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Palabras iniciales El 20 de abril del año 1986 de esta fatídica era cristiana, en el Aniversario del Nacimiento de Adolf Hitler, al cumplirse los 97 años de su Nacimiento, en el Año 97 de la Nueva Era Hitleriana, preparé y leí a mis camaradas las ideas fundamentales contenidas en este documento, que ahora entrego a la circulación, para que sea más ampliamente conocido, antes de la visita que a este país hará ese funesto personaje que es el Papa de la Iglesia judía de Roma, quien, conjuntamente con la Gran Sinagoga y las Logias Masónicas, prepara ya el advenimiento del Mesías Judío, del "Rey del Mundo", para lo cual aportará su propio Mesías, Jesucristo, convenciendo a su grey, a "su rebaño de ovejas", que así se cumple el regreso de Cristo, en gloria y majestad, previsto por los Evangelios y tan esperado por los cristianos durante casi dos mil años. ¡Juan Pablo II! Aparte del simbolismo que esa Iglesia da a este nombre, nosotros pensamos en el sentido fatídico de esos dos nombres juntos: "Apocalip sis" y realización de las más recónditas aspiraciones del judío Saulo de Tarso, también llamado Pablo, o San Pablo, el verdadero creador del cristianismo, tal como lo hemos visto imponerse en los veinte siglos de su sangrienta historia. Todo esto se explicará en estas páginas. El actual Papa es destinado a realizar entre los cristianos los planes últimos del judaísmo (Pablo) en el Apocalipsis del mundo (Juan). A1 servicio de la Bestia Demoníaca, cuyo Número es 666. El Demiurgo y su "Mesías Electrónico". (Ver mi libro: Nacionalsocialismo, única Solución para los Pueblos de América del Sur). Los antiguos conocían bien el poder secreto y mágico de los nombres. En mi obra, NOS, Libro de la Resurrección, en el capítulo La Música Órfica, me refiero a este asunto fundamental. Los verdaderos nombres, los nombres iniciáticos, se guardaban en secreto, pues su conocimiento equivalía a obtener un poder decisivo sobre su portador. Y así también sucedía con las ciudades, las que eran fundadas por sabios y magos, en ceremonias herméticas, llevadas a cabo en el más grande secreto. El nombre mágico, esotérico, de la ciudad (nomen mysticum) era solamente conocido por los sacerdotes, los magos y los reyes. Por el Faraón, en Egipto, y el Emperador, en Roma; por el Dalai Lama, en el Tibet; equivaliendo a una ceremon ia de iniciación la entrega del conocimiento de este Nombre Secreto, al nuevo gobernante, o al nuevo supremo sacerdote, el Pontifex Maximus. Los SS también hicieron uso de este conocimiento en la fundación de los Castillos de la

Fragmento 1 de Miguel Serrano

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fragmento del libro de Miguel Serrano

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Page 1: Fragmento 1 de Miguel Serrano

Palabras iniciales El 20 de abril del año 1986 de esta fatídica era cristiana, en el Aniversario del Nacimiento de Adolf Hitler, al cumplirse los 97 años de su Nacimiento, en el Año 97 de la Nueva Era Hitleriana, preparé y leí a mis camaradas las ideas fundamentales contenidas en este documento, que ahora entrego a la circulación, para que sea más ampliamente conocido, antes de la visita que a este país hará ese funesto personaje que es el Papa de la Iglesia judía de Roma, quien, conjuntamente con la Gran Sinagoga y las Logias Masónicas, prepara ya el advenimiento del Mesías Judío, del "Rey del Mundo", para lo cual aportará su propio Mesías, Jesucristo, convenciendo a su grey, a "su rebaño de ovejas", que así se cumple el regreso de Cristo, en gloria y majestad, previsto por los Evangelios y tan esperado por los cristianos durante casi dos mil años. ¡Juan Pablo II! Aparte del simbolismo que esa Iglesia da a este nombre, nosotros pensamos en el sentido fatídico de esos dos nombres juntos: "Apocalip sis" y realización de las más recónditas aspiraciones del judío Saulo de Tarso, también llamado Pablo, o San Pablo, el verdadero creador del cristianismo, tal como lo hemos visto imponerse en los veinte siglos de su sangrienta historia. Todo esto se explicará en estas páginas. El actual Papa es destinado a realizar entre los cristianos los planes últimos del judaísmo (Pablo) en el Apocalipsis del mundo (Juan). A1 servicio de la Bestia Demoníaca, cuyo Número es 666. El Demiurgo y su "Mesías Electrónico". (Ver mi libro: Nacionalsocialismo, única Solución para los Pueblos de América del Sur). Los antiguos conocían bien el poder secreto y mágico de los nombres. En mi obra, NOS, Libro de la Resurrección, en el capítulo La Música Órfica, me refiero a este asunto fundamental. Los verdaderos nombres, los nombres iniciáticos, se guardaban en secreto, pues su conocimiento equivalía a obtener un poder decisivo sobre su portador. Y así también sucedía con las ciudades, las que eran fundadas por sabios y magos, en ceremonias herméticas, llevadas a cabo en el más grande secreto. El nombre mágico, esotérico, de la ciudad (nomen mysticum) era solamente conocido por los sacerdotes, los magos y los reyes. Por el Faraón, en Egipto, y el Emperador, en Roma; por el Dalai Lama, en el Tibet; equivaliendo a una ceremonia de iniciación la entrega del conocimiento de este Nombre Secreto, al nuevo gobernante, o al nuevo supremo sacerdote, el Pontifex Maximus. Los SS también hicieron uso de este conocimiento en la fundación de los Castillos de la Orden Negra. Y Hitler, en sus planes grandiosos de edificaciones mágicas. Yo estoy seguro que los españoles, fundadores de ciudades en el Nuevo Mundo, también dieron nombres secretos, cargados de poderosa significación y simbolismo a las ciudades que aquí levantaron. Eran depositarios de la tradición visigoda y de la romana (edificaban sobre el cuadrado mágico, la llamada "manzana"). Don Pedro de Valdivia, por ejemplo, aparte del nombre de Santiago dado a la capital de Chilli Mapu, habrá dispuesto un nomen mysticum y secreto, sólo por él conocido y que se pasaría a su sucesor. El mismo nombre de Santiago es ya poseedor de un profundo significado. Santiago es el Patrón de la Caballería española visigoda, una especie de Kalki; el Último Avatâra, que se aparece también montando un Caballo Blanco y blandiendo una Espada, para ayudar a sus guerreros en el combate. El Nombre Secreto de la capital de Chile habrá pasado de un gobernante a otro en el mayor sigilo. Y jamás sería revelado. ¿Cuál habrá sido el último go bernante de Chile en saberlo? ¿Se habrá ya perdido el conocimiento del nomen mysticum? Si así hubiera sido, los