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CAPÍTULO III (Selección) MORFEMAS Y SISTEMAS MORFOLÓGICOS I. EL PROBLEMA DE LA DESCRIPCIÓN EN MORFOLOGÍA 1. DIFICULTADES DEL ANÁLISIS A BASE DE LA PALABRA Y EL PARADIGMA 1. La antigua Gramática considera la palabra como unidad mínima en que coinciden un significante y un significado. En una palabra pueden existir varias formas diversas relaciona- das entre sí por procedimientos formales sistemáticos y que constituyen un paradigma; pero también hay palabras con una forma única, las llamadas invariables. Esta Gramática estudia luego la diferencia entre las palabras desde el punto de vista de su función en la oración mediante la teoría de las clases de palabras o «partes de la oración»; en cambio, no se preocupa por las relaciones entre las palabras que pertenecen a una misma clase (o subclase). El léxico, en efecto, es estudiado atomísticamente, sin que se atienda a las relaciones de sentido entre las palabras más que en el estudio de la composición y derivación. En cuanto a las relaciones de las palabras en la cadena hablada, se atiende a ellas en la Sintaxis. Por debajo de la palabra la Gramática tradicional sólo desciende al hablar de raíces, sufijos, desinencias y alargamientos. Con ello se llega a lo que hoy denominamos morfemas: uni- dades mínimas de significado. Pero son unidades que apenas se estudian formal y funcionalmente salvo, en cierta medida, en la teoría de la composición, derivación y en la Sintaxis. En la descripción gramatical tradicional ocupan un lugar muy subordinado respecto a la palabra: a partir de ésta y de los paradigmas en que se integra tiene lugar lo fundamental de la descripción morfológica. 2. Un sector importante de la Lingüística moderna ha pre- ferido tomar el morfema como elemento morfológico funda- mental y basar en él su descripción. Éste es el caso notablemente de los descriptivistas americanos, discípulos de Bloomfield. Esto se debe a las dificultades y al margen de

Francisco Rodríguez Adrados

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CAPÍTULO III (Selección)MORFEMAS Y SISTEMAS MORFOLÓGICOSI. EL PROBLEMA DE LA DESCRIPCIÓN EN MORFOLOGÍA1. DIFICULTADES DEL ANÁ¬LISIS A BASE DE LA PALABRA Y EL PARADIGMA

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captulo III (Seleccin)

MORFEMAS Y SISTEMAS MORFOLGICOSI. EL PROBLEMA DE LA DESCRIPCIN EN MORFOLOGA

1. DIFICULTADES DEL ANLISIS A BASE DE LA PALABRA Y EL PARADIGMA1. La antigua Gramtica considera la palabra como unidad mnima en que coinciden un significante y un significado. En una palabra pueden existir varias formas diversas relacionadas entre s por procedimientos formales sistemticos y que constituyen un paradigma; pero tambin hay palabras con una forma nica, las llamadas invariables. Esta Gramtica estudia luego la diferencia entre las palabras desde el punto de vista de su funcin en la oracin mediante la teora de las clases de palabras o partes de la oracin; en cambio, no se preocupa por las relaciones entre las palabras que pertenecen a una misma clase (o subclase). El lxico, en efecto, es estudiado atomsticamente, sin que se atienda a las relaciones de sentido entre las palabras ms que en el estudio de la composicin y derivacin. En cuanto a las relaciones de las palabras en la cadena hablada, se atiende a ellas en la Sintaxis.Por debajo de la palabra la Gramtica tradicional slo desciende al hablar de races, sufijos, desinencias y alargamientos.Con ello se llega a lo que hoy denominamos morfemas: unidades mnimas de significado. Pero son unidades que apenas se estudian formal y funcionalmente salvo, en cierta medida, en la teora de la composicin, derivacin y en la Sintaxis. En la descripcin gramatical tradicional ocupan un lugar muy subordinado respecto a la palabra: a partir de sta y de los paradigmas en que se integra tiene lugar lo fundamental de la descripcin morfolgica.2. Un sector importante de la Lingstica moderna ha preferido tomar el morfema como elemento morfolgico fundamental y basar en l su descripcin. ste es el caso notablemente de los descriptivistas americanos, discpulos de Bloomfield.Esto se debe a las dificultades y al margen de arbitrariedad que encierra la descripcin hecha sobre la base de la palabra. Ello sobre todo por las siguientes razones:a) Hay dificultades graves de segmentacin, es decir, cuando se trata de establecer los lmites de la palabra. A veces fallan los criterios fonolgicos o los formales o los funcionales o los semnticos o bien estos criterios no coinciden entre s. Estudiamos detenidamente esta cuestin en el captulo prximo, confrntese pg. 270 sigs.b) Las palabras variables agrupan formas diversas, como queda dicho, pero el criterio de agrupacin tiene a veces algo de arbitrario.As, adjetivos etimolgicamente emparentados del lat., ai. e ingls como los del lat. En -tus, ai. -tas, ingl. -d son clasificados como participios, es decir, se integran en el verbo; en cambio los adjs. griegos en - son considerados adjetivos verbales y los diccionarios los dan como palabras independientes. Los advs. de modo del gr. en - y del lat. en -e, -o proceden de un caso instrumental: en algn momento al menos ha debido de haber duda sobre cmo clasificarlos. Otras veces se vacila claramente entre dar como palabras independientes formas casuales con valor adverbial o incluirlas en los pronombres de que derivan: as en gr. o 'donde', 'por donde'.Los comparativos y superlativos suelen incluirse con los adjetivos positivos correspondientes, pese a que presentan diferencias formales (cf. ai. urs 'ancho' / varyas 'ms ancho', gr. ; 'dulce' / 'ms dulce', sin la ~u-) y de sentido (las hay en gr. entre , y , tres comparativos de 'bueno, valiente'), herencia de su antigua independencia. Igual ocurre en lenguas modernas: se agrupa esp. bueno con mejor, ingl. good con better. Pero a veces se procede de otro modo dando un artculo de diccionario independiente, por ej., a gr. ; o a ingl. eider (com. irr. de od, con sentido especializado).En la conjugacin, se incorporan en un mismo verbo formas de distintas races: esp. voy / ir / fui. Pero a veces se vacila: en gr. se unen y como presente y aoristo y se hace otro verbo del perfecto de esta misma raz, . Ms dificultosos son los hechos de otras lenguas, como el vdico, en que los temas verbales no se deducen automticamente unos de otros, sino que son imprevisibles.

Otra vacilacin frecuente de los diccionarios es entre presentar en igual artculo el adjetivo y su sustantivacin, cuando sta consiste en el gnero neutro del primero, as en lenguas indoeuropeas antiguas.Adase otra dificultad: hay lenguas en que el concepto de palabra y el de morfema coinciden, a saber, en las monosilbicas, aunque a veces hay en ellas composicin y flexin con ayuda de los tonos y de las alternancias consonnticas. Confrntese sobre ellas pg. 252.3. En suma: aparte de que la segmentacin de palabras presenta problemas, la palabra implica una clasificacin de formas realizada sobre criterios poco claros distribucionalmente. Los gramticos indios llegaron a una solucin de este problema edificando su descripcin sobre las races, modificadas luego con distintos grados voclicos y adiciones de sufijos, etc. Igual los gramticos rabes. Y en poca moderna se ha postulado, como decimos, la sustitucin total de la palabra por el morfema en la descripcin lingstica. Pero obsrvese:a) Tambin aqu hay problemas de segmentacin, que probablemente son ms graves.

b) Los hay igualmente cuando queremos reducir los alomorfos a morfemas, es decir, considerar como pertenecientes a un mismo morfema variantes formales con igual significado. Apenas hay el caso paralelo en lo que respecta a las palabras.c) Y tambin, por supuesto, en la clasificacin de los morfemas: sus clases estn menos definidas, formal y funcionalmente, que las de las palabras, por lo menos en nuestras lenguas.d) Finalmente, prescindir de la palabra es prescindir de una unidad lingstica de la que el hablante tiene clara conciencia; sin. ella es imposible obtener una imagen del sistema de la lengua adecuada a la realidad.Sobre todos estos puntos, cf. detalles en pgs. 167, 169 sigs. Aunque, desde luego, hay lenguas en que el concepto de palabra es mucho menos til, cf. pg. 253 sig.En suma: es forzoso penetrar, en la descripcin lingstica, hasta niveles elementales inferiores a la palabra, sin abandonar por ello el estudio de sta. El morfema no es la unidad verdadera o fundamental como creen algunos, por ejemplo, Antal (1), ni tampoco es solamente una unidad de distribucin dentro de la palabra, como propone Bazell (1). Existen tanto el morfema como la palabra y a veces, por entrecruzamiento de niveles, ambos conceptos coinciden (cf. pg. 867).

2. CONSECUENCIAS1. El estudio de estas unidades habr de hacerse desde los siguientes puntos de vista, que tambin habrn de ser tenidos en cuenta en el estudio de las unidades superiores y que en parte coinciden con los aplicados ya en Fonologa:a) Punto de vista de la cadena hablada o sintagmtico. Hay que proceder a la segmentacin de morfemas y palabras y a establecer sus relaciones dentro de la cadena hablada, definiendo su distribucin y sus funciones.b) Punto de vista sistemtico o paradigmtico. Consiste en la reduccin de aloformas (establecer los alomorfos que pertenecen a un morfema; en lo relativo a la palabra apenas hay paralelismo) y en el establecimiento de las clases en que se organizan las unidades as reconocidas as como de los sistemas de oposiciones en que se integran. Todo esto no puede hacerse sin la ayuda de la conmutacin, aunque el estudio de las distribuciones sea al tiempo esencial.Entre las distintas unidades hay por supuesto diferencias: el morfema se desemantiza ms fcilmente (se convierte en puramente distintivo); las unidades superiores tienen una mayor variedad y libertad y se adaptan a las necesidades del estilo y de la lengua individual. Pero en sustancia son comparables y el mecanismo de la descripcin es fundamentalmente idntico. Hay que insistir en que el establecimiento de paradigmas es parte importante de esta descripcin, pues conmutar es sustituir un trmino de un paradigma por otro y sin conmutacin no hay posibilidad de reducir las aloformas ni de agrupar formas diversas en una unidad, ni de clasificar unidades. A los paradigmas gramaticales tradicionales (en que se corresponden, en lneas generales, forma y sentido de modo sistemtico) hay que aadir paradigmas de lexemas (la nueva Semntica Estructural), as como de oraciones y sintagmas: estos dos ltimos son los que estudia la moderna Lingstica transformacional y en realidad ya haban sido atendidos por la antigua Sintaxis. Pero sta era por definicin un estudio sintagmtico (de relaciones en cadena hablada), mientras que la Lingstica Transformacional prefiere el estudio paradigmtico (frmulas que establecen la relacin entre construcciones distintas). En cambio, los descriptivistas americanos estudian la palabra sintagmticamente, mientras que la Gramtica tradicional lo haca paradigmticamente.2. En realidad, el estudio sintagmtico lleva implcita en su anlisis de elementos la existencia del paradigma, pues slo gracias a l tienen estos valor diferenciado y pueden identificarse; el paradigmtico implica a su vez elementos de sentido diferenciados dentro de la cadena hablada. Ambos puntos de vista son justificables y hay que extenderlos al estudio de todas las unidades y de todas las relaciones entre ellas.El mtodo de anlisis debe consistir en todos los casos en establecer dentro de la cadena hablada recurrencias que -conexionen una unidad de expresin (una forma dada en una distribucin dada) y una unidad de contenido. Ello se logra mediante el mtodo de la conmutacin. En cada caso concreto de la cadena hablada la relacin entre la expresin y el contenido es de uno a uno (frmula: 1 = 1), salvo que haya problemas de segmentacin. Pero la relacin entre los dos planos es ms compleja cuando se realiza la reduccin de aloformas y cuando se establecen las clases y paradigmas. stos, por ejemplo, si no son precisados por la distribucin e incluso por el contexto extraverbal, no son claramente definitorios y la unidad d sentido de cada uno de sus elementos puede ser problemtica.En todo caso, el establecer los sentidos y funciones es un proceso que debe hacerse en ltimo lugar, sin dejar en ningn momento de ponerlos en relacin con su expresin formal. Nihil est in significatu quod non prius fuerit in forma, nada hay en el significado que antes no estuviera en la forma, podra decirse haciendo eco a la frase escolstica.Claro est, hay que tener en cuenta todas las dificultades que presenta el estudio del significado: hay ex-signos, a los que slo les queda el valor distintivo; signos nacientes, an apenas con autonoma dentro de otros superiores; signos multifuncionales o escindidos en acepciones; hechos de neutralizacin; etc., etc. Hay que estar siempre sobre aviso para no hacer demasiado fijo, unitario y simtrico, definindolo slo en trminos generales, aquello que es captado por el oyente caso a caso y en forma a veces imprecisa, aunque esta imprecisin se corrija con ayuda de la distribucin.Es el sentido, en todo caso, el que captamos: en forma inconsciente la forma nos lo trae. Cuando tratamos de hacer ms clara, simtrica y simple su expresin formal, se prodcela evolucin de la lengua; y tambin evoluciona la forma cuando evoluciona el sentido.El estudio de la evolucin de las unidades debe venir, sin embargo, en ltimo trmino. Pero tiene un reflejo sincrnico: fluctuaciones de distribucin, inseguridades de segmentacin, vacilaciones en la interpretacin de la relacin entre expresin y contenido, semivaciado del sentido de ciertas unidades (cuyo valor llega a ser puramente distintivo), atribucin de sentidos fluctuantes a otras. Esta proyeccin sincrnica de la evolucin habr de ser atendida en la descripcin de estados de lengua, aunque el estudio de la evolucin en s quede apartado para los captulos diacrnicos.

