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Grulla: Boletín de Paz "Fronteras y Paz"
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HABLEMOS DE PAZ
Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz 1
H A B L E M O S D E P A Z
Boletín Mensual Núm. 10 Marzo 2013
CONVERSACIONES
Ese terrible Lugar
Por: Mario Edgar López
Página 2
IMAGEN DEL MES
¿Un jardín vertical?
Página 4
EDUCANDO PARA LA
PAZ
EAMI rompiendo fronteras
sociales en Guadalajara. Por: Rafael Hernández
Página 4
PAZ, PALABRAS Y ALGO
MÁS
Canción para un niño
boliviano que nunca vio la mar
De: Pedro Lemebel.
Página 7
CRISOL
FM4 Paso Libre y la
transmigración. Orígenes de
un proyecto de atención integral.
Por: Mónica Salmón
Página 8
AGENDA
Campaña por la noviolencia:
No +”
Página 9
C A R T A E D I T O R I A L Por: Carlos Cordero.
as fronteras son los límites, las
contenciones, las delimitaciones
de un espacio. En nuestro mundo
las asociamos con las demarcaciones
geográfico-políticas que dan forma
física a un territorio. Pero la globa-
lización ha mitigado el poder de
contención de estas fronteras, y con
ello se ha transformado la percep-
ción que tenemos de ellas.
En el pasado, los reinos erigían
grandes murallas para
reguardar la realidad que se
vivía al interior de su territorio,
protegiéndolo de amenazas
externas y esto era concebido
como algo bueno. Pero estas
murallas evolucionaron a lo
largo del tiempo y en la
Segunda Guerra Mundial
fueron usadas para recluir a
grupos étnicos en lugares
específicos, el caso más famoso: el
Gueto Judío de Varsovia.
Mucho tiempo después de la
Segunda Guerra, el siglo XXI
comenzó con la promesa de
debilitar esas fronteras para per-
mitir que las personas en diferentes
naciones puedan compartir e inter-
cambiar mercancías, experiencias
culturales, recursos financieros,
etcétera. Sin embargo las fronteras
siguen ahí. Hay límites territoriales
entre las naciones y al interior de
ellas el territorio se organiza en
regiones para poder administrarlo.
Pero además existen fronteras no
físicas que representan un reto para
la cooperación y el diálogo como lo
son los prejuicios que nos ponen un
límite en la comunicación.
Este número de Grulla, está
dedicado a pensar en las fronteras y
cómo éstas muchas veces son fuente
y obstáculo para el conflicto y la
discordia. Desde los problemas
migratorios, hasta la falta de
coordinación interfronteriza para
explotar recursos naturales, las
fronteras hoy en día son un
elemento crucial en la gestión de
conflictos. Abordaremos temas
como el conflicto por la gestión del
Rio Santiago entre Jalisco y
Guanajuato, la problemática para
integrar en la urbe tapatía a
migrantes oaxaqueños que han
llegado aquí. Además de fronteras
físicas, están las fronteras de
lenguaje y fronteras sociales,
por ello también reflexio-
aremos en torno al conflicto
Chileno-Boliviano sobre la
delimitación de la frontera
física y el reclamo de Bolivia
por una salida al mar.
Así, esta edición nos invita a
reflexionar sobre la impor-
tancia y complejidad de las
fronteras, pero más que ello,
es una invitación a superar las otras
fronteras: las que no son físicas. Las
murallas simbólicas que nosotros
mismos creamos cuando dialoga-
mos a través de los prejuicios; las
que imponemos para defender
nuestros intereses sobre el interés
común; las que construimos frente a
los problemas de la sociedad y
reforzamos con la indiferencia.
L
Grulla Boletín de paz
Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz 2
G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z
“Por lo tanto, no hay amaneceres
ni atardeceres bellos en ese lugar.
Desde hace mucho tiempo que no
los hay, pese a ser un sitio lleno de
identidad y memoria…”
C O N V E R S A C I O N E S
Ese terrible Lugar Por: Mario Edgar López Ramírez
Editado por: Yosemite Santiago
El siguiente artículo es un ejemplo del descontento social que ha estado presente en dos municipios del estado de Jalisco, El Salto y Juanacatlán, a
causa de los efectos que ha generado la contaminación del Río Santiago en esta región. Este texto fue publicado el 9 de abril de 2008 por un
investigador del ITESO. Diversas organizaciones civiles de El Salto y Juanacatlán y organizaciones internacionales como Greenpeace han
denunciado el conflicto que representa el nivel de contaminación presente en las aguas del Río. De igual manera, tanto este a rtículo como la
investigación que le antecede y a la cual se le ha dado seguimiento por parte del investigador, han ayudado a reducir considerabl emente la
contaminación en el río a partir del 2008 y hasta el día de hoy.
