Gallegos - La Construcción Del Sujeto Lírico

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  • Aportes a la Teora del Sujeto Potico*

    Cristin Gallegos Daz

    Universidad de La Serena [email protected]

    Introduccin

  • Los problemas tericos acerca del llamado sujeto lrico [1] se generan a partir de las premisas filosficas del romanticismo alemn y las reconsideraciones sobre los postulados aristotlicos acerca de los gneros pico, dramtico y lrico []2. Schlegel y Hegel [3] insistieron en el carcter eminentemente subjetivo de la poesa lrica por estar relacionada con el yo, mientras la poesa dramtica fue considerada objetiva, por estar relacionada con el t, y la poesa pica, objetivo-subjetiva, por estar relacionada con el l ( D. Combe, 1996: 127).

    A partir de las consideraciones dicotmicas de objetividad-subjetividad y la distribucin retrica de los gneros, se fue consolidando la idea de que la objetividad potica es encontrable en los poemas picos y dramticos y la subjetividad, en los poemas lricos. La esencialidad de la poesa lrica residira en el sujeto concreto, en el poeta [4]. Goethe, en Poesa y verdad, vincul la creacin potica a las experiencias vividas. La poesa lrica, entonces, comienza a ser considerada como expresin del yo del poeta, del autor o escritor poeta. En pleno romanticismo, la interpretacin de los poemas se basaba en considerarlos como expresiones del contenido del yo del poeta, es decir, de su creador:

    La facultad maestra del lirismo no es tanto la imaginacin como la memoria, pues la poesa ofrece la verdad de la vida (D. Combe, 1996: 129).

    De manera que se postulaba una identidad completa entre sujeto lrico o potico y el sujeto emprico, concreto, real o poeta. Ello conllev al presupuesto de que la poesa era expresin sincera, verdica, responsable del poeta, expresin de actos y sentires no engaosos: el poeta como sujeto tico. [5]

    Las expresiones poticas eran consideradas no como ficciones o artificios, sino como autobiografas, con todas las consecuencias morales que de ellas se desprenden:

    La cuestin de la ficcin y del artificio no puede ser planteada por el Romanticismo, porque no se concibe la existencia de un sujeto especficamente lrico y porque, en poesa, se entiende que toda subjetividad es lrica (D. Combe, 1996: 130).

    La crtica a estos postulados filosficos del romanticismo abri el debate en torno a la necesidad de distinguir entre sujeto lrico y sujeto real o poeta.

    La perspectiva nietzscheana, en oposicin al romanticismo y al cogito cartesiano, sostuvo la concepcin de un yo lrico disuelto en lo universal, en lo csmico, en la naturaleza, distinto al hombre emprico real [6]. Posteriormente, los simbolistas franceses con su ideal de poesa pura, Baudelaire con su poesa impersonal, Rimbaud con su poesa objetiva (Yo es otro), Mallarm con su concepcin de la necesidad de la muerte del poeta, consolidan la nocin de sujeto lrico como sujeto distinto al poeta, sujeto emprico o concreto. Frente al ideal esttico de Goethe, el lenguaje potico como expresin veraz, autobiogrfica, de la vida y experiencia del poeta, se opone una esttica basada en el lenguaje de un sujeto lrico separado de la vida, de la autobiografa del poeta. En suma, y como lo manifestara Gottfried Benn, conocedor de las vanguardias de los aos veinte, el yo lrico moderno se concibe como deslizamiento de un yo hacia un l, una creacin compositiva. El sujeto lrico surge como una necesidad de destruirel yo potico.

    En 1910, Margerete Susman publica La esencia de la lrica moderna alemana, donde sostiene que el yo emprico, el autor, se esconde detrs de un yo lrico. Este yo lrico, diferente al yo emprico, sera una creacin de orden mtico mediante la cual la poesa se distancia de la realidad [7]. A esto se agregan, posteriormente, las ideas de

  • desegotizacin del yo potico, de despersonalizacin del yo, un yo-mscara, parecido a un l (Oskar Walzel, 1916). Hugo Friedrich (La estructura de la lrica moderna, 1956) insiste en la despersonalizacin del yo potico, en la dicotoma sujeto emprico-sujeto lrico (despersonalizado), relacionndola con la desrealizacin del mundo y con la descosificacin de los objetos, dentro de un amplio movimiento de abstraccin (D. Combe, 1996: 136).

    Se concluye, entonces, que el poema va siendo considerado ms una creacin imaginaria en contexto comunicativo que una creacin autobiogrfica, distinguindose tres niveles de sujeto: sujeto escritor (poeta), el yo emprico (sujeto vivencial), y el sujeto lrico. [8]

    Sin embargo, Kte Hamburguer, discipula de Husserl, publica en 1957, en Alemania, su obra Die Logik der Dichtung, considerada la ms importante y polmica respecto del sujeto lrico (publicada recin en francs en 1986 y en espaol en 1995 por editorial visor como La lgica de la literatura). En dicha obra, se defiende la tesis de la poesa como enunciacin real, ms precisamente enunciacin de realidad, y el sujeto lrico como sujeto enunciativo lrico, sujeto de erlebnis (traducido habitualmente como experiencia, pero sera ms apropiado el de vivencia). Hamburguer polemiz con el filsofo Roman Ingarden (Das literarische Kunstwerk, 1935) quien consideraba que en toda obra literaria, la enunciacin es fingida, separada radicalmente de la existencia vital (Ingarden tambin fue discpulo de Husserl). [9]

    De aqu en adelante, la nocin de sujeto lrico subsistir como nocin conflictiva, hipottica, portadora de problemticas de identificacin e identidad. Se le considerar un sujeto o yo diferente al sujeto o yo emprico, pero problemticamente ficticio o ficticio, ente en busca de identidad.

    Desde la mayor parte de las reflexiones y teoras poticas, la nocin de sujeto lrico se opondr a la nocin de sujeto autobiogrfico, a la poesa autobiogrfica que se basa en la identidad de autor-narrador-personaje expresados mediante la primera persona. De la tesis que considera la autonoma de un sujeto lrico, se deduce que la poesa es ficcin, que no es posible una poesa personal, una autobiografa poetizada. De la tesis de una poesa autobiogrfica se deduce que la poesa es poesa de circunstancias (Goethe, luard), de subjetividad situada histricamente, temporo-espacialmente, geogrficamente (aqu el yo potico tiende a la identidad con el yo emprico). En las tesis del sujeto lrico ste se opone en forma absoluta al sujeto circunstancial.

    Como influencia del romanticismo, la poesa se percibe como un discurso de diccin (Genette, Ficcin y Diccin,1993), en oposicin al discurso de ficcin de la novela [10]. La poesa se concretiza, as, como una enunciacin real, efectiva. Desde la perspectiva de Kte Hamburger, el yo lrico es un sujeto de enunciacin, el poema es un texto real y no ficcional, que el lector lo interpreta como un enunciado de un sujeto de enunciacin. Es decir, en un texto potico hay referencialidad a la realidad. [11]

    Martnez Bonati, en Estructura de la Obra Literaria (1972, 154 y sig.), sostiene que la creacin potica no es expresin lingstica directa del autor. El poeta crea un objeto imaginario, la frase imaginaria dotada de sentido. Hay un hablante ficticio que no es el autor:

    la obra literaria es expresin y documento biogrfico del autor, slo como un todo hecho de lenguaje imaginario, producido por l dentro de una tradicin literaria determinada. [12]

  • El poeta produce discursos imaginarios, con expresiones distintas a las utilizadas en el discurso real prctico. Las afirmaciones hechas en la obra potica, no seran afirmaciones del autor como hablante. Los hechos referidos seran ficticios. El lector debiera comprender que lo referido en la obra potica es ficticio [13]. Las frases literarias no seran frases reales del autor. El poeta no dice nada en sus versos, no expresa, en ellos, sus sentimientos. Esto sera un hablar real. La poesa no es acto lingstico inmediato del poeta, no es un discurso real. El poeta no es el hablante. El poeta (ser-poeta) no sera igual al hablante o sujeto lrico. Habra una mediacin posible, necesaria y esencial, entre poeta y discurso potico (imaginario), a travs de distanciamientos de irona y estilizacin, de composicin, de tradicin literaria, modelos, etc. El discurso imaginario no sera discurso del poeta, conservndose una radical distancia ntica entre ambos.

    Siguiendo con las reflexiones de Martnez Bonati, las hiptesis psicolgico-biogrficas acerca del autor (poeta) basadas en la obra (discurso imaginario) seran infundadas, errneas. Deben basarse en otros documentos biogrficos. Entonces, la creacin potica no es un autntico, un real decir. De acuerdo con este autor, tampoco es posible sostener que el poema expresa el pensamiento-sentimiento del autor. En la poesa no habra subordinacin representativa de la expresin objetiva (fenmeno expresivo) a la psique real del autor, porque ste no es hablante comprometido con palabras propias. Y contina Martnez Bonati:

    el poeta simboliza interioridad, la imita trabajando con un material (el lenguaje imaginario) que ya es en s smbolo de interioridad. Utilizando el discurso como smbolo trismico, el poeta crea nuevos smbolos complejos, en que nacen, como objeto, interioridades acaso hasta entonces nunca ocurridas a nadie.

