SOSTiene rabietas Edukame.com

Autora y dirección pedagógicaCristina García Pedagoga, educadora y terapeuta. Espe-cialista en infancia, orientación familiary educación emocional. Dedicada a orien-tar a padres desde el momento del emba-razo para que guíen desde el amor y nodesde el miedo.

Licenciada en Pedagogía por la Universidad de Barcelona(España), Técnica en Educación infantil, formada en PsicologíaHumanista Gestalt de adultos y en Técnicas de Psicodiagnósticoinfantil y Técnicas Gestálticas aplicadas a la Infancia por elequipo de Loretta Cornejo. Autora del libro “Ser padres y ma-dres ¿Dónde está el manual de instrucciones?” de Edúkame. Colaboración

Fátima GallardoMediadora y educadora de familia.

Máster en Mediación por la Universidad de Alcalá. Expertaen Terapia Familiar por la Universidad Complutense de Ma-drid. Fundadora de Creando Diálogos: Mediación y educaciónfamiliar.Corrección

Grace Sigüenza

- 3 -ISSN: 2339-854X© Edúkame contenidos y servicios educativos S.L.

ÍNDICE DE CONTENIDOSPrólogo por Fátima Gallardo..............................................5

Capítulo 1: Qué saber ...........................................................7Las rabietas educan..................................................................10¿Qué es una rabieta? ................................................................11¿Por qué surge? ..........................................................................13Cuándo surge...............................................................................15Capítulo 2: Qué hacer.........................................................16Qué hacer antes de una rabieta...........................................17Qué hacer durante la rabieta................................................20La actuación de los padres ....................................................25Qué hacer después de la rabieta .........................................27Qué no debemos hacer............................................................28Capítulo 3: Consultas reales ............................................29Cuando se enoja, tira todo y pega a otros niños...........30No sé cómo atender a mi hija cuando tiene rabietas ..............................................................33Cuando se enfada ¿le dejo llorar mucho rato? ..............35Mi hija dice a todo que no, ¿debo contar hasta tres?.........................................................37Bibliografía............................................................................40

PRÓLOGOCuando un niño llega a la familia, esuna gran alegría para todos. Y enmuchas ocasiones también escierto que llegan las preguntas, lasdudas. En general, a todos nos preocupala educación y el futuro de nuestros hijosdesde que sabemos que están en camino.¿Lo haré bien?, ¿será un niño feliz? Todo se pone en marcha y comenzamos a idealizar acercade ello sin ser realmente conscientes de los retos a los que ten-drás que enfrentarte. Sin habernos tomado tiempo para sen-tarnos solos o con nuestra pareja para consensuar cómoqueremos que sea su educación, qué valores queremos quetenga o qué límites o normas tendrá. A esto le sumamos quela sociedad nos ha convencido de que existe una educación“adecuada” que los padres y madres deberíamos conocer, in-cluso antes de la llegada de nuestros hijos. Y en cambio nosseguimos preguntando y las dudas continúan: ¿estaré siendouna buena madre? o ¿estaré siendo un buen padre? En el tema que tratamos en esta revista, “las rabietas” que-remos aclarar que son algo natural y habitual en los niños.Pero nos suele ocurrir que cuando un niño tiene una, muchospadres creen que están haciéndolo mal, que los niños no debe-rían tener rabietas, que deberían ser niños tranquilos y razona-bles todo el tiempo. Y acuden en su ayuda al menor llanto porquecreen que si les calman sufrirán menos. Sin saber que la rabietaes la forma más adaptativa que tienen los niños de comu-nicar frustraciones, porque es lo que les toca en el momentoevolutivo en el que se encuentran. Los niños tampoco nos quie-ren fastidiar ni desautorizar cuando tienen una rabieta. No sonreacciones que hagan expresamente para complicarnos la labor- 5 -

educativa. Pero por su momento evolutivo, todavía no sabencómo canalizar sus emociones. Y por eso surgen las rabietas. Deahí que necesiten nuestro tiempo, dedicación, paciencia y com-prensión para enseñarles poco a poco que aunque las cosas nosean como ellos deseen, pueden tolerar sus frustraciones. El modo en que como padres, les enseñemos a gestionarlas emociones, incidirá de manera directa en su comporta-miento como adultos, y les servirá de referencia para la reso-lución de situaciones similares en el futuro. Pero estorequiere tiempo y esfuerzo por parte de los padres y madres.Aunque es cierto que a veces la situación se complica con lasjornadas amplias de trabajo, los ritmos tan rápidos para todoo la sobreinformación, que nos impiden pararnos a pensar. Ysi además trabajamos ambos, no queremos pasarnos el pocotiempo que estamos con ellos con enfados o riñas. Pero es querealmente es necesario sentarse a planificar qué clase de edu-cación queremos para nuestros hijos, qué valores queremosenseñarles o cómo queremos que actúen en un futuro.Así que cuando nos llegan papás y mamás, preocupadosa nuestras consultas, lo más importante que siempre decimoses que la forma en la que aprendan a resolver los conflictosahora, será más o menos como las resuelvan de mayores. Paraello nos puede ayudar que nos hagamos esta pregunta: ¿que-remos que nuestro hijo con 15 años mantenga una conductasimilar a la de ahora? Si tu respuesta es no, significa que en-señar a tu hijo a gestionar sus emociones es algo que va-loras como prioritario para ti y los tuyos.

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Fátima Gallardo GarranzoMediadora y educadora de familiaCreandodialogos.com; Facebook Creandodialogos; LinkedinFátima Gallardo; Twitter Creandodialogos.