Mario Edgar López Ramírez es un especialista en Geopolítica el medio ambiente y procesos de integración regional, y actualmente es Jefe del
Centro de Investigación y Formación Social en el ITESO y coordinador del programa de Ecología Política en ese mismo Centro. Es también
responsable, desde el año 2003, de la investigación de Geopolítica del Agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Correo electrónico: [email protected]
na de las problemáticas del
futuro inmediato se podrán
dar en función de las alzas a las tarifas, la
privatización de los servicios públicos del agua, la disputa entre al agua para uso
urbano y para uso industrial (que ya se
premoniciona en el caso de El Salto).
También es posible la ampliación de
conflictos interestatales por el agua,
con Guanajuato, por ejemplo, a
propósito del funcionamiento de la
presa El Zapotillo, En Jalisco, que abastecerá de agua a la ciudad de
León. El propio lago de Chapala y la
futura distribución del agua del río Lerma
se mantendrán como un tema constante, ya
que el lago seguirá siendo fuente de abasto
de la ciudad. En este artículo se analizara la
condición actual del agua en Juanacatlán y El Salto, Jalisco. Zonas afectadas
gravemente por el agua contaminada que no
respetan las fronteras y son causales de
muerte a tan solo 45 minutos de la ciudad
de Guadalajara.
Hay un lugar terrorífico a unos 30 kilómetros de la ciudad de Guadalajara.
En ese lugar los zancudos son capaces
de picar a un pollo adulto hasta matarlo
en una sola noche; las vacas se pudren
vivas después de haber tomado agua
del río contaminado y su muerte es
precedida por vómitos de pus; pueden verse perros con tumoraciones enormes
en sus vientres, caminando desahucia-
dos por la orilla del canal de aguas
negras.
Diversos animales domésticos y de
granja sufren de disminución de su
tamaño normal y en muchas ocasiones
se paren quimeras con deformaciones
monstruosas.
En el agua prácticamente no hay peces, es un agua que rechaza toda forma de
vida
(la vida
acuática que se atreve a prevalecer paga
el precio de la contaminación
irreversible). La tierra se ha vuelto
jabonosa, se encuentra sobreexpuesta a pesticidas y en muchas zonas es ya
inservible para la siembra. El aire
transporta olores insoportables que
convocan a las náuseas, al mareo, a los
dolores de cabeza por la exposición
continua al ácido sulfhídrico; este olor
se mantiene constante día y noche; pero
es más fuerte en la madrugada y al caer la tarde.
Por lo tanto, no hay amaneceres ni
atardeceres bellos en ese lugar. Desde
hace mucho tiempo que no los hay,
pese a ser un sitio lleno de identidad y
memoria: el lugar cuenta por lo menos con 400 años de historia.
Los cuerpos y las almas de los hombres
de ese lugar también están afectados:
120 mil personas viven en esta región,
donde los casos de malformaciones
corporales se cuentan por cientos o
quizás por miles: niños que nacen
deformes, sin brazos o sin piernas, algunos acéfalos; hombres y mujeres
que sufren de tumoraciones malignas,
las cuales llegan a sobrepasar los dos
kilos y medio de peso. El cáncer
aparece cotidiano, agresivo, con gran
intensidad. En la sangre, tanto de niños
recién nacidos como de adultos, se manifiesta la leucemia, con su repro-
ducción sin control de células san-
guíneas inmaduras, que logran reem-
plazar a las células normales. Las
enfermedades que son comunes en ese
lugar, salen fuera de la norma de una
población regular: son enfermedades neurodegenerativas como el mal de
Parkinson o terminales como insufi-
ciencia renal crónica. La hepatitis se
presenta con regularidad. Para atender
a las enfermedades gastrointestinales y
del sistema respiratorio, las farmacias
locales no se dan abasto. Al entrar en
contacto con la espuma hedionda que trae el río y que levanta el viento hasta
el propio patio de las casas, la piel
reacciona produciendo comezón, a la
que le siguen la aparición de manchas
blancas. Los ojos se irritan con rapidez
al sólo contacto con la brisa
contaminada. Dermatitis, conjuntivitis, son palabras de uso cotidiano. Sin
U
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3
embargo, el día a día hace que sus
pobladores se levanten, vayan al
mercado, asistan a la escuela que está al
lado del río pestilente y vuelvan de sus trabajos en Guadalajara, para correr a
encerrarse en sus casas, a ver los
noticieros locales en donde el gobierno
dice, así sin ningún remordimiento, que
la contaminación que los afecta está
“bajo las normas oficiales mexicanas”.
