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INVESTIGACIN E INNOVACIN

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INVESTIGACIN E INNOVACIN

Gubernamentalidad y EducacinDiscusiones contemporneasRuth Amanda Corts Salcedo Sylvio de Sousa Gadelha Costa Silvia Mariela Grinberg Maura Corcini Lopes Eduardo Daniel Langer Dora Lilia Marn Daz Carlos Ernesto Noguera Ramrez Alfredo Jos da Veiga-Neto

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TTULO: Gubernamentalidad y Educacin. Discusiones contemporneas Libro ISBN: 978-958-8066-88-2 Primera edicin: ao 2011 ALCALDA MAYOR DE BOGOT EDUCACIN Instituto para la Investigacin Educativa y el Desarrollo Pedaggico, IDEP

Autores:

Ruth Amanda Corts Salcedo Sylvio de Sousa Gadelha Costa Silvia Mariela Grinberg Maura Corcini Lopes Eduardo Daniel Langer Dora Lilia Marn Daz Carlos Ernesto Noguera Ramrez Alfredo Jos da Veiga-Neto

IDEP Director general: Subdirectora Acadmica: Subdirector Administrativo y Financiero: Coordinadora Editorial: Compiladoras:

Olmedo Vargas Hernndez Luz Stella Olaya Rico Jorge A. Ortega Cern Diana Mara Prada Romero

Prlogo:

Ruth Amanda Corts Salcedo Dora Lilia Marn Daz Santiago Castro-Gmez

Edicin y traduccin de textos: Revisin y correccin de estilo: Diseo y diagramacin: Impresin:

Dora Lilia Marn Daz Aura Romelia Guzmn Rojas Cooperativa Editorial Magisterio Subdireccin de la Imprenta Distrital - DDDI

Instituto para la Investigacin Educativa y el Desarrollo Pedaggico, IDEP Av. El Dorado # 66-63, piso 1 y 3 Tels.: (571) 324 1267/68 - 324 1000, exts. 9001/9012 Bogot, D. C. Colombia www.idep.edu.co - [email protected] Este libro se podr reproducir y traducir total y parcialmente siempre que se indique la fuente y no se utilice para fines lucrativos Impreso en Colombia

ndicePRESENTACIN La educacin como antropotcnica - Santiago Castro Gmez La nocin de gubernamentalidad en Foucault: reflexiones para la investigacin educativa Ruth Amanda Corts Salcedo Introduccin La gubernamentalidad o del gobierno de los otros La dimensin metodolgica de la nocin de gubernamentalidad A modo de cierre: Anotaciones metodolgicas de la nocin de gubernamentalidad para la investigacin educativa Sobre Carl Schmitt: Cuestiones biopolticas para la democracia y para la educacin - Sylvio Gadelha Introduccin Breve nota biogrfica sobre Carl Schmitt Lo poltico, la polmica y la crtica al liberalismo La teora schmittiana del estado de excepcin, segn Agamben Excepcin poltico-econmica permanente y educacin Educacin, gubernamentalidad y despus... la configuracin de una nueva pastoral - Silvia Grinberg Introduccin Gubernamentalidad y biopoltica en breve Gerenciamiento, pedagogas de las competencias y modulaciones de la subjetividad 9

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La gestin: el relato del no-relato Pedagoga de las competencias: de la formacin de conciencias especializadas a la formacin de conciencias inestables La configuracin de una nueva pastoral: modulaciones y escalas A modo de corolario

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Comunidades pedaggicas emergentes en la Argentina del Siglo XX I- Eduardo Langer Implicaciones para el pensamiento social, al analizar la educacin desde la gubernamentalidad Causas de la produccin de comunidades pedaggicas A modo de reflexin: comunidades, resistencias y posibilidades educativas productivas

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Gubernamentalidad, biopoltica e inclusin - Alfredo Veiga Neto, Maura Corcini Lopes Aspectos metodolgicos y conceptos-herramienta Abriendo la caja de herramientas

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Educar es gobernar - Dora Lilia Marn Daz, Carlos E. Noguera Ramrez Didctica, enseanza y gubernamentalidad disciplinar El concepto moderno de educacin: o del gobernamiento liberal La paradoja educativa de Kant: la disciplina como fundamento de la libertad

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Presentacin La educacin como antropotcnicaSantiago Castro-Gmez1Agradezco a los compiladores de este volumen por haberme invitado a comentar brevemente los textos aqu presentados. No soy un especialista en temas de educacin, aunque desde hace aos he seguido con inters los trabajos del grupo Historia de la prctica pedaggica, y particularmente el modo en que algunos de sus integrantes se han apropiado creativamente de la obra de Michel Foucault. Yo mismo he utilizado las herramientas conceptuales creadas por Foucault para mis propias investigaciones2, de modo que no sorprende si es posible detectar un vnculo estrecho entre los trabajos de Olga Luca Zuluaga, Alberto Martnez, Carlos Noguera, Oscar Saldarriaga, Javier Senz, etc. y mis propios trabajos sobre la historia de las prcticas gubernamentales en Colombia. Pues, tal como intenta mostrar este volumen, las prcticas pedaggicas pueden ser vistas como prcticas gubernamentales. Ahora bien, el problema aparece cuando se quiere mostrar que la pedagoga y la educacin modernas son, en el mismo sentido y bajo las mismas circunstancias, prcticas gubernamentales y prcticas biopolticas. Se trata bsicamente de un problema de orden terico. En otro lugar he mostrado cmo el concepto de

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Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Javeriana. Filsofo de la universidad Santo Toms de Bogot, maester en filososfa por la Karl-Eberhard Universitt de Tbingen (Alemania), doctorado con honores por la Johann Wolfgang Goethe-Universitt de Frankfurt. En mis libros La hybris del punto cero (2010a) y Tejidos Onricos (2009).

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gubernamentalidad fue desarrollado por Foucault en sus cursos de 1978 y 1979 para resolver una serie de problemas tericos que no podan ser abordados con el concepto de biopoltica. Un examen cuidadoso del lugar que ocupan estos dos cursos en el corpus de Foucault nos ensea que el concepto de biopoltica es provisional en la obra del filsofo, y que el proyecto de una genealoga del biopoder anunciado en 1976 con la publicacin de La voluntad de verdad, fue definitivamente abandonado en nombre de un proyecto mucho ms amplio y ambicioso que el propio Foucault denomin Historia de la gubernamentalidad (Castro-Gmez, 2010b). Me da la impresin, sin embargo, que algunos de los artculos aqu reunidos utilizan biopoltica y gubernamentalidad como conceptos inmediatamente equivalentes o incluso sinnimos. Esto se debe quizs a que el poder sobre la vida al que hace referencia el concepto de biopoltica, se confunde con la gestin de la vida a la que hace referencia el concepto de gubernamentalidad. Pero debemos tener en cuenta que en los dos casos no se est hablando ni del mismo tipo de poder, ni del mismo tipo de vida. En cuanto al tema del poder, el concepto gubernamentalidad supone un ajuste con el modelo blico-estratgico que Foucault haba heredado de Nietzsche en sus anlisis genealgicos de los aos setenta. En aquel modelo, recordemos, la subjetividad apareca como un simple efecto de relaciones de fuerza, como una reverberacin formada en el cruce del saber con el poder. En el modelo gubernamental, por el contrario, la subjetividad aparece como una dimensin relativamente independiente del saber y del poder, de tal modo que ser sujeto no equivale directamente a estar sujetado como ocurra en el primer modelo, sino que refiere a la posibilidad de conducir autnomamente la propia conducta. Diramos entonces que el concepto gubernamentalidad, entendido por Foucault como nueva grilla de inteligibilidad para su analtica del poder, coloca en el centro el problema de la conduccin de la conducta. Bien que tal conduccin sea realizada por instancias exteriores al sujeto, bien que sea realizada por el sujeto mismo. Desde el nuevo modelo de la gubernamentalidad, el poder es visto como un juego de acciones sobre acciones y ya no como un conjunto de relaciones de dominacin. En cuanto al tema de la vida, Foucault haba dicho en La voluntad de saber que la biopoltica es una tecnologa de poder que se orienta hacia el fortalecimiento de las condiciones de vida de los hombres, entendiendo con esto la gestin poltica de variables tales como la natalidad, la mortalidad, la salud corporal, etc. Es un poder que se ejerce en el nivel biolgico de la especie con el fin de potenciar las fuerzas fsicas, ordenarlas, gestionarlas y hacerlas crecer. Lo biolgico entra en el mbito de la administracin estatal y forma parte del juego de las estrategias polticas. No es difcil ver aqu que el concepto biopoltica puede ser usado para mostrar cmo la educacin juega en las sociedades disciplinarias como una prctica orientada hacia el gobierno de los cuerpos y, concomitantemente, de las poblaciones. Esto se ha mostrado ampliamente en algunos trabajos del grupo 10

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Historia de la prctica pedaggica en Colombia (Senz; Saldarriaga; Ospina, 1997; Noguera, 2003; Martnez, 2005), as como en el excelente trabajo de algunos colegas espaoles (Varela; lvarez-Ura, 1991) y brasileos (Veiga-Neto, 1995; Gallo, 2006; Soares, 2008). Otra cosa muy distinta ocurre cuando no hablamos ya de sociedades disciplinarias sino de sociedades de control, en el sentido sealado por autores como Gilles Deleuze y Maurizio Lazzarato. Y en particular cuando se quiere pensar el significado del gobierno de la vida en el marco de las polticas neoliberales. Pues este tipo de gobierno ya nada tiene que ver con la reproduccin biolgica de la especie a travs del disciplinamiento de los cuerpos y la administracin estatal de variables como el nacimiento, la muerte, la enfermedad, etc., sino con la gestin del capital humano mediante la creacin de un milieu (gobierno a distancia) en el que son los propios sujetos quienes se comportan como empresarios de s mismos. Por eso Lazzarato dice que la categora biopoltica ya no funciona para el anlisis de las prcticas gubernamentales en las sociedades de control y propone utilizar, a cambio, el concepto de noopoltica (Lazzarato, 2006). Por mi parte, y entendiendo que en las sociedades de control se pone en juego otra concepcin de vida, he sugerido que el concepto biopoltica puede seguir siendo til, siempre y cuando se le entienda como gobierno de la intimidad en el marco de las tecnologas neoliberales de conduccin de la conducta (Castro-Gmez, 2010b). El reciente libro de Jorge Elicer Martnez (2010) ha mostrado con claridad que la biopoltica que se despliega hoy da en las sociedades de control (y que se manifiesta en los modelos educativos implementados por las universidades colombianas) nada tiene que ver con el gobierno de variables biolgicas, sino que emerge de la mano de tcnicas de conduccin empresarial cuyo objetivo es el gobierno sobre la molecularidad de la vida. Tambin el escritor brasileo Alfredo Veiga-Neto ha visto muy bien que en el contexto de las sociedades de control, la educacin ya no puede ser entendida nicamente bajo el modelo del disciplinamiento de los cuerpos, pues el sujeto que intenta formarse ya no es el sujeto-dcil sino el sujeto-cliente, que debe ser capaz de sopesar con autonoma las diferentes ofertas que se dan en el mercado y escoger entre ellas las que ms le convengan (Veiga-Neto, 2000). Se trata de una educacin para la adquisicin de competencias que permitirn al sujeto ser empresario de s mismo con el fin de actuar competitivamente en el mercado. Pero, se pregunta Veiga-Neto, si acaso no ser posible pensar la educacin como una resistencia frente a los imperativos de la sociedad de control. Una educacin que no sea funcional a las tcnicas de mercantilizacin, sino que favorezca el gobierno de s como auto-transformacin creativa del sujeto. Bueno, pues es aqu, precisamente, en este reto de pensar el cuidado de s como lnea de fuga, donde se hace pertinente ese nuevo concepto de vida al que hacamos referencia. Ya el propio Foucault, en la clase del 24 de marzo de 1982 correspondiente al curso Hermenutica del sujeto, habla de la vida (bios) ya no 11

