Guía de visita 2015 - Semana Santa en Los Silos

GUÍA DE VISITA

EDICIÓN 205

Guía de visita – Semana Santa en Los Silos 2013

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GUÍA DE VISITA – SEMANA SANTA EN LOS SILOS

No es la más conocida de Tenerife. No es la más espectacular. No es la más valiosa. No es la

más histórica. Pero la Semana Santa de Los Silos tiene algo que la hace diferente de las

demás, quizás por el modo en que la viven sus vecinos. Te invitamos a que celebres con los

silenses estos días tan especiales. Nuestra historia comienza un día cualquiera pero, a la vez, especial: el Viernes de Dolores.

Vivido con emoción, principalmente, por las mujeres del municipio, es el día en que la

Semana Santa silense abre sus puertas. El tiempo ha pasado muy lento para sus habitantes

pero, por fin, ha llegado el día.

Nos acercamos a la iglesia parroquial de

Nuestra Señora de la Luz, en el casco de

Los Silos. El principal templo del

municipio acoge, a las 6 de la tarde, la

Eucaristía en honor de la Virgen de los

Dolores, donde también, si se da la

ocasión, tiene lugar la imposición de

medallas a los nuevos miembros de su

hermandad titular, con sede en el barrio

de medianías de Tierra del Trigo. Después de la misa, es el turno de la calle. El sonido de la

Agrupación Musical Nueva Unión indica que la Madre dolorosa abandona la iglesia para

volver a pisar, aproximadamente un año después, los adoquines de las calles silenses. Se

trata de una procesión corta, de menos de medio kilómetro de recorrido, pero no por ello

menos importante que las demás. Al contrario, cobra especial notoriedad al tratarse de la

primera manifestación de fe de la Pasión en el pueblo. Un buen sitio para contemplar el

discurrir del cortejo es en la balaustrada del antiguo Convento de San Sebastián, frente a la

Plaza de la Luz y pocos minutos antes de que la Virgen regrese a la iglesia y con el sol

comenzando a ponerse por el Oeste. La Semana Santa ya está aquí, inaugurada, como

siempre, por María. Acompañémosla en estos días de Pasión.

Una vez concluida esta procesión, nos acercamos hasta el

barrio marinero de La Caleta de Interián, a unos dos

kilómetros y medio de Los Silos y compartido

administrativamente por este y por el municipio de

Garachico. Cuando lleguemos, estará a punto de comenzar

la función religiosa del día, también en honor de la Virgen

de los Dolores. Al finalizar la misa, la Dolorosa caletera sale

igualmente a las calles del barrio para ser recibida por sus

vecinos que, junto a la Hermandad del Santísimo

Sacramento, Nuestra Señora de los Dolores y San Andrés

Apóstol, la acompañan durante el trayecto procesional,

notablemente más largo que el de Los Silos. Será ya de

noche, en torno a las 9 y cuarto, cuando la Madre regrese a

la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol.


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El Sábado de Pasión, el que precede al Domingo de Ramos, amanece tranquilo. Hoy no

tiene lugar ninguna celebración de gran importancia, así que podemos aprovechar, si no

conocemos Los Silos, para visitar su casco histórico, pasear por la costa o caminar por el

Monte del Agua y Pasos, de los pocos sitios de Tenerife donde aún quedan restos de la

laurisilva. Por la tarde, podemos adelantarnos a las celebraciones del día siguiente

asistiendo a la bendición de ramos y la posterior misa en Tierra del Trigo, a las 4 y media,

o en San Bernardo de Las Canteras, a las 7, y a un escaso kilómetro del casco.

El Domingo de Ramos es el día de los niños por excelencia, que quieren subir con Jesús a

Jerusalén y acompañarlo en su Pasión. A las 11 de la mañana tiene lugar en la pequeña

Plaza del Calvario, en el casco, la bendición de palmas y ramos de olivos. El ambiente de

fiesta se respira desde unos cuantos minutos antes. Si llegamos con antelación, podemos

asomarnos a la capilla, procurarnos un poco de olivo y contemplar el paso de la Entrada

Triunfal de Jesús en Jerusalén, más conocido en el pueblo como el Señor de la Burrita.

