Galeano

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poesia

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Eduardo Galeano, poeta y escritor uruguayo, dice sobre la esperanza: "... para m la esperanza es una cosa que tengo cuando me despierto, que pierdo en el desayuno, que recupero cuando recibo el sol en la calle y que despus de caminar un rato se me vuelve a caer por algn agujero del bolsillo. Y me digo: Dnde qued la esperanza? Y la busco y no la encuentro. Y entonces, aguzando el odo, la escucho ah, croando como un sapito minsculo, llamndome desde los pastos.La tengo, la vuelvo a perder. A veces duermo con ella y a veces duermo solo. Pero yo nunca tuve una esperanza de receta, comprada en una tienda de corte y confeccin, una esperanza dogmtica. Es una esperanza viva y, por lo tanto, no slo est a salvo de la duda, sino que se alimenta de la duda"La palabra estrella, o mgica, o la que ms se desliza y circula por las cuatro semanas de Adviento; la que ms metros recorre por los cables del micrfono, yendo y viniendo, entrando y saliendo, subiendo y bajando, lloviendo y, antes de caer en la tierra de corazn, evaporndose La que creamos tener en la cuenta del haber y sin saber cmo se mud a la del debe; la que se formula y define, la que se adorna, se improvisa, se inventa, la que recogimos dobladita el ao pasado y este ao no logramos encontrar ES LA ESPERANZA.

En el Adviento, que ya mismo adviene, la esperanza a la que nos invita la Palabra del Seor, tiene carne, nombre, rostro, historia. Es una esperanza abierta al futuro,

Mucha veces hablan de ella y se atreven a proponerla, gente desesperanzada. Y se nota. de estas cuatro semanas que los predicadores proponen a sus oyentes pasivos: gente mayor que podra aleccionarlos a ellos sobre lo que realmente significa haber dormido y velado, andado y caminado, trabajado y descansado a su lado, cargando con ella, y viceversa. Los uyos fueron tiempos difciles. No los de ahora. Tiempos en los que, como dice un autor moderno, el paraso d elos sentidos La esperanza, lo ha dicho Galeano con una belleza que es pira orfebrera, adems de un realismo que impresiona, no se tiene de una vez para siempre. O s, pero su intensidad, su certeza, tiene mucho de fluctuante. Unas veces la experimentamos con ms fuerza, otras con menos y, a veces, nos sentimos hurfanos y hurfanas de ella. Eso no quiere decir que sea inautntica o que est cimentada en el concepto de caducidad. Ms bien es ella la que nos tiene y nos sostiene, con la condicin de sabernos tenidos y sostenidas por ella.No son pocas las ocasiones en que hablamos de la esperanza de una manera engominada y barroca, desencarnada de lo que la gente vive y padece. Excesivamente espiritualista Cuando alguien experimenta con dolor que en su vida no hay salida posible, que las puertas estn cerradas a cal y canto, que el tnel es demasiado largo y no menos oscuro, se le sele animar con la famosa (y manida!) frase: Lo ltimo que se pierde es la esperanza Ciertamente, se pierde si se tiene. Porque, algo que no se tiene no se puede perder. Hay mucha desesperanza en la calle, entre las gentes. Tanta que paraceuna utopa