Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    1/45

    1

    FSILES POLMICOS Anlisis Crtico sobre la evidencia fsil

    del origen del Hombre

    Reconstruccin idealizadade un Australopithecus Afarensis

    Por el Dr. Ral O. Leguizamn

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    2/45

    2

    Desde los das de Darwin, la idea evolucionista ha dominado en gran medida las ambiciones y determinadolos hallazgos de la antropologa fsica, a veces en perjuicio de la verdad.

    Wilson Walli

    Los paleontlogos estn habituados a fundar audaces teoras sobre hechos frgiles.

    Richard Leake

    El problema del origen del hombre contina siendo un enigma.

    William Straus A veces, el antroplogo con su hueso , se vuelve tan peligroso como un perro con el suyo

    G. K. Chesterto

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    3/45

    3

    NOTA PRELIMINAR

    El tema del origen del hombre, por la complejidad de los problemas que plantea requiere para su adcuado tratamiento el concurso de numerosas disciplinas: antropologa fsica y cultural, arqueologa, geolo biologa, lingstica, filosofa, teologa, etc.

    El enfoque de esta obrita est referido casi exclusivamente al campo de la Antropologa Fsica o Paantropologa, o sea la ciencia que tiene por objeto el estudio del hombre, a travs de sus restos fsiles.

    Y en este terreno slo pretendo plantear el problema a la vez que realizar un sucinto anlisis crticolos principales hallazgos fsiles, que sirva como una introduccin al tema para el hombre de la calle y merclas referencias bibliogrficas, para que el lector interesado en profundizar estas cuestiones puede hacerlo obras mejores y ms completas.

    Las citas bibliogrficas de las publicaciones en ingls, las he traducido por mi cuenta diccionario mediante y aunque sin duda dejarn bastantes que desear en cuanto a la elegancia de construccin y armona sintaxis, tenga la seguridad el lector que reflejan fielmente el sentido del texto original.

    De todas maneras, al final del trabajo he detallado todas las referencias utilizadas para que el lector teresado controle personalmente estas citas y corrija los errores nunca sustanciales estoy seguro que involuntariamente se hubieran podido deslizar.

    En los temas particularmente polmicos he tratado de hacer abundantes citas de las mejores autoriddes en la materia para suplir, con el prestigio del autor citado, una autoridad que naturalmente no poseo.

    En la mayora de las citas el lector ver palabras o frases enfatizadas y parntesis explicativos qusalvo que se especifique de otra manera los he colocado yo, para realzar la significacin del texto.

    Quiero por ltimo expresar mi reconocimiento a los autores que con sus libros sobre el tema me hhecho ver cosas, que por mi cuenta no hubiera podido descubrir. Autores que no gozan en general de faacadmica o periodstica pero que con un profundo saber y sin ms compromiso que la bsqueda de la verdrealizan una invalorable tarea de esclarecimiento en este campo.

    Slo por nombrar algunos mencionar a Arthur Custance, antroplogo canadiense, autor de importates y originales trabajos sobre el tema, al ingls M. Bowden, a los norteamericanos D. Gish, W. Smith y B. vidheiser, y muchos otros de cuyas obras he tomado valiosas ideas y referencias acerca de estas cuestiones.

    De ellos en ltima instancia sern los mritos que este trabajo pueda tener.Las deficiencias en cambio me pertenecen en forma exclusiva.

    INTRODUCCIN GENERAL

    A la clsica pregunta de si descendemos o no del mono, Darwin y su vieja guardia no tenan el mnimo inconveniente en responder de manera afirmativa, como cualquiera puede ciertamente comprobleyendo por ej:El Origen del Hombre, de Darwin, en donde el famoso naturalista ingls no vacila en sostenque el hombre se ha originado efectivamente a partir de los monos y, ms concretamente, de los monos viejo mundo o sea catarrinos1.

    Desde ya digamos que esto es perfectamente lgico y aun inevitable, si se acepta como cientficame vlida la hiptesis evolucionista-transformista, que postula el origen comn de todos los seres vivos a partiruna, o unas pocas, formas vivientes originales y del hombre en particular, a partir de la especie animal mprxima en la escala zoolgica.

    Por supuesto que tambin en nuestros das, y como no podra ser de otra manera, todo darwinista neodarwinista) que se respete est bsicamente de acuerdo con esta hiptesis del origen simiesco del hombras lo dir, por lo menos de entrecasa y a poco que se vea obligado a definir sus trminos, pero para consudel gran pblico y por razones no del todo claras, se prefiere hoy soslayar y aun negar esto del origen simiedel hombre e insistir con sospechoso fervor en el supuesto antecesor comn del hombre y del mono quhabra dado su origen a ambos.

    Como este sedicente antecesor comn no ha sido ni hallado ni definido con un mnimo de rigor, permtoda suerte de posibilidades especulativas acerca de sus caractersticas y por sobre todo pareciera cumplir

    1 Darwin, Charles. El Origen del Hombre. (Albatros, 1973) p.224.2 Simpson, Gaylord.The Wordl into which Darwin led us . Science Vol 131 (abril 1, 1960) p.969.3 Huxley, Julian.La evolucin. Sntesis Moderna . (Losada 1965) p.37.4 Zuckerman, Solly.Beyond the Ivory Tower . (Taplinger, N. York, 1971) p.64 y 74.5 Le Gros Clark, Wilfrid.Early Forerunners of Man . 1934. Citado por Custance, Arthur. Doorway Papers N 9 (otaw1957) p.26.6 Ref. 4, p. 19.7 Eiseley, Loren.Neanderthal Man and the Dawn of Human Paleontology . The Quarterly Review of Biology, Vol. 32

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    4/45

    4

    importantsima funcin de evitar el trmino mono tan desagradable para algunos al referirse a los antepasados evolutivos del hombre.

    Aclaremos de inmediato, a manera de advertencia para los desprevenidos, que este asunto del antececomn, no es slo completamente hipottico sino adems completamente equvoco, ya que dentro del contede la hiptesis evolucionista-darwiniana, este supuesto antecesor comn no es ni puede ser otra cosa que mono. Por cierto no necesariamente idntico a los actuales, pero mono al fin.

    Es por ello que el Dr. G. G. Simpson, prof. de Paleontologa de los Vertebrados en la UniversidadHarvard y decano de los evolucionistas modernos, llama a la reflexin a quienes tan equvocamente hablanantecesor comn expresado:

    (Algunos )...afirman que el hombre no desciende del mono, sino de un antecesor comn. De hecho eseantecesor comn sera llamado ciertamente mono por cualquiera que lo viese... los antepasados del hombre eran monos. Es pusilnime si no deshonesto decir otras cosa 2.

    De ms est decir que en esta cita de Simpson, hay que distinguir claramente lo que el autor dice rpecto del carcter simiesco del supuesto antecesor comn que es algo absolutamente lgico e inevitable, y qde haber ste existido slo podra haber sido un mono hay que distinguir digo esta afirmacin, de lo que autor dice respecto a que los antepasados del hombre hayan sido monos, ya que esto ltimo en sentido estrislo tiene carcter conjetural.

    No obstante, estas palabras de Simpson reflejan en gran medida la postura de la gran mayora de los atroplogos, quienes como buenos darwinistas opinan efectivamente que el hombre se ha originado a partde los monos. Lo digan a esto francamente o en forma velada, mediante el recurso dialctico del antececomn.

    Nada habra que objetar si el origen simiesco del hombre fuera mostrado al pblico como lo que en rlidad es y no puede dejar de ser: una opinin, una hiptesis de trabajo, una conjetura. Ms o menos razonabms o menos coherente, pero siempre de carcter hipottico.

    Lamentablemente no sucede as y este origen simiesco del hombre es insistentemente presentado pblico a travs de series televisivas, pelculas, revistas, libros de divulgacin, etc. como un hecho cientdemostrado; como algo de lo que se hubieran encontrado pruebas concluyentes, o por lo menos abrumadomente favorables.

    Como entiendo que esto es ciertamente falso y como el que nuestros antepasados sean o no monosalgo que sin duda trasciende lo meramente cientfico, para afectar la visin que tenemos de nosotros mismodel mundo en general, creo entonces que es ms pertinente, no slo analizar con sentido crtico la supue

    evidencia cientfica de tal hiptesis, sino tambin alertar al hombre de la calle sobre esta cuestin, brindnd en forma clara y accesible los elementos de juicio mnimos indispensables para que pueda abordar crticmente el problema y sacar as sus propias conclusiones.

    Antes de entrar especficamente en tema y a manera de premisa fundamental, es menester destacar qcualquier hiptesis sobre el origen del hombre es necesariamente extra cientfica. Es decir que por la naturalmisma del caso, escapa por completo al mtodo cientfico que supone observacin y reproduccin experimede los fenmenos bajo estudio, cosa que es evidentemente imposible en el problema que nos ocupa. O sea la cuestin del origen del hombre est, por definicin, fuera del campo especfico de la ciencia y sta japuede aspirar a ser la manera exclusiva ni tan siquiera fundamental de analizar este origen.

    Lo cual no significa, por cierto, que no podamos abordar el tema con ayuda de datos y razonamientosorden cientfico. Pero s es importante que se comprenda claramente, que cualquier hiptesis sobre el origdel hombre y de la vida en general, no puede ser otra cosa que un postulado que sirva como modelo para excar y correlacionar una serie de datos, lo cual ya es poner el problema en una perspectiva muy diferente de lalos hechos comprobados o comprobables cientficamente.

    Realizada esta aclaracin, digamos que como el origen del hombre es un hecho que tuvo lugar en elsado, la nica evidencia posible sera, no de orden cientfico (en el sentido definido ms arriba) sino en algmanera de orden histrico. Y como testimonios humanos, en los que se basa la historia son imposibles en ecaso, la evidencia debe entonces reconstruirse en forma indirecta a partir de los posibles rastros fsicos que eorigen haya dejado.

    De estos rastros fsicos, la parte que los antroplogos consideran ms importante para conocer la manra en que el mono se transform en hombre, es la constituida por los restos fsiles. Evidencia sta que por

    2 Simpson, Gaylord.The Wordl into which Darwin led us . Science Vol 131 (abril 1, 1960) p.969.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    5/45

    5

    misma naturaleza, de orden circunstancial y nunca absoluta, prueba bastante menos de lo que el gran pblicree y ciertamente muchsimo menos de lo que los antroplogos quisieran hacer creer y que relativo a estcuestin del origen del hombre y a su supuesto parentesco con el mono adolece de dos limitaciones fundamentales que es imprescindible tener en cuenta.

    La primera de ellas es la absoluta imposibilidad de probar relacin gentica o sea parentesco entreorganismos, en base a los hallazgos fsiles.

    Para decirlo con las palabras del famoso bilogo ingls Sir Julian Huxley:

    La paleontologa (estudio de los fsiles) es de tal naturaleza que sus datos por s mismos, no puedenarrojar luz alguna sobre la gentica 3.

    Es decir, todo lo que en este sentido puede demostrar el estudio de los fsiles es una semejanza entre los esquletos seos de distintos organismos y nada ms.

