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Ansiedad generalizada Fecha de la última revisión: 05/04/2010 Índice de contenidos ¿De qué hablamos? 1. Problemas orgánicos que pueden agravar o presentar síntomas de ansiedad 2. Algoritmo diagnóstico 3. ¿Cómo tratarla? 4. Bibliografía 5. Más en la red 6. Autores 7. ¿De qué hablamos? Cierto grado de ansiedad está presente en la vida cotidiana; este umbral emocional normal, equivale a un adecuado estado de alerta y permite mejorar el rendimiento. La ansiedad cuando no es excesiva presenta aspectos positivos ya que estimula el aprendizaje y el desempeño de las labores. Sin embargo, cuando rebasa cierto margen, lleva a una evidente sensación de malestar y detrimento del rendimiento, que traen aparejados otros síntomas, tales como aprensión y temor, además de síntomas somáticos de hiperestimulación simpática. Son los trastornos de ansiedad. Así, es frecuente que estos pacientes acudan a su médico de cabecera u otros especialistas preocupados por los síntomas de esta enfermedad pensando que tienen una enfermedad orgánica grave. Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de F41.1 Trastorno de ansiedad generalizada (300.02) Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una gran cantidad de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), que se prolongan más de 6 meses. Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación. La ansiedad y preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (en los niños sólo se requiere uno de ellos), algunos de los cuales han persistido más de 6 meses: Inquietud o impaciencia. Fatigabilidad fácil. Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco. Irritabilidad. Tensión muscular. Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al despertarse de sueño no reparador). El centro de la ansiedad y de la preocupación no se limita a los síntomas de un trastorno; por ejemplo, la ansiedad o preocupación no hacen referencia a la posibilidad de presentar una crisis de angustia (como en el trastorno de angustia), pasarlo mal en público (como en la fobia social), contraer una enfermedad (como en el trastorno obsesivo-compulsivo), estar lejos de casa o de los seres queridos (como en el trastorno de ansiedad por separación), engordar (como en la anorexia nerviosa), tener quejas de múltiples síntomas físicos (como en el trastorno de somatización) o padecer una enfermedad grave (como en la hipocondría), y la ansiedad y la preocupación no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno por estrés postraumático. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

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Guía para el diagnostico y tratamiento adecuado indicado en el trastorno de ansiedad generalizada en le ámbito de atencion primario

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Ansiedad generalizadaFecha de la última revisión: 05/04/2010

Índice de contenidos

¿De qué hablamos?1.Problemas orgánicos que pueden agravar o presentar síntomas de ansiedad

2.

Algoritmo diagnóstico3.¿Cómo tratarla?4.Bibliografía5.Más en la red6.Autores7.

¿De qué hablamos?

Cierto grado de ansiedad está presente en la vida cotidiana; este umbral emocional normal, equivale a un adecuado estado de alerta y permite mejorar el rendimiento. La ansiedad cuando no es excesiva presenta aspectos positivos ya que estimula el aprendizaje y el desempeño de las labores.

Sin embargo, cuando rebasa cierto margen, lleva a una evidente sensación de malestar y detrimento del rendimiento, que traen aparejados otros síntomas, tales como aprensión y temor, además de síntomas somáticos de hiperestimulación simpática. Son los trastornos de ansiedad.

Así, es frecuente que estos pacientes acudan a su médico de cabecera u otros especialistas preocupados por los síntomas de esta enfermedad pensando que tienen una enfermedad orgánica grave.

Criterios DSM-IV-TR para el diagnóstico de F41.1 T rastorno de ansiedad generalizada (300.02)

Ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una gran cantidad de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), que se prolongan más de 6 meses.

Al individuo le resulta difícil controlar este estado de constante preocupación.•La ansiedad y preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (en los niños sólo se requiere uno de ellos), algunos de los cuales han persistido más de 6 meses:

Inquietud o impaciencia.◦

Fatigabilidad fácil.◦

Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco.◦

Irritabilidad.◦

Tensión muscular.◦

Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sensación al despertarse de sueño no reparador).

