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PERIÓDICO DEL COMANDO GENERAL DE LAS FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA JUNIO DE 2015 ISSN EN TRÁMITE No. 35 Fuerzas Militares salvan a más de 269.000 personas de ser víctimas de minas antipersonal

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PERIÓDICO DEL COMANDO GENERAL DE LAS FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA JUNIO DE 2015 ISSN EN TRáMITENo. 35

Fuerzas Militares salvan a más de 269.000 personas de ser víctimas de minas antipersonal

2 Junio de 2015 3 Junio de 2015

General JUAN PABLO RODRÍGUEZ BARRAGÁN Comandante GeneralFuerzas Militares de Colombia

Almirante HENRY JOHN BLAIN GARZÓN, Jefe de Estado Mayor Conjunto

Editora General:Capitán de Navío GUIOMAR AMPARO RAMOS GÓMEZ Directora Comunicaciones Estratégicas

Editora:PD. MERY BRAVO SILVAComunicaciones Estratégicas

Diseño y diagramación:ADRIANA PONTÓN BARBOSACasa Editorial El Tiempo

Fotografías: Archivo Comunicaciones Estratégicas CGFMArchivo Ejército NacionalArchivo Armada Nacional

Oficina de Comunicación Estratégicawww.cgfm.mil.coprensa.cgfm@ gmail.comAvenida Eldorado Can Carrera 52PBX: (1) 266 03 10. Extensión 4421Bogotá D.C., Colombia

Despunta el alba, los primeros rayos de luz se filtran entre la espesa maleza que cubre la región del Ariari. El oficial a cargo ya tiene su equipo listo, los

suboficiales comandan a los 36 soldados profesionales que componen el pelotón, cargan el equipo a sus espaldas, que puede llegar a pesar entre 35 y 40 kilos y forman de a 10.

Las indicaciones informan que a unos cuatro kilómetros al noroccidente hay rastros de un campamento guerrillero, el comandante planea junto a sus hombres el camino a seguir. Saca su mapa, ubica coordenadas, calibra el GPS para anotar el sitio exacto, saca su plumón del bolsillo izquierdo abajo del hombro de su camuflado. La tinta roja se esparce sobre un punto específico y resalta entre las líneas negras y los matices de verdes que llenan el papel plastificado.

El mapa se marcó, las escuadras están listas, se fija un puntero y adelante, una nariz negra y húmeda encabeza la marcha. Tony, el perro antiexplosivos del Grupo Especial EXDE, encargado de la detección y destrucción de cualquier tipo de material detonante que se encuentre en el camino, lleva la batuta. Tras tres años al servicio del Ejército sus pasos son firmes y seguros, los soldados siguen las huellas del canino.

Han pasado cuatro horas desde que emprendieron camino, hoy la vegetación se torna más espesa que de costumbre y el sol ya busca su cenit, moverse es difícil, pero están cerca del objetivo. Sueltan la cadena a Tony, sale con su agudo olfato buscando cualquier trampa que el enemigo haya podido dejar.

Minas, es el enemigo escondido, silencioso, que se oculta bajo la maleza, a la espera del campesino desprevenido, de la tropa marchante o del sabueso travieso que no logre detectar el explosivo a tiempo. Eso es lo que busca Tony, la punta de lanza que tantea el terreno, esta vez, para alegría de todos, despeja el camino, no da señales de alerta, los soldados pueden continuar.

Pasos medidos, olfateos por acá por allá, el sudor recorre la frente de cada uno de los hombres que componen la unidad, Tony jadea y su lengua extendida se detiene por un

momento, deja de salir de su boca y un ladrido se escucha, da vueltas en círculos, se detiene, vuelve a hacer su movimiento mientras bate la cola, cierra la circunferencia y se sienta, allí está el campamento y contiene explosivos.

Ya ha pasado el mediodía, el oficial de turno pone los hombres de seguridad, el equipo especial EXDE alista sus instrumentos y procede a desactivar las cargas abandonadas por los terroristas.

