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CAPÍTULO IV LA PALABRA I. SU DEFINICIÓN, SEGMENTACIÓN E IDENTIFICACIÓN 1. DEFINICIÓN PREVIA 1. La unidad mínima en el dominio del signo es, como hemos expuesto, el morfema: es el primer segmento recurrente en que coinciden determinados rasgos fonológicos con otros gramaticales (formas, distribuciones) y otros semánticos y funcionales. El segundo nivel en que esto ocurre es la palabra, cuyos rasgos fonológicos, gramaticales de tipo formal, semán- ticos y funcionales son parcialmente diferentes de los del morfema; por otra parte, normalmente la palabra comprende varios morfemas. Como en el caso del morfema (y en el de las demás unidades gramaticales) sucede a veces que falta alguno de los elementos que definen la palabra o que sus datos son ambiguos e inconclusivos. Ello se traduce en que hay segmentos que pertenecen al núcleo de la categoría «palabra» y otros solamente a los márgenes. Es decir: a veces hay dudas de segmentación y diversos hablantes o uno mismo en circunstancias diferentes, pueden segmentar diversamente. Pueden también simplemente no segmentar y comprender el texto total por unidades superiores. Esto no es objeción contra la existencia de la palabra como unidad gramatical. Aunque, como acaba de decirse, cada uno de los criterios para segmentar la palabra tiene su problematismo propio y la falta de uno de ellos no implica necesariamente que no haya que segmentar, damos una definición previa de la palabra basada en los criterios de segmentación enumerándolos. 2. Fonológicamente, la palabra va seguida de una pausa potencial (es decir, es aislable) y con frecuencia de una juntura; en muchas lenguas hay un acento único por palabra (acento culminativo) que la unifica. Formalmente, la palabra se caracteriza con frecuencia por la presencia de determinados morfemas en lugares precisos de la misma. Distribucionalmente, la palabra tiene un orden fijo de

Francisco Rodríguez Adrados Cap 4

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CAPÍTULO IV LA PALABRAI. SU DEFINICIÓN, SEGMENTACIÓN E IDENTIFICACIÓN1. DEFINICIÓN PREVIA

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captulo IV LA PALABRAI. SU DEFINICIN, SEGMENTACIN E IDENTIFICACIN1. DEFINICIN PREVIA1. La unidad mnima en el dominio del signo es, como hemos expuesto, el morfema: es el primer segmento recurrente en que coinciden determinados rasgos fonolgicos con otros gramaticales (formas, distribuciones) y otros semnticos y funcionales. El segundo nivel en que esto ocurre es la palabra, cuyos rasgos fonolgicos, gramaticales de tipo formal, semnticos y funcionales son parcialmente diferentes de los del morfema; por otra parte, normalmente la palabra comprende varios morfemas.Como en el caso del morfema (y en el de las dems unidades gramaticales) sucede a veces que falta alguno de los elementos que definen la palabra o que sus datos son ambiguos e inconclusivos. Ello se traduce en que hay segmentos que pertenecen al ncleo de la categora palabra y otros solamente a los mrgenes. Es decir: a veces hay dudas de segmentacin y diversos hablantes o uno mismo en circunstancias diferentes, pueden segmentar diversamente. Pueden tambin simplemente no segmentar y comprender el texto total por unidades superiores. Esto no es objecin contra la existencia de la palabra como unidad gramatical.Aunque, como acaba de decirse, cada uno de los criterios para segmentar la palabra tiene su problematismo propio y la falta de uno de ellos no implica necesariamente que no haya que segmentar, damos una definicin previa de la palabra basada en los criterios de segmentacin enumerndolos.2. Fonolgicamente, la palabra va seguida de una pausa potencial (es decir, es aislable) y con frecuencia de una juntura; en muchas lenguas hay un acento nico por palabra (acento culminativo) que la unifica.Formalmente, la palabra se caracteriza con frecuencia por la presencia de determinados morfemas en lugares precisos de la misma.Distribucionalmente, la palabra tiene un orden fijo de los morfemas que la componen, que son inseparables y no admiten intrusin de otros; ella, en cambio, tiene una mayor libertad de distribucin.Semnticamente, tiene un contenido que tiende a ser concebido como unitario, siendo poco frecuente que sea meramente distintivo, como lo es a veces el de los morfemas: Es concebida como totalidad, no como suma de elementos.Funcionalmente, slo a la palabra se refiere la categorizacin introducida por los morfemas; y sus relaciones con otras palabras son las mismas que intervienen entre los morfemas en el interior de palabra, pero tambin otras diferentes.La palabra es, pues, al mismo tiempo, una unidad fonolgica, una unidad de distribucin, una unidad formal, una unidad semntica y una unidad funcional, aunque a veces insistimos uno u otro de estos aspectos pueda quedar oscurecido. Es, pues, a la vez una unidad en el plano de la cadena hablada y en el del sistema, como sucede con toda unidad lingstica; ello frente a afirmaciones como la de Robins (1) de que lo es preferentemente en el segundo o la de Hjelmslev (3) de que slo lo es en el primero. Las palabras se relacionan en su conjunto con otras palabras y con las unidades superiores y a veces llevan la marca de esa relacin. El morfema, en cambio, en cuanto tal se relaciona con otros morfemas dentro de la palabra o indica la relacin entre palabras.2. LA IDENTIFICACIN Y CLASIFICACIN DE LAS PALABRAS1. Dejando de momento los hechos marginales, vemos que la segmentacin descubre, por encima del morfema, una segunda unidad: la palabra. La elicita la conmutacin: si se sustituye una palabra por otra, vara el sentido total del texto. Tambin la permutacin: si cambiamos el orden de dos palabras, cambia tambin el sentido. Todo esto implica que la palabra existe igualmente en el plano del sistema: unas palabras se oponen a otras en l.A este primer paso que es la segmentacin debe seguir, como en el caso de los morfemas, el segundo: la reduccin de formas en distribucin complementaria o en variacin libre, para identificar las palabras.Ahora bien, la distribucin complementaria de palabras no existe prcticamente, si no acudimos a lenguas artificiales como la homrica, en que una frmula en acusativo se transforma en en genitivo y en en nominativo por razn de la mtrica. Es decir, no hay apenas sinonimia perfecta, como ocurre entre los alomorfos.2. Sin embargo, puede hablarse de distribucin complementaria tambin en otro sentido: refirindose a las variaciones de la inicial o final de palabra segn los fonemas finales o iniciales, respectivamente, de la palabra que precede o sigue. La escritura ha tendido ciertamente a unificar la forma de la palabra, y ello se refleja a su vez en el lenguaje hablado. Pero en algunas lenguas esta variacin condicionada se transcribe grficamente. As en antiguo indio, donde se habla de hechos de sandhi o composicin. Por ejemplo, una misma palabra puede terminar en -as, -a u -o segn la inicial de la palabra siguiente (si sta es a-, se elide: po 'yanan por pas ayanan 'las aguas corran'); -t da -n ante nasal, -c ante c-, -j ante ;'-; etc., etc. En celta, inversamente, la consonante inicial vara segn la palabra precedente (hubo luego utilizacin gramatical de este recurso). En realidad, el fenmeno est en la base de los morfemas sustitutivos iniciales y finales estudiados en pg. 269.Prescindiendo de la ortografa, se encuentran en muchas lenguas ejemplos an ms numerosos de estos hechos: fr. est es /e/ ante consonante y /t/ ante vocal; il savait se pronuncia sin -t final, que, en cambio, se oye en savait-il; etc.Incluso en las lenguas en que hay regularizacin grfica de la forma de la palabra, se encuentran de cuando en cuando grafas que corresponden a la pronunciacin, por ej., gr. por ante labial. En estas lenguas, el caso en que la ortografa suele ser ms fiel, es el de la elisin de vocal ante vocal, as en francs (l'aimant, l'horloge); en gr. antiguo se da tambin la elisin inversa ( por , Sfocles, Ant. 535). Recurdese tambin el tipo ingls de alternancia a/an, segn que siga consonante o vocal. Paralelos a l son hechos como los que siguen: esp. gran/grande, buen/bueno, el fem. ante a- (el guila), fr. mon, ton, son fem. ante vocal o h- (mon ame), etc.3. Las variantes libres de la palabras son semejantes a las de los morfemas (cf. pg. 190); mejor dicho, las que hemos puesto como ejemplos en los morfemas se refieren a morfemas libres, es decir, a palabras. En parte estos fenmenos estn ligados a hechos de distribucin: la forma de las palabras inglesas que hemos puesto como ejemplos en el lugar citado, depende en parte de su colocacin en la frase. A veces las variantes libres se refieren a una unidad superior a la palabra: as en ingl. hay dos formas de / am, /ai sem/ y /aim/.Hechos de este tipo se encuentran en lenguas muy diversas. Nosotros los hemos estudiado en lenguas indoeuropeas antiguas en relacin con las diversas vocalizaciones posibles de las sonantes (5). En cuanto al grado de sinonimia real entre las formas dobles, hay que decir que es variable: suelen tener relacin con diferencias de estilo, de nivel de lengua o dialecto o bien con factores expresivos (cf. pg. 541 sigs.).4. Tras la segmentacin y la identificacin, el tercer paso en el estudio de la palabra debe ser el de agrupar las unidades as establecidas, elucidando sus relaciones en sistema. En el caso del morfema, este proceso tena dos fases: los morfemas se agrupaban primero en series abiertas (constituidas por los lexemas) y cerradas (id. por los morfemas gramaticales); luego las series se dividan a su vez en clases o tipos diferentes de morfemas.La palabra integra, en su tipo ms frecuente, un lexema con las marcas de sus categoras y funciones posibles, aunque a veces tengan una expresin cero o se complementen con hechos de orden de palabras o con la ayuda de marcas incluidas en otras palabras. Existen luego las palabras puramente gramaticales o funcionales.Esto hace que el problema de la clasificacin se presente en lo que concierne a las palabras en forma diferente a como lo hemos estudiado para los morfemas. Cuando una forma de una palabra se halla en serie con otras que difieren gramaticalmente de ella (y, por tanto, llevan distintos categorizadores o relacionales), no las consideramos como palabras independientes, sino que entendemos el conjunto de las mismas como una sola palabra con diferentes variantes: como un paradigma. Hemos visto que hay dudas sobre cundo incluir o no incluir una forma en un paradigma; que hay grados variables de regularidad en ellos. Sin embargo, el concepto de paradigma responde a una realidad de la lengua.En cambio, cuando la diferencia entre dos formas depende de morfemas de clases abiertas (lexemas) o semiabiertas, con paradigmatizacin muy irregular (restrictivos), aquellas se consideran como palabras independientes. Hoy llegamos a la conclusin de que tambin estas formas se relacionan entre s sistemticamente, en cierto grado al menos: pero nos hemos acostumbrado a incluir este orden de hechos en el estudio del vocabulario y no en la Gramtica propiamente dicha.En suma, una palabra contiene en el caso de complicacin mxima una serie de formas que constituyen un paradigma cerrado (a veces sobre varios parmetros, cf. pg. 195 sigs) que estudia la Gramtica; y en su conjunto se opone a otras palabras formando con ellas sistemas menos rgidos y, sobre todo, menos recurrentes, que estudia el Lxico (Semntica estructural, cap. VIII). No va sin una cierta arbitrariedad el considerar a unas formas como miembros de una palabra y a otras como palabras independientes; en el fondo todo es cuestin de grado, aunque los casos extremos son claros. Es el eterno problema de las clasificaciones lingsticas.Veamos un ejemplo. Hombre/hombres, mujer/mujeres, varn /varones forman tres paradigmas elementales del espaol, mnimos al lado de los verbales pero comparables a ellos; hablamos, pues, de tres palabras, que entran a su vez, dentro del Lxico, en un sistema de un tipo especial, por lo pronto sin caracterizacin morfolgica (cf. pg. 499). As, si los morfemas se organizaban en dos tipos de series, unas propias de los lexemas y otras de los morfemas gramaticales, aqu hay que contar con dos tipos de series, pero que funcionan de manera sucesiva: unas renen a las formas de una misma palabra y otras relacionan a las palabras entre s. Todo esto en el caso de las palabras variables: las invariables se organizan solo en series lexicales (ayer/hoy/maana...).5. Todo esto, sin embargo, corresponde slo al primer nivel en la clasificacin de los morfemas. El segundo era el establecimiento de clases (distinguamos modificadores y relacionales, con diversas subclases; establecamos sus funciones). Adrede dejamos de estudiar la funcin de aquellos morfemas que son al tiempo palabras.Tambin en el caso de las palabras se puede alcanzar por medios formales y funcionales al tiempo una clasificacin. Llegamos con ellos a las clases de palabras (partes de la oracin tradicionalmente). Estn caracterizadas por la unin de una forma y una funcin o grupo de funciones; en cierta medida tambin de un sentido, aunque no debe partirse de ah para su estudio. Luego se puede intentar la clasificacin de esas clases en grupos de clases, de jerarqua superior; y, al revs, pueden estudiarse las subclases, que acaban, en la jerarqua descendente, por alcanzar el nivel de las series lexicales, formando transicin entre el estudio de la Gramtica y el del Lxico.

