Hannah Arendt- Que Es La Libertad

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  • Hannah Arendt. Qu es la Libertad?Zona Ergena. N 8. 1991.

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    QU ES LA LIBERTAD?

    HANNAH ARENDT

    H. A. es filsofa, autora de libros "imprescindibles" como 'Losorgenes del totalitarismo".

    Las fuertes tendencias antipolticas de la temprana cristiandad sontan familiares que la idea de que un pensador cristiano haya sido elprimero en formular las implicaciones polticas de la antigua nocin

    poltica de la libertad, nos parece casi paradjica.La nica explicacin que viene a la mente, es que Agustn era

    romano tanto como cristiano, y que en esta parte de su trabajoformul la experiencia poltica central de la Antigedad romana, que

    era que, la libertad como comienzo deviene manifiesta en el acto defundacin. Pero estoy convencida de que esta impresin se

    modificara considerablemente si lo dicho por Jess de Nazareth fueratomado ms seriamente en sus implicaciones filosficas. Encontramos

    en estas partes del Nuevo Testamento una extraordinariacomprensin de la libertad, y particularmente del poder inherente a la

    libertad humana; pero la capacidad humana que corresponde a estepoder, que en palabras del Evangelio es capaz de removermontaas, no es la voluntad sino la fe. El ejercicio de la fe, en

    realidad su producto, es lo que el Evangelio llama "milagros", unapalabra con diversos significados en el Nuevo Testamento, y por lo

    tanto difcil de comprender. Podemos soslayar aqu las dificultades yreferimos nicamente a aquellos pasajes donde los milagros son

    claramente, no eventos sobrenaturales, sino slo lo que todos losmilagros, aquellos protagonizados ya sea por hombres o por agentes

    divinos, deben ser siempre interrupciones de alguna serie natural deeventos, o de algn proceso automtico, en cuyo contexto se

    constituyen como lo totalmente inesperado.No hay duda de que la vida humana, situada en la Tierra, est

    rodeada de procesos automticos por los procesos naturales de la

    Tierra, que a su vez, estn rodeados de procesos csmicos, y hastanosotros mismos somos conducidos por fuerzas similares en tanto

    somos tambin parte de la naturaleza orgnica. Ms an, nuestra

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    vida poltica, a pesar de ser el reino de la accin, tambin se ubica en

    el seno de procesos que llamamos histricos y que tienden aconvertirse en procesos tan automticos o naturales como los

    procesos csmicos, a pesar de haber sido iniciados por los hombres.La verdad es que el automatismo es inherente a todos los procesos,ms all de su origen; sta es la razn por la cual ningn acto

    singular, ningn evento singular, puede en algn momento y de unavez para siempre, liberar y salvar al hombre, o a una nacin, o a la

    humanidad. Est en la naturaleza de los procesos automticos a losque est sujeto el hombre, pero en y contra los cuales puede

    afirmarse a travs de la accin, el que estos procesos slo puedensignificar la ruina para la vida humana. Una vez que los procesos

    producidos por el hombre, los procesos histricos, se han tornadoautomticos, se vuelven no menos fatales que el proceso de la vida

    natural que conduce a nuestro organismo y que, en sus propiostrminos, esto es, biolgicamente, va del ser al no- ser, desde el

    nacimiento a la muerte. Las ciencias histricas conocen muy bienesos casos de civilizaciones petrificadas y desesperanzadamente endeclinacin, donde la perdicin parece predestinada como una

    necesidad biolgica; y puesto que tales procesos histricos deestancamiento pueden perdurar y arrastrarse por siglos, stos llegan

    incluso a ocupar lejos el espacio ms amplio en la historiadocumentada; los perodos de libertad han sido siempre

    relativamente cortos en la historia de la humanidad.Lo que usualmente permanece intacto en las pocas de

    petrificacin y ruina predestinada es la facultad de la libertad en smisma, la pura capacidad de comenzar, que anima a inspira todas las

    actividades humanas y constituye la fuente oculta de la produccin detodas las cosas grandes y bellas.

    Pero mientras este origen, permanece oculto, la libertad no esuna realidad terrenalmente tangible, esto es, no es poltica. Esporque el origen de la libertad permanece presente aun cuando la

    vida poltica se ha petrificado y la accin poltica se ha hechoimpotente para interrumpir estos procesos automticos, que la

    libertad puede ser tan fcilmente confundida con un fenmenoesencialmente no poltico; en dichas circunstancias, la libertad no es

    experimentada como un modo de ser con su propia virtud yvirtuosidad, sino como un don supremo que slo el hombre, entre

    todas las criaturas de la Tierra, parece haber recibido, del cualpodemos encontrar rastros y seales en casi todas sus actividades,

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    pero que, sin embargo, se desarrolla plenamente slo cuando la

    accin ha creado su propio espacio mundano, donde puede por asdecir, salir de su escondite y hacer su aparicin.

