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7/24/2019 Geologia Colombia
1/24
7/24/2019 Geologia Colombia
2/24
A DONDE HAN IDO LOS BOSQUES?
EL HOMBRE Y EL MEDIO AMBIENTE
EN LA COLOMBIA PREHISPANICA
ARWICK BRAY
Traduccin:
ADRIANA
ARIAS
l Introduccin
Los objeti vos de este trabajo son:
l
Resumir la evidencia
ce
rca
de
los
cambios ambientales que sucedieron en el norte y el centro de Colombia
desde finales del Pleistoceno
ha
sta la poca de la Conquista espaola;
2. Hacer un examen de la forma como el paisaje antiguo fue modificado
por la actividad humana; y 3 Tratar de identificar, con base en los
reg istros arqueolgicos, los posibles episodios de deterioro ambiental o
de
mal m mejo ecolgico que ha
ya
n sido lo
su fi
cientemente severos como
para haber causado tensin soc ial o colapso cu ltural
Como parte de l proceso de establecer un panimetro ambienta l de base,
debemos ante todo aprend er a distinguir tres tipos de fenmenos
diferentes:
a) Cambios del clima global es decir, osc ilaciones de temperatura y
humedad en todo el globo.
b Fenmenos puramente loen es: erupci
ones volcc:inicas
cambios en
l scursos de los ros can1bios tectnicos o eustticos y dems fenmenos
que afectnn nicamente a ciertas reas.
e) Cambios precipiTados por l acrividad humana:
es
ta lista la
encabezan los fenmenos interrela cionados de la intensificacin agrcola
y
la
tala de bosques; en otras palabras, la transfom1acin del paisaje
natural en un
pa
isaje artificial creado por el hombre.
Estas tres fuentes de cambio son independientes entre si. Pueden
apuntar en
la
misma direccin para bien o para mal), u operar en forma
opues
ta
. Tambin es preciso recordar que un mismo fenmeno puede
producir efectos muy diversos sobre las poblac iones humanas: un aumento
de la precipitacin puede, al mismo ti empo, beneficiar a un gricultor de
un a zona desrtica marginal y ca usar problemas de inundacin en otros
s itios. Antes de hacer genera lizaciones como aque ll as que han dado lugar
a controversias en el Per Paulsen, 1976, 1981; She
ll
, 1978; Conrad,
1981), es necesario re 1
zar primero buenos estudios de casos locales para
detenninar la relacin de todos estos factores, sin partir del supuesto de
que el cambio de l medio amb iente local es
el
factor primordial.
43
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3/24
A ON E
HAN
IDO LOS BOSQ UES? EL HOMBRE Y EL MEDIO AMBIEI ITE EN LA
COLOMB
IA
PREHISPANICA
Tambin surgen dificultades cuando se trata de identificar la tensin
social. No s de ninguna regin colombiana sobre la cual los arquelogos
hayan recogido informacin adecuada referente a los patrones
de
asenta
miento, los tamaos poblacionales, la capacidad para soportar densidades
de poblacin,
la
productividad agrcola y dems estadsticas necesarias
para los modelos numricos. Por consiguiente, no podemos
calcular
si una
sociedad determinada estaba comenzando a sufrir el fenmeno de
la
ten
sin o no. Lo nico que podemos hacer son observaciones preliminares
que en rea lidad no son ms que elucubraciones. Como regla bsica, estoy
suponiendo que las poblaciones humanas tienden, en general, a crecer.
Cuando este proceso se intenurnpe, al detenerse el crecimiento o dismi
nuir el nmero de individuos, entonces la explicacin puede radicar en
algn tipo de tensin (no necesariamente ambiental). En la arqueologa,
al igual que en la pediatra, es necesario entrar a investigar cualquier tipo
de ausencia de desarro
ll
o .
2. El
paisaje
y el hombre
de
las
cordilleras
7500 a.
e_ hasta
hoy
Alruras medias la regin calima
Para ilustrar la fonna como interactan los factores humanos y naturales
para modificar el paisaje, podemos recurrir a un diagrama simple de polen
(Figura 1) de la regin ca lima en la cord illera Occidental de Colombia, a
una altura un poco mayor a los 1.200 metros sobre el nivel del mar (Bray
y colaboradores, 1987).
El diagrama muestra la influencia del clima global,
p :>r
ejemplo en el
desplazamiento de los cinturones de vegetacin (marcados
por
la retirada
del cedro) a finales de la ltima glaciacin, y en el retomo gradual de
condiciones ms secas y frias (zona 5B) hace cerca de 700 aos. Pero en
la
historia del polen tambin se reflejan los efectos de
la
influencia del
hombre sobre
el
paisaje. El primer polen de maz hace su aparicin hacia
el ao 5000 a. C., durante el perodo Precermico, pero durante los
siguientes cinco milenios el bosque predomina sobre el resto de
la
vegetacin. Luego, casi sbitamente y mucho despus de aparecer la
cermica hacia el ao
700
a. C. s in calibrar), vemos un cambio ecolgico
significativo. El periodo Yotoco se inicia por
la
poca de Cristo (co
mi
en
zo de la zona de polen 5A3) con un episodio
de
tala forestal masiva. Las
gramneas pasan a ocupa r el
luga
r preponderante; hay
un
sa
lt
o repentino
en el porcentaje de polen de maz. Poco despus se puede reconocer en
los perfiles del sue lo un fenmeno de erosin local izada y algo de
depsitos a luvia les (Bray y colaboradores, 1988: 24-34). Por la misma
poca se produce un fenmeno local menor que tambin contribuy a
reestructurar el paisaje. La salida del valle de
El
Dorado se destap
permitiendo
el
drenaje
de
un
lago, y en lo que pas a ser
ti
erra pantanosa,
el pueblo Yotoco construy un sistema de campos drenados. En ese
paisaje nu evo y ms abierto, el gran nmero de puntos de edificaciones,
caminos y cementerios sugiere que la poblacin era relativamente gra
nd
e.
44
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4/24
W RWICK BR Y
EDAD
A.P.
;
u
HACIENDA El DORADO
c:=J
Bosque suband no
Bosque and
i
no{suband
i
no
Grammeae
Figura l .
Diagrama de polen de la
Ha
cienda
El
Dorado, regin Calima,
co rdill
em
Occidental,
o
lomb
ia
.
