Havekate - Estrategias de Cortesía

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  • ARTCULOS

  • Estrategjas de cortesfa.Anljsjs in tercultural

    porHENK HAVERKATE

    UNIVERSIDAD DE AMSTERDAM

    Se presenta aqu un estudio contrastivo de las estrategias de cortesa enespaol y holands, el cual refleja diferencias en expresiones de cortesasolidaria y cortesa de distanciamiento. Con base en la tipologa de actos dehabla segn Searle, se contrasta la realizacin, en los dos idiomas, de trestipos de cortesa: la asertiva, la exhortativa y la expresiva. El autor concluyeque en espaol predomina la cortesa solidaria, mientras que en holands esms frecuente la cortesa de distanciamiento. Se seala la necesidad derealizar estudios cuantitativos para corroborar esta hiptesis.

    Palabras clave: Gramtica contrastiva, cortesa verbal, pragmtica,mitigacin, repeticin lxica, irona cortesa positiva y cortesa negativa.

    Es bien sabido que la gramtica contrastiva se ocupa de la comparacinsistemtica de las categoras lingsticas de dos o ms lenguas diferentes'. Elobjetivo principal de este tipo de investigacin suele ser la construccin de mtodosde enseanza de lenguas extranjeras y es por este motivo por el que se centra elanlisis en las categoras gramaticales que representan parmetros idiosincrticos,o sea, categoras que funcionan de modo distinto en las lenguas investigadas.

    Huelga decir que esto vale en particular para aquellas categoras que aparecenen una de las lenguas comparadas y que faltan en la otra o las otras. As, porejemplo, las gramticas espaolas destinadas al uso de los holandeses prestanatencin especial a la variable posicin del adjetivo, a la diferencia semnticaentre los verbos copulativos ser y estar y al empleo de ciertos paradigmas verbales

    I En cuanto al espaol, la gramtica contrastiva con el holands ms elaborada es la de Stockwell,Bowen y Martin (1965), compuesta dentro del marco generativo transformacional (en sus primerasetapas).

    FORMA Y FUNCIN 13 (2000), pginas 17-30. Departamento de Lingstica, UniversidadNacional de Colombia, Bogot, D.C.

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    como el subjuntivo y los pretritos definido e imperfecto, esto es, categorassintcticas o morfosintcticas inexistentes en holands.

    Lo que falta, sin embargo, en la mayor parte de los estudios contrastivos esel enfoque consistente de fenmenos pragmalingsticos, lo cual, desde el puntode vista de la comunicacin intercultural, es una omisin inaceptable, puesto queerrores de tipo pragmalingstico pueden perjudicar seriamente el contacto socialentre emisor y receptor. As, por ejemplo, el empleo incorrecto del subjuntivopor un hablante no nativo del espaol no influye negativamente en la relacininteraccional con el interlocutor; faltar a las normas de cortesa verbal, encambio, encierra una amenaza potencial a esa relacin.

    El objetivo del presente estudio consiste en llenar parte de la laguna atrsmencionada mediante el anlisis contrastivo de una serie de diferencias prototpicasentre las expresines de cortesa verbal en espaol y en holands. De acuerdo conel tema de investigacin haremos uso de dos marcos de referencia, uno pragmtico,otro lingstico. El marco pragmtico queda determinado por las dos categorasfundamentales de la teora de la cortesa verbal de Brown (1987), a saber, lacortesa positiva y la cortesa negativa. Dentro del marco propiamente lingsticose estudiarn las estrategias de cortesa representativa de las dos culturascomparadas, con base en la distincin entre actos de habla asertivos, exhortativosy expresivos.

    l. CORTESA SOLIDARIA Y CORTESA DE DISTANCIAMIENTO

    Desde que el concepto de imagen se introdujo en la literatura pragmalingstica(Brown y Levinson, 1978), ste ha desempeado un papel primordial en elanlisis de la cortesa verbal. Este concepto puede describirse en trminos de dosfactores complementarios, indicados con los trminos positivo y negativo. Elprimero designa la imagen positiva que el individuo tiene de s mismo y queaspira a que sea reconocida y reforzada por los otros miembros de la sociedad dela que forma parte. El segundo se refiere al deseo de cada individuo de evitar quesus actos se vean impedidos por otros. Brown (1987: 13) define el conceptode imagen como sigue:

    Central to our model is a highly abstract notion of face, which consists of twospecific kinds of desire (

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    de que uno no vea impedidos sus actos (imagen negativa) y el deseo de que los actos deuno sean aprobados hasta cierto punto (imagen positiva)].

