56
Universidad Técnica de Manabí Facultad de Ciencias de la Salud Carrera de Medicina Proyecto de Gastroenterología Tutor: Dr. Freddy Hinostrosa Dueñas Autor Iván Jaramillo Chávez Séptimo “A” Septiembre 2013- Febrero 2014

Hemorragia Digestiva Alta Ivan

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

Universidad Técnica de Manabí

Facultad de Ciencias de la Salud

Carrera de Medicina

Proyecto de Gastroenterología

Tutor: Dr. Freddy Hinostrosa Dueñas

Autor

Iván Jaramillo Chávez

Séptimo “A”

Septiembre 2013- Febrero 2014

INTRODUCCIÓN

Page 2: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

La hemorragia digestiva alta (HDA), podemos definirla como toda pérdida de

sangre originada en el tracto digestivo superior, entre región faringoesofágica y

ángulo de Treitz, de una intensidad suficiente como para que se manifieste por

hematemesis y/o melenas. En este concepto se incluyen también aquellas

hemorragias de los órganos vecinos, que drenan su sangrado a esta parte del

tubo digestivo, bien por orificios naturales, como en el caso de las hemorragias

del árbol biliar o conductos pancreáticos, bien por orificios patológicos, como en

las fístulas aortodigestivas. Algunos pacientes con HDA van a debutar con

pérdidas de sangre roja por heces (rectorragia o hematoquecia), debido a la

intensidad de la hemorragia y/o rapidez del tránsito. Asimismo, otro grupo de

pacientes con pérdidas importantes de sangre por una HDA, se manifestarán

inicialmente por un cuadro de mareos, debilidad general, hipotensión e incluso

shock, sin evidencia de hematemesis ni melenas; en un paciente con esas

características se debe sospechar una HDA, y realizarle un tacto rectal, así

como introducirle una sonda nasogástrica, buscando la presencia de restos de

sangre en el tubo digestivo.

La hematemesis es el vómito de sangre. El color del contenido vomitado

dependerá del tiempo transcurrido desde el inicio de la hemorragia hasta el

momento de la hematemesis. Si se produce pronto será de color rojo brillante,

pero si ha permanecido mucho tiempo en la cavidad gástrica el material

hemático se habrá oxidado por el contenido ácido gástrico y será de color rojo

oscuro o negro, adoptando con frecuencia en esos casos el aspecto típico de

“posos de café”.

La melena es la deposición de color negro, brillante y adherente. Ello se debe a

la presencia de sangre oxidada en su paso a lo largo del intestino delgado y

colon. Pequeñas cantidades de sangre (100 ml), son capaces de producir

heces melénicas. También pueden manifestarse como melenas, las

hemorragias de lesiones situadas distalmente al ángulo de Treitz, en yeyuno,

íleon e incluso en colon. Las heces melénicas, que suelen tener olor

característico, deben diferenciarse de las “seudomelénicas”, generalmente de

color negro más apagado, y originadas por muy diversas causas, como el

Page 3: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

beber vino tinto, la ingestión de calamares cocinados en su tinta, los

tratamientos con hierro oral.

Page 4: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

MARCO TEÓRICO

La hemorragia digestiva alta es una emergencia médico quirúrgica que

continua teniendo una elevada mortalidad, a pesar de los avances terapéuticos

de los últimos años.

Su incidencia varía en los distintos países. Sin embargo, se estima que se

presenta con una frecuencia entre 50 y 140 casos por cada cien mil habitantes.

El aumento de la esperanza de vida de la población ha significado que en la

actualidad esta situación se presente más frecuentemente en pacientes de

edad avanzada, y en consecuencia con mayor número de patologías asociadas

lo que ha estimulado a los distintos grupos de trabajo a buscar nuevas

alternativas terapéuticas para mejorar los resultados en el tratamiento de esta

afección.

Podemos definirla como toda pérdida de sangre originada en el tracto digestivo

superior, entre región faringo-esofágica y ángulo de Treitz, de una intensidad

suficiente como para que se manifieste por hematemesis y/o melenas. En este

concepto se incluyen también aquellas hemorragias de los órganos vecinos,

que drenan su sangrado a esta parte del tubo digestivo, bien por orificios

naturales, como en el caso de las hemorragias del árbol biliar o conductos

pancreáticos, bien por orificios patológicos, como en las fístulas

aortodigestivas. Algunos pacientes con HDA van a debutar con pérdidas de

sangre roja por heces (rectorragia o hematoquecia), debido a la intensidad de

la hemorragia y/o rapidez del tránsito. Asimismo, otro grupo de pacientes con

pérdidas importantes de sangre por una HDA, se manifestarán inicialmente por

un cuadro de mareos, debilidad general, hipotensión e incluso shock, sin

evidencia de hematemesis ni melenas; en un paciente con esas características

se debe sospechar una HDA, y realizarle un tacto rectal, así como introducirle

una sonda nasogástrica, buscando la presencia de restos de sangre en el tubo

digestivo.

La hematemesis es el vómito de sangre. El color del contenido vomitado

dependerá del tiempo transcurrido desde el inicio de la hemorragia hasta el

momento de la hematemesis. Si se produce pronto será de color rojo brillante,

Page 5: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

pero si ha permanecido mucho tiempo en la cavidad gástrica el material

hemático se habrá oxidado por el contenido ácido gástrico y será de color rojo

oscuro o negro, adoptando con frecuencia en esos casos el aspecto típico de

“posos de café”.

La melena es la deposición de color negro, brillante y adherente. Ello se debe a

la presencia de sangre oxidada en su paso a lo largo del intestino delgado y

colon. Pequeñas cantidades de sangre (100 ml), son capaces de producir

heces melénicas. También pueden manifestarse como melenas, las

hemorragias de lesiones situadas distalmente al ángulo de Treitz, en yeyuno,

íleon e incluso en colon. Las heces melénicas, que suelen tener olor

característico, deben diferenciarse de las “seudomelénicas”, generalmente de

color negro más apagado, y originadas por muy diversas causas, como el

beber vino tinto, la ingestión de calamares cocinados en su tinta, los

tratamientos con hierro oral.

La HDA que se manifiesta con hematemesis franca, o con rectorragia o

Hematoquecia, suele ser más grave desde el punto de vista hemodinámico que

las que se manifiestan por vómitos en posos de café y/o melenas.

EPIDEMIOLOGÍA

La incidencia general de las HDA oscila entre 50 a 150 episodios por cada

100.000 habitantes por año.

La presentación de las HDA es mayor en hombres que en mujeres (2:1) y la

edad promedio de presentación es de 60 años, y la mortalidad en estos

pacientes es del 13 a 35%. En los pacientes menores de 60 años la mortalidad

oscila entre el 2 y 8%.

En la mayoria de los casos la hemorragia es autolimitada.

La mortalidad general por HDA es del 10%, la cual dependerá de la edad,

etiología y morbilidad asociada. La mayoria de los pacientes que fallece son

mayores de 65 años.

En el 80% de los casos el episodio es único y cede espontáneamente.

Page 6: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

La mortalidad de la HDA por varices esofágicas alcanza el 33%, mientras que

la mortalidad producida por úlcera gastroduodenal es del 5 a 10%.

INCIDENCIA

La incidencia varía entre 47 y 116 casos /100000 habitantes, y supone entre el

3 y el 10% de las admisiones en un servicio de urgencias.