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como el correlato de una tekhn, sino como una experiencia de auto-transformacin:Pues bien, si la forma de objetividad propia del pensamiento occidental se constituy cuando, en la declinacin del pensamiento, el mundo fue considerado y manipulado por una tekhn, creo que podemos decir lo siguiente. Que la forma de subjetividad propia del mundo occidental [] se constituy por medio de un movimiento inverso: el da en que el bios dej de ser lo que haba sido durante tanto tiempo para el pensamiento griego, a saber, el correlato de una tekhn, cuando el bios (la vida) dej de ser el correlato de una tekhn, para convertirse en la forma de una prueba de s [] Prueba en el sentido de experiencia; es decir que el mundo se reconoce como aquello a travs de lo cual hacemos la experiencia de nosotros mismos, nos conocemos, nos descubrimos, nos revelamos a nosotros mismos. Y adems, prueba en el sentido de que este mundo, este bios, es tambin un ejercicio, es decir, aquello a partir de lo cual, a travs de lo cual, a pesar de o gracias a lo cual, vamos a formarnos, transformarnos, encaminarnos hacia una meta o una salvacin, marchar hacia nuestra propia perfeccin. (Foucault, 2006, p. 464)

En este pasaje se muestra que el bios del que habla el ltimo Foucault ya nada tiene que ver con el zoe al que se refera en su concepto de biopoltica. La vida de la que se habla ahora tiene que ver con la experiencia de s, y en particular con los ejercicios a partir de los cuales nos conocemos, nos descubrimos, nos revelamos a nosotros mismos. Pensar en una educacin capaz de potenciar este tipo de sujeto conlleva entonces imaginar una especie de paideia posmoderna que suponga un desmarque frente a la educacin para el sujeto-dcil de las sociedades disciplinarias, pero tambin frente a las competencias que requiere el sujetocliente de las sociedades de control. Creo que ste es el camino que emprende el artculo de Dora Marn y Carlos Noguera incluido en este volumen, y que resuena tambin con el intento de Andrs Klaus Runge en la Universidad de Antioquia (2005). Cules pueden ser las dificultades de un proyecto como ste? Para aquellos que utilizan la caja de herramientas de Foucault, el problema mayor parece ser que el filsofo francs no logr completar su proyecto de una genealoga de las prcticas de s en la modernidad. Es cierto que las herramientas tericas disponibles, aquellas referidas a las tecnologas del yo en el mundo greco-romano, pudieran servir para emprender la reconstruccin entre las prcticas pedaggicas y las prcticas de auto-gobierno durante los siglos XVII-XIX, y el artculo de Marn y Noguera es un buen ejemplo de eso. Pero tambin es cierto que en un proyecto semejante aparecen muchas preguntas y lagunas metodolgicas que resolver. No voy a reflexionar ahora sobre este tema en particular, sino simplemente llamar la atencin sobre la obra de un pensador contemporneo que se ha pro12

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puesto completar el proyecto inconcluso de Foucault, y que le otorga al tema de la educacin un papel fundamental. Me refiero al filsofo alemn Peter Sloterdijk y su concepto de antropotcnica. En uno de sus ltimos libros titulado Du musst dein Leben ndern (Tienes que cambiar tu vida), Sloterdijk acude a la reflexin del ltimo Nietzsche sobre el renacimiento para detectar all la emergencia de un virtuosismo inmanente centrado en la auto-transformacin. El Renacimiento es visto como un programa de recuperacin (Wiederbelebung) de un arte de la vida que durante la Edad Media estuvo confinado en los monasterios y reducido a los monjes, pero que a partir del siglo XV se extiende hacia otras capas de la sociedad y se mundializa, desencadenando una mutacin de la conditio humana (Sloterdijk, 2009). No se trata, por ello, de una simple ampliacin de las viejas prcticas ascticas, sino de un cambio sustancial de las mismas. Segn Sloterdijk, las prcticas ascticas de la modernidad se desmarcan por completo del ideal de la vita contemplativa y del distanciamiento del mundo que acompa a las antropotcnicas medievales, para convertirse en unas tcnicas orientadas hacia la desinhibicin y la experimentacin constante. Pues mientras que aquellas procuraban una transformacin del sujeto con el fin de sujetarlo, de inhibirlo para hacerlo obediente, stas favorecen en cambio una transformacin del sujeto con el fin de des-sujetarlo, de librarlo de las cadenas de la obediencia para lanzarlo hacia los experimentos consigo mismo. Se trata de una voluntad de superar los lmites de resistencia del yo, de ir siempre ms all de s mismo, de mejorar cada vez el despliegue de la propia potencia. Con el Renacimiento asistimos, entonces, al despegue de una cultura de la experimentacin que ya no abandonara ms a los hombres modernos. Desde finales del siglo XV, y coincidiendo con el inicio de los viajes transocenicos (mundializacin terrestre), la prohibicin medieval del non plus ultra se convirti en el aliciente para ir-siempre-ms-all. Sloterdijk distingue tres mbitos que entre el siglo XVI y el XIX se convirtieron en el escenario de esta experimentacin constante del sujeto consigo mismo: el arte, la educacin y el trabajo (Sloterdijk, 2009). No es ste el momento para explorar el modo en que el filsofo alemn aborda en particular el tema de la educacin como antropotcnica. Simplemente dir, para finalizar, que el amor al riesgo, la acrobtica de la existencia y la somatizacin de lo improbable, que desde el siglo XVI caracterizan los hbitos experimentales de muchos humanos, han generado, segn Sloterdijk, una mutacin antropolgica de gran alcance. Esta mutacin consiste en que las antropotcnicas modernas ya no procuran, como las antiguas, inmunizar al sujeto para protegerle psquica y corporalmente de los embates del destino, sino, todo lo contrario, buscan lanzarlo hacia el exterior de sus esferas primarias, inducindole a vivir peligrosamente en una exterioridad donde domina el riesgo. Pero en vista de la actual crisis de la humanidad, debemos usar esa libertad para generar conductas de auto-inhibicin. Pues auto-gobernarse no podr significar en el futuro otra cosa que auto-limitarse. No habr salida de la crisis ecolgica sin un cambio radical en los estilos de vida, sin una modificacin en los hbitos de consumo. Pero esto no ser posible sin aquellos 13

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ejercicios (bungen) de auto-transformacin de los que hablaba Foucault, es decir, sin el gobierno de nosotros mismos. Si quieres cambiar el mundo, nos dir Sloterdijk, tendrs que cambiar tu bios.

BibliografaCASTRO-GMEZ, Santiago. Tejidos Onricos. Movilidad, capitalismo y biopoltica en Bogot (1910-1930). Bogot: Pontificia Universidad Javeriana, 2009. CASTRO-GMEZ, Santiago. La hybris del punto cero. Ciencia, raza e ilustracin en la Nueva Granada (1775-1816). 2 ed. Bogot: Pontificia Universidad Javeriana, 2010a. CASTRO-GMEZ, Santiago. Historia de la gubernamentalidad. Razn de Estado, liberalismo y neoliberalismo en Michel Foucault. Bogot: Siglo del Hombre, 2010b. FOUCAULT, Michel. La hermenutica del sujeto. Curso en el College de France (1981-1982). Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 2006. GALLO, Silvio. Foucault: (Re)pensar a Educao. En: RAGO, Margareth; VEIGA-NETO Alfredo (eds.). Figuras de Foucault. Belo Horizonte: Autentica, 2006. LAZZARATO, Maurizio. Los conceptos de vida y vivo en las sociedades de control. En: Por una poltica menor. Acontecimiento y poltica en las sociedades de control. Madrid: Traficantes de Sueos, 2006. MARTNEZ, Alberto. La escuela pblica: del socorro de los pobres a la polica de nios. En: autores varios. Foucault, la Pedagoga y la Educacin. Pensar de otro modo. Bogot: Editorial Magisterio, 2005. 14

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MARTNEZ, Jorge. La universidad productora de productores: entre biopoltica y subjetividad. Bogot: Universidad de La Salle, 2010. NOGUERA, Carlos. Medicina y poltica. Discurso mdico y prcticas higinicas durante la primera mitad del siglo XX en Colombia. Medelln: EAFIT, 2003. RUNGE, Andrs. Foucault: la revaloracin el maestro como condicin de la relacin pedaggica y como mtodo de formacin. Una mirada pedaggica a la hermenutica del sujeto. En: Zuluaga, Olga, et al. Foucault, la Pedagoga y la Educacin. Pensar de otro modo. Bogot: Editorial Magisterio, 2005. SENZ, Javier; SALDARRIAGA, scar; OSPINA, Armando. Mirar la infancia: pedagoga, moral y modernidad en Colombia, 1903-1946. Medelln: Universidad de Antioquia, 1997. SLOTERDIJK, Peter. Du musst dein Leben ndern. ber Anthropotechnik. Frankfurt: Suhrkamp, 2009. SOARES, Carmen. A educao do corpo e o trabalho das aparncias: o predomnio do olhar. En: ALBUQUERQUE, Durval Muniz de; VEIGA-NETO, Alfredo; SOUZA, Alipio (eds.). Cartografias de Foucault. Belo Horizonte: Autntica, 2008. VARELA, Julia; LVAREZ-URA, Fernando. La maquinaria escolar. En: Arqueologa de la Escuela. Madrid: La Piqueta, 1991. VEIGA-NETO, Alfredo. Crtica ps-estruturalista e educao. Porto Alegre: Sulina, 1995. VEIGA-NETO, Alfredo. Educao e governamentalidade neoliberal: novos dispositivos, novas subjetividades. En: Castelo Branco, Guillherme; Portocarrero, Vera (eds.). Retratos de Foucault. Rio de Janeiro: Nau, 2000.

