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COMUNICACION DESARROLLO DE LA FUNCIÓN SIMBÓLICA Todos nos comunicamos. Para ello utilizamos el lenguaje oral, las palabras escritas, los gestos o símbolos. Un afiche, por ejemplo, es un símbolo comunicador. Con todas estas formas queremos manifestar o expresar algo. Ese algo es un significado. Al decir o escribir: El niño juega con las bolitas representamos el hecho real de un niño que está jugando con las bolitas. Ese es el significado que se requiere transmitir. La forma más compleja de representar la realidad es sin duda, el lenguaje. Llegar a este nivel de representación, que utiliza las palabras como signos para enunciar acontecimientos no presentes, supone una construcción, producto de toda una evolución que tiene sus raíces en la más tierna infancia que se manifiesta de diversas maneras. DEL NACIMIENTO A LOS DOS AÑOS: Desde el nacimiento hasta los dos años la acción del niño es fundamentalmente practica, y se encuentra ligada a los objetos y situaciones presentes en el aquí y ahora. El niño no tiene aún la posibilidad de representar mentalmente hechos y objetos ausentes. En esta etapa las imágenes se producen a través de experiencias con objetos y acontecimientos reales. Se establece, así, la base para la habilidad de simbolizar o representar. Las experiencias sensoriales, afectivas, sociales, entre otras, estimulan la formación de las imágenes y, por lo tanto, la capacidad de imaginar. Sin embargo, ya desde sus primeros días el niño otorga significado algunos objetos o sucesos: El niño se tranquiliza al ver el biberón, porque asocia su figura con un significado (es algo que le calma el hambre ). Desde muy temprano el bebé sonríe cuando escucha la voz de su mamá que se acerca. Entre los seis meses aparece la posibilidad de descubrir por indicios. En ese momento el niño avanza en su capacidad de representar: ya no requiere de la presencia de todo el objeto; una parte de el o algún efecto que éste produzca serán suficientes para identificarlo. Reconoce el objeto, la persona o situación a través de una de sus partes, de un efecto producido por el o de un antecedente temporal. Por ejemplo, identifica un juguete a partir de una parte que queda visible (significante).

Funcion simbolica

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COMUNICACION

DESARROLLO DE LA FUNCIÓN SIMBÓLICA

Todos nos comunicamos. Para ello utilizamos el lenguaje oral, las palabras escritas, los gestos o símbolos. Un afiche, por ejemplo, es un símbolo comunicador. Con todas estas formas queremos manifestar o expresar algo. Ese algo es un significado.

Al decir o escribir: El niño juega con las bolitas representamos el hecho real de un niño que está jugando con las bolitas. Ese es el significado que se requiere transmitir.

La forma más compleja de representar la realidad es sin duda, el lenguaje. Llegar a este nivel de representación, que utiliza las palabras como signos para enunciar acontecimientos no presentes, supone una construcción, producto de toda una evolución que tiene sus raíces en la más tierna infancia que se manifiesta de diversas maneras.

DEL NACIMIENTO A LOS DOS AÑOS: Desde el nacimiento hasta los dos años la acción del niño es fundamentalmente practica, y se encuentra ligada a los objetos y situaciones presentes en el aquí y ahora. El niño no tiene aún la posibilidad de representar mentalmente hechos y objetos ausentes.

En esta etapa las imágenes se producen a través de experiencias con objetos y acontecimientos reales. Se establece, así, la base para la habilidad de simbolizar o representar. Las experiencias sensoriales, afectivas, sociales, entre otras, estimulan la formación de las imágenes y, por lo tanto, la capacidad de imaginar. Sin embargo, ya desde sus primeros días el niño otorga significado algunos objetos o sucesos: El niño se tranquiliza al ver el biberón, porque asocia su figura con un significado (es algo que le calma el hambre ). Desde muy temprano el bebé sonríe cuando escucha la voz de su mamá que se acerca. Entre los seis meses aparece la posibilidad de descubrir por indicios. En ese momento el niño avanza en su capacidad de representar: ya no requiere de la presencia de todo el objeto; una parte de el o algún efecto que éste produzca serán suficientes para identificarlo. Reconoce el objeto, la persona o situación a través de una de sus partes, de un efecto producido por el o de un antecedente temporal.