Pero lo que más afecta, lo que más
golpea los sentidos, es el sentimiento de
indefensión, la impotencia que sobre-
coge a los pobladores de ese lugar terri-
ble: “estamos enfermos, nos levantamos
enfermos, nos acostamos enfermos”,
dice una de las poblado-ras, “pero más allá de la enfermedad física, es el alma
lo que nos están matando, el no saber
qué hacer, el no ser oído por las
autoridades, el sentirnos solos”. “Ya no
podemos abrir las ven-tanas ni las
puertas, pues los mosquitos invaden las
casas, incluso siendo de día, es un
animalero insoportable”, dice otra pobladora mientras muestra sus brazos
y piernas llenas de picaduras, “los
zancudos se me meten a la nariz y a la
boca cuando duermo”. Un hombre
refiere: “una noche me levanté con el
corazón la-tiendo acelerado, me
despertó un olor extraño que causaba la sensación de sofocamiento en mi
cuarto, lo primero que pensé fue, ¿a
dónde corro, cómo me salgo de aquí,
qué hago?, pero me di cuenta que no
tenía dónde correr, pues lo peor de ese
olor en realidad estaba afuera, no tenía
ninguna Salida, me quedé inmóvil oyendo cómo me golpeaba el pulso; por
fin, después de un rato, se fue el olor”.
En la mayor parte de los casos, a estos
testimonios les preceden las lágrimas:
“no tenemos paz, estamos irritables
unos contra otros”; “tengo cuatro hijos
con tumores en el cerebro”; “en el
espacio de un año mi esposo y mis dos
hijos murieron de cáncer”; “yo ya sólo estoy aquí, sentado, esperando la
muerte”.
Ese terrible lugar se nombra por partida
doble: se trata de los municipios de
Juanacatlán y El Salto, Jalisco. Es ahí
donde una parte de la ciudad de Guadalajara y más de 240 empresas de
los sectores metal mecánico, alimen-
ticio, químico y electrónico, entre otros,
asentadas en el corredor industrial,
descargan desechos contaminantes al
canal del Ahogado y al río Santiago (no
hay datos oficiales para saber cuáles empresas se salvan y cuáles no de la
acusación de verter sus residuos crudos
al cauce). Es éste el terrible lugar en el
que los municipios no respetan las
zonas de amortiguamiento industrial y
venden terrenos para hacer nuevos
desarrollos in-mobiliarios, sobre una
cuenca subterránea que se encuentra sobre-explotada; el lugar en donde las
nuevas casas se ubican a escasos metros
de empresas que manejan productos
extremadamente tóxicos. Es ahí mismo
donde el niño Miguel Angel López
Rocha murió por simple exposición de
su cuerpo al agua, peligro que siguen corriendo los habitantes de la colonia
La Azucena, que se encuentra en una
zona históricamente inundable a 100
metros del río Santiago (una colonia en
la que los desarrolladores, los construc-
tores, los vendedores rapaces, les
prometían confort, calidad de vida y plusvalía a sus clientes).
Ahí es también donde los trabajadores
de las ladrilleras amasan con sus pro-
pias manos los lodos contamina-dos de
la presa de Las Pintas, para convertirlos
luego en ladrillos, que después cuecen con fuego que sale de la quema de
plásticos y otras extrañas basuras
industriales. De esa manera se exportan
los contaminantes industriales, de
fraccionamiento en fraccionamiento,
hacia la propia zona conurbada de
Guadalajara. ¿Por qué pasó esto?, se le
pregunta a un viejo de la comunidad,
¿cómo fue que los pobladores lo
permitieron?, “primero nos deslum-
bramos con la llegada de las industrias,
que nos traían empleo, el dinero nos hizo olvidar al río, al aire y a la tierra.
Después nos alegramos cuando fue
cada vez más fácil pescar, ya que los
peces andaban como borrachos en el
agua, los podíamos agarrar con la
mano; la gente se comía los peces
muertos que aparecían en la orilla.
Luego se fue acabando todo. Pasó como
un sueño. Pero nosotros no queríamos ver, porque la naturaleza era tan
vigorosa, tan fuerte, tan bella en El
Salto y en Juanacatlán, que nunca
creímos que algo, o alguien, pudiera
acabar con ella. Pero ya ve, pasó y hoy
vivimos con miedo”.
Es éste el terrible lugar de la mentira, en
el que las autoridades de la Comisión
Nacional del Agua, el gobierno del
estado y la Comisión Estatal del Agua,
junto con el Consejo de Cámaras
Industriales de Jalisco, nos dicen que
todo está bajo control, que hay un plan ambicioso para mejorar la situación,
que las industrias cumplen con la
norma, que se van a tomar un buche de
agua para demostrarnos a todos, sobre
todo a los habitantes de El Salto y
Juanacatlán, lo equivocados que están,
lo equivocados que estamos, al pensar que ellos son unos ver-daderos
irresponsables, ambiciosos y gente sin
moral. Pero éste es también el lugar que
nos convoca a visitarlo, a pasear por
este ‘tour’ del horror para que podamos
abrir los ojos. Nos grita a entender que
a unos 30 kilómetros de Guadalajara, personas como nosotros, se mueren
lentamente en un espectáculo sin
comparación. Todo en este lugar, en
este terrible lugar.