Realizada en 2006 para sustituir al antiguo y deteriorado paso, se trata de la talla más

reciente de cuantas procesionan en nuestra Semana Santa. Poco antes de las 11 hace acto

de presencia en la plaza la Hermandad

del Santísimo Sacramento, tras partir

de la Parroquia de la Luz en riguroso

orden. El paso de Jesús a lomos de un

pollino sale de la capilla del Calvario y

es colocado en su carro procesional. El

párroco introduce la celebración

litúrgica, lee el santo Evangelio y

bendice los ramos, mientras los fieles

levantan sus brazos y los agitan en el

aire. Minutos después, la Procesión de

las Palmas parte hacia la iglesia de la Luz subiendo por la calle La Estrella, acompañada

por los niños de la catequesis parroquial. La estampa que se aprecia por esa calle es

simplemente hermosa, sobre todo si está acompañada por un sol radiante. La procesión

llega a la Plaza de La Luz entre los cantos de los fieles y, seguidamente, sobre las 11 y

media, entra en el templo parroquial, entre el júbilo de los silenses, que se disponen a

celebrar la Eucaristía y escuchar la lectura de la Pasión, este año litúrgico, según el

evangelista San Marcos.

Por la tarde, podemos acercarnos hasta el pueblo vecino de Garachico, donde las

celebraciones continúan con la procesión del Señor del Huerto y el posterior y −peculiar−

traslado del Cristo de la Misericordia desde la Parroquia de Santa Ana hasta el Oratorio de

los Ponte, portado por los sacerdotes y cubierto con un velo morado, que transitan por el

casco garachiquense casi en la clandestinidad.

El Lunes y Martes santos son días de mucho ajetreo en la Parroquia de la Luz. Los pasos

cambian de ubicación, se comienza a elaborar el Monumento... La tarde del lunes podemos

utilizarla para confesarnos, ya sea en Las Canteras, Los Silos, La Caleta o Tierra del Trigo.

También podemos aprovechar para seguir conociendo más a fondo el municipio o viajar

por la zona visitando las iglesias y en busca de más procesiones por el norte de la Isla.


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El Martes Santo, a las 11 de la mañana, tiene lugar en la Santa Iglesia Catedral de Nuestra

Señora de los Remedios, en La Laguna, la solemne Misa Crismal, en la que el obispo

consagra los Santos Óleos. A ella asisten todos los sacerdotes de la Diócesis de Tenerife,

que posteriormente tomarán los Óleos para llevarlos a sus respectivas parroquias.

Durante el Miércoles Santo, siguen los movimientos en la iglesia parroquial. Algunos pasos

ya están enramados, mientras que otros esperarán a la tarde. De 4 y media a 8 podemos

confesarnos en el templo, donde nos esperan dos sacerdotes. Conviene no retrasarnos

mucho ya que, a las 8 y media, acudiremos hasta el barrio de Las Canteras, donde a esa

hora tiene lugar la celebración de la Eucaristía en honor del Señor de la Sentencia, en la

ermita de San Bernardo. Durante la misa, se procede a la imposición de medallas a los

nuevos cofrades, con un buen número de ingresos cada año. Acabada la ceremonia, es el

turno de una de las procesiones más

singulares de esta Semana Santa y

también la de mayor recorrido: el

Traslado del Señor de la Sentencia. Los

hermanos forman un ancho pasillo en

la Plaza de San Bernardo, mientras la

imagen, realizada por el escultor Jesús

León y Cruz en 1998, sale del templo a

los sones de su propia marcha

procesional, compuesta por el

realejero Jesús Agomar González

Guillama. Son momentos de verdadero recogimiento; quizás, hasta se nos erice la piel. La

procesión transcurre por algunas calles del barrio, antes de adentrarse en el Camino de El

Esparragal. El escaso alumbrado y la falta de viviendas en la zona le dan al cortejo un

aspecto tenebroso pero, a la vez, bello. Entramos en el casco urbano sobre las 10 y media

de la noche, recibidos por los vecinos del mismo. La entrada en la parroquia vuelve a ser

muy emotiva. Todavía permanecen en ella los encargados de poner a punto a los pasos del

templo. Ya están todos enramados, así como el Monumento preparado para acoger

mañana al Señor. Jesús Sentenciado es colocado en la capilla de San Pedro, donde

permanecerá hasta el próximo Domingo de Resurrección. Metidos ya de lleno en la

Semana Santa, es hora de ir a descansar para vivir los próximos días de la mejor forma

posible.