Por ejemplo, identifica un juguete a partir de una parte que queda visible (significante).Tiene capacidad ya, incluso, de reconocer determinada cosa a partir de su percepción por alguno de los sentidos que no sea de la vista: por discriminación táctil, auditiva, olfativa o gustativa. El sonido de la corneta (significante) representa un significado, que podría ser el pan. La voz de mamá “significa” alguna situación placentera: que lo cargará, que le dará de mamar, que le cambiará los pañales, entre otros. Estas reacciones constituyen los primeros antecedentes de la capacidad de representar.

Pero en estos casos no hay, estrictamente hablando, representación.La mamá tiene que estar presente para que el niño deje de llorar. En esta etapa no hay ninguna diferencia entre significante y significado; estos directamente ligados. La presencia de la mamá y la sonrisa de los niños son la misma situación, no hay representación como tal.

La capacidad de representar se irá desarrollando en la medida que el niños construya mentalmente el objeto, descubrir en él sus cualidades y se vaya descubriendo a sí mismo como diferente de los objetos.

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Esto constituye un avance, ya que el niño no necesita el objeto total para reconocerlo, le basta un indicio de tal objeto para reconstruirlo mentalmente.Estas manifestaciones son los antecedentes de la representación. Esta se da, propiamente, cuando los objetos o acciones representan algo diferente de lo que ellos mismos son: mover la mano (significante) quiere decir despedirse (significado); una muñeca (significante) representa a la hermanita menor (significado).

Estas dos etapas constituyen dos niveles —nivel de objeto y nivel de índice—, considerados como antecedentes de la función simbólica, porque requieren que todo el objeto o una parte o efecto de él estén presentes para producir imágenes. No cumplen la condición de la función simbólica, que es la de representar algo ausente.

Surgimiento de la función simbólicaAlrededor del año y medio o los dos años surgen una variedad de conductas que ponen de manifiesto la capacidad de representación del niño o función simbólica. La representación comienza imitando a un modelo presente.

Más tarde, el niño es capaz de imitar a una persona que en ese momento se encuentra ausente: juega a la mamá y. a través del juego, representa algo que vio y que no está presente.Simultáneamente, aparece el lenguaje, el que será utilizado por el niño en forma libre para expresar lo que desea.

Posteriormente aparece el dibujo como una manifestación más de la función simbólica.A partir del surgimiento de la función simbólica se produce un salto cualitativo en las posibilidades intelectuales del niño, dado que gracias a la representación el niño puede evocar hechos pasados, así como prever acontecimientos futuros.

En este nivel (simbólico) las representaciones se manifiestan mediante símbolos que el niño crea: gestos, acciones observadas, dibujos que quieren reproducir la realidad generalmente ausente.Estos símbolos constituyen algo diferente e independiente del objeto. Son algo que lo representa, pero que, al mismo tiempo, guardan alguna semejanza con la realidad. – un ejemplo: el niño reproduce las acciones realizadas por su papá. Hay semejanza entre lo que él hace y lo que vio hacer a su padre.

El dibujo de un niño, una casa construida con bloques de madera, un buey modelado en arcilla, las acciones que los niños realizan al jugar a la tienda corresponden al nivel simbólico.Lo que el niño representa —esto es, sus símbolos— guarda cierta relación con lo representado, aunque estas expresiones están marcadas por los rasgos individuales. Por ejemplo, un palito se convierte en flauta, el cual guarda alguna semejanza con la realidad y adquiere las características que el niño individualmente le confiere. A estas representaciones que guardan alguna semejanza con la realidad se les llama símbolos.

A través de la imitación, el juego simbólico, el dibujo, el modelado, etc. el niño crea símbolos. Ellos le sirven para representar la realidad. Los símbolos son individuales, creados y entendidos por cada sujeto.

Hablemos ahora del lenguaje que el niño emplea aproximadamente desde los dos años. En su evolución, el lenguaje oral se va haciendo cada vez más preciso y adecuado, hasta que, al llegar a los cinco o seis años, el niño empieza a acceder a los primeros signos escritos y gráficos. Como en el caso de los símbolos— de representar la realidad; pero, a diferencia de aquellos, las palabras o códigos que usa no guardan ninguna semejanza con ella. Por ejemplo: La palabra “árbol’ no se parece en nada al objeto árbol. No hay ninguna semejanza entre significante y significado. A estas representaciones (palabra, códigos) se les denomina signo.