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CAPÍTULO 1: QUÉ SABER

En Edúkame recibimos muchas consultas telefónicas y vi-deollamadas sobre las rabietas: “mi hijo llora enseguidacuando no hago lo que él quiere”, “mi hija se tira al suelo ygrita cuando se enfada”, “cuando le digo que no pega y grita”, etc.Nos consultan porque son situaciones que alarman a lospadres. El que era su dulce y dócil bebé se está transformando–a la corta edad de 18 meses, dos o tres años– en un pequeñodiablillo que se enfada muy a menudo, tiene más genio, semuestra tozudo y, para colmo, no se puede razonar con él.Esto les inquieta porque tienen miedo: temen que su hijo ohija se esté convirtiendo en un consentido o malcriado. Tam-bién se preocupan porque les invaden las dudas y se sientenimpotentes: ¿es normal lo que hace mi hijo?, ¿cómo debohacer?, ¿le castigo?, ¿le dejo llorar?, ¿le riño?, ¿le consuelo?Nuestra experiencia nos dice que cuando los padres apren-den cómo manejar esta etapa, el resultado son niños mástranquilos y equilibrados emocionalmente. Por lo tanto, niñosfelices y con más habilidades emocionales.

Desde un punto de vista terapéutico, yo me quedo mástranquila cuando sé que un niño o niña está pasando por laetapa de las rabietas, porque es una fase normal dentro de sudesarrollo. Además, es necesaria –aunque sea incómoda y di-fícil para los padres– para que los niños puedan aprender atolerar la frustración, y a expresar y canalizar sus emo-ciones negativas (ambas son buenas habilidades emociona-les). Un aprendizaje vital para vivir en una sociedad en la quetendrán que lidiar con normas, límites y renuncias, puescuando sean adolescentes o adultos verán que no siempre lascosas serán como ellos deseen. Como padres nos gustaría queestuvieran preparados para afrontarlos y gestionarlos de lamejor manera, ofreciéndoles felicidad.Pues, queridos papás y mamás, la infancia es la épocadonde se debe dar este entrenamiento. La etapa de las rabie-tas le permiten al niño ir practicando para ganar en toleran-cia ante sus propias frustraciones, desilusiones, reveses,pérdidas, errores, equivocaciones, etc.Por lo tanto, las rabietas son oportunidades que tenemoslos padres para enseñarles habilidades emocionales que lesayudarán a ser adolescentes y adultos con madurez interna.

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LAS RABIETAS EDUCANFritz Perls, médico neuropsiquiatra y psicoanalista fun-dador de la Terapia Gestalt, en su libro Sueños y existen-cias aclara que en el crecer hay dos alternativas: o elniño crece y aprende a sobreponerse a la frustración o setransforma en un malcriado. Puede que resulte un malcriadoporque cada vez que desea algo lo consigue –ya que sus pa-dres creen que debe tenerlo todo (tal vez porque ellos nuncalo tuvieron), o porque los padresno toleran bien la frustración delniño–. Cada vez que el niño esconsentido para evitarle unafrustración, se le está conde-nando. Porque en vez de usar supotencialidad para crecer la usapara controlar a los adultos, paracontrolar el mundo.Los niños saben pedir lo que desean, ya sea con palabraso con gestos: ir al parque en este mismo momento, ser cogi-dos en brazos porque no quieren andar, comer algo antes decenar, meter las manos en el plato, no comer pescado, tocarel ordenador, ir a dormir tarde, y un larguísimo etcétera.En muchas ocasiones, para evitar el mal trago, cedemos:ya sea porque no tenemos fuerzas para aguantar y oír la con-secuente rabieta, ya sea porque nos apena que se lleve unchasco. Hemos de ser conscientes que al consentir no les esta-mos ayudando a crecer. Les facilitamos demasiado las cosas.Lo bueno para su desarrollo es que busquen sus propios re-cursos, se esfuercen en encontrar alternativas, conozcan mejorsus fuerzas, miren hacia dentro de sí mismos y descubran quépueden hacer (¡con lo creativos que son a estas edades!).- 10 -

“O el niño crecey aprende asobreponerse ala frustración ose transforma enun malcriado”.

Por ejemplo, el niño pequeño ante escenas de frustraciónpuede pensar o sentir:“Si no me coges aúpa y no atiendes a mi eufórica ra-

bieta, no me quedará más remedio que hacer el esfuerzoy caminar yo solito o solita. Pero, ¿podré hacerlo? Uf,no tengo ganas. ¡Anda! Pues resulta que sí que he po-

dido hacerlo”.

“Si no me dejas ver más dibujos en la tele y no cedesante mis múltiples insistencias, tendré que poner en mar-

cha mi creatividad y jugar con algo”.

“Si no me das esa piruleta que tanto deseo (¡y mira quéescándalo estoy armando en el supermercado!), tendré

que aprender a conformarme.

¿QUÉ ES UNA RABIETA?La rabieta es una explosión emocional, que sirve comocanal para expresar emociones negativas de rabia o en-fado. Esta puede darse porque el niño no ha conseguidolo que deseaba, como por ejemplo, subirse al tiovivo, ponerseesa chaqueta y no la que le dice mamá, comerse una chocola-tina y no el bocata, ir en brazos y no caminar, etc. Tambiénpuede ser porque algo no le ha salido como él quería. Porejemplo, una torre de construcciones que se cae, el castillo de- 11 -

arena que no ha quedado bien, el dibujo que no ha resultadocomo él quería, su coche de carreras que se acaba de romper,un puzle que no sabe cómo hacerlo y además no se deja guiarpor mamá, querer comer o tal vez escribir solito y enfadarseporque no le sale bien, etc. Tanto estas situaciones como otras ponen al niño pe-queño en contacto con emociones negativas y de forma in-tensa –pues toda emoción en la infancia se vive de formaintensa–, que además todavía no sabe regular. Por eso se dala rabieta, porque expresa con todo el cuerpo su enfado anteel disgusto que siente, sin saber todavía cómo tolerar esafrustración.Un mamá me contaba en Edúkame que su niña de 18meses, cuando la intentaba ayudar a hacer algo como colo-carse bien la cuchara para que empezara a comer ella solitao enseñarle a hacer un puzle o juego, no se dejaba guiar, seenfadaba y de la rabia seponía a llorar fuerte y de in-mediato. La tranquilicé ex-plicándole que elcomportamiento de su niñaera normal para su edad ydespués la orienté para quefuera ayudándola a tolerarsu propia frustración (tal ycomo leerás en esta guía).Las rabietas son una parte normal del desarrollo y no setienen que considerar algo negativo. Según sea el tempera-mento del niño o la niña, la rabieta se darán de forma regular,frecuente e intensa, o en pocas ocasiones.- 12 -

