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Referencias a Heidegger en Lacan Rogelio FernÆndez Couto Nota introductoria El corpus de estas referencias se conform a partir de cinco fuentes: los Escritos, los Otros escritos, los libros publicados de El seminario, los libros inØditos de El seminario y la compilacin de textos Pas-tous- Lacan, que puede consultarse en la pÆgina web de la cole Lacanienne de Psychanalyse. El recorte de las citas no se limit a aquellos pasajes en que Lacan nombra a Heidegger sino que trat de incluir todos los lugares en que se produce, del modo que sea, un diÆlogo con el filsofo alemÆn. La obra de Lacan, especialmente en el caso de El seminario, resulta particular pues se presenta en mœltiples versiones, tanto en el original francØs como en castellano. Puede hablarse entonces aqu de un estable- cimiento de texto, el cual hemos realizado cotejando todas las versiones disponibles. En cuanto a la traduccin, all donde era posible tomamos la versin castellana que nos pareciera mÆs fiel, pero siempre modificÆndo- la cada vez que lo consideramos necesario. Al inicio de cada seccin, seæalamos mÆs detalladamente en nota al pie los materiales con que se ha trabajado. Colaboraron en la confeccin de estas referencias Martn Valiente Arrechea, Said Martnez Grecco, Carlos Faig y Luis Barbieri. Por œltimo permtasenos expresar el deseo de que estas referencias no queden como mera informacin bibliogrÆfica sino como evidencia de la con- versacin fundamental que Jacques Lacan estableci con Martin Heidegger. Rogelio FernÆndez Couto 325

Heidegger en Lacan

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La tarea de quienes se proponen dar cuenta de la relación entre las obras de Heidegger y Lacan no es precisamente sencilla. Más todavía si el objetivo es “desentrañar la lógica estructurante de esa relación”.Pero Heidegger es una excepción también en otros sentidos. Sabemos que Lacan importó al campo del psicoanálisis, al igual que Freud, de manera franca y explícita multitud de nociones de otras disciplinas, por lo general haciendo un uso muy original en su aplicación al psicoanálisis, uso con el que muchas veces les imprimió ciertas deformaciones a esos conceptos. Sean los de la lingüística saussuriana, o de la lógica o la topología, y también de la filosofía. Usó la dialéctica hegeliana para caracterizar la neurosis obsesiva, las cuatro causas aristotélicas para definir los distintos saberes y sus praxis, y tantos otros. A veces, se refirió a algunos filósofos para criticarlos fuertemente como su rechazo a la forma de la temporalidad en la estética kantiana o la teoría de las descripciones de Russell en relación con el nombre propio. Pero siempre, aun con su modalidad transgresora, llevó adelante un diálogo fecundo.

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  • Referencias a Heidegger en Lacan

    Rogelio Fernndez Couto

    Nota introductoria

    El corpus de estas referencias se conform a partir de cinco fuentes: losEscritos, los Otros escritos, los libros publicados de El seminario, loslibros inditos de El seminario y la compilacin de textos Pas-tous-Lacan, que puede consultarse en la pgina web de la cole Lacanienne dePsychanalyse.

    El recorte de las citas no se limit a aquellos pasajes en que Lacannombra a Heidegger sino que trat de incluir todos los lugares en que seproduce, del modo que sea, un dilogo con el filsofo alemn.

    La obra de Lacan, especialmente en el caso de El seminario, resultaparticular pues se presenta en mltiples versiones, tanto en el originalfrancs como en castellano. Puede hablarse entonces aqu de un estable-cimiento de texto, el cual hemos realizado cotejando todas las versionesdisponibles. En cuanto a la traduccin, all donde era posible tomamos laversin castellana que nos pareciera ms fiel, pero siempre modificndo-la cada vez que lo consideramos necesario. Al inicio de cada seccin,sealamos ms detalladamente en nota al pie los materiales con que se hatrabajado. Colaboraron en la confeccin de estas referencias MartnValiente Arrechea, Said Martnez Grecco, Carlos Faig y Luis Barbieri.

    Por ltimo permtasenos expresar el deseo de que estas referencias noqueden como mera informacin bibliogrfica sino como evidencia de la con-versacin fundamental que Jacques Lacan estableci con Martin Heidegger.

    Rogelio Fernndez Couto

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  • Escritos1

    El seminario sobre La Carta robada

    1) Y as cuando nos abrimos al entendimiento de la manera en queMartin Heidegger nos descubre en la palabra aleths el juego de la ver-dad, no hacemos sino volver a encontrar un secreto en el que sta ha ini-ciado siempre a sus amantes, y por el cual saben que es en el hecho de quese esconda donde se ofrece a ellos del modo ms verdadero. (p. 15)

    2) que la respuesta del significante a quien lo interroga es: Cmete tuDasein. (p. 34)

    Proposiciones sobre la causalidad psquica

    Cuestin en la que se inscribe toda la historia de la filosofa, desde lasaporas platnicas de la esencia hasta los abismos pascalianos de la exis-tencia hasta la ambigedad radical que indica Heidegger en la medida enque verdad significa revelacin. (p. 157)

    Funcin y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanlisis

    1) Puede decirse en lenguaje heideggeriano que una y otra [rememo-racin hipntica y material] constituyen al sujeto como gewesend, esdecir como siendo el que as ha sido. Pero en la unidad interna de esta_______________1 Aqu se ha cotejado la 14ta. edicin castellana (Siglo XXI, Mxico) con el original fran-cs. La paginacin corresponde a la edicin espaola.

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  • temporalizacin, el siendo (ens) seala la convergencia de los habiendosido. Es decir que de suponer otros encuentros desde uno cualquiera deesos momentos que han sido, habra nacido de ello otro ente que le harahaber sido de manera totalmente diferente. (p. 245)

    2) Este lmite es la muerte, no como vencimiento eventual de la vidadel individuo, ni como certidumbre emprica del sujeto, sino segn la fr-mula que da Heidegger, como posibilidad absolutamente propia, incon-dicional, irrebasable, segura y como tal indeterminada del sujeto, enten-dmoslo del sujeto definido por su historicidad. (p. 306)

    3) Mientras que Empdocles precipitndose al Etna deja para siemprepresente en la memoria de los hombres ese acto simblico de su ser-para-la-muerte. (p. 307)

    4) Este esquema [el toro] satisface la circularidad sin fin del procesodialctico que se produce cuando el sujeto realiza su soledad, sea en laambigedad vital del deseo inmediato, sea en la plena asuncin de su ser-para-la-muerte. (p. 308)

    Variantes de la cura-tipo

    Pues para el sujeto la realidad de su propia muerte no es ningn obje-to imaginable, y el analista, no ms que cualquier otro, nada puede saberde ella, sino que es un ser prometido a la muerte. Entonces, suponiendoque haya reducido todos los prestigios de su Yo para tener acceso al ser-para-la-muerte, ningn otro saber, ya sea inmediato o construido, puedetener su preferencia para que haga de l un poder, si bien no por ello quedeabolido. (p. 336)

    De un designio

    Este es tambin el motivo de las colaboraciones que habamos obteni-do para nuestro primer nmero, o sea Martn Heidegger con su artculoLogos (p. 351)

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  • Respuesta al comentario de Jean Hyppolite

    sobre la Verneinung de Freud

    1) La Verwerfung pues ha salido al paso a toda manifestacin del ordensimblico, es decir a la Bejahung que Freud establece como el procesoprimario en que el juicio atributivo toma su raz, y que no es otra cosa sinola condicin primordial para que de lo real venga algo a ofrecerse a larevelacin del ser o, para emplear el lenguaje de Heidegger, sea dejado-ser. (p. 372)

    2) As pues Freud, en este corto texto [Die Verneinung], como en elconjunto de su obra, se muestra muy adelante de su poca y bien lejos deestar en falta frente a los aspectos ms recientes de la reflexin filosfica.No es que se adelante en nada al moderno desarrollo del pensamiento dela existencia. Pero dicho pensamiento no es ms que la exhibicin quedescubre para unos, recubre para otros los contragolpes ms o menos biencomprendidos de una meditacin del ser, que va a impugnar toda la tradi-cin de nuestro pensamiento como nacida de una confusin primordial delser en el ente. (p. 367)

    La instancia de la letra en el inconsciente o la razn desde Freud

    Que esto sea el sntoma y el preludio de una nueva puesta en tela dejuicio de la situacin del hombre en el ente, tal como la han supuesto hastaahora todos los postulados del conocimiento, les ruego a ustedes que nose contenten con catalogar el hecho de que yo lo diga como un caso deheideggerismo aunque se le aadiese el prefijo de un neo que no aadenada a ese estilo de bote de la basura con el cual es usual eximirse de todareflexin con un recurso al qutenme-eso-de-ah de nuestros escombrosmentales.

    Cuando hablo de Heidegger, o ms bien cuando lo traduzco, me esfuer-zo en dejar a la palabra que profiera su significacin soberana. (p. 508)

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  • Kant con Sade

    Ese objeto no lo tenemos aqu, habiendo descendido de su inaccesi-bilidad, en la experiencia sadiana, y develado como Ser-all, Dasein, delagente del tormento? (p. 751)

    La ciencia y la verdad

    Por lo cual no es vano repetir que en la prueba de escribir: pienso:luego soy, con comillas alrededor de la segunda clusula, se lee que elpensamiento no funda el ser sino anudndose en la palabra donde todaoperacin toca a la esencia del lenguaje.

    Si cogito sum nos es dado en algn sitio por Heidegger para sus fines,hay que observar que algebriza la frase, y nosotros tenemos derecho aponer de relieve su resto: cogito ergo, donde aparece que nada se hablasino apoyndose en la causa.

    Ahora bien, esa causa es lo que recubre el soll Ich, el debo yo [je] dela frmula freudiana, que, de invertirse su sentido, hace brotar la parado-ja de un imperativo que me insta a asumir mi propia causalidad. (p. 843)

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  • Otros escritos1

    Discurso de Roma

    Con esta luz, todo el movimiento fenomenolgico, incluso el existen-cialista, aparece como la compensacin exasperada de una filosofa queya no est ms segura de tener el dominio de sus motivos; y que no hayque confundir, aunque se los demarca, con las interrogaciones que unWittgenstein o un Heidegger hacan sobre las relaciones del ser y del len-guaje, tan pensativas por saberse incluidas all, tan lentas para concebir sutiempo. (p. 173)

    Maurice Merleau-Ponty

    Esta direccin exigida hacia lo que ordena las covariancias fenomni-camente definidas de la percepcin, el filsofo de nuestro tiempo la bus-car, como se sabe, en la nocin de presencia, o para mejor traducir lite-ralmente el trmino del alemn, el Ser-ah, al cual es necesario aadir pre-sencia (o Ser-ah)-en-por-y a travs de-un-cuerpo. Posicin llamada de laexistencia, en tanto trata de aprehenderse en el momento anterior a lareflexin que en su experiencia introduce su distincin decisiva respectodel mundo despertndolo a la conciencia-de-s. (p. 196)

    _______________1 Aqu se cotej la versin castellana, Lacan, J., Otros escritos, Paids, Buenos Aires,2012, en adelante OE, con el original francs y con las diferentes traducciones de artcu-los que ya haban aparecido aisladamente en espaol.

