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Luis de Góngora Soneto LXXXVI (1582) De pura honestidad templo sagrado, cuyo bello cimiento y gentil muro, de blanco nácar y alabastro duro fue por divina mano fabricado; 5 pequeña puerta de coral preciado, claras lumbreras de mirar seguro, que a la esmeralda fina el verde puro habéis para viriles usurpado; soberbio techo, cuyas cimbrias de oro 10 al claro sol, en cuanto en torno gira, ornan de luz, coronan de belleza; ídolo bello, a quien humilde adoro, oye piadoso al que por ti suspira, tus himnos canta, y tus virtudes reza. Soneto LIII (1623) INFIERE, DE LOS ACHAQUES DE LA VEJEZ, CERCANO EL FIN A QUE CATÓLICO SE ALIENTA En este occidental, en este, oh Licio, climatérico lustro de tu vida, todo mal afirmado pie es caída, toda fácil caída es precipicio. ¿Caduca el paso? Ilústrese el juicio. 5 desatándose va la tierra unida; ¿qué prudencia, del polvo prevenida, la rüina aguardó del edificio? La piel no solo, sierpe venenosa, mas con la piel los años se desnuda, 10

Góngora Polifemo Fragmentos

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Luis de Gngora

Soneto LXXXVI (1582)

De pura honestidad templo sagrado,

cuyo bello cimiento y gentil muro,

de blanco ncar y alabastro duro

fue por divina mano fabricado;

5 pequea puerta de coral preciado,

claras lumbreras de mirar seguro,

que a la esmeralda fina el verde puro

habis para viriles usurpado;

soberbio techo, cuyas cimbrias de oro

10 al claro sol, en cuanto en torno gira,

ornan de luz, coronan de belleza;

dolo bello, a quien humilde adoro,

oye piadoso al que por ti suspira,

tus himnos canta, y tus virtudes reza.

Soneto LIII (1623)INFIERE, DE LOS ACHAQUES DE LA VEJEZ, CERCANO EL FIN A QUE CATLICO SE ALIENTA

En este occidental, en este, oh Licio,

climatrico lustro de tu vida,

todo mal afirmado pie es cada,

toda fcil cada es precipicio.

Caduca el paso? Ilstrese el juicio.

5

desatndose va la tierra unida;

qu prudencia, del polvo prevenida,

la rina aguard del edificio?

La piel no solo, sierpe venenosa,

mas con la piel los aos se desnuda,

10

y el hombre, no. Ciego discurso humano!

Oh aquel dichoso que, la ponderosa

porcin depuesta en una piedra muda,

la leve da al zafiro soberano! Fbula de Polifemo y Galatea (fragmentos)

IV

Donde espumoso el mar sicilano25

el pie argenta de plata al Lilibeo

(bveda o de las fraguas de Vulcano,

o tumba de los huesos de Tifeo),

plidas seas cenizoso un llano

-cuando no del sacrlego deseo-30

del duro oficio da. All una alta roca

mordaza es a una gruta de su boca.

V

Guarnicin tosca de este escollo duro

troncos robustos son, a cuya grea

menos luz debe, menos aire puro35

la caverna profunda, que a la pea;

caliginoso lecho, el seno obscuro

ser de la negra noche nos lo ensea

infame turba de nocturnas aves,

gimiendo tristes y volando graves.40

VI

De este, pues, formidable de la tierra

bostezo, el melanclico vaco

a Polifemo, horror de aquella sierra,

brbara choza es, albergue umbro

y redil espacioso donde encierra45

cuanto las cumbres speras cabro,

de los montes, esconde: copia bella

que un silbo junta y un peasco sella.

VII

Un monte era de miembros eminente

este que, de Neptuno hijo fiero,50

de un ojo ilustra el orbe de su frente,

mulo casi del mayor lucero;

cclope, a quien el pino ms valiente,

bastn, le obedeca, tan ligero,

y al grave peso junco tan delgado,55

que un da era bastn y otro cayado.

VIII

Negro el cabello, imitador undoso

de las obscuras aguas del Leteo,

al viento que lo peina proceloso,

vuela sin orden, pende sin aseo;60

un torrente es su barba impetoso,

que (adusto hijo de este Pirineo)

su pecho inunda, o tarde, o mal, o en vano

surcada aun de los dedos de su mano.

