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Fragmentos de Heráclito según R. Mondolfo 1 El único orden de numeración que estamos autorizados a dar a los fragmentos heraclíteos (con la única excepción del primero y del segundo, designados como tales por Aristóteles y Sexto Empírico) sólo puede ser (según Diels) un orden puramente; por eso él adoptó el criterio –aceptado y observado después por casi todos los editores y estudiosos sucesivos- de numerarlos según el simple orden alfabético de los nombres de los autores que los han citado y nos los han hecho conocer. No obstante ello, las más recientes tendencias de la crítica heraclítea, tal como se manifiesta por ejemplo en O. Gigon ( Unters. zu Herakl., 1935 y Urspr. d. griesch. Philos., 1945) y G. S. Kirk (Heracl., The Cosm. Fragm., 1954 y The Presocr. Philos., 1957), tienden a un retorno a la tesis de Diels, en el sentido de que la obra de Heráclito fuera una colección de sentencias estilizadas; quizá también (agrega Gigon) reunida sólo en el curso del tiempo. Y Kirk opina, por su parte, que los fragmentos que nos han llegado fueron compuestos en su mayor parte como apotegmas orales, más que como parte de un tratado discursivo, y que sólo cuando heráclito adquirió renombre pudo haberse hecho una colección de las expresiones más famosas y compuesto para ellas un prólogo especial. Por otra parte, la tesis sostenida por Kirk, que reduce la obra heraclítea a una pura conexión de apotegmas orales, originariamente inconexos entre sí, no le impide considerar los fragmentos cósmicos separadamente de los demás ni intentar reagruparlos en doce grupos distintos, según la conexión de sus respectivos temas; lo cual significa un reconocimiento, por lo menos parcial, de ese recíproco nexo orgánico que la doxografía puede, indudablemente, haber acentuado, pero no inventado. Y sobre todo, contra la tendencia a ver en las sentencias heraclíteas más el aislamiento que la conexión recíproca, vale la observación hecha por H. Fränkel (Dichtung u. Philos. d. frühen Griech., Nueva York, 1954, p. 474) de que, aun aislados, los fragmentos se hallan entre sí unidos por una íntima 1 MONDOLFO, R., Heráclito, textos y problemas de su interpretación S. XXI, México D. F., ed. 13°, 2007. pp. 28 – 47.

Fragmentos de Heráclito según Mondolfo

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Fragmentos de Herclito segn R

Fragmentos de Herclito segn R. Mondolfo

El nico orden de numeracin que estamos autorizados a dar a los fragmentos heraclteos (con la nica excepcin del primero y del segundo, designados como tales por Aristteles y Sexto Emprico) slo puede ser (segn Diels) un orden puramente; por eso l adopt el criterio aceptado y observado despus por casi todos los editores y estudiosos sucesivos- de numerarlos segn el simple orden alfabtico de los nombres de los autores que los han citado y nos los han hecho conocer. No obstante ello, las ms recientes tendencias de la crtica heracltea, tal como se manifiesta por ejemplo en O. Gigon ( Unters. zu Herakl., 1935 y Urspr. d. griesch. Philos., 1945) y G. S. Kirk (Heracl., The Cosm. Fragm., 1954 y The Presocr. Philos., 1957), tienden a un retorno a la tesis de Diels, en el sentido de que la obra de Herclito fuera una coleccin de sentencias estilizadas; quiz tambin (agrega Gigon) reunida slo en el curso del tiempo. Y Kirk opina, por su parte, que los fragmentos que nos han llegado fueron compuestos en su mayor parte como apotegmas orales, ms que como parte de un tratado discursivo, y que slo cuando herclito adquiri renombre pudo haberse hecho una coleccin de las expresiones ms famosas y compuesto para ellas un prlogo especial. Por otra parte, la tesis sostenida por Kirk, que reduce la obra heracltea a una pura conexin de apotegmas orales, originariamente inconexos entre s, no le impide considerar los fragmentos csmicos separadamente de los dems ni intentar reagruparlos en doce grupos distintos, segn la conexin de sus respectivos temas; lo cual significa un reconocimiento, por lo menos parcial, de ese recproco nexo orgnico que la doxografa puede, indudablemente, haber acentuado, pero no inventado. Y sobre todo, contra la tendencia a ver en las sentencias heraclteas ms el aislamiento que la conexin recproca, vale la observacin hecha por H. Frnkel (Dichtung u. Philos. d. frhen Griech., Nueva York, 1954, p. 474) de que, aun aislados, los fragmentos se hallan entre s unidos por una ntima afinidad, como hijos de un mismo padre; de manera que, cualquiera que se ale orden en que se dispongan, cada uno est lleno de relaciones significativas con otros que recogen y amplan su movimiento. Esto demuestra la slida conexin de la doctrina, merced a la cual, aun cuando no sea posible reconstruir la disposicin de la obra, perdida para nosotros, pueden, sin embargo, restablecerse los rasgos fundamentales.