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La nocin de gubernamentalidad en Foucault: reflexiones para la investigacin educativaRuth Amanda Corts Salcedo1

IntroduccinExiste, en los anlisis de la educacin, una fuerte tendencia a buscar en ella la realizacin de una promesa: la formacin del Hombre que, para las sociedades modernas, desde el siglo XVI, debe ser un hombre emancipado que, en cualquier caso, busque y halle la posibilidad de ejercer su libertad, objetivo que ms recientemente se ha traducido en el ideal de hombre democrtico. Pero el logro de este universal antropolgico aparece siempre como inacabado, pues ha sido un ideal que ha recorrido por ms de dos centurias las prcticas pedaggicas y las reflexiones tericas, tanto del pensamiento liberal como de las teoras crticas, para desembocar de modo casi inevitable ya en diagnsticos catastrficos de fracaso, o bien en propuestas muy alentadoras, aunque pocas veces realizables. Esa promesa que se torna siempre inalcanzable, puede ser entendida como efecto de un modo de legitimacin poltica de las prcticas sociales de la modernidad, un mecanismo por el cual, a partir de la realizacin de un cierto porcentaje de ella, se mantiene la esperanza de que, algn da, todos seremos incluidos.

1. Investigadora, profesional de la Subdireccin Acadmica del Instituto para la Investigacin Educativa y el Desarrollo Pedaggico -IDEP-. Candidata a Doctora en Educacin de la Universidad Pedaggica Nacional de Colombia. [email protected]

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Por ello, quiz sea mejor acudir a otra forma de analizar el problema de la educacin: habr que preguntarnos por su historicidad, en tanto hace parte de una racionalidad particular de gobierno de las sociedades modernas occidentales. En palabras de la colombiana Olga Luca Zuluaga,pensar la pedagoga hoy representa un compromiso histrico y una tarea crtica que encuentra, en el espacio del saber, un lugar propicio para la realizacin de investigaciones sobre la condicin subalterna a la que es sometido el maestro por el Estado, y los procedimientos de control y las prcticas de subjetivacin ligadas o producidas en la educacin. (Zuluaga, 2005, p. 13)

Asumir la tarea crtica de pensar esa prctica, nos invita a retomar dos preguntas planteadas por Michel Foucault en su conferencia del 27 de mayo de 1978: Qu es gobernar? Y, cmo no ser gobernado? Pero estas preguntas no pueden ser asumidas de una manera incondicional, no se trata de no ser gobernado en absoluto, sino ms bien no ser gobernado de tal manera, ni en nombre de tales principios, ni en vista de tales objetivos, ni por medio de tales procedimientos (Eribon, 2004, p. 10). Una labor crtica, lejos de ser evaluativa, no puede ser ajena a procesos de interrogacin y cuestionamiento de la verdad como productora de relaciones de poder, de un poder que, a su vez, construye una verdad. As que la crtica ser una perspectiva sobre esas formas de saber y de poder que han ordenado, de una manera particular, unas prcticas que han producido ciertas subjetividades, pues, a veces, se encuentra queLas categoras mediante las cuales se ordena la vida social, producen una cierta incoherencia o mbitos enteros en los que no se puede hablar. Es desde esta condicin y a travs de una rasgadura en el tejido de nuestra red epistemolgica que la prctica de la crtica surge, con la conciencia de que ya ningn discurso es adecuado o de que nuestros discursos reinantes han producido un impasse. (Butler, 2001, s/p)

En el contexto de esta perspectiva crtica, el propsito del texto es presentar la nocin foucaultiana de gubernamentalidad, analizada a partir de la exposicin y uso que Foucault propone de ella en la clase del 1 de febrero de 1978 , y hacer el seguimiento de los vnculos y desarrollos expuestos por el filsofo, en los cursos que dict en el Collge de France entre 1977 y 1981, as como en algunas conferencias y seminarios dictadas entre los aos 1982 y 1983, poco antes de su prematura muerte2. Enseguida esbozar una propuesta metodolgica que, articulada en torno a esta nocin, evidencie su potencial para la investigacin educativa.2. En el presente texto se leyeron y compararon las siguientes ediciones de la clase del 1 de febrero publicadas en espaol: Castel Robert, et al. (1981), Foucault (1999, 2006). Los cursos a que se alude y que han sido publicados en espaol por el Fondo de Cultura Econmica, son: Defender la Sociedad (1976), publicado en el ao 2000; Seguridad territorio, poblacin (1978), publicado en el 2006;

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La gubernamentalidad o del gobierno de los otrosEn un giro crucial en el anlisis clsico del poder, Foucault propone abordarlo, no como un bloque homogneo, sino como haces de relaciones de fuerzas que actan en las conductas, tanto las ejercidas sobre los otros como las ejercidas sobre uno mismo. El poder, afirmaba nuestro autor, es un tipo de relaciones entre los hombres que no es coercitiva, pues en todo ejercicio del poder siempre hay una accin de rechazo o de resistencia posible yEn el fondo, el poder es menos una confrontacin entre dos adversarios o la vinculacin de uno con otro, que una cuestin de gobierno... Gobernar en ese sentido, es estructurar el posible campo de accin de los otros. El modo de relacin propia del poder no debera buscarse entonces del lado de la violencia o de la lucha, ni del lado del contrato o de la vinculacin voluntaria (los cuales pueden ser, a lo ms, instrumentos de poder,) sino ms bien del lado de un modo de accin singular, ni belicoso ni jurdico, que es el gobierno. (Foucault, 1983, p. 239)

Se trata, as, de un gobierno que supone una racionalidad, esto es, una forma de pensar estratgicamente cmo se ejerce. A este resultado le condujeron sus anlisis histricos, esbozados en 1976 y 1978, en los que ampli y modific sus estudios anteriores sobre el panoptismo, el poder disciplinario, el biopoder y la biopoltica. Pero, qu es lo que hace que Foucault defina al poder en trminos de gobierno?3 Parece ser que su inquietud por comprender cmo la vida se fue convirtiendo, desde el siglo XVIII, en objetivo de poder4, lo lleva a hacer una genealoga de esa produccin poltica de la vida. Una forma de poder que despleg una serie de mecanismos de seguridad aplicados a la vida de los hombres como seres vivientes y biolgicos, no ya como cuerpos individuales sino como especie humana, como masa, como poblacin, mecanismos que articulados con viejas tecnologas disciplinarias, se orientaron a hacer vivir. Desde el anlisis histrico de varios documentos sobre la polica, la razn de Estado, o el pastorado, Foucault (2006) va precisando las diferencias entre los mecanismos disciplinarios y los dispositivos de seguridad. Seala que, mientras laNacimiento de la biopoltica (1979), publicado en el 2007, y La hermenutica del sujeto (1982), publicado en el 2001. Desafortunadamente an no se publican los cursos de 1980, El gobierno de los vivos, y el de 1981, Subjetividad y verdad. Slo hasta 2009 fue publicado, en espaol, el curso de 1983, El gobierno de s y de los otros, y en 2010 el curso de 1984, El coraje de la verdad: El gobierno de s y de los otros, II. Algunos de los planteamientos de estos cursos fueron publicados en los dos ltimos tomos de Historia de la Sexualidad y otros los present tambin en las conferencias de 1979 Omnes et singulatim: Hacia una crtica de la razn poltica, citada aqu como Foucault (1990), en la conferencia de 1982 Tecnologa poltica de los individuos citada como Foucault (2004); y en el artculo capital, casi un testamento, de 1983 Sujeto y Poder que aparece en Dreyfus; Rabinow (1988). Los aos de las ediciones sern los correspondientes a las usadas para las citas. 3. La nocin de gobierno ya haba sido esbozada por Foucault en su curso Los anormales de 1975, pero es en el curso de 1978, Seguridad, territorio, poblacin cuando profundizar sobre el tema. 4. Ver: Foucault (2006).

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disciplina funciona aislando un espacio, los dispositivos de seguridad funcionan en circuitos cada vez ms amplios. Mientras la disciplina reglamenta todo, la seguridad deja hacer todo; mientras la disciplina opera desde el cdigo permitido/ prohibido y prescribe lo que debe hacerse, el dispositivo de seguridad capta las cosas como se producen, y aprende de ellas en el plano de su realidad efectiva para usarla y hacerla actuar, operando desde el cdigo de la regulacin. La disciplina normaliza por el procedimiento de descomponer a los individuos, los lugares, los tiempos, los actos. Los clasifica, establece secuencias y fija procedimientos progresivos y de control permanente; finalmente, separa, de manera analtica, a ineptos e incapaces de los que no lo son. Es decir, distingue entre lo normal y lo anormal. La normalizacin, desde el modelo disciplinario, se construye a partir de un determinado resultado que se consigue en la medida en que los actos de la gente se ajusten a ese modelo. Por el contrario, en los dispositivos de seguridad, la normalizacin opera, no desde la prohibicin y la prescripcin, ni del impedir que algo suceda, sino que desde una racionalidad basada en la probabilidad y el azar, se deja actuar, interviniendo sobre la poblacin desde el clculo del riesgo, la peligrosidad y la individualizacin del fenmeno colectivo. El inters por este tema lleva a Foucault a proponer una historia del gobierno de los hombres, para mostrar cmo fue posible la emergencia de lo que anunci como el biopoder y la biopoltica5. El tema del biopoder fue introducido por Foucault en el primer volumen de Historia de la sexualidad (1976), donde explicita su nueva mirada sobre el poder y tematiza nuevos mecanismos de regulacin, ya no de los individuos, sino de un problema distinto: la poblacin. El poder del modelo blico que se ejerca para matar y dejar vivir, se volva una estrategia inversa en la que el poder se ejerca positivamente sobre la vida, esto es, para hacer vivir, para administrar y calcular la propia vida. En la ltima clase del curso Defender la sociedad (2008), tambin aborda la gubernamentalidad para diferenciarla de las tecnologas disciplinarias y caracterizarla como un ejercicio que no es individualizador sino masificador, pero es en la primera clase del curso Seguridad, territorio, poblacin, en la que define biopoder comoEl conjunto de mecanismos por medio de los cuales aquello que, en la especie humana, constituye sus rasgos biolgicos fundamentales podr ser parte de una poltica, una estrategia general de poder; en otras palabras, cmo, a partir del siglo XVIII, la sociedad, las sociedades occidentales modernas, tomaron en cuenta el hecho biolgico fundamental de que el hombre constituye una especie humana. (Foucault, 2006, p. 15)