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  • Discurso de clausura de las jornadas sobre psicosis infantil2

    1) Lo que (inexactamente) se entiende de la propuesta de Heidegger debuscar el fundamento en el ser-para-la-muerte da motivo a ese eco que haceresonar durante siglos, siglos de oro adems, del penitente como puesto enel corazn de la vida espiritual. No desconocer en los antecedentes de lameditacin de Pascal el apoyo de un franqueamiento del amor y la ambicinapenas si sirve para asegurarnos del lugar comn, ya en su poca, del retirodonde se consuma el afrontamiento del ser-para-la-muerte. Comprobacinque encuentra su pago en el hecho de que Pascal, al transformar esa ascesisen apuesta, de hecho la clausura. (p. 154; OE, p. 384)

    2) El asunto se aclara gracias a lo que Freud ha dicho en forma de anc-dota, y que nos es preciso subrayar, y es que, tan pronto como hay dos, elser-para-la-muerte, crean lo que creyeren quienes lo cultivan, deja ver enel menor lapsus que de lo que se trata es de la muerte del otro. Lo queexplica las esperanzas puestas en el ser-para-el-sexo. Pero en contraste, laexperiencia analtica demuestra que, cuando hay dos, la castracin que elsujeto descubre no podra ser sino la suya. (pp. 154-155; OE: p. 385)

    El atolondradicho3

    Y vuelvo al sentido a fin de recordar el esfuerzo que necesita la filo-sofa la ltima en salvar su honor por estar al da y haber llegado a lapgina que el analista hace ausente para percibir aquello que, del analis-ta, es recurso cada da: que nada oculta tanto como lo que devela, que laverdad, altheia.

    De modo que no reniego de la fraternidad de este decir, puesto que lorepito slo a partir de una prctica que, al situarse desde otro discurso, lovuelve incuestionable. (p. 20; OE: p. 476)_______________2 En Psicosis infantil, AA.VV., Nueva Visin, Buenos Aires, 1971. En Otros escritos bajoel ttulo: Alocucin sobre las psicosis del nio. 3 En Escansin, Ornicar?, nm. 1, Paids, Buenos Aires, 1984.

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  • Introduccin a la edicin alemana

    de un primer volumen de los Escritos

    1) Esto en un ser viviente del que lo menos que se puede decir es quese distingue de los otros por habitar el lenguaje, como dice un alemn queme honro de conocer (como nos expresamos para denotar un trato perso-nal). Este ser se distingue por ese alojamiento que es algodonoso, en elsentido de que conduce forzosamente al dicho ser hacia toda suerte deconceptos, o sea de toneles, todos ms ftiles los unos que los otros. (OE,p. 580)

    2) Para mi amigo Heidegger, evocado ms arriba con el respeto queme merece, que tenga a bien detenerse un instante, voto que emito deforma puramente gratuita puesto que s que no podra hacerlo, detenerse,digo, sobre la idea de que la metafsica no ha sido jams nada y no podraprolongarse ms que al ocuparse de taponar el agujero de la poltica. Essu resorte4.

    Que la poltica alcance la cima de la futilidad, es precisamente all quese afirma el buen sentido, el que hace la ley: no tengo que subrayarlo, diri-gindome al pblico alemn que le ha aadido tradicionalmente el llama-do sentido de la crtica. Sin que sea vano recordar aqu adnde lo condu-jo eso hacia 1933. (OE: p. 581)

    _______________4 Cest son ressort. En la edicin de Paids se lo traduce por: Es su fuerza. [N. delComp.]

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  • El seminario

    Libros ya editados1

    Libro 1. Los escritos tcnicos de Freud

    1) Caemos all, sera entonces preciso hacer intervenir nociones hei-deggerianas. Toda entrada del ser en su morada de palabras supone unmargen de olvido, una lthe complementaria de toda altheia.

    Hyppolite: El olvido no es nada. l mismo est contenido en la expre-sin.

    Lacan: S, exactamente.Hyppolite: En la formulacin de Mannoni no entiendo el trmino

    lograda. Qu quiere decir lograda? Es lo que no comprendo.Lacan: Es una expresin de terapeuta. Es una lthe absolutamente esen-

    cial2. Hyppolite: Porque lograda bien podra querer justamente decir el

    olvido ms fundamental.Lacan: Es precisamente de lo que hablo, a condicin de darle a fun-

    damental el sentido que usted dice._______________1 Aqu el texto castellano se estableci segn el siguiente criterio: para establecer el textofrancs se cotejaron la ediciones de Seuil con las de Roussan, las de la Association freu-dienne internationale, las de STAFERLA y las versiones estenogrficas; luego se tuvo encuenta la versin castellana de Paids (Buenos Aires), cambiando y comentando lo quehiciera falta. Lo que aparece aqu subrayado es lo que no aparece en Paids (dado que fuecercenado en la versin francesa de Seuil). En el caso de la segunda cita del Seminario X,la versin de Paids est precedida por la traduccin de Ricardo Rodrguez Ponte, para cir-culacin interna de la Escuela Freudiana de Buenos Aires.2 Paids: La represin lograda es esencial.

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  • Hyppolite: Entonces lograda quiere decir, en cierto sentido, lo msfallado. Usted ha culminado en eso, en el fondo, para que el ser se inte-gre. Para eso, es preciso que el hombre olvide lo esencial. Este logro esalgo fallado.

    Lacan: No estoy seguro de que eso sea lo que quiere decir Heideggercuando indica esa Irre fundamental a toda encarnacin temporalencar-nacin temporal, eso [esos trminos] no es suyo

    del ser.Hyppolite: Es otra cuestin la que planteo con respecto a Heidegger.

    Heidegger no aceptara el trmino lograda. Lograda no puede ser ms queun punto de vista del terapeuta3.

    Lacan: S, es eso, es un punto de vista de terapeuta. No obstante, estasuerte de margen de error que hay en toda realizacin del ser est siem-pre, parecera, reservado por Heidegger a una suerte de Verborgenheitfundamental, sombra de la verdad.

    Hyppolite: El logro del terapeuta es, para Heidegger, lo peor que hay.Es el olvido del olvido. Es eso lo que para Heidegger es lo ms grave, yaque l no se ubica desde el punto de vista del terapeuta: es el olvido delolvido. Mientras que la autenticidad heideggeriana justamente consiste enque no se caiga4 en el olvido del olvido.

    Lacan: S, porque Heidegger ha hecho de ese remonte a las fuentes delser una especie de ley filosfica. (Leccin del 19-5-1954)

    2) En cambio, el esclavo tiene mucho que esperar de la muerte delamo, que cree, porque an sta no ha acontecido. Dado que ms all de lamuerte del amo, ser preciso que l se enfrente que afronte la muertecomo todo ser plenamente realizado, y que asuma, en el sentido heideg-geriano, su ser-para-la-muerte.

    Pero precisamente el obsesivo no asume su ser-para-la muerte, est ensuspenso. Esto es lo que hay que mostrarle. Es muy precisamente esa, estaes la funcin de la imagen del amo como tal. (Leccin del 7-7-1954)

    _______________3 Paids: Lograda slo puede decirse desde el.4 Paids: en no caer.

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  • Libro 2. El yo en la teora de Freud y en la teora psicoanaltica

    Hegel dice algo de esto, pero felizmente se lo puede entender de mane-ra muy distinta. En particular la interpretacin que5 Heidegger da deHegel, por ejemplo, es tendenciosa, pero es posible, felizmente, es por esoque no se supera a Hegel6. Sera muy posible que esta nocin del saberabsoluto fuera, por as decir, inmanente cada vez, en7 cada etapa de laFenomenologa hay el saber absoluto. Slo la conciencia no cumple coneso. De esa verdad que sera el saber absoluto ella hace otro fenmenonatural, que no es el saber absoluto. (Leccin del 12-1-1955)

    Libro 3. Las psicosis

    1) Y primero, hay un interlocutor? Hay un interlocutor que va inclu-so, y es eso lo que va a condicionar el acceso que vamos a permitirnos enl8, que en el fondo es nico. Es sumamente entretenido, se los confieso,incluso para un filsofo, considerar9 esa Einheit, si pensamos en ese textode Heidegger sobre el logos que traduje, y que aparecer en el primernmero de nuestra nueva revista, La Psychanalyse10, que identifica ellogos con el hn heracliteano, dado que justamente la cuestin que nosplanteamos es la de saber si el delirio de Schreber no es pura y simple-mente algo que puede ser precisado de una manera que no preciso en_______________5 Paids: de.6 En Paids, esta frase aparece de la siguiente manera: La interpretacin de Heidegger,por ejemplo, es tendenciosa, pero felizmente posible. Por eso no se supera a Hegel. Tra-duccin correcta de la frase tal cual aparece en Seuil, hace an ms imposible una ambi-gedad del habla de Lacan, pues felizmente puede referirse tanto a la posibilidad (de lainterpretacin de Heidegger) como a la imposibilidad de la superacin de Hegel, lecturaincluso ms plausible, lectio facilior. Todo con poner un punto.Vertimos segn STAFERLA.7 Paids: a8 Paids: Si, hay uno,.9 Paids: analizar.10 AFI: si pensamos que el texto que traduje y que ustedes van a ver, sobre el logos, en laprimera revista de nuestro psicoanlisis.

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  • seguida, puesto que hace falta de entrada cepillarla, sino11 un modo derelacin muy particular del sujeto con el conjunto del lenguaje como tal.(Leccin del 1-2-1956)

    2) Pero el hecho de que si ella surge, de que si ella nace, es siempre acausa precisamente de un modo de aparicin de la palabra que podemosllamar de diferentes modos, no me atengo especialmente a una u otra, seaque la llamemos la misin, el mandato, sea que la llamemos la delegacin,o incluso por referencia a Heidegger, la devolucin, que desde luego es elfundamento o la palabra fundante: el T eres esto, seas t mi mujer, oque t seas mi amo, o mil otras cosas. Ese t eres esto, cuando lo reci-bo, y que me hace en la palabra otra cosa12 que lo que soy. (Leccin del13-6-1956)

    3) No podemos agotar todo lo que nos proponen, acerca del anlisis delverbo ser, los filsofos que centraron su meditacin en torno a la cuestindel Dasein, toda esta cuestin del verbo ser fue retomada, y estamos pre-cisamente forzados a evocarla como habiendo sido proseguida especial-

    mente en alemn, dado que es en alemn que el Dasein tom su identifi-

    cacin. Sobre esto especialmente Heidegger, quien ha empezado a consi-derarlo desde el ngulo gramatical y etimolgico. Les dir rpidamenteque no estoy tan de acuerdo, para aquellos de entre ustedes que conocen

    esos textos, o que pudieron encontrarlos ms o menos en algunos textos,bastante fielmente comentados en unos artculos que Jean Wahl les dedi-c hace poco.

    Heidegger da mucha importancia al significante, a nivel del anlisis dela palabra y de la conjugacin como se dice corrientemente, digamos conms exactitud de la declinacin en el sentido propio y fsico del trmino,del verbo sein, lleva a Martin Heidegger a promover en las diferentesformas radicales que, como ustedes lo saben, componen. En alemn aligual que en francs, ese famoso verbo ser dista mucho de ser un verbosimple, y hasta de ser un slo verbo. Es evidente que la forma suis no esde la misma raz que es, est, tes, y que ft, y tampoco hay estricta equi-_______________11 Paids: Precisamente, veremos que el delirio de Schreber, a su manera, es.12 Paids: otro.

