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Foro Internacional de Innovación Docente 2014
Entre la academia y el conocimiento local:
El papel del gestor cultural en la vinculación
de realidades distintas
Lic. Ana Mónica Hernández Pichardo Facultad de Filosofía y Letras‐UNAM
Otoño, 2014
RESUMEN:
El presente documento tiene el objetivo de describir la estrategia de investigación social utilizada en la gestión cultural, como una alternativa metodológica para la reactivación, difusión y preservación del patrimonio cultural. Asimismo, se pretende que esta estrategia sea un ejercicio de retroalimentación y vinculación entre dos esferas que suelen contraponerse, el conocimiento académico y el conocimiento local1. Para este fin, se abordará en primer lugar el caso de estudio de los Sones Canarios y la fiesta del Tlalmalli o “Tamal en el hoyo” de la comunidad de Pilateno, San Luis Potosí, como un ejemplo de conocimiento local transmitido a través de una fiesta tradicional y como un saber indispensable para la pervivencia económica de la localidad y, el rescate y salvaguardia de su patrimonio cultural. En segundo término se describirá la estrategia metodológica aplicada a mi investigación, en aras de proponer un modelo de gestión cultural y preservación del patrimonio que no sólo incentive a los gestores culturales, sino a los investigadores sociales en general, para trabajar de una manera más equitativa con las comunidades y desde una visión crítica hacia el sistema académico que históricamente ha subyugado a otros tipos de conocimiento no‐científicos sin tomar en cuenta la importancia que éstos tienen en el ámbito local y la forma en que retroalimentan a otros sistemas cognoscitivos. Finalmente y a manera de conclusión, se reflexionará en torno a la experiencia de trabajo en la comunidad de Pilateno, el papel de los gestores culturales como articuladores de realidades distintas y la importancia del trabajo interdisciplinario para las ciencias sociales de hoy en día.
Palabras clave: Conocimiento local, Conocimiento académico, Patrimonio Cultural, Gestión Cultural, Sones Canarios, Fiesta del Tlalmalli.
1Posteriormente se ahondará en la definición de éstos términos.
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Contexto de la intervención: Los Sones Canarios de Pilateno y la importancia del conocimiento local
La comunidad de Pilateno se sitúa a las orillas del municipio de Xilitla, San Luis Potosí. De acuerdo al
último censo del año 20102, su población se estimó en 594 habitantes (315 hombres y 279 mujeres), de
los cuales el 38.7% estaba conformado por niños y jóvenes de entre 2 y 18 años. Esta última cifra es
importante a considerar ya que en esta población recae la continuidad de las tradiciones3 y prácticas
culturales4 de la localidad.
No obstante, como muchas otras comunidades indígenas y campesinas de nuestro país, también se
encuentra influenciada por el bombardeo de los medios masivos de comunicación, el fenómeno de
migración campo‐ciudad generado a partir del abandono a las actividades agrícolas y el escaso apoyo
gubernamental al desarrollo rural, además del incremento de las relaciones interculturales en la llamada era
global5. Esto, ha generado la adopción y asimilación de nuevos hábitos culturales y la transformación de
patrones de consumo, principalmente entre los jóvenes.
Sin embargo, a pesar de esta situación, también encontramos la permanencia de valores identitarios
importantes en la educación de los niños de Pilateno, tales como: el fuerte arraigo del náhuatl como lengua
materna por encima del castellano, el predominio de productos naturales y orgánicos en la dieta alimentaria
de la población y la enseñanza de la herbolaria y la medicina tradicional.
Aunado a esto, tanto Pilateno como el municipio de Xilitla, pertenecen a la región geográfica‐cultural de la
Huasteca6, la cual ha contribuido históricamente al desarrollo del país a partir de la concentración de
grandes flujos turísticos, la extracción de recursos naturales y la preservación de tradiciones y
2Datos obtenidos de: Catálogo de claves de entidades federativas, municipios y localidades ‐ consulta y descarga, INEGI, México. [Recuperado el día 10 de Diciembre 2013 de, http://www.inegi.org.mx/geo/contenidos/geoestadistica/catalogoclaves.aspx] 3Entendemos tradición como: “[…] Sistema de valores, creencias, reglas y pautas de conducta que son compartidas por un grupo y transmitidas de generación en generación como parte integrante del proceso de socialización. Las tradiciones proporcionan a una sociedad una normativa de comportamiento cotidiano a la vez que sus conceptos de moralidad: las reglas del bien y el mal. Una tradición explica a los miembros de una sociedad cuál es el comportamiento correcto y, asimismo, por qué es justo hacer lo conveniente en cada circunstancia”. Definición en: HUNTER, David et al. (1981) Enciclopedia de Antropología, Edit. Bellaterra, España, p.640 4Las prácticas culturales se caracterizan por ser: “[…] el conjunto de acciones e interacciones orientadas hacia un fin que los miembros de una comunidad realizan e institucionalizan al paso de las generaciones.” Definición en: OLIVÉ, León (1999) Multiculturalismo y Pluralismo, Edit. Paidós/UNAM, México, citado en: GÓMEZ, Mónica (2009) Pluralidad de realidades, diversidad de culturas, Edit. UNAM, México, pp.17‐18 5El concepto de era global es definido por el teórico Marshall McLuhan como “el fenómeno moderno de la comunicación a partir del desarrollo tecnológico y de la proliferación de los medios masivos”. Definición en: GALLARDO, Monsalud (2009) “La era de la información global: ¿utopía o eutopía socio‐educativa?”, Facultad de Ciencias de la Educación/Universidad de Málaga, España , p.1 [Recuperado el día 10 de Enero de 2014 de, http://www.quadernsdigitals.net/index.php?accionMenu=biblioteca.EnLineaLibroIU.getLista] 6Si bien los límites de esta región han tenido variaciones de acuerdo a sus etapas históricas, actualmente se puede establecer su ubicación geográfica en seis estados principales; el norte de Veracruz, el noreste de Hidalgo, el sur de Tamaulipas, el oriente de San Luis Potosí y algunas porciones de Puebla y Querétaro. Para más información sobre la
región, consultar: RUVALCABA, Jesús (2004) La Huasteca, un recorrido por su diversidad, Edit. CIESAS/El Colegio de San Luis, A.C. /El Colegio de Tamaulipas, México.