1. FRAGMENTOS AUTNTICOS SEGN DIELS-KRANZ (DIE FRAGMENTE DER VORSOKRATIKER) Y WALZER (ERACLITO)

1. (de Sext., Adv. Math., VII, 132)

Aun siendo este logos real, siempre se muestran los hombres incapaces de comprenderlo, antes de haberlo odo y despus de haberlo odo por primera vez. Pues a pesar de que todo sucede conforme a este logos, ellos se asemejan a carentes de experiencia, al experimentar palabras y acciones como las que yo expongo, distinguiendo cada cosa de acuerdo con su naturaleza y explicando como est. En cambio, a los dems hombres se les escapa cuanto hacen despiertos, al igual que olvidan cuanto hacen dormidos.

2. (de Sext., Adv. Math., VII, 133)

Por eso conviene seguir lo que es general a todos, es decir, lo comn; pues lo que es general a todos es comn. Pero aun siendo el logos general a todos, los ms viven como si tuvieran una inteligencia propia particular.3. (de At., II, 21, 4)[Acerca del tamao del sol]: el ancho de un pie humano.

4. (de Albertus, M., De veget., VI, 401, p. 545 Meyer)

[Dijo Herclito que] si la felicidad estuviera en los deleites del cuerpo, llamaramos felices a los bueyes cuando encuentran legumbres (orobios) para comer.

5. (de Aristocritus, Theosophia, 68 y Origen., Contra Celsum, VII, 62 y otros)

a) Se purifican manchndose con otra sangre, como si alguien, despus de haber entrado en el lodo, tratase de limpiarse con [otro] lodo.

b) Parecera que estuviera loco si alguno de los hombres lo observara al obrar de esta manera.

c) Y dirigen oraciones a estos simulacros, tal como si uno dirigiese la palabra a las mansiones sin conocer a los dioses ni a los hroes quines son.

6. (de Aristteles, Meteor., B 2, 355 a 13)[Al ser alimentado de la misma manera que la llama...] claro que tampoco el sol sera solamente, segn dice Herclito, nuevo cada da, sino que siempre sera nuevo continuamente.

7. (de Aristteles, De sensu, 5, 443 a 23)

Si todas las cosas se convirtieran en humo, las narices sabran distinguirlas.

8. (de Aristteles, Eth. Nic., IX, 2, 1155 b 14)

Lo que se opone es concorde, y de los discordantes [se forma] la ms bella armona, y todo se engendra por la discordia.

9. (de Aristteles, Eth. Nic., XI, 5, 1176 a 7)

[Diferente es, pues, el placer del caballo y del perro y del hombre], segn dice Herclito, que los asnos elegiran las barreduras antes que el oro; pues para los asnos el alimento es ms agradable que el oro.

9a. Walzer = A 22 Diels (de Aristteles, Eth. Eud., VII, 1, 1235 a 25)

Herclito reprocha al poeta que dijo: Ojal se extinguiera la discordia de entre los dioses y los hombres! (Ilad., XVIII, 107). Pues no habra armona si no hubiese agudo y grave, ni animales si no hubiera hembra y macho, que estn en oposicin mutua.10. (de Pseudo Aristteles., De mundo, 5, 396 b 7)Conexiones: enteros y no enteros, convergente divergente, consonante disonante: de todos uno y de uno todos.(Diels- Kranz anteponen a la cita textual las explicaciones con que las introduce De mundo: probable eco o parfrasis del contexto heraclteo: acaso la naturaleza se deleita de los contrarios y de stos produce lo acorde y no de los semejantes; as como, sin duda, al macho lo une con la hembra, y no a cada uno de los dos con el del mismo gnero, y el primer acorde lo compuso mediante los contrarios y no mediante los iguales. Y el arte tambin parece hacer esto, imitando a la naturaleza; pues la pintura, mezclando la naturaleza de los ocres blancos y de los negros y de los colores rojos, suele producir las imgenes acordes con los modelos; y la msica, mezclando conjuntamente tonos agudos y graves, largos y breves, produce en los sonidos diferentes una armona nica; y la gramtica, formando una composicin de letras sonoras [vocales] y mudas [consonantes] ha constituido de ellas todo su arte. Esto mismo era tambin lo expresado por Herclito el Oscuro: conexiones... etc.)