FISIOPATOLOGÍA

La hemorragia digestiva alta tiene los fenómenos propios de toda pérdida

sanguínea, pero además presenta algunas peculiaridades debido al paso de

sangre al tubo digestivo. La hemorragia, sobre todo si es mayor de 500 cc,

produce hipovolemia, con el consiguiente descenso del retorno venoso y

presión arterial, lo cual activa mecanismos compensadores como el sistema

renina-angiotensina-aldosterona, o la liberación de catecolaminas. Todo ello

conlleva a una vasoconstricción periférica y un paso de líquido intersticial a la

luz vascular; compensando el sangrado. Si el sangrado es persistente, este

mecanismo puede conducir a un shock hipovolémico. Por otro lado, la sangre

en el tubo digestivo provoca un aumento del peristaltismo, las proteínas

liberadas de la digestión de la sangre son metabolizadas por la flora intestinal

bacteriana, liberándose grandes cantidades de amoníaco, que en el hígado

será convertido en urea, elevándose sus niveles plasmáticos. En pacientes con

daño hepático, que no pueden llevar a cabo esta transformación, el exceso de

amoníaco en sangre provoca frecuentemente encefalopatía.

ETIOLOGÍA

1) Vasculares:

Várices esofágicas, várices del fondo gástrico, úlcera de Dieulafoy, ectasia

vascular del antro gástrico, fístulas aorto-protésico duodenal.

Page 7: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

2) Inflamatorias:

Úlcera gastroduodenal (UGD), Gastritis, Esofagitis, Pancreatitis, Divertículos

esofágicos.

3) Mecánicas:

Hernia hiatal, Mallory Weiss, prolapso de la mucosa gástrica, cuerpo extraño,

Hemofilia.

4) Sistémicas:

Discrasias sanguíneas, enfermedades del colágeno, amiloidosis, tuberculosis,

sarcoidosis.

5) Neoplasias:

Carcinomas, Leiomiomas, Linfoma, Leiomiosarcoma, Peutz Jeghers, Pólipos.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Aunque las HDA suelen manifestarse en forma de hematemesis y/o melenas, y

las hemorragias digestivas bajas (HDB) como hematoquecia o rectorragia, la

interpretación de estas manifestaciones no siempre es fácil, y hasta en un 10%

de situaciones puede ser difícil distinguir entre HDA y HDB por los datos

proporcionados por la historia clínica y la exploración física. Y así, cuando la

hematoquecia se acompaña de inestabilidad hemodinámica, es prudente

realizar endoscopia alta como primer paso en el diagnóstico.

Asimismo, algunos pacientes con epistaxis o hemoptisis degluten la sangre que

posteriormente vomitarán, y se prestará a confusión interpretativa. Ante la

duda, lo mejor es hacer una endoscopia alta.

La historia clínica y la exploración física ante un paciente con HDA deben ser

meticulosas, tendentes, por una parte, a aproximarnos al diagnóstico etiológico,

y, por otra, a evaluar la situación hemodinámica del paciente e instaurar las

Page 8: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

primeras medidas terapéuticas. Para ello es importante conocer las

características del sangrado, así como la historia digestiva reciente y pasada.

Es necesario conocer si hay otras enfermedades asociadas, o antecedentes de

cirugía digestiva o vascular abdominal, o de terapéutica en- doscópica. La

ingesta reciente de medicamentes, sobre todo de AINE, anticoagulantes o

antiagregantes, debe ser investigada. La exploración física debe ser cuidadosa,

evaluando la situación hemodinámica por medio de TA, FC, cambios

posturales, y circulación periférica. Es imprescindible una exploración

abdominal y anorrectal meticulosas. A todo paciente con HDA se le debe pedir

hemograma completo, electrólitos, urea, creatinina y estudio de coagulación,

sangre cruzada para eventual transfusión. Además, es conveniente efectuar

electrocardiograma.

Las HDA pueden ser debidas a muy diferentes procesos, aunque la experiencia

nos dice que la gran mayoría van a ser secundarias a un número muy concreto

de lesiones, que enumeramos a continuación según la frecuencia de cada una:

Ulcera Péptica, Gástrica o Duodenal.

Varices Esofagogástricas.

Lesiones Agudas de la Mucosa Gástrica.

Tumores.

Desgarros de Mallory-Weiss.

Úlcera Péptica. Las úlceras pépticas son responsables de entre el 40 y el 50%

de todas las HDA. En muchas series, es más alta la incidencia de úlceras

duodenales sangrantes que de úlceras gástricas, pero en algunas áreas en que

la tasa de población rural es alta, parece invertirse esa situación, como sucede

en nuestro medio. Muchas de las úlceras sangrantes no habían sido

diagnosticas previamente al accidente he- morrágico, por lo que la ausencia de

síntomas no debe hacernos descartar nunca esta etiología. La ingesta previa

de AINE se documenta en el 20-50% de los casos de HDA secundarias a

úlcera péptica, lo cual no es sinónimo de que el AINE sea el agente etiológico

de la úlcera. Por ello, en estos pacientes deberemos comportarnos como ante

los demás ulcerosos y estudiar la posible relación con Helicobacter pylori,

descartando, asimismo, la existencia de malignidad.

Page 9: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

Varices Esofagogástricas. La HDA secundaria a la rotura de varices

esofagogástricas es la más grave de todas las situaciones, con una tasa de

mortalidad del 30% dentro de los treinta días siguientes al primer accidente

hemorrágico en muchas de las series. La incidencia de hemorragias varicosas

no es despreciable, ya que se sitúa entre el 10 y el 22%. Es más frecuente en

las áreas con alto consumo de alcohol. Las diferentes morbilidad y mortalidad

de las HDA varicosas y las no varicosas, hacen que su manejo se estudie de

forma separada en todos los libros y tratados de la especialidad, como también

haremos nosotros.

Lesiones Agudas de la Mucosa Gástrica (LAMG). Con este término, se

conoce a una serie de lesiones superficiales y agudas del estómago que

habitualmente, pero no siempre, producen HDA. En realidad, serían LAMG

todas las lesiones gástricas que, dentro del concepto clásico de las erosiones,

sean agudas. Por ello, algunos autores hablan de gastritis hemorrágico-erosiva

para referirse a este grupo lesional que tan frecuentemente causa HDA. Las

LAMG, casi siempre son secundarias al estrés o al consumo de AINE. En el

duodeno también pueden verse este tipo de lesiones agudas como causantes

de HDA, teniendo además la misma etiopatogenia que en el estómago. La

lesión aguda mucosa sangrante más habitual del esófago, es la llamada

esofagitis hemorrágica, caracterizada por múltiples erosiones hemorrágicas

superficiales, y que habitualmente es secundaria a la agresión de la mucosa

esofágica secundaria a vómitos reiterados.

Tumores. Una causa frecuente de HDA son los tumores del tracto digestivo

superior, tanto benignos como malignos. Suelen ser más graves las

hemorragias producidas por los tumores benignos submucosos ulcerados,

como algunos leiomiomas, que incluso pueden requerir cirugía urgente.

Síndrome de Mallory-Weiss. Se llama así a los desgarros longitudinales de la

región de la unión esofagogástrica, en general hacia la cara posterior, que

aparecen en un paciente con crisis de vómitos. El síndrome se describió en

pacientes alcohólicos que se provocaban el vómito para continuar bebiendo.

Por extensión, hoy se habla de síndrome de Mallory-Weiss siempre que una

HDA es causada por desgarros, secundarios al vómito, de la unión

Page 10: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

esofagogástrica, independientemente de si el paciente es o no bebedor. Es una

causa frecuente de HDA, entre un 2 y un 7% según las diferentes series, y

tiene una mortalidad cercana al 5%. Endoscópicamente se localizan en la unión

esofagogástrica, o en un margen de 2 cm por encima o por debajo de la

misma. Suelen ser lesiones de tipo longitudinal, más o menos profundas, y en

ocasiones presentan un coágulo centinela.