Jueves Santo. Comienza el Triduo Pascual. El pueblo está metido de lleno en el ambiente

semanasantero. Cristo va a

comenzar su Pasión y Los Silos se

prepara para ello.

Podemos dedicar la mañana a

visitar los pasos procesionales en la

iglesia de Nuestra Señora de la Luz,

como lo harán otros fieles venidos

de los pueblos próximos. El Señor

de la Sentencia luce radiante tras su

traslado desde su ermita la pasada

noche. Con él en la Parroquia, solo


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faltan por unirse los pasos del Crucificado y la Magdalena, y El Calvario para completar la

Pasión en el templo, pero eso será mañana tras el Vía Crucis. Hoy, con las imágenes

adornadas con las mejores flores, la iglesia adquiere un ambiente especial. Si no tuvimos

tiempo ayer, podemos reconciliarnos con Dios en el sacramento de la Confesión en la

capilla de la Misericordia, la que más pasos acoge durante la Semana Santa, nada menos

que cinco −sin contar el que se incorpora mañana−. La escena del Calvario en la capilla

Mayor, ya con los correspondientes adornos florales, con Cristo misericordioso, María

dolorida y San Juan, impacta a todos los fieles que acceden al templo. Antes de irnos,

conviene apreciar los detalles del Monumento, que a partir de esta tarde albergará a Cristo

vivo.

Acercándonos a la Plaza del Calvario, con un poco de suerte quizás nos abran la capilla y el

garaje de una casa cercana a la misma para contemplar los pasos de Cristo en la cruz que,

como ya comentamos antes, faltan por llegar a la Parroquia (deberemos preguntar por

Roberto). El Cristo que procesiona junto a la Magdalena es el perteneciente al conjunto

escultórico del Calvario, aunque las pequeñas imágenes de la Virgen y San Juan (que

durante el resto del año acompañan al Cristo en la capilla) tienen como acompañante a un

Crucificado que se venera en el cementerio municipal.

Después del almuerzo, no viene mal descansar un poco ya que las próximas horas van a

ser muy intensas en Los Silos. A las 5 de la tarde, la cita es en la Parroquia de la Luz, donde

comienza la Misa de la Cena del Señor. Con una solemnidad propia de las grandes

ocasiones, conviene vivir la Eucaristía de manera plena y participar activamente en los

cantos. Disfrutemos del Gloria cantado y con el repique de las campanas, que ya no

volverán a sonar hasta la Resurrección, el Sábado Santo por la noche. Especial mención

merece la ceremonia del Lavatorio de los pies, que se realiza a varios miembros de las

cuatro hermandades del municipio: cuatro hermanos del Santísimo, cuatro hermanos del

Señor de la Sentencia, cuatro hermanas de la Virgen de los Dolores y cuatro cofrades de la

Vera Cruz y Misericordia. Finalizada la Eucaristía y bajo los acordes del Cantemos al amor

de los amores, Jesucristo vivo será trasladado al Monumento, en la capilla del Sagrado

Corazón, donde permanecerá expuesto permanentemente y en continua vigilia hasta los

Santos Oficios del Viernes Santo.

Al término de la breve adoración al Santísimo, es el momento de dar paso a la primera de

las grandes procesiones de la Semana Santa silense, la del Señor Preso. La gente suele

acercarse a los alrededores del templo para ver salir al cortejo, pero otra hermosa manera

de contemplar su inicio es hacerlo desde el interior de la propia iglesia. Los pasos que

participan en la procesión son,

por orden: San Juan Evangelista

(alumbrado por la Cofradía de la

Vera Cruz y Misericordia), el

Santísimo Cristo de la Sentencia

(alumbrado por su hermandad),

el Señor de la Humildad y

Paciencia (alumbrado por la

Hermandad del Santísimo

Sacramento y popularmente

conocido como el Señor Preso,


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por lo que es esta talla la que da nombre a la procesión) y la Virgen de los Dolores

(también alumbrado por su hermandad titular). La solemnidad, la concurrida afluencia de

fieles y al ambiente puro de Semana Santa, da a esta procesión un aspecto realmente

majestuoso. Es un recorrido corto pero intenso. Te proponemos dos momentos para

admirar el cortejo religioso: la bajada por la calle El Olivo y la llegada a la Plaza de la Luz,

la cual podemos ver desde la esquina noreste de la misma.