    Partiendo de la validez universal del concepto de imagen, podemos sostenerque la interaccin social en general, y la verbal en especial, imponen a losinteractantes la norma de que respeten mutuamente sus imgenes positivay negativa, desarrollando las estrategias de cortesa apropiadas. Por lo que a laterminologa se refiere, convendra sustitur cortesa positiva por cortesa desolidaridad y cortesa negativa por cortesa de distanciamiento, por ser estostrminos ms claros y ms representativos de los conceptos que pretenden denotar.

    La oposicin de las dos categoras de cortesa genera la hiptesis de que almenos parte de las culturas del mundo pueden dividirse en dos clases con base enel criterio de que los representantes de unas muestran preferencia por la expresinde cortesa de solidaridad, en tanto que los representantes de otras concedenvalor especfico a la expresin de cortesa de distanciamiento. A propsito deesto, es de utilidad remitir a un estudio de Sifianou (1992), dedicado al anlisiscomparativo de la expresin de cortesa verbal en las culturas inglesa y griega.En este estudio, la autora llega a la conclusin de que la cultura inglesaest orientada preponderantemente hacia el distanciamiento y la griega hacia lasolidaridad. Basndose en los resultados de su investigacin, Sifianou formulatambin una generalizacin en el sentido de asumir que en las culturas mediterrneaspredomina la cortesa de carcter solidario.

    Como tendremos ocasin de ver en los apartados siguientes, las diferenciasinterculturales sealadas por Sifianou entre el ingls y el griego se manifiestan,mutatis mutandis, de modo semejante en la comparacin de las culturasespaola y holandesa. Concretamente, nuestros anlisis aportan evidencia, necesariaaunque no suficiente, para la verificacin de la hiptesis de que el espaol y elholands son lenguas representativas de culturas centradas en la solidaridad yel distanciamiento interaccional, respectivamente.

    2. LA CORTESA Y LA TIPOLOGA DE LOS ACTOS DE HABLA

    Aunque la taxonoma de los actos de habla (Searle, 1976) no fue ideada conel fin de clasificar expresiones de cortesa verbal, cada clase de acto de habla secaracteriza por una serie de estrategias especficas. Como indicamos anteriormente,en el contexto de la presente investigacin concentraremos la atencin en losactos de habla asertivos, exhortativos y expresivos.

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    2.1. LA CORTESA ASERTIVA

    El objeto ilocutivo del acto de habla asertivo debe definirse por la intencindel hablante de convencer al oyente de que l, es decir, el hablante, creesinceramente que la proposicin expresada corresponde a un estado de cosasreal. No hace falta, como se supone a menudo, que el hablante intente convenceral oyente de la verdad de la proposicin. Si es eso lo que procura lograr, realizauna determinada forma de acto asertivo, es decir, un acto argumentativo.

    Ahora bien, cules son las principales expresiones de cortesa de las que sevale el hablante asertivo? En lo que sigue nos limitaremos al anlisis de tresestrategias prototpicas, a saber: la mitigacin de la fuerza asertiva, la repeticinlxica y la irona. Puede decirse que cada uno de estos recursos pragmticosle sirve al locutor para proteger o reforzar la imagen positiva del interlocutor.Desde el punto de vista contrastivo, es slo la mitigacin de la fuerza asertiva laque parece ser manejada con ms o menos la misma frecuencia por los hablantesdel espaol y del holands. La repeticin lxica y la irona, en cambio, sonestrategias caractersticas de la interaccin verbal espaola y holandesa,respectivamente. En el plano lingstico, las tres estrategias difieren delsiguiente modo: la mitigacin de la fuerza asertiva repercute en la subordinacinsintctica de la proposicin expresada; la repeticin lxica se manifiesta por lacopia entera o parcial de la proposicin expresada por el interlocutor en el turnoprecedente de la conversacin, y la irona, por ltimo, se produce por lamanipulacin del valor veritativo de la proposicin expresada.