“Según sea eltemperamento delniño o la niña, larabieta se darán deforma regular,frecuente e intensa, oen pocas ocasiones”.

¿POR QUÉ SURGE?Apartir de los 18 meses y, sobre todo, de los 2 años enadelante, el niño ha ganado ciertas habilidades y madu-rez que le hacen ser más independiente: sabe caminarpor sí solito, incluso correr, subir y bajarse de muchos lugares,sabe expresarse con palabras o pequeñas frases, etc. Esta re-ciente autonomía le da un cierto poder que quiere empezar apracticar. Ya no depende tanto del adulto como en la etapa an-terior de bebé en la que ni siquiera podía comer por él mismoo trasladar sus juguetes. Ahora sabe expresar lo que quiere –olo que no quiere– con gestos y palabras (aunque sea de formarudimentaria) e incluso desplazarse por donde él quiere.Así que ahora el pequeño de 18 meses o de 2 años ymedio empieza a expresar sus deseos y espera obtener unarespuesta inmediata y positiva por parte de sus padres o deladulto que esté a su cargo a sus voluntades. Cuando no es así,el niño siente una intensa frustración que por la inmadurezpropia de la edad no sabe aún gestionar. - 13 -

El niño vivirá muchos momentos en los que sus deseos nopodrán verse cumplidos: en unas ocasiones porque chocaráncon los de sus padres, en otras por imposibilidad y en otraspor las propias reglas de la sociedad. Por ejemplo: el niño queno quiere ir en el cochecito porque desea ir caminando a suritmo y parándose para mirar cosas, pero mamá decide no ba-jarlo tal vez porque tiene prisa o porque no puede en ese mo-mento estar pendiente todo el rato de él. Lo mismo con el niñoo niña que desea bajarse inmediatamente del automóvil, peromamá no le baja porque aún no han llegado al destino. O la si-tuación en la que el niño quiere comer solito aunque se lo tiretodo por encima, pero a mamá o papá no les parece bien quese manche toda la ropa y la silla. Y así un largo etcétera.Es propio de la infancia que el niñoquiera que se satisfagan siempre sus deseos,y además, sin espera, de forma rápida e in-mediata (sobre todo antes de los 3 años).Puede ser motivo de rabieta que le digas a tuniño: “sí, ahora te acompaño a tirarte por eltobogán”, pero que se enfade por esperar soloun minuto. De nuevo, le vence la rabia porquesu deseo no es cumplido de forma inmediata.Otro motivo de rabieta puede ser que el niño no tenga cu-bierta alguna necesidad. El hambre, el cansancio, el aburri-miento, el sueño, el sentirse solo o no atendido suelendesencadenar rabietas porque el niño siente una emoción des-agradable y negativa y no sabe cómo gestionarla adecuadamente(ni sabrá, de momento, por la inmadurez de su edad). Debemosasegurarnos de que las necesidades de nuestros pequeños síestén cubiertas o sino hacer lo posible porque sean atendidas,pues muchas rabietas son un grito de alarma de nuestros pequespara expresar de la única forma que de momento pueden expre-sar que tienen sueño, hambre o falta de atención afectiva.- 14 -

“De nuevo, levence la rabiaporque su deseono es cumplidode formainmediata”.

CUÁNDO SURGE Las rabietas generalmente comienzan alrededor de laedad de 12 a 18 meses, empeoran entre los 2 y 3 años,luego disminuyen hacia los 4 años, y ya casi no se vuel-ven a presentar. Entre los 2 y 3 años se suelen dar la mayoría de ellas, y,por tanto, son momentos de aprendizaje para nuestros pe-queños. Necesitan aprender a regular la intensidad de susemociones negativas y esto lo lograrán con entrenamiento.Por eso este periodo, aunque nos parezca largo y algo incó-modo, es necesario para que puedan aprender a tolerar susfrustraciones y a autorregularse.

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CAPÍTULO 2: QUÉ HACER

QUÉ HACER ANTES DE UNA RABIETALa prevención suele ser una buena recomendación. Si re-ducimos los efectos que las provocan, nos permitirátener que lidiar con menos escenas de rabietas, pero noevitarlas del todo (repito que tampoco es lo deseable, pueses un mecanismo sano de sacar una emoción desagradable yaprender a autorregularse).Este listado, además, ofrece pautas educativas necesariaspara orientar de forma equilibrada a nuestros pequeños.