    El poema es un producto de naturaleza tal que no cabra analizarlo o interpretarlo como documento lingstico y no es fuente biogrfica, puesto que el poeta no es hablante que se compromete con lo dicho. La naturaleza del poema implicar que el hablante ficticio puede ser distinto al autor, o bien una rplica fiel. Contina Martnez Bonati:

    La visin de la estructura y naturaleza de la obra potica, no permite establecer relaciones lingsticas entre la obra y la persona del autor en aspecto alguno de su ser; poesa no es discurso del poeta en cuanto hablante, ni en funcin prctica ni en funcin terica. [14]

    Finalmente, Martnez Bonati seala un defecto ontolgico: el considerar la naturaleza del objeto potico como acto real intuitivo de un alma individual (autor). La obra debe considerarse objetiva y trascendente frente a las subjetividades de autor y lector. Es un hablar imaginario, no real. Los actos imaginados son intemporales, generales, a diferencia del acto real que lo imagina, porque los signos lingsticos de una obra literaria son imitaciones ficticias (no lingsticas) de los signos propiamente lingsticos. [15]

    El poeta no afirma nada y por lo tanto no miente deca Sir Philip Sydney. Esto se refiere a algo semejante a las reflexiones de Martnez Bonati: la existencia de una relacin singular entre realidad y discurso literario, la presencia dentro de la obra literaria, de personajes y acontecimientos imaginarios; el yo potico no es un individuo emprico, sino un sujeto creado en el poema y por el poema. [16]

    La obra literaria sera un acontecimiento semntico que proyectara un mundo imaginario omniabarcante: a los narradores y lectores implcitos. Pero como no siempre la obra literaria incluye un mundo imaginario, pues puede incluir un mundo

  • histrico, hay autores que sostienen que sera ms adecuado hablar de que la obra literaria se refiere a un mundo posible entre varios mundos posibles, en lugar de mundos imaginarios (J. Culler, 1993) [17]. Culler sostiene que la obra literaria es acto de lenguaje que imita un acto de lenguaje serio. Por lo tanto, la ficcionalidad de lo literario radicara no en la no realidad de personajes, objetos, acontecimientos, sino en la no realidad de los actos de referencia. Lo ficticio sera el acto de narrar acontecimientos, acto de describir personajes, acto de referirse a lugares. Culler, en sus reflexiones, se apoya en el concepto de literaturidad, trmino introducido por los formalistas rusos para referirse a la especificidad y esencia de lo literario que radicara en los aspectos y procedimientos formales del lenguaje de la escritura [18]. Bajtin se opuso a los formalistas rusos en cuanto a que consider que el lenguaje comn, cotidiano, acciona los mismos procedimientos que el lenguaje en la poesa, pero conservan diferencias en cuanto a funciones pragmticas, funciones sociales, y recepcin.

    Hoy ya no se mira al texto por el texto, sino que hay una mirada sociolgica hacia los lectores reales, hacia los actos de lectura reales. Surgen lecturas distintas: disidentes, subversivas, exploradoras de los cdigos de intertextualidad, que buscan sentido tras del sentido, etc. (R. Robin, 1993).

    II

    Esbozos para una teora del sujeto potico (lrico)

    Considerando los antecedentes tericos expuestos en la introduccin, intentaremos exponer, desde una perspectiva multidisciplinaria (filosfica, literaria, lingstica, semitica, psicolgica, histrica y sociolgica), una aproximacin a la problemtica del sujeto lrico que pueda servir de fundamento terico para el anlisis de cualquier sujeto potico (lrico).

    Tomando en consideracin las relaciones entre universales [19] y niveles de la comparacin (P. Laurette,1993), debemos reestudiar:

    La posibilidad de comparacin entre sujeto emprico y sujeto potico, as como entre mundo real y mundo ficticio, no-real, virtual, posible, imaginario.

    La idea de comparacin entre sujeto emprico y sujeto potico, as como entre mundos distintos.

    La significacin referencial y contextual desde la perspectiva del autor, del lector, y del sujeto potico.

    El sentido de la comparacin entre sujetos y entre mundos.

    Niveles de manifestacin de las comparaciones.

    Naturaleza concreta y abstracta de las generalizaciones y de las diferenciaciones.

    Respecto de lo anterior, consideraremos en forma sucesiva, varias tesis complementarias y sus fundamentos, las que quedarn abiertas a anlisis ms rigurosos en estudios futuros.

  • 1. Es posible comparar sujetos reales y poticos, as como mundo real y mundos poticos imaginarios, porque, a diferencia de lo sealado por Martnez Bonati, no hay rupturas epistemolgicas [20] basadas en diferencias radicales nticas y ontolgicas. Martnez Bonati fundamenta en la existencia del ser ficticio del discurso potico, la distancia ntica insalvable entre persona (real) autor y la persona (ficticia) del hablante (interno) del texto potico. Esta no-identidad, esta alteridad ntica, dara lugar a la alteridad de carcter, de personalidad. El hablante ficticio puede [21] ser extremadamente diferente del autor en lo referente a personalidad, llegando a ser otro ser. La independencia del hablante intrnseco (imaginario) no existira en el caso de los discursos reales. [22]

    2. La idea de sujetos empricos y poticos radicalmente distintos, as como la idea de mundo real y mundo potico radicalmente distintos la consideramos inapropiada, pues se basan en dicotomas y no en interrelaciones o nexos de formas de representacin y formas de expresin basadas en las funciones complejas de la palabra, fundamentalmente en la funcin categorial (Vygotski) [23]. Por ello, es posible establecer lazos dinmicos, dialgicos y creativos entre el pensamiento y el poema, entre la metfora y el concepto, entre la realidad y el placer, entre las razones y los sueos. [24]

    3. La poesa, como una de las formas ms complejas de la vida consciente, implica elaboracin de informacin mediante procesos de actividad objetal [25], elaboracin que se efecta, necesariamente, a travs del lenguaje. Estos procesos de actividad objetal significan, en el plano interno del poeta, operaciones complejas con los objetos externos, pero en forma representativo-imaginativa. La actividad potica, como forma de comportamiento y actividad social, se constituye como trabajo social. La evolucin de la poesa oral y escrita, y la transformacin histrica de la poesa oral en escrita, debe entendrsela como procesos incluidos en la ya larga existencia histrico-social del ser humano centrada en el trabajo social. Es posible comprender as, que la poesa oral haya estado estrechamente ligada a un sistema de cdigos lingsticos simprxicos, muy anexada a la prctica social del hombre, a la gestualidad, a la referencia (caso de la poesa pica y dramtica, de la poesa campesina actual, oral por excelencia, ligada a las actividades sociales agrcolas y al mundo generado por ellas). En cambio la poesa escrita sigui una evolucin que implic sistemas de cdigos simsemnticos, posibilitando la desvinculacin, nunca total, de las experiencias sensoriales y la actividad prctico-concreta [26]. Se configura, de esta manera, una expresin lingstica abstracta, un salto de la sensorialidad a la racionalidad, de la simpraxis a la simsemntica, de lo oral-concreto, a lo escrito-abstracto, del comportamiento y pensamiento concreto, al comportamiento categorial (Vygotski), ms abstracto (conceptual). El orgen de esta evolucin lingstica slo es explicable si consideramos las formas sociales de la existencia histrica del hombre (Luria, Vygotski, Leontiev, y otros). De tal manera que, al considerar la actividad potica como actividad social y actividad consciente, los enunciados poticos no pueden interpretarse, comprenderse, explicarse, desde la perspectiva de una supuesta inspiracin del alma o de una actividad cerebral desligada de la realidad personal e histrica, del trabajo personal y social, del lenguaje como producto histrico, de la palabra que codifica nuestras experiencias.

    La actividad potica se mueve emancipada de los contextos simprxicos, e incluye sistemas de cdigos sociolectales e idiolectales que designan las objetualidades y expresan ideas y emotividades [27]. Pero no puede emanciparse completamente de la realidad. La palabra potica conserva funcin designativa o denotativa o referencial o referencia objetal (sustitucin por representacin del mundo objetivo). La poesa est hecha de palabras que designan objetos (a travs de sustantivos), que designan acciones (a travs de verbos), que designan cualidades (a travs de adjetivos), que designan relaciones (a travs de preposiciones, conjunciones, adverbios, pronombres, etc). La configuracin lxica y semntica especfica de esas palabras pareciera ser

  • ilimitada, como ilimitada pareciera ser la expresin potica. Todo esto es posible porque:

    El hombre tiene un mundo doble, que incluye el mundo de los objetos captados en forma directa y el mundo de las imgenes, las acciones y relaciones, de las cualidades, que son designadas por las palabras (Luria, 1995: 35). [28]

    El poeta es un humano capaz de manipular las representaciones, las imgenes subjetivas del mundo objetivo, es decir, capaz de manipular el mismo lenguaje que designa objetos, acciones, cualidades, relaciones, y selecciona palabras que en esencia son multisignificativas, polismicas, asociativas (evocadoras de redes de imgenes), nudos centrales de campos semnticos [29]. En la actividad potica, pasa a un segundo plano la referencia objetal, y adquiere relevancia la significacin categorial o conceptual, entendindola como actividad lingstica en que ya no slo se manipula la funcin referencial de la palabra, la representacin objetual, sino la funcin analtica, relacional, abstrayente, generalizadora de la palabra. Esta funcin hace accesible configurar mundos poticos abstractos, imaginarios, ficticios, nunca desligados de lo real, pues siempre se conserva la funcin referencial respecto de lo real. Ni aun en el poema ms abstracto estamos autorizados de hablar de un mundo completamente ficticio o completamente imaginario. Ello slo es la ilusin interpretativa que nos deja esta funcin categorial o conceptual de las palabras. La poesa es expresin de evocaciones, representaciones, imgenes, emotividades, valoraciones a travs del lenguaje. Mediante la funcin categorial o conceptual de las palabras elegidas y manipuladas, el poeta trabaja con la abstraccin, con los rasgos esenciales del mundo objetual. El poeta no crea realidad, sino que crea mundo sobre y en la realidad situada. [30]