11. (de Pseudo Aristteles., De mundo, 6, p. 401 a 8)(De los animales, tanto los salvajes como los domsticos, los que se alimentan en el aire como sobre la tierra y en el agua, nacen y llegan a su madurez y perecen obedeciendo a los decretos de Dios): pues todo animal es llevado a pastar mediante latigazos, como dice Herclito.

12. (de Ario Didimo ap. Euseb., Praep. ev., XV, 20, 2)(Zenn llama al alma exhalacin sensible, de acuerdo con Herclito; pues [ste] queriendo mostrar que las almas que salen por exhalacin se vuelven siempre nuevas [], las compar con los ros diciendo lo siguiente:) A los que ingresan en los mismos ros sobrevienen otras y otras aguas; y salen almas por exhalacin de las cosas hmedas.13. (de Athenag., V, p. 178 F)Conviene, pues, que el hombre refinado no sea sucio ni mugriento, ni encuentre sus delicias en el cieno, segn Herclito.

(de Clem., Stromat., I, 2): los cerdos gozan con el cieno ms que con el agua pura14. (de Clem., Protrept., 22)[Para quines profetiza Herclito de feso?] Para los que participan en las procesiones nocturnas, los magos, los sacerdotes y las sacerdotisas de Baco, los iniciados en los misterios. [A stos los amenaza con lo que los espera despus de la muerte, a stos profetiza el fuego:] pues los misterios credos entre los hombres comienzan en lo ms impo.15. (de Clem., Protrept., 34)Si no fuera en honor de Dinysos que hacen la procesin y cantan el himno flico, obraran de la manera ms desvergonzada; [sin embargo] son el mismo [dios] Hades y Dinysos, en honor del cual deliran y hacen bacanales.

16. (de Clem., Paedag., II, 99)[Pues, acaso podr ocultarse uno de la luz sensible; pero de la inteligible es imposible] o, segn dice Herclito, cmo podra uno ocultarse de lo que nunca tiene ocaso?

17. (de Clem., Stromat., II, 8)No entiende, pues, cosas semejantes, la mayora de los que se encuentran con ellas, ni las conocen aun cuando se las enseen, sino que creen [conocerlas] por s mismos.

18. (de Clem., Stromat., II, 17)Si uno no espera lo inesperado nunca lo encontrar, pues es imposible de encontrar e impenetrable.

19. (de Clem., Stromat., II, 24)Reprochando a algunos el ser desconfiados, dice Herclito: [gente] que no sabe ni or ni hablar.

20. (de Clem., Stromat., III, 14)Herclito, en efecto, parece censurar la generacin, pues dice: los que han nacido quieren vivir y tener destinos mortales, ms bien que cesar de vivir, y dejan tres ellos hijos para que [otros] destinos mortales se engendren.21. (de Clem., Stromat., III, 21)Acaso no llama tambin Herclito muerte a la generacin, de manera semejante a Pitgoras y a Scrates en Gorgias [492 c], cuando dice: Muerte son cuantas cosas vemos despiertos; y cuantas [vemos] dormidos, sueo? (Diels-Kranz suponen que la sentencia fuese integrada por las palabras siguinetes: y cuantas, en cambio, muertos, vida).

22. (de Clem., Stromat., IV, 4)Los que buscan oro cavan, pues, mucha tierra y encuentran poco.

23. (de Clem., Stromat., IV, 10)No conoceran el nombre de las Justicia si no hubiese estas cosas.

24. (de Clem., Stromat., IV, 16)A los muertos por Ares (= en la batalla) los honran dioses y hombres.

25. (de Clem., Stromat., IV, 50)Las muertes () ms grandes obtienen ms grandes suertes ().

26. (de Clem., Stromat., IV, 143: texto y significado muy discutidos)El hombre enciende a s mismo una luz en la noche, cuando al morir apaga su vista; viviendo, en cambio, toma contacto con el muerto al dormir, apagando su vista; despierto tiene contacto con el durmiente.

27. (de Clem., Stromat., IV, 146)A los hombres les aguardan, despus de su muerte, cosas que ni esperan ni imaginan.

28. (de Clem., Stromat., V, 9)El ms digno de confianza, pues conoce y custodia slo lo que le parece digno de fe. Y sin embargo tambin Dike condenar a los artfices y testigos de mentiras.

29. (de Clem., Stromat., V, 60)Prefieren, pues, los mejores, una cosa nica en vez de todas [las dems], gloria eterna antes que cosas mortales; la mayora, en cambio, quiere atiborrarse como ganado.

30. (de Clem., Stromat., V, 105)Este cosmos, uno mismo para todos los seres, no lo hizo ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que siempre ha sido, es y ser fuego eternamente viviente, que se enciende segn medidas y se apaga segn medidas.