Amlisis de Jos O. Monsa\ve segl 3ray el al. 9 87 .
Ademris , e l desc ubrim iento de un as cuanta s tumbas muy ricas
es
indicio
de una jerarqua socia
l
Segn la mayora de los criterios, el pueblo
Yot
oco
haba alcanz.1do
un
nivel de orga
ni
zac in
co
rrespondie
nte al
cac icazgo.
Las tendencias establecidas durante los primeros siglos de
la
era
c
ri
s tiana prevalecieron durante el periodo Sonso aproximadamente
desde
el
ao
12
has
ta la
Conquista), cuando
la
poblacin parece
haber
alcanzado
su
pico y la m
ayo
r parte de
la ti
erra
se
usaba para
la
agricultura
o los asentamientos. or ltimo, con
la
prdida demogrfica acaecida
durante la Colonia, buena parte del medio ambiente fue repoblado
por
45
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5/24
A
DONDE II N
lOO LOS OOSQUES
EL
IIOMilRE Y EL MEDIO MBIENTE EN
L
COLOMOIA PREIIISPANICA
bosques y pennaneci en ese estado hasta que
se
reanudaron la tala y la
quema durante el presente siglo. En resumen, podemos identificar dos
fases de actividad agrcola: una primera cuando haba poca densidad
demogrnfica o no estaba muy desarrollada la agricultura) la cual afect
slo en fonna mnima el paisaje, y otra posterior que introdujo cambios
fundamentales. Tambin ocurrieron cambios culturales, incluyendo
el
posible reemplazo de un grupo tnico por otro en el momento de la
transicin entre los perodos Yotoco y Sonso, pero sin ningn signo de
colapso. Los niveles de poblacin una simple medida biolgica de
eficiencia)
se
mantienen, y no hay indicios de tensin traumtica hasta la
Conquista. Por ltimo, la regeneracin acelerada del bosque muestra que
el manejo que le dieron los indios a la tierra no inflingi daos pennanen
tes a los suelos de las cordilleras.
Ms al sur, en el valle de La Plata, una de las pocas zonas estudiadas
sistemticamente la historia de
los
ltimos
os
milenios
eS
semejante a
la
de
la
regin calima, con un pico poblacional
justo
antes del contacto
con los europeos Brennan, 1985: 171-179). Podra argumentarse ahora
que muchos de los elementos de este patrn son reconocibles tambin en
las zonas altas de los Andes.
Lns cordiller s airas 7500 a C. has/a nues1ros dias
La
evidencia ms completa proviene de una serie de estudios de polen
realizados en la cordillera Oriental, especialmente en las turbas y lagos de
las zonas de pnramo por encima de los 2.500 m van Geel y van der
Hammen, 1973; Schreve-Brinkman, 1978; Hooghiemstra, 1984; Kuhry,
1988).
La
secuencia se remonta hasta
el
Pleistoceno, pero
me
limitar a
describirla desde comienzos del Holoceno, hacia el ao 7500
a. C.
a
7500-5500/5000 a.
C.
Zonas IV y V de polen en los Andes;
intervalo X de Kuhry en el holoceno) .
El
clima es algo mns clido que en
la
actualidad.
El
paisoje refleja que
la
intervencin humana es mnima,
aunque existe solamente un registro de polen de maz en el Pramo
de
Pea Negra
I,
hacia el 6200 a.
C.
Este nico polen de maz probablemente
fue arrastrado por el viento desde una altitud inferior.
b)
5000-1000
a.
C.
Zonas
VI
y VII
de
polen en los Andes; parte del
intervalo Y de Kuhry). Es
el
clima m:is c:ilido y es el punto rmis alto de
la
linea de bosques. En
la
zona de p:iramo hay un nmero relativamente
grande de registros de polen de maz a partir del 4650 a. C., aunque
Kuhry 1988: 127) piensa que este polen proviene de actividades agrcolas
adelantadas en altitudes inferiores sobre las pendientes orientales del valle
del Magdalena.
e) 1000
n C
150
d C La
fecha del ao 1000
a. C.
3000 BP)
marca el comienzo de
la
zona VIII de polen en los Andes, constituyendo
un
limite climatolgico que tmnbin se
ha
reconocido en
la
cordillera
Central Salomons, 1986) y en la Sierra Nevada de Santa MaMa van
der
Hammen, 1979). En todas partes, las temperaturas descendieron a los ni-
6
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6/24
WARWICK
BR Y
Edaden
Urtdades FII.CIUIICIOfleS
r N ~ v a s VariiOOI IeS
l ~ h . o r n o ILmanl
liaA P Cforoeslrlll,ihcu delemperal,.- e ~ enelitNdeesh dio
5.000
10 COJ
15000
000
d e l e o c r d i i ~ O n e r u l
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deF\rql:iene
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1
1
:
Figura 2.
Cambios l
en
lalivos de temperatura F), vari
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7/24
A DONDE HN IDO LOS BOSQUES EL HOMBRE Y EL MEDIO AMBIENTE EN
L
COLOMBIA PREHISPANICA
disemin desde las faldas bajas hasta las cuencas altas intermontaosas.
En las zonas altas, estos acontecimientos estn marcados
por la
disminu
cin de los elementos forestales, el aumento de los pastos,
la
presencia de
polen de maz y
la
aparicin de
la
primera cermica en
el
registro
arqueolgico. En el refugio rocoso Zipacn
1
a 1.550 metros
so re
el
nivel del mar, hay cermica, maz cultivado, batata y aguacate en
un
estrato cuya base
ha
sido fechada hacia el 1320 30 a. C. GrN-11, 125,
Correal y Pinto, 1983). La tipologa
de la
cermica indica que este
depsito
se
prolonga durante
la
mayor parte del primer milenio antes de
Cristo. Los datos del polen indican que en
el
paisaje predominaba todava
el
bosque, y los excavadores sugieren que los cultgenos y tambin uno
de los tipos de cermica) provienen del valle del Magdalena, principal ruta
de comunicacin con el Caribe. Hacia mediados del primer milenio antes
de Cristo, los sitios con cermica y/o evidencia de actividad agrcola son
demasiado numerosos como p r enumera
rl os
uno por uno vase Bray,
1984: 318).
d)
50
d
C
hasta
la
fecha Con el establecimiento en las llanuras
altas de los pueblos de agricultores que usaban la cenimica, la principal
influencia sobre
la
vegetacin es el hombre y no el clim
a
Hacia
la
poca
de Cristo,
el
bosque de
la
montaa prcticamente desaparece para dar paso
a tierras pobladas de pastos y arbustos de la especie Nyrica Hay un
aumento de las quinopodiceas-amarantceas y una elevacin en la curva
de
la Dodonaea
especie pionera e indicador de
la
erosin del suelo) en
muchos de los diagramas de polen de
la
cordillera Oriental. Este
incremento de l odonnea parece ser un marcador excelente de la
agricu ltu
ra
indgena intensiva en dichas reas van Gell y van der
Hammen, 1973: 88) .