Un cilindro con 20 kilogramos de ANFO, otro Artefacto Explosivo Improvisado (AEI) con algo más de dos kilos de las misma sustancia y tres minas antipersonal tipo betún, cada una con 250 gramos de material explosivo son aseguradas por los expertos del Ejército.

La comunicación del hallazgo es hecha, la orden está dada, se procede a destruir el material, casi dos horas han pasado desde que Tony se sentó en señal de éxito. El cable detonante se ha colocado, también los mecanismos de protección, sólo falta oprimir el botón.

Bum, bum, bum el estridente sonido recala lo profundo de la selva del oriente colombiano, pájaros y aves nativas vuelan despavoridos de sus ramas ante los estallidos, el verde hierba que cubría la zona ha desaparecido, la tierra café no se distingue, el humo se dispersa poco a poco para dar paso a un hoyo negro, unas cuantas matas incineradas y un olor inconfundible, el del deber cumplido.

Los rastros del campamento han desaparecido, la caleta se evaporó. La tarde está cayendo y en pocas horas estará de noche. Los hombres deberán caminar otro tramo, encontrar un lugar dónde acampar, que esté cerca del agua, preparar el almuerzo y la comida, armar los cambuches, ver el atardecer y descansar bajo el cielo estrellado, mientras Tony sueña sobre la tierra húmeda. Mañana habrá otra misión.

Este es un día normal, como cada uno de los 365 que tiene el año, en los cuáles miles de hombres siguen esta rutina. Así como esta vez se destruyeron 23 kilos de explosivos y se previnieron tragedias posteriores, en los primeros cuatro meses de este año los hombres de la Fuerza de Despliegue Rápido han hallado más de 770 artefactos explosivos de alto poder, entre cilindros bomba, minas antipersonas, y los nuevos artefactos explosivos de fabricación no convencional denominados minas tipo telaraña o invisibles.

Cerca de 3.300 kilogramos de explosivos, varios kilómetros de cable detonante, cientos de detonadores eléctricos, todo tipo de metralla, más de un centenar de granadas y decenas de morteros han sido hallados, destruidos e incautados por estos héroes que patrullan de día y de noche para traer la paz a Colombia y consolidar la nación que todos queremos, afirma el brigadier general Juan Pablo Forero Tascón, comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido.

Un antiexplosivista en La Macarena

Un soldado de la Fuerza de Despliegue Rápido, adscrito a la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, relata cómo es la búsqueda de explosivos en medio de la selva, donde trabajan con paciencia, dedicación y compromiso -aún a riesgo de sus propias vidas-.

Por: Juan Carlos Bernal CubillosJefe de Prensa de la Fuerza de Despliegue Rápido (Fudra)

Mejorar el bienestar y la calidad de vida de los más de 450 mil hombres y mujeres en servicio activo de la Fuerza Pública y sus familias, así como del personal de la reserva activa, ha sido una prioridad para el Ministerio

de Defensa Nacional. Esto se representa no solo en el diseño de planes y programas en materia de sanidad, vivienda propia y fiscal, educación, aspectos salariales y rehabilitación y en particular en la destinación de 1,6 billones de pesos para su ejecución.

En la rehabilitación integral de nuestros héroes heridos en combate o en actos del servicio se han concentrado gran parte de los esfuerzos institucionales de los últimos cuatro años, como una forma de reconocimiento y agradecimiento al sacrificio hecho por estos uniformados –cuya edad promedio es de tan sólo 20 años– en defensa del pueblo colombiano.

Es así como se implementaron la Política de Discapacidad del Sector Seguridad y Defensa y el Sistema de Gestión de Riesgos y Rehabilitación Integral, con el fin de articular los esfuerzos de las entidades del Sector y las externas, encargadas de las fases de Previsión, Prevención y Protección, así como de rehabilitación funcional, familiar, social y laboral de los uniformados que adquieran una discapacidad.

Paralelamente se han invertido millonarios recursos en la construcción de establecimientos de rehabilitación como el Centro Héroes de Paramillo en Medellín, que tiene capacidad para atender 160 uniformados en condición de discapacidad.