Acabada la procesión, no está de más

quedarnos a charlar un ratito con el Señor en

el Monumento, a contarle nuestros pesares,

nuestras preocupaciones, y a reflexionar

sobre su Pasión. A la salida de la iglesia,

podemos tomarnos un café en la plaza y

luego ir a cenar.

Llega la Madrugá silense, una noche hermosa

en la que, no obstante, no se realiza ninguna

procesión en el municipio. Antiguamente se llevaba a cabo la procesión de El Encuentro,

pero posteriormente se pasó al Viernes Santo por la mañana. A pesar de ello, a las 10 de la

noche tenemos una cita con Cristo en el Monumento de la Parroquia de la Luz. Es la Hora

Santa, sesenta minutos que viviremos en perfecta sintonía con la comunidad parroquial y

en torno a Él. Se trata de un rato muy agradable y beneficioso para nuestra alma.

Acabada la adoración al Santísimo, lo mejor es irnos a dormir y descansar antes del duro

día de mañana. No obstante, si todavía tenemos ganas, podemos realizar la tradicional

visita a los siete Monumentos, en recuerdo de los siete lugares por los que pasó Jesús en la

noche de su Pasión. Te proponemos algunos de los templos más bellos de la Isla Baja

(tendremos que asegurarnos de sus horarios de apertura en aquellos casos en los que no

estén abiertos toda la noche): Parroquia de Nuestra

Señora de los Remedios (Buenavista del Norte), Parroquia

de Nuestra Señora de la Luz (Los Silos), Parroquia de San

Andrés Apóstol (La Caleta de Interián - Garachico),

Parroquia de San Pedro Apóstol (San Pedro de Daute -

Garachico), Parroquia Matriz de Santa Ana (Garachico),

Convento de las Concepcionistas Franciscanas (Garachico)

y Parroquia de San Antonio de Padua (El Tanque Bajo). Si

alguno de estos fallas, podemos visitar los expuestos en las

parroquias de Icod de los Vinos, a quince minutos de Los

Silos. Visitar los Monumentos supone contemplar el arte

en todo su esplendor y sentir a Cristo en él. Hermosa

noche en el noroeste de Tenerife. En Los Silos, la Parroquia de la Luz permanece abierta toda

la noche, repartiéndose los turnos de adoración entre las hermandades parroquiales y los

miembros de la Adoración Nocturna.

Viernes Santo. Viernes de la Cruz. Amanece en Los Silos. Lo cierto es que el ambiente en el

municipio es diferente en un día como hoy. La primera cita de la mañana es en la iglesia de


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la Luz. Podemos madrugar lo suficiente como para llegar a la parroquia, volver a

encontrarnos con el Señor y contemplar las imágenes que están a punto de salir a la calle.

A las 8 en punto de la mañana comienza el Vía Crucis procesional, con una breve reflexión

en el interior del templo. Pocos minutos después, el paso de Jesús Nazareno asoma por el

atrio de la iglesia para, luego en la calle, dar comienzo a la primera de las XIV estaciones

que componen el camino hacia la cruz.

En este punto bellísimo de la mañana podemos tomar tres decisiones. La primera,

acompañar a Cristo con la cruz en su bajada por la calle El Olivo mientras avanzamos hasta

la II estación. La segunda, aguardar unos instantes a que salgan del templo los pasos de

San Juan Evangelista y de la Virgen de los Dolores, y posteriormente incorporarnos al Vía

Crucis con El Nazareno. Y la

tercera, acompañar a las

imágenes de Juan y María por la

calle Doctor Jordán. Sea cual sea

la opción que escojamos,

llegaremos a la calle Canapé,

donde tiene lugar uno de los

actos más emotivos de la

Semana Santa silense: El

Encuentro.

