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c HECHOS Y COMENTARIOS La hora de la verdad respecto de los desaparecidos Los huesos descubiertos en Colina JOSÉ ALDUNATE, S.J. N o es esta la primera vez que nos referimos en las páginas de Mensaje, al descubrimiento de osamentas humanas en circunstancias par- licularmente estremecedoras. En la edición de marzo-abril 1979 re- memorábamos el hallazgo de los restos de 15 cuerpos humanos escondidos en un horno abando- nado en las laderas del volcán Lonquón (Isla de Maipo). En noviembre del año anterior, testi- gos calificados fueron llevados al sitio y se hizo público el hallazgo. El juez Bañados identificó los huesos como pertenecientes en su mayoría a campesinos de la región, detenidos por carabineros y civiles armados y masacrados en la tenencia de Isla de Maipo la noche del 7/8 de octubre de 1973. 1 Nuevamente, en el número de enero/febrero de 1980 re- latábamos la sepultación en el pueblo de Laja de 19 vecinos de- tenidos por Carabineros y de los que no se supo más a partir de la noche del 17 de septiembre de 1973, Aparecieron sus cuerpos en un "entierro" clandestino, dentro del cementerio de Yumbel. Habrían sido fusilados en su traslado al regimiento de Los Angeles, so capa de "un intento de fuga". Un juez honrado identificó sus cuerpos que pudieron volver a la tierra para descansar entre los suyos. 2 En marzo de este año ha tenido lugar, esta vez en democracia, un nuevo hallazgo de huesos huma- nos del que ha habido amplia publicidad. Dos de los tres han sido identificados sin margen a duda. Corresponden a dirigentes del Partido Comunista detenidos en julio y agosto de 1976. Aunque el hecho no significa una novedad para el público informado, consti- tuye una evidencia que confirma el sentir común. Efectivamente, los cuerpos no fueron descubiertos en un horno abandonado o en el rincón de un cementerio, sino en lo que fue un recinto militar, contiguo al campo de prisioneros de Peldehue. Ya conocíamos por las revelaciones de Andrés Valenzuela, un deser- tor de las FF.AA., las cosas que habían pasado en Peldehue, pero ahora tenemos aquí una demos- tración tangible, una muestra de !a verdad de esas ejecuciones fuera de toda ley y justicia. Gracias a una técnica admirable, desarro- llada entre otros por antropólogos argentinos, se han podido identi- ficar algunos de entre el centenar de dirigentes comunistas, conde- nados por las autoridades de la DINA a morir y desaparecer, en ese 1976. Se pone una vez más de manifiesto la existencia de una verdadera estralegia criminosa instituida por organismos que, como la DINA, institucionalmente respondían ai mando de las an- teriores autoridades. Correspon- derá a la Justicia investigar estos hechos así como la responsabili- dad que en ellos quepa a esas autoridades. Frente a hechos como estos, Chile espera una respuesta. O, si se quiere, Chile debe dar una respuesta. Esto se evidenció en la Se- mana Internacional por el De- tenido Desaparecido celebrada del 25 al 31 de mayo recién pasado. Son unos noventa mil los de- saparecidos en los países lati- noamericanos, dejando al descu- bierto una práctica comunicada de unos a otros, a través del conti- nente (instructores brasileños en Chile y chilenos en Centroamórica, enseñando técnicas de tortura y desaparecimiento). Esta vez la causa de los desa- parecidos, sostenida heroi- camente por grupos de familiares en su búsqueda de 16 años, ha recibido un apoyo mucho más masivo. Hubo celebraciones litúr- gicas en que las Iglesias han rei- terado su total respaldo a la exi- gencia de hacer verdad y justi- cia. Hubo una romería a Colina y una marcha por la ciudad de Santiago hasta la Plaza de la Constitución. Fue muy fuerte la interpelación que se hacía a las Fuerzas Armadas y a! general Pinochet para que dijeran la ver- dad. "Amamos la vida, amamos la verdad. Amamos a los nuestros, que nos digan dónde están". Pero además fue fuerte la exi- gencia de justicia. "Que la Justicia juzgue y castigue a los culpables". Ai pasar la columna frente al edifi- cio Diego Portales, se intensificó el clamor por "juicio y castigo". También se interpeló con in- dignación a las bancadas par- lamentarias que han pretendido negociar la inmoralidad de una nueva amnistía que recubriría hechos claramente criminosos, hasta ahora encubiertos e im- punes. Se buscaría hacer una especie de chantaje en que los prisioneros políticos serían usa- dos como rehenes. Lo que Chile quiere es que se haga justicia a todos, por una parte a los presos 1. "Romaria a Lorsquón: Pasión del Señor". Men- saje. 277 [mano-abril 1979). p. 156. 2. "Cuando los muertos vuelven a la (¡erra". Men- saje , 286 (enero-febrero, 1980), p, 57. MENSAJE N" 390. JULIO 199a 249

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c HECHOS Y COMENTARIOS

La hora de la verdad respecto de losdesaparecidos

Los huesosdescubiertos en Colina

JOSÉ ALDUNATE, S.J.