En resumen, la semejanza y diferencia de la clasificacin de morfemas y la de palabras, puede deducirse del siguiente cuadro, que indica los pasos que hay que seguir en la misma:MorfemasPalabras

1. Establecimiento de series abiertas o cerradas1. a) Establecimiento de series cerradas (paradigmas).

b) Id. de series abiertas

2. Id. de clases con sus jerarquas2. Id. De clases con sus jerarquas.

Slo en 1 b) se alcanza el nivel de la palabra; 1 a) se refiere a miembros de un paradigma.A su vez, tomando como fundamental el criterio de la aislabilidad, la relacin entre morfema y palabra se puede establecer, de varias formas:1. Morfema libre (lexical o gramatical) = palabra.2. Grupo de morfemas = palabra.a) Grupo fijo.b) Grupo variable.1 y 2 a) son palabras invariables; 2 b), variables. En 2 pueden intervenir uno o ms morfemas lexicales y uno o ms gramaticales de diversos tipos, pero unos u otros pueden faltar.6. Por supuesto, pueden existir lenguas en que falte alguno de estos tipos. Concretamente, el chino y las lenguas del Sudeste asitico son citados como lenguas de palabras invariables. En ellas la palabra es normalmente monosilbica, lo cual no quiere decir que. comporte un solo morfema ni que no pueda hablarse de palabras con relacin al chino, como propone Hockett (4): tiene morfemas suprasegmentales (tonos) y alternativos (alternancias voclicas y consonnticas) a ms de los segmentales. En cuanto a la falta de paradigmas, en parte al menos es sta una cuestin de convencin. Una oposicin del tipo del chino arcaico * gen3 / * ken3 'ser visible' / 'ver' (cf. pgina 178), que es normal entre verbos intransitivos y transitivos, puede considerarse, coma se hace, como existente entre dos palabras, pero tambin, si se quiere, como entre dos formas de un paradigma, diferenciadas gracias a morfemas alternativos y suprasegmentales. En la misma lengua, si es acertada la reconstruccin de Karlgren (1), una oposicin del tipo *o2/*a2, * io1/* ia2 entre determinante (sujeto de verbo y complemento de nombre) y objeto en los pronombres de I. y 2. pers. sg., entra dentro del tipo que estamos acostumbrados a considerar paradigmtico. En khasi (khmer) hay cosas semejantes: 'yo' (fem.) a / (pl.) i; 'tu' (fem.) p'. / (pl.) p'i; etc. Los lmites entre las formas de un paradigma y lo que son palabras independientes sin relacin gramatical estricta son fluidos, como sabemos.Lo que es ms claro, pues, es que en estas lenguas no existen, ni en la palabra ni en los miembros de un paradigma, formas con morfemas modificadores segmntales. Y aun esto es cierto slo a medias, pues el chino y el camboyano (khmer) conocen prefijos qu transforman nombres en verbos, verbos intransitivos en transitivos; en tai hay verbos auxiliares postpuestos (no formando palabra unitaria en sentido estricto) que marcan aspectos del verbo; en camboyano hay restos de sufijos; etc.7. As, en resumen, vemos que no deja de haber en ninguna lengua combinacin de morfemas en palabras ni relacin regular entre los significantes de stas, en paralelismo ms o menos prximo con los significados: esto depende de un principio de economa que es connatural a la idea misma de la lengua. Vara solamente el grado de regularidad morfolgica: la paradigmatizacin es mxima en griego antiguo, ruso, cri y otras lenguas; mnima, y an puede prescindirse de ella en la descripcin, en chino y otras lenguas del Asia oriental. Dentro de las nuestras, el ingls presenta un mnimo de paradigmatizacin.Puede concebirse, sin embargo, una lengua en que no se distinga entre morfema y palabra. Pero es un tipo de lengua poco verosmil por su falta de economa y, si tiene poca paradigmatizacin, por el exceso de relaciones cuya expresin depende slo de la distribucin. Cuando se cita algn caso, como el del maya, en que se nos dice que para su estudio el nivel de la palabra no es til (as Pike, 2), el problema es otro: el de los difciles lmites entre la palabra y las unidades superiores, de que hablaremos.De todas formas no hay que olvidar que los distintos tipos lingsticos tienen distintas preferencias respecto a los niveles jerrquicos de unidades. Lenguas flexionales como las indoeuropeas, llenas de amalgamas y hechos semejantes, presentan una conciencia muy clara de la palabra. En lenguas aglutinantes como el turco o el quechua, es el morfema el que en primer trmino accede a la conciencia lingstica. A veces los autores vacilan en la particin de la cadena hablada: E. B. van Wyk (1), ocupndose del sotho del Norte, una lengua bant, ha hablado de tres escuelas de transcripcin: el disyuntivismo, el conyuntivismo y el semiconyuntivismo. Segn cul se siga, unos mismos elementos sern ya palabras, ya simples morfemas inseparables de una palabra. El problema de segmentacin aludido arriba se hace simplemente ms frecuente. Cf. infra pg. 309 sobre lenguas sudamericanas.8. En suma: la palabra es una unidad fundamental, pero no nica, como tampoco son nicos el morfema, el sintagma ni la oracin, a los que a veces se ha conferido este privilegio.Pero hay que tener en cuenta el fenmeno del entrecruza-miento de las unidades. Para nosotros el morfema es solamente una abstraccin: una unidad distintiva. La unidad mnima independiente es la palabra. Por tanto, un morfema que es sentido como independiente, acta como tal en cuanto palabra. As, para es un morfema, en cuanto es una unidad mnima de significado, e igual padre (prescindiendo de los morfemas cero que comporta): pero ambos son al tiempo palabras. Los morfemas libres son, pues, automticamente palabras, sin dejar de ser morfemas. Los morfemas ligados son solamente partes de palabras. Hay an aquellos que, en palabras variables, aparecen ya como libres ya como ligados: ingl. sing, pero sing-ing. Estos morfemas son parte de una palabra.3. DE LA PALABRA A LA ORACIN1. El tercer segmento recurrente en que hallamos una correlacin entre demarcacin fonolgica, morfolgico-distribucional y semntico-funcional es la oracin. Este sistema triple de unidades cada una de ellas organizada a su vez en una jerarqua de clases es el eje de toda la Gramtica.El entrecruzamiento de estas unidades no queda limitado a lo que se refiere a las dos inferiores. La palabra, sin dejar de ser tal, puede simultneamente funcionar como oracin. Y esto no slo en el caso de los verbos (voy!, llueve, etc.), sino tambin en el de los nombres (Antonio!, fuego!, cf. ms detalles en pg. 336) y en otros (s, bueno). Hay, ciertamente, palabras que no pueden funcionar como una oracin: as un artculo o una conjuncin. De igual modo, no todos los morfemas pueden ser palabras.De esto se deduce que un morfema que puede funcionar como una palabra puede funcionar tambin como una oracin. Latn i 've' es, si no urf morfema, s una amalgama inanalizable de morfemas (un lexema ms morfemas cero de 2.a sg. y de imperativo) y al tiempo es una palabra y una oracin, en ocasiones. Fuego!, si!, mencionados arriba, estn en el mismo caso.As, tan importante como la organizacin de las unidades lingsticas en diversos niveles jerrquicos, englobando el superior en general varias unidades del inferior, es sta otra propiedad de la lengua por la que una unidad puede, ocasionalmente, pertenecer simultneamente a dos niveles sucesivos o incluso a los tres. Depende del principio de economa que se refleja en todas las lenguas. La encarnacin frecuente de los tres niveles en significantes bien caracterizados hace que, en virtud de sus diversas funciones, significantes menos completamente caracterizados formalmente, sean concebidos y utilizados como pertenecientes simultneamente a esos diversos niveles. Es como cuando una lengua que distingue formalmente el masculino y el femenino en muchas ocasiones, utiliza otras veces formas ambiguas: gr. 'dios' 'diosa' es masc., o femenino segn los casos. En realidad hay indistincin de gneros, como el llamado gnero epiceno del espaol. Recurdense los casos de sincretismo: lat. templum es nom. o acusativo segn los casos, segn el modelo de oposiciones bien conocidas.En suma: las clasificaciones de la lengua se expresan mediante recursos formales, pero tienen existencia aunque no en lodos los casos se empleen esos recursos. Una vez creado el sistema de oposiciones, engloba a elementos mal caracterizados formalmente que solamente con ayuda de la funcin entran en una u otra casilla o bien entran en varias alternativamente.2. Todava se ver esto ms claro con ayuda de un ejemplo de cmo se combinan las unidades en las Matemticas elementales (cf. ya pg. 52). Los nmeros son estas unidades en su nivel inferior, equivalente al morfema; contrayendo entre s determinadas relaciones (de suma, resta, multiplicacin o divisin) constituyen unidades de otro nivel superior, comparable al de la palabra, y de aqu se pasa de modo anlogo a un tercer nivel, equivalente a la oracin en la lengua:1) 2; 7; 8; 3... (= morfemas).2) (2 + 7); (8 3);... (= palabra, e. d., morfemas + sus relaciones).3) (2 + 7) (8 3);... (= oraciones, e. d., palabras + sus relaciones).Pero en 2(8 3) hallamos una oracin (unidad de tercer grado) formada de dos palabras una de las cuales es un morfema que acta como palabra. A su vez, una palabra (que a veces es tambin un morfema) puede relacionarse (directamente con una oracin, es decir, actuar a su vez como una oracin:(2 + 7) + (4 3) (2 + 1) 7 + (4 3) (2 1).