Otras causas de HDA. Hay, por supuesto, más causas etiológicas de las HDA,

que, aunque pueden poner en peligro la vida de los pacientes, son bastante

menos frecuentes que las comentadas hasta aquí. Citaremos a la esofagitis por

reflujo, que en algunas series es responsable de hasta el 3% de los casos, a

las malformaciones vasculares, tanto congénitas como adquiridas, entre las

que merecen especial mención la enfermedad de Rendu-Osler, la enfermedad

de Dieulafoy, y las ectasias vasculares gastroduodenales, asociadas o no a la

hipertensión portal. También deben ser citadas las HDA secundarias a

procedimientos en- doscópicos previos, como polipectomía, esfinterotomía..., e

incluso toma de biopsias en paciente con coagulación alterada.

FRECUENCIA DE ETIOLOGÍAS:

La frecuencia de las etiologías tiene variaciones según el centro y la ubicación

geográfica, pero en general, la causa más frecuente son la ulceras

gastroduodenales (50%), siendo levemente superior la etiología duodenal en

comparación con la gástrica , la coexistencia de ambas lesiones en un adulto

ocurre en un 1.2%. La gastritis erosiva (AINE y aspirina) (8 a 15%) y las várices

esofágicas (5 a 18%) son las causas que siguen en frecuencia. El Síndrome de

Mallory Weiss (6%) y Cáncer Gástrico (1 a 2%), son causas menos frecuentes.

FACTORES DE RIESGO PARA EL DESARROLLO DE

HEMORRAGIA DIGESTIVA

Ulcera gastroduodenal.

Page 11: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

Fármacos (AINES, GC, Alcohol, ACO )

Lesiones neurológicas agudas.

Quemaduras extensas.

Coagulopatías.

Insuficiencia respiratoria.

Cirrosis.

SOC.

Sepsis.

Sme urémico- Insuficiencia renal.

Colonización por H. Pylori.

Internación en unidades criticas ( UCO, UTI )

Episodios previos de hemorragia digestiva (80 % de las digestivas

que ceden espontáneamente recurren).

FORMA DE PRESENTACION

ANEMIA / SME. ANEMICO: Asociado a perdidas crónicas, no

evidenciado por el paciente o por consulta tardía

MELENA: Eliminación de heces negruzcas, de olor fétido. En general

indican sangrado digestivo alto mayor a 100 ml. Puede ser la forma de

presentación en HDB con transito enlentecido.

HEMATEMESIS: Vomito de sangre rojo rutilante. Descarta hematemesis

y epistaxis.

VOMITO EN BORRA DE CAFÉ: Asociado con digestión de la sangre por

el ácido clorhídrico del estómago.

HEMATOQUECIA: Eliminación de sangre rojo rutilante por el ano

asociado a transito acelerado en caso de HDA, descartar HDB ya que es

la forma característica de presentación de la misma.

PROCEDIMIENTOS DIAGNÓSTICOS

Frente a un enfermo con HDA es preciso una valoración inicial, durante o tras

estabilizar al paciente, que incluye la confirmación de la misma, determinación

Page 12: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

del lugar de sangrado (alto o bajo), su gravedad y la realización de

procedimientos diagnósticos para clarificar su causa, pronóstico y aplicar una

terapéutica específica. A continuación se exponen los procedimientos

diagnósticos que habitualmente se realizan ante una HDA

ANAMNESIS Y EXPLORACIÓN FÍSICA DE LA HEMORRAGIA

DIGESTIVA ALTA

Se debe recoger una historia clínica detallada, haciendo hincapié en los

antecedentes patológicos, la forma de presentación, y realizar una exploración

física general, en ocasiones mientras se estabiliza al paciente, para determinar

la etiología, gravedad y catalogar el riesgo del paciente adecuadamente.

De hecho, con los datos clínicos se obtiene una orientación diagnóstica en un

40% de los casos.

Es necesario conocer el modo de presentación del sangrado y el tiempo

transcurrido desde el inicio. La hematemesis indica siempre que el sangrado es

proximal al ligamento de Treitz. La presencia de sangre fresca nos indica un

inicio reciente de la HDA, mientras que los posos de café indican un comienzo

más diferido. La presencia de melenas necesita un adecuado interrogatorio, y

en la mayoría de las ocasiones la realización de un tacto rectal para la

confirmación de la misma, pudiendo ser el origen del sangrado alto o bajo. Se

descartarán otros orígenes del sangrado como la hemoptisis, epistaxis,

gingivorragias, o "falsas melenas" inducidas por determinados alimentos o

fármacos (sulfato ferroso). Es importante recordar que la HDA masiva puede

presentarse como rectorragia, hasta en el 12%, sobre todo si el paciente se

encuentra hemodinámicamente inestable.

Inicialmente, debemos evaluar el estado general del paciente incidiendo en la

presencia de enfermedades concomitantes. Este punto es clave, pues la

presencia de patología concomitante es un factor asociado a una mayor

recidiva del sangrado y una mayor mortalidad. La anamnesis dirigida permite

conocer si existen antecedentes familiares, episodios previos de sangrado,

hábitos tóxicos (alcohol) e identificar los factores de riesgo como la ingesta de

Page 13: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

fármacos (AINE, ácido acetilsalicílico y anticoagulantes). Se anotarán otros

síntomas como el dolor epigástrico, pirosis, disfagia o si existen vómitos si han

precedido o no al sangrado y la presencia de cortejo vegetativo. Se tendrán en

cuenta las intervenciones quirúrgicas previas, especialmente las

gastroduodenales por las implicaciones en el diagnóstico y manejo de estos

pacientes y la aórtica que nos hará sospechar una fístula aortoduodenal.

Así mismo, debemos tener presente que la HDA representa una complicación

frecuente y en la mayoría de los casos decisiva y determinante en pacientes

oncológicos o en situación terminal.

La exploración física va a aportarnos datos que orienten nuestro diagnóstico y

el estado hemodinámico del paciente.

Se determinará la frecuencia cardiaca, presión arterial y la existencia de

cambios ortostáticos. La exploración del abdomen va a detectar

hepatoesplenomegalia, ascitis, masas abdominales o la presencia de

peritonismo. La exploración cutánea puede revelar signos de vasoconstricción

periférica (palidez y diaforesis), la presencia de estigmas de hepatopatía o

neurofibromatosis, pigmentación de mucosas, etc.

LABORATORIO

Se realizará una analítica general que incluya hemograma, coagulación,

bioquímica general, así como pruebas cruzadas para una futura transfusión. La

hemoglobina y el hematocrito orientan sobre la cuantía del sangrado, aunque

puede que no reflejen la pérdida real hasta pasadas 24-72 horas, al ponerse en

marcha los mecanismos de restauración. El volumen corpuscular medio será

normal y, si se encuentra descendido, sospecharemos pérdidas crónicas. La

bioquímica general suele ser normal excepto en pacientes con shock

hipovolémico en los que puede existir una alteración de la función renal e

incluso fracaso multiorgánico. En la mayoría de los casos existe una elevación

de la urea, con una proporción urea/creatinina > 100, a diferencia de la HD

baja. Las pruebas de coagulación van a descartar la presencia de

coagulopatías asociadas.

Page 14: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

SONDA NASOGÁSTRICA

El lavado y aspiración nasogástrica se ha utilizado tradicionalmente en el

diagnóstico y manejo del paciente con HDA. La aspiración de sangre y

coágulos de la cavidad gástrica permitirá realizar la exploración endoscópica de

una forma más segura y eficaz. Además, la colocación de la sonda

nasogástrica ayuda a localizar el origen del sangrado en aquellos pacientes

con melenas o hematoquecia sin hematemesis.