31. (de Clem., Stromat., V, 105)a) Transformaciones del fuego: primero el mar, luego, del mar la mitad tierra y la mitad vapor inflamado (prestr)...

b) [de qu manera vuelve luego a recobrarse y encenderse, lo muestra claramente mediante las palabras siguientes:] vuelve a derramarse en mar, y tiene su medida en la misma razn que tena antes de volverse tierra...32. (de Clem., Stromat., V, 116)Lo uno, lo nico sabio, no quiere y [sin embargo] quiere ser llamado con el nombre de Zeus.

33. (de Clem., Stromat., V, 116)Es ley tambin obedecer a la voluntad de uno solo

34. (de Clem., Stromat., V, 116)Los necios, aun oyendo, se asemejan a los sordos: el proverbio, justamente, es testigo de ellos: que hallndose presentes estn ausentes.

35. (de Clem., Stromat., V, 141)Conviene, pues, sin duda, que tengan conocimiento de muchsimas cosas los hombres amantes de la sabidura [filsofos].

36. (de Clem., Stromat., VI, 16)Para las almas es muerte convertirse en agua, para el agua, en cambio, es muerte convertirse en tierra; pero de la tierra nace el agua y del agua el alma.

37. (de Columella, VIII, 4)Si por lo menos creemos a Herclito de feso, quien dice que los cerdos se lavan con el cieno (cfr. fragm., 13), las aves de corral con el polvo y la ceniza.38. (de Diogen. Laert.., I, 23)Parece, adems, segn algunos, que [Tales] haya sido el primero en estudiar los astros, y predecir los eclipses del sol y los solsticios, como dice Eudemo en su historia de los astrnomos (fragm. 94, ed. Spengel), por lo cual admiran tambin Jenfanes (fragm. 19 Diels) y Herdoto (I, 74): testimonian, adems, en su favor, Herclito y Demcrito (fragm. 115 a)

39. (de Diogen. Laert.., I, 88)En Priene naci Bas, hijo de Tautames, cuyo renombre era mayor que el de los dems.

40. (de Diogen. Laert.., IX, 1)La mucha erudicin (polymatha) no ensea a tener inteligencia; pues se lo habra enseado a Hesodo y Pitgoras y aun a Jenfanes y Hecateo.

41. (de Diogen. Laert.., IX, 1)

Una sola cosa es lo sabio, conocer la Razn, por la cual todas las cosas son gobernadas por medio de todas.

42. (de Diogen. Laert.., IX, 1)

A Homero lo declar digno de ser expulsado de los certmenes, y apaleado, y a Arquloco igualmente.

43. (de Diogen. Laert.., IX, 2)

La insolencia hay que apagarla ms que un incendio.

44. (de Diogen. Laert.., IX, 2)

Es menester que el pueblo luche por la ley as como por los muros de su ciudad.

45. (de Diogen. Laert.., IX, 7)

Los lmites del alma, por ms que procedas, no logrars encontrarlos aun cuando recorrieras todos los caminos: tan hondo tiene su logos.

46. (de Diogen. Laert.., IX, 7)

Llamaba a la presuncin enfermedad sagrada, y deca que la vista engaa.

47. (de Diogen. Laert.., IX, 72)

No hagamos conjeturas al azar sobre las cosas ms grandes.

48. (de Etymolog. Magn., 198, 23: voce Bios)

Herclito el Oscuro: el arco, pues, tienen nombre de vida (bios), pero obra de muerte.49. (de Galen., De dign. plus., VIII, 773, ed. Khn)Uno solo para mi vale miradas, si es ptimo.

49a.(de Herclit. estoico, Quaest. homer., 24, despus de citar el fragm. 62)

En los mismos ros ingresamos y no ingresamos, estamos y no estamos.50. (de Hippol., Refut., IX, 9)[Herclito, pues, dice que todo es divisible indivisible, engendrado inengendrado, mortal inmortal, logos tiempo, padre hijo, dios justo:] no escuchando a m, sino a la Razn (logos), sabio es que reconozcas que todas las cosas son Uno, dice Herclito.

51. (de Hippol., Refut., IX, 9, 2)[Y que esto no lo saben todos ni lo reconocen, se lo reprocha de la manera siguiente:] No comprenden cmo lo divergente converge consigo mismo: armona de tensiones opuestas, como [las] del arco y de la lira.52. (de Hippol., Refut., IX, 9, 4)

El evo (Ain) es un nio que juega y desplaza los dados; de un nio es el reino.53. (de Hippol., Refut., IX, 9, 4)

Plemos [la guerra] es el padre de todas las cosas y el rey de todas, y a unos los revela dioses, a los otros hombres, a los unos los hace libres, a los otros esclavos.