IX

No la Trinacria en sus montaas, fiera65

arm de creldad, calz de viento,

que redima feroz, salve ligera,

su piel manchada de colores ciento;

pellico es ya la que en los bosques era

mortal horror al que con paso lento70

los bueyes a su albergue reduca,

pisando la dudosa luz del da.

X

Cercado es (cuanto ms capaz, ms lleno)

de la fruta, el zurrn, casi abortada,

que el tardo otoo deja al blando seno75

de la piadosa hierba, encomendada;

la serba, a quien le da rugas el heno,

la pera, de quien fue cuna dorada

la rubia paja, y -plida tutora-

la niega avara, y prdiga la dora.80

XI

Erizo es el zurrn, de la castaa,

y (entre el membrillo o verde o datilado)

de la manzana hipcrita, que engaa,

a lo plido no, a lo arrebolado,

y, de la encina (honor de la montaa,85

que pabelln al siglo fue dorado)

el tributo, alimento, aunque grosero,

del mejor mundo, del candor primero.

XII

Cera y camo uni (que no debiera)

cien caas, cuyo brbaro rdo,90

de ms ecos que uni camo y cera

albogues, duramente es repetido.

La selva se confunde, el mar se altera,

rompe Tritn su caracol torcido,

sordo huye el bajel a vela y remo;95

tal la msica es de Polifemo!

XIII

Ninfa, de Doris hija, la ms bella

adora, que vio el reino de la espuma.

Galatea es su nombre, y dulce en ella

el terno Venus de sus Gracias suma.100

Son una y otra luminosa estrella

lucientes ojos de su blanca pluma;

si roca de cristal no es de Neptuno,

pavn de Venus es, cisne de Juno.

XIV

Purpreas rosas sobre Galatea105

la Alba entre lilios cndidos deshoja:

duda el Amor cul ms su color sea,

o prpura nevada, o nieve roja.

De su frente la perla es, eritrea,

mula vana. El ciego dios se enoja,110

y, condenado su esplendor, la deja

pender en oro al ncar de su oreja.

()XLV

Mas -cristalinos pmpanos sus brazos-

amor la implica, si el temor la anuda,

al infelice olmo que pedazos355

la segur de los celos har aguda.

Las cavernas en tanto, los ribazos

que ha prevenido la zampoa ruda,

el trueno de la voz fulmin luego;

referidlo, Prides, os ruego!360

XLVI

Oh bella Galatea, ms save

que los claveles que tronch la aurora;

blanca ms que las plumas de aquel ave

que dulce muere y en las aguas mora;

igual en pompa al pjaro que, grave,365

su manto azul de tantos ojos dora

cuantas el celestial zafiro estrellas!

Oh t, que en dos incluyes las ms bellas!

XLVII

Deja las ondas, deja el rubio coro

de las hijas de Tetis, y el mar vea,370

cuando niega la luz un carro de oro,

que en dos la restituye Galatea.

Pisa la arena, que en la arena adoro

cuantas el blanco pie conchas platea,

cuyo bello contacto puede hacerlas,375

sin concebir roco, parir perlas.

XLVIII

Sorda hija del mar, cuyas orejas

a mis gemidos son rocas al viento:

o dormida te hurten a mis quejas

purpreos troncos de corales ciento,380

o al disonante nmero de almejas

-marino, si agradable no, instrumento-

coros tejiendo ests, escucha un da

mi voz, por dulce, cuando no por ma.

XLIX

Pastor soy, mas tan rico de ganados,385

que los valles impido ms vacos,

los cerros desparezco levantados

y los caudales seco de los ros;

no los que, de sus ubres desatados,

o derivados de los ojos mos,390

leche corren y lgrimas; que iguales

en nmero a mis bienes son mis males.

L

Sudando nctar, lambicando olores,

senos que ignora aun la golosa cabra,

corchos me guardan, ms que abeja flores395

liba inqueta, ingenosa labra;

troncos me ofrecen rboles mayores,

cuyos enjambres, o el abril los abra,

o los desate el mayo, mbar distilan

y en ruecas de oro rayos del sol hilan.400

LI

Del Jpiter soy hijo, de las ondas,

aunque pastor; si tu desdn no espera

a que el monarca de esas grutas hondas,

en trono de cristal te abrace nuera,

Polifemo te llama, no te escondas;405

que tanto esposo admira la ribera

cual otro no vio Febo, ms robusto,

del perezoso Volga al Indo adusto.