3. Para completar este esquema habra que aadir indicaciones sobre unidades intermedias entre palabra y oracin. No tienen una entidad tan clara como stas, que alan elementos fonolgicos, morfolgico-distribucionales y semntico-funcionales en parte propios. Pero es evidente que no hay un salto abrupto de la palabra a la oracin: la funcin de la palabra est desempeada con frecuencia por un grupo de palabras, lo que llamamos un sintagma.Efectivamente, igual funcin desempea Juan en la oracin Juan se fue a Pars que el hijo de la vecina en el hijo de la vecina se fue a Pars. Con frecuencia los sintagmas son sentidos como una unidad (tipo hombre de paja, carne de can, cuestin bizantina, etc.): el sentido de las palabras tiende a hacerse meramente distintivo, la posibilidad de pausa interna a desaparecer. ste es, diacrnicamente, el origen de la palabra, y hay toda clase de transiciones entre la palabra y los sintagmas ms o menos fijos o variables.En cuanto equivalente funcional de la palabra, el sintagma puede hacer el oficio de oracin: manos arriba!, todos quietos!, felices Pascuas!, etc. Y puede entrar en paradigmas, por ejemplo, en el caso de las formas perifrsticas de la conjugacin en diversas lenguas.Como se ve, el sintagma es una unidad de tipo subordinado, sin caractersticas formales ni funcionales propias. En realidad, la palabra no es ms que un tipo particular de sintagma. El entrecruzamiento de unidades es, por tanto, diferente del visto hasta aqu: toda palabra puede desempear la funcin de un sintagma y viceversa. Mejor dicho: no es que haya dos funciones que desempea simultneamente un mismo elemento: hay una funcin que desempea ya la palabra ya el sintagma.4. CRTICAS Y OPINIONES SOBRE EL CONCEPTO DE PALABRA1. Con todo lo anterior hemos tratado de hacer ver la importancia del concepto de la palabra en la jerarqua de las Unidades y hemos dejado clara su distincin respecto al morfema. No hemos ocultado, sin embargo y luego daremos detalles las dificultades de segmentacin para distinguir la palabra del sintagma ni las de paradigmatizacin para ver las formas que deben atribuirse a una misma palabra.A ellas y a un planteamiento defectuoso, a veces, de la relacin entre palabra y morfema, as como a un sentido de reaccin contra la Gramtica tradicional greco-latina, se debe el poco uso que hace de la palabra la Lingstica moderna. Puede invocar en su favor, ciertamente, la prctica de la Gramtica snscrita y rabe, que operaron siempre preferentemente con el concepto de raz.Ya dijimos bastante sobre este problema pginas arriba (confrntese pg. 155 sigs.) e indicamos que dificultades semejantes se presentan en el estudio de todas las unidades lingsticas, no siendo obstculo para su existencia; ms cosas han de decirse an. Nos limitamos ahora a sealar brevemente cul es el panorama actual de la consideracin de la palabra.2. Hay, de una parte, quienes reconocen la existencia de la palabra, pero tratan de limitar su transcendencia: para Hjelmslev slo es una unidad de distribucin y para Robins lo es principalmente de lengua como hemos dicho. Pero lo uno no puede ir sin lo otro. Seiler por su parte (2), si le comprendo bien, viene a aliarse a la opinin de Hjelmslev al decir que la palabra no es una unidad sino un constituyente de la oracin que sirve para establecer relaciones dentro de ella (bring about Hierarchy within the utterance). Nosotros pensamos que la palabra es evidentemente esto, pero tambin una unidad de lengua.Otros autores se ocupan de la palabra, pero tienden a rebajar su importancia con relacin al morfema y al sintagma. As Martinet (5), que no ve dao en que se siga utilizando la palabra en las descripciones siempre que se sealen sus limitaciones, pero cree que se debe preferir el sintagma autnomo: lo esencial en homini es segn l que equivale a un sintagma que lleva en s la marca de sus relaciones. Creemos que esta cuestin de la autonoma es secundaria y que lo que s es cierto es que la palabra es ampliable hasta llegar al sintagma sin que haya por ello cambio de funcin. Hockett por su parle (4) describe la palabra, pero seala junto a ella nada menos que otras tres unidades, que consideramos poco tiles y funcionalmente apenas distinguibles: el lexema (forma que no es un constituyente inmediato de otra ms amplia: want en / want, no en he want-s); la forma libre mnima (John, pero tambin John's: son palabras, en definitiva) y el idiom (es decir, sintagma fijo). Todo esto.no contribuye a aclarar la cuestin.3. Ocurre que en la prctica la Lingstica americana que analiza la frase en constituyentes inmediatos (cf. pg. 397), as como la transformacional, que arranca de ella, se desentienden en el fondo del concepto mismo de palabra. Apenas lo utilizan en efecto libros como los de Gleason (1), Harris (3) y Hall (1). Los constituyentes inmediatos, fragmentaciones sucesivas de la oracin, son unas veces lo que nosotros llamamos sintagma, otras lo que llamamos palabra, otras lo que llamamos morfema. Ninguna distincin se hace normalmente entre estas unidades, salvo cuando se estudia detenidamente el morfema y se desatienden o poco menos los niveles superiores. Igual ocurre en la Lingstica de Copenhague, en los libros de.Bazell (1) y Ebeling (1), etc.Otras veces se ha postulado que slo existe como unidad lingstica el morfema: as por Antal (1); o, al contrario, que la verdadera unidad es la oracin (as Sweet 1 y Cassirer 2).Alguna mayor importancia tiene la palabra para la versin revisada de la Gramtica estructural americana que ha dado Pike (2); pero slo como unidad que, aliada a una funcin en la oracin, constituye lo que l llama un tagmema. Un tagmema es, por ejemplo, Nombre + Sujeto; por supuesto, el Nombre puede estar representado por un sintagma. Pero en la prctica Pike se ocupa poco de la palabra y sus clases. Junto a ella y a un nivel jerrquico superior coloca la frase, que viene a equivaler a nuestro sintagma.4. De Groot (3) considera palabra y oracin como las unidades ms breves de forma y sentido, la una de lengua, la otra de parole: esto no es cierto, son unidades de ambos pa nos aunque de diferente nivel jerrquico. Junto a la palabra introduce dos unidades de contornos borrosos, el zinsstuk o segmento de oracin y el zinsdeel o parte de oracin.Pero quien ms ha revalorizado el concepto de palabra es probablemente Fries en su The Structure of English (1). Sin entrar en el detalle del problema de la palabra, basa todo su anlisis gramatical en el estudio de las clases de palabras, que establece con criterios puramente formales y funcionales, tras precedentes como los de Jespersen (1) y Vendryes (1). Se deduce que las clases de palabras y la unidad que es la palabra, en definitiva son indispensables en cualquier anlisis de la lengua y que consideraciones formales y funcionales evidentes llevan directamente a ellas.5. LA PALABRA COMO ELEMENTO AISLABLE1. En algunas lenguas existe una clara juntura que separa las palabras y que permite distinguir ejemplificando con el ingls a tease de at ease, a name de an aim, nitrate de night rate. Pero ni siquiera en lenguas de este tipo es la juntura una garanta de separacin en todos los casos. En ingls se distingue bien, en general, la juntura de palabra y la separacin de los morfemas, pero no siempre: en recover, unfriendly, etctera, hallamos una juntura no distinguible de la de palabra; tambin los compuestos ofrecen duda con frecuencia y hay que acudir a criterios acentuales y funcionales para decidir si matchbox, playbill, selfconscious, son realmente una sola palabra. Igual ocurre con ciertos sufijos, como -dom. Y, adems, no siempre coincide con la palabra, sino con ciertos grupos de palabras.Otras veces la juntura, si existe, es difcilmente perceptible. As en esp., fr., ital., lo que facilita toda clase de juegos de palabras. Cuando el sentido o la funcin no nos orientan, no somos capaces de hacer la segmentacin adecuada: Juan Acosta y Juana Costa se oyen lo mismo. De ah que la gente del pueblo diga amoto, arradio: apoyndose en la regla general de que los nombres en -o son casi siempre masculinos, ha segmentado mal unamoto, unarradio, delamoto, delarradio. Lo que en estas palabras pertenece de momento al nivel de la lengua vulgar, en otras se ha impuesto con generalidad: caso del art. fem. el ante palabras que empiezan por a- (el guila < lat. illa aquila odo illaquila y segmentado mal ill aquila).2. Son stas y otras dificultades las que han movido a algunos a pensar que la palabra es un elemento de la descripcin gramatical que no responde a ningn contenido de la conciencia lingstica. Pero esto es fcil de refutar. Sapir (1) ha insistido en que los hablantes de lenguas indgenas de Amrica en que el lingista choca con dificultades para aislar las palabras, tienen, sin embargo, clara conciencia de la palabra: el indio ingenuo, sin la menor familiaridad con el concepto de la palabra escrita, no experimenta, a pesar de ello, ninguna dificultad seria para dictarle a un lingista, palabra por palabra, un texto cualquiera... si el lingista le invita a detenerse un momento y le hace entender qu cosa desea, puede aislar muy fcilmente las palabras unas de otras. Igual ocurre con personas semiliteratas que en espaol, por ejemplo, juntan palabras en la escritura.Otra prueba de esto se halla en las convenciones grficas de diversas lenguas que, desde el momento mismo en que comenzaron a escribirse, aislaron las palabras con unos u otros recursos: as en persa antiguo o en latn. En otras lenguas, es cierto, se estableci la convencin contraria. No es prueba esto ltimo de que aqu no hubiera conciencia de la palabra, pues quedan otros criterios adicionales. Es ms, la separacin al fin de oracin o de prrafo permite mediante la comparacin de varios textos proceder a la segmentacin en palabras, en forma anloga a como vimos que con ayuda de los morfemas libres y los ligados iniciales y finales se podan identificar los otros.3. Lo esencial para identificar la palabra es que es el segmento mnimo que los hablantes de una lengua son capaces de considerar aislado extrayndolo de la cadena. Es un segmento de extensin variable en general mayor que el morfema que recurre dentro de otros segmentos ms extensos y es sentido como una unidad. Podemos decir, en definitiva, que lleva tras s una pausa potencial.Existen, sin duda, casos marginales. Un artculo, por ejemplo, es menos aislable que un nombre o un verbo; un verbo auxiliar que uno pleno. An as, un artculo como el nuestro o un verbo auxiliar son ms aislables, en cuanto son palabras, que el artculo ligado del nrdico o el rumano o que una desinencia verbal: su carcter flexivo y su capacidad de entrar en construcciones diversas influye en ello.Otras veces es realmente difcil o imposible la segmentacin en palabras. Se ha propuesto que ;' sea entendido como un prefijo y no como una palabra independiente en francs j'aime e igual tu, il, pues no se usan independientes. Hay dificultades, sin embargo: se pueden introducir otras palabras entre el pronombre y el verbo, hay la inversin de los mismos en la interrogacin. Otro caso intermedio es el de la 's del gen. ingls. Contra lo que ocurre en alemn, donde la -s es simplemente una desinencia, 's puede aadirse a una palabra (the king's wtfe) o a un sintagma (the king of England's wife); hay casos dudosos como the king of England's empire, en que puede entenderse bien el imperio del rey de Inglaterra o el rey del imperio de Inglaterra. Acta, pues, a veces como una palabra que determina a un grupo de palabras, es decir, como para en