Hace ya 50 años que inicié mi carrera profesional como músico. Una bendita y laboriosa profesión que ha llenado mi vida de satisfacciones. Para ser artista hay que prepararse técnica y emocionalmente. Yo lo hice en el Conservatorio de Música de Barcelona, con la imagen de mi padre tocando la trompeta en su orquesta siempre presente mientras estudiaba. A la vez, mi cabeza se iba llenando de sueños musicales. Tocar y cantar, como hice ya a primeros de los años 60 en diferentes salas de Barcelona, mi ciudad, como la entonces famosísima Las Vegas o más tarde, Don Chufo, y salir a cantar en gira por Europa con el grupo “Los Cinco de Barcelona”, empezó a confirmarme que aquellos sueños de estudiante de música no solo merecían ser vividos, sino que era posible vivirlos.

En 1969 grabé mi primer disco y ya era un solista que el público aceptaba y aplaudía. En 1970 viajé por primera vez a la Argentina. En 1976, con la casa de discos EMI, grabé ‘Nostalgias’, una canción que no me ha abandonado nunca en mis directos y que me permitió llegar a la sensibilidad de los amantes del tango, tanto del Río de la Plata, como del resto del mundo. El tango había entrado en mi desde niño, cuando mi madre me cantaba “era una noche de Reyes cuando a mi casa llegaba y comprobé que me engañaba con el amigo más fiel”, del popularísimo trío Irusta, Fugazot y Demare, cuya fama en Barcelona dio origen al chascarrillo “Virosta s’ha fugat amb sa mare”, por su similitud fonética

en catalán, (en castellano sería “Virosta se ha fugado con su madre”). Eso era mucho antes de que yo naciera, pero ya a mediados de los años 20 los chicos que correteaban por los aledaños del Mercat de Sant Antoni, mi barrio, y los de toda la ciudad, sabían muy bien lo que era el tango. En 1925 Gardel cantó en Barcelona, acompañandose él mismo a la guitarra. Y las armonías y las melodías del tango también eran cosa nuestra.

En mi vida profesional he tenido relación con multitud de artistas y con algunos de ellos he grabado duetos como con Paco de Lucía, Rocío Dúrcal, Celia Cruz, el tenor Jaume Aragall o Nana Mouskouri; o he cantado en directo, como con Omara Portuondo, junto a Chucho Valdés al piano. Con todos he disfrutado cantando, porque son grandes artistas que también disfrutan cantando. Sin embargo, tengo que hacer mención de un intérprete excepcional al que solía ir a escuchar, desde mis primeros viajes, al local donde cantaba en Buenos Aires. Les hablo de Roberto “Polaco” Goyeneche, un artista magnífico con quien tuve una gran amistad y con quien compartí escenario en ocasiones inolvidables. Con el Polaco supimos bien que “la verdad es como restregarse con arena el paladar”.

Cuando yo empecé como profesional estaban de moda la canción italiana y la francesa; los crooners norteamericanos, Sinatra, Bing Crosby, Dean Martín; los boleros, Machín, Los Panchos, Lucho Gatica, Bola de

Nieve; las rancheras, el chachachá, el fox y el rock’n’roll, aunque Elvis había dejado de grabar; y, también otros ritmos afroantillanos que un gran cantante como Nat King Cole cantaba en español, con un curioso acento que despertaba las simpatías del público. Yo canté y toqué, con mi trompeta o con mi violín, todos los grandes temas de esos repertorios en boga.

Entonces llegaron los Beatles, los Stones, los Animals, los Moody Blues y las grandes baladas de la música pop pasaron a ser los slows preferidos por los más jóvenes. De la Argentina nos llegaban voces como las de Sandro o Palito Ortega, de México las canciones de Armando Manzanero, Inglaterra nos había brindado la magnífica voz de Tom Jones. Y Elvis, en 1969, volvió cantando hermosas baladas.

Todo eso se cocía en la música, que se había convertido también en uno de los ejes de los cambios acelerados que se producían en el mundo. El jazz influía mucho en los jóvenes músicos, aunque no había circuitos profesionales donde tocar. A mi me fascinó desde siempre el guitarrista Django Reindhart, belga y gitano, y en su honor me puse el nombre artístico de Dyango. Y el ganador del primer Festival de la Canción del Duero, en 1965, fue precisamente ese joven cantante que se hacía llamar Dyango.

