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Publicado en “Hildebrandt en sus Trece” el viernes 13 de marzo del 2015. Reproducido con autorización del autor.“El Comercio”, el periódico más antiguo del Perú (fue fundado en 1839, hace 175 años) mantiene su fama de poderoso. Es uno de los grandes poderes fácticos del país, capaz de demoler alcaldes y arrinconar presidentes. En realidad, su fama como grupo (tanto periodística como económicamente) es más reciente. Empieza en 1999, cuando Alejandro Miró Quesada Cisneros, el séptimo de sus directores, lo convierte en un conglomerado diversificado. El grupo El Comercio se consolida fundando o comprando una gran cantidad de periódicos, desde los más señoriales hasta los más populares, y controla dos importantes emisoras de televisión (Canal 4 y Canal N). Su última adquisición ocurre a mediados del 2013 con la compra del 54% de las acciones de la cadena nacional “Correo”, que le dio fama de gran pulpo mediático. Según el periodista Ángel Páez, el grupo El Comercio consiguió el dominio del 77.86% del mercado de venta de diarios, a lo que se sumaba el 45% de la publicidad del Canal 4. Tremendo poder. Y sin embargo, este gigante, aunque Ud. no lo crea, es débil.
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Gigante con pies de barro1
Francisco Durand
“El Comercio”, el periódico más antiguo del Perú (fue fundado en 1839, hace 175 años) mantiene su
fama de poderoso. Es uno de los grandes poderes fácticos del país, capaz de demoler alcaldes y
arrinconar presidentes. En realidad, su fama como grupo (tanto periodística como económicamente)
es más reciente. Empieza en 1999, cuando Alejandro Miró Quesada Cisneros, el séptimo de sus
directores, lo convierte en un conglomerado diversificado. El grupo El Comercio se consolida
fundando o comprando una gran cantidad de periódicos, desde los más señoriales hasta los más
populares, y controla dos importantes emisoras de televisión (Canal 4 y Canal N). Su última
adquisición ocurre a mediados del 2013 con la compra del 54% de las acciones de la cadena nacional
“Correo”, que le dio fama de gran pulpo mediático. Según el periodista Ángel Páez, el grupo El
Comercio consiguió el dominio del 77.86% del mercado de venta de diarios, a lo que se sumaba el
45% de la publicidad del Canal 4. Tremendo poder. Y sin embargo, este gigante, aunque Ud. no lo
crea, es débil.
CRISIS DE SUCESIÓN
Una tesis que estoy seguro muchos no comparten, particularmente quienes creen en el enorme
poder de “El Comercio”, es que este grupo anda acumulando problemas de dirección a un gran costo
y que no terminan de reorganizarse económicamente, problemas que saltan en un momento
políticamente delicado del grupo debido a las críticas como superpoder mediático. Para entender lo
que sucede dejemos de verlo como “el decano de la prensa nacional” y el rey de los avisajes. Se trata
de una imagen del pasado. Ahora “El Comercio” no es un periódico, es el buque bandera de un
conglomerado mediático y varias de sus naves, empezando por la madrina, andan en problemas.
Para empezar, el grupo pasa por una crisis de sucesión que es típica del capitalismo familiar. Los
principales accionistas Miró Quesada pugnan entre sí desde hace cuatro años y han tardado en
ponerse de acuerdo en quién comanda el conglomerado y qué poder de decisión tiene mientras al
mismo tiempo se acrecientan sus problemas económicos y su aislamiento político. Si insisten en que
lo dirija alguien que lleve el apellido, el conglomerado se cae. De modo que la solución pasa por
separar la propiedad de la gestión y encontrar un gerente no propietario que lo saque adelante.
MUCHO MIRO QUESADA PARA NADA
El reino de los Miró Quesada es viejo y asombra que miembros de una misma familia hayan podido
mantenerse en la dirección de “El Comercio” por tanto tiempo. Se puede decir que empieza en 1876,
cuando Manuel Amunátegui, uno de los fundadores, acepta como codirector a José Antonio Miró
Quesada. Durante 132 años, desde 1876 al 2008, momento en que empieza la crisis de sucesión, “El
Comercio” fue dirigido siempre por gente del mismo apellido, teniendo en total 7 directores. En
promedio, cada director Miró Quesada reinó 19 años, dándole estabilidad y ayudándolo a capear
1 Publicado en “Hildebrandt en sus Trece” el viernes 13 de marzo del 2015. Reproducido con autorización del autor.
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todo tipo de tormentas económicas y políticas. Pero en los últimos 6 años, entre el 2008 y la
actualidad, ha tenido 6 directores, no llegando a durar ni dos años promedio en el cargo, indicio de
inestabilidad.