1. Ofrecerles pautas claras. En muchas ocasio-nes los niños no saben exactamente qué es lo que deben hacero qué es lo que se espera de ellos. Por ejemplo, estamos en uncomercio y el niño (de 2 o 4 años) le pide a mamá “cómprameeso”, mamá le responde “no, no te lo voy a comprar”; “¿por qué?”,le pregunta el niño con tono de enfado y mamá contesta: “por-que ahora no”. Puede que el niño se conforme de mala gana peroal cabo de dos minutos vuelve a señalar otra cosa con el dedo yle dice de nuevo a mamá: “cómprame esto”, a lo que mamá leresponde con un tono algo más irritado “te he dicho que no”, yel niño insiste e insiste que se lo compre, ya sea con palabras,gritos o incluso llanto (ya se ha desencadenado la rabieta). Mamá se puede estar preguntando internamente “¿porqué insiste tanto si ya le he dicho que no le voy a comprarnada…?, ¿por qué es tan cabezota?” Pero cuidado porque esano es la información que tiene el niño, a él se le dijo simple-mente “ahora no te lo voy a comprar”, con lo que el niño pe-queño entendió que en ese momento no le iba a comprar nada,pero esto quedó abierto para otras compras en otro momento.- 17 -

Los niños pequeños todavía no tienen bien definida la no-ción temporal, con lo cual, si mamá tiene la intención de nocomprarle nada durante la visita comercial, debe dejárseloclaro desde un principio para evitar la escena típica de pata-leta en el supermercado: “Cariño, no hemos venido a estatienda a comprar para ti. Mamá va a comprar unas cosas paracasa y tú me puedes ayudar, pero no te voy a comprar nada,¿lo has entendido cariño?” Esta es una información simple,que ofrece una pauta clara que aunque disguste al niño, puedehacer que no intensifique su enfado ni entre en pataleta por-que mamá le dejó claro qué debe hacer y qué se espera deél. No ofrecer pautas claras genera muchos momentos de en-fado a los niños pequeños y rabietas continuadas.

2.Ajustar las normas y expectativas a suedad. No, podemos no pretender que un niño de dos añosaguante mucho tiempo en un comercio sin tocar nada, sinpedir nada, sin querer correr para arriba y para abajo, etc.Los niños a esta corta edad necesitan movimiento, tocar, ex-perimentar, y pueden estarse quietos poco rato. Es mejor ir acomprar solos, o si es con ellos que sea corto y rápido.

3.Mantener los objetos prohibidosfuera de su vista y de su alcance. Para evitarestar diciéndoles “no” constantemente y tener que llegar a unalucha de poder: el niño los quiere tocar y la madre no quiere.

4.Atender sus propios límites. Si sabes quetu pequeño está cansado, no es el mejor momento para inten-tar que camine él solito. El cansancio, el hambre y el no recibiratención o afecto aumenta su predisposición a la rabieta.- 18 -

5.No son tolerantes ante la frustración.De 0 a 3 años no tienen tolerancia ante los disgustos y de 3 a6 años esta sigue siendo baja. Esta tolerancia se aprende, ypara ello necesitan ir entrenándose durante su infancia reci-biendo la buena guía de sus padres.6.Ofrecer constancia. Cuando los niños sabenque sus papas permanecen en el no aprenden más rápido aintegrar la frustración que para ellos supone no salirse conla suya y a ir regulándola. Los primeros no los reciben conmás frustración en cuanto a su intensidad, que los decimo-quintos frente la misma situación. La constancia tambiénayuda a ofrecer equilibrio interno al pequeño. Si hoy le dices“no juegues con mi móvil” mientras se lo quitas de las manosy acoges su consiguiente enfado durante un ratito; pero ma-ñana, ante lo mismo, no le dices nada, le desorientas y no leayudas a ir ganando equilibrio interno. 7.Ofrecer pocos nopero claros. Si al niño pe-queño le vamos diciendo que no a muchas cosas, incremen-tará su frustración porque se verá excesivamente limitado ensus deseos y las rabietas irán en aumento. A su vez, un excesode no también hace que el niño se vuelva sordo y no atienda alas limitaciones de los padres, e intente salirse con la suya me-diante la pataleta manipulativa: lloro, grito, pego hasta conse-guir lo que quiero porque sé que así puedo. En estos casos lasrabietas se dan constantemente y el niño no aprende a gestio-nar su frustración y se vuelve más intolerante.8.Coherencia en los padres. Es importanteque estén ambos de acuerdo a la hora de poner las normas,de ofrecer las pautas claras y respecto a las consecuenciasque se aplicarán en caso de no cumplirlas.

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9.Tiempo de calidad para estar con losniños. Si no resulta fácil pasar mucho tiempo con los hijos,por lo menos el que se tenga debe ser de calidad. Puede serjugando con ellos al mismo tiempo que se enseñan valores,leyendo cuentos, contando historias sobre cuando uno erapequeño, haciendo alguna actividad en familia, etc.QUÉ HACER DURANTE LARABIETATanto los adultos como los niños, al conectar con la rabiatendemos a activarnos y a ponernos en movimientopara responder a aquello que la provocó. Los niños pequeños son más espontáneos en la expresiónde sus emociones así que, cuando un niño se enfada porque lehan quitado su pala y cubo, la rabia que siente hace que su cuerpose active y quiera responder a aquello que le provocó rabia.

Podrá responder reaccionando enérgicamente contraquien le quitó su juguete (ya sea su madre u otro niño), opodrá responder ante esta sensación de agresión o frustra-ción llorando fuertemente, dando patadas, tirándose al suelo,gritando, etc. Reacciones todas ellas espontáneas, que no tie-nen la voluntad de hacer daño a nadie, sino de descargar esaintensa emoción que siente, que es desagradable y que ade-más le induce a salir hacia afuera.Esta emoción que quiere descargar es rabia o enfado y esmejor vaciarla que quedársela dentro. Lo ideal es que esta expre-sión sea de forma adecuada, como explicamos a continuación:

Tres reglas para descargar rabia sin dañarAunque los niños pueden sentir rabia en cualquier lugary momento, debemos tener en cuenta que en su expresiónesa rabia no se vuelva en su contra, es decir, que cuando estánen plena rabieta:

Durante la rabieta hemos de protegerles para que no sehagan daño a ellos mismos, ni a nadie, ni a nada.- 21 -

1. NO se hagan daño a ellos mismos:golpeándose la cabeza, tirándose fuertemente alsuelo, pellizcándose, tirándose del cabello,arañándose los brazos o la cara, etc.