En resumen, en los Andes colombianos hay evidencia de
la
presencia
humana a partir de la etapa ltica. En los diagramas de polen se aprecian
indicios del cultivo del maz a partir del quinto milenio, pero hacia
principios de nuestra era o unos cuantos siglos antes) hay una deforesta
cin masiva y relativamente acelerada. En mi opinin, esto marca el
surgimiento en los Andes de un paisaje dominado por la actividad agrcola
humana.
A manera de corolario se podra agregar que, en ninguna de las zonas
sobre l s cu les tenemos infon11acin, parece haberse producido una
intem1pcin importante
en el
crecimiento demogrfico. Es probable que
las poblaciones numerosas y
la
agricultura intensiva pudieran haber
causado algtm dao local , pero no
un
deterioro genera
li
zado o permanente
del medio ambiente. En las zonas en que casi desapareci
la
poblacin
indgena despus de
la
Conquista, los suelos estaban en condiciones
suficientemente buenas como para permitir
la
regeneracin de los bosques.
Esta regeneracin se puede apreciar en los diagramas de polen de Calima,
la
cordillera Central Salomons, 1986: 152-156) y la Sierra Nevada
de
Santa Marta Herrera de Turbay, 1985).
48
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W RWICK BRA Y
En primer lugar, las zonas altas ofrecen algunos de los datos ms
importantes que poseemos y, en segundo lugar, los acontecimientos
ecolgicos de los Andes tienen repercusiones directas sobre los ambientes
de las zonas bajas. Con referencia
al
valle del Magdalena medio,
Jungerius 1976: 123) sostiene que la erosin generalizada del Holoceno
puede atribuirse a
la
incisin permanente de las quebradas el despeje de
la vegetacin estabilizadora realizado por el hombre. Sobra decir que los
grandes ros de las tierras bajas nacen en los Andes que el flujo
de
las
aguas
la
carga sedimentaria dos de los factores crticos para
la
agricultura en las tierras bajas) son afectados directamente por la
deforestacin la erosin del suelo en las zonas altas. Tras este prembu
lo podemos entonces pasar a referimos a las tierras bajas del Caribe.
3. daptaciones de
las sabanas las tierras
de
i n u n d a ~ i n
la regin del
Sin
y la depresin
de Momps
A lo largo de la costa Caribe de Sudamrica el aire corre permanentemen
te hacia
el
oriente, produciendo divergencias atmosfricas depresiones.
Estos fenmenos hacen que buena parte de las costas de Colombia y
Venezuela se n c si
un
desierto A pocos kilmetros tierra adentro hay
una fmnja ancha de tierras bajas en donde se alternan las lluvias
la
es-
9
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9/24
A DONDE HAN IDO LOS BOSQUES1 EL II
OMORE
Y EL MEDIO AM B IENTE EN LA
COLO
MBIA
PRE
tllSPANICA
Siglo
XV Mediados el siglo
XX
Figura 3.
Ex lel
lSI
OII
cfl
mb1
ant
c de las
sa
banas aproxmlnda) ent
re
el
Golfo de Urnbli
y
el
agdal
e
na
s e ~ ,
o
rdon,
1957 .
t cin sec (P rsons, 1980). En ' ctu lidad, est s tierr s b j s del Ca ribe
son
sab
nas ab ie
rt
as con grandes brazos de pl anic ies de inundacin , pe ro
esto no siempre fue as
Go rdon (1957) ha reunido los datos ecolgicos e hi stricos correspon-
di e
nt
es a la regin que se ex tiende entre el Golfo de Uraba y el ro
Magd lena y su m P resum e la di stri bucin
ca
mbiante de los pastizales
y
los bosq ues desde 1 epoca pre
hi
spa
ni
ca hasta nuestros d as. El
arg
um
e
nt
o fundame
nt
al de Go
rd
on es que, pese a ciertas fluctuciones
climtolg ic s menores, la vegetac in naturl de est zona es bos
qu
e de
fo llje ancho. Sos tiene que l s sabanas son ntropogeni c s, deri
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da s de
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y
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y
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y
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como son
l
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lm
s. Los tres
P
trones diferentes que aparecen en la
Fi
gura 3, resumen el efecto de las po
bl
a
ci
ones humanas cambiant
es
y
de
las modalidades de uso de la
ti
err durante la epoca precolombina, durante
1 Colo
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Esto nos lleva de
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s
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10/24
W RWI CK
OR
Y
ambiente semiacutico e l cu l pennanecia, en su ma
yo
r parte, inundado
durante varios m s s al ao.
La hi
storia s relaciona con la construccin
y el abandono (mucho antes de la Conquista espaola) de los sistemas
hidrulicos
tmi
s grandes y sorprend entes de la Amrica indgena.
En la planicie de inundacin del ro Sin se han identificado campos
antiguos drenados (Plazas y Falchetti, 1986). La evidencia ms completa
proviene
de
un sitio ubicado a
9
m al oriente de la cuenca del San
Jorge en la depresin de
Momps, donde un equipo multidisciplinario
estudi un desarrollo cultural prolongado dentro del contexto de un
ambiente inestable y cambiante.