REHABILITACIÓN DE NUESTROS HÉROES HERIDOS EN COMBATE

Esfuerzo institucional de los últimos cuatro años

Más servicios y mejor atención para nuestros héroes en condición de discapacidad.

Por: Dirección Comunicación SectorialFotos: Mauricio Orjuela - MDN

Próximo a entregarse en Bogotá, el Centro de Rehabilitación Inclusiva (CRI) será no solo el más grande de su tipo en América Latina, sino además el más moderno al contar con equipos de última tecnología como simuladores de transporte público.

Igualmente, avanzan las obras del nuevo Batallón de Sanidad, en el cual se están invirtiendo más de 34 mil millones de pesos, y del centro de rehabilitación funcional para la ciudad de Cali, que entrará en servicio en el 2016.

Es importante destacar que gracias a la gestión del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, se reactivó el pago de la prima de orden público para los uniformados que en cumplimiento de su deber terminaron en condición de discapacidad.

Cerca de 3.300 kilogramos de explosivos, varios kilómetros de cable detonante, cientos de detonadores eléctricos, todo tipo

de metralla, más de un centenar de granadas y decenas de morteros han sido hallados, destruidos e incautados por estos héroes que patrullan de día y de noche para traer la paz a Colombia y consolidar la nación que todos queremos, afirma el brigadier general Juan Pablo Forero Tascón, comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido”.

4 Junio de 2015 5 Junio de 2015

Fuerzas Militares salvan a más de 269.000 personas de ser víctimas de minas antipersonal

Más de 269 mil vidas han sido salvadas, en los últimos cinco años, gracias a la mística y

silenciosa labor desarrollada por hombres especializados en Desminado Humanitario y Desminado Militar de las Fuerzas Militares de Colombia.

Según estadísticas del Comando General de las Fuerzas Militares, desde el 2010 unidades expertas en tareas de desminado han neutralizado 109.043 minas y han incautado 160.058 detonadores, pieza esencial para la fabricación de artefactos explosivos, que hubiesen causado la muerte a más de 269.000 personas.

“El desminado militar contribuye a la acción integral contra minas porque el hecho de destruir una mina salva una vida, muestra de esto es que en los últimos cinco años las Fuerzas Militares de Colombia han logrado salvar a más de 269.000 personas entre los cuales se encuentran campesinos y miembros de la Fuerza Pública”, dice el informe del Comando General de las Fuerzas Militares.

Desde el 2010 hasta el primer semestre de 2015 las Fuerzas Militares también han incautado más de 211.834 kilos de explosivos, cantidad que podría causar bastante daño y sería lo equivalente a tener la capacidad de destruir una ciudad.

Para realizar este valeroso trabajo de desminado humanitario y desminado militar las Fuerzas Militares de Colombia cuentan con más de 10 mil hombres capacitados y entrenados entre oficiales, suboficiales y soldados e infantes de marina profesionales, quienes después de un riguroso proceso de selección, inician con una serie de cursos de vital importancia como el de Técnico en Explosivos, Enfermero, Desminador, de Líder y Curso de Supervisor en Operaciones de Desminado Humanitario, entre otros.

Estos hombres, en su gran mayoría del arma de Ingenieros Militares del Ejército Nacional e Infantes de Marina de la Armada Nacional, que con paciencia, dedicación y compromiso —aun a riesgo de sus propias vidas—están distribuidos en las diferentes unidades militares del país conformando varios grupos especializados tales como

Grupo Exde (Explosivos y Demoliciones), Grupo MARTE (Manejo de Artefactos Explosivos), Escuadrón de Intervención y Maniobra con Explosivo de la Fuerza Aérea, y Unidades de Desminado Humanitario.

Estas Unidades de Desminado Humanitario están representados en el Batallón de Desminado No. 60 ‘Coronel Gabino Gutiérrez’ del Ejército Nacional y la Agrupación de Explosivos de la Infantería de Marina de la Armada Nacional que están desarrollando operaciones en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Caldas y Santander, con presencia de minas antipersonal de acuerdo con los protocolos nacionales y estándares internacionales, despejando más de 2.170.000 metros cuadrados, en los últimos años. Actualmente, trabajan con pelotones de desminado manual, un pelotón de desminado mecánico y un componente canino para el apoyo en el control de calidad en el desarrollo de las tareas de desminado.