II. SEGMENTACIN EN MORFEMAS DE LA CADENA HABLADA1. EL MORFEMA Y SU SEGMENTACIN1. Llamamos morfema a un fonema o grupo de fonemas que comporta un valor distintivo mnimo y diferencia unidades superiores.sta es la definicin mnima desde el punto de vista semntico: la finalidad es que pueda ajustarse a todos los casos. Pero no hay que olvidar que, si podemos estudiar el morfema sobre la base de su valor puramente distintivo, lo ms comn es que tenga adems un significado recurrente propio. En la prctica, para obtener un morfema basta con preguntar, ante dos palabras o formas dotadas de sentido y diferenciadas por un elemento mnimo, si tienen sentido igual o diferente: en este ltimo caso el elemento conmutado es un morfema.Algunas caractersticas del morfema son las siguientes:a) Es recurrente: cuando tiene un significado, en ste y en el significante; cuando es puramente distintivo, en este ltimo.b) Puede consistir en una clase de fonemas o grupos de fonemas dotados de igual valor distintivo (es decir, comprender varios alomorfos).c) Puede haber una clase de significados expresada por el mismo morfema (acepciones, hechos de multifuncionalidad).d) En cambio, no se admite la escisin interna: que los miembros de la clase de elementos formales que es el morfema (e. d., los alomorfos) correspondan individualmente a los miembros de la clase de elementos de contenido. Es el conjunto de la primera clase el que expresa el conjunto de la segunda; slo la distribucin establece los miembros de una y de otra que en cada caso aparecen.2. Pero el establecimiento de clases (de expresin o contenido) es un proceso posterior al de la segmentacin. sta nos da, en cada caso concreto, una sola forma con un solo valor distintivo.El procedimiento es, como queda dicho, la conmutacin, es decir, el hecho de que al sustituirse un segmento por otro resulte un sentido diferente de la totalidad. Tambin: la posibilidad de eliminarlo resultando as una unidad con un sentido diferente de la anterior. El segmento en cuestin es capaz de existir ntegro en otras distribuciones, contribuyendo al sentido de las unidades superiores de igual manera: pero esas distribuciones han de ser una clase bien definida de distribuciones (si no el sentido sera distinto), que incluso comprende segmentos formalmente diferentes con igual significado (los alomorfos). El total constituye el morfema.Con esto hemos pasado del morfo o ejemplo individual al morfema. Un morfema es, por ejemplo, en esp. la preposicin para, caracterizada por una serie de distribuciones (otro morfema diferente es para en otra serie muy diferente: es el para del verbo parar); un morfo, cada uno de los usos individuales de para. Un morfema es el formado por -a- y -ba- en distribuciones propias de imperfecto: me refiero a la distribucin lejana, porque la prxima es complementaria, los verbos que llevan -a- no llevan -ba- y viceversa. Un alomorfo es -a- y otro -ba-. Morfos son los usos individuales de uno y otro.Para evitar confusiones conviene aclarar que algunos estudiosos (sobre todo Martinet) hablan de monema en vez de morfema. La tradicin antigua (sobre todo en Vendrys, 1) es llamar morfema solamente a los morfemas gramaticales y semantemas a los dems. Pero todos ellos tienen forma y todos tienen significado, aunque sea gramatical. Hoy preferimos hablar de morfemas gramaticales y morfemas lexicales.3. Conviene, antes de seguir adelante, aadir algunas indicaciones previas sobre el sentido de los morfemas, sobre el que ya se ha anticipado algo.La definicin del morfema como unidad mnima de sentido ha tenido que ser abandonada y sustituida por la puramente distintiva que dimos arriba. Y ello aun despus de establecerse que a veces el morfema tiene referentes fictivos (as en el caso de los abstractos), sentidos connotativos (as el que diferencia a padre de pap) y otros cuasisinnimos (del tipo tirar frente a arrojar), sentidos gramaticales y funcionales (los que introducen clasificaciones o relaciones sistemticas. confrntese pg. 205 sig.).Conviene concretar un poco los casos en que el morfema no tiene un significado y que nos obligan a definir el morfema distintivamente:a) El morfema tiene un valor puramente distintivo: as re-, de- en reducir, deducir, etc.b) El morfema no tiene otra funcin que la de formar una palabra que sin l no existira: as en ingl. ladder (no hay lad) -er no es agente, como en otros casos. Cf. el caso de alargamientos y elementos formativos, como la vocal temtica de las lenguas indoeuropeas, as la -o- en gr. , (formas inconcebibles sin la misma, que no aporta ningn sentido especial).c) El morfema puede libremente aadirse o no aadirse, sin que vare el sentido de la unidad superior. As hol. ge- que es imprevisible si se aade o no en ciertos presentes; as alargamientos indoeuropeos como -s-, -i-, -u- (y sin duda en el origen la misma vocal temtica) que en las mismas races aparecen o no segn la lenguas y aun a veces se conservan en una misma las formas con y sin alargamiento. Cf. tambin algunos sufijos tonos del esp., as en murcilago (de murcig-alo), relmpago (antiguo relampo), lucirnaga. Si se han hecho fijos, como en b), ello es un fenmeno secundario.Cuando coexisten las dos formas, teniendo igual valor, puede decirse que se trata de alomorfos, es decir, que la ms extensa no es segmentable. Pero suele suceder que el paralelismo de otros casos impone la segmentacin. Lo mismo ocurre incluso cuando la forma larga se impone como nica. Efectivamente, la presencia de una misma serie de fonemas sin sentido especial pero ligada a unas ciertas distribuciones, permite aislarlos, sea su aparicin espordica o fija, y dejar as ms transparente y regular la forma de los elementos a que se aaden. Es un caso en que la definicin del morfema se ampla por el paralelismo formal de ciertos elementos.d) Otros morfemas distinguen clases de palabras, cf. pgina 222 sig. Puede decirse que su valor es gramatical, pero difcil de definir.4. Damos a continuacin unos ejemplos de segmentacin, en los cuales se establece una serie de morfos que son idnticos a morfemas, por tratarse de casos en que no existen alomorfos.Tratndose del espaol, es intil que recurramos al anlisis de la cadena hablada mediante la conmutacin para segmentarla en morfos; pasamos inmediatamente a los morfemas en que stos se integran. Pero si tuviera lugar esa segmentacin, nos llevara inmediatamente a los mismos resultados. Nos hara ver que los morfos se clasifican inmediatamente en morfemas gracias a a) su forma, b) su distribucin, c) los trminos idnticos que intervienen de la conmutacin. Escindamos, pues, una palabra espaola en morfemas: e. d., en morfos que sabemos que pertenecen a morfemas que designamos igual, aunque podramos distinguirlos escribiendo /baj/, /sim/, por ejemplo.Una serie de conmutaciones que son evidentes para cualquier hablante del espaol nos dan la siguiente serie de segmentaciones:baj-o / -a baj-sim-o / -a baj-o-s / -a-s ba-sim-o-s / -a-s.Las oposiciones paradigmticas que de aqu se deducen son las siguientes:a) Serie abierta: baj- / alt- /b) Series cerradas: 0 / -s; / -sim-; -o / -a.El estudio de las distribuciones conducira aproximadamente a los siguientes resultados:a) La de baj- es idntica a la de alt- y de ms morfemas de la misma serie (adjetivos), que admiten igualmente -sim y otras distribuciones comunes.b) -sim- a su vez va con adjetivos (al lado de formas comparativas).c) o- / -a van con nombres y adjetivos: los primeros de gnero inherente, los segundos por concordancia. En ciertos casos, tambin con pronombres.d) / -s va con adjetivos, nombres y pronombres con concordancia de sg. y pl. respectivamente.5. Se ve mejor cmo funciona el mecanismo de la segmentacin aplicndolo a lenguas alejadas de la nuestra. Se parte de la comparacin de al menos dos segmentos relativamente amplios y diferentes mnimamente, respondiendo a esta diferencia de forma una de sentido.As, la comparacin de dos expresiones del potawatomi (confrntese Hockett, 3)/nkats/ 'soy feliz'

/kkats/ 'eres feliz'nos hace fcilmente deducir un morfema n 'yo' y otro k 't' (o, si se quiere, un morfema de 1.a sg. y otro de 2.a sg.).Vanse a continuacin las siguientes formas hebreas (segn Gleason, 1):

zkartihuu 'le record'

zkartihaa 'la record'

zkartikaa 'te record'

zdkarnuhuu 'nosotros le recordamos'

zkarnuhaa 'nosotros la recordamos'

zdkarnukaa 'nosotros te recordamos'De aqu se deducen tres tipos de distribucin: en el primero hay un elemento, en el segundo dos y en el tercero tres:a) zkar- 'recordar'b) -ti- 'yo' / -nu- 'nosotros'c) -huu 'le' / -haa 'la / -kaa 'te'.Vase ahora un ejemplo del kutenai (lengua de Idaho, Montana y Colombia britnica; segn Garvn, 1):ikla 'yo veo'

kkla 'tu ves'

kla 'l ve'

kla 'ver'Es bien claro que aqu tenemos i- 'yo', ka- 't', - 'l' y kla 'ver'.6. A veces pueden surgir dudas debido a un mal anlisis del significado del segmento total, que a su vez se debe a no existir en nuestra lengua categoras o construcciones correspondientes. Garvn (1) pone un ejemplo del visayo (Filipinas):

gibhatku abaly 'estoy construyendo la casa'