    La semejanza sea, que ni siquiera prueba en forma concluyente la semejanza orgnica total, no contuye desde luego un criterio vlido para establecer parentesco ya que semejanza y parentesco, an en los ornismos vivos, son dos cosas perfectamente distintas. El hecho de que individuos emparentados tengan geralmente semejanzas, no autoriza de manera alguna a concluir que individuos (o especies) con semejanestn necesariamente emparentados.

    Si aceptamos de antemano la relacin gentica la semejanza es, entonces s, un argumento en favor grado de parentesco; pero la semejanza por s misma no constituye necesariamente una prueba de parentescSostener lo contrario, esto es que la semejanza por s misma constituye una prueba de parentesco, es una pposicin que estoy seguro ningn bilogo o antroplogo aceptara defender, ya que por el bien conocifenmeno de la convergencia biolgica, estructuras y funciones prcticamente idnticas pueden desarrollaen individuos o especies genticamente no relacionadas.

    La ballena por ejemplo tiene numerosas caractersticas semejantes a los peces y sin embargo no es pez sino un mamfero, lo mismo que el murcilago que tiene alas y otras estructuras adaptadas al vuelo a pede que tampoco es un ave sino otro mamfero.

    Es por ello que Sir Solly Zuckerman, famoso anatomista britnico y una de las figuras de mayor pregio mundial en este tema dice:

    Los parentescos inferidos en base a la anatoma comparada, no necesariamente corresponden a ver-daderos parentescos genticos... las inferencias evolucionistas (o sea parentescos) que basamos encomparaciones estructurales son, en ltima instancia, slo especulaciones 4.

    No debemos olvidar tampoco la advertencia que en relacin a este problema formulaba, hace varaos, W. Le Gros Clark, conocido antroplogo de la Univiversidad de Oxford, quien deca:

    En la evaluacin de afinidades genticas, las diferencias anatmicas son ms importantes como evi-dencia negativa, que las semejanzas lo son como evidencia positiva 5.

    Advertencia que al parecer no ha sido tomada en cuenta por muchos investigadores que no vacilanutilizar la ms insignificante semejanza fsil para establecer afinidades genticas entre el hombre y el moEs decir que podemos contar con el respaldo de las mejores autoridades en el tema cuando afirmamos quesemejanza estructural no constituye una prueba de parentesco. De hecho estoy seguro que jams el lector haledo o le habrn dicho lo contrario, esto es, que la semejanza es prueba de parentesco. Aunque es igualmecierto que muy rara vez habr el lector visto claramente expresada la proposicin correcta, es decir, que lamejanza no prueba parentesco.

    No slo no aparece esto expresado claramente, sino que en las obras sobre el tema se le da la sensacal lector no especializado sin decrselo expresamente de que la semejanza es prueba de parentescoMe he detenido un poco en este punto porque aceptando como debe ser que la semejanza no es prueba dparentesco, entonces todo este asunto de los fsiles se reduce automticamente a sus verdaderas proporcion

    3 Huxley, Julian.La evolucin. Sntesis Moderna . (Losada 1965) p.37.4 Zuckerman, Solly.Beyond the Ivory Tower . (Taplinger, N. York, 1971) p.64 y 74.5 Le Gros Clark, Wilfrid.Early Forerunners of Man . 1934. Citado por Custance, Arthur. Doorway Papers N 9 (otaw1957) p.26.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    6/45

    6

    que, en sustancia, consiste en comprender que los restos fsiles no pueden por s mismos probar absolutamente nada, relativo a parentescos. Todo lo que pueden hacer en este sentido es servir como evidencia circutancial, pasible de ser interpretada en ms de una forma, como veremos despus.

    La segunda limitacin fundamental en relacin con este problema es la imposibilidad de definir mfolgicamente (esquelticamente) al hombre en forma satisfactoria, por cuanto lo que define al hombre cotal es su inteligencia y sta obviamente no se fosiliza (en este sentido al menos).

    La capacidad craneana es desde luego un criterio importante para evaluar el grado de desarrollo inteletual de un fsil, pero aparte de que nada nos dice por s misma sobre la complejidad del cerebro que alberghecho de que vare dentro de lmites bastantes amplios (aprox. entre 1000 y 2000 c.c.) hace que no siempre posible trazar con nitidez el lmite inferior de capacidad craneana, capaz de contener una mente inteligente.La utilizacin de criterios indirectos tales como el uso y sobre todo fabricacin de herramientas, cotruccin de viviendas, actividad artstica y religiosa, etc., para certificar la presencia del hombre, tampocosuelven el problema ya que nunca podremos estar seguros de que las herramientas halladas, por ej. pertenecal fsil en cuestin y no a algn otro, cuyo esqueleto no haya sido encontrado.

    De todas maneras, el encontrar una herramienta nos indica que el hombre ya apareci, pero nada ndice respecto a cmo apareci.

    Adems de estas dos limitaciones bsicas del estudio de los fsiles, o mejor dicho de las conclusiorespecto al origen del hombre que se pueden extraer del estudio de los fsiles, el problema se ve agravado la escasez y fragmentariedad de los hallazgos, la falta de mtodos seguros y confiables para medir la edad demuestras, la imposibilidad de reconstruir con alguna certeza los rasgos faciales de los fsiles y por ltimo perono por ello menos importante las ansias a veces inmoderadas de muchos paleontlogos por hacer de su fun hallazgo trascendente para el problema del origen del hombre. Ansias que a menudo llevan a algunos paontlogos a sacar conclusiones por dems aventuradas en base a escasa evidencia, en lo que va incluida la cfeccin de reconstrucciones (de fsiles) altamente imaginativas, destinadas frecuentemente slo a respaldatesis del investigador.

    Tan es todo esto as, que nadie menos que Lord Zuckerman, el anatomista britnico que citamos anriormente, ha llegado a comparar la interpretacin de la historia fsil del hombre con la percepcin extrasensrial, en el sentido de estar ambas disciplinas fuera del registro de la verdad objetiva y en donde cualquier ces posible para el creyente en dichas actividades, el cual es a veces capaz de sostener cosas contradictoriamismo tiempo6.

    Por todas estas razones entiendo que es fundamental mantener una actitud crtica rigurosa al evalulos hallazgos fsiles y no dejarse llevar a la ligera por las conclusiones, muchas veces ms entusiastas cientficas de algunos investigadores.

    Hecha esta introduccin que juzgo imprescindible para ubicarse en las lneas generales del problemadigamos que todos los esfuerzos de los investigadores que creen en el origen simiesco del hombre, se han dgido en los ltimos cien aos a buscar el famoso eslabn intermedio ( o perdido ) entre el mono y el hombrepues de acuerdo al criterio de muchos antroplogos, el encontrar restos fsiles con caracteres intermedios etre el mono y el hombre, probara (!) que ste desciende de aquel.

    Esto que, como veremos, tampoco constituira una prueba del origen simiesco del hombre, s es cambio imprescindible como evidencia circunstancial en favor de tal origen y su ausencia hace mucho msdeble la argumentacin en favor de esa conjetura.

    Como es imposible en un trabajo de esta naturaleza analizar todos o la mayor parte de los hallazgos fles, he seleccionado como material de anlisis slo a los ms importantes, que adems de ser los mejor estudos, resumen en gran medida toda la historia del tema y la significacin de los dems hallazgos.

    No he incluido en el anlisis, fsiles como el del Hombre de Cromagnn por ej., ya que nunca huboda sobre su carcter de Homo Sapiens, ni tampoco otros, que por ser demasiado escasos o no contar todacon una adecuada documentacin, me pareci no seran significativos para el tratamiento del tema.

    Si bien muchos de los hallazgos que en su momento fueron motivo de una agitada polmica han perdhoy da a la luz de descubrimientos ms recientes gran parte de su significacin, siguen no obstante siendde inters en cuanto a la perspectiva histrica que nos brindan, permitindonos adems conocer ciertos aspetos de la forma de pensar y de proceder de los investigadores en este campo, de los cuales se pueden extrprovechosas enseanzas.

    Y ahora pasemos al anlisis de los hallazgos.

    6 Ref. 4, p. 19.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    7/45

    7

    EL HOMBRE DE NEANDERTHAL

    El primero de los fsiles humanos descubierto fue el famoso H. de Neanderthal, el cual si bien ha pedo hoy en da bastante de su candente inters de otrora, sigue siendo no obstante el caractersticohombre delas cavernas y como tal, motivo de referencia obligado en toda descripcin de los hallazgos fsiles humanDesde ya digamos que hoy es un hecho universalmente aceptado que el H de N. era total y completamehumano, esto es Homo Sapiens, esencialmente igual fsica e intelectualmente a nosotros y con diferencias sintraespecficas respecto al hombre moderno, es decir comparables a lasque existen hoy entre las distintas t bus o razas humanas.Pero no siempre fue as y no le result fcil al h. de N. alcanzar la categora plenamente humana legtimamente le corresponde, debiendo soportar durante muchos aos, una agresiva campaa difamatoriapor parte de muchos antroplogos empeados en considerarlo un tipo dehombre -mono ancestral.

    Como actualmente ya no existen dudas sobre el carcter humano de este fsil, considero en gran meda innecesario hacer un anlisis sistemtico de sus restos, que no aportara nada nuevo a lo que hoy cono

    mos.Lo que s considero de inters, es la historia de la i

    terpretacin de estos restos por una parte y tambin esignificado que ciertas caractersticas del H. de N. podrtener para una ms cabal comprensin de los restos fsilehumanos.

    Aun cuando el primero de los neandertales se descu bri en Gibraltar en el ao 1848, el hallazgo que le dio nombre fue el realizado en el fondo de una cueva en el vadel ro Neander, cerca de Dseldorf, Alemania en el a1856, constituyendo la historia de su interpretacin uejemplo ilustrativo de las falsas conclusiones a que puedarribarse cuando estos fsiles son analizados con el fuerprejuicio que nace de aceptar, con rgido dogmatismo, hiptesis evolucionista-simiesca del origen del hombre.

    Los restos hallados, que incluan una bveda craneahuesos de los miembros y partes de las cinturas torcicaabdominal, debido a ciertas deformidades y tosquedades d

    esqueleto, fueron por muchos autores interpretados comlos de un bruto pre-sapiens, de andar semiencorvado (parecido a los simios), incapaz de cualquier actividad cultural

    religiosa, con su garrote al hombro como corresponde a un hombre -mono de las cavernas que se precie de taen suma el perfecto eslabn intermedio entre el mono y el hombre que con tanto afn se buscaba.

    No obstante su capacidad craneal, incuestionablemente humana ya que no slo era igual sino hassuperior a la del hombre moderno el clima de opinin dominante en los crculos paleontolgicos hizo qmuchos antroplogos le atribuyeran noms las caractersticas arriba mencionadas.

    Loren Eiseley, antroplogo de la Universidad de Pennsylvania dice:

    Su espaciosa cavidad craneal, no fue obstculo para que lo rotulara como un bruto y sus caractersti-cas fueron de tal manera alteradas, que sin el ms mnimo fundamento, fu descrito como poseyendoenormes y salientes caninos y una apariencia horrible y feroz en el ms alto grado 7.

    Esta idea se introdujo incluso en el lenguaje corriente, emplendose la palabraneanderthal comosinnimo de bruto, brbaro o salvaje. Decirle a alguienneanderthal acota Richard Laekey era y hasta cierto punto sigue siendo, un insulto intencionado8.