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manifestaciones culturales7 reconocidas a nivel internacional. Al respecto de esta zona, el investigador César
Hernández (2003) menciona:
Es indiscutible la importancia de la Huasteca, región ubicada al noreste de México, entre la costa norte del
Golfo de México y la Sierra Madre Oriental, pues hoy como ayer las aportaciones de sus habitantes,
económicas, culturales y religiosas –en la formación de Mesoamérica, en la de la Nueva España y,
posteriormente, en la consolidación del Estado Mexicano‐ ha contribuido sobremanera al sostenimiento de la
sociedad mayor que les engloba.8
Del mismo modo, la Huasteca también se distingue por preservar la planta de maíz como base alimentaria de su población. Incluso, es a esta zona a quien se atribuye el origen de su siembra, “La base de la cultura del hombre americano, se encuentra en el principio del cultivo del maíz […] y es en la Huasteca que el señor don Henrique Juan Palacios, arqueólogo mexicano, ha señalado como su patria original […]”.9 Lo anterior, es un dato de gran relevancia ya que el maíz es considerado el elemento primordial las culturas mesoamericanas y un símbolo presente en diversas mitologías, ritos y creencias que a pesar de sus transformaciones, han logrado perpetuar en el imaginario de los pueblos indígenas actuales.
El maíz en Pilateno además de ser el producto alimenticio por excelencia, también es considerado desde la cosmovisión10 náhuatl como una deidad11 a la cual se atribuyen características humanas y a quien se debe “mantener contento” para garantizar las buenas cosechas y la supervivencia alimentaria. Entre las prácticas culturales de agradecimiento al maíz, se inserta la música de canarios o Sones Canarios12, que se caracterizan por tener una estrecha relación simbólica con los ciclos agrícolas, siguiendo al etnomusicólogo Camilo Camacho (2009):
[…] la tierra ha sido importante para todos los pueblos indígenas de la Huasteca, porque el cultivo de maíz va más allá de una necesidad económica o alimenticia, representa el sentido de su mundo y de su vida […] la música que se interpreta en los rituales dedicados al maíz divinizado y a las deidades que participan en su crecimiento busca la salud, la armonía social y del mundo y da identidad a los
7Para fines prácticos del presente artículo, utilizaremos indistintamente el término práctica cultural y manifestación cultural. 8HERNÁNDEZ, César (2003) Huapango: El son huasteco y sus instrumentos en los siglos XIX y XX, Colección Huasteca, Edit. CIESAS/El colegio de San Luís, México, p.15 9MEADE, Joaquín (1942) La huasteca, época antigua, Edit. COSSIO, México. p.22 10El término “cosmovisión” (en alemán Weltanschaung), fue formulado inicialmente por autores alemanes, entre los que destacan los filósofos Emanuel Kant y Wilhem Dilthey. Sin embargo, desde una perspectiva general podemos mencionar que: “La cosmovisión es […] la explicación e interpretación de puntos de vista de la realidad material y espiritual […] añadiendo que la esencia de la misma radica en el hecho de ejercer una influencia sutil o manifiesta en las acciones, creencias, costumbres, formas de pensar del individuo y la colectividad” Definición en: “Cosmovisiones y Filosofías” (2012) en Unidad de Formación de la Dirección General de Maestros, Edit. Viceministerio de Formación profesional, Bolivia [Recuperado el día 5 de Enero de 2014 de, http://www.minedu.gob.bo/documentacion/biblioteca/descargas.php?d=cosmovisiones_y_filosofias.pdf] 11Se entiende Deidad como: “Un ser divino o de esencia divina no importando la religión de la que provenga”. Definición en: Diccionario de la Lengua Española (DRAE) [Recuperado el día 1 de Enero de 2014 de, http://lema.rae.es/drae/?val=deidad] 12El género del Son Canario se inserta en los denominados Sones de Costumbre y se interpreta por diversos pueblos indígenas de la Huasteca para las ceremonias relacionadas con el ciclo agrícola, pedimento de lluvias y preservación del orden natural. Normalmente consisten en melodía y armonía, sin canto, y suelen tocarse de manera cíclica.