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  • valencia con esas formas incluidas en la funcin del verbo tre, t13,que es algo que se reencuentra de una lengua a la otra. Este t, si fttiene su equivalente en latn, al igual que suis y la serie es, t viene deotra fuente, stare. La distribucin es igualmente diferente en alemndonde sind se agrupa con bist, mientras que en francs la segunda perso-na est agrupada con la tercera. Se han delimitado aproximadamente tresraces para las lenguas indoeuropeas, las que corresponden a somos, a esy a fue, que se vincula con la raz phsis en griego, ligada con la idea devida y de crecimiento. Para las otras, Heidegger insiste en las dos caras,Sten que se acerca a stare, tenerse de pie por s solo, y Verbahen, durar,sentido vinculado asimismo a la fuente phsis. Para Heidegger, la idea desostenerse derecho, la idea de vida, y la idea de durar seran entonces loque nos brinda un anlisis etimolgico, completado por el anlisis grama-tical, y la nocin de ser surgira entonces de una especie de reduccin y deindeterminacin arrojada sobre el conjunto de esos sentidos. Resumo,para darles una idea de la cosa. Debo decir que un anlisis de este ordenpor naturaleza tiende a elidir, a enmascarar, lo que es singular cuando setrata de un progreso, aquello en lo que intenta iniciarnos Heidegger, asaber lo que es absolutamente irreductible en la funcin del verbo ser, lafuncin de cpula pura y simple. Sera equivocado creer que esta funcinaparece por un progresivo viraje de estos diferentes trminos. (Leccindel 27-6-1956)

    Libro 4. La relacin de objeto

    1) Ese Espritu Santo en su conjunto es la venida al mundo, la entradaen el mundo de significantes14. Qu es eso?_______________13 Paids: No hay tampoco estricta equivalencia con la forma t.14 Paids: El Espritu Santo es la entrada del significante en el mundo. Esta frase, segnla establece la versin de Seuil, es un contrasentido: el significante no entra a un mundopreexistente, presignificante; por el contrario, el Espritu Santo es la llegada (del Esp-ritu Santo) al mundo de los significantes, como correctamente establecen la estenografa,STAFERLA, AFI y otros.

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  • Esto es sin lugar a dudas lo que Freud aport bajo el trmino de ins-tinto de muerte. Se trata de ese lmite del significado nunca alcanzado porningn ser vivo, que incluso nunca se alcanza en absoluto, salvo en estecaso excepcional, probablemente mtico, porque slo lo encontramos enlos escritos ltimos15 de cierta experiencia filosfica. Con todo, se trata dealgo que se encuentra virtualmente en el lmite de la reflexin del hombresobre su vida, que le permite entrever la muerte como su lmite, como con-dicin absoluta, insuperable, de su existencia, tal como lo expresa Hei-degger. La existencia en el mundo, en todo caso, de las relaciones posi-bles del hombre con el significante en su conjunto se encuentra vincula-da16 de forma muy precisa con esta posibilidad de supresin, de puestaentre parntesis de todo lo vivido.

    Lo que se encuentra en el fondo de la existencia del significante, de supresencia en el mundo, vamos a ponerlo aqu, en nuestro esquema, y quees esta superficie eficaz del significante como algo en donde el signifi-cante refleja17, de algn modo, lo que podemos llamar la ltima palabradel significado, es decir, de la vida, de lo vivido, del flujo de las emocio-nes, del flujo libidinal.

    Se trata de la muerte, como soporte, la base, la operacin18 del Espri-tu Santo que hace existir al significante. (Leccin del 5-12-1956)

    2) Si decimos19 con el ser seguramente no diremos que es inexacto,pero tal vez sera ir demasiado lejos y desembocaramos en la filosofa,aunque fuese la ms reciente, la de nuestro amigo Heidegger, es muy per-tinente en s esta referencia20. Disponemos sin duda de referencias msprximas y de trminos ms articulados, que son los que podemos abor-dar inmediatamente en nuestra experiencia. (Leccin del 27-3- 1957)_______________15 En nota al pie de la versin Paids, el traductor aclara: En francs, ultime evoca lamuerte.16 Paids: se encuentran vinculadas. Sigue a Seuil, donde aparece lis, en plural.17 Paids: como una superficie eficaz del significante donde se refleja.18 Paids: la base de la operacin.19 Paids: Responder.20 Paids: por pertinente que sea esta referencia. Nuevamente, una correcta traduccin deun establecimiento muy dudoso del discurso de Lacan en la versin Seuil.

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  • Libro 7. La tica del psicoanlisis

    1) Ya he formulado el problema ante ustedes: cul es el mnimo ini-

    cial concebible de una batera significante para que puedan comenzar a

    jugar, a organizarse el dominio, el orden y el registro del significante? Es

    precisamente en tanto que algo que hace que no podra haber dos sin tres

    y esto debe seguramente implicar, pienso, el cuatro, el cuadripartito, el

    Geviert, como dice en algn lado Heidegger. (Leccin del 16-12-1959)2) Yo no tengo en todo caso, para confirmar lo apropiado y hacernos

    sentir lo que es la cosa que es el vaso para este uso, que decirles: rem-tanse a lo que Heidegger, el ltimo en meditar sobre el sujeto de la crea-

    cin, nos presenta cuando se trata, en esas compilaciones en las que seencuentra el artculo del que les voy a hablar, para l de hablar de dasDing desarrolla toda su dialctica alrededor de un vaso. Esta dialcticaque, como ustedes lo saben, en l es una dialctica del Ser. No me inter-

    nar en la funcin de das Ding en la perspectiva heideggeriana de la reve-lacin presente, contempornea, vinculada con lo que l llama el fin de lametafsica, de lo que es el Ser21. Quiero simplemente decirles que pueden

    tranquilamente, todos los que estn aqu, remitirse a la recopilacin titu-

    lada Ensayos y conferencias y al artculo sobre La Cosa. Vern segura-mente la funcin que le da Heidegger, en una suerte de proceso humano

    esencial, de conjuncin tambin de las potencias celestes y terrestres a su

    alrededor. Para nosotros quiero simplemente atenerme hoy a la distin-

    cin22 elemental, que distingue en el vaso, de su uso como utensilio23 sufuncin significante como tal. Si es verdaderamente significante y si es el

    primer significante modelado por las manos del hombre, slo es signifi-

    cante, en su esencia de significante, ni ms ni menos que todo lo que es

    significante en otros trminos, nada de particularmente significado. Si

    Heidegger lo coloca en el centro de la esencia del cielo y la tierra, vincu-

    la primitivamente por la virtud del acto de la libacin, por el hecho de su

    _______________21 Paids: vinculada con el fin de la metafsica, de lo que se llama el Ser.22 STAFERLA: algo completamente.23 Paids agrega: y de.

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  • doble orientacin que lo dirige hacia lo alto para recibir, y despus tam-

    bin en relacin a la tierra de la cual levanta algo, eleva algo. Esta es fun-

    damentalmente la funcin del vaso. Debemos detenernos un instante, y

    ver inmediatamente que ese nada de particular que lo caracteriza en su

    funcin de significante es precisamente en su forma encarnada lo que

    caracteriza el vaso como tal. (Leccin del 27-1-1960)

    3) Para el hombre del comn, entonces, en la medida en que el duelo

    del Edipo est en la fuente, en el origen del supery, el doble lmite, ms

    all de la muerte real arriesgada hasta la muerte preferida, asumida, hasta

    el ser-para-la-muerte, slo se le presenta bajo un velo. (Leccin del 29-7-

    1960)

    4) Estas pamplinas nada son para el hroe, para quien efectivamente

    avanz en esa zona, para Edipo que llega hasta el m phnai del verdade-ro ser-para-la-muerte, a su maldicin consentida, a los esponsales con el

    anonadamiento, considerado como el trmino de su anhelo. (pp. 368-369)

    6 de julio de 1960 (Leccin del 29-7-1960)

    5) Digamos en una primera aproximacin que la relacin de la accin

    con el deseo que la habita en la dimensin trgica se ejerce en el sentido

    de un triunfo de la muerte. Les ense a rectificar triunfo del ser-para-la-

    muerte, formulado en m phnai de Edipo, donde figura ese m, la nega-cin idntica a la entrada del sujeto sobre el soporte del significante. Es el

    carcter fundamental de toda accin trgica. (Leccin del 6-7-1960)

    Libro 10. La angustia

    1) Hay tambin uno que no he puesto en la serie24, y del que, puesto

    que simplemente abordo, al tocar all, a la entrada, este fondo de cuadro,

    a los filsofos que nos observan sobre el punto al que hemos llegado,

    los analistas [los filsofos se interrogan]

    Estn los analistas a la altura de lo que nosotros hacemos con la

    _______________24 Lacan viene enumerando una serie de filsofos que hablaron de la angustia. Ntese que

    Heidegger aparece fuera de serie.

    342

  • angustia? Est Heidegger. Es, desde luego, con el empleo que hice recin

    del25 calambur sobre la palabra jeter, de quin ms cerca me encontrabaera de l y de su desamparo original. El ser para la muerte, para llamarlo

    por su nombre, que es la va de acceso por la que Heidegger, en su dis-

    curso interrumpido26, nos conduce a su interrogacin presente y enigmti-

    ca sobre el ser del ente, creo, no pasa verdaderamente por la angustia. La

    referencia vivida de la interrogacin heideggeriana, l la nombr27:

    -ella es fundamental,

    -es por el todo28,

    -es del on29, -de la omnitud de la cotidianeidad humana,

    -es la preocupacin.

    Por supuesto, a ese ttulo, no podra, como la preocupacin misma,sernos ajena. Ya que he llamado aqu a dos testigos, Sartre y Heidegger,

    no me privar de llamar a un tercero, pues no lo creo indigno de repre-

    sentar a quienes aqu se encuentran, para observar tambin lo que l va a

    decir, y soy yo mismo. (Leccin del 14-11-1962)

    2) Igualmente, si la estofa de la experiencia se compusiera, como se

    nos ensea en psicologa clsica, de lo real y de lo irreal y por qu no?

    cmo no recordar a propsito de esto lo que esto nos indica? Cmo no

    _______________25 Paids: Con mi.26 Paids: avezado. Nota de la versin ROUSSAN: tre et temps, Paris, Gallimard, 1986(el discurso ya no est interrumpido, puesto que esta edicin da la traduccin, largo tiem-

    po esperada, de la segunda parte de Sein und Zeit). [Nota de la traduccin de RicardoRodrguez Ponte, a quien seguimos en esto: Esta nota me permiti precisar como inte-

    rrumpido el sentido de la palabra rompu]. 27 Seguimos aqu la puntuacin de STAFERLA.28 La versin estenogrfica reza: elle est fondamentale, elle est de tous, elle est de leau,elle est de lomnitude du quotidien humain: ella es fundamental, es de todos, es del agua,ella es de la omnitud de lo cotidiano humano.

    El Libro 10 de El seminario es uno de los muy pocos en los que Lacan ley el texto este-nografiado y lo corrigi. En la versin ROUSSAN aparecen explicitadas las correcciones

    de Lacan; Lacan sustituy aqu los trminos de tous, de todos y leau por los del texto.Seuil, fiel a un estilo, mantuvo: de tous, de todos.29 Con on Lacan traduce el das Man de Heidegger, que se suele traducir por lo Uno o elSe. Adems, n es en griego el participio neutro del verbo ser, el ente.

