarcómo los resultados de la ciencia no pueden sino confirmar la necesa-ria acción de Dios sobre el mundo. "Pero aunque esos cuerpos pue-dan continuar en sus órbitas por las meras leyes de la gravedad, nosdice refiriéndose a los planetas. satélites y cometas del sistema solar,en modo alguno podrían haber adquirido apartir de esas leyes laposi-ción regular de las órbitas mismas. Los seis planetas primarios giranen torno al Sol en círculos concéntricos, con movimientos dirigidoshacia las mismas partes y casi en el mismo plano. Diez lunas giran entorno a la Tierra, Júpiter y Saturno en círculos concéntricos con lamisma dirección de movimiento y casi en los planos de las órbitas deesos planetas. Pero no debe suponerse que simples causas mecánicas

ral debe ayudarnos a conocer a Dios y debe ilumi-nar en sus aspectos éticos la práctica de los hom-bres28. Estos constituyen sus más elevados fines.Pero, para alcanzarlos Newton, manteniendo suarraigada voluntad de lograr la certeza en las con-clusiones de la filosofía natural, descarta tanto lavía del utilitarismo empirista que debilita el carác-ter de necesidad de los resultados de la ciencia(Hooke) como la del apriorismo que ~ostula sinmediación esa necesidad (Descartes)2 . Su polé-mica contra las "hipótesis", que se prolonga a lolargo de toda su obra científica, va precisamentedirigida contra estas dos corrientes de pensamien-to de enorme influencia en los ámbitos intelectua-les de la Inglaterra y de la Europa del siglo XVIIrespectivamente. Newton elige el camino de laconfrontación con los fenómenos sobrevalorandoincluso los aspectos empíricos de su investigacióny desconociendo en las formulaciones sobre méto-do los fundamentos racionales y teóricos previosque, tanto en los trabajos sobre óptica como sobremecánica, le permiten de hecho la organización yel tratamiento coherente de lo empírico. Por me-dio del trabajo de la ciencia el mundo empíricodebería revelar, como su faz oculta, lo absoluto.

podrían dar nacimiento a tantos movimientos regulares, puesto quelos cometas vagan libremente por todas las partes de los cielos en ór-bitas muy excéntricas ... Este elegantísimo sistema del Sol, los plal)e-tas y los cometas sólo puede originarse en el consejo y dominio de unente inteligente y poderoso" (Principios ..... op. cit. p. 814 Ysiguien-tes. La bastardilla es nuestra).

28.Newton contrasta su propia concepción -afianzada, así lo cree.por los resultados de la ciencia-, según la cual Dios no sólo es el crea-dor del universo sino también el "señor y "amo universal" que velaconstantemente por la conservación y el devenir de su creación, conla de Leibniz que hace de Dios el autor ausente de una máquina per-fecta y autoregulada. Como lo dice en el Escolio General de los Prin-cipia este dios "sin dominio, providencia y causas finales nada es sinohado y naturaleza". Así como la naturaleza en ese mundo sin diosevoluciona según leyes preestablecidas, los hombres se encuentranabandonados a un destino ciego. Por el contrario, el "señor dios,pantocrator o amo universal" de Newton exige obediencia e imponedeberes. La ciencia -así lo cree Newton- al aclarar las formas de ac-ción del amo universal sobre la natualeza puede contribuir también aesclarecer esos deberes. (Véase Escolio General de los Principia yOptica op. cit. p. 350).

29. Conviene anotar sin embargo cómo, a pesar de sus confesionesen contra del apriorismo, Newton introduce -tal vez era imposiblehacerlo de otra manera- los conceptos de espacio y tiempo absolu-tos, esenciales en la fundamentación de la mecánica, en forma com-pletamente apriorística, disimulando apenas el origen metafísico deestas nociones (véase Principios ... op. cit. Escolio pp. 228-235).Elcélebre escolio sobre espacio y tiempo es también interesante por-que, en contradicción con sus cautelosas formulaciones sobre méto-do que hacen de lo empírico la fuente principal de verdad en la cien-cia, Newton distingue aquí entre las medidas sensibles del espacio ydel tiempo que son apenas "vulgares y aparentes" y el verdaderoconcepto que es "absoluto y matemático" y contradice incluso los da-tos inmediatos de la experiencia sensible.

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Pero, por lo menos en primera instancia, lo empí-rico aparece como particularidad y fuente de in-certidumbre. De ahí que Newton, reconociendoun cierto relativismo en las verdades de la ciencia,intente superarlo por medio de la formulación dereglas y procedimientos de generalización quetrascienden el campo de lo empírico.

Lo que de hecho revelan estos intentos, aunqueNewton se resista a reconocerlo de manera explí-cita, es que en la ciencia la certeza no puede pro-venir tan solo de lo empírico; que tal vez su mejorgarantía reside en la coherencia racional de los sis-temas teóricos y en la concordancia de sus predic-ciones con los resultados de experimentos diseña-dos e interpretados dentro de los marcos concep-tuales de esos sistemas. Contrariamente a lo quesugieren las formulaciones newtonianas sobremétodo, el movimiento decisivo es el que va de lateoría a los fenómenos. El principal criterio decerteza es entonces un criterio de armonía. Si,como dice Zev Bechler3o, unos pocos principioslogran explicar un número grande de fenómenos,esos principios son probablemente ciertos. Si ex-plican todos los fenómenos, son verdaderos sinningún margen de duda. En realidad sólo de estecriterio de armonía -y no de reglas metodológi-cas- podría emanar la seguridad que Newton al-bergaba de haberse acercado, con la ley de gravi-tación universal, a lo absoluto.

30. Bechler Z. "Sorne issues of newtonian historiography" en Con-temporary newtonian research, D. Reidel publishing Co., 1982.

José Granés. Físico colombiano. Profesor de la UniversidadNacional.

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Chaucer, Geoffrey (1340-1400)Poeta Inglés

Grabado en MaderaIlustración para Los cuentos de Canterbury (c. 1386)