El centro de la ansiedad y de la preocupación no se limita a los síntomas de un trastorno; por ejemplo, la ansiedad o preocupación no hacen referencia a la posibilidad de presentar una crisis de angustia (como en el trastorno de angustia), pasarlo mal en público (como en la fobia social), contraer una enfermedad (como en el trastorno obsesivo-compulsivo), estar lejos de casa o de los seres queridos (como en el trastorno de ansiedad por separación), engordar (como en la anorexia nerviosa), tener quejas de múltiples síntomas físicos (como en el trastorno de somatización) o padecer una enfermedad grave (como en la hipocondría), y la ansiedad y la preocupación no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno por estrés postraumático.

La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

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Estas alteraciones no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. Ej. drogas, fármacos) o a una enfermedad médica (p. Ej. hipertiroidismo) y no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo, un trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo.

Es el trastorno de ansiedad más frecuente en atención primaria. Su prevalencia se sitúa en torno al 5 % de la población general, es más frecuente en el sexo femenino (2:1) y su momento de aparición suele ser la edad adulta. Su curso suele ser variable, pero en general tiende a ser fluctuante y crónico, con fases de mejoría y empeoramiento que generalmente se relacionan con situaciones de estrés ambiental.

Debemos considerar las complicaciones de la patología ansiosa no tratada o reconocida de forma tardía. El paciente ansioso puede buscar mejoría sintomática en el alcohol y otras sustancias, y no es raro el abuso de éstas. Tampoco es extraño que la ansiedad crónica provoque en el paciente una desmoralización que puede dar lugar a la coexistencia de síntomas depresivos. Cabe recordar la mayor incidencia de enfermedad psicosomática en individuos que padecen ansiedad sostenida. La detección precoz de los trastornos ansiosos y su tratamiento apropiado no solo pueden evitar estas complicaciones al enfermo, sino también economizar recursos sanitarios consumidos innecesariamente.

Es fundamental recordar que, para llegar a un diagnostico correcto, hay que hacer una buena historia clínica, que oriente el diagnostico diferencial tanto de patologías orgánicas subyacentes, como diferentes cuadros psiquiátricos donde la ansiedad es un síntoma relevante (Ej. ansiedad simple, pánico o angustia, ansiedad fóbica, entre otros); así como diagnóstico de patologías comórbidas.

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Problemas orgánicos que pueden agravar o presentar síntomas de ansiedad

Endocrinológicos: hipo o hipertiroidismo, hipoglucemia, insuficiencia adrenal, hiperadrenocorticismo, feocromocitoma, menopausia.

1.

Cardiovasculares: ICC, insuficiencia coronaria, TEP, arritmias, prolapso mitral. 2.Respiratorio: asma, EPOC, neumonías, trastornos de ventilación. 3.Alteraciones metabólicas: diabetes, porfiria, hipoxia, hipocapnia, hipoglucemia hiperpotasemia, hipercapnia, hiponatremia...

4.

Neurológico: neoplasia, encefalitis, disfunción vestibular, epilepsia temporal, migrañas. 5.Intoxicaciones: plomo 6.Hematológicas: anemia, déficit de B12. 7.Otras: infección urinaria en ancianos, síndrome de fatiga crónica, cáncer, ... 8.Yatrogenia: Antidepresivos (IRS), anticonvulsivantes (Carbamacepina, etosuximida), antimicrobianos (Cefalosporinas, ofloxacino, aciclovir, isoniazida), broncodilatadores (teofilinas, beta 2 agonistas) intoxicación digitálica, estrógenos, insulina en hipoglucemias, AINES (Indometacina), Antihistamínicos, antagonistas del canal del calcio, dopamina, inotrópicos (adrenalina, noradrenalina), levodopa, corticosteroides, tiroxina.

9.

Drogas: cafeína, anfetaminas, cocaína, alcohol.

10.

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Algoritmo diagnóstico

Algoritmo diagnóstico de la ansiedad generalizada

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¿Cómo tratarla?