    4. Segn Halliday tres seran las funciones bsicas del lenguaje: ideativa, interpersonal, textual. La que llama funcin ideativa corresponde a la funcin representativa o de significado cognitivo. Expresa contenidos. La funcin interpersonal incluye a las funciones expresiva y conativa. Es distinta a la expresin de contenidos. El poeta utilizara esta funcin para introducirse en el discurso potico, establecer y mantener relaciones humanas, adems de expresar identidad personal. La funcin textual se relaciona con la creacin de textos y depende de las dos anteriores [31]. Esta funcin textual implica la organizacin interna de oraciones y su relacin con el significado del mensaje en relacin con el contexto (por ejemplo el tema de un poema representa una situacin especfica del mensaje potico, sera expresin de esta funcin textual). Lo interesante que recalca Halliday es el hecho de que cada oracin encarna todas las funciones y que una teora funcional del lenguaje es una teora sobre el significado. Esta teora, como otras, se complementa con la teora psicolingstica para explicar/comprender el fenmeno potico. El poeta selecciona posibilidades de significados. La eleccin de posibilidades de significado es un proceso que no admite la dicotoma o separacin entre significados y actos de elegir. Halliday, en su teora, propone un desplazamiento semntico de la funcin ideativa a la funcin cognitiva o de significados, y otro desplazamiento semntico desde la funcin interpersonal a la funcin expresiva, y sta con el estilo literario. De aqu que toda caracterstica prominente de un texto, todo modelo de prominencia en un poema, por ejemplo, se relaciona con el significado de un texto como un todo, y esto tambin ser crucial en la interpretacin de un poema. [32]

    El poema es creacin lingstica polisignificativa y polismica, un constructo social de mltiples expresiones con intenciones comunicativas y autocomunicativas en situacin social permanente, en que adquiere especial inters el principio de relevancia o modelo de prominencia para comprender el significado total del texto. Dentro de este constructo social debe analizarse la problemtica del sujeto potico.

  • 5. Las diferentes formas de inscripcin de la primera persona, yo, las llamadas figuras pragmticas (Lpez Casanova, 1994: 60-74), mal consideradas, a nuestro juicio, como construcciones del propio texto por Stierle (1977: 436) y Ohmann (1987: 33), concretizadas en los poemas como primera persona propia, yo explcito, yo circunstancial, primera persona ajena, yo-personaje, yo irnico, primera persona generalizada a travs de un nosotros, etc. (A.L.Lujn, 1999: 225-252), deben ser consideradas como manifestaciones de la diversidad de voces que constituyen la totalidad compleja del yo del autor (Mancilla, 1999), del yo como estructura social surgida en la experiencia social (George H. Mead).

    6. El debate, que se convierte a menudo en polmica, entre los partidarios de la hiptesis biografista y los defensores del sujeto lrico parece insoluble, pero la idea de una re-descripcin retrica, figurada, del sujeto emprico por el sujeto lrico, que sera su modelo epistemolgico, podra sin duda contribuir a evitar la apora. De este modo, la mscara de ficcin detrs de la cual se esconde el sujeto lrico, de acuerdo con la tradicin crtica, podra asimilarse a un desvo figurado en relacin al sujeto autobiogrfico (D. Combe, 1996: 145).

    La idea de re-descripcin retrica o figurada del sujeto emprico a la que se refiere Dominique Combe pertenece a Paul Ricoeur [33], y consideramos que ella es compatible con nuestra tesis epistemolgica central acerca del sujeto lrico: el sujeto lrico es una interpretacin representada y/o representacin interpretada del s mismo del poeta. No habra ruptura epistemolgica entre ambos sujetos.

    Consideramos que se establece, en algunos textos poticos, una transferencia de sentidos por contigidad (transferencia semntico-metonmica) entre poeta y sujeto lrico y, en otros textos poticos, una transferencia por inclusin (transferencia semntico-sinecdquica) de significados del sujeto emprico al sujeto lrico o viceversa. En la mayora de los textos se dan ambos tipos de transferencias. En esta dialctica de transferencias metonmicas y/o sinecdquicas adquieren sentido las modalidades de las actitudes del sujeto lrico a las que se refiri Wolfganng Kiser (Das sprachliche Kunstwerk, 1948): de enunciacin lrica, de apstrofe lrico, de lenguaje de cancin.

    7. El yo lrico, modalidad tradicional del yo potico, es interpretacin interdiscursiva de la categora de sujeto (W. Krysinski, 1993). El sujeto, en la literatura, se concretiza como autor, como personaje, o como hablante potico. Tienen de comn su relativa autonoma contextual, su polisemia, ser convergencias del yo, de la conciencia, de la personalidad, del inconsciente, de la interioridad, de la identidad, de la ideologa, de la alteridad. Los sujetos involucrados en una obra potica, deben ser considerados creadores de sentido y/o mediadores de sentido situado, ya sea en el mundo real, ya sea en el mundo ficticio o cronotopos [34]. No existen autonomas absolutas entre sujetos entre s y sujetos y sus mundos, debido a que el poema, como obra literaria, es constructo social, comunicacin social, signo social. Los yoes involucrados en un poema pertenecen a esta construccin artstico-social, pero no son y no deben ser considerados construcciones del propio texto.

    Considerar el texto potico como constructor autnomo de yoes, es una ilusin provocada por la competencia trpica de ciertos tericos lingistas que, a menudo olvidan el carcter absolutamente social del poema, construccin ligada indisolublemente a la palabra, al signo, que son portadores en s mismo, de sentidos que no pueden dejar de ser sociales. Palabra y signo posibilitan una relacin dialctica entre escritura y mensaje textual, donde se concretizan los dialogismos, las interdiscursividades entre sujetos e ideologas (Bajtn) [35]. Aun en el poema ms imaginario, en el poema ms simblico, en ningn momento hay ausencia de realidad social. Las situaciones intratextuales inventadas (cronotopos), el sujeto potico inventado, el destinatario implcito en el poema, no son invenciones autocreadas, sino

  • proyecciones del autor como ente social, proyecciones de deseos, figuras de lo simblico, cogniciones, ideologas, etc. El autor, como sujeto real productor de textos, siempre es perturbado por ruidos de fondo de naturaleza social, intersubjetiva, histrica, de lenguaje (W. Krysinski, 1993).

    El poeta, sujeto creador [36], debe ser considerado un narrador semitico, un organizador axiolgico, una subjetividad problemtica en expansin cognitiva, un comunicador de una visin de mundo dirigida a s mismo, a todos, o a nadie si nadie lo interpela. El poema puede ser considerado un discurso pragmtico con interlocutores implcitos (sujeto lrico, oyente implcito pronombrizados o marcados por decticos), un mundo con espacio-tiempo implcitos (cronotopos, marcado por decticos de tiempo y lugar), presencia de actos de habla, presencia de competencia intertextual. Un poema tiene el sentido otorgado por el acto de comunicacin, por lo cual es indispensable la presencia de un destinatario (el autor mismo, un destinatario implcito, los lectores). El poema es un discurso de lo real trans-formado en donde la tematizacin del sujeto lrico por parte del poeta, se realiza mediante una manipulacin de cdigos estticos, culturales y literarios [37]. As, el sujeto lrico nunca tiene una autonoma real, sino aparente, pues mediante estas manipulaciones, se yergue como proyeccin o representacin interpretada, manipulada, trans-formada del s mismo del poeta. Parafraseando a Zubiri, diremos que poeta y hablante lrico son el mismo yo pero no son lo mismo como yoes. O en trminos lacanianos, el poema es el molde textual, el lugar imaginario del yo en el sujeto (lrico).

    8. El sujeto lrico es un sujeto histrico optativo en un mundo imaginado [38], a diferencia del autor que es sujeto histrico optativo en un mundo real. Existen nexos entre sujeto lrico y autor basados en el lenguaje, en la subjetividad proyectada, en la opcin por crear en base de lo real situado, en la dialctica de identidad/desidentidad [39], en la interdiscursividad, en fundamentos ontolgicos, nticos y deontolgicos.

    Los nexos entre el yo autorial y el yo lrico han sido reflexionados por distintos autores como rupturas radicales. Ruptura no implica discontinuidad absoluta. El mundo lrico cuyos fundamentos ontolgicos reposan en el sujeto lrico, es un mundo inventado, creacin artstica, mundo no necesariamente realizado, y por ello no idntico al mundo real del autor. Sin embargo, aplicando a lo potico un concepto zubiriano, hay una especie de tradicionidad, una entrega del autor a su sujeto lrico de una forma de estar, de subordinarse, de sujetarse en esa realidad imaginada, que es una forma del poeta de des-real-izarse para volver a real-izarse. El sujeto-poeta, a travs de su sujeto lrico, entrega al lector una forma-propuesta de estar en el mundo real. Mundo real del autor-mundo imaginado-mundo real del lector: circulacin de sentido de estar en mundos distintos, ontolgicamente distintos, pero no rupturalmente distintos pues hay una contigidad-continuidad/discontinuidad relativa e histrica subyacente como mundo humano que posibilita la comprensin (proceso que hemos denominado de transferencia semntico-metonmica y proceso de transferencia semntico-sinecdquica).