LII

Sentado, a la alta palma no perdona

su dulce fruto mi robusta mano;410

en pie, sombra capaz es mi persona

de innumerables cabras el verano.

Qu mucho, si de nubes se corona

por igualarme la montaa en vano,

y en los cielos, desde esta roca, puedo415

escribir mis desdichas con el dedo?

LIII

Martimo alcn roca eminente

sobre sus huevos coronaba, el da

que espejo de zafiro fue luciente

la playa azul, de la persona ma.420

Mirme, y lucir vi un sol en mi frente,

cuando en el cielo un ojo se vea;

neutra el agua dudaba a cul fe preste,

o al cielo humano, o al cclope celeste.

LIV

Registra en otras puertas el venado425

sus aos, su cabeza colmilluda

la fiera cuyo cerro levantado,

de helvecias picas es muralla aguda;

la humana suya el caminante errado

dio ya a mi cueva, de piedad desnuda,430

albergue hoy, por tu causa, al peregrino,

do hall reparo, si perdi camino.

LV

En tablas dividida, rica nave

bes la playa miserablemente,

de cuantas vomit riquezas grave,435

por las bocas del Nilo el Orente.

Yugo aquel da, y yugo bien save,

del fiero mar a la sauda frente

imponindole estaba (si no al viento

dulcsimas coyundas) mi instrumento,440

LVI

cuando, entre globos de agua, entregar veo

a las arenas ligurina haya,

en cajas los aromas del Sabeo,

en cofres las riquezas de Cambaya;

delicias de aquel mundo, ya trofeo445

de Escila, que, ostentado en nuestra playa,

lastimoso despojo fue dos das

a las que esta montaa engendra arpas.

LVII

Segunda tabla a un ginovs mi gruta

de su persona fue, de su hacienda;450

la una reparada, la otra enjuta,

relacin del naufragio hizo horrenda.

Luciente paga de la mejor fruta

que en hierbas se recline, en hilos penda,

colmillo fue del animal que el Ganges455

sufrir muros le vio, romper falanges;

LVIII

arco, digo, gentil, bruida aljaba,

obras ambas de artfice prolijo,

y de Malaco rey a deidad Java

alto don, segn ya mi husped dijo.460

De aqul la mano, de sta el hombro agrava;

convencida la madre, imita al hijo:

sers a un tiempo en estos horizontes

Venus del mar, Cupido de los montes.

LIX

Su horrenda voz, no su dolor interno,465

cabras aqu le interrumpieron, cuantas

-vagas el pie, sacrlegas el cuerno-

a Baco se atrevieron en sus plantas.

Mas, conculcado el pmpano ms tierno

viendo el fiero pastor, voces l tantas,470

y tantas despidi la honda piedras,

que el muro penetraron de las hiedras.