El trabajo conjunto entre la comunidad, las autoridades locales y el gobierno nacional garantiza el derecho a la vida, la integridad, la libre movilidad de las personas, la reconstrucción del tejido social y la protección de los Derechos Humanos.

De acuerdo con la Dirección para la Acción Integral contra Minas Antipersonal (DAICMA) del Ministerio Consejero para el Posconflicto, Derechos Humanos y Seguridad, tan solo en el 2014, 19.454 personas aprendieron a gestionar el riesgo que generan las minas antipersonal, a través de competencias de autocuidado y comportamientos seguros; 977 miembros de la Fuerza Pública y 86 civiles víctimas de minas antipersonal y sus familias fueron orientados para acceder a sus derechos.

Qué se ha hecho en DesminaDo humanitario

Recordando la Declaración de Ottawa del 5 de octubre de 1996, que insta a la comunidad a negociar un acuerdo internacional jurídicamente vinculante que prohíba el uso, el almacenamiento, la producción y la transferencia de minas antipersonal, las Fuerzas Militares de Colombia en cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Estado colombiano desde el año 2002 con la firma y ratificación de esta Convención, en el 2013, a través del Batallón de Desminado, culminan con éxito la destrucción de 21.341 minas de fabricación convencional que se encontraban almacenadas en depósitos, incluyendo las últimas que se habían dejado para la capacitación en el estamento castrense.

En este proceso la Industria Militar de Colombia (Indumil) también destruyó las máquinas que fabricaban estas minas de tipo convencional.

En el Artículo V de la mencionada Convención, el gobierno nacional también se compromete a liberar todo el territorio nacional de sospechas de minas a través del DAICMA y las Fuerzas Militares.

Desde la ratificación de la Convención las Fuerzas Militares efectúan el despeje de las 35 bases militares en todo país, donde se destruyeron 3.417 Minas Antipersonal (MAP), 14 Artefactos Explosivos (AEI), y 134 Municiones Sin Explotar (MUSE).

Es de resaltar que el Desminado Humanitario se intensificó en Colombia, en el 2007, con el despeje de los artefactos

EN CINCO AÑOS

explosivos instalados indiscriminadamente por los grupos armados al margen de la ley. Hasta la fecha las Fuerzas Militares han destruido 1.054 AEI y 531 MUSE, dentro del marco del Desminado Humanitario. En el desminado que hacen las tropas para el desarrollo de las operaciones militares desde el 2004 se han ubicado y destruido más de 269.000 minas, evitando con esto que campesinos y soldados resulten afectados en su integridad personal.

Las Fuerzas Militares desde que se presenta la amenaza por parte de los grupos armados ilegales genera una estrategia para eliminar los artefactos explosivos dentro de un marco de operaciones militares, una vez entra en vigencia la Convención de Ottawa se incorpora a esta maniobra el Desminado Humanitario, el cual se rige por estándares internacionales y que busca, además de la eliminación del artefacto, el despeje del área dejando la tierra libre de sospecha de minas.

En este proceso, las Fuerzas Militares han logrado que cuatro municipios marcados por la violencia —San Carlos (Antioquia), El Dorado (Meta), Zambrano (Bolívar) y San Francisco (Antioquia) —, fuesen declarados ‘Libres de Sospechas de Contaminación de Minas Antipersonal’.

El 17 de diciembre de 2014, la Instancia Interinstitucional de Desminado Humanitario declaró a San Francisco (Antioquia) ‘Libre de Sospecha de Contaminación por Minas Antipersonal’. Las Fuerzas Militares de Colombia este año adelantan las gestiones pertinentes para hacer entrega oficial a la comunidad de este municipio.

Actualmente, las Fuerzas Militares continúan realizando operaciones de desminado en siete municipios: Granada y Cocorná (Antioquia); El Carmen de Bolívar (Bolívar); Samaná (Caldas); Carmen de Chucurí, Sabana de Torres y San Vicente de Chucurí (Santander).