5. Aunque algunos lectores de Foucault afirman que l no hizo distincin alguna entre los dos trminos, nos resulta til acudir a la disertacin que hace el filsofo colombiano Rubn Snchez (2007), cuando seala que, tanto biopoder como biopoltica, son usadas por Foucault para diferenciar entre una forma de racionalidad poltica y un conjunto de tecnologas de gobierno desplegadas por ella. "En efecto en tanto que la tecnologa biopoltica puede ser definida como el conjunto de procedimientos gracias a los cuales se produce una poblacin, el biopoder puede ser considerado como una forma de racionalidad poltica que somete a la vida produciendo a partir de ella individuos y poblaciones." (p. 34)

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En el curso de 1978-1979 quiso abordar el problema de la poltica de la vida, analizando el Liberalismo como su marco general; sin embargo, como lo seala Michel Senellart (2007), Foucault se extiende en el anlisis del neoliberalismo alemn y norteamericano, dejando pendiente el primer tema. An as, el inters por este tema lleva a Foucault a proponer una historia del gobierno de los hombres, para mostrar cmo fue posible la emergencia de lo que anunci como el biopoder y la biopoltica6. De manera esquemtica intentaremos ilustrar, asumiendo un relato cronolgico, cmo Foucault reconstruy esa historia en la que hace aparecer nuevos objetos, nuevos problemas y nuevas tcnicas de anlisis: la historia de la gubernamentalidad. La nocin de gobierno lo remonta hasta Grecia y Roma antiguas, donde sta es definida como la actividad que se propone conducir a los individuos a lo largo de toda su vida, ponindolos bajo la autoridad de un(a) gua responsable de lo que hace y le sucede; sin embargo, Foucault encuentra que en Grecia y Roma los hombres que detentan el poder poltico no son pastores, sino hombres que deben asegurar la unidad de la ciudad y no la salvacin de un grupo de individuos. Es en el oriente precristiano y cristiano, en la forma de poder pastoral all organizada, en donde, afirma Foucault, se debe buscar la proveniencia de la idea de un gobierno de los hombres que ser implementada en Occidente por la Iglesia con una fuerza inusitada. La metfora del pastor y del rebao caracteriza un tipo de relacin entre gobernantes y gobernados, vinculada a tres temas centrales en las prcticas de conduccin: la salvacin, la ley y la verdad. El pastorado se ejerce sobre un rebao y no sobre un territorio, y es el pastor quien debe guiar hacia la salvacin, prescribir la ley, ensear la verdad y cuidar no slo a la comunidad en su globalidad, sino a cada individuo en particular, durante su vida entera. Por tanto, es un poder individualizador. El rebao existe gracias a la presencia permanente y a la accin directa del pastor, quien ejerce el poder como si fuera un deber y desde un sentido de abnegacin y permanente vigilia; por su parte, del rebao se espera la obediencia a la ley y la aceptacin de la verdad enseada. Esta forma de poder no puede ser ejercida sin el conocimiento de las mentes de cada individuo, sin explorar sus almas, sin hacerles revelar sus ms ntimos secretos, lo que implica un conocimiento de la conciencia y la habilidad para dirigirla.

6. Aunque algunos lectores de Foucault afirman que l no hizo distincin alguna entre los dos trminos, nos resulta til acudir a la disertacin que hace el filsofo colombiano, Rubn Snchez, cuando seala que tanto biopoder como biopoltica son usadas por Foucault, para diferenciar entre una forma de racionalidad poltica y un conjunto de tecnologas de gobierno desplegadas por ella. "En efecto en tanto que la tecnologa biopoltica puede ser definida como el conjunto de procedimientos gracias a los cuales se produce una poblacin, el biopoder puede ser considerado como una forma de racionalidad poltica que somete a la vida produciendo a partir de ella individuos y poblaciones" (Snchez, 2007, p. 34).

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Hacia los siglos XV y XVI, y en el marco de dos procesos histricos (el fin del feudalismo y la Reforma Protestante), esta forma de gobierno entra en crisis, lo que se da de manera simultnea, en muchos aspectos y sobre varios asuntos: el gobierno de s, el gobierno de las almas, el gobierno de los nios, entre otras cuestiones. Para mostrar la mutacin que existe en las prcticas del gobierno entre el siglo XVI y el siglo XVIII, Foucault va a escoger, entre todas las formas de gobierno, el gobierno del Estado, es decir, el gobierno bajo su forma poltica, estructurando un esquema de anlisis de las caractersticas de esa nueva forma de racionalidad poltica, en tanto que difiere de la que se encuentra en la Soberana, la forma de racionalidad poltica propia de los Estados monrquicos medievales y absolutistas. Es en el anlisis de la literatura antimaquiavlica donde Foucault ve la emergencia de esa nueva racionalidad que pregunta por cmo gobernar, cmo ser gobernado, cmo gobernar a los dems, por quin se debe aceptar ser gobernado y qu hacer para ser el mejor gobernante posible; en fin, un gobierno que debe encontrar su propia razn de ser, lo que est ligado a la emergencia de la Razn de Estado. La doctrina de Razn de Estado es una respuesta a la pregunta por el gobierno, no ya de las almas, sino de los hombres, que intentaba definir en qu medida los principios y los mtodos del gobierno estatal diferan, por ejemplo, de la manera en que Dios gobernaba el mundo, el padre su familia, o un superior su comunidad. Se pueden enumerar rasgos comunes de diferentes definiciones de Razn de Estado que toma Foucault (1990, 2004). Una de ellas es la que la considera como un arte, esto es, una tcnica en conformidad con ciertas reglas que pertenecen, no slo a las costumbres o las tradiciones, sino tambin al conocimiento. Ese arte de gobernar es racional si la reflexin le lleva a observar la naturaleza de lo que es gobernado, en este caso el Estado. Esto rompi con dos tradiciones opuestas pero que caracterizaron las formas de gobierno pre-modernas: El cristianismo y la monarqua del prncipe. As, mientras el Cristianismo pretenda que el gobierno respetara todo un sistema de leyes, humanas naturales y divinas, la teora del prncipe formulaba como principal preocupacin el llegar a saber cmo se mantiene el vnculo entre el prncipe y su principado las habilidades que debe tener el prncipe para conservar su principado. El problema, planteado a principios del siglo XVII por los tericos de la Razn de Estado, es el de la existencia misma de la naturaleza de esa entidad que es el Estado, mientras que el propsito de este nuevo arte de gobernar es, precisamente, no reforzar el poder del prncipe, no gobernar segn las leyes, sino para consolidar al Estado mismo7. Sobre la tesis de que la Razn de Estado se relaciona con el Estado, con su naturaleza y con su propia racionalidad, Foucault, en su texto Tecnologa poltica de los individuos, publicado en 1981, seala varias ideas:7. Al respecto es interesante el anlisis que hace Foucault (2006, p. 301-310), sobre la teora del golpe de Estado en el siglo XVIII.

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1) La relacin indita que se establece entre la poltica como prctica y la poltica como saber. El hombre que dirigir a otros, en el marco del Estado, debe ser un poltico; l debe poder apoyarse en competencias y saberes polticos especficos. El saber poltico no se trata de los derechos del pueblo, ni de las leyes humanas o divinas, sino de la naturaleza del Estado que debe ser gobernado. Uno de esos conocimientos es la estadstica. 2) La relacin individuos y Estado. Los gobiernos no se deben inquietar por los individuos ms que en la medida en que stos presenten un inters de utilidad para el Estado, una utilidad que tiene que ver con su vida, su muerte, su actividad, su conducta individual y su trabajo. 3) Las relaciones inditas entre poltica e historia. La naturaleza del Estado aparece como un conjunto de fuerzas y triunfos susceptible de ser aumentado o debilitado, segn la poltica seguida por los gobiernos en un tiempo indeterminado. De esta relacin emergen dos tecnologas polticas, una, la diplomtico-militar, que desplegar su fuerza al exterior, y otra, la polica, que cumplir una funcin interna en tanto productora de vida y reguladora del orden. (Foucault, 2004, p. 218)

La tecnologa diplomtico-militar consolidara y fortalecera el equilibrio externo de los Estados, a travs de tres instrumentos que podramos asociar con la geopoltica: el primero es la paz universal como fin, que est en estrecha relacin con la guerra, lo que podra afirmarse de otra manera: el deber de hacer la guerra para mantener la paz, para mantener el equilibrio entre los Estados. El segundo instrumento es el diplomtico propiamente dicho, en el que las negociaciones constantes y la organizacin del sistema de informacin permitan conocer la situacin de las fuerzas de cada pas. Finalmente, el dispositivo militar, que profesionaliza la guerra y estructura el funcionamiento permanente de una institucin, asegurando una reserva de fuerzas en caso de conflicto blico, y generando un saber propio de funcionamiento. Esto rompe la vieja idea de rivalidad e introduce, durante los siglos XV y XVI, la idea de competencia en la que los Estados buscan fortalecerse a s mismos, a la vez que se calcula sobre riesgos e intereses de las posibles alianzas. La vieja idea de imperio se debilita, pues esta nueva razn poltica no busca el incremento de territorios, sino el aumento de la potencia de cada Estado. (Foucault, 2006) El otro gran conjunto de tcnicas polticas es la polica. En primer lugar, Foucault seala que en los siglos XV y XVI el trmino ya se usaba con mucha frecuencia, pero con tres sentidos distintos: uno, como una forma de comunidad, una asociacin regida por una autoridad pblica, dos, como el conjunto de actos que van a regir precisamente esas comunidades bajo la autoridad pblica y, finalmente, como el resultado positivo y valorado de un buen gobierno. Pero en el siglo XVII la palabra polica cobra otro sentido que es definido como el conjunto de medios a travs de los cuales se pueden incrementar las fuerzas 23