“estamos enfermos, nos
levantamos enfermos, nos
acostamos enfermos”, dice
una de las pobladoras.
Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz
G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z
4
Los indígenas mixtecos y purépechas
han construido sus comunidades en
zonas no habitadas y se han establecido
de forma permanente en la ciudad.
I M A G E N D E L M E S
Fotos tomadas por Carlos Cordero.
¿Un jardín vertical?
i crees que el pasto sólo crece en el piso, y que los jardines
sólo son horizontales, te
invitamos a pensar en las
fronteras de tu imaginación,
con esta foto de un Jardín
Vertical.
Este también es un ejemplo de
lo que producen las fronteras:
nos marcan una barrera que
limita nuestra capacidad para pensar diferente, y esto no sólo en que algo que suele
crecer horizontalmente, pueda hacerlo hacia arriba, es decir, de manera vertical.
Solemos pensar que a falta de espacio hay que estar más apretados, sacar cosas,
restringir el acceso, renunciar a disfrutar de la luz y el aire fresco. Este como muchos
más, es un ejemplo de que la creatividad lleva a romper todo tipo de barreras.
E D U C A N D O P A R A L A P A Z
EAMI rompiendo fronteras sociales en Guadalajara. Por: Rafael Hernández del Toro
Correo electrónico: [email protected]
Colaborador: Esteban de Jesús Cornejo Sánchez, se prepara para ser sacerdote con la compañía de Jesús y es estudiante de Filo sofía en el
ITESO, como parte de su formación jesuita colabora en EAMI.
ecenas de indígenas llegan a habitar nuestra
ciudad desde hace más de veinte años, buscando
mejores oportunidades. A veces sólo de paso en su camino
hacia los Estados Unidos, pero en Guadalajara encuentran un
nuevo hogar, donde se establecen, utilizando escombros y
desechos industriales para armar sus hogares. Los indígenas
mixtecos y purépechas han construido sus comunidades en
zonas no habitadas y se han establecido de forma permanente
en la ciudad.
Desde 1997 cuando la problemática indígena se encontraba
en la escena pública nacional y con todo lo que implica
empezar de cero, un grupo de estudiantes jesuitas decidió
fundar una organización llamada Equipo de Apoyo a
Migrantes Indígenas (EAMI), para extenderles la mano y
ayudarlos a conseguir recursos con los que estos migrantes
indígenas pudieran vivir en mejores condiciones de vida.
Procurando así, acercarles el derecho a la salud, alimentación
digna, servicios públicos y a una vivienda. Pero a 16 años de
su fundación EAMI ya ha evolucionado y realiza una
diferente función en las comunidades indígenas.
Conforme pasaron los años EAMI se desarrolló y cambió su
función respecto a su trabajo con los indígenas. La primera
etapa consistió en desarrollar programas de vivienda y acceso
a servicios públicos a las comunidades indígenas en la
ciudad. Pero en su segunda etapa EAMI se enfocó en un
aspecto más organizativo ayudando a que los indígenas
pudieran tener sus
propios procesos
de organización
en donde ellos
mismos desde su
comunidad con su
S
D
Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz
G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z
5
identidad indígena, pudieran hacer grupos estructurados que
buscaran encontrar sus intereses y lograr organizarse para
pedirle al gobierno lo que necesitaban.
Las fronteras sociales entre la sociedad tapatía y los indígenas
que llegaron a la ciudad son marcadas. Eso se hace evidente
en el rezago en el que viven algunas comunidades mixtecas y
purépechas en Guadalajara. Por ello EAMI decidió intervenir,
para lograr romper esos paradigmas y ayudar a romper las
fronteras culturales que impedían que ellos se integraran a
este nuevo lugar.
Para Esteban de Jesús Cornejo uno de los cinco estudiantes
jesuitas que están en su preparación sacerdotal, el EAMI
ahora se encuentra en una tercera etapa, “ahora estamos más
enfocados en la recuperación de su cultura, de su tradición,
de su lengua. Ya han pasado dos etapas de EAMI, ahorita
estamos concentrados en el arte y la cultura indígena que hay
en la zona metropolitana, que es riquísima porque hay varios
grupos étnicos que tienen expresiones artísticas variadas,
tradicionales: estamos hablando de comida, de danza, de
música, de historias de los pueblos indígenas que se trajeron
a la ciudad. Ahora estamos enfocados ahí, el EAMI es eso: un
equipo de acompaña-miento de apoyo a los indígenas
específicamente a estos dos grupos y entran ahí jesuitas, no
jesuitas, laicas, laicos, voluntarios, cualquiera que quiera
colaborar” explicó.