    Sin tradicin no hay historia. La historia no es, sin embargo, mera tradicin en sentido de tradicionalidad, conformidad con la tradicin, sino en el sentido de tradicionidad (Zubiri), como cierta forma de entrega de estar en la realidad. El proceso de tradicionidad entre autor y sujeto lrico, es una entrega de formas de estar en la realidad, a s mismo, y una propuesta de estar en la realidad, a los lectores. La tradicionidad entre autor-sujeto lrico-lector implcito-lector real no es mera continuidad repititiva, sino continuidad innovativa. El autor se da la oportunidad de optar por una innovada forma de estar en el mundo, por una nueva configuracin de lo real, para s mismo. En tanto, opta tambin por proponer al lector esa nueva configuracin de su mundo real como un mundo imaginado cuyo sujeto ya no necesariamente sea el autor como tal, sino el autor lenguajizado, resignificado como sujeto lrico capaz de fundamentar, desde el propio lenguaje utilizado en el

  • texto potico, lo ontolgico de esa innovada reconfiguracin de la visin del mundo real del poeta. Sujeto lrico: mediatizador del s mismo y mediatizador con la otredad, los lectores o destinatarios [40]. Constructo social.

    Es vitalmente humano optar por formas de ser-estar en el mundo y en la realidad. El poeta opta por entregarse a s mismo una tradicionidad progrediente, un mundo imaginado como ruptura relativa con su mundo real vivido. Ese desdoble, entre poeta-sujeto lrico, es inevitable, y por ello no puede postularse una identidad absoluta entre ambos. Pero conforman una unidad y no una oposicin inconexa, en virtud de la unidad de esa tradicin como entrega de mundos trans-formados: unidad de constitucin de un mundo imaginado a travs de un mundo realizado-desrealizado-rerrealizado, de continuidad/discontinuidad-contigidad de un mundo a otro mundo, de progresin de uno al otro. Tal es la unidad de lo real centrada en el poeta y su s mismo: la poesa como intimidad socializada. Porque el primer lector es el propio poeta, el primer momento de la creacin potica es la creacin misma, y un segundo momento es la re-creacin del poeta por el poema: el autor causado por su obra, como lo manifestara Foucault.

    Pues, entonces, el poeta sigue siendo el mismo, pero no es lo mismo. En esto consistira su biografa. Al decir de Zubiri, lo tradente es vectorialidad de la especie al individuo. Esto significa una entrega de posibilidades de opciones, del sujeto social (sociedad) al sujeto individual (poeta). Al apropiarse de esas posibilidades de opciones, el poeta, como individuo, ejerce, entre otras, la opcin de poseerse a s mismo, de tender a ab-solutizarse, entendiendo por ello, el intentar que su individualidad se torne independiente, irrestricta, de la realidad humana en la cual vive [41]. Esta opcin fundamenta todas las dems opciones del individuo poeta, y para ello inventa su propio idiolecto para-dxico, pues este idiolecto, junto a su sociolecto, le refleja lo para-dxico de su estar en el mundo (lo extrao y lo diferente al sentir comn de los hombres). Se inventa su propio otro yo, y otro mundo, para s mismo y para los dems. Su finalidad es construir humanismo o antihumanismo o praeterhumanismo. [42]

    El poeta: el ms ab-soluto de los humanos. Siguiendo a Zubiri, deberamos distinguir entre lo que habitualmente llamamos biografa, el argumento (indicios o seales de la materia de la obra individual, opiniones, actos, decurso de la vida individual) de cada vida personal como posesin ab-soluta de s mismo, y que en adelante denominaremos historia biogrfica, distinguindola de la vida personal en cuanto personal, ser el mismo y, al mismo tiempo, nunca lo mismo. El poeta, como persona humana codeterminada por la humanidad, se apropia de esa humanidad en cuanto tradicin, posibilitando la opcin de ab-solutizarse de esa misma humanidad, a travs de la entrega de opcin de tradicionidad y de greso (progreso, como positividad, o desgreso, como negatividad, o regreso como mitologizacin; en todo caso como un ingreso originario).

    El poeta acta en lo social, pero al hacerlo, se historiza, lo que equivale a optar por un modo de ser y hacer personal que se torna impersonal. Se constituye para s y para los dems en historia biogrfica, distinta a su biografa, accin personal en cuanto personal. La historia biogrfica de un poeta es accin social, histrica, de la persona-individuo-poeta, ser de la persona, no del ser personal, persona-poeta. Esta desdiferenciacin entre historia biogrfica (accin impersonal), y biografa, (accin personal), se constituye como unidad dialctica, contradictoria e interrelacionada, que explica la diferencia entre el preguntar qu es el hombre? (historia biogrfica, impersonalidad histrica, preguntar, por ejemplo, qu significa Pablo de Rokha en la historia literaria de Chile) y quin es el hombre? (biografa personal, accin personal, preguntar quin era, quin va siendo, quin fue Pablo de Rokha en s mismo). Son dos modos de ser y actuar ntimamente relacionados.

  • La accin personal, la biografa personal, se proyecta, se representa en el sujeto lrico que se construye, desde el lenguaje para-dxico, y habita un cronotopos que es otra forma de ser, estar, actuar, querer ser, deber ser, pero en un mundo real trans-formado, el mundo imaginado. De aqu que es errneo inferir, desde este cronotopos y desde este sujeto personal, desde esta biografa trans-formada, la historia biogrfica del autor-poeta. Son dos dimensiones distintas, pero interrelacionadas del ser, del estar, del actuar, del deber ser, del querer ser, personal. Es la unidad personal de todo individuo como existente, slo que en el caso de un poeta, pre-domina la biografa personal por sobre la historia biogrfica impersonal, y dicha asimetra es distinta de un poeta a otro. En poetas como de Rokha y Neruda, por dar dos ejemplos, hay tendencia a una unidad identitaria entre historia biogrfica (la del autor-individuo-poeta) y la biografa personal (representada imaginariamente pero con trazos de realidad en el hablante lrico), pero siempre se mantiene una dismetra, una ruptura en la continuidad entre los dos mundos. La completa identidad es a-poesa, en el caso de reducir el cronotopos y el sujeto lrico al mundo histrico real del individuo, o es alienacin, extraamiento, locura, en el caso de reducir el individuo y el mundo histrico real al sujeto lrico y al cronotopos. En ambos casos hay despersonalizacin. El poeta ya no es poeta...

    Lo histrico-individual (impersonal) se constituye bsicamente con la historia social y lo histrico biogrfico. Esta historia se contrapone dialcticamente con la biografa personal. Es el mismo sujeto personal pero dos modos de lo tradente: sujeto historizado (impersonalizado) y sujeto biogrfico (personalizado). De all que es el mismo sujeto pero no es lo mismo (es otro modo de lo personal). Por lo tanto, la dimensin histrica de un ser humano (poeta en nuestro caso) incluye la historia social, la historia biogrfica y la biografa personal. Pero se establece una contradiccin dialctica entre biografa personal e historia (biogrfica y social) como dos modos contrapuestos e interrelacionados de lo impersonal y lo personal.

    En poesa, hay una intermediareidad entre lo personal, especficamente la biografa personal, y la sociedad real-lectores, a travs del sujeto lrico y el sujeto oyente implcito, el primero, sujeto pro-yecto, interpretacin del s mismo, inventado para un mundo imaginado, virtual, un cronotopos; el segundo, representacin de la otredad, la otredad trans-formada. Son los otorgadores de nuevos sentidos sociales a la realidad, a travs del poema como realidad trans-formada.

    9. Se establece una red compleja de acciones dialgicas que involucran al poeta, al sujeto lrico, al lector, a la sociedad. El poema, como estructura semitica, se constituye en un proceso de transferencias de signos en situacin dialgica, porque todo signo es social, lo que implica que todo signo involucrado en poesa, es un signo de algo para alguien, y el poeta se constituye, como todo ser humano, en lo que se ha denominado homo semioticus (Acosta:, 1990: 13-20). Esquemticamente, y con fines metodolgicos de estudio, proponemos los siguientes modelos semiticos de la accin potica (expresin dialgica):

    Accin social, histrica, del individuo poeta en relacin con la sociedad: historia biogrfica impersonal en relacin con la sociedad real histricamente constituida.

    Accin social, histrica, del individuo poeta en relacin con la intersubjetividad: historia biogrfica impersonal en relacin con la otredad.

    Accin personal del poeta en relacin con el lector real.

  • Accin personal del poeta consigo mismo. Biografa personal en relacin con la mismidad.

    Accin personal del poeta en relacin con su mundo imaginario (cronotopos). Biografa personal en relacin con el sujeto lrico.

    Accin del sujeto lrico consigo mismo. Biografa del sujeto lrico con su mismidad.

    Accin del sujeto lrico sobre el poeta.

    Accin del sujeto lrico en relacin con la otredad imaginada (oyentes implcitos).

    Accin del sujeto lrico en relacin con la intersubjetividad imaginada.

    Accin del sujeto lrico en relacin con la otredad real (sociedad real).

    Accin del sujeto lrico en relacin con la intersubjetividad real (lector).

