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PARA TRABAJAR CON UN FRAGMENTO DE "LA ESPERA" DE JORGE LUIS BORGES, EL ALEPH 1. Lee atentamente este fragmento del relato "La espera", de Jorge Luis Borges, incluido en El Aleph e indica, por una parte, cuál es su ubicación en la estructura narrativa de la pieza completa; y por la otra, cuál es el desenlace final que le depara el autor al protagonista. Al leer el texto conviene subrayar aquello que parezca más importante. A continuación, se redactan esas ideas con expresiones propias. Los pavos reales del papel carmesí parecían destinados a alimentar pesadillas tenaces, pero el señor Villari no soñó nunca con una glorieta monstruosa hecha de inextricables pájaros vivos. En los amaneceres soñaba un sueño de fondo igual y de circunstancias variables. Dos hombres y Villari entraban con revólveres en la pieza o lo agredían al salir del cinematógrafo o eran, los tres a un tiempo, el desconocido que lo había empujado, o lo esperaban tristemente en el patio y parecían no conocerlo. Al fin del sueño, él sacaba el revólver del cajón de la inmediata mesa de luz (y es verdad que en ese cajón guardaba un revólver) y lo descargaba contra los hombres. El estruendo del arma lo despertaba, pero siempre era un sueño y en otro sueño el ataque se repetía y en otro sueño tenía que volver a matarlos. Una turbia mañana del mes de julio, la presencia de gente desconocida (no el ruido de la puerta cuando la abrieron) lo despertó. Altos en la penumbra del cuarto, curiosamente simplificados por la penumbra (siempre en los sueños del temor habían sido más claros), vigilantes, inmóviles y pacientes, bajos los ojos como si el peso de las armas los encorvara, Alejandro Villari y un desconocido lo habían alcanzado, por fin. Con una seña les pidió que esperaran y se dio vuelta contra la pared, como si retomara el sueño. ¿Lo hizo para despertar la misericordia de quienes lo mataron, o porque es menos duro sobrellevar un acontecimiento espantoso que imaginarlo y aguardarlo sin fin, o -y esto es quizá lo más verosímil- para que los asesinos fueran un sueño, como ya lo habían sido tantas veces, en el mismo lugar, a la misma hora? 2. Resume el contenido del texto. El resumen debe expresar lo esencial del texto, prescindiendo de los detalles y sin parafrasear por completo el propio texto. El señor Villari acostumbraba a soñar al amanecer con su propia muerte en circunstancias variables, pero siempre violenta, a manos de desconocidos acompañados de alguien que llevaba su mismo apellido. En todos los casos, él lograba salvarse abatiendo a sus atacantes. Cuando una mañana de julio el sueño parecía convertirse en realidad, el señor Villari trató de transformar su muerte irremediable en un nuevo sueño.

Fragmento Comentado De "La Espera", De JORGE LUIS BORGES

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Page 1: Fragmento Comentado De "La Espera", De JORGE LUIS BORGES

PARA TRABAJAR CON UN FRAGMENTO DE"LA ESPERA"

DE JORGE LUIS BORGES, EL ALEPH

1. Lee atentamente este fragmento del relato "La espera", de Jorge Luis Borges, incluido en El Aleph e indica, por una parte, cuál es su ubicación en la estructura narrativa de la pieza completa; y por la otra, cuál es el desenlace final que le depara el autor al protagonista.

• Al leer el texto conviene subrayar aquello que parezca más importante. A continuación, se redactan esas ideas con expresiones propias.

Los pavos reales del papel carmesí parecían destinados a alimentar pesadillas tenaces, pero el señor Villari no soñó nunca con una glorieta monstruosa hecha de inextricables pájaros vivos. En los amaneceres soñaba un sueño de fondo igual y de circunstancias variables. Dos hombres y Villari entraban con revólveres en la pieza o lo agredían al salir del cinematógrafo o eran, los tres a un tiempo, el desconocido que lo había empujado, o lo esperaban tristemente en el patio y parecían no conocerlo. Al fin del sueño, él sacaba el revólver del cajón de la inmediata mesa de luz (y es verdad que en ese cajón guardaba un revólver) y lo descargaba contra los hombres. El estruendo del arma lo despertaba, pero siempre era un sueño y en otro sueño el ataque se repetía y en otro sueño tenía que volver a matarlos.