Ante los nuevos retos, está el fortalecimiento a través de la creación de un Centro Internacional de Desminado de las Fuerzas Militares, el cual busca entrenar, capacitar y mejorar la capacidad técnica de desminado. Estará ubicado en las instalaciones del Centro Nacional de Entrenamiento (CENAE), en Tolemaida

Las Fuerzas Militares de Colombia han salvado más de 269 mil vidas por labores

de desminado humanitario y desminado militar, en los últimos cinco años”.

(Tolima) y tendrá dos apéndices, uno en la Base de Entrenamiento de Infantería de Marina, en Coveñas, y otro, en el Centro de Instrucción Militar en el Comando Aéreo de Combate No. 1 de la Fuerza Aérea Colombiana, en Puerto Salgar.

Dentro de la transformación de las Fuerzas Militares el Desminado Humanitario ocupa un lugar importante dentro de los nuevos roles que desempeñarán en el posconflicto.

colombia Desarrolla estrategias para fortalecer la capaciDaD De lucha

contra minas

Con el propósito de hacerle frente a la ame-naza de las minas y los artefactos explosivos improvisados a nivel hemisférico, entre el 9 y 13 de febrero se dieron cita en Medellín, cer-ca de 30 delegados expertos de 12 ejércitos de América, con el propósito de adelantar el Comi-té AD-HOC sobre Minas y Artefactos Explosivos Improvisados, en el marco de la Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA).

En esta ocasión, se plantearon importantes avances que contribuyen en la lucha contra este flagelo, algunos orientados a proponer a través de experiencias particulares de los ejércitos miembros de la CEA, el fortalecimiento de la doctrina, generación de protocolos y marcos legales.

Ahora, con delegados de países como Bolivia, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Estados Unidos, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, República Dominicana y Venezuela, con el Comité AD-HOC se busca determinar terminología a emplear y recomendar estándares de procedimientos a seguir, diferenciando los escenarios a aplicar en el marco de las operaciones militares y operaciones de mantenimiento de paz.

Según estadísticas del Comando General de las Fuerzas Militares desde el 2010 unidades expertas en tareas de desminado han neutralizado 109.043

minas y han incautado 160.058 detonadores, pieza esencial para la fabricación de artefactos explosivos, que hubiesen causado la muerte a más de 269.000 personas”.

6 Junio de 2015 7 Junio de 2015

Fundadores de la compañía de explosivos del Batallón 'Pedro Nel Ospina' en la Cuarta Brigada del

Ejército, los soldados profesionales Alexis Giovanny Taborda y Jhon Alexander Estrada desde hace 14 años se desempeñan como integrantes del grupo antiexplosivos; a pesar del riesgo al que se exponen, la dedicación y el cuidado de estos soldados los ha hecho invencibles ante la peligrosidad de las minas antipersonal.

En sus años de experiencia sobresale la labor en técnicas de desminado humanitario realizada en San Carlos, Antioquia, primer municipio totalmente despejado de artefactos explosivos. Aunque cada operación es un riesgo, con satisfacción y entrega estos soldados trabajan por y para el pueblo salvando vidas.

Desde que se creó la compañía en 2001 cada cuatro meses Taborda y Estrada reciben reentrenamiento en el Batallón para capacitarse, actualizarse y aprender cómo neutralizar nuevos sistemas creados por los grupos ilegales. Luego de este tiempo regresan al área de operaciones y relevan al grupo que allí se encuentra.

Cuando están en un terreno con sospecha de minas antipersonal lo primero que hacen es un registro visual para verificar si hay objetos extraños, lanzan la pera y cuerda, luego envían al guía canino -el cual ha sido previamente entrenado para realizar este trabajo- si el perro detecta algo, proceden los detectoristas y a continuación es el comandante quien destruye el artefacto explosivo colocándole una contracarga.

