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Affinity Petcare 1 1 Gatos y transportines Si tu gato ha vivido muchas experiencias desagradables en su transportín y no hay manera de conseguir que se le acerque, ni atrayendolo con comida, prueba con un transportín nuevo. Si es posible, cambia también el modelo, e intenta que desde el princi- pio tenga un buen recuerdo del transportín. No es cosa de todo los gatos, pero muchos reaccionan mal al ver que el propietario saca el transportín del trastero o del armario y lo más común es correr a esconderse en algún sitio. Hay quien se las ingenia para que el gato vea el transportín cuando es tarde para esconderse pero aún así meter el gato en el transportín acaba siendo una tarea engorrosa para el propieta- rio y desagradable para el gato. Pero ¿cuál es el problema con el transportín? No hay una única explicación detrás de la aversión de los gatos al transportín. Hoy te expicamos cuáles son las más comunes y descubrirás cómo conseguir que tu gato se relaje en un transportín. El problema puede ser... el mismo transportín Hay veces que el gato simplemente no está cómodo en su interior. Hay transportines tan pequeños que el gato no se puede poner de pie y dar la vuelta. También es posible que el transportín sea adecuado para transportar un solo gato pero no va bien para dos, considerando además que, para evitar tensiones inutiles, no es recomendable poner dos o más gatos a la vez en el mismo transportín. En otros casos el problema es el olor, sobre todo si, debido a su material, el transportín no se puede lavar con detergentes enzimáticos y con el tiempo y el uso se van acumulando olores desagradables. Es el caso de tranportines que se han usado para transportar gatos que no se conocen o que tienen una mala relación entre ellos. Además si un gato se ha asustado en el transportín y ha dejado allí sus feromonas de alarma, otro gato al captar el mensaje olfativo de peligro puede asustarse incluso sin que haya otros motivos para tener miedo. ¿Cómo consigues que el gato entre en el transportín? Si atrapas al gato y lo obligas a entrar en el transportín, a lo mejor allí está el problema. Si esto fuera el caso, hay que suspender enseguida cualquier manipulación desagradable y empe- zar un entrenamiento para que tu gato entre solo en el transportín. Eso sí... el entrenamiento requiere tiempo, asi que mejor que no haya visitas veterinarias o viajes en programación en los próximos días. El transportín solo trae malos recuerdos ¿Qué haces con el transportín después de utilizarlo? Muchos propietarios lo tienen escondido Autor Gabriella Tami.

Gatos y Transportines

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Gatos y transportines

Si tu gato ha vivido muchas experiencias desagradables en su transportín y no hay manera de conseguir que se le acerque, ni atrayendolo con comida, prueba con un transportín nuevo. Si es posible, cambia también el modelo, e intenta que desde el princi-pio tenga un buen recuerdo del transportín.

No es cosa de todo los gatos, pero muchos reaccionan mal al ver que el propietario saca el transportín del trastero o del armario y lo más común es correr a esconderse en algún sitio. Hay quien se las ingenia para que el gato vea el transportín cuando es tarde para esconderse pero aún así meter el gato en el transportín acaba siendo una tarea engorrosa para el propieta-rio y desagradable para el gato. Pero ¿cuál es el problema con el transportín? No hay una única explicación detrás de la aversión de los gatos al transportín. Hoy te expicamos cuáles son las más comunes y descubrirás cómo conseguir que tu gato se relaje en un transportín.

El problema puede ser... el mismo transportín

Hay veces que el gato simplemente no está cómodo en su interior. Hay transportines tan pequeños que el gato no se puede poner de pie y dar la vuelta. También es posible que el transportín sea adecuado para transportar un solo gato pero no va bien para dos, considerando además que, para evitar tensiones inutiles, no es recomendable poner dos o más gatos a la vez en el mismo transportín. En otros casos el problema es el olor, sobre todo si, debido a su material, el transportín no se puede lavar con detergentes enzimáticos y con el tiempo y el uso se van acumulando olores desagradables. Es el caso de tranportines que se han usado para transportar gatos que no se conocen o que tienen una mala relación entre ellos. Además si un gato se ha asustado en el transportín y ha dejado allí sus feromonas de alarma, otro gato al captar el mensaje olfativo de peligro puede asustarse incluso sin que haya otros motivos para tener miedo.