2. NO hagan daño a nadie: mordiendo,empujando, pegando a los demás, ya sea su amigo,su hermano, su madre, su padre, etc.

3. NO dañen nada: rompiendo objetos ogolpearlos fuertemente.

Enseñar cómo expresar la rabiaDebemos permitir la expresión de esta emoción perotambién debemos enseñarles de qué forma la pueden des-cargar y de qué manera NO deben.Cuando son muy pequeños, entre el año y los dos añosde edad, las rabietas son muy intensas y suelen ir acompaña-das de lloros intensos y gritos que les ayudan a liberar la ten-sión que sienten ante una frustración o enfado. En esosmomentos lo mejor es acompañar, no actuar y vigilar que secumplan las tres reglas anteriores.Algunos minutos después de que el niño esté llorando(explosión emocional) le podemos ofrecer alternativaspara canalizar su enfado o para que centre su atención enotra cosa positiva, ayudándole de esta forma a salir del blo-queo por la frustración que siente. “¿Vamos a ver qué hacepapá en la otra habitación?”.Pero primero mejor dejarle llo-rar unos minutitos para quedescargue, y mientras perma-necer a su lado sin enfados nirecriminaciones. Esta actuación también es válida en cualquier situaciónde enfado intenso que te tenga el niño a lo largo de su infancia.

Evitar que se haga daño a sí mismo: límites protectoresSi durante la rabieta el niño se hace daño a sí mismo golpe-ando la cabeza contra el suelo, contra la pared o arañándose, otirándose del pelo, debemos actuar inmediatamente parandosu acción con nuestras manos cariñosas pero firmes mientrasle decimos: “Te estás haciendo daño. Puedes enfadarte pero note hagas daño”. Entonces es mejor quedarse cerca de él y ponersea su altura para acompañar su rabieta ofreciéndole nuestros lí-- 22 -

“Debemospermanecer a sulado sin enfados nirecriminaciones”.

mites protectores. No dejes que se golpee o arañe. Páralo con tucuerpo y manos sin gritarle ni reñirle. Pasados unos minutos, encuanto veas que su intensidad está bajando y creas que te puedeescuchar, ofrécele una alternativa para que saque su rabia sindañarse: “dale con la mano a la cama o a este cojín, cariño, queasí no te harás daño”. No te apresures en que te escuche, pues enplena explosión emocional no atenderá a tus palabras, pero sí atu contacto (tus manos firmes y cariñosas o tu abrazo).Darle una pelota en esos momentos también es unabuena estrategia para que el peque pueda descargar su en-fado golpeándola contra el suelo sin hacerse daño a sí mismo,y así le brindas centrar su atención en una alternativa sanaque no sea la autoagresión.Evitar que dañe a los demásSi el niño o niña enfadado le da un puntapié a una silla ti-rándola con fuerza, empuja a alguien haciéndole caer al sueloo muerde a otro; necesita saber que estas acciones son dañi-nas y que no son correctas. También necesita aprender dequé forma puede expresar su enfado teniendo en cuenta lastres reglas anteriores.Le podemos transmitir este mensaje: “Parece que estás en-fadado y por eso tienes ganas de empujar. Es mejor que golpeesesta pelota que te ayudará a sentirte bien. Pero no hagas daño anadie, o dibuja y rompe estos papales. Veras qué bien te sienta".

Se puede descargar la rabia bailando enérgicamente,corriendo, saltando, golpeando cojines o almohadas,

hablando con alguien, llorando, gritando, garabateandocon fuerza, aplastando plastilina, rompiendo periódicos u

hojas recicladas, etc. Y esto se puede hacer desde elprimer año de edad ¡hasta los noventa y nueve!- 23 -

Todas estas acciones ayudan a liberar emociones negati-vas sin dañar y posteriormente a poder regular por unomismo la intensidad de la emoción.“Si dejo que mi hijo golpee un cojín, ¿estaré favoreciendoque se convierta en una persona agresiva?” No. Estás com-prendiendo su emoción y enseñándole a expresarla hasta queaprenda a regular por sí mismo su intensidad y a controlarse.Con este aprendizaje, la intensidad de la rabia va a menos, noa más. Cuando el niño recibe gritos o nalgadas por su rabieta,sí se le está ensañando agresividad. - 24 -

LA ACTUACIÓN DE LOS PADRESLa pataleta, rabieta o el berrinche no es una acción queel niño haga para molestarnos, desautorizarnos o com-plicarnos el día –aunque a veces así sea cuando los pa-dres nos encontramos sin recursos– sino que es el mecanismoque tienen nuestros niños para expresar su rabia, su frustra-ción. Por esto necesitan de nuestra guía y buena actuaciónpara aprender a ser tolerantes y gestionar sus emociones.

No te enfades, ni grites, ni amenaces. Dile las cosas concariño y firmeza. No le estás riñendo, por lo tanto, no le pon-gas mala cara para decirle que no.