El mejor lugar para contemplar

esta ceremonia es junto a la

imagen de Jesús Nazareno,

desde donde obtendremos las

mejores vistas de la calle. Después del rezo de la IV estación, San Juan hace acto de

presencia en el Canapé y, poco a poco, va avanzando por la calle hasta situarse delante de

Cristo, donde realiza una reverencia ante la imagen, da media vuelta y, a paso ligero,

deshace el camino recorrido para ir a buscar a María. Juntos, vuelven hasta el fondo de la

calle. Algunos minutos hace que ha empezado a sonar la marcha Mater Mea, ideal para la

ocasión. En unos minutos, los dos pasos llegan hasta la imagen de Jesús y realizan sendas

venias sobre los hombros de los cargadores, que ejecutan una bella obra de arte con

notable esfuerzo.

El cortejo procesional, al que ya se han unido los pasos de San Juan y de la Dolorosa, se

dirige ahora hasta las inmediaciones de la Plaza de la Luz, donde tiene lugar el rezo de la

VI estación y el segundo encuentro.

Portada a hombros por las mujeres

del municipio, La Verónica recorre la

fachada del Ayuntamiento, dobla

hacia la derecha y se acerca a Jesús

para enjugarle el rostro.

Son las 9 de la mañana. Hemos

llegado al ecuador de la procesión

más larga de cuantas se celebran en

la Semana Mayor de Los Silos. El paso


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de La Verónica se sitúa entre San Juan y el Nazareno, para seguir el itinerario del Vía

Crucis hasta el Calvario. La bajada por la calle La Estrella merece contemplarla

detalladamente: cómo los fieles acompañan a un paso determinado según su devoción, el

rezo de las estaciones, los vecinos que observan el cortejo desde sus balcones y azoteas...

Jesús ha sido clavado en la cruz y en el Calvario silense nos disponemos a contemplar las

últimas incorporaciones al Vía Crucis. Son los pasos de El Crucificado y la Magdalena, y El

Calvario. En plena mañana, seis pasos discurren hacia el templo parroquial. La longitud del

cortejo nos permite obtener buenas perspectivas desde lo alto del paseo de Nuestra

Señora de la Luz, con la calle Calvario al fondo, y en la llegada a la plaza, dejando atrás

Benítez de Lugo. Poco antes de las 10 de la mañana, tras casi dos horas de procesión y

meditación, el Vía Crucis concluye en

la iglesia de la Luz. Ya con

absolutamente todos los pasos que

componen la Semana Mayor en el

templo, es hora de aguardar a la

muerte de Cristo en la cruz.

Nos dirigimos ahora hasta el barrio de

La Caleta de Interián, donde sus

vecinos celebran su Vía Crucis a las 11

de la mañana. En él tiene lugar la

ceremonia de El Encuentro, con las

imágenes de El Nazareno (que el resto del año es una imagen de Jesús Cautivo) y la

Dolorosa, que podemos contemplarlas antes de procesionar si llegamos con antelación a la

Parroquia. También se une posteriormente la imagen de Cristo Cruficado, portado en

posición horizontal por las mujeres de la hermandad del barrio A su regreso a la iglesia de

San Andrés, en torno a las 1 menos cuarto de la tarde, tiene lugar la celebración de la

Pasión y Muerte del Señor. Podemos elegir entre asistir a los Santos Oficios en La Caleta o

esperar a la tarde y hacerlo en el casco del municipio.

Si elegimos la segunda opción, tenemos unas cuatro horas por delante para descansar. Si la

noche ha sido intensa, podemos echarnos un pequeño sueño y reponer fuerzas. También

podemos desplazarnos con cierta prisa a Buenavista o al Tanque Alto, donde todavía

estarán en la calle las respectivas

procesiones del Crucificado.

Después del almuerzo, es hora de

prepararse para celebrar la Acción

Litúrgica de la Pasión de Cristo. La

cita es a las 5 de la tarde en la

iglesia de Nuestra Señora de la Luz.

Nos adentramos en la absoluta

sobriedad. La ocasión nos invita a

ello. Jesús ha muerto y en Los Silos

se nota. Desde la procesión de

entrada hasta la comunión, pasando

por la lectura de la Pasión de San


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Juan (donde los fieles participan activamente), el ambiente en el principal templo del

municipio nos invita a la meditación.

