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Noticia 25 de octubre, 2005 - Ocho de cada diez haitianos y jamaiquinos con títulos universitarios viven fuera de sus países. “El informe revela que la fuga de cerebros es masiva en los países pequeños y pobres que se encuentran en proceso de desarrollo”, dice el economista del Banco Mundial, Maurice Schiff, coeditor del volumen. Y más del 50% de los profesionales universitarios de muchos países de América Central y del Caribe también viven en el extranjero.
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FUGA DE CEREBROS
¿Qué es la “fuga de Cerebros”?
La fuga de cerebros o fuga de talentos es
la emigración de individuos ya formados y de talento a
otras naciones más desarrolladas, impulsados
principalmente por la falta de oportunidades de desarrollo, por motivos
económicos o por conflictos políticos. A veces este fenómeno se da también entre
naciones desarrolladas, debido a diferencias salariales o impositivas. De forma
análoga se habla de fuga de capitales para la desinversión de capital financiero en
un país.
Noticia
25 de octubre, 2005 - Ocho de cada diez haitianos y jamaiquinos con títulos
universitarios viven fuera de sus países.
Y más del 50% de los profesionales universitarios de muchos países de América
Central y del Caribe también viven en el extranjero.
Estas son tan sólo dos de las conclusiones a las que llegó esta nueva publicación
del Banco Mundial, titulada Migración internacional, remesas y la fuga de
cerebros. El volumen es fruto del Programa de migración internacional e
investigación sobre el desarrollo que lleva a cabo el Grupo de investigación sobre
el desarrollo, el departamento de investigación del Banco.
“El informe revela que la fuga de cerebros es masiva en los países pequeños y
pobres que se encuentran en proceso de desarrollo”, dice el economista del Banco
Mundial, Maurice Schiff, coeditor del volumen.
“Mientras que más del 50% de los graduados universitarios emigran de los países
centroamericanos y caribeños, en algunos de dichos países esta cifra llega hasta
el 80%”.
L. Alan Winters, director del Grupo de Recursos para Desarrollo del Banco, señala
que si bien la movilidad de los trabajadores altamente calificados puede ofrecer
muchas ventajas, las consecuencias del éxodo de personal capacitado podrían
resultar serias en muchos países en desarrollo.
Señala que lo que se conoce como la “fuga de cerebros” continuará siendo una de
las principales prioridades en el campo de la investigación del desarrollo en el
futuro.
Las conclusiones del informe, que se fundan en la base de datos más extensa y
rigurosa sobre la fuga de cerebros que existe hasta la fecha, creada por los
investigadores Frédéric Docquier y Abdeslam Marfouk, se presentan en el capítulo
quinto del volumen.
La fuga de cerebros es menor en los países más grandes
Schiff dice que el informe revela que el problema de la fuga de cerebros reviste
mucho menos magnitud en los países más grandes.
“Como promedio, en los países con más de 30 millones de habitantes, el éxodo de
profesionales y personal calificado es inferior al cinco por ciento de toda la
población con estudios universitarios. Esto se debe a que dichos países tienen
una gran población de personas calificadas, de
modo que aunque emigre un gran número de
estos profesionales, el porcentaje es, de todas
maneras, pequeño”, agrega.
En países como China y la India, por ejemplo,
sólo del tres al cinco por ciento de sus
graduados viven en el exterior, una situación
similar a la que acontece en Brasil, Indonesia y
la ex Unión Soviética.
En cambio, en África al sur del Sahara, los trabajadores calificados conforman sólo
el cuatro por ciento de toda la fuerza laboral, pero estos trabajadores comprenden
más del 40% de la gente que se marcha del país.
“La mayoría de estos profesionales universitarios de
los países en desarrollo emigra a los Estados Unidos,
al igual que a la Unión Europea, Australia y Canadá.
De hecho, Canadá y Australia tienen la mayor
proporción de inmigrantes educados dentro del
número total de inmigrantes a dichos países”,
comenta Schiff.