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del Estado, a la vez que se mantiene el buen orden de ste. Uno de los elementos fundamentales, sealados por Foucault, es que para la polica el hombre es aquel sujeto que tiene una actividad que debe caracterizarse por su perfeccin para permitir, en consecuencia, la perfeccin del Estado. Esto seala, de manera clara, que la polica vela por el hombre en tanto ste se relaciona con el Estado y le significa alguna utilidad: por eso debe estar atenta al nmero de hombres que lo habitan, a las necesidades que tengan para mantener su vida, al cuidado de esa vida, a las actividades que desarrollen, y a la circulacin de los productos derivados de esas actividades. Pero, quizs, uno de los objetivos ms interesantes que seala Foucault es el de regir todas las formas de coexistencia de los hombres entre s, lo que en trminos ms contemporneos sera la regulacin de la convivencia. En la literatura italiana y alemana de los siglos XVII y XVIII, analizada por nuestro autor, se evidencia que la polica interviene en cada uno de los espacios de la vida de la gente, y cumple una funcin moral que vigila la relacin del hombre con el Estado con miras a su efectiva integracin, por lo que tiene como misin hacer crecer de manera permanente la produccin de cualquier cosa nueva, consolidar la vida cvica y la potencia del Estado. La polica gobierna no por medio de la ley, sino interviniendo de manera especfica, permanente y positiva en la conducta de los individuos (2004, p. 224); as que su modalidad de intervencin no es por la va de la ley, sino por la va de los reglamentos; y su estrategia es necesariamente la biopoltica, pues debe garantizar que la gente viva, e incluso que haga ms que vivir en tanto sujeto activo y productivo lo que, en consecuencia, fortalecer al Estado. Foucault seala que, en el siglo XVII, la polica es la que hace posible la existencia de las ciudades y es una condicin para la constitucin de la urbanidad, as como un vnculo con las teoras y prcticas del gobierno que se apoyaron en el mercantilismo y en el saber de la estadstica, lo que permite afirmar que la vida entr a ser parte del mundo de la mercanca. El anlisis de Foucault muestra el lugar que ocup la economa poltica dentro del ejercicio del gobierno poltico. Se detiene en el siglo XVII para ubicar al Mercantilismo como la primera manifestacin de una Razn de Estado, esto es, como la emergencia de una primera racionalizacin del ejercicio del poder en tanto prctica de gobierno, prctica que luego ser redefinida por los Fisicratas en trminos del tratamiento que le darn al problema de la poblacin, asunto que establecer una brecha en el sistema de polica. De manera resumida, esa brecha estara representada por un desplazamiento de la ciudad al campo, esencialmente por el despliegue de una poltica agraria, as como de la circulacin del comercio hacia la produccin; de una reglamentacin de la autoridad policial hacia una regulacin en funcin del curso natural de las cosas, y de una idea de poblacin como bien a una idea de poblacin en su valor relativo. Y, finalmente, la instalacin del libre juego de la competencia. La aparicin del problema de la poblacin es, sin duda, el elemento clave en el anlisis de esta nueva economa de poder que Foucault (1999) denomina de ges24

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tin o de gobierno, y que aparece en el siglo XVIII, vinculado a la emergencia de esa nueva tecnologa de poder que es la biopoltica y a sus dispositivos de seguridad. La poblacin fue vista como base de riqueza del Estado por los mercantilistas que la miraban como un conjunto de individuos que deben ser reglamentados, mirada que a partir del siglo XVIII, genera un sentido diferente que la asume dentro del rgimen general de los seres vivos, es decir, como especie humana que debe ser regulada de otra manera. Por otro lado, la poblacin tambin ser un pblico, en tanto sujeto que tiene sus puntos de vista y formas de comportarse, esto es, como elemento susceptible de ser influenciado en su opinin. La poblacin aparece, como sujeto de necesidades y aspiraciones, pero tambin objeto en manos del gobierno, consciente frente al gobierno de lo que quiere, pero inconsciente tambin de lo que se le exige hacer (Foucault, 2006, p. 132). La economa del siglo XVIII produjo una nueva forma de gobierno, una nueva racionalidad poltica, diferente de la idea de un Estado de polica de los siglos XVI y XVII. Ya no existir una intervencin minuciosa del Estado a travs de la polica, sino que ste slo va a intervenir para regular el inters particular en beneficio del inters general; ahora se hace preciso manipular y no reglamentar, se trata no tanto de impedir las cosas como de procurar que ellas se den. Si en el siglo XVII fueron los polticos quienes definieron un nuevo arte de gobernar frente a la modalidad soberana, en el siglo XVIII fueron los economistas quienes reacomodaron el pensamiento de la Razn de Estado. En ese momento, el gobierno del Estado deviene un gobierno fundamentalmente econmico que est vinculado a la aparicin de nuevos objetos: uno, la sociedad civil como lmite al ejercicio del gobierno poltico, pues el Estado tiene a su cargo una sociedad, una sociedad civil, y debe garantizar su gestin. Mutacin fundamental, claro est, con respecto a una Razn de Estado, a una racionalidad de polica que slo tena que ver con un agrupamiento de sbditos. (2006, p. 401). Dos, la emergencia de un nuevo conocimiento cientfico, la economa poltica que, lejos de ser un clculo de fuerza de diplomacia, es un conocimiento de los procesos que vinculan las variaciones de riqueza y las variaciones de la poblacin en tres ejes: produccin, circulacin y consumo (p. 401). Retomar aqu la nocin de poder pastoral es importante, pues en el anlisis que hiciera Foucault muestra cmo, de alguna manera tras la Reforma, ste sufre una laicizacin que permite que, a partir del siglo XVIII, muchas de sus funciones se retomen en el ejercicio del gobierno que pretendi, tambin, hacerse cargo de las conductas de los hombres. Ese nuevo poder pastoral, a nuestro aparecer laicizado, dej de tener por cuestin el guiar a la gente para su salvacin en el ms all, para pasar a ser un asunto de asegurar su salvacin en este mundo. En cierto momento el poder fue ejercido por iniciativas privadas, sociedades de bienestar, benefactoras y filntropos, e inclusive por antiguas instituciones, como la familia y la medicina, o relativamente nuevas como la escuela, que fueron movilizadas para llevar adelante funciones pastorales. Finalmente, la multiplicacin de los objetivos y agentes del poder pastoral focalizaba el desarrollo del conoci25

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miento humano alrededor de dos roles: uno, globalizante y concerniente a la poblacin esto es, la biopoltica, con sus dispositivos de seguridad, otro, analtico, concerniente al individuo esto es, la anatomopoltica con sus mecanismos disciplinarios8. Esta es la historia del gobierno poltico que analiz Foucault, y en la que se muestra el nacimiento de un arte de gobernar y de tcnicas de poder que van de un rgimen soberano a un rgimen de gobierno, en el que la poblacin aparece como problema poltico, biolgico y econmico, para lo cual se hace necesario articular mecanismos disciplinarios que operen en el cuerpo individual con dispositivos de regulacin que acten en el cuerpo colectivo. De igual manera, establece una relacin de estos dispositivos de seguridad con los postulados del liberalismo9, lo que se explica a partir de la crisis de los saberes sobre la Razn de Estado y la emergencia de una nueva racionalidad: dejar que la gente haga y las cosas pasen, que la realidad se desarrolle y marche. As, se plantea la progresiva emergencia del problema de la libertad, que se asume como correlato de la introduccin de los dispositivos de seguridad, haciendo de ella misma, la libertad, una tecnologa de poder. La laicizacin del pastorado y la organizacin de los dos grandes conjuntos de tecnologas descritas aqu las disciplinarias y las biopolticas haran parte de un proceso de gubernamentalizacin de las sociedades modernas que se expres, segn Foucault (2006), como una nueva forma de gubernamentalidad. Este trmino es usado por el filsofo para denominar tres cosas, que podemos considerar como inscritas en tres perspectivas:

8. Es interesante sealar la diferenciacin que hace Caruso (2005), de estos dos tipos de tecnologas durante el siglo XVIII con la entrada del capitalismo industrial, teniendo presente que las tecnologas pastorales de gobierno ya haban mutado en algunos de sus elementos las disciplinarias y que se articularon a los mecanismos de seguridad: a) La biopoltica, a diferencia de las disciplinas se desenvuelve no desde los cuerpos particulares sino en un campo de accin llamada sociedad de masas. b) El objeto de su intervencin ser el cuerpo los individuos y los procesos vitales de la poblacin. c) Su localizacin en el mundo social: la biopoltica es casi siempre una intervencin de tipo estatal, mientras que las disciplinas son prcticas institucionales. d) Las disciplinas funcionan en la formacin del sujeto de manera inductiva: se puede apreciar que el paso de las personas a travs de diversas instituciones disciplinarias producir un efecto acumulativo de ordenamiento del sujeto. La biopoltica, por su parte, es un asunto estatal y su lgica de funcionamiento es ms bien de tipo deductivo, ya que sus instrumentos clsicos, como las tasas de natalidad y de mortalidad, y las condiciones de salud tanto como la situacin de aprovisionamiento necesitaban de un saber totalizante que superaba con creces la dimensin individual institucional que, por lo tanto, slo poda ser recolectado y sistematizado por los aparatos estatales en expansin. e) La cronologa de su aparicin en escena social: Foucault fech la aparicin de la biopoltica de manera contradictoria, primero a mediados del siglo XVIII, luego a comienzos del siglo XIX. La aparicin de la biopoltica, a comienzos del siglo XIX, parece haber interrumpido el predominio de las disciplinas frente a las tcnicas del gobierno. 9. A este tema dedicar el curso de 1978-1979, Nacimiento de la biopoltica. Ver: Foucault (2007, p. 1567 y 360).

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1) Una perspectiva terica: El conjunto de instituciones, procedimientos, anlisis y reflexiones, clculos y tcticas que han permitido ejercer esta forma especfica y muy compleja de poder que tiene por blanco la poblacin, por forma principal de saber la economa poltica, y por instrumentos tcnicos esenciales, los dispositivos de seguridad. (p. 136) 2) Una perspectiva poltica: La tendencia de que Occidente no ha dejado de conducirse, desde hace mucho tiempo, hacia la preeminencia de este tipo de poder que se puede llamar gobierno sobre todos los otros: soberana, disciplina, etc., y que ha implicado, por una parte, el desarrollo de toda una serie de aparatos especficos de gobierno y, por otra, el desarrollo de todo un conjunto de saberes. (p. 136) 3) Una perspectiva histrica: El proceso, o mejor, el resultado del proceso a travs del cual el Estado de justicia del Medioevo, convertido en Estado administrativo en los siglos XV y XVI, se encuentra poco a poco gubernamentalizado10. (p.136) En este momento queda claro que la nocin de gubernamentalidad le permiti a Foucault incluir la cuestin del Estado en sus anlisis, pero entendido ste no como una esencialidad o abstraccin, sino como un espacio ms de gobierno. Es a partir de 1979 que esta nocin sufrir, en los anlisis de Foucault, una nueva transformacin, cuando enuncia que gubernamentalidad es la manera como se conduce la conducta de los hombres y que es ella la que define el campo estratgico de las relaciones de poder en lo que tienen de mviles, transformables, y reversibles y es un acontecimiento en la medida que toda relacin de poder supone un anlisis estratgico en el que no puede dejarse de lado el anlisis de las contraconductas o las resistencias (2008a, p. 247). En sus estudios de los ltimos aos, no slo contempl la accin que se ejerce sobre la accin de los otros, sino que pens que tambin habra lugar para las acciones que se ejercen sobre uno mismo. la nocin de gubernamentalidad permite, creo, hacer valer la libertad del sujeto y la relacin con los otros, es decir, lo que constituye la materia misma de la tica (Foucault, 1999, p. 414). Una tica que, en lo fundamental, hace referencia a la relacin consigo mismo y con la verdad en el ejercicio de la libertad, lo cual, al cruzarse con la nocin de gobierno de los otros, proporciona el marco analtico de las prcticas de subjetivacin.