nakitaku abaly 'estoy viendo la casa'Un anlisis superficial segmenta aqu -ku 'yo' y "abaly 'la casa', aparte de los dos segmentos diferenciales. Pero un anlisis ms cuidadoso hallar en -ku 'por mi' y en abaly una indicacin del sujeto ms el nombre de la 'casa': dos morfemas en definitiva.Aadimos otro ejemplo. Si pudiramos contar con un informante del griego antiguo que fuera bilinge y le preguntramos la traduccin espaola de y , probablemente nos dara la misma 'no hagis ruido'. Y si le dijramos que nos diera el sentido de y nos dira 'dej'. Y, sin embargo, hay una diferencia de sentido: en otro caso -- y -- seran alomorfos e igual - y -. Por ms que la distribucin prxima de estos elementos sea idntica, un estudio detenido nos demostrar que la distribucin lejana es diferente. A esta diferencia responde una de sentido: la que opone (en trminos generales) la accin durativa y la puntual, que no se expresan morfolgicamente en el verbo castellano (la durativa slo en una medida reducida en el imperfecto).7. Pero con esto hemos penetrado durante un momento en los hechos de significado, aunque sea con la finalidad de mejorar el anlisis formal. Volvamos a los hechos elementales.En definitiva hemos visto que el morfema asocia un segmento mnimo de expresin a un segmento mnimo de contenido (con las excepciones de pg. 163). Si hacemos una segmentacin progresiva segn niveles descendentes de unidades significativas y vamos bajando de la oracin al sintagma, a la palabra y al morfema, aqu debemos detener nuestro anlisis. Veamos un ejemplo espaol:corr-a-mos / ten-a-mos / sab-a-mos ...corr-er-e-moscorr-e-mosHay razones para que la segmentacin quede detenida aqu y para que no lleguemos, por ejemplo, hasta corr-i-a-m-os. En efecto, en buen-o-s encontramos la interseccin de las distribuciones de -o- y de -s; en cambio, en corr-a-mos no coinciden en modo alguno las distribuciones del morfema -- del indefinido (corr-) y -a- del subjuntivo (corr-a). Ni el anlisis semntico nos lleva tampoco a establecer una relacin de corr-a-mos con estas otras categoras. Se trata simplemente de una coincidencia.2. PROBLEMAS DE LA SEGMENTACIN1. Sucede a veces que vemos perfectamente que nos hallamos ante el conjunto de dos morfemas, pero no podemos fijar exactamente la lnea divisoria. Podemos establecer los siguientes casos:a) Al menos es clara la pertenencia de algn o algunos fonemas al primer morfema y de otro u otros al segundo; queda en medio un fonema dudoso. O, bien la divisin pasa precisamente por l.As en esp. dividir /divisin, aludir / alusin, etc. Estrictamente podemos considerar divid- y divis- como alomorfos (confrntese divisible, etc.) e -ion como un sufijo; pero la lengua conoce tambin -sin (visin, irrisin, etc.).En aesl. lk, nom, sg. de 'lobo', y vle, voc. sg. de igual palabra, los morfemas de nom. y voc. son respectivamente -s y -e; vl- puede considerarse como alomorfo de vlk-. Pero, de otra parte, no cabe duda de que es caracterstico precisamente del vocativo.En gr. y podemos sealar paralelamente dos alomorfos - y -; pero la -- es precisamente caracterstica del tiempo presente. En hay, pues, tres morfemas (lexical, de presente y de 1.a pers. sg.), pero los dos primeros se encuentran dentro de la --.Histricamente, en estos casos y otros semejantes, se trata de fenmenos fonticos: alteraciones sufridas por unos fonemas en contacto con otros.En yipunu (bant) el objeto del pron. de 1.a sg. es m- o n-(segn el fonema inicial de la palabra siguiente), pero ante r-se hace t-, perdindose luego la r-: de ama-n-ronda sale ama-tonda 'ella me ama'. Aqu en la t se encuentran los dos ltimos morfemas.En ingl. did you...? /di/ la divisin de los morfemas pasa por medio de la //.En esp., al viene de a el: puede hacerse idntico razonamiento.En ponapeo (Carolinas) la segmentacin de ol-n-wy 'hombre de fuera', 'extranjero', y la existencia de m 'hombres', lleva a postular que en mnwy 'extranjeros' hay un elemento m-n que es una amalgama de m y n.En estos casos, histricamente, aparte del cambio fontico se ha producido otro fenmeno: el de la amalgama de morfemas independientes.b) En otros casos la conciencia de que existen dos morfemas formando una amalgama es mucho menos clara, si es que existe. As en esp. te: slo el paralelo de amo a Dios y la existencia de t nos lleva a analizar dos elementos en el te de te amo. Pero si t est de un modo u otro relacionado con t, la e no se siente en modo alguno como una caracterstica objetiva. Histricamente, no hay unin de morfemas independientes.En el anlisis de lenguas que nos son extraas, es frecuente que no se pueda pasar del reconocimiento de amalgamas, sean de un tipo y otro. As en cri:/nisa:kiha:w/'yo le amo'

/nisa:kihikuna:n/ 'l nos ama (pero no a ti)'Lo nico que podemos reconocer son las dos amalgamas /-a:w/ y /-ikuna:n/, que indican respectivamente 1.a sg. del suj. y 3.a sg. del obj.; y 3.a sg. del suj. y 1.a pl. (exclusiva) del obj.2. Otras veces nos encontramos en la segmentacin con fenmenos de sincretismo; consisten en que lo que en otros casos se expresa por dos o ms morfemas, se expresa por uno solo en uno determinado. As en lat. templum es nom. acus. voc. j, mientras que estos tres casos tienen tres formas especiales en dominus (dominus / dominum / domine). En ai. agnes 'del fuego' une las distribuciones del gen. y abl. sg.; en cambio en avas 'caballo' a cada una de ellas corresponde una forma distinta (avasya y avd). En esp. amaba es 1.a y 3.a sg. (distinguidas, por ej., en el presente).A veces el estudio de las distribuciones es ms complejo. En ai. agnnm y agnibhyas tienen distribuciones de pl.; aparte de esto, agnnm (gen. pl.) tiene algunas de las distribuciones propias de agnes (gen.-abl. sg.) y agnibhyas (dat.-abl. pl.) tiene las dems de agnes ms las de agnaye (dat. sg.).El sincretismo puede ser constante y entonces se llama alianza. As en esp. entre persona y nmero en el verbo. La existencia de los morfemas de persona es reconocida por la combinabilidad de las formas verbales con los pronombres personales, etc.; la de los morfemas de nmero, por la combinabilidad con los morfemas de nmero nominales.3. De otro lado, un morfema puede modificar a otro: con ello surgen en la segmentacin problemas semejantes a los de 1 a), pero las dudas no se refieren ahora a la zona fronteriza de los morfemas.En ai, a pupam 'flor' responde un pl. pupi: hay -i y no -ni como es normal en los pl. neutros de este tipo, debido a que precede una s. Podra pensarse en establecer dos alomorfos -ni y -i; pero como la est motivada por la , hay que pensar que en realidad forma parte del significante del primer morfema. Puede hablarse de un significante discontinuo.Casos semejantes a ste son: ai. loe. pl. pitu (con des. -u en vez de -su por causa de la ); fr. pain/panier, grain/grenier; espaol muevo/movemos, cierro/cerramos; gr. reduplicacin de perfecto que puede ser -, -, -, etc. segn la consonante inicial del verbo, que repite. El fenmeno aqu no es de origen fontico, pero sincrnicamente es idntico. Prescindiendo del problema del origen, en indoeuropeo hallamos variantes diversas de la raz, que dependen de los diversos sufijos. Men 'pensar', era mn- ante -t, pero men- ante -tor de agente, por ejemplo. El hecho de que se trate de alomorfos no quita para que en la eleccin de uno u otro haya un reflejo del otro morfema. As ocurre siempre que hay alomorfos condicionados fonticamente: cf. pg. 179 sigs. sobre los del pl. ingls.El caso de los morfemas discontinuos se ve ms claramente, sin embargo, en otra serie de hechos: fr. negacin ne...pas, ingl. interrogacin del tipo do you like...? (do, el orden de palabras y la entonacin contribuyen a la interrogacin), gr. perfectos del tipo (marcados por la reduplicacin, el vocalismo o y la desinencia). Pero estos hechos tambin pueden ser interpretados como redundancias: uso de varios morfemas complementarios de igual valor. .Estrictamente, los hechos de concordancia y los de referencia cruzada (cf. pg. 217 sigs.) podran entrar en este apartado. As, el pl. se marca en esp. estas bonitas rosas por -s...-s...-s; la pertenencia a una determinada clase se marca en swahili hiki kiti kizuri kimevunika 'esta bonita silla se rompi' por -ki ki-...ki- ki-; la primera pers. plural se marca en fr. nous aimons por nous...-ons.4. Aunque frecuentemente es bien claro el lugar en que se debe detener el anlisis (cf. supra pg. 167), existen casos en que no se ve bien si hay un morfema o dos o en que, en todo caso, se ha propuesto ya una ya otra interpretacin.En ingl. danc-er, con un sufijo de agente, la segmentacin es fcil dado el paralelismo de danc-ing, danc-e, danc-es. Pero en hammer no, pues no existe una forma simple de que derive (se dice hammer-s); si hay un morfema -er es slo del tipo sealado en pg. 163 (en relacin con ladder). Claro que secundariamente uno de estos elementos puede convertirse en un morfema normal. Asi en esp. Conchita (de it. Concetta, lat. concepta) se ha sentido un -ita diminutivo que existe en la lengua, y hoy Conchita es realmente un diminutivo frente a un regresivo Concha. Pero an hoy un clculo de frecuencias llevara probablemente a la conclusin de que Conchita es ms frecuente que otros diminutivos paralelos, lo que le quita carcter diminutivo.Otro caso es el de los llamados por algunos fonoestemas. En ingl. glow, gleam, glimmer, glance 'arder, brillo, vislumbre, mirada' hay un gl- que alguien podra considerar un morfema que indica 'brillo' o algo as. Pero hay demasiados gl- que nada tienen que ver con esto; y si se segmenta as, en las palabras de arriba quedan a su vez demasiados morfemas extraos y nicos. Igual si segmentamos -ow en //ow 'fluir', blow 'soplar', row 'remar'; adems, no sabramos qu hacer con -ew en el pret. blew, etc. Nos movemos aqu en el campo de la expresividad de los sonidos, que corresponde a la Estilstica (cf. pgina 656 sigs.). En cambio podemos sentar que hay un morfema en series fijas y estables como ingl. there, then, thither... frente a where, when, whither...El sentido por s solo es un mal gua en la segmentacin. Si consideramos la existencia en esp. de pares como hijo/hija, hermano/hermana, podramos proponer analizar padre/madre de la siguiente forma: -are 'progenitor', pa- 'masculino', ma-'femenino'. Esto repugna a nuestra conciencia lingstica. Pues ninguno de los tres elementos vuelve a aparecer en esta funcin, aparte de que el esp. deriva gramaticalmente por sufijos, no por prefijos. Ahora bien, un morfema es por definicin un elemento recurrente.5. Otras veces el problema est entre morfema normal -f morfema vaco o alargamiento (del tipo de pg. 163) y alomorfos de un mismo morfema. En indoeuropeo hay huella de races ueld, uelp y uel con el sentido de 'querer, desear': es una misma raz uel con alargamientos a veces o bien varias races (esto es cierto desde luego desde el punto de vista de una lengua como el griego, con ' y . Hay huellas igualmente, para 'temblar', de ter, ters, trem, tres, trep donde (es fenmeno normal en Indoeuropeo) a la vocal del segundo elemento responde falta de la misma en el primero y viceversa. En el mismo espaol, un verbo como cantar presenta formas construidas sobre cant- (cant-o, cant-, etc.) y otras sobre canta-(canta-mos, canta-r, etc.). -a- no aparece recurrentemente con un mismo sentido; pero tiene una difusin suficientemente amplia como para que haya conciencia de su existencia dentro de esta clase de verbos.6. El principio de la recurrencia tiene alguna otra excepcin. A veces se llega a establecer un morfema, por lo dems aislado en la lengua, solamente por proporcin. As en ingl. son analizables strawberry 'fresa', blackberry 'mora' etc., que contienen morfemas atestiguados en la lengua tambin fuera de aqu. Por analoga aislamos en cranberry 'arndano' eran, pese a que no existe como palabra independiente. Pero est integrado en un sistema regular.Anlogamente, en esp. se deducen los morfemas puramente distintivos de-, re-, con-, etc. (cf. pg. 163) en deducir, reducir, conducir; y se obtienen tambin inversamente -ditcir, -ferir, etctera.As, si hay AB, CB, DB siendo B un morfema, A, C y D son morfemas.Si hay AB, AC, AD siendo A un morfema, B, C y D son morfemas.