    Cada acto, visto no desde la perspectiva del agente sino delproceso en cuyo entramado ocurre y cuyo automatismo interrumpe,es un "milagro", esto es, algo inesperado. Si es verdad que la accin

    y el comenzar son esencialmente lo mismo, se sigue que unacapacidad para realizar milagros debe estar asimismo dentro del

    rango de las facultades humanas. Esto suena ms extrao de lo queen realidad es. Est en la naturaleza de cada nuevo comienzo el

    irrumpir en el mundo como una "infinita improbabilidad", pero esprecisamente esto "infinitamente improbable" lo que en realidad

    constituye el tejido de todo lo que llamamos real. Despus de todo,nuestra existencia descansa, por as decir, en una cadena de

    milagros, el llegar a existir de la Tierra, el desarrollo de la vidaorgnica en ella, la evolucin de la humanidad a partir de las especies

    animales.Desde el punto de vista de los procesos en el Universo y en la

    Naturaleza, y sus probabilidades estadsticamente abrumadoras, la

    aparicin de la existencia de la Tierra a partir de los procesoscsmicos, la formacin de la vida orgnica a partir de los procesos

    inorgnicos, la evolucin del hombre, finalmente, a partir de losprocesos de la vida orgnica, son todas "infinitas improbabilidades",

    son "milagros" en el lenguaje cotidiano. Es debido a este componentemilagroso presente en la realidad que los eventos, sin importar cuan

    anticipados estn en el miedo o la esperanza, nos impactan con unshock de sorpresa una vez que han sucedido.

    El impacto de un acontecimiento no es nunca completamenteexplicable, su facultad trasciende en principio toda anticipacin. La

    experiencia que nos dice que los acontecimientos son milagros no esni arbitraria ni sofisticada es, por el contrario, de lo ms natural, enrealidad, en la vida cotidiana, es casi un lugar comn. Sin esta

    experiencia corriente, la parte asignada por la religin a los milagrossobrenaturales sera poco menos que incomprensible.

    He elegido el ejemplo de los procesos naturales que soninterrumpidos por el advenimiento de una "infinita improbabilidad"

    con el propsito de ilustrar que lo que llamamos real en laexperiencia ordinaria ha en general adquirido su existencia a travs

    de coincidencias ms extraas que la ficcin. Por supuesto que esteejemplo tiene sus limitaciones y no puede ser aplicado sin ms al

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    dominio de los asuntos humanos. Sera pura supersticin esperar

    milagros, "infinitas improbabilidades", en el contexto de procesosautomticos ya sean histricos o polticos, aunque tampoco esto

    puede ser nunca completamente excluido. La historia, en oposicin ala naturaleza, est llena de acontecimientos; aqu el milagro delaccidente y de la "infinita improbabilidad" ocurre tan frecuentemente

    que incluso parece completamente extrao el hecho de hablar demilagros. Pero la razn de esta frecuencia es meramente que los

    procesos histricos son creados y constantemente interrumpidos porla iniciativa humana, por el initium que el hombre es, en tanto es unser que acta. De aqu que no sea en lo ms mnimo supersticioso, esms bien un precepto del realismo buscar lo imprevisible y lo im-

    predecible, el estar preparado para el esperar "milagros" en la esferapoltica. Y cuanto ms est desequilibrada la balanza en favor del

    desastre, tanto ms milagroso aparecer el acto realizado enlibertad; porque es el desastre y no su salvacin, lo que siempre

    ocurre automticamente y que por lo tanto siempre debe aparecercomo irresistible.

    Objetivamente, esto es, visto desde afuera y sin tener en cuenta

    que el hombre es un inicio y un iniciador, la posibilidad de que elfuturo sea igual al pasado es siempre abrumadora. No tan

    abrumadora, por cierto, pero casi, como lo era la posibilidad de queninguna tierra surgiera nunca de los sucesos csmicos, de que

    ninguna vida se desarrollara a partir de los procesos inorgnicos y deque ningn hombre emergiera a partir de la evolucin de la vida

    animal. La diferencia decisiva entre las "infinitas improbabilidades",sobre la cual descansa la realidad de nuestra vida en la Tierra, y el

    carcter milagroso inherente a esos eventos que establece la realidadhistrica es que, en el dominio de los asuntos humanos, conocemos

    al autor de los "milagros". Son los hombres quienes los protagonizan,los hombres quienes por haber recibido el doble don de la libertad yla accin pueden establecer una realidad propia.

    Traduccin: Mara KolesasRevisin: Claudia Hilb