Conserva firme tu postura, pese a la rabieta. Entiendeque ante la frustración lo único que tu peque puede hacer –por su inmadurez– es quejarse.No razones en ese momento. Evita darle explicacionesen ese momento o hacerle preguntas para entender su en-fado. Sus emociones le están dominando, por lo que no puedeatender a tus palabras.Mantente todo lo calmado posible. Las emociones secontagian. Si tú no te alteras como tu peque, él se podrá con-tagiar de tu calma pasado el momento de la explosión emo-cional.Valida su emoción. “Te puedes enfadar, cariño. Veo queestás enfadado”. Permite su rabieta durante un tiempo corto.Si se alarga la rabieta, marca una pequeña distancia

física. Separarte un poco de su lado dando a entender que note interesa alargar su pataleta. Eso sí, vigila siempre su segu-ridad, que no se haga daño a sí mismo ni a nadie más, y mássi esta se da en la calle o un sitio público.Establece una distancia emocional, pero sin dejarlo

solito más de tres minutos. Le puedes decir mensajes deltipo “cuando te calmes, te atiendo. No me gusta lo que hacesy ahora no me apetece jugar contigo. No me gusta que me tra-tes mal, etc.”. Si estás en casa y le ofreces este mensaje deján-dolo solito en el comedor o en su habitación llorando, regresaa ver cómo está a los dos minutos como muy tarde. Acércatea él, tócalo si se deja y si puedes ofrécele ya alguna alternativapara que no se bloquee en la frustración: “veo que aún siguesenfadado, cariño, pero me gustaría que vinieras a ver unoscuentos conmigo”.- 26 -

QUÉ HACER DESPUÉS DE LA RABIETAUna vez pasada la explosión emocional que viene acom-pañada de llanto, gritos, pataletas, y una vez que elniño se haya calmado, es el momento de utilizar laspalabras, la lógica o la razón (antes no). Ahora sí podemos ha-blarle de cuál era la conducta adecuada, los motivos por losque no le hemos dejado hacer una cosa u otra, o cómo puederesponder adecuadamente la próxima vez que se enfade: “yaveo que te ha enfadado que no te dejara ir descalzo por el par-que, te puedes enfadar y llorar por ello pero no pegarme, ca-riño. Si pegas haces daño y eso no está bien”. Poner palabras a sus emociones y acciones de forma sen-cilla, les ayuda a ir aprendiendo a identificarlas y nombrarlasy también a expresarlas de forma correcta. Es decir, les per-mite a aprender a gestionarlas.Este aprendizaje es de largo recorrido, es decir, si tu niñoes de los que se descarga golpeando a los demás, necesitarámuchas veces de tus límites protectores y sencillas explica-ciones posteriores para ir in-tegrando este aprendizaje.Dicho de otra forma, reque-rirá varios meses o todo unaño para ir aprendiéndolo.Tu constancia y tus mensajesserán cruciales.

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“Este aprendizaje esde largo recorrido,tu constancia y tusmensajes serancruciales”.

QUÉ NO DEBEMOS HACERNo pegarle jamás. Ni un cachete. El niño no está ha-ciendo nada malo, está expresando su emoción como niño pe-queño que es. Si los padres le enseñan, aprenderá a lo largode su infancia a tolerar sus frustraciones y, por tanto, sus ra-bietas serán cada vez menos intensas (sobre todo a partir delos 4 años).No razonar con ellos en ese momento. Cuandola emoción les desborda no pueden atender a nuestras pala-bras o argumentaciones. Así que déjalo para unos minutosdespués. No etiquetarlo de tozudo, ni de consentido, ni

de malcriado, ni de egoísta, ni de malo.

No recriminarle con gritos ni nalgadas suconducta. Así le enseñas a hacer lo mismo y en el futuroaumentará su agresividad.

Ceder a las peticiones causantes de la rabieta.Con ello el niño aprenderá únicamente a manejar, manipular,controlar a los padres. Alargar por mucho tiempo el momento del

enfado. Una vez que el niño haya descargado emocional-mente y recuperado el control, elógialo por ello, dale unabrazo y reafírmale que le quieres.- 28 -

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CAPÍTULO 3: CONSULTAS REALES

CUANDO SE ENOjA, TIRA TODO y PEGA A OTROS NIñOS

La consulta“Jordan tiene 2 años 10 meses. Me preocupa su enojo, ya

que a veces pone una expresión de reto. Esto ocurre desde los 2años y pasa cuando realiza alguna actividad y no le sale bien:empieza a tirar todo. La verdad es que ahora comienza la guar-dería y me preocupa porque cuando se enoja, tira todo y pegaa los niños.”

Nuestra respuesta expertaAntes de preocuparnos por un comportamiento de nues-tro hijo debemos saber si es parte de su desarrollo evolutivopara considerarlo problemático o no.- 30 -

En este caso, Jordan tiene casi tres años y, por lo tanto, esprobable que esté experimentando episodios de rabietascompletamente normales a su edad.Hacia los 2 años, el niño comienza la crisis de oposición,que es positiva y necesaria, pues a través de los berrinches sefortalece y se afianza su identidad recién descubierta.Es habitual que hagan lo contrario de lo que se les indica,se oponen al adulto, se comportan con más rebeldía y sufrenataques de cólera, se tiran al suelo, quieren hacer las cosassolos y la palabra que más repiten es no, no y no.Enseñar a tolerar la frustraciónCuando Jordan realiza alguna actividad y no le sale, lafrustración que siente le supera y su inmadurez le impide ca-nalizar esa emoción tan intensa adecuadamente, llegando atirarlo todo, a enojarse de manera desmedida y en algunoscasos hasta pegar a otros niños.Cuando surgen estos episo-dios, los padres tenemos quemostrarnos más próximos quenunca, tener presente que no estan importante la rabieta delniño sino la respuesta que ten-gamos ante ella. Cada vez que elniño manifiesta frustración te-nemos una oportunidad paraenseñarle una lección para la vida; sin embargo, cuando solole reprendemos por tirar todo sin enseñarle a canalizar esasemociones, no le ofrecemos herramientas para enfrentarse apróximas frustraciones que pueda experimentar.

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“Cada vez que elniño manifiestafrustración tenemosuna oportunidadpara enseñarle unalección para la vida”.