    10. Son dimensionalidades de todo yo: la individualidad, la socialidad, la historicidad. Todo ser humano es un ser histrico, no forma parte de la historia, sino que est incurso en la historia. Todo ser humano es un ser social, y no puede abstraerse de esa dimensionalidad. Todo ser humano se constituye como individualidad incurso en lo social y en lo histrico. Cada ser humano se manifiesta incurso en el proceso socio-histrico, como una polidimensionalidad de yoes en permanente lucha identitaria. Por ello coexisten un yo personal, un yo individual, un yo social, un yo histrico. El poeta, como ser humano, vive esta multidimensionalidad de yoes. Una representatividad de esos yoes, lo constituye la existencia del sujeto lrico-potico, siempre multidimensional y polismico. Desde esta perspectiva, todo sujeto lrico es inseparable de su autor, no se constituye en un constructo arbitrario, no se opone en absoluto ni a lo biogrfico personal ni a lo histrico biogrfico impersonal; tampoco mantiene una identidad total con ellos, no es necesariamente anecdtico. El sujeto lrico es un ente en permanente lucha identitaria, como representacin interpretada o como interpretacin representada del s mismo del autor, en un contexto cronotpico, imaginario-ficticio. [43]

    11. Todo producto ideolgico refleja una realidad y refracta otra realidad, distinta a su realidad material, y por ello posee una significacin. Reproduce y representa algo distinto a lo que est en su exterioridad. Por esto es un signo. Donde no hay signo no hay ideologa (Voloshinov, 1992: 32).

    Para entender la relacin sujeto histrico biogrfico-sujeto biogrfico-sujeto lrico, es necesario reflexionar brevemente acerca de la ideologa. La ideologa no deriva directamente de la conciencia individual. La conciencia individual es una realidad construida con materiales sgnicos generados en los procesos comunicacionales que presuponen una sociedad humana especficamente organizada. La conciencia individual de un poeta es un proceso de construccin permanente no limitado por lo especficamente individual, sino por lo especficamente semitico social [44]. Esta conciencia individual se expresa mediante las palabras, que son sus signos sociales bsicos. Toda la realidad ideolgica del poeta est condicionada por el conjunto de las relaciones sociales en la cual el poeta se situa. Por cierto que estas relaciones sociales incluyen, entre otras, las relaciones econmicas. El fenmeno ideolgico

  • potico es condicionado por las formas de comunicacin social que el poeta establece, y el signo ideolgico por excelencia, materializado a travs de esa comunicacin social organizada es la palabra. [45]

    La palabra es apropiada por el poeta, incorporada al lenguaje interno, y devuelta con los significados otorgados, significacin determinada por lo biogrfico personal, en nexo permanente con lo histrico biogrfico, dimensin de lo singular en proceso interactivo con el conjunto de relaciones sociales establecidas. La palabra, como material sgnico interno, constituye a la conciencia individual. La palabra, como lenguaje interno, media en la conciencia misma del poeta, pero no todas las palabras se tornan expresin en la comunicacin social, sino aquellas que, conformando el lenguaje interno, se continuan cualitativamente idnticas al discurso cotidiano, pero cuantitativamente distintas, precipitando un cambio cualitativo de significado y de sentido socia [46]l. Es el proceso de trnsito desde el lenguaje interno pensado desde la conciencia individual ya en proceso permanente de interaccin, al discurso potico escrito, expresado a travs del hablante lrico, sustentador de una ontologa nueva, pero sin ruptura radical con la conciencia individual del poeta.

    Si no olvidamos que la conciencia individual est siempre en plenitud semitica, y que la palabra es el signo por excelencia del poeta, esto implica que la palabra no sustituye a toda la semiosis de la conciencia. Precisamente, se produce una dismetra de irreductibilidad entre signos ideolgicos (imgenes de sensaciones, sentimientos, emociones, ideaciones) y las palabras. De aqu que puede sostenerse que es inapropiado inferir de la palabra poetizada todos los dems signos ideolgicos de imgenes de sentimientos, emociones, ideaciones, sensaciones (vivencias interiores) de la conciencia individual del poeta-autor (fundamentacin ms adecuada de lo que, correctamente seala Martnez Bonati al respecto).

    Podemos sostener que la conciencia individual del poeta es una unidad organizada y estructurada en y por su lenguaje interior (generado a partir de su habla comunicacional), y que la expresin, nunca total, siempre parcial, nunca absoluta, siempre relativa, de esa unidad ideolgica interna es, de uno u otro modo, mediada por la palabra [47]. En torno a ella se organiza toda comprensin y toda interpretacin. [48]

    La ideologa social no se origina en alguna regin interior (en las almas de los individuos en proceso de comunicacin), sino que se manifiesta globalmente en el exterior, en la palabra, en el gesto, en la accin. En ella no hay nada que fuese interior y no expreso: todo est en el exterior, en el intercambio, en el material y, ante todo, en el material verbal (Voloshinov, 1992: 44).

    En los enfoques idealistas, el sentido y la significacin de los signos poticos son asignados a la actividad a-temporal y a-espacial del espritu humano, y no al mundo material social, como es debido. [49]

    Entre los enfoques idealistas acerca del signo potico, encontramos las concepciones heideggerianas. El sostener que el habla surge en forma simultnea con la existencia humana, en el momento de descubrimiento que la conciencia humana es un existente que est-en-el-mundo, se contradice con lo que sabemos, hoy, de la emergencia de la cultura humana, de los conocimientos antropolgicos y sociolgicos del desarrollo humano: el habla es un producto histrico-cultural-social, que emerge en una fase especfica del desarrollo biolgico humano, por ende, despus de un largo recorrido existencial. En las concepciones heideggerianas, el habla es la articulacin de la comprensibilidad, lo que presupone una pre-comprensin del mundo. En trminos filogenticos y ontogenticos esto es correcto, slo si la pre-comprensin del mundo es el mundo social y cultural en que toda comprensin se instala. La

  • comprensin de la pre-comprensin y de la existencia humana es interpretacin de la semitica de lo real, y el lenguaje, el logos, apofana de esa realidad (Susanne Banush, 1990: 21-25). Esta apofana sera desocultamiento de la verdad por medio del lenguaje. Sin embargo, el lenguaje mismo sirve para ocultar las supuestas verdades, de tal modo que sostener que el signo potico es el signo puro contrapuesto al signo del habla cotidiano, signo vaco, charlatanera (Banush, d.), es un error que nace de la incomprensin de la funcin ideolgica de todo signo, y de la incomprensin de la praxis humana como criterio de veracidad. El poeta no es el ser humano que est ms cerca de la verdad del ser, como lo crey Heidegger. Es el ser humano ms ab-soluto.

    Toda vivencia tiene una significacin que trasciende al individuo, slo porque esa vivencia se manifiesta como material semitico en el mundo social, mundo de interindividualidades organizadas socialmente. Esa significacin de lo vivencial es expresin de la relacin entre el signo y lo que representa. En definitiva es una relacin entre realidades. Las vivencias se interiorizan y exteriorizan significativamente, semiticamente, sgnicamente. Toda vivencia implica una expresin semitica internalizada en vias de externalizacin. Por esto,

    entre la vivencia interna y su expresin no media ningn salto ni se da la transicin de una cualidad de lo real a alguna otra cualidad. La transicin de la vivencia a su expresin externa se lleva a cabo en el marco de una misma cualidad y es de carcter cuantitativo (Voloshinov, 1992: 55).

    Esto implicara que en el proceso transicional de expresin de un material semitico vivencial bsicamente emocional a otro material semitico como lo escritural potico, se mantiene la unidad cualitativa de lo material semitico, vale decir, de la significacin social de la expresin, pero habra un cambio cuantitativo en lo semiticamente expresado, es decir, materializacin en distintos actos de habla posibles.

    Es falso que la ideologa sea social y el psiquismo individual. El psiquismo individual es tan social como la ideologa expresada, porque no hablamos de un referente biolgico, homo sapiens, sino de un individuo- persona, comprensible desde lo socioideolgico y lo histrico. Lo psquico est condicionado por lo biolgico y lo biogrfico-social. En la contextualidad de lo psquico, se pueden dar grados diferentes de determinaciones que influyen en la forma de la expresin ideolgica y semitica, especficamente en los actos de habla. Por ello, dentro del contexto psquico, la comprensin, como autocomprensin es actitud relacionadora de signos internos entre s, relaciones en el lenguaje interno. En el contexto interindividual, siempre social, comprender es relacionar la expresin semitica con lo ideolgico correspondiente. Un enunciado potico, por ejemplo, al ser expresado, va dirigido al autor y al lector. Cuando va dirigido al autor, hay una exigencia de relacionarlo con el contexto psquico interno, por lo cual la comprensin es psquica. Cuando va dirigido al lector, hay una exigencia de comprensin ideolgica y temtico-referencial del enunciado. La comprensin psquica y la comprensin ideolgica son, por definicin, sociales en contexto histrico. Pero no son idnticas ni equivalentes. Esto nos abre al mbito de la interpretacin. [50]

    En la comprensin psquica puede producirse comunicacin de las vivencias (expresin del resultado de una autoobservacin) o bien expresin directa de esas vivencias (experiencia interior expresada directamente a travs del signo). Pueden darse expresiones intermedias. Esta diferencia puede ayudarnos a comprender el por qu la interpretacin de las expresiones vivenciales directas son ms biogrficas que las expresiones de comunicacin vivencial, y que stas ltimas son ms susceptibles de trans-formarse en expresiones semiticas imaginadas, expresiones que, por

  • excelencia, corresponderan a la voz del hablante lrico. Esto posibilita comprender lo potico desde la perspectiva de lo psicolgico, de lo ideolgico y de los actos de habla.

    12. El enunciado puede ser considerado como una totalidad exterior al sujeto hablante (enunciado como objeto-evento) o como totalidad en la cual se inscribe, se interioriza el sujeto hablante (enunciado como objeto-fabricado). Aqu tambin se inscribe el otro, mediante las marcas enunciativas (Provost-Chauveau, 1971, p. 12, cit. en C. Kerbrat-Orecchioni, 1997: 40).