la frase para mi madre.Otro ejemplo ms de casos dudosos: el de los preverbios del indoeuropeo, que en ocasiones pueden entenderse como adverbios, es decir, como palabras libres. Es sabido que en , Ilada, III, 384, estaban alrededor las troyanas, vacilamos entre entender como adverbio 'alrededor' o como preverbio ('estaban alrededor'); en Odisea, VIII, 88 puede ser preposicin (con 'de la cabeza') o preverbio ( , e.d., 'quit'). El ingls presenta problemas semejantes: si escribimos the thieves broke in to the house entendemos un verbo broke in, pero puede escribirse tambin into y entonces el verbo es broke.4. Histricamente es bien claro que muchos elementos ligados proceden de otros libres; tambin hay el proceso contrario, cf. el caso de 's en ingls. Pero el primer caso es ms frecuente. Sabemos, por ejemplo, cmo este es el origen de diversos sufijos (cf. pg. 771) o del futuro romnico (amare habeo > amar). A veces se ha llegado a una aglutinacin clara. Otras el reflejo de la diacrona en la sincrona es como de costumbre un estado de vacilacin: as en ciertas palabras compuestas aludidas arriba que otras veces se entienden como dos simples o en las tendencias a la formacin de palabras polisilbicas en lenguas orientales (cf. pg. 253). Pero aun all donde se logra una aglutinacin clara, el grado de autonoma de los elementos vara mucho; cf. pg. 454 sig. sobre la distancia que hay entre las lenguas polisintticas como las uraloaltaicas y otras como las indoeuropeas en que abundan los hechos de amalgama, alianza, sincretismo. En estas lenguas la palabra tiende as a ser la verdadera unidad lingstica por encima del morfema.6. PALABRA Y ACENTO1. Lenguas que poseen un acento dinmico o musical tienden por oposicin a las lenguas de tonos a convertir el acento en marca de la palabra: a tantos acentos, tantas palabras. Esta regla tiene particular inters para identificar las palabras compuestas.Hay otras lenguas que van ms lejos: en ellas el acento, en vez de ser libre o estar en conexin con categoras gramaticales, tiene relacin directa o indirecta con el comienzo o fin de palabra, es decir, es estrictamente demarcativo. Hay dos casos:a) El acento indica el fin o comienzo de palabra. As, en francs el acento va en la ltima slaba; en polaco, swahili, yokuto y sundans en la penltima; en germnico y latn arcaico y en hngaro, en la primera. El latn clsico tiene una regla ms complicada, pero que demarca igual de bien el fin de palabra: si la penltima es larga, lleva el acento (amre) y si es breve, este pasa a la antepenltima (lgre). Es decir, una slaba larga acentuada indica que la palabra acaba en la slaba siguiente o en la otra; una breve, que acaba en la segunda slaba siguiente. Semejante es la regla de los verbos del griego antiguo: la larga final hace remontar el acento a la penltima y la breve a la antepenltima. Esta regla afecta tambin a los nombres en eolio.b) Otras veces la referencia es menos precisa. En griego antiguo, a excepcin del verbo, el acento es libre, pero con las restricciones de que hay uno solo por palabra y de que slo puede ir en una de las tres ltimas slabas (las dos si la ltima es larga), que constituyen su campo intonable. Este campo intonable de tres slabas es el mismo del castellano.Sin embargo, existen algunos casos ms complicados. Los compuestos del ingls y del alemn llevan, adems del acento principal, uno secundario (al. Agenblck, Esenbhn, ingl. blckbrd), que indica la prdida de la independencia de la palabra. En derivados del espaol excepcionalmente largos, ocurre lo mismo de una manera mecnica (bondadosamente); lo mismo ocurre en derivados ingleses (trnsmigrtion).2. Pero, sobre todo, en muchas lenguas, y no solamente en las indoeuropeas sino tambin, por ejemplo, en japons, hay palabras enclticas y proclticas, es decir, sin acento: acentualmente forman parte de la palabra siguiente o precedente, respectivamente. Sucede que lenguas que separan las palabras en la escritura no separan las enclticas, sin embargo: as en persa antiguo y en diversas reglas ortogrficas que se han impuesto en otras lenguas (lat. populusque). En el caso de estas palabras, el criterio acentual de demarcacin choca con otros criterios de orden funcional y semntico. En realidad, se trata de casos marginales: las enclticas y proclticas estn en camino de convertirse en prefijos y sufijos, como ha ocurrido, por ejemplo, en el caso de los pronombres ampliados (ai. kacit, lat. aliquis, gr. ) y de los artculos sufijados en varias lenguas indoeuropeas.Las enclticas y proclticas suelen ser, en general, palabras gramaticales (categorizadores, relacionales, sustitutos). Pero hay que tener en cuenta que a veces ello no es as y que existen dobletes en que una misma forma va con o sin acento segn criterios gramaticales, no demarcativos. Por ejemplo, en ai. el verbo personal es tono en oracin principal, mientras que se acenta el preverbio; es tnico en oracin subordinada. En griego los verbos y son tonos, con algunas excepciones; son tnicos o tonos segn el nfasis los pronombres personales, continuando una norma indoeuropea; el interrogativo e indefinido se distinguen igualmente slo por el acento, hecho de origen tambin indoeuropeo, pero que se encuentra igualmente en otras lenguas. En ingls hay una larga serie de palabras (entre ellas verbos) que son tnicas o 'tonas segn el nfasis o el lugar que ocupan en la frase, que a su vez estn hasta cierto punto en relacin. Es evidente que la falta de acento no indica en estos casos que no nos hallemos ante una palabra.7. IRRUPTIBILIDAD Y ORDEN FIJO DE ELEMENTOS1. A esta separabilidad de la palabra ha de corresponder lgicamente la inseparabilidad de los elementos que la componen, a la cual se aade su orden fijo.La inseparabilidad de los elementos es normal en la palabra. El cere saxo conminuit brum de Ennio, que separa cerebrum intercalando saxo conminuit destroz con una piedra, es un juego potico que imita la separabilidad del preverbio.Existen, ciertamente, los casos marginales ya aludidos. Cuanto ms se aproxima un elemento libre a convertirse en ligado parte de otra palabra ms se restringe la libertad de introducir elementos intermedios. Vendryes (1) seala que el francs actual no puede ya decir como Rabelais Je, dit Picrochole, les prendrai merci, aunque an puede decir, por ejemplo, je vous aime. El griego homrico puede colocar el preverbio antes o despus del verbo e introducir entre ambos grupos nominales o adverbiales: en tico son raras las palabras introducidas (tipo Aristfanes, Pluto, 65), aunque ha quedado la regla de que entre el preverbio y el verbo se introducen marcas de pasado (el aumento) y de perfecto (la reduplicacin). Hay algunos verbos en que la fusin es ya completa, sin embargo, y el aumento se coloca delante del preverbio (). Hay problemas semejantes en alemn: se dice nachdenken 'reflexionar'', pero en ciertas construcciones se admite zu en medio: um nachzudenken 'para reflexionar'. Confrntese ingl, he took off his coat o he took his coat off; otros verbos (overlook, upset, etc.) tienen ya un orden fijo.Al propio tiempo, incluso aquellas lenguas que hacen un uso relativamente restringido del orden de palabras, tienen un orden fijo dentro de la palabra. ste es el caso del espaol: sera inconcebible decir, en vez de baj-sim-o-s, halla-ra-mos, formas como o-s-sim-baj, ra-halla-mos. En pg. 210 sigs. hemos estudiado ya cmo uno de los rasgos definitorios de los morfemas es precisamente su distribucin dentro de la palabra, que ha de establecerse, por supuesto, lengua por lengua y no por principios generales. En esta distribucin hay que incluir, claro est, la de los suprasegmentales.2. Existen los habituales hechos marginales. En Homero, veamos, el preverbio puede ir antes o despus del verbo e igual en vdico. En alemn moderno existe an esta doble posibilidad, regulada en forma gramatical: ich male dieses Bild ab, pero ich habe dieses Bild abgemalt. Incluso cuando no hay separabilidad parcial, como en estos casos, puede haber en algunas lenguas un cierto margen de libertad: as en turco y otras lenguas polisintticas, en que la unin de elementos en la palabra es menos ntima que en las indoeuropeas. Pese a las reglas de distribucin de que hemos hablado (cf. supra), cuando ello no produce ambigedad queda un cierto margen de libertad: ellos han amado es sevmilerdir o sevmidirler en turco, donde dir es 3.a sg. y ler su plural, perteneciendo a igual orden.3. Estos hechos marginales, sin embargo, son en algunas lenguas realmente centrales dentro de su sistema propio. Con ayuda de un orden de elementos muy libre y de la existencia de alomorfos, se nos dice que, por ejemplo, en yunga (Per) 'esto es mo' se puede decir indistintamente mofmin o mof mo o mi an mo, donde mi(o) es 'mo', mo 'esto', of es la 3." sg. de la cpula y an marca de genitivo. Anlogamente, en mataco (Chaco), lo mismo se podra decir elat iwoma piya que iwom la a piya 'puede que llueva', siendo elat o la marca de potencial o futuro.Esto nos lleva a los hechos de prefijacin, sufijacin y enfijacin. Nos resulta todava relativamente familiar la prefijacin y sufijacin posesiva, frecuentes en muchsimas lenguas, pero . menos que estos elementos funcionen al tiempo como sujeto del verbo, lo que es tambin frecuente (cf. pg. 305). Ms extrao an es para nosotros que el verbo vaya sufijado al final de toda una frase: as en cuna (Panam) al ipi kalu-tola-kan- tipaye? 'de qu fortaleza son naturales?, donde tipa es partcula interrogativa y ye es el verbo, y siguen al nombre 'naturales de una fortaleza'. Por lo dems, todas las formas personales del verbo turco proceden de la adicin de la flexin del verbo copulativo (-im, -sin, -dir, etc., as como formas breves usadas en algunos temas).An ms inhabitual para nosotros es el fenmeno de la incorporacin, por el cual una palabra se introduce dentro de otra. En guaicur (Chaco) el posesivo de 2.a pl. incorpora al nombre: cad-ow-y 'vuestras mujeres' (frente a cad-ow 'nuestras mujeres'). En mataco se puede decir en lugar de ihi pule 'est en el cielo', i pule ye: el verbo se abre. Igualmente, 'yo te llamo' es o tm am e, donde el verbo es tme y 'te' es am. Todo ello segn Tovar (5,7).4. Volviendo a las lenguas en que la palabra es un concepto mucho ms fijo, hemos visto que algunos morfemas solamente podan aparecer en comienzo o fin de palabra: es un efecto ms del orden fijo de los morfemas dentro de la palabra. De este modo los morfemas y no solo los fonemas (segmntales y suprasegmentales, junturas) contribuyen a la demarcacin de la palabra y cumplen el principio de que las unidades gramaticales, aparte de su funcin propia, tienen la de demarcar las superiores. Tienden, de otra parte, a perder su autonoma y limitarse a un valor puramente distintivo, aunque hay en esto grandes diferencias de grado segn las lenguas.Algunos de los morfemas incluidos en la palabra son, como queda dicho, relacionales. No hara falta decirlo, pero conviene quiz insistir en el hecho de que los morfemas relacionales finales y aun los categorizadores tambin finales que indican a la vez relacin no son un hecho universal. Tampoco lo son la concordancia, reccin y dems.Efectivamente, hay lenguas que marcan sus relaciones gramaticales principalmente al comienzo (tales el khmer, el navajo y el apache); las hay que las indican en la ltima palabra de un sintagma, sin mediar concordancia. As en hngaro a nagy varos-ban 'en la gran ciudad' (con la indicacin de caso solamente al final); en vasco etxe handi huntan 'en esta casa grande' (id., id.); en ingl. some