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Ciudad Universitaria, 11 de septiembre de 2017 GACETA UNAM A l arrancar 1910, el país se vio envuelto en una gran agi- tación política: la sucesión presidencial estaba cerca. Por un lado, el Club Reeleccionista postuló a Porfirio Díaz, presidente, y a Ramón Corral, vicepresidente, mientras que el Club Soberanía Popular propuso a Bernardo Reyes como vicepresidente en fórmula con Díaz, quien ante el arrastre de Reyes le quitó el mando en Nuevo León y lo envió a Europa en una misión de gobierno. Por el otro lado estaba el Partido Anti- reeleccionista, encabezado por Francisco I. Madero, Filomeno Mata y José Vasconcelos, entre otros. A mediados de ese año, los estudiantes cuestionaron nueva- mente la enseñanza positivista. Reunidos en grupos empezaron a relacionarse con nuevas corrientes filosóficas y estudiaban a LA REVOLUCIÓN ESTREMECE AL PAÍS 1910 En 1913 se militariza la preparatoria Se cumple el sueño de Justo Sierra: nace la Universidad Nacional de México Número 3 Preparatorianos en San Ildefonso

GACETA UNAMPreparatorianos en San Ildefonso … · del Ateneo había roto con la filosofía de Augusto Comte ... rio Díaz se exilió a París. Francisco León de la Barra fue

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Ciudad Universitaria, 11 de septiembre de 2017 •GACETA UNAM

Al arrancar 1910, el país se vio envuelto en una gran agi-tación política: la sucesión presidencial estaba cerca. Por un lado, el Club Reeleccionista postuló a Porfirio Díaz, presidente, y a Ramón Corral, vicepresidente, mientras

que el Club Soberanía Popular propuso a Bernardo Reyes como vicepresidente en fórmula con Díaz, quien ante el arrastre de Reyes le quitó el mando en Nuevo León y lo envió a Europa en una misión de gobierno. Por el otro lado estaba el Partido Anti-reeleccionista, encabezado por Francisco I. Madero, Filomeno Mata y José Vasconcelos, entre otros.

A mediados de ese año, los estudiantes cuestionaron nueva-mente la enseñanza positivista. Reunidos en grupos empezaron a relacionarse con nuevas corrientes filosóficas y estudiaban a

LA REVOLUCIÓN ESTREMECE AL PAÍS

1910En 1913 se militariza la preparatoria

Se cumple el sueño de Justo Sierra: nace la Universidad Nacional de México

Número 3Preparatorianos en San Ildefonso

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Ciudad Universitaria, 11 de septiembre de 2017

Schopenhauer y Nietzsche. Entre esos jóvenes se distin-guían Alfonso Caso, Julio Torri, Pedro Henríquez Ureña y José Vasconcelos, quienes, un año antes, habían creado el Ateneo de la Juventud, grupo humanista opuesto a la filosofía positivista imperante en la época. La generación del Ateneo había roto con la filosofía de Augusto Comte y de Herbert Spencer, acudiendo a Henri Bergson, Arthur Schopenhauer y José Enrique Rodó, entre otros.

1910, año de la celebración del Centenario y también de los primeros latidos de la Revolución y de la crea- ción de la Universidad Nacional, idea iniciada desde 1881 y que pugnaba porque México tuviera una institu-ción de esa dimensión educativa. Justo Sierra, diputado y secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, trabajó con las comisiones en el proyecto de la ley constitutiva de la Universidad Nacional y luchó para que la ENP quedará adscrita a dicha institución.

El 26 de mayo de 1910 se promulga la Ley Constitu-tiva de la Universidad Nacional de México, en la que, en su artículo primero, se “instituye con el nombre de

INAUGURACIÓN, EN 1910, DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MÉXICO EN EL ANFITEATRO DE LA ENP

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la Universidad Nacional de México, cuerpo docente cuyo objeto primordial será realizar en sus elementos superiores la obra de la educación nacional”. Establece además que “la Universidad quedará constituida por la reunión de Escuelas Nacionales Preparatoria, de Juris-prudencia, de Medicina, de Ingenieros, de Bellas Artes (en lo concerniente a la arquitectura) y de Altos Estudios”.

Así, la Escuela Nacional Preparatoria, fundada por Juárez a iniciativa de Gabino Barreda en 1867, quedó también integrada desde 1910 a la naciente Universidad Nacional de México.

Gracias a las gestiones de Sierra, en 1905 se ha-bía creado la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dependencia de Estado que concentró la tarea educativa. Como titular de esta institución, cristalizó una de sus más ambiciosas propuestas: la fundación de la Universidad Nacional de México, proyecto aprobado en 1907 por el presidente Porfirio Díaz, con el deseo de que su inauguración formara parte de las celebraciones del primer centenario de la Independencia de México.