La
depresin de Momps es un vasto delta interior de 6.000 m
2
cuya
altura promedio es de solamente 20 m sobre el nivel del mar. En esta
depr
es
in convergen las aguas de los ros Cauca, San Jorge y Magdalena,
lo
s cuales rebosan su cauce e inundan gran parte de la zona entre abril y
noviembre. Durante ocho meses del ao, el paisaje es t constituido por un
complejo cambiante de cinagas, pantanos, caos y
r
os de diversas
edades. La depresin tectnica es una trampa sedimentaria gigantesca que
recibe
la
escorrenta de casi un 25 del pas. Durante los ltimos 7500
aos, el promedio de sedimentos deposi tados ha sido de 3 a 4 mm por
ao. En el centro de la cuenca se han acumulado cerca
de
30 m de
sedimento durante los ltimos siete mile
ni
os, aunque es
ta
cifra es algo
menor en los mrgenes de la depresin. En compensacin, el peso del
sedimento ha causado, desde la poca de Cristo, un hundimiento que
oscila entre
1 8
y 5 m (Eidt, 1984: 73-86; Plazas y colaboradores, 1988).
La
ta
sa de sedimentac in
no
ha s
id
o unifonne; su variabilidad tiene
relacin con las osci laciones climatolgicas, los ca mbios en el nivel del
mar,
la
alteracin del cauce del
r
o Magda le
na
y tambin con la cantidad
de material en suspens in arrastrado por los ros que bajan de las
cordilleras. Este es e l factor que establece la relacin entre los fen
me
nos
andinos y la historia de la planicie de inundacin. La pluviosidad
abundante de las montaas aumenta los depsitos sed im entari os en la
depresin de Momps, tendencia que se acenta debido a la deforestacin
y
la
minera. En pocas recientes, la deforestacin en la cabecera del ro
San Jorge ha acelerado el proceso de erosin y acumulacin de limo en
los lechos de los
r
os del sistema del bajo Sa n Jorge, produciendo
inundaciones prolongadas en reas muy vastas (Parsons y Bowen, 1966).
Estos fenmenos podran exp
li ca
r lo suced
id
o durante
la
deforestacin
prehi spnica descrita en la seccin anterior.
Pero el factor humano no ha sido el nico que ha influido en el
pai
saje. En la Figura 4 aparecen los ca mbios climatolgicos ocurridos en
el rea durante
lo
s ltimos 3000
a1ios La
cuenca es
tj
lle
na de
bandas de
turbas fom1adas durante las pocas de poca lluvia en las cordilleras y de
sequa en las
ti
erras bajas. Durante las pocas secas, el nivel de los lagos
y
lo
s ros desciende, se reduce el transpo
rt
e de sed
im
entos y las reas de
inundacin se encogen, mientras aumentan el depsito
de
turbas y el
tamao de los pantanos estancados,
la
s saba
na
s y los bosques sabaneros
in va den los que antes eran pantanos abiertos y en los canales hechos por
51
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11/24
A
DO
ND E IIA N I
DO
LOS BOSQUES
EL
J OM
DRE
Y EL
ME
DIO AMBI ENTE
EN LA
COLO
MBIA
PREI SP
AN
ICA
el hombre se fonnan suelos organices negros derivados de la v
ege
tacin
de pa
nt
ano Wijmstra, 1976; van der Ha
mm
en, 1986a;
Pl
azas y
co
labora
dores, 1988). La presencia de tres o cuatro sue los
bi
en desa rro
ll
ados,
separados por estratos g
ru
esos de arcilla , es representativa de unos
perodos de estabilidad relativa e
pi
so
di
os mas secos) separados por
pocas de sedimentacin acelerada .
Paralelo a estas oscilaciones climatolgicas important
es
hay un ciclo
mas dbil con
un
a periodicidad de 120 aos aproximadamente, el cual es
lo suficienteme
nt
e marcado
com
o para producir suelos n
eg
ros en el
sistema de canales, pero no lo
ba
stante como para generar depsitos
generali
za
dos de turbas Plazas y colaboradores, 1988: 64).
Los pe
r
odos de mayor
se
qua se deben a las fluctua
ci
ones del clima
global, y en las pa
rt
es altas de
la
s cordille
ra
s van der Hamrnen, 1986a),
en los
ll
anos orientales Wijmstra y van der Hamrnen, 1966; Livingstone
y van der Hammen, 1978) en la amazo
ni
a bras
il
ea Absy, 1979) y en los
ncleos de
hi
elo extra
d
os en Quelccaya, Per Thomp
so
n y colabora
dores, 1985) se hau reconoc ido e
pi
so
di
os co
rr
espondie
nt
es. La
se
cuenc
ia
de pe
r
odos hmedos y secos debe, por ta
nt
o, ser valida para todo el norte
de Am
ri
ca del Sur.
En la cue
nc
a del San Jorge se han estudiado deta
ll
adame
nt
e los
pro
bl
emas rel
ac
ionados con la neces idad de enfre
nt
ar las fluctua
ci
ones del
ambie
nt
e dura
nt
e los ltimos 30
00
aos Plazas y Falchetti , 198
1,
1986;
Pl
azas y colaboradores, 1988). El drenaje del San Jorge est cerca del
limite occ idental de la Depresin de Momps, rodeado por sabanas
ondula
nt
es ubi cadas a
un
a e levacin de 30 a 100 metros sobre el
ni
vel del
mar que se ex
ti
enden hacia el occ
id
e
nt
e hasta el Sin. Estos te
rr
enos
elevados fonnan part e del cinturn antropognico de sabanas y carecan
casi totalme
nt
e de rboles en la poca de las primeras entradas espao
la
s
Gordon, 1957). Plazas y Falchetti 1987) han trazado mapas de aproxima
damente 500.000 hectreas de campos y canales antiguos ubicados en la
pl
a
ni
cie de inundacin del
Sa
n Jorge y sus tributarios . Este am plio s istema
hi
dr
uli
co no te
ni
a por ob
je
to controlar las inundac iones nicame
nt
e, s ino
mejorar el co
nt
enido de nutri e
nt
es, el drenaje y la aireacin de los campos
de came
ll
ones en do
nd
e
se
hacan los cultivos Eidt, 1984: 86-84
.
En
un
sitio a lo largo del cao Careta se en
co
ntr polen de maz Parsons, 1977),
pero los datos de
fr
accio
nm
n iento de los fosfatos tomados de suelos
anti guos s ala la ex istencia de culti vos mi xtos de maz yuca y otros
tubrc
ul
os Eidt, 1984). Este tipo de cultivo prevalece tambi n en
la
ac
tu
alidad.
La fecha aprox im ada de la prim era ocupa cin de la tierra de
inundacin del
Sa
n Jorge es el afio 800
a. C. ,
la cual
co
incide con
la
ini ci
ac
in de
un
pe
ri
odo seco que se prolong durante ms de 400
a
os.