La concentración, el cuidado y la atención son las herramientas que les han permitido a Taborda y Estrada salir victoriosos e ilesos de este peligroso trabajo que diariamente deja víctimas militares y civiles en el país, siendo los niños los más afectados por los artefactos

CONCENTRACIÓN, CUIDADO Y ATENCIÓN

Una vida, salvando vidasLos soldados profesionales Alexis Giovanny Taborda y Jhon Alexander Estrada desde hace 14 años son expertos del grupo antiexplosivos.

explosivos, sobre todo de minas antipersonal.Múltiples son las historias de estos

soldados en su trabajo, sin embargo hay una que Taborda recuerda de manera especial cuando hace un tiempo en el municipio de Campamento, un niño de 5 años se encontró un artefacto explosivo abandonado por un grupo armado organizado al margen de la ley y al manipularlo explotó, quitándole la mano al pequeño. En ese momento pasábamos por la zona, al verlo herido en el piso le prestamos inmediatamente los primeros auxilios mientras lo llevaban al hospital; años después yo volví y el niño tenía su manito con una prótesis.

A pesar de la nostalgia y el impacto que les generan las historias de las víctimas, Taborda y Estrada día tras día exponen su vida localizando y destruyendo artefactos explosivos en áreas rurales, específicamente en el desarrollo de operaciones en el campo de combate con el fin de proteger a la población civil de la amenaza de estos grupos ilegales. Con su labor hacen que el temor desaparezca, los habitantes caminen con tranquilidad por sus tierras y los niños puedan volver a jugar sin riesgo de caer en una mina.

De hecho, en el municipio de San Carlos, Antioquia estos hombres estuvieron agregados durante 3 años; allí no solo desminaron veredas sino escuelas, caminos y áreas que frecuentaban los niños. Con información de los habitantes ubicaron las partes con mayor riesgo, las despejaron y devolvieron la seguridad a este territorio.

En los municipios de San Carlos, Ituango y Campamento, las zonas más críticas de Antioquia, se encuentran presentes estos dos héroes a los que la comunidad reconoce, admira y agradece por su valentía y vocación de servicio en busca de un país libre de minas antipersonal.

Durante 6 semanas, 30 soldados profesionales y suboficiales pertenecientes a la Segunda Brigada del Ejército Nacional, se graduaron como especialistas en técnicas y procedimientos en Explosivos y Demoliciones (EXDE), formación que les brindará las herramientas para la ubicación, destrucción y neutralización de todo tipo de minas antipersonal y artefactos explosivos, que son empleados por los grupos al margen de la ley para afectar a las tropas y a la población civil.“El objetivo principal es de apoyar con los conocimientos y las destrezas en lo relacionado con Explosivos y Demoliciones EXDE, a nuestras tropas que se encuentran en el Sur de Bolívar, área donde se han presentado cinco casos lamentables de víctimas por las minas antipersonal, entre el 2014 y 2015”, comentó el teniente coronel Óscar Hurtado Artunduaga, comandante del Batallón de Ingenieros No. 2 'General Francisco Javier Vergara y Velasco'. Estos hombres garantizarán que el Sur de Bolívar esté libre de sospecha de Artefactos Explosivos Improvisado y minas antipersonal, permitiendo entregar las áreas libres a la población y evitar más víctimas.

30 SOLDADOS MÁS CAPACITADOS

Soldados del Batallón de Ingenieros del Ejército Nacional durante meses han realizado el desminado humanitario y desminado militar en una zona de San Vicente de Chucurí (Santander).

En el Centro de Convenciones 'Carmelitas Villamizar Díaz', de la Base de Entrenamiento de Infantería de Marina en Coveñas, se dio clausura al primer curso Básico de Desminado Humanitario, realizado por el Centro Internacional de Entrenamiento Anfibio (CIEAN) y el curso Socorrista Militar 50 realizado por el Establecimiento de Sanidad Militar 1049.De acuerdo con la misión encomendada por la Armada Nacional, el CIEAN, planea, programa y ejecuta cursos especializados como apoyo a las operaciones del Desminado Humanitario y Socorristas Militares, los cuales permiten que oficiales, suboficiales e infantes de marina profesionales, adquieran la habilidad de realizar estudios técnicos y despeje de áreas peligrosas contaminadas por Minas Antipersonales (MAP), Artefactos Explosivos Improvisados (AEI) y Munición sin Explotar (MUSE).Se premió al infante de marina profesional Fredy Sandoval Pérez, quién ocupó el primer puesto del curso Básico se Desminado Humanitario y al sargento segundo César Carrillo Caballero, primer puesto del Curso Socorrista Militar.

