8
Hector Berlioz (La Côte-Saint-André, Francia, 1803 - París, 1869) Compositor francés. El Romanticismo tiene en Hector Berlioz una de sus figuras paradigmáticas: su vida novelesca y apasionada y su ansia de independencia se reflejan en una música osada que no admite reglas ni convenciones y que destaca, sobre todo, por la importancia concedida al timbre orquestal y a la inspiración extramusical, literaria. No en balde, junto al húngaro Franz Liszt, Berlioz fue uno de los principales impulsores de la llamada música programática. Hijo de un reputado médico de Grenoble, fue precisamente su padre quien le transmitió su amor a la música. Por su consejo, el joven Hector aprendió a tocar la flauta y la guitarra y a componer pequeñas piezas para diferentes conjuntos. Sin embargo, no era la música la carrera a la que le destinaba su progenitor; y así, en 1821 Berlioz se trasladó a París para seguir los estudios de medicina en la universidad. No los concluyó: fascinado por las óperas y los conciertos que podían escucharse en la capital gala, el futuro músico abandonó pronto la carrera médica para seguir

Hector Berlioz

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Hector Berlioz

Hector Berlioz

(La Côte-Saint-André, Francia, 1803 - París, 1869) Compositor francés. El Romanticismo tiene en Hector Berlioz una de sus figuras paradigmáticas: su vida novelesca y apasionada y su ansia de independencia se reflejan en una música osada que no admite reglas ni convenciones y que destaca, sobre todo, por la importancia concedida al timbre orquestal y a la inspiración extramusical, literaria. No en balde, junto al húngaro Franz Liszt, Berlioz fue uno de los principales impulsores de la llamada música programática.

Hijo de un reputado médico de Grenoble, fue precisamente su padre quien le transmitió su amor a la música. Por su consejo, el joven Hector aprendió a tocar la flauta y la guitarra y a componer pequeñas piezas para diferentes conjuntos. Sin embargo, no era la música la carrera a la que le destinaba su progenitor; y así, en 1821 Berlioz se trasladó a París para seguir los estudios de medicina en la universidad. No los concluyó: fascinado por las óperas y los conciertos que podían escucharse en la capital gala, el futuro músico abandonó pronto la carrera médica para seguir la musical, en contra de la voluntad familiar. Gluck, primero, y Carl Maria von Weber y Beethoven, después, se convirtieron en sus modelos musicales más admirados, mientras Shakespeare y Goethe lo eran en el campo literario.

Admitido en el Conservatorio en 1825, fue discípulo de Jean François Lesneur y Anton Reicha y consiguió, tras varias tentativas fracasadas, el prestigioso Premio de Roma que anualmente concedía esa institución. Ello fue en 1830, el año que

Page 2: Hector Berlioz

vio nacer la obra que lo consagró como uno de los compositores más originales de su tiempo: la Sinfonía fantástica, subtitulada Episodios de la vida de un artista. Página de inspiración autobiográfica, fruto de su pasión no correspondida por la actriz británica Harriet Smithson, en ella se encuentran todos los rasgos del estilo de Berlioz, desde su magistral conocimiento de la orquesta a su predilección por los extremos –que en ocasiones deriva en el uso de determinados efectismos–, la superación de la forma sinfónica tradicional y la subordinación a una idea extramusical.

La orquesta, sobre todo, se convierte en la gran protagonista de la obra: una orquesta de una riqueza extrema, llena tanto de sorprendentes hallazgos tímbricos, como de combinaciones sonoras novedosas, que en posteriores trabajos el músico amplió y refinó más aún, y que hallaron en su Tratado de instrumentación y orquestación su más lograda plasmación teórica. Fue tal el éxito conseguido por la Sinfonía fantástica que inmediatamente se consideró a su autor a la misma altura que Beethoven, comparación exagerada pero que ilustra a la perfección la originalidad de la propuesta de Berlioz, en una época en que muchas de las innovaciones del músico de Bonn aún no habían sido asimiladas por público y crítica.