El mundo, en aquellos años 60, era de los jóvenes. Y en 1969 viajé a la Argentina por primera vez y debuté en el cine junto a las actrices Ginamaría Hidalgo y Susana Giménez, con una cinta titulada precisamente ‘El mundo es de los jóvenes’, momento en que podría decirse que dio comienzo mi carrera en América. Todos los países hispanohablantes me han acogido, desde entonces, como uno más de sus artistas. Para mí ha sido un honor cantar rancheras en México, tangos en Argentina y Uruguay, filin en Cuba, baladas en Estados Unidos y canciones románticas en todos y cada uno de los países de América.

De esos países, a los que tanto quiero y donde me he sentido tan querido, quiero despedirme ahora, en una gira que emprenderé en 2014 y que será la última de mi carrera. Quiero dar las “Gracias” y decir “Adiós” en los escenarios de todos los países que han hecho, desde hace 50 años, que mi vida de cantante haya sido tan apasionante y que mis sueños juveniles de estudiante de música se hayan cumplido con creces.

Con toda mi pasión y con mis mejores canciones, espero verles en mi última gira para cantarles y decirles “Gracias y adiós”.

Josep Gómez Romero ‘Dyango’

Amante del jazz y de toda la buena música, Dyango siempre dice que un artista debe volcar el sentimiento a la hora de interpretar canciones. Y que si uno no las impregna de amor y sensibilidad, las canciones pierden, por muy buenas que sean. Con una sólida formación musical, Dyango estudió trompeta y violín en el Conservatorio de Música de Barcelona, y recorrió Europa, junto con sus compañeros de estudios, interpretando diferentes estilos musicales y viviendo una vida bohemia, divertida y enriquecedora.

Al regresar a Barcelona empezó a forjarse el Dyango solista, íntimo, de voz rasgada y emotiva, con capacidad de llegar desde los tonos más bajos a los más altos, y de una afinación increíble, que el público conoce.

Seductor y simpático, desde entonces, festivales, grabaciones, premios y giras se han ido encadenando en una trayectoria artística llena de éxitos y de amor por lo que hace.

A pesar de que Dyango es un excelente intérprete de violín y de trompeta, tras su primera experiencia musical decidió continuar explotando su magnífica voz cantando como solista, así, adoptó de Django Reindhart (el guitarrista de jazz gitano) el nombre artístico por el cuál le conocemos y debutó en el Festival de la Canción del Duero (1965).

Después de un breve paso por Zafiro, en 1974, Dyango firmó contrato discográfico con el grupo EMI. Su primer álbum, grabado en 1975, tuvo gran éxito en Latinoamérica, y recibió una excelente acogida por parte de la crítica especializada en España. A partir de la grabación del viejo tango 'Nostalgias', en 1976, Dyango comenzó su conquista del mercado español. Tras obtener en el mismo año el premio al mejor intérprete y a la mejor canción del Festival de Benidorm con el tema, 'Si yo fuera él', su carrera resultaría imparable tanto a nivel nacional como internacional.

Desde entonces, el repertorio de Dyango ha incluido los mejores boleros, tangos y rancheras, las viejas canciones de los guateques de los sesenta, decenas de éxitos propios y hasta piezas líricas. A lo largo de su carrera ha grabado dúos con artistas tan destacados como Nana Mouskouri, Paco de Lucía, Rocío Dúrcal, Celia Cruz, Óscar D'León, Sheena Easton, Roberto Goyeneche, Pimpinela y el tenor Jaume Aragall. Año tras año Dyango recorre América Latina y parte de Estados Unidos, cantando en los mejores teatros como el Carnegie Hall de New York, el Miami-Dade County Auditorium de Miami y el Universal Teather de Los Ángeles; el Gran Rex de Buenos Aires; el Jockey Club de Lima (Perú) o el Festival de Viña del Mar (Chile), entre otros.

Dyango ha obtenido a lo largo de su carrera 55 discos de oro y 40 de platino, que le han sido concedidos tanto en España como en diversos países latinoamericanos e incluso en Estados Unidos. De entre todos ellos, cabe citar el doble disco de platino conseguido por el álbum 'A corazón abierto', así como el quíntuple disco platino por ‘Al fin solos’.