La apertura oficial de la Universidad Nacional de Méxi-co fue el 22 de septiembre de 1910 en el Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria, con la presencia del presidente Díaz, invitados nacionales y delegados de las universidades de California, 0xford, París, 0viedo, Harvard, Génova, La Habana, Yale, Pennsylvania, Princeton, Berlín, Columbia, Northwestern, Texas y del Tecnológico de Massa-chusetts. El sueño de Justo Sierra se hacía realidad.

En su discurso de inauguración, Justo Sierra definió la relación de esta nueva institución con la Real y Pontifi-cia Universidad de México: “¿Tenemos una historia? No. La universidad mexicana que nace hoy no tiene árbol genealógico; tiene raíces, sí... “no puede, la Universidad que hoy nace, tener nada de común con la otra”.

La nueva institución se caracterizó por la incorpora-ción sin modificación de las escuelas nacionales donde se enseñaban las profesiones libres, por la independen-cia de estas escuelas, y por la creación de una Escuela de Altos Estudios. La Ley Constitutiva era una mezcla de ley general y de estatutos, contenía pronunciamientos básicos y reglamentos muy detallados, por ejemplo, en lo referente al funcionamiento del Consejo Universitario o a la contratación de profesores. La tarea de la nueva institución sería “realizar en sus elementos superiores la obra de la educación nacional”, como señalaba en el artículo 1, y en el artículo 8, inciso III, se mencionaba, como atribución del Consejo Universitario, “organi- zar la extensión universitaria, mediante la aprobación de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes”. Así quedaron definidas las funciones de la Universidad Nacional: docencia y extensión universitaria.

Secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, Sierra expuso los propósitos, los medios y la filosofía educativa de la Universidad Nacional de México, cómo se insertaría en la vida nacional y cuáles serían sus bene-ficios. En la Universidad –dijo– se debe crear al hombre integral, cultivando los aspectos físico, intelectual, ético y estético. Y uno de los aspectos que debe atender con prioridad es el científico y el desarrollo en los espíritus del amor puro a la verdad.

Ahí expresó su ideario educativo, que conjugaba el pensamiento filosófico de la época con una misión que consideraba las elevadas tareas que debía cumplir una Universidad con las características de la que estaba en sus manos inaugurar. La noción que enunció bajo esta premisa era característica del pensamiento positivista, el cual llevaba las teorías de la evolución de las espe-cies al plano social, y veía en los avances tecnológicos signos irrebatibles de que la humanidad se dirigía hacia una situación de mejora constante.

SE INAUGURA LA UNIVERSIDAD

NACIONAL DE MÉXICO

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PORFIRIO DÍAZ

FRANCISCO I. MADERO

Y MIENTRAS, EN EL MUNDO…

• En 1911, el explorador estadunidense Hiram Bingham descubre Machu Picchu, en Perú.

• En 1912, en el Océano Atlántico, se hunde el trasatlántico Titanic, fabricado en Belfast, Irlanda. Fallecieron ahogadas o por hipotermia mil 513 personas de 2 mil 224 ocupantes.

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DESCONTENTO SOCIAL; CAÍDA DE DÍAZ, ASUNCIÓN

DE MADEROA sólo dos meses de la inauguración de la Universidad Nacional, el descontento social arrasó con el gobier-no porfirista y durante una década sumió al país en una espiral de inestabilidad social y política, sin faltar la intervención armada de EU. Fue en ese panorama político social en el cual se desenvolvería la vida aca-démica de la naciente Universidad y de la Escuela Nacional Preparatoria.

El 19 de noviembre de 1910 se dio el primer en-frentamiento armado, en Puebla; los cursos de la ENP continuaron normalmente. Justo Sierra, por el acontecer político, renunció a la Secretaría de Instrucción el 1° de diciembre. Díaz ignoró la dimisión, pero en marzo de 1911 Sierra le reiteró su decisión de alejarse del cargo. Eze-quiel A. Chávez renunció a la subsecretaría que Sierra le había confiado. Manuel Flores, director en varias ocasio-nes de la ENP, continuó en el cargo hasta junio de 1911, un mes después de la caída de Díaz y del triunfo de Madero.

El primero de julio de 1911 se designó a Francisco Echegaray nuevo director, siendo así Flores el último de tendencia positivista, esa que los discípulos de Barreda defendieron por todos los medios.