El tratamiento del TAG debe orientarse preferentemente al nivel de la atención primaria. La elección de la intervención debe estar determinada por las características clínicas del paciente (por ejemplo, la presencia de trastornos comórbidos o la historia de respuesta a tratamientos previos), las preferencias del paciente y la cartera de servicios disponibles en cada centro asistencial (Tyrer P, 2006).

Psicoterapias:

Las psicoterapias son preferibles a los tratamientos psicofarmacológicos, pero con frecuencia no pueden administrarse debido a los limitados recursos asistenciales disponibles. Puede que mantengan su eficacia mejor que los tratamientos farmacológicos, pero existen pocas comparaciones a largo plazo. Las recaídas pueden ser menos frecuentes tras interrumpir la terapia cognitivo conductual (TCC) que tras interrumpir los fármacos. La mejoría inicial alcanzada con la TCC puede mantenerse durante 2 años, especialmente si el tratamiento es conducido por un psicoterapeuta experimentado. Las terapias cognitivas son más eficaces que otros métodos genéricos como la relajación o la psicoterapia no directiva (Gale C, 2007).

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Aunque la combinación de tratamiento psicoterapéutico y psicofarmacológico parece apropiado en la ansiedad generalizada, la evidencia de los beneficios adicionales de esta combinación es escasa. Esto puede deberse a la elección del tipo de tratamiento por parte del paciente, que se decanta por un tipo de terapia (psicoterapia versus fármacos), en detrimento de la otra (Tyrer P, 2006).

Psicofármacos:

Los antidepresivos Imipramina , Paroxetina , Venlafaxina y Escitalopram mejoran los síntomas de ansiedad cuando se comparan con placebo (Kapczinski F, 2007; Davidson JR, 2004; Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con TAG en Atención Primaria, 2008). Los ensayos clínicos no encuentran diferencias significativas entre las respuestas a estos antidepresivos; o entre los antidepresivos y las Benzodiazepinas ; o entre los antidepresivos y la buspirona. La elección del psicofármaco depende de las experiencias previas del paciente, los efectos secundarios y riesgos, presencia de síntomas depresivos comórbidos, la necesidad de un inicio rápido del efecto terapéutico, del coste y de las preferencias del profesional. La utilización de otros fármacos como la Pregabalina , Hidroxicina , Antipsicóticos atípicos y otros, bien por su poca experiencia en clínica o bien por su indicación para TAG refractarios, deberían ser utilizados tras la valoración del paciente en el segundo nivel asistencial (Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con TAG en Atención Primaria, 2008; Gale, 2007). Los Inhibibores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS) son mejor tolerados y más seguros en caso de sobredosis que los antidepresivos tricíclicos, por lo que son recomendados usualmente como agentes de primera elección. El Escitalopram (10 mg/ día) parece mas eficaz y mejor tolerado que la Paroxetina (20 mg/ día) (Bielski R, 2005). La Venlafaxina también es efectivo, pero no se recomienda en pacientes con alto riesgo de arritmias cardiacas o infarto de miocardio reciente, y en pacientes hipertensos sólo se utilizará cuando la hipertensión esté controlada. Debido a esto, se considera un tratamiento de segunda línea (Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con TAG en Atención Primaria, 2008). Dado que la ansiedad generalizada en una condición con tendencia a la cronicidad, el tratamiento a largo plazo puede ser anticipado y preparado. Los ISRS Escitalopram y Paroxetina han demostrado su eficacia en la prevención de recaídas en pacientes con TAG. Estos fármacos presentan el beneficio adicional de ser efectivos contra los síntomas depresivos, las preocupaciones obsesivas y rumiaciones (características nucleares de la ansiedad generalizada), con mayor efectividad que las Benzodiacepinas . Si el ISRS elegido inicialmente no es efectivo, debe cambiarse a otro ISRS o a un agente con distinto mecanismo de acción (un ISRSN como la Venlafaxina ). Los antidepresivos pueden causar sedación, vértigo, caídas, náusea y disfunción sexual (Gale C, 2006). Los agentes de segunda línea incluyen las Benzodiazepinas (Alprazolam , bromazepam , Lorazepam , Diazepam ), buspirona, Imipramina y Pregabalina . Aunque las benzodiacepinas se encuadran como tratamientos de segunda línea, pueden ser empleadas en cualquier momento si la ansiedad o la agitación son severas. Han demostrado su eficacia en el tratamiento de la ansiedad generalizada y la magnitud del efecto parece similar al de la terapia cognitiva. Alivian los síntomas somáticos más que las características psíquicas de la ansiedad generalizada (preocupaciones obsesivas). Debido a su efectos secundarios (sedación, deterioro cognitivo o ataxia, particularmente en geriatría), dependencia y síndromes de discontinuación, solo se recomienda su utilización a corto plazo. Algunos clínicos consideran que está justificado que los pacientes con un trastorno crónico que respondan bien a las benzodiacepinas sigan tratamiento continuado con estos fármacos, ya que la alternativa de una terapia continuada con antidepresivos se sustenta en una evidencia pequeña. Las Benzodiacepinas pueden ser efectivas en 15-60 minutos, mientras que la buspirona tarda hasta 72 horas en actuar y su efecto está frecuentemente precedido de leve disforia. Los antidepresivos tardan hasta 4 semanas en mostrar efectividad, pero la mejoría clínica significativa puede percibirse a las 2 semanas. La Pregabalina es superior a placebo y comparable a Lorazepam y Alprazolam para el tratamiento de pacientes con TAG. Su mecanismo de acción es diferente al de las alternativas terapéuticas disponibles actualmente, por lo que podría ser utilizada en el caso de pacientes con TAG refractarios o con una respuesta parcial al tratamiento (Montgomery S, 2008; Rickels K, 2005; Pande AC, 2003).