Es proba
bl
e que estos primer
os
inmigrantes hayan
ll
egado desde el
occide
nt
e po
rqu
e su cermica granul osa- incisa s imple tiene relacin con
la de Momil y Cinaga de Oro, en la regin del Sin. Po
co
despus de
llegar a la cuenca del Sa n Jorge ste pu eblo omenz a onstruir ca nals
uno de los cual
es
, en Cao Pimie
nt
a, t
ie
ne
un
a fecha de 810 a. C
120
52
7/24/2019 Geologia Colombia
12/24
W RWICK BRAY
GrN-14472). Otro canal, relac ionado con un lecho desaparecido del Cao
Carate,
ha
sido fechado haci a el 330
a C 8
GrN-14475).
De
la
plataforma de h
ab
itacin del Cogollo es otra fecha uno o dos siglos
posterior, asociada con un sistema
de
cana les , parte
de
la cual est
estratificada debajo de canales de fecha posterior parte cubierta
ac
tu
almen
te
por las aguas de
la
Cinaga de Los Patos . Por consiguiente,
hacia
la
poca
de
Jesuc
ri
sto estaban bien establecidos los sistemas
hidrulicos comenzaba a desarrollarse la poblacin en las planicies
de
inundacin.
A partir del siglo 1 de
la
e
ra
cristiana hay evidencia
de
aldeas
nucleares
de
aproximadamente
6
habitantes. Adems, hace
su
aparicin,
junto con piezas
de
alfarera ms an tiguas , un estilo nuevo
de
cermica la
tradicin modelada- incisa) . Esto marca el comienzo
de una
tradicin
cultural asociada con los zenes protohistricos,
la
cual florecfa todava
en algunos sitios en el momento del contacto co
n los europeos. En el bajo
San Jorge, el periodo comprendido en tre los siglos
I1I
IX
fue una poca
de apogeo cultural. Los asentam ientos fueron casi continuos a lo largo
de
los principales canales navegables;
se
usaron los tmulos para depositar
en
ti
erros lujosos con piezas complejas de oro; los sistemas hidrulicos
funcionaron a plena capac
id
ad. Plazas Falchetti 1987: 498) han contado
ms de 400 platafon11as de vivienda en un sector de 1.400 hectreas a lo
largo de los caos
Mam
sa Barrancuda, calculan una densidad demo
grfica cercana a los 160 habitantes por km
en es
ta
zona.
El u
so
de canales largos pemlitia
que
el agua corriera
co
n
mayor
rapidez a travs del s istema , reduciendo
la
sedimentacin en
la
zona del
canal aumentando el depsito de material en los sectores bajos
de
la
cuenca. En l
as
reas inundables, algu nas zonas
de
1.500 a 2.000 hectreas
fueron convertidas en tierra agrcola gracias a la construccin de came-
ll
ones co
rt
os poco espaciados.
El sistema no era esttico. Los cauces
de
los
rf
os cambiaban; los
canales viejos quedaban sepultados debajo
de
las capas gmesas de
sedimentacin
se
constmfan otros nuevos, no siempre conforme al
patrn anterior. Los campos abandonados las zonas
de
canales
se
convertan en zonas de asentamiento con plataformas de vivienda y,
de
es
manera la remodelacin
er
continua.
Durante siglos,
la
orga
ni
zacin socia l cultural de los zenes adapt
su
tecnologa a las fluctuaciones climatolgicas a los
cambios
del
sistema hidrico, pero a partir del sig lo
X se
observa un abandono gradual
de
la zona de inundacin. Este abandono no marca el final de los zenes
como
tradicin tn ica cultural. Algunos ze
n
es
so
brevivieron sin perder
muchas de sus costumbres
y
se l
oc
li
z ron
en sitios que no
es
taban
sometidos a l
as
inundaciones, tales
como
Ayapel Montelibano
en
la
cuenca del San Jorge ,
la
s sabanas del
dr
enaje del Sin. En las crnicas
espaolas aparecen descripciones de estas aldeas zenes
sus
templos
y
montculos funerarios, pero en los escritos de
la
poca de
la
Colonia no
se
hace referencia a las obras de drenaje ni a los sistemas hidrulicos.
53
7/24/2019 Geologia Colombia
13/24
A
DONDE
HAN IDO LOS OOSQUES EliiOMORE Y EL MEDIO AMBI ENTE EN
LA
COLOMOIA PREIIISPAN ICA
Despus de abandonadas, estas
ti
erras inundables pennanecieron
deshabitadas hasta el ao 1300 de nuestra era aproximadamente, cuando
fueron ocupadas por otros grupos relacionados con los malibes protohis
tricos del valle del Magdalena. Estos pueblos trajeron consigo una nueva
fonna de cermica (pertenec iente a la tradicin incisa-alisada) y const
ru
ye
ron
sus
asentamientos en los terrenos altos cultivando la tierra pero sin
usar los canales y came
ll
ones. Cuando las expediciones espaolas vieron
por primera vez
la
zona, las tierras inundables estaban prcticamente
desiertas.
Las razones por las cuales los zenes abandonaron la planicie
inundable del San Jorge no
so
n, en absoluto, claras. La conquista y
la
invasin pueden
ser
descartadas; lo que
la
arqueologa muestra es un
repliegue voluntario y progresivo. Este abandono coincide con la
iniciacin del periodo seco del siglo Xl l, aun cuando el sistema habla
sobrevivido uno todava ms severo alrededor del 600
d C
Un sbito
traumatismo militar o ecolgico no parece encajar
en
el cuadro por lo que
tendramos que cons idera r un tipo ms insidioso de tensin; los costos de
inversin crecientes involucrados en el mantenimiento
de
una poblacin
n aumento n un ambiente inestable. Tal vez el mantenimiento continuo
y la reconstn1ccin del sistema hidrulico fue ms de lo que la sociedad
pudo soportar. Sea como fuera lo que eventua
lm
ente vino a reemplazar
los grandes esquemas hidrulicos de los zenes fue la horticultura de bajo
costo y baja inversin de las comunidades malibes.
En el San Jorge lo que sufri la tensin fue un sistema ecolgico
art ificial, no uno natural. La Conquista acarre la usual disminucin de
poblacin y relocalizacin
de
asentamien tos.