También ha sido nominado varias veces a los Grammy Latinos, la última en 2010. Ha sido invitado en diciembre 2011, como artista principal, a uno de los mejores festivales de tangos de Argentina, el Festival Internacional de Tangos Justo Daract, para interpretar tangos y cerrar el festival. Nombrándole Hijo Predilecto de la Ciudad.

Ha recibido el Premio de la Música por la Mejor Canción en Catalán por su tema ‘El Pare’, 2005. Así mismo, la Asociación de Cronistas de Espectáculos de New York, la ACE, le otorgó el Premio al Mejor Cantante Masculino por ‘Esa mujer’, el 21 de marzo de 1987. En 1988 las autoridades de Miami le entregan la Llave de la Ciudad y en 1992, el programa ‘Gigante’ de la Cadena Univisión le entrega así mismo La Llave del Programa. Del Festival de Viña del Mar (Chile), tiene 2 Antorchas, las de las ediciones 25 y 31.

También ha recibido en varias ocasiones el Premio Aplauso del programa de Betty Pino de Miami, 1985, 1986, 1987, 1988… Igualmente tiene el Premio Sirenita del Festival de Benidorm. Además le han premiado por su Trayectoria Artística por la Asociación de Representantes Artísticos de Catalunya ARC, 2005.

De entre su discografía destaca el álbum, 'Morir de Amor', que incluía el tema 'Espérame en el cielo' de Los Panchos, interpretado a dúo con Nana Mouskouri, y la canción 'Por ese hombre' junto a Pimpinela. También cabe remarcar los discos 'Quan l’Amor és tan Gran', grabado en catalán y en el que se incluye un dúo con Jaume Aragall, y 'Serenatas', que abarca desde rancheras a otros estilos musicales.

'Vuela Conmigo' fue producido por el propio artista y grabado en Barcelona, París y Los Ángeles. El tema que da título al álbum fue elegido por la compañía Air Europa para su campaña publicitaria.

'Himnos al Amor' incluía diez temas de siempre. Enormes canciones de amor que nos han acompañado a lo largo del tiempo, como 'Venecia sin ti', 'Dios cómo te amo', 'En Aranjuez con tu amor'. El álbum se grabó íntegramente en Miami en los mejores estudios: Castle Studios, The Gallery, Criteria.

Toda la producción, arreglos y dirección musical del proyecto fue realizada por Bebu Silvetti, sin duda uno de los grandes 'magos' de la música en estos momentos, artífice y responsable de discos de ventas millonarios de los mejores artistas españoles y latinos.

'A Ti', es ni más ni menos que la continuación de 'Himnos al Amor', como concepto artístico.

Si en 'Himnos al Amor' se hacía un repaso, básicamente, a canciones francesas e italianas de gran éxito y popularidad en los 60's y 70's, en ‘A ti’ se sigue la misma línea pudiendo decir que con esos dos discos uno puede tener en su discoteca lo mejor de lo mejor de las canciones de una época.

Temas como 'A ti' (Joe Dassin), 'Que voy a hacer' y 'Lo importante es la rosa' (Gilbert Becaud), 'Mi canto libre' (Luccio Battisti), 'La Bohemia' (Charles Aznavour), 'La quiero a morir' (Francis Cabrel), 'Ciudad solitaria' (Mina), 'Ne me quitte pas' (Jacques Brel), etc., nunca han sonado en castellano y de forma tan espectacular como en las versiones de una de las, sin lugar a dudas, voces más importantes del mundo.

Su última obra ‘Puñaladas en el Alma’ con la Sinfónica de Praga y arreglos del maestro Carlos Franzetti fue nominado al Grammy Latino en 2010, y significa el encuentro más emocionante entre la belleza de la música y el desgarro de la poesía en el tango. Grabado entre Praga, New York y Barcelona, este es un disco imperecedero, de una belleza y armonía absolutas.

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En la actualidad Dyango se encuentra inmerso en una experimentación de nuevas formas de expresión en su carrera, como la pintura. Sus obras suponen una gran satisfacción personal casi al nivel de su música y ya dispone de una colección considerable.

Dyango colabora con diferentes ONG, cediendo parte de la venta de sus obras.

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