    En el caso de la poesa, el enunciado objeto-evento corresponde a las expresiones lingsticas del poeta-autor, y el enunciado objeto-fabricado, a las huellas del acto de enunciacin. Mundo de huellas del autor, mundo existencial del sujeto lrico, fundamento de una ontologa del mundo potico que es, tambin, un fundamento ontolgico social:

    En lugar de englobar la totalidad del trayecto comunicacional, la enunciacin se define entonces como el mecanismo de produccin de un texto, el surgimiento en el enunciado del sujeto de la enunciacin, la insercin del hablante en el seno de su habla (C. Kerbrat-Orecchioni, 1997: 41).

    La enunciacin se inscribe en una totalidad unificada por lo social y lo ideolgico, por lo cual no hay ruptura entre enunciacin potica y enunciado potico, sino un mismo proceso de trans-formacin en el cual se inscribe el proceso de expresin biogrfico personal como expresin del sujeto-poeta proyectada hacia el sujeto lrico (sujeto biogrfico-personal trans-formado, es decir, formado a travs de). En un nivel anterior, y ms distante de este proceso, queda la historia biogrfica del autor o poeta. sta tiene por eje gnoseolgico-axiolgico las vivencias conocidas por la sociedad y las valoraciones que de ella hace esta misma sociedad. En cambio el proceso de enunciacin-enunciado potico tiene un eje gnoseolgico-valrico tambin social, pero centrado en el propio autor, en sus competencias lingsticas, culturales, ideolgicas, las determinaciones psi, y las restricciones a su universo discursivo (restricciones sociales de la situacin de comunicacin y las limitaciones estilstico-temticas).

    13. Hay dos enfoques insuficientes para el estudio de lo potico:

    La fetichizacin del poema como objeto aislado de su creador y de lo social. El objeto de estudio lo constituye exclusivamente la estructura del poema.

    El psicologismo, que privilegia las vivencias del creador por sobre el poema mismo.

    El enfoque fetichista de la obra potica tiende al anlisis lingstico abstracto de un poema, independizndolo de la situacin social gentica. Se olvida que una obra artstica como un poema es una forma de comunicacin social. Cierto anlisis lingstico estructural no alcanza a comprender la dialctica del significado, entre lo artstico y lo no artstico de un poema, y por ello yuxtapone situaciones extralingsticas como intento de comprensin. En realidad lo social est implicado en toda enunciacin y en todo enunciado potico. Lo social no est slo en lo extra, sino en lo intra.

  • Por otro lado, centrarse en lo psicolgico del autor conlleva el anlisis unilateral de las inspiraciones de el alma del poeta, enfoques especulativos centrados en el subconsciente del autor.

    Un enfoque multidisciplinario involucra el anlisis de las interrelaciones o nexos entre situacin sociohistrica-historia biogrfica del autor-biografa personal del autor-hablante lrico-enunciados poticos-receptores intraenunciados-lectores reales. Esto se constituye en un estudio de una totalidad social, comunicativa y artstica. Supera los intentos errados de sustituir el anlisis de la totalidad real por el anlisis de una estructura abstracta aislada de esa unidad.

    La comunicacin potica es una forma de comunicacin social que posee singularidades o especificidades materializadas en un poema. Fuera de esta comunicacin, la obra artstica potica se torna anlisis lingstico abstracto. La clave de esta comunicacin reside en la interaccin entre poeta/hablante lrico (representacin interpretada o interpretacin representada del s mismo del poeta) y el/los receptor/es intratextual/es y el/ los receptor/es extratextual/es. Si no se toma en cuenta esta relacin social, el anlisis poemtico es mera yuxtaposicin de esta interrelacin sobre los procedimientos de composicin, sobre los distintos aspectos del material de composicin o sobre la psique del receptor-lector.

    La enunciacin potica es una forma de la comunicacin esttica, la que, a su vez, es una forma de comunicacin social, materializada de una manera singular, en la palabra-enunciado. En el discurso cotidiano comn se encuentran las potencialidades del discurso potico.

    14. Agregamos una conclusin de todo lo argumentado: desde el lenguaje interior del poeta al lenguaje externalizado y materializado en un poema, desde el material semitico interno al material semitico externalizado (donde siempre se incluye lo social, y por ende, trazos de lo real, huellas), desde lo que denominamos transferencias semntico-metonmicas y semntico-sinecdquicas (complementariamente: semitico-metonmicas y semitico-sinecdquicas), desde los enunciados internos a los enunciados externalizados en un poema, se constituye una dialogicidad compleja no slo entre personas distintas (poeta-lector), sino entre sujetos distintos portadores de enunciados procesados (trans-formados), es decir, entre sujeto poeta y sujeto hablante potico (lrico). En estos procesos individuales-sociales, centrados en la conciencia del poeta (en plenitud semitica, y producto social), que es una forma de dialogicidad, se constituye la prctica de la interaccin con uno mismo, y de aqu la constitucin ntica y ontolgica diferenciada y necesaria (pero nunca ruptural radical sino inscrita en la dialctica de ruptura-continuidad-contigidad), entre un sujeto poeta y un hablante interior (a la conciencia y al poema), o sujeto potico. Por ello consideramos al sujeto potico (lrico) como interpretacin-representada y/o representacin interpretada del s mismo del poeta en un contexto imaginario-ficticio (cronotpico), que no pierde jams sus nexos con el contexto real, pues lo social no permanece externalizado en el producto (poema) sino inscrito, internalizado en lo signico mismo, en los enunciados mismos. Lenguaje interior, lenguaje externalizado, semiosis de conciencia, enunciados poticos toman la forma final de un producto imaginado-ficticio, pero siempre se constituyen en su propio contexto de lo social, de lo histrico y de lo real, internalizado. No hay rupturas radicales. El sujeto potico o hablante interior, es un producto individual (del poeta) y social, simultneamente. En el poema, el poeta se constituye en otra opcin (opta por otro sujeto) para la construccin de otro mundo imaginado-ficticio-posible, arrastrando mundo real (social), indefectiblemente.

  • III

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    Notas

    [1] La lrica era en un principio, como se sabe, apenas un gnero potico entre otros; sin embargo, con la prdida de vigencia del gran poema narrativo y del verso dramtico, las nociones de lrica y poesa acabaron por confundirse. En un examen de la literatura moderna, ambos trminos resultaron intercambiables (J.G. Merquior, 1999: 85).

    [2] En los anlisis de la Potica, Aristteles habra excluido la lrica. Hizo referencia a la imitacin narrativa (autorial o dramtica) diferencindola de la mmesis efectuada por los personajes en accin y en escena. En realidad, los gneros lricos, originalmente se relacionaban con la msica, con la lira. Aristteles seal en su Potica, el error de considerar poetas slo a los que utilizaban el verso y no a los que imitaban. Sealaba que tambin las imitaciones en prosa fuesen llamadas poesas (poiesis: creacin, composicin). El error de considerar que Aristteles ignor la poesa lrica viene de las interpretaciones de Genette (Introduction larchitexte, 1979, 1991; Ficcin y Diccin, 1993). Aristteles no menciona a los poetas lricos (melopoioi), pero se refiri a la poesa cantada, diferente a la poesa pica, que no se cantaba. Por lo tanto, no queda claro la hiptesis respecto de la exclusin de la lrica de la Potica. La lrica, de ser una mmesis cantada, pas a ser una mmesis no cantada.

    [3] Para Hegel, el contenido de la poesa lrica es el sujeto individual, sus maneras de sentir, la toma de conciencia de s misma del alma dentro de la poesa. En Lecciones Sobre Esttica, habla de la poesa lrica como vocacin de expresin de sentimientos, estados del alma del sujeto, mas no la de representacin del mundo exterior y objetivo.

    [4] El gnero lrico mantiene cualidades esenciales como la subjetividad (se centra en un sujeto hablante, en el yo no egtico sino vidente, en la centralizacin no en el poeta sino en la mirada del poeta en comunicacin entrpica y en urdimbre de imgenes), la existencia en el presente (exaltacin del presente, de la contemporaneidad, donde importa no la realidad ni su verosimilitud sino el ser que siente lo mirado en un instante, antianecdotaria), discurrir ms espacial que temporal (por ello su construccin imaginaria, tiempo transcurrido inquietamente con fracturas en su secuencialidad, devenir de huellas de lo humano, atrapamiento del paso por el mundo), el desprecio por la lgica racional (como preparacin del camino hacia las esencias). Algunas de estas caractersticas sealadas por Celso Medina (Espculo N 11, 1999), las compartimos.

    [5] La consideracin del poeta como sujeto tico, y la poesa como expresin verdica, ambos productos ideolgico-estticos de una poca, pueden explicar

  • el rechazo generalizado de Las Flores del Mal de Baudelaire, y de Los Gemidos, de Pablo de Rokha, por dar dos ejemplos.

    [6] Precisamente en El Nacimiento de la Tragedia, Nietzsche sostiene la necesidad de liberar todo arte del yo, un yo impersonal para una esttica objetiva.

    [7] La poetisa M. Susman se opuso a las concepciones poticas de Hegel. La necesidad de un yo creado por el autor pero diferente a l, tendra por argumento las diferencias ontolgicas entre poeta-mundo real y sujeto lrico-mundo imaginario.

