Hans Belting - Antropología de la imagen (Prólogo)

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  • 7/30/2019 Hans Belting - Antropologa de la imagen (Prlogo)

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    Hans Belting

    Antropologa de la imagen

    Traducido por Gonzalo Mara Vlez Espinosa

    conocimiento

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    En mi discurso de ingreso a la recin fundada Escuela de Estudios Supe-riores en el otoo de , me refer a la necesidad de una historia de la ima-gen, de la que an carecemos, en un momento en que la historia del artecontina en una tradicin demasiado firme. Propuse, entonces, un pri-mer aporte en el volumen Bild und Kult[Imagen y culto]. Sin embargo, elresultado no me satisfizo, pues esta historia de la imagen comienza apenasdespus de la Antigedad, cuando muchas de las precisiones acerca de laimagen ya se haban establecido. Asimismo,las fronteras de la cultura euro-pea, dentro de las cuales me haba desplazado, restringen sumamente eltema cuando se plantea la cuestin de la imagen desde sus fundamentos.Pero el subttulo Una historia de la imagen antes de la poca del artedisolvi controversias que me hubieran resultado bienvenidas, ya que sereferan a la diferencia entre imagen y producto artstico. En algunas rese-as se me exigi reflexionar tambin acerca de una Historia de la imagendespus de la poca del arte. Al fin de cuentas, es sabido que en la actua-lidad las cuestiones referentes a la imagen estn ms relacionadas con losmedios masivos que con el arte. Frente a las nuevas tecnologas, en Karls-ruhe era posible entenderse mejor con imgenes producidas con una con-

    tinuidad evidente, en vez de depositar las esperanzas en la cuestin delarte en sentido idealista o con actitud defensiva.Pero,era en verdad til para las cuestiones acerca de la imagen el modelo

    de historia en el sentido esbozado aqu? David Freedberg ya me habadespertado dudas respecto de una historia de la imagen lineal, cuandoescriba su libro The power of images en una office de la Columbia Univer-sity vecina a la ma, en la poca en que yo estaba trabajando en Bild undKult. La imagen, como concepcin [Vorstellung] y producto, o, en pala-bras del precursor Sartre, como acto de igual modo que como cosa, secontrapone por este doble sentido a cualquier esquema de orden histrico,

    Prlogo

    Cartelde un estudio fotogrfico en Macenta, Guinea (foto: G. le Querrec,Magnum, ).

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    meditico Gary Hill intent analizar el alfabeto de las imgenesen el con-texto del anlisis del lenguaje. Nam June Paik me motiv a arriesgar unplanteamiento intercultural en relacin con el tema de la imagen, sin elque su oeuvre no puede ser entendida. En un congreso en la Casa de lasCulturas del Mundo en Berln, que organic en con Lydia Haustein,se ubic la cuestin de la imagen en el centro de un dilogo con filsofos

    y crticos de ar te de As ia Ori ental, que fue publ icado con el ttulo Das

    Erbe der Bilder[La herencia de las imgenes]. En la Academia de Cienciasen Berln haba conocido en al antroplogo de Mal Mamadou Dia-wara, con quien inici un intercambio cientfico bajo el ttulo Die Ausste-llung von Kulturen [La exposicin de culturas], y quien dirigi en Karls-ruhe un congreso acerca de la funcin del museo de imgenes en otrasculturas. Mi amistad con el artista japons Hiroshi Sugimoto me condujoa nuevas preguntas, con las que se fortaleci mi conviccin de que slo esposible indagar acerca de la imagen por caminos interdisciplinarios queno le temen a un horizonte intercultural.