    Los posteriores hallazgos de La Chapelle-aux-Saints, en 1908, no hicieron sino confirmar la impresde muchos antroplogos respecto de este ser sin el ms mnimo rastro de preocupaciones estticas o morales

    7 Eiseley, Loren.Neanderthal Man and the Dawn of Human Paleontology . The Quarterly Review of Biology, Vol. 32 4 (diciembre 1957) p. 328.8 Leakey, richard.La formacin de la humanidad . (Ed. del Serbal, 1981) p. 150.

    Reproduccin del crneo del Homrbe de Neanderthal

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    8/45

    8

    de aspecto brutal... que acusa el predominio de las funciones puramente vegetativas o bestiales sobre las ce brales, como deca el antroplogo francs Marcelline Boule, en su clsica descripcin de los restos9.

    An en la actualidad es posible observar en museos, series televisivas y publicaciones de distinto tmodelos de H. de N. en que ste aparece a la entrada de su caverna, en actitud semiencorvada, con sus cabeldesgreados, una expresin feroz y estpida en la mirada, el torso peludo, etc., es decir reflejando fielmeesta idea de un ser bestial en transicin del mono al hombre.

    Y sin embargo hoy sabemos que la mayor parte de toda esta interpretacin perteneca al frgil terrede las conclusiones apresuradas y un ejemplo elocuente del prejuicio a la verdad que puede resultar cuandoidea evolucionista domina las ambiciones y determina los hallazgos en antropologa, como deca el veterantroplogo americano Prof. Wilson Wallis10.David Pilbeam, antroplogo de la Universidad de Yale, dice en relacin a este tema:

    Durante algn tiempo se crey que estos neandertales eran criaturas brutales y subhumanas, apenascapaces de caminar en posicin erecta. De hecho, nada pudiera estar ms alejado de la verdad. Fabri-caban utensilios de piedra muy complejos, cazaban grandes mamferos, enterraban a sus muertos conceremonial y colonizaron Europa Occidental en el agudo fro de la ltima glaciacin 11.

    An ms categrico en su juicio es el conocido antroplogo Ashley Montagu, quien expresa:

    Debido a la falta de los ms elementales conocimientos de anatoma, algunas de estas autoridadesocupadas en la construccin del H. de N., lo han representado con rasgos grotescos y caminando

    encorvado. Tambin se ha aseverado a menudo que el H. de N. deba haber sido de poca inteligencia...Todas estas difamaciones son insostenibles. El H. de N. caminaba tan erecto como cualquier hombremoderno y a decir verdad tenemos muy buenas razones para pensar que era absolutamente tan inte-ligente como nosotros 12.

    Digamos adems que como corresponde a los seres humanos de todas las pocas y de todas las latdes, el H. de N. posea un lenguaje para comunicarse con sus semejantes, fabricaba herramientas, pintaba, ctivaba flores, tena religin y enterraba ceremoniosamente a sus muertos.

    En la autorizada opinin de W. Straus, antroplogo de John Hopkins (autor del clsico trabajo de 1951donde destruye la leyenda de la naturaleza semibestial del H. de N.) si el H. de n. lo vistiramos a la modapodramos muy probablemente distinguirlo del resto de los transentes, en las calles de una ciudad.

    Es interesante destacar respecto de las deformidades de la columna vertebral que presentaba el H.

    N., interpretadas en su momento como indicativas de una postura semierecta y en las que tanto nfasis se pupara hacerlo aparecer simiesco al pobre H. de N., que ellas eran slo el producto de una enfermedad osteoacular (artitris y raquitismo) sufrida por ste, que lo haba deformado simulando esta postura semiencorvada14.

    Vale la pena mencionar que esto de la enfermedad osteoarticular del H. de N., no escap en su momto al anlisis del ilustre patlogo y antroplogo alemn Rudolf Virchow, quin ya en esa poca haba cuestido el atribuir la postura semiencorvada del H. de N. a una supuesta proximidad genealgica con los simsealando precisamente que esta postura era debida al hecho de haber padecido el organismo en cuestin, rquitismo en su niez, seguido por artritis en la vejez15.

    Pero su voz fue ahogada por el clamor de los que queran a todo trance bestializar al H. de N. para de alguna manera se pareciese al hipottico eslabn intermedio.

    9 Boule, Marcelline.LHomme de la Chapelle -aux- Saints . Annales de Paleontologie T. VI-VIII, p. 260. Citado por Anrez V.Hacia el Origen del Hombre . (Univ. Pontificia, Comillas, Santander, 1956) p. 90.10 Wallis, Wilson.The Markimg of Man . (Modern Library, N. York, 1931) p. 75. citado por Custance, A. Doorway PaN 9 (Otawa, 1957) p. 34.11 Pilbeam, David.El ascenso del hombre . (Ed. Diana, Mxico, 1981) p. 210.12 Montagu, Ashley.Man: His First Million Years . (Signet Science Library, 1962) p. 58. Citado por Davidheiser, B.Evo-lution and Christian Faith . (Baker Book House, Michigan, 1969) p. 333.13 Straus, William y Cave J.Paleontology and the Posture of neanderthal Man . The Quarterly Review of Biology. Vol N 4 (diciembre 1957) p. 359.14 Ref. 13, p. 359.- Ivanhoe, Francis.Was Virchow Right about Neanderthal . Nature, Vol 227 (8 de agosto 1970) p. 577.- Coon, Carleton.The Story of Man . (Knopf, N. York 1962) p. 40.15 Ref. 8, p. 148.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    9/45

    9

    Tambin es importante destacar, por la enseanza que nos deja, que uno de los principales respons bles de esta simianizacin del H. de N. fue el famoso antroplogo francs Marcelline Boule, quin describesqueleto neandertalense de La Chapelle-aux-Saints, tratando de hacerlo aparecer lo ms mono posible. (Y no precisamente como sinnimo de bonito, lindo, o hermoso, sino todo lo contrario).

    Richard Leakey, conocido antroplogo contemporneo lo seala muy certeramente:

    Guiado por sus ideas preconcebidas, M. Boule se dedic a destacar todo lo que era primitivo, bruto ysimiesco del esqueleto. Incluso ni siquiera se dio cuenta de que en este caso concreto, el viejo (H. de N.)haba padecido sin duda alguna artritis severa 16.

    Juicio con el cual concuerda Ashley Montagu, quien expresa:

    Los cientficos entendidos y los legos eran igualmente afectados por los tradicionales y groseros pun-tos de vista del Darwinismo. En consecuencia cuando se encontr el esqueleto del H. de N. no se lodescubri de acuerdo con los rasgos que mostraba sino con la concepcin de su reconstructor, M. Bou-le, acerca de cmo deba ser ese hombre prehistrico. De este modo, durante varias generaciones se

    proyect sobre esos huesos una criatura caracterizada por un rostro bestial, un cuello de toro, un an-dar patizambo, habitualmente con el garrote en una mano y arrastrando a una mujer del cabello, conla otra. Esta parodia de los hechos tuvo buena acogida porque estaba de acuerdo con la disposicinintelectual de la poca, del mismo modo que lo est con la de nuestro tiempo 17.

    Todo lo cual nos recuerda una vez ms que los expertos, aun los ms famosos, tambin se equivocespecialmente cuando lasideas preconcebidas, que en este tema son de una importancia decisiva, enturbiael sentido crtico y hacen encontrar en gran medida lo que el investigador est buscando y no siempre lo quevidencia garantiza.

    No obstante el carcter plenamente humano del H. de Neanderthal, aquellos primitivos hallazgos psentaban ms all de las exageraciones y errores que sealbamos , ciertos rasgossimiescos o bestiales(as, con comillas) que facilitaron los errores de interpretacin mencionados.

    Estos rasgos incluyen por ej.: rebordes supraorbitarios prominentes, frente inclinada hacia atrmandbulas poderosas, huesos en general toscos, etc.

    Rasgos simiescos que como ya vimos no comprometen en absoluto su categora de Homo Sapienque muy posiblemente (segn W. Straus y otros) no nos llamaran quizs la atencin si los viramos en transente por las calles de una ciudad.

    No obstante, ya que estn presentes, vale la pena analizarlos tratando de descubrir su posible significin.De ms est decir que para la inmensa mayora de los antroplogos fieles a los postulados darwinis

    tas estos rasgos simiescos slo pueden tener una explicacin: la genealgica. Parecido dicen, equivale a rentesco y por consiguiente el parecido con los simios de ciertos rasgos del H. de N. no puede sino indicamayor proximidad gentica (o sea genealgica) con un simio, un mono o algo muy parecido. Es decir, unapecie de atavismo, ya borrado en el hombre moderno, pero todava presente en el H. de NeanderthEsta interpretacin, adems de ser una hiptesis indemostrable en ltima instancia, en el caso concreto del de N., no parece ajustarse a la realidad de los hechos.

    Por lo pronto, estos rasgos en cierta manera simiescos o bestiales, no estn presentes curiosamenteen todos los restos neandertales y es por ello que hoy se divide a estos hallazgos en neandertales clsicos o cos, que tiene estos rasgos y neandertales progresivos que no los tienen, o los tiene en forma muy mitigaasemejndose as estrechamente al hombre moderno.

    Pero lo ms interesante y significativo, es que estos neandertales progresivos encontrados en Ehringdorf, Saccopastores, Monte Carmelo, etc. son cronolgicamente ms antiguos que los neandertales clsicosdecir que los restos ms antiguos cronolgicamente son ms modernos esquelticamente y viceversa, sugirido as que el H. de N. habraevolucionado desde una forma muy parecida al hombre moderno (sin Rasgo bestiales), hasta la forma neandertal clsica (con rasgosbestiales ). En otras palabras, el H. de N. habracentuado (o an desarrollado) sus rasgossimiescos con el curso del tiempo.

    W. Le Gros Clark, el antroplogo de la Universidad de Oxford citado anteriormente, dice:

    16 Ref. 8, p. 150.17 Montagu, Ashley.La Revolucin del Hombre . (Paids, Bs.As. 1978) p. 153.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    10/45

    10

    Si los restos del H. de N. se colocan en su secuencia cronolgica, se ve que algunos de los fsiles msantiguos son menos neandertaloides en sus caractersticas esquelticas (aproximndose as estre-chamente al hombre moderno) que los neandertales extremos de una poca reciente .18 (parntesis deautor)

    Criterio con el que concuerdan por cierto muchos antroplogos. H. Brodrick por ej. dice:

    ...estos neandertaloides ms viejos (cronolgicamente) eran menos diferentes del hombre modernoque los tipos ms especializados (ms recientes y ms simiescos)19.Lo cual es ciertamente fascinante aunque en contradiccin desde luego con la hiptesis de la genealo

    que mencionaba antes, pues segn sta, los rasgos bestiales tendran necesariamente que ser ms pronunciados en los hallazgos ms antiguos, precisamente por estar ms cerca de la bestia originaria y no en los ms mdernos, en que deberan haberse atenuado con el transcurso de la evolucin.

    O sea que los rasgos en cierta manera bestiales del H. de N. habran sido aparentemente un desarrollsecundario, sufrido por seres humanos nadabestiales originariamente y no en principio, una indicacin dparentesco con las bestias.