Cómo enseñar a canalizar las emociones negativas• Cuando se frustra ante una actividad que no le sale debemosayudarle a tranquilizarse.• Ignorar la conducta inadecuada siempre y cuando no corrapeligro nadie, pero mostrando nuestra proximidad: “Mamaestá contigo”.• Ayudarle a entender lo que le sucede con serenidad y cariño.• Validar esos sentimientos de frustración: “entiendo que estésenfadado porque no te ha salido la torre como tú querías”.• Cuando se haya calmado, enseñarle cómo puede enfrentarsela próxima vez a ese sentimiento de enojo: respirando hondo,sentándose en la cama un rato, leyendo un cuento, pintandoun dibujo con fuerza y rabia, rompiendo papeles, etc.• Finalmente, le ofreceremos nuestra ayuda para lograr loque quería o le haremos sugerencias para lograrlo por símismo. ¿Quieres que lo volvamos a intentar juntos?

NO SÉ CÓMO ATENDER A MI HIjA CUANDO TIENE RABIETAS

La consulta“Tengo una niña de 22 meses y cada vez tiene un carácter

más irritable, ante un no por respuesta enseguida empieza unarabieta o, incluso estando a buenas, pide las cosas con gritos yde malos modos. Aunque intento no prestar atención a susmalos modales o su rabia, no sé cómo parar ese círculo vicioso.”

Nuestra respuesta experta¿Qué puedes hacer? Mostrarle con paciencia, amor y deforma continuada cuáles son las buenas maneras y hastadónde puede llegar (o sea, mostrar los límites).Que chille ante un no, que grite opatalee porque no ha conseguido algo(tal vez quiere jugar con una muñecay tú no le dejas por ser el momento deir a dormir), no es nada grave. No esmalo, ni es de ser maleducada. Tupeque no es diferente a cualquiera deeste mundo. Chilla, grita, patalea paramostrar su enfado y para demos-trarse a ella misma que tiene poder,tiene autoridad y que puede conse-guir las cosas que ella desea.Respeta su actitud de enfado: “Ya veo que estás muy enfa-dada. Lo siento, pero ahora no es el momento de jugar. Cuando- 33 -

“Chilla, grita,patalea para mostrarsu enfado y parademostrarse a ellamisma que tienepoder, tieneautoridad y quepuede conseguir lascosas que ella desea”.

te calmes te atiendo”. Déjala en su enfado, no la atiendas más,no le insistas en que deje de llorar, en que así no se chilla. No ledigas nada, déjala tranquila que llore y saque su rabia. Cuando se acerque a ti, si lo hace gritando, dile de nuevocon naturalidad: “Si me chillas no te entiendo. Veo que estásmuy enfadada. Saca tu rabia y cuando ya te encuentres menosfuriosa hablamos”.Cuando haya llorado, pataleado y gritado lo que ella ne-cesite se irá calmando poco a poco. Entonces trátala con dul-zura, sin rencor ni enfado. No ha hecho nada malo, así que nodebes tratarla con mala actitud. Tócala con suavidad y enton-ces llevad a cabo lo que debía hacer (en este caso era irse adormir sin jugar con la muñeca).¡Ojo! Porque si después de la ra-bieta la peque obtiene lo que tanto de-seaba (o sea, jugar con la muñeca envez de ir a dormir), habrá aprendidoque si llora y patalea con todas susfuerzas consigue hacer que sus padrescambien de opinión para obtener ellasus deseos.Lo que debe aprender es que siestá enfadada (porque le han dicho unno) puede sacar su rabia, llorar, pata-lear, desahogarse gritando y llorandoporque está frustrada, pero que igual-mente debe cumplir con lo que dicenpapá o mamá, pues ellos saben lo quees bueno y necesario para ella.- 34 -

CUANDO SE ENFADA ¿LE DEjO LLORAR MUCHO RATO?

La consulta“Soy mamá de Esteban, de dos años y medio. Ahora dice no

a todo y cuando lo dejamos encerrado en su cuarto para quese calme puede llorar por horas. Un día se quedó como treshoras. Sabe salir de su cuna y sabe hacer pis solo pero ese díamojó toda su cama con pis y siguió llorando pasadas las treshoras. ¿Qué hago?”

Nuestra respuesta expertaTu hijo se encuentra en esta fase en la que quiere probarsu autoridad, salirse con sus demandas, y cuando no lo con-sigue se enfada con la fuerza de un volcán.Permitir que tu hijo llore y expresesu rabia cuando tú le pones límites esbueno, pero dejarlo llorar más de cincominutos es totalmente contraprodu-cente, y mucho más, encerrarlo en sucuarto. Tu hijo no se calmará solo, tenecesita a ti para conseguirlo.Al dejarlo encerrado en su cuarto durante tanto rato a laespera de que se calme, lo que le estás transmitiendo es“estás castigado por no obedecer, has sido muy malo y poreso te encierro”. Seguramente a la rabieta de tu hijo se le sumóla impotencia de sentirse solo, encerrado, y, además, aban-donado emocionalmente, y esta situación no le ayuda enabsoluto a gestionar su rabieta, ni a madurar.- 35 -

“Permitir que tuhijo llore y expresesu rabia cuando túle pones límites esbueno”.