El
bosque ret
om
a
la
planicie inundable (como ocurri en las cordi lleras), y la depresin de
Momps no se reabri para el asentamiento hasta el siglo XIX cuando la
moderna economa ganadera de transhumancia fue desarrollada (Parsons,
1980). Si los actuales experimentos de readecuacin del viejo sistema de
campos tienen xito (Plazas y Falchetti, 1986) podremos
ver
de nuevo los
camellones activos en la cuenca del San Jorge.
4. El valle del
Ranchera
y la Guajira un
problema de de
se rtificacin
El caso ms severo de degradacin ambiental irreversible no viene de
la
s
zonas mayores de planicie inundable o sabana, sino de una zona perif
rica, el valle del Ranchera, cerca a la frontera con Venezuela. Hoy en da,
el
va
lle medio y bajo del Ranchera es
un rirea
empobrecida, brisicamente
una extensin del desierto de la Guajira : ca
li
ente, con suelos arenosos
pobres, vegetacin arbustiva xerofitica y sin grandes anima les de caza. La
lluvia es de no
mris
de 500 a 800 mm por ao y
la
mayor parte cae en
la
estacin hmeda en la
fonna de
fuertes aguaceros que acentan la erosin.
El rea est habitada en fonna dispersa; antes de la apertura de los
depsitos
de
carbn
de
El Cerrejn, la cra
de
cabras y el contrabando
provean la s
ub
tencia bsica
54
7/24/2019 Geologia Colombia
14/24
W RWICK BR Y
Las condiciones fueron muy diferentes en el pasado. Las exploracio
nes arqueolgicas de Gerardo y Alicia Reichei-Dolmatoff en los aos
cuarenta (1951), y ms recientemente
de
Gerardo Ardila (1983, 1984,
1986) han revelado una larga secuencia que se remonta
al
siglo V a. C.
(Periodo Loma) y que llega a un tipo de clmax cultural durante el
periodo Horno del primer milenio
d
C. Los periodos Loma
y
Horno
juntos
constituyen el Primer Horizonte Pintado
de
los Reichei-Dolmatoff
y los estilos relacionados.
Durante el periodo Horno, el mayor nmero de sitios estaba
en
el
valle del Ranchera. Algunos de esos sitios eran pueblos grandes y
permanentes, con cerca
de
2 metros
de
depsitos arqueolgicos.
a
ocupacin de las riberas era casi continua a lo largo de varios kilmetros,
pero tambin se han encontrado asentamiento lejos del ro. La presencia
de
piedras de moler en estos pueblos indica
que se
cultivaba el
m z
(imposible de cultivar en las condiciones actuales), lo cual implica a su
vez
la
existencia
de
un sistema hidrico mejorado. Los abanicos y las
terrazas de
la
antigedad fueron formados por un ro
mucho
ms grande
que el que existe en
l
actualidad Algunas depresiones secas demarcan
lo
que
antes fueron lagunas. Los depsitos arqueolgicos ms profundos
se encuentran directamente encima de una capa de humus (no el suelo
arenoso y estril de hoy)
y
algunos de los sitios Horno son suelos de
tierra negra, ricos en materia orgnica. Los anlisis de polen (Ardila,
1982) apuntan hacia un clima
mas hmedo que el actual y las superficies
SS
7/24/2019 Geologia Colombia
15/24
A
DONDE HAN IDO LOS OOSQUES? EL IIOMilRE Y EL MED IO AMOIENTE EN LA COLOM L11A P
REI
IISPANICA
'
o
100
200
>JO
400-
500
600
1
600
900
1000
1100
1200
1>JO
1400
1500
1600
1700
1800
1900
2000
2100
2200
2>JO
2400
2500
2600
21
2800
2900
>JOO
3100
3200
3300
3400
CURVA APROXIMADA
RElATIVA
DEL NIVEL DEL RIO
o
1900
S a j o A l t o ~
t ll
f
1700
1600
.
~ : :
000
.
900
800
JO
'
1400
1ft
;;= 'e -.....,...,.,.
..:::.....
l'igura 4.
_
__
. .p::tl_
- -
-
Dcs.1rrollo cultura l y cambio clinllitico en la cuenca de l bajo San Jorge
(segn Plazas ct al. 1988) .
56
s.
....
_
... .,.._.
.
...
Pt
.... ..,.
_
lroc.llo r ..,.,..,
7/24/2019 Geologia Colombia
16/24
W RWICK
BR Y
antiguas de la poca Horno expuestas en cortes de barranca contienen
conchas de caracoles de rbol.
Este periodo tambin representa una poca climatolgica ptima en
la
Guajira venezolana. n
el
montculo de conchas de La Pitia, tal parece
que la ocupacin Hokomo (con cermica estrechamente relacionada con
la de Loma-Horno) representa un asentamiento permanente bastante gran
de en cercanas de un ro importante que ya no existe (Gallagher, 1976).
El depsito arqueolgico es oscuro y rico en materia orgnica; por prime
ra vez aparecen manos y metates que pueden ser indicio del cultivo del
mafz. Adems, los habitantes recogan caracoles de las familias
Pomacea
y Morisa los cuales son caractersticos de los ros de corriente lenta.
Por lo tanto, en La Guajira y el valle del rfo Ranchera, los primeros
siglos de la era cristiana fueron una poca de relativa prosperidad, con
mejor clima, ms disponibilidad de agua y tierras ms frtiles.
En el valle del Ranchera, el perodo Horno tennin hacia el siglo
VIII de nuestra era. A la cermica Horno la sucedi la del estilo Portacelli
(perteneciente al segundo hori zonte pintado de Reichel Dolmatoff, y
relacionado con los estilos ranchoid es de Venezuela). Del registro
arqueolgico desaparecieron las aldeas grandes. Los sitios Portacelli eran
menos numerosos, ms pequeos y ms dispersos que los Horno y estaban
asociados con
ti
erras arenosas en lugar de gredas. Es probable que
ya
se
hubiese iniciado el deterioro ambiental del valle del Ranchera, y estratos
posteriores del sitio de Gallagher en La
Pitia tienden a confirmar esta
opinin. All,
la
fa se Kusu (derivada del Hokomo) estaba claramente
empobrecida
o
s estratos
u
su ya no aparecen oscuros y ricos en materia
orgnica; no hay evidencia de manos ni hachas para trabajar la madera;
los que antes eran ros parecen haberse convertido en pantanos sa lobres;
los caracoles de ro son reemplazados por caracol terrestre de rbol que
prefiere los ambientes ridos; las tortugas de
ti
erra pasan a ser
fu
ente
importante de alimento por primera vez. Gallagher sugiere que la
transic in de Hokomo a Kusu determina el com ienzo de las condiciones
inhspitas y desoladas de
la
Guajira actual.