Una turbia mañana del mes de julio, la presencia de gente desconocida (no el ruido de la puerta cuando la abrieron) lo despertó. Altos en la penumbra del cuarto, curiosamente simplificados por la penumbra (siempre en los sueños del temor habían sido más claros), vigilantes, inmóviles y pacientes, bajos los ojos como si el peso de las armas los encorvara, Alejandro Villari y un desconocido lo habían alcanzado, por fin. Con una seña les pidió que esperaran y se dio vuelta contra la pared, como si retomara el sueño. ¿Lo hizo para despertar la misericordia de quienes lo mataron, o porque es menos duro sobrellevar un acontecimiento espantoso que imaginarlo y aguardarlo sin fin, o -y esto es quizá lo más verosímil- para que los asesinos fueran un sueño, como ya lo habían sido tantas veces, en el mismo lugar, a la misma hora?

2. Resume el contenido del texto.

• El resumen debe expresar lo esencial del texto, prescindiendo de los detalles y sin parafrasear por completo el propio texto.

El señor Villari acostumbraba a soñar al amanecer con su propia muerte en circunstancias variables, pero siempre violenta, a manos de desconocidos acompañados de alguien que llevaba su mismo apellido. En todos los casos, él lograba salvarse abatiendo a sus atacantes. Cuando una mañana de julio el sueño parecía convertirse en realidad, el señor Villari trató de transformar su muerte irremediable en un nuevo sueño.

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3. Explica el significado de estas expresiones: carmesí, tenaces, inextricables, estruendo, turbia, penumbra, misericordia, sobrellevar.

• Para definir una palabra es necesario tener en cuenta el contexto del que se ha entresacado y evitar las recurrencias léxicas para su explicación. Es aconsejable emplear sinónimos apropiados que no alteren el sentido de lo que se pretende referir en el texto.

4. Determina las características lingüísticas y literarias del texto.

• Como se trata de un texto literario de autor conocido debes empezar por hacer una pequeña introducción al mismo:

El escritor argentino Jorge Luis Borges es una de las figuras literarias más importantes del siglo XX. "La espera" es un relato corto -género narrativo característico de Borges- incluido en el libro El aleph, una colección de cuentos a la que da título uno de ellos. En esta narración el autor propone a quien lee un juego imaginativo, un ejercicio intelectual que le sirve de vehículo para plantear un problema de carácter metafísico.

• Se pregunta por las características lingüísticas del texto porque hay en él algo que comentar: rasgos dialectales, de variedades de registro o de cualquier otra peculiaridad. Como Borges es un autor argentino, debes buscar en el texto rasgos carácteristicos del español de América:

Es posible encontrar en este texto algunos rasgos de carácter léxico carcterísticos del español de América: arcaísmos como pieza en lugar de "habitación"; uso de la palabra completa cinematógrafo, por "cine"; se emplea la frase mesa de luz, en lugar de "mesilla de noche"; hay también un rasgo de carácter morfosintáctico, la falta del leísmo admitido por la norma en buena parte del español de España: el estruendo del arma lo despertaba.

• A continuación, se repasan las características de los textos literarios señalando las que estén presentes en el fragmento y citando las expresiones del texto que las acrediten:

Atendiendo a la tipología textual este fragmento pertenece al género narrativo: una voz narrativa omnisciente en 3ª persona presenta en tiempos verbales de pretérito los acontecimientos de la historia ubicados en un marco espacio-temporal, comentando las ideas y las emociones del personaje. Los textos literarios, al no responder a necesidades prácticas de comunicación, no persiguen la claridad en sentido estricto; la comunicación literaria se orienta hacia la polisemia, es decir a la pluralidad de significados. Por eso el sentido del texto no está completamente claro. Así, cabe plantearse: ¿Hay dos Villari o uno sólo? ¿Es seguro que esta vez muere y no se trata de un nuevo sueño? ¿Son dos o tres los personajes del sueño/realidad? La función poética, es decir, la utilización del lenguaje para atraer la atención del receptor es primordial en la lengua literaria, por eso, la forma en la que está expresado el mensaje es tan importante como el mensaje mismo. Para lograrlo, en este tipo de textos se aplican determinados recursos. En el fragmento de Borges encontramos los siguientes:

1. La ambigüedad general del sentido del texto como se ha citado. 2. Léxico culto: carmesí, inextricable. 3. La literariedad, es decir frustrar las expectativas del lector mediante asociaciones inusuales de

palabras: glorieta monstruosa, inextricables pájaros vivos. 4. Uso abundante de palabras polisémicas cuyo significado en el texto resulta confuso, por ejemplo,

Una turbia mañana del mes de julio ¿Es turbia porque está nublado o por la sensación de angustia con la que se despierta el personaje? O tal vez lo sea por ambas cosas.

5. Uso del polisíndeton, es decir de la reiteración en el uso de la conjunción copulativa: [...] siempre era un sueño y en otro sueño el ataque se repetía y en otro sueño tenia que volver a matarlos.

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4. Redacta un comentario crítico partiendo del contenido del texto.

• Tomando como punto de partida la experiencia y los conociemientos personales, se ha de exponer con claridad el punto de vista propio sobre la cuestión, pero de forma argumentada. Para ello se precisa una redacción bien estructurada con introducción, desarrollo y conclusión. He aquí una propuesta:

A partir de las teorías de Sigmund Freud y de su obra La interpretación de los sueños, se ha generalizado una serie de ideas sobre el mundo onírico. Así, muchos sueños se intentan explicar en clave sexual, o como el resultado de determinadas frustraciones, o como el fruto de ciertos traumas de la infancia, etc. Sin embargo, este texto de Borges no se presta tanto para aplicar este tipo de interpretaciones, puesto que parece más relacionado con la idea cartesiana de la indeterminación entre la vigilia y el sueño, justamente una cuestión bajo la cual es susceptible confundir los aspectos racionales de la persona.

El señor Villari no sueña con algo que desee de modo explícito, aunque quizá sí lo haga en el fondo, como muchos seres humanos que desean la muerte aunque no de manera consciente. Pero lo más desconcertante, en tal supuesto, es que la muerte reiterada en sus sueños no es la muerte dulce y plácida que tantas personas preferirían. Algo tremendo debió ocurrir en su pasado que le provoca el temor -o incluso quizás el deseo- de un trágico final violento. Este temor "en los sueños del temor" lo condiciona tan fuertemente, que por la noche, libre de la presión de la conciencia, su subconsciente reproduce una y otra vez una secuencia de muertes. Pero ésas son muertes ajenas y es el protagonista del fragmento quien, en defensa propia, abate a sus "ejecutores". Es exactamente en los instantes fronterizos entre el sueño y la vigilia que preceden al despertar total de aquella mañana de julio, cuando tiene lugar la entrada de Alejandro Villari y del otro, el desconocido, que por fin lo han alcanzado. Y en este punto, cabe cuestionarse si Alejandro Villari es el mismo Villari que acechaba en sueños al protagonista o es otro Villari, o qué clase de parentesco media entre todos los personajes que comparten ese apellido en el relato, por un lado; y por qué esta vez el protagonista no recurre al revólver de la mesila, como en el desenlace de los sueños en todas las ocasiones anteriores, por otro. Yendo más lejos aún, es posible conjeturar que quizás de modo cobarde o inteligente, el protagonista afronta irremediablemente el propio final trágico tantas veces fantaseado pero ahora definitivamente real e inexorable y hasta lógico -anticipado en el propio texto "la misericordia de quienes lo mataron "-, por más inextricable que nos resulte a quienes leemos.

Todos hemos experimentado esa inopinada sensación al despertar que interrumpe nuestros sueños placenteros en el mejor momento -no así si nos despertamos en el más dramático instante de una pesadilla-, y los intentos forzados para reconducir el sueño e introducirnos de nuevo en el mundo onírico que la vigilia ha dejado en suspenso o en suspense. Pero en el caso del relato, el señor Villari trata de huir de la realidad inexpugnable que le acecha, de manera muy borgiana, pretendiendo transformarla, gracias al sueño, en un nuevo sueño, o quizás trate de entregarse a otro sueño, al "sueño eterno".