EAMI apuesta a que el arte y la cultura indígena son medios
privilegiados para lograr una comunidad y una fraternidad
entre los grupos indígenas, debido a que la cultura es la
fuente con la cual se puede construir una verdadera
identidad ante la ciudad. EAMI utiliza la cultura como arma
principal para que los indígenas puedan potencializar sus
habilidades y capacidades, con el fin de que ellos mismos se
organicen, donde se puedan mover en un espacio de
encuentro y puedan compartir su cultura con la sociedad
tapatía. Es una forma de que las danzas, música y fiestas
indígenas abran las puertas a los tapatíos para poder conocer
y entablar un diálogo entre culturas, buscando marcar los
valores de comunidad, fraternidad, solidaridad y sentido de
pertenencia.
Para realizar estos objetivos EAMI utiliza tres ejes centrales o
aspectos culturales de las comunidades indígenas: la música,
la danza y la fiesta, que son tres partes de la cultura
tanto mixteca como purépecha que abren las puertas
a la comunicación entre las personas y pueden lograr
el diálogo que lleve a la resolución de conflictos.
En entrevista Esteban comentó que mediante las
escuelas de música y danza se han logrado sanar
conflictos internos que tenían las propias
comunidades indígenas entre sí, ya que a pesar de
pertenecer al mismo grupo étnico, los habitantes
venían de diferentes comunidades con problemas
pasados, pero, utilizando a la música, danza y fiesta
han logrado mejorar el diálogo entre las comunidades
y la colaboración mutua para su crecimiento. “Por
ejemplo, al organizar una banda musical, es necesario
el entendimiento mutuo, y la cooperación para que la
pieza que se desea interpretar, tenga armonía”, con
ello se logra ese entendimiento mutuo de ayuda y
compañerismo.
Actualmente EAMI cuenta con una escuela de música
llamada ‘Yaa Dabi’ (canción en mixteca), una escuela de
danza ‘Tata Keri’ (nombre del anciano principal de la danza
de los viejitos), y colaboran en la fiesta de la Mayordomía,
una de las celebraciones más importantes de este grupo
indígena.
Yaa Dabi recibe a niños, niñas, adolescentes y jóvenes
indígenas que quieran aprender a tocar algún instrumento
musical; ahí los migrantes encuentran, a través de la música,
una manera de hacer comunidad y compañerismo, para
poder colaborar con la misión de EAMI, organizando
orquestas que luego se presentan ante el público. La razón de
utilizar la música como medio de diálogo, es que para estos
grupos indígenas la música es un elemento muy arraigado a
su cultura, que viven intensamente y que pasan de
generación en generación.
EAMI fomenta la cultura indígena entre los menores para romper las barreras
sociales y culturales entre la sociedad tapatía y los indígenas. Foto EAMI
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6
La cultura como una solución
En la colonia Ferrocarril existía un problema que se resolvió
gracias a la música; y es que en esta peculiar colonia los
habitantes son mixtecos, pero pese a que lo colonos
provenían de la misma cultura indígena, venían de cinco
pueblos distintos, al principio había conflictos entre los
habitantes. Entonces, mediante la escuela de música se logró
unificar al pueblo mixteco, aceptando a todo aquel que quería
aprender y participar en las actividades sin importar el
pueblo del que eran
originarios. Así la
música resultó ser una
útil herramienta para el
diálogo y la disminución
de la confrontación. La
escue-la trabaja con el
objetivo de que para
hacer música o una orquesta, se necesita del conjunto
humano para lograr la armonía musical.
La ventaja principal con la que cuenta el EAMI es el poder
utilizar la cultura para poder hacer que los participantes
interactúen entre ellos y con esto puedan comunicarse,
entonces pueden dialogar y resolver situación conflictivas o
diferencias que tenían, y así reafirmar una identidad propia y
reforzar su cultura.
Pero, ¿cómo logró el EAMI que los indígenas aceptaran su
ayuda?, Para Esteban hubo varios factores que les abrieron
las puertas de las comunidades indígenas. Primero,
que la organización tiene un respaldo religioso que
genera más confianza que una ONG que nada más
cumple su función, sino las compañías jesuitas generan
ese sentimiento de fe que muchos indígenas tienen y
eso les permite entrar y convivir en las comunidades.
El otro factor fue que los miembros del EAMI llevaron
una labor de acompañamiento a las colonias indígenas,
aprendieron a ser sus amigos y les devolvieron su
cultura abriendo la puerta al diálogo de cultura a
cultura donde se pudiera generar el sentimiento de
entendimiento, debido a que la sociedad en general
siempre va a tener una deuda con el pueblo indígena.
La visión de paz de EAMI consiste en la manera de
promover el arte y la cultura indígena, para romper los
paradigmas que se tienen entre una y otra cultura,
mediante una relación que genere armonía y que después,
haga un grupo y luego una fraternidad. La posibilidad de
transmitir el sentimientos de uno al otro y así poderse
entender para tratar al otro como tu hermano, que estando
juntos se pueden lograr más objetivos y si todos dependemos
de todos entonces habrá un mejor entendimiento entre las
personas.