    [8] En la sptima edicin (definitiva) de su libro Teora de la expresin potica (1985: 25-60, T. I), Carlos Bousoo considera al poema como comunicacin de lenguaje imaginario. Bousoo aclara que no se refiere a comunicacin real del autor, pues como toda obra de arte, el poema es de naturaleza imaginaria, y lo que se comunica en l en todo momento no son directamente las vivencias del poeta, aunque el poema se estructure en base de ellas, por lo cual Bousoo aclara esto frente a lo vertido por Martnez Bonati en el capitulo v (sobre la concepcin de poesa de Carlos Bousoo) en La estructura de la obra literaria (segunda edicin, 1972).

    [9] Ingarden publica en 1935 La Obra de Arte Literaria, en donde afirma que las enunciaciones literarias no son proposiciones enunciativas puras, aserciones o juicios, por lo cual no son ni verdaderas ni falsas. Por extensin, el yo lrico sera un sujeto no adscribible a las categoras de verdadero y/o falso. Esta argumentacin confunde proposiciones y actos de habla. Una proposicin es lo que es aseverado en el acto de aseverar, lo que es enunciado en el acto de enunciar. Dicho de otra manera: una aseveracin es un (gnero muy especial de) compromiso con la verdad de una proposicin (J. Searle, 1994: 38).

    [10] En La estructura de la obra literaria (1972), y en La ficcin narrativa. Su lgica y ontologa (2001), Flix Martnez Bonati insiste, a nuestro juicio, correctamente, en que, a diferencia de las concepciones de Jakobson, la funcin potica del discurso no es sino la produccin del discurso imaginario, ontolgicamente diverso del discurso real. En lo que diferimos de Martinez Bonati es que este autor considera este discurso imaginario totalmente desprendido del contexto real.

    [11] Esto plantea complejos problemas tericos que no son del caso desarrollarlos aqu. No todo poema o texto potico tiene referencias a la realidad, y no todo poema tiene referentes reales (no son los mismo). Por ello mismo, y considerando aun con Galvano Della Volpe (vase el excelente artculo La esttica semntica de Galvano Della Volpe en Snchez Vzquez, 1996(1966): 11-34) su lucha bien intencionada respecto del irracionalismo y misticismo esttico, estamos de acuerdo con Lukacs en que la naturaleza cognoscitiva del arte, por ende de la literatura, es de una forma distinta de la planteada mediante conceptos, como en las ciencias. El problema de las referencialidades tambin se conexiona con el problema del grado de verdad o el grado de verosimilitud de lo dicho, de lo enunciado en un poema. Y esto tiene relacin con la diferenciacin entre autor-poeta como artista, el autor como ser histrico-social, es decir, poltico, y el hablante potico como interpretacin representada-imaginada y/o representacin imaginada-representada de s mismo, dentro de la traslapacin de dos mundos (externo-interno) y de dos realidades (personal-individual y la socio-histrica). Por ello que Carlos Bousoo habla de aparentes conceptos pero no autnticos conceptos en poesa, y que en los poemas no recibimos verdades

  • como tales a partir de un hombre estrictamente asentible, sino verosimilitudes, posibilidades, pero nunca verdades como tales, ya que aunque sean dichas fuera de un poema y puedan tener el carcter de verdades, dentro del mundo de la imaginacin, no nos llegan como verdades, dejan de ser conceptos genuinos (Bousoo, 1985: 85-86. T. I). Este autor reitera que al leer un poema, la verdad de lo dicho no importa, aunque existe la posibilidad de que lo sean, aunque como lectores no constatamos la veracidad de los asertos, sino slo de su posibilidad en una persona cabal (autor). La funcin de verificacin de lo expresado poticamente no forma parte de nuestra prctica y por ello las verdades de lo enunciado no se nos aparecen como tales, los poemas no comunicaran verdades, slo verosimilitudes, aunque el contenido de lo que estos poemas comunican encajen o no con la realidad (Bousoo, 1985: 134-136). Nuestra opinin es que Bousoo absolutiza conceptos: un poema puede transmitir verdades y pueden ser verificables en grado relativo o absoluto mediante una epistemologa basada en la hermenutica del objeto-sujeto asentada en la realidad-real o bien en una realidad semiotizada como en la verificacin comparativa de intertextos. Consideramos que las interpretaciones no errneas, sino verosmiles de Bousoo, como de cualquier lector con competencia literaria, se deben a la presencia de un sujeto potico en un cronotopos, que distorsiona toda ontologa-epistemologa formal o cientfica. Pero a lo que apunta Bousoo, es decir, no absolutizar el poema como un transmisor de conceptos veraces, rigurosos, lo compartimos. Hay un lugar evidente para la irracionalidad o como gustan de llamar, la racionalidad alternativa.

    [12] Una de las secuelas de la potica romntica es el sostener la existencia de un lenguaje potico. Se concibe la poesa como lenguaje autnomo del lenguaje cotidiano. Lenguaje potico, imaginario, como esencia de la poesa y esencia del lenguaje. Lenguaje potico autotlico y motivado. Esta doxa potica contempornea con pretenciones de cientificidad es analizada muy bien en el texto de J.M. Schaeffer Romanticismo y lenguaje potico (1999, 57-83). Sin embargo, en cierto sentido, el concepto de lenguaje potico, s tiene validez en la medida que su construccin se basa en el lenguaje natural, pero queda constituido mediante reglas gramaticales propias, mtricas, rtmicas, de organizacin de los niveles fnicos, lxicas, etc. Es decir, el llamado lenguaje potico se construye bajo un doble condicionamiento: el de las reglas que rigen al lenguaje natural (cotidiano), y el de las reglas que rigen al lenguaje poetizado. Pertinente es la crtica que se les efecta a los neorretricos respecto de considerar el lenguaje potico como una desviacin de la norma, no siendo esta norma el lenguaje cotidiano, sino un modelo terico de la comunicacin, lo que se llamaba lenguaje standard, por lo cual el concepto mismo de desviacin es lo criticable (Di Girlamo, 1982). En Estructura del lenguaje potico (1984 (1966): 196-221), Jean Cohen defiende dos hiptesis: 1) la diferencia entre prosa y poesa es de naturaleza lingstica, formal, y se debera a las relaciones que el poema introduce entre significantes y significados y entre los propios significados; 2) estas relaciones tienen un carcter de negatividad, en el sentido de que el lenguaje potico viola el cdigo del lenguaje usual. Aunque Cohen es precavido y plantea que las frecuencias desviatorias en el poema no prueba que esto constituya la condicin necesaria y suficiente del hecho potico. En El lenguaje de la poesa (1982(1979): 14-17) Cohen defiende la tesis de que la diferencia entre poesa y no-poesa (prosa) es de orden cuantitativo, en trminos de que la poesa no es algo distinto de la prosa sino que es ms que ella, y eso depende del significante o del significado del signo lingstico. Est de acuerdo con la frmula de Barthes: poesa = prosa+a+b+c. Lo interesante es que todas estas operaciones parten del autor, de modo que todas las teoras antiautoriales pierden fuerza, toda vez que el sujeto o

  • hablante potico es un constructo artstico (social) del autor, no del poema en s mismo, aunque este lo modela, le da forma, le condiciona su relativa autonoma. Y claro, cuando se producen incoherencias lingsticas en un poema, el asunto no es de responsabilidad del poema, ni del sujeto potico, sino bsicamente del poetaEn La ficcin narrativa. Su lgica y ontologa (2001: 21-30), Martnez Bonati expone adecuadamente su crtica a la poetologa que se basa en considerar a la poesa o bien como discurso armado de recursos especiales o bien como discurso anmalo, y efecta una buena crtica de las que denomina normas de anomalas de Cohen (la estructura del lenguaje potico como anticdigo). Compartimos su concepcin de que lo esencial de la poesa no queda definido por la presencia de un idiolecto, de un lenguaje potico como estilo de hablar especfico. La poesa no es definible como lenguaje desviado del lenguaje normal. Ms bien el sentido normal del lenguaje, como dice Martnez Bonati, se despliega tambin en el poema, con lo cual coexisten la dimensin denotativo-representativa (referencial o lgica) con la dimensin expresiva-emotiva-connotativa (en la lrica), producindose un conflicto sistemtico del lenguaje potico en un espacio sui generis, el de la imaginacin, el del discurso ficticio.

    [13] En algunas poetologas, se confunden las categoras de ficticio e imaginario. Hay ambigedad en referirse a lo ficticio como fingimiento (mmesis) o como apariencia. Tambin hay ambigedad respecto de lo imaginario: no hay claridad respecto de lo polismico del trmino. No se aclara si se refiere a la representacin de imgenes de las cosas reales o ideales, a juicios no reales o sin fundamento, a la formacin de imgenes fantasiosas. En el pensamiento potico tradicional el concepto de ficcin est asociado de raz a la teora de la representacin mimtica y a la idea siempre vaga de figuracin esttica o artstica. Aun cuando sea posible precisar los contenidos poetolgicos de la categora de ficcin, lo cierto es que sta se manifiesta terica e histricamente como un trmino formalmente impuro, en el sentido de que su definicin es, antes o despus, indisociable de una dialctica interpretativa que acaba por comprometer en el anlisis las instancias ideolgicas y axiolgicas del significado de los textos (Jos M. Cuesta Abad, 1997: 118). Martnez Bonati clarifica adecuadamente las diferenciaciones entre lo imaginario real y lo imaginario ficticio. El campo de lo imaginario, a su vez, es ms amplio que el campo de lo ficticio, y nuestra lectura absolutiza la experiencia imaginaria. Esta absolutizacin de lo imaginario que sera privativa de lo ficticio, sera, a su vez, condicin de la posible plenitud de la contemplacin (Martnez Bonati, 2001: 32).