    Wilhem Koopers, director de instituto de Antropologa de Viena, considera precisamente que laprimi-tividad en el sentido de poseer un esqueleto humano ciertos parecidos a los de las bestias, puede ser el restado de un desarrollo secundario y cree este autor, que sera mucho ms lgico hacerevolucionar al H. de Na partir del hombre moderno que ste a partir del H. de N20.Esto es muy importante pues aceptando que los rasgos bestiales pueden ser un desarrollo secundario(como de hecho parecen serlo en el H. de N.) entonces no hay derecho a afirmar, que deban ser genticos (marios).

    Adolf Portmann por su parte, bilogo y zologo de Basilea, afirma como regla general, que los refsiles del hombre primitivo deben ser analizados fundamentalmente desde una perspectiva histrica y no pleontolgica; es decir como representando variaciones del tipo humano fundamental y no como pruebas de eventual trnsito del mono al hombre21.

    En buen romance esto quiere decir que circunstancias histricas adversas (enfermedades, desnutricimutaciones, migraciones, forzadas, involucin cultural, etc.), actuando sobre grupos humanos aislados podrhacer que stos se deteriorasen biolgicamente hasta el punto de que sus esqueletos asumieran ciertas caratersticas bestiales.

    Mecanismos concretos de adaptacin a los cambios climticos y de alimentacin, tambin jugaranpapel muy importante en el desarrollo de caracteressimiescos, por el bien conocido fenmeno de la convegencia biolgica, o sea el desarrollo de estructuras semejantes en respuesta a condiciones ambientales semejtes.

    Slo para dar unos pocos ejemplos que ilustren lo que venimos diciendo recordemos por ej. queacromegalia (enfermedad producida por un mal funcionamiento de la glndula hipfisis) puede producir enesqueleto varios de los rasgos bestiales que mencionaba ms arriba: arcos superciliares y cigomticos promnentes, mandbula poderosa, cifosis, separacin de los dientes (diastema), huesos en general tosco...adquiriendo la cara del enfermo un aspecto bestial22.

    Desde luego que no estoy sugiriendo que los neandertales hayan sido acromeglicos (aunque en algucasos tambin podra ser). Slo estoy diciendo que la acromegalia produce definitivamente rasgos bestialesen forma secundaria.

    Sobre cmo el raquitismo y la artritis pueden provocar la aparicin de rasgossimiescos no hace faltsino recordar lo sucedido con los primitivos hallazgos del H. de N. en que precisamente deformidades s

    18 Le Gros clark, Wilfrid.Historia de los Primates (Eudeba 1962) p. 67. La cita est ligeramente modificada por m, que entiendo que de esta manera refleja ms fielmente el sentido del original. (History of the Primates, Phoenic Books163).19 Brodrik, houghton.El Hombre prehistrico . (Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1955) p. 45.20 Koopers, Wilhem.Primitive Man and His World Picture . (Sheed and Ward, n. York, 1952) p. 220. Citado por Cutance, A.Why Not Creation (Baker Books, Michigan 1970) p. 217.21 Portmann, Adolf.Das Ursprungsproblem . Eranos-Jahrbuch, (1947) p. 19. citado por Custance, A. ref. anterior.22 Farreras, Valenti. Medicina Interna . (Ed. Marn, Barcelona, 1967) p. 789. (II).

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    11/45

    11

    causadas por estas enfermedades fueron interpretadas como indicativas de una postura semiencorvada, propde un ser semibestial,intermedio entre el mono y el hombre.

    Arthur Custance, autor de importantes trabajos sobre el tema, seala en relacin al H. de N. el papel dcisivo que habra tenido un esfuerzo masticatorio excesivo (secundario a una dieta carnvora cruda por ej.)el agrandamiento de la mandbula y en el aplanamiento de la frente, con prominencia de los arcos supercilres, debido a la traccin ejercida en este nivel por los msculos masticatorios23.

    El hecho de tener que desgarrar la carne con los dientes, en ausencia de los utensilios asociados a la vilizacin, podra explicar adems la procedencia de los maxilares (prognatismo), otro rasgo bestial.

    Tambin Erik Trinkhaus, de la Universidad de Harvard, sugiere que gran parte de la anatoma faciallos neandertales podra explicarse por el hecho de tener que absorber el enorme esfuerzo de masticacin ipuesto por las potentes mandbulas24.

    La adaptacin al clima fro, en ausencia de vestimenta o vivienda adecuadas, podra tambin explilos cuerpos bajos pero fuertes y las piernas relativamente cortas del H. de N25.

    Es decir que los rasgos en alguna manera bestiales o simiescos de algunos neandertales pueden sesatisfactoriamente explicados sin recurrir a ninguna supuesta vinculacin genealgica con los simios u ot bestias, sino como el resultado de enfermedades y de circunstancias histricas adversas (con los mecanismde adaptacin consiguientes) afectando a seres humanos perfectamente Sapiens.

    W. Le Gros Clark, el antroplogo de Oxford citado anteriormente expresa:

    El H. de Neanderthal no representa una etapa intermedia en la evolucin del Homo Sapiens; msbien fue una lnea colateral aberrante de evolucin, el resultado de una especie de regresin evolutiva,

    la cual se manifest en un desarrollo exagerado de ciertos rasgos, teniendo solamente un parecido se-cundario a rasgos similares de los grandes monos antropomorfos 26.

    El hecho de que se hayan encontrado restos fsiles humanos modernos (Swnscombe Fontechevade) depsitos geolgicamente ms antiguos que los del H. de N., ira ciertamente en apoyo de esta interpretacque comentamos, pues nos seala que antes de la aparicin del H. de N., exista ya el hombre moderno, a padel cual y por la accin de los factores mencionados, podra haberse originado este grupo o raza humana,poco venida a menos que se ha dado en llamar H. de Neanderthal. Raza o grupo que finalmente se extingusin dejar descendencia o se mezcl de nuevo con el hombre moderno, desapareciendo de esta manera sus ractersticas distintivas.

    Por cierto que esta interpretacin que he desarrollado27 es slo una hiptesis de trabajo (podra legtmamente ser otra cosa tratndose de un tema como ste?) y adems una hiptesis que no goza en general de

    simpata del establishment cientfico.Pero establishment aparte, la hiptesis en cuestin adems de estar de acuerdo con los hechospermite explicar, en forma bastantes satisfactoria, la presencia de rasgossimiescos en algunos de los restodel H. de N. (y eventualmente en otros fsiles).

    Y sobre todo nos propone mecanismos que podemos ver y constatar en nuestra experiencia para excar la bestializacin secundaria de seres humanos, en lugar de los clsicos mecanismos de las mutaciones yseleccin natural, puramente especulativos para el caso de tener que explicar la hominizacin de una bestia.

    Con esto quiero significar que hay evidencia clara y cientfica de que ciertos rasgos bestiales en un serhumano, pueden ser un fenmeno secundario. Es decir que esto se puede ver y comprobar.

    En cambio no hay evidencia cientfica de que los rasgos bestiales sean consecuencia de un parentecon las bestias. (Nadie ha visto ni puede comprobar este hecho). Esto es slo una suposicin basada en hiptesis.

    Que un ser humano sin dejar de ser humano puede desarrollar ciertos rasgos bestiales, lo vemos ecualquier acromeglico por ej. Que una bestia puedahominizarse es slo una indemostrable hiptesisDeca al principio de este captulo que el H. de Neanderthal ha perdido hoy gran parte del inters que susciten otros tiempos. Y esto por dos razones. En primer lugar porque ahora el punto lgido de la cuestin de hombres primitivos se ha trasladado a los australopitecos de frica, que veremos ms adelante.

    23 Custance, Arthur. The Influence of Environmental Pressures on the Human Skull . Doorway Papers N 9 (Otaw1957) p. 11 y 14.24 Ref. 8, p. 152.25 Ref. 8, p. 151.26 Ref. 18, p. 67.27 Interpretacin que he tomado en gran medida de las obras del antroplogo Arhur Custance. Un verdadero sabio.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    12/45

    12

    En segundo lugar porque al hacrsele justicia al H. de N. respecto de su carcter plenamente humanperdiendo as su aspecto semibestial que le permita ser mostrado como el famoso eslabn intermedio - ha sdejado bastante de lado por aquellos antroplogos fervientemente empeados en demostrar nuestro origenpartir de las bestias.

    Con el agravante de que el H. de N. realiza en su propia historia evolutiva (o mejor dicho involutexactamente lo opuesto a lo exigido por la hiptesis evolucionista hoy en boga, razn por la que, cual tesmolesto, desaparece gradualmente del terreno de la discusin.

    Pobre H. de Neanderthal! Antes se lo calumni, ahora se lo silencia. Y sin embargo este interesante fsil nos ha dejado dos valiosas enseanzas.La primera es mostrarnos a travs de la difamacin antropolgica sufrida a qu extremos de tergi versacin de los hechos se puede llegar cuando los prejuicios darwinistas oscurecen el sentido crtico (y la

    satez) de los investigadores en este campo.En segundo lugar, el hecho de laregresin o bestializacin secundaria de este fsil nos recuerda qu

    el hombre bestial (en realidad bestializado) puede no estar al comienzo sino al final de un ciclo histricoque a pesar de las hiptesis que pretenden explicar nuestro origen a partir de algn animal mostrenco, el cadel H. de N., con su mayor parecido al hombre moderno a medida que retrocedemos en el tiempo, nos damotivos para sospechar que al final de cuentas no se podra ciertamente excluir la asombrosa y revolucionahiptesis, de que de descendemos noms de nosotros mismos.

    PITHECANTHROPUS ERECTUS(Hombre de Java)

    Otro de los hallazgos tambin muy famoso y que marc toda una poca de la antropologa, fue el delnocido Pithecanthropus Erectus.

    La historia comienza all por 1890 cuando un notable personaje, el joven Dr. Eugene Dubois deja uslida y segura perspectiva de prctica mdica en Holanda y se engancha como mdico del ejrcito coloholands para ir a Java a buscar eleslabn intermedio para quin ya tena nombre propio y todo: Pitecntropo (hombre-mono), acuado por su maestro, Haeckel, jefe de la faccin darwinista en Alemania.

    Dubois, segn nos informael antroplogo Donald Johansn, apenas saba nada de fsiles y nuncahaba visto de cerca un fsil homnido28, pero supla esta falencia con un admirable espritu de aventura y coun entusiasmo a toda prueba, producto seguramente de su condicin de ferviente darwinista.

    Adems tena la enorme ventaja de saber exactamente lo que buscaba, razn por la cual no neces

    perder el tiempo desenterrando una larga serie de fsiles para ver, paciente y crticamente, que historia cont ban ellos, sino que directamente se dedic a buscar el Pitecntropo, estableciendo as un precedente que luiran a seguir casi todos los paleoantroplogos; es decir, no el analizar objetivamente y sin prejuicios los refsiles e inducir a partir de ellos las debidas conclusiones, sino por el contrario, convertir el estudio de los f

    les en una mera bsqueda de pruebas para la hiptesis previamente aceptada del origen simiesco del hombre.