    La mitigacin de la fuerza asertiva se realiza particularmente mediante elempleo de predicados doxsticos. Esta clase de predicados constituye una subclasede la clase de predicados cognitivos, que, adems, abarca los predicados epistmicosy dubitativos. Las diferencias lxicas entre las tres subclases pueden definirsecomo sigue: los predicados epistmico s expresan que el sujeto es consciente oest enterado de que lo descrito por la proposicin subordinada corresponde a larealidad factual. El archilexema de esta clase es saber. Los predicados doxsticosexpresan que el sujeto tiene buenos motivos para considerar que lo descrito por laproposicin subordinada corresponde a la realidad factual. El archilexema de estaclase es creer. Los predicados dubitativos, finalmente, expresan que el sujeto tienebuenos motivos para considerar que lo descrito por la proposicin subordinadano corresponde a la realidad factual. El archilexema de esta clase es dudar.

    Entre los predicados cognitivos son los doxsticos los que se emplean, de unmodo paradigmtico, para expresar cortesa asertiva. Especficamente, los

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    hablantes que afirman hallarse en un estado doxstico dejan ver que no estnenteramente seguros de que el contenido de su creencia corresponda a un estadode cosas real. sta es la razn por la que las expresiones doxsticas pueden emitirsepara suministrar efectos mitigadores. As, por ejemplo, no es raro que los hablantesque se hallan en un estado epistmico, convencidos de la verdad de la proposicinexpresada, atenen la fuerza de su asercin incrustndola en una clusula matrizdel tipo creo que..., pienso que... y me parece que... Obviamente, estos hablantesprocuran evitar dar la impresin de imponer su opinin al interlocutor'; a ste, porlo tanto, se le ofrece la oportunidad de formular una opinin divergente, sin queninguna de las partes vea amenzada su imagen positiva. Para un ejemplo concreto,vase la siguiente observacin de Moliner (1967: 640): Se emplea ['me parece']muy frecuentemente para atenuar unjuicio, una censura o un reproche: 'Me pareceque no has hecho bien'.

    Las consideraciones anteriores nos inducen a concluir que la mitigacin dela fuerza asertiva por medio del empleo de un predicado doxstico representauna estrategia de cortesa bifocal. Por una parte, la atenuacin doxstica protegela imagen positiva del interlocutor, quien puede optar por el rechazo del punto devista del locutor, sin correr el riesgo de que su reaccin amenace la continuidadde la interaccin verbal. Por otra parte, el locutor protege al mismo tiempo supropia imagen positiva, puesto que una reaccin negativa del oyente slo afectala representacin doxstica de la asercin. Por este motivo, no sera arriesgadosuponer que es el carcter bifocal de la estrategia el que explica la frecuencia conque se usa tanto en el espaol como en el holands.

    La repeticin lxica es una estrategia prototpica de la expresin de cortesade solidaridad. Se manifiesta en las parejas adyacentes asercin-respuesta a laasercin, en que la respuesta contiene una copia completa o parcial de la proposicinde la asercin original. De este modo, el segundo locutor da a conocer quecomparte enteramente el punto de vista de su interlocutor, lo cual equivale a

    2La estrategia no slo se aplica al espaol y al holands, sino tambin en otras lenguas, comose puede ver por la siguiente caracterizacin del francs:

    If, for obvious reasons, a speaker does not wish to go on record as having uttered -and therefore(in good faith) as having been sure of- the truth of such a statement, he/s he may hedge or soften it byadding linguistic material of a 'metastatement' nature. This implies that the statement is not presentedas fact but as the speaker's (subjective) interpretation of the world: le pense/crois ... que cette ideest gniale (Prince, 1976: 415).