¿Un despilfarro de cerebros?
Dada la cantidad de graduados universitarios que se marchan de su tierra natal,
surge la pregunta de si sus destrezas y conocimientos son bien aprovechados en
el país de destino.
Parte del volumen se aboca a esta cuestión, respecto a la cual el coeditor y
economista del Banco Caglar Ozden, descubrió que la mano de obra calificada
que emigra a los Estados Unidos a menudo no consigue un trabajo acorde con su
nivel de educación.
En general, es más probable que los emigrantes de América Latina y de Europa
oriental, con niveles similares de educación, terminen realizando trabajos no
calificados en los Estados Unidos, que los emigrantes oriundos de Asia, Oriente
Medio y África al sur del Sahara.
Schiff dice que los datos indican que los emigrantes educados procedentes de la
India y del Reino Unido tienen más probabilidades de conseguir un trabajo acorde
con su nivel de conocimientos en los Estados Unidos.
“Una de las principales razones es el idioma. Tanto la gente con educación
terciaria de la India como del Reino Unido hablan inglés y, por supuesto, esa es
una gran ventaja cuando emigran a los Estados Unidos”, concluye.
Beneficios para los países de origen
Independientemente de que el emigrante sea educado o no, el informe indica
claramente que las remesas de dinero de los emigrantes ayudan a aliviar la
pobreza en sus países de origen.
Cerca de 200 millones de personas viven fuera de su tierra natal, y se espera que
las remesas asciendan a unos US$225.000 millones en 2005, de acuerdo con una
publicación del Banco titulada Perspectivas Económicas Mundiales de 2006, que
aparecerá próximamente.
François Bourguignon, Primer Vicepresidente y Economista Principal de Economía
del Desarrollo del Banco Mundial, dice que la evidencia de la encuesta por
hogares que presenta el volumen demuestra que existe un nexo directo entre la
migración y la reducción de la pobreza.
Una encuesta que se llevó a cabo entre hogares filipinos revela que las remesas
que reciben las familias se traducen en una reducción del trabajo infantil, mayor
asistencia escolar infantil, más horas de trabajo independiente y una tasa más alta
de personas que establecen sus empresas con uso intensivo de capital.
En el estudio de un caso práctico en Guatemala, las remesas redujeron el nivel y
la severidad de la pobreza. El mayor impacto se observó en la severidad de la
pobreza, dado que las remesas conforman más de la mitad de los ingresos del
diez por ciento de las familias más pobres.
El informe revela que las remesas que envían los expatriados a Guatemala se
utilizan en inversiones personales tales como educación, salud y vivienda, más
que en alimentos y en otros bienes.
Una excepción en la zona rural de México
Si bien el informe devela que el dinero enviado por los expatriados a sus familias
se ha traducido, por lo general, en mayores inversiones en materia de educación,
cita una excepción que se produce en las zonas rurales de México.
Los estudios del informe indican que los adolescentes entre 16 y 18 años de
aquellas familias en las que uno de sus integrantes ha emigrado, tienen un nivel
inferior de educación que las familias en las que no hay ningún expatriado.
Esta conclusión se atribuye a la situación peculiar que
viven los emigrantes rurales mexicanos dentro del
mercado laboral estadounidense – el hecho es que
aunque acudan o no un año más a la escuela, sólo
consiguen trabajos no calificados en los Estados Unidos
debido a su bajo nivel de educación. Por lo tanto, la
población rural de México que planea emigrar a los
Estados Unidos tiene muy poco incentivo para invertir en
educación.
¿Cuál es el próximo paso?
La próxima etapa del programa de investigación será utilizar la información
existente y generar otros datos sobre diversos temas a fin de examinar la
efectividad de una serie de políticas y programas. El objetivo es obtener
recomendaciones sobre políticas con base en pruebas de peso y análisis.