Los tradicionales cantos de Perdona a tu

pueblo y Victoria, tú reinarás nos

ayudan a reflexionar sobre el gran

sacrificio de la humanidad. La adoración

de la Cruz es un momento especial en la

celebración. El pueblo silense se acerca

hasta el altar para besar al Cristo del

Calvario, aquel que llegó esta mañana a

la iglesia y que fue apartado de la

Magdalena para que Los Silos pudiera

venerarlo.

Ha llegado el momento de la Procesión

Magna. La Parroquia de la Luz es un

hervidero de actividad: prisas para

organizar perfectamente el cortejo,

nervios porque faltan cargadores, etc.

Mientras las hermandades y el pueblo

fiel espera en el exterior, del templo

comienzan a salir, poco a poco, los doce

pasos que componen la Pasión silense

(salvo el Santo Entierro, que tiene

reservado un sitio especial esta noche).

Imágenes como la Entrada Triunfal de Jesús de Jerusalén, el Señor de la Sentencia, San

Juan, la Dolorosa, etc. ya han visto la luz de la calle esta Semana Santa. A ellos se suman los

que pisan los adoquines por primera vez: Las Lágrimas de San Pedro, María Magdalena y

el espléndido Cristo de la Misericordia, la talla de más valor del municipio y una de las más

bellas de Canarias, andaluza de nacimiento (allá por el siglo XVII) pero silense de

adopción. Este año, la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia porta a su imagen titular a

hombros por primera vez en esta Procesión Magna. Ver peregrinar al Cristo de la

Misericordia por las calles adoquinadas del casco silense es, sencillamente, sobrecogedor.

El orden de los pasos es el

siguiente: Entrada Triunfal de

Jesús en Jerusalén, Las Lágrimas

de San Pedro, Señor de la

Sentencia, Señor de la Humildad y

Paciencia, La Verónica, El

Nazareno, Cristo Crucificado y la

Magdalena, San Juan, María

Magdalena, El Calvario, Santísimo

Cristo de la Misericordia y la

Virgen de los Dolores. A pesar de

la notable cantidad de imágenes

que desfilan, van muy agrupadas y

ver la procesión desde un punto


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determinado del casco histórico no se hace pesado. Te recomendamos que admires la

procesión desde las “calles largas” −El Olivo, Félix Benítez de Lugo−, así como en la Plaza

de La Luz.

Comienza a atardecer y, tras más de una hora de procesión, el cortejo regresa a la

parroquia. La recogida de la Procesión Magna no se demora en exceso; no hay tiempo que

perder, ya que en apenas hora y media regresaremos al templo para culminar de la mejor

manera este día tan intenso y emotivo. Es el turno del Santo Entierro: la Semana Santa

silense en todo su esplendor.

Y una cosa está clara: la Pasión de Los Silos no sería lo mismo sin su peculiar y bella

ceremonia de la sepultura de Cristo. Faltan pocos minutos para que el campanario de la

iglesia de la Luz dé las 10 de la noche y en el interior del templo se siente que algo grande

está a punto de ocurrir. Sin introducción litúrgica ni predicación, los pasos de San Juan y

María Magdalena comienzan su andadura por la nave de la iglesia, rumbo a la calle,

alumbrados por la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia y por Hermandad de Amigos

del Señor de la Sentencia, respectivamente. Fuera, el toque seco de la caja de la Agrupación

Musical Nueva Unión resalta la sobriedad de la procesión, que en estos momentos toma las

calles silenses, con idéntico recorrido que el realizado hace un par de horas por la

Procesión Magna. En la torre de la iglesia, este año suena una nueva e imponente matraca,

tras haber rescatado el año pasado este sonido tan característico a través de otra de

menores dimensiones conservada en el museo sacro de la Parroquia. Tras el Evangelista y

la Magdalena, hace acto de presencia en la calle el paso del Santo Entierro, portado a

hombros por la Hermandad del Santísimo Sacramento, que posteriormente lo deposita en

su carro procesional. Cerrando el cortejo, la Dolorosa asoma por el atrio del templo, junto

a su hermandad titular.