Las condiciones en el valle del Ranche
r
a tambi n se hacan
insoportables. No existen sitios correspondientes
al
periodo de contacto y
tal parece que el valle estaba casi completamente despoblado hacia la
poca de la Conquista - aunque algunos descendientes dispersos de los
Portacelli pennanecieron en los nancos de la s ierra- (Reichel-Dolmatoff,
1965: 121). No se conoce el momento exacto de
la
desintegracin, pero
las fechas definitivas de C
14
correspondientes a Portacelli en el Ranchera
(de Paredn 1; Ardila, 1986: 67) oscilan entre los aos 1250 y 1300 de la
era cristiana. A una desviacin est
ndar de
1
la cifra podra ir desde el
1200 hasta el 1350. Es probable que no sea m>is que una coincidencia,
pero las fechas terminales de Portace
lli
coinciden con el periodo seco, el
cual a su vez concuerda con el abandono de los sistemas hidrulicos de
la cuenca del San Jorge (Figura 2).
No creo que
el
simpl e detenninismo ambiental sea la explicacin
adecuada
de
todos
es to
s
aco
nt
ec
imiento
s
y conviene pensar
se
riamente
en
57
7/24/2019 Geologia Colombia
17/24
A ON E HAN IDO LOS OOSQUES1 EL HOMORE Y EL MEDIO AMOIENTE EN LA COLOMOIA PREIIISPANICA
la propuesta hecha por los Reichel-Dolmatoff en
el
informe original de
1951. Ellos anotan que en sitios del Portacelli tardo, del siglo X en
adelante, ocurren fragmentos importados de cenimica tairona, y sostienen
que
la
degradacin y
el
secamiento del ambiente del Ranchera estn
directamente relacionados con
el
surgimiento de los cacicazgos tairona en
la zona adyacente de la Sierra Nevada de Santa Marta vase tambin
seccin siguiente).
El ro Ranchera nace en
la
Sierra Nevada, y a lo largo de sus brazos
altos, por encima de los 1500 metros, hay varias aldeas Cogui al igual que
sitios Tairona antiguos que datan de los ltimos cinco siglos antes de
la
Conquista .
La
pendiente suroriental de
la
Sierra Nevada es la ms seca y
menos escarpada del complejo orogrfico. En la actualidad, la mayor parte
de esa pendiente carece de bosques mientras que
la
sabana seca que para
los Reichel-Dolmatoff es antropognica) se extiende hasta los 2.000 m de
elevacin. En todos los valles principales de
la
sierra hay terrazas
agrcolas Tairona. Los autores s
ugi
eren que el dao irreversible
al
ambiente del Ranrhero comenz con la tala del bosque en la Sierra
Nevada debido al aumento demogrfico de colonos Taironas, la cual llev
con
el
tiempo a la fom1acin de la sabana, a la erosin del suelo al
secamiento de los ros. A esto debi sumarse la destruccin de la
vegetacin
re
stante por parte de los conejos y, en pocas ms recientes,
de las cabras. A diferencia de muchas otras reas, en donde el ambiente
se recuper
al
terminar
la
presin humana, el valle del Ranchera y
la
Guajira sufrieron dao pennanente
La teora de Reichel-Dolmatoff tiene sus atractivos. Se basa en la
interrelacin de los factores humanos climatolgicos y concuerda con
mis hiptesis de que tanto las tierras bajas como las sierras forman part.e
de un mi smo macrosistema. Tambin es demostrable, existe
la
necesidad
de un programa multidisciplinario en el suroriente de
la
Sierra Nevada.
Infortunadamente, para efectos
de
este argumento, la investigacin en la
Sierra se ha concentrado en los sectores del norte y
el
occidente, los
cuales tienen una
hi
storia algo diferente.
S La Sierra Nevada de Santa Marta
surgimiento de
los cacicazgos
taironas
Desde
el
punto de vista ecolgico, la pendi ente norte de
la
Sierra Nevada
es distintl de la pendi ente surorientll Es ms inclinadl ms hmeda est
cruzada por valles con parches de tierra frtil, y tiene bosques casi hasta
el nivel del mar. No existe planicie costanera ancha y debido a la yuxta
posicin de las montaas y la costa, estas dos reas comparten una tradi
cin cultural comn. Los episodios secos del 450-600 el 1200-1250 de
nuestra era Figura 4) tambin
se
reconocen en la Sierra, como sucede
tambin con la Pequea Glaciacin de 1600-1850 van der HatnJnen,
1986b; Oyuela, 1987b).
Las primeras etapas de la historia se desarrollan en la costa con el
establecimiento de comunidades que utilizaban cenimica de la tradicin
58
7/24/2019 Geologia Colombia
18/24
W RWICK BR Y
malambo
id
e (Langebaek,
19
87a). En estas localidades, al igual que en
otros sitios malamboides desde Venezue
la
has
ta
el Magda lena, hay
bud ares pero no
pi
edras de moler. Por lo general, esto
se toma como
evidencia de que el cultivo bsico era la yuca brava en lugar del maz.
A esta ocupacin malambo
id
e sucede
la
fa se
Nahuange
en
las costas
al norte y occidente de la
Si
erra Nevada, la cual
se
prolonga durante la
mayor
parte del primer milenio
de
la era cristiana (Oyuela, 1986, 1987a,
1987b, Langebae
k,
1987a, 1987b). El maz parece entrar a reemplazar a
la
yuca brava
como
cultivo almacenable, aunque an prevalecan la yuca
dulce y otros tubrculos en la poca del contacto con los europeos
en
las
tierras bajas del Caribe (Bray, 1984). Des
de
el punto de vis
ta
cronolgico,
la fase Nahuange corresponde al perodo Horno en el costado
de
la Sierra
que mira
ti
erra adentro. Estos dos estilos
de
cermica pertenecen al
primer horizonte pintado , y en sitios Nahuange
se
han encontrado
fragm entos de cermica del estilo Horno. Sin embargo, en otros aspectos,
la
fase Nahuange es claramente prototairona en lo que
se
refiere a su nivel
de
desarrollo y a
la
gama
de
artefactos.