La rebelión encabezada por Madero triunfó y Porfi-rio Díaz se exilió a París. Francisco León de la Barra fue nombrado presidente provisional y Echegaray director de la ENP, cuyo Consejo Universitario decidió acortar el ciclo escolar 1911/12, a fin de que iniciaran a principio de año.

Al llegar Madero al poder –noviembre de 1911– designó a Valentín Gama director de la ENP. La Univer-sidad Nacional dependía del Ministerio de Instrucción Pública, y el primero de sus rectores, Joaquín Eguía Lis, profesor de derecho romano, trató con cinco ministros: Justo Sierra –quien lo nombró rector de acuerdo con Porfirio Díaz– Jorge Vera Estañol, Francisco Vázquez Gómez, Miguel Díaz Lombardo y José Pino Suárez. El primer informe de Eguía Lis correspondió al periodo de septiembre de 1910 a septiembre de 1912.

RAFAEL ALTAMIRA, JUSTO SIERRA Y EZQUIEL A. CHÁVEZ

Para la elaboración del modelo de Universidad que requería el país, Sierra buscó el apoyo de Ezequiel A. Chávez, a quien envió a Estados Unidos y Europa para conocer distintas universidades y ver de cerca la forma en la que estaban conformadas. A su regreso, Chávez y Sierra trabajaron en la creación de una institución que estaría integrada por la Escuela Nacional Preparatoria, Jurisprudencia, Medicina, Ingenieros y Bellas Artes. Además, se planteó la Escuela de Altos Estudios que, en sus inicios, se concibió como la que concentraría los conocimientos más elevados en todas las áreas.

Respecto a la Escuela Nacional Preparatoria su po-sición era clara: la enseñanza secundaria, "que es la que forma el núcleo de lo que suele llamarse clases directoras", pero continuaba suscitando "empeñados debates", no sólo entre los cuerpos científicos sino aun en los órganos legislativos europeos. Por contraste, "el modo mexicano" de entenderla se había resuelto desde la fundación de la Escuela Nacional Preparatoria, plan-tel que fungía como modelo para todos los de su tipo en los estados. Gracias a que desde su establecimiento obedeció a un pensamiento fundamental, definido y claro, pues, para lograr sus fines, "se empleó un método lógico y encadenado en todas sus partes", la Preparato-ria superaba a todas las entidades educativas europeas semejantes, cualesquiera que fueran sus nombres o sus características específicas.

• 1913: Primera exposición de arte moderno en NY, donde se describe a Paul Cézanne como “un vagabundo francés”; Vincent Van Gogh, “un recluso flamenco medio loco” y Paul Gauguin, "un trotamundos de mala reputación”.

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EN LA PREPA, TODOS CON

GRADO MILITARSólo los gobiernos de los estados de Coahuila y Chi-huahua no reconocieron al gobierno del usurpador, mientras que en la Ciudad de México la ENP fue milita-rizada, al igual que las regiones dominadas por Huerta.

El 9 de agosto de 1913 se declararon la educación fí-sica y la instrucción militar obligatorias para los alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria. De acuerdo con el programa, este nivel de enseñanza tenía como objetivo principal la educación física, intelectual y moral, y el plan de estudios introducía los ejercicios militares obli-gatorios para todos los estudiantes.

El 30 de agosto se publicó el Reglamento provisional para la organización militar de la Escuela Nacional Prepa-ratoria, compuesto por 18 capítulos, entre los cuales se especificó que la Preparatoria se organizaba disciplinaria y orgánicamente como cualquier institución militar.

Durante la gestión de Madero, la ENP fue el refu-gio natural de quienes luchaban por la democracia en la nación. Ahí se reunieron José Vasconcelos, Pedro Henríquez Ureña, Martín Luis Guzmán, Isidro Fabela, Antonio Caso, Rafael Cabrera, Julio Torri…

Con Eguía Lis al frente de la Universidad Nacional, el 24 de junio de 1912 culminó, dentro de la Escuela Na-cional de Jurisprudencia, el movimiento secesionista, que dio pie a la fundación de la Escuela Libre de De-recho. A su sucesor, Ezequiel A. Chávez (diciembre de 1913 a septiembre de 1914) correspondió hacer frente a una nueva Ley Constitutiva de la Universidad Nacional, que omitió incluir a la Escuela Nacional Preparatoria entre las instituciones universitarias.

Un golpe militar enmarcado en lo que se cono-ce como Decena Trágica –del 9 al 19 de febrero de 1913–derrocó a Francisco I. Madero de la presidencia. La sublevación se inició en la Ciudad de México, don-de un grupo de disidentes comandado por el general Manuel Mondragón se levantó en armas y liberó a los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz. Posteriormente, asaltaron algunas dependencias de gobierno y decre-taron estado de sitio.