Estamos ante la procesión más concurrida de toda la Semana Santa silense. El hecho de

participar en un acto único de nuestro municipio llena de orgullo y emoción a cualquier

vecino que sienta como suya su Semana Mayor. Este año, además, se trata de la primera

ocasión en la que se celebra el Santo Entierro con su propio Reglamento, que indica por

escrito todo el desarrollo de la procesión y la posterior ceremonia en el interior de la

iglesia. Se trata de la última gran procesión de la Semana Santa “escultórica”; por ello,

debemos aprovecharla y

vivirla intensamente. Incluso,

podemos permitirnos cerrar

los ojos y escuchar cómo

suena la Pasión silense.

Contemplar el cortejo a su

paso por la calle El Olivo es

indispensable, así como su

llegada a la Plaza de la Luz

desde Doctor Jordán.

Ya de regreso a la Parroquia,

tendremos que adelantarnos

un poco si queremos coger el

sitio para la ceremonia de la


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sepultura del Señor. La iglesia está abarrotada por los vecinos e, incluso, por silenses

residentes fuera del pueblo y que han vuelto a él exclusivamente para presenciar este acto.

Las imágenes de San Juan, la Magdalena y la Virgen aguardan en el exterior del templo

mientas Cristo Yacente, en medio de un sepulcral silencio −y nunca mejor dicho− se acerca

hasta el altar, donde le esperan las cuatro hermandades que participan en la Semana

Santa, juntas, fusionadas, constituyendo un todo. De pronto, aparece el Amado. San Juan se

acerca, poco a poco, hasta la Capilla Mayor, hace una reverencia ante Cristo muerto y se

retira. Lo mismo hace, a continuación, la Magdalena. Mientras el paso se encuentra

inclinado ante el Señor Yacente, el párroco le quita el paño que porta la imagen en su mano

izquierda y unas cucharadas de incienso que lleva en el copón de la mano derecha. Retiran

la tapa de la urna de Cristo y el sacerdote inciensa la imagen difunta, proceso previo para

que, seguidamente, haga su aparición en el templo María dolorida. Suena el Adiós a la vida

de Tosca y el paso de la Dolorosa inicia su andadura, lentamente, en busca de su Hijo

fallecido. Son momentos de mucha emoción, donde el esfuerzo realizado por los

cargadores de la imagen de la Virgen es notorio. Tres reverencias ejecuta la imagen antes

de llegar al altar, donde, tras subir los escalones que lo separan de la nave, vuelve a

inclinarse ante la imagen de Jesús muerto. Es el culmen del Viernes Santo silense. Los días

doloridos de la Semana Santa se resumen en este instante. Una vez acabado, la Virgen se

dirige, de espaldas y haciendo otra vez las oportunas venias, hasta la Capilla de San Pedro,

a la izquierda de la entrada de la iglesia, para poner rumbo al Calvario minutos después.

Antes de eso, el párroco y el maestro de ceremonias de la Hermandad del Santísimo alzan

tres veces el cuerpo inerte de Jesús para mostrarlo al pueblo de Los Silos, quien se acerca,

a continuación, ante la sagrada imagen para la tradicional bendición de medallas, rosarios

y crucifijos. Una vez concluido esto, el clérigo tapa el rostro del Yacente con el paño de la

Magdalena y cierra la urna.

A pesar del cansancio acumulado de todo el día, evidenciado en el rostro de la gente, aún

quedan fuerzas para finalizar los actos del Viernes Santo llevando a la Virgen de los

Dolores hasta la Capilla del Calvario. Es la llamada Procesión de la Soledad o del Retiro,

muy común en la Semana Santa de Canarias. Las hermandades, que continúan juntas,

acompañan a María en su desolación por la calle La Estrella, hasta llegar a la Plaza del

Calvario. En la capilla permanecerá la imagen durante el Sábado Santo. Hemos

sobrepasado la medianoche. El Viernes de la Cruz ha acabado, seguramente, con buen

sabor de boca pero también con un triste recogimiento por la muerte de Jesucristo.

Después de dos largos días,

toca descansar de lleno.

Mañana será otra historia,

alegre, mucho más alegre.