    Por este motivo se instituy en Karlsruhe un colegio de graduados, queal mismo tiempo propici la publicacin del presente libro. Inici su laboren el otoo de con la participacin de diez profesores de enseanzasuperior de diversas disciplinas y de tres instituciones distintas, con latarea de involucrarse en el discurso de la imagen de manera conjunta y,por lo tanto,interdisciplinaria.Es posible que esta discusin tome un rumbodistinto al que plantean los ensayos de este libro, lo que incluso me resul-tara positivo,pues por lo pronto todas las indagaciones se encuentran enun estadio experimental y preparatorio. En este sentido, el presente librose concibe como una fundamentacin para la investigacin y como resul-tado intermedio.Cada uno de los siguientes escritos acta por s mismo ypersigue una ruta propia al tema del libro. Con todo, espero que, a pesarde esta forma provisoria,el tema muestre su perfil y haga transparentes losinterrogantes que subyacen en todos mis escritos. Me parece que el prlogo

    es la manera ms sincera de comentar mi acercamiento personal a este temaen todos sus procesos. No pretendo generar el malentendido de que aquse postula un programa acabado con pretensiones cientfico-polticas,pormucho que tambin sea mi deseo que las nuevas ciencias de la imagen, comola historia del arte y la arqueologa, ganen mayor presencia en el discursode los medios.

    Es posible discutir si el trmino antropologa de la imagen es el ade-cuado para aquello que persigue la visin de este libro. El trmino antro-pologaconduce fcilmente a confusin con las disciplinas existentes lla-madas Antropologa, o bien propone un tema lgido para quienes recelen

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    como el que hemos aplicado a las obras y a los estilos. As, llev a caboprimeramente un experimento de tipo antropolgico, cuando en , elao de la publicacin de Bild und Kult, dirig junto con Herbert S. Kesslerun simposio en Dumbarton Oaks,Washington.Mi ponencia,recibida conreservas por los historiadores y por los historiadores del arte presentes (yque por cierto nunca fue publicada),planteaba la pregunta Why images?,

    y daba al perfil histrico de los productos en imagen menos peso que a la

    propia tradicin de la praxis de la imagen.Por ello pretenda indagar detrsde los iconos de las imgenes de culto en culturas tempranas, y relacio-narlas con interrogantes acerca de la identidad colectiva que se hubiesenresuelto al mismo tiempo en y ante estas imgenes en la vida pblica,dondetanto la percepcin como la representacin constituan actos sociales encorrespondencia simtrica.

    Estas ideas se concretaron algunos aos ms tarde,cuando recib la invi-tacin para participar de un simposio sobre el fenmeno de la muerte enlas culturas del mundo.A partir de ah se propuso una investigacin sobreel tema de la imagen y la muerte,que desde entonces es apoyada como pro-

    yecto por la Fundacin Gerda Henkel, y que he continuado en colabora-cin con Martin Schulz.Esta investigacin se expone en una versin nueva

    y mucho ms amplia en el presente volumen. El acento se desplaza de laimagen de culto,de la que me he ocupado durante largo tiempo, a la ima-gen de los muertos como motivacin de la praxis humana de la imagen.En el culto a los muertos una imagen funge como medio para el cuerpoausente, y con ello entra en juego un concepto de medios completamentedistinto al que la ciencia meditica emplea en la actualidad, es decir, elconcepto del medio portador en sentido fsico. Igualmente, en este casoel concepto de cuerpo no puede separarse del concepto de imagen, ya quela imagen del difunto no slo representaba un cuerpo ausente, sino tam-bin el modelo de cuerpo establecido por una determinada cultura. Estarelacin es vlida incluso para la praxis de la imagen ms reciente, como

    lo muestra la pugna por el dominio de la imagen y del cuerpo virtual sobreel cuerpo real. nicamente una perspectiva antropolgica puede permi-tirse afrontar estos temas, que de otra forma no admitiran comparacio-nes, pues pertenecen a la historia de los medios y de la tcnica. El lector,entonces, encontrar tambin en los escritos de este volumen que las im-genes digitales de los medios de la actualidad aparecen como parte inte-gral de la tradicin de la imagen, sin constituir ninguna gran frontera.