    [14] Veremos ms adelante lo que nos diferencia de estas concepciones de Martnez Bonati.

    [15] Un poema es un cronotopos, un espacio-tiempo virtual. Nada autoriza suponer la intemporalidad de este cronotopos. La intencionalidad del poeta a universalizar su canto, a trascender, no implica que busque, a travs de su obra, la intemporalidad, que no es lo mismo que la pretencin de eternizarse. Martnez Bonati confunde y se confunde con su sui generis manera de concebir el lenguaje humano. Lo confunde con lo semitico peirceano (lo trismico), y por ello habla de imitaciones ficticias no lingsticas de los signos lingsticos. Este error es de la misma magnitud que el error de considerar la existencia de un lenguaje potico autnomo, aunque queda suficientemente esclarecido que Martnez Bonati no cae en este ltimo error.

    [16] El hecho de que el sujeto lrico no sea emprico, no autoriza a afirmar que es creacin en y por el poema. Como veremos, el poema en s no crea nada, porque no es un ente autnomo del autor, lo que no significa aceptar que sea

  • reflejo fiel, autobiografa. Precisamente el error consiste en confundir historia biogrfica, biografa y autobiografa. Todas las concepciones antiautoriales se basan en el concepto de lo autobiogrfico, explorando en forma insuficiente lo propiamente biogrfico y lo propiamente histrico biogrfico.

    [17] La ficcionalidad sustentada en una potica de los mundos posibles se origina como degradacin y agotamiento del modelo mimtico aristoteliano. En el modelo aristotlico original, las oposiciones entre lo imposible verosmil y lo imposible increble sufren un desplazamiento semntico a otras oposiciones: lo imposible verosmil se opone a lo posible no-persuasivo y la imposibilidad persuasiva se opone a la posibilidad no-persuasiva. Aristteles introduce el concepto retrico de lo persuasivo y la polisemia de lo verosmil (Jos M. Cuesta Abad, 1997: 119). En el siglo XVIII, el modelo mimtico aristoteliano, mal entendido, se sustituye por la idea leibnizeana, mal comprendida, de los mundos posibles. Johann Jacob Breitinger, en Critische Dichtkunst, escrita en 1740, sostiene que la poesa es actualizacin de mundos posibles por realizar. Las reminiscencias metafsicas y teolgicas de esta teora tiene el inters de apuntar hacia el sentido ontolgico de la ficcin potica mediante la transformacin lgica y sustancialista del concepto de posibilidad que las teoras clasicistas conceban en trminos retrico-poticos (dem, 1997: 122). Culler probablemente se basa en la semntica constructivista de los mundos posibles del formalista L. Dolezel. Humberto Eco en Lector in Fabula, argumenta que la nocin de mundo posible pertenece a la semntica lgica, acuada para resolver el problema de la intensin textual mediante la perspectiva de la extensin textual. Decir que un texto nos plantea cierta proposicin como verdadera en un mundo posible (el proyectado por la fbula o el que el texto atribuye a las actitudes proposicionales de los personajes), significa decir que el texto ejecuta ciertas estrategias discursivas para presentarnos algo como verdadero o como falso, como objeto de mentira o de reticencia (secreto), como objeto de creencia o como proposicin afirmada para hacer creer o para hacer hacer (Humberto Eco, 2000: 260).

    [18] Sin embargo, Jonathan Culler en su obra Breve introduccin a la teora literaria, expone claramente que un poema es, a la vez, texto y acto (un acto del poeta, una experiencia del lector, un acontecimiento en la historia literaria). Respecto del problema del poema como acto, ubica como central la relacin entre el autor que escribe el poema y el hablante o voz que habla en l (figura de la voz). No sera el autor el que habla en el poema. Al escribirlo, se imagina a s mismo o imagina otra voz que lo dice. Esto concuerda con nuestra tesis de que el sujeto potico es representacin interpretada y/o interpretacin representada del s mismo del autor, en un contexto cronotpico, imaginario-ficticio.

    [19] Sujeto emprico, sujeto potico, mundo real, poema, pueden ser considerados universales o totalidades concreto situadas, para efectos de una teora potica.

    [20] Platn intent elaborar una dialctica de lo Mismo y de lo Otro. Con posterioridad, esta dialctica es desarticulada por los filsofos metafsicos, hipostasiando a lo Otro. Esta antidialctica sustituye la enajenacin absolutizando la diferencia. El discontinuismo epistemolgico que toma la forma de ruptura radical, se consolida en el siglo XX mediante la aplicacin indiscriminada del mtodo etnolgico estructural. Ejemplo de ello fue la propuesta terica del filsofo Althusser con su tristemente clebre ruptura o corte epistemolgico. Tambin Foucault sostuvo que el sistema de las condiciones del saber difiere con las pocas, pero no consider la posibilidad

  • de que cada cual fuera la causa, la fuente, el origen de la o las siguientes. La ruptura siempre es ruptura de algo, pero ello implica la exigencia de considerar la unidad de lo disperso, el antecedente de lo discontinuo, el advenimiento de la novedad, no como lo apocalptico (todo de nuevo), sino como la contigidad nexual dialctica. Para un estudio enriquecedor respecto de las rupturas, ver Jacques DHondt (1883, 9-17).

    [21] Subrayado por el autor en el original, y es muy pertinente. Est implcito que puede no ser extremadamente diferente

    [22] Martnez Bonati, La ficcin narrativa (2001: 32-33). En esta obra, el autor distingue como en su primera obra, entre autor emprico, autor ideal y hablante ficticio. Por ello el discurso potico, como discurso imaginario no sera expresin lingstica del autor, y siguiendo a Northrop Frye, en el sentido de que la obra literaria es silenciosa como estatua, no habla, correspondera a la crtica traducir a forma lingstica explcita el significado de la obra. Consideramos que esto es un caso extremo de hermenutica textual, pues los destinatarios reales de las obras poticas no son interpretantes ideales (un crtico, o un enciclopdico como dira Eco) sino lectores reales con grados diferentes de competencias lingstico-literarias-culturales. Adems, habra que considerar aqu los aportes de la psicolingstica en trminos de los modelos discursivos, los modelos de mundo, para la comprensin-interpretacin de un poema. Por ltimo, en todo poema se da la dialctica entre lo lingstico y lo semitico, y toda expresin parte del autor, desde el cual, palabras-enunciados poticos, van sufriendo diversos procesos trans-formativos.

    [23] Para explicar las formas ms complejas de la vida conciente del hombre es imprescindible salir de los lmites del organismo, buscar los orgenes de esta vida conciente y del comportamiento categorial no en las profundidades del cerebro ni en las profundidades del alma, sino en las condiciones externas de la vida y, en primer lugar, de la vida social, en las formas histrico-sociales de la existencia del hombre (tesis de Vygotski, citada en Luria, 1995: 21). Vase cun enriquecedora es esta tesis en relacin con el esquematismo y la ambigedad de ciertas conceptualizaciones searleanas discutidas en nuestro ensayo Los nombres propios: una manera de identificar desde la pragmtica. Se le ha criticado a Searle un excesivo idealismo materializado, al sostener que las contatenaciones causales slo residen en la cabeza. Searle ha creido que las ideas tienen volumen, extensionalidad, porque si residen en la cabeza, y la cabeza tiene tridimensionalidad, e incluye ideas...

    [24] Julio Csar Goyes N., Revista Espculo N 21, 2002.

    [25] Entendemos por actividad objetal la accin prctica con los objetos en el plano externo (manipulacin de objetos reales) as como en el plano interno (manipulacin, operatividad, manejo de los objetos en su forma representativa). De esta manera, una psicologa de la poesa no es tanto el estudio del mundo del poeta en s mismo, sino el reflejo y los efectos que en el mundo interno del poeta produce el mundo externo. Interesa la relacin poeta y realidad. Es una perspectiva distinta al psicoanlisis.

    [26] Oralidad y escritura son frecuentemente relacionadas por oposiciones e irreductibilidades. Se hace necesario superar esta dicotoma. Pero la reflexin sobre la lengua slo es posible mediante lo escritural. No habra transferencia de lo oral a lo escrito, sino proyeccin de lo escrito sobre lo oral. Muy importante es considerar en la unidad de lo escrito y lo oral la palabra, que es un trmino controvertido. Clsicos son los estudios que muestran

  • desconfianza hacia la palabra: Bally (1944), Ullmann (1952), Benveniste (1966), Hjelmslev (1968), Rastier (1990), etc. El trmino palabra es elstico y polismico. Designa un trozo de enunciado. Un excelente estudio respecto de la oralidad, escritura y la palabra se encuentra en Claire Blanche-Benveniste, Estudios lingsticos sobre la relacin entre oralidad y escritura, 1998, edit. Gedisa, Espaa.

    [27] La hiptesis de un cdigo nico y monoltico, sin realidad emprica, se sustituye por el de sistema de cdigos, de tal manera que la actividad comunicacional real, estara constituida por dialectos, idiolectos, sociolectos, integrados en un objeto abstracto el diasistema. Idiolecto: competencia lingstica de un sujeto individual, conjunto de rasgos idiosincrticos que caracterizan dicha competencia. Sociolecto: competencia de un subconjunto de hablantes definidos por criterios sociolgicos, y el conjunto de rasgos que caracterizan dicha competencia (Catherine Kerbrat-Orecchioni: 1997, 10-11).

    [28] En Lgica del Sentido, Gilles Deleuze comenta, a propsito de la paradoja sealada por Lvi-Strauss respecto del exceso natural del significante en oposicin a un defecto natural del signif