Si hay AB, A'B; A'B', A" B'; A"B", A B" (re-ducir, conducir, con-ferir, di-

ferir; di-latar, re-latar), todos ellos son morfemas.Pero siguen existiendo dudas. En esp. chapurrear puede, sobre cantar / canturrear, sentirse -urre-, pero difcilmente chap-. En al. se segmenta bien Frdulein 'seorita' sobre Frau, pero mal Madchen 'muchacha', pues se ha perdido el simple.7. Todas estas dudas y vacilaciones son productos de la evolucin histrica o, si se quiere, sta lo que hace es tender a crear una segmentacin fija, tendencia que sincrnicamente se refleja en vacilaciones, formas dobles coexistentes e interpretaciones personales y cambiantes. Unas veces hay tendencias aglutinantes, que borran la frontera de los morfemas y hacen perder a la larga la conciencia de su autonoma: sustituyen las unidades inferiores que son los morfemas por una unidad superior. Otras veces opera una tendencia contraria, analtica, que escinde un morfema en dos: la forma permanece unitaria (amalgamas, sincretismos) o bien se interpreta tambin como escindida en dos unidades correspondientes a las del sentido, que se crean previamente por paralelismo con otros hechos del sistema. Sobre todo esto, cf. cap. XII.3. MARCAS DEL MORFO Y DEL MORFEMA EN GENERAL1. El morfema, como una unidad de la expresin que es, ha de tener por fuerza determinadas caractersticas de forma y distribucin. Efectivamente, cada morfema se distingue desde estos puntos de vista de los dems de la misma lengua (salvo, para la forma, en los casos de homonimia). Pero hay tambin algunas marcas del morfema que pueden estudiarse en un plano general. Hay que advertir de todas maneras que son menos importantes y llamativas que las de la palabra, al menos en nuestras lenguas. Nos ocupamos aqu de las marcas fonolgicas.stas proporcionan a veces un conocimiento indirecto del morfema, cuya existencia se deduce a partir de la palabra (y ello igual si se trata de morfemas libres, que son al tiempo palabras, o de morfemas ligados).a) Cuando una palabra es insegmentable, es al tiempo un morfema: hemos alcanzado con ella el lmite de la segmentacin (as esp. ayer).b) Hay determinadas normas dentro de cada lengua para la distribucin de los morfemas que integran una palabra. Cf. sobre ello pg. 265 sigs. Las tres posiciones fundamentales son inicial, final y medial; pero existen tambin leyes sobre el orden en que van los distintos morfemas cuando son ms numerosos. Para ello hay que tener en cuenta la divisin de morfemas en clases, a su vez definidas (entre otras cosas) por la distribucin. Naturalmente, la distribucin de unidades con funcin similar vara muchsimo de lengua a lengua: las hay que colocan los elementos gramaticales al comienzo de la palabra (as en bant o en la familia atabasca), al contrario del indoeuropeo o el uralo-altaico. Pero aun cuando se colocan al final hay diferencias: por ej., en el orden de las des. casuales y las marcas del gnero y nmero, cf. pg. 268. El uso inicial o final de ciertos morfemas les convierte a su vez en demarcativos de las palabras.c) Tambin se delimitan los morfemas comparando formas diferentes de la misma palabra: ya hemos dado ejemplos.La palabra da, pues, un punto de apoyo que algunos creen indispensable: sin identificarla previamente, opinan, no se podran reconocer los morfemas. Tambin es verdad que el reconocimiento de los morfemas lleva al de las palabras. El anlisis del hablante comn e igual el del lingista proceden en realidad en las dos direcciones.2. Otras veces los morfemas pueden reconocerse directamente dentro de la palabra por marcas especiales; no ya por relacin a ella. He aqu los casos esenciales:a) Existencia de junturas internas. Estas junturas se han estudiado en ingls. Pero no siempre ofrecen un panorama claro. Boisterous puede segmentarse ya con /-s/ ya con /-strs/, mientras que la segmentacin es clara en mon-strous. Lehiste (1), ltimamente, ve en ellas, en la medida en que existen, un reflejo de la juntura de elementos lxicos aislables en la palabra.Existencia de una acentuacin especial. En las palabras compuestas de algunas lenguas se da efectivamente una acentuacin especial que denota la existencia de dos morfemas lexicales. As se distingue en ingl. greenhouse 'invernadero' (con dos acentos, ms intenso el de la 1.a palabra) de green house 'casa verde' (al revs).La silabacin puede ser tambin una ayuda para separar morfemas. Pero falla con frecuencia (esp. monstru-oso, peligroso, donde en la segunda palabra la silabacin nos dara un morfema -so).b) La diferente posicin de los fonemas iniciales y finales de los morfemas ha tenido a veces como reflejo la existencia de marcas de segmentacin consistentes en fonemas o alomorfos segmentales especiales. Ejemplos:Al. Mamachen (diminutivo de Mama 'mam') se pronuncia con ch palatal; machen 'hacer' (donde ch no inicia morfema) con ch velar.En jap. y swahili la raz admite final consonntico, a diferencia de la palabra. En jap. el segundo trmino de un compuesto cambia su consonante inicial sorda en sonora.El lat., que no conoce f- ms que en inicial de palabra, la presenta tambin en la inicial de ciertos morfemas (inferre, conferre...).El gr. presenta -- entre vocales cuando inicia un morfema (, , etc.). Se trata de un hecho analgico, destinado a restablecer la unidad del morfema.En general, se reconoce final de morfema cuando hay un elemento que vara regularmente en su final (esp. en-, em-, segn la consonante que sigue). En el pl. ingls la variacin l-s/, l-z/, l-izl segn la consonante que precede es indicio de que se trata de un morfema.c) Tras un morfema suele haber una gran libertad en la distribucin de los fonemas, debido a que se combinan muy variamente. Pero la estadstica dejara muchos puntos oscuros.4. CRTICAS A LOS CRITERIOS FORMALES DE SEGMENTACIN1. Muchas veces se ha argido que los criterios formales de segmentacin conducen o pueden conducir a errores groseros. As Pottier (1) dice que podra haber razones formales para segmentar en esp. tira-buzn, caball-a frente a caball-o o en francs para considerar idnticos chalana y chat lent.Este error es posible en la prctica, pero no tericamente. Si se estudia el detalle de la distribucin es evidente que no se producir en casos como stos. El mtodo es el mismo que se sigue cuando, al hacer la exgesis de un texto difcil algunas de cuyas unidades no se sabe con cules de las conocidas por nosotros deben identificarse, se aportan contextos o distribuciones paralelos. Ocurre slo que la distribucin de las palabras es infinita e incluso vara de hablante a hablante. De ah resultan en casos lmite algunos problemas.En realidad la segmentacin sobre criterios formales y distribucionales es susceptible de suministrar un anlisis general de lenguas mal conocidas. No es prctico seguirla hasta el final sin apoyo en el sentido en los casos ms delicados y de matiz: en el estudio de los refinamientos del lenguaje y las lenguas literarias.Otra crtica es que si para segmentar en morfemas se tienen en cuenta las junturas y los otros criterios indicados arriba, es que se parte de un anlisis previo de palabras y aun sentidos. Esto no es del todo cierto. En todo caso, se trata de indicios de segmentacin (que previamente no sabemos a veces si se refieren a palabras o a morfemas) que han de comprobarse luego por el mtodo indicado. Por otro lado, es claro que este mtodo, se diga lo que se quiera, tiene una cierta relacin con el conocimiento del sentido, al menos del sentido distintivo. Pero esto no es ms un apoyo para delimitar el morfema y penetrar luego ms profundamente en el estudio, de su significado.

5. MORFEMAS SUPRASEGMENTALES1. La segmentacin a veces se refiere a morfemas que coinciden con los fonemas suprasegmentales de que se habl en el cap. II. No hay, pues, que hacer nuevas indicaciones sobre el proceso de la segmentacin; pero s hay que aludir al carcter de morfemas de algunos de los fonemas as segmentados.No existen morfemas suprasegmentales con valor lexical; slo fonemas suprasegmentales que se combinan con los segmntales para producir unidades lexicales que se oponen como se ha ejemplificado en pg. 135 sigs.S los hay en cambio con valor gramatical. Podemos distinguir dos casos:a) Un morfema segmental o una palabra adquiere un nuevo valor cuando se le aade un fonema suprasegmental (que es, por tanto, un morfema). As en gr. si al indefinido tono , 'alguien' se le aade un acento (musical) se convierte en interrogativo 'quin?'; y esta misma diferencia existe entre una serie relativamente amplia de pronombres indefinidos y otra de interrogativos. Otras veces lo que produce el cambio de valor morfolgico no es la oposicin entre forma con suprasegmental y forma sin l. Pueden oponerse entre s varios suprasegmentales o uno en diversas posiciones. As en masai (frica Oriental) el sujeto y el objeto se distinguen de este ltimo modo: entit 'la muchacha' (suj.) / entto 'a la muchacha' (obj.). En ngkaba (lengua sudanesa) hay tonos especiales que indican la accin continua, el imperfectivo, el futuro, etc. La oposicin de una entonacin descendente y una ascendente en lenguas como el espaol para distinguir la frase aseverativa de la interrogativa, es un fenmeno de este mismo orden.

2. b) Otras veces la marca morfolgica es compleja: consiste en un suprasegmental aliado a otro u otros elementos segmentales.As en el caso del acento de intensidad espaol. En esp. se oponen en el verbo los morfemas -e / - (am-e / am-), -o / - (am-o I am-), -ara / -ara (am-ara j am-ar), etc. En ingls se distingue a veces nombre y verbo por un desplazamiento de acento, acompaado de algn cambio en los segmntales: as, de convict hay knvikt/ (nombre) y /knvkt/ (verbo).La entonacin va a veces acompaada de otros hechos, que se alan con ella. As en ingl. la entonacin ascendente indica ya continuacin de la frase, ya pregunta: en este caso, unida a do you...?En Indoeuropeo, ciertos sufijos eran caracterizados por la presencia o ausencia del acento (musical). As -t era tnico, -e / os tono en los neutros. El lugar del acento tenan un papel morfolgico importante, combinndose con otros elementos. As, todava en ai. el sg. de los pres. atemticos lleva acento en la raz (mi 'yo voy') y el pl. en la des. (ims 'nosotros vamos') e igual ocurre en el perfecto. En griego el vocalismo radical o y la vocal temtica se combinan en ciertos nombres con el lugar del acento para dar dos subclases de nombres, de accin y de agente (tambin concretos): ; es 'carrera', ; 'rueda', cf. ai. vras 'eleccin' / vars 'que elige'. En esta ltima lengua, la atona o acentuacin del verbo indica respectivamente si va en oracin principal o subordinada. Los ejemplos son infinitos.Lo mismo ocurre en las lenguas de tonos. En chilluk (lengua sudanesa), el pl. se logra mediante un cambio de tono, unido a otros elementos. El chino cambia el tono para obtener un transitivo de un intransitivo, habitualmente introduciendo a la vez una alternancia consonntica (cf. pg. 252).