10. Foucault (2006) diferencia tres formas de economa del poder de Occidente: el Estado de justicia de tipo feudal fundado en la ley, el Estado administrativo de los siglos XV-XVI que corresponde a una sociedad de reglamentos y disciplina, y un Estado de gobierno que se refuerza en la idea de poblacin, en la instrumentalizacin del saber econmico, y en el despliegue de dispositivos de seguridad.

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En suma, lo que Foucault saca a la luz, es que las prcticas de gobierno han constituido la subjetividad en Occidente moderno, estudiando inicialmente las tecnologas de poder y de discurso y, en su ltima etapa, las tecnologas de s11. Este movimiento puede verse como un desplazamiento del autor, del campo de lo poltico al campo de lo tico; sin embargo, l mismo sealara que no hay tal distancia al afirmar que su inters fue historiar los modos o prcticas de subjetivacin desde tres mbitos: el sujeto como objeto de saber, el sujeto como objeto de relaciones de diferenciacin (poder), y el sujeto objetivado como sujeto de s mismo. En el tema del gobierno result fundamental hacer alusin a las tecnologas de s, pues el sujeto, desde la mirada de Foucault, no es asumido como una esencia, sino como efecto de gobierno que se constituye, bien sea a travs de instancias de poder, como sujeto poltico; de objetivacin de un saber, como sujeto de conocimiento; o a travs de un trabajo tico, como sujeto moral.Mientras que la teora del poder poltico como institucin se refiere por lo comn a una concepcin jurdica del sujeto de derecho, me parece que el anlisis de la gubernamentalidad es decir: el anlisis del poder como conjunto de relaciones reversibles debe referirse a una tica del sujeto definido por la relacin de s consigo. Lo cual quiere decir, simplemente, que, en el tipo de anlisis que trato de proponerles desde hace cierto tiempo, podrn ver que: relaciones de poder-gubernamentalidad-gobierno de s y de los otros-relacin de s consigo, constituyen una cadena, una trama, y que es ah, en torno de estas nociones, que debemos poder articular, creo, la cuestin de la poltica y la cuestin de la tica. (2008, p. 247)

Segn este planteamiento, no slo estara entonces el problema de cmo los sujetos se vuelven gobernables, esto es, que no es suficiente con ver la relacin de eficacia entre quien gobierna y quin es gobernado, relacin clsica que implicara el reconocimiento de la autoridad ejercida por el gobernante por parte de quienes son gobernados, desde una aceptacin voluntaria de su sometimiento. Si la tica tiene que ver con la constitucin del s mismo como sujeto moral, en ese sentido supone un intento de hacerse a uno mismo responsable por las propias acciones, o como una prctica a travs de la cual los seres humanos toman su propia conducta como objeto. Referirse al gobierno, a la regulacin de la conducta, involucra remitir a una prctica que supone no slo la experiencia en el gobierno poltico, sino de otras experiencias que vinculan el sujeto a mltiples formas de ser gobernado. En otras palabras, el gobierno implica saber no slo

11. En esta perspectiva pens sus trabajos sobre el sujeto, abordados en sus libros Historia de la sexualidad II e Historia de la sexualidad, III. En sus cursos, La hermenutica del sujeto, El gobierno de s y de los otros, y el Coraje de la verdad: el gobierno de s y de los otros II . Ver, respectivamente, Foucault (1984, 1987, 1990, y 2008, 2009, 2010).

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cmo se ejerce la autoridad sobre los otros o cmo gobernamos el Estado o las poblaciones, sino cmo nos gobernamos a nosotros mismos.

La dimensin metodolgica de la nocin de gubernamentalidadSi bien la nocin de Gubernamentalidad fue elaborada por Foucault en talleres histricos, como seala Senellart, sta fue adquiriendo una significacin general y abstracta. As, la nocin, puede ser entendida a la vez como instrumento de anlisis y como un objeto de investigacin. Como objeto de investigacin, es el resultado de la descripcin del investigador que ha hecho un recorte en el dominio del anlisis, lo que le permiti analizar el problema del Estado Moderno, no como institucin sino como espacio de prcticas de gobierno poltico en donde se incorporan unas tecnologas procedentes de racionalidades polticas diferentes e incluso contradictorias entre s (el Pastorado, la Razn de Estado, el Liberalismo y el Neoliberalismo). Racionalidades y tecnologas que, aunque parecieran sucederse en el movimiento histrico, Foucault las vea reacomodndose permanentemente, operando y articulndose unas con otras, desde el siglo XIII y an hasta el XX. Ahora bien, como instrumento de anlisis, la nocin permite al investigador operar de tal manera que puede distinguir los niveles de anlisis, los mtodos que corresponden a cada uno, y la periodizacin correspondiente. Es un concepto que se utiliza, no para desentraar la limitacin de una forma de gobierno ni su fracaso, sino para modular la validez de su anlisis apoyado en dos dimensiones: una, las racionalidades polticas, esto es, las modalidades o formas polticas que usa el gobierno; y dos, las tecnologas de poder que se articulan unas con otras y que operan de diversa manera, en diferentes momentos histricos. Por ello, Foucault (2006, 1988, 1999 y 2004) sealara una serie de precauciones metodolgicas para un anlisis histrico de la gubernamentalidad, esto es, de la relacin racionalidad-poder: 1) Comprender que una racionalidad poltica es el modo de definir las relaciones entre el Estado y los hombres, en particular de diferentes procesos econmicos, sociales, culturales y tcnicos, que se encarnan en instituciones y estrategias, y que tienen su propia especificidad poltica. 2) Al desinstitucionalizar las relaciones de poder, esto es, al pasar al exterior de la institucin desde una perspectiva genealgica, es posible identificar redes de alianzas, comunicaciones, puntos de apoyo, para ver cmo se forman, se conectan, se multiplican y transforman, descubriendo en qu y por qu son inestables. 3) Al desfuncionalizar las relaciones de poder, se sustituye la investigacin sobre la efectividad de la institucin en el cumplimiento de sus funciones, por la investigacin sobre las tcticas y estrategias que le dan legitimidad por fuera de ella misma. 29

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4) Al captar la constitucin de regmenes de verdad que constituyen un dominio, se permite analizar la racionalidad, no como un todo, sino como un proceso que se da en diferentes campos, articulado cada uno de ellos en una experiencia fundamental. 5) Tomar como punto de partida las formas de resistencia contra las diferentes formas de poder. A partir de esta mirada que, sin duda, muestra la riqueza de la nocin de gubernamentalidad como nocin metodolgica, sera necesario incorporar, al anlisis de las racionalidades y las tecnologas, un tercer elemento para pensar las formas de gobierno: los procesos de subjetivacin. Esto es, los procesos que determinan lo que debe ser el sujeto, cules deben ser sus condiciones, qu estatus debe tener, qu posicin debe ocupar en lo real o en lo imaginario para llegar a convertirse en un sujeto legtimo de tal o cual tipo de conocimiento cualquier entendimiento dado (Foucault, 1999, p. 364). El concepto de gubernamentalidad, entonces, nos permite no slo estudiar una racionalidad poltica particular y su relacin con el funcionamiento de ciertas tecnologas de gobierno para acceder a formas de gestin de la vida de los individuos, sino que tambin permite identificar los juegos estratgicos que generan contraconductas, pues como afirmara el mismo Foucault (1988, 1991), donde hay poder hay resistencia, concepto ste que comienza a aparecer con contundencia en las reflexiones del pensador, a partir de 197812. Si bien la gubernamentalidad le sirvi a Foucault para incluir el problema del Estado Moderno y recortar un dominio especfico de relaciones de poder, debe aclararse que la nocin se ampla a otras relaciones de poder, justamente por la adopcin del concepto de gobierno definido como la conduccin de la conducta, lo que permite que sea usada para pensar las distintas formas de gobierno: la de los nios, la de las almas, la del propio Estado, etc., pues la gubernamentalidad lo que define es el campo estratgico13 de las prcticas de gobierno.

12. En la clase del 1 de Marzo de 1978, en su curso Seguridad, territorio, poblacin, Foucault desarrolla la nocin de conducta y de contraconducta, y el editor seala que en ese ao la nocin de resistencia est en el centro de la concepcin foucaultiana de poltica. "La poltica no es nada ms ni nada menos que lo que nace con la resistencia a la gubernamentalidad, el primer levantamiento, el primer enfrentamiento" (Foucault, 2006, p. 225). 13. Lo estratgico tiene para Foucault, en primer lugar, un sentido especfico: los medios empleados en la consecucin de un cierto fin, son una cuestin de racionalidad orientada a un objetivo. En segundo lugar se emplea, para designar la manera en la cual una persona acta en un cierto juego de acuerdo a lo que ella piensa que gua la accin de los dems y lo que considera que los dems piensan que sera su accin, y sta es la forma en que uno busca tener ventajas sobre los otros; y una tercera acepcin es la que refiere a aquellos procedimientos usados en una contienda para privar al contrincante de sus medios de defensa y as obligarle a retirarse (Foucault, 1988).

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A modo de cierre: Anotaciones metodolgicas de la nocin de gubernamentalidad para la investigacin educativaMirar desde la perspectiva de la gubernamentalidad una prctica14 educativa implica, que nos situemos metodolgicamente en una matriz que nos ayuda a ver cmo se configura y cmo opera el campo estratgico de gobierno, procurando el cruce de las racionalidades polticas, los fines ticos, y las formas de subjetivacin producidas con las prcticas educativas, toda vez que estas ltimas son y estn atravesadas por una serie de tcnicas de gobierno que operan en tres instancias: instituciones, saberes y sujetos15. (Ver figura 1) El anlisis de una racionalidad poltica, es decir, de aquella forma estratgica de ejercer el gobierno, mostrar los clculos efectuados para gobernar la educacin, la escuela, el maestro y el estudiante, quines les gobiernan, qu les gobiernan y de qu maneras, pero tambin hablar de los gobernados. En este sentido, De Marinis (1999), siguiendo a los anglofocaultianos Nicolas Rose y Peter Miller, propone que Un anlisis de las racionalidades polticas podr incluir varios aspectos: las diversas justificaciones morales de los modos particulares de ejercer el poder por parte de los diferentes tipos de autoridades; las nociones sobre las formas apropiadas, los objetos y lmites de la poltica, y las concepciones sobre la correcta distribucin de estas tareas entre las diferentes autoridades, ya sean seculares, espirituales, militares, familiares, pedaggicas, etc. (p. 87)

Figura 1. Enfoque metodolgico de la nocin de gubernamentalidad para la investigacin educativa

14. El concepto de prctica discursiva designa "un conjunto de reglas histricas, siempre determinadas en el tiempo y el espacio que han definido en una poca dada, y para un rea social econmica, geogrfica o lingstica dada, las condiciones de ejercicio de la funcin enunciativa" (Foucault, 1991, p. 198). Las prcticas discursivas poseen una realidad efectiva, se refieren a un hacer, se definen por el saber que forman, y son susceptibles de ser historiadas. 15. El Grupo de investigacin Historia de la Prctica Pedaggica en Colombia, en especial, Olga Luca Zuluaga (1990), identific al sujeto y las instituciones como instancias delimitadoras del saber pedaggico y de su prctica.