    343

  • aprovechar lo que es30 propiamente la conquista freudiana, y que es espe-

    cialmente esto, que si el hombre es atormentado por lo irreal en lo real,

    sera del todo vano esperar desembarazarse de eso por la razn que es: lo

    que, en la conquista freudiana, es muy justamente lo inquietante31, es que

    en lo irreal, es lo real lo que lo atormenta32.

    Su preocupacin {souci}, Sorge33, nos dice el filsofo Heidegger.Desde luego! Con eso avanzamos un montn. Acaso es se un trmino

    ltimo, que antes de agitarse, de hablar, de ponerse en el curro, la preocu-

    pacin est presupuesta?34 Qu es lo que quiere decir eso? Y no vemos

    que ah ya estamos en el nivel de un arte de la preocupacin? el hombre

    es evidentemente un gran productor de algo que, concernindole, se llama

    la preocupacin. Pero entonces, prefiero aprenderlo de un libro santo, quees al mismo tiempo el libro ms profanador que haya, que se llama el

    Eclesiasts35. Traduccin R R. P.Su preocupacin, Sorge, nos dice el filsofo Heidegger. Por supuesto,

    pero he aqu que hemos avanzado mucho. Es esto la ltima palabra?

    Antes de agitarse, de hablar, de ponerse a trabajar, la preocupacin est

    supuesta. Qu significa esto? No se ve que ah estamos ya en el plano

    de un arte de la preocupacin? El hombre es, evidentemente, un gran pro-

    ductor de algo que le concierne y que se llama preocupacin. Pero en tal

    caso, prefiero saberlo por un libro santo, que es al mismo tiempo el libro

    ms profanador que existe, llamado Eclesiasts. (Leccin del 19-12-1962). Traduccin M. V. A. _______________30 Al revisar la versin dactilogrfica, Lacan modific el comienzo de la frase, que empe-

    zaba Que tenemos para aprovechar en cuanto a lo que es.31 linquitant: lo inquietante. Se recordar que es as como se traduce habitualmente alfrancs el trmino alemn das Unheimliche (lo ominoso, lo siniestro): linquitantetranget (la inquietante extraeza).32 Seuil reordena y modifica el prrafo: La psicologa clsica ensea que la trama de la

    experiencia se compone de lo real y de lo irreal, y que los hombres estn atormentados por

    lo irreal en lo real. Si as fuera, sera del todo vano esperar desembarazarse de ello, por la

    razn de que la conquista freudiana, por su parte, nos ensea que lo inquietante es que, en

    lo irreal, lo que los atormenta es lo real. (Paids, p. 90)33 Al revisar la dactilografa, Lacan aadi el trmino alemn.34 En Seuil, y por consiguiente en Paids, esta frase es una afirmacin, no una pregunta.

    344

  • 3) Sucede a menudo que nuestros sujetos tengan sueos en los que tie-

    nen el objeto en la mano, ya sea que alguna gangrena lo haya separado, ya

    sea que algn partenaire, en el sueo, se haya ocupado de realizar la ope-

    racin cortante, ya sea por algn accidente cualquiera, correlativo36 diver-

    samente matizado de extraeza y angustia37. El carcter especialmente

    inquietante del sueo est precisamente all para situarnos la importancia

    de este paso sbito del objeto a lo que se podra llamar su Zuhandenheit,como dira Heidegger, su manejabilidad en el sentido de los objetos comu-

    nes.

    Y la perplejidad que resulta de esto

    y tambin, todo ese pasaje del lado de lo manejable, del utensilio, es

    justamente lo que all abajo, se encuentran designados en la observacin

    de Juanito tambin por un sueo: l nos introduce, el del instalador de los

    grifos, que los desenroscar, los revisar, har pasar toda la discusin de

    lo eingewurzelt, lo que estaba o no bien enraizado en el cuerpo, al campo,al registro de lo amovible. Y este momento, este vuelco fenomenolgico,

    he aqu lo que alcanza, lo que nos permite designar aquello que opone a

    esos dos tipos de objetos en su estatuto. (Leccin del 9-1-1963)

    Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanlisis

    1) De ese modo he podido pasar al menos durante un tiempo en mi

    enseanza, como frecuentado por no s qu filosofa del lenguaje, inclu-

    so heideggeriana, cuando no se trataba ms que de una referencia prope-

    dutica. Y no porque hablo en estos lugares hablar ms como filsofo.

    (Leccin del 22-1-1964)

    2) Cuando Demcrito intenta designarlo afirmndose as como adver-

    sario de una pura funcin de negatividad para introducir en ella el pensa-

    miento nos dice: lo esencial no es el medn, y agrega mostrando as queya en la etapa arcaica de la filosofa, como la llamaba una de nuestras

    _______________35 Paids: Estos sueos.36 Paids: tienen un.

    345

  • discpulas, se utilizaba la manipulacin de las palabras, los juegos de pala-bras igual que en la poca de Heidegger no es un medn, es un den, pala-bra que, en griego, es una palabra fabricada. No dijo hn, y no mencione-mos el n. Qu dijo? Dijo respondiendo a la pregunta que nos formula-mos hoy, la del idealismo Nada quizs? No quizs nada, pero nonada. (Leccin del 12-2-1964)

    3) La meditacin filosfica posterior, efectivamente, vuelca al sujeto

    hacia la accin histrica transformadora y, en torno a este punto, ordena

    los modos configurados de la autoconciencia activa38 a travs de sus meta-

    morfosis en la historia. En el lmite, finalmente, a su vez, la meditacin

    sobre el ser que culmina, por ejemplo, en el pensamiento de Heidegger, y

    tal como ella es retomada por Sartre en El Ser y la Nada devuelve al pro-pio ser ese poder de anonadamiento o al menos formula la pregunta de

    cmo es al ser que puede remitir esta presencia, en el mundo y en medio

    de los entes. (Leccin del 26 -2-1964)

    4) No hay fort sin da y, valga la expresin, sin Dasein. Pero precisa-mente, a diferencia de lo que se trata de aprehender, como fundamento

    radical de la existencia, toda la fenomenologa de la Daseinsanalyse39, nohay Dasein con el fort. O sea, no tenemos eleccin. (Leccin del 10-6-1964)

    5) La distincin entre pulsin de vida y pulsin de muerte es vlida en

    la medida en que manifiesta dos aspectos de la pulsin. Pero con una con-

    dicin la de concebir lo que hay en esas dos fases. Y si ustedes quieren,

    para puntuar hoy, ante ustedes, una frmula que les escrib aqu, dira que

    todas las pulsiones sexuales se articulan a nivel de las significaciones en el

    inconsciente, por cuanto en tanto que pulsiones hacen surgir la muerte la

    muerte como significante y slo como significante, pues cabe decir sin pre-

    caucin que haya un ser-para-la-muerte? Las condiciones, las determina-

    ciones por las que la muerte, significante, puede introducirse eficazmente y

    surgir, si se puede decir, toda armada en la cura slo pueden comprenderse

    con nuestra manera de articular las relaciones. (Leccin del 17-6-1964).

    _______________37 Segn STAFERLA: los modos configurados, activos de la conciencia de s.38 Segn STAFERLA: todo el anlisis del Dasein, toda una cierta fenomenologa.

    346

  • Libro 16. De un otro al Otro

    1) Que la verdad sea deseo de saber y ninguna otra cosa solo apunta

    evidentemente a hacernos poner en tela de juicio precisamente esto -y si

    hubiera una verdad antes? Todos saben que ese es el sentido del dejar serheideggeriano. Hay algo para dejar ser? En este sentido el psicoanlisisaporta algo. Indica que hay algo, en efecto, que se podra dejar ser. Sola-mente que l interviene all, y de un modo que nos interesa, ms all del

    umbral tras el cual permanece, en la medida en que hace que nos pregun-

    temos qu ocurre con el deseo de saber. Por eso volvemos a la pulsin.

    (Leccin del 5-3-1969)

    2) En cuanto a la palabra ousa, honestamente, sera mejor traducirlapor ser o entidad, por el Wesen de Heidegger, que por substantia, sustan-cia, palabra que no hace ms que vehicular dicha ambigedad. Precisa-

    mente de este lado nos vemos llevados cuando intentamos articular la fun-

    cin del objeto (a). (Leccin del 4-6-1969)

    Libro 17. El reverso del psicoanlisis

    1) Muy probablemente era esto lo que guiaba a un personaje que se

    haba colocado, no se sabe por qu, en funcin de agente prototipo de este

    discurso del amo, que se autoriza en la salvaguarda de algo cuya esencia

    perfil un autor, Henri Massis, diciendo estas palabras profticas, losmuros son buenos. Finalmente, el llamado Sorge40, con un nombre tan hei-deggeriano, encontr los medios para estar entre los agentes nazis y hacer-

    se agente doble (Leccin del 18-3-1970)

    2) Nombraremos esto con la ayuda del aoristo del mismo verbo del que

    un clebre filsofo nos recordaba que de l provena la altheia. Slo losfilsofos se dan cuenta de cosas semejantes, y tal vez algunos lingistas.

    Vamos a llamar a esto letosas. (Leccin del 20-5-1970)_______________39 Seuil y Paids transcriben este nombre como Sorgue. Segn nota al pie de STAFER-

    LA, Lacan se refiere a Richard Sorge (1895-1944), agente sovitico en el Japn, antes y

    durante la Segunda Guerra Mundial.

    347

  • Libro 20. Aun

    La verdad, digamos para cortar por lo sano, es de origen altheia, tr-mino sobre el cual tanto ha especulado Heidegger. (Leccin del 20-3-

    1973)

    Libro 23. El sinthome

    Aqu surge el problema de la crtica de lo verdadero. Qu es lo ver-

    dadero sino el verdadero real? Y cmo distinguir el verdadero real del

    falso, sino empleando algn trmino metafsico, lo echt de Heidegger?Porque echt est, de todos modos, del lado de lo real. En este punto tro-pieza toda la metafsica de Heidegger. En este fragmento sobre lo echt lconfiesa, si puedo decir as, su fracaso. (Leccin del 10 -2-1976).

    348

  • El seminarioLibros inditos1

    Libro IX. La identificacin

    1) Resulta claro que es en la medida en que podemos decirnos en todo

    momento que hemos olvidado esta incertidumbre a la que llegaremos,

    para la cual no hay ningn nombre, ni trgico, ni cmico, que pueda decir-

    nos, en el momento de dejar nuestra vida, que a nuestra propia vida hemos

    sido siempre en cierta forma extraos. All se encuentra el fondo de la

    meditacin filosfica ms moderna; es por esto, incluso para aquellos que

    no entrevn all, si puedo decirlo, ms que muy poco, incluso aquellos

    mismos que hablan de su sentimiento de esta oscuridad, que sin embargo

    algo pasa, se diga lo que se diga, algo ocurre ms all de la ola de moda

    en la frmula de Heidegger, apelndonos en el fundamento existencial del

    ser para la muerte. Esto no es un fenmeno contingente [], suscita esehueco, ese vaco, al cual se esfuerza por responder la meditacin filosfi-

    ca moderna, y al cual nuestra experiencia tiene tambin algo que aportar,

    puesto que all est su lugar, que ahora les designo propiamente, el lugar

    mismo donde ese sujeto se constituye como no pudiendo saber, precisa-

    mente eso por lo cual para l se trata all del Todo. Radica aqu el precio

    de lo que nos aporta Descartes, y es por esto que era conveniente partir de

    ello. (Leccin del 22-11-61)

    _______________1 La traduccin sigue aqu en primer lugar la versin de la Association Freudienne Inter-

    nationale, excepto en el Libro 14, en que se tom como base la versin Staferla. Tambinse tuvieron en cuenta las transcripciones de Roussan, las versiones taquigrficas, y las tra-

    ducciones castellanas que circulan bajo el prudente adagio: para circulacin interna de

    las instituciones a su cargo.