III. LA IDENTIFICACIN DE LOS MORFEMAS1. REDUCCIN DE ALOMORFOS A MORFEMAS1. Los morfos que constituyen un morfema son en principio, como hemos visto, formalmente idnticos y tienen una distribucin tambin idntica. Pero existen otros morfemas constituidos por morfos de forma diferente; el criterio para agruparlos en morfemas es la distribucin. Hay dos casos:a) En una misma distribucin puede haber morfos que son alternativos, puede elegirse uno de ellos y cualquiera tiene igual valor distintivo. Son los llamados alomorfos libres. Confrntese sobre ellos pg. 190 sigs.b) La distribucin de los morfos no es absolutamente idntica: hay ms bien clases de distribucin. Pues bien, dentro de una de estas clases hay tipos de distribucin ms limitados, a los que corresponden a veces morfos de formas diferentes: son los llamados alomorfos en distribucin complementaria. Por ejemplo, hay distribuciones propias de las desinencias de plural, que podemos definir por las clases de palabras que aceptan cada una, por hechos de concordancia, etc.; luego hay subdistribuciones, por ej., dentro de los nombres hay en espaol unos que llevan como des. -es y otro -s. En este caso, estas subdistribuciones se establecen en funcin del fonema final de la palabra a que se aade la desinencia; otras veces el criterio de la subdistribucin es diferente. Lo importante es que los alomorfos de este tipo estn en distribucin complementaria, es decir, la distribucin que exige a uno excluye a los dems y viceversa; y que el total de ellos constituye un nico morfema con igual significado o un igual conjunto de acepciones o subfunciones.2. La distribucin complementaria es de dos tipos: a) Condicionada fonolgicamente. As, en los alomorfos de la des. de pl. de los nombres ingleses, que es /-s/ tras sorda, /-z/ tras sonora, /-iz/ tras /-s/, /-z/, /-s/, /-/, /-ti/, /-d/ (e. d., tras palabras terminadas en -ss, -s, -sh, -g, -ch, -dg). A veces, cuando un alomorfo es mucho ms frecuente, los dems se consideran como variantes de ste, que es el bsico: aqu /-IZ/. Aunque tanto como la frecuencia se toma en consideracin el que de ese alomorfo se puedan deducir los otros y no al revs. Otros ejemplos (aparte del del pl. esp., cf. supra): La negacin del gr. en palabras compuestas es - ante consonante, - ante vocal. El dual es en vdico - ante consonante, -v ante vocal. En gr. la reduplicacin de los verbos contiene una consonante condicionada por la de la inicial de la raz (confrntese pg. 224). El turco suministra ejemplos en que los alfonos estn condicionados por fonemas ms lejanos, gracias a la armona voclica. Hay as sufijos que tras e, i llevan i; tras , llevan ; tras a, I llevan I; tras o, u llevan u: hay, pues, alomorfos del tipo di, d, dI, du. En esta lengua juega tambin un papel el hecho de que el sufijo siga a vocales o consonantes: por ejemplo, los sufijos posesivos son -m, -n, -i,-miz, -niz, -ler (para las tres personas de los dos nmeros) tras vocal; -im, -in, etc, tras consonante.La variacin puede quedar reducida a un sufijo y no llegar a sus homfonos: en ingl. hay wife / pl. wives (es decir, waf / waivs) pero gen. wife's (es decir, waifs).3. b) La distribucin complementaria no est condicionada fonolgicamente. ste es el caso de los alomorfos espaoles -a-/ -ba- / -a- (corra / amaba / era), de los que constituyen las races de voy / ir / -fui, de bueno / mejor, etc., etc. La distribucin hay que encontrarla en unos casos dentro y en otros fuera de la palabra. Solo esta ltima diferencia los morfemas -a- y -e- de indicativo y subjuntivo (amas indic., pero temas subj.; ames subj. pero temes indic.)Hechos semejantes se encuentran en toda clase de lenguas. Por ej., en la conjugacin objetiva del vasco, -iz- es la marca de pl, en el objeto, pero -te- lo es en el dativo (en labortano). En lat. -i es marca de gen. sg. en la decl. de dominus, pero -is en los atemticos (legion-is). Etc., etc.En ocasiones los alomorfos de un mismo morfema son ya de un tipo, ya del otro. En ingl. junto a los alomorfos de pl. mencionados arriba, hay otros sin condicionamiento fontico (child I chitaren, ox / oxen, foot / feet, man / men, etc.). Incluso hay un alomorfo de pl. (en sheep).

Puede resultar difcil establecer si dos formas son alomorfos, por no ser su sentido absolutamente idntico y aparecer en distribuciones en parte coincidentes. As en el caso de ingls brothers y brethren, dos pl. de brother 'hermano' de los cuales el segundo ha quedado reducido al uso religioso. Ms grave es el problema en el caso de diversos sufijos formativos. Por ejemplo, en ingl. pueden considerarse alomorfos sufijos que derivan adjs. de nombres como -y, -ly, -ish; y, sin embargo, hay oposicin entre manly y mannish y hay un tipo compuesto -ishly. Cf. pg. 234 sobre los sufijos que derivan adjetivos de nombres de animal en esp. A veces se llega a casos en que es dudoso si nos hallamos ante uno o varios morfemas: es un caso de indeterminacin ms a aadir a los que vamos enumerando.Para la reduccin de alomorfos hay que tener en cuenta, al tiempo que la distribucin, los hechos de sistema: oposiciones como sg. / pl., ind. / subj. y otras juegan un papel central en los hechos arriba aludidos y hay que tenerlas en cuenta para hacer la prueba de la conmutacin y comprobar as si hay un solo morfema. El morfema no es conmutable en la misma distribucin; el alomorfo en distribucin complementaria, en ningn caso.4. Algunos sistemas de alomorfos son particularmente complejos. Merece la pena mencionar aqu algunos casos.En alemn los nombres se dividen en varios grupos segn la formacin del pl. Son los siguientes (indicamos los morfemas de pl., a veces discontinuos):1. , -e ( tras -e -el, -en, -er, -chen, -lein; -e en otros casos), cf. Engel / Engel pero Tag / Tage.2. " , "e (lo primero con -er, -el, -en, lo segundo en otros casos), cf. Mantel / Mantel, Gast Gaste.3. " er, -er, cf. Blatt / Blatter, Lied / Lieder.4. , -en (lo primero tras -e), cf. Knabe / Knaben, Frau I Frauen.5. -5, cf. Kino I Kinos, Hotel / Hotels.6. , cf. der Beamte / die Beamte.Estos grupos de alomorfos corresponden a diferentes tipos de declinacin y dentro de cada una hay a veces dos formas condicionadas fonticamente segn la final y la vocal radical (algunas no admiten el Urnlaut). En la clasificacin en declinaciones uno de los factores que interviene es el gnero (por ejemplo, 3 no se da en femeninos), pero tambin hechos arbitrarios desde el punto de vista sincrnico.Otro ejemplo de distribucin compleja puede ser el suministrado por los mase, y fem. del esp. Aqu los alomorfos bsicos son -o y -a respectivamente. Pero en mase, hay tambin (buen junto a bueno, caracterstico de ciertas distribuciones) y -e (este, ese, donde -o marca el neutro). Otras veces aparece como alomorfo tanto de mase, como de fem., es decir, estn sincretizados (azul), sincretismo que tambin se logra con -e (grande; al lado hay gran). As en esp. el mase, tiene - / -o / -e; el fem. - / -a / -e; el n. - / -o. Los alomorfos se reparten segn las clases y subclases de palabras, incluso segn hechos lexicales; y un mismo elemento tiene diversas funciones segn la distribucin.5. Un caso diferente es el de los aoristos del griego. " es aor. tanto como pero la marca es muy distinta: raz pura en grado cero en el primer verbo, - en el segundo. Lo notable es que la del primer tipo slo caracteriza el aoristo cuando se opone a un presente diferente (), pero puede caracterizar otras veces el presente, con un aoristo diferente ( / ). Es decir: la forma no es decisiva. Cf. ms arriba sobre esp. amas / ames pero temes / temas; en gr. ind. con --, subj. con -e- / -o-; ind. con -e- / -o-, sub. con -- / --,Estos casos obligan a tener en cuenta la distribucin lejana para definir los alomorfos. sta tiene que ser idntica, mientras que la prxima es complementaria (idntica en este caso para morfemas opuestos).Cuando una forma es definida adems de por la distribucin lejana por la prxima, pueden ocurrir dos casos. En el primero, por ej., el de los aoristos griegos de arriba, esta ltima no est condicionada fonticamente. En el segundo s lo est. As en el ej., de Harris (3) referente al Bengal, que marca la 1.a pers. con -i (pero con -o tras -b); la 2.a con -o (pero con -e tras -/, -t, -b); la 3.a con -e (pero con -o tras -/, -t). Existen tambin casos mixtos.6. La identificacin de alomorfos presenta algunos problemas que hay que ejemplificar. Puede exagerarse el formalismo al realizarla. Por ejemplo, Hill (1) propone ver en ingl. me 'me' la presencia de un alomorfo de -m (cf. whom, him...); en my una amalgama de m- y y, que sera alomorfo de r- (en your); en mine una amalgama de esto mismo y un -ne que sera alomorfo de -s (en yours). En realidad se trata de amalgamas inanalizables en que no intervienen estos inexistentes alomorfos. Hill propone un regularismo idealista que no se ve a qu conduce, introduce anlisis y alomorfos imposibles: las correspondencias de formas son de conjunto, no. de elemento a elemento.Menos an debe establecerse una forma nica como norma y luego pensar que se introduce en lugares ajenos a la norma. As Hill sienta morfemas normales en la decl. latina, tales como -i nom. pl., -es ac. pl.: esta ltima se hallara secundariamente en nom. pl. en legion-es. En realidad el sincretismo de nom. acus. pl. en algunas palabras es previo, -es no es norma de ninguno de los dos casos.Estos excesos en el anlisis se hallan tambin en otros autores. Harris (2), por ej., propone segmentar w-as, siendo w-alomorfo de - de pretrito: pero se trata una vez ms de una amalgama inanalizada.7. El peligro contrario consiste en tratar de ver alomorfos donde hay morfemas diferentes y ello para evitar admitir el sincretismo en una forma paralela a ambos morfemas. Por ejemplo, Nida (1) piensa que en ingl. I y me pueden ser un morfema, porque la suma de sus distribuciones es paralela a las de you. De igual modo en huichol habra un morfema pe- / -ma-, 'tu / te' por existir paralelamente una forma ne- 'yo /me'. Piensa que para unir dos o ms formas en un morfema en calidad de alomorfos, hace falta que exista al menos un morfema paralelo cuya distribucin sea simtrica al total de distribuciones de aqullas.En suma, se llega as a paradigmas regulares sin sincretismo. Podramos decir sobre el -um de templum que -us, -um y -e forman un solo morfema en lat. lupus, lupum, hipe. Esto es tan errneo como el procedimiento inverso de negar los sincretismos (cf. supra sobre legiones). Se trata de descripciones que no se acomodan a los hechos de la lengua, sino que los fuerzan a entrar en sistemas regulares.Por el contrario, el sentido lingstico de los hablantes puede fluctuar y ver dos morfemas en I, me y uno slo en you (aunque el paralelismo imponga la idea del sincretismo). Ms complejo es el caso de los aoristos griegos del tipo / / comparado con el de los presentes / . En aoristo tenemos en principio un sistema que opone act. / media / pasiva y en presente uno que opone act. / media y pasiva. Interpretamos -uai como med. o pas. segn los casos, sobre el modelo del aor.? A veces la distribucin exterior d la palabra apoya este punto de vista, pero hay riesgo de que estemos cayendo en la trampa de la traduccin (querer hallar algo paralelo a la oposicin espaola de forma reflexiva y pasiva). De otro lado, hay no pasivo, casos en que - y (correlato de - en pret.) son alomorfos. Cf. ms detalles en pg. 571 sigs. La interpretacin poda variar, creemos, segn estadios cronolgicos, distribuciones, segn los hablantes; y aun variar para un mismo hablante. Son una vez ms hechos de indeterminacin.