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pueblos teenek, nahuas, totonacos, otomíes y tepehuas además de diferenciarlos de los pueblos mestizos.13
La especificidad de los Sones Canarios de Pilateno es que se interpretan bajo la agrupación del trío huasteco14 y se tocan principalmente para la celebración del Tlalmalli o “Tamal en el hoyo” la cual es una ceremonia muy importante puesto que si se realiza comunalmente al cierre del año, se agradecerá la producción de las dos cosechas anuales y así “la tierra perdonará a los que no le hicieron ni una ofrendita durante todo el año”.
1. Descripción de la intervención
El ritual15del Tlalmalli consiste en la elaboración comunitaria de un tamal16 de maíz de
aproximadamente 40 kilos, que es horneado bajo tierra y cuya cocción depende de la
ejecución de una danza formada por siete niños y siete niñas que bailan alrededor de un
horno de tierra (donde se deposita el tamal). El baile va al compás de la música de los
siete Sones Canarios hasta cumplir con el ciclo de siete17 veces, de esta manera se
asegura un buen cierre en el calendario agrícola de la localidad.
Hasta este punto, podríamos asumir de manera somera, que la música de Sones
Canarios y la ceremonia del Tlalmalli de Pilateno, constituyen una tradición indígena que
13CAMACHO, Camilo et al. “La música del costumbre en la Huasteca. Una ventana a la interculturalidad regional” en HÍJAR, Fernando (2009) Cunas, ramas y encuentros sonoros, doce ensayos sobre patrimonio musical de México, Edit. Culturas populares/CONACULTA, México, p.276 14“El trío huasteco está conformado por la siguiente dotación instrumental: un violín, una jarana huasteca […] y una huapanguera. El violín lleva la línea melódica mientras que la jarana huasteca y la huapanguera se encargan del acompañamiento rítmico armónico.” Definición en: CAMACHO, Gonzalo (2000) “La música del maíz Estudio etnomusicológico desde una perspectiva semiológica en la región Huasteca”, Congreso de la sociedad española de musicología/Seminario de semiología musical/UNAM/ENM, México, p.4 [Recuperado el día 6 de Enero de 2014 de, http://www.semiomusical.unam.mx/secciones/actividades/proyectos/individuales/huasteca.pdf] 15Entendemos ritual como: “[…] próximo a la ceremonia y a menudo se distingue limitando su uso a un contexto puramente religioso. Las diferentes variedades de rituales pueden ser categorizados de modo vario. Los ritos calendáricos […] como es el caso pertinente de los equinoccios de una primavera y otoño, u ocasionalmente, como para curar una enfermedad.” Definición en: HUNTER, David et al. (1981) Enciclopedia de Antropología, Edit. Bellaterra, España, p.573 16Nombre genérico proveniente del vocablo náhuatl Tamalli, se adjudica a un alimento de origen americano que consiste en “una especie de empanada de masa de harina de maíz, envuelta en hojas de plátano o de la mazorca del maíz, y cocida al vapor o en el horno. Los hay de diversas clases, varían según la región”. Definición en: “Tamal”, Real diccionario de la lengua española (RAE) [Recuperado el día 8 de Enero de 2014 de, http://lema.rae.es/drae/?val=tamal] 17Este número hace referencia al plano vertical y al horizontal del universo entre los nahuas […], ya que el universo se ordena en función de los cuatro puntos cardinales y de tres puntos verticales: arriba, en medio y abajo. Soustelle señala que para los antiguos mexicanos el siete está a la mitad de la serie numérica fundamental del 1 a 13: este centro es el corazón del hombre (yolotl) y de la mazorca (olotl). Definición en: OLGUÍN, Enriqueta “Cómo nació el Chicomexóchitl”, en RUVALCABA, Jesús coord. (2003) Prácticas agrícolas y medicina tradicional, Edit. CIESAS, México, p.137
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incluso se podría calificar peyorativamente como “pintoresca” o “folklórica”, no obstante,
es necesario entender la importancia real de su preservación como patrimonio cultural,
asumiendo que ésta a su vez, constituye un conocimiento local.
Para aclarar mejor el punto, definiremos el conocimiento local18 como:
[…] la sabiduría, experiencia, aptitudes y prácticas que se desarrollan, mantienen y
transmiten de generación en generación en el seno de una comunidad y que a
menudo forman parte de su identidad cultural o espiritual […] Estos conocimientos
tradicionales se han desarrollado mediante las experiencias de las comunidades a
través de los siglos, adaptándose a las necesidades, culturas y ambientes locales
[…] 19
Así, el conocimiento local no posee un método estandarizado y se diferencia del
conocimiento académico o científico por hacer uso de aspectos religiosos, mágicos y
místicos que dentro de la ciencia se considerarían irracionales e inaceptables. No
obstante, lejos de anteponer o realizar un juicio de valor entre la tradición y la academia,
pretendemos exponer la eficacia que el conocimiento local tiene en la vida de las
comunidades y la forma en que se manifiesta en aspectos tan cotidianos como: la
medicina, las recetas de cocina, los cantos, la música, las leyendas, los oficios, entre
otros.