nice girls (con la indicacin del nmero slo en el nombre). De igual modo en quechua puede haber un largo sintagma nominal (nombre con adjetivos, pronombres, aposiciones) que funcione como complemento directo, indicndose esto solamente con el sufijo -ta de la ltima palabra. Ms curioso an es el bilin, donde la desinencia de caso se pone igualmente al final de todo el sintagma, sea su ltima palabra nombre, adjetivo o una forma relativa del verbo (equivalente a una oracin de relativo). Incluso un genitivo que sigue a su determinado aade tras su desinencia propia la desinencia casual del sintagma a que pertenece; por ejemplo, grwi 'del hombre' es cuando cierra un sintagma en nominativo grwixw.Hay lenguas que ordenan los morfemas dentro de la palabra en un orden inhabitual para nosotros, marcando, por ejemplo el nmero o el gnero antes de lo que para nosotros son desinencias. As, el turco coloca el indicio de nmero y el posesivo antes del casual (oda-lar-i 'sus habitaciones', con lar pl. e i posesivo; oda-lar-i-nin es su genitivo). El aimar coloca igualmente la marca -naka- de pl. entre el tema y la desinencia. Otras lenguas notan las relaciones y categoras con el orden de palabras y los suprasegmentales, coincidiendo la palabra y el morfema salvo por lo que a aqullos respecta (cf. supra pgina 252).En todos estos casos el carcter demarcativo de los morfemas est igualmente claro. En virtud de ello y de su carcter fijo y su inseparabilidad, la palabra es una unidad de distribucin y al tiempo una unidad en el sistema de la lengua, que se integra en paradigmas ms o menos estrictos. Y no slo demarcan los morfemas la palabra, sino que con frecuencia indican tambin la clase a que pertenece. Todo esto en lneas generales y prescindiendo de la existencia de hechos marginales.8. PALABRAS Y FONEMAS SEGMNTALES1. A veces la palabra est demarcada positivamente por un fonema o un alfono que slo aparece en posicin inicial o final. Por ejemplo, el espritu spero del griego antiguo y la h del ingls slo se dan en inicial; lo mismo ocurre con el ataque glotal del alemn. Pasando a los alfonos: de los dos de /g/ en japons, g y , el primero slo aparece en comienzo de palabra; en tamil aparecen en inicial, geminada o grupos, p, t, k, en otros casos, b, d, f. La demarcacin positiva puede ser compleja: en francs el grupo de vocal nasalizada ms m (/ m/, on mange) ocurre siempre entre dos palabras; en filands el paso de a, o, u a , , y, lo mismo; en chino moderno las vocales finales se hacen retroflejas en ciertas posiciones.Con frecuencia la demarcacin es negativa. En cuanto a la notada por fonemas, puede ponerse como ejemplo que el japons no admite en inicial oclusivas sonoras salvo /d/ (confrntese supra sobre /g/); en griego antiguo se excluyen de la final todas las consonantes salvo -n, -r, -s; el espaol excluye p, t, k, b, g; de los dos fonemas r/ y r el esp. slo admite en inicial /r/ y en final /r/. Se trata en este caso del resultado de una neutralizacin. Hay otras lenguas que en la oposicin entre oclusiva sonora y sorda, reservan a la posicin final la sorda (as, el alemn, el cataln y el ruso). Tambin hay de marcacin negativa compleja: grupos como pt faltan en inicial y final en espaol; todos los grupos consonnticos faltan en final en ai., italiano y espaol.2. Hay todava otros hechos fonolgicos que demarcan la palabra:a) En lenguas en que la palabra es un morfema monosilbico acompaado de alternativos y suprasegmentales (Asia Oriental), la silabacin es un criterio para la segmentacin de palabras.b) Es frecuente que el fin de palabra se pronuncie con una relajacin especial. De ah, por ejemplo, que en la mtrica latina arcaica la -s final se contara como no existente a efectos de hacer posicin tras breve. A escala diacrnica el resultado de este hecho consiste en leyes fonticas especiales de las finales, que han ocasionado las restricciones mencionadas arriba (prdida de consonantes o vocales o alteracin de las mismas). As en lenguas indoeuropeas antiguas y luego otra vez en romnico. Inversamente en comienzo de palabra se han mantenido a veces los fonemas que en interior han cado (por ejemplo, s intervoclica cae en griego, pero deja una aspiracin en inicial), convirtindose as en demarcativos. Otras veces la evolucin en inicial y final depende de condiciones fonticas especiales derivadas a su vez de la pausa inicial o final. O, bien, de regularizaciones de los fenmenos de sandhi aludidos en pg. 248; por ejemplo, la reduplicacin en grupos italianos como /vabbene/, va bene.9. CONFLICTO DE CRITERIOS.1. La palabra es, pues, definida ya por las unidades inferiores (fonemas segmntales, suprasegmentales, junturas, slabas, as como por los alfonos; morfemas incluyendo su distribucin), ya por su funcin, de la que depende su separabilidad. Con frecuencia, todos estos criterios o los que de ellos estn presentes, coinciden.Pero ocurre tambin que los fonolgicos pueden faltar o bien pueden contradecirse entre s o con los funcionales, morfolgicos o distribucionales. Ya que unos y otros a veces coinciden con los que son usados para segmentar los morfemas: en parte son iguales las funciones, las junturas, etc. de palabras y morfemas. La demarcacin por segmntales tambin en parte es coincidente: f- marca inicial de palabra o morfema en latn.Todo esto produce confusin a la hora de segmentar las palabras, distinguindolas de los morfemas. Cuando hay criterios contradictorios hemos de seguir estos principios:a) Hay una jerarqua de criterios. Antes que nada hay que apoyarse en la funcin. As se consideran palabras las enclticas, pese a carecer del acento culminativo.b) Cuando la funcin es la que deja duda, hay que acudir a los dems criterios. As cuando se trata de distinguir entre un sintagma y una palabra compuesta: es la presencia o ausencia de la juntura y factores de acento los que hay que tener en cuenta, junto a posibles variaciones del significado.c) En otras ocasiones, cuando hay duda entre la interpretacin como morfema ligado o como libre (palabra), puede suceder que ni el criterio funcional ni los dems sean claros. Se da en ocasiones cierto grado de separabilidad o de intrusin combinado a veces con falta de acento. Son casos lmite: histricamente, hay casos en que un morfema se ha convertido en palabra y viceversa y las evoluciones de este tipo se proyectan en la sincrona como estados de vacilacin, en que la segmentacin vara segn las personas, el nfasis empleado por una misma, etc.De aqu provienen las vacilaciones y contradicciones respecto al corte de palabras en nuestros sistemas grficos. Las dificultades son aumentadas por la persistencia de grafas tradicionales. Son mayores en las lenguas muertas, en que conocemos peor el sistema de acentuacin y las junturas: cf. lat. bene facere / benefacere, quo minus/ quominus, etc.2. Despus de todo lo anterior, nos falta por estudiar el significado y la funcin de la palabra. Respecto al significado de las palabras aisladas, hemos de reservar la exposicin para el cap. VIII. Pero el significado depende de la funcin de lapalabra y de la clase y subclase a que pertenece, que a su veztienen relacin con la funcin.Estudiaremos a continuacin las funciones de las palabras y las clases en que se dividen, tratando de presentar, como hicimos a propsito del morfema, un panorama general de las diversas lenguas y aadiendo la indicacin de los procedimientos con que ms frecuentemente son expresadas formalmente las funciones. Veremos tambin cmo de la palabra se asciende al sintagma y a las unidades superiores.II. FUNCIONES DE LA PALABRA1. GENERALIDADES1. Las funciones se estudian, al igual que hemos hecho en el captulo anterior, sobre criterios formales; la capacidad de desempear unas u otras contribuye a definir semnticamente las clases y subclases de las palabras y las palabras mismas, como decamos. Pues hay que recordar constantemente que hay una contrapartida semntica del punto de vista puramente formal. Conviene notar, por lo tanto, que la unidad que entra en las funciones que vamos a estudiar, la palabra, es una unidad de significado al menos como presuposicin del hablante y el oyente (cf. pg. 876). Es decir, aunque de momento no hablemos del significado total de la palabra hay que recordar que este es presupuesto por las funciones en que interviene: la palabra no es la suma de una serie de significados parciales de los morfemas que la componen, sino que tiene un significado propio. En efecto, en ella los signos inferiores tienden a degradarse, a cobrar valor puramente distintivo. Esto ocurre en las palabras compuestas: madreperla y madreselva son para nosotros entidades nicas, -perla y -selva tienen valor puramente distintivo (cf. pg. 55). Amo, amaras no son concebidos como una suma ni tampoco como una serie de sustracciones sucesivas a partir del sentido del lexema. Amara no es nada hasta que se ve si aade o no una -s: en el segundo caso se entiende como una 2. pers., en el primero es 1. o 3.a (segn la distribucin). Claro est que a veces se siente mejor la autonoma de los elementos, as en baj-sim-o, con que comenzbamos nuestra exposicin de los morfemas.Esta degradacin de las unidades inferiores es comparable a la que a veces sufre la palabra en relacin con el sintagma: un brazo de mar, al pie, son conceptos totales. Otras veces la relacin entre los morfemas y la palabra no queda aclarada hasta que sta es definida por el contexto de otras palabras: caso de amara, citado arriba. En gr. puede ser dos cosas tan contradictorias como afirmar (- como preverbio de direccin) y negar (- como preverbio de negacin): slo el contexto decide.2. Las funciones de la palabra, aunque marcadas en parte dentro de ella mediante diversos morfemas ligados (relacionales o categorizadores con valor relacional secundario), a los que hay que aadir el orden de palabra y los morfemas relacionales libres, es claro que solo se concretan en las diferentes distribuciones. Se trata de funciones que en parte coinciden con las internas de la palabra (las establecidas entre morfemas); pero al estudiar stas (pg. 241), ya decamos que la palabra aade algunas ms, que sealamos: es ste uno de sus rasgos distintivos respecto al morfema. A ello se corresponde el hecho de que la palabra tenga ms tipos de distribucin que el morfema ligado: su versatilidad o capacidad de coocurrencia es infinitamente mayor. A ella se aade una libertad de orden de palabras que es siempre superior a la del morfema y que en las lenguas con flexin (y, por tanto, con menos necesidad de empleo gramatical del orden de palabras) es muy grande.Exponemos a continuacin los tipos elementales de funciones en que interviene la palabra. Son tipos generales de relacin, no significados o usos concretos de las mismas, que varan de lengua a lengua; se determinan, como siempre, de modo formal, aunque, tambin como siempre, estos medios formales de expresar las funciones varan de lengua a lengua. Hay que observar:a) En ocasiones la pura conexin de dos palabras con ayuda de morfemas no basta para reconocer un tipo de relacin: ste depende de la clase de oracin de que las palabras forman parte; o, en todo caso, del contexto lejano.b) Tanto como de los morfemas, el tipo de funcin depende de la clase de palabras de cada una de las palabras implicadas (lo que a su vez tiene relacin con los morfemas que las componen); otras veces, de la subclase de palabras, que hace que, por ejemplo, diferentes tipos de verbos tengan construcciones diferentes. En ocasiones, la divisin en subclases de palabras es confusa o vacilante; se