54. (de Hippol., Refut., IX, 9, 5)

La armona oculta es superior a la manifiesta.

55. (de Hippol., Refut., IX, 9, 5)

De cuantas cosas hay, vista, odo, aprehensin, a stas tengo en mayor estimacin.

56. (de Hippol., Refut., IX, 9, 6

Se dejan engaar [dice] los hombres en relacin con el conocimiento de las cosas manifiestas, de manera parecida a Homero, que entre los griegos fue el ms sabio de todos. A aqul, pues, unos nios que mataban sus piojos se engaaron al decirle: a cuantos vimos y tomamos, a stos los dejamos; en cambio, a cuantos ni vimos ni tomamos, a stos los llevamos con nosotros.

57. (de Hippol., Refut., IX, 10, 2)

Maestro de los ms es Hesodo: creen que tena la ms grande sabidura, ste que ni siquiera conoci el da y la noche; pues son una cosa sola.

58. (de Hippol., Refut., IX, 10, 3: texto e interpretacin muy discutidos)

Y bien y mal [son una cosa sola]: Los mdicos, pues dice Herclito-, al cortar, quemar y torturar por todas partes y de mal modo a los enfermos, piden adems recibir una remuneracin de los enfermos, a pesar de no merecer nada, ellos que producen idnticamente los beneficios y los sufrimientos.59. (de Hippol., Refut., IX, 10, 4)

En el tornillo del apretador el camino recto y el curvo es uno solo y el mismo [la rotacin del instrumento llamado caracol en el tornillo del apretador es recta curva, pues se mueve conjuntamente hacia arriba y en crculo].

60. (de Hippol., Refut., IX, 10, 4)

El camino hacia arriba [y] hacia abajo [es] uno solo y el mismo.

61. (de Hippol., Refut., IX, 10, 5)

Mar: el agua ms pura y la ms impura, potable y saludable para los peces, impotable y mortal para los hombres.

62. (de Hippol., Refut., IX, 10, 6)

Inmortales mortales, mortales inmortales, viviendo la muerte de aqullos, muriendo la vida de aqullos.

63. (de Hippol., Refut., IX, 10, 6)

[Habla adems de la resurreccin de la carne, de esta visible en la que hemos nacido, y sabe que Dios es autor de esta resurreccin al expresarse de la manera siguiente:] ante l que est all y despiertos se convierten en custodios de vivientes y muertos.

64. -66. (de Hippol., Refut., IX, 10, 7: Hiplito anunciando B 66, pero antes de citar su texto inserta B 64 y B 65 con relativas explicaciones)

[Dice tambin que se realiza por medio del fuego un juicio del cosmos y de todas las cosas que estn en l, expresndose de la manera siguiente:] (64) todas las cosas las gobierna el rayo [esto es, las dirige, puesto que llama rayo al fuego eterno. Y dice tambin que este fuego es inteligente y causa del ordenamiento de todas las cosas; y lo llama:] (65) indigencia hartura [indigencia, segn l, es el ordenamiento del cosmos, hartura la conflagracin]. (66) Todas las cosas, pues [dice] el fuego al sobrevenir juzgar y agarrar.67. (de Hippol., Refut., IX, 10, 8)

El Dios [es] da-noche, invierno-verano, guerra-paz, hartura-hambre, todos los opuestos; esta inteligencia toma formas mudables, as como [el fuego?], cuando se mezcla con aromas, se denomina segn el gusto de cada uno [de ellos]

67a.(de Hisdosus Scholasticus ad Cahlcid. Palt. Tim. (cod. Pars, 1. 8624, s.

XII, f. 2)

[Otros, sin embargo, dicen que el centro del mundo es el sol, que es, afirman, el corazn de todo el mundo. As como dicen, pues, el alma del hombre tiene asiento y domicilio en el corazn, de donde, difundiendo sus fuerzas por los miembros de todo el cuerpo, da vigor a todos sus miembros en todos los miembros del cuerpo, as el calor vital que procede del sol suministra la vida a todos los seres vivientes. A la cual sentencia, al dar su asentimiento Herclito, ofrece una comparacin ptima de la araa con el alma, y de la telaraa con el cuerpo:] As como [dice] la araa, estando en el medio de su tela, siente en seguida cuando una mosca rompe algn hilo suyo, y por ende corre rpidamente all, como si experimentara dolor por la ruptura del hilo, de la misma manera el alma del hombre, al ser ofendida alguna parte de su cuerpo, all se apresura a dirigirse, como si no tolerara la lesin del cuerpo al que est unida de una manera firme y proporcionada.68.(de Jambl., De myster., I, 11)Y por eso, con razn, Herclito a stos [ritos de los misterios] los llam remedios, en cuanto que curarn los males y liberarn a las almas de las calamidades inherentes a la generacin.69. (de Jambl., De myster., V, 15)De los sacrificios, pues, distingo dos especies: 1) los de los hombres purificados por completo, tal cual puede ocurrir acaso raramente [segn dice Herclito] de un hombre solo o de unos pocos hombres fciles de contar; 2) los materiales y corpreos, etctera.