2. EL MORFEMA CERO1. El morfema cero es un instrumento ideado por los lingistas para lograr anlisis formales de la cadena hablada con la mxima correspondencia entre unidades de significante y de significado y, al mismo tiempo, una ms fcil comprensin de los paradigmas. Supongamos una palabra ejemplificada por X-Y, en la cual hay dos elementos formales (morfemas) cada uno con un significado correspondiente: uno lexical y otro gramatical. Si frente a ella hay otra forma de la misma palabra que consta simplemente, desde el punto de vista del significante, del elemento X, pero que desde el del significado comprende el ya conocido de X ms otro gramatical paralelo al de Y, encontramos algo asimtrico en ello. Queda la solucin de ver en el X de X-Y un significado puramente lexical y en el X que es una forma independiente la amalgama de ese mismo significado y uno gramatical. Tambin podra pensarse que X es uniforme desde el punto de vista del significado y que el rasgo gramatical que falta en la segunda forma es dado por el contexto externo de la palabra. Pero se ha recurrido a decir que X tiene siempre un mismo significado, el lexical, y que las marcas gramaticales son en un caso Y y en otro . Esto podramos ejemplificarlo igualmente con series de morfemas gramaticales y aun con otras ms complejas.El recurso tiene utilidad descriptiva; pero es peligroso en cuanto tiende a deformar nuestra visin de la realidad hacindonos ver correspondencias 1 = 1 de significante y significado all donde no las hay. Procede de un tipo de Lingstica que busca antes que nada estas regularidades. Pero como es usado frecuentemente, interesa hacerse una idea ms clara de l y poner algunos ejemplos de lenguas naturales.2. Nuestro ejemplo terico puede cambiarse por ejemplos prcticos como ai. marut viento que es nom. frente a gen. ma-rut-as; esp. seor frente a seora (cf. hermoso / hermosa); francs fermier / fem. fermire (es decir, /-e/ y /-r/); ingl. book / pl. books, pres. pay / pret. paid; en hung. -k, que es suf. de plural, indica al tiempo el nom. cuando no hay ms afijos; etctera.Por tomar el primero de estos ejemplos, diremos que marut se define en sistema y en la cadena hablada por la ausencia de -as (y las dems desinencias casuales): y ello bien se vea en marut una amalgama de dos morfemas, bien se atribuya el morfema gramatical a la juntura que le sigue o se piense que se deduce de la distribucin.Veamos otros casos ms complejos, en que intervienen hechos de sincretismo.En ingl. pay no slo tiene un morfema 0 de tiempo (frente a paid) sino de persona: con excepcin de la 3.a sg. pays, las dems son iguales. La base para establecer estos morfemas, es decir, para sentar que se sienten en pay varias personas, son hechos de paralelismo (cf. am/are, was/were). Podemos pues analizar el pay de 1.a sg: como pay + + .Hallamos ejemplos paralelos en esp. amas, ama. Amas se analiza as: lex. + temporal + modal + s. Y ama lex. + temp. + mod. + pers. . La ambigedad se aclara en la cadena hablada por la falta de morfemas especficos de otro sentido y por la distribucin exterior a la palabra; en sistema, por la oposicin a otras formas. En cuanto a la interpretacin, podemos admitir que en ama.- estn todas las categoras verbales, que se van reduciendo luego con lo que sigue en cuanto no estaban reducidas por la distribucin precedente. O que ama- y ama, gracias a estos apoyos, se constituyen en amalgamas.3. Finalmente, el caso ms complejo es cuando no hay oposicin entre el morfema 0 y otro morfema y slo puede precederse por proporcin. As en esp. paraguas (solo pl. por hombre/-es), ingls sheep (indiferente al nmero), lat. templum (id. a la oposicin nom. / ac. / voc.). Solo el contexto externo a la palabra resuelve estas ambigedades. Son casos de sincretismo.Cuando el apoyo en sistema es dbil, es dudoso que se sientan el sincretismo ni la existencia del morfema cero. As en esp. leja, lejo, oponen dat. y acus. en el pron. de 3.a; pero no es verosmil que esto se tenga presente a la hora de juzgar al pobre (amo al pobre, doy pan al pobre).En suma, la verdadera marca consiste en ciertos datos de distribucin lejana, en la ausencia de otros de distribucin cercana, en los hechos de sistema. El morfema es slo un re curso descriptivo, insistimos. Y es peligroso utilizarlo demasiado libremente, pues da la idea de una regularidad que no existe y a veces incluso de categoras que tampoco existen. Confrntese Haas (1) y Saporta (2).Peor ha sido cuando se ha combinado el abuso del morfema con el de la reduccin de alomorfos. Bloch (1) ha propuesto ver en ingl. sing y sang dos alomorfos, con sus diferencias temporales expresadas por el sufijo ; man y m&n seran igualmente dos alomorfos y el plural lo indicara un morfema una vez ms; en he carne home habra una preposicin (sobre he carne to school). Todo esto es Gramtica de lpiz y papel, puro juego sin realidad. En el ltimo ejemplo, el orden de palabras, combinando con home, es suficiente para marcar la direccin. Sobre los primeros cf. infra pg. 212 sigs.3. DUDAS SOBRE EL ESTABLECIMIENTO DE LOS ALOMORFOS1. Es frecuente el caso en que es fcil determinar el nmero de morfemas de una palabra, pero es problemtico el lugar donde debe realizarse la segmentacin. sta puede producir, realizada de una determinada manera, morfos idnticos; realizada de otra, alomorfos. Y puede suceder que la segmentacin que produce morfos idnticos de un morfema, produzca alomorfos diversos de otro y viceversa. En realidad el problema es ms bien artificial: la conciencia lingstica aprehende la totalidad de la palabra y analiza su sentido sin necesidad de establecer barreras entre los morfemas. La segmentacin tiene ms bien importancia desde el punto de vista de la prctica de la descripcin. Veamos algunos ejemplos.Comparando ingl. hymn /him/ y el derivado hymnal /him-nl/, est a la mano la tentacin de establecer un morfema /nl/. Pero la masa de palabras de este tipo, como national, sugiere ms bien /l. Esto trae por resultado sentar la existencia de dos alomorfos /him/ y fhimn/; en otro caso, los alomorfos seran /nl/ y /l/.

En gr. , el nom. sugiere la segmentacin - , -: es la que mejor corresponde a esta palabra. Pero si se quiere atender a la totalidad de la lengua, entonces las desinencias segmentadas son - - y el lexema tiene dos alomorfos y .En esp. se pueden poner ejemplos idnticos. Podra pensarse en segmentar viv-o, viv-es, viv-e, viv-imos, viv-s, viv-en (morfema lexical y una alianza de pers. y nmero). Pero si se quieren lograr morfemas gramaticales idnticos en las otras conjugaciones, entonces hay que segmentar viv-o, vive-s, vive, vivi-mos, viv-s, vive-n, que coinciden con am-o, ama-s, ama, ama-mos, am-is, ama-n (salvo el acento de -s) y con tem-o, etctera; las desinencias son -o, -s, 0, -mos, -is, -n. Por supuesto, esto tiene por consecuencia la aceptacin de que existen alomorfos en la raz: viv- / vive- / viv-; otra solucin es sentar viv- + e/i (morfema vaco). Advirtase que las desinencias sin alomorfos logradas son vlidas no slo para el pres. ind., sino para todo el verbo espaol, salvo el imperativo y el pret. indefinido. En este ltimo podra segmentarse viv-, viv-i-ste... viv-i-eron, indicando la -i- el tiempo; sin embargo, la existencia de amaron recomienda postular dos alomorfos i/ie (pero -ie- es un morfema independiente en viv-ie-ra).2. Ms complicados son otros casos. La decl. griega de permite una fcil segmentacin.Sg. Nom./log-os/ Pl. /log-oi/Gen./log-/ /log-n/Dat.//og-/ /log-ois/Acus./log-on/ /log-s/Voc./log-e/ /log-oi/Pero esta segmentacin puede aplicarse solamente a este tipo de declinacin. En cambio podemos obtener elementos comunes con la primera dando /-i/ como nom. voc. pl.; larga + /-i/ como dat. sig.; -n acus. sg.; larga + /-n/ acus. pl. El lexema tendra entonces dos alomorfos /logo-/ y /loge-/. Y habra que aadir un elemento nuevo: las amalgamas de los dos morfemas en varios casos.Garvn (2), enfrentado con problemas de este tipo, ha llegado a proponer tres posibles soluciones en el caso del paradigma del posesivo y el nombre en palavano (Micronesia):a) Lexema uniforme (slo un alomorfo de btl-: btr- ante -r):btl-g 'mi cabeza'btl-m 'tu cabeza'btl-l 'su cabeza'btl- 'nuestra cabeza' (inclusivo)btl-mm 'nuestra cabeza' (exclusivo)btl-mu 'vuestra cabeza'btr-rr 'su cabeza' (de ellos).El resultado es establecer, teniendo en cuenta otras palabras, complicadas series de alomorfos sufijales: para 'mi' hay, por ejemplo, -g, -g, -g, -g.b) Sufijo uniforme:btl-g (cf. bils-g, ?im-g, 'mi bote, mi brazo', etc.).btl-mbtl-lbtl-

btla-mm (cf. bils -m, im-mm)

btl-mu (cf. bils-u, im-mu) btr-rr (cf. bils -ir, imo-rr...)De este modo apenas quedan alomorfos en el sufijo (-m /-mam, -rr/-r), pero resulta una cantidad muy grande de ellos en el lexema.c) Ya que ni 1 ni 2 dan una uniformidad absolutamente coherente, se busca un criterio que procure al menos uniformidad a las reglas conforme a las cuales tiene lugar la distribucin de los alomorfos. Segmentando en el ejemplo de arriba -g, -m, -l, -, -mam, -mu, -rr y anlogamente en otras palabras, resultan reglas como stas: hay alomorfos -g, ag, -g que responden al desarrollo de vocales de apoyo (svara-bhakti) entre consonantes y derivan su timbre de la primera; -man, -mu van tras vocal, -m, -u tras consonante; Ir > rr.3. La conclusin de todo esto es que sincrnicamente, cuando hay una interpretacin analtica en vez de la total y aqulla se ve influida por la presencia de formas paralelas, se produce evidentemente una vacilacin en la segmentacin. Esta indeterminacin se resuelve individualmente, en cada caso y contexto y para cada hablante, aunque sea con contradiccin respecto a otras palabras. Diacrnicamente, el resultado de estas vacilaciones ha sido con frecuencia el desplazamiento del corte de los morfemas, hasta resultar, por ej., en esp. un sufijo -izar (originariamente, en gr., de un tema en -id y un sufijo -o/e). En gr. se ha creado un suf. -; (cf. ) por falso corte de , (la -d era des. del pron. neutro). E infinitos ejemplos ms. Pero normalmente, insistimos, este problema no se da para los hablantes en el plano sincrnico porque se prefiere el anlisis por unidades superiores, sin descender aL de los ltimos componentes.4. ALOMORFOS LIBRES1. Volvemos atrs para ocuparnos de los alomorfos libres, que aparecen en igual distribucin prxima: la lejana puede dar la causa de por qu se prefiere uno u otro. Esto se ve, por ejemplo, en las diversas pronunciaciones del part. pas. espaol -a-do /-o/, /-a-o/, /-a-o/, /-a-o/, segn la cultura del que habla, lo cuidado del estilo, etc. Sera un error hablar aqu de morfemas diferentes, como propone Bloch (1) para ingl. /not/ y /n't/.Con frecuencia estos alomorfos estn en relacin con factores de acentuacin, que a su vez tienen que ver con el nfasis y el orden de palabras. As en casos muy conocidos del ingls:am 'soy':/m/, /m/, /m/