recurre entonces a uno de estos dos recursos: establecer listas de palabras de igual construccin o, como haca la Gramtica tradicional, grupos de palabras de sentido especfico, cada cual dotado de una construccin. Otras veces, la construccin es reconocida por va indirecta: en Romani templa uouerunt, templa es ambiguo, puede en principio ser sujeto o complemento, pero sabemos que es lo segundo, porque Romani es morfolgicamente sujeto.c) Nuestra lista de funciones no aspira a la exhaustividad ni en cuanto a las construcciones elementales posibles ni en el detalle de las ms complejas existentes en las lenguas que nos son familiares.d) Hay que aadir que a las funciones de la palabra que vamos a estudiar hay que aadir su uso oracional en ejemplos que hemos citado (pg. 255) y, adems, en las interjecciones, que tienen esta sola funcin gramatical.3. Las relaciones o funciones entre palabras se dan en grupos de ellas que son ya sintagmas, ya oraciones. Esto nos da el punto de partida de la clasificacin. La conexin oracional no se da entre morfemas; la sintagmtica, solo entre morfemas libres (palabras).Cuando la relacin entre dos o ms palabras crea un sintagma, pueden ocurrir dos cosas: o bien que ste desempee igual funcin que la palabra determinada (I: construcciones endocntricas) o que desempee otra diferente mediante el fenmeno que hemos llamado transformacin (II: construcciones exocntricas).Dentro de las construcciones endocntricas hay dos subclases:a) En las subordinadas o hipotcticas resulta un solo sintagma: Juan desempea igual funcin que nuestro hijo Juan cuando se aade un verbo personal. En una construccin de este tipo hay que distinguir el trmino determinado (nuestro hijo) y el determinante (Juan). En cualquiera de ellos puede repetirse el fenmeno: en nuestro ejemplo tenemos hijo determinado y nuestro determinante. Uno de estos trminos puede ser un morfema, libre o no: nada de extrao tiene esto, pues hemos visto que los morfemas son susceptibles de construcciones subordinadas. Con morfemas o con palabras surgen nidos de subordinaciones sucesivas. En ingls, por ejemplo, las palabras situadas a la izquierda son determinantes de los grupos que quedan a su derecha: cf., por ej., all those great men. Hay pues determinantes primarios, secundarios, terciarios y as sucesivamente.b) Las construcciones coordinadas representan en realidad dos sintagmas (o ms) en la misma funcin: el tipo ms elemental es Juan y Pedro, haciendo ambas palabras de sujeto, yendo seguidas de, por ejemplo, llegaron. Este subtipo asociativo ya lo hemos encontrado al hablar de los morfemas. Pero hay otros que encontramos funcionando slo entre palabras.Las construcciones exocntricas son coordinadas o subordinadas. Por ejemplo, una construccin subordinada endocntrica puede, mediante una transformacin, convertirse en exo-cntrica: el nio rubio puede pasar de sujeto a determinante (uso adjetival) en la madre del nio rubio, por ejemplo. Una coordinada se hace igualmente exocntrica: los altos y rubios (nombre, no adjetivo gracias al artculo).Dentro de las construcciones coordinadas y subordinadas, incluidas las endocntricas y las exocntricas, se pueden agrupar, como veamos en el captulo anterior, la totalidad de las funciones o relaciones: en nuestro caso, las propias de la palabra. Incluso un verbo con construccin objetiva o directiva es un ejemplo de construccin subordinada, como un nombre con una determinacin (la ciudad de Salamanca) da un sintagma que puede ser coordinado.Las funciones que estudiamos aqu tienen lugar entre palabras de las cuatro clases principales, nombre, adjetivo, verbo y adverbio. No estudiamos, en cambio, directamente las funciones de las palabras consistentes en morfemas relacionales libres ni de las palabras relacionales en general, pues stas consisten precisamente en marcar las relaciones entre las otras palabras, as como entre unidades superiores.2. CONSTRUCCIONES DE NIVEL INFERIOR A LA ORACINI. Construcciones endocntricas1. A. Construcciones subordinadas, a) Grupo nominal (construccin atributiva o determinativa).Existen tres tipos fundamentales:Nombre determinado por adjetivo (manzana roja).Adjetivo determinado por nombre (amarillo limn, ingl. snow white).Adjetivo determinado por adverbio (muy grande).Algunas veces en estas clases intervienen sustitutos (1 esa casa, 3 tan grande); pero tambin hay restricciones en algunas lenguas.En estas construcciones intervienen tambin los morfemas, sean libres o ligados, con su distribucin propia. En espaol, donde normalmente el adjetivo atributivo (determinante) sigue al nombre, vemos que en las manzanas rojas dentro del determinado las manzanas, las hace de determinante, precediendo a manzanas; y que -s, determinante de plural de toda la frase nominal, sigue a cada una de las palabras de la misma. El problema del orden de palabras es ms complejo. En ingls, aparte de los adjetivos normales que determinan a un nombre colocndose a la izquierda del mismo, hay algunos que se colocan a la derecha (alone, enough), igual que los grupos con of ms nombre; el artculo y otras palabras ms (no, both, most...) van a la izquierda de los adjetivos; y a la izquierda de the pueden ir dos de estas palabras, all y both. La relacin atributiva se expresa pues por las clases de palabras en combinacin con el orden de palabras.Las reglas del orden de palabras varan, por supuesto, de lengua a lengua: por ejemplo, el del turco es como el del ingls (gzel gn 'bello da'), el del javans es inverso (bocah ciliq wolu iku 'those eight small boys', en orden exactamente inverso), en espaol hay reglas ms complejas (cf. pg. 225).A veces el orden de palabras es sustituido por otros elementos: indicio de caso (genitivo) en el determinante o de posesin en el determinado o ambas cosas a la vez (cf. pg. 219); formas especiales del adjetivo (cf. pg. 285); relacionales libres (preposiciones: of, de...).2. La atribucin indica simplemente que el determinado est limitado en su significacin por el significante. El hablar, como se hace en la Gramtica tradicional, de genitivo de posesin, materia, cualidad, etc. es atribuir a la relacin gramatical matices que slo dependen de las palabras puestas en relacin. indica que Scrates es 'hijo de' Sofronisco y no, por ejemplo, esclavo, hermano, etc., porque sabemos que se trata de un padre y un hijo; en lat. statua Myronis esta interpretacin es imposible.Pero no hemos de pensar que este tipo de relacin exista en todas partes con carcter tan general y sin ulterior definicin. No puede usarse para definir una relacin nada que no est como una posibilidad en los trminos relacionados, pero hay a veces varias posibilidades y no slo una. En espaol hay cierta diferencia entre la funcin del adjetivo antes y despus del nombre (cf. pg. 225); y no hay el tipo ingls snow white (nosotros decimos blanco como la nieve). En ingls el nombre con 's tiene un crculo de empleo ms restringido que el con of. El empleo del nombre en genitivo y del adjetivo no es idntico en griego. Y as sucesivamente.Lo que no parece haber es tipos de subordinacin de valor general. Dentro de una misma lengua, si los hay, han de definirse formalmente, por el uso de distintos morfemas u orden de palabras o, simplemente, por claras recurrencias entre las clases de las palabras relacionadas. Cf. pg. 33, a propsito de los casos.3. A. Construcciones subordinadas, b) Grupo verbal (construcciones objetiva y directiva).Es fcil ver que el complemento delimita la extensin en que debe tomarse el proceso verbal y a veces indica su extensin, finalidad y caractersticas diversas del mismo. Otras veces esta delimitacin est conseguida mediante un adverbio o mediante morfemas ligados diversos ya aludidos. En sustancia son todos ellos procedimientos del mismo orden.Llamamos complemento al nombre o grupo nominal que desempea esa funcin restrictiva. Es claro que el conjunto de un verbo y un grupo nominal constituye un sintagma: con la mayor frecuencia, al traducirlo a otra lengua, la correspondencia es slo un verbo o viceversa; solo en lenguas que pueden carecer de sujeto, como el espaol, se confunde con una oracin. El determinante es evidentemente el grupo nominal, del que se puede prescindir.El complemento se expresa diversamente: por el orden de palabras (pg. 225); por una marca en el determinante (caso) o en el determinado (cuando hay conjugacin objetiva) o en ambos (referencia cruzada); por un relacional libre (preposicin). Son los mismos recursos que marcan la relacin de atribucin en el grupo nominal, aunque suelen tener expresin diferente dentro de una lengua. Hay excepciones, sin embargo: en Indoeuropeo el genitivo tiene ambas funciones, en esp. de tambin a veces (casa de madera; enamorarse de alguien); la diferencia de clase de palabra de los miembros es suficiente para lograr la distincin.Hay que aadir al menos otro recurso para ligar el complemento al verbo: en chino, annamita, etc., en vez de preposicin del tipo a, para hay un verbo que equivale a 'dar'. Este recurso no se da en la relacin atributiva.Sin embargo, la mayor diferencia entre ambas relaciones est en que la completiva est en algunas lenguas mucho ms especificada. En ciertas lenguas slo hay dos tipos de complemento, uno nominal y otro adverbial; pero en otras hay varios complementos nominales de los que se pasa insensiblemente a los adverbiales: los nombres, por transformacin, funcionan como adverbios (de lugar, modo...).Los dos casos extremos pueden ejemplificarse con el latn: en fungar officio 'desempeo una funcin', officio es evidentemente complemento del verbo; en eodem tempore apud Zamam magna ui certabatur (Salustio, Yugurta 60, 1) 'por el mismo tiempo se luchaba en Zama con gran violencia', tenemos dos determinaciones adverbiales en ablativo. Existen casos intermedios numerosos, por ejemplo, aquellos en que en griego un genitivo puede entenderse como complemento o de una manera absoluta (por ejemplo, II. xvi, 236 ).Hay muchos sistemas de casos que presentan determinaciones ya gramaticales ya adverbiales, entre las que a veces es difcil distinguir. Cf. ms detalles, pg. 341.4. Suele tenderse a aislar los complementos puramente gramaticales, que condicionan ms ntimamente al verbo. Ello no es fcil, porque una misma forma, segn la subclase de palabras o los lexemas puede indicar ambos usos.No podemos estudiar aqu en detalle los sistemas de casos y preposiciones: cf. pg. 572 sigs. sobre las categoras gramaticales y pg. 577 sigs. sobre los sistemas de oposiciones. Pero s conviene dar algunas orientaciones:a) Para establecer el nmero de relaciones que contrae un verbo, hay que orientarse por la forma solamente. Si en espaol tenemos amo a Dios y te amo, de una parte, pero de otra doy pan y de otra an doy pan al pobre y te doy pan, esto quiere decir que el espaol no distingue un acusativo y un dativo, sino slo un complemento marcado de manera diferente segn que lleve un nombre de persona o de cosa; hay verbos que slo llevan complemento de persona o solamente de cosa y otros que llevan ambos: en este caso a las otras caractersticas (incluido el morfema cero) se aaden para distinguirlos reglas de orden de palabras. El que les/las opongan dos relaciones diferentes, no tiene transcendencia para el resto del sistema. Lo mismo ocurre en ingls, cf. Jespersen (1). Otro es el caso del latn o del alemn, que oponen formalmente dativo y acusativo, ambos de cosa o persona. Por supuesto, hay lenguas en que la distincin entre dos formas, de cosa y de persona, de un mismo complemento, no tiene vigencia.b) Pero lo que aparentemente es una sola forma, puede encubrir relaciones diversas i se observa en el detalle, considerando el orden de palabras, las subclases de palabras, la presencia o ausencia de otros casos. Y puede darse, al contrario, que dos casos se hagan sinnimos (alomorfos) en ciertos empleos; o que se produzca una reccin mecnica, lo que viene a ser lo mismo (miseremini sociorum con gen., urbi imminet con dat.).Sobre todo esto, cf. ms detalles en pg. 340. Recurdese que la reccin verbal la hemos hallado incluso dentro de la palabra; cuando media entre palabras, no slo ocurre entre verbo y nombre, sino tambin entre ciertas subclases del nombre (nombres verbales) y el nombre (lat. orator insta 'que pide cosas justas', ai. dt vasni 'dador de riquezas').5. Hay que insistir en un rasgo que diferencia profundamente el grupo nominal del grupo verbal. El primero, en casos de subordinacin mltiples presenta estructuras concntricas, nidos atributivos. El segundo no: en vez de ello, el verbo admite, en determinadas lenguas, diversos complementos, que limitan el proceso desde puntos de vista diferentes. Incluso sucede que un mismo tipo de complemento puede emplearse dos veces, con diferente lexema: hemos citado en esp. doy pan al pobre, cf. lat. Crassus tertiam aciem nostris subsidio misit (un acus. y dos dat.), gr. 