Donde esto se ve con ms claridad es en el sitio tipo, Nahuange I,
excavado por Alden Ma
so
n (
1931
- 1939
.
El si tio es un tmulo funerario
rodeado de un guardacant n de piedra que contiene una tumba revestida
en
pi
ed
ra
. En
la
estructura del montculo se depos
it
aron otros entierros
cuyo contenido inclua cermica, figura s, cuentas del ao 800 aproximada
mente y
30
pendientes alados (muchos
de
e
ll
os de n
ef
rita),
adems de
piezas
de
oro. El ncleo
de
fundicin de una figura de tumbaga arroj una
fecha de
C'
de
3 10 70 de nuestra era (cx-1577). Esta pieza es
de
un
pe
rodo
de trans icin entre el estilo internacional (Cooke y Bray, 1985)
y el esti lo totalmente tairona. Adems, varios de los otros objetos
metlicos presentan rasgos ta
on
a
Durante la
~ p o c comp
rendida entre los siglos VI y X aparecieron
otras caractersticas tairona en los sitios Nahuange
de la
costa. Tal parece
que hubo un aumento de la poblacin y hay indicios
de
una jerarqua
de
dos niveles; algunas loca lidades tenan es
tn1
cturas megalti cas, incluyendo
caminos, canales y escaleras; hubo un desarrollo progresivo
de
accesorios
para rituales y ceremonias; la cermica se hizo ms estandarizada y
comenz a asimi lar los elementos nuevos que constituyen el estilo tairona
maduro
Tal parece que en ese
pu nt
o fue colonizada por primera vez la Sierra
Nevada, empezando por las pendientes bajas para luego diseminarse
progresivamente hacia las zonas a
lt
as. Este patrn
se
aprecia en
la
cronolog a del
C .
Entre los 360 y los 5 metros sobre el nivel del
mar
se
encuentran fechas
de 580
120
de
la era cristiana (Beta-3 563) en Las
Animas y 660
90
(Beta- 13,948) en Frontera. Las fechas
m
s antiguas
de la
s partes altas
de la
Sierra son
970 260
d.
C.
(GrN-11,887) en La
Estrella a 670-950 metros, y 1000 70 d. C. (Beta-12,994) en Buritaca
200
(Ciudad Perdida), a 950-1300 metros
sob
re el
ni
vel del mar. A partir
del ao 1000
de
la era c
ri
st iana la Sierra Nevada
se ll
en rpidamente de
asentamientos y su dens
id
ad de poblacin
se
mantuvo alta
ha
sta aproxima-
59
7/24/2019 Geologia Colombia
19/24
A DONDE
HAN
IDO LOS
BOSQUES
EL
HOMBRE
EL
MEDIO AMBIENTE
EN LA COLOMBIA
PREHISPANICA
damente un siglo despus de la Conquista espaola Cadavid y Herrera de
Turbay, 1985).
Estos sucesos arqueolgicos aparecen registrados en un estudio de
polen realizado por Herrera de Turbay
(19 5)
en La Estrella Buritaca
200. Las primeras etapas de los diagramas del estudio muestran bosques
naturales en los cuales no ha intervenido el hombre. Luego, en los niveles
correspondientes a la ocupacin tairona, aumentan las
Gramineas
y
ompositas
aunque no desaparece del todo
el
polen de rbol) y hacen
su
aparicin
el
maz cultivado,
el
aguacate y quizas tambin
la
yuca.
or
60
7/24/2019 Geologia Colombia
20/24
R WICK OR Y
ltimo, al despoblarse la
Si
erra por la supresin
de
las ltimas rebeliones
de los taironas hacia el ao 1600, el bosque
se
regener, aunque sus
component es no fu eron exac tamente los mismos de antes Con base en esa
evidencia , plantea que los seis s ig los de actividad agrcola
no
produjeron dao pennanente a los s uelos de la pendiente norte de la Sierra
Nevada (independientemenre de lo que pudo haber pasado con el se
ctor
ms vulnerable del sudori ente). Esto contrasta con las acti vidades
de
los
colonos no indgenas de tiempos recientes que han talado y que
mado
indiscriminadamente los bosques produciendo erosin y degradacin
ambienta l.
6.
onclusiones
Cualqui er persona que haya es perado obtener un modelo general aplicable
a todo el Caribe colombiano se sentir defraudada por esta coleccin de
es
tud i
os
de casos. T a
mp
oco en
co nt
mr
7/24/2019 Geologia Colombia
21/24
A DONDE
H N
IDO LOS DOSQUES1 EL 110M
ORE
Y
EL
MEDIO AMI1U3NTE EN
L CO
LOMDIA PREIIISPANICA
un episodio particularmente hmedo o seco del clima global. Esta es una
correlacin, no una explicacin.
La
concordancia temporal puede ser
solamente una casualidad estadstica; hay, despus de todo, rompimientos
culturales que no coinc
idi
eron con ningn cambio ambiental obvio;
tambin se presentaron fluctuaciones del clima que no produjeron efectos
reconocibles en
el
registro arqueolgico. Hasta cuando podamos mostrar
como en forma precisa, detallada y con base en evidencia de campo ms
que sobre especulacin terica) el cambio ambiental desencaden el
cambio cultural o viceversa no podemos ni siquiera comenzar a abordar
preguntas de causalidad.
Al
final, lo que mi articulo enfatiza es la laguna
en nuestro conocimiento y la deb
i
dad de nuestros modelos explicativos.
6
7/24/2019 Geologia Colombia
22/24
WARWlCK DRAY
DIOLIOGRAFIA
Absy , Maria Lucia. A Pnlyuological Swdy of /loloceue Sedimems in the Amazon. Basin. Thesis:
Unive.sity
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63
7/24/2019 Geologia Colombia
23/24
A DONDE HAN 100
l..OS
BOSQUES? El. 1- 0MOR E Y El. MEDIO AMJliENTE EN LA COLQM[]IA PREIIISPANICA
Hooghicmstrn, 1-lcnry. Vf'g
etalional and Climatic /listory
of
the 1/igh Plnin
of
Bogar, Colombia: A
Cominuous Record of th
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