Si tú ves que tras tres minutos de llanto tu hijo no secalma, seguramente la intensidad de su rabia o frustraciónsea tan grande que te necesite para calmarse.Acude a su habitación para hablar con él y para ayudarle.Sin gritarle, sin amenazarle, sin castigarlo, sin reprocharle suconducta le dices: “Ya veo que estás muy enfadado, cariño, por-que te he dicho que no”. Y mejor te quedas a su lado. Segura-mente no dejará de llorar, pero tu presencia le ofrecerá el apoyoemocional que necesita para poder encauzar de manera sanasu frustración. De esta forma, le ofreces un límite claro, perosin abandonarlo emocionalmente y sin castigar su conducta. A los pocos minutos, si su llanto sigue le puedes ofrecer unaalternativa para que pueda centrar su atención en algo positivoy así desbloquearlo del enfado: “me gustaría leer un cuento con-tigo, cuando se te pase el disgusto lo podremos hacer”. Tu hijo necesita que le ayudes a gestionar su rabieta y sufrustración pero sin castigos ni abandonos.

MI HIjA DICE A TODO QUE NO, ¿DEBO CONTARHASTA TRES?

La consulta“Buenos días. Tengo un niño de 3 años y 9 meses y estamos

en la fase del no. Siempre que le pedimos que haga algo nos res-ponde igual “no”. Le repetimos todo varias veces hasta que tene-mos que recurrir al “cuento hasta tres“, pero no lo veo una buenaopción, ya que me gustaría que lo hiciera por sí mismo. Gracias.”

Nuestra respuesta expertaEsta etapa es muy pesada para nosotros, y para ellos. Escansado estar constantemente encima repitiendo e insis-tiendo que hagan las cosas. Además, tiene el efecto secunda-rio de que los peques se acostumbran a nuestras insistenciaso amenazas y acaban por no escucharnos.La técnica del cuento hasta tres es una opción, pero si lausas diariamente acabará por ser una amenaza y ni te escuchará.Úsala de vez en cuando (dos veces a la semana como mucho).Para conseguir que hagan las cosaspor ellos mismos y no como respuesta anuestros enfados o amenazas, debemosdemostrarles que si no hacen esto o lootro los resultados dependerán de ellos.Para enseñarlo es muy importante nues-tra actitud: sin enfados, sin chillidos niamenazas, y sobre todo, sin echarnosatrás y cumpliendo lo que decimos. - 37 -

“Demostrarlesque si nohacen esto olo otro losresultadosdependeránde ellos”.

Para empezar, busca momentos en los que no tengas prisa:Mamá: –Ve a buscar tu abrigo y póntelo que nos vamos a la calle.

Hijo: –No, no quiero.

Mamá: –Yo voy a buscar el mío y me voy a preparar para irme,cuando esté lista me iré. Si quieres venir conmigo ponte tuabrigo. Déjale un tiempo corto y si ves que ni se mueve des-pídete de él. “–Adiós cariño, me voy a la calle”. Abre la puertay vete. Quédate detrás escuchando pero sin hacer ruido.Cuando tu peque vea que te has ido y se ha quedado solo,seguramente llorará y gritará asustado. Pasados cinco se-gundos, vuelve a entrar y aunque tu corazón esté sobrecogidopor el susto de tu niño, ten una actitud tranquila y segura: Mamá: –¿Por qué lloras, cariño?

Hijo: –Estaba solito ¡te has ido!

Mamá: –Te he dicho que me iba a la calle y como no te haspuesto el abrigo pensaba que no querías venir conmigo. ¿Quie-res venir a la calle?

Hijo: –Sí.

Mamá: –Pues ve a buscar tu abrigo y póntelo que nos vamos. Verás qué rápido se lo pone. Tal vez te pida que lo acom-pañes a buscarlo por miedo a que te vuelvas a ir, accede perono acabes poniéndole tú el abrigo, pues entonces no habráservido de nada lo hecho hasta ahora.- 38 -

Si tu actitud es serena y firme, el mensaje que le estástrasmitiendo es que se vaya responsabilizando de sus accio-nes: como no se ha puesto el abrigo es que no quería ir a lacalle. Tu peque enseguida percibirá que tú no te has enfadado,no le has chillado, no le has insistido, así que si quiere obtenerlo que quiere depende de él. Si en esta situación siempre re-accionas igual, verás cómo en breve no le tienes que insistirnada para que se ponga el abrigo.

BIBLIOGRAFÍAAldort, Naomi. Aprender a educar sin gritos, amenazasni castigos. Ed Medici, 2009Chías-José Zurita, Macarena .Emocionarte con los niños.Ed Desclée De Brouw , 2010Cornejo, Loretta. Manual de terapia infantil Gestáltica.Ed. Desclée de Brouwer, 2010

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QUÉ ES EDÚKAMESoluciones para educar jugandoA través de juegos y actividades los padres junto a sushijos aprenden a resolver situaciones típicas de la infancia:asumir hábitos y rutinas beneficiosas, y potenciar el buen

desarrollo emocional del niño. Somos especialistas en pe-dagogía, educación emocional, familia y desarrollo infantil.Ayudar a madres y padres, maestros y educadores es nuestramisión.¿Qué hacemos?• Ofrecemos herramientas a los padres y maestros, como

nuestra Revista Digital, para ayudar a superar las típicasfases o situaciones infantiles.• Resolvemos dudas sobre cuáles son las necesidades quelos niños tienen a cada edad: necesidades emocionales, mo-trices, de aprendizaje, intelectuales, sociales...• Ayudamos a los padres para que comprendan las conduc-tas de sus hijos y sepan cómo ayudarles a crecer desde elamor y los límites.• Fomentamos la importancia del vínculo afectivo entre pa-dres e hijos a través del mundo emocional, la inteligencia eimaginación de nuestros niños y niñas.

¿Por qué lo hacemos?Porque creemos en un mundo mejor y ésta es nuestra pe-queña aportación, para que los niños de hoy se conviertan enadultos del mañana con buena autoestima, sabiendo identificary gestionar lo que sienten, que sepan valerse por sí mismos yser responsables de sus acciones gracias a que sus padres yeducadores aprendieron a orientarles desde el amor, con pau-tas claras, límites y desde la entrega incondicional.