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En el polo de las racionalidades polticas estn los fines que orientan la accin de gobierno, para lo cual se proponen las preguntas sobre para qu y por qu se gobierna, no slo el gobierno ejercido sobre los otros, sino el desplegado sobre s mismos. Es en este sentido que el anlisis no privilegiara una idea de poder dominante, sino que, justamente, mostrara cmo se configuran unas relaciones de poder estratgicas mviles y transformables, que dan lugar al ejercicio de la libertad por tanto, a unos fines ticos. Por su parte las tecnologas de gobierno, contemplaran dos tipos:Unas tecnologas de dominio, que determinan la conducta de los individuos, lo someten a cierto tipo de fines o dominacin, y consisten en una objetivacin del sujeto. Unas tecnologas del yo, que permiten a los individuos efectuar, por cuenta propia o con ayuda de otros, cierto nmero de operaciones sobre su cuerpo y su alma, pensamientos, conducta, o cualquier forma de ser, obteniendo as una transformacin de s mismos con el fin de alcanzar cierto estado de felicidad, pureza, sabidura o inmortalidad (Foucault 1990, p. 48).

Las tecnologas de dominacin se corresponden a mecanismos prcticos a travs de los cuales las autoridades pretenden normalizar, guiar, instrumentalizar las aspiraciones, ambiciones, pensamientos y acciones de los otros, a efectos de lograr los fines que ellas consideran deseables. Mecanismos que resultan ser naturalizados y que derivan en la incorporacin de hbitos, rutinas, convicciones que buscan, desde el clculo, orientar y producir unos efectos determinados en la conducta de otros; pero, en todo caso, estn sometidas a las resistencias de esos otros. Dean, resume el concepto de tecnologa de gobierno, en este sentido, como la relacin entre formas de saber y ciertas actividades prcticas y tcnicas (por ejemplo, aquellas involucradas en la direccin de la conducta humana, la formacin de capacidades y el modelado de personas, ciudadanos y entidades colectivas) (De Marinis, 1999, p. 90). Las tecnologas discursivas o de sistemas de signos, como las denomin Foucault en su seminario Tecnologas del yo, son aquellas que se orientaran a la produccin de verdad. La subjetividad es un efecto de ese conjunto de juegos y procedimientos, en esa relacin de fuerzas de poder que, como seala Grinberg (2008), supone identificar los modos en que los seres humanos somos individualizados (p. 91), constituidos como sujetos de relaciones en las cuales nos hallamos direccionados por medio de diversas prcticas de gobierno y autogobierno. ste involucra directamente la educacin, si por ella entendemos las prcticas implicadas en la produccin de subjetividades, y a la pedagoga como uno de esos espacios de saber en el que se configura ese campo de relacin de fuerzas, de encuentro, de voluntades, de distribucin y produccin de determinados tipos de discurso que prefiguran unos tipos de subjetividad. As, el sujeto est en una relacin de sujecin cuando es gobernado a travs de tecnologas de dominacin, de significacin (de poder-saber), y de subjetivacin, cuando logra dirigir su propia conducta. 32

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Al decir del Foucault, un mtodo debe estar hecho para deshacerse de l, pero ms que un mtodo, lo que vemos aparecer con la nocin de gubernamentalidad, es una perspectiva metodolgica, un ajuste de la mirada, que nos permite percibir de otra forma el campo de la educacin. Podemos asumir que la educacin y la pedagoga hacen parte de ese campo estratgico de gobierno organizado en la modernidad, que se ocup de la tarea de trasmitir la cultura; de garantizar la produccin de sujetos gobernables, de ciudadanos para los nacientes Estados. Quiz, usando esta nocin de Gubernamentalidad en la investigacin educativa, podamos percibir que es menos importante saber si la Educacin Moderna en sus fines ltimos ha fracasado o est en crisis, que entender por qu pensamos hoy de esa forma, cmo hemos sido educados, cul es la articulacin que hay entre las prcticas educativas y pedaggicas con la razn gubernamental contempornea esa que Foucault (2007) denomin neoliberal, qu prcticas y formas constituyen nuestros procesos de subjetivacin, cules son, a la vez, las fisuras y los peligros de esas formas y de otras que construimos permanentemente en la cotidianidad.

BibliografaBUTLER, Judith, Qu es la crtica. Un ensayo sobre la virtud de Foucault. 2000, En: http://www.brumaria.net/textos/Brumaria7/01judithbutler.htm Acceso en: 30 de jul. de 2009. CARUSO, Marcelo. La biopoltica en las aulas. Buenos Aires: Prometeo, 2005. DE MARINIS, Pablo. Gobierno, gubernamentalidad, Foucault y los anglofoucaultianos (o un ensayo sobre la racionalidad poltica del neoliberalismo) En: RAMOS, Ramn; GARCA Fernando (Ed.), Globalizacin, riesgo y reflexividad. Tres temas de la teora social contempornea. Madrid: Centro de Investigaciones Sociolgicas, 1999. DREYFUS, Hubert; RABINOW, Paul. Michel Foucault, ms all del estructuralismo y la hermenutica. Mxico: Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1988. DUSSEL, Ins y CARUSO, Marcelo. La invencin del aula, una genealoga de la forma de ensear. 2 reimp. Buenos Aires: Santillana, 2006. ERIBON, Didier. El arte de la insumisin. En: El Infrecuentable Michel Foucault. Buenos Aires: Letra Viva, 2004. FOUCAULT, Michel. La Gubernamentalidad. En: VARELA, Julia; ALVAREZURIA, Fernando (Eds.) Espacios de poder. Madrid: La Piqueta, 1981, p. 926. FOUCAULT, Michel. Tecnologa poltica de los individuos. En: Revista Veredas. Mxico, No. 9, Ao 2004: Universidad Autnoma Metropolitana de Mxico. 33

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Sobre Carl Schmitt: Cuestiones biopolticas para la democracia y para la educacinSylvio Gadelha1Todas las polticas son determinadas por la excepcionalidad, con el perdn de la utilizacin de un concepto plasmado por Schmitt. La Bolsa-Familia es la excepcin del salario, insuficiente, que no puede ser mejorado por el monitoreamiento de las instituciones de la polica mundial; la minga es la excepcin de la vivienda, que no puede ser mercanca vendida porque el salario es insuficiente; el Prouni es la excepcin de la universidad pblica, substituida por un simulacro de universidad privada para los pobres; el PCC en So Paulo y el TCC en Rio son las excepciones, gnsteres [] de la seguridad pblica y del desmantelamiento del poder represivo del Estado brasileiro. La lista sera larga. Se trata de un Estado de Excepcin. Y quin es el soberano que decide el Estado de Excepcin? El mercado.

Francisco de Oliveira (2007)1. Magister en Sociologia (UFC), Doctor en Educacin (UFC), Post Doctor en Educacin (Proped-UERJ), Profesor del Departamento de Fundamentos da Educao da Faculdade de Educao (FACED - UFC), Profesor del Programa de Ps-Graduao em Educao Brasileira de la Universidade Federal do Cear (UFC), Coordinador del Eje de Investigacin Filosofias da Diferena, Antropologia e Educao en el mismo Programa, Coordinador del Grupo de Investigacin Educao e Polticas de Subjetivao nas Sociedades Contemporneas (Registrado en el Diretrio de Pesquisas do CNPq), y Coordinador especfico del Proyecto Biopoltica, Escola e Resistncia: infncias para a formao de professores (PROCAD-CAPES, No. 137/2007). [email protected]

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IntroduccinEl presente artculo explora algunas caras del pensamiento de Carl Schmitt con la intencin de levantar, al final, algunas cuestiones que resuenan entre biopoltica y educacin en nuestro tiempo. Constituye, en esencia, una aproximacin libre y sumaria al tema, no como resultado de una investigacin ya finalizada, pero s con productos y discusiones construidas entre lo fundamentado y lo definitivo. En este sentido, se propone como un texto para presentar y comentar algunas formulaciones de Schmitt sobre el liberalismo, la democracia y el estado de excepcin, apoyado en estudios de autores como Giorgio Agamben, Bernardo Ferreira, Michel Foucault, Chantal Mouffe, Laymert Garcia dos Santos y Gilberto Bercovici. Adems, tiene como horizonte pensar las condiciones de posibilidad de la educacin en la contemporaneidad, o sea, en un momento histrico en que autoritarismos de toda suerte, medidas y estados de excepcin, amenazan cada vez ms la constitucin de democracias pluralistas y son pretexto para procesos de exclusin. Cul es entonces el motivo para ocuparnos del pensamiento jurdico-poltico y/ o jurdico-filosfico de Carl Schmitt, de ocuparnos del pensador que ya fue una vez llamado el jurista de Hitler? Qu relacin guarda Schmitt con nuestro presente? Qu tiene que decirnos sobre los problemas que envuelven la construccin de democracias pluralistas, sobre las cuestiones biopolticas que enfrentamos en nuestra contemporaneidad? Y, en ltimas, En qu sentido todo eso dice algo sobre la educacin? Considerando el pensamiento poltico del filsofo italiano Giorgio Agamben, algunas formulaciones de Michel Foucault y de Chantal Mouffe, entre otros, y a pesar de las diferencias que sus perspectivas guardan entre s, Cmo servirnos de Carl Schmitt para pensar relaciones virtuales entre biopoltica y educacin en la actualidad? Sin la pretensin de responder todas estas cuestiones, lo que me propongo aqu es, tan slo, una rpida aproximacin a ellas y, tal vez, abrir la posibilidad de que sean retomadas y mejor desarrolladas, en otra oportunidad. Giorgio Agamben, en un fragmento de su libro Estado de Excepcin (2004), nos seala, indirectamente, algunos elementos sobre la importancia del pensamiento de Schmitt para tratar asuntos biopolticos que hoy nos cercan y nos inquietan. Dice l:El totalitarismo moderno puede ser definido [...] como la instauracin, por medio del estado de excepcin, de una guerra civil legal que permite la eliminacin fsica no slo de los adversarios polticos, sino tambin de categoras enteras de ciudadanos que, por cualquier razn, no parezcan integrables al sistema poltico. Desde entonces, la creacin voluntaria de un estado de emergencia permanente (aunque, eventualmente, no declarado en el sentido tcnico) se constituy en una de las prcticas esenciales de los Estados contemporneos, inclusive de los denominados democrticos. (p. 13)