    [En caso de que el hablante tenga buenos motivos para no expresar explcitamente la verdadde una asercin de la que ha comprobado que es fidedigna, la puede mitigar o suavizar aadiendomaterial lingstico que tenga el carcter de 'metaasercin'. Esto implica que la asercin no sepresenta como un hecho, sino como la interpretacin (subjetiva) del hablante acerca del mundo:Creo/pienso ... que esta idea es genial].

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    aseverar que contribuye de manera inequvoca al refuerzo de la imagen positivade ste. La estrategia es muy poco popular en holands, donde se prefiere expresarla conformidad con la opinin ajena mediante calificaciones sinnimas de laselegidas por el locutor original, por lo que se crea o se mantiene una patentedistancia interaccional. En espaol, sin embargo, la repeticin lxica se da contanta regularidad que sera justificado caracterizar este idioma como una especiede lengua eco. Sobre esto es til la comparacin de Beinhauer (1985: 184) entreel espaol y el alemn, vehculo de expresin de una cultura que, lo mismo que laholandesa, no parece prestar atencin particular a la expresin de cortesa desolidaridad:

    y ahora un fenmeno de particular inters: me refiero al perfecto encadenamientoentre habla y rplica propio de la conversacin. El espaol parece que atiende a laspalabras del interlocutor de manera ms concreta que, por ejemplo, un alemn. Es decir,parece que se fija ms en la forma de lo que oye que en el contenido. El alemn, por elcontrario, suele fijarse ms en el contenido que en la forma. Capta las ideas del interlocutorasimilndolas para luego contestar de una manera enteramente independiente, sin queinfluya en su rplica la forma en que vena revestido lo manifestado por el interlocutor. Enotros trminos: adopta en la conversacin una actitud ms egocntrica que el espaol.

    En el marco del presente estudio es relevante aadir a todo esto que larepeticin total o parcial de las palabras del interlocutor genera la implicatura deque su opinin o punto de vista no podra formularse de manera ms adecuada, locual, lgicamente, proporciona un marcado efecto de cortesa de solidaridad.

    Comprense, a continuacin, dos ejemplos de una entrevista espaola:

    1.MR: Carmen Riera es de las que vende ms, yo misma tambin vendomuchsimo, pero a la hora de ser estudiadas por la crtica, no se nos tieneen cuenta porque siempre se considera que el mundo visto a travs de laintuicin de la mujer es el mundo pequeo, el mundo menor, como medijo a m un crtico.GN: Como sifuera menos mundo por eso!MR: Como sifuera menos mundo por eso! Yo los he criticado por eso,diciendo que a pesar de ellos siempre habra novelistas en este pas ...(Nichols, 1989: 150).

    2. MR: Entonces, volviendo a la sensibilidad, la mujer catalana no esque sea inhibida, pero se autorreprime para poder ser feliz.GN: Bueno, para compaginar.MG: Para compaginar. Esto lo digo a raz de conversaciones conmujeres casadas y as (Nichols, 1989: 180).

    A estos ejemplos, que representan casos estereotipados de la reduplicacinlxica en espaol, es interesante aadir el siguiente dilogo, tomado de una novela de

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    Cela, que se distingue por la insistencia con que uno de los participantes repitenlas palabras del otro:

    3. Pasbamos por el cementerio... El ciprs pareca un fantasma alto y seco, uncentinela de los muertos.

    -Feo est el ciprs.-Feo.

    En el ciprs una lechuza, pjaro del mal agero, dejaba or su silbomisterioso.

    -Mal pjaro ese.-Malo.-y que todas las noches est ah.-Todas.-Parece como si gustase de acompaar a los muertos.-Parece (1976: 213).

    Retomando la comparacin con el holands, podemos afirmar que, a pesardel carcter algo rebuscado del ejemplo anterior, sera poco menos que impensableque un autor holands construyera un dilogo literario equiparable al ilustradopor el fragmento arriba citado.