N o es esta la primera vezque nos referimos en laspáginas de Mensaje, al

descubrimiento de osamentashumanas en circunstancias par-licularmente estremecedoras. Enla edición de marzo-abril 1979 re-memorábamos el hallazgo de losrestos de 15 cuerpos humanosescondidos en un horno abando-nado en las laderas del volcánLonquón (Isla de Maipo). Ennoviembre del año anterior, testi-gos calificados fueron llevados alsitio y se hizo público el hallazgo.El juez Bañados identificó loshuesos como pertenecientes ensu mayoría a campesinos de laregión, detenidos por carabinerosy civiles armados y masacradosen la tenencia de Isla de Maipo lanoche del 7/8 de octubre de 1973.1

Nuevamente, en el número deenero/febrero de 1980 re-latábamos la sepultación en elpueblo de Laja de 19 vecinos de-tenidos por Carabineros y de losque no se supo más a partir de lanoche del 17 de septiembre de1973, Aparecieron sus cuerpos enun "entierro" clandestino, dentrodel cementerio de Yumbel.Habrían sido fusilados en sutraslado al regimiento de LosAngeles, so capa de "un intento defuga". Un juez honrado identificósus cuerpos que pudieron volver ala tierra para descansar entre lossuyos.2

En marzo de este año ha tenidolugar, esta vez en democracia, unnuevo hallazgo de huesos huma-nos del que ha habido ampliapublicidad. Dos de los tres han

sido identificados sin margen aduda. Corresponden a dirigentesdel Partido Comunista detenidosen julio y agosto de 1976. Aunqueel hecho no significa una novedadpara el público informado, consti-tuye una evidencia que confirmael sentir común.

Efectivamente, los cuerpos nofueron descubiertos en un hornoabandonado o en el rincón de uncementerio, sino en lo que fue unrecinto militar, contiguo al campode prisioneros de Peldehue. Yaconocíamos por las revelacionesde Andrés Valenzuela, un deser-tor de las FF.AA., las cosas quehabían pasado en Peldehue, peroahora tenemos aquí una demos-tración tangible, una muestra de !averdad de esas ejecuciones fuerade toda ley y justicia. Gracias auna técnica admirable, desarro-llada entre otros por antropólogosargentinos, se han podido identi-ficar algunos de entre el centenarde dirigentes comunistas, conde-nados por las autoridades de laDINA a morir y desaparecer, enese 1976.

Se pone una vez más demanifiesto la existencia de unaverdadera estralegia criminosainstituida por organismos que,como la DINA, institucionalmenterespondían ai mando de las an-teriores autoridades. Correspon-derá a la Justicia investigar estoshechos así como la responsabili-dad que en ellos quepa a esasautoridades.

Frente a hechos como estos,Chile espera una respuesta. O, sise quiere, Chile debe dar una

respuesta.Esto se evidenció en la Se-

mana Internacional por el De-tenido Desaparecido celebradadel 25 al 31 de mayo recién pasado.

Son unos noventa mil los de-saparecidos en los países lati-noamericanos, dejando al descu-bierto una práctica comunicadade unos a otros, a través del conti-nente (instructores brasileños enChile y chilenos en Centroamórica,enseñando técnicas de tortura ydesaparecimiento).

Esta vez la causa de los desa-parecidos, sostenida heroi-camente por grupos de familiaresen su búsqueda de 16 años, harecibido un apoyo mucho másmasivo. Hubo celebraciones litúr-gicas en que las Iglesias han rei-terado su total respaldo a la exi-gencia de hacer verdad y justi-cia.

Hubo una romería a Colina yuna marcha por la ciudad deSantiago hasta la Plaza de laConstitución. Fue muy fuerte lainterpelación que se hacía a lasFuerzas Armadas y a! generalPinochet para que dijeran la ver-dad.

"Amamos la vida,amamos la verdad.Amamos a los nuestros,que nos digan dónde están".Pero además fue fuerte la exi-

gencia de justicia. "Que la Justiciajuzgue y castigue a los culpables".Ai pasar la columna frente al edifi-cio Diego Portales, se intensificóel clamor por "juicio y castigo".