Se exigió la renuncia de Madero y José María Pino Suárez, lo cual se rechazó. El 17 de febrero, Gustavo A. Madero descubrió que Victoriano Huerta estaba en arreglos con los opositores y lo llevó ante el presidente, quien no lo creyó y lo liberó. Poco después, Huerta sig-nó un acuerdo —el Pacto de la Embajada— en la sede de la representación de Estados Unidos en nuestro te-rritorio, apoyado por el embajador Henry Lane Wilson, con Félix Díaz, en su calidad de jefe del ejército federal, consumando su traición destituyendo al presidente y al vicepresidente.

Ese mismo día, Madero y Pino Suárez fueron apre-sados y obligados a renunciar al día siguiente. El 20 de febrero, Victoriano Huerta fue designado presidente mediante una serie de maniobras ilegítimas.

El 22 de febrero de 1913, en los traspatios del Pa-lacio de Lecumberri de la Ciudad de México fueron asesinados Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, presidente y vicepresidente de México, por el comandante de las Fuerzas Armadas, Victoriano Huer-ta, quien se mantuvo en el poder por poco más de un año hasta su renuncia el 15 de julio de 1914.

Gracias a la Ley de Fugas se justificó oficialmente el crimen de Madero y Pino Suárez. El hecho sucedió a pesar de que ministros de varios países solicitaron que se preservara su vida. Gustavo A. Madero, tres días antes de la muerte de su hermano, fue asesinado por las fuerzas del general Félix Díaz en La Ciudadela de la Ciudad de México por orden de Huerta. Madero y Pino Suárez fueron obligados a firmar sus renuncias, ignorantes de la suerte de Gustavo.

La ejecución del presidente y su vicepresidente nunca fue manejada como un asesinato por los pe-riódicos nacionales. El 24 de febrero, Madero fue enterrado en el cementerio de La Piedad. El funeral atrajo a cientos de sus simpatizantes. La represión de Huerta continuó: disolvió el Congreso y ordenó matar a varios diputados y senadores, entre ellos al chiapaneco Belisa- rio Domínguez.

DECENA TRÁGICA

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Tales cambios pueden considerarse forzosos, pues el oficio en que se decretaba la militarización lo expresaba en los términos siguientes: “… y teniendo en cuenta, por último que el artículo 47 del propio plan de estudios autoriza a dictar las disposiciones secundarias que se necesiten para lo que sea conveniente en cuanto a los puntos no previstos en el repetido plan de estudios, se resuelve que tanto la educación física como los ejercicios militares, que forman parte íntegramente de dicha edu-cación, deberán ser obligatorios para todos los alumnos de la Escuela Preparatoria y, por consiguiente, no podrán ser inscritos ni continuar en la propia Escuela los que no estén dispuestos a hacer las prácticas relativas, entre las cuales se cuenta el uso del uniforme correspondiente”.

En lo académico, éste no fue el periodo más brillante de la Escuela Nacional Preparatoria, pero sí una épo-ca heroica donde su vocación democrática le permitió sobrevivir a las circunstancias históricas por las que atravesaba y duraría los 17 meses que permaneció Vic-toriano Huerta en el poder.

La vida académica de la Escuela Nacional Prepa-ratoria fue militarizada. El servicio militar dependió directamente del ministro de Guerra. Este cambio su-puso que todo el personal adscrito a la Preparatoria, desde el director hasta los empleados de la biblioteca, tuvieran grados militares:

Los estudiantes tenían el rango de cadetes, mientras que el personal administrativo tuvo grados militares.

Verbigracia: el director era coronel; el secretario, teniente coronel; el prosecretario y el prefecto superior, mayores; jefes de departamento, profesores y médicos, capitanes primeros; vigilantes y preparadores, capita-nes segundos; el oficial de la secretaria y ayudantes, tenientes; y los empleados de la biblioteca, la prefectura y de la secretaría, subtenientes.

Los alumnos estaban sometidos a los grados militares anteriores y jerárquicamente sólo estarían por encima de cabos, sargentos y demás soldados del ejército, pues eran considerados cadetes. Poseían dos uniformes, de diario y de gala, pero sólo estaban obligados a por-tarlos cuando su Compañía estuviera de servicio; los otros días podían usar su ropa común y en los casos en que dispusiera la dirección, deberían presentarse con uniforme de gala.

