Garrotita RojaPor:

Javier GarcíaAmanda Grijalbo

Marta GómezNoelia Gutierrez

Érase una vez Garrotita Roja, una anciana que iba a llevar la merienda a su nieto. Éste, trabajaba en el polígono industrial de Chueca, en Madrid.

En esa misma zona, Garrotita se encontró con un viejo lobo yonki e indigente, que le pidió un bocadillo de lomo para saciar su constante hambre. A pesar de ello, Garrotita Roja solo le dio un par de mordiscos, por lo que el lobo, furioso, descargó su furia y hambre en ella y quiso quitarle el tuperware.

Fue en ese momento cuando un joven y apuesto lobo asmático fue a defender a la pobre Garrotita. Entonces, el lobo yonki y el asmático se enzarzaron en una dura pelea. Mientras tanto, Garrotita aprovechó para escaparse con el fin de encontrar a su nieto homosexual, al que distinguió fácilmente desde lejos dado su brillante atuendo de cuero y complementos similares a los del grupo musical de los Locomia.

Por otro lado, el lobo yonki le robó el ventolín al asmático, porque sabía que el cerdito gay, nieto de Garrotita, tenía ataques de asma ya que le llevaba echando el ojo desde tiempo atrás porque no se cortaba en probar de todo en esta vida. Al llegar allí, logró salvar al cerdito ofreciéndole el ventolín en un momento de profunda crisis asmática.

Fin