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Si estamos de acuerdo con esa tesis, segn Agamben, tendremos que considerar seriamente una de sus consecuencias ms perturbadoras, el hecho de que el estado de excepcin, hoy se presenta como un nivel de indeterminacin entre la democracia y el absolutismo. Esto significa que los lmites entre la poltica y el derecho, o, si se prefiere, entre el hecho poltico y el derecho pblico, o mejor an, entre el orden jurdico y la vida, pierden su definicin, se vuelven inefables, y es justamente por cuenta de esa indiscernibilidad que la idea de democracia, de una sociedad democrtica como si no fueran suficientes los problemas que ya le conciernen y que tercamente persisten, se ve profundamente perturbada2. Lo que est en juego, pues, segn Ferreira (2004), es todo aquello queactualmente parece hacer parte del patrimonio poltico de nuestra civilizacin; la democracia representativa, el pluralismo, el Estado de derecho, el pacifismo humanista, la defensa de las libertades individuales, la autonoma de la sociedad civil en relacin al Estado, los partidos polticos, el voto individual universal, la creencia en la posibilidad de algn tipo de regulacin racional de la vida poltica. (p.31)

Podemos, ciertamente, mostrar reservas frente a algunas de esas causas y/o valores comnmente asociados a la democracia; podemos ver algunos de ellos con cierto escepticismo, indagando, por ejemplo, si, de hecho, las democracias representativas occidentales acogen el pluralismo y propician la autonoma; podemos, adems, indagar sobre hasta qu punto y en qu trminos es posible esta regulacin racional de la vida poltica; es ms, podemos cuestionar las guerras emprendidas en nombre de la paz, as como preguntar sobre los compromisos del humanismo con las tecnologas de regulacin, control y gobierno de los individuos y de las colectividades. Efectivamente, frente a la problmica idea de democracia, Gilles Deleuze y Flix Guattari (1977) prefieren pensar en trminos de devenires minoritarios; frente a las ilusiones de los esencialismos, de los comunitarismos, del consenso y de la unanimidad, de la defensa de una idea substantiva de bien comn y de una concepcin neutra de ciudadana aplicable a todos los miembros de la comunidad poltica, Chantal Mouffe (1996, p. 16-18), por su parte, prefiere rescatar y reinvertir en aquello que, para ella, dara especificidad a lo poltico y le sera constitutivo, a saber, el antagonismo en tanto que implica conflicto y decisin; finalmente, frente a la supuesta autonoma de los

2. En la introduccin de un libro consagrado a repensar la democracia, llegado el final del ltimo milenio, Robert Darnton y Olivier Duhamel (2001, p. 11) nos recuerdan que: "slo conocemos la democracia en el Occidente moderno hace dos siglos. La democracia ateniense duro ms o menos el mismo tiempo entre los antiguos. Dos veces dos siglos durante 2.600 aos de historia -la perspectiva es asombrosa. Del punto de vista geogrfico, la democracia tambin elige proporciones modesta. De los 191 Estados existentes hoy en el planeta, no llegan a ochenta los que disfrutan de elecciones libres y respetan un mnimo de derechos cvicos. El alcance del mal vara de acuerdo con los criterios adoptados, naturalmente. Ciertos politlogos afirman con humor negro: el criterio de un Estado democrtico es sencillo: dos elecciones seguidas sin fraude."

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Estados-nacin, Antonio Negri y Michael Hardt (2001, 2005) enfatizan en la cuestin del poder constituyente de la multitud, transversal, inconmensurable, en la nueva geopoltica del Imperio. De cualquier forma, y considerando que buena parte de las democracias representativas occidentales hoy hace uso del expediente de la excepcin (aunque, eventualmente, no declarado en el sentido tcnico, como dice Agamben), no podemos, pura y simplemente, negar lo que esas cuestiones nos dicen con respecto a la educacin. As, ya podemos entrever la importancia de las formulaciones de Carl Schmitt para todos nosotros3. El caso es que, conforme seala Agamben (2004), fue Schmitt quien estableci una especie de contigidad especial entre estado de excepcin y soberana recordando que, para Schmitt (2006, p. 7), el poder soberano se define como aquel que decide sobre el estado de excepcin. Esa contigidad entre estado de excepcin y soberana, una contigidad cuyos lmites padecen cada vez ms de una clara determinacin, sera justamente lo que pondra en riesgo lo poltico, la vida, y las tan propagadas virtudes atribuidas a los regmenes, tan subjetivados como democrticos. No es sin razn que sta es una de las cuestiones ms cardinales y urgentes de los propios anlisis biopolticos emprendidos por Giorgio Agamben. Dice l (2004, p.11-12):La cuestin de los lmites se hace an ms urgente: si son fruto de los perodos de crisis poltica y, como tales, deben ser comprendidas en el terreno poltico y no en el jurdico-constitucional [...], las medidas excepcionales se encuentran en la situacin paradjica de medidas jurdicas que no pueden ser comprendidas en el plano del derecho, y el estado de excepcin se presenta como la forma legal de aquello que no puede tener forma legal. Por otro lado, si la excepcin es el dispositivo original gracias al cual el derecho se refiere a la vida y la incluye en s por medio de su propia suspensin, una teora del estado de excepcin es, entonces, condicin preliminar para definir la relacin que liga y, al mismo tiempo abandona el viviente al derecho.

Por otro lado, si Agamben y Ferreira muestran la actualidad del pensamiento de Schmitt, reportndose ambos a la cuestin de los limites, o mejor, a esa zona de indiscernibilidad entre soberana y estado de excepcin, Chantal Mouffe (1996) pone a prueba la actualidad de Schmitt (pensando con l, contra l), tematizando tambin el desmoronamiento de lmites pero, en este caso, entre lo que sera (o

3. Gilberto Bercovici, apoyndose en Yvez Charles Zarka, dice que en la actualidad existiran schmittianos tanto de izquierda como de derecha, y que eso se debera "a la crisis de confianza en las democracias contemporneas, aliada al hecho del casi desaparecimiento de cualquier alternativa coherente al liberalismo con la cada del socialismo real. En un contexto de dificultades de las democracias en asumir y representar de forma convincente la voluntad popular y de sentimiento de impotencia poltica de los Estados, Zarka ve como se buscan argumentos contra el liberalismo en Schmitt por parte de aquellos que antes lo procuraban en Marx." (Bercovici, 2004, p. 171, nota de pie de pgina).

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debera ser), un pensamiento de izquierda y un pensamiento de derecha; desmoronamiento ste cuyo principal riesgo sera, justamente, el de perder de vista lo poltico, concebido como una dimensin que envuelve, necesariamente, el par conflicto/decisin como una dimensin inherente a todas las sociedades humanas y que determina nuestra propia condicin ontolgica (p. 13). Mouffe aborda el riesgo de esa eliminacin de lo poltico en los siguientes trminos:La actual indistincin de fronteras polticas entre la izquierda y la derecha puede ser perjudicial para la poltica democrtica, una vez que impide la constitucin de identidades polticas distintas. De ah la formacin de otras identidades colectivas alrededor de formas de identificacin religiosas, tnicas o nacionalistas. Este hecho viene a confirmar que, tal como Schmitt seal, los antagonismos pueden asumir muchas formas y es ilusorio pensar que alguna vez podran ser eliminados. En estas circunstancias, es preferible ofrecerles una salida poltica dentro de un sistema democrtico pluralista. La gran fuerza de la democracia liberal, segn Schmitt, reside precisamente en el hecho de facultar a las instituciones que, cuando debidamente entendidas, pueden moldear el elemento de hostilidad de forma a diluir su potencial. (p. 15-16)

As, todas las cuestiones evocadas anteriormente, sobre todo la necesidad de proceder a una teorizacin crtico-filosfica del estado de excepcin, son cuestiones que remiten a la obra de Carl Schmitt, cuestiones que atraviesan nuestra contemporaneidad y que podemos designar como de naturaleza biopoltica. Es en ese sentido que debemos acoger las siguientes palabras de Ferreira (2004, p. 31-32):Carl Schmitt es nuestro contemporneo, y no solo porque el pasado del que l hace parte an est al alcance de nuestra mano, sino porque su pensamiento nos interpela y exige que pensemos sus problemas: Cmo pensar el orden poltico en una situacin en que sus fundamentos no estn previamente dados? Cmo asegurar la convivencia social regulada en condiciones en que no hay acuerdo acerca de principios comunes? Cmo preservar la autonoma de la poltica como esfera de determinacin de las bases de la existencia colectiva frente a la creciente regulacin tcnica y econmica de la vida social? Cmo concebir el problema de la identidad social en un cuadro de crisis de la identidad estatal? Cmo salvaguardar alguna idea de bien comn y la propia legitimidad del orden pblico frente a la permanente colonizacin de la esfera estatal por los intereses privados? Es difcil sustentar las respuestas de Schmitt; aunque sus provocaciones no permiten que nos acomodemos sin mayores interrogaciones a la facilidad de nuestras propias respuestas.

Nuestro desafo, frente a esas indagaciones, es de doble carcter: en primer lugar, se trata de familiarizarnos con algunas de las principales nociones y problemas levantados por el pensamiento jurdico-filosfico de Schmitt; en segundo 39

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lugar, de evaluar si podemos establecer conexiones significativas entre los mismos y las polticas, los discursos y las prcticas educativas contemporneas.

Breve nota biogrfica sobre Carl SchmittCarl Schmitt, as como Heidegger, es signo de controversia, y eso se debe, en ltima instancia, a sus nexos oportunistas con el rgimen nacional-socialista, nunca asumidos por l debida y dignamente, segn sus crticos. En ese sentido, su obra carga hasta hoy el estigma de esa vinculacin. Por otro lado, ni un Jacob Taubes, judo-alemn e historiador de la religin, que no esconda su horror frente al nefasto flirteo de Schmitt con el nazismo, fue capaz de negar su admiracin intelectual por ese especialista en derecho pblico, constitucional e internacional. El hecho es que Schmitt se torn en un clsico de la filosofa jurdico-poltica contempornea, y, a pesar de las controversias que cercan su pensamiento, su obra viene siendo cada vez ms estudiada en todo el mundo, por la singular manera como posiciona y desarrolla algunos problemas que an son los nuestros. Schmitt naci en Plettemberg, Alemania, en 1888, hijo de una familia con pocos recursos econmicos. Estudi Ciencia Poltica y Derecho en Berln, Mnich y Estrasburgo; despus ejerci los oficios de jurista, filsofo-poltico y profesor en varias universidades alemanas (Estrasburgo, Greifswald y Bonn). En el ao de 1910 se gradu en Derecho en la Universidad de Estrasburgo, interesndose inicialmente por el Derecho Penal. En su juventud, an en el perodo inicial de su formacin, en el tie