    Mientras tanto, publiqu por otra parte diversas investigaciones sobretemas contemporneos que apuntan en la misma direccin (se encuen-tran sealados en la bibliografa al final de este volumen). Con el artista

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    riencia, por la cual estar siempre agradecido a la seora E. Hemfort, nohubiramos tenido el valor de dar este gran paso. Con la renovada invi-tacin como husped del rector, obtuve en la Academia de Ciencias enBerln a principios de la gran oportunidad de corregir, en dilogocon losfellows, los textos de este libro hasta su versin final. Agradezco eneste sentido a W. Lepenies, e igualmente a P.Wapnewski y J. Elkana, quecomo J.Nettelbeck me impulsaron a proseguir por senderos inciertos.Los

    colegas de Berln, en especial H. Bredekamp y D. Kamper, acompaaronla aventura de Karlsruhe con consejos y con actos. Agradezco a G.Boehm

    y a K. Stierle por haber aceptado este libro en su serie Imagen y texto. ARoland Mayer le agradezco la importante correccin final de los textos.Por ltimo, agradezco a mi lector, R. Zons, sin cuyo entusiasmo tal vezen este momento an no habra publicado el presente libro.

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    de que subyace una declaracin en favor de una imagen del ser humanofija y esttica. Esta sospecha se aclara con facilidad en el texto La imagendel cuerpo como imagen del ser humano, incluido en este libro. Desdemi punto de vista, el trmino antropologa, a causa de su proximidad conla etnologa, posee una grata ambivalencia, pues tambin la investigacinetnolgica contempornea se dirige a nuestra propia cultura, como lo hahecho Marc Aug, cuyas investigaciones agradezco en la mayora de las

    propuestas. David Freedberg y Georges Didi-Huberman, por slo men-cionar estos dos nombres, han realizado contribuciones importantes eneste sentido que bordean los lmites de la historia del arte. Por ltimo, eltrmino antropologa conlleva una diferencia positiva respecto de unahistoria de las imgenes y de los medios con una orientacin exclusiva-mente tecnolgica. Ambas perspectivas slo pueden justificarse cuandono se descartan mutuamente sino que se complementan, como lo demos-tr de modo precursor Hartmut Winkler con el ejemplo de la ciencia medi-tica.En este sentido,la perspectiva antropolgica fija su atencin en la pra-xis de la imagen, lo cual requiere un tratamiento distinto al de las tcnicasde la imagen y su historia. El texto que vuelvo a publicar ahora en unaversin completamente reelaborada con el ttulo El lugar de las imge-nes toca el tema del interrogante antropolgico que se desprende delas imgenes. Una introduccin general a la metodologa que he seguidoen este libro se proporciona en el primer texto aqu incluido (captulo ).Todos los textos son inditos. El texto del captulo se publicar simult-neamente, como conferencia, con las ponencias de la Fundacin GerdaHenkel sobre la imagen del ser humano. El texto del captulo fue esbo-zado por primera vez en , aunque de forma completamente distinta

    y mucho ms breve (vase la Bibliografa).Agradezco a mi compaero de batallas en Karlsruhe, Martin Schulz,

    con quien he desarrollado de manera conjunta este tema durante aos.Les agradezco a l y a mi colaborador Ulrich Schulze, pues ambos carga-

    ron con la tarea administrativa que sostiene en el Colegio de graduadosel programa Bild-Krper-Medium [Imagen-Cuerpo-Medio].Finalmente,agradezco a los nueve colegas, sobre todo a la psicloga Lydia Hartl, quecomparten conmigo el riesgo del Colegio de graduados y que me hanotorgado su estmulo. La Hochschule fr Gestaltung [Escuela Superiorpara la Creacin] tom su resolucin gracias a la responsabilidad de estecolegio, que se vio favorecido por el generoso gesto de confianza de laDeutschen Forschungsgemeinschaft [Sociedad Alemana de Investigacin].La Fundacin Gerda Henkel ha acompaado el proyecto en otra fase,en laorganizacin de Imagen y muerte, con tal comprensin que, sin esta expe-

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