    Desde la perspectiva contrastiva, la irona constituye la imagen reflejadade la repeticin lxica, esto es, representa una estrategia asertiva bastante comnen la interaccin verbal cotidiana holandesa, bastante rara en la espaola. Entrelas estrategias que hemos calificado de estrategias de cortesa asertiva, la ironaes la nica cuya interpretacin depende intrnsecamente de factores contextuales.Especficamente, la estructura proposicional de un acto de habla irnico no encierraindicios lxicos que permitan caracterizar el enunciado como miembro de la clase delos enunciados irnicos. Esto lo trata Muecke (1973: 36), quien refirindose a laspalabras Muy bien expresado! escritas por un profesor al margen del trabajo deun estudiante, observa que nadie que no haya visto el texto puede determinar si laintencin de la valoracin es irnica o no.

    El concepto de irona suele delimitarse de dos maneras diferentes. En lamayor parte de los casos se caracteriza como una figura retrica que consiste endar a entender lo contrario de lo que se dice". El segundo tipo de definicin partede un criterio ms global, tomando como base no el significado contrario, sinoun significado distinto al referido explcitamente. Sin entrar en detalles nocionales,

    3 Comprese: ... es decir, la definicin de irona como un recurso retrico mediante el cual sedice una cosa de tal manera que el hablante le atribuye un significado ms o menos opuesto al quepudiera inferir de lo dicho explicitamente (Searle, 1974: 87).

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    podemos decir que la definicin global es indispensable para calificar de irnicosenunciados como Podras pisarte tus propios pies?, cuya proposicin no incluyelexemas explcitos que contrasten con otros implcitos.

    En cuanto al anlisis perlocutivo del acto de habla, es importante poner derelieve que la irona sirve por excelencia para expresar una valoracin negativa odespectiva. Aunque parezca una contradiccin, la formulacin de valoracionesirnicas de este tipo puede interpretarse como estrategia corts que protege laimagen positiva del interlocutor.

    Comprese:

    '" under ordinary conditions, straightforward expression of unfavourable beliefis more irritating than ironic expression ofthe same. And it is more irritating, because itsunfavourable message is clearer, being less dependent upon interpretation and inference,which leave a wide margin of doubt with respect to the content of the message (Kasher,1986: 108).

    [En circunstancias normales, la expresin no disimulada de juicios desfavora-bles es ms irritante que su expresin irnica. Es ms irritante porque la ndole desfa-vorable del mensaje es ms evidente, dependiendo en menor grado de procesosinterpretativos e inferenciales, que dejaran un margen de duda ms amplio con respec-to al contenido del mensaje].

    De esta cita se colige que la cortesa irnica representa una estrategia dedistanciamiento interaccional provocado por la manipulacin contextual de unsignificado lxico especfico. Dicho de otro modo, la irona produce unaimplicatura conversacional que burla la primera mxima de calidad de Grice, quereza: No digas lo que crees que es falso.

    En trminos generales, la cultura espaola se muestra reacia al uso indirectodel lenguaje, lo cual no slo se aplica al empleo de la irona, sino tambin a larealizacin de los llamados actos de habla indirectos, como veremos en el apartadodedicado a la cortesa exhortativa. Esta predileccin por la expresin directa delmensaje lingstico se plasma de manera elocuente en el refrn Llamar al panpan y al vino vino. No obstante, todo esto no quiere decir que al locutor espaolle falten medios para expresarse irnicamente; pero lo que llama la atencin apropsito de esto es que en no pocos casos las expresiones irnicas se caracterizanpor una estructura sintctica prefijada, por lo que en el proceso interpretativo nose plantean problemas de tipo inferencial. Comprese, por ejemplo, la entonacinenftica y el uso de adjetivos estereotipados, siempre antepuestos al sustantivo,

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    en los ejemplos siguientes: De buen humor estaba yo para ... !, Bonito susto mehas dado!, Dichosa chaqueta ...!, Qu incmodo me tienel, Menuda plancha metiro yo si no viene! (Beinhauer, 1985: 230-231). En otras situaciones, vemos quela implicatura conversacional inherente al enunciado irnico se deduce del contextoinmediato, de modo que, desde el punto de vista interpretativo, la expresin pierdesu carcter indirecto. El siguiente ejemplo est tomado de Beinhauer (1985: 181):

    4. Guzmn: T qu cantidad necesitas para salvarte de este conflictofinanciero?Segundo: Una parvedad: trescientas mil pesetas.