Al haber realizado la investigación de los Sones Canarios en la comunidad de Pilateno,
encontramos que no sólo era un conocimiento valorado desde una visión estética o recreativa, sino
que de ellos depende la enseñanza de una técnica dancística ancestral entre los niños y niñas más
pequeños, que a su vez, se liga a la salvaguardia de un patrimonio culinario en el proceso y la
preparación del Tlalmalli, y, al mismo tiempo, genera una cohesión social que garantizaba la
producción agrícola de los años venideros y permite la continuidad histórica de los valores
mesoamericanos.
Encontramos que la reproducción de la fiesta del Tlalmalli, también favorecía el empoderamiento
identitario de la comunidad y establecía todo un sistema complejo de valores, elemento vivos del
18También denominado conocimiento tradicional 19“Conocimiento tradicional” en Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en línea [Recuperado el día 10 de Enero de 2014 de, http://www.wipo.int/tk/es/tk/]
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patrimonio intangible20 y una poderosa arma contra la homogenización cultural que deriva de la
actual globalización económica21.
Con lo anterior, podemos afirmar que el conocimiento local se debe valorar no sólo desde la crítica
académica, sino desde la función que cumple en la dinámica social de las comunidades y la forma
en que éste se manifiesta a través de rituales, música y actos de la vida cotidiana. Consideramos
que sólo valorando ambos conocimientos de manera horizontal, se podrá plantear el verdadero
trabajo interdisciplinario que es hoy una necesidad para los nuevos científicos sociales. En
palabras de Aguirre Beltrán (1992):
[…] trato de poner al descubierto esa parte de la tradición indígena, fundada en lo irracional, que el
pensamiento religioso, primero, el pensamiento positivista, después, tachan y menoscaban como
supersticiosa sin advertir que en ella están los significados profundos, el núcleo de ideas,
sentimientos y evoluciones que distinguen al indio y lo identifican como portavoz de una cultura […]
concepción del mundo y de la vida, diferentes a la que orienta a la civilización occidental. 22
Habiendo expuesto el caso de los Sones Canarios y la fiesta del Tlalmalli de Pilateno como un ejemplo de
revaloración del conocimiento local, pasaremos a describir la estrategia metodológica aplicada en mi
investigación de campo, con el fin de generar una mirada crítica hacia el “cientificismo” de las ciencias
sociales actuales.
2. Método de observación
En el apartado anterior, se describió la importancia de la fiesta del “Tamal en el hoyo” y los Sones Canarios
de Pilateno, como una muestra de conocimiento local que favorece el empoderamiento social y la
preservación del patrimonio cultural. A continuación, describiremos la estrategia metodológica aplicada a la
reactivación, registro y preservación de los Sones Canarios y la fiesta del Tlalmalli, haciendo énfasis en los
aspectos que consideramos pueden motivar a los investigadores sociales a vincularse y trabajar de una
20Patrimonio intangible o inmaterial puede entenderse como; “[…] las formas diversas y complejas de manifestaciones vivas, en constante evolución, expresadas a través de tradiciones orales, las artes del espectáculo, músicas, actos festivos, ritos, prácticas sociales o conocimientos y usos relacionados con la naturaleza. […] Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad y la creatividad humana […]” Definición en: ZANLONGO, Betsabé (2003) “Patrimonio cultural inmaterial” en Convención para la Salvaguarda del Patrimonio cultural inmaterial, Edit. CICODI/UNESCO, Paris, p.1 21“Fenómeno que surge a principios de la década de los ochenta, basado fundamentalmente en la busqueda del capital para elevar su internacionalización en la esfera productiva, financiera y comercial. Es decir, la llamada globalización económica es una manera de denominar a la búsqueda incesante de ganancias y de abrir mercados, por parte del capital”. Definición en: MINTO, Gerardo (2001) El crecimiento en el volumen de los activos especulativos: Los mercados de derivados, Edit. IIE‐UNAM, México, p.4 22 BELTRÁN, Gonzalo (1992) La antropología Médica en México, Tomo I, Ed. Instituto Mora, México, Pág. 290
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manera equitativa con las comunidades y construir puentes de comunicación entre el conocimiento
académico y el conocimiento local.
Podemos sintetizar nuestra estrategia de trabajo desde tres etapas principales, las cuales, hemos definido
haciendo uso de la nomenclatura cinematográfica: pre‐producción (diagnóstico), producción (rescate y
registro), y pos‐ producción (difusión y preservación).
De esta manera, el proceso de pre‐producción o diagnóstico se aplica para determinar el valor y la
importancia de una práctica cultural como un patrimonio latente. La segunda etapa, producción, consiste en
la aplicación de una serie de técnicas de investigación para su rescate y registro. Finalmente, el trabajo de
pos‐producción, radica en generar diversas acciones para la preservación y difusión del patrimonio intangible
reactivado.