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Mientras que los símbolos son individuales y válidos para el sujeto, los signos son más bien convencionales y colectivos. El niño aprende porque, por una convención social, por un acuerdo, el grupo en el que vive ha aceptado que una palabra determinada sirva para expresar determinado significado:´Wasi’, en quechua“Maison”, en francés

“House”, en inglés“Casa”, en castellano

Así, también, el niño ha llegado a establecer las reglas para relacionar y combinar las palabras. Por esto los signos se convierten en colectivos, válidos para una gran mayoría.

A este nivel de representación corresponde la palabra oral y escrita, numerales, signos de puntuación, señales de tránsito, notas musicales u otros símbolos convencionales. El uso de los signos del lenguaje constituye el nivel de representación más evolucionado y abstracto. Sin embargo, en el momento en que aparece el lenguaje los niños ‘crean” o usan términos que no son las palabras convencionalmente aceptadas. Dicen “guau” por decir perro, y usan esta expresión cada vez que ven un animal de cuatro patas. Lo mismo ocurre cuando llaman “ti-ti” al carro.

Antes que signos, estas expresiones parecen símbolos, porque guardan cierta semejanza con lo representado, no coinciden con el significado aceptado socialmente, y porque el significado es individualizado por el niño.

Por ello puede afirmarse que, en sus orígenes, el lenguaje está entre el símbolo y el signo; sin embargo, al evolucionar se acerca cada vez más al nivel del signo.Las otras manifestaciones de la función simbólica en cambio, permanecerán siempre a nivel de símbolo.

1.5 LA FUNCIÓN SIMBÓLICA: MANIFESTACIONES

La función simbólica es la capacidad de representar mentalmente un objeto o acontecimiento no presente (significado) y expresarlo por medio de la imitación, el juego simbólico, la construcción, el modelado, el dibujo y el lenguaje (significantes).Lo característico de la función simbólica es la evocación representativa de los objetos o acontecimientos no presentes en ese momento.

Este proceso de representación, como se ha dicho anteriormente, se inicia entre el año y medio y los dos años, y continúa desarrollándose gradualmente a través de las etapas posteriores.

Sus principales manifestaciones son:a. La imitación

Al principio el niño imita gestos y acciones en presencia del modelo. Posteriormente aparece la imitación diferida; que es aquella que se produce en ausencia del modelo y que se sustenta en la evocación de algo vivido o percibido anteriormente, para lo cual el niño tiene que retener una imagen o representación mental de la realidad.

El gesto que se usa para imitar es el inicio de un significante que se parece en algo a lo que se quiere representar (significado). Por ejemplo: Un niño de dos años ve a su papá sembrando. Después que el papá se ha ido el niño lo imita, recordando lo que le vio hacer.

b. El juego simbólicoEs una actividad de auténtica representación con significantes diferenciados, surge casi al mismo tiempo que

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la imitación diferida. El gesto imitador se acompaña, a menudo, de objetos que se hacen simbólicos. Es el caso, por ejemplo, de una niña de tres años que juega a la comidita con piedritas y palitos que su imaginación convierte en papas y cucharas.En este caso los gestos imitadores (significantes) representan una acción realizada por la madre (significado); las piedras y palitos (significantes) representan vayas y cucharas (significados).

c. El dibujo, el modelado y la construcciónEl dibujo se inicia con los garabatos, trazos espontáneos que el niño realiza como ejercitación motora (a partir de los dieciocho meses). En un proceso de carácter progresivo, la función motora se coordina con la función perceptiva (ojo-mano), hasta que el niño —aproximadamente a los tres años y medio— logra realizar sus primeros dibujos figurativos como manifestación de la función representativa que permite la expresión gráfica de las imágenes mentales.