70. (de Jambl., De anima en Stob., Ecl., II, 1, 16)Cunto mejor, pues, juzg Herclito que las opiniones de los hombres son juegos de nios.

71. (de Marc. Aur., Recuerdos, IV, 46)Siempre hay que recordar a Herclito... Hay que recordar tambin al que olvida adnde lleva el camino.

72. (de Marc. Aur., IV, 46)Del logos con el que sobre todo tienen relacin continuamente [el que gobierna todas las cosas], de ste se separan, y las cosas con las que tropiezan a diario, stas les parecen extraas.

73. (de Marc. Aur., IV, 46)No conviene obrar y hablar como dormidos, pues aun entonces creemos obrar y hablar.

74. (de Marc. Aur., IV, 46)No conviene [obrar y hablar] como hijos de sus padres, esto es [ms simplemente] segn nos han enseado.

75. (de Marc. Aur.,VI, 42)

Los que duermen (creo que lo dice Herclito) son artfices y colaboradores de los acontecimientos que ocurren en el cosmos.

76. (de Maxim. Tyr., XII, 4)Vive el fuego la muerte de la tierra, y el aire vive la muerte del fuego; el agua vive la muerte del aire, la tierra la del agua.

(de Plut., De E., 18, 392 c)

Muerte del fuego es nacimiento para el aire, y muerte del aire es nacimiento para el agua.

(de Plut., De primo frig., 10, 949 A)

Muerte del fuego es nacimiento del aire.

(de Marc. Aur., IV, 46)

Porque muerte de la tierra es convertirse en agua, y muerte del agua es convertirse en aire, y del aire [convertirse en] fuego, e inversamente.

77. (de Numen., fragm. 35 Thedinga apud Porphyr. Antr. nymph., 10)[Por lo cual] tambin Herclito dice que para las almas es placer o muerte volverse hmedas. Y que es placer para ellas la cada en la generacin. Y en otro lugar dice que nosotros vivimos la muerte de aqullas y aqullas viven nuestra muerte.78. (de Origen., Contra Cels., VI, 12)[Celso] enuncia expresiones de Herclito; una, precisamente, que dice: porque el hbito humano no tiene conocimientos verdaderos, el divino en cambio los tiene.

79. (de Origen., Contra Cels., VI, 12)Y otra [expresin de Herclito]: El hombre puede llamarse nio en comparacin con el ser divino (daimon), as como el nio en comparacin con el hombre.

80. (de Origen., Contra Cels., VI, 42)Es preciso saber que la guerra es comn [a todos los seres], y la justicia es discordia, y todas las cosas se engendran por discordia y necesidad.81. (de Philod., Rhet., I, col. 57, 62, pp. 351, 354 Sudh. da Diog. Babil)La presentacin usada por los oradores tiene todos sus principios dirigidos hacia este fin [el angao], y de acuerdo con Herclito es el primer autor de trampas

(de Schol., In Eurip. Hec., 131)

Llamaron trampas a las artes de los discursos, adems de otros, tambin Timeo al escribir lo siguiente (Fragm. Histor. Graec. IV, p. 640 b): de modo que tambin no es evidente que Pitgoras el inventor de las verdaderas trampas, ni el acusado por Herclito, sino que es el propio Herclito quien dice mentiras.

82. (de Plat., Hipp. maior, 289 A)El ms bello de los monos es feo al compararlo con la especie de los hombres.

83. (de Plat., Hipp. maior, 289 B)El ms sabio de los hombres parecer un mono en comparacin con Dios, en sabidura, hermosura y todo lo dems.

84. (de Plotin., Enn., IV, 8, 1)a) Al cambiar reposa.b) fatiga es trabajar en las mismas cosas y ser mandado.85. (de Plut., Coriol., 22)Difcil luchar con el deseo; pues lo que quiere lo adquiere a expensas del alma.86. (de Plut., Coriol., 38)Pero de las cosas divinas, la mayora, segn Herclito, por falta de fe escapan al conocimiento.

87. (de Plut., De audit., 7, p. 41 A)El hombre imbcil suele dejarse asombrar por cualquier discurso.

88. (de Plut., Consol. ad Apoll., 10, p. 106 E)Una misma cosa es [en nosotros] lo viviente y lo muerto, y lo despierto y lo dormido, y lo joven y lo viejo; stos, pues, al cambiar, son aqullos, y aqullos, inversamente, al cambiar, son stos.