    349

  • 2) Cuando hablamos de nuestra experiencia del ser, no es en absoluto

    sin razn que todo el esfuerzo de nuestro pensamiento contemporneo for-

    mula algo, de lo que no desplazo nunca el importante mueble ms que con

    una cierta sonrisa, ese Dasein, ese modo fundamental de nuestra expe-riencia2 con el que parece que es necesario designar el mueble dando libre

    acceso al trmino ser, la referencia primaria. (Leccin del 6-12-61)

    3) Dnde est el sujeto all dentro? En la individualidad radical,

    real? En el paciente puro de esta captura? En el organismo desde enton-

    ces aspirado por los efectos del a parle por el hecho de que un vivienteentre los otros ha sido llamado a devenir lo que Heidegger denomina el

    pastor del ser, habiendo sido tomado en los mecanismos del significan-

    te? (Leccin del 20-12-61)

    4) Primera cuestin, anunciarles la inminente aparicin de la traduc-

    cin hecha por alguien eminente, que nos honra con su visita, a saber: el

    Sr. de Waelhens. El Sr. de Waelhens acaba de traducir, y cabe sorprender-

    se de que no haya sido hecha antes, El ser y el tiempo, Sein und Zeit; almenos llev a su punto final la primera parte del volumen aparecido, que

    como ustedes saben no es sino la primera parte de un proyecto cuya

    segunda parte no ha visto jams la luz. Por lo tanto, en esta primera parte

    hay dos secciones, y la primera seccin ya est traducida por el Sr. de

    Waelhens, quien me ha hecho el gran honor, el favor de comunicrmela,

    lo que me ha permitido tomar conocimiento de esta parte, la mitad sola-

    mente, aun, y debo decir con un infinito placer, un placer que va a permi-

    tir ofrecerme una segunda, es decir, en fin, a este respecto, lo que tengo en

    el pecho desde hace tiempo y me dispens siempre de profesar en pbli-

    co, porque en verdad, considerando la reputacin de esta obra, que no creo

    que muchas personas aqu hayan ledo, hubiera tomado el aire de una pro-

    vocacin. Esto es, hay pocos textos ms claros en fin, de una claridad y

    una simpleza concreta y finalmente directa, no s cules son los califica-

    tivos que sera necesario que invente para aadir una dimensin suple-

    mentaria a la evidencia que los textos de Heidegger. No se debe a que lo

    que hizo Sartre sea efectivamente bastante difcil de leer que esto quite

    _______________2 Otras versiones proponen: presencia.

    350

  • nada al hecho de que ese texto de Heidegger no digo todos los dems

    sea un texto que lleve consigo esta especie de sobreabundancia de clari-

    dad que lo torna verdaderamente accesible, sin ninguna dificultad, a toda

    inteligencia no intoxicada por una enseanza filosfica previa. Puedo

    decrselo ahora, porque tendrn pronto ocasin de advertirlo, gracias a la

    traduccin del Sr. de Waelhens, vern hasta qu punto es as.

    La segunda observacin es la siguiente, que podrn constatar del

    mismo modo, ciertas aserciones son vehiculizadas en folculos bizarros,

    por parte de una charlatn3 de profesin, [dice] que mi enseanza es neo-heideggeriana. Dicho esto con una intencin daina. La persona segura-

    mente ha puesto neo en razn de una cierta prudencia. Como ni saba:

    lo que quera decir heideggeriano,

    ni tampoco lo que quera decir mi enseanza,

    esto la pona al abrigo de cierto nmero de refutaciones, que esta ense-

    anza que es la ma no tiene verdaderamente nada ni de neo, ni de hei-

    deggeriana, a pesar de la excesiva reverencia que tengo por la enseanza

    de Heidegger.

    []

    Pero me pareci justamente particularmente sugestivo para m, des-

    pus de la lectura que acabo de hacer [de El Pensamiento salvaje, de Clau-de Lvi-Strauss], gracias al Sr. de Waelhens, de los temas heideggerianos,precisamente en tanto toma como ejemplo, en su investigacin del estatu-

    to, si se puede decir as, del conocimiento en tanto puede establecerse en

    una aproximacin que para establecerlo pretende encaminarse a partir de

    la interrogacin concerniente a lo que llama el ser-ah, es decir, la forma

    ms velada a la vez y la ms inmediata de un cierto tipo de ente, el hecho

    de ser que es particular al ser humano. No podemos dejar de sorprender-

    nos, aunque probablemente la observacin indignara tanto al uno como

    al otro de esos autores, de la sorprendente identidad del terreno sobre el

    cual uno y otro avanzan. Quiero decir que lo que encuentra en principio

    Heidegger en esta bsqueda es una cierta relacin del ser-ah a un ente que

    se define como utensilio, como til, como algo que se tiene bajo la mano,

    _______________3 En francs: baveuse.

    351

  • Vorhanden, para emplear el trmino del que se sirve, como Zuhandenheit,para lo que est a la mano4. Tal es la primera forma de lazo, no al mundo,

    sino al ente, que Heidegger nos esboza. Y es nicamente a partir de all, a

    saber, si se puede decir, en las implicaciones, [que se halla] la posibilidadde una tal relacin, que va, dice l, a dar su estatuto propio a lo que hace

    al primer gran pivote de su anlisis, la funcin del ser en su relacin con

    el tiempo, a saber, la Weltlichkeit, que el seor de Waelhens tradujo pormundaneidad, a saber: la constitucin del mundo en alguna medida pre-

    vio, previo a ese nivel de ser-ah, que no se deduce todava en el interior

    del ente, esas suertes de entes que podemos considerar como pura y sim-

    plemente subsistentes por ellos mismos. El mundo es otra cosa que el con-

    junto, el englobamiento de todos esos seres que existen, subsistiendo por

    s mismos, a los cuales tenemos relacin en el nivel de esta concepcin del

    mundo que nos parece tan inmediatamente natural, y con razn, porque es

    la que llamamos la naturaleza. La anterioridad de la constitucin de estamundaneidad por relacin al momento en que podemos considerarla

    como naturaleza, tal es el intervalo que preserva, por su anlisis, Heideg-

    ger. Esa relacin primitiva de utensilidad [ustensilit] prefigurando elUmwelt, anterior todava al medio [y] que no se constituye, por relacin al, ms que secundariamente, est aqu la marcha de Heidegger y es exac-

    tamente la misma no creo aqu decir nada que pueda ser tomado como

    una crtica que, ciertamente, despus de todo lo que conozco de los dichos

    y el pensamiento de Claude Lvi-Strauss, nos parecera la marcha ms

    opuesta a la suya, en la medida en que lo que da como estatuto a la inves-

    tigacin de la etnografa no se producira ms que en una posicin de

    aversin en relacin con la investigacin metafsica, o incluso, ultrameta-

    fsica de Heidegger. Sin embargo, es claramente la misma que hallamos

    en ese primer paso por el cual Claude Lvi-Strauss entiende que nos intro-

    duce en El pensamiento salvaje bajo la forma de ese bricolage, que no essino el mismo anlisis, simplemente en trminos diferentes, un esclareci-

    miento apenas modificado, una mira sin duda distinta de esas mismas

    relaciones a la utensilidad como siendo lo que el uno y el otro

    _______________4 Rodrguez Ponte traduce: est-a-[el alcance-de]-la-mano.

    352

  • consideran como anterior, como primordial por relacin a esta suerte de

    acceso estructurado que es el nuestro, por relacin al campo de investiga-

    cin cientfico, en tanto que permite distinguirlo como fundado sobre una

    articulacin de la objetividad que en alguna medida sea autnoma, inde-

    pendiente de lo que es propiamente hablando nuestra existencia, y que ya

    no conservamos con l, ms que esa relacin llamada de sujeto-objeto,

    que es ese punto donde se resume hasta este da todo lo que se articula de

    epistemologa. Y bien, digamos, para fijarlo de una vez, lo que nuestra

    empresa, en tanto fundada en la experiencia analtica, tiene de distinto por

    relacin tanto a una como a otra de esas investigaciones, de las que acabo

    de mostrarles el carcter paralelo, es que nosotros tambin buscamos aqu

    ese estatuto, si se puede decir, anterior al acceso clsico al estatuto del

    objeto, enteramente concentrado en la oposicin sujeto-objeto.

    Y lo buscamos en qu? En algo que, cualquiera que sea el carcter

    evidente del enfoque, de atraccin en el pensamiento, tanto aquel de Hei-

    degger como el de Lvi-Strauss, es no obstante muy diferente, puesto que

    ni uno ni otro nombran como tal a este objeto como objeto del deseo.(Leccin del 6-6-62)

    5) Es muy cierto que este qu es un cuerpo?, ustedes lo saben, no esuna idea bosquejada todava en el consensus del mundo filosfico [philo-sophant] en el momento en el que Freud esboza su primera tpica. Todala nocin del Dasein es posterior y construida para darnos, si puedo decir-lo, la idea primitiva de lo que es un cuerpo como de un ah, constituyen-do ciertas dimensiones de presencia, y no voy a rehacerles Heidegger, por-

    que si les hablo de l, es porque pronto van a tener ese texto, del que les

    he dicho que es fcil, se los prometo. En todo caso, la facilidad con que lo

    leemos ahora prueba que lo que ha lanzado en la corriente de las cosas

    est claramente en circulacin. Esas dimensiones de presencia -de cual-

    quier manera que se las llame, el Mitsein, ese ser-ah, y todo lo que quie-ran, In-der-Welt-Sein, todas las mundanidades tan diferentes y tan distin-tas, pues se trata justamente de distinguirlas del espacio latum, longum yprofundum, el cual no tiene dificultad para mostrarnos que no es ms quela abstraccin del objeto, y tambin porque esto se propone en Descartes-

    que he ubicado este ao en el comienzo de nuestra exposicin, la abstrac-

    353

  • cin del objeto como subsistente, es decir ya ordenado en un mundo que

    no es simplemente un mundo de coherencia, de consistencia, sino enucle-

    ado del objeto del deseo como tal. S, todo esto en Heidegger hace admi-

    rables irrupciones en nuestro mundo mental.

    Djenme decirles que si hay gente que no debe estar en grado alguno

    satisfecha, son los psicoanalistas, soy yo.

    Esta referencia, sin duda sugestiva, a lo que llamar no vean en esto

    ninguna especie de tentativa de rebajar aquello de lo que se trata una pra-xis artesanal, fundamento del objeto utensilio, como descubriendo segu-ramente al ms alto grado esas primeras dimensiones de la presencia tan

    sutilmente deducidas, que son la proximidad, el alejamiento, como cons-

    tituyendo los primeros lineamientos de ese mundo, Heidegger le debe

    mucho, me lo ha dicho, al hecho de que su padre fuera tonelero.