La presencia de sangre roja o posos de café confirma el origen alto del

sangrado y, en determinados estudios, han mostrado un significado pronóstico,

con una tasa de mortalidad del 9% si se aspira posos de café frente al 18% si

el aspirado es sangre roja, o bien la presencia de una lesión de alto riesgo de

sangrado. Por otro lado, un aspirado claro reduce esta probabilidad, pero no la

excluye, de hecho el 15-20% de los pacientes con HDA presenta un aspirado

claro, debido a una colocación indebida de la sonda o la ausencia de reflujo del

sangrado duodenal por espasmo pilórico u obstrucción. El papel de la sonda

nasogástrica en la monitorización de los pacientes tras un tratamiento

endoscópico inicial no ha sido definida ni validada en estudios clínicos.

PANENDOSCOPIA ORAL

La endoscopia es la exploración diagnóstica de referencia y permite establecer

un diagnóstico, pronóstico del paciente y, en la mayoría de los casos, se

convierte en una exploración terapéutica de eficacia demostrada, reduciendo la

estancia hospitalaria y mejorando la supervivencia. Existen diferentes métodos

endoscópicos hemostáticos (térmicos, inyección de sustancias, mecánicos y

tópicos) con una eficacia demostrada similar, alrededor del 80%, utilizándose

habitualmente en función de las disponibilidades y experiencia del

endoscopista. Además, la endoscopia permite la toma de biopsias de las

úlceras gástricas para descartar malignidad, así como la determinación de H.

pylori mediante test rápido de ureasa o histología, si bien en el contexto de una

HDA disminuye de forma significativa su sensibilidad.

Page 15: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

Se debe realizar una endoscopia digestiva alta en todo paciente con HDA a no

ser que existan contraindicaciones. Debe realizarse de forma precoz,

idealmente en las primeras 12-24 horas, ya que se asocia a una mayor eficacia

diagnóstica, nos permite detectar aquellos pacientes con lesiones de bajo

riesgo y que pueden ser dados de alta precozmente, y en aquellos pacientes

con lesiones de alto riesgo nos permite aplicar una terapia hemostásica, lo que

determina una reducción de la estancia hospitalaria, menores requerimientos

transfusionales, disminución de la incidencia de resangrado y cirugía y un

aumento de la supervivencia. Además, la endoscopia se deberá realizar en un

lugar acondicionado para ello, que permita la adecuada monitorización del

paciente y que disponga del material necesario para realizar la terapia

hemostática.

Idealmente, en los casos de sangrado activo o inestabilidad hemodinámica la

endoscopia se debe realizar inmediatamente tras la estabilización y, si es

posible, transfusión sanguínea del paciente, valorando previamente el ingreso

en UCI del paciente. Si el paciente presenta una hemorragia masiva y shock

hemorrágico, debemos valorar la indicación de cirugía urgente con una

eventual endoscopia preoperatoria en quirófano. Si se sospecha perforación u

obstrucción intestinal deberá realizarse radiografías de tórax o abdomen para

descartar esta patología antes de empezar la exploración endoscópica.

Es importante la correcta descripción y localización de las lesiones, así como la

presencia de signos de hemorragia activa, reciente o inactiva, utilizando la

clasificación de Forrest, ya que constituye el factor más importante de riesgo de

resangrado, influyendo en el pronóstico y determinando qué pacientes deben

recibir tratamiento endoscópico. Así, la presencia de sangrado activo (en chorro

o en sábana) o signos de sangrado reciente (vaso visible) presentan una

elevada incidencia de resangrado y, por tanto, una clara indicación de

tratamiento endoscópico, situándose en el extremo opuesto la presencia de

una úlcera con base limpia, que no precisará terapéutica endoscópica. Sin

embargo, debido a la variabilidad interobservador de esta clasificación,

especialmente en la valoración endóscopica del vaso visible, se ha postulado

en los últimos años el examen mediante ecografía–Doppler10 para la

Page 16: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

confirmación objetiva de vasos subyacentes, y seleccionar de forma más

precisa los pacientes subsidiarios de terapia endoscópica.

En ocasiones existe en la cavidad gástrica gran cantidad de sangre o coágulos

que impide la correcta visualización de la misma, especialmente fundus y

curvatura mayor, incluso a pesar de utilizar endoscopios terapéuticos con

canales de aspiración de mayor diámetro, resolviendo este problema mediante

el lavado y aspiración tras colocar una sonda nasogástrica o bien mediante la

administración de eritromicina i.v. (250 mg iv en bolus o 3 mg/kg en 30 minutos)

30-90 minutos antes de la exploración endoscópica, lo que facilita el

vaciamiento gástrico mejorando de forma significativa la visibilidad de la

mucosa gástrica.

CLASIFICACIÓN DE FORREST

Corresponde a una clasificación de las lesiones halladas en la endoscopia, esta

nos orientara en la conducta y a su vez también nos entregara una probabilidad

de que la lesión vuelva a sangrar.

Forrest I-A:

Corresponde a una lesión con sangrado activo de tipo arterial, tiene una

probabilidad de resangrado de 90 – 100%. Tiene indicación de

tratamiento endoscópico urgente.

Forrest I-B:

Lesión con sangrado activo difuso, tiene una probabilidad de 80 % de

resangrar. Tratamiento endoscópico urgente.

Forrest II-A:

Vaso visible, solevantado, en el fondo de una ulcera, tiene una

probabilidad de 60% de resangrar. Tratamiento endoscópico.

Forrest II-B:

Lesión solevantada, blanquecina, con un coagulo antiguo, 50 % de

resangrar. Su tratamiento será de acuerdo a su contexto clínico.

Forrest II-C:

Maculas planas, las cuales pueden ser rojas o negras, < 50 % de

resangrar. Tratamiento según contexto clínico.

Page 17: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

Forrest III:

Lesión que se encuentra cubierta por fibrina, tiene una muy baja

probabilidad de resangrar (10 %).

CONTRAINDICACIONES DE LA PANENDOSCOPIA ORAL

Absolutas

Inestabilidad hemodinámica o cardiopulmonar grave

Insuficiencia respiratoria grave (PO2 < 55 mmHg)

Postoperatorio reciente (< 7 días) de cirugía en tracto digestivo superior.

Sospecha o certeza de perforación de víscera hueca

Relativas

Infarto agudo de miocardio reciente

Aneurisma de aorta torácica.

Cirugía toracoabdominal reciente

Falta de cooperación del paciente

RADIOLOGÍA BARITADA

Su sensibilidad en la detección de la fuente de hemorragia es

significativamente menor que la endoscopia, identificando la causa sólo en el

25-50% de los casos, sin capacidad terapéutica y con el inconveniente de

impedir la realización de la misma al menos las 6-12 horas posteriores como

consecuencia de la administración de bario. Por tanto, únicamente queda

reservada a aquellos pacientes que presenten contraindicaciones para la

realización de endoscopia.

ANGIOGRAFÍA

Page 18: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

La angiografía permite localizar la extravasación de sangre estableciendo el

tratamiento de la misma mediante embolización de material reabsorbible

(Gelfoam) o no reabsorbible (coils). Para que sea realmente eficaz necesita un

sangrado activo, debido a la corta duración (30 segundos) del contraste en la

circulación, con un débito mayor de 0,5 ml por minuto, y un conocimiento

adecuado de la anatomía vascular, precisando la cateterización de la arteria

celiaca y mesentérica superior, y en ocasiones de forma selectiva la arteria

gástrica izquierda, gastroduodenal, pancreáticoduodenal y esplénica12. En la

mayoría de los pacientes con sangrado gástrico, el origen de la hemorragia

depende en un 85% de la arteria gástrica izquierda. Por este motivo en casos

con HDA masiva y estudio arteriográfico normal se ha preconizado la

embolización profiláctica de la arteria gástrica izquierda, especialmente si se ha

localizado mediante endoscopia una lesión sangrante en dicho territorio o, en

ausencia de la misma, si el paciente presenta un riesgo significativo de fracaso

multiorgánico en caso de recidivar la hemorragia.