89. (de Plut., De Superst., 3, p. 166 C)Dice Herclito que los despiertos tienen un mundo nico en comn; los que duermen, en cambio, cada uno se vuelve hacia un mundo particular.

90. (de Plut., De E., 18, p. 388 E)

Del fuego son cambio todas las cosas y el fuego es cambio de todas, as como del oro [son cambio] las mercancas y de las mercancas el oro.

91. (de Plut., De E., 18, p. 392 B)No es posible ingresar dos veces en el mismo ro segn Herclito, ni tocar dos veces una sustancia mortal en el mismo estado; sino que por la vivacidad y rapidez de su cambio, se esparce y de nuevo se recoge; antes bien, ni de nuevo ni sucesivamente, sino que al mismo tiempo se compone y se disuelve, y viene y se va.

92. (de Plut., De Pyth. orac., 6, p. 397 A)[No ves...cunta gracia tienen los cantos de Safo, que encantan y seducen a los que los escuchan?] La Sibila en cambio, segn Herclito, con su boca delirante profiriendo palabras sin risas y sin adornos y sin perfumes, traspasa con su voz miles de aos por virtud del dios.

93. (de Plut., De Pyth. orac., 21, 404 D)El seor, cuyo orculo est en Delfos, ni dice ni oculta sino que indica.

94. (de Plut., De exil., 11, p. 604 A)El sol, pues, no traspasar sus medidas; si no las Erinnias, ministras de Dike, sabrn encontrarlo.

95. (de Plut., Sympos., III, 1, p. 644 F)La insipiencia, pues, es mejor disimularla [pero es difcil si uno se entrega al desarreglo y al vino]

(de Stob, Floril., I, 175)

Ocultar la insipiencia es mejor que llevarla en el medio.96. (de Plut., Sympos., IV, 4, 3, p. 669 A)A los cadveres, pues, hay que arrojarlos ms que al estircol.

97. (de Plut., An. seni resp. 7, p. 787 C)Los perros, pues, ladran a los que no conocen.

98. (de Plut., Fac. lun., 28, p. 943 d)Las almas olfatean al bajar al Hades.

99. (de Plut., Aq. et ign. comp., 7, p. 957 A y De fort., 3, p. 98 c)Si no hubiese sol, por lo que depende de los otros astros sera noche.

100. (de Plut., Quaest. Plat., 8, 4, p. 1007 D)[...perodos, de los que el sol, siendo director y vigilante, determina y decreta y hace aparecer y muestra los cambios y] las estaciones que llevan consigo todas las cosas, segn Herclito.

101. (de Plut., Advers. Colot., 20, p. 1118 c)Me he investigado a m mismo.

101 a. (de Polyb., XII, 27, 1)

[Existiendo, pues, en nosotros por naturaleza dos rganos en tanto tenemos algunos mediante los cuales podeos aprender las cosas e informarnos de todas-, el odo y la vista, y siendo no poco ms veraz la vista, de acuerdo con Herclito] los ojos, pues, son testigos ms exactos que los odos.102. (de Porphyr., Quaest. homer. ad. 4)Para el Dios todas la cosas son bellas y buenas y justas; los hombres, en cambio, consideran unas injustas y otras justas.

103. (de Porphyr., Quaest. homer. ad. 200)

Es comn (=coincidente), pues, el pirncipio y el fin sobre la corcunferencia de un crculo.

104. (de Procl., In Alcib., I, p. 525, 21)Cul es, pues, la mente y el sentimiento de ellos? Creen en los cantores populares y utilizan por maestra a la muchedumbre, sin saber que los muchos son malos y pocos los buenos [sentencia de Bas]

105. (de Schol. Hom. At. a IL., XVIII, 251)

[Polidamas era compaero de Hctor, y haban nacido en una misma noche.] Herclito, por lo tanto, llama astrlogo a Homero, tambin en el lugar donde dice: niego que al destino logre escaparse alguno de los hombres.106. (de Sneca, Epist., 12, 7)[Por eso Herclito...dijo:] un da cualquiera es igual a cualquier otro

(de Plut., Camill., 19)

Acerca de los das nefastos, es dudoso, por otro lado, si hay que reconocer a algunos [como tales] o si tuvo razn Hercltio en reprochar a Hesodo por hacer unos [das] buenos y otros malos (Opp. 756 ss.) en cuanto que ignora que la naturaleza de cada da es una sola.

107. (de Sext. Emp., VII, 126)Malos testigos son para los hombres los ojos y odos de quienes tienen almas brbaras.