CURSO INTERNACIONAL DE DESMINADO HUMANITARIO

Alexis Giovanny Taborda y Jhon Alexander Estrada desde hace 14 años se desempeñan como integrantes del grupo

antiexplosivos; a pesar del riesgo al que se exponen, la dedicación y el cuidado de estos soldados los ha hecho invencibles ante la peligrosidad de las minas antipersonal”.

8 Junio de 2015

“Tenía 28 años, estaba en el Meta, un sábado me encontraba viendo por televisión un partido de fútbol con mi familia; en el receso

del primer tiempo se me ocurrió salir a comprar comida y como estaba en día de descanso, mi uniforme militar lo dejé a un lado, al igual que mi malicia, mi entrenamiento de siete años como Soldado Profesional pareciera que la hubiese dejado también descansar, ya que una bolsa plástica frente a mi casa me suscitó toda la curiosidad y el abrirla partió literalmente mi vida en dos…”

Un artefacto explosivo sacudió mi humanidad, estaba consciente en todo momento, lo que sentí fue un estrepitoso golpe en mi pecho, traté de levantarme, cuando levanté mi vista, opaca en el momento, vi como una escena de terror me envolvía, ya que mis brazos y una pierna no estaban, se desprendía de mí la carne y la piel, podía ver mis huesos; afortunadamente la reacción médica fue rápida y lograron llevarme a tiempo al hospital, donde gracias a Dios salvaron mi vida.

Así comienza la historia de Juan José Florián, un joven antioqueño de 32 años que a los 18, se unió al Ejército Nacional para ser Soldado Profesional, como lo soñó desde pequeño: ser un respetado militar, porque sentía mucha admiración por el trabajo social que siempre han realizado las Fuerzas Militares, ya que él y su familia, sufrieron los impactos de la violencia de las Farc. Manifestó que en su territorio sólo se sentía tranquilidad cuando había presencia del Ejército, su madre, doña Magnolia Valencia, podía hacer mercado para su familia cada tres meses, debido a los hostigamientos de la guerrilla.

Volviendo a los hechos de aquel fatídico atentado terrorista, Florián, despertó en el centro asistencial viviendo una pesadilla, pero gracias al apoyo de su familia, su novia y del Ejército Nacional, su recuperación fue rápida, en seis meses las heridas físicas de Juan José habían sanado, sólo faltaba que aquellas heridas, las más difíciles: las del alma, las del corazón, cicatrizarán. Juan culpaba a Dios por lo que le sucedía, llanto, tristeza, depresión y desasosiego eran los sentimientos que albergaban su corazón, “cuando se está así”, afirma Florián: “No se puede ver con claridad la vida, lo que tenemos al frente, las oportunidades, porque nos ocupamos y nos mentalizamos siempre en envidiar, en desear lo de los otros, no buscamos agradar a Dios siendo felices, sino que nos ponemos vendajes en los ojos que no nos permiten ver las bendiciones que Él nos da”.

Un click en la vida de Florián se activa en un paseo que hizo en compañía de su novia a Villavicencio, quien le propuso nadar… “¿Meterme a la piscina?, ¿Nadar?, ¡No! ¡Definitivamente, usted está loca!” le dijo; pero se atrevió, sin saber nadar, chapuzando, la vida volvió a entrar al cuerpo de Juan José, un sentimiento de alegría lo albergó, hundió en esa piscina las pesadillas, los sentimientos de rabia, dolor, frustración, miedo, odio, estos quedaron en el fondo del agua para jamás volver.

Nació así una nueva inspiración: la natación sería su refugio, su cambio de vida, su oportunidad para seguir luchando y mostrándole no solo a Colombia, sino al mundo entero de qué están hechos los héroes de verdad, con determinación, Juan José buscó y encontró el apoyo que necesitaba para entrenar de manera profesional en natación. La Liga de Discapacidad de las Fuerzas Militares, la Brigada Logística No. 1 del Ejército, la Jefatura de Familia y Asistencia Social del Ejército Nacional a

través del Programa de Heridos en Combate y la Corporación Matamoros, todos ayudaron en el proceso integral de materializar el nuevo sueño de Florián, ser competidor paralímpico en una exigente disciplina deportiva.