    Por supuesto que no hay nada de malo en esto; es perfectamenlegtimo en ciencia trabajar con una hiptesis previa que luego se modifo no, de acuerdo a los hechos. Lo que no es legtimo es ocultar este hecde la hiptesis previa o por lo menos no decirlo claramente para que todsepan a qu atenerse, y ms an deformar u ocultar los hechos cuandstos entran en conflicto con la hiptesis.

    Deca entonces que Dubois fue a Java a buscar el Pitecntropo. Yencontr por supuesto. Es decir encontr tres muelas y un trozo de crne y veinte metros ms all un fmur, que sin ninguna otra razn que la hallar su eslabn intermedio dio por sentado eran del mismo individuo quin bautiz con el nombre de Pithecantropus Erectus.

    Los diversos autores han disentido en su interpretacin de los retos del P.E.

    Una buena parte, quizs la mayora de los antroplogos de la pode los hallazgos y de la primera mitad del siglo, consider el fmur (tan

    28 Johanson, Donald y Edey, Maitland.El primer antepasado del hombre . (Plantea, 1982) p. 27.

    Crneo del Hombre de Java

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    13/45

    13

    el original como los otros 5 que Dubois agreg aos ms tarde) eran tan semejantes a uno humano, como pser indistinguible de l, razn por la que varios investigadores (M.Boule, Virchow, Ramstrn, G. Se yeron que no haba razn valedera para incluir el fmur -de aspecto humano- junto con la bveda craneal ymuelas que seran claramente simiescas29.

    En la actualidad si bien muchos antroplogos aceptan en general la asociacin del fmur con la bvcraneal, nadie defiende explcitamente esta asociacin, es decir nadie se juega por ella, adems de que varioniegan. Otros optan por no hablar del tema.

    As por ej. un autor tan fervientemente evolucionista, o sea predispuesto a aceptar la asociacin fmur con la bveda craneal, como el Dr. Emiliano de Aguirre, prof. de Paleontologa en la univ. Complutede Madrid, al efectuar un minucioso anlisis de los restos del P.E. ni siquiera menciona el fmur!30 De ms est decir que esto no puede ser un olvido. Obviamente el autor no cree que el fmur pertnezca al sujeto del crneo, pero no quiere negarlo explcitamente. Si lo creyera, sin duda que lo dira.

    Alfred Romer, por su parte, una de las mximas autoridades mundiales en paleontologa de los ver brados, expresa sus reservas respecto al fmur de la siguiente manera:

    El hallazgo original (del P.E.) consista meramente de una bveda craneal con la que estaban ms omenos dudosamente asociados un fmur y varios dientes... Si el fmur est correctamente asociado,

    P.E. haba ya logrado una postura erecta 31.

    An ms explcito respecto a esta asociacin es el conocido an-troplogo francs Camille Arambourg, quien expresa:

    No se conoce, en realidad, ningn hueso largo que puedaatribuirse con certeza al Pitecntropo. Los seis fmures recogidos

    por Dubois son en efecto, desde todo punto de vista idnticos a losde los hombres actuales y sus dimensiones corresponde a indivi-duos de talla relativamente elevada (1,60 - 1,70 m.) lo que noguarda relacin con la pequeez constante de los crneos de Pi-tecntropo y sus caracteres arcaicos... (Es posible) que dichoshuesos (lo fmures) provengan de depsitos ms recientes... y por el momento es aconsejable no tomarlos en cuenta 32.

    En realidad y a pesar de lo que formalmente digan muchos an-

    troplogos, la sensacin que uno tiene al leer a los distintos autores es queson muy pocos hoy los que estn realmente convencidos de que el fmurhaya pertenecido al sujeto de la bveda. No obstante como este dichosofmur es imprescindible paraarmar el caso, pocos son los que se decidena eliminarlo como evidencia.

    Por otra parte, como afirmar categricamente la asociacin delfmur con la bveda podra generar una ruinosa polmica, se trata enton-ces de proteger el fmur de esta polmica mediante el recurso de hacerselos distrados y no mencionarlo, o mencionarlo como al pasar, sin ponermucho nfasis en l.

    Pero Dubois definitivamente puso mucho nfasis en l, ya que fueprecisamente el fmur lo que le dio pie para reclamar categora deerecto para su hallazgo.

    Y en esto Dubois no se equivocaba pues con slo una bveda craneal y unos dientes no se puede inremotamente si un ser caminaba erecto o no.

    Incluso los investigadores que no mencionan el fmur, o que lo mencionan como al pasar, bien quesacan sin embargo todo el rdito posible para hacerloerecto al Pitecntropo, ya que si no se basan en fmur para ello me pueden decir por favor en qu se basan?

    29 Andrez, Valeriano.Hacia el Origen del Hombre. (Univ. Pontificia, Comillas, Santander, 1956) p. 144 y sig.30 Aguirre, Emiliano de, Crusafont M., Melendez B.La Evolucin . (B.A.C., 1976) p. 692 y sig.31 Romer, Alfred.Vertebrate Paleontology . (Univ. of Chicago Press, 1966) p. 226.32 Arambourg, Camille.La Gnesis de la Humanidad . (Eudeba, 1977) p. 121.

    La imaginacin de los artistas parareproducir lo que seraEl Hombre de Java

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    14/45

    14

    Si al P.E. le sacamos el fmur, literalmente se viene al suelo. Es decir, se derrumba como caso, ya deja de ser erecto. O por lo menos queda en el aire esa afirmacin.

    Y qu nos queda de P.E. si deja de sererecto?Nos queda una bveda craneana con una capacidad estimada (es imposible medirla) entre 800 y 10

    c.c. y tres molares. Podemos agregar tambin algn trozo de mandbula.Los posteriores hallazgos de otros restos de P.E. por Von Koenigswald, en Sangirn (1937) no agre

    bsicamente nada al original pues no incluyen ms que otras (dos) bvedas craneales, trozos de mandbulaalgunos dientes, sin huesos del resto del esqueleto. E insisto, la importancia atribuida al Pitecantropo est pcisamente en su condicin de erecto y para eso es imprescindible el fmur.

    Una bveda craneana (o tres), unos trozos de mandbulas y unos dientes.Pero cmo?, dir ms de un lector sorprendido eso es todo?Efectivamente eso es todo. Es decir todo lo que hay de cierto. Y esta legtima sorpresa del lector indica de qu manera se lo induce a error en este tema, en base a

    decirle la verdad o al menos no decrsela claramente.Porque cuando uno observa las laminas en libros y revistas o las reconstrucciones en cera en 105 mu

    os de nuestro buen amigo Pitecntropo, en que hasta el color de sus ojos, la expresin de su rostro y, si me apran, el modelo de taparrabos que usaba, estn representados, cmo podra uno sospechar siquiera remotmente que lo que en realidad est mirando es un trozo de crneo, un pedazo de mandbula y algunos dientes?

    Ya s que no solo es perfectamente legtimo sino adems muy interesante y hasta divertido hacer etipo de reconstrucciones casi totalmente imaginarias a condicin de aclararle debidamente al pblico de que en realidad se trata. Porque mostrar una reconstruccin de este tipo y permanecer rigurosamente en silencio sobre su carcter imaginario, dndole as en forma tcita un carcter cientfico, constituye francamenun abuso de buena fe. Para ser ms claro, una estafa.

    No crea el lector que esto es excesivamente duro de mi parte. Vea por ej. lo que deca hace ya varioaos una de las ms prestigiosas revistas de antropologa:

    A partir de un crneo es absolutamente imposible reconstruir las caractersticas de cabellos, ojos,nariz, labios, orejas, cejas, pliegues cutneos, expresin, En suma es imposible reconstruir el aspectode la cara.

    No obstante tales fantasiosas reconstrucciones son de encontrar en prcticamente todo libroque trata de la evolucin del hombre.

    Es altamente deseable que tales reconstrucciones sean abandonadas porque causan verdaderodao 33.

    Y G. Simpson el paleontlogo citado anteriormente dice:

    Un paleontlogo prudente se queda a veces espantado por el grado de reconstruccin a que se entre-gan los antroplogos, algunos de los cuales parecen harto dispuestos a reconstruir una cara a partir de partes de un crneo o un crneo a partir de un trozo de mandbula y as sucesivamente.... los peores ejemplos aparecen en las publicaciones destinadas al gran pblico 34.

    Volviendo a los restos del Pitecntropo digamos que por ser tan escasos nonos permiten fundamenninguna conclusin, o peor an, nos permitenfundamentar cualquiera. Porque con un trozo de crneo y un buena dosis de imaginacin, se puedereconstruir prcticamente lo que uno quiera; desde los rasgos de mona Chita hasta los de un filsofo.

    As, varios antroplogos han considerado a P.E. simplemente como un mono. Entre ellos Obermaier ( egran mono de Java lo llamaba este famoso antroplogo alemn), Virchow, M. Boule, G. Sergi, Kappers, Rke35.

    Otros, la mayora entre los antroplogos ms modernos, lo consideran unhombre inferior, es decir unhomnido en vas dehacerse Sapiens.

    Otros en fin, lo consideran bsicamente un hombre como nosotros.

    33 American Journal of Physical Antropology. 6 (1948) p. 321. Citado por Custance A. The Fallacy of Antropological Rstruccions. Doorway Papers N 33, p. 9.34 Simpson, Gaylord. Cold Spring Harbor Simposia on Quantitative Biology. 15 (1950): 57. Citado por Custance, A.Dpers N 33, p. 18.35 Ref. 28, p. 158 y 160.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    15/45

    15

    Y esta discordancia entre los distintos autores nos est indicando claramente que con la evidencia dponible no se puede fundamentar una conclusin definitiva.

    Quiz P.E. fue efectivamente un mono de gran tamao como decan los antroplogos arriba menciodos. Quiz, como sugiere el antroplogo americano Kraus, si un nio pitecntropo fuese criado en la socieactual, seria bsicamente igual a cualquier otra persona36. Quiz fue una variedad de hombre con rasgos bestiles secundarios como vimos en el caso del Hombre de Neanderthal.

    Como se ve hay para todos los gustos y opiniones siempre que aceptemos, con franqueza que con tipo de evidencia no es posible ninguna conclusin definitiva.

    Como corolario de este anlisis del P.E. quiero destacar dos cosas que rara vez se le dicen al pblicoespecializado y que a mi juicio sern de inters para el lector.La primera es que Dubois, el descubridor del Pitecntropo, encontr tambin en las cercanas del lugdel hallazgo, en Wadjack y en la misma capa geolgica, dos crneos enteros, perfectamente humanos ocult cuidadosamente durante treinta aos y que recin revel en 1922 cuando un hallazgo semejante estabpunto de ser anunciado37.

    Adems de que este ocultamiento de evidencia constituye sin duda un acto de grave deshonestidcientfica por parte de Dubois, estos crneos de Wadjack hacen particularmente difcil la interpretacin Pitecntropo como antepasado del hombre moderno, pues aqu tenemos seres humanos perfectamente Sapiecoexistiendo con el supuestoeslabn intermedio. Y cmo podra un antepasado coexistir con su descendiete? Adems qu razn valedera habra entonces para atribuir el fmur que es humano al Pitecntropo y no estos verdaderos hombres?