Ovidio, Metamorfosis: Galatea, Acis y PolifemoA ti, aun as, oh virgen, un gnero no despiadado de varones 740te pretende y, como haces, puedes a ellos impunemente negarte.Mas a m, para quien padre es Nereo, a quien la azul Dorisa luz dio, quien estoy por la multitud tambin guardada de mis hermanas,no, sino mediante lutos, lcito me fue del Cclope al amorescapar, y lgrimas la voz impidieron de la que hablaba. 745Las cuales, cuando enjug con su pulgar de mrmol la virgen,y consolado a la diosa hubo: Cuenta, oh carsima, dijo,y la causa no oculta as soy fiel de tu dolor.La Nereide, de ello en contra, prosigui diciendo del Crateida a la hija:Acis haba sido de Fauno y de la ninfa Simtide creado, 750gran placer ciertamente del padre suyo y madre,nuestro aun as mayor, pues a m consigo solo me haba unido.Bello, y sus octavos cumpleaos por segunda vez hechos,haba sealado sus tiernas mejillas con un dudoso bozo.A l yo, a m el Cclope sin ningn final me pretenda, 755y no, si preguntares, si el odio del Cclope o el amorde Acis en nos fuera ms presente, te revelar:par uno y otro era. Oh, cunta la potencia del reino,es, Venus nutricia, tuyo! Como que aquel despiadado y para las mismasespesuras horrendo y visto por husped ninguno 760impunemente y del gran Olimpo con sus dioses despreciador,qu sea el amor siente, y de un vigoroso deseo cautivose abrasa olvidado de los ganados y de los antros suyos.Y ya para ti el de tu hermosura, y ya para ti es el cuidado el de gustar,ya rgidos peinas con rastrillos, Polifemo, tus cabellos, 765ya te gusta, hirsuta, a ti, con la hoz recortar tu barba,y contemplar fieros en el agua, y componerlos, tus semblantes.De la matanza el amor y la fiereza y la sed inmensa de crorcesan y seguras vienen y van las quillas.Tlemo entre tanto, habiendo bajado hasta el siciliano Etna, 770Tlemo, el Eurmida, a quien ningn ave haba engaado,al terrible Polifemo se acerca y: Esa luz, que nicaen la mitad de tu frente llevas, te la arrebatar a ti, dijo, Ulises.Se rio y: Oh de los videntes el ms estpido, te engaas, dice.Otra ya me lo ha arrebatado. As, al que en vano la verdad le adverta, 775desprecia, y o bien pisando con su ingente paso las playassocava, o, agotado, bajo sus opacos antros regresa.Sobresale hacia el ponto, acuado en punta larga,un collado. A ambos costados circunfluye de la superficie la onda.Aqu fiero asciende el Cclope, y central se asienta, 780mientras sus lanados rebaos, sin que nadie les guiase, le seguan.Y l, despus que un pino, que de bastn prestaba el uso,ante sus pies dejado hubo, para llevar entenas apto,y tomado que hubo, de caas cien compactada, una siringa,sintieron todos los montes sus pastoriles silbos, 785los sintieron las ondas. Agazapada yo en un risco, y de miAcis en el regazo sentada, de lejos con los odos recogtales razones mos, y odas en mi mente las anot:Ms cndida que la hoja de la nvea, Galatea, alhea,ms florida que los prados, ms esbelta que el largo aliso, 790ms esplndida que el vidrio, que el tierno cabrito ms retozona,ms lisa que por la asidua superficie trizadas las conchas,que los soles invernales, que la veraniega sombra ms grata,ms noble que las manzanas, que el pltano alto ms visible,ms lcida que el hielo, que la uva madura ms dulce, 795ms blanda que del cisne las plumas y la leche cuajada,y si no huyeras, ms hermosa que un bien regado huerto.Ms salvaje que las indmitas, la misma Galatea, novillas,ms dura que la aosa encina, ms falaz que las ondas,ms lenta que las varas del sauce y las vides blancas, 800que estas peas ms inconmovible, ms violenta que el caudal,que un alabado pavn ms soberbia, ms acre que el fuego,ms spera que los abrojos, ms brava que preada la osa,ms sorda que las superficies, ms despiadada que pisada una hidra,y lo que principalmente querra que a ti arrancarte yo pudiera, 805no slo que el ciervo por los claros ladridos movido,sino incluso que los vientos y voladora el aura ms fugaz.Mas si bien supieras, te pesara el haber huido, y las demorastuyas t misma condenaras y por retenerme te esforzaras.Hay para m, parte de un monte, suspendidos de la viva roca, 810unos antros, los cuales, ni el sol en medio del calor sienten,y no sienten el mal tiempo; hay frutos que hunden sus ramas,hay, al oro semejantes, largas en sus vides, uvas,las hay tambin purpreas: para ti stas reservamos, y aqullas.T misma con tus manos, bajo la silvestre sombra nacidas, 815blandas fresas cogers, t misma otoales cornejos,y ciruelas, no slo las crdenas de negro jugo,sino tambin las nobles, que imitan nuevas a las ceras,ni a ti castaas, yo tu esposo, ni a ti te faltarndel madroo las cras: todo rbol a ti te servir. 