Su papel en la HDA queda reservado para aquellos casos con un sangrado

masivo que no permite la visualización de la mucosa por endoscopia, o bien en

aquellos casos refractarios al tratamiento médico y endoscópico con elevado

riesgo quirúrgico.

GAMMAGRAFÍA

La gammagrafía con sulfuro coloidal o hematíes marcados se utiliza sólo de

forma excepcional en la HDA.

LAPAROTOMÍA

Si el episodio de HDA es masivo o bien no es posible el control de la misma

mediante endoscopia o arteriografía, y siempre que no se trate de una

hemorragia por hipertensión portal, deberá plantearse una cirugía urgente.

Debemos tener en cuenta que la imposibilidad de realizar las técnicas

diagnósticas habituales no debe retrasar la indicación quirúrgica urgente.

CRITERIOS DE INGRESO Y DESTINO DE LOS PACIENTES

Page 19: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

La HDA es un proceso potencialmente vital que requiere su ingreso

hospitalario. El lugar de ingreso depende fundamentalmente de la existencia o

no de repercusión hemodinámica, de la persistencia de las manifestaciones

hemorrágicas y del probable origen del sangrado.

La endoscopia inicial debe realizarse tan pronto como sea posible. En

pacientes con hemorragia grave se debe realizar cuando se consiga su

estabilidad hemodinámica. Si ésta no es posible y persiste la situación de

shock, debe valorarse la indicación de cirugía urgente realizando una

endoscopia peroperatoria19. En el resto de pacientes, la endoscopia debería

realizarse en las primeras 12 horas siguientes a su consulta en urgencias,

idealmente dentro de las 6 primeras horas, y nunca por encima de las 24 horas

ya que entonces disminuye de forma drástica su rendimiento diagnóstico. La

terapia endoscópica es el tratamiento de primera elección en pacientes con

úlceras con hemorragia activa, vaso visible no sangrante y coágulo adherido

sobre la lesión.

La presencia de repercusión hemodinámica y la HDA de probable origen

varicoso deben ingresar en una Unidad de sangrantes. Las HDA sin

repercusión hemodinámica y de probable origen no varicoso pueden ser

manejadas en un área de observación hasta la realización de la EDA. De no

objetivarse signos de sangrado activo o reciente, el paciente puede ser

manejado en el área de Observación. Igualmente, ante una sospecha de HDA,

es decir, la frecuente situación en la que tras una detallada anamnesis,

exploración física y valoración de los datos de laboratorio no pueda concluirse

la existencia o no de una HDA, el paciente debe ingresar en Observación hasta

definir su diagnóstico.

En los últimos años se está abogando por el manejo extrahospitalario de

aquellos pacientes con HDA no varicosa en los que tras una endoscopia

digestiva alta y 6 horas de observación cumplan los siguientes criterios:

Lesiones ulcerosas o desgarro tipo Mallory-Weiss sin signos de

reciente sangrado, ausencia de varices o de gastropatía por

hipertensión portal.

Page 20: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

Pacientes menores de 60 años y sin ninguna enfermedad

debilitante.

Cifras de hemoglobina mayores de 10 g/dl

Ausencia de enfermedades concomitantes (cirrosis hepática,

enfermedad coronaria o vascular periférica, coagulopatía,

tratamiento anticoagulante, prótesis aórtica, enfermedad renal o

enfermedad pulmonar crónica).

No haber presentado hematemesis franca o múltiples episodios

de melenas durante el día del ingreso.

Ausencia de cambios significativos en las constantes vitales con

el ortostatismo.

Adecuada vigilancia domiciliaria y confianza por parte del

paciente.

Ausencia de síntomas o signos sincopales.

Ausencia de tratamiento con fármacos que puedan enmascarar la

evolución, tales como antagonistas del calcio o betabloqueantes.

Se estima que estos criterios se cumplen hasta en un 20% de los pacientes

que se presentan con una HDA.

TRATAMIENTO

No existen evidencias bibliográficas que expongan con claridad cuál es el mejor

procedimiento quirúrgico a emplear, quedando la mayoría de las veces a

criterio del cirujano, pero podría recomendarse que si el paciente se encuentra

en buen estado general, y no presenta comorbilidades de importancia se debe

intentar realizar la resección gástrica, mientras que si el paciente es añoso,

presenta un deterioro importante en su estado general o tiene comorbilidades

de relevancia, entonces estarían indicados procedimientos hemostáticos

menores.

Page 21: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

MEDIDAS GENERALES Y TRATAMIENTO DE URGENCIA

Colocación del paciente en decúbito, en situación de Trendelemburg si está en

situación de shock. En decúbito lateral izquierdo si presenta vómitos para

minimizar la posibilidad de aspiración.

Aporte suplementario de oxígeno, fundamental en pacientes en shock (O2 a 15

litros/minuto).

Medición de la TA y la frecuencia cardíaca en decúbito y en bipedestación si el

estado del paciente lo permite.

Canalizar vía venosa periférica con Abocath nº 14, o DRUM a ser posible, y si

no hay repercusión hemodinámica, perfundir suero fisiológico a 21

Page 22: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

gotas/minuto. En la hemorragia grave valorar la canalización de vía venosa

central y medición de la presión venosa central.

En caso de afectación hemodinámica se repondrá la volemia. Para ello, se

perfundirá "a chorro" soluciones cristaloides hasta la desaparición de los signos

de hipoperfusión periférica y estabilización de las cifras tensionales. Son

preferibles las soluciones cristaloides (Ringer lactatoR, Suero fisiológicoR) que

las coloides de macromoléculas artificiales (HemocéR, RheomacrodexR) ya

que éstas, además de favorecer el edema intersticial, interfieren las pruebas de

tipificación sanguínea y los mecanismos de coagulación, fundamentalmente la

agregabilidad plaquetaria.

Realización de electrocardiograma: en todos los pacientes de

más de 50 años de edad o con cardiopatía isquémica, anemia

importante, dolor torácico, disnea o hipotensión arterial grave.

Realización de radiografía de tórax y abdomen: sólo está indicada

ante la sospecha de aspiración broncopulmonar a consecuencia

del vómito o ante la presencia de síntomas y signos de

perforación de víscera hueca (infrecuente en pacientes con HDA).

La radiografía simple de abdomen no está indicada ante una

HDA. Tan sólo la radiografía de abdomen en decúbito lateral

izquierdo con rayo horizontal estaría indicada ante la sospecha de

perforación de víscera hueca u obstrucción intestinal.

Sondaje uretral y diuresis horaria si existe repercusión

hemodinámica.

Solicitar reserva de 2-4 concentrados de hematíes para realizar

transfusión si es necesario. Aquellos pacientes que no recuperan

las constantes vitales tras la administración de 30 ml/Kg de

cristaloides deben recibir una transfusión de sangre de tipo 0

negativo, específica del tipo del paciente o determinada mediante

pruebas cruzadas, según los recursos disponibles y la situación

clínica del paciente (la determinación del grupo sanguíneo del

paciente requiere al menos 15 minutos, y la realización de

Page 23: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

pruebas cruzadas 60 minutos). Siempre que sea posible debe

realizarse transfusión tras la realización de pruebas cruzadas.

MEDIDAS HEMOSTÁTICAS ESPECÍFICAS

HDA de origen no varicoso:

Además de los métodos endoscópicos terapéuticos y quirúrgicos, ya tratados

en otro artículo de este suplemento, las posibilidades son:

• Administración de somatostatina: aunque no introducida en la práctica

clínica para este tipo de HDA, la administración de somatostatina en la HDA de

origen no varicoso, o de su derivado el octreotido, parece ser útil bien como

tratamiento adyuvante antes de la endoscopia o cuando la endoscopia es

imposible, está contraindicada o no disponible31. La somatostatina (SomiatonR

ampollas de 250 µg) se utiliza a dosis inicial de 250 µg en bolo intravenoso,

seguido de perfusión continua de 250 µg/hora durante 2-5 días. El octeotrido se

inicia a dosis de 50 µg en bolo intravenoso, seguido de 25 µg/hora, durante 2-3

días. Son necesarios más estudios que confirmen la eficacia de estos fármacos

en este tipo de HDA.