    La segunda cuestin que creo ser de inters para el lector no especializado es conocer que, a partir1935 y hasta su muerte acaecida en 1940, el mismo Dubois sostuvo que su supuesto Hombre de Java P. E. no era nada ms que un gibn de gran tamao!38

    Es importante destacar tambin que esta discrepancia respecto del Pitecntropo, entre la mayora de lantroplogos de la primera mitad del siglo incluido su descubridor , que lo consideraban mono y la mayorde los modernos que lo consideran hombre, se debe en gran medida al descubrimiento de otro fsilel Hom bre de Pekn que es el responsable de la credibilidad otorgada al P. E.

    Como los restos de Java y Pekn han sido colocados en la misma categora Homo Erectus al aceptael de Pekn (que al parecer tendra mejores credenciales), los antroplogos terminaron aceptando tambin el Java, como legtimo hombre. Pero no por mritos intrnsecos (ya hemos visto el carcter altamente cuestio ble de los hallazgos) sinoa caballo del de Pekn.

    Veamos entonces, a continuacin, este interesante fsil.

    SINANTHROPUS PEKINENSIS(Hombre de Pekn)

    Como a pesar de la intensa bsqueda paleontolgica, el supuestoeslabn intermedio entre el mono yel hombre se resista a aparecer, los antroplogos comenzaron a usar tambin la expresin "eslabn perdidpara referirse a este hipottico ser.

    Desde luego que lo cientfico hubiera sido usar la expresineslabn faltante en todo caso, ya que pardecir que algo se ha perdido debemos tener evidencia de que realmente existi: evidencia que en este caso csistira en encontrar al perdido . Pero los antroplogos que son gente habituada a la certeza estaban tanseguros de su existencia, que no vacilaron en crear esta expresin eslabn perdido.

    En los ltimos 150 aos, numerosos han sido los restos fsiles aspirantes al sublime ttulo de eslabnperdido, aunque ninguno ha podido cumplir satisfactoriamente con los requisitos. Excepto unHoy estamos en condiciones de afirmar que si hay un fsil a quien legtimamente le corresponde el ttuloeslabn perdido ese es sin lugar a dudas el Hombre de Pekn.

    Efectivamente, se ha perdido.

    36 Kraus, Bertram. The Basis of Human Evolution . (Harper and Row, N. York, 1964) p. 282. Citado por Klotz, JohGenes, Genesis and Evolution . (Concordia Pub. House, U.S.A. 1972) p. 344.37 Wend, Herbert. Tras las Huellas de Adn . (Noguer, Barcelona, 1958) p. 315. Tambin ref. 19, p. 109.38 Howell, William.Mankind in the Making . (Doubleday Press, N. York, 1967) p. 155. Citado por Gish, Duane.Evol u-tion, The Fossils say No . (Creation Life Pub., California, 1979 p. 125. Tambin Ref. 19, p. 119 y Ref. 28, p. 147.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    16/45

    16

    Me refiero a que todo el material fsil sobre el que se basa la existencia de este homnido, encontradurante la dcada del 30 en Chukutien, a unos 50 km. de Pekn ha desaparecido por completo y nadie tienemenor idea de donde puede estar.

    Si Ud. lector no conoca este hecho, especialmente si le interesa el tema y ha ledo algo sobre l, sin destar de acuerdo conmigo en que a esta noticia que ya tiene unos 40 aos de vida no se le ha dado en absoluto la trascendencia que merece, por parte de aquellos que tienen la responsabilidad de esclarecer al pblisobre esos temas.

    Efectivamente, a pesar de la importancia del hecho, parecer la no haber demasiado inters por parte las autoridades en la materia en hacer que el pblico tome acabada conciencia de esta realida Algunos autores por ej., al escribir sobre el tema, ni siquiera mencionan que los restos del H. de Pekn, hdesaparecido!

    Otros ponen una pequea nota aclaratoria al respecto y siguen lo ms campantes como si el asunto tuviera mayor importancia.

    Como no puedo creer, ni que desconozcan el hecho, ni tampoco, que realmente consideren como asin mayor importancia la desaparicin de toda la evidencia original de un fsil, debo entonces concluir que to el no mencionar el asunto, como el no darle trascendencia, son slo una forma de ocultar o minimizar antpblico este hecho de importancia decisiva cual es la ausencia de toda evidencia original, del Hombre de Pe

    Y qu demonios paso con los restos? se preguntar lgicamente el lector.Bueno, la versin ms o menos oficial sobre el destino de los restos del H. de Pekn, es que los japone

    los hicieron desaparecer durante la Segunda Guerra Mundial.Claro, como todos sabemos que los japoneses eran, por esa poca, enemigos de la humanidad (fs

    incluidos) y como adems perdieron la guerra, esta versin de su culpabilidad encontr pronta y favorable agida en los medios acadmicos.Si esto fue as o no, francamente no puedo decir. Lo que s puedo decir es que esta versin sobre la

    ponsabilidad de los japoneses tiene ms de un punto oscuro, com veremos ms adelante.

    De todas maneras, sea quien hubiere sido el responsable, hecho es que cualquiera que desee hoy estudiar este homnido, dpende en forma exclusiva de modelos y descripciones de los hallgos, realizados por investigadores que desde luego estaban buscado eleslabn intermedio .

    Que quede bien claro entonces, que todas esas fotos o dib jos de crneos del H. de Pekn que nos muestran los libros, no so

    en absoluto de los crneos originales sino slo de los modelos pasta hechos por el antroplogo a cargo del caso: Franz Weidereich. Cosa que muy rara vez se le explcita al lector.

    Tampoco se le dice que salvo un par de fotos muy deficientes , prcticamente no se tomaron fotos de los restos en el lugarmomento del descubrimiento. Lo cual llama la atencin pues esreido con los ms elementales procedimientos de rutina en paleotologa.

    Esto es doblemente lamentable considerando que los restooriginales han desaparecido. Antes de proseguir con el anlisis este caso creo es menester convenir en que la ausencia de toda evidencia fsil original del H. de Pekn, descalifica, de entranoms, cualquier especulacin seria sobre este homnido ya que p

    una elemental cuestin de mtodo cientfico que debe basarse en eexamen personal de la evidencia y no en la autoridad de nadie no

    podemos obviamente apoyarnos nada ms que en un modelo, hecho segn el criterio de un antroplogo, psacar conclusiones validas sobre el tema.

    Qu tribunal por ej. aceptara unaevidencia de este tipo? Una cinta grabada pongamos por caso, lugar de un testigo?

    Ya s que Weldenreich, el autor de los modelos, era un antroplogo famoso y respetado y todo eso, pdesde el momento que nadie est exento de cometer errores, sus modelos del H. de Pekn no pueden constituen sentido estricto, evidencia cientfica legtima sobre este homnido.

    Reproduccin del famoso crneo del Hombre de Pekn

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    17/45

    17

    No obstante, como la mayora de los antroplogos no comparten obviamente este criterio ya que inten en considerar a los modelos como evidencia legtima para fundamentar el caso, es oportuno entonces qanalicemos un poco estos modelos para ver qu valor podemos otorgarles, aun como evidencia indirePues bien, a pesar de lo que digan (o mejor, dejen de decir) los antroplogos, creo que existen suficientes ementos de juicio como para poner seriamente en duda el grado de fidelidad de los modelos con el original.

    Y entiendo que se puede decir esto, por dos importantes razones.La primera de ellas es que al comparar las descripciones originales del crneo del Sinntropo hechas

    por ej. por M. Boule39, E. Smith40, H. Breui41 con el modelo de Weidenreich se nota una sorprendente discodancia que, francamente, se hace difcil atribuir nada ms que a las pequeas y lgicas discordancias que pden existir entre distintos autores. As por ej. en sus descripciones originales, todos los autores arriba mencionados coinciden en destael aspecto claramente simiesco del crneo del Sinntropo y su pequea capacidad craneal. En el modelo Weidenreich, por el contrario, el aspecto del Sinntropo es francamente humano, con una capacidad craneade 1000 a 1200 c.c. (dentro de la variabilidad del H. Sapiens!).

    Esto, como digo, excede holgadamente el grado de variacin lgica de autor a autor. Ningn antropgo en su sano juicio podra llamar pequea an sin medirla a una capacidad craneal de 1000 a 1200 c.c.

    (Esta discrepancia entre las descripciones originales y el modelo, nos demuestra una vez ms que al recer la evolucin obra verdaderos milagros, ya que no slo es capaz segn dicen los darwinistas de trans-formar un mono en un hombre, ms tambin de transformar un fsil de un mono en un fsil de un hombre. cual supera ciertamente todas las expectativas).

    Adems de esta discordancia entre las descripciones originales y el modelo de pasta, hay otra razn portante por la que no parece prudente aceptar este modelo artificial como evidencia cientfica, aun indirectaEsta razn se basa en el testimonio de un conocido antroplogo, uno de los ms destacados de este si y uno de los pocos que conoci tanto el original como el modelo.

    Me refiero al holands Von Koenigswald, quien en su libroMeeting Prehistoric Man, escribe los siguiente:

    Nuestro conocimiento real del H. de Pekn, no asciende a mucho. El crneo es el elemento mejor co-nocido y Weidenreich lo aprovecho para hacer una reconstruccin algo excesivamente idealiza-da...que se dio en llamar Nelly 42.

    Para luego agregar con fina irona:Nelly es una verdadera hija de la evolucin. Y ms adelante colocestas significativas palabras:

    Pienso que mucha gente que ha admirado los esplndidos dibujos y fotografas (del modelo) en sus li-bros (de W)se decepcionara si viese los originales 43.

    Creo que est perfectamente claro que a este autor Von Koenigswald la diferencia existente entre ecrneo original y el modelo, le ha llamado lo suficientemente la atencin como para ponerlo por escrito yrodeos.

    Y si el modelo est tanexcesivamente idealizado, como para que nosdecepcionramos si visemolos originales, qu valor podemos atribuir a este modelo aun como evidencia indirecta?

    Aclaro que no se de nadie que haya rebatido esta apreciacin de Von Koenigswald. Y este antroplinsisto, es uno de los pocos que tuvo oportunidad de conocer los originales y el modelo Los dems hablanodo.

    Aparte de la ausencia de los restos originales y de los modelosexcesivamente idealizados hay dohechos ms, particularmente desastrosos para la credibilidad que se puede otorgar a estehomnido de Chukutien.

    39 Boule, Marcelline.L Anthropologie . Vol. 47 (1937) p. 21. Citado por Gish D.Evolution, the Fossil say No (SovereigPub., Kent, 1977) p. 98.40 Smith, Elliot.Antiquity . Vol 5, n 17 (1931) p. 34. citado por Bowdwn, Malcom.Ape- Men, Fact or Fallacy (SovereigPub., Kent, 1977) p. 98.41 Breuil, Henry.Bull. Geol. Soc. China , Vol XI, n 2 (1932) p. 15. Citado por Bowden M.Ape- Men , p. 98.42 Von Koenigswald, G.Meeting Prehistoric Man . (Harper and Brothers, N. York, 1956) p. 51.43 Ref. anterior, p. 55.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    18/45

    18

    El primero es la existencia, en Chukutien, de una avanzada industria paleoltica; el segundo es la psencia en el lugar de restos fsiles humanos.