108. (de Stob., Floril., I, 174 Hense)Herclito: de cuantos he odo los discursos, nadie llega al punto de reconocer que lo sabio es algo distinto de todo lo dems.

109. (de Stob., Floril., I, 175)(Vase n 95, segunda cita)

110. (de Stob., Floril., I, 176)Para los hombres no es mejor que se realice todo cuanto quieren.

111. (de Stob., Floril., I, 177)La enfermedad suele hacer suave y buena la salud, el hambre la saciedad, la fatiga el reposo.

112. (de Stob., Floril., I, 178)Ser sabio es virtud mxima, y sabidura es decir la verdad y obrar de acuerdo con la naturaleza escuchndola.

113. (de Stob., Floril., I, 179)Comn a todos es la inteligencia.

114. (de Stob., Floril., I, 179)Los que hablan con inteligencia es menester que se fortalezcan con lo que es comn a todos, as como una ciudad con la ley, y mucho ms fuertemente. Pues todas las leyes humanas son alimentadas por la nica ley divina; sta, en efecto, impera tanto cuanto quiere, y hasta a todas las cosas y las trasciende.

115. (de Stob., Floril., I, 180)Es propio del alma un logos que se acrecienta a s mismo.

116. (de Stob., Floril., III, 5, 6)De Herclito: a todos lo hombres les est concedido conocerse a s mismos y ser sabios.

117. (de Stob., Floril., III, 5, 7)El hombre, cuando est borracho, es guiado por un nio impber, tambalendose, sin saber a dnde va, por tener hmeda el alma.

118. (de Stob., Floril., III, 5, 8)El alma seca es la ms sabia y la mejor.

119. (de Stob., Floril., III, 40, 23)Dijo Herclito que, para el hombre, el ethos (hbito, ndole) es su daimon (genio divino).

120. (de Strabo., I, 6, p. 3)

[Pero mejor Herclito y ms homricamente, al mencionar igualmente a la Osa en lugar del polo rtico:] lmites de la aurora [oriente] y del vspero [occidente] son la Osa y, en lo opuesto de la Osa, el trmino Zeus radioso. [Ya que el lmite de la puesta y de la salida es el polo rtico, no la Osa.]

121. (de Strabo., XIV, 25, p. 642)

Bien merecido sera para los efesios ahorcarse todos en masa y abandonar la ciudad a los nios, ellos que expulsaron a Hermodoro, el varn ms til entre los suyos, diciendo: no haya ni uno [quien sea] el ms til entre nosotros: y si no [tal sea] en otra parte y entre otros.122. (de Suid., sub voce y ) (= acercamiento): Herclito.

123. (de Themist., Or., 5, p. 69 B)Segn Herclito, la naturaleza suele ocultarse.

124. (de Theophrast., Metaph., 15, p. 7 a 10 Usener = p. 16 Ross-Fobes)[Absurdo debera parecer tambin a aqullos (que establecen principios materiales), que si todo el cielo y cada una de sus partes estn todos en orden y proporcin y por las formas y por las potencias y por los perodos, en cambio, no hubiera nada por el estilo en los principios, sino que] como una barredura de cosas esparcidas al azar, fuera dice Herclito- el bellsimo cosmos.

125. (de Theophrast., De Vertig., 9)Tambin el cicen [brebaje compuesto] se descompone si no se le agita.

125 a. (de Tzetzes, Ad Aristoph. Plut., 88)

[Ciego hace a Pluto en tanto autor no de virtud sino de maldad. Por lo cual tambin Herclito de feso, para imprecar contra los efesios y no para hacer votos en su favor, dijo:] Que nunca os abandone la riqueza, oh efesios!, a fin de que os manifestis en vuestra maldad.

126. (de Tzetzes, Schol. ad exeg. IL., p. 126 Herm.)Las cosa fras se calientan, lo caliente se enfra, lo hmedo se seca, lo seco se vuelve hmedo.

127. En la edicin de Walzer (que lo considera autntico) = 129 en la edicin Diels-Kranz, que lo coloca entre los dudosos o falsificados. (de Diog. Laert., VIII, 6)Pitgoras, hijo de Mnesarco, practic la investigacin en el grado mximo entre los hombres, y habiendo escogido estos escritos, los convirti en su propia sabidura, mera erudicin y arte de maldad.II. FRAGMENTOS DUDOSOS, FALSOS Y FALSIFICADOS SEGN DIELS-KRANZ.

126 a. (

129.

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133.

Mondolfo, R., Herclito, textos y problemas de su interpretacin S. XXI, Mxico D. F., ed. 13, 2007. pp. 28 47.

Resumen de la Introduccin que hace a esta seccin Mondolfo en Herclito, textos y problemas de su interpretacin, ed. cit., pp. 28 30.