820Este ganado todo mo es, y muchas tambin por los valles erran,muchas la espesura oculta, muchas se apriscan en mis antros,y no, si acaso preguntas, podra a ti decirte cuntas son:de pobre es contar su ganado. De las alabanzas suyasnada a m creyeras: presente puedes t misma verlo, 825cmo apenas rodean, restallante, con sus patas su ubre.Hay, crianza menor, en sus tibios rediles corderos,hay tambin, pareja la edad, en otros rediles cabritos.Leche para m siempre hay, nvea: parte de ah para beberse reserva, otra parte licuados cogulos la cuajan. 830Y no delicias fciles y vulgares presentesslo te alcanzarn, gamos, liebres y cabro,o un par de palomas o cogido de su copa un nido:he encontrado, gemelos, que contigo jugar puedan,entre s semejantes como apenas distinguirlos puedas, 835de una velluda osa cachorros en lo alto de unos montes.Los encontr y dije: Para mi duea los reservaremos.Ya, ora, tu ntida cabeza saca del ponto de azul,ya, Galatea, ven, y no desprecia los regalos nuestros.Ciertamente yo me he conocido y de la lquida agua en la imagen 840me he visto hace poco, y me complaci a m al verme mi figura.Contempla cun grande soy. No es que este cuerpo mayorJpiter en el cielo, pues vosotros narrar solisque no s que Jpiter reina. Mi melena mucha emergesobre mi torvo rostro y mis hombros, como una floresta, sombrea. 845Y que de rgidas cerdas se eriza denssimomi cuerpo no indecente considera: indecente sin sus frondas el rbol,indecente el caballo si sus cuellos dorados crines no velan,pluma cubre a las aves, para las ovejas su lana decor es:la barba a los varones, y les honra en su cuerpo sus erizados vellos. 850nica es en mitad de mi frente la luz ma, pero en trazade un gigante escudo. Qu? No estas cosas todas el granSol ve desde el cielo? Del Sol, aun as, nico el orbe.Aade que en vuestra superficie el padre mo reina,este suegro a ti te doy. Slo apidate, y las plegarias 855de este suplicante escucha. Pues a ti hemos sucumbido, sola,y quien a Jpiter y a su cielo desprecio, y su penetrable rayo,Nereide, a ti te venero, que el rayo ms salvaje la ira tuya es.Y yo, despreciado, sera ms sufridor de ellosi huyeras a todos. Pero por qu, el Cclope rechazado, 860a Acis amas y prefieres que mis abrazos a Acis?l, aun as, que a s mismo se plazca, y te plazca, lcito sea,lo cual yo no quisiera, Galatea, a ti: slo con que la ocasin se me d,sentir que tengo yo, segn este tan gran cuerpo, fuerzas.Sus vsceras vivas le sacar y sus divididos miembros por los campos, 865y los esparcir as l a ti se mezcle por tus ondas.Pues me abraso, y daado se inflama ms acre el fuego,y con sus fuerzas me parece que trasladado el Etnaen el pecho llevo mo, y t, Galatea, no te conmueves.De tales cosas para nada lamentndose pues todo yo vea 870se levanta, y como el toro furibundo, su vaca al serle arrebatada,parar no puede, y por la espesura y sus conocidos sotos erra:cuando, fiero, sin nosotros darnos cuenta y que para nada tal temamos,a m me ve y a Acis y: Te veo, exclama, y que stala ltima sea, har, concordia de la Venus vuestra, 875y tan gran voz cuanta un Cclope airado tenerdebi, aquella fue. De su grito se eriz el Etna.Mas yo, despavorida, bajo la vecina superficie me sumerjo.Sus espaldas a la fuga vueltas haba dado el Simetio hroey: Prstame ayuda, Galatea, te lo ruego. Prestdmela, padres, 880haba dicho, y al que va a morir admitid a vuestros reinos.Le persigue el Cclope, y una parte del monte arrancadale lanza, y un extremo ngulo aunque arribhasta l de la roca, todo, aun as, sepult a Acis.Mas nos, lo que hacerse slo, por los hados, poda, 885hicimos, que las fuerzas asumiera Acis de su abuelos.Bermelln de esa mole cror manaba, y dentrode un tiempo exiguo su rubor a desvanecerse comenz,y se hace su color a lo primero el del caudal turbado por la lluvia,y se purga con la demora. Entonces la mole a l arrojada se hiende, 890y viva por sus grietas y esbelta se levanta una anea,y la boca hueca de la roca suena al brollarle ondas,y, admirable cosa, de sbito emerge hasta el vientre en su mitad,enceido un joven de flexibles caas por sus nuevos cuernos,el cual, si no porque ms grande, porque azul en toda su cara, 895Acis era, pero as tambin era, con todo, Acis, en caudalvuelto, y su antiguo nombre retuvieron sus corrientes.