Tras el estreno de esta partitura, la carrera del músico francés se desarrolló con rapidez, aunque no por ello estuvo libre de dificultades. En 1833 consiguió la mano de Harriet Smithson, con lo cual se cumplía uno de los sueños del compositor, aunque la relación entre ambos distara luego de ser idílica. Otras sinfonías programáticas, Harold en Italia, basada en un texto de lord Byron, Romeo y Julieta y un monumental Réquiem incrementaron la fama de Berlioz durante la década de 1830, a pesar del fracaso de su ópera Benvenuto Cellini.

Un nuevo trabajo lírico, la ambiciosa epopeya Los troyanos, le iba a ocupar durante cuatro años, de 1856 a 1860, sin que llegara a verla nunca representada íntegra en el escenario. Los infructuosos esfuerzos por estrenarla, junto a la indiferencia y aun hostilidad con que era recibida cada una de sus nuevas obras en Francia, son algunas de las razones que explican que los últimos años de vida

Page 3: Hector Berlioz

de Berlioz estuvieron marcados por el sentimiento de que había fracasado en su propio país.

Berlioz nació en Francia en La Côte-Saint-André, entre Lyon y Grenoble. Su padre era médico (fue un aficionado a la acupuntura) y envió al joven Héctor a París a estudiar medicina. Berlioz quedó horrorizado por el proceso de disección y a pesar de la desaprobación de su padre, abandonó la carrera para estudiar música. Asistió al Conservatorio de París, donde estudió composición y ópera, quedando muy impresionado por la obra y las innovaciones de su maestro Jean-François Lesueur.

El movimiento romántico

Rápidamente se sintió identificado con el movimiento romántico francés. Entre sus amigos estaban los escritores Alejandro Dumas, Victor Hugo y Honoré de Balzac. Más tarde, Théophile Gautier escribiría:

Me parece que Héctor Berlioz, con Victor Hugo y Eugène Delacroix, forman la Santísima Trinidad del arte romántico.

Se dice que Berlioz había sido un romántico innato, que experimentaba intensas emociones desde la más tierna infancia, por ejemplo cuando leía pasajes de Virgilio, y más tarde en una serie de aventuras amorosas.

A los 23 años se enamoró de la actriz irlandesa shakesperiana Harriet Smithson.

Retrato de Berlioz por Signol, 1832

A Smithson las cartas de Berlioz le parecieron tan exageradamente apasionadas que lo rechazó por completo. Sin embargo, fue la musa inspiradora de la sinfonía que Berlioz estaba preparando en esa época.

En 1830, esta Sinfonía fantástica generada por esas emociones fue considerada «asombrosa y vívida», pero Smithson no quiso asistir al debut en París. En aquel momento la naturaleza autobiográfica de esta obra de música programática (que requería que los oyentes leyeran un folleto con su «argumento» antes del concierto) se consideró con justicia sensacional e innovadora.

En 1830 (el mismo año del debut de la sinfonía) Berlioz ganó el Premio de Roma, la beca más importante del mundo de la música.

Page 4: Hector Berlioz

Debido al rechazo de Smithson, Berlioz se unió sentimentalmente a Marie Moke. Pero este romance fue terminado abruptamente por la madre de Moke, quien la casó con el pianista y fabricante de pianos Camille Pleyel.

Berlioz, que en esa época ya estaba becado en Roma, planeó cabalgar hasta París, disfrazarse de sirvienta doméstica, matar a Moke, a su madre y a su novio pianista y suicidarse. Llegó a viajar un par de miles de kilómetros hasta Niza, hasta que fue persuadido de abandonar la idea.

Retorno a París y primer matrimonio

Después de su retorno a París —luego de dos años becado estudiando ópera italiana en Roma—, se enteró de que Harriet Smithson finalmente había asistido a una presentación de la Sinfonía Fantástica. Ella rápidamente se dio cuenta de que era una clara alegoría de las apasionadas cartas que Berlioz le había escrito. Pronto se casaron, pero pocos años después, desilusionados, se separaron.

Durante su vida, Berlioz fue más famoso como director de orquesta que como compositor. Periódicamente daba ciclos de conciertos en Alemania e Inglaterra, donde dirigía óperas y música sinfónica, tanto suya como de otros compositores.