¿Cómo consigues que el gato entre en el transportín?

Si atrapas al gato y lo obligas a entrar en el transportín, a lo mejor allí está el problema. Si esto fuera el caso, hay que suspender enseguida cualquier manipulación desagradable y empe-zar un entrenamiento para que tu gato entre solo en el transportín. Eso sí... el entrenamiento requiere tiempo, asi que mejor que no haya visitas veterinarias o viajes en programación en los próximos días.

El transportín solo trae malos recuerdos

¿Qué haces con el transportín después de utilizarlo? Muchos propietarios lo tienen escondido

AutorGabriella Tami.

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en algún sitio hasta que lo vuelven a necesitar. Entonces lo sacan del trastero o del armario, empiezan la “pelea” para que el gato entre y, cuando el gato ya está “atrapado”, la puerta del transportín suele volver a abrirse encima de la mesa de una clínica veterinaria. En gene-ral, cuando esto ocurre, el gato ya ha cambiado de idea y no quiere salir del transportín que ahora le parece un lugar más seguro de que lo que hay fuera, pero igualmente un lugar donde se viven malas experiencias. Cuando el transportín se gestiona de esta manera, los únicos recuerdos que tu mascota tiene del transportín son … para olvidar. Además el transportín se ha convertido en una señal clara de que la visita veterinaria es inminente. En algunos casos el transportín indica que es inminente un viaje en coche y si a tu gato no le gusta viajar, el transportín acaba siendo otra vez la señal de que algo desagradable está en camino. Para romper esta asociación, el transportín debería formar parte del ambiente de vida de tu gato, ser uno de sus escondites dentro de casa, ser un lugar seguro, donde ha dormido, jugado y comido. Si se utiliza de esta manera, tu gato no debería huir al verlo.

¿Has entrenado a tu mascota para que tenga una buena impresión del transportín?

Para aconstumbrar a tu gato a entrar en el transportín y a relajarse en su interior hay que realizar un verdadero entrenamiento. Si no lo has hecho nunca, estos son los pasos: deja el transportín abierto y coloca cerca su comedero. Si deja de comer, aleja el comedero hasta que coma tranquilamente. Reduce progresivamente la distancia hasta colocar el comedero en el transportín, primero para que el gato entre solo con la cabeza y luego con todo el cuerpo. Entre comida y comida esconde algunos trocitos de comida muy sabrosa en el transportín. Cuando tu gato entra y sale del transportín sin problemas e incluso lo busca para echarse pe-queñas siestas, pasa a la fase siguiente: cierra la puerta del transportín durante un segundo, premia a tu gato y vuelve a abrir. Sube muy gradualmente el tiempo durante el cual la puerta queda cerrada y premia al gato por quedarse tranquilo. Los pasos siguientes son levantar el transportín con el gato dentro, moverse dentro de casa y practicar fuera de casa. Si además tu gato tiene problemas con el coche el entrenamiento se alarga, pero el trabajo es parecido. Si tu mascota da signos de incomodidad quiere decir que el entrenamiento es demasiado rápido. Vuelve a los pasos anteriores y recuerda: la clave del éxito es no tener prisa. Para favorecer la adaptación, también puedes rociar el transportín con feromonas de familiarización felina en espray.

Esta no es la única manera para que tu gato aprenda a relajarse en un transportín pero puede ser un buen inicio para conseguir que las “peleas” para conseguir meterlo en el tranportín solo sean un recuerdo del pasado.

AUTORGabriella Tami.

bibliOGRAfRíAEllis, S., 2012. Train your cat. http://www.yourcat.co.uk/Train-Your-Cat-series/Yin, S., 2009. Low stress handling, restraint and behavior modification of dogs & cats. Cattledog Publishing, Davis, CA.