    Ciertamente, todo esto nos descubre algo con lo que la presencia tiene

    eminentemente que ver, y a lo cual nosotros nos aferraramos mucho ms

    apasionadamente al plantear la pregunta de saber lo que tiene de comn

    todo instrumento, la cuchara primitiva, la primera manera de tomar, de

    retirar algo de la corriente de las cosas, qu tiene esto que ver con el ins-

    trumento del significante? Pero al fin de cuentas, no est todo desde el

    principio descentrado? Si esto tiene un sentido, lo que Freud aport, a

    saber, que en el corazn de la constitucin de todo objeto hay la libido, si

    esto tiene un sentido, quiere decir que la libido no es simplemente el supe-

    rvit de nuestra presencia prxica en el mundo, lo que es la temtica desde

    siempre, y lo que Heidegger vuelve a traer, pues si la Sorge es la inquie-tud, la ocupacin, es lo que caracteriza esta presencia del hombre en el

    mundo

    []

    [] todo xito teraputico, es decir retrotraer a la gente al bienestar de

    su Sorge, de sus pequeos asuntos, es siempre para nosotros ms o menos-en el fondo lo sabemos, es por esto que no tenemos que vanagloriarnos

    de ello- un recurso a falta de otro mejor, una coartada, un desvo de fon-

    dos, si puedo expresarme as. (Leccin del 20-6-62)

    6) Pero este objeto (a) que nosotros vemos surgir en el punto de des-fallecimiento del Otro, en el punto de prdida del significante, porque esta

    354

  • prdida es la prdida de este objeto mismo, del miembro jams rehallado

    de Horus5 desmembrado, cmo no darle a este objeto, lo que llamar

    pardicamente, su propiedad reflexiva?, si me permiten decirlo as, pues-to que la funda, es de ella que parte. Es en la medida en que el sujeto es

    en principio nica y esencialmente corte de este objeto que algo puede

    nacer: este intervalo entre cuero y carne, entre Wahrnehmung y Bewusst-sein, entre percepcin y conciencia, que es la Selbstbewusstsein. Es aquque encuentra su lugar en una ontologa fundada sobre nuestra experien-

    cia. Vern que alcanza all una frmula extensamente comentada por Hei-

    degger, en su origen presocrtico. La relacin de este objeto (a) a la ima-gen del mundo, que l ordena, constituye lo que Platn llam propiamen-

    te hablando la dada, a condicin de que advirtamos que en esta dada el

    sujeto S barrado y el (a) estn del mismo lado. T aut enai ka noen6,esta frmula, que ha confundido durante largo tiempo no es sostenible

    el ser y el conocimiento, no quiere decir ninguna otra cosa. Por relacin

    al correlato del (a), a lo que resta cuando el objeto, cuando el objeto cons-titutivo del fantasma se separa, ser y pensamiento estn del mismo lado,

    del lado de ese (a). (a) es el ser en tanto esencialmente faltante al texto delmundo, y es por esto que alrededor de ese (a) puede deslizarse todo lo quese llama retorno de lo reprimido, es decir, se sigue y se traiciona la ver-

    dadera verdad, que, a nosotros, nos interesa, y que es siempre el objeto del

    deseo en tanto que toda humanidad, todo humanismo se construye para

    hacrnoslo faltar. Sabemos por nuestra experiencia que no hay nada que

    pese en el mundo verdaderamente ms que lo que hace alusin a este obje-

    to, del que el Otro, A mayscula, toma el lugar para darle un sentido.

    (Leccin del 27-6-62)

    _______________5 Copiamos aqu la nota de las ediciones AFI y STAFERLA: Lapsus de Jacques Lacan:

    se trata de OSIRIS. Agrega Ricardo Rodrguez Ponte: Ciertamente, no es Horus, divini-

    dad solar representada en forma de halcn, el desmembrado, sino su padre Osiris, esposo

    y hermano de Isis, quien logr reunir finalmente los pedazos de su cuerpo que Seth haba

    dividido, excepto su falo.6 to gr aut noen estn te ka enai, fragmento de Parmnides, DK 28 B3.

    355

  • Libro 12. Problemas cruciales para el psicoanlisis

    1) En el discurso, en el discurso hegeliano por ejemplo, [encontramos]ese admirable prlogo a la Fenomenologa [del espritu] que Heideggernos entrega en los Holzwege, a travs de un largo comentario que, por ssolo, en dos, tres pginas verdaderamente admirables, increbles, sensa-cionales, y que prcticamente por s mismas podran bastar para darnos laesencia del sentido de la Fenomenologa, vemos en alguna parte designa-do ese punto de inversin de la conciencia como el nico punto necesariodonde puede completarse el bucle. Y en ningn otro lado mejor que en esetexto se demuestra el carcter de bucle que constituye la nocin de saberabsoluto, y que permite, si lo empujamos con el dedo meique, si lo corre-mos un poco7, [acceder] al sentido de ese sujeto-supuesto-saber, del cualles hablo aqu a menudo y que ustedes entienden a justo ttulo como elsujeto-supuesto-saber para el paciente, aquel que aguarda, aquel queubica en el Otro, en el Otro del que no sabe en absoluto todava la natu-raleza, por no saber para nada que hay dos acepciones del otro, que ubicaese sujeto-supuesto-saber, del que les dije que es ya toda la transferencia,en el nivel del discurso de Hegel. (Leccin del 13-1-65)

    2) Se habita el lenguaje dej que me lo digan recientemente, es diver-tido, hay en alguna parte en Heidegger, yo no lo haba advertido, una suge-rencia para salir de la crisis habitacional, pero no se habita la falta. Lafalta, por el contrario, puede habitar en alguna parte. (Leccin del 3-2-65)

    3) Ahora bien, aquello de lo que se trata, es justamente de esta posicinltima, del estatuto que conviene dar a esta dimensin del Otro, al lugarde la palabra como tal en el anlisis. Aqu, ustedes lo sienten bien, reuni-mos toda la cuestin de la esencia, por qu no decirlo as, bajo una fr-mula, una frmula heideggeriana? de la Wesen der Wahrheit, del estatu-to, si ustedes quieren, de la verdad.

    Es hacia esa mira que, sin duda no directamente, sino despus de algu-nas etapas en las que intentar articular mejor para ustedes, la prximavez, la dialctica de la demanda y de la transferencia en anlisis, es haciaesta mira ltima que nos dirigimos este ao. (Leccin del 3-3-1965)_______________7 En francs: en poussant dun cran.

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  • 4) La palabra me falta, la palabra me falta tena, antes de Freud, su valorde develamiento. La palabra me falta comportaba, por su sola composicinde artificio precioso, la apertura de un camino de verdad que deba hallar,con Freud, su acabamiento en el saber. Entiendo por esto la palabra de ver-dad en el sentido propiamente heideggeriano, la ambigedad de lo que sedevela por permanecer todava a medias oculto. (Leccin del 12-5-65)

    5) Es la estructura freudiana la que nos revela y levanta el sello de esemisterio, la orientacin de la verdad, lo que se descubre no va hacia unsaber, incluso por venir, siempre por relacin a un punto x, en una posicinlateral. Profundamente, lo que tenemos que llevar a la luz como verdad,como altheia, como revelacin heideggeriana, es algo que da para nosotrosun sentido ms pleno, si no ms puro, a esta cuestin sobre el ser que, enHeidegger, se articula y que se llama, para nosotros, para nuestra experien-cia de analistas, el sexo. O nuestra experiencia est en el error y no hacemosnada bueno, o es as que esto se formula, es as que esto debe formularseaqu. La verdad est por decirse sobre el sexo. (Leccin del 19-5-65)

    Libro 13. El objeto del psicoanlisis

    1) En un momento, espero, voy a precisar lo que quiere decir esta apre-hensin correcta de un espacio de tres dimensiones homogneo, y cmoste se identifica a la esfera, siempre lmite incluso si sta puede extender-se siempre. Es alrededor de esta aprehensin de lo extenso que el pensa-miento de lo real, aquel del ente, como dice Heidegger, se organiza. Estaesfera era el supremo y ltimo ente: el motor inmvil. (Leccin del 5-1-66)

    2) Es la altheia, esta figura ambigua de lo que no podra revelar sinocultar, es esta altheia de la que un Heidegger nos recuerda en el pensa-miento que es el nuestro la funcin inaugural, y nos llama a volver all,debo decir, no sin una extraa torpeza de filsofo, pues en el punto en queestamos, me atrevo a decir que nosotros, psicoanalistas, tenemos ms quedecir de ello, s, ms que decir, que lo que Heidegger dice del Sein8, inclu-_______________8 AFI y estenogrfica: Sein. STAFERLA: de la Wahrheit.

    357

  • so barrado en su relacin al Wesen. Dejemos esto de lado un instante y diga-mos que la altheia es por esto que la reintroduje, desde los estoicos, seopone a lo aleths, la verdad en neutro, atributo. (Leccin del 12-1-66)

    3) Existe esta conjuncin de la mentira como atentado a la fe con elhecho de la referencia de algo que es no verdad sino valor de verdad, estacosa de la que es tan necesario introducir la referencia cuando se trata dela verdad; as cuando Heidegger nos propone el Von Wesen der Warheit,es de la pieza de moneda que l tambin habla. (Leccin del 19-1-66)

    4) La duda de Descartes9 permanece aun en ese pasaje de una opera-cin de balance, dubio dubito, es el hbito, puesto que me ocupo de haceroscilar esos platos de la balanza, es alrededor de una puesta a prueba delsaber respecto de la verdad de lo que es o no es del verdadero saber. Desdeluego, Heidegger es una figura destacada en cuanto a la representacin delo que es abandonado en el fondo, irremediablemente reprimido, de laaltheia, de lo Urverdrngung; si no es as como la nombra, es as comopodemos identificarla. Pero esa alusin es frgil por no representar msque un retorno a un movimiento sin salida, conforme al trmino que esempleado en el origen del pensamiento griego, es del etes que se trata,del echt, de lo autntico. (Leccin del 9-2-66)

    5) Quiero decir que eso no es simplemente una especie de presupues-to, en alguna manera metafsico, e incluso, para decirlo con ms precisin:heideggeriano, a saber: que la cuestin de la esencia de la verdad siemprese plante de la misma manera, y que se la ha rechazado en un ciertonmero de maneras diferentes. Es toda la diferencia.

    Pero asimismo, podemos palpar su presencia, digo, no simplementecomo Heidegger, remontndonos a la archiantigedad griega, sino de unamanera directa.

    []El campo escpico hace tiempo que sirve en esta relacin a la esencia

    de la verdad. Heidegger est all para recordarnos, en esta obra que noconcibo por qu no ha sido traducida antes, como Wesen, no como Wesender Warheit, sino de la Lehre de Platn sobre la verdad, obra que no solo _______________9 STAFERLA: Descartes. AFI y estenogrfica: Pascal.

    358

  • no est traducida sino que adems es inhallable, est all para recordarnoscuanto en la primera enseanza es absolutamente claro, manifiesto, sobreese tema de la verdad que Platn hizo uso de lo que llamar ese mundoescpico. Ha hecho un uso, como acostumbraba, mucho ms astuto y arti-ficioso que lo que se pueda imaginar, pues al fin de cuentas todo el mate-rial est all, como lo record hace poco:

    el agujero,la oscuridad,la caverna, esta cosa que es tan capital, a saber, la entrada, lo que voy a llamar

    dentro de un momento la ventana,y luego, detrs, el mundo que llamar el mundo solar. Es con claridad la entera presencia de todo el aparataje lo que permite

    a Heidegger hacer el uso deslumbrante que usted, al menos, aqu, MichelFoucault, usted sabe. Porque yo pienso que usted la ha ledo y como estaobra es inhallable, no debe haber muchos que la hayan ledo hasta ahora,pero yo he sin embargo hablado un poco de ella, o sea, le hice decir muchoms de lo que se lee ordinariamente y mostrar en todo caso el valor fun-damental de un cierto nmero de movimientos del sujeto, que son muyexactamente algo que, como l lo subraya, liga la verdad a una cierta for-macin, paidea, a saber a esos movimientos que conocemos bien, en todocaso aquellos que siguen mi enseanza conocen bien el valor del signifi-cante, movimiento de ida y vuelta, movimiento de aquel que se gira, y quedebe mantenerse en ese giro (retournement).

