8/9/2019 Guatemala: Medioda en la frontera
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Guatemala: Medioda en la frontera
Mara Tenorio
Digamos que el lugar se llamaba La Carreta. Nos habamos detenido
all para estirar las piernas yalmorzar luego de decenas de
kilmetros recorridos desde El Salvador cruzando la
frontera.Sentados a la mesa, los cinco del grupo esperbamos que la
camarera nos llevara los refrescos ylos sndwiches de pollo cuando
omos entrar un pcap con un poco usual cargamento: seisjovencitas
vestidas estilo cabaret norteo --tops pegaditos, ombligos vistos,
chores y botasnegras-- acompaaban, en la cama del vehculo, a dos
bocinas enormes de las que sala unacancin que repeta incesantemente
la palabra "pompas".
Las chicas descendieron de aquella plataforma y se instalaron
junto a un solitario rbol denavidad, justo a un lado de nuestra
mesa en el ranchn. No tard en bajarse de la cabina delvehculo un
panzn bien vestido y de poco sonrer que se acerc a la mujer mayor
que estaba trasel mostrador en el restaurante. Era pleno medioda en
la frontera, del lado de Guatemala. Alguiende nosotros pregunt a la
mesera de qu se trataba aquello. Para entonces las jovencitas
hacanesfuerzos dispares por vencer la vergenza y bailar al ritmo
del musicn que nunca ces. Lamujer dijo que nuestra peculiar compaa
promova una revista. Eso y nada ms.
No superbamos la extraeza del espectculo inesperado cuando una
camioneta 4X4, a todo dar,apareci en el parqueo del ranchn.
Descendi una pareja formada por una mujer joven, esbeltay
entaconada, digamos muy guapa, y un tipo bajito y fornido, digamos
nada guapo, con un armacorta de fuego adosada a su cincho. Una
seora pistola. l se acerc al mostrador a pedir unacoca cola y
cigarrillos mientras la chica se diriga al bao. Complet el cuadro
un personajedigno de mencin: otro tipo, tambin bajito, fornido y
nada guapo, vestido con bermudas ycamiseta de marca, que conduca un
pequeo perrito, tambin de marca, con una correa. Amboshaban salido
de la 4X4 donde alcanzamos a ver una almohadota enorme y rosada en
el asientotrasero cuando la guapa entaconada abri la puerta.
Confieso que nos sentimos inquietos. Ms inquietas,
probablemente, mi madre y yo que hace 9aos vivimos un episodio
propio de una pelcula deTarantino: un pcap intercept la 4X4 en
queviajbamos hacia Guatemala --aunque esa vez en otra ruta-- y
cuatro de sus pasajeros, bienvestidos y mejor armados, pegados a
nuestras puertas, dispararon mltiples veces contra
nuestrasventanas. Salimos ilesas aquella vez las cuatro mujeres y
los dos hombres gracias a que nuestroconductor no solt el
acelerador y logr zafarse del pcap que tena contraminado nuestro
carroluego de haberlo sacado de la carretera.
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Los tipos de La Carreta y la seora pistola nos evocaron la
lejana experiencia chapina y nosdieron ganas de huir. Pero
decidimos vencer el temor, permanecer en el sitio y no darnos
poraludidos. Cuando terminamos nuestro almuerzo, la 4X4 se haba
marchado, las "bailarinas"tomaban un refresco en la mesa de
enfrente y el panzn segua hablando con la del mostrador.Caro nos
cobraron por una comida que nos supo a miedo, pero, como dijo mi
madre, ms
hubiramos pagado por salir de aquel lugar de
fronteras.Fotografa: www.guate360.com
6 enero 2010Publicado en talpajocote.blogspot.com