    A diferencia de la cultura espaola, la holandesa, en la que el distanciamientointeraccional es ms bien la regla y no la excepcin, no suele imponer ningunarestriccin al empleo de expresiones irnicas. Huelga decir, finalmente, que estecontraste de tipo intercultural puede dar lugar fcilmente a malentendidosintertnicos y que, por esta razn, debe ser analizado minuciosamente en elcomponente pragmalingstico de la gramtica contrastiva.

    2.2. LA CORTESA EXHORTATIVA

    El hablante que realiza un acto de habla exhortativo tiene como fin influir enel comportamiento del oyente, de forma que ste lleve a cabo la accin descritapor el contenido proposicional del enunciado. En cuanto a su manifestacinlingstica, la exhortacin se expresa de preferencia mediante la formulacin deun ruego, que suele considerarse como el prototipo del acto de habla corts. Cabedistinguir tres contextos interaccionales en los que los hablantes del espaol y delholands hacen uso del ruego: (1) el hablante tiene poder o autoridad sobreel oyente, pero se abstiene de manifestarlo; (2) entre hablante y oyente no hayrelacin social jerrquica; (3) el oyente tiene poder o autoridad sobre el hablante.

    Centrando la atencin en los efectos perlocutivos del ruego, podemosformular la siguiente mxima de cortesa exhortativa:

    5. Si quieres que tu interlocutor realice una determinada accin en tu propiobeneficio, dirgete a l en primera instancia hacindole un ruego, independientemente deque tengas o no poder o autoridad sobre l.

    De lo anterior se asume que la cortesa manifestada a travs del ruego tienepor objeto atenuar la fuerza del acto de habla exhortativo, que encierra una amenaza

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    inherente para la libertad de accin del oyente; sirve, pues, para compensar elhecho de que el locutor penetre el dominio intencional del interlocutor.

    Aunque parece probable que el ruego sea una categora pragmalingsticauniversal, su realizacin formal suele diferir de una lengua a otra. Limitndonosa la comparacin del espaol y el holands constatamos que los hablantes deholands hacen un uso ms frecuente de la gran variedad de estrategias de cortesaque los hablantes de espaol. Esta diferencia se manifiesta particularmente en larealizacin de los actos de habla indirectos, muy corrientes en la interaccinexhortativa holandesa, poco en la espaola. Ntese que esta reparticin asimtricarefleja el carcter distanciador de la cortesa holandesa y el solidario de la cortesaespaola. Para tener una visin de conjunto de la estructura y funcin dela exhortacin indirecta, examinemos los siguientes ejemplos, en los que lasvariantes holandesas preceden a las espaolas, por ser de uso ms generalizado:

    6. Wilt u mij een schone janddoek bregen?[Quiere usted traerme una toalla limpia?].

    7. Zou de kamer gedaan kunnen worden?[Se podra arreglar la habitacin?].

    8. Is er een asbak in deze kamer?[Hay un cenicero en esta habitacin?].

    9. Het is hier koud.[Hace fro aqu].

    Obviamente, esta serie de ejemplos ilustra diversos tipos de actos de hablaindirectos. Lo que salta a la vista primero es el contrastre entre la formainterrogativa de (6)-(8) y la declarativa de (9). Luego, las diferencias estructuralesentre los ejemplos pueden ser representadas por medio de una escala de cuatropuntos que refleja distintos grados de cortesa indirecta. Es decir, (6) correspondeal punto menos indirecto por contener una descripcin completa del acto exhortado,as como una referencia especfica al agente del acto, o sea, al interlocutor. Laestructura de (7) es distinta en el sentido de que carece de una referencia especficaal interlocutor. (8) comparte con (7) el hecho de no contener una referenciaexplcita al oyente, pero es ms indirecto porque su proposicin no describeel acto exhortado; lo nico que se especifica es el objeto concreto hacia el cual elacto est orientado. (9), por ltimo, ocupa la posicin ms indirecta de la escala,ya que la interpretacin correcta depende enteramente de los conocimientos deque disponga el interlocutor con respecto a la situacin comunicativa en que se