• Cirugía: sus indicaciones son:

– Hemorragia masiva: aquella que requiere la transfusión de más de 2000 ml

de hemoderivados (5 Unidades de concentrados de hematíes) en las primeras

24 horas.

– Shock refractario a pesar de medidas de reposición de volumen correctas y

de tratamiento endoscópico.

– Hemorragia persistente, refractaria al tratamiento endoscópico: aquella que

continúa más allá de las 48 horas, a pesar de tratamiento endoscópico.

– Hemorragia recidivante, refractaria al tratamiento endoscópico: aquella que

recidiva tras 48 horas y sigue siendo refractaria al tratamiento endoscópico.

Page 24: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

– Hemorragia complicada: cuando la HDA coexiste con obstrucción o

perforación.

HDA por varices esofágicas: se dispone de los siguientes recursos

terapéuticos, excluyendo los quirúrgicos.

Administración iv de somatostatina (SomiatónR amp. De 2 ml con

250 µg): a dosis inicial de 250 µg (1 ampolla) en bolo iv, seguida

de una perfusión de 250 µg/ hora durante 24 a 30 horas. Para

ello, se diluyen 12 ampollas de SomiatónR en 500 ml de suero

salino perfundiéndose a un ritmo de 14 gotas minuto (42 ml/hora).

Este fármaco controla el sangrado en el 75-90% de los casos, la

mayor parte de ellos en los primeros 15 minutos desde su

administración. Actúa disminuyendo el flujo esplácnico y hepático,

así como la presión venosa transhepática y a nivel de las varices

esofágicas. La somatostatina tiene menos efectos secundarios

que la vasopresina (fármaco muy utilizado en esta indicación) y

no presenta las contraindicaciones de ésta (cardiopatía

isquémica, insuficiencia cardíaca, enfermedad arterial periférica,

hipertensión no controlada). Además su administración no

requiere una monitorización tan exhaustiva del paciente como

ocurre con la vasopresina.

Recientemente se ha incorporado al arsenal terapéutico el

octreótido, un análogo sintético de la somatostatina, con similar

eficacia y ventajas. Se utiliza igualmente por vía intravenosa a

dosis de 50 µg/hora tras un bolo inicial de 50-100 µg. También

puede utilizarse por vía subcutánea.

Taponamiento esofágico mediante la sonda balón de Sengstaken-

Blakemore: es un método transitorio de control de la hemorragia

por varices esofágicas, indicado ante el fracaso de la

administración de somatostatina y en hemorragias exanguinantes,

capaz de detener la hemorragia en aproximadamente el 80% de

los pacientes con HDA por varices esofágicas. No debe utilizarse

sin un diagnóstico endoscópico previo del origen de la

Page 25: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

hemorragia, salvo casos excepcionales en pacientes con

hemorragia exanguinante, cuyo origen puede estar en las varices

esofágicas, cuando no se disponga de endoscopia y no se ha

podido detener ni disminuir la hemorragia con vasopresina.

TRATAMIENTO DE INGRESO

1. Reposo absoluto en cama.

2. Dieta absoluta mientras persista la inestabilidad hemodinámica o la

intolerancia oral del paciente (en casos de Mallory-weiss). En ausencia de

éstos, una vez realizada la endoscopia y si no hay hemorragia activa o vaso

visible, puede iniciarse dieta líquida (leche, manzanilla) y de tolerar ésta se

continuará con dieta blanda. En caso contrario, la instauración de la dieta oral

debe posponerse al menos 36 horas.

3. Sueroterapia en 24 horas: Suero glucosalino 2.500 cc.

El tipo de solución y la cantidad a administrar puede modificarse según la

patología de base asociada y el estado del paciente.

4. Tratamiento farmacológico específico:

• Inhibidores de la bomba de protones (IBP): existen numerosas evidencias que

indican que el ácido gástrico y la pepsina alteran el mecanismo normal de

formación del coágulo en la lesión sangrante y aceleran el proceso de

fibrinolisis. En presencia de un pH gástrico de 6 se prolonga el tiempo de

formación del agregado plaquetario y del coágulo de fibrina, mientras que a un

pH ≤ 5 estos procesos hemostáticos están completamente abolidos. Los

numerosos estudios realizados con anti-H2 (cimetidina, ranitidina, famotidina y

nizatidina) no han conseguido demostrar ningún efecto beneficioso sobre la

recidiva hemorrágica, la necesidad de cirugía ni sobre la mortalidad. Por tanto,

su utilización en pacientes con HDA por úlcera péptica gastroduodenal sólo

tiene como finalidad el inicio del tratamiento de cicatrización.

Page 26: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

En cambio, los IBP sí han demostrado su utilidad en la disminución del riesgo

de resangrado, aunque no en la disminución de la mortalidad de la HDA. El

prototipo es el omeprazol a dosis inicial de 80 mg (2 ampollas), diluidos en

100ml de suero fisiológico y perfundidos en 20 min, seguido de 40 mg (1

ampolla), diluidos en 50 ml de suero fisiológico y perfundidos igualmente en 20

minutos, cada 8 horas. Una vez reiniciada la dieta, el omeprazol se

administrará por vía oral a dosis de 20 mg (1 comprimido) cada 12 horas. Otra

posibilidad es el pantoprazol, que se ha mostrado más eficaz en la inhibición de

la secreción ácida gástrica.

Lau y Brunner han demostrado la eficacia de altas dosis de omeprazol en

infusión intravenosa continua, como complemento al tratamiento endoscópico

hemostático, en pacientes con úlceras con sangrado activo, con vaso visible o

con coágulo y vaso visible subyacente. Esta eficacia se traduce en una

disminución del retratamiento endoscópico, de la necesidad de transfusión de

hemoderivados, de cirugía y en una reducción de la estancia hospitalaria. Se

inicia con un bolo intravenoso de 80 mg de omeprazol (2 ampollas), seguida de

perfusión intravenosa a un ritmo de 8 mg/hora durante 72 horas (192 mg/24

horas). Pantoprazol se puede utilizar por vía intravenosa con la dosis inicial de

80 mg (2 ampollas), seguido de 40 mg/12 horas. Posteriormente se continuará

por vía oral a similar dosis.

Esomeprazol es superior a los dos anteriores en la inhibición de la secreción

gástrica y con un mejor perfil de interacciones. Es especialmente útil si la

hemorragia se debe a una esofagitis erosiva por reflujo gastroesofágico. La

dosis es 80mg IV en bolo, seguido de perfusión continua de 8 mg/hora.

Lo antes posible debe pasarse a la vía oral, 40 mg/24 h. Cuando se inicia el

tratamiento con un IBP, la duración del mismo para conseguir la cicatrización

de la lesión, debe ser de 4 semanas para la úlcera duodenal, y de 8 semanas

para la úlcera gástrica y para la esofagitis grave.

• En pacientes con hepatopatía crónica, se administrarán enemas de limpieza

con lactulosa cada 12-24 horas, para lo que añadiremos a 350 ml de agua, 150

ml (100 g) de lactulosa. Cuando se inicie la dieta líquida se administrará

Page 27: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

lactulosa por vía oral a dosis de 30 ml (20 g) cada 8 horas o el lactitol a dosis

de 2 sobres (20 g) cada 8 horas. El lactitol es mejor tolerado y tiene un sabor

más agradable que la lactulosa. En estos pacientes se mantendrá control del

estado de coagulación. Si el tiempo de protrombina es mayor de 3 segundos

respecto al control se valorará la administración de plasma fresco a dosis de 10

ml/Kg de peso. Considerar también en estos pacientes la administración de

vitamina K por vía iv o sc., y la administración de concentrados de plaquetas

cuando el recuento plaquetario es menor de 50.000 plaquetas/mm3.

