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Gran Bretaña como polo financiero mundial durante el siglo XIX
Por: Oscar Iván Estrada Díaz,
Existen distintos factores que, en su conjunto, impulsaron a Gran Bretaña a convertirse
en una meca financiera durante el siglo XIX. Y varios de esos factores se remontan desde
finales del siglo XVII y el siglo XVII. La combinación de factores políticos, económicos,
históricos y geográficos de Gran Bretaña, sus aliados y enemigos, impulso al primero a un
alcance muy por encima de los demás.
Factores Geográficos
Uno de los principales factores de crecimiento de Gran Bretaña fue su conveniente
posición geográfica. Al estar localizados en un amplio territorio cuyo límite es el mar, al
haber mitigado revueltas irlandesas y escocesas desde muy temprano en su historia
(previniendo así cualquier ataque dentro de sus límites territoriales), y la distancia precisa
(cerca, pero no dentro del continente) de Europa continental, le dieron a Gran Bretaña una
gran libertad de espacio, permitiéndole a su vez aprovechar los mares a su alrededor para su
provecho. Esto, a la larga, sería un factor decisivo en el ámbito bélico.
Factores Políticos/Bélicos
Desde el siglo XVII, Gran Bretaña se vio envuelta en conflictos bélicos de diversa
índole. Viéndose obligado a recurrir a distintas estrategias para conseguir superioridad en la
estrategia de guerra, buscó aliados en el continente que le permitieran mantener su
presencia en tierra sin desgastar los recursos en un amplio ejército terrestre. Gran Bretaña
enfocó sus recursos en proveer económicamente a sus aliados, que de esa manera lograban
hacer frente a sus principales enemigos (como Francia). Ocasionalmente incursionaba en el
continente (con variados resultados), sin embargo un ejército en tierra nunca fue su
prioridad, ya que la mayoría de sus recursos eran destinados a ampliar su flota marítima, la
cual se estableció como su brazo de hierro, se impuso rápidamente a las flotas de otros
países, y les otorgo defensa de su territorio, así como control estratégico de las principales
rutas mercantiles. Esto sería igualmente un factor decisivo para la hegemonía Británica del
siglo XIX.
Factores Económicos
Gran Bretaña, gracias al poderío naval que se menciona anteriormente, consigue influir
directamente en el comercio marítimo entre Europa y América, durante todo el siglo XVII
y XVII. Mantenía importantes rutas y tenía armamento para proteger su mercancía. Esto
ocasiono que se convirtiera en un fuerte bastión del mercantilismo a nivel mundial, al punto
de que otros países desistieron en tratar de imponerse por la fuerza, y optaron por una
solución pacifica que les permitiera compartir las rutas para su propio comercio.
Esta política económica dio sus mayores frutos durante el siglo XVIII y XIX, durante y
después de las invasiones napoleónicas. Durante la invasión Napoleónica, lograron
establecer un balance positivo de sus finanzas y previnieron que Napoleón los invadiera,
mientras daban soporte a los países continentales. Una vez derrotado Napoleón, Gran
Bretaña continuó su crecimiento, y en el siglo XIX, con la revolución industrial, se
consolidaron como el más grande estado en crecimiento industrial. Su producción aumentó
exponencialmente gracias a las mejoras tecnológicas. Y en un movimiento arriesgado, que
quizá les haya constado su hegemonía a largo plazo, redujeron su ejército
considerablemente, incluida su flota naval. Y así dieron importancia relevante a su
crecimiento industrial, colocando grandes porcentajes de su ingreso per cápita en el
crecimiento industrial.
En este momento, Gran Bretaña estaba ya consolidado como hegemonía, aunque sus
decisiones los llevarían a grandes movimientos durante el siguiente siglo y a perder mucho
de su poderío obtenido en siglos pasados.