A través de sus dibujos — así como en el modelado y la construcción— el niño hace un esfuerzo por imitar la realidad y representarla, aunque la imagen gráfica, lo que se modela o se construye (significantes) no son la realidad (significado), la representan y se parecen en algo a ella.

d. LenguajeEs la forma más compleja y abstracta de representación. Cuando uno habla o escribe representa, a través de las palabras, los significados que desea transmitir. El lenguaje permite la evocación, mediante la palabra, de acontecimientos no actuales. Implica empleo de signos (significantes), que son muy diferentes de la realidad que representan.

1.6 NIVELES DE REPRESENTACION Y EVOLUCION DE LA FUNCION SIMBOLICA

A medida que los niños desarrollan cada vez tienen mayor capacidad para recordar e imaginar las cosas que no se encuentran presentes. Uno de los procesos más importantes en el desarrollo que logran los niños es su habilidad para representar su conocimiento del mundo a través de diversos medios. Pero solo tendrá sentido estimular diversas formas de representación, después de haber practicado con éxito múltiples experiencias activas.Los niveles de representación de la función simbólica los encontramos en lo siguiente:

a. NIVEL DEL OBJETOEn este nivel las imágenes mentales se producen a partir de experiencias con objetos reales. Se establece así la base para representar o simbolizar. Las experiencias sensoriales, afectivas, sociales, etc. Estimulan la formación de imágenes mentales y por lo

tanto la capacidad de imaginar y recordar. No solo se trata de experiencias directas sino va más allá, para conocer el mundo y

representarlo, el niño requiere “experiencias activas”.

El nivel de objeto es la interiorización de experiencias vividas por el niño en los cuales él actúo sobre los objetos. Brindar a los niños

modelos para que copien, limita la experiencia sólo a mirar o

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escuchar, proporcionarles libros para colorear objetos similares pueden inhibir el proceso de representación y estimular sólo la terminación de un producto que aparenta ser una representación.Sugerencias para estimular el nivel objeto:

Explorar con todos los sentidos Estimular la exploración con preguntas abiertas Manipular, transformar, combinar materiales y descubrir relaciones Elegir materiales y proponer actividades. Expresar los sentimientos con palabras- Divertirse con el lenguaje Estimular al niño a inventar Hacer que el propio lenguaje oral sea escrito y sea leído.

b. NIVEL DE INDICIOEn este nivel los niños avanzan en su capacidad de representar, ya que no requiere la presencia de todo el objeto, sino que a partir de una parte o efecto de éste lo llegue a identificar. Para interpretar un indicio sensorial, el niño debe haber tenido la experiencia con el objeto al cual se refiere.

Un niño que ha tenido una amplia variedad de experiencias activas puede identificar muchos objetos basados en sus indicios sensoriales puede imaginar el objeto completo por la parte que se ve, huele, escucha, prueba, toca. El indicio sensorial sirve como recordatorio con el cual el niño puede completar su propia representación del objeto.

Sugerencias para estimular el nivel de indicio: Reconocimiento a través de una parte del objeto. Reconocimiento de objetos a través de los órganos

sensoriales Reconocimiento de voces. Reconocimiento de huellas. Reconocer y producir sombras.

c. NIVEL DE SIMBOLOSon las representaciones individuales creadas por cada sujeto, que guardan alguna semejanza con la realidad (se parecen al objeto) a través de la imitación, el juego simbólico, el dibujo, el modelado, la construcción el niño crea con los cuales representa la realidad.

Sugerencias para estimular el nivel de símbolo: Imitar acciones y sonidos Relacionar dibujos, fotos con acciones reales. Actividades de modelado, dibujo, pintura, collage Estimular con preguntas para que agreguen, varíen, relacionen elementos, den sus

opiniones

d. NIVEL DE SIGNOSon las representaciones que realiza el sujeto que no guardan ninguna semejanza con el objeto. A estas representaciones se les llama códigos o palabras. Son convencionales y por consiguiente colectivas válido para un grupo, mientras que los símbolos son individuales.

A nivel de representación corresponden palabras escritas, numerales, signos de puntuación, señales de tránsito, notas musicales.

El lenguaje oral y el lenguaje escrito es el sistema de signos mayor que le es trasmitido al niño. El uso de los signos del lenguaje (escritura) construye el nivel de representación más evolucionado y la forma más abstracta de representación.