Juan José vio por televisión al nadador Moisés Fuentes Garzón, quien en los Paralímpicos de Londres 2012, obtuvo para Colombia medalla de Plata en natación, desde ahí se propuso ser su rival más cercano, fue su inspiración; debía exigirse y tener un fuerte entrenamiento para lograrlo, debía luchar por dejar sus medicamentos psiquiátricos y lo logró, vencida esa batalla, entrenó con ahínco, para ser un campeón, superó sus propias expectativas y las de todos los que lo rodean.

Tres años han transcurrido desde que Florián sufrió ese cruel atentado y hoy es un deportista de alto rendimiento, un modelo a seguir que ha entregado a su natal Antioquia y al país 22 medallas, 6 de oro, 10 de plata y 6 de bronce, tres de las medallas de Oro fueron en campeonatos internacionales. Ha competido en Estados Unidos, Venezuela y Brasil como nadador, ha llegado a los corazones de muchos colombianos al contar su historia de superación, quiere ser un conferencista internacional y llevar al mundo su vida, además desea ser psicólogo, para ayudar a superar los momentos de crisis que viven no solo las personas víctimas de minas antipersonal, sino también a sus familias que según él son quienes llevan una de las cargas emocionales más fuertes.

De este héroe de la patria, solo salen palabras de amor, de positivismo, su alegría contagia, con su fino sentido del humor se burla de sí mismo y de su condición, le envía un mensaje de perdón a quien le puso esa mina frente a su casa: “mi vida no terminó ese día, que no cumplió con su cometido porque yo estoy más vivo que nunca, pero en cambio usted guerrillero, tiene su vida desperdiciada ahí y no lo culpo porque tal vez es lo único que sabe hacer y cumplió con la orden de alguien que no sabe que es vivir la vida y vivirla en el amor de Dios”.

Hace un llamado a los niños y a la juventud, para que valoren sus vidas: “Es muy triste que mientras los soldados los cuidamos para que vayan a sus escuelas, entregamos nuestras vidas para que sean el futuro del país, perdemos partes de nuestro cuerpo para que ellos sonrían, no estamos cuando nuestros hijos nacen, caminan u obtienen triunfos, ellos, están matándose en las esquinas, en los parques y en los colegios, consumiendo cualquier tipo de drogas”.

Mientras tanto Juan José Florián sigue arduamente con sus entrenamientos y se prepara para los próximos Juegos Paranacionales, que se realizan cada cuatro años en Colombia, este 28 de noviembre será en Ibagué; “Juanjo” como le dicen sus amigos agradece al coronel Jorge Wilson Blanco Rincón y a la psicóloga María Camila Salazar, pertenecientes al cuerpo orgánico de la Brigada Logística No. 1, porque según él “los ángeles habitan la tierra”, ellos han sido también artífices del triunfo que hoy convierten a Florián en el segundo mejor nadador en condición de discapacidad en Colombia.

…yo estoy más vivo que

nunca, pero en cambio usted guerrillero, tiene

su vida desperdiciada ahí y no lo culpo porque tal

vez es lo único que sabe hacer y cumplió con la

orden de alguien que no sabe qué es vivir la vida

y vivirla en el amor de Dios”.

LA HISTORIA DEL SUBCAMPEÓN NACIONAL DE NATACIÓN

“La vida te da sorpresas cuando decides vivirla”

Por: Paula Irene Castellanos HincapiéJefe de Prensa Jefatura de Familia Ejército

El soldado profesional Juan José Florián, quien hace tres años perdió sus brazos y su pierna derecha por causa de un artefacto explosivo, hoy es el segundo mejor nadador en condición de discapacidad en Colombia que ha entregado al país y al mundo 22 medallas, 6 de oro, 10 de plata y 6 de bronce.