En lo que respecta a la fase de pre‐producción, es nombrada así por ser el primer paso de la investigación. En
ella se establece un ejercicio diagnóstico que permite al científico social, en este caso al gestor cultural,
conocer a fondo las problemáticas de las comunidades, las fortalezas y sobre todo, las formas locales de
valoración patrimonial. Para llevar a cabo este ejercicio, el investigador social debe ubicar en primer lugar
una localidad, grupo o colonia que considere accesible y dispuesto a realizar algún proyecto en conjunto con
su población. En nuestro caso, decidimos trabajar en Pilateno, por la apertura de sus habitantes y los lazos
de amistad que habíamos estrechado años atrás.
De esta manera, llevamos a cabo la fase de diagnóstico, la cual consiste principalmente en una búsqueda
documental y la aplicación de entrevistas cualitativas con la intención de identificar los elementos
patrimoniales que significan y tienen sentido en la vida cotidiana de las comunidades, pues los
investigadores sociales jamás deben dar por sentado que los bienes patrimoniales tienen un valor per se,
pues como menciona Deutscher (1973):
A diferencia de la mayor parte de las personas, el entrevistador está interesado en acontecimientos triviales,
en las luchas y experiencias diarias, tanto como en los puntos brillantes de la vida […] El entrevistador no
puede dar por sentado supuestos y comprensiones del sentido común que otras personas comparten.23
De esta manera, es posible comprobar si realmente una práctica cultural posee vigencia y significado al
interior de una comunidad o simplemente dejó de tener relevancia social, lo cual no es necesariamente un
problema ya que tanto la cultura como el patrimonio son dinámicos y se encuentran en constante
transformación pues “[…] el patrimonio cultural inmaterial existe en la medida en que es reconocido por la
colectividad y logra adaptarse a las nuevas épocas, resguardando aquellos valores que lo distinguen y lo
preservan.”24
Para llevar a cabo el trabajo diagnóstico, se hizo uso de las siguientes técnicas de investigación: investigación
documental, observación participante previa al trabajo de campo, entrevista de sondeo y entrevista a
profundidad.25 Entre los principales hallazgos que obtuvimos de esta primera fase, fue que existían en la
23DEUTSCHER, Irwin (1973) what we say what we do: sentiments & acts, Edit. Scott Foresman, Illinois, p.191 24HERNANDEZ, Ana (2013) Los Sones Canarios de Pilateno: Una alternativa metodológica desde la gestión cultural para
preservación y difusión del patrimonio musical en riesgo, México, Tesis presentada en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM para la obtención del grado de Licenciada en Desarrollo y Gestión Interculturales, p.165 [Recuperado el día 10 de Enero de 2014 de, http://132.248.9.195/ptd2013/enero/306160899/Index.html] 25Para más información sobre estas técnicas de investigación consultar: Ibíd., p. 164
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comunidad diversos fenómenos que habían generado cambios sustanciales en las dinámicas económicas y
culturales y que éstos habían afectado en los códigos de vestimenta, los patrones de consumo y las prácticas
tradicionales.
Asimismo, identificamos que las causas de dichas transformaciones se debían principalmente a la falta de
oportunidades laborales para los habitantes de la comunidad, pues a pesar de que la agricultura era una vía
importante de consumo e ingresos económicos, la venta de los productos cultivados no satisfacía
completamente a las familias de Pilateno.
Por otra parte, el fenómeno de migración a los grandes centros urbanos (Monterrey, California, D.F) seguía
aumentando, lo que provocaba en los jóvenes un intercambio cultural con otras comunidades y generaba un
desinterés de las nuevas generaciones hacia la música tradicional como los Sones Canarios. No obstante,
también encontramos elementos importantes para la preservación de los valores comunitarios y el marco
referencial de la cultura náhuatl de Pilateno, entre ellos, el aspecto lingüístico a través del cual se transmite
la cosmovisión, la vigencia de la planta de maíz como deidad (de ahí que las personas consideraran
indispensable realizar rituales para las buenas cosechas) y finalmente, un gran interés por reactivar la fiesta
del Tlalmalli.
Para la segunda fase de nuestra estrategia, producción, se realizó la reactivación, rescate y registro del bien
patrimonial potencial bajo el consentimiento de la comunidad, que en nuestro caso ya se había identificado
como los Sones Canarios y la Fiesta del Tlamalli. Para esto, aplicamos la técnica de observación participante
en campo, la cual puede definirse como:
La participación directa e inmediata del observador en cuanto asume uno o más roles en la vida de la
comunidad, del grupo o dentro de una situación determinada. Se ha definido como la técnica por la cual se
llega a conocer la vida de un grupo o comunidad desde el interior, permitiendo captar no sólo los fenómenos
objetivos y manifiestos sino también el sentido subjetivo de muchos comportamientos sociales […]26
De esta manera, la acción principal del gestor cultural fue participar como “elemento fertilizador” o
detonador de un ritual y además promover la reactivación de lazos comunitarios potenciales. Es decir, ser
incentivador de la comunidad para el auto‐reconocimiento cultural, dejando siempre, el camino libre para la
acción autogestiva.
Así, una vez consensada la realización de la fiesta del Tlalmalli y con ello la interpretación de los Sones Canarios, se realizó un trabajo etnográfico27 que consistió principalmente en el registro fotográfico, escrito y sonoro de la celebración, abarcando desde sus preparativos (seis meses antes de la ceremonia) hasta su culminación, el primer día del año nuevo.
Cabe mencionar en este punto, que el investigador social siempre debe tomar en cuenta a un equipo de trabajo interdisciplinario que le permita enriquecer las formas de aproximación al tema de estudio y diversificar las cargas de trabajo en la fase de producción.
26ANDER‐EGG, Ezequiel (2003) Métodos y técnicas de investigación social, Edit. Lumen, Buenos Aires, p.42 27Para conocer más sobre el trabajo etnográfico de la fiesta del Tlalmalli y los Sones Canarios, favor de consultar: HERNANDEZ, Ana (2013) Los Sones Canarios de Pilateno: Una alternativa metodológica desde la gestión cultural para preservación y difusión del patrimonio musical en riesgo, México, Tesis presentada en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM para la obtención del grado de Licenciada en Desarrollo y Gestión Interculturales, p.121 [Recuperado el día 10 de Enero de 2014 de, http://132.248.9.195/ptd2013/enero/306160899/Index.html]
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Asimismo, debe evitar los papeles protagónicos y procurar la claridad de los hechos presenciados y vistos durante dicha fase.
El promotor cultural […] dará prioridad a la visión desde adentro, o sea, a la que tienen los miembros del grupo y los propios creadores o participantes de una práctica artística o ritual. Una vez estructurada ésta, la confrontará con la visión que se tiene desde afuera de los mismos fenómenos, es decir, las ideas y representaciones que hacen sobre ellas otros sectores de la sociedad, y en especial los juicios y criterios de los científicos sociales.28
3. Resultados
Para el caso particular de nuestra investigación, la producción fue llevada a cabo durante los meses de diciembre de 2011 y enero de 2012 en la comunidad de Pilateno, en la que descubrimos una gran capacidad de auto‐organización puesto que la ceremonia del Tlalmalli y los Sones Canarios se llevaron a cabo con una participación mínima del gestor cultural.
De esta manera pudimos comprobar la eficacia en la autogestión de las comunidades y refutar la idea consensada desde la academia de que “el científico social, debe enseñar a la comunidad porque posee un conocimiento más desarrollado”. Al contrario, pudimos evidenciar la organización indígena que promueve la participación colectiva y se antepone a la idea individualista de las relaciones sociales que marca el sistema económico actual.
Por otra parte, verificamos la efectividad del conocimiento local en cuanto al conocimiento de la herbolaria para la elaboración del Tlalmalli, el conocimiento culinario en la técnica y la preparación de los alimentos y finalmente la división equitativa del trabajo y la participación comunitaria de la ceremonia como totalidad.
Cabe destacar, que el registro y documentación de la ceremonia del Tlalmalli y los Sones Canarios, no se realizó bajo un afán conservador del patrimonio cultural o para denotar la “autenticidad” de una práctica social, sino con la intención de registrar las expresiones patrimoniales para otorgarles un carácter vigente y marcar una “[…] continuidad histórica de la misma‐ es decir‐ de los proceso de apropiación, transmisión […] y transformación social de saberes y prácticas que mantienen vigencia en el presente para los sujetos que los poseen y despliegan”29.
Una vez realizada la fase de rescate y registro del bien cultural, se llevó a cabo la post‐producción. En ella, se realizaron las acciones para la preservación y difusión del patrimonio cultural, que en el caso particular de la fiesta del Tlalmalli, se llevó a cabo con un análisis de los materiales fotográficos, sonoros y escritos que se obtuvieron durante el trabajo en campo y se realizó una sistematización de información30, entendida como:
“[…] un período (breve o prolongado, según el tipo de investigación), donde el investigador, o mejor dicho el promotor singular o grupo de trabajo convertido en tal, recogerá en fichas, cuadernos de notas, cassettes, fotografías, videos, filmes, etc., todos los datos que encuentre con referencia al tema de su interés. Cuando estime que ya ha reunido toda la información que está a su alcance, o juzgue que la que tiene es suficiente, dará por concluida esta etapa y se sentará a ordenar los datos, a clasificarlos.”
28COLOMBRES, Adolfo (2009) Nuevo manual del promotor cultural, Tomo II, Edit. CONACULTA, México, p.35 29LACARRIEU, Mónica (2008) “¿Es necesario gestionar el patrimonio inmaterial? Notas y reflexiones para repensar las estrategias políticas y de gestión” en Boletín Gestión Cultural, no.17 Gestión del Patrimonio Cultural, UBA, Barcelona, p.11 [Recuperado el día 12 de Enero de 2012 de, http://www.gestioncultural.org/ficheros/1_1316760256_bgc17‐MLacarrieu.pdf] 30COLOMBRES, Adolfo (2009) Nuevo manual del promotor cultural, Tomo II, Edit. CONACULTA, México, p.36
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A partir de la sistematización de la información, se pudieron obtener productos tangibles tales como discos, partituras, registros sonoros, y en nuestro caso, un texto que recopila el trabajo realizado, tomando en cuenta que no solamente se trata de una redacción, sino de un análisis teórico que sustenta las acciones llevadas a cabo y lo convierte en un conocimiento local y a su vez, académico capaz de universalizarse y aplicarse para otros casos de estudio.
En lo que respecta a los productos obtenidos de la investigación, así como los textos que se puedan publicar (tesis, artículos) no deben considerarse como un fin en sí, el científico social siempre debe procurar la difusión y promoción del bien cultural con el objetivo de que perpetúe en la comunidad de origen y sirva como elemento para el desarrollo local.
Los datos recogidos, ya ordenados y sin contradicciones […] facilitarán el aprovechamiento posterior de los datos al mismo investigador o a cualquier otro miembro del grupo. No se debe olvidar el encadenamiento de las funciones del promotor cultural, que la sistematización es un paso previo a la difusión, desarrollo y gestión estratégica de la cultura […]31
En lo que respecta a la preservación y la difusión del patrimonio, se puede abordar desde diversos rubros. Desde la música tradicional, es recomendable tener un respaldo “tangible”, es decir, registrarlo en soportes físicos como discos, fonogramas y partituras, siempre tomando en cuenta que lo más importante es su preservación in situ a través de la realización del acto performativo. En el caso de Pilateno, a partir de la reactivación de la fiesta del “Tamal en el hoyo”, se desencadenaron distintas creencias populares que permitieron por sí mismas, la preservación de la ceremonia en años futuros, prescindiendo de una mínima participación del gestor cultural o el investigador social.
A mi mamá sí le tocó hacer el Tlalmalli una vez, pero dice que si uno no acompleta los siete años, que uno se muere, o la familia, que es malo, tienes que acompletar los siete años porque por eso nos estamos comprometiendo a dios de que uno tiene que hacerlo, no importa si es pobrecito o muy grande, el chiste es hacerlo, si no tenemos dinero, entre muchos lo podemos hacer, cooperan con pollos o así, la gente entiende que uno a veces no tiene suficiente y sí entienden y cooperan. Ya por eso en la junta con el “juez” lo platicamos y aquí la gente si es muy creyente, nadie quiere malas cosechas los próximos años por eso lo vamos a cumplir.32
Por consiguiente, al realizar un ejercicio de preservación patrimonial, también se debe procurar que los registros y productos obtenidos, permanezcan en la comunidad como parte de su patrimonio y en aras de devolver a la comunidad, lo que le brinda a la academia. Asimismo, el papel del investigador social en la difusión del patrimonio cultural, es fundamental pues permite ampliar el dominio de éste al llevarlo a otras esferas tales como: comunidades urbanas, comunidades académicas, comunidad internacionales y comunidades en la red o virtuales y también, evita su desaparición a largo plazo al reconocer socialmente el bien en la comunidad y reafirmarlo desde una mirada externa, pues como menciona Adolfo Colombres (2009):
[…] existen dos vías para difundir el patrimonio cultural de alguna comunidad, hacia dentro y hacia afuera. La primera, “[…] procura fortalecer en el grupo popular la conciencia de sus valores culturales, para devolverle la confianza en sí mismo y su historia. La segunda apunta hacia los otros sectores populares y la sociedad global.33
Lo anterior, es una parte fundamental en nuestra estrategia metodológica, pues es aquí donde existe un proceso de retroalimentación hacia adentro de la comunidad, generando una revaloración de su patrimonio y una introspección hacia su cultura.
31Ibíd., p.36 32Entrevista realizada por Ana Mónica Hernández Pichardo al señor Santos Simeón Hernández, el día 7 de enero de 2009
en Pilateno, Xilitla, S.L.P. 33COLOMBRES, Adolfo (2009) Nuevo manual del promotor cultural, Tomo II, Edit. CONACULTA, México, p.40
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En nuestro caso, aplicamos una difusión hacia dentro, reafirmando la importancia de la música de Sones Canarios y los músicos de la comunidad como profesores para las nuevas generaciones y una difusión hacia afuera, a través de la donación del disco de los Sones Canarios a personas pertenecientes al medio institucional y las partituras, a músicos de academia pertenecientes a las orquestas Carlos Chávez y OFUNAM.
Con esto, logramos que los músicos de academia se mostraran interesados en la música nahua de la Huasteca y a apreciaran su diferencia con la tradición occidental, puesto que sólo a partir de la difusión se puede llegar a transformar la imagen de la otredad, dejando los exotismos, juicios etnocentristas y el racismo, “[…] la difusión hacia afuera pondrá el acento en la descolonización de la imagen del grupo, la que más que en una prédica igualitarista debe centrarse en la articulación de su pensamiento filosófico y político y el despliegue de sus valores culturales y artísticos.”34
Por último, debemos recordar a los científicos sociales, que el seguimiento del trabajo que se realizó y la documentación de los cambios posteriores a la intervención, son fundamentales para transformar las relaciones investigador‐comunidad. Sobre todo en los casos prácticos, pues es aquí en donde las localidades podrán comprobar el impacto de la preservación de su patrimonio y la “efectividad” ya sea material o simbólica, que se generó a partir de su reactivación.
Habiendo descrito nuestra estrategia metodológica pasaremos a la parte de las conclusiones y reflexiones.
5. Reflexión en torno al papel del gestor cultural como vinculador de realidades
A partir de nuestro trabajo en la comunidad de Pilateno y de la estrategia metodológica anteriormente descrita, proporcionaremos a manera de conclusión, algunas reflexiones sobre el papel de los gestores culturales y en general los científicos sociales como vinculadores entre realidades distintas y articuladores de conocimientos contrapuestos como lo son el académico y el tradicional.
Es bien sabido, que el método científico para las ciencias sociales ha establecido que el investigador debe mantenerse al margen de la comunidad y evitar establecer vínculos sociales para así mantener la rigurosidad en la investigación. Sin embargo, a partir de nuestro trabajo en la comunidad de Pilateno, pudimos romper aquellas barreras y dejar de ver a las comunidades como “objetos de estudio inanimados” para dar voz a la otredad.
Es evidente, que este acercamiento no se logró únicamente con realizar visitas frecuentes de campo, fue necesario tener la disponibilidad para entablar un diálogo con las personas, ser amable y no intrusivo, conocer sus aspiraciones y estar dispuesto a abrirse a cualquier tipo de opinión, así como de externar el punto de vista propio.
Esto nos lleva a entender que el investigador social actual, debe asumir el papel de agente interno, es decir, pertenecer genuinamente al mismo sector del pueblo en que actúa, pues lo fundamental es que conozca la cultura local y crea en la conveniencia de preservar el patrimonio como una posibilidad de desarrollo sustentable.35
34Ibíd. 35El concepto de Desarrollo Sustentable de acuerdo con la llamada Agenda 21, (documento generado de la Cumbre Mundial de Desarrollo Sustentable de Río de Janeiro en 1992), se concibe como: “Un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades” Definición en: REYES, Artemisa comp. (2007) El patrimonio documental ante el reto de un desarrollo cultural sustentable, Edit. UNAM/ENM, México, pp.111‐112
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En el caso de los profesores en ciencias sociales, consideramos que una buena forma de incentivar a sus alumnos, es realizar prácticas de campo en las que éstos interactúen con las comunidades (ya sea en el ámbito urbano o rural) y así, tengan la oportunidad de ampliar su marco conceptual hacia realidades distintas, pues consideramos que dichas experiencias enriquecen y complementan el aprendizaje en el aula y permiten sensibilizar a los nuevos investigadores a partir de vivencias formativas únicas.
Por otra parte, los gestores culturales no deben, bajo ninguna perspectiva actuar como agentes externos que operen a la forma del “antropólogo de principios del siglo XX” es decir, tratando de mantenerse al margen para no “afectar” aquellos modos de vida “exótica y tan ajena a la civilización occidental”. El investigador social del siglo XXI, debe tratar a la comunidad como un equipo de trabajo, en el que no se prohíba establecer lazos afectivos, siempre y cuando se procure la objetividad de su labor.
Aunado a esto, el trabajo interdisciplinario es fundamental, debido a que una acción aislada o desde una sola mirada no tendrá jamás trascendencia ni cambiará el estado de las cosas. Lo importante es promover la transformación desde diversas disciplinas y en los diferentes campos del conocimiento, no importando si estos no se han relacionado previamente. Los nuevos gestores culturales, deben ser conscientes de realizar proyectos que partan del seno de las comunidades y en beneficio común, pues sólo a partir del reconocimiento de su patrimonio y de una identidad reafirmada, se podrá plantear un futuro sustentable, sin olvidar el pasado y la historia común. La importancia de manifestaciones como los Sones Canarios y la fiesta del Tlalmalli, radica en la continuidad histórica y cultural de valores que se anteponen a la actual sociedad de tendencia homogenizante y fungen como estrategia de supervivencia y resistencia social.
Por consiguiente, las nuevas estrategias metodológicas en la aplicación de proyectos de carácter social y el trabajo en conjunto con las comunidades, son necesarias tanto para el empoderamiento de éstas hacia su patrimonio común, como para el cambio cognoscitivo y estructural de los alumnos que salen del salón de clase. Así, la gestión cultural se convierte en un medio de enlace entre la academia y la cultura popular, puesto que articula, enfrenta y pone a dialogar, diversas realidades: comunidad/ámbito institucional, cultura popular/cultura académica, conocimiento tradicional/conocimiento científico, los cuales no pueden articularse naturalmente.
Finalmente, quisiera mencionar que mi proceso de investigación fue enriquecedor en distintos sentidos, por un lado la parte analítica del tema y la investigación documental que me generaron un gran interés por conocer más sobre la música y el patrimonio y por otro, el trabajo de campo y la experiencia adquirida. Puedo asegurar que la comunidad y yo, nos transformamos de manera positiva a partir del trabajo conjunto y que es ese sentimiento lo que genera la verdadera retroalimentación en la investigación social.
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