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    emite el enunciado. As, por ejemplo, la intencin exhortativa del hablante puedeser que el oyente cierre la puerta, atice la lumbre o encienda la calefaccin.Adems, el ejemplo (9) encierra una ambigedad inherente en lo que se refiere alobjeto ilocutivo implcito, puesto que, fuera de la asercin explcita, puede expre-sar no slo un ruego, sino tambin una advertencia, un consejo, una orden, etc.Obsrvese, finalmente, que Hace fro aqu no representa necesariamente unacto de habla indirecto; puede ser tambin la manifestacin de un acto de habladirecto, en cuyo caso se interpreta como asercin solamente. Probablemente esesta doble ambigedad -acto directo o indirecto y mltiples funciones ilocutivasdel acto indirecto- la que es la causa de que alusiones del tipo ilustrado por(9) sean usadas con relativamente poca frecuencia, tanto en holands como enespaol.

    Entre los cuatro ruegos indirectos que estamos examinando, (6) y (7) son losms corrientes, pero, como ya hemos observado anteriormente, su frecuencia esconsiderablemente mayor en holands que en espaol. A eso viene a aadirseque ruegos del tipo ilustrado por (6) no se emiten casi nunca en espaol, locual podemos explicar tomando en consideracin que, en culturas en las quepredomina la expresin de solidaridad, las preguntas sobre la disponibilidad delinterlocutor son intrnsecamente superfluas o incluso descorteses, ya que esadisponibilidad est presupuesta. El factor de solidaridad explica tambin que ellocutor espaol no suele sentir necesidad de recurrir a una estrategia indirectapara formular un ruego; para eso basta con realizar un acto de habla directo, esdecir, hacer uso de un enunciado imperativo. A propsito de esto es relevanteremitir a un estudio emprico basado en un corpus representativo de dilogosespaoles modernos (Mulder, en prensa), en el que se saca la conclusin de queel ruego en espaol se formula mediante un enunciado imperativo en el 70% delos casos.

    Esta situacin contrasta diametralmente con la holandesa, donde el empleodel imperativo se asocia casi siempre con la intencin del locutor de emitir unaorden o un mandato. No obstante, el holands cuenta con una serie de partculasmodales -eens, even y maar- que pueden utilizarse para atenuar la fuerza dela oracin imperativa. Es por este motivo que dichas partculas, que no tienen ningnequivalente en espaol, pueden denominarse apropiadamente marcadoresexhortativos corteses. Las oraciones imperativas en las que aparecen expre-san tpicamente un ruego. Veamos algunos ejemplos concretos: Gooi me de bal![Trame la pelota] es un mandato; Gooi me de bal EENS, Gooi me de balEVEN y Gooi me de bal MAAR,en cambio, son expresiones estereotipadas paraformular un ruego. Esta interpretacin deriva directamente del contenido lxico

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    de las partculas en cuestin. Es decir, eens significa literalmente 'una vez', evencorresponde a 'un rato' y maar es una partcula de valor concesivo que mitiga laautoridad del locutor. Es evidente que, por su significado lxico, eens, even ymaar son partculas pragmticas especialmente adecuadas para minimizar el gradode imposicin de la exhortacin. Dicho de otra manera, su uso contribuye a redu-cir la amenaza de imagen negativa del interlocutor.

    Los anlisis anteriores permiten conclur que la predileccin del holandspor la exhortacin indirecta o la oracin imperativa mitigada es caracterstica deuna cultura orientada hacia el distanciamiento interaccional. La predileccin delespaol por la exhortacin directa, en cambio, es caracterstica de una cultura enla que la solidaridad ocupa un lugar central en la interaccin verbal cotidiana.A este tipo de cultura se aplica el siguiente principio pragmtico: dondepredominan relaciones de solidaridad se sobreentiende el derecho de amenazar lalibertad de accin del interlocutor.