Se prohibió mezclar las piezas del uniforme de gala con el de diario, o utilizar ropa común combinada con piezas del uniforme, y llevar cualquier adorno ajeno. Los alumnos uniformados no podían usar paraguas, car-gar bultos de grandes dimensiones, llevar guantes que no fueran blancos y usar impermeables y abrigos que no tuvieran forma militar o similar a ésta. Los directivos, profesores, empleados administrativos, de biblioteca y

VISTA DEL ANFITEATRO DE LA ENP

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Responsables de la edición:

Gonzalo Álvarez del Villar, Hernando Luján y Silvia Carmona

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Dr. Alberto Ken Oyama NakagawaSecretario de Desarrollo InstitucionalMtro. Javier de la Fuente Hernández

Secretario de Atención a la Comunidad UniversitariaDra. Mónica González Contró

Abogado GeneralMtro. Néstor Martínez Cristo

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Director FundadorMtro. Henrique González Casanova

Director de Gaceta UNAMHugo E. Huitrón Vera

Subdirector de Gaceta UNAMDavid Gutiérrez y Hernández

Jefe del Departamentode Gaceta Digital

Miguel Ángel Galindo Pérez

Suplemento Especial 11 de septiembre 2017 | ISSN 0188-5138

DIR

ECT

OR

IO

Fotos:Archivo Histórico

de la UNAM; IISUE, Instituto Nacional de

Antropología e Historia

Diseño:Oswaldo Pizano y Miguel Ángel Galindo

Corrección:Sergio Guzmán y Karen Soto

ÓRGANO INFORMATIVO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

GACETAUNAM

de intendencia, tenían también derecho al uso del uniforme de la Escuela, sin tener obligación de llevarlo.

En esta época todas las actividades de la Preparatoria fueron normadas por el reglamento militar, incluso el modo de calificar a los alumnos, los ascen-sos, y las prácticas escolares. Fueron 17 meses de férrea disciplina castrense donde lo más importante eran las prácticas de tiro, la organización de batallones y demás unidades, las guar-dias y los ejercicios militares; de estas disposiciones sólo se exceptuaba a las estudiantes, a quienes se les podría ubi-car en algún cargo “propio de su sexo”, por ejemplo, de enfermeras.

El internado había sido fundado como una nueva Preparatoria dedicada especialmente a los muchachos que ve-nían de fuera de la capital. Ahí se hacía vida de cuartel; sus alumnos vestían uniforme, como lo llevaron también sus compañeros preparatorianos en el desfile del día 16 de septiembre de 1913.

Por esa época estaba de moda la opereta La viuda alegre, y a alguien se le ocurrió que los jóvenes se verían gallardos dentro de un atuendo que recordaba vagamen-te el del conde Danilo: gorro con pompón blanco, traje verde con vueltas rojas, polainas alpinas.

Los de caballería se tocaban con casco alemán; los de estafeta lucían una guerrera semejante a la que lle-vaban los húsares y las poquísimas mujeres formaron un cuerpo de enfermeras.

Lo anterior ocasionó que cientos de alumnos se ne-garan pues aducían que era impropia la militarización de la escuela por su condición de externado. Una parte amenazó con una huelga, mientras que otra aceptó la militarización. Fue tan tensa la situación que inclusive se previó un enfrentamiento entre los dos grupos, el cual no llegó debido a que quienes no deseaban la militari-zación optaron por abandonar sus estudios.

En la etapa huertista, la ENP tuvo dos directores: Miguel Ávalos, de marzo a septiembre de 1913, y Genaro García, de diciembre de 1913 a agosto de 1914. Poco o

nada hicieron por la institución. Nemesio García Naran-jo, ministro de Instrucción y Bellas Artes, promulgó la Ley para la Escuela Nacional Preparatoria, la que trató de romper la inercia del positivismo y permitir la expre-sión de otras ideas.

Problemático resultó también el rectorado de Valen-tín Gama (de septiembre de 1914 a diciembre de 1914, y de abril de 1915 a junio de 1915), durante el cual se elaboró un proyecto de ley que otorgaba autonomía a la Universidad Nacional, y se decretó la derogación de numerosos artículos de la ley constitutiva de 1910. No menos dificultosa fue la gestión de su sucesor, José Na-tividad Macías (julio de 1915, a noviembre de 1916, y de mayo de 1917 a mayo de 1920) lapso en el que, pese al replanteamiento de la autonomía por parte de un distin-guido grupo de profesores, se terminó por degradar a la Universidad Nacional de México a Departamento Uni-versitario y de Bellas Artes, al decretarse en el artículo 14 transitorio de la Constitución de 1917 la desaparición del Ministerio de Instrucción Pública, situación que se mantuvo durante los rectorados de Antonio Caso (del 7 al 11 de mayo de 1920) y Balbino Dávalos (de mayo de 1920 a junio de 1921).

ENFERMERAS PREPARATORIANAS EN EL DESFILE DEL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1913