Varias veces se encontró con el compositor y virtuoso del violín Nicolo Paganini. De acuerdo con las memorias de Berlioz, Paganini le ofreció 20.000 francos después de haber visto una representación en vivo de Harold en Italia obra basada en el Childe Harold (Pequeño Aroldo) de Byron. La idea era que Berlioz le vendiera esa obra (una sinfonía concertante para viola) para que Paganini la pudiera tocar como propia.

Hector Berlioz falleció en París el 8 de marzo de 1869. Está enterrado en el cementerio de Montmartre con sus dos esposas, Harriet Smithson (+ 1854) y Marie Recio (+ 1862).

Influencia musical

Berlioz estuvo muy influido por la literatura. En su Sinfonía fantástica, se inspiró en la obra de Thomas de Quincey, Confesiones de un inglés comedor de opio. Para La maldición de Fausto se basó en la traducción hecha por Gérard de Nerval sobre el Fausto de Goethe; Harold en Italia, está basada en Las peregrinaciones de Childe Harold, de Byron; Benvenuto Cellini, sobre la autobiografía de Cellini; Romeo y Julieta, obviamente en la obra de Shakespeare, Romeo y Julieta; su magnum opus Les Troyens se inspira en la Eneida de Virgilio; la comedia Béatrice et Bénédict sobre otra obra de Shakespeare, Mucho ruido y pocas nueces.

Page 5: Hector Berlioz

Aparte de sus influencias literarias, Berlioz se fijó en los himnos de su maestro Jean-François Lesueur e imitó mucho a Beethoven, en aquel tiempo desconocido en Francia. También mostró reverencia a los trabajos de Gluck, Mozart, Étienne Méhul, Carl Maria von Weber y Gaspare Spontini.

En 1844, Héctor Berlioz compuso la primera obra que se conoce para saxofón, que es el sexteto Canto Sagrado, y que fue estrenada el 3 de febrero de 1844 bajo la batuta del propio Berlioz y con Adolphe Sax en la interpretación de su saxofón.

Héctor Berlioz toma de Beethoven la teatralidad dejando de lado lo que se refiera a un modelo de desarrollo temático, algo que era fundamental para los músicos alemanes.

No hay rasgos folklóricos en Berlioz; sin embargo, su Romeo y Julieta o su Sinfonía Fantástica son imperfectamente beethovianas y muy francesas.

Trabajos literarios

Su ensayo pedagógico Gran tratado de instrumentación y orquestación moderna estableció su reputación como maestro de la instrumentación.

Mahler y Strauss estudiaron detenidamente ese tratado, que también sirvió como modelo para el libro de Nikolái Rimski-Kórsakov, quien había asistido como estudiante de música a los conciertos que Berlioz dirigió en Moscú y San Petersburgo. El crítico Norman Lebrecht escribió:

Antes de las visitas de Berlioz prácticamente no había música académica rusa. El suyo fue el paradigma que inspiró ese género. Chaikovski, para su Tercera sinfonía, “tomó” de la Sinfonía fantástica como si de una tienda de golosinas se tratara. Módest Músorgski murió con una copia del tratado de Berlioz en su cama. [1]

Resurgimiento

Hubo un interés renovado por la música de Berlioz en los años sesenta y setenta, debido en parte a los esfuerzos del director de orquesta inglés Colin Davis, quien grabó su obra entera, sacando a la luz muchas obras menos conocidas de Berlioz. Él fue quien realizó la primera grabación completa de Los troyanos. A pesar de que Berlioz nunca la oyó completa en toda su vida, en la actualidad es revivida periódicamente.

En el bicentenario del nacimiento de Berlioz (2003), hubo una propuesta de llevar sus restos al panteón francés, pero el presidente Jacques Chirac se opuso,

Page 6: Hector Berlioz

generando una disputa política acerca del derecho de Berlioz a figurar entre las glorias máximas de Francia, en comparación con figuras como André Malraux, Jean Jaurés y Alejandro Dumas.