'le pidi una larga lanza', con dos acus. (II. XXII, 295) y otros muchos tipos. La distincin es posible porque segn la subclase de palabras del complemento (o su pertenencia a determinadas listas) el tipo de relacin queda diversamente especificado. Hay variantes numerosas: uno de los complementos puede ser un infinitivo o una oracin subordinada, etc. Cf. pg. 379.Por otra parte, la determinacin del verbo se realiza a veces en forma claramente adverbial: no slo con los sintagmas adverbiales (por ej., de preposicin y nombre) que claramente no pueden considerarse complementos, sino tambin con verdaderos adverbios (llegaremos maana). En algunas lenguas hay mltiples transiciones y dudas entre la determinacin adverbial, dentro o fuera de la palabra, y la de formantes ya gramaticales nacidos de los adverbios o postposiciones: cf. pg. 593.5. B. Construcciones coordinadas. a) Asociativas.Unen varias palabras de igual clase, y ello mediante diversos recursos: ya la parataxis (lat. ueni, uidi, uici 'llegu, vi, venc'), ya un relacional independiente intermedio (seoras y caballeros) o uno encltico unido a uno de los dos trminos o a ambos (lat. senatus populusque romanus, gr. ); puede tratarse tambin de palabras no enclticas (ingl. either you or I, as soon as possible, esp. o... o, ni...ni).Hay asociaciones de nombre y nombre, adjetivo y adjetivo, verbo y verbo, adverbio y adverbio; puede ir en lugar de cualquier palabra un sustituto. Estas clases pueden asociarse tambin dentro de la palabra: cf. supra pg. 229. Y la asociacin puede ser tambin entre sintagmas.Las posibles coordinaciones de palabras enunciadas arriba pueden realizarse efectivamente o no segn las lenguas, y tambin segn stas pueden darse dentro de la palabra o entre palabras, ser sindticas o asidnticas. Dentro de cada una de estas posibilidades puede suceder a su vez que se trate de sintagmas ocasionales o de sintagmas fijos, que tienden a desarrollar un sentido nico. Por citar el caso ms alejado de los que nos son familiares, refirmonos a sintagmas asidnticos de sentido unificado construidos con dos verbos en chino y vietnams. En esta ltima lengua, por ejemplo, xem thy 'mirar ver' es 'volverse a ver', 'contemplar'; may v "coser disponer es 'hacer punto'; etc. En el mismo vietnams son frecuentes los sintagmas nominales coordinativos: tru b 'bfalo vaca' = 'ganado'; d dui 'cabeza rabo' = 'todo el asunto'. Incluso se unen as dos sintagmas independientes: trai 'lnh gi 'lt 'muchacho bueno muchacha hermosa' 'un buen muchacho (y) una hermosa muchacha' = 'una hermosa pareja'.Hay que anotar que la asociacin no siempre es copulativa, de pura adicin: con relacionales adecuados se indica tambin relacin adversativa, opositiva, disyuntiva (como en algunos ejemplos de arriba), etc.b) Duplicativas.Se trata de la repeticin de dos palabras de la misma clase; es paralela a la reduplicacin de morfemas. Indica insistencia: confrntese pg. 223. Se duplica un nombre como ya sabemos; pero hay tambin duplicacin de adjetivo, verbo y adverbio, incluso de ciertos categorizadores (gr. ) repeticin de palabras vacas en chino: leao la che la 'la cosa est terminada'). En el caso de nombres, adjetivos, verbos y adverbios el trmino repetido puede admitir un sustituto (John, he...; le loup, il a mang l'agneau). Es muy frecuente el orden contrario en caso de referencia cruzada, ya intervenga un morfema ligado (confrntese ejemplos, en pg. 219), ya uno libre (tipo esp. le di las gracias a tu mujer). El chinuk, etc. ponen en cabeza de frase representantes del sujeto y complementos que luego se especifican tras el verbo.Otras veces, el sustituto, colocado detrs, hace de resuntivo: femmes, moines, vieillards, tout tait descendu. Al contrario, puede haber una especificacin introducida a veces por una palabra especial (a saber, ingl. namely...).c) Explicativas.Aqu intervienen palabras de distinta clase. El tipo ms frecuente es aquel en que el nombre es acompaado del adjetivo epteto, que destaca una cualidad ya implcita en aquel: el famoso guerrero, mi pequeo nio (mi nio pequeo es una construccin subordinada: se opone a mi nio grande cuando se tienen varios). Recurdense los eptetos fijos de la pica: Virgilio pius Aeneas, Hornero 'el mar vinoso'. Por lo dems, hay quien ha pensado (as Cohn, 1) que se trata de un uso anmalo del adjetivo, desarrollado en ciertos estilos literarios como una desviacin de la lengua normal.Tambin hay construcciones explicativas constituidas por nombre y nombre: Cristbal Coln, descubridor de Amrica. Una subespecie es la llamada aposicin partitiva: Odisea XIX, 356 'que te lavar los pies', con dos acusativosEsta construccin no parece existir dentro de la palabra, sino solamente entre palabras. Mientras que la duplicativa se diferencia bien formalmente sta presenta problemas para diferenciarse de la asociativa: ello se logra a veces con el orden de palabras (cf. el ejemplo espaol citado arriba) y tambin influye que en la explicativa no intervienen el verbo ni el adverbio. An as quedan dudas frecuentes, que pueden resolverse con ayuda de la subclase de palabras de los trminos o del contexto lejano. A veces, simplemente, la lengua no opone las dos construcciones. Sucede incluso que las construcciones explicativas adoptan iguales recursos formales que las subordinadas: es decir, que llevan relacionales libres (la ciudad de Salamanca) o ligados ( 'la escarpada ciudad de Troya', Od. I, 2).5. II. Construcciones exocntricas,1. Decamos arriba que las construcciones coordinadas y subordinadas endocntricas pueden transformarse en exocntricas. La transformacin de los sintagmas se realiza:a) transformando la palabra determinada o las dos coordinadas: en vez de ama a Dios > amar a Dios; lleg mi padre > la llegada de mi padre; cruel y altanero > crueldad y altanera; etctera. Pero las construcciones pueden explicarse directamente, sin intermedio de transformacin.

b) Aadiendo un morfema libre (palabra) que tenga virtud transformadora: los santos y sabios (A + A > N), a primera hora (A + N > Adv.), cuando sepas la leccin (V + N > Adv.), etc. Aqu es preciso el anlisis en dos escalones: el de la construccin bsica y el de la transformacin. Ello es semejante a lo que ocurre dentro de la palabra.3. CONSTRUCCIONES DE NIVEL DE LA ORACIN1. Son construcciones propias de las palabras y sintagmas, no de los morfemas, como algunas de las estudiadas anteriormente. Distinguimos tres tipos.a) Conectiva.Establece una relacin entre nombre y nombre o nombre y adjetivo, manifestndola como un juicio u opinin. El nombre u adjetivo es en ella el equivalente estructural del verbo: es el verdadero predicado. Esto lo expresa Tesniere (1) diciendo que en l'arbre est vert, est veri es un ncleo disociado (con est como elemento estructural y vert como elemento semntico).2. Esta relacin suele marcarse de varias maneras diferentes:a) Sin indicio externo de conexin, slo con ayuda del orden de palabras, as en rabe, turco, hngaro, etc. Ello sucede por oposicin a otro orden, que es el atributivo: por ejemplo, en turco gzel gn es 'da hermoso' (lit. 'hermoso da', sin llevar indicio de nmero la primera palabra), pero Allah kerim, con orden inverso, es 'Dios (es) benvolo'.b) Sin indicio externo de conexin y orden de palabras libre. La relacin conectiva se descubre entonces por el hecho de que la atributiva tiene una marca especial. Por ejemplo, en griego antiguo se dice indistintamente y 'el nio (es) guapo', porque 'el nio guapo' se indica mediante otro empleo del artculo: . , o bien . Otras veces, en lenguas en que la conexin sin cpula es rara y el orden de palabras libre, la construccin se marca por determinacin indirecta: lat. omnia praeclara rara y triste lupus stabulis son construcciones conectivas, pese a su orden contrario, porque pronunciadas entre pausas no pueden entenderse de otra manera. Cf. en espaol ao de nieves, ao de bienes.c) Con ayuda de un pronombre colocado entre ambas palabras. As en swahili mti u mkulu, lit. 'el rbol l (es) grande'.d) Con ayuda de subclases del adjetivo, que en funcin conectiva tiene una forma especial. ste es el caso conocido del alemn, que dice der Sturm war heftig 'la tormenta fue violenta', al tiempo que conoce dos formas del adjetivo atributivo (der heftige Sturm 'la violenta tormenta' y ein heftiger Sturm 'una violenta tormenta'). En ruso se distingue igualmente el adjetivo conectivo ( 'la flor (es) bella') y el atributivo ( 'la bella flor'). Hechos idnticos se encuentran en otras lenguas. As en zul omkhulu ('grande', atributivo) mkhulu (id. predicativo).e) Con ayuda de uno o varios verbos copulativos. Puede suceder que este procedimiento conviva en una lengua con a), b), c), o d) o que dos o ms de ellos se combinen o bien se repartan los usos segn la persona (las construcciones sin cpula resisten ms en la tercera), los niveles de estilo, etc.Por otra parte, hay que hacer notar que la relacin o funcin conectiva es muy varia y solo la clase y subclase de palabras de los dos trminos y, en definitiva, su significado, acaba de fijarla: indica ya igualdad (dos y dos son cuatro), ya atribucin (Dios es justo), ya relacin entre elemento y clase (Juan es un hombre), ya entre clase y gnero (los mamferos son animales), ya identidad (Madrid es la capital de Espaa). Hay lenguas en que estas subfunciones o algunas de ellas estn diferenciadas formalmente.Por otra parte, en algunas lenguas, aparte de que no hay cpula, el adjetivo es una palabra verbal. As en japons lo que se traduce por adjetivo es una forma verbal que, cuando es copulativa, lleva una desinencia especial y se coloca tras el nombre y no al revs (como hace cuando es determinante).3. b) Predicativa.Pone en conexin un nombre (sujeto) y un verbo: a veces a travs de ste pone en relacin el primer nombre con otro u otros, pero lo fundamental es la relacin con el verbo. Con frecuencia esta construccin es considerada como subordinada, bien determinando el nombre al verbo (Jespersen 1, Tesnire 1), bien al revs (Chomsky, 3, ltimamente).La relacin puede notarse mediante una desinencia casual del nombre, el nominativo, aadindose a veces un morfema verbal (Petrus amat o amat Petrus, pero tambin ingls I sing en que I es nominativo, pero