El EAMI ha logrado generar paz entre pueblos indígenas de
la ciudad, ha conseguido ser el puente que rompe las
fronteras sociales entre los purépechas y mixtecos con la
sociedad tapatía, abriendo canales de comunicación, cultural
y social, llevando las culturas indígenas más
cerca de la sociedad tapatía para generar el
entendimiento mutuo y la relación más cercana.
Una prueba de esto son los conciertos que EAMI
ha realizado en el Teatro Degollado y en el ITESO
con orquestas de origen mixteco, compartiendo
un espacio cultural indígena con el pueblo
tapatío.
Se trata de un proyecto en el cual un equipo de alumnos,
trabajan en algunas comunidades en estado de pobreza para
aplicar metodologías de articulación a fin de generar acciones
de emprendimiento de manera que pudieran conformarse
empresas productivas rurales que permitieran a algunas
familias iniciar un proceso de desarrollo basado en el
siguiente principio: El desarrollo sustentado en la
participación de las personas en actividades productivas
rentables.
.
EAMI utiliza tres ejes centrales de
las comunidades indígenas: la
música, la danza y la fiesta, que
son parte de la cultura tanto
mixteca como purépecha.
En la Escuela Secundaria Mixta 52 "Revolución Mexicana . Foto EAMI
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P A Z, P A L A B R A S Y A L G O M A S
En esta ocasión te presentamos esta crónica, escrita por un chileno, y dedicada a un niño boliviano que nunca ha visto el mar, precisamente porque las fronteras físicas se lo han impedido.
Canción para un niño boliviano que nunca vio la mar De: Pedro Lemebel Escritor y artista plástico chileno. Sus libros recogen la marginalidad chilena con un estilo irreverente, barroco y kitsch .
Fragmento de "Adiós mariquita linda"
de Pedro Lemebel. Editorial
Sudamericana, 2004
“Y cómo te lo digo y con qué humedad
de letras te lo cuento, chiquito llocalla,
pelusita paceño que nunca estuvo
frente al estruendo salado de la
planicie oceánica. Cómo hacertelo ver,
niñita imilla, en estas letras, si nunca
fuiste testigo de esa música y sus olas
crespas chasconeando el concierto de
la bella mar. Cómo te lo digo, niño
boliviano, cómo alargo la palabra m-a-
r, y que ahorita zumbe en tus oídos
como mil abejas moluscas, como
millones de susurros que salpican tu
carita aymara con su aliento materno-
mar-tierno-mari-maternal. Ésta es una
carta dirigida a tus ojitos oblicuos que
de mil maneras intentan imaginar ese
gran charco azul que no es como te lo
cuenta la profesora en el colegio
describiendo la parte más extensa del
Titicaca, esa zona donde el cielo se
recuesta sobre las aguas verde musgo,
donde no hay cerros, y el horizonte
desaparece en esa lama esmeralda que,
de alguna manera, también semeja un
ojo de mar. Tampoco es similar a esa
caricatura Disney que te muestran en
la escuela boliviana, con peces de
colores saltando por todos lados, con
bañistas y quitasoles eternamente en
vacaciones de verano, con arenas
doradas y olas turquesas en un exceso
de pedagógica idealización. Cómo te lo
explico, chiquito llocalla, mejor te
cuento mi experiencia de niño cuando
por primera vez me encontré con el
milagro marino. Vivía con mi familia
en Santiago, y como niño pobre tuve la
experiencia recién a los cinco años. En
mi población se organizaban paseos a
la playa por el día en enero o febrero,
íbamos en micros que contrataba la
Junta de Vecinos o el Club Deportivo y
cada familia se preparaba días antes
para el acontecimiento. Recuerdo que
la noche anterior los niños no
dormíamos, excitados por las
expectativas del paseo. Mi madre en la
cocina preparaba un pollo, hervía
huevos duros, y zurcía los trajes de
baño pasados de moda, desteñidos,
con los elásticos sueltos por el uso
familiar. Salíamos de madrugada en la
micro vieja que siempre quedaba en
pana en mitad del viaje. Y allí en la
carretera eran horas que debíamos
esperar al chofer que solucionara el
desperfecto. Casi al mediodía recién
cruzábamos la cordillera de la C osta, y
entonces, antes de verlo, el mar nos
llegaba en la brisa fresca y en ese olor a
yodo que anunciaba la salada
presencia. Y en un recodo, al doblar
una curva, el dios de las aguas nos
anegaba los ojos con su azulada
inmensidad. Era tan fuerte la
impresión, que no podía compararse
con mil lagos ni con mil ríos ni siquiera
con las cataratas de la inundación
invernal. Hasta ese momento, nunca
antes experimenté esa conmoción de
inquieta eternidad, solamente la visión
del cielo podía asemejarse a ese