was 'era': /ws/, /ws/

and 'y': /nd/, /nd/, /n[

her 'su' (de ella): /h/, /h/

but 'pero': /bt/, /btlLa silabacin tambin puede ser un factor importante; y hay que notar que una misma lengua puede permitir silabaciones alternativas de un mismo grupo de consonantes, por factores relacionados con el nfasis, tempo, etc. Por ej., las lenguas indoeuropeas antiguas permiten reconstruir (y sobre esto he insistido en varios trabajos, cf. 5-8) formas alternativas * pros / * pros, * du / * d, *lkvos / *lkvos / *ulkos, etc., etc. Estas formas variables tienden a distribuirse segn las lenguas, pero es muy frecuente que en una misma queden rastros de ms de una: bien especializndose semnticamente (cf. gr. /, /), bien regulndose conforme a la cantidad de la slaba precedente (segn la llamada ley de Sievers-Edgerton, llena de irregularidades por lo dems, cf. mi trabajo 5).2. Los alomorfos libres que acabamos de mencionar representan variaciones fonticas de una misma forma. Otras veces esto no es as. Cf. variaciones como esp. quisiera/quisiese, lat. uiderunt/uidere, fr. je peux/je puis. Cierto que la sinonimia puede no ser total: no se dice yo quisiese, uidre sonaba arcaizante en la poca de Cicern y Csar. Es decir, la distribucin no es exactamente coincidente: pero esto ocurre tambin con los alomorfos fonticos, como hemos visto.Hechos de este tipo ocurren en toda clase de lenguas. Por ejemplo, en fins hay tres gen. pl, de mustikka 'arndano': mustikkain, mustikoiden y mustikoitten; dos abl. sg. pojaltaan y pojaltansa 'de su hijo'; etc.Estos alomorfos suponen un proceso de sinonimizacin que les lleva a adquirir distribuciones casi idnticas y a hacerse equivalentes, aunque tengan ciertos matices propios. No de otro modo las formas perifrsticas de futuro del latn vulgar (con uolo, habeo, teneo...) se convirtieron en sinnimas, indicando simplemente futuro, y cada lengua romnica eligi una de ellas en definitiva. Pero en la evolucin lingstica es tambin frecuente que los" alomorfos libres se opongan semnticamente o bien se elija entre ellos y se distribuyan por dialectos. En otro lugar (3) he explicado por hechos de eleccin entre formas en principio coexistentes el que los dialectos griegos usen para 'si' ya , ya , ya como partcula modal, ya , ya , ya ; y como prep. 'con'; etc. Tambin he propuesto (9) la existencia en indoeuropeo de una serie de temas de presente cuyos sufijos son en principio puros alargamientos (vocal temtica, sufijo yod, infijos nasales, etc.), aprovechados luego sistemticamente en determinadas lenguas; e igual en el caso de otros temas verbales.Pero tambin se crean oposiciones entre antiguos alomorfos cf. pg. 821 sigs.

5. VARIACIONES DEL SIGNIFICADO EN EL MORFEMA. HOMONIMIA Y SINONIMIA1. Hasta aqu hemos hablado del significado de los morfemas como nico en hiptesis, aunque algo adelantamos sobre su concepcin como una clase de significados. El morfema une, en efecto, una clase de formas (alomorfos) en una clase de distribuciones con una clase de significados. Lo esencial es que no haya correspondencia entre una forma y un significado, sino de todas a todos en funcin de la distribucin.En realidad en el cap. I hablamos ya del significado de las unidades, que tiende a escindirse, con lo cual a veces se llega, en distribuciones muy alejadas, a perderse la conciencia de la unidad primitiva, sustituida ahora por la existencia de dos o ms unidades. En VIII y IX hablaremos ms despacio de estos hechos. Aqu nos interesan solamente en cuanto tienen importancia para la identificacin de morfos y alomorfos respecto a los morfemas; por exigencias del material nos ocupamos al mismo tiempo de ejemplos en que se trata de la organizacin de formas en palabras. El significado, claro est, ha de ser estudiado sobre la base de hechos de forma. Sern las distribuciones y las oposiciones en que entre cada elemento las que decidan. Aunque hay lmites borrosos entre acepciones y homnimos, que forman parte de la general indeterminacin de la lengua (cf. pg. 870 sigs.): sobre estos casos, resueltos a escala individual o desplazando el foco de atencin a niveles superiores, cf. pg. 535 sigs.2. Damos a continuacin algunas indicaciones sobre casos dudosos de segmentacin cuando el significado de una misma forma en distintas distribuciones es tan divergente que puede haber duda de si se trata de uno o ms morfemas:a) Es claro el caso en que la distribucin es muy diversa: ingls read/reed, 'leer'/'caa', esp. cuesta/cuesta (verbo) / Cuesta (nombre propio). En el tipo hip/ship 'barco'/'embarcar' de Nida (1) suele hoy pensarse (frente a l) que se impone el criterio de apoyarse en las clases de palabras, es decir, que son dos morfemas.En ide. pueden mostrarse ejemplos como i 'ir' / i 'este' / -i desinencia primaria del verbo; -s des. de nom. sg. (y marca tambin de gen. sg.) / de 2.a pers. sg. / caracterstica de desiderativo, futuro, aoristo y subjuntivo; -e/-o, ya alargamiento morfolgico, ya marca de indicativo, subjuntivo, aoristo... Diacrnicamente puede tratarse de una forma nica luego evolucionada al escindirse el sentido en las distintas distribuciones. Casos .semejantes de homonimia los hay fuera del ide., por ej., en fins, donde -i indica el pretrito del verbo y los casos oblicuos de pl. de la declinacin; -t es des. de la 2.a pers. y de nom. acus. plural en la declinacin.Todo esto no es nada extrao sincrnicamente: un signo puede significar cosas diversas con tal de que aparezca en contextos distribucional y opositivamente diversos, aun dentro del mismo sistema lingstico.3. b) Cuando la distribucin es menos diversa, el problema es ms dudoso. En un caso, la distribucin prxima recomienda unir las formas en un morfema nico y la lejana separarlas: ingl. was (1.a, 3.a sg.) / were (resto), ms que morfemas amalgamas, nos pueden suministrar un ejemplo. Ambos estn opuestos, son amalgamas diferentes; pero dentro de were hay un problema: tiene un uso real ('eran') y uno irreal en ciertas distribuciones ('fueran'). En if they were slo el contexto lejano (la apdosis) decide entre los dos sentidos. Puede pensarse pese a todo que estos dos sentidos son compatibles dentro de un mismo morfema. Pero were se usa tambin como irreal en 1.a 3.a sg.; es decir, parece que debemos distinguir entre was, real sg. 1.a 3.a, were, real en las dems pers., were irreal.En el caso del subjuntivo espaol se piensa que se trata de un solo morfema: cuando ames, quiz ames, no ames, pese a sus diferencias evidentes, se oponen en todo caso a amas. Esta oposicin unifica, hace que se vean los distintos usos de ames como subdistribuciones. Es cierto que el impv. ama equivale a no ames en negativas, forma paradigma con l; pero no parece contrapeso suficiente para que se sienta homonimia en ames. Al contrario, en amaba hay dos homnimos (de 1.a y 3.a), como se ve por el paralelismo de amo, ama: es un caso de sincretismo.c) Nida (1) ve dos morfemas distintos en ingl. board 'tabla' y 'albergue'. Afirma al tiempo que tienen igual distribucin. Pero esto no es cierto: es muy distinta, aunque no corresponda a la de dos categoras gramaticales o dos clases de palabras. Es difcil sentar lmites: cuanto menos distribuciones ambiguas haya, ms clara es la existencia de homnimos. Confrntese pg. 535.4. En conjunto, como exponemos en la teora del signo (captulos I y VIII), hay homonimias claras en lexemas que no se piensan como nicos: decir estacin, divisin no comporta significados definidos, el interlocutor ha de hacer una pregunta o verse expuesto, por ejemplo, a pensar en la primavera o el verano cuando hacemos referencia a la estacin del ferrocarril. Lo mismo ocurre con los morfemas gramaticales. Los verbos indoeuropeos con vocalismo o y sufijo -ei, -ei-e/o tienen valores ya iterativos ya causativos; la unidad entre los usos de los nmeros, tiempos y personas es menos tajante de lo que pudiera pensarse; apenas es posible reducir a la unidad el significado de algunos casos de la declinacin; el gnero mase, y fem. con frecuencia nada tienen que ver con el gnero natural.Todo esto, como decimos, ha de ocuparnos ms detenidamente en los captulos semnticos. Aqu queremos dejar constancia de que, pese a todas las dificultades, es factible en cierta medida penetrar en el significado de los morfemas a partir de la forma y la distribucin. Garvn (5) ha dado un ejemplo en este sentido en su estudio sobre el obviativo del kutenai, en cuya definicin fracasaban los informantes. Comparando palabras con sufijo obviativo con las absolutas, en diversas distribuciones, obtuvo el resultado de que la obviacin distingue al objeto del sujeto, al sujeto y objeto remotos de los prximos (o sea: opone una unidad remota a la prxima). Adems tiene una funcin secundaria: marcar formalmente una categora referencial indicativa del carcter animado frente al inanimado. Y tiene tambin usos neutros.Es decir, una vez ms insistimos en que hay que rechazar el excesivo pesimismo acerca de nuestras posibilidades de acceder al significado, pero no se debe partir de l, en vista de la complejidad de los hechos.Finalmente, ya aludimos a la sinonimia. Dos morfemas en idntica distribucin son sinnimos. Hablando de morfemas decimos ms bien alomorfos libres. Pero a veces el problema de la identificacin es difcil: puede haber razones para ver dos morfemas. Sin embargo, en los morfemas es frecuente la existencia de sinonimia total, es decir, de alomorfos libres; en los lexemas, en cambio, es discutible, salvo en los casos de supletismo, en que en realidad hay gramaticalizacin.()

V. MORFEMAS POSIBLES: ESTUDIO FORMAL1.IDEA GENERAL1. Vamos a hacer ahora un inventario de los tipos de morfemas existentes en las diversas lenguas, clasificndolos desde un punto de vista estrictamente formal que, cuando se trata de alcanzar conclusiones generales, no puede ser otro que el de la distribucin, acompaado del de la situacin en sistema. Dejamos de lado los morfemas suprasegmentales, de que ya nos hemos ocupado. Lo importante para comprender lo que sigue es que si los tipos de distribucin son generales, ello no quiere decir que en cualquier lengua se den todos y cada uno de ellos ni menos que aparezcan con igual frecuencia; y que si en las lenguas una a una hay una correlacin entre la distribucin y el significado o funcin de los morfemas, esta correlacin no existe en absoluto a escala universal: lo que una lengua marca con prefijos otra lo marca con sufijos o infijos o morfemas libres. Para que esto se vea con mayor claridad damos ejemplos de las diversas funciones de los morfemas de una determinada distribucin.2. Sin pretender agotar las posibilidades y limitndonos a los tipos de distribucin generales (es decir, no entrando en la distribucin de morfemas concretos respecto a otros tambin concretos en tal o cual lengua), el esquema que vamos a seguir es el siguiente:A) Oposiciones en sistema: series abiertas y cerradas.B) Tipos de distribucin en cadena hablada.I. Por la distribucin respecto a la pausa de palabra.1. Posicin libre (morfema = palabra).2. Posicin ligada.II. Por la distribucin respecto a otros elementos.1. Por la distribucin dentro de la palabra (morfemas ligados).a) Alternando con 0 u otros morfemas: prefijos, infijos, sufijos.b) Alternando con otros morfemas: alternativos, lexemas.c) Orden de elementos y posibilidad de concurrencia.2. Por la distribucin respecto a un elemento externo.3. Distribucin discontinua, dentro o fuera de la palabra.III. Por el efecto que ejercen en la distribucin de la palabra en el sintagma o del sintagma en la oracin.IV. Por la distribucin en relacin consigo mismos (reduplicacin).V. Por determinar la distribucin de otros elementos sin tener forma propia.3. Es claro que las clases de morfemas deducidas de uno de estos criterios pueden comportarse variamente segn los otros. As, si tomamos el II como superior jerrquicamente, habremos de investigar luego las distintas posibilidades que tienen los tipos de morfemas as deducidos de afectar a la distribucin de la palabra en contextos ms amplios. Por otro lado, los esquemas de distribucin dados aqu deben completarse con lo relativo a la distribucin en el caso de un lexema seguido de varios morfemas gramaticales, de las restricciones de distribucin en la combinacin de los tipos, de los distintos grados de adhesin, de la existencia de relaciones de seleccin, solidaridad o combinacin, etc.Prescindiendo de IV y V, que se refieren a clases especiales de morfemas, puede decirse que por II y III los morfemas libres o ligados de I, previa la reduccin de alomorfos, son a) identificados, b) divididos en clases. Una forma en distribuciones diversas puede representar varios morfemas (cf. pg. 183); varias formas en distribuciones prximas diversas (complementarias) y con distribucin lejana comn, representan en cambio alomorfos de un mismo morfema. Slo teniendo en cuenta al tiempo forma y distribucin se puede identificar el morfema.No estudiamos aqu las variaciones que en el significado o funcin de la palabra a que pertenece el morfema ejerce el contexto de sta. En cambio, como decimos, damos algunos ejemplos de las funciones de los morfemas; pero dejamos para ms adelante la sistemtica de las funciones.2. A) SITUACIN DE LOS MORFEMAS EN EL SISTEMA