    No deja de obstar que la continuacin misma de los tiempos nos mues-tra a qu confusin puede prestarse un punto de partida tal, si no sabemosaislar severamente en ese campo del mundo escpico la diferencia de lasestructuras. Y, con seguridad, es proseguir sumariamente, por ejemplo,hacer all una oposicin, una oposicin de donde voy a partir.

    El aplogo, la fbula de Platn, tal como habitualmente ella se recibe,no implica ms que:

    algo que es un punto de irradiacin de la luz, un objeto que l llamael objeto verdadero,

    y algo que es la sombra.

    359

  • Que eso que ven los prisioneros de la caverna no sea ms que sombra,all est habitualmente todo lo que se recibe de esta enseanza. Recinmarqu hasta qu punto Heidegger llegaba a sacar ms mostrando lo quehay all en efecto. Sin embargo, esta manera de partir de esta centralidadde la luz hacia algo que va a devenir no simplemente la estructura que es,a saber: el objeto y su sombra, sino una suerte de degradacin, de degra-d de la realidad que va en alguna manera a introducir en el coraznmismo de todo lo que aparece, de todo lo que es scheinen, para retomar loque est en el texto de Heidegger, una suerte de mitologa que es justa-mente aquella sobre la cual reposa la idea misma de la Idea, que es la Ideadel bien, aquella donde est, en donde se encuentra la intensidad mismade la realidad, de la consistencia, y de donde en alguna manera emanantodos los envoltorios de ilusiones crecientes10, de representaciones siem-pre de representaciones.

    Libro 14. La lgica del fantasma

    1) Lo que no est all, el significante no lo designa, lo engendra. Lo queno est all, en el origen, es el sujeto mismo. Dicho de otro modo, en el ori-gen no hay Dasein sino en el objeto (a). Es decir, bajo una forma alienada,que continuar marcando hasta su trmino toda enunciacin concernienteal Dasein. Hay necesidad de recordar mis frmulas: no hay sujeto msque por un significante y para otro significante? Es el algoritmo:

    S, en tanto que toma el lugar11 del sujeto, no funciona ms que paraotro significante. La Urverdrngung o represin originaria consiste en loque un significante representa para otro significante. No muerde sobrenada, no constituye absolutamente nada, se acomoda a una ausencia abso-luta de Dasein. (Leccin del 16-11-66)

    _______________10 Staferla agrega al texto: que, a fin de cuentas, no sern ms que envolturas de ilusionescrecientes.11 Tient lieu tambin podra traducirse por: sustituto; en tanto que sustituye al sujeto.

    360

  • 2) El paso que nos hace dar Freud no es menos sorprendente a decirverdad, no toma el valor que funda la sorpresa que conviene que sea lanuestra al escucharlo en lo que nosotros articulamos ms precisamente,lo que renueva las relaciones del pensamiento al ser. Seguramente temavenido posteriormente a la orden del da por el discurso de alguno de losfilsofos contemporneos, en primer plano Heidegger.

    Pero seguramente, en el ruido que se hace alrededor de lo que l arti-cula, esa sera la forma ms ingenua de traducir lo que llama [pensar]

    como no s qu recuerdo que debera, en ese giro en que estamos, venirdel ser mismo al pensamiento para que sea renovado, que [el pensamien-to] rompa con lo que, a partir del hilo que ha seguido desde hace tres milaos, lo ha conducido a no s qu apora donde no se aprehendera [el pen-samiento] mismo en su esencia, y donde podramos preguntarnos comoHeidegger: Was heisst Denken?, Qu significa pensar? [] aguarda larenovacin del sentido de esa palabra pensar desde no s qu accidentetransmetafsico, que volvera a hacer bascular completamente todo lo queel pensamiento ha trazado. Seguramente, no radica all el sentido del textode Heidegger y, para los que se detienen en esto, se podra evocar lahumorstica e irrisoria metfora que es la de la doncella que no sabe ofre-cerse de otra manera que extendindose sobre un lecho, los miembrosabiertos de par en par, esperando que la iniciativa venga de aqul al cualas piensa ella ofrecerse.

    Esto no es una aventura tan rara en un tiempo de mediocre civilizaciny cualquiera sabe que el personaje que se encuentre all confrontado noest all, por eso, especialmente estimulado para intervenir! Convendraque el pensamiento no tenga una imagen del mismo orden, sino que con-sienta en acordarse de que nunca es sin un poquito de esfuerzo que se pro-ducen las verdaderas conjugaciones.

    Es precisamente, de hecho, algo que tiene que contribuir a este pro-blema del ser, que nos aporta el camino que ha trazado Freud. (Leccindel 18-1-67)

    3) Ya les indiqu suficientemente que esos dos segmentos, explcita-mente aquel [el uno del Uno] y aquel [el uno del Otro] son, si quieren,calificables como: el Uno y el Otro: el Otro, en el sentido en el que loentiendo ordinariamente, el lugar del Otro, con A mayscula12, el lugar

    361

  • donde se articula la cadena significante y lo que sta soporta de verdad.Estn all los trminos de la dada esencial donde tiene que forjarse la

    trama13 de la subjetivacin del sexo. Es decir, el tema que nos ocupa desdehace un mes y medio. Esencial: para los que tienen la oreja formada en lostrminos heideggerianos que, como lo vern, no son por referencia privi-legiados14, sin embargo, para ellos quiero decir: no dada esencial en el sen-tido de lo que es, sino en el sentido de lo que es necesario decirlo en ale-mn de lo que west, como se expresa Heidegger, por otra parte, de unamanera forzada respecto de la lengua alemana. Digamos, de lo que opera entanto que Sprache, o sea, dejando la connotacin a Heidegger, del trminolenguaje.

    []Ustedes comprenden que en efecto es de ese dilogo, Sofista, que parte

    Martin15 digo: Martin Heidegger para su restauracin de la pregunta porel Ser.

    Y despus de todo eso no ser una disciplina menos saludable paraustedes que leer dado que mi falta de informacin hizo que, no habin-dolo recibido sino recientemente por un servicio de prensa, recin hoypuedo aconsejarles leer Introduccin a la metafsica, en la excelente tra-duccin que Gilbert Kahn dio de l.

    Digo excelente porque en verdad l no busc lo imposible y que,para todos los trminos en los que es imposible dar un equivalente, si noun equvoco, tranquilamente forj o volvi a forjar trminos franceses,como pudo; saca un glosario que al final da su exacta referencia alemana.Pero esto no es ms que un parntesis.

    Esta lectura fcil, lo que quizs puede ser discutido de otros textosde Heidegger, pero les aseguro: esta es extraordinariamente fcil, inclusocon una nota muy netamente tajante de facilidad: es imposible volver mstransparente la manera con la que l entiende que se vuelve a plantear ennuestro giro histrico, la cuestin del Ser._______________12 En francs, Autre.13 AFI: el drama.14 AFI: mi referencia privilegiada.15 Sizaret, en la versin AFI, comenta: Lacan lo pronuncia al estilo alemn.

    362

  • Ciertamente, no es que yo piense que se trate aqu de otra cosa que deuna lectura de ejercitacin y, como deca recin, saludable. Esto limpiabien las cosas, pero esto no se descarra menos por dar la nica consignade un retorno a Parmnides y a Herclito tan genialmente como l lossita a nivel precisamente de ese metadiscurso del que hablo, comoinmanente al lenguaje.

    Eso no es un metalenguaje. El metadiscurso inmanente al lenguaje yque yo llamo la lgica, he aqu, desde luego, lo que merece ser refres-cado con una lectura tal.

    Ciertamente, no hago uso ustedes pueden notarlo de ninguna mane-ra del procedimiento etimologizante, con el que Heidegger hace reviviradmirablemente las frmulas llamadas presocrticas. Es que tambin, ladireccin que entiendo indicar difiere, difiere de la suya precisamente enesto que es irreversible y que indica el Sofista

    lectura, ella tambin, extraordinariamente fcil y que no deja tambinde hacer su referencia a Parmnides

    [] precisamente para marcar cun lejos ha estado l, y vivo, contraesta prohibicin que Parmnides expresa en estos dos versos:

    ou gr mpote touto dami enai m enta.

    all s tsd aph hodo dizsios erge nema.

    No, jams doblegars por la fuerza los no-seres a ser.De esta ruta de investigacin aparta ms bien tu pensamiento16.

    Es precisamente la ruta abierta abierta desde el Sofista que se nosimpone, hablando con propiedad, a nosotros, los analistas, slo para quesepamos con qu tenemos que vrnosla. (Leccin del 26-4-67)

    4) La lucha de los sexos es algo, por otra parte, que la historia hademostrado que se han detenido en ella los psicoanalistas ms superficia-les.

    No obstante, resta que una cierta altheia_______________16 Poema, VII, vv 1y 2. Conrado Eggers Lan lo traduce as: Pues jams se impondr esto:que haya cosas que no sean / Pero t aparta el pensamiento de este camino de investiga-cin, en Los filsofos presocrticos, tomo I, Madrid, Gredos, p. 478.

    363

  • a tomar en ese sentido, con el acento de Verborgenheit que le da Hei-degger

    [] es, quiz, hablando propiamente, a instaurar en cuanto a aquello delo que se trata en lo que concierne al acto sexual. (Leccin del 10-5-67)

    Libro 15. El acto psicoanaltico

    El trmino [nachtrglich] tiene su precio. No es nicamente freudiano;Heidegger lo emplea; ciertamente, en una mira diferente cuando se tratapara l de interrogar las relaciones del ser con la Rede.

    Libro 21. Los incautos no yerran

    1) A propsito de la psicosis, no es as?, que deslic hacia esta cues-tin de que ha hecho falta Freud, en fin, para que yo me la plantee ver-daderamente [] es: qu es el saber? El saber, tiene el aire de descubrir,de revelar, como se dice, altheia, mi bien amada. Yo te muestro elmundo. Enteramente desnudo. Yo te develo. (Leccin del 19-2-74)

    2) La historia de la ciencia ha partido de una interrogacin sobre la(pongan esto entre comillas, se los ruego), sobre la naturaleza, sobre laphsis a propsito de la cual el seor Heidegger se rompe la cabeza.Qu era la naturaleza para los griegos?, se pregunta. Ellos se hacan unaidea de la naturaleza. Es necesario decir que la idea que se hacan comoel mismo Heidegger lo sugiere se ha perdido. Est perdida, perdida, per-dida, perdida. No veo por qu lamentarlo! Puesto que se ha perdido. Ybien, no hay tan gran duelo que hacer, ya que no se sabe incluso lo que es.