momento. Era como tener el cielo
derramado a mis infantiles pies. Era
como ver al cielo al revés, un cielo
vivo, bramando, aullando ecos de
bestias submarinas. Un cielo líquido
que se extendía como una sábana
espumosa más allá, infinitamente lejos,
hasta donde mis ojillos de niño pobre
no podían llegar. El resto del día
playero transcurría como una película
vertiginosa; todo era correr, jugar,
hacer castillos que desmoronaba la
marea, mojarse el poto en el agua como
témpano, comer pollo masticando
arena, quemarse como jaibas para
demostrar que fuimos a la costa. Todo
era así, rápido como película de
Chaplín y luego, cansados de tanto
güeviar, regresábamos en la misma
micro escuchando los quejidos de
insolación que emitían los curados
dormidos a pleno sol. En realidad, ese
paseo poblacional era una tortura, un
día agitado de maratónica playa. Aun
así, pequeño niño boliviano, te puedo
contar cómo conocí la gigante mar, y
daría todo para que esta experiencia no
te fuera ajena. Incluso, te regalo el
metro marino que quizá me pertenece
de esta larga culebra oceánica. Tanta
costa para que unos pocos y ociosos
ricos se abaniquen con la propiedad de
las aguas. Por eso, al escuchar el verso
neopatriótico de algunos chilenos me
da vergüenza, sobre todo cuando
hablan del mar ganado por las armas.
Sobre todo al oír la soberbia
presidencial descalificando el sueño
playero de un niño. Pero los
presidentes pasan como las olas, y el
dios de las aguas
seguirá esperan-
do en su eterni-
dad tu mirada de
llocalla triste pa-
ra iluminarla un
día con su relám-
pago azul.”
Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz 8
G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z
C R I S O L
FM4 Paso Libre y la transmigración. Orígenes de un proyecto de atención integral. Por: Mónica Salmón
En los últimos años se ha visto un notable incremento de violencia en las fronteras dentro y fueras del territorio mexicano. Existen diversas organizaciones
y asociaciones que buscan menguar de formas distintas las implicaciones que conllevan los conflictos fronterizos; es decir, el impacto de ellos en la sociedad.
Mónica Salmón, quien recientemente fue acreedora al VI Reconocimiento de Jalisco a las Mujeres 2013 en la categoría humanista , es una contribuyente
importante en el esfuerzo por disminuir la violencia fronteriza gracias a su participación en FM4 Paso Libre.
Correo electrónico: [email protected]
as vías del ferrocarril y el tren de
carga se han vuelto un ícono para
las y los voluntarios de FM4 Paso Libre,
una organización que surge en 2007.
Cada vez que se escucha el silbido del
tren es fácil imaginar caras, nombres e
historias que estremecen la piel. Este
silbido es el recuerdo del modesto
trabajo voluntario que realizamos como
grupo organizado (asociación civil) en
la Zona Metropolitana de Guadalajara
para apoyar humanitariamente a
personas transmigrantes
El establecimiento de esta organización
tuvo su origen en experiencias de
voluntariado en otras zonas de la
República (Tapachula, Saltillo, Nuevo
Laredo). Al regresar a la ciudad la
pregunta de estos voluntarios fue: Si
hay vías de tren, ¿pasarán migrantes
por aquí como lo hacen por otras zonas
del país? La respuesta fue afirmativa.
La ruta de Occidente o del Pacífico
inicia en el Estado de México, se dirige
hacia Irapuato, Guanajuato para des-
pués hacer escala en la ciudad de Gua-
dalajara. Esta ruta continúa hacia Tepic,
Nayarit y luego va por el Pacífico
cruzando los estados de Sinaloa y
Sonora para llegar a la frontera norte a
las ciudades de Nogales y Mexicali.
El trabajo de nació para apoyar a la
población centroamericana que viaja en
el tren de carga con el fin de llegar a los
Estados Unidos. Reconocíamos, desde
el comienzo, la situación de los países
de Centroamérica: pobreza, inseguri-
dad, falta de servicios de educación y
salud, inestabilidad política, pandille-
rismo, desastres naturales. De este
contexto se genera un concepto que
nombra este tipo de migración:
“migración forzada”1.
Además de la realidad en sus países de
origen, las personas migrantes tienen
que enfrentar un escenario de violencia
en su paso por México que incluye lo
que implica el viaje en el tren de carga,
insolación, deshidratación, accidentes o
mutilaciones. De igual manera, se
enfrentan a la constante y sistemática
violación a sus Derechos Humanos
como extorsiones, robos, violaciones
sexuales, secuestros, tortura y hasta la
muerte, ya sea por parte de civiles,
autoridades o crimen organizado.