1. Desde tiempo antiguo se viene dividiendo a los morfemas en lexicales y gramaticales. La Gramtica tradicional hablaba de races y de sufijos y desinencias; Vendrys (1) de semantemas y morfemas (terminologa justamente criticada); Sapir (1) de conceptos radicales, derivativos y de relacin (el artculo, el nmero, el caso...); Hill (1) de bases y prebases, postbases y sufijos; Hockett (4) de contentivos y functores; Juilland (1) de races y no-races, divididas en afijos y flexivos; Bloch-Trager (1) de bases y afijos (derivacionales y funcionales); Cantineau (1) de lexemas y morfemas; Pottier (.1) de lexemas y formantes, stos divididos en modificadores (prefijos e infijos), aspectivos (sufijos), categorizadores y de concordancia. Martinet (5) da dos clasificaciones que se entrecruzan: hay morfemas lexicales y gramaticales; autnomos, modificadores y funcionales. Los autnomos son siempre lexicales, los funcionales siempre gramaticales; los modificadores pueden ser lexicales (en un compuesto, por ejemplo) o gramaticales (artculo, adjetivo pronominal...). Deja un tanto en la sombra los sufijos, evidentemente modificadores. En cuanto a la clasificacin de Hjelmslev, cf. infra pg. 231.En sustancia, hay coincidencia en oponer, con unos nombres u otros, morfemas lexicales y gramaticales, y stos se subdividen variamente. La discrepancia de Martinet se subsana si se define a los morfemas lexicales de otro modo que por su autonoma y se restringe el concepto de modificacin.2. Tiene, por lo dems, un claro fundamento en el sistema de la lengua: los morfemas lexicales se organizan en clases abiertas (en una palabra pueden ser sustituidos por un gran nmero de otros) y los gramaticales en clases cerradas. Sobre la amplitud de estas clases cerradas hay diferencias: tienen un nmero reducido de trminos cuando se trata de categoras obligatorias (dos nmeros en esp., cinco casos en gr.); otro mayor en categoras libres (las de diversos sufijos y de las preposiciones, por ej., de las que tambin se puede prescindir). Las conmutaciones se hacen dentro de las clases en que se dividen los morfemas: junto a ciertos sufijos slo se admiten ciertos lexemas y viceversa, lo que ayuda a la clasificacin. Estas clases coinciden, al menos en parte, con las de palabras (aparte de que a veces el morfema es al tiempo una palabra): al menos, as las capta la conciencia lingstica en lenguas en que la palabra accede a ella antes que el morfema. En las palabras se ha estudiado estadsticamente el fenmeno y se ha visto claramente el menor nmero y mayor frecuencia de las gramaticales (cf. pg. 300).Desde el punto de vista del sistema, hay tambin correspondencia con la clasificacin de los morfemas gramaticales que introduciremos luego en modificadores y funcionales y, dentro de los primeros, en restrictivos y categorizadores. Los morfemas modificadores categorizadores y los funcionales son los que se integran en clases verdaderamente cerradas que incluyen todas las categoras y funciones de una lengua. En cambio, los modificadores restrictivos (en nuestras lenguas los sufijos) constituyen clases cerradas, pero con un margen de amplitud y constituyendo sistemas mucho ms laxos.Sin embargo, no es conveniente establecer estas clases de morfemas slo por el sistema. Hemos de disponer antes de otro criterio: la distribucin. Tambin puede ser criterio el acento, elemento de forma en definitiva.3. B) DISTRIBUCIN DE LOS MORFEMAS EN LA CADENA HABLADA. I. RESPECTO A LA PAUSA DE PALABRA.1. General. Al iniciar el estudio de las posibilidades de distribucin de los morfemas en la cadena hablada, hay que tener en cuenta tres cosas:a) Que a cada distribucin en cadena hablada responde, como ya sabemos, una posicin paradigmtica: en principio respecto a morfemas de igual distribucin, pero en otras ocasiones respecto a otros de distribucin diferente. Pueden formar paradigma, por ejemplo, sufijos de varias distribuciones o bien desinencias y los morfemas que llamaremos alternativos (alternancias voclicas y consonnticas), etc.b) Que, con objeto de simplificar, en lo que sigue estudiaremos los morfemas como si cada uno estuviera formado por una clase de morfos idnticos. Pero esto no es cierto, puesto que existen los alomorfos. As puede suceder que, en realidad, un morfema est formado por varios alomorfos de distribucin muy diferente. Esto es comn. Pero existe otro caso ms notable: el de los alomorfos que solo mediante la consideracin paradigmtica de la palabra en que intervienen son reunidos en un morfema. Hemos visto ejemplos al hablar de la reduccin de alomorfos a morfemas (pg. 180 sigs.). Esp. amas y ames presentan dos alomorfos -a- y -e- que se unifican respectivamente con -e- y -a- de dices, digas para dar as dos morfemas. Aqu la distribucin prxima no nos da luz alguna y slo la encontramos en la paradigmtica y, a la vez, en la distribucin lejana, que separa el indicativo del subjuntivo.c) En el caso de los morfemas discontinuos nos hallaremos otra vez ante un morfema con problemas de distribucin ms complejos que los tratados a continuacin.2. B. I. Distribucin respecto a la pausa de palabra.En la cadena hablada un morfema es libre o ligado: en el primer paso es al tiempo una palabra (ayer, tu); en el segundo, parte de una palabra (hombre-s, pre-fij-a-ste). En sistema, el morfema puede alternativamente aparecer como libre o ligado (hombre/hombre-s): se trata de una palabra variable. En cadena el elemento libre es, a ms de morfema, palabra; y palabra a veces inanalizable en morfemas (casos de amalgama, sincretismo, alianza, morfema lexical +): ven, al, le, etc.Dentro de una lengua, el que un morfema sea libre o ligado tiene inters para su clasificacin, sobre todo aadiendo, en el caso de los morfemas libres, la consideracin del sistema (es decir, si forman paradigma con formas complejas o no) o, si se quiere, la de si son conmutables por formas complejas.Por poner un ejemplo, en espaol tenemos estas clases de morfemas:a) Slo libres: preposiciones, adverbios, conjunciones, interjecciones, etc. Su estudio (clasificacin por la forma, la distribucin y la funcin) ha de hacerse al hablar de las clases de palabras.b) Slo ligados:sufijos que indican categoras gramaticales (en el verbo) o cuasigramaticales (modificadores restrictivos del verbo y nombre).Desinencias y otros morfemas alternativos (cf. pgina 212), que indican categoras y funciones gramaticales.Prefijos, que tienen valor de lexemas (pre-venir) o borroso simplemente distintivo (re-ferir).c) Variables. Son lexicales y forman nombres, verbos, adjetivos y pronombres. Por la forma se distingue a los que dan nombres, verbos y adjetivos de los que dan pronombres (morfemas sustitutivos, de menor difusin). Los morfemas coocurrentes distinguen la funcin del lexical como nombre, adjetivo o verbo: as el artculo y ciertos pronombres; en otras lenguas hay otros de distinto tipo, as en ingl. to ante el verbo.Pero el espaol es solamente un ejemplo. Hay que insistir en que las mismas funciones o categoras son marcadas de modos muy distintos en cada lengua: lo que en una se marca con un morfema del tipo a) puede tener en otra uno del b), etctera. E incluso en esp. funcionan como alomorfos elementos ya libres ya ligados (cf. mayor/ms grande; dije/he dicho, para indicar el pasado) y un morfema pasa diacrnicamente de un tipo a otro (creacin de palabras compuestas, del futuro romnico, de los advs. en -mente, etc.).3. Entre infinitos ejemplos de diferencias entre las lenguas, pondremos algunos.El artculo es un sufijo (morf. ligado) en rum. lupul 'el lobo', nor. huset 'la casa'. Las relaciones que en esp. se marcan con preposicin, se notan en otras lenguas con desinencias casuales y en otras con postposiciones (as en lit. e hind). Hay que hacer constar que entre las postposiciones y las desinencias hay transiciones: a veces se ha pasado aquellas a stas o es difcil decidir entre unas y otras (as en lenguas uraloaltaicas, en vasco, en quechua). El nombre que determina a otro simplemente le precede en ingls (stone house 'casa de piedra'), mientras ambos tienden a formar un compuesto en alemn (Steinhaus) y en otras lenguas se introduce una preposicin (casa de. piedra), etc. La indicacin de la posesin es con frecuencia no coincidente: se indica bien con preposicin (esp. de, ingls of), ya con adjetivizacin del nombre determinante (gr. 'la casa de Peleo'), ya con des. de gen., ya con indicacin de la relacin mediante un sufijo aadido al determinado (cf. pg. 219). Cuando la posesin se refiere a una de las personas gramaticales, esto se indica a veces con morfemas libres que preceden al nombre (mi casa), pero otras con morfemas ligados que le siguen (hung. hzm), tipo muy frecuente. La voz pasiva puede ser perifrstica, pero tambin puede llevar un sufijo (as en antiguo indio). Etc., etc.4. En lenguas en que el concepto de palabra es menos claro que en las nuestras (cf. pg. 254), las clasificaciones de los morfemas por su carcter de libres o ligados tienden a ser muy poco claras: o, bien, se aumenta el nmero de los que alternativamente aparecen en uno u otro uso. o, bien, se introducen transcripciones que uniforman el modo de cortar la frase y que tienden a se artificiosas. As en sotho (bant) formas como re, to, e, ka son consideradas segn E. B. van Wyk (1) ya como palabras (e. d., morfemas libres), ya como morfemas ligados. Sobre el mataco y otras lenguas de Sudamrica cf. I. c. En lenguas aglutinantes como las uraloaltaicas la divisin entre morfemas libres y ligados es en cambio fcil de hacer. Pero los morfemas ligados, de todas formas, tienen en ellas una mayor autonoma, se tiene conciencia independiente de ellos en mucho mayor grado que en las lenguas flexionales. Por otra parte, en las lenguas monosilbicas desaparece en principio el concepto de morfema ligado. Sin embargo, el proceso de la composicin crea morfemas li