También se interpeló con in-dignación a las bancadas par-lamentarias que han pretendidonegociar la inmoralidad de unanueva amnistía que recubriríahechos claramente criminosos,hasta ahora encubiertos e im-punes. Se buscaría hacer unaespecie de chantaje en que losprisioneros políticos serían usa-dos como rehenes. Lo que Chilequiere es que se haga justicia atodos, por una parte a los presos

1. "Romaria a Lorsquón: Pasión del Señor". Men-saje. 277 [mano-abril 1979). p. 156.2. "Cuando los muertos vuelven a la (¡erra". Men-saje , 286 (enero-febrero, 1980), p, 57.

MENSAJE N" 390. JULIO 199a 249

c HECHOS Y COMENTARIOS

que han sido torturados, juzgadospor tribunales que no correspon-den y encarcelados -ellos no pi-den amnistía sino justicia-, y porotra parte a los torturadores yasesinos que han quedado encu-biertos e intocados y muchas ve-ces honrados y ascendidos. Losmanifestantes gritaban a coro:"Con la sangre de los muertos no

se puede negociar".Junto a mí marchaba una jo-

ven madre, con su guagua col-gada por delante y con una ru-biecita de cinco años tomada de lamano. En su solapa llevaba elretrato de su padre, Raúl Mon-toya, desaparecido el mismo añoque sus compañeros encontradosen Colina. La exigencia de justicia

se transmite con la sangre y laleche y el clamor por ella creceráen democracia como el rugido demuchas aguas que pugnan poravanzar. Sólo abriéndoles su de-bido cauce llegaremos a la paz.

La causa de los detenidos-de-saparecidos será decisiva para elfuturo de Chile y de su democra-cia. •

Meditación de Corpus1. Hoy celebramos el Cuerpo de Cristo,

ayer enterramos los cuerpos de Cristo.Hoy nos lava la Sangre de Cristo.¿Podrá ia Sangre lavar tanta sangre?

"Aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo.porque comemos todos del mismo pan".¿Podemos comer de este pan en público,podemos comer este pan ante las cámaras.mientras tantos cuerpos nos separan?

Y comimos el Cuerpo y bebimos la Sangre,mientras yacen los hermanos en el desierto, anóni-mos.Y ahora, ¿que hacemos1?Nuestra conciencia yace desnuda, sin carne,enjuta, bajo el sol de la pampa.

¿Quién lo hizo?¿Qué hice?¿Qué hago?¿Qué hacemos?¿Qué hicimos?¿Qué haremos?

"Lo que hiciste a tu hermano.a mi me lo hiciste".Lo que no hice por mi hermano,

¿puedo aún hacer algo?

2. Verdad que nos gritas desde las tumbas vacias,descarnada fiscal de una corte desértica,que tu voz nos persiga hasta nuestras guaridas,para que no podamos olvidar nuestros actos.

Los cuerpos, la sangre, ios gritos, las balas,las bolsas, la cal, las fosas, la tierra...La sal y la espuma, el susurro del agua,bajo el sol calcinante, una peste que acusa:"Carnes de Chile, ¿dónde está vuestro hermano?"

3. ¿Corpus Christiy Pisagua?

El Cuerpo de Cristo yacía en Pisagua.

Domingo de Pascua: un sepulcro en el Gólgotanos gritó que no estaba."No está entre los muertos:la cruz y la lanza yacen derrotadas".

¿Dónde está Chile hoy, fosas de Pisagua?¿Sigue siempre muerto? ¿Pueden más las balas?

El Cuerpo de Cristo yacía en Pisagua.por eso en Corpus Christi renace la esperanza.

4. A pesar de la venda, la justicia ha visto.Es lo que ha logrado el sol del desierto.Ante su cruz cruda, no hay venda que valga.

El so! del desierto evapora el agua,disuelve metales.reseca los cuerpos.

Para fundir Chile y moldearlo de nuevo,taponear las grietas.restañarla sangre, cauterizar heridas, ...hoy nos hace falta el sol del desierto.

Para vernos lodos manchados de sangre,para no ocultarnos, ni culpar a otros.de aquello que hicimos, de lo que no hicimos.de lo que pensamos, de lo que dijimos,hoy nos hace falta el sol del desierto.

Bajo el sol ardiente, de ese otro desierto,Dios coció un pan, para hacer un pueblo.Y Jesús nos dio el Pan de su cuerpo,bajo el so! ardiente de ese otro desierto.

Caminando ahora por nuestro desierto,hoy nos reunimos en tomo a tu Cuerpo.Señor, Sol ardiente, iúndenos en Ti,Crisol del Hombre Nuevo.

José Manuel Arenas H. , S. J.Concepción, 17 de junio de 1990

250 MENSAJE N5 390, JULIO 1990