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Detrás de los gestos Poesía Relato Por Carlos Gazzera | De nuestra Redacción. c[email protected] En el mes de abril, un grupo de jóvenes escritores cordobeses irrumpieron en el medio literario de la ciudad con la idea de un sello editorial propio. Su nombre es Lacreciente, y su performance inicial fue la presentación de los dos primero títulos de ese sello: Actriz de reparto, de Cuqui y Sueños de siesta, de Luciano Lamberti. Los libros tienen un formato de postal (10 por 15 centímetros), abrochados, con un número que va de los seis a los 10 pliegos (entre 24 y 40 carillas). Este formato permite libros económicos y muy funcionales al tipo de publicaciones que pretende generar esta editorial. El poemario de Cuqui reúne casi una veintena de poemas. Se destaca en ellos la capacidad epigramática de algunas de esas composiciones. No obstante, y más allá de su formato, toda la poesía de Cuqui parece estar cargada de un erotismo sutil. Hay un manejo de cierto lenguaje erógeno capaz de sugerir sensaciones más allá de lo sexual: “Josefa se acuesta en la cama desvestida. / Tiene las marcas de la ropa interior en la piel. / A las sábanas hace casi un mes que no las lava”. Es necesario remarcar sin embargo ciertos tics surrealistas en la poesía de Cuqui. Un surrealismo que se insinúa en la silueta de algunos poemas. A su vez, esa poesía denuncia las contradicciones de algunos jóvenes con la cultura: “¡Vamos a dar una vuelta en elefante!: me siento sola / abrazo a mi osito nuevo / lo tiro a la montaña de ositos / en la otra punta de mi cama / me siento sola / abrazo a mi novio”.

Gazzera sobre Lamberti y sueños de siesta

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Detrás de los gestos Poesía Relato

Por Carlos Gazzera | De nuestra Redacción.

[email protected]

En el mes de abril, un grupo de jóvenes escritores cordobeses irrumpieron en el medio literario de la ciudad con la idea de un sello editorial propio. Su nombre es Lacreciente, y su performance inicial fue la presentación de los dos primero títulos de ese sello: Actriz de reparto, de Cuqui y Sueños de siesta, de Luciano Lamberti.

Los libros tienen un formato de postal (10 por 15 centímetros), abrochados, con un número que va de los seis a los 10 pliegos (entre 24 y 40 carillas). Este formato permite libros económicos y muy funcionales al tipo de publicaciones que pretende generar esta editorial.

El poemario de Cuqui reúne casi una veintena de poemas. Se destaca en ellos la capacidad epigramática de algunas de esas composiciones. No obstante, y más allá de su formato, toda la poesía de Cuqui parece estar cargada de un erotismo sutil. Hay un manejo de cierto lenguaje erógeno capaz de sugerir sensaciones más allá de lo sexual: “Josefa se acuesta en la cama desvestida. / Tiene las marcas de la ropa interior en la piel. / A las sábanas hace casi un mes que no las lava”.

Es necesario remarcar sin embargo ciertos tics surrealistas en la poesía de Cuqui. Un surrealismo que se insinúa en la silueta de algunos poemas. A su vez, esa poesía denuncia las contradicciones de algunos jóvenes con la cultura: “¡Vamos a dar una vuelta en elefante!: me siento sola / abrazo a mi osito nuevo / lo tiro a la montaña de ositos / en la otra punta de mi cama / me siento sola / abrazo a mi novio”.

Sueños de siesta, de Luciano Lamberti, es un relato típico de esa corriente tan presente en la actual narrativa joven argentina: la nadería, es decir, esa vertiente de narradores que cuentan historias en las que no pasa “nada”. Podemos inferir que estamos frente a un tipo de relato que pretende hacerse cargo de expresar el malestar de los jóvenes con su época, que intenta exponer más allá de lo confesional o autobiográfico, una subjetividad herida, dolida, sangrante. 

Sin embargo, esta literatura, al renunciar al relato tradicional, suele dejar a muchos lectores afuera de esa conclusión, produciendo así una literatura para literatos.

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Podríamos concluir que la constipación narrativa de la historia, atravesada por las líneas de cierto surrealismo (que no sólo puede inferirse del título sino de otras muescas en el texto), le confieren a Sueños de siesta un decidido efecto neurótico. ¿Qué se busca? Escenificar en las variaciones de cada repetición la chispa de lo no dicho. Interesante teoría que alguna vez Ricardo Piglia utilizó en uno de sus cuentos, “La loca y el relato del crimen”, pero que en este caso embrollan el mínimo intento de sostener una historia.

Por último dos consideraciones: bienvenida la idea de hacer libros, que además sean baratos y que posibiliten así la expansión de la literatura de las nuevas generaciones. Estamos lejos de aquellos días en los que los jóvenes que se iniciaban en la literatura lo hacían a través de las revistas literarias. Ahora se necesita el libro y este grupo parece responder en consecuencia. Sin embargo, el gesto rupturista que otrora practicara cada una de las generaciones literarias, desde la martinfierrista hasta nuestros días, no ha sido otra cosa que profundizar la dialéctica conservación/renovación. Los integrantes de Lacreciente no escapan a ese gesto. La esperanza reside del otro lado del gesto.