FM4 Paso Libre en conjunto con el
Programa de Derechos Humanos y Paz
del ITESO realizó un diagnóstico
“Migración Centroamericana en su
Paso por la Zona Metropolitana de
Guadalajara” en el año 2011, que
detectó que una persona sufre en
promedio dos violaciones a derechos
humanos antes de llegar a nuestra
ciudad. A este trabajo hubo que añadir
una variable más: los mexicanos prove-
nientes de Estados como Chiapas,
Oaxaca, Guerrero, Veracruz, que empe-
zaron a utilizar el tren de carga para
dirigirse a la siembra y cosecha de hor-
talizas y frutas en Jalisco, Nayarit,
Sinaloa y Sonora, o bien con el fin de
llegar a la frontera con nuestro país ve-
cino. Esta población también es aten-
dida por FM4. Además, otra población
que utiliza este mismo medio de trans-
porte para regresar a sus comunidades
de origen son los deportados que
vienen de Estados Unidos.
Es desde esta realidad compleja y difícil
de asimilar que FM4 propone un pro-
yecto de intervención integral en la
ZMG. Trabajamos desde la base de un
comedor (Centro de Atención al Mi-
grante - CAM) en donde asistimos por
unas horas durante la tarde a las per-
onas transmigrantes y acompañamos a
personas que han sufrido accidentes en
el tren y por consiguiente pierden algún
miembro de su cuerpo.
Uno de los ejes más importantes del
trabajo de la organización es la vincu-
ación. Tenemos cuatro diferentes áreas:
vinculación institucional, vinculación y
trabajo comunitario, vinculación con
escuelas y universidades y vinculación
con medios de comunicación (difusión
y prensa).
L
Foto: Margarita Garza
Marzo 2013 Grulla: Boletín de Paz
G R U L L A : B O L E T Í N D E P A Z
9
La razón de plantear el trabajo desde
esa perspectiva es la necesidad de
generar acciones de co-responsabilidad
con los diferentes actores de la sociedad
para atender una realidad que nos
compete a todas y todos. La propuesta
tiene como base dar a conocer la
realidad de la transmigración desde
una perspectiva de movilidad humana
y de derechos humanos. Igualmente se
plantea la articulación de esfuerzos
para afianzar las redes de apoyo a esta
población que día con día se torna más
y más vulnerable. Y finalmente,
proponemos que mediante la reflexión
de una realidad en concreto, como lo
es la transmigración en nuestro caso,
nos cuestionemos sobre nuestro propio
quehacer como sociedad y las
consecuencias que conllevan la
indiferencia, la discriminación y la
violencia.
Notas:
1.- El concepto de “desplazamiento forzado” remite al
traslado forzoso de una persona de su hogar o país,
debido, por lo general, a conflictos armados o desastres
naturales (OIM, 2006, Glosario sobre Migración).
A G E N D A
n el primer semestre de este
año, distintas universidades
del Sistema Universitario Jesuita se
unen en la campaña “No ”, una
campaña diseñada y acordada con los
responsables de los programas y
dependencias que trabajan por los
derechos humanos.
La campaña es una respuesta a la
situación de emergencia derivada de la
estrategia del Gobierno federal para
enfrentar a la delincuencia organizada.
Esta emergencia nacional –como dice
Javier Sicilia- ha resultado ya en más de
70 mil muertos, 25 mil o más desapare-
cidos y aproximadamente 160 mil des-
plazados.
El llamado es a decir “¡Basta! Un ¡basta!
que, por supuesto, no detendrá nada
como por arte de magia, pero que fijará
nuestra postura. Un ¡Basta! que fijará
nuestra “frontera moral”. Uno que dirá,
en voz alta y clara, qué NO
QUEREMOS MÁS. Y nos proponemos
hacerlo a través de la campaña por la
noviolencia: No +”
Ve la nota completa en
http://blogs.iteso.mx/cifs/2013/02/20/ca
mpana-por-la-noviolencia-no/
La campaña termina con el curso
impartido por el Mtro. Miguel Álvarez
Gándara, presidente de Servicios de
Asesoría para la Paz (Serapaz) y ex
secretario ejecutivo de la Comisión
Nacional de Intermediación (Conai)
que será transmitido desde el ITESO.
También visita la página en Facebook
del Institucional de Derechos Humanos
y Paz ITESO
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aziteso
Consejo Editorial
Ana María Vázquez
Carlos Cordero
Rafael Hernández
Yosemite Santiago
Colaboradores: Mario Edgar López
Mónica Salmón
Agradecimientos
Esteban de Jesús Cornejo Sánchez,
escolar jesuita.
Resurrección Rodríguez, ITESO
.
ITESO
Periférico Sur Manuel Gómez Morín #8585
CP 45604, Tlaquepaque, Jalisco, México
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Foto: FM4