Otra medida a considerar, en pacientes con ascitis, es la utilización de profilaxis

antibiótica, con una cefalosporina de tercera generación, ya que se ha

demostrado que disminuye el riesgo de infección bacteriana y reduce la

mortalidad.

5. Medicación habitual del paciente: se añadirán al tratamiento, siempre por vía

parenteral, aquellos fármacos que el paciente venía recibiendo y que sean de

vital importancia para su patología de base: Digital, Teofilinas, Insulina,

anticomiciales, etc. Igualmente se valorará, dada la situación de hipovolemia

del paciente, la supresión transitoria durante el episodio agudo de fármacos

hipotensores o depresores de la contractilidad miocárdica (betabloqueantes,

verapamil, diltiazem) o bien su sustitución cuando sea posible por otros que no

posean estas acciones.

6. Requerimiento de transfusión de hemoderivados: la transfusión debe

realizarse sólo con concentrados de hematíes. Existe evidencia de que la

conducta restrictiva en la transfusión se asocia a un mejor pronóstico y a una

menor incidencia de recidiva hemorrágica debido a varios factores: 1. La

transfusión precoz anula la hipotensión compensadora que proporciona

estabilidad al coágulo formado en la lesión ulcerosa y mantiene la hemostasia.

2. Altera la coagulación. 3. Dificulta la liberación de oxígeno a los tejidos y 4.

Tiene un efecto inmunosupresor.

La transfusión de concentrados de hematíes está indicada cuando existan

cifras de hematócrito de 27% o inferiores, o de hemoglobina menores de 8 g/dl,

si bien debe de valorarse junto con la tolerancia clínica del paciente. La

Page 28: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

existencia de semiología de anemia aguda (astenia intensa, mareos,

taquicardia, acúfenos..) indica la necesidad de transfusión. En pacientes graves

y con enfermedades concomitantes (por ejemplo cardiopatía), el objetivo es

mantener un hematocrito de al menos el 33%, que se considera que es el

hematocrito óptimo con respecto a la capacidad de transporte de oxígeno y la

viscosidad de la sangre en pacientes muy graves es del 33%34.

Una vez realizada la transfusión, y siempre que se haya controlado la

hemorragia, cabe esperar un aumento en el hematocrito de aproximadamente

un 3% por unidad de sangre administrada (y de la hemoglobina en torno a 1

mg/dl). Los valores de hematócrito y hemoglobina se equilibran rápidamente

después de la transfusión de concentrados de hematíes, de manera que el

valor obtenido a los 15 minutos de finalizada la transfusión es similar al

observado tras 24 h42.

7. Controles de enfermería:

• Monitorizar Tensión arterial, frecuencia cardíaca, diuresis/1-4 horas.

• Toma de la TA y pulso después de cada manifestación espontánea de

sangrado.

• Enemas de limpieza cada 24 horas, anotando características de las heces.

8. Tratamiento erradicador de Helicobacter pylori:

Dada la elevada prevalencia en nuestro medio de infección por H. pylori en la

hemorragia por úlcera duodenal o gástrica (superior al 95% en la úlcera

duodenal y la duodenitis erosiva, y en torno al 85% en la úlcera gástrica), se ha

sugerido que se podría realizar tratamiento erradicador sin necesidad de

comprobar la presencia de H. pylori, al menos en las úlceras duodenales19. El

método diagnóstico de elección es la prueba de aliento de urea marcada con C.

Numerosos estudios han demostrado que la erradicación de H. pylori previene

a largo plazo, tanto la recidiva ulcerosa como la recidiva de la hemorragia

digestiva. Gisbert et al43 han confirmado en un meta-análisis el claro efecto

beneficioso de la erradicación para prevenir la recidiva hemorrágica.

Page 29: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

El tratamiento aconsejado en nuestro medio para erradicar H. pylori es la

siguiente combinación:

• IBP/12 h + claritromicina 500 mg/12 h + amoxicilina 1g/12 h, durante 7 días.

En caso de pacientes alérgicos a la penicilina, se sustituye la amoxicilina por

metronidazol 500 mg/12 h. Con esta pauta se consigue la erradicación en

aproximadamente el 85% de casos.

• En caso de fracaso del tratamiento erradicador, se utilizará un tratamiento de

segunda línea que constará de 4 fármacos: IBP/12 h + metronidazol 500 mg/8

h + tetraciclina 500 mg/8 h + subcitrato de bismuto 120 mg/8 h, durante 7 días.

TRATAMIENTO DEL FRACASO INICIAL E INDICACIONES

QUIRÚRGICAS

En caso de que se objetive una recidiva de la hemorragia tras un primer

tratamiento endoscópico está indicada la valoración conjunta con el cirujano y

la realización de una segunda endoscopia asociada a tratamiento endoscópico.

Cuando este tratamiento no es eficaz o se produce una segunda recidiva, debe

plantearse la realización de una angiografía con embolización selectiva del

vaso sangrante o de cirugía de manera inmediata. La arteriografía podría

presentar una menor morbilidad pero la evidencia al respecto es limitada.

Además, tanto la eficacia como la morbilidad y la mortalidad de ambas técnicas

dependen de la experiencia del radiólogo y/o cirujano. Por ello, cirugía y

embolización arterial se consideran actualmente equivalentes y la elección

debe realizarse en función de la disponibilidad y de la experiencia previa del

equipo.

Finalmente, en caso de fracaso de la arteriografía está indicado el tratamiento

quirúrgico.

Así mismo, puede valorarse la angiografía en pacientes que recidivan tras la

cirugía.

Page 30: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

PROFILAXIS SECUNDARIA

Las 2 medidas fundamentales para evitar la recidiva tras la HDA por úlcera

péptica son el diagnóstico y tratamiento de la infección por H. pylori y la

adecuada gastroprotección en pacientes que requieren tomar AINE. Respecto

de la infección por H. pylori, la curación de la infección reduce de manera muy

marcada las tasas de recidiva hemorrágica. Por ello, debe investigarse y

tratarse la infección en todos los pacientes con HDA por úlcera péptica,

duodenitis o gastritis erosiva. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que las

pruebas para H. pylori realizadas durante la endoscopia y el ingreso iniciales

presentan una tasa muy elevada de resultados falsamente negativos (hasta un

30%). Entre otras posibles causas, esta baja sensibilidad se ha atribuido al

efecto bactericida de la sangre en el estómago y/o al uso de IBP. Por ello, en

los pacientes en los que las pruebas iniciales (histología o test rápido de la

ureasa) resulten negativas debe repetirse una nueva prueba: generalmente un

test del aliento con urea marcada con 13C a las 4-12 semanas de la

hemorragia. La prueba debe realizarse en condiciones óptimas, evitando 2

semanas antes los IBP y los antibióticos 4 semanas antes. En caso de que se

detecte la infección deberá realizarse tratamiento y comprobar la curación de la

infección.

Dada la alta prevalencia de infección por H. pylori en los pacientes con úlcera

péptica en nuestro medio (habitualmente > 90%), una posible estrategia

alternativa consiste en realizar tratamiento empírico de la infección en todos los

pacientes con HDA por úlcera péptica.

Esta estrategia ha sido recomendada por las guías de práctica clínica en

nuestro medio y puede resultar altamente coste-efectiva. En este caso, también

se recomienda comprobar la ausencia de infección tras el tratamiento.

PRONOSTICO

Page 31: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

El pronóstico depende de dos factores, por un lado, la severidad de la propia

hemorragia y por otro lado, la gravedad de la causa que la produjo.