Despierta el Sábado Santo en

Los Silos. Sábado de luto pero,

también, de esperanza.

Mientras la Parroquia de

Nuestra Señora de la Luz se

prepara para celebrar por todo

lo alto la Resurrección de

Cristo, nosotros podemos


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acercarnos hasta el Calvario para acompañar a María en su soledad. La capilla, como viene

siendo tradicional, permanece abierta durante todo el día, eso sí, con la puerta entornada

para favorecer el recogimiento. Ya por la noche, a las 10 y media, volvemos a la Plaza del

Calvario, donde tiene lugar el comienzo de la Vigilia Pascual con la bendición del fuego. A

continuación, la salida de la Dolorosa marca el inicio de la Procesión del Silencio hasta el

templo parroquial. Los fieles y la Hermandad de la Virgen de los Dolores, portando los

cirios encendidos con el fuego

bendito, acompañan a la imagen de

María entre un mutismo

sobrecogedor, solo interrumpido por

el caminar de los tacones sobre los

adoquines de la calles. La oscuridad

del trayecto contribuye a crear un

ambiente realmente bello en el casco

silense. A la llegada a la iglesia, la

Vigilia Pascual continúa con la

liturgia correspondiente. Después de

las lecturas del Antiguo Testamento

y, con el canto del Gloria y el repique de las campanas (que no lo habían hecho desde el

Jueves Santo), el velo morado del Altar Mayor cae ante la mirada maravillada de los fieles,

dejando tras de sí el retablo principal y la mirada reconfortante de la patrona, la Virgen de

la Luz, que vuelve a dejarse ver tras varias semanas. ¡Cristo ha resucitado! Los actos de

Pasión han sido justificados. La vida ha vencido a la muerte. La celebración prosigue con la

solemnidad propia de este acontecimiento. Acabada la misma, a la salida del templo

podemos disfrutar de los tradicionales dátiles del Jordán, traídos de Tierra Santa. Es cerca

de la 1 de la madrugada y seguro que nos vamos a la cama radiantes de felicidad.

Aunque la típica panza de burro sea protagonista en el cielo, el Domingo de Resurrección

amanece más radiante que nunca en Los Silos, como cada año. Los repiques de campanas

nos convocan a la Iglesia de la Luz para la solemne celebración de la Eucaristía del

Domingo de Pascua. Aunque ya hemos asistido la noche pasada, no está de más acercarse a

la parroquia y disfrutar de la Eucaristía, donde cobran una especial importancia los cantos

gloriosos. Finalizada la Misa, tiene lugar la procesión más importante de cuantas se

celebran en nuestro municipio, la del Resucitado, puesto que es Cristo vivo quien discurre

por nuestras calles, bendiciéndolas a su paso. Es un día de inmensa alegría. Todavía

perduran los ecos de una noche pascual gloriosa y espléndida, y este día no es una

excepción. La procesión es corta pero, a su vez, solemnísima. Al regresar al templo, el

párroco da la bendición al pueblo desde el pórtico.

Por la tarde, como conclusión de los actos de la Semana Santa, el Señor de la Sentencia

regresa a su ermita, en el barrio de San Bernardo de Las Canteras. Se trata de una

procesión que se acomodó el año pasado al calendario de estas fechas. Originalmente tenía

lugar el Domingo de la Octava de Pascua, posteriormente se adelantó al sábado, un día

antes. Con un trayecto similar al de la ida, y acompañado por su hermandad, el Señor de la

Sentencia, ya Resucitado, se despide del casco de Los Silos hasta el próximo Miércoles

Santo. La tarde va cayendo y el cortejo llega a Las Canteras, donde sus vecinos reciben a su

Señor con los brazos abiertos. La entrada en la Plaza de San Bernardo vuelve a estar


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marcada por los acordes de su propia marcha, El Señor de la Sentencia. La imagen entra

lentamente en el templo, dando por finalizada la Semana Santa en nuestro municipio.

Días de muchos sentimientos, días intensos que concluyen hoy, con un final que no podía

ser otro que la Resurrección del Rey de reyes. ¡Feliz Pascua!

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Guía de visita 2015 - Semana Santa en Los Silos