sing no difiere del infinitivo); o slo mediante un morfema verbal (Pedro ama o ama Pedro); o simplemente mediante el orden de palabras (as en francs, ingls, chino), aunque suelen aadirse sustitutos y suprasegmentales que caracterizan la relacin o un trmino de ella.4. Ntese:a) Es objetable el extender a todos los casos la definicin del sujeto como agente: pinsese en los verbos de existencia y estado, en la voz pasiva, en los que significan 'sufrir', 'recibir', etc. Se trata muchas veces de un agente ficticio, con frecuencia puramente formal. Sin embargo, hay que reconocer que es un tipo de construccin muy frecuente en todas las lenguas del mundo la que analiza en todo proceso un componente verbal y otro nominal, referidos ambos a l y definindose recprocamente: Implica, en sus fases antiguas, una visin humanizada, mitologizada de la naturaleza, de la que ha quedado en nuestras lenguas al menos la forma, al igual que ha ocurrido esto en lo que se refiere a la antigua oposicin animado/ inanimado en los nombres (ya no viva en lenguas en que, sin embargo, se conserv formalmente).b) Algunas lenguas poseen otro tipo de relacin nombre/ verbo en que aqul es definidamente el causante del proceso; va determinado por un morfema que suele conocerse como caso ergativo. As, en vasco el nominativo (sin desinencia) es sujeto de verbos intransitivos y complemento de verbos tran sitivos: ogia ona da 'el pan bueno es', Peru etorriko da 'Pedro vendr', Joanesek etxe bat erosi du 'Juan una casa ha comprado'. En cambio, los verbos transitivos expresan el agente mediante el ergativo (Joanesek en la frase anterior). Construcciones paralelas se encuentran en dialectos caucsicos. En lenguas de este tipo la accin es juzgada en forma distinta que en las nuestras. Lo que responde a nuestro sujeto de verbo intransitivo y a nuestro complemento de transitivo es el mismo caso, un nominativo sin desinencias, como queda dicho: es decir, se considera simplemente que hay una conexin nombre-verbo que se ve idntica en los dos casos. El nominativo simplemente delimita el verbo: en nuestras lenguas tanto el sujeto como el complemento lo delimitan, pero para nosotros el verbo y su complemento forman el grupo verbal, que es a su vez delimitado por el nominativo-sujeto, una persona o cosa que es tratada como idntica al agente de la accin verbal. No as en vasco: cuando realmente hay un agente (en los verbos transitivos), es marcado mediante una forma especial, el caso ergativo.5. Se ha avanzado la hiptesis que el indoeuropeo prehistrico ha conocido un ergativo con -s (luego nominativo, fundido con el nominativo sin desinencia). As habra nacido la oracin bipartita que opone un grupo nominal a un grupo verbal, frente a la oracin en que el nominativo es una determinacin ms del verbo. Por otra parte, en todas las lenguas subsisten verbos impersonales que no necesitan sujeto: verbos meteorolgicos (gr. , lat, pluit, esp. llueve; tambin con sujetos meramente formales, fr. il pleut, ingl. it rains, al. es regnet) y otros varios. Por ej., los de sentimiento (pudet tanti mali, Horacio, Epod. 11, 7, etc.), que eran entendidos en poca antigua como indicando que algo penetraba en el hombre desde fuera de l. En estos verbos la interpretacin del rgimen como sujeto en frases como nec lusisse pudet (Horacio, Epod. l, 14, 36) o espaol me da vergenza hacer eso es secundaria. Ello es bien claro en otros verbos como hay (hay manzanas es sentido como comportando un sujeto, pero sabemos por el latn que originariamente era un complemento). Hemos de volver a ocuparnos de esta cuestin a propsito de la oposicin nombre/ verbo (pg. 305 sigs.) y de la oracin.6. c) Construcciones complejas.No nos referimos a las que alan varias oraciones y sus verbos respectivos, ni tampoco a las que abrevian es stas en una sola oracin, que lleva varios sujetos coordinados y un solo verbo. Tampoco a los infinitos encadenamientos de las construcciones mencionadas o a sus mltiples especificaciones y combinaciones; o a los lazos que establecen referencias entre elementos de una o dos oraciones por medio de sustitutos diversos. De todo esto diremos algo al tratar de las oraciones (cap. v).Llamamos la atencin sobre casos en que el sujeto o el objeto de una oracin de cualquiera de los dos tipos recibe una especificacin adjetival que al tiempo determina al verbo. Son las construcciones predicativas. Expresan dentro de una oracin lo que en otras lenguas ha de expresarse forzosamente en dos.Distinguimos los siguientes tipos:a) Con adjetivo predicativo en nominativo: esp. corre rpido, gr. ; 'me he cansado de luchar' (Jenof., Anab. 5.1.1). De aqu se deduce que el sujeto es o puede ser rpido o bien que lucha. Pero se aade un verbo que introduce un proceso que se interfiere en esa caracterstica del sujeto o en ese primer proceso en que estaba implicado. Inversamente, el nuevo proceso es determinado por la atribucin del mismo al sujeto o por el primer proceso en que aquel intervena: se corre de una determinada manera o se cesa de luchar. Tenemos, en definitiva, un adjetivo que determina simultneamente a un nombre y a un verbo; en nuestro ejemplo griego el adjetivo es un verbo transformado (e. d., un participio), que expresa un proceso sin salirse del lmite de la misma oracin:b) Con adjetivo predicativo en otro caso. Lo ms normal, cuando no hay complemento nico como en espaol, es el acusativo: gr. 'les vi que se iban' confrntese esp. hall la caja vaca. La conclusin es la misma: est implcita una oracin sustantiva (la caja est vaca) o predicativa (ellos se van), ms un proceso en que interviene en calidad de objeto el sujeto (y el predicado nominal) de aquellas oraciones. Esta construccin existe tambin con otros casos ( 'tambin me acuerdo de cuando decas esto', Jenofonte, Cirop. I, 6, 8), lat. utor eo amico.Estas construcciones tienen mayor o menor esfera de uso segn las lenguas: el espaol, por ejemplo, ha de traducir los tipos participiales griegos con ayuda de oraciones subordinadas; y aun el tipo a) es raro en espaol, que tiende a interpretar el adjetivo como adverbio.No han de confundirse estas construcciones con las de doble complemento del tipo creauerunt Ciceronem consulem (confrntese pg. 339); algunas de ellas, que llevan como segundo complemento un infinitivo o una oracin transformada, acaban por interpretarse como perodos complejos de dos oraciones.III. CLASES Y SUBCLASES DE PALABRAS1. IDEAS SOBRE LAS CLASES DE PALABRAS1. Se ha podido ver que una palabra no tiene una funcin dentro de la oracin ms que en cuanto representante de una clase de palabras: constantemente hemos tenido que sealar la clase de las palabras que estaban en determinadas funciones y de aquellas otras que denotaban estas funciones. La prueba ms clara de ello es que cuando la clase de una palabra es oscura, la oracin resulta ambigua.Canto a la patria, por ejemplo, representa dos cosas diferentes segn que canto sea nombre o verbo. Es preciso desambiguar la palabra, lo que se efecta de dos maneras:a) Por el contexto en sentido amplio. Escrita la frase como ttulo de un poema resulta evidente que canto es nombre.Escrita comenzando su primer verso y seguida, por ejemplo, de un que, es claro que canto es verbo.b) Hay tambin una desambiguacin gramatical. Si se hace que a canto preceda un o el se trata de un nombre, que categoriza; si precede yo, que es un categorizador del verbo, es, por el contrario, un verbo.Otro ejemplo: en madre, ven, con una gran pausa entre ambas palabras y entonacin exclamativa de ambas, no sabemos el significado total ms que porque conocemos el vocabulario espaol. Una persona que conociera la Gramtica del espaol, pero tuviera lagunas en su vocabulario, encontrara dificultad para interpretar esta frase pura y simplemente porque no tendra medios de establecer la clase de las dos palabras: que madre es un nombre y ven un verbo; naturalmente, tampoco podra subcategorizarlas (establecer que ven es imperativo, etc.). Ninguna orientacin hallara en la forma, efectivamente, ni tampoco en el orden d palabras (puede decirse ven, madre). La desambiguacin de estas palabras slo puede realizarse a travs de su funcin; y para ello hay que saber su clase. Sencillamente, una persona que domina bien el espaol tiene a ambas palabras clasificadas en series con funciones diferentes. El problema no existe para ella mientras que contina existiendo el del ejemplo anterior.As, nuestros dos ejemplos se refieren a palabras que ni por la forma ni por la distribucin dejan conocer la clase: el primero es un ejemplo de homonimia (dos palabras de diferente clase que coinciden en la expresin), el segundo de simple indiferencia formal respecto a las clases.No se puede, pues, establecer el sentido de una frase sin conocer las funciones que desempean las palabras componentes: lo mismo ocurra con los morfemas en el interior de la palabra. Estas funciones dependen de la clasificacin en clases de palabras, lo que no quiere decir tampoco que una clase tenga una sola funcin; puede tener varias (el nombre puede ser sujeto y complemento de varios tipos, por ejemplo, y emplearse tambin autnomamente). Es, pues, previo establecer las clases de palabras. Para ello hay que basarse en:2. a) Forma y distribucin. A veces son criterios suficientes y puede suceder que baste solo la forma (por ej., en la mayora de las formas personales del verbo espaol: cantara, cantar...) o la distribucin (je, tu, il en francs precediendo siempre a un verbo personal salvo en excepciones concretas: son pronombres personales).b) Funcin. Como hemos dicho, en casos en que el criterio a) nos lleva a la ambigedad, la clase es identificada por la funcin. No se trata de un crculo vicioso. El recuerdo de la palabra empleada una y otra vez en forma idntica a la de una determinada clase de palabras, nos la da clasificada ya. . No solo sabemos el sentido de madre, sino que conocemos la palabra como integrada en una clase funcional, es decir, una clase de palabras: sera si no inmanejable e incomprensible. Es un hecho de sistema que repercute en la realizacin y comprensin de la lengua.c) Reconocimiento indirecto. Cuando tanto forma y distribucin como funcin son ambiguos, puede haber un reconocimiento indirecto, por exclusin. En ingls bus fares puede ser nombre + nombre 'las tarifas del autobs' o nombre + verbo 'el autobs marcha'. Pero si decimos bus fares are cheap, el que haya un verbo are excluye que fares sea un verbo: hay, pues, nombre + nombre, cuya interpretacin exacta nos es dada por la sintaxis del ingls. En cambio, en bus fares slowly, fares, a falta de otra forma mejor caracterizada, es el verbo, luego bus es el nombre sujeto. En lat. cogitans esse properandum quod (Varrn, R. R. I 1, 1), quod puede ser una conjuncin causal o un pronombre relativo; pero como en lo que sigue no hay ninguna palabra a que pueda referirse quod y, en cambio, sigue si est homo bulla, eo magis senex, es claro que quod es conjuncin causal.d) Sentido. El apoyarse en el sentido es el mtodo tradicional de establecer las clases de palabras; pero es inseguro, pues tendemos a generalizaciones excesivas. Por otra parte, el sentido es el resultado de la clase y subclase y la funcin; tambin puede decirse lo contrario, pero es ms seguro pasar de lo primero (que tiene en parte expresin formal) a lo segundo que no al revs.e) Pese a todo esto subsisten casos de homonimia, como el de nuestro ejemplo de arriba. Se desambiguan, como hemos visto, por el contexto externo o introduciendo elementos gramaticales que permitan acudir a los