    2.3. LA CORTESA EXPRESIVA

    El objeto ilocutivo de los actos de habla expresivos puede definirse como laexpresin de un estado psicolgico del hablante, causado por un cambio en elmundo que atae al interlocutor o a l personalmente. Ejemplos paradigmticosde esta clase de actos de habla son: agradecer, felicitar, lamentar, pedirperdn. Para el anlisis contrastivo, nos ocuparemos de la realizacin del actode agradecer, que deja ver una diferencia fundamental entre la interaccinverbal espaola y la holandesa. Desde el punto de vista formal, las dos lenguasson equivalentes en el sentido de que disponen de una reducida serie de frmulasconvencionales, siendo gracias en espaol y dank je (U)4 en holands lasexpresiones ms usadas. Ahora bien, estas frmulas de agradecimiento distanmucho de ser aplicadas en las mismas situaciones comunicativas. Para mostrar laesencia del contraste entre las dos culturas, comparemos dos tipos de interaccinverbal rutinaria. En Espaa, las reglas normativas que determinan la interaccinentre camarero y cliente no prescriben que el cliente d las gracias al camarero alservirle ste la comida o consumicin. Del mismo modo el camarero sueleabstenerse de acompaar verbalmente el acto de servir con frmulas de cortesaprefijadas. En un restaurante holands, sin embargo, la ausencia de respuestasverbales en el tipo de interaccin descrito se podra considerar como seal dedescortesa intencionada.

    4 Je y u son los pronombres holandeses de tratamiento de solidaridad y distanciamiento,respectivamente.

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    A continuacin, el segundo ejemplo contrastivo hispano-holands: el revisor delos ferrocarriles holandeses intercambia diariamente mil gracias con los viajeros alrecibir y entregar los billetes que debe controlar. Su colega de la Renfe, en cam-bio, puede ahorrarse esta energa verbal por completo.

    De estos anlisis se extraen dos conclusiones, una especfica, otra general.La especfica es que la cultura espaola difiere de la holandesa en que, por reglageneral, no concede valor particular al emitir frmulas de agradecimiento comorespuestas a actos rutinarios efectuados dentro de un patrn interaccionalpreestablecido. Podramos decir, pues, que el espaol adopta una actitudesencialmente racional ante el acto rutinario, inclinndose a ahorrar energaverbal, en tanto que el holands tiende a acentuar verbalmente la distancia socialque lo separa de su interlocutor.

    La conclusin general es que las diferencias arriba sealadas pueden darlugar fcilmente a malentendidos o conflictos de tipo etnolingstico. As pues,no es raro que, dentro del contexto de los actos rutinarios, el comportamientointeraccional de los espaoles les parezca descorts a los holandeses, mientrasque a los espaoles la reaccin verbal preferida por la cultura holandesa les da laimpresin de ser exagerada o superflua.

    3. CONCLUSIN

    La investigacin llevada a cabo en este estudio ha demostrado que la gramticacontrastiva no debe limitarse a la comparacin de categoras puramente lingsticas.Hace falta completarla con un mdulo pragmalingstico que permita analizar ycontrastar las estrategias interculturales relevantes. En cuanto a la expresin decortesa verbal, los fenmenos examinados dejan ver que hay buenos motivospara calificar la cultura espaola como una cultura orientada fundamentalmentehacia la cortesa de solidaridad. En la cultura holandesa, en cambio, predominala predileccin por la expresin de cortesa de distanciamiento. Concretamente,el anlisis de las tres ms importantes clases de actos de habla nos ha permitidoconcluir que, en el plano asertivo, la cortesa de solidaridad se manifiesta tpicamentepor la repeticin de las palabras del interlocutor; en el plano exhortativo, porla realizacin directa del acto de habla, y en el plano expresivo, por el evitarexpresar agradecimiento en aquellas situaciones comunicativas en las que el actode agradecer es un acto rutinario. La cortesa de distanciamiento, por otra parte,se manifiesta de esta manera: en el plano asertivo, por el uso espontneo de lairona para disimular valoracines negativas o despectivas; en el plano exhortativo,

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    por la realizacin convencional de actos de habla indirectos, y en el plano expresivo,por el uso de frmulas de agradecimiento como reaccin verbal a actos tantorutinarios como no rutinarios.

    Sobra decir que se requieren investigaciones de ndole cuantitativa paravalorar empricamente los resultados heursticos obtenidos por el presenteestudio.

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