En resumen, a pesar de la abundancia de estudios, existe confusión acerca el mejor método para tratar la ansiedad generalizada con psicofármacos. El tratamiento inicial probablemente debería ser una combinación de Benzodiazepinas y antidepresivos. Las dosis de benzodicepinas se deberían reducir a las 2-3 semanas,

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al tiempo que los antidepresivos empiezan a ser efectivos. Esta pauta es de uso común en la práctica clínica, aunque no está respaldado por estudios controlados. Los pacientes que están siendo tratados sólo con benzodiacepinas, deberían ser tratados con benzodiacepinas y antidepresivos (ISRS), con la intención de retirar éstas en 2-3 semanas, aunque esta retirada no siempre es posible (Tyrer P, 2006). En el tratamiento a largo plazo de la ansiedad crónica la Paroxetina , la Venlafaxina retard y el Escitalopram han demostrado su eficacia en tratamientos de más de 6 meses de duración. Tras la discontinuación del tratamiento, el 20-40% de los pacientes con ansiedad generalizada recae en un plazo de 6-12 meses, por lo que éste debe mantenerse al menos 12 meses. Algunos pacientes requieren tratamiento a más largo plazo para prevenir recaídas (Swinson R, 2006).

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Bibliografía

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Davidson JR, Bose A, Korotzer A, et al. Escitalopram in the treatment of generalized anxiety disorder: double-blind, placebo controlled, flexible-dose study. Depress Anxiety 2004;19:234–240. [PMID: 15274172]

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Más en la redGrupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para el Manejo de Pacientes con Trastornos de Ansiedad en Atención Primaria. Madrid: Plan Nacional para el SNS del MSC. Unidad de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Agencia Laín Entralgo. Comunidad de Madrid; 2008. Guías de Práctica Clínica en el SNS: UETS Nº 2006/10 [Texto completo ]

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NICE. Anxiety: management of anxiety (panic disorder, with or without agoraphobia, and generalised anxiety disorder) in adults in primary, secondary and community care. 2004 [Texto completo ]

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AutoresCarlos Castro Dono Especialista en Psiquiatría (1)

Blanca Esteban Fernández Farmacéutica de Atención Primaria (2)

Jesús Alberdi Sudupe Especialista en Psiquiatría (1)

Cristina Viana Zulaica Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria (3)

(1) Servicio de Psiquiatría. Hospital Universitario de A Coruña- Marítimo de Oza (2) Centro de Especialidades de Betanzos (3) SAP Elviña-Mesoiro- SERGAS- A Coruña

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