En las hemorragias cataclísmicas, que no llegan a controlarse, el pronóstico es

fatal.

En las hemorragias que se controlan, el pronóstico depende de que la

hemorragia se repita y del adecuado tratamiento de la causa que la produjo.

Hoy en día, los tratamientos para cortar la hemorragia, si ésta se localiza, son

eficaces.

Son factores de mal pronóstico el que la hemorragia sea masiva, persistente o

repetitiva, el que el paciente esté muy afectado por el volumen de sangre

perdido (tensión muy baja, inconsciente...), el que tenga otras enfermedades

debilitantes asociadas (insuficiencia cardiaca, respiratoria, hepática, tumores

avanzados...), el que se produzca en varices esofágicas o gástricas y el que

sea mayor de 60 años, entre otros.

Page 32: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

ANEXOS

Page 33: Hemorragia Digestiva Alta Ivan
Page 34: Hemorragia Digestiva Alta Ivan
Page 35: Hemorragia Digestiva Alta Ivan
Page 36: Hemorragia Digestiva Alta Ivan
Page 37: Hemorragia Digestiva Alta Ivan
Page 38: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

BIBLIOGRAFÍA

1. LUIS RODRIGO. Tratamiento de las enfermedades digestivas. 2009,

Editorial Panamericana, S.A. Madrid, España. Edición 1era. Pag. 71-

80.

2. BARKUN A, BARDOU M, MARSHALL JK. Consensus

recommendations for managing patients with nonvariceal upper

gastrointestinal bleeding. Ann Intern Med. 2003; 139:843-57.

3. BARKUN AN, BARDOU M, KUIPERS EJ, ET AL; International

Consensus Upper Gastrointestinal Bleeding Conference Group.

International consensus recommendations on the management of

patients with nonvariceal upper gastrointestinal bleeding. Ann Intern

Med. 2010; 152:101-13.

4. FEU F, BRULLET E, CALVET X, ET AL. Recomendaciones para

el diagnóstico y tratamiento de la hemorragia digestiva alta aguda no

varicosa. Gastroenterol Hepatol. 2003; 26:70-85.

5. LANAS A, CALVET X, FEU F, PONCE J, GISBERT JP,

BARKUN A; en representación del I Consenso Nacional sobre el

Manejo de la Hemorragia Digestiva por Ulcera Peptica. Primer

consenso espanol sobre el manejo de la hemorragia digestiva por

ulcera peptica. Med Clin (Barc). 2010; 135:608-16.

Page 39: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

6. Hemorragia Digestiva Alta disponible en: http://www.cun.es/area-

salud/enfermedades/aparato-digestivo/hemorragia-digestiva

7. Tratamiento de la Hemorragia Digestiva alta de origen no variceal.

Evaluación de 10 años de experiencia. Drs. L. Ibáñez A., C. Baeza

P., S. Guzmán B., O. Llanos L., A. Zúñiga D., J. Chianale B., A.

Rollán R., F. Pimentel M., A. Rahmer O. Rev. Chil. Cir. Vol 50 N°

4, Agosto del 1998, Pag. 370 a 378.

8. Experiencia en el tratamiento endoscópico de la hemorragia

digestiva alta de origen no variceal. Trabajo de ingreso. Dr. L. Ibáñez

A. Rev. Chil. Cir. Vol 45, N° 4 Agosto 1993; Págs. 332-340.

9. MIÑO G, JARAMILLO JL, GALVEZ C ET AL. Análisis de una

serie general prospectiva de 3270 hemorragias digestivas altas. Rev

Esp Enf Dig 1992; 82: 7-15.

10.JUNQUERA F. Hemorragia digestiva alta. En: Protocolos

diagnósticos terapéuticos en patología digestiva. Prous science,

Barcelona, 1988, 61-74.

11.HIDALGO H, NIMA V, TOSCAZO E ET AL. Hemorragia

digestiva alta en el Hospital Regional Hermilio Valdizán Medrano –� �

Huanuco. XV Cong Per Enf Diges. 16 – 22 noviembre 1996. Libro

de Resúmenes. p 45.  

12.ICHIYANAGUI C, CONTARDO C, VELÁSQUEZ H, GÓMEZ A,

RUIZ E, FRISANCHO O, SORIANO C. Hemorragia

Page 40: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

gastrointestinal por lesión de Dieulafoy. enfermedades del aparato

digestivo. Rev Asoc Méd Gastroenteról Hospital Rebagliati

1999;2:5-10. 

13.DELUMEAU G. PERRIN D. DE LISLE LR. VERYRAC Y.

MINICONI P. Les échees de I'examen endoscopique en urgence

dans les hémorragies digestives hautes. Acta Endoscopica et

Radiocinematográphica 1973; 3 (5): 126.

14.LLORENS P. Actitudes y definiciones en la hemorragia digestiva

alta. Series clínicas 1992; 9 (1): 229-263.

15.TERES J. VALENZUELA J. Hemorragia digestiva alta y baja. En:

Valenzuela J. Rodés J. (eds.): Gastroenterología y Hepatología.

Santiago: Mediterráneo, 1996: 55-66.

16.Lanas A, Calvet X, Feu F, Ponce J, Gisbert JP, Barkun A; en

representación del I Consenso Nacional sobre el Manejo de la

Hemorragia Digestiva por Úlcera Péptica. Primer consenso español

sobre el manejo de la hemorragia digestiva por úlcera péptica. Med

Clin (Barc). 2010; 135:608-16.

17.Robbins Contran; PATOLOGÍA ESTRUCTURAL Y FUNCIONAL;

cuarta edición; volumen 2, editorial interamericana; Madrid.

18.Chantar C.,Rodes J.; Enfermedades del aparato digestivo; editorial

interamericana; primera edición; impreso México.

19.Sleisenger Mavin, Forstran Shunn; Tratado de gastroenterología;

editorial interamericana; primera edición.

Page 41: Hemorragia Digestiva Alta Ivan

20.LLania Navara R.; GASTROENTEROLOGÍA Y PRINCIPIOS

BÁSICOS DE PRUEBAS DIAGNOSTICA; primera edición;

editorial pueblo y educación.

21.Pajares J. M, Hemorragia Digestiva Alta, editorial intemericana,

primera edición, impresos en México.

22.Attila c. Sendes, Owen J.; GASTROLOGÍA BÁSICA; editorial

mediterráneo; impreso en México; 2005.

23.Lawriew Powell, Piper Douglas; GASTROENTEROLOGÍA;

editorial interamericana; impresa en México.

24.Ferraina P: Hemorragia digestiva alta. Cirugía de urgencia, Perera-

García. Ed. Médica Panamericana 1997. Cap.19, págs.341-358.

25.Ibáñez LI: Hemorragia digestiva alta. Archivos de Cirugía General y

Digestiva. http://www.cirugest.com/Revisiones/Cir12-09/12-09-

01.htm

26.Sena SE, Gallelli HJ: Terapéutica y procedimientos: Hemorragia

digestiva alta por úlcera gastroduodenal y lesión aguda de la mucosa.

Diagrama de flujo. Medicina Intensiva 1989; VI, 2: 80-84.

27.Corbelle JL (h): Hemorragia digestiva alta. Cirugía de Michans, 5ª

edición, 1997. Ed. El Ateneo, pág. 730.

28.Ramírez Francisco C. Hemorragia digestiva alta debido a úlcera

péptica. Rev. Gastroent. Perú 16: 186 1996.

29.Ramírez Ramos A. Campylobacter pylori patología gastroduodenal.

Ed. Santa Ana Lima 103-177, 1988.

30.Buchman AL, Schwartz MR. Colonic ulceration associated with the

systemic use of nonsteroidal antiinflammatory medication. J Clin

Gastroenterol 1.996; 22(4): 224-6.