El 2008 ocurre una crisis interna en los periódicos del grupo que se intentan resolver con despidos,
el abandono del periodismo de investigación y la elección de un nuevo director. La familia llega a un
acuerdo directivo. Saca a Alejandro Miró Quesada Cisneros y pone a un intelectual liberal a cargo,
Francisco Miró Quesada Rada, hijo del filósofo Francisco Miró Quesada Cantuarias. Pero mantiene
un directorio ultraconservador que no concuerda con su orientación. Al mismo tiempo, por
insistencia de uno de los principales accionistas, José Graña Miró Quesada (que tiene poder propio al
dirigir el grupo constructor G y M, con 6.2% de las acciones), se coloca a Fritz Du Bois en la dirección
de Peru21.
En agosto del 2013 ocurre la controvertida compra de la cadena “Correo”, que pone al grupo en
situación de dominio del mercado y desata la polémica sobre la concentración de medios. Se trata
de una compra realizada principalmente para cerrarle el paso al grupo La República y por la cual han
pagado un sobreprecio. Poco después ocurre otro nombramiento y por primera vez en la historia de
la familia alguien que no lleva el apellido asume la dirección. Se trata de Fritz Du Bois, que en
octubre del 2013 pasa de dirigir “Perú.21” a “El Comercio” y comienza a tener experiencia
periodística.
Du Bois acelera la reorganización del periódico e intenta darle coherencia al conglomerado y, sobre
todo, intenta detener la tendencia a la caída del tiraje de su buque bandera, mientras deja a la
cadena “Correo” por su cuenta y no la reorganiza para fusionarla al conglomerado como parte de un
plan de negocios coherente. Du Bois trata de mantener el equilibrio interno cambiando a periodistas
de segunda línea, pero manteniendo a los Miró Quesada y los periodistas más antiguos. Para mala
fortuna del grupo, Du Bois muere repentinamente de un problema cardiovascular el 25 de mayo del
2014 sin haber consolidado el grupo.
EL ÚLTIMO JEFE
La muerte de Du Bois da lugar a una transición de varios meses, hasta que finalmente el 22 de
octubre los Miró Quesada con mayoría accionaria acuerdan nombrar como director de “El
Comercio” al abogado Fernando Berckemeyer, iniciando otro ronda de reformas más profunda.
Como resultado de su gestión, Berckemeyer y su equipo de tecnócratas neoliberales, acompañado
de algunos periodistas veteranos como Jaime Bedoya (jalado de Caretas, revista que ha entrado a
una fase terminal) y Mario Ghibellini, han sacudido el periódico. Los Chicago Boys han sacado a
miembros destacados de la familia Miró Quesada, caso de Martha Mier Miró Quesada (directora de
El Dominical), y a periodistas de peso y experiencia, amén de otros empleados. De este modo, la
crisis de sucesión familiar que se iniciara el 2008 está llegando a su fin. Se ha impuesto en la
dirección una gerencia con plenos poderes luego de un largo, accidentado y económicamente
penoso periodo.
Pero los problemas no terminan ahí. Este cambio no implica todavía la superación de sus problemas
internos económicos y gerenciales y si no hay resultados se podría quebrar la alianza de accionistas.
En primer lugar, “El Comercio” continúa declinando en tiraje. Si bien es cierto el grupo ha invertido
en su versión digital (imitando alternativas que dieron buenos resultados a viejos periódicos
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norteamericanos como el “Washington Post” o el “New York Times”), y ha aumentado la lectoría, no
es económicamente viable en tanto no atrae un nivel de avisaje adecuado. En segundo lugar, varias
promociones no han tenido la acogida esperada. En tercer lugar, en parte debido a la compra
apresurada de la cadena “Correo”, y al acuerdo gerencialmente absurdo pero políticamente
necesario de mantenerse con una línea propia en la cual no interviene “El Comercio”, esta parte del
grupo no está siendo debidamente reestructurada y puede generar pérdidas. La movida habrá sido
políticamente astuta parece ser económicamente torpe. En quinto lugar, y para terminar, la nueva
dirección, particularmente las cabezas del equipo (los abogados Berckemeyer y Pasquel) tiene más
lustre académico que probada experiencia periodística, empresarial y política. Vender periódicos,
señalar un norte editorial y marcar la agenda política del país con tantos medios no es lo mismo que
vender celulares o cerveza. Dirigir un conglomerado periodístico del tamaño y peso del grupo “El
Comercio” es un reto mayor.
El nuevo equipo debe responder pronto a las distintas ramas de la familia propietaria que espera,
como mínimo, buenas rentas. Veremos qué pasa, pero es evidente que el grupo “El Comercio” paga
el precio de una transición directiva larga complicada y una acumulación de problemas económicos y
políticos que todavía no se encaran como es debido.