    []Es totalmente sorprendente que en su Fsica, Aristteles, despus de

    un perodo extenso, en fin, haya hecho el salto, el salto por el que, por elque se demuestra que su Fsica no tiene estrictamente nada que ver con laphsis de la que Heidegger intenta hacernos resurgir el fantasma. (Leccindel 23-4-74)

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  • Libro 22. R.S.I.He ido a hacer una pequea visita durante estas vacaciones, cosa de ha-

    cerle un pequeo signo antes de que nos disolvamos ambos, al llamadoHeidegger. Yo lo quiero mucho, an es muy valiente. A pesar de todo tieneesto, que trata de salir de ello. Hay algo en l, como un presentimiento delsicoanlisis, como deca Aragn. Pero no es ms que un presentimien-to, porque Freud (en fin, l no sabe qu hacer cuando) eso no le in-teresa.

    []Es el modo surrealista, no es as? Jams condujo a nada. l [Aragn]

    no espacializ el nudo borromeano de la buena manera. Gracias a lo cual,en efecto, nosotros permanecemos siempre en el ser, como me lo decaHeidegger, all, que yo extraje hace un momento de sus arcas, en el ser In-der-Welt, en el In-der-Welt-sein. Es una cosmeticologa, cosmeticulosaadems. Es una tradicin, por esto. Gracias a qu? Gracias a ese Welt:hay el Umwelt y luego hay el Innenwelt. Esta repeticin de la burbujadebera hacernos sospechar. (Leccin del 8-4-75).

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  • Pas tout Lacan1

    1935Psicologa y esttica. Informe sobre la obra de E. Minkowski, El tiempo vivido. Estudios fenomenolgicos y psicopatolgicos

    Aqu hacemos alusin a una de las referencias familiares de la filoso-fa de M. Heidegger, y ciertamente los enunciados2 ya respirables, a tra-vs del filtro de una lengua abstrusa y de la censura internacional, de estafilosofa nos ha dado exigencias que se encuentran mal resueltas. El Sr.Minkowski, en una nota de la pgina 16, da testimonio de que l ignora-ba el pensamiento de este autor, desde que ya el suyo haba tomado suforma decisiva. Se puede lamentar, en razn de la situacin excepcionalen donde lo ubicaba su doble cultura (dado que, insiste l en esto, escri-bi sus primeros trabajos en alemn), el no deberle la introduccin en elpensamiento francs del enorme trabajo de elaboracin adquirido estosltimos aos por el pensamiento alemn.

    Asimismo, que un desconocimiento menos sistemtico de Freud nohaya censurado del grupo de sus intuiciones fundamentales la de la resis-tencia, asimismo los mismos aspectos primarios de la enseanza heideg-geriana an lo hubieran invitado a admitir el aburrimiento, al menos a norechazarlo de entrada en los fenmenos negativos.

    _______________1 Pgina del sitio web de la cole Lacanienne de Psychanalyse. Pas-tout Lacan es unarecopilacin de la mayora de los escritos, charlas, etc., de Lacan entre 1928 y 1981.Muchos de esos textos no tienen traduccin castellana; cuando s la tenan y se tomaroncomo base para este artculo se consignan en nota al pie. 2 En francs, donnes: datos, enunciados.

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  • 1952 El mito individual del neurtico o poesa y verdad en la neurosis3

    El sujeto tiene siempre, con respecto a s mismo, esta relacin, por unaparte, anticipada de su propia realizacin, lo que lo excluye de s mismo,por una dialctica cuya estructura es perfectamente concebible, que lorechaza en el plano de una insuficiencia, de una profunda rajadura, de undesgarramiento original, de una dereliccin, para usar un trmino heideg-geriano, enteramente constitutivos de su condicin humana, a travs de locual su vida se integra en la dialctica4

    1957Currculum presentado para una candidatura para una direc-cin de: Psicoanlisis en la cole des Hautes tudes

    [] el inters que quiso marcar en ruptura con una reserva hasta alldemasiado fundada, para un psicoanlisis retomado en esos principios, elProfesor Martin Heidegger, colaborando con la publicacin recin citadacomo un manifiesto de la enseanza del Doctor Jacques Lacan sobre laPalabra y el Lenguaje.

    1957 El psicoanlisis y su enseanza

    Que haya gente, gente muy fuerte, que llega a confrontarse con lo quenuestro maestro Heidegger llama la condicin irrebasable, absoluta y lti-_______________3 Versin castellana en Cuadernos Sigmund Freud, nm. 2/3, Buenos Aires, 1973, p. 156.4 La versin transcripta por J-A. Miller en la revista Ornicar?, nm. 17-18, Seuil, 1978, pgi-nas 305-306, dice: El sujeto as siempre tiene una relacin anticipada a su propia realiza-cin, que a l mismo rechaza sobre el plano de una profunda insuficiencia, y testimonia enl de una rajadura, de un desgarramiento original, de una dereliccin, para retomar el trmi-no heideggeriano. Es por eso que en todas sus relaciones imaginarias lo que se manifiesta esuna experiencia de la muerte. Experiencia sin duda constitutiva de todas las manifestacionesde la condicin humana, pero que aparece muy especialmente en lo vivido del neurtico.

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  • ma, que es justamente este ser-para-la-muerte, esto me parece algo que,para la persona que en nuestros das habl de esto con ms acento, per-manece siendo el fin del fin, sino el fin del fin de una experiencia que noser quizs inefable, dado que no creo que sea as que la presenta Hei-degger , sino algo terminal, muy al cabo de la noche humana, prximo auna mutacin del ser, al menos para nuestros contemporneos, del todocomprometidos en las funestas consecuencias de la metafsica aristotli-ca, y otras.

    1966 Entrevista para el Figaro littraire, por Gilles Lapouge

    Siempre hay algo divertido en ver confesarse la verdad, la verdad dellibro se expona sobre la tapa: un cheque en blanco echado a suertes5. Porotra parte, por qu acometer slo a Heidegger, Merleau-Ponty, inclusobuscarme en las respuestas incompletas del pesado fardo6 que intentabalevantar entonces cuando Spinoza y Leibniz no se ofrecen ms fcilmen-te a la consumacin del hombre honesto, a los prejuicios del burguscultivado?

    1967Lugar, origen y fin de mi enseanza

    1) En fin, cuando se aboca la tarea con energa7 as, como pas en algu-na parte en 1917, eso habra podido tener consecuencias, que elSeordeclare que el lenguaje era una superestructura. Se hubiera podi-do meterse, por ejemplo, a cambiar el ruso. Pequea mariposa, all elpadre Stalin sinti que iba a tomar un mal giro si se haca eso. Ven all bajo _______________5 En francs: tir sur lignorance.6 En francs: la pte lourde.7 En francs: pris le mors aux dents.

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  • qu forma de confusin se iba a entrar. No digas una palabra sobre eso;el lenguaje no es una superestructura; en lo que l est de acuerdo con elSeor Heidegger: el hombre habita el lenguaje. Lo que Heidegger quie-re decir diciendo eso, no es de eso de lo que voy a hablarles esta tarde,pero ven que estoy forzado a hacer el barrido ante el monumento.

    El hombre habita el lenguaje, incluso extrado del texto de Heideg-ger, eso habla solo, eso quiere decir que el lenguaje est ah antes que l,lo que es evidente.

    2) No me declar heideggeriano en tanto solo me permit citarlo paraencontrar una frmula impactante. Al suponer que ciertas personas de miauditorio hayan incluso pensado en esa relacin, sbitamente dije: tomoesta frmula, lo que Heidegger hace de ella es otra cuestin, pero he aqulo que hago yo. Por otra parte no entiendo, para responder a lo que meparece lo esencial de lo que usted me dijo, no entiendo por qu usted diceque yo sacrifico ese sujeto de la articulacin, del arkh de la situacin, delsujeto en tanto que habla, que oye, en tanto que l entra en la situacinpresente, en tanto que es el ser en el mundo, como usted dice, dado que esprecisamente por eso que hablo de divisin del sujeto.

    3) [] es el sujeto el que habla, si ustedes quieren, pero no ser posi-ble jams tenerlo por pura y simplemente iniciador, libre de su discurso entanto que estando dividido est ligado a este otro sujeto que es el de loinconsciente y que se encuentra dependiendo de una estructura lenguaje-ra. El descubrimiento de lo inconsciente es eso. O esto es verdad o esto noes verdad, pero si es verdad es lo que prohbe, incluso al Seor Heideggerhablar siempre de una cierta misma manera de lo que respecta al sujeto.Por otra parte djeme decirle que si entramos en una controversia heideg-geriana me permitira adelantar aqu que para Heidegger el empleo quehace del trmino sujeto est lejos de ser homogneo.

    Maldiney: l no lo emplea casi nunca.Lacan: Exactamente. Yo lo empleoMaldiney: Con sus razones.Lacan: Con mis razones.

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  • 1972 Universidad de Lovaina

    Qu podra ocurrirle si estuviera solito, no se puede decir que no aspirea ello. Pero, vean, si hay una cosa que est muy clara en ese tipo de mitosque siempre vuelven a brotar, es que hay algo, en todo caso, que no loabandona, [y] es justamente eso, que l sea hablante: cuando est absolu-tamente solo, contina hablando; en otros trminos, contina, como seexpresa nuestro querido amigo Heidegger, de quien hablamos recin, enla cena, contina habitando el lenguaje.

    1973 Congreso de la cole Freudienne de Paris, La Grande Motte

    1) Esto sucede en un ser viviente, como se le llama, del que lo menosque se puede decir es que se distingue de los otros por habitar el lengua-je, como dice Heidegger. Este ser se distingue por ese alojamiento, y es unalojamiento algodonoso, algodonoso en el sentido de que lleva a este serforzosamente hacia toda suerte de conceptos, como dije antes, Begriff, queno son ms que toneles, todos completamente ftiles (es decir que fugan),tanto los unos como los otros.

    2) Entonces, hay algo que yo cuento en mi edicin alemana, as, alpasar, para mi amigo Heidegger; le propongo detenerse pero natural-mente s que no lo har, aunque no se sabe, quiz lo haga; la ltima vezque lo vi estaba en muy buena forma, no tanto como la ma, pero se apro-ximaba detenerse sobre esta idea de que la metafsica no ha sido jams yno podra en todo caso prolongarse es claramente por esto que l la poneen cuestin, por otra parte no ha jams sido nada ni podra prolongarsems que al taponar el agujero de la poltica.

    3) Alguien de mi entorno me aport el ltimo seminario de Fink y deHeidegger sobre Herclito. Solo le dos captulos; les aconsejo mucho lalectura, pues antes de que ese libro que me ha sido aportado ayer aparez-ca, yo haca sin embargo observar, en esta escansin de mi prefacio, que

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  • haba gente en un tiempo que enunciaba expresamente que el orculo norevela ni oculta ningn sentido: seminei, significa (met en signe).

    1974Conferencia de prensa

    Hay cosas, en efecto, hay pequeos dominios en donde la filosofa ten-dra an algo que decir. Desgraciadamente es bastante curioso que la filo-sofa d tantos signos de envejecimiento; quiero decir que, bueno, Hei-degger ha dicho dos o tres cosas sensatas; asimismo hace mucho tiempoque la filosofa no ha dicho absolutamente nada interesante para todo elmundo. Por otra parte, la filosofa no dice jams algo interesante para todoel mundo. Cuando saca algo, la filosofa dice cosas que interesan a dos otres personas. Y tras eso, hay una enseanza filosfica, es decir: eso pasaa la Universidad. Una vez que pasa a la Universidad, cag, no existe msni la menor filosofa; ni imaginable.

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