    Porque ha de saberse que en realidad casi toda la pretensin de que los restos del Sinntropo eran dalgo ms que un mono, se bas en la coexistencia en el lugar, de fsiles marcadamente simiescos (los modfrancamente humanos vendran despus...) con huellas de actividadinteligente (fuego) que inmediatamente se dio por sentado eran pro-ducto de aqullos.

    Si a algn lector le parece un poco aventurado concluir queporque un fsil coexista con huellas de alguna actividad, stas tienennecesariamente que ser producto de aqul, entonces ya somos por lomenos dos.Francamente no veo cmo, porque los restos de un mono coexistan conevidencia de fuego aun en ausencia de restos humanos se puedefundadamente concluir que el mono es el autor del fuego (con lo cualdeja de ser mono para pasar a ser homnido!).

    De todas maneras as parece que piensan muchos antroplogos y ellos tendrn sus razones. Sea!.

    Pero si luego resulta que las huellas de actividad inteligente noson primitivas como corresponde a un dinmico mono que se esthaciendo hombre (o dicho en forma ms elegante, a unhomnido pre-sapiens), sino que son elaboradas y complejas, entonces aun con laspremisas de los mismos antroplogos es ilegtimo atribuir esta activi-dad a alguien que no sea el H Sapiens.

    Si para colmo de desgracias quiere la mala suerte que adems seencuentren restos humanos, entonces el caso est concluido y hay quedejarse de inventarle toda suerte de inclinaciones artesanales y pi-rotcnicas al mono y atriburselas a su legtimo autor, o sea el H. Sapiens.

    Y esto es precisamente lo que ha pasado en Chukutien.Lo que al principio pareca evidencia de una actividadprimitiva result luego ser una avanzada indus

    tria calfera, con implementos de piedra y cuarzo semejantes a los del paleoltico medio (H. de Neanderthaalgunos, aun a los del paleoltico superior europeo (H. de Cromagnon!)44, imposible de atribuir a un homnidprimitivo como se pretende habra sido el Sinntropo.

    Esto que ya haba sido sealado por paleontlogos de la talla de M. Boule, por ej. encontr su total c

    firmacin al encontrarse los restos fsiles humanos, en 1933.Teilhard de Chardin, el gelogo y paleontlogo de las excavaciones de Chukutien, en un artculo escen 193445 donde menciona por primera vez el hallazgo de los restos humanos (descubiertos el ao anterior),apresura a decirnos que estos restos se han encontrado en unacaverna superior ms moderna geolgicamente y sin ninguna relacin con lainferior donde estaba el Sinntropo). (Es obvio en este artculo, el esfuerzo su autor para convencernos de que los restos humanos estn efectivamente en un nivelabsolutamente diferente de los del Sinntropo).

    Lo curioso es que Teilhard recin comienza a hablar de esta supuestacaverna superior, despus que sdescubren los restos humanos. Antes, ni una palabra.

    Ni l, ni Weidenreich, ni Breuil, ni Young, ni Pei, han visto ningunacaverna superior. Es ms, todos ellos (Teilhard incluido) coinciden en sealar la absoluta homogeneidad de la fauna (q

    en sustancia significa la misma capa geolgica) desde el nivel inferior al superior de Chukutie46Sin embargo, despus de encontrados los restos humanos, la parte superior resulta de un perodototalmentedistinto a la inferior.

    A lo mejor ser que la distincin entre las dos capas geolgicas, en el terreno, era muy sutil y por esolo vieron antes. Pero no; Teilhard insiste no sea que quedara alguna duda en que el nivel superior es absolutamente distinto del nivel del Sinntropo.

    Uno no puede menos que preguntarse cmo es posible que siendoabsolutamente distinto no se dieran cuenta antes?

    44 Ref. 19, p. 161 y 162.45 Teilhard de Chardin, P. La aparicin del hombre . (Taurus, Madrid, 1965) p. 95.46 Ref. anterior, p. 79.

    Teilhard de Chardin

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    19/45

    19

    Pero existe realmente -a pesar de lo que diga Teilhard- una caverna o por lo menos un nivel superen Chukutien,totalmente distinto del inferior?

    Veamos. Weidenreich, por ej. el antroplogo a cargo de las excavaciones, se refiere a esta supuesta caverna su

    rior, como la as llamada caverna superior es decir, queaparentemente no le consta que fuese realmenttal y que estuviese separada geolgicamente del nivel inferior47.

    Y tan no debi creer Weidenreich en esta separacin, que una de las mandbulas que describe -aunqcon reservas - como del Sinntropo48, fue hallada precisamente en la parte superior en el mismo nivel de lcrneos humanos.

    A. J. Kelso por su parte, antroplogo de la Universidad de Colorado, U.S.A., tampoco cree en la sepcin de los dos niveles, basndose para ello en la semejanza de los implementos de piedra hallados en todosniveles de Chukutien49.

    Pero y entonces por qu insiste Teilhard de Chardin, en que el nivel superior estotalmente distintodel inferior?

    La fauna; ah est la explicacin dice Teilhard.Los animales asociados a los restos de H. Sapiens, seran totalmente diferentes de los asociados

    Sinntropo, por consiguiente los niveles respectivos son de distinto perodo geolgico.Sin entrar a considerar la validez intrnseca de esta argumentacin, aceptemos lo que el experto di

    Los animales asociados al H. Sapiens nos informa Teilhard incluyen entre otros al ciervo Sika, al tigre, oso, etc50. Y como para que no queden dudas los enumera dos veces en la misma pgina; olvidndose al pacer, que en un artculo escrito tres aos antes51 cuando todava no se haban descubierto los restos de H. Spiens al describir la fauna asociada al Sinntropo mencionaba, entre otros, al ciervo Sika, al tigre, al oso, S, estimado lector, los mismos animales que ahora nos dice estn asociados al H. Sapiens!, lo cual indicarsegn el propio Teilhard la misma capa geolgica.

    Qu pas entonces con el nivel superiorabsolutamente distinto del inferior evidenciado por la difrente fauna asociada? Si la fauna es la misma!!

    Lo que pasa es que este nivel superiorabsolutamente distinto slo existe en la mente de Teilhard dChardin, no en el terreno; por eso es que no lo vieron antes!

    Y podemos estar seguros de que esto es as, pues el propio Teilhard se encarga de decrnoslo (involunriamente supongo), ya que en el mismo artculo de 1934, luego de haber hablado de todo este asunto de laca verna superior, absolutamente distinta etc., a vuelta de pgina inocentemente reconoce que esto de la sepracin de niveles no es un hecho sino slo una interpretacin; es decir no una observacin sino una hipte

    Transcribo: Actualmente solo hay una interpretacin en presencia de este hecho (hallazgo de fsiles humanos) y

    hemos aceptado. Es admitir que los depsitos de la nueva gruta (superior) de Chukutien son de una edad pletocnica y que su cultura representa un Paleoltico superior. Todo encaja dentro de esta hiptesis52A martillazos encajar! Pero de todas formas ahora s est claro.

    El nivel superior, absolutamente distinto no es un hecho que est en el terreno, sino slo una hiptesen la mente de este autor (y de todos los que lo citan, aparentemente sin leerlo).

    El hecho real es que los restos humanos coexisten bsicamente con la misma fauna y con los misminstrumentos que el Sinntropo lo cual indica claramente que son del mismo nivel geolgiComo aceptar este hecho representa el fin del Sinntropo como antepasado del hombre, se inventa entoncesdigamos que se acepta) un nivel superior, absolutamente distinto geolgicamente para darle as tiempo Sinntropo de evolucionar hasta H. Sapiens.

    En sntesis; aparte de que la ausencia de los restos originales del Sinntropo, le quita todo valor probtorio a este hallazgo, y aparte tambin de que los modelos no parecen muy convincentes en cuanto a su fid 47 Weidenreich, Franz. Apes, giants and Man . (Univ. of Chicago Press, 1965) p. 86. Citado por Gish, D.Evolution, the Fossil say No . (Creation Life Pub. Calif. 1979) p. 142.48 Weidenreich, F. Skul of Sinanthropus Pekinensis , Geol. Survey of China (Pal. Sin.) Whole Series 127, New Series D10, p.1-484. Citado por Bowden, M.Apen - Men p. 110.49 Kelso, A. J.Origen y Evolucin del Hombre . (Ed. Bellaterra, Barcelona, 1978) p. 185.50 Ref. 44, p. 95.51 Ref. 44, p. 79.52 Ref. 44, p. 96.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    20/45

    20

    dad, entiendo que la presencia del H. Sapiens en el mismo nivel del Sinntropo, hace que cualquier pretensde mostrar a este ser como un antepasado del hombre no sea ms que una mera conjetura, insostenible a la lde los hechos.

    No quiero cerrar este captulo, sin antes analizar algunos aspectos relacionados con la desaparicin los restos del Sinntropo, que crame lector plantean interesantes cuestiones.

    Como habamos visto, la versin oficial sobre el destino de los restos es la de que los japoneses los hron desaparecer durante la guerra.

    Esta versin es, desde el vamos, una maliciosa deformacin de la versin original que debemos a uncoronel Ashurst comandante de los marines americanos en Pekn al comienzo de la guerra quien, poco despus de terminada la contienda, en una entrevista periodstica53 dice que los japoneseshabran, quizsposiblemente tirado los fsiles del tren donde eran transportados, confundindolos conalimentos envasados (sic!).

    Confundir restos fsiles con alimentos envasados! No pequea hazaa realmente. Y encima tirarl Vamos.

    Poco falt ciertamente para que este coronel nos dijera que los soldados del Mikado se haban hechosabroso puchero con los huesos. Sera ms lgico.

    Pero no seamos desacatados y aceptemos la versin de Ashurst, en la que es evidente por de pronto slo su carcter conjetural, sino tambin que la desaparicin de los restos no habra sido un robo por parte los japoneses como maliciosamente se sugiere sino el producto de una confusin. Es decir un accidente prpio de las circunstancias de la guerra.

    Y esto es coherente pues los japoneses ocupaban Pekn desde 1937 y en todo ese tiempo (cuatro aseguramente no les hubiera faltado oportunidad de "hacer desaparecer" los restos si sa hubiera sido su intecin.

    Por el contrario, los japoneses estaban muy interesados en que se continuaran los estudios sobre esfsil, que supuestamente demostraba la antigedad del hombre asitico {y serva por consiguiente a su conccin ideolgica) y despus de la desaparicin, entiendo que realizaron pesquisas para encontrar los restos, aprentemente sin resultado.

    Pero volvamos a la versin de Ashurst segn la cual los restos son tirados, por error, del tren donde etransportados.

    Y qu hacan los fsiles en un tren? Eran evacuados al puerto de Chinwangtao para ser embarcadrumbo a EE. UU. Aj.

    Y por qu iban rumbo a ese pas? No se trataba acaso de un fsil asitico? S, pero se lo enviaba aUU. para protegerlo de los malos. Aah!

    Y cundo ocurri esto? En diciembre de 1941, dice Ashurst. Bien.Qu sucede mientras tanto con los investigadores a cargo de este fsil? Weidenreich a mediados1941 se ha ido a Amrica. Pei y Teilhard de Chardin estn en Pekn, ocupado por los japoneses.

    Detenidos, internados, perseguidos? Nada de eso. Siguen tranquilamente con su trabajo en el laborario de Pekn, sin que nadie los moleste54. Los japoneses incluso le brindan proteccin militar (!) a T. de Charden alguna oportunidad en que ste necesita trasladarse hasta el lugar de las excavaciones, Chukutien (a 50 kde Pekn), zona abierta en ese momento55.

    Llega diciembre de 1941. Desaparecen los restos segn la versin oficial.Obviamente tanto Pei como T. de Chardin no pueden ignorar esto. Ellos estn ah, con los fsiles.

    todo caso podrn no saber (?) cmo fue exactamente que desaparecieron y quines fueron los responsables.Pero es absolutamente inconcebible que ignoren que han desaparecido los restos.Sin embargo Teilhard de Chardin en un artculo sobre el H. de Pekn publicado en 194356 no dice abso

    lutamente una palabra de que los restos hayan desaparecido!!Confieso que adems de las incoherencias del relato de Ashurst -lo cual sera al fin y al cabo circuns

    cial- este silencio inexplicable de Teilhard sobre la desaparicin de los restos, fue lo que me impuls a ahonun poco ms en este asunto.

    Como no faltar quien intente atribuir este silencio a lacensura japonesa Teilhard sigue en Pekn entonces me apresuro a decir que este mismo artculo es reproducido en la revista Psych en 194857 sin ninguna

    53 Reproducida en el New York Times del 5 de enero de 1952.54 Teilard de Chardin, P.Nuevas Cartas de Viaje . (Taurus, Madrid, 1967) p. 28 a 84.55 Ref. anterior, p. 64.56 Ref. 44, p. 121.57 Ref. 44, p. 158.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    21/45

    21

    nota aclaratoria que mencione absolutamente nada sobre la desaparicin de los restos. Es decir que debemsuponer acaso que seis aos despus que los restos han desaparecido (fueran los japoneses o Mandrake) y daos despus de que la versin de Ashurst ha circulado en los peridicos, este investigador, personalmente volucrado en el estudio del fsil, no se ha enterado todava que los restos han desaparecido??

    Como esta suposicin es claramente absurda, slo puedo concluir que Teilhard de Chardin, por algurazn, no quiere hablar pblicamente sobre la desaparicin de los restos

    A menos que los restos no hubieran desaparecido! En cuyo caso es lgico que no dijera nada. Perotampoco. Pues en este caso tendra que haber refutado la versin de Ashurst, cosa que no hace.

    Como ven el asunto no es tan simple como pareca.Para complicar an ms las cosas, en enero de 1952, Pei, el otro investigador de Chukutien (Weidreich ha muerto en 1948) acusa pblicamente a los norteamericanos por la desaparicin del fsil5

    Los norteamericanos niegan.Qu dice entonces Teilhard de Chardin que est en EE. UU. en esa poca ante la acusacin formal

    pblica de su compaero de equipo, l, que es ahora (muerto Weidenreich) el principal responsable de efsil?

    Pues NADA!! S lector, como lo oye, ni una palabra; escrita al menos y con carcter pbEsto es -una vez ms- inexplicable. Uno pensara que l estaba ciertamente obligado a tomar posicin, pcamente, sobre el tema. Aunque ms no fuera para decir que no saba exactamente qu haba pasado con restos.

    Cmo es posible que permaneciera en silencio ante la acusacin de Pei?Para colmo hoy sabemos que Teilhard no estaba de acuerdo con la acusacin de Pei, o por lo menos

    no estar de acuerdo en carta personal a H. Breuil, en la que llamaabsurda a tal acusacin, aceptando com vlida la versin de Ashurst59.O sea, que Teilhard de Chardin, que es ahora la mxima autoridad sobre el Sinntropo; que ha viv

    todas las circunstancias de la guerra y de la desaparicin de los restos ah, en Pekn, y que encima dice encorrespondencia que la acusacin de Pei esabsurda, no la refuta pblicamente!

    Es sta una forma lgica de proceder?El tena creo yo la ineludible obligacin de hablar y esclarecer, pero call.Como en 1943, como en 1948, como siempre hasta su muerte en 1955.Cmo se explica este silencio de Teilhard? Es que hay algn motivo que desconocemos por el cual

    autor no quiere hablar pblicamente sobre la desaparicin del fsil?Porque creo que est claro que este silencio no puede ser espontneo. Tiene que ser intencional; y si h

    intencin hay motivo.

    Esto es para m francamente un misterio. Y ms misterioso an que los expertos en el tema, los paontlogos, los antroplogos, incluso los bigrafos de Teilhard, guarden tambin absoluto silencio sobre silencio.

    Es que realmente consideran que no tiene ninguna importancia? Y desde luego no puedo creer que esto no le haya llamado la atencin a nadie. Si me ha llamado la a

    cin a m que soy propiamente nadie con mayor razn a los expertos.Ms an, no le parece lector que en toda esta historia de la desaparicin de los restos del Sinntrop

    son demasiadas las incoherencias, las versiones contradictorias, las actitudes ilgicas, los silencios inexpl bles, como para que los expertos no digan una palabra sobre esta cuestin?

    Consulte el lector cualquier libro sobre el tema y comprobar lo que le digo. A lo sumo encontrar una pequea nota al pie de pgina diciendo que los japoneses hicieron desapa

    cer los restos y luego las consabidas disquisiciones sobre las caractersticas anatmicas y evolutivas del HPekn (del modelo de pasta, claro) y su significacin como antepasado del hombre.

    Con el debido respeto considero que hablar sobre el H. de Pekn y omitir toda referencia a las cuestioque acabo de hacer mencin, es una forma totalmente inapropiada e inaceptable de tratar el tema. Demasiados interrogantes quedan sin respuesta.

    Si los expertos hablaran, es de suponer que nos daran una explicacin satisfactoria sobre estas cuestnes. Como lamentablemente no lo hacen, nos quedan noms esos interrogantes sin aclarar.

    Con el agravan te de que existe una versin sobre la desaparicin de los restos del Sinntropo que pltea una grave acusacin contra los investigadores involucrados en este caso. Versin que por cierto jams a

    58 Ref. 53, p. 131.59 Ref. 53, p. 131.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    22/45

    22

    rece en los libros de las autoridades en la materia, pero que de todas maneras existe, y con un autor que posu nombre y apellido detrs de ella.

    Me refiero a la versin de Patrick OConnell sacerdote irlands, misionero en China durante la poca los descubrimientos y un profundo conocedor del tema de los fsiles.

    Segn este autor los restos originales del Sinntropo habran sido destruidos aprovechando las circunstancias de la guerra por alguno de los mismos antroplogos a cargo del caso (Pei?) para sustraerlosexamen de los cientficos que hubieran descubierto de este modo la superchera de hacer un antepasado hombre de los restos de mono encontrados originalmente60.

    Como ve lector, esto es muy grave, pues ya no se trata de una diferencia de interpretacin de los resdel Sinantropo sino de una acusacin concreta de fraude cientfico. Aclaro que me faltan elementos de juicio para saber si OConnell tiene o no razn61, pero de la mismmanera que present la versin oficial y la de Pei sobre la desaparicin de los restos, me pareci que el letena derecho a conocer tambin esta otra.

    Sin embargo los antroplogos y paleontlogos s deberan tener los suficientes elementos de juicio pexpedirse con autoridad sobre esta versin. Y el hecho es que no lo hacen. Pues no he podido encontrarningn libro escrito por un antroplogo o paleontlogo profesional sobre el tema, la ms mnima referenciesta versin de O Connell.

    No puedo creer que no la conozcan! Y si la conocen por qu no toman posicin frente a ella?Si la consideran equivocada; cmo es que no la refutan?Porque una interpretacin errnea (o aun aviesa) se destruye con una adecuada refutacin; no con el

    lencio sistemtico.Pienso que los expertos en el tema estn obligados a tomar posicin frente a esta denuncia OConnell. Ac est planteada una grave acusacin que exige una adecuada respuesta y entiendo que el silen

    sepulcral no constituye una adecuada respuesta.Pero hay an otra cuestin que los expertos deberan aclarar en este caso.Cuando se descubre el primer crneo de Sinntropo, 2 de diciembre de 1929, se encuentran junto con

    diez esqueletos fsiles enteros (excepto las cabezas) supuestamente del Sinntropo segn consignan el New York Times del 16-12-1929 y la revista Nature del 28-12-192962.

    Esqueletos que pareciera habrselos tragado la tierra, pues no he podido encontrar la menor referencsobre ellos en ninguna de las obras consultadas sobre el tema. (!!)

    Si se trat de una falsa noticia, producto de un error periodstico, cmo es que nadie la desminti?.Si no fue un error periodstico, qu pas con esos esqueletos?Que la noticia del hallazgo de estos restos no puede haber sido un simple error periodstico, se despr

    de no slo de la ausencia de un desmentido (y de la seriedad de las publicaciones mencionadas) sino ademque en las ediciones del N. Y. Times del 16 y 18 de diciembre aparecen las opiniones sobre estos esqueleto varios de los ms destacados antroplogos de la poca: Elliot Smith, Arthur Keith, Ales Hrdlicka; por lodebemos entonces asumir que estos restos fueron efectivamente encontrados. Y si fueron encontrados, pqu nadie los menciona?

    Yo supongo que en algn libro deben estar descriptos, pero cmo es posible que en toda la obraTeilhard de Chardin por ej. uno de los principales responsables de este caso no exista la menor alusin estos diez esqueletos encontrados en 1929?

    Cmo se explica que este investigador, que es el paleontlogo agregado oficialmente a las excavaci y que en 1930 a pocas semanas del hallazgo escribe un artculo sobre el Sinntropo63, no diga una palabrasobre los diez esqueletos encontrados junto con el crneo? (y que mejor oportunidad para desmentir la notisi se haba tratado de un error de informacin).

    Es importante sealar que tanto A. Keith como A. Hrdlicka en esas mismas notas del N. Y. Times, nen en duda que estos restos sean tan antiguos como se pretende (o sea de la edad que correspondera Sinntropo) y sugieren que podra tratarse de restos modernos.

    60 O Conell, Patrik. Science of Today and the Problem of Genesis . (Christian Book Club of America, Calif. 1969) Tomcitado por Gish, D.Evolution, the Fossil say No . (Creation Life Pub., Calif. 1979) y entre nosotros por Meinvielle, JuTeilhar de Chardin o la Religin de la Evolucin . (Theora, 1965) p. 95.61 Ni siquiera he podido leer la obra de este autor que est totalmente agotada y no se encuentra en ninguna biblioteca.62 Debo agradecer especialmente a mis amigos, los hermanos Dr. Jos (Pepe) y Dr. Ral Garca merced a cuyas diligenpude conseguir fotocopias de estos artculos. El dato lo tom del magnfico libro de Malcom Bowden,Apen - Men , quienlo toma a su vez del libro de OConnell Science of today and the Problem of Genesis .63 Ref. 44, p. 75.

  • 8/14/2019 Fosiles_Polemicos(Dr_Raul_O_Leguizamon)

    23/45

    23

    Huelga destacar que si los restos eran de hombres modernos y coexistan con el Sinntropo, adis n